- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
De Mi vientre purísimo deben nacer los nuevos sacerdotes para que, iluminados por los rayos de Cristo, alcancen a vivir en la Tierra la expansión de Su sagrada tarea.
De Mi vientre debe nacer el nuevo hombre, rociado por la Gracia de Cristo, como lo hace la lluvia, para que de él parta el sentido de cumplir el Propósito.
Hoy todos Mis sacerdotes, Mis hijos predilectos, son contemplados por el Amor de la Madre Celeste, para que en todos ellos brote la fuerza interior necesaria que los llevará a realizar las Obras de Cristo Jesús.
De los sacerdotes debe partir el ejemplo de una santa disciplina, de una constante e imborrable unión con Cristo, para que brote de ellos el ejemplo del simple servir. De los sacerdotes se espera la presencia viva del espíritu de la cristiandad, para que se establezca el puente entre el Cielo y la Tierra.
Las esferas mayores son las verdaderas moradas de todos los sacerdotes. Mientras estén en la Tierra, el pensamiento y el sentimiento humano deben estar dirigidos hacia el Universo Celestial, eso los ayudará a percibir las necesidades de servicio que deben ser suplidas física o espiritualmente en la humanidad.
Los sacerdotes deben ser asumidos por los grupos de oración, para que nunca les falte la protección divina para el correcto desempeño de su tarea espiritual. Los jóvenes sacerdotes son la primera expresión de la vida de Cristo; en ellos debe reflejarse el ejemplo del amor sacerdotal que Jesús expresó en el principio de Su joven vida pública.
El conocimiento es la escuela de los sacerdotes, no como algo erudito sino el conocimiento sabio que proporciona el corazón, el que hace colocar la mirada en la necesidad espiritual de las almas.
Así como tienen un ángel de la guarda, los sacerdotes también deben tener padrinos que los asuman espiritualmente y los apoyen siempre que sea necesario.
El sacerdote en este tiempo debe aprender a guiar a los rebaños por medio de la fuerza de la fe y de la autoridad viva que es concedida por el propio Cristo.
La vida sacerdotal en esta era es la más difícil; esto fue visto por el propio Maestro Jesús, ya que en el ciclo del Armagedón, los sacerdotes deberán trabajar mucho para constituirse como verdaderos herederos de las santas virtudes de Cristo. Esto lo lograrán a través del sacrificio que proporciona la presencia de la pureza, a través de la entrega permanente que atrae constante sabiduría, a través de la renuncia que hace reflejar la humildad y, principalmente, a través del amor que permite reflejar en los actos la presencia de Cristo.
La vida sacerdotal es un ejercicio constante de elevación y es una misión de todos los orantes apoyar esa obra. Sin sacerdotes verdaderos y esforzados no existirá Cristo en la vida espiritual; esto es lo que Mi adversario genera en los sacerdotes de la Iglesia de Cristo, cuando en soledad no tienen fuerza de inspiración.
El Santo Cenáculo del Señor es el refugio para cada uno de ellos. Pidamos por los sacerdotes, porque por medio de ellos se podrán dar los pasos hacia Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más