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Te abro una vez más la Fuente Espiritual de Massabielle para que te laves y te purifiques.
Te abro una vez más la Fuente Espiritual de Massabielle para que la humanidad pueda ser curada de su enfermedad mental y espiritual.
Ven hacia la Fuente de Massabielle y bebe de esta agua curadora que tu Madre Celeste abrió para lavar a las almas del pecado y de la perdición.
En esta agua de Massabielle está el renacimiento del espíritu y de la consciencia que, más allá de todo, aman a Dios, el Creador.
Esta Fuente vuelve a ser ofrecida por la Madre Celeste, la Inmaculada Concepción, para que la cura espiritual, mental y física llegue a las almas.
Así como esta Fuente de Gracias fue abierta físicamente a las almas; así también, a través del llamado de la Inmaculada Concepción, los corazones son convocados a vivir su acto de penitencia y arrepentimiento, a fin de que el principio de la cura pueda llegar como una Gracia abundante a las almas.
Hijo e hija, que tus pies descalzos, así como los Pies descalzos de la Inmaculada Concepción, estén libres del pasado para que, caminando por la senda de Cristo, todo pueda ser renovado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Je vous salue, Marie,
pleine de Grâce,
le Seigneur est avec vous.
Vous êtes bénie entre toutes les femmes
et Jésus, le fruit de vos entrailles,
est béni.
Sainte Marie, Mère de Dieu,
priez pour nous, pauvres pécheurs,
maintenant, et à l’heure de notre mort.
Amen.
(seis veces)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Purifícate en el Agua de Vida que hoy Yo te ofrezco. Contempla delante de ti la grandeza de la donación, la manifestación de la caridad, de la providencia y de la abundancia de Dios a través de los Reinos de la Naturaleza.
Entonces, recibe este impulso de Luz. Deja que las aguas purifiquen tu ser, no retengas nada para ti en este momento, ábrete a la cura espiritual que tanto buscas, pero no lo hagas a través de un pensamiento intelectual.
Permite que tu espíritu, conocedor de la vida esencial, interna y espiritual, sea quien gobierne este momento para que alcances la liberación de ti mismo.
Hijo Mío e hija Mía, este es el tiempo de la liberación interior. El Universo desciende con Sus Gracias a través de la Madre Celeste, porque Sus Gracias son abundantes y también infinitas. Las Manos de la Madre de Dios y Su Corazón Inmaculado están llenos de Gracias para las almas.
¿Quién será depositario de estos tesoros?
Por eso, les traigo la fuerza de los elementos de la naturaleza, porque sé que sus almas la necesitan para poder purificarse y liberarse para siempre. Esta Ley de la Purificación, que hoy rige al planeta y a la humanidad, ya no debe ser interpretada ni tampoco comprendida como una condenación o un castigo, sino como una poderosa corriente de vida que ayuda a las consciencias a su trascendencia y elevación.
Entiendan así, hijos Míos, que todo está en su lugar en este momento. Aunque Nuestras Divinas Consciencias sepan que la humanidad está fuera de la Ley, aun así, el universo de Nuestras Gracias, Prodigios y Misericordias es infinito, es más grande que todo error o pesar.
Yo vengo aquí, en este día, de una forma simple y donada para que Mis hijos del mundo imiten a la Madre de Dios en Su despojamiento total, en Su espíritu abnegado e incondicional, en Su confianza absoluta en Dios y en el cumplimiento de Su Sagrada Voluntad.
Vengo a mostrarles el camino, amorosamente. Por eso hoy, les señalo esta fuente de Gracias a través de estas aguas que descienden de las entrañas más profundas de la Tierra y emergen a la superficie en inagotable donación.
Sírvanse del espíritu de las aguas, de su castidad y pureza, de su servicio planetario y universal para lavar las heridas de la consciencia humana. Así, podrán comprender, hijos Míos, la inmensidad de la donación del Reino Mineral.
Cuántos misterios aún se guardan en la naturaleza, que están esperando ser revelados si el alma y el espíritu de las consciencias se colocan ante la naturaleza solo con reverencia y amor a lo sagrado, a todo lo que la Creación les manifestó por amor a través de los Reinos de la Naturaleza que se ofrecen por la evolución de la civilización humana y del despertar de todo el consciente humano.
Así, tienen el ejemplo y también el camino para aprender a donarse y a entregarse en confianza como lo hace toda la Creación.
Como la Madre de la Vida, como la Madre de la Creación, hoy estoy aquí para invitarlos en nombre de Mi Hijo a que ingresen en el Agua de Vida para que sus almas y espíritus se purifiquen en paz, en gratitud y con la esperanza de que llegará el día prometido de la propia liberación del cautiverio, de toda creencia, de toda idea personal, de cualquier entendimiento que no esté correctamente unido a Dios y que no sea parte del Propósito Divino.
Todas estas expresiones del ser humano de superficie son las causas que han generado el distanciamiento de esta civilización de la verdad y de la realidad que Dios plantea a través de Su Gobierno Espiritual, porque es importante que todos recuerden que todo ya está escrito en el Corazón de Dios.
Que, a través de la purificación de las aguas, y también a través de la bendición de las aguas, cada uno viva en este ciclo el tiempo de su propio desprendimiento y de su despojamiento interior para que, renovados por el Agua de Vida que brota como Gracia del Corazón del Padre Celestial, ustedes puedan ver la realidad de estos tiempos con la misma mirada de la Jerarquía, una mirada de compasión, de sabiduría y de discernimiento.
Yo estoy aquí como su Madre, una vez más, para animarlos a vivir este ciclo que el universo espera pacientemente por el bien y la paz de ustedes y del mundo entero; para que las Leyes Divinas que actúan y trabajan desde el origen, desde el principio de todo, puedan seguir trabajando y obrando, así como Dios lo decreta.
Que las aguas les traigan la cura y la renovación para que el mundo sea sanado, renovado y reintegrado a los Principios del Creador, a través de Su Voluntad.
Oremos, hijos Míos, para que muchos más puedan alcanzar este ciclo con confianza, humildad y resignación, amando al Absoluto y Eterno Dios.
He aquí la Esclava del Señor; así como en Mí se hizo Su Palabra, que la Palabra se haga en Mis hijos, que la Palabra Viva de Dios se cumpla en todas las consciencias posibles antes de que se cumpla el último tiempo, el tiempo final.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Que las aguas del planeta sanen las heridas de todos los que claman por cura y paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Contemplen en sus corazones el planeta y toda la vida que habita sobre la Tierra.
Contemplen, de forma especial, los océanos y cómo ellos intentan, día a día, recrear la vida en su interior.
Contemplen en sus corazones el mar profundo, las especies desconocidas, los vegetales, los animales, los elementos y por un instante, hijos, expresen gratitud; porque allí, en lo profundo de los mares, existen seres que silenciosamente se sacrifican por el equilibrio del planeta; seres que, ante la ignorancia humana, ofertan sus vidas aparentemente pequeñas e insignificantes, vidas que nadie ve, para equilibrar el planeta, para que la vida siga existiendo dentro de cada uno de ustedes.
Por un instante, solo por un instante, expresen verdadera gratitud.
En este día, vengo a llevar a cada uno de ustedes, en consciencia, a lo profundo de los océanos para que así aprendan también a sumergirse en el propio mundo interior, a salir de toda superficialidad, de toda apariencia, de todo engaño: cuando son engañados y cuando se engañan a sí mismos.
Sumérjanse Conmigo, hijos, en lo profundo de los océanos. Sientan su silencio. Sientan su paz.
A pesar de la agonía de la Tierra, los océanos generan paz para el mundo y aun en las grandes tempestades, aun cuando sus aguas se agitan, en lo profundo de su interior existe la paz.
Aprendan a ser como los océanos. Aprendan a servir como los océanos: silenciosamente, profundamente, de forma transparente, verdadera, sin buscar nada a cambio.
Los océanos padecen por la ambición y el egoísmo de los hombres. Ellos silencian las bombas, las máquinas que perforan su interior. Los océanos silencian su dolor, que es el dolor del corazón de la Tierra y, en cambio, ofrecen al mundo vida, aire, pureza, profundidad espiritual.
Si quieren transitar el final de los tiempos, la transición entre el viejo y el nuevo hombre, si quieren aprender cómo estar ante las situaciones de caos, si quieren aprender a salir de la superficialidad de la vida y saber quiénes verdaderamente son, contemplen los océanos.
En sus oraciones, sean agradecidos por la vida que en él habita, siéntanse sumergirse en sus aguas profundas, y allí adentro, donde hay paz, clamen también por la paz.
Sepan soportar las humillaciones del mundo; sepan soportar los momentos de soledad, contemplando los océanos.
Ellos hablan a través de su vida. Ellos hablan a través de su silencio. Ellos hablan con el ejemplo, y no con palabras vanas. Eso es lo que deben aprender de los océanos; porque, en estos tiempos, la incredulidad de la humanidad no será curada con palabras, sino con ejemplos. La única forma de enseñar, de guiar y de conducir a los seres será a través del ejemplo. No será hablando sobre la paz, será siendo paz. Por eso, aprendan de los océanos.
Ante las confusiones, el caos, el mal, silencien el propio interior, sumérjanse en lo profundo de la consciencia, recuerden los océanos y allí, hijos, sean paz.
En lo profundo de los océanos se escucha el canto de las ballenas y de los delfines, el canto del alma de los océanos, que se expresan allí donde nadie los ve. Mas aquellos que se sumergen en sus profundidades pueden ser curados por esas vibraciones.
Así también, cada uno de ustedes debe expresar su canto, su alabanza a Dios; que no surja de la boca para afuera, sino de la profundidad de sus seres, y allí, en esa profundidad, aquellos que los escuchen sean curados.
Que de la misma forma sea su oración, que surja de lo profundo de su interior y que aquellos que fueran tocados por ella sean curados.
¿Les parece imposible ser como el océano?
Si son seres semejantes a Dios, toda la Creación se refleja en su interior. ¿Creen que estas son solo palabras o están dispuestos a sumergirse en este misterio y experimentar lo que les digo?
Allí es donde la humildad se manifiesta; no en los esfuerzos humanos, sino en la profundidad de la consciencia.
Humildad no es hallarse inútil, hallarse menos que los demás; eso no es humildad, hijos. Humildad es sumergirse en lo profundo de la propia consciencia y que toda la expresión de sus seres provenga de lo que verdaderamente son. Y, entonces, le podrán decir al mundo: “soy Hijo, creado a semejanza e imagen de Dios, tan grande y profundo como Él es”; y, aun así, sus palabras serán plenas de humildad, porque Dios es Quien es grande dentro de ustedes. Él es Quien los hizo semejantes a Su Corazón, a Su Consciencia, a Su Poder Creador y Renovador.
Humildad es saber quiénes verdaderamente son y vivir a partir de esa verdad. A eso es a lo que son llamados hoy.
No vivan de las mentiras del mundo, de aquello que los disminuye y que solo manifiesta el ego humano y sus aspectos superficiales. No crean en las mentiras que resuenan del propio ser, no se engañen a sí mismos. Vivan de la profunda verdad que habita en sus esencias, y para ser capaces de descubrir y vivir eso, mediten en los océanos.
La naturaleza refleja grandeza, porque refleja la Presencia Divina y, aun así, está plena de humildad.
¿Ya estuvieron ante un gran valle, ante una puesta de sol, ante los océanos y se sintieron pequeños frente a la grandeza que expresan?
Ellos son Espejos de Dios, así como ustedes.
¿Ya estuvieron ante un ser humano y mortal, pero que expresaba grandeza a pesar de su silencio y humildad?
Él es un Espejo de Dios.
Sean Espejos, sean aquello para lo que nacieron.
Sus profesiones, sus destrezas, sus quehaceres son solo expresiones de la vida humana, situaciones que se viven en este camino, en este sendero para expresar a Dios, pero lo que verdaderamente son no termina allí.
Sean servidores, sean profesionales excelentes. Hagan todo con la excelencia del corazón y de la consciencia, pero no terminen allí. Sumérjanse más profundo, como en los océanos.
Ustedes pueden mirar el mar y encantarse con su belleza, con el reflejo del Sol y de la Luna en sus aguas, pero dentro de él existe mucho más. Así son ustedes.
Así como miran los océanos y sus ojos tienen un límite, su visión no alcanza todos los mares, así también es la consciencia humana. Hasta hoy, sus ojos tienen un límite, solo pueden comprender aquello que ven, lo que su visión alcanza; pero eso no significa, hijos, que termina allí. Existe más… Existe mucho más…
Existe más dentro de ustedes, existe más dentro del prójimo. No se engañen con lo que el otro manifiesta, no lo encierren en su personalidad, si él habla alto o bajo, si él arregla la cama al levantarse, porque existe más…
Para ayudar a que la consciencia humana exprese esa profundidad, ustedes también deben poder mirar al prójimo y saber que él no termina allí, que una consciencia tan infinita como la propia Consciencia Divina, que un Universo habita en su interior; y un gran misterio, tan profundo como los océanos, tan perfecto y tan lleno de vida, también habita en su interior.
Ayúdense mutuamente a superar la superficialidad. No les decreten a sus hermanos sus defectos y miserias, tampoco sus destrezas. Que sus ojos se fijen en lo que es espiritual, en lo que es Divino y que debe multiplicarse. Y, les diría más, debe revelarse; porque, en este tiempo, todo ya existe dentro de ustedes. Los misterios están ahí para ser revelados, para ser descubiertos por aquellos que se animen a vivir esto; y la expresión de este misterio son los talentos y los dones que el Señor vendrá a buscar de cada uno de ustedes.
Por eso, día a día, en cada oportunidad que tengo de venir al mundo, les pido que salgan de las superficialidades de la vida y, aunque sea por un instante, contemplen los océanos. Contemplen el océano infinito que habita dentro de ustedes y entonces, hijos, descubran quiénes verdaderamente son, encuentren la semejanza con Dios y dejen que Él se exprese a través de sus vidas.
Cuanto más esa vida puede crecer en su interior, más talentos se expresan, y así es que ellos se multiplican. Con cada Palabra y cada Gracia que reciben, dejen que ellas resuenen en su interior y que hagan emerger un poco más de lo que verdaderamente son. Así, los talentos se multiplican.
Sé que saldrán de aquí y se reencontrarán con sus vidas, con sus familias, con las dificultades, con sus miserias internas, con sus destrezas; pero solo les pido que siempre que recuerden Mis Palabras, aunque sea por un instante, piensen en los océanos y recuerden lo que verdaderamente son.
De esta forma, encontrarán llaves para lidiar con las situaciones de la vida de una forma diferente y, así, poco a poco, construirán dentro de sus vidas una nueva vida y dentro de sus seres un nuevo ser.
Este es el mayor servicio que pueden prestar a la humanidad en estos tiempos.
Cuando contemplen la agonía del mundo, las guerras, los desastres naturales, la falta de respeto de un corazón para con otros, el ultraje de los Reinos de la Naturaleza, recuerden, hijos, que el mayor servicio que le pueden prestar al mundo es sumergirse en el propio interior y ser quienes verdaderamente son, dejando que el Creador se exprese, que mire a través de sus ojos, que piense a través de sus pensamientos, que hable a través de sus palabras, que actúe con sus manos, que sienta en sus corazones y que, en el océano profundo de sus mundos interiores, Dios se manifieste y se haga sentir en la superficie de esos mares, en lo que pueden expresar en la Tierra. Este es el mayor servicio que pueden prestar en estos tiempos.
Así, su trabajo voluntario será más que un trabajo voluntario. Sus oraciones serán más profundas, llegarán más lejos, generarán más méritos. Su presencia en la Tierra tendrá más sentido y pasarán por este mundo viviendo con plenitud, aunque haya sido solo por un segundo que expresaron este océano.
Esto es lo que quería decirles hoy; este es el estado de consciencia al cual Me gustaría conducirlos.
Permanezcan allí, sumérjanse más profundo y encontrarán las respuestas que están buscando, encontrarán las Gracias que piden, encontrarán la cura, encontrarán la paz, porque ella no está en lo que el mundo les ofrece, sino en lo que ustedes pueden ofrecerle al mundo.
Tienen Mi bendición para esto.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como una vez les dije, soy la Madre de los Océanos, la Señora de todo el Reino Marino
Cuando destruyen o lastiman este Reino, el manto protector del equilibrio del planeta es rasgado por las propias manos del ser humano.
Por eso, como Madre de los Océanos, los llamo a la concientización; porque con los océanos contaminados no hay regeneración ni purificación de las aguas, con los corales destruidos no hay armonización de la vida marina.
Deben aprender a conocer y a percibir la razón por la que Dios creó primero los océanos y luego creó la vida. Todos los seres vivos que habitan sobre la faz de la Tierra, inclusive el ser humano, provienen de estanques de vida. En esta analogía, hijos Míos, los océanos son, para el planeta, los gobernantes del equilibrio y de la purificación global de la Tierra.
Si se contaminan, si se hacen experiencias químicas y nucleares, si los océanos dejaran de purificar por convertirse en océanos muertos, ¿cómo la humanidad sobreviviría? Nunca podría sobrevivir sin océanos limpios y respetados, desde su biología hasta su aspecto espiritual.
Defiendan a los océanos de ustedes mismos y cuídenlos, para que no sean el gran basurero del mundo. Sean responsables y responsabilicen a los que, absorbidos por la ignorancia, transgreden las leyes de la naturaleza.
Ya no vivan la pesca desmedida. El mar sin peces es un mar propenso a un estado ácido, ya que los peces son los que transmutan la contaminación que genera, día a día, el hombre de superficie.
Oremos por los océanos para que ellos sean protegidos, cuidados y respetados.
¡Ya basta de transgresiones!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Para aprender a salir del desierto es muy importante orar y saber escuchar, porque en el momento más árido es cuando una palabra podría salvarte de una situación.
Mi Hijo vivió 40 días en el desierto y, como humano, conoció lo que la vida terrestre representa, y cuán exigente es trascender la condición humana, pero no imposible.
Cuando se está en un desierto falta el agua, que es lo esencial para sobrevivir en esa experiencia. Esa agua es la vida en Cristo que trae la posibilidad de poder atravesar el desierto con valentía y determinación.
Y cuando llegas al momento de oscuridad en el desierto, es cuando tienes la posibilidad de conocer la realidad y definirla. En ese momento culminante, Mi Hijo está atento con Su Mirada, porque Él espera que lo puedas superar y así animarte a dar un nuevo paso.
La oscuridad del desierto es el momento más doloroso pero el más importante, porque es cuando todo el Universo está a la espera de que de las ruinas surja la luz de un nuevo Cristo.
Esto no es nada poético, es una verdad sentida en cada una de las células, una experiencia que debe llevarte a ir más allá de ti mismo, para que veas cómo es posible llegar más allá de tus posibilidades por una sola causa, por amor.
Nunca dejes de pedir la llegada de la luz en el desierto, el momento es ahora.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Señor, báñame completamente
con la Sangre Divina de Tu Misericordia.
Señor, lávame absolutamente
con el Agua preciosa de Tu Misericordia,
para que mi vida
sea justificable y necesaria ante Dios,
a fin de que esta pequeña parte que soy
y que representa a la más pequeña
en todo el grandioso Universo,
sea capaz de corresponder
a Tus Designios Divinos.
Para eso te pido, Jesús,
vacía mi mente y mi corazón
de todas las ideas propias.
Ayúdame a confiar en aquello
que no está bajo mi control y
que proviene de la Voluntad Divina.
Socórreme todo el tiempo
para que mi arrogancia, soberbia y desobediencia,
desaparezcan de los constantes estímulos
de mi personalidad.
Y cuando Tú, Jesús,
hayas conseguido lo que tanto esperas,
envíame adonde sea necesario,
para que yo nunca olvide que nada soy
y que solo vivo por
Tu Presencia espiritual y divina.
Transfigura todo mi ser,
que hasta la más pequeña partícula
de mi consciencia sea redimida;
porque algún día espero ser
el ejemplo de entrega y de abnegación
que Tú, Jesús, tanto anhelas.
Te suplico que no me aparte
de la humildad y de la pobreza de corazón,
porque así seré, para Ti,
el instrumento en las Manos del Rey.
Les agradezco por guardar memoria de esta intención interior.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Era una vez, en el tiempo eterno, un Propósito infinito y amoroso del Único, en el que quería reflejar Su experiencia a través de una Creación formada y constituida por muchos tipos de vida.
Así, se crearon primero los Universos, sus galaxias, soles y estrellas; luego se crearon las nebulosas y, dentro de ellas, ya habitaban las dimensiones y los planos de consciencia.
Más tarde, cuando esa primera Creación había madurado, vibratoria y espiritualmente, el Padre con todo Su Amor, fijó Su mirada en un punto del Universo, en donde un planeta, el que más había brillado, generó una condición espiritual mayor que era capaz de albergar y de recibir un Proyecto.
Para eso el Padre pidió que ese tesoro del Universo, que se estaba expresando espontáneamente, recibiera uno de los elementos y fluidos más especiales de la Creación: el elemento agua, para que lo que sucedería después, tuviera el apoyo necesario para poder desenvolverse y evolucionar.
Ese elemento traería para la consciencia humana, que fue el último proyecto realizado, la capacidad interior y también material de recordar su origen no solo desde el vientre materno, sino también su origen superior.
El elemento agua es la base fundamental para el equilibrio emocional y sentimental del ser humano. Por eso, en la creación del planeta Tierra, el Padre le quiso conceder a Sus hijos la mayor cantidad de océanos y de mares para que no sintieran la desconexión espiritual del vientre materno.
Es así, que el Proyecto humano fue acompañado desde el principio, y ha sido el Proyecto genético más privilegiado porque el propio Proyecto, para poder ser corregido y redimido, recibió la encarnación del Hijo de Dios para que la raza humana encontrara un camino directo por donde poder retornar a su verdadera esencia.
Fue así que otros seres humanos se ofrecieron para que el Proyecto pudiera perdurar y alcanzar el mayor grado de perfección, lo que fue posible por todo lo que enseñó Cristo, que fue el camino del Amor y del Perdón.
Por eso todos los seres humanos bajo cualquier condición tienen la posibilidad, dentro de todo el Universo, de vivir y de experimentar el Amor de una forma directa y sin grandes esfuerzos; un Amor que proviene del espíritu, un Amor que trasciende los errores y que pacifica, que amplía la consciencia y que abre los sentidos internos para poder vivir conscientemente el Plan y la Voluntad de Dios.
Este pequeño planeta azul, dentro de la Creación, es la escuela predilecta en donde otras consciencias universales pueden aprender sobre cómo el Amor verdadero por el Creador, por el Padre Supremo, puede mover los acontecimientos y puede conceder milagros de vida y de redención.
La llave está en vivirlo y en confiar en el poder del Amor Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi Llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Por medio del agua purifico las consciencias del mundo y las bautizo con el Espíritu Santo.
Hoy traigo entre Mis Manos y cerca de Mi Corazón, el Sagrado Relicario de la Sangre de su Señor, guardado en pequeños cristales de cesio y mostrando al mundo la Luz de la Sangre de Jesús, preciosamente guardada y registrada en el Gran Banco Espiritual del Universo.
Contemplen compañeros, este Sagrado Relicario en la sagrada geometría de un rombo, que guarda las gotas de Sangre de su Redentor.
Es con este código que Yo los vengo a renovar y a transfigurar, no solo en el Sacramento del Bautismo, por intermedio del agua, sino también a través del Sacramento de la Fe, por intermedio de Mi Sangre.
La preciosa Pasión de su Señor, como les dije en el día de ayer, y dando continuidad al sagrado Conocimiento Divino, fue preciosamente guardada, no solo cada uno de los hechos sino también cada uno de los padecimientos de su Redentor, especialmente los de haber derramado la Sangre y el Agua del Cordero de Dios sobre la superficie de este planeta y en la consciencia de la humanidad.
He aquí el Código Crístico de la renovación que ninguna ciencia ni teoría puede explicar, que ningún hombre de la Tierra ha podido descubrir porque el valor de Mi Sangre espiritual es divino, supera toda ciencia y entendimiento.
A través de la Sangre de su Señor, no solamente los puedo curar y redimir, también los puedo convertir porque la Sangre derramada de Cristo, recogida en estos pequeños cristales de cesio, guardados en esta Sagrada Geometría de Dios, no solo representa la redención de la humanidad sino el testimonio físico y espiritual del Amor de Dios para con los hombres.
Así también lo representan cada uno de los elementos que fueron utilizados en la Pasión de su Maestro y Señor. Cada uno de esos elementos es un símbolo espiritual, tiene un profundo significado que va más allá de la mente humana.
A pesar de los padecimientos vividos, es con esta Sangre Espiritual y Divina que Yo vengo a transformar esos aspectos humanos, a transubstanciar sus consciencias en el modelo espiritual que Dios necesita para estos tiempos.
Por eso no coloco Mis Ojos en las resistencias humanas, sino en el potencial que ustedes tienen en su interior de poder amar, así como Yo amé al mundo y así como hoy amo a la humanidad.
Su experiencia de redención podría ser un gran testimonio de conversión para la humanidad, y muchas más almas se sentirían atraídas para vivir la misma experiencia.
Por eso es que hoy les traigo el Relicario de Mi Preciosa Sangre, adorada por los ángeles, venerada por los santos, contemplada por los bienaventurados.
Y hoy, les presento esta Geometría Sagrada para que sus consciencias puedan despertar e ir más allá de lo material, de lo intelectual o de lo mental; alcanzar la esfera sublime de consciencia donde el único Dios habita y también contempla los méritos del sacrificio de su amado Hijo.
Hoy traigo este Relicario entre Mis Manos para esparcir su Luz al mundo. Reciban este potentísimo caudal donando y entregando sus manos a Mí, en reverencia, para que el código celular de Mi Sangre siga modificando la consciencia humana hasta que ella alcance la forma perfecta del arquetipo de Dios, basado en las Esferas Sublimes en donde se originaron los principios de la Creación, de donde surgieron las primeras formas conducidas por el Pensamiento Divino y materializadas por el Amor de Dios, antes de la existencia de este Universo material.
La Sangre Espiritual del Hijo de Dios proviene de esa Fuente.
La Consciencia de su Pastor tuvo que encarnar en la Tierra para modificar la historia de los hombres y desviar del destino a cuántos estaban inmersos en la perdición.
La Sangre de Jesús, preciosamente elevada y transfigurada por los méritos de Su sufrimiento y dolor, es el principio genético que la humanidad deberá rescatar para estos tiempos, no solo en la filiación con los Sacramentos sino en la vivencia del Amor Crístico en cada ser, testimoniando al mundo el servicio, la perseverancia y la fe.
"Adonai, hoy Me vuelvo a entregar a Tus hijos por medio de Mi Sangre. Pero esta es la Sangre de la victoria, del amor y de la luz, que provienen de Tu Corazón; atributos que estuvieron presentes en el momento más culminante de Mi Vida.
Señor, hoy no ofrezco las angustias que siento por el mundo. Ofrezco el triunfo de la Sangre de Tu Amadísimo Hijo, para que este código celular proveniente de la Fuente Espiritual de Tu Creación, descienda al mundo, se una a las almas y transforme a los cuerpos que están en redención".
Mientras los universos se abren, los ángeles contemplan la preciosa Sangre del Señor, desciende en la Geometría Sagrada del Padre y manifiesta el poder de la gloria del origen de esta Creación.
Reciban entonces Mis Códigos de Luz para que sus vidas sean transformadas conforme a la Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y que tengan fe en que todo se convertirá a su debido tiempo.
Este es el terafín que hoy traigo para la humanidad, abriendo las puertas a la redención planetaria, haciendo partícipes a las almas más imperfectas de los méritos de la Sangre de Jesús.
Quien pueda, por un momento, coloque su cabeza en el suelo para recibir de Jesús la Luz de Su poderosa Sangre, presente en el Sagrario de Su Espíritu y manifestado en la forma perfecta de la Geometría de Dios.
Contemplen los méritos del Salvador en la unión profunda con Su Espíritu, y todo será transformado.
Pueden levantarse y llevar las manos al corazón.
Es la Sangre Espiritual de Dios que hoy reciben sus vidas para que Su Voluntad, algún día, se pueda cumplir en ustedes, así como la Voluntad de Dios se cumplió en Mí.
Elevemos al Cielo este momento. Ofrezcamos nuestras vidas a los Pies del Creador y en absoluta confianza sigamos Sus pasos, para que nuestras vidas sean guiadas por el Propósito Superior y por la Divina Existencia, la Fuente inmaterial de la Creación, de donde surgimos y hacia donde retornaremos con todo lo aprendido y vivido en la Tierra.
Alrededor de Jesús, en este momento, aparecieron las santas mujeres.
Las he traído aquí, compañeros, como un testimonio de Mi Amor por ellas, de un Amor eterno, inextinguible, de un Amor que las lleva a la paz.
Ellas ungieron el herido Cuerpo de su Esposo. Pero hoy ellas son ungidas por el Espíritu de Dios, así como ustedes son ungidos por el Espíritu Santo, en su máxima expresión de amor y de bondad.
Que este Ministerio de la preciosa Sangre de su Maestro y Señor, siempre sea recordado por el mundo para que las naciones se cristifiquen, para que los pueblos se conviertan, para que las almas se rediman por la poderosa Fuente de Amor, que proviene de Mi Corazón para el mundo entero.
"Padre Celestial, no mires los errores del mundo, la indiferencia de las almas. Contempla ahora la fe de Tus hijos, la confianza de Tus siervos, la entrega de Tus servidores, para que se cumpla en la Tierra Tu Proyecto Celestial. Amén".
Los sacerdotes pueden aproximarse, por favor.
Es con inmensa alegría que ofrezco este momento para todos. Y espero que esta alegría que nace de Mi Corazón, pueda ser sentida y comprendida por todos con el mismo afecto y cariño que Yo les dí a Mis apóstoles.
Hoy les entrego a ustedes Mi afecto espiritual y paternal.
Nos arrodillamos y agradecemos la inmensa caridad de Nuestro Señor.
Así como conforté a los apóstoles en la última Cena, hoy los conforto a cada uno de ustedes con Mi Espíritu, para que sientan el Amor de Dios vivo en cada una de sus células, para que sus cuerpos acompañen el fin de estos tiempos, para que no teman a lo que llegará en breve al mundo y a los acontecimientos que se precipitarán sobre la Tierra. Porque si ustedes están en Mí, Yo estaré en ustedes y juntos estaremos en el Padre Celestial, bajo Su Gloria, Gracia y Misericordia.
Por eso, compañeros, ofrezco la consagración de estos elementos con el más caluroso afecto de Mi Corazón.
Siento que pueden vivir Conmigo este momento de verdad. Y que pueden sentir en ustedes, a través de Mis Palabras, la Luz de Dios que se entrega al mundo en esta hora para rescatar a la humanidad y al planeta, que agoniza y sufre en su más profundo silencio.
Quiero que se sientan partícipes y parte de Mí, de Mi Cuerpo Espiritual, de Mi Consciencia y de Mi Alma, y que sus almas, en esta hora de tantos errores e injusticias humanas, glorifiquen por medio del Hijo al Todopoderoso, Nuestro amadísimo y eterno Señor Dios, la Fuente única, perpetua y eterna de la Creación.
Y por los méritos de Mi Sangre es que ofrezco a ustedes Mi caluroso Amor de Maestro y Señor porque sé que su hora culminante se aproxima, para cada una de sus vidas, en donde en la misma soledad que Yo atravesé, deberán confiar absolutamente en Dios y en Su Misericordia, para aprender a atravesar las pruebas difíciles que vivirá el mundo.
Pero recuerden, compañeros, que Yo volveré para encontrarlos y reunirlos en Mi Gracia, a fin de volver a comulgar del Cuerpo y de la Sangre de su Señor, para la remisión de las faltas y de todas las maldades del mundo.
Reciban Mi afecto de Pastor. Sientan la consolación de Mi Espíritu, del mismo Espíritu que se entregó a los apóstoles y a la humanidad, el Espíritu del Dios vivo que renueva todas las cosas de tiempo en tiempo, como una sublime y dulce vibración.
Reciban el consuelo que los ángeles Me dieron en el Huerto Getsemaní, porque sé que su carne es débil, pero su espíritu es fuerte para poderme seguir y aceptar, para poderme responder y así cumplir Mi Voluntad.
Hoy vengo fuera de Mi Iglesia por todos los que no Me encontraron y por los que algún día Me encontrarán por medio de esta Obra, que humildemente y en imperfección imita los sagrados ejemplos de su Señor. Porque aquí Yo vengo a darles el Amor de Dios para que vivan la Verdad, para que aprendan a ser justos, buenos y mansos; para que se arrepientan y perdonen lo que aún no perdonaron.
Mi pedido al mundo y a los presentes es que se perdonen, así como Yo los perdoné en cada paso de la Cruz, sin condiciones.
"Eli, Eli, Padre del Amor, de la Unidad y de la Sabiduría. Olam, Emmanuel, Mahadbi Abba, Shalom Adonai, Eloheinu, Tú que eres Santo, Tú que eres todo para nosotros, Tú que entregaste a Tu Hijo por amor, para que Tus criaturas vivan el perdón y la redención, consagra esta agua a través de Tu amadísimo Hijo, para que las almas reposen en Tus brazos y curen sus heridas.
Iod He Vaud He, que estas velas sean la luz de Tu Espíritu en las almas sufridas que hoy serán bautizadas por la fuerza invencible de Tu Amor y de Tu Paz, y que Tus hijos en este bautismo, en este día de Gloria, por los méritos y las Gracias de Tu Siervo, Jesucristo, encuentren el camino hacia Tu Voluntad. Amén".
Nos ponemos de pie.
"Padre, Tú, que renuevas todas las cosas, hoy Tu Amor renueva a todos los seres por medio del recuerdo de la vivencia de este amoroso sacrificio, que Tu Hijo entregó, en confianza, a la humanidad".
En este día de Aleluya, en el que los ángeles cantan la redención de la humanidad, Yo les vuelvo a decir: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de los pecados".
Te adoramos, Señor, y Te bendecimos (se repite tres veces).
Del mismo modo hoy les vuelvo a decir: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que fue derramada por su Maestro y Señor y por todos los mártires, para el perdón de los pecados".
En nombre del amor, de la luz y de la verdad, hagan esto en Mi Memoria.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo.
Reverenciemos.
Alégrense los invitados al servirse de este Sacramento de redención.
Hoy les doy la Luz de Mi Amor para que la reconozcan y la vivan. Y hoy les doy Mi abrazo paternal para que sepan que esa Luz del Amor siempre será verdadera, infinita y eterna.
En alegría, hermandad y silencio, se darán el saludo de la paz, para que la paz esté en la humanidad.
Que la Paz de Mi Corazón esté en ustedes y en todos los que la suplican.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco.
Yo Soy como el agua que sacia toda la sed interior, quien viene a Mí nunca sentirá sed y siempre estará colmado por Mi Manantial.
Soy el agua que sacia toda la sed interior, Soy quien proporciona la luz superior para las almas. Todos los que se dirigen a Mí recibirán lo que necesitan. Siempre atenderé todo lo que Me pidan, porque, para Mí, las almas y su salvación están primero.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy quien socorre al corazón que suplica y que clama por el Señor.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy quien escucha al espíritu sufrido, Soy quien lo alivia en su momento de mayor dolor.
Soy todo lo que tú creas que Soy, porque provengo de una Fuente infinita y hacia esa Fuente elevo a todos los que llaman por Mi Nombre.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy el Pastor, pero también Soy el Peregrino. Soy el motivo de tu vida y la razón de tu existir.
Yo Soy el que Soy.
¡Les agradezco por saciar su sed interior en Mí!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Serie – Manifestación de Aurora – Parte IV
En las tierras concedidas al Centro de Aurora en la superficie, en las áreas de Redención 1 y de Redención 2 deberá ampliarse el sistema de las plantaciones.
Primero se deberá generar, en los espacios que serán dedicados a ese fin, un proceso de preparación de la tierra a través de un plan de agroforestería, un método de recuperación y de concientización sobre el cuidado del suelo para que, dentro de un verdadero ecosistema, el agua encuentre un cauce y un camino para poder nutrir la tierra.
Ya es momento de que los miembros de la Comunidad-Luz y de los Monasterios; así como también los colaboradores, aprendan sobre el cuidado del suelo y la preparación de la tierra para un futuro cultivo.
En este sentido, trayendo nuevos conocimientos y aplicándolos para la concientización de la vida grupal, el rol de la Comunidad-Luz, en su misión y propósito de autosustentabilidad, se ampliará y se fortalecerá.
Las plantaciones naturales y orgánicas dentro de las Comunidades-Luz serán la base principal para la sobrevivencia durante el ciclo más agudo del planeta, ya que el 90% de la humanidad usufructúa y digiere alimentos vegetales tóxicos que en los tiempos actuales representan la causa del 80% de la insalubridad y de una baja calidad de vida.
En Aurora se necesitará organizar un espacio y una infraestructura para contar con un banco de semillas que pueda proveer el 95% de los alimentos vivos provenientes de las hortalizas y de los árboles fructíferos.
Para que esa aspiración de la Jerarquía sea una realidad deberá crearse, entre los residentes, los consagrados y los colaboradores, un grupo de sustentación y de trabajo para ir concretando, plazo a plazo, esa aspiración.
Es importante que todos los miembros de la Comunidad-Luz y de la vida consagrada de Aurora aprendan sobre el sistema agroforestal y de las plantaciones ya que en el fin de los tiempos será imprescindible que cualquier hermano sepa identificar las condiciones del suelo para poder sembrar y más tarde cosechar.
La alimentación orgánica y no transgénica es una misión de las Comunidades-Luz a fin de preservar no solo la calidad de vida, sino también el principio natural por el cual los alimentos fueron creados.
Cada región donde se encuentra una Comunidad-Luz deberá desarrollar el sistema de plantaciones y del cuidado de la tierra conforme a los factores ambientales y ecológicos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Acto de Reverencia y de Amor a los Reinos de la Naturaleza
Quisiera ser como un pájaro
para solo alabar y cantarle a Dios.
Quisiera ser como el agua de los océanos
para solo espejar la Paz de Dios.
Quisiera ser como un árbol
que se eleva hasta lo alto para alcanzar el Reino de Dios.
Quisiera ser como una flor
que se abre cada mañana para mostrar su devoción por Dios.
Quisiera ser como una planta
que adorna los ambientes para dejarlos llenos de armonía y de luz.
Quisiera ser como un delfín
que entre las olas se supera para alcanzar a Dios.
Quisiera ser como un girasol
que se abre todos los días para recibir la luz del Sol.
Quisiera ser como un cristal
que guarda lo más bello que tiene
para expresar su amor por la Creación.
Quisiera ser como el viento
que sopla fuerte y constante para llegar con el amor
a todos los rincones de la Tierra.
Quisiera ser como el fuego
para iluminar los días de oscuridad.
Quisiera ser como la tierra
que se dona incansablemente para ser el vientre
que gesta una y otra vez a la Creación.
Solo quisiera que no se cortaran los árboles
para no dejar al planeta sin seres que se elevan hacia Dios.
Solo quisiera que no se cazaran las aves
para que la Tierra no quedara sin seres que alaban a Dios con plenitud.
Solo quisiera que no se transgrediera más la tierra con tóxicos y químicos
para que la humanidad no se quedara sin alimentos vivos.
Solo quisiera que ya no se contaminaran más los océanos
para que la vida marina no muriera pronto
y los mares ya no espejaran la paz.
Solo quisiera que el ser humano tomara consciencia
de que el planeta es nuestra casa y que de él dependemos para poder vivir.
Solo aspiro a que todos estemos en comunión con los Reinos
para que, por un instante, podamos sentir su constante sufrimiento
y así los aliviemos, sin transgredir más a la Creación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No permitas que, por ninguna causa o motivo, el árbol de los frutos de la Sabiduría de Dios se seque y sus raíces dejen de penetrar en lo profundo de la tierra, para que, así, el árbol mantenga su fortaleza.
De tiempo en tiempo vendrán tempestades, desiertos, sequías o fuertes lluvias; pero Yo nunca permitiré que algo te derribe.
Confía en Mí. Yo Soy el Árbol de la Vida y quien vive en Mí no perecerá.
Tengo todo para darte, así como tengo el poder para quitarte todo.
A través de los tiempos te colocaré en escenarios nunca antes vividos, porque necesitaré que sufras por Mí, o que te alegres por Mí, en cada momento.
Deja que la savia de Mi Sabiduría recorra cada parte de tu ser, como agua que purifica, pero que al mismo tiempo calma.
No te desesperes ni tampoco te angusties, porque en el mayor vacío interior, así como en el mayor desierto, allí Yo estoy. Tómate fuerte de Mi Mano y solo dime: “Ven, Señor Jesús”, y allí Yo estaré.
Yo Soy el refugio para los angustiados. Soy la esperanza para los desesperanzados. Soy el motivo y la razón de cada etapa de la vida.
No dejes de decirme: “Señor, yo confío en Ti”, y Yo te daré Mi Confianza, una y otra vez, como ya te la he dado, para que te sientas reconfortado y firme para los próximos pasos que vendrán.
Aliméntate del Árbol de la Vida y sírvete de los frutos y de los dones que te entrega Mi Corazón.
Ven hacia Mí y todo estará en paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sagrados Océanos - Parte I
En los profundos mares del planeta y en lugares cercanos a los continentes de la Tierra, la vida espiritual se proyecta como contraparte de la vida material.
Así se establece una comunicación entre los diferentes estados de consciencia para que, desde la Fuente Inmaterial, desciendan al mundo la mayor cantidad de atributos posibles.
Los sagrados océanos del planeta, que hoy no son respetados ni amados, cumplen una tarea importantísima en el equilibrio interior y emocional de la humanidad.
A su vez, los sagrados océanos de la Tierra guardan y protegen, a través de las corrientes marinas, toda la vida material y principalmente espiritual que se encuentra en ellos.
Los sagrados océanos, dentro de la creación del Universo Material, constituyen uno de los recursos materiales y espirituales imprescindibles para la evolución humana, ya que los océanos se comportan, no solo como ejes de equilibrio interior, sino también, por la diversidad de sus aguas, actúan como uno de los más grandes espejos naturales dentro del Universo Local.
Esos espejos naturales sirven de receptáculos físicos para proteger y guardar la actividad inteligente de los Espejos inmateriales, llamados de grandes usinas de luz espiritual, que irradian y emanan hacia la humanidad todos los atributos divinos de la Creación.
La red específica de los Espejos que se encuentra en los grandes océanos recibe los impulsos de luz de los Espejos del Cosmos que, siendo intermediarios entre el Cielo y la Tierra, favorecen la expansión de la consciencia y el despertar de los sentidos internos que hoy están dormidos en la humanidad.
Los sagrados océanos ayudan en la concentración de una altísima energía espiritual que, descendiendo del Universo Espiritual, actúa a través de los Espejos de los océanos contribuyendo con la armonía, el equilibrio y la paz dentro de la consciencia de la humanidad.
Las restricciones que hoy tienen los potentes Espejos de los océanos se deben a la invasión, la destrucción y la manipulación que el ser humano le produce a toda la vida marina y a la descontrolada contaminación de los mares, así como a la explotación de los corales oceánicos, los que cumplen la misión de mantener el equilibrio del eje de la Tierra.
Por esa razón, y para este tiempo de purificación, la aproximación de Espejos inmateriales a los océanos permite contrarrestar los desequilibrios que la raza humana comete, pero no permite resolverlos.
Es así que los sagrados océanos, receptáculos de los Espejos, sirven de apoyo para la tarea inteligente y silenciosa de los Espejos inmateriales, a fin de que la humanidad despierte y recupere el interés en el cuidado y en la protección de una biodiversidad que también es espiritual.
Si más seres humanos asumieran el cuidado y el respeto para con los océanos, los grandes espejos de agua dejarían de actuar promoviendo desastres naturales y grandes purificaciones para la raza humana.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, fui llamado por la dulce voz de sus corazones, eso en verdad me atrajo hasta aquí para estar cerca de sus espíritus, para poder grabar en sus consciencias Mis Impulsos de Luz.
A través de este escenario podemos comprender y sentir cuánta belleza Dios nos manifestó.
Al ser humano solo le resta amar para abrir la puerta a la Voluntad de Dios y, a través de los pasos de la vida, aprender a vivirla.
¡Deseaba tanto estar aquí, en Brasil! Conté cada día para poder estar aquí, con ustedes. Porque saben que Yo los amo y los entiendo y que espero para sus vidas lo mejor, lo que en verdad vinieron a realizar como consciencias, lo que en verdad vinieron a cumplir y a manifestar a través de los Dones de Dios.
Eso tan sagrado y sublime, que se encuentra en el mundo interno de cada ser, es lo que he venido a rescatar de la consciencia humana, especialmente del Brasil.
Porque esa fuerza interior y espiritual de cada corazón humano es lo que Me permite llegar aquí, como a las demás Jerarquías Espirituales, que vienen con el Silencio de Dios, en total neutralidad, para poder auxiliar al planeta y a la humanidad.
El ser humano de este tiempo, dentro del fin de estos tiempos, deberá constituir en sí mismo lo que es, lo que Dios depositó en su esencia desde el principio. Es eso que hará repoblar a la Tierra de nuevos atributos.
Las buenas obras, la cooperación, el bien y el amor de todos los seres, es lo que hará repoblar a la Tierra de nuevos códigos y principios.
Porque mientras el mundo sufre y gran parte de la humanidad agoniza, ustedes tienen la Gracia, compañeros, de tenerme cerca como Consciencia y Espíritu, como Alma y Divinidad, que viene al mundo en el nombre de Dios, para despertar a la consciencia humana hacia su verdadera realidad, la que hasta ahora nunca ha visto.
Y por medio de sus oraciones y de su amor tengo el permiso de sus almas y mundos internos para poder ayudar al planeta y la energía de la Divina Misericordia puede llegar a lugares muy desconocidos por ustedes, en donde las almas tienen sed de Mi Luz y suplican, fervorosamente, por Mi Amor Redentor.
Vengo desde el Universo trayendo la Consciencia del Padre Eterno para que la humanidad se vuelva rescatable y no pierda la oportunidad de crecer interiormente, sabiendo que los valores de la fe y los principios de la oración serán los que transformarán la Tierra y harán de las almas verdaderos Templos de Dios.
Mientras estoy aquí con ustedes no solo contemplo al Brasil, sino también a todo el mundo y escucho las súplicas de Mis servidores y compañeros, llamándolos y elevándolos a través de la Consciencia de Dios; porque cuando escucho la oración de Mis compañeros, Yo voy en su ayuda.
Cuando la oración es fervorosa, ella transforma muchas situaciones de la Tierra, cosas inimaginables dentro y fuera de la consciencia de los seres, porque el poder de la oración aún es desconocido. Por eso, no dejen de sumergirse en esa escuela, porque así se volverán seres rescatables e instrumentos al servicio de Dios, colaboradores de la obra máxima de Mi Corazón.
Hoy, he venido aquí también para darles Mi bendición a través de los Sacramentos. Porque cada vez que se renueva este ejercicio espiritual, más son las oportunidades de redención, de conversión y de despertar de las consciencias y una Gracia se aproxima a sus vidas para transformar todo en algo sagrado, así como el Padre lo necesita.
Hoy, quiero que vivencien este legado como si fuera la primera vez, sabiendo que a través de ellos se podrán renovar, curar y redimir de sus dolencias espirituales e internas, y en consecuencia, ustedes curarán a la humanidad por medio del sagrado ofertorio de sus oraciones y vidas, al Reino de Dios.
Que estos tesoros espirituales sean revividos hoy por todos.
Que por medio del Lavapiés las vidas sean reparadas, la historia sea borrada para que renazca el poder del espíritu de cada ser y que por medio de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre vuelva a ingresar en sus esencias y al templo de sus almas, los códigos de Mi perfección, los que los harán comprender muchas más cosas del Universo Espiritual de la Sagrada Voluntad de Dios para estos tiempos definitivos. De aquí se irradia el gran Espejo de Mi Corazón para el mundo.
Los océanos no solo claman por cura, sino que también irradian sus sagradas energías para transformar y sublimar la consciencia humana.
Los Elementos se unen a esta coyuntura divina del ingreso del Universo Espiritual al Universo Material para que muchas más almas sean ayudadas, así como todo lo que vive dentro de este planeta y que está sufriendo mucho.
Por medio de los Sacramentos Yo vengo a reparar sus vidas y darles la posibilidad de encontrar el verdadero amor, que traerá para el mundo la Redención.
Entonces, eleven sus corazones ante Mi Iglesia Celestial y que sus almas, en un profundo silencio, proclamen el ofertorio al Padre Celestial, a fin de que más situaciones sean redimidas y reparadas y, especialmente, el Brasil no pierda la paz. Porque la devoción que este pueblo tiene ante el Universo Celestial, es lo que permite la paz a través de los tiempos y de las generaciones, y así, sus espíritus también son portadores de Mi Paz.
Esta paz hoy se irradia al mundo del gran Espejo de estos océanos para que la consciencia angélica descienda, transfigure y transforme lo que ha quedado corrupto; para que en la transformación de la materia y del espíritu la consciencia humana se unifique en Dios y así, descienda la Gracia Divina, que siempre les dará la alegría y el júbilo de vivir en el Padre Celestial.
Comencemos entonces, compañeros, con esta consagración para que sus vidas también sean reconsagradas a Mi Sagrado Corazón, a fin de que la potentísima Misericordia, como un afluente infinito de Gracia, de Compasión y de Piedad, descienda en este momento sobre el Brasil y el mundo, a fin de que se siga fortaleciendo la paz, la prosperidad y la justicia en este pueblo.
No he perdido la esperanza de que el Brasil sea el Edén de la Nueva Humanidad y que ustedes formen parte de ese nuevo Edén, que no es algo físico, sino profundamente interno e inmaterial que puede espejarse de forma espiritual sobre todo lo creado dentro del Universo material.
Brasil es la cuna de ese futuro surgimiento. Ustedes son una transición para que eso pueda suceder.
Dios quiere volver a establecer aquí el Génesis, como fue en el principio, para que todo lo que se ha vivido a través de los tiempos y de las eras sea borrado y el ser humano, en una profunda rehabilitación, retome el lugar que perdió después de tantos errores y desvíos.
Eso es obra de la Misericordia infinita de Dios y eso es posible para estos tiempos. Pero primero, compañeros, eso comenzará dentro de ustedes, en la convivencia con sus familias y seres queridos, en los días de trabajo y de labor y en los momentos importantes de oración.
Atraigan al mundo los Atributos del Universo porque la humanidad se está sumergiendo en un gran abismo y durante el momento más difícil es cuando Yo retornaré. Ya no deberán escuchar más Mis Palabras, sino sentir y ver Mi Presencia; vendrá de la Gloria del Padre Celestial anunciando desde el Universo, el nuevo tiempo, el resurgimiento y el advenimiento de la esperanza.
Que su fe sea sostenida por Mi Amor y que su amor sea sostenido por Mi Espíritu, a fin de que siempre estén conectados Conmigo en esa perfecta sintonía interior con el Universo Mayor.
Comencemos con la ceremonia.
Nos ponemos de pie.
Padre de la infinita vida,
Soplo Divino del Espíritu,
Creador de todo lo que existe en lo que es visible e invisible,
derrama a través de Mi Súplica, a Súplica de Tu Divino Hijo,
todas Tus Gracias posibles,
para que las almas se reparen en el bálsamo de Tu Amor
y para que Brasil se constituya como la Tierra Prometida.
Que así sea.
Bendice, Señor, con esta agua, a todos los que suplican por Ti,
por medio de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
que los que lloran sean consolados, los que sufren sean aliviados,
los enfermos sean curados y el dolor sea borrado,
y que Tu Divino Amor e infinita Alegría, retornen a los que creen en Ti,
a fin de que se establezca Tu Paz por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor, Tú que eres Vida y Misericordia, que vivificas todo lo que tocas y reenciendes en Tu Amor a todo el que te suplica y también te escucha, deposita Tus Dones sobre estos elementos para que las almas sean lavadas por Tu Espíritu y sus almas sean curadas por el sublime gozo de Tu infinito Amor. Que así sea.
Lava los pies del pasado, activa a tus discípulos, Señor, para que caminantes en la fe y en el amor, cumplan, Padre, Tu Divino Proyecto en los cuatro puntos de la Tierra. Amén.
Y hace más de dos mil años atrás Yo les dejé un legado espiritual imborrable que reverbera a través de los tiempos y de las generaciones. Es el gran misterio de Mi Amor por la humanidad por medio del Sacramento de la Eucaristía.
Les recuerdo que en aquel tiempo tomé el pan, di gracias a Dios por ese Sacrificio y les dije a Mis apóstoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en Mi Memoria hasta el fin de los tiempos”.
Y dejo sobre este pan no solo la transustanciación de Mi Cuerpo Eucarístico, fielmente adorado por todos los adoradores de la Tierra, sino también dejo Mi Código Crístico celular, aquel que alcanzó la perfección en la Pasión y la Muerte.
De la misma forma, tomé el Cáliz que las santas mujeres habían preparado especialmente para Mí, y Dios lo bendijo. Di gracias por ese Sacrificio y les dije a Mis apóstoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la nueva alianza entre los seres y Dios; Sangre que será derramada por los hombres, preciosamente, para el perdón de todas las faltas. También hagan esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos para entregarles Mi Palabra viva”.
Transustancio este elemento en Mi Sangre preciosa ante la presencia de los Coros Celestiales y en ofrecimiento al Padre Celestial por la sinceridad de todas las almas presentes y unidas a Mí en este momento, por la Redención de la humanidad, la conversión de los corazones y la renovación de la vida. Que así sea.
En alegría y júbilo, compañeros, sírvanse de estos elementos sagrados que manifiestan el Sacrificio del Hijo de Dios por la humanidad y la oportunidad inextinguible de que cada uno de ustedes aprenda a amar cada día más, así como Yo los amo a ustedes, por toda la eternidad.
Sagrada Unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén. (x3)
Que la Unidad, el Amor y la Paz que provienen del eterno Corazón del Padre Celestial esté en sus corazones, en todo el Brasil y la humanidad, a fin de que surjan los nuevos cristos, los que repoblarán la Tierra de los Códigos infinitos de Mi Amor.
Como les dije a Mis apóstoles, hoy les digo a ustedes: “Les doy Mi Paz para que vivan en Mi Paz y lleven la paz a todos los rincones de la Tierra”.
En memoria de Mi Legado espiritual, por el Sacrificio, Pasión y Muerte de Nuestro Señor, les pido, fraternalmente, para que la Paz esté en Brasil, que se den el saludo de la paz.
Les agradezco por hoy haber estado Conmigo.
En nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos damos el saludo de paz.
El agua de la lluvia viene a purificar la Tierra. La tormenta y sus rayos vienen a desmagnetizar el planeta de corrientes no luminosas.
Todos los elementos se preparan para limpiar el Brasil de lo que él ha construido, como pueblo, a través de su libre albedrío.
Los avisos fueron dados, pero pocos, en verdad, escucharon.
Los elementos de la Naturaleza están a punto de dar a luz a sus poderosas corrientes de purificación; eso ayudará a desintoxicar la consciencia humana y también ayudará a aliviar a los demás Reinos de la Naturaleza.
Llegó el tiempo de la corrección. Llegó la hora de poner todo en su correcto equilibrio.
El hombre de superficie poco ha valorado lo que Dios le entregó.
Las transgresiones fueron muchas y ahora el propio planeta, como un gran elemento de fuego y de agua, se purificará a sí mismo para que, algún día, libre de las influencias, pueda volver a florecer, a traer desde el Universo lo que le pertenece a la vida de todos los seres.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Nunca te olvides de Mi Misericordia, porque siempre la necesitarás.
Cada vez que ejercitas y practicas Mi Misericordia, un milagro de amor se produce en tu alma y en el alma del planeta.
Porque a través de la Coronilla invocas la Misericordia por los méritos alcanzados durante Mi dolorosa Pasión, y el Padre, que es infinitamente misericordioso, recibe ese pedido y en vez de aplicar Su Santa Justicia, sobre ti o el mundo, concede Su misericordiosa Compasión por todos los pecadores del mundo.
Recuerda que cada vez que evoques los méritos de Mi Pasión, mediante el poder del Rosario de la Misericordia, estarás abriendo la Llaga de Mi Costado y de Mí se derramará la Luz de la Sangre y el Agua de Cristo sobre todo lo que se ha corrompido y destruido espiritualmente.
Felices serán los que siempre invoquen Mi Divina e Insondable Misericordia, porque todas las veces que sea necesario Yo los sumergiré y los bautizaré en el Océano de Mi Misericordia y les concederé a todos el Amor más inmenso de Mi Corazón.
Les doy las gracias a los que se postulen como apóstoles de Mi Divina Misericordia, porque sus sufrimientos serán Mis sufrimientos, sus penas y angustias serán Mis penas y angustias y, por la fuerza de Mi Amor, los libraré.
Dichosos serán los que confíen siempre en Mi Misericordia, porque no los abandonaré en la hora de su muerte, sino que estaré a su lado como el Ángel de la Resurrección.
¡Les agradezco por invocar la Misericordia de Mi Corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En la Hora de Mi Misericordia tengo mucho para darle a las almas, pero la mayoría no se anima a beber de Mis prodigios, de la Fuente de Agua Viva, porque en muchos casos ellas colocan su atención en otro lugar y no en Mí.
Las almas del mundo a veces se preguntan la razón y el motivo de su sufrimiento, y lo primero que hacen es culpar a Dios por las consecuencias que viven, cuando, en realidad, son el resultado de sus propios actos.
Pero en la Hora de la Misericordia Mi Corazón prodigioso tiene el poder para revertir muchos males y desencuentros, siempre que las almas se confíen a Mi Corazón Misericordioso.
Animo a Mis verdaderos seguidores a difundir la Obra redentora de Mi Misericordia, para que las almas aprendan a no tomar decisiones precipitadas que afecten a la humanidad.
Yo los invito a buscar la humildad dentro de sus seres para que la Verdad, algún día, los pueda liberar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cánticos de Figueira - “Devoción”
"Devoción" es un cántico de Figueira que implora e invoca por la Misericordia cósmica y por una gracia universal, permeada por el único y absoluto Espíritu Divino Creador.
"Devoción" es un llamado, un pedido de los mundos más internos y profundos del alma de quien, en entrega y resignación, se ofrece al Creador para ser transformado, redimido y bendecido por la Ley Superior del Amor.
El cántico "Devoción" se nos presenta como llave de acceso a los Dones que ofrece Cristo; como es el Agua espiritual, uno de los alimentos milenarios de la Creación que santifica y quita la sed de los hombres.
A través de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad encontramos a Cristo, como el principal modelo salvífico para la humanidad y el planeta; lo encontramos en el mundo interno de cada ser, como el Redentor e Intercesor universal entre la humanidad y Dios.
Por esa razón, Cristo se presenta en el cántico "Devoción" con Su verdadera Faz, algo aún no reconocido por Su Iglesia en la Tierra, pero testimoniado en los diferentes Evangelios y, así como la Transfiguración de Jesús, un misterio aún por revelarse.
En este sentido, el cántico apela para que la vida de superficie sea corregida del desvío que ha vivido una y otra vez por ignorancia, soberbia y poder humano.
De esa forma, el cántico invita al devoto de Cristo a beber de la Fuente verdadera y pura que el Maestro le ofrece a todos los seres, para que cada alma sea completamente saciada por el Amor Redentor que brinda en este cántico la Divina Persona de Cristo en fusión con Su Divinidad.
El Agua que Él ofrece no solo purifica y limpia, sino que también redime y eleva a la consciencia de estado y de plano, a fin de encontrar el sentido espiritual de su existencia.
Así el Maestro apela a que todos se amen como hermanos, para que no existan confrontaciones y luchas entre los seres y los pueblos.
En el cántico "Devoción" se profetiza, en simples palabras, la importancia de que prevalezca el amor, a fin de disolver los conflictos y, posteriormente, las guerras.
Después de treinta años de la creación de estos cánticos y poemas de devoción a la Jerarquía, especialmente en este cántico "Devoción", se revela una advertencia para evitar catástrofes humanas.
Y, en verdad, sucedió todo lo contrario, porque el ser humano se dejó vencer por el poder y la arrogancia por conquistar el mundo, olvidándose de las reglas del amor y dejándose sumergir por el error.
Renovando el apelo de esta sagrada profecía expresada en este cántico, los últimos Cristos serán los que colocarán nuevamente en el sendero correcto a la vida humana, la que se ha pervertido, separándose de la verdadera razón de su existencia.
Los últimos Cristos serán los que darán su vida por los demás.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Bautízate, una y otra vez, en el Lago de Mi Misericordia para que las impurezas del alma se puedan purificar y renazca el don de la Pureza de Espíritu.
Cuantas veces necesites, sumérgete en el Océano de Mi Misericordia para que la Piedad Divina regocije a tu ser y lo anime a seguir adelante.
Deja que Mi infinita Agua de la Misericordia reconsagre todo tu ser y te lleve a amar más los misterios del Universo y a comprender los designios del Cielo.
Permite que Mi Misericordia genere en ti el efecto que necesitas.
Entrégate a ella y sé pacifico para que día y noche tu alma cuente con este poderoso manantial que renovará tu ser y traerá las gracias necesarias para poder llevar adelante la Voluntad de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hoy estoy aquí como la Señora del Carmen, porque soy la Gran Estrella del Mar, la Estrella que cuida de todos los mares del mundo.
Hoy les traigo la enseñanza y la instrucción sobre los océanos, para que la humanidad pueda mirar con un poco más de compasión hacia ellos. Porque aunque no lo parezca, delante de la mirada humana, los océanos sufren las consecuencias de esta humanidad.
Por eso estoy aquí, en Viña del Mar, para entregar una misión a todos Mis hijos de Chile, porque este querido país es abrazado completamente por el Océano Pacífico y eso le trae la posibilidad de poder trabajar con su plano emocional profundamente.
Por eso, queridos hijos, ustedes que aman las montañas, que aman la naturaleza, que aman el océano, los invito, queridos hijos,en nombre de esta humanidad y de este planeta, de todos los océanos del mundo, a mirar hacia los océanos con más compasión, misericordia y oración. Eso permitirá, queridos hijos, que a pesar del sufrimiento que viven los océanos y todos los seres marinos, las almas puedan recibir una Gracia especial, que proviene de Nuestra Señora del Carmen, la Gran Estrella del Mar, para que más corazones despierten a la importancia de cuidar y proteger los océanos.
Ustedes, queridos hijos, más que su Madre Celeste, saben los daños causados que viven los océanos y cuánta contaminación ellos viven día a día.
¿Cómo ellos podrán espejar para esta humanidad por medio de sus espejos la cura emocional para este planeta, si todos los océanos del mundo, por las propias manos de los hombre, siguen siendo contaminados y ultrajados?
Si los océanos pudieran hablar, el mundo escucharía eternos gritos.
Hoy vengo como la Madre de la Naturaleza y también como la Gran Estrella Guía de Chile, para invitarlos, queridos hijos, a colocar en sus oraciones diarias no solo al Océano Pacífico que los abraza , sino también a todos los océanos del mundo, que necesitan de intercesión y de oración, para que los propios ángeles del universo los puedan limpiar espiritualmente.
Le corresponde a esta humanidad de superficie, hacerse cargo de los daños causados a los océanos. Sepan que los océanos del mundo tienen oídos internos en donde pueden escuchar muchas cosas y en donde reciben grandes ultrajes de esta humanidad.
Los invito, queridos hijos, por amor a la evolución de los océanos, que abran sus corazones para acoger este llamado que su Madre Celeste y Madre de la Naturaleza hoy les trae. Si algo no se hiciera a tiempo, el mundo entero podría quedar sin agua y menos aún, no tendría que beber .
La humanidad no imagina esa situación y no tiene consciencia de lo que eso significa para estos tiempos finales, pero si al menos existieran corazones sinceros y abiertos que pudieran unirse a los océanos y a toda la vida marina, que también es trasgredida día a día, algo el Padre Eterno podría conceder para esta humanidad por medio de la Señora del Carmen, para que muchas cosas más sean evitadas.
Yo los invito, queridos hijos, a abrir los oídos del alma y escuchar con el corazón lo que la Madre Celestial les trae.
Quisiera que muchos hijos más en el mundo consideraran este importante llamado por amor y la evolución de los océanos.
Quisiera que Mis hijos del mundo puedan responder a esta convocatoria, porque así como Yo vengo por ustedes, también vengo por los océanos del mundo, que día a día pierden su pureza original, su inocencia y principalmente, la posibilidad de irradiar su luz al mundo.
La humanidad necesita de los océanos para seguir adelante. El ser humano no puede vivir sin el agua, ni tampoco puede vivir sin nada que beber. Imaginen un planeta totalmente sediento y árido.
Por la misericordia de las montañas, ellas siguen derramando el agua de los altos glaciares del mundo. Eso ayuda a la humanidad a que tenga agua dulce para poder beber y alimentarse día a día.
Yo los invito, queridos hijos, a dar un paso en la consciencia, por lo que el Padre les entregó desde el principio de su Creación y por todo lo que Él pensó para ustedes, para su evolución y para su despertar.
Quisiera que colocaran en sus corazones Mi súplica, porque si ustedes no lo hacen por Mí, nadie en el mundo lo hará. Estoy siendo sincera al respecto de eso.
Ya no puedo ver a los seres marinos, a las ballenas y a los delfines, sufrir por las manos de los hombres de este mundo. Y aunque los ultrajes son interminables, mayor es la Misericordia de Mi Corazón, que hoy viene a hablarles y a conducirlos hacia el camino de la reparación y del perdón.
Sé que muchos no querrán escuchar este mensaje porque se sentirán incomodados o tal vez molestos al saber que el mundo, como creación y como naturaleza, precisa de la consciencia del ser humano y especialmente de su corrección y de su atención, delante de todo lo que hace diariamente, transgrediendo los Reinos de esta Naturaleza.
Ustedes no pueden vivir sin los Reinos, sin los océanos y tampoco sin las montañas. Su vida espiritual sería escasa, limitada y restringida. Tendrían pocas posibilidades de llegar a Dios.
Por eso en estos tiempos críticos, queridos hijos, Yo los invito a orar de corazón para poder compensar los graves ultrajes que realiza esta humanidad a los océanos de este mundo. Ellos necesitan espejar la información del universo. Esa información les permite a ustedes, queridos hijos, dar pasos en el camino espiritual, tener impulsos para servir y principalmente motivos para poder transformarse.
Los Espejos reflejan en la humanidad, por medio de los océanos, grandes principios divinos, que serán necesarios para la próxima humanidad, para la humanidad futura.
Ustedes serán los guardianes de ese legado, así como los guardianes de los Reinos de la Naturaleza. Necesito que cuiden de los tesoros internos del planeta, porque después no podrán decir, queridos hijos, que nadie les avisó a tiempo.
La Misericordia de Mi Corazón viene a buscarlos para que vivan un profundo despertar en la consciencia, para que abandonen este hipnotismo global que lleva a muchas almas a una constante distracción, a separarse de Dios, del camino del Amor y de la Verdad.
Necesito que den los pasos por sus hermanos, no solamente aquí en Chile sino también en el mundo, por amor a los Reinos de la Naturaleza y a los grandes océanos de este mundo.
La consciencia de los Reinos clama por esta humanidad. Ellos ya no pueden ver instructores en superficie, guías o maestros de esta humanidad, sino ven almas que ultrajan a consciencias tan pequeñas como los Reinos. Y ellos ya no tienen más nada que hacer ni tampoco como defenderse, porque no fueron creados para lastimar al hombre de superficie y tampoco para incomodarlo.
Los Reinos fueron creados para que el hombre de superficie, por medio de ellos, encontrara la comunión con el Creador y con la vida. Si esto falta en la humanidad, es decir, los Reinos de la Naturaleza, así como los grandes océanos, la humanidad no tendrá camino por donde seguir, para poder encontrar la luz, la reconciliación y especialmente el perdón.
Por eso vengo aquí, queridos hijos, porque sé que sus corazones están receptivos para este Mi llamado, y que no podrían ver sufrir a los océanos, a la vida marina, a las grandes ballenas de este planeta, que sustentan el eje de la Tierra, de norte a sur, de oriente a occidente. Y a pesar de que ellas son lastimadas y asesinadas, la consciencia de las ballenas no deja de irradiar amor, a pesar de la ignorancia del ser humano.
Quisiera que las ballenas pudieran seguir cantando en los océanos de este mundo, para equilibrar la Tierra, para pacificar los mares, para curar el emocional de esta humanidad, que está desequilibrada.
Los Reinos de la Naturaleza, tienen una tarea fundamental en el fin de los tiempos. Por eso vengo hoy con este mensaje desde el Océano Pacífico, en donde he peregrinado desde Asia hasta aquí, para encontrarlos en oración y en unión Conmigo, porque aún preparo Mi Misión por aquel continente.
Quiero que sean conscientes de esto, y necesitaré, queridos hijos, que como hasta ahora, Me acompañen para esa importantísima misión que Yo realizaré en Oceanía y en Asia, porque Mis hijos Me están esperando, así como hoy ustedes Me esperaron, y esto va por encima de cualquier acontecimiento, de cualquier situación o circunstancia.
Necesito que sus consciencias se coloquen por encima del plano material, de las dificultades y de los obstáculos, para poder acompañar a Su Madre Celeste en esta Obra, en donde Ella, a pedido del Padre Altísimo, intentará despertar todos los Espejos del mundo para ayudar a la humanidad en el momento más a agudo de su transición y de su purificación.
¿Ahora comprenden la importancia, queridos hijos, de orar por los océanos del mundo? Si esto no sucede, ¿quién sustentará esa raza de superficie? Si no hay Reinos de la Naturaleza, ¿quién estará para poder apoyarlos y acompañarlos en el gran silencio que viven los Reinos, en el gran amor que ellos irradian desde el principio de esta Creación?
Vengo a pedirles, especialmente a los chilenos, que se tornen Mis misioneros de la paz, no solo en el camino de la oración, sino también en el servicio, en la vida operativa de aprender a cuidar el Plan de Dios en esta humanidad y en este planeta.
Ustedes tienen recursos internos para poder hacerlo. Por eso los he llamado aquí, a Viña del Mar, no solo para hablarles de los océanos y de la situación crítica que ellos enfrentan, sino también para convocarlos a vivir la vida misionera, de norte a sur de este país.
Chile, por medio de la oración del corazón, también debe aprender a sustentar las placas tectónicas. El equilibrio de este país dependerá de ustedes, queridos hijos, porque esta Tierra, este planeta, en su más íntima profundidad , también tiene heridas ocasionadas por el hombre de superficie. Por eso este planeta se mueve como se ha movido aquí en este país; porque está viviendo su transición que precisa ser acompañada amorosamente, por todas sus oraciones.
Esta es la misma tarea que tiene el mundo.
Mientras los océanos sufren, también el ser de superficie sufre. El ser humano enfrenta su purificación y a veces no encuentra la salida.
Yo vengo a demostrarles, como Estrella Guía de todos los océanos, que es posible salir adelante, si tan simplemente, queridos hijos, se toman de Mi Mano, Me dicen "Sí" para que Yo los pueda guiar hasta el propósito final.
Hoy, Mi Corazón también está desconsolado por Europa, por la división que la Península Ibérica está viviendo y que no tiene consciencia de lo que eso significa para el Creador.
También los invito, queridos hijos, a colocar en sus corazones y oraciones a toda Europa, para que pueda ser contenida, suplida y guiada por los Ángeles de las Naciones.
El Ángel de la Paz, que corresponde a Portugal en estos tiempos, está teniendo grandes trabajos por toda la Península Ibérica y también por toda Europa.
Los invito, a unir esfuerzos de corazón y de alma, ayudando a esos grandes ángeles, responsables de las naciones del mundo, para que puedan soportar el fin de los tiempos con su ayuda mutua.
Quiero anunciarles, queridos hijos, por medio de la Misericordia de Dios, que deberé, con su ayuda, de forma urgente, estar en Europa para evitar algo mayor que sus hermanos que allí se encuentran, en España, no se imaginan.
Si la humanidad no colabora con el Plan de Dios, las desgracias no podrán ser evitadas, porque el ser humano, como parte de esta raza humana, ha ultrajado todas las leyes, todos los designios y todas las reglas. Y su deuda es muy grande.
Yo los invito a vivir Conmigo la cruz de esta humanidad, así como la vivió Mi Hijo de forma incondicional por cada uno de ustedes. Él prometió, Él declaró y anunció que harían cosas más grandes a las que Él hizo. Esto ya no es una teoría, ni tampoco un mensaje, es una realidad que están viviendo por medio de esta Obra, por medio de esta peregrinación, de forma inexplicable en estos tiempos.
Yo vengo por toda la raza humana y también por los que no Me aceptan ni Me escuchan. Por eso los llamo a unirse a Mí en esta misión planetaria, no solo por los Reinos de la Naturaleza, sino también por las naciones, que de no mantener su equilibrio espiritual y psíquico, muchas cosas no podrían ser evitadas..
Me arriesgaré en estos tiempos, queridos hijos, a enviar menos peregrinos Míos, para que se torne posible esa Misión Extraordinaria. Eso significará de su parte un espíritu de oración aún más grande e invencible.
Desde Portugal intentaré evitar algo, porque allí también se concentra el amor de Mis hijos en el gran Santuario de Fátima, en donde Yo estuve con ustedes hace cien años atrás, para poner fin a la guerra y establecer un mayor período de paz. Pero ese período de paz, queridos hijos, está terminando.
Yo les invito a reforzar el camino de la oración, porque eso permitirá que las puertas del Cielo se mantengan abiertas, para que la infinita Gracia de Mi Corazón penetre, como rayos de Luz, en las naciones que más necesitan y así podré disolver las maldades de Mi enemigo.
Los invito, queridos hijos, a tener consciencia de la situación planetaria, a salir de sí por un momento y no dar trabajo a Dios, sino más servicio, más donación, más corazón, para que muchas cosas sean aliviadas.
Así como han colocado su corazón al servicio de Dios en estos días, necesito que este fuego encendido en ustedes continúe adelante, porque Yo podré hacer de Chile, Mi amada Patria Beata.
En esta noche, vengo a consagrar nuevos Hijos de María con la misma alegría y plenitud, con el mismo gozo y júbilo que Su Madre Celeste lo hizo la última vez en Santiago. Porque aquí en este grupo de almas que hoy se consagrarán, se encuentran orígenes de pueblos originarios, valores espirituales e internos que deben volver a emerger a la consciencia humana de este país, para que ella recupere su dignidad espiritual, su filiación con Dios y principalmente, la reconciliación entre los pueblos y las culturas de Chile.
Eso también permitirá, queridos hijos, que el pasado tan duro, difícil, que vivió este país pueda ser borrado del dolor de las consciencias y pueda emerger el principio de la Cura primordial de Dios.
Por eso esta consagración de esta noche es importante para Mí, porque a través del "sí" de estas almas está permitiendo que muchas almas más de esta nación sean ayudadas y de esa forma, por medio de sus corazones y de sus presencias, están permitiendo que Yo retorne una vez más aquí, con el fin de consagrar todo Chile a Mi Inmaculado Corazón.
Agua para bendecir
Los Hijos de María se pueden aproximar, los que vivirán hoy la consagración.
Queridos hijos, quiero contarles que Yo Soy también aquel Espíritu de Paz tan sagrado y misterioso, que estuvo presente entre los incas y los mapuches. Por medio del símbolo del Ave Cóndor. Es de esa forma que nunca estuve lejos de ustedes, sus almas fueron acompañadas por Mí, así como todos sus pueblos originarios.
Y sepan, queridos hijos, que a pesar de lo que han vivido o de lo que hayan sufrido a través de los tiempos, nunca han perdido su pureza original.
Es eso lo que Yo vengo a buscar de Chile en estos momentos, su pureza original, que fue cultivada en el principio en sus almas, en sus esencias, en sus experiencias de amor como un pueblo sagrado.
Hoy vengo a traer para ustedes los mismos valores concebidos por los incas y los mapuches. Por eso, deseo escuchar en esta noche, al menos por tres veces, el Ave María en mapuche.
Ave María en Mapuche (tres veces)
Agradezco estas oraciones las cuales llevaré al Padre Celestial, para que muchas más esencias indígenas, más pueblos originarios a lo largo y ancho de América, reciban Mi Intercesión, Mi Gracia y especialmente la cura de sus heridas.
Por la autoridad que Mi Hijo Me ha concedido, como Madre del Mundo y Madre de la Humanidad, en nombre de los océanos del mundo, de toda la vida marina, el Señor consagre este elemento a fin de que sirva de cura, de redención y de perdón para los corazones.
Y ahora, queridos hijos, por medio de esta consagración y de este compromiso orante que asumen Conmigo, les pido que entonen el himno de su consagración, para que Mis Gracias puedan descender en sus corazones.
Les agradezco por responder a Mi llamado y hoy les dejo la sagrada imagen de la Virgen del Carmen para que peregrine por sus hogares, por los hospitales, por los asilos, por las instituciones infantiles, por todos los lugares que necesitan de amor, de cura y de perdón.
Recuerden, siempre recuerden que Yo seré Su Estrella del Mar, que vendré del firmamento, del Océano Pacífico para auxiliarlos.
Les agradezco, queridos hijos, por responder a Mi Llamado.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más