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Hijos Míos:
Mi Corazón aguarda cada día a vuestros corazones para que, renovados en el Espíritu de Dios, encuentren las Gracias que Yo les envío por medio de la oración diaria. Este es el tiempo de develar muchos misterios. Muchos de Mis hijos, aquellos que responden a Mi llamado a la oración, están creciendo rápidamente.
Permitan, Mis queridos, que sus almas se tornen almas convertidas y purificadas bajo la Luz del Señor, pues hace mucho que estamos en el tiempo de la conversión. Este es el momento de convertir vuestros corazones en corazones fieles al Propósito de Dios, y esta Fidelidad la encontrarán en las palabras de Mi Hijo.
Cristo Jesús los visita diariamente, como lo hizo Mi Corazón Inmaculado, anunciando Su llegada. Ahora, Mis queridos, es momento de dar un paso más en dirección al camino de la Consagración, de la entrega total de vuestros corazones, porque la llegada de Cristo Jesús en vuestras vidas representa el tiempo de las definiciones, tiempo en el cual, antes de Su retorno, el Señor anuncia con Su propio Verbo lo que vendrá a buscar.
Si Mi Hijo les anuncia que buscará corazones puros, santificados por el Espíritu de Dios, es porque después de cada Gracia recibida se les está dando esa posibilidad. Mi Hijo Jesús extiende Sus manos en este tiempo a todos Mis hijos del mundo, inclusive a aquellos que Mi Corazón todavía no alcanzó; porque después de Mí, vendrá Él junto Conmigo y aun cuando todo parezca estar por perderse, Nosotros estaremos.
Escuchen el Llamado Redentor de Mi Hijo, presten atención a Sus advertencias.
Les agradezco por responder al Llamado Celestial.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Se encontraban en oración Madre Shimani y Fray Elías en la sala de oración del monasterio, cuando repentinamente se presentó la Virgen María para transmitir el siguiente mensaje.
Fray Elías: la Madre Divina dice:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Realizan juntos la oración “Sangre y Agua”.
Fray Elías: La Madre Divina aparece como la Reina de la Paz. Está rodeada de ángeles custodios y por fuera de Su Corazón Inmaculado tiene una estrella de seis puntas. Ella nos dice:
Hoy vengo del cielo porque Mi Hijo me lo ha pedido.
Hoy vengo aquí, extraordinariamente, para decirles que estoy caminando con ustedes como Madre, a vuestro lado.
Contemplen cada momento con el corazón; en Gracia y Misericordia vengo a decirles algo, queridos hijos.
Vengo a decirles que una hija más será tocada profundamente por Mi Consciencia, por Mi Mensaje, para que también difunda Mi Voz y Me sienta aún más, Me acompañe y comprenda Mis peticiones con mayor espiritualidad interior.
Por eso hoy, la Bienaventurada Virgen María, Madre de todos, Madre del Consuelo y del Alivio, viene a decirles que, por Gracia de Dios, estaré tocando con Mi Luz a un alma más, a una consciencia que me acompañará en esta tarea y que será el tercer pilar para la difusión de Mi Mensaje. Será el pilar principal para la protección, el amparo, el discernimiento y el acompañamiento de todas Mis peticiones a través de la sabiduría del Espíritu Santo.
Quiero decirles hoy, queridos hijos, que Mi hija Elisabeth, la que conocen como Madre Shimani, está siendo llamada para trabajar directamente Conmigo.
Como transmito los mensajes para Mis hijos Elías y Lucía, también los transmitiré para ella. Con eso quiero decir, que Mi Consciencia estará con ella todos los días lunes, miércoles y viernes, a las 15 horas para que reciba Mi mensaje.
Mi tarea, por un tiempo, será darle un mensaje cada semana, durante esos días, para que también ese mensaje sea difundido para todos.
La otra Gracia que traigo en el nombre de la Paz, de la Luz y del Bien, es un pedido que ha hecho Mi Hijo Jesús: que también esté con Mi hija los días sábados, donde daré Mi mensaje semanal para ella, como lo hago para Mis otros dos hijos.
¿Que permitirá todo este nuevo ciclo?
Unirse a la Jerarquía y comenzar a descubrir la tarea de cada ser, la misión que Dios les ha confiado.
¿Y porque no he hablado antes con Mi hija como lo he hecho con Elías?
Porque ella debía preparar a la pequeña consciencia de Elías como ha hecho con otras, un servicio que ha prestado a Dios.
Ahora ha llegado el momento. La Reina de la Paz la está llamando a entrar aún más en Su Inmaculado Corazón, estar más de cerca, compartir el mismo sentimiento maternal, para que Mis Luces y Bendiciones Inmaculadas estén presentes en su consciencia y aprenda a sentir como Yo sentí.
Eso también significa, queridos hijos, que su consciencia superior estará Conmigo.
¿Porque hoy les digo esto? Porque toda esta experiencia que hasta hoy fue realizada, debía madurar.
Por eso hoy vengo aquí, para que Mi tarea se amplíe en esta parte del mundo, donde muchos corazones deberán ser tocados.
Gracias por responder a Mi llamado maternal.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis queridos hijos:
Vengo en este día a renovar en el corazón de cada uno de ustedes el compromiso que tienen Conmigo. En este tiempo vuestros corazones deben hacer el esfuerzo permanente de estar unidos a Mí; porque en este tiempo, hijos Míos, en que vuestros corazones pueden recibir Gracias que jamás imaginaron que serían posibles, también el enemigo tiene permiso para tentarlos y en todo momento trata de apagar la llama que Yo encendí en vuestros corazones.
Mi Corazón Inmaculado y el Sagrado Corazón de Cristo, tratan en todo momento de mantener sus corazones lo más próximo posible de Nosotros, tratamos de mantener sus pequeños seres cada día en nuestros brazos de Perdón y Misericordia, mas esta unión permanente con Nosotros deberá ser también una decisión de cada uno de ustedes.
Hijos Míos, este es el tiempo de las grandes pruebas, mas también de los grandes impulsos. Vuestros corazones solo deben escoger dónde se irán a sustentar, porque Dios jamás los desamparará. Mi Corazón envía en este tiempo Gracias infinitas, como en ningún otro momento del planeta pudieron vivir los seres.
Es así, Mis queridos, que sus corazones deben buscar el apoyo, el alimento y el sustento de sus seres, en estas Gracias.
Miren a lo profundo de Mis ojos y encuentren allí la llave para trascender cada prueba, para encontrar la Voluntad de Dios en cada acontecimiento de la vida y para saber discernir cuándo un impulso viene de Mi Corazón para transformarlos y cuándo viene del enemigo para derribarlos. Lo que mantendrá vuestros corazones junto a Mí, hijos Míos, es la fidelidad a Mi Corazón, la respuesta sincera a cada uno de Mis pedidos, la oración diaria y consciente de cada verbo pronunciado.
Amo a cada uno de Mis hijos y si ustedes confían en este Amor, encontrarán la fuerza para cumplir con todo lo que Yo les pido en Mis Mensajes y con el interior de cada uno. La única cosa que les pido hoy, Mis queridos, es que sean persistentes y confiados, que oren con Amor, para que Dios escuche sus oraciones y pueda responder al pedido de sus seres.
Mi Corazón desea estar cada vez más cerca de ustedes, así como lo desea Mi Hijo, y para eso es necesario que Mis palabras no entren en la rutina de sus vidas. Crean en Mi presencia maternal y confíen en Mi llamado de Paz, pues por Mi intermedio encontrarán a Mi Hijo y a través de Él llegarán al Padre.
Les agradezco por responder a Mi Llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos de Mi Padre:
Hoy vengo desde el Cielo para que juntos y bajo la Gracia de Dios, celebremos en oración un año más de mensajes para el corazón.
Hijos Míos, el Señor me envía para decirles que por la Ley de Misericordia vuestros corazones también recibirán la Consolación y el Amor del Redentor, porque Mi Hijo está llegando a cada uno de vuestros corazones, para que los rebaños del Nuevo Tiempo se reúnan y lo sigan en el camino al Paraíso y a la Redención.
Queridos hijos, después de tantas Gracias recibidas, hoy Mi Corazón declara para vuestras vidas una materna e inmensa gratitud que Mi Corazón de Madre siente por el presente misericordioso que Mis hijos me han ofrecido, a través de los cánticos que honran y alaban al Inmaculado y Universal Corazón de la Madre Divina.
Por este motivo, en el Cielo, en lo más Alto del Universo, los cánticos fueron escuchados por los oídos angelicales en los Tronos de Dios y, por esa respuesta donada y abnegada de vuestros corazones ustedes recibirán una Gracia poderosa y victoriosa de Mi Hijo Amado, de Jesús el Redentor.
Cuando las almas cantan, los corazones pueden irradiar el manantial del amor espiritual, un amor cantado que permite abrir las Puertas de los Cielos, porque esos corazones al servicio del Plan del Padre se vuelven, por un instante, corazones angelicales que acarician con amor y reverencia el gran Corazón de Dios.
Esto fue, Mis pequeños cantores, lo que recibió el Reino del Padre, porque en las buenas melodías y en los cánticos ofertados al Señor se restauran y redimen muchos corazones solitarios y desamparados.
Queridos hijos, como Reina del Consuelo y Madre de la Gracia, vengo a proclamarles una Buena Nueva que será irradiada por el humilde y amable Corazón de Mi Hijo Jesús. Por eso en este día de gozo, de alegría, sábado de inmensa e inagotable misericordia, vuestras almas se deben preparar para recibir el Amor Redentor de Mi Hijo. Mediante los cánticos, las oraciones, la caridad y la donación, vuestras consciencias se abrirán al nuevo ciclo del Retorno de Mi Hijo. Jesús primero visitará a los corazones mansos, después visitará a los corazones pacíficos y por último a los corazones que no creen en el Dios del Amor y de la Piedad.
Como Hija de la Piedad Divina, queridos hijos, los invito a contemplar el nuevo tiempo como algo posible para vuestras vidas, un tiempo de esperanza y de paz para todos Mis hijos del mundo entero. En ustedes, Mis pequeños, debe nacer la oración del amor, para que Dios contemple el esfuerzo constante de la Nueva Humanidad.
Hijos Míos, por todas estas Gracias que provienen del Cielo, hoy les agradezco a todos por donarme los hermosos cánticos de amor y de perdón.
¡Gracias por escuchar Mi llamado en este nuevo año!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos de Mi Corazón:
Traigo para este día de Gloria un mensaje renovador que impregnará vuestros corazones con el Espíritu de Dios, cuando Mis palabras sean leídas por cada hijo Mío.
Mis queridos, cada mensaje enviado por Dios, por intermedio de Mi Corazón, contiene una parte de la Voluntad del Señor para Sus pequeñas criaturas; contiene una parte del Camino para la unión con Cristo; contiene las Llaves para que sus corazones se unan al Redentor y reciban Su Misericordia hecha vida en sus pequeños seres.
En los últimos años entregué preciosos mensajes que provienen del Verbo Divino, para que Mis pequeños hijos puedan encontrar al Dios Creador a través de Mis palabras.
Hijos Míos, vuestros pequeños corazones no conocen la dimensión de la Gracia que vuestros seres reciben en este tiempo por medio de Mi llegada a la Tierra.
Al acompañar Mis pasos de peregrina, vuestros corazones asumen un compromiso Conmigo, compromiso que significa que más adelante deberán dar testimonio de todas las Gracias recibidas y, cuando estén delante de Nuestro Señor Jesucristo, en Su segunda venida pública sobre la Tierra, habrán de entregar en Sus Santas manos los frutos del Bendito Árbol que Mi Corazón plantó en vuestros corazones, Árbol que crece desde el primer día en el que oyeron Mi Mensaje.
Mis queridos, Mi Corazón vivió muchas alegrías en estos últimos días. Recibió con Amor todas las oraciones realizadas por Mis pequeños peregrinos y todas ellas fueron entregadas al Señor para que, a través de la respuesta de la humanidad, Mi Corazón pudiese intervenir por los seres humanos, los que aún duermen, los que tienen dudas, los que tienen miedo.
Por eso, hijos Míos, cada una de vuestras oraciones es de gran importancia, cada pequeño esfuerzo que hacen es observado desde los Cielos, así como cada pequeño esfuerzo que dejan de hacer.
Se necesitan, en este tiempo, corazones firmes que sean capaces de dar siempre más de lo que creen que pueden, aunque sea poco. Esto se llama, Mis hijos, transcenderse a sí mismos por Amor a Dios y por la Salvación de las almas. Cada vez que sus pequeños seres puedan vencer la inercia, la pereza y la falta de Amor a Dios, ofrezcan esos pequeños actos a Él y, poco a poco, vuestras vidas se tornarán receptoras permanentes de la Voluntad del Señor.
Cuando Dios ve un corazón que se esfuerza por cumplir Su Voluntad, pues sabe que es la única cosa necesaria en este tiempo, Él envía un Rayo de Su Corazón, por las manos de los ángeles, a esos corazones, impulsándolos.
Mi Corazón también contempla sus esfuerzos, para con Amor recibir cada uno de ellos y transformarlos en conversión y salvación, de muchas almas que no son capaces de salir de las ilusiones del mundo.
Les dejo hoy este pedido y esta instrucción: que den prioridad en sus vidas al acto de orar y de servir con Amor, y que dediquen un tiempo, aunque sea poco, para la unión con Dios.
Les agradezco la respuesta a Mi Llamado y la unión con Mi Corazón, en esta Misión de Paz y de Salvación de las almas.
Los adoro a todos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En este nuevo día de gloria y gozo, Mi Corazón materno llega a ustedes para bendecirlos y acompañarlos con el Amor predilecto que tengo por cada uno. En Mis brazos, hijos Míos, encontrarán el alivio que sus vidas necesitan y así, podrán encontrarse con Mi Hijo, el Redentor.
Hoy vengo al mundo y en especial a esta ciudad de Posadas, para bendecirla con Mi Espíritu de Paz y también, recojo, de sus corazones, cada una de las plegarias que han pronunciado a Mi Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, a ustedes que pueden renovarse a través de la fe, hoy les pido que ingresen sin demora al Corazón Divino de Mi Hijo, porque allí resplandecerán de amor sus esencias, esencias que deberán llegar hasta el Trono victorioso del Creador.
Hoy vengo aquí a darles a conocer el absoluto y misericordioso amor que Mi Hijo Jesús tiene por sus corazones.
Hijos Míos, cuando en el día de ayer los llamé a peregrinar hacia Salta, Argentina, era por el simple motivo de que ustedes me acompañen en esta tarea de adoración, que Yo estoy entregando como ejercicio para cada hijo de la Tierra.
Mis amados niños, mientras una parte del mundo aún está distraída y no presta atención a la oración y a la unión con Dios, Yo les pido que sean verdaderos difusores de Mis mensajes maternales, viviéndolos como verdaderas llaves de salvación.
En el final de este tiempo Mi Corazón llama al mundo, congrega a toda la familia espiritual de Mi Hijo, porque así el Dios del Amor podrá descender en Espíritu de Paz y Redención hacia la Tierra.
Estoy construyendo, a través de los peregrinos consagrados a Mi Corazón en el mundo entero, un templo, en donde Mi Hijo pueda reposar, porque Jesús es el Peregrino del Amor que busca almas sedientas de amor y de perdón.
Por eso, pequeños hijos de Posadas, bajo el espíritu de la celebración maternal, Yo los espero, cuando sus corazones lo sientan, en la ciudad bendecida de Salta, para que más rayos de Mi Corazón de Amor puedan tocar a las almas necesitadas de Dios Padre. Ustedes, como discípulos de Mi Hijo, serán bienaventurados instrumentos que podrán transmitir paz y oración a los semejantes.
Hijos Míos, hoy Mi Corazón se alegra una vez más por su respuesta y donación a los planes de Mi Paz, porque todo será comprendido en un cercano tiempo, cuando sus seres vean venir en gloria a Mi Hijo, su Salvador.
Dejo hoy Mi bendición maternal, para que encuentren en este misterio de Mi Presencia, entre ustedes, el verdadero amor y devoción por Dios, el que Mi Espíritu vive en los Cielos.
Quiero que pronto, unidos a Mí en oración, puedan llegar hasta el Reino del Padre, el Paraíso, para que la Tierra sea colmada por el Espíritu renovador de Dios.
Las llaves para que eso sea posible, Mis pequeños, son su humildad, su amor y su oración, porque así la unidad de Mi Corazón los acompañará hasta la eternidad.
Les agradezco, a todos Mis hijos de Misiones y a todos los peregrinos de América del Sur, por acompañar con amor Mi llamado por la Paz en el mundo.
Los ama, desde lo más Alto en el Reino de Dios,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Amados hijos Míos:
Hoy los guardo a todos en Mi regazo, en el mismo regazo de Amor y de Paz donde estuvo el pequeño Niño Jesús. Hoy los llamo a que se entreguen por completo en Mis brazos para que, llevados como ofrenda ante el Altar Celestial de Dios, vuestros corazones comiencen a participar de los tan esperados años de paz.
Queridos hijos de Posadas y de toda la provincia argentina de Misiones:
Mi Inmaculado Corazón hoy consuela a cada una de vuestras almas y les dice que el motivo de Mi venida hacia aquí, desde los Cielos, es porque vuestra fe, devoción y confianza en Mis planes de Paz para el mundo entero abrieron las puertas de los Cielos, para que Mi Maternidad Divina descendiera para estas fechas especiales.
Queridos hijos, por este motivo Mi pedido maternal es que se unan ardientemente todos los corazones de Misiones, para que esta parte de Argentina también sea contemplada por la Misericordia de Dios Padre.
Como Madre Inmaculada, Guardiana del Corazón Eucarístico de Mi Hijo Jesús, los estoy llamando para que en oración, todos ustedes, hijos Míos de Misiones, vayan al encuentro en Salta, Argentina, de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Si ustedes, con amor puro y verdadero respondieran a este llamado, orando el Rosario y comulgando con Mi Hijo, como Madre Misericordiosa podré expandir Mi Manto de Luz y colocarlo sobre toda Argentina. Esta invitación en especial se extiende para los videntes y para todo el amado grupo consagrado a Mi Materna tarea de Paz y Redención.
Por eso, hijitos, Mi especial visita para vuestros corazones es para que respondan a este importante llamado por la paz y, de esa manera, cuando vuestros corazones estén en Salta, podrán bajo Mi permiso celestial unir las dos tareas maternales de Mi Corazón; como sucederá mediante la Gracia de Dios para el mes de marzo de 2013 con la llegada a Uruguay y Argentina de uno de Mis hijos videntes de Medjugorje.
Quiero demostrar al mundo que no solo Soy la Madre de la Iglesia de Cristo, sino que ahora vengo al mundo para que todos Mis hijos, los que no me conocen y los que niegan Mi presencia maternal, se puedan reconciliar Conmigo y, en consecuencia, con Dios Creador.
Queridos hijos, dejo hoy para ustedes la revelación para este tiempo de Mis tres bienaventuradas fases:
Primero, como María, Reina de la Paz en Medjugorje.
Segundo, como la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús en Salta, Argentina.
Tercero, como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad en Aurora, Uruguay.
Dios me envía de tres maneras diferentes para que todo hijo Mío, de cualquier parte del mundo Me pueda reconocer y amar. Por eso hoy les revelo Mi Sagrado Ecumenismo Mariano como Madre Universal, una enseñanza aprendida de los grandes maestros esenios que vivían en las afueras de Jerusalén y de Galilea.
Queridos hijos, quiero que sientan en vuestros corazones la veracidad de Mi mensaje y quiero que guarden en vuestras esencias todo Mi Amor por ustedes, porque Dios Me ha pedido que aparezca ante hijos escogidos por Mí en tres momentos diferentes:
En Medjugorje, para detener la destrucción de Yugoslavia.
En Salta, Argentina, para que Mis hijos recordaran adorar el Sagrado y Eucarístico Corazón de Mi Hijo.
En Aurora, Uruguay, para hacer conocer a todos Mis hijos la importante venida del Espíritu Santo, de la misma manera que llegó a todos nosotros en el Cenáculo de Oración.
Hijos Míos, les dejo la tarea materna de que contemplen estos tres momentos universales que Mi Corazón Inmaculado revela como tarea para el inicio de este nuevo ciclo. Que en Cristo Vivo y, en vuestros corazones, reciban el nuevo año bajo la Gracia de la Esperanza y de la Misericordia de Dios para todos.
¡Queridos hijos de Misiones, les agradezco por escuchar Mi llamado maternal!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridísimos hijos:
Mi Inmaculado Corazón se alegra por estar una vez más en la Argentina para recibir a Mis pequeños hijos y brindarles Mi Paz y la fortaleza del Espíritu de Dios.
Hoy traigo entre Mis manos, Mis queridos, Gracias benditas enviadas por el Señor para que vuestros corazones no pierdan la unión con el Corazón bondadoso de Dios. Cada una de estas Gracias que traigo contiene el misterio y la santidad de los Sacramentos para que vuestros corazones no se olviden jamás de buscar a Mi Hijo Jesús por medio del Santísimo Sacramento.
Hijos Míos, hoy Cristo Me envió con la misión de despertar en vuestros corazones el Amor y la contemplación a los misterios de Su Pasión. Pasión que renovó al mundo y al Universo, que dio a conocer a vuestros corazones el Poder de la Misericordia de Dios. Sepan, Mis queridos, que Jesús revive cada día esta Pasión en Su Santísimo y flagelado Corazón, por todas las faltas de la humanidad.
Los seres humanos están cada vez más olvidados de Cristo, más aún de Su Pasión y de todo lo que Dios sembró en la Tierra por intermedio del Corazón de Su Hijo. Por eso, hijos Míos, es necesario que renueven en vuestros corazones el compromiso que cada uno tiene Conmigo y con Nuestro Señor Jesucristo, para que, por medio de esta renovación, muchas almas más puedan despertar el Amor y la reverencia al Corazón de Cristo Crucificado.
Al contemplar los Misterios de Su Pasión, Mis hijos, busquen la esencia de cada pasaje, busquen la Fuente de la Misericordia que se abrió en aquel momento y que por la entrega del Cordero de Dios se tornó Fuente inagotable de perdón y de piedad.
Nuestro Señor espera que por la contemplación de estos misterios, vuestros corazones puedan revivir cada pasaje y encontrar al Cristo Vivo y al Mensaje que dejó sobre la Tierra hace tantos años.
Hijos Míos, en la renovación del sacrificio de Cristo por medio de vuestros corazones encontrarán la fuerza para vivir los días que vendrán, días en que la humanidad se encontrará debilitada y sin energía para proseguir, porque muchos no tienen a Dios que es la vida y la salvación en este tiempo y por toda la eternidad.
Por medio de Su sacrificio, de Su entrega total a la Voluntad de Dios, Jesús construyó un camino seguro para que lo recorrieran aquellos que vendrían después de Su muerte.
La ofrenda hecha por Mi Hijo Jesús fue plasmar en la Tierra el Amor, en el cual los Universos se verían sustentados y la Misericordia por medio de la cual todas las criaturas encontrarían la posibilidad de redimirse y de retornar al Corazón de Dios.
Por eso, Mis queridos, si vuestros corazones se sienten perdidos, busquen en Cristo el camino para encontrar a Dios porque Él estuvo perdido, estuvo solo, sintió el dolor y el vacío que ningún ser humano podrá comprender y, sin embargo, encontró el camino que lo llevó directamente al Padre. Este camino fue el Amor absoluto al Padre, la confianza plena en Su Voluntad y en Su Plan para la vida sobre la Tierra.
Les dejo este mensaje para que vuestros corazones puedan buscar, en él, la fortaleza interior. Cada una de estas señales está presente en el Corazón Eucarístico de Cristo que podrán adorar y encontrar, en él, el misterio de la conversión y de la redención.
En este Pan de Vida está todo el misterio de la Creación y el verdadero propósito que tuvo el Señor al crear a cada ser de esta Tierra. En este Corazón Eucarístico está el Amor que los nutrirá en este tiempo.
Por intermedio de estas señales renovadoras encuentren al Corazón de Cristo, Mi Hijo, hacia el cual Mi Corazón los conduce secretamente hace tanto tiempo.
Los amo siempre y les agradezco,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridísimos hijos:
Después de casi seis años de Apariciones y más de un año de Apariciones públicas, ha llegado la hora de percibir y vivir los frutos que dejó Mi Corazón en el corazón de cada uno de ustedes.
El retorno de Mi Hijo Redentor ya está más cerca de lo que ustedes imaginan y Él vendrá a cosechar los Dones que depositó, como potencial, en las ovejas de Su rebaño, dones que están siendo despertados por la Gracia del Espíritu Santo.
Mis queridos, cuando llegue la hora del Encuentro con Cristo, Él les mostrará Su nuevo Rostro y traerá en Sus manos los Talentos Universales que serán entregados a los que persistan. Como respuestas a estos códigos, que los prepararán para la Nueva Vida, Cristo buscará un rebaño despierto en los Dones del Espíritu Santo. De esta forma, hijos Míos, cada uno deberá descubrir en lo profundo del corazón, qué Don deberá ofertar al Redentor.
Algunos despertarán el Don de la Humildad, a través de un corazón que reconoce plenamente el Poder y la Magnitud de Dios, un corazón que sabe que de Él provienen todas las cosas que existen en la Tierra y vive eso.
Otros manifestarán el Don de la Caridad, por medio de un corazón que descubrió a Dios en sus hermanos y, en la búsqueda incansable para encontrar al Cristo Vivo, buscarán al Redentor en cada criatura y servirán al Padre Supremo por intermedio de Sus hijos, prestando un eterno servicio en todas las acciones.
Algunos despertarán el Don de la Comprensión, mediante un corazón capaz de percibir el momento interior de todo lo que está a su alrededor y de no juzgar cosa alguna, pues conoce la verdad de todo y la comprende.
Algunas ovejas se tornarán pastores, a través del Don del Dicernimiento. Estas sabrán el camino correcto por el cual conducir al rebaño antes de la llegada del Redentor y, por intermedio de este Don, encontrarán a Cristo entre tantos que fingirán ser el Cristo renovado.
Algunos despertarán el Don del Amor y por medio de Él, amarán también al enemigo y darán la oportunidad a la Oscuridad de convertirse en Luz. Estos serán los últimos en ofertar su Don en el tiempo de la tribulación, pues a través de este Don y de esta gran conversión, los Planes de Dios se cumplirán.
Muchas ovejas vivirán el Don de la Paz y mediante ese Don protegerán a muchas otras ovejas y no permitirán que desaparezcan los Dones en el corazón de sus ovejas hermanas.
Un Gran Don que el Señor espera despertar en Sus criaturas en este tiempo es el Don de la Fe, pues las ovejas de Cristo que vivan este Don se mantendrán de pie, en cualquier circunstancia, y no perderán jamás la confianza en el Señor, en la certeza de que Él todo sabe y lo conduce todo. Y por medio de este Don sustentarán a muchas otras ovejas unidas al Rebaño que busca al Gran Pastor.
Es por el despertar de estos Dones, hijos Míos, que Mi Corazón viene día a día; es para que puedan tenerlos en las manos cuando el Señor esté delante de sus ojos, buscando lo que Él les entregó para despertar y vivir en este tiempo. Es para vivir estos Dones que sus pequeños seres están en la Tierra en este momento y para llevarlos más allá de la Tierra, cuando les sea pedido.
Existen muchos otros Dones a ser vividos. Solo se necesita que, por medio de la simplicidad, sus corazones se ofrezcan y se permitan vivir esta verdad que hoy les traigo, pues no hay mucho tiempo.
Vacíen los corazones y no tengan miedo por todo lo que podrán sentir, ya que un corazón vacío es algo desconocido para muchos en este mundo.
Para que sus corazones aprendan, puedo contarles algo:
Jesús ya había ascendido y dejó para Nosotros una gran Misión, la que no sabíamos cómo llevar adelante. Hasta que un día Dios vino a Mí, cuando Me encontraba en oración con las discípulas que Me acompañaban, y Me encomendó que me acercara a los Apóstoles.
No sabía lo que iba a suceder. Cuando nos reunimos, sentimos el profundo vacío que la partida de Jesús nos había dejado. El único sustento de Nuestros corazones era la confianza ciega en Sus palabras y en Sus promesas. Nosotros entramos en un profundo silencio y ofrecimos ese vacío a Dios, ofrecimos todos los días que nos quedaban por delante y, al encontrar Nuestros corazones vacíos, sinceros y confiados en Su Gracia, el Señor envió Su Espíritu y nos dio a todos el Don de la Sabiduría.
En ese momento fuimos colmados por una Sabiduría que no era de esta Tierra, que venía del Cielo y que contenía la Sabiduría de todos los pueblos, de todas las lenguas. Fue así que, plenos del Espíritu Santo, salimos a cumplir la Voluntad del Padre, fortalecidos por Él. Nada era lo suficientemente fuerte para detenernos.
Esto es, hijos Míos, lo que les es ofrecido vivir en este tiempo y más aún en este día.
Los bendigo, para que a través de esta Gracia sus corazones puedan sentir y vivir la oportunidad que les fue anunciada.
Les agradezco por responder a Mi Llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Como cuenta la historia grabada en lo profundo de Mi Corazón, después del nacimiento de Jesús, el pequeño Niño Rey comenzó a irradiar los primeros códigos de redención y de paz para el mundo, especialmente para todos los que en el camino me veían con el Niño Jesús en brazos.
Ese fue el tiempo de Mi mayor aprendizaje como madre. Allí Dios me fue revelando los misterios infinitos de Su Amor por todos nosotros. Mi Inmaculada Virginidad fue colmada por el Espíritu Santo, que permitió gestar en Mi vientre al pequeño Niño Jesús. El Niño Rey fue la verdadera señal de conversión y redención para muchos hijos de Israel, incluso para aquellos que fueron partícipes de los diálogos espirituales que Jesús, siendo niño, compartía con mucho amor para todos.
Después de algunos años de vida, el pequeño Niño Rey fue creciendo y Mis manos maternales lo ayudaron a dar los primeros pasos hacia Dios. Pero Jesús era y es Dios en vida, en preciosa expresión de amor visible para toda la humanidad. Jesús, el pequeño Niño Rey, fue mostrando las verdaderas virtudes de santidad y humildad que Dios le había dado. Cada alma que se encontraba con Mi Hijo Jesús, curaba su dolor y recuperaba la esperanza a través de la confianza en el Dios del Amor.
Cuando Jesús tenía once años de edad, fue llevado por primera vez al templo, para presenciar la instrucción de los doctores. Fue en esa época que Mi Corazón Materno y el Corazón de José confirmaron definitivamente la confianza total en Dios, porque en ese entonces Jesús se perdió entre la multitud y lo buscamos durante tres días seguidos. La fe y la guía de un ángel del Señor nos llevó a encontrarlo en el templo, entre los doctores. Jesús pasó tres días seguidos predicando, aun teniendo once años de edad, el Espíritu de Dios hablaba con amor a través de Su pequeño y Sagrado Corazón.
Cuando, junto a José, lo encontramos en el templo, vimos que Nuestro Altísimo Señor estaba obrando silenciosamente por medio del pequeño Jesús. Terminada la prédica de Jesús en el templo, lo llevamos de nuevo a Nazareth. Cuando llegamos a la casa en Nazareth, le preguntamos con mayor tranquilidad donde Él había estado durante esos tres días seguidos.
Jesús nos respondió:
“...Madre, ¿dónde Mi ser podría estar, sino en la Casa de Mi Padre? Mi Corazón fue llamado por el Señor para derramar amor sobre el corazón pensante de los doctores; tuve que despertar el amor en ellos, diciéndoles que Dios se encuentra en la acción de donarse, de amar, de compartir y de servir al prójimo, que Dios se encuentra más allí que entre los pergaminos. Dios me habló, Mi Ángel Protector también me habló y fue el Ángel del Señor que llevó Mi pequeño Espíritu hacia el templo, para que por primera vez Yo pudiera ver cómo Dios curaba, a través de Sus palabras de Amor, a aquellos que están atentos a Su Mensaje”.
Después de tan bendecida instrucción dada por el pequeño Jesús, vimos con José Castísimo que Dios había comenzado a cumplir Su Voluntad en la vida del pequeño Jesús. En los siguientes años Jesús fue formado, por José Castísimo, en el oficio de carpintería y alfarería, para que como niño pudiera tener el mismo conocimiento que otros tantos niños de Israel. Cada padre debía enseñar a su hijo primogénito un oficio para que ese fuera desarrollado como un servicio a la comunidad. José Castísimo siempre fue muy obediente a los pedidos de Dios, especialmente a los pedidos que eran dados por los ángeles de luz del Señor.
Jesús desempeñó el servicio de carpintero más allá de los veinte años de edad, en donde nuevamente fue llevado a compartir la palabra sagrada con todo el pueblo de Israel. Nazareth fue nuestra morada por mucho tiempo; allí entre Mi Hijo y Mi Corazón de Madre nos preparamos para el esperado momento de la entrega de Jesús.
Jesús desde niño deseaba hacer pequeños sacrificios, todos eran silenciosamente ofertados a Dios por la reparación de Su Corazón. Un día en la casa de Nazareth, dejé preparado el alimento diario para el pequeño Jesús. José Castísimo, a pesar de sus tareas de carpintería, quedó con la misión de alimentar al mediodía a Jesús. Yo me encontraba en otra parte de la casa, porque muchas mujeres necesitadas de consuelo y amor me visitaban, pidiéndome consejos maternales. Yo oraba por los planes de Dios y ese grupo de mujeres me acompañaban a diario en un encuentro de oración, en el que se oraba en arameo.
Sucedió que José Castísimo durante ese día trabajó sin demora, porque de sus oficios de caridad dependía el porvenir y la providencia que nos daba el Señor. Ese día Jesús ayunó por primera vez, cuando tenía tan solo cuatro años de edad. El pequeño Niño siempre nos demostró que Él era parte de Dios y que Dios era parte de Él.
A veces al pequeño Jesús le gustaba subir una escalera que llegaba hasta lo más alto de la casa; Él nos decía que allá arriba se iba a encontrar con el Gran Señor. Yo corría rápido a buscarlo, dejando de hacer Mis deberes de casa, para poder alcanzarlo y colocarlo en Mis brazos.
El Niño Rey aprendió arameo rápidamente y siempre esperaba durante la noche, que Mis brazos lo acogieran, lo hamacaran y le cantara en suave susurro los cánticos de alabanza a Dios. En muchas noches de vigilia y de oración, Jesús estaba a Mi lado, vigilando por el Plan de Dios, aún siendo muy pequeño.
El nacimiento de Jesús trajo al mundo la pureza para retornar al Amor de Dios, pureza que la humanidad fue perdiendo a lo largo de los siglos. Por eso hoy, queridos hijos, les dejo a ustedes otra parte más de Mi historia maternal con Jesús; para este tiempo nunca olviden la madre que Dios les entregó y que las madres no olviden a los hijos que Dios les entregó. Sé que muchas madres sufren por sus hijos y que muchos hijos sufren por sus madres y padres.
Ahora es el gran momento de la reconciliación y del perdón entre toda esta gran familia de la humanidad. Coloquen en Mis brazos vuestros seres y confíen Mis queridos, que Yo estoy aquí entre ustedes porque los amo y porque la Gracia de Dios los contempla. Sean buenos hijos de Dios, sean buenas madres y buenos padres consagrados a Dios.
Todo se renueva por medio de Jesús.
¡Les agradezco por compartir esta navidad con Mi Materno Corazón!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridísimos y amados hijos:
Envío en este día un mensaje de Reconciliación, para que aquellos pequeños corazones que aún se sienten distantes de Mi presencia maternal puedan encontrar un camino para la unión Conmigo.
La primera llave para la Reconciliación es la Humildad. Sin ese atributo fundamental las almas no son capaces de vencer las influencias del mundo que llegaron a ellas.
La segunda llave es la Voluntad, pues la aspiración ardiente impulsada por la Voluntad, elevará vuestros brazos para que Yo pueda salvarlos.
Con la Humildad y la Voluntad, mis queridos, llegará la tercera llave que es la Oferta de sí, al reconocer que por sí solos, en este tiempo, no encontrarán fuerzas para salir del punto en que se encuentran.
La cuarta llave es la Pureza del corazón, para que por medio de un corazón Puro, puedan aceptar sin miedo el auxilio que viene de los Cielos.
La quinta llave es el Coraje, para responder al auxilio enviado y recorrer el Camino señalado por Dios. Junto con el Coraje camina la Fidelidad, que los ayudará a dar pasos firmes en el camino correcto, sin peligro de que haya desvíos.
La sexta llave es la llegada a la Puerta del Cielo; encender la llama del Amor en el corazón, que alejará todo el mal, quemará los últimos resquicios de oscuridad y permitirá que vuestros corazones llamen a Dios y a María delante de esa puerta.
Y cuando la puerta les sea abierta, hijos Míos, la séptima llave es correr hacia Mis brazos y dar el último paso, que es decidir no salir de allí nunca más.
Coloco hoy en Mis manos y en ofrenda a cada uno de Mis hijos estas llaves, para que al que le falte la Humildad, pueda recibirla; al que le falte Coraje, pueda sentirlo; al que le falte la Oferta de sí, pueda hacerla; al que le falte la Pureza, la Voluntad, el Amor o la Fidelidad, que busque delante de sí estas llaves y todas les serán entregadas.
Antes y después de ese Camino de Reconciliación, un atributo es sumamente necesario: la Persistencia, para remar contra la corriente que existe dentro de cada uno en este tiempo.
Descubran, Mis queridos, por detrás de estas palabras simples, el camino para retornar a Mi Corazón, porque Yo, que Soy Perdón y Misericordia, quiero recibir a todos Mis hijos en este tiempo. Por eso no esperen más, encuentren en Mí la fuerza para vencerse a sí mismos y para salir de los planes del enemigo y retornar a Mis planes de Paz.
A todos Mis hijos del mundo, que se alejaron de Mi Misericordia, que perdieron la confianza en Mi Corazón y que no encuentran más la Paz, Yo les entrego Mi Paz.
Les agradezco por oír Mi llamado y por permitir que la llama de la Reconciliación nazca en vuestros corazones.
Los adoro a todos ustedes.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras se elevaba, María hizo la siguiente oración, y dijo que es un Pedido de Reconciliación:
Padre Celestial,
que impregnas todo lo que fue creado con Tu Espíritu de Amor,
hazme encontrar el Camino que me unirá eternamente a Ti.
Señor,
que por la oferta de toda duda, miedo y falta de confianza en Ti,
mis ojos, iluminados por Tu Espíritu de Paz,
vuelvan a encontrar el Corazón Inmaculado de la Virgen María.
Y, en esta Reconciliación, Señor,
mi vida sea renovada por Tu Amor Universal,
mis pasos sean protegidos por Tus ojos de Misericordia,
y, completado el Camino de retorno a Tu Casa Celestial,
todas las criaturas estén perpetuamente en Tu Corazón
y en el Corazón de la Bienaventurada y Santísima Virgen María.
Amén
Queridísimos hijos:
Que este nacimiento del Redentor en vuestras vidas, represente el próximo paso de una humanidad convertida por la luz de Mi Amor y perdonada, absuelta de toda falta, por el Corazón Amoroso de Dios.
Hoy vengo una vez más a vuestras pequeñas vidas, para llevarlos al glorioso recuerdo del Nacimiento Divino de Jesús.
Cuando nosotros llegamos a Belén con José, el Esposo Castísimo, durante la madrugada de la Navidad, cuando todos los pueblos de Israel se reunían para celebrar la víspera de un nuevo tiempo, Mi Corazón aguardaba el esperado momento del nacimiento del Niño Rey.
En aquel momento, José me había colocado sobre un burro para ayudarme durante el largo camino hacia Belén. El Niño Rey, a través del llamado de José Castísimo, fue golpeando en cada una de las puertas de la ciudad, porque José aspiraba encontrar un lugar para que Mi Corazón Materno pudiera prepararse para dar a luz.
El Niño Jesús, que estaba en Mi vientre, me hacía sentir la absoluta presencia de Dios; a pesar de los dolores de parto por estar próximo el gran nacimiento del Mesías, veía a través de los ojos del Corazón cómo todo estaba siendo guiado.
José Castísimo llamó solicitando ayuda en cada lugar, pero nada encontraba; en su rostro se reflejaba serenidad, porque él confiaba en la Voluntad del Señor. La Gran Estrella de Belén estaba cada vez más encendida en el firmamento y a cada nueva señal de contracción que me daba Jesús, las luces de Belén durante la noche hacían movimientos e irradiaban destellos preciosos.
Todo estaba por suceder como el Ángel Gabriel lo había anunciado. En nuestro viaje a Belén fuimos cuidadosamente guiados y amparados por las Huestes del Señor. Después que José Castísimo buscó un sitio en donde Mi Corazón pudiera reposar, una dulce mujer anciana de Belén, nos indicó un lugar próximo a la ciudad, donde con tranquilidad podíamos permanecer todo el tiempo necesario.
Llegamos al establo y Dios Nos mostró cómo la compañía, amorosa y silenciosa, de los Reinos prepararon la Llegada del Redentor. La hora se aproximaba y José Me ayudó a descender del burro y con rapidez juntó paja con Sus Manos y la colocó sobre un lugar del establo, para que el Nacimiento pudiera acontecer. Era la primera vez que José presenciaba un nacimiento, pero Él tenía un Corazón de Padre, puro y casto.
Los ángeles se aproximaron, porque desde lo más alto de los Cielos la Estrella de Belén anunciaba, con destellos especiales, el nacimiento cercano del Mesías. Dios una vez más nos enseñó sobre el poder de Su Humildad y de Su Amor por la humanidad a través del nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén.
La hora del nacimiento había llegado y el Espíritu de Dios se manifestaba a través del Pequeño Niño Jesús. Los planes de Dios se estaban cumpliendo y a partir de la llegada de Jesús comenzaría un nuevo ciclo.
El pesebre por algunos momentos se volvió luz para el mundo, porque allí nació el Hijo de Dios, en un lugar de humildad y de paz.
Queridos hijos: la profecía de la llegada del Mesías se cumplió con la visita de los Reyes del desierto al pesebre que, guiados por la luz de la Estrella de Belén, sabían desde hacía tiempo sobre el nacimiento de Jesús.
Después de un largo viaje los Reyes del desierto, venidos de diferentes regiones de oriente, llegaron para estar presentes ante Jesús recién nacido. En Mis brazos estaba Dios, y eso a Mi Corazón lo llenó de alegría, fe y amor por tan esperado momento. Dios permitió nacer al Niño Rey dentro de un pesebre de austeridad y simplicidad. El Padre quiso dar la lección sobre el poder del Amor Divino a través de la humildad de Su Corazón Paternal.
La venida de Jesús al mundo despertó para cada esencia el momento de vivir la redención, a través del amor sabio que Jesús más tarde reveló en Su vida pública. Dios permitió que toda la Creación aprendiera a reconocer las leyes de la paz para los momentos de transición. Jesús trajo por medio de Su nacimiento la luz para el mundo, luz que alumbra lo más oscuro de los corazones que están caídos y separados del Creador.
Dios Padre reveló, mediante el Mesías, el Amor por todo el universo.
Queridos hijos, que ustedes puedan guardar en vuestros corazones el momento importante que están viviendo para este nuevo tiempo de la humanidad. Quiero que guarden en vuestros corazones este encuentro maternal con Mi Corazón de Madre de Dios.
Espero de ustedes que reconozcan el momento especial del que vuestras vidas están participando en este ciclo. Que el nacimiento del Niño Rey en esta Navidad y en vuestras esencias, los ayude a estar fuertes en la tarea, amorosos en la donación y misericordiosos para todo el dolor humano que deberá ser curado.
Que a través de la Red Luz Universal, ustedes sean verdaderos misioneros de la caridad y del bien, para un tiempo necesitado de mucha compasión y amor.
Amen a todos vuestros hermanos a través del Niño Rey en vuestros seres. Adoren el servicio abnegado a través de la unión con Cristo. Contemplen la Creación de Dios a través del amor en cada nueva oración.
Guíen a los más desprotegidos y ausentes mediante la instrucción de Mis mensajes de amor.
Yo estoy con Mis soldados, estoy junto a los Nuevos Cristos, los anunciados por el Apocalipsis. Que esta Navidad permita hacer renacer la Paz en los que no la tienen, el Amor en los que no lo sienten, la Fe en los que la deben fortalecer y la Misericordia en los que más la necesitan. Sean bienaventurados, así ustedes estarán mas cerca de Mi Hijo.
Los ama profunda y maternalmente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Al comienzo de la Vigilia de Oración, se leyeron los mensajes para la Vigilia, recibidos por Fray Elías y Hermana Lucía durante la mañana del mismo día.
Ver:
Después de orar del Ave María en varios idiomas, la Santísima Virgen María apareció dentro de la Casa de Oración.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Por la señal de la cruz redentora de Cristo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oremos queridos hijos por las almas a las que hoy quiero llegar.
Se realizó la oración de la Divina Señora por algunas veces.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
En esta Nochebuena, queridos hijos, vengo acompañada por San José, El Corazón Castísimo, por Santa Ana, Madre Bienaventurada y por San Joaquín, Padre Fraterno. Quiero que vivan Conmigo este símbolo de la Sagrada Familia Celestial. El Señor, queridos hijos, hoy está con ustedes.
Deseo ardientemente estar con ustedes toda esta noche y hoy Mi bendición maternal se dirige, especialmente, a todos los hogares de las familias del mundo, porque allí también debe nacer el Corazón de Cristo.
Los Cielos celebran por este encuentro con ustedes y la Estrella de Belén, la Estrella del Universo, se aproxima a la Tierra para anunciar la Buena Nueva, la redención para todos Mis hijos. Quiero dejar en este día especial Mi mensaje de Paz para todos. Como Inmaculado Corazón les agradezco por haber orado por todos Mis hijos.
Las centellas de luz han llegado a Mi Corazón, porque así se transformaron vuestras oraciones, a partir de la oración del corazón. Por eso, Mis queridos hijos, en este nuevo ciclo de la humanidad, el universo contempla los buenos obreros en la Tierra.
A todos los hijos que están unidos a Mi Corazón maternal, hoy los invito a contemplar el Corazón Castísimo de San José, para que sus vidas se puedan fortalecer en la confianza a Dios. También los invito a contemplar el Corazón de Santa Ana para que a través de su imitación de vida, se geste la luz en sus corazones y sus vidas, y especialmente, puedan volverse bienaventuradas. También los invito a contemplar el Corazón de Joaquín, para que, por intermedio de su paternidad, encuentren la luz para los nuevos caminos.
Dios Me consagró a través de estos dos amados padres, como referencia a los grandes pueblos de Israel. Dios alzó Sus ojos hacia nosotros para contemplar el amor en todos ustedes.
Esta noche les recuerdo, queridos hijos, la importancia de formar parte de esta Sagrada Familia Celestial, de este gran diseño que Dios tejió con Sus manos: la nueva familia para la humanidad.
Sean células de Mi Corazón, queridos hijos, para que Dios pueda ver en ustedes el amor de sus corazones. Mi gozo y alegría está con cada uno en este día, compartiendo esta Nochebuena desde el corazón.
Agradezco por este presente, el pesebre. Quiero que vean en este símbolo, la humildad que Dios colocó sobre Mi Corazón. Quiero que sus corazones en este día sean simples y verdaderos, para que en sus vidas se puedan revelar los misterios del Padre, el Amor del Creador, la salvación para sus corazones.
Hoy camino a su lado, queridos hijos, para unirlos a Mi Hijo. Yo observo en alguno de ustedes el nacimiento del Cristo Interior, que deberá irradiarse para todos, por intermedio de vuestro amor y unidad con Dios.
Luego de esas palabras, ambos videntes comenzaron a anotar lo que la Madre Divina les dijo. Terminado de anotar se retomó la transmisión.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Queridos hijos, por todo les agradezco.
Vayan en la Paz de Mi Hijo.
Hermana Lucía: la Madre Divina dice:
Quiero bendecir esta noche a todos los corazones que me oyen, para que compartan junto Conmigo la Sagrada Cena. No olviden, queridos hijos, que los observo y los acompaño todo el tiempo.
Les agradezco eternamente.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Como esta fiesta universal continúa, consagraré de lo profundo de Mi Corazón Materno esta comunión que vivirán con Mi Hijo en esta noche. Espero que la traigan a Mí.
En ese momento se trajeron cestas con pan y vasos con jugo de uva, los que se colocaron al pie del altar.
Hermana Lucía: la Madre Divina dice:
A todos Mis Hijos en esta noche: prepárense para compartir la cena con el Señor y con sus familias. Consagraré también el alimento que reparten esta noche para que todo el mundo comulgue con el Corazón de Mi Hijo a través de la fraternidad y el amor de sus corazones.
Fray Elías: la Madre Divina dice:
Queridos hijos, como los reyes del desierto, que trajeron los honores de luz para Mi Hijo Jesús, y en nombre del Sacratísimo Corazón de Cristo, bajo el poder del Padre y del Espíritu Santo, materialmente consagro esta comunión, como la alianza definitiva de sus corazones con los Planes de Dios.
Reciban este símbolo de la Eucaristía, como un sacramento de renovación para sus corazones. Coloco sobre este pan y este vino Mis Rayos de Luz, para que puedan despertar en sus seres los códigos crísticos del Redentor.
¡Aleluya, Rey del Universo!
Hermana Lucía: la Madre Divina dice:
Para que Mi Corazón Maternal se expanda por todo el mundo, bendigo y consagro a cada hijo que escucha Mi Voz en este tiempo.
Fray Elías: la Madre Divina dice:
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Queridos hijos, como ustedes han cantado el cántico Retorna a Mi Hijo, quiero que hoy retornen, a través de esta comunión, a Su Corazón.
¡Alabemos a Dios!
Les agradezco.
* Fin de la Aparición *
Mientras todos cantaron alegremente, se repartió la comunión consagrada por la Madre Celestial.
Luego se leyeron los mensajes recibidos.
Fray Elías: Mensaje de la Aparición extraordinaria de Nochebuena del día 24 de diciembre de 2012, transmitido por la Bienaventurada Virgen María a Fray Elías.
Queridos hijos:
Quiero dejar para ustedes y en vuestros corazones todas las palabras que les ha revelado Mi Materno Corazón de Amor. Como el Inmaculado Corazón, quiero volver a tejer entre vuestras vidas, la definitiva Red Luz Universal de servicio, de la cura a los más sufridos, de la oración universal y planetaria y de la instrucción constante de Mis palabras maternales.
Con todo esto les digo, hijos Míos, que a través de la Nochebuena, hoy nace Cristo mediante la expresión de todos los misioneros marianos de la Red Luz Universal, porque Mi Corazón Materno acompaña el diseño del Plan del Altísimo a través de los proyectos realizados por la donación abnegada y sincera de las almas en la Tierra.
Cristo nace en esta víspera de Nochebuena bajo la luz y el amor de todos los misioneros de la Red Luz Universal, que adoran Su Sagrado y Bendito Corazón.
Por eso, queridos hijos, que este glorificado día sea motivo de alegría, porque a través de las obras misioneras de la Red Luz Universal, el Padre salva a las almas y enciende la esperanza, la cura, el servicio y la oración en aquellos que lo han perdido. Mediante la existencia de la Red Luz Universal Planetaria, Dios puede mostrar para Sus hijos Su Voluntad en las necesidades que muchos de Mis hijos viven para estos tiempos de transición.
Que esta nueva Estrella de Belén, de la Red Luz Universal, los una profundamente con la Consciencia Divina de Dios, para que reconozcan en el Amor del Altísimo, Su Voluntad. Que a través de la donación total de todos los misioneros luz, Mis hijos más carentes de todo, puedan renacer en este tiempo bajo el Amor Redentor de Mi Hijo.
Queridos hijos, que la Red Luz Universal, hoy bendecida y consagrada a la obra corredentora de Mi Inmaculado Corazón, pueda irradiar los siguientes y bienaventurados principios para las almas y para todo el planeta:
Ser la Estrella que ilumine y guíe el porvenir de los corazones.
Difundir el Amor Inmaculado de María como una vertiente de misericordia para las almas.
Abrir las Puertas de los Cielos a través de la devoción de los fieles y peregrinos de María.
Aliviar el dolor humano, para que la cura del Espíritu Crístico se manifieste en cada ser.
Reconocer a Jesucristo en cada alma de este mundo.
Propagar la Paz en el mundo a través de las obras de servicio, de cura, de oración y de instrucción.
Servir incansablemente por amor a los que deben alcanzar la luz de Dios.
Compartir la Fraternidad Ecuménica y Crística mediante la unión con todos los grupos de oración.
Llevar a la vida de cada consciencia, la Ley de la Instrucción del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús.
Prometer a Dios y a Su Creación Universal, trabajar por la paz y por el bien en los más necesitados.
Construir a través del corazón y mediante la instrucción, el anuncio de la venida Redentora de Cristo Rey.
Queridos hijos, muchos más principios de luz y de paz podrán encontrar cuando solo obren a través de la Red Luz Universal, con la esperanza de que toda la humanidad alcance la redención ante Dios. Mi Corazón Materno los llama a renovarse por medio del servicio unido y fraterno entre las almas, porque vuestro propósito es que el mundo entero viva los esperados años de paz, años que reconstruirán a la humanidad y a los Reinos.
Hijos Míos, bajo la guía del Espíritu Santo consagro esta Nueva Estrella de la Red Luz Universal, en el nombre del Padre, del Amor de Mi Hijo y de la guía perpetua del Espíritu Santo.
Aleluya. Amén.
¡Les agradezco a todos por ser partícipes de este bendito día de paz!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
Hermana Lucía: Mensaje de la Aparición extraordinaria de Nochebuena del día 24 de diciembre de 2012, transmitido por la Bienaventurada Virgen María a Hermana Lucía.
Queridos hijos:
Transmito este mensaje por escrito para que sus corazones puedan profundizar en los misterios de este día y en Mis palabras, dirigidas a todos los corazones del mundo.
Quiero hoy que abran sus corazones y entreguen en Mis Manos de Perdón y Misericordia, todas sus faltas, angustias, tristezas y cualquier sufrimiento que pese sobre sus corazones. Porque en esta noche, Mis queridos, Mi Corazón viene a compartir la Paz y la Alegría, para equilibrar toda la oscuridad que habrá en el mundo en este mismo momento.
Les pido que ofrezcan cada instante de esta noche para la salvación de las almas y que, a través del amor de cada uno de ustedes por Mi Corazón, las puertas del Cielo se mantengan abiertas todo el tiempo, esperando una oportunidad de recibir a las almas que buscarán auxilio.
En esta noche queridos, bendigo a todas las familias que se unen a Mí en oración y paz desde sus hogares. Y agradezco a todos los que aproximaron a sus familias hacia Mi Corazón, para que en este día puedan recibir la Gracia que los unirá y que borrará cualquier duda que haya entre los corazones. Esto es para que las familias se conviertan, en este tiempo, en grupos consagrados a Mi Corazón y de esta forma muchas familias, que perdieron lo sagrado y la unión entre sí, puedan ser ayudadas.
Oren en esta noche por todos los que duermen y por aquellos de Mis hijos que se pierden en las ilusiones de este mundo, que olvidaron el verdadero propósito de la existencia de la Navidad.
Bendigo hoy también, a través del amor y de las oraciones de sus corazones, a todos los niños que no tienen una familia, que hacen entre ellos mismos, en los orfanatos y en las calles del mundo, la familia sin padre ni madre. Les pido queridos la intervención de sus corazones para que compartan Mi Amor Maternal y retiren de las calles, de los orfanatos y de los malos tratos del mundo, a los niños que puedan tener en este tiempo sus esencias apagadas. Únanse a Mi intervención maternal en la adopción de los niños, para que en este ciclo algunos más de Mis hijos puedan ser ayudados, sobre todo Mis hijos menores.
Quiero estar en esta noche acompañando sus corazones, acompañando el nacimiento del Niño Jesús en cada uno. Lleven en sus corazones Mi sagrada llama de la paz, porque esta paz encenderá en cada uno la sabiduría que les mostrará cuál es el camino, cuál es la Voluntad de Dios para sus corazones.
Les digo que muchas almas escogieron seguir un camino contrario al de la unión Conmigo y otros tantos no conocen Mi amor y ni siquiera se acuerdan de Mi existencia en este mundo. Por eso Mis queridos, cuando un alma camina por el camino contrario, necesito del equilibrio a través de sus pasos firmes en dirección a Mi Corazón. Porque Mi Corazón no permitirá que Mis hijos se pierdan, no desea jamás que se desvíen del camino. Por eso disipen las dudas, la falta de Fe y de confianza en Mis palabras. Porque de esta forma, con la firme determinación de seguir Mis pasos de peregrina eternamente, Yo los sostendré en Mis brazos y los guiaré siempre. Aseguraré firme a Mis hijos y no los dejaré nunca más.
Amo eternamente a cada una de sus almas y les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En la víspera del Nacimiento del Niño Rey en vuestros corazones, hoy los llamo a orar por todos Mis hijos que durante estas festividades se distancian de la unión con el Redentor del mundo.
Por eso, que esta Nochebuena sea para ustedes un día de reconciliación y de paz con el Santo Espíritu de Dios. Que vuestras almas se vuelvan a encender por la Llama del Espíritu Santo. Que vuestros pequeños corazones sean colmados por la presencia de Mi Amor Maternal.
Hijos Míos, para estas festividades aún parte de la humanidad está en la vida común y muchos de Mis hijos creerán estar haciendo lo bueno y lo correcto; por eso también hoy, durante esta vigilia especial de oración en Nochebuena, oren por las almas que se perderán, oren para que la consciencia de la humanidad sea digna y merecedora de ser partícipe de este nuevo ciclo, oren para que Mi Hijo Jesús pueda derramar Su Amor Misericordioso sobre los más necesitados de luz.
Como Reina de la Paz, oro para que cada hijo Mío encuentre el camino que necesita, porque aún muchos necesitan de la guía espiritual de Mi Corazón.
Queridos hijos, oren para que toda Mi Obra Mariana en esta parte del mundo, obra que fue interceptada por la astucia y por las grandes asechanzas del enemigo hacia un hijo Mío, pueda ser luz y redención para todos los corazones.
Por este motivo, los invito a seguir caminando, porque Dios necesita de la donación y del servicio abnegado de cada uno de Sus hijos, para que Su Amor se pueda manifestar.
Queridos hijos, cuando las Obras de la Paz y de la Luz se expanden por intermedio de la devoción de todos Mis hijos, estas obras marianas son altamente observadas por el enemigo, que intenta derribar a través de su primer golpe el templo interior que Mi Corazón construyó en cada alma. Por eso, si ustedes claman por Mi Inmaculado auxilio, Mi Corazón Maternal podrá protegerlos y ampararlos, para así aislarlos de cualquier peligro mayor.
Hijos Míos, hoy y para este nuevo ciclo planetario, ustedes están conociendo la realidad que existe entre los poderes celestiales de la Luz y las penumbras del infierno. Es necesario que Mis hijos crezcan y sepan que ahora es el tiempo de la gran redención del mal.
Ya está llegando hacia ustedes la Estrella de la Mañana, Estrella que anuncia los nuevos ciclos universales para la humanidad. Por esto, queridos hijos, sean bienvenidos al ciclo de la Redención y de la Luz, porque el Padre espera que cada criatura, que cada uno de Sus hijos, sean consecuentes con las Gracias que fueron con tanto amor derramadas sobre ellos.
Si vuestros corazones pudieran vivir en la Consciencia del Plan Divino, las almas en el mundo, en especial las almas que Mi Corazón guió desde cerca, estarían absueltas de toda falta y peligro. Cuando uno de Mis hijos es manipulado por el enemigo, Mi Corazón Materno intercede para resguardar en los Cielos la esencia interior, esencia que le pertenece a Dios.
Oren, queridos hijos, por aquellos que hace poco tiempo abandonaron Mi camino hacia Cristo, Mi camino de redención. Oren durante esta Nochebuena, para que el Espíritu Santo esté presente en aquellos que se distanciaron, durante este último mes, de Mi verdadero Amor Maternal de protección. Oren para que todos alcancen la luz de Mi Hijo, en esta hora tan definitiva. Oren para que Mis planes de Paz, se puedan cumplir y resguardar en cada uno de ustedes.
Pequeños corazones:
Que esta Nochebuena sea una noche renovadora, reconciliadora y pacificadora en Cristo, Mi Amado Hijo del Amor. Que ustedes, abriendo profundamente vuestros corazones, puedan ofertar esta Nochebuena de paz crística, por aquellos que se alejaron de la protección de Mi manto.
Como lo hicieron los pastores de Belén, vuestras almas puedan anunciar la venida del Niño Rey para todos; den testimonio de vuestro amor por Cristo.
¡Les agradezco, por estar unidos de alma y de corazón a Mi llamado especial por la redención!
Gracias por responder a Mi llamado. Los ama maternalmente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Envío este mensaje de Reconciliación y de Alegría para que vuestros corazones compartan Conmigo la Alegría Celestial que siento en este día.
Mis queridos, hoy Mi Corazón conmemora el próximo nacimiento de Cristo en todos Mis hijos en el Mundo. Hoy recuerdo el gran misterio que cargué en Mi vientre hace 2012 años atrás. Cuando el pequeño Jesús estaba en Mi vientre sentía todo el tiempo la gestación del Espíritu de Dios, y aquel Niño Rey que cargaba Conmigo me unía perpetuamente a Dios, porque Él era Dios dentro de Mí.
De la misma forma como cargué este gran misterio que renovó al mundo en aquel tiempo, hoy los invito a gestar en lo profundo del corazón este Cristo Niño que está por llegar. Sientan, Mis queridos, la grandeza de este milagroso misterio y busquen develarlo a través del corazón.
Cuando caminaba con José rumbo a Belén, sentía el Poder de lo que traía Conmigo y a pesar de confiar en todo lo que Dios me mostraba sobre Su Hijo en Mi vientre, este Hijo seguía siendo un gran misterio, tal cual lo es para vuestros corazones.
En aquella noche de Navidad, cuando avistamos las luces de Belén, el Niño Jesús saltaba en Mi vientre y los Ángeles que nos acompañaban anunciaban que se cumpliría la Profecía, el nacimiento del Mesías en la ciudad de Belén. Mi Corazón palpitaba de temor por lo desconocido que estaba delante de Mí, era algo que no sabía explicar: ¿cómo cargaba el Espíritu de Dios dentro de Mí?
Cuento a Mis pequeños, que también para Mí era difícil vivir este misterio del nacimiento de Cristo, incluso habiendo sido preparada por el Señor desde Mi creación como Esencia Bendita del Universo. Y como ocurrió Conmigo, también a Mis hijos Dios les confirmará día a día la Gracia que llevarán en sus esencias. Y cuanto más permitan que crezca este Niño Rey dentro de sus corazones, Él más los podrá guiar, como lo hizo Conmigo. Abrirá vuestros ojos y vuestros corazones, colmará vuestras vidas con el Espíritu Santo y mediante este Espíritu recibirán la sabiduría necesaria para este tiempo.
El Niño Jesús que llegará, enseñará la verdadera oración y contemplación a Dios, construirá el Camino de retorno a la Casa del Padre. El Señor envía una vez más a Su Hijo, cumpliendo con Sus promesas. Este Pequeño los tomará de las manos y con Su Pureza de niño, encenderá dentro de cada uno el propósito por el cual están en la Tierra en este tiempo.
Como Me ayudó a descubrir y cumplir los Planes que el Padre había encomendado a Mi Corazón, también ayudará a vuestros pequeños seres, pues Él será la Verdad Viva dentro de cada uno. Y para aquellos que confíen en las palabras que el Señor envía por intermedio de Mi Corazón, un Glorioso Camino será descubierto y recorrido, un Camino de Fe y de Paz.
Les agradezco y los esperaré con Amor para este día de Gloriosas oraciones y conmemoración con Mi Corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Inicio este mensaje con un pedido: que vuestros corazones, en el día 24 de diciembre, realicen una preparación especial para la Navidad, Navidad que vendrá a renovar los corazones de Mis pequeños hijos. Quiero que oren con fervor las “Ave María” encomendadas por Mi Corazón, para que en todos los espacios del Mundo estas oraciones preparen la venida de Mi Hijo, que ya llega a vuestros corazones.
Para el día 25, quiero a los pies de esta imagen (estatua del Hogar de la Adoración) un pesebre, que representará el nacimento de Cristo. Y que oren y vigilen como lo hicieron el día 21, continuamente, a partir de la 0 hora del día 25 de diciembre.
En esta Navidad, Mis queridos, el Señor enviará al interior de todas Sus criaturas una semilla que representa la Nueva Vida, donde los Nuevos Cristos, guiados por Mi Hijo Redentor, despertarán y vivirán esparcidos por todo el Universo, profundizando en el Amor que Mi Hijo irradia a todos los espacios. Esta semilla crística que llegará tendrá su cuna en los corazones de cada uno y donde encuentre un corazón puro, germinará.
Mis queridos, traigo hoy la Buena Nueva de la renovación, pues Mi Hijo Jesús dio pruebas sobre la Tierra de que Él renueva todas las cosas y vendrá para renovar vuestros corazones y el corazón sufrido de este planeta Tierra. Para que Mi Corazón triunfe, vuestros corazones deben estar abiertos y listos para vivir lo que pasará. La Gloria del Señor descenderá por intermedio de Mis soldados, aquellos que estén dispuestos a todo: a recorrer el mundo con su verbo orante de Paz, a alejar el mal a través del Amor, a renovarse en Mi Corazón batalla tras batalla.
Estamos en el tiempo de una gran guerra y para esta Navidad el Señor les ofrece la herramienta más preciosa, que protegerá sus esencias, que reinará en sus corazones. Este Amor Crístico que se les está ofreciendo es la mayor espada, el escudo más resistente, es el mayor alimento y el agua más pura que mantendrá en pie a los que Le digan sí.
Mi Hijo observa las partículas de Luz que ya salen de Su Corazón y recorren un camino de Misericrdia hasta llegar a la Tierra y penetrar los corazones de todas las criaturas. Y cuando digo, Mis queridos, que todos recibirán esta Gracia, así será.
Porque es tan grande e infinita la Misericordia del Señor, que a todas Sus criaturas les dará una oportunidad, para que ninguna esencia pierda la posibilidad de llegar a la Fuente que la creó, de hacer el camino de retorno al Corazón del Padre.
Mas debo advertirles, Mis pequeños, que también las pruebas vendrán y la buena semilla estará presente, pero solo germinará en los corazones valientes que ofrezcan a Dios sus oraciones y sus intenciones más puras de vivir en estos tiempos la Paz que ofrece Mi Corazón Maternal.
En esta Navidad recibirán esta última y primordial Gracia, la que deberán cuidar como el tesoro más precioso y que podrán buscar siempre que se encuentren en dificultades, porque aquel que haga germinar esta semilla llevará en su propio interior la Fuente inagotable de renovación.
Mis queridos, ya llegó el tiempo de madurez de sus seres y Mi Corazón Inmaculado los observará siempre, y estará atento para oir sus oraciones y llevarlas al Creador. Empujaré con Mis propias manos a aquellos que osen dar el primer paso y esperaré con Amor, en este tiempo de opciones y constante aprendizaje, a aquellos que no se animen a vivir bajo Mi Manto.
Amo a cada uno y les agradezco siempre.
Y mientras Nuestra Señora se iba elevando, continuó:
Yo soy, también, Aquella que todo renueva y a todos fortalece. Así como dí fuerzas a Mi Hijo Jesús para que se levantara las tres veces que cayó con Su cruz, quiero también ayudar a Mis hijos a levantarse.
Cuando caigan, busquen Mis ojos y unan sus ojos a los Míos, uniendo así sus corazones a Mi Corazón y de esta forma simple Yo los renovaré.
Los amo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y amados hijos Míos:
Hoy les dejo el símbolo materno de Mi Rosa Mística, que representa la esencia del Amor Divino y Universal que Yo, como Madre, tengo especialmente por todos ustedes.
Por este motivo, los invito a rezar, rezar mucho hasta que vuestros labios se cansen de pronunciar preciosas y amorosas palabras para Mi Corazón y el Corazón de Mi Amado Hijo. Quiero para ustedes una absoluta paz, porque como Madre estoy acompañando el calvario purificador que cada hijo está recorriendo en este tiempo.
Mis amados corazones, entréguenme vuestro pequeñísimo corazón, porque Yo podré guiarlo por el camino de Mi Fuente Insondable de Paz. Jesús espera que vuestros corazones reposen sin demora sobre Su Insondable Corazón de Amor, pues Mi Hijo Predilecto sabe bien sobre vuestras angustias y desconsuelos.
Pero hoy vengo aquí como Reina del Cielo para recordarles vivir en Mi Paz, porque si están en Mi Paz hallarán consuelo, voluntad, amor y esperanza para el naufragio que muchos de Mis hijos están viviendo.
Todo el Universo Mayor contempla el preciado momento que en estos días vive la humanidad despierta y la humanidad dormida. Vuestro trabajo de oración, queridos hijos, atrajo hacia Mí millones de esencias que en este mundo estaban perdidas.
Sin demora alegren vuestras almas, porque el Señor reconoce el esfuerzo grandioso de vuestros seres. Cuando un hijo Mío se escapa de Mis brazos, recuerdo el momento de Mi dolor silencioso a los pies de la Cruz. Pero el poder de Mi Amor vence el arrebatamiento que me ha hecho el enemigo.
La Mujer vestida de Sol se prepara para revestir de luz a todos Sus hijos, Ella viene dispuesta para recorrer el gran desierto en donde cuidará a todos Sus niños de las asechanzas del enemigo.
No teman Mis pequeños, grande y majestuoso es el consuelo maternal que hoy les irradia Mi Inmaculado Corazón, porque Mis soldados son tan amados que el Señor permite que todas Sus criaturas aprendan y crezcan con rapidez.
Por eso hoy los llamo, para que extiendan vuestros brazos hacia Mí y que nuevamente abran vuestros corazones para que Mi Luz Curadora y Redentora se asiente en vuestros pequeños seres. No pierdan el porvenir que Mi Corazón construyó con tanta alegría y gozo en vuestros corazones, guarden cada momento maternal de encuentro Conmigo.
Como Madre y Reina de toda la humanidad, comprendo y acompaño los pasos de Mis hijos y los desvíos de todos aquellos que no viven el Eco de Mi Amor.
Queridos hijos, han llegado hasta el portal del Nuevo Ciclo Universal que es vigilado por todas las Huestes del Padre Creador. Todo camino que se inicia de nuevo, es un camino que Dios a través de Sus hijos comienza a construir por amor y unidad.
Hijos Míos, quédense en Mi Paz, quiero que puedan aceptar Mi Paz, para poder recibir la sabiduría del Espíritu Santo que muchos hijos necesitan. Recuerden que no los abandonaré, porque Mi victoria será poder ver a cada esencia en el Paraíso. El enemigo podrá hacerlos temer, pero Mi Amor les dará el poder de la Fe y del porvenir, porque si aceptan ser hijos de Dios, el Padre recogerá en este tiempo la cosecha de todos los frutos que han crecido siguiendo los pasos de Mi Corazón.
Hoy más que nunca estoy con ustedes, oro por ustedes, camino junto a ustedes, necesito de la esperanza de todos ustedes para que muchas almas se puedan volver a encender a través del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Que la Navidad que se aproxima los pueda llevar a adorar la venida del Pequeño Niño Rey del Universo, a través del ingreso al pesebre de humildad de Mi Materno Corazón.
¡Levántense queridos hijos!, porque Cristo los llama a continuar el camino hacia la Luz del Reino de Dios.
Los adora, los cura y los ama siempre,
Vuestra Inmaculada Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Queridos hijos:
Como María Auxiliadora, vengo al encuentro de vuestros corazones en esta ciudad, para que Mi Corazón abarque un espacio más, espacio que necesita en las almas Redención y Reconciliación con Mi Hijo y con Dios.
Hijos míos, lo que desea el Señor para este día es la oración fervorosa de vuestros corazones, que aparte el mal y el dolor que impregna muchas consciencias en este momento. Para que Mi Corazón pueda triunfar en este día, es necesario que vuestros corazones Me acompañen en peregrinación orante por espacios profundos de esta ciudad, buscando las almas que se perdieron del rebaño del Redentor. Vengo a traer a este lugar la Conversión, la Paz y la Misericordia de Dios, pues son atributos necesarios para este tiempo.
Hijos queridos, el atributo de la Paz debe ser vivido como la prioridad en vuestras vidas, pues, sin la Paz no se vence el miedo ni la oscuridad. Los corazones pacificadores podrán detener conflictos mucho más allá de sus ojos. La Paz es la fuerza primordial que une los corazones permanentemente a Mi Corazón y que Me encontrará donde Yo esté para ir en auxilio y suplir vuestras necesidades. El corazón pacificador abre las puertas para que desciendan todos los otros atributos de Mi Corazón de Madre. El corazón pacificador atrae los Dones del Espíritu Santo por medio de la Paz inquebrantable que trae a la Tierra y que vive en sí. Para que vuestros corazones se conviertan en pacificadores, colóquenlos en Mi Corazón, a través de la oración del Santo Rosario y, día a día, poco a poco, la Paz se instalará en vuestros seres.
Si mantuviesen los corazones atentos a lo que habla la Voz de Mi Corazón, encontrarían verdaderamente la llave para la transformación, para la Cura y para la Redención. Si vuestros corazones pudiesen abrirse a la simplicidad de la Voz de Mi Corazón y pudiesen creer en Mis Palabras de Paz, rápidamente encontrarían el camino para el Encuentro con Mi Hijo.
Mis queridos, día a día, Dios envía por intermedio de Mi Corazón todas las llaves para que abran las Puertas del Cielo. Aparición tras Aparición Mi Inmaculado Amor les brinda las bendiciones y la Gracia del Espíritu Santo. Los ángeles de Mi Reino están día y noche atentos a las oraciones, para intervenir por vuestros seres y responder vuestros pedidos.
Escucho la voz de todos Mis hijos del mundo entero, los que creen y los que no creen en Mi Amor y en Mi Poder de Redención. Coloco en todo momento en Mi Corazón sus dolores, tristezas y angustias, mas sus corazones solo me hablan, no me escuchan.
Oren, Mis queridos, entren dentro de Mi Paz y a través del silencio del corazón escuchen el mensaje que les traigo día a día. Muchos Me reclaman respuestas, reclaman milagros, curas, la conversión de sus familiares, mas no ven que les respondo día a día, que todo el tiempo ofrezco la Cura y que la conversión está llamando a vuestras puertas. Déjenme entrar.
Sean valientes y arrojados para descubrir que en la simplicidad está todo lo que buscan; que detrás de cada una de Mis palabras maternales está la Gracia que Dios envía a los corazones. Sean fuertes, Mis pequeños, para que vean que el Espíritu de Dios se aproxima, que Mi presencia en este tiempo, en tantas partes del mundo, es el verdadero Milagro de Salvación que Dios les concedió.
Este es un llamado maternal, que Mi Divino Corazón realiza para despertar a Mis pequeños hijos del sueño en que viven. Sean fuertes para descubrir que la verdadera fortaleza no está lejos; que no será en las grandes acciones que encontrarán el Camino y la Salvación; que las Puertas del Cielo están delante de vuestros ojos, y que para entrar solo es necesario Oración y Paz.
Les agradezco con Amor y guardo en el Corazón la Esperanza del despertar de cada hijo de esta humanidad.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No teman, queridos hijos, porque las puertas del universo están abiertas.
Hoy, Dios Me envía a decirles que el ciclo tan esperado en esta humanidad se está aproximando. Eso significa, queridos hijos, que Yo estaré más cerca de ustedes durante todas estas horas.
Después de 2012 años, Mi Consciencia actuará fuertemente en este mundo y eso se prolongará hasta el próximo año 2013, en el que una tarea en Medjugorje estará siendo concluida a partir del desenvolvimiento de los secretos. Todo estará siendo revelado al mundo en poco tiempo. Las verdaderas revelaciones que escribieron los profetas del ayer.
Y hoy, cumplo una profecía, entre tantas, la venida de la Reina de la Paz, de la Reina del Universo, que anuncia la llegada de Mi Hijo a través del nacimiento solar; eso significa, queridos hijos, que los signos estarán siendo mostrados.
Es importante lo que les estoy revelando; por eso, ahora les pediré un permiso. Los corazones que están muy cerca de Mí, así Me comprenderán mejor.
Queridos hijos, quiero decirles que, a partir de esta fecha, comienza el ciclo que fue escrito por Dios. Los Libros se abren para escribir nuevamente en la humanidad, en la Nueva Humanidad tan esperada por Nuestro Señor.
Por eso, no teman por los eventos que acontecerán. Fueron llamados en este tiempo porque ya han sido preparados. Sus corazones fueron preparados a través de Mi venida a lo largo de todo este último tiempo. Esa es la mejor señal que hoy les muestro: que, a través de Mi Presencia, ejerciten la oración del corazón.
Será importante ofertar a Dios, durante todos estos días, los pequeños sacrificios que pueden hacer sus corazones, para que este nuevo tiempo sea de pacificación y muchos corazones, que necesitan ser refugiados dentro de Mí, puedan aproximarse por la colaboración de los Ángeles Custodios. Será importante su unión diaria con el Ángel Guardián, Él les indicará los pasos que deben dar durante este último ciclo.
Como la Misericordia de Dios es tan infinita, queridos hijos, Mi Corazón Maternal llegará a Aurora para poder apoyarlos. Y después de tantos eventos, que irán sucediendo poco a poco, volveré aquí, a Argentina el próximo año, a partir del mes de marzo, para que ustedes, ahora como adultos, puedan estar unidos a Mí y Me ayuden en esta tarea planetaria que comenzará a partir de este fin de año.
Por eso, queridos hijos, dirijan sus ojos hacia el cielo para que puedan ver resplandecer los portales de la Paz y no se dejen engañar por lo que pueda suceder en este mundo. Será el momento, queridos hijos, de activar los poderes de la oración y de que se guarden dentro de Mi Corazón Inmaculado, para que así no teman por nada.
Hoy, no vengo a revelarle miserias a este mundo, sino a traerles la Gracia de Dios, la Misericordia del Altísimo, para que aquellos hijos que en verdad Me quieren escuchar, puedan caminar Conmigo, a Mi lado.
Es momento, queridos hijos, de que se tomen de Mis Manos, para que Mi Corona de Estrellas pueda rodear a cada uno de ustedes, como a cada uno de Mis hijos que necesita de la inmensidad de la Luz. Por eso, ustedes podrán ser partícipes de este encuentro Conmigo en Aurora.
Y hoy también quiero revelarles, queridos hijos, que en el interior de Mi Corazón Inmaculado también se guardan las demás Comunidades del Padre. Con esto quiero decirles que Yo también estaré en cada una de ellas y podré estar más cerca de cada uno de Mis hijos cuando practiquen el ejercicio de la oración; porque así, queridos hijos, Me estarán llamando durante este tiempo definitivo.
Quiero dejar a todos Mis hijos debajo de Mi Manto. Por eso, abran sus corazones en esta hora definitiva, dejen atrás las indiferencias, las culpas y las amarguras; porque si siguen en ese estado, le estarán dando alimento al enemigo. Por eso, venzan sus atavismos a través de la oración, así podrán trascenderse y, muy próximos a Mi Reino, Mis Ojos de Misericordia los podrán guiar.
Estoy llamando, en este tiempo definitivo de 2012, a todos Mis soldados de la oración, a ustedes y a los demás soldados que están en el mundo, a todos los grupos marianos consagrados a Mi Corazón, a todos aquellos que le atribuyen la fe a la Madre Universal. Porque como Madre del Mundo, queridos hijos, estoy llamando a los 144 000 rebaños de Cristo, para que reciban al Resplandeciente Redentor, porque Él está muy próximo a sus vidas, a esta realidad material.
Pero primero, Él deberá ingresar en sus corazones como algo vivo. Para que eso suceda, hijos Míos, tienen a la Llama del Espíritu Santo como guía y protección.
En estas horas que sucederán, queridos hijos, oren, oren mucho sin cesar, oren para estar muy unidos a Mi Corazón Inmaculado. Oren para que San José, el Corazón Castísimo, pueda intervenir por todos. Oren para que las legiones de los Ángeles del Padre puedan ayudar al planeta y los portales del universo se puedan proyectar hacia este mundo para que todas las huestes de los Padres Creadores puedan llegar. Ese es Mi motivo especial de la oración planetaria para el 21 de diciembre.
Queridos hijos, hoy les debo hablar con madurez y consciencia. No solo son Mis pequeños hijos, Mis bondadosos corazones de amor; ahora, ya adultos, deben saber la verdad y asumir la parte que a cada hijo le cabe en este tiempo.
Estoy orando constantemente por ustedes y por todos Mis hijos; cuidando a las esencias que pueden ser engañadas, el enemigo no descansará hasta desviar a alguno de Mis hijos. Sepan, queridos hijos, que en este tiempo está todo permitido; pero con su oración, unida a Mi Inmaculado Corazón, podrán estar unidos al Corazón Divino de Mi Hijo.
Únanse como un solo grupo de oración. Que este fin de año, que esta Navidad que se aproxima, no solo sea motivo de recibir al Redentor, sino también de unirse entre ustedes como un solo grupo orante en cada nación.
Queridos hijos, corran, corran hacia sus hogares y pónganse a orar, unan a sus familias con el espíritu de la oración. Ya no es tan importante que cada alma no sepa orar, sino que se coloque a ejercitar el verbo de la oración.
Prometo ayudar a todos aquellos que se inician en el camino de la oración. Y ustedes, Mis queridos hijos, también pueden ayudar a aquellos que quieren aprender a vivir de la oración.
No piensen, queridos hijos, que hoy vengo a traerles miedo, sino a prepararlos para encontrar la verdad en el corazón, para que sus consciencias se unan de verdad al Corazón de Dios.
El tiempo de la normalidad ya terminó. Es hora de colocarse en oración, de clamar y de pedir la Presencia del Espíritu Santo. Mi Corazón Inmaculado les agradecerá que cada uno de ustedes pueda participar de esta oración planetaria.
Mi cesta de oro recogerá las flores de su oración. Necesito, queridos hijos, ofertar una gran cantidad de oraciones a Dios y sus oraciones se volverán más poderosas cuando estén unidos en grupos de oración y salgan de esta normalidad que el mundo vive.
Sepan, queridos hijos, que muchos hijos Míos no sabrán lo que sucederá; por eso, Yo les pido oración por todos ellos.
Sus oraciones se multiplicarán cuando oren conscientemente junto a los Ángeles de su Guarda, porque ellos elevarán la oración hacia Mi Reino Celestial y Mis Rayos Misericordiosos podrán actuar en diferentes partes del mundo. Por eso, no se sorprendan, queridos hijos, si Me ven en muchos lugares al mismo tiempo; si ven a los Santos del Padre actuando en esta humanidad, multiplicados a lo largo y ancho de este mundo para auxiliar a la humanidad.
Mi Corazón intercederá por todos ustedes.
Es importante, queridos hijos, que la Red-Luz se active como una Red del Plan Divino de Dios, y eso sucederá a través de su intervención en todos los ejercicios de oración que puedan unir a todas las consciencias de las naciones como una sola.
Mi Corazón estará en vigilia por todos los hijos que están a Mi cargo y por todos aquellos que se han distanciado de Dios. Haré incansablemente lo mejor hasta el fin.
Oración: “Ave María” (6 veces).
Inspiramos.
Queridos hijos, quiero decirles algo en este momento, en especial a toda esta nación amada de Argentina, que nunca se olviden de que Mi Corazón los ama profundamente y de que, si alguna vez sus corazones están perturbados o si sus pensamientos se separan del Amor de Dios, no teman por nada, entren en Mi Corazón Maternal, vacíen sus cargas a Mis Pies, porque Mi Corazón de Luz los consolará.
Recuerden que Soy la Señora de las Gracias, la Reina de la Paz, que viene con la promesa de mucha más paz para este mundo. Y eso se cumplirá a través del amor de todos Mis hijos, de la fe y de la esperanza.
Siempre sepan también, queridos hijos, que Me encontrarán en el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo, en Salta; donde también Mi Voz difunde un Mensaje por la Paz. Y estarán las puertas abiertas de Mi Centro Mariano consagrado a Mi Corazón que está en Uruguay, como también el que está en Brasil y el que está en Córdoba. Por eso, alcen sus manos hacia Mi Corazón para que Mi Luz se pueda derramar sobre sus manos y puedan sentir, por sobre todas las cosas, Mi Amor Maternal.
Antes de Mi subida a los Cielos, quiero consagrarlos con el agua que hoy consagraré, como bautizó Juan a Mi Hijo Jesús. Ese ejercicio tan amoroso quiero hacerlo con ustedes.
Bendeciré las rosas que simbolizan Mi Amor por todos ustedes, que mojarán con el agua sus cabezas, para que estén protegidos y renovados en Mi Amor.
Que el agua, que simboliza la Vida para la vida de las almas, que es la esencia del Espíritu de Dios Manifestado, pueda invadir profundamente a sus corazones. El agua que cura la vida, el agua que sana las heridas, el agua que renueva sus consciencias y los libera de todo pecado y de toda mancha, sea bendecida por el poder de Mi Amor Inmaculado y bajo la unión perfecta de la Santísima Trinidad, para que sus corazones resplandezcan en Mi Paz y caminen en este tiempo bajo el espíritu de la fe y del amor.
Mi Amor Inmaculado bendice este símbolo creado por Dios, este elemento de la naturaleza del universo que les da la vida eterna, porque los renueva y los cura profundamente. Que esta agua sacie la sed de sus corazones y los nutra con el amor de Mi Hijo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Les agradezco, queridos hijos, por contestar a Mi llamado.
Mediten Mis Palabras.
Canción “Ave luminosa”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, hoy ha sido un día intenso y especial para todos. Nuestra Madre hizo revelaciones importantes para este fin de ciclo, revelaciones a las que les tenemos que prestar mucha atención.
Nunca como antes, la Madre afirmó y confirmó este nuevo ciclo que se acerca para nuestro planeta. Ella nos habla claramente que, unidos a Su Corazón Inmaculado, vamos a estar cien por ciento protegidos; y que no es para tener ningún temor, todo lo contrario, solo tenemos que hacer lo que Ella nos propone y estaremos bajo su Manto de Protección.
Este fin de año, hemos programado, a través de las Comunidades-Luz y de la Red-Luz, una vigilia perpetua de oración. Estamos sorprendidos por la respuesta de todos los grupos de oración del mundo, de cómo las personas se organizan de una forma increíble para pasar diez días orando perpetuamente; de cómo las diferentes regiones y las diferentes naciones se reparten las horas del día para poder orar perpetuamente.
Eso habla de que nuestra Madre ha encontrado un espacio en el corazón de mucha gente y la Red-Luz está comenzando a encenderse en toda América del Sur, América Central y toda Europa.
Así que la respuesta de nuestros corazones está siendo amorosa hacia el pedido de nuestra Madre. Es lo que nosotros le podemos ofrecer después de tantas Gracias, solo reunirnos a orar. Todos vamos a ir aprendiendo, a través de esos grupos orantes, el verdadero valor y el poder de esa oración.
A todos los que se quieran acercar en estos días de fin de año a Aurora, están invitados a participar igual que en la Comunidad-Luz Figueira. Y si lo tenemos que pasar en nuestras casas con nuestras familias, como la Madre también nos invitó a hacer, invitemos a nuestras familias a orar y vamos a descubrir una forma diferente de vivir.
A todos, les agradecemos mucho que nos hayan acompañado. Y, como dijo Nuestra Señora, nos vemos en marzo.
Y ahora, nos vamos a despedir cantando.
Canción: “Danos Tu Amor”.
Queridísimos hijos Míos:
Para este día los reúno entorno al gran pesebre de la humildad y el amor, porque pronto nacerá Cristo dentro de cada ser en esta próxima Navidad. Por eso, queridos hijos, preparen vuestros corazones para que el Niño Rey del Universo encuentre reposo y morada en los corazones puros y simples.
Hijos Míos, la venida del Niño Rey al mundo trae con anticipación la llegada del tiempo de los cambios para todas las consciencias y ese tiempo de cambios puede ser recibido por medio de la oración diaria, pues a cada alma le ha llegado la hora de ejercitarla en vigilia permanente.
El estado de la vigilia los aproximará, en este ciclo, al mismo estado orante que Mi Hijo Jesús vivió en Su momento culminante a través de la Agonía en el Huerto de los Olivos: ese fue el momento de la definición y de la confianza absoluta en el Creador.
Por eso, queridos hijos, que este ciclo se inicie a través de un estado de consciencia renovado y maduro, un estado interior de parte de ustedes que colabore, mediante la oración y la vigilia, en la sustentación del equilibrio del mundo y de la humanidad.
Para eso, ustedes cuentan con las gloriosas llaves de los Benditos y Sacratísimos Corazones de Jesús y María, Corazones que aspiran ser todo para vuestras vidas, Corazones disponibles y entregados para ayudar a cada uno de Sus hijos.
Queridos hijos Míos, Mi venida especial en dos días consecutivos a la Argentina tiene la misión de poder dejar por mayor tiempo a todos Mis hijos bajo Mi manto de protección. Por eso, vuestros grupos de oración pueden socorrer a todos los corazones para estos momentos y eso será posible cuando vuestras esencias se fundan en una sola, por amor y verdad, como se fundieron las esencias de Jesús y María por Amor a Dios.
Queridos hijos, los estoy llamando para ejercitar los estados del amor y de la hermandad, para corazones que aún están purificándose: esos estados espirituales del corazón permitirán que ustedes maduren como almas que están al servicio de Dios, el Creador.
Hijos Míos, como Madre del Mundo preparo el gran momento de la Oración Planetaria, la que se desarrollará a partir del día 21 de diciembre de 2012. Ese será el momento en que todos Mis hijos vivirán una verdadera unión Conmigo a través de la interiorización que proporciona el estado de oración. Cuando les pido rezar el Rosario, es para que vuestras consciencias participen de los mismos códigos de luz que fueron grabados en cada uno de los pasajes de Cristo, vuestro Señor.
La Oración Planetaria se realizará cuando todos los grupos de oración, consagrados a Mi Inmaculado Corazón, puedan estar en vigilia y en oración consciente, pero sin miedo alguno, aguardando la llegada del Nuevo Ciclo para la humanidad. Ese será el momento para que cada alma confirme su unión con los planes de Dios. En esos días Mi Corazón Materno estará próximo de cada hijo, para que cada alma pueda unirse a Mi Corazón.
Como Mediadora de almas, estaré cerca de Mis hijos y Me sentirán presente en diferentes lugares y situaciones, porque ahora Mis pequeños hijos deberán caminar por sí solos, para demostrar al Padre que han crecido por la instrucción que les ha dado esta Amorosa Madre.
Que la Paz de Mi Hijo esté presente en ustedes.
¡Les agradezco por responder en este tiempo a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más