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Queridos hijos:
Cuando algo llega a su fin no significa que sea definitivo, sino que representa el momento y la oportunidad de recapacitar, ante todas las Gracias de instrucción y de guía que brotaron de Nuestros Sagrados Corazones.
Cada momento de finalización representa un momento de introspección, así como su Madre lo vivió en muchos momentos, principalmente durante la agonía, el calvario y la muerte de Mi Hijo Amado.
Ustedes, queridos hijos, no están separados de este momento de cierre. Al contrario, sus vidas tendrán la posibilidad de meditar y de reflexionar ante tanto, pero tanto, que fue recibido por Amor de parte de Nuestros Sagrados Corazones.
Este es un momento de revisión y de conscientización ante lo que hoy viven las naciones y los pueblos. Este es el tiempo de que la Sagrada Palabra se cumpla en cada uno de ustedes y de que, a partir de ahora, dejen de solamente escuchar la Divina Palabra.
Este paso significa un esfuerzo interior para cada hijo Mío, porque representa que están ante la manifestación de los frutos, pero también de los errores cometidos. Están ante la oportunidad de enmendar sus vidas para que sean un espejo no solo de amor, sino también de justicia, de caridad y sobre todo de verdad.
Que, después de todo lo que fue recibido durante tantos años, aprendan a vivir la Verdad de Cristo en ustedes, ante un mundo opaco y oscuro, sin verdad ni transparencia. La Verdad y la transparencia de Cristo los llevará por el camino de la protección de ustedes mismos y del mundo, para que en ustedes reine el Amor del Redentor.
Como Madre y Espejo de Justicia, estoy aquí porque Mi único anhelo es que muchos más vivan la Verdad que es Cristo, Nuestro Señor y Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hoy, vengo de los jardines internos de Lys a llamar a las almas a recorrer el camino de la cura interior y del reencuentro con la paz, paz que ha desaparecido de varios lugares del planeta.
Como Madre de Lys, les ofrezco espiritualmente este espacio, en donde habita la cálida y maternal presencia femenina que gesta en los corazones el principio de una Nueva Humanidad.
Hoy, desde los jardines internos de Lys, Mi Voz de Madre e Intercesora resuena para que Mis hijos escuchen en su interior las últimas Palabras de la Madre Divina en este ciclo que, a partir del mes de mayo, comenzó a cerrarse.
Sí, hijos Míos, escucharon bien, lo que fue anunciado por la Divinidad hace bastante tiempo, hoy comienza a concretarse porque es Voluntad de Dios. La Obra de los Sagrados Corazones llegará a su fin y, en ese momento que se aproxima, será la oportunidad de que cada hijo Mío haga su reflexión y se sirva definitivamente de todos los impulsos recibidos.
Mi Amado Hijo Jesús prontamente les dictará cómo todo continuará. Mientras tanto, ya vayan preparándose, porque cuando finalicemos este ciclo de más de quince años ininterrumpidos de impulsos internos y de Gracias, cada corazón deberá colocarse en la fila de los Comandos de Cristo, en la fila que le corresponde para preparar Su próximo y esperado Retorno.
Por eso, queridos hijos, será necesario que le den más importancia y atención a la vida interna, porque será desde ella y a través de ella que tendrán las herramientas para aprender a sobrellevar el final de los tiempos.
Yo estaré desde el Cielo acompañándolos y viendo cómo cada una de Nuestras Sagradas Palabras se cumplirá.
Agosto anuncia la conclusión final de una etapa. Recemos para que todos consigan caminar hacia la meta con sus propios pies.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora del Reino de Lys
Je vous salue, Marie,
pleine de Grâce,
le Seigneur est avec vous.
Vous êtes bénie entre toutes les femmes
et Jésus, le fruit de vos entrailles,
est béni.
Sainte Marie, Mère de Dieu,
priez pour nous, pauvres pécheurs,
maintenant, et à l’heure de notre mort.
Amen.
(seis veces)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Purifícate en el Agua de Vida que hoy Yo te ofrezco. Contempla delante de ti la grandeza de la donación, la manifestación de la caridad, de la providencia y de la abundancia de Dios a través de los Reinos de la Naturaleza.
Entonces, recibe este impulso de Luz. Deja que las aguas purifiquen tu ser, no retengas nada para ti en este momento, ábrete a la cura espiritual que tanto buscas, pero no lo hagas a través de un pensamiento intelectual.
Permite que tu espíritu, conocedor de la vida esencial, interna y espiritual, sea quien gobierne este momento para que alcances la liberación de ti mismo.
Hijo Mío e hija Mía, este es el tiempo de la liberación interior. El Universo desciende con Sus Gracias a través de la Madre Celeste, porque Sus Gracias son abundantes y también infinitas. Las Manos de la Madre de Dios y Su Corazón Inmaculado están llenos de Gracias para las almas.
¿Quién será depositario de estos tesoros?
Por eso, les traigo la fuerza de los elementos de la naturaleza, porque sé que sus almas la necesitan para poder purificarse y liberarse para siempre. Esta Ley de la Purificación, que hoy rige al planeta y a la humanidad, ya no debe ser interpretada ni tampoco comprendida como una condenación o un castigo, sino como una poderosa corriente de vida que ayuda a las consciencias a su trascendencia y elevación.
Entiendan así, hijos Míos, que todo está en su lugar en este momento. Aunque Nuestras Divinas Consciencias sepan que la humanidad está fuera de la Ley, aun así, el universo de Nuestras Gracias, Prodigios y Misericordias es infinito, es más grande que todo error o pesar.
Yo vengo aquí, en este día, de una forma simple y donada para que Mis hijos del mundo imiten a la Madre de Dios en Su despojamiento total, en Su espíritu abnegado e incondicional, en Su confianza absoluta en Dios y en el cumplimiento de Su Sagrada Voluntad.
Vengo a mostrarles el camino, amorosamente. Por eso hoy, les señalo esta fuente de Gracias a través de estas aguas que descienden de las entrañas más profundas de la Tierra y emergen a la superficie en inagotable donación.
Sírvanse del espíritu de las aguas, de su castidad y pureza, de su servicio planetario y universal para lavar las heridas de la consciencia humana. Así, podrán comprender, hijos Míos, la inmensidad de la donación del Reino Mineral.
Cuántos misterios aún se guardan en la naturaleza, que están esperando ser revelados si el alma y el espíritu de las consciencias se colocan ante la naturaleza solo con reverencia y amor a lo sagrado, a todo lo que la Creación les manifestó por amor a través de los Reinos de la Naturaleza que se ofrecen por la evolución de la civilización humana y del despertar de todo el consciente humano.
Así, tienen el ejemplo y también el camino para aprender a donarse y a entregarse en confianza como lo hace toda la Creación.
Como la Madre de la Vida, como la Madre de la Creación, hoy estoy aquí para invitarlos en nombre de Mi Hijo a que ingresen en el Agua de Vida para que sus almas y espíritus se purifiquen en paz, en gratitud y con la esperanza de que llegará el día prometido de la propia liberación del cautiverio, de toda creencia, de toda idea personal, de cualquier entendimiento que no esté correctamente unido a Dios y que no sea parte del Propósito Divino.
Todas estas expresiones del ser humano de superficie son las causas que han generado el distanciamiento de esta civilización de la verdad y de la realidad que Dios plantea a través de Su Gobierno Espiritual, porque es importante que todos recuerden que todo ya está escrito en el Corazón de Dios.
Que, a través de la purificación de las aguas, y también a través de la bendición de las aguas, cada uno viva en este ciclo el tiempo de su propio desprendimiento y de su despojamiento interior para que, renovados por el Agua de Vida que brota como Gracia del Corazón del Padre Celestial, ustedes puedan ver la realidad de estos tiempos con la misma mirada de la Jerarquía, una mirada de compasión, de sabiduría y de discernimiento.
Yo estoy aquí como su Madre, una vez más, para animarlos a vivir este ciclo que el universo espera pacientemente por el bien y la paz de ustedes y del mundo entero; para que las Leyes Divinas que actúan y trabajan desde el origen, desde el principio de todo, puedan seguir trabajando y obrando, así como Dios lo decreta.
Que las aguas les traigan la cura y la renovación para que el mundo sea sanado, renovado y reintegrado a los Principios del Creador, a través de Su Voluntad.
Oremos, hijos Míos, para que muchos más puedan alcanzar este ciclo con confianza, humildad y resignación, amando al Absoluto y Eterno Dios.
He aquí la Esclava del Señor; así como en Mí se hizo Su Palabra, que la Palabra se haga en Mis hijos, que la Palabra Viva de Dios se cumpla en todas las consciencias posibles antes de que se cumpla el último tiempo, el tiempo final.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Que las aguas del planeta sanen las heridas de todos los que claman por cura y paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ven, Espíritu Santo de Dios,
y sopla sobre Tus Criaturas
que claman por paz y por justicia.
Ven, Espíritu Santo de Dios,
y consuela a los que vivieron el cautiverio
moral, humano y espiritual.
Ven, Santo Espíritu de Dios,
e inunda con Tus Gracias y poderes celestiales
a los que piden clemencia y compasión.
Ven, Santo Espíritu de Dios,
e ilumina con Tus dones
a los que buscan la verdad dentro de sí.
Sostiene, Santo Espíritu,
a los que cayeron por imprudencia,
ignorancia o desobediencia.
Ven, Santo Espíritu de Dios,
y restaura todo lo que fue dañado,
libera de la muerte a los que fueron condenados en vida,
redime a los que provocan guerras, dolores e injusticias.
Oh, Santo Espíritu de Dios,
que Me colmaste y Me abrazaste en Pentecostés,
desciende ahora sobre esta herida realidad humana.
Santo Espíritu de Dios,
oye la voz de Tu Fiel Esclava
y Mediadora de las almas,
abraza con Tu fuego a los que se sumergen
en su propia oscuridad,
destierra de toda prisión
a los que gritan por ayuda.
Santo Espíritu de Dios,
ábreles el camino
a los que quedaron atrás y fueron juzgados,
para que reencuentren la senda sagrada
de Tu Eterno Corazón.
Escucha la santa súplica
de la Madre Celeste,
Santo Espíritu de Dios,
ya no permitas que ningún alma,
sobre la faz de la Tierra,
por alguna causa o situación,
pierda la Gracia de vivir bajo el Amor de Dios.
Santo Espíritu de Justicia,
sostiene a Mis hijos.
Santo Espíritu de Verdad,
muestra con Tu Ciencia el camino correcto.
Santo Espíritu de Amor,
repara a los corazones heridos.
En unidad y reverencia a Ti,
Santo Espíritu de Dios,
responde a Mis súplicas,
en gloria al Creador de la Vida,
del Amor y de la Unidad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, como Señora del Amparo, los encuentro en este sagrado lugar de Canadá, lugar sublime de la Ciencia de Mis Espejos, en donde todas las almas del mundo se pueden ver reflejadas en Dios.
Este es el misterio que se revela ante sus ojos. Este es el secreto que despunta para los corazones porque Dios, a través de Su Creación, no solo quiere demostrarles Su Amor Divino, sino también Su Presencia Inmaterial a través de la simplicidad de la vida y de la reverencia a todo lo creado y manifestado.
Hoy, los traigo a la escuela de Mis Espejos Internos, instrumentos preciosos de la Ciencia de Dios, guardados en los recintos de Su Creación en el planeta y, especialmente, en el más absoluto silencio en Canadá; porque la Ciencia de Mis Espejos Internos existe para poder curar y redimir a la humanidad, pero también para ayudar con compasión y amor a los Reinos de la Naturaleza.
Hoy, les presento este espacio de Dios para que lo contemplen no solo a través de sus ojos, sino también a través de sus corazones; para que todos puedan ser permeados por las Leyes de la Cura, de la Armonía y de la Paz que aquí se presentan. Leyes de la Cura, de la Armonía y de la Paz que los sagrados pueblos originarios conocieron y vivieron a través de su contemplación de la Creación y de la vida.
Son estos principios y estos atributos, guardados como tesoros en Mis Espejos Internos en Canadá, que serán entregados a la próxima humanidad para que toda la consciencia humana pueda ser regenerada y reparada de los constantes ultrajes de la guerra y del sufrimiento.
Este es el espacio ofrecido al espíritu de cada ser para que se pueda regenerar y curar. Por eso hoy, se lo presento a todos Mis hijos para que también puedan sentir el abrazo de Dios a través de Su Creación y de su vida, para que hasta sus células y átomos e inclusive su propio ADN puedan volver a identificar las Leyes de la Cura y de la Armonía, principios necesarios para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Sepan que, para cada hijo Mío, aquí se guarda un Espejo Interno que lo identifica y que le permite reconocerse como Hijo de Dios, que incluso le permite reconocer su origen cósmico e inmaterial.
Vean así, hijos Míos, cuán grande y cuán profundo es ese servicio de los Reinos de la Naturaleza a la humanidad, porque fueron manifestados para servirlos a ustedes, para sostenerlos en sus pruebas y en sus crisis; fueron creados para liberarlos de cualquier prisión espiritual o interna. Así podrán comprender que las Leyes de la Cura y de la Armonía para el planeta está siempre a disposición de las almas y de los mundos internos.
Imagínense por un momento, hijos Míos, en cuántos lugares del planeta semejantes a este también existen Espejos de la Madre de Dios, de la Madre Naturaleza, y cuán infinita es la Ciencia de la Cura de Dios basada en Su Compasión y en Su Amor inextinguibles.
Todo le fue dado a la humanidad, todo le fue dado para que cada uno de Mis hijos ante la presencia de la Misericordia y de la Gracia de Dios, por intermedio de Mis Espejos Internos, se pueda regenerar, curar, redimir y principalmente, queridos hijos, las almas sigan adelante, superándose a sí mismas, dando los pasos que son necesarios en este momento del planeta y basando el espíritu y la propuesta de sus vidas en los Sagrados Atributos de Dios por intermedio de Su Creación.
Sean como un espejo pacífico de agua que irradia luz y armonía.
Sean como un árbol que se eleva para encontrar la Luz de la Sabiduría de Dios.
Sean como un ave que canta en cada mañana para proclamar su gratitud a toda la Creación.
Sean como un deva que vigila y que guarda los espacios inmaculados de la Naturaleza de Dios.
Sean como un ángel de la Creación que cela y protege los espacios puros de Dios y que ora en su más perpetuo silencio, para que todos los Reinos, incluso el Reino Humano, alcancen su estado de evolución y de despertar.
Todo esto promueven Mis Espejos Internos en Canadá. ¿Ahora, entienden la importancia de que este país esté protegido y amparado también por la Madre de Dios, así como también está protegido por los pueblos originarios que habitan aquí desde el principio?
Las puertas están abiertas a un nuevo tiempo, al tiempo del compromiso de cada alma y de cada corazón, que directa o indirectamente son traídos hacia estos sagrados espacios de Dios para que, en los planos internos de la Consciencia Divina, vivan su proceso de cura y de regeneración.
Siéntanse purificados y liberados.
Sientan Mi Espíritu Maternal del renacimiento, del surgimiento de la Nueva Humanidad, de la manifestación de los últimos Cristos, que se han comprometido con Mi Hijo para servirlo hasta el final de los tiempos bajo cualquier condición.
No sé olviden de esto. Su compromiso fue dado, y ya está consumado.
El deseo de Dios no puede ser borrado del corazón del universo, así como Mi deseo ardiente no puede ser borrado de sus corazones.
Yo los bendigo y los regenero a través de Mis Espejos Internos, de los Espejos Internos de Dios. Estén en paz.
La esperanza no ha acabado, porque Mi Hijo retornará y así se cumplirá como está escrito.
Soy la Madre del Amparo.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado todos los días de la vida.
Es incalculable para la Creación que las almas respondan al Llamado de Dios a pesar de todo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más