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Sientan en sus corazones Mi Presencia. Después de haber anunciado Mi Paz al mundo, deseo proclamar esta Paz en cada una de sus esencias.
Hijos Míos, en esta noche Mi Corazón derrama Gracias y bendiciones al mundo, porque muchos hijos Míos respondieron a Mi llamado. Grande es la alegría del Señor, en el Reino de los Cielos, por este encuentro de sus almas con Mi Inmaculado Corazón.
Ustedes son esencias preciosas ante los Ojos del Creador. Hace mucho tiempo, el Señor aguarda a que puedan estar delante de los portales celestiales, para que el Origen Divino los impulse una vez más, para que reciban en este tiempo la Misericordia y la Redención de Mi Hijo y la reconciliación con Dios Padre por medio de la Presencia de Su Sierva.
Hoy, extiendo Mis Brazos a sus almas, para que depositen en Mis Manos sus súplicas. Escucho cada uno de sus corazones.
En este momento único en sus vidas, díganme qué es lo que más necesitan. Quiero escuchar el clamor de sus corazones y responder a sus pedidos, siempre y cuando sean la Voluntad de Dios. Elévenme sus súplicas en sus corazones, Yo los escucho.
A los que piden Gracias para sus familias, Yo se las concederé; porque en este tiempo, hijos Míos, es Voluntad del Señor que todas las familias del mundo puedan vivir el perdón y la reconciliación para expresar, en un tiempo futuro, el arquetipo de la Sagrada Familia. A través de las Gracias que derramaré en sus vidas, poco a poco podrán convertirlas y sentirán, en cada día, que Mi Corazón se hace aún más presente, disolviendo las dificultades, amparando sus corazones y los corazones de todos los que están a su alrededor.
A aquellos que claman por cura, Yo también se la concederé, porque es Voluntad de Dios que sus espíritus sean curados y que sus almas alcancen la redención en este tiempo para que, antes del tiempo de la Justicia, sean testigos vivos del poder de la actuación de la Misericordia Divina.
A los que claman por paz, Yo se la concederé, porque quiero estar al lado de cada uno de Mis hijos, trayéndoles paz en cada instante de sus vidas. Pero a cada una de esas Gracias, hijos Míos, le deberán abrir las puertas por medio de la fe absoluta en Mi Corazón.
Mi Voz, en esta noche, resuena no solo en este lugar, sino también en cada espacio de este mundo. Escucho no solamente sus súplicas, sino las súplicas de todos Mis hijos que, a lo largo de este mundo, Me abren las puertas de sus corazones.
Quiero que, reunidos alrededor de este Portal de Paz que hoy abro para conducir sus almas al Universo, oren Conmigo por todos los que están en el mundo y no reconocen la Presencia de Dios, pero que solo ultrajan Su Sacratísimo Corazón por sus acciones y pensamientos, por sus sentimientos, por sus palabras.
Cada una de sus almas, hijos Míos, representa para Dios una oportunidad de redención de toda la humanidad. Sus vidas representan para el Creador una oportunidad de manifestar Su Sagrado Plan; pero, para que eso ocurra y para que esta aspiración divina sea una realidad, necesitan entregar sus vidas a Dios. Esto no es difícil.
Solo les pido una vida de oración, de reconciliación. Les pido que perdonen el pasado, que perdonen los errores cometidos, propios y de los demás, para que en este tiempo puedan renacer ante Mi Presencia y ser los nuevos apóstoles del Señor. No les pido, hijos Míos, grandes obras de caridad, sino pequeños actos de amor con los que tienen al lado, con los Reinos da Naturaleza que son tan ultrajados y olvidados por esta humanidad. Les pido que sean simples de corazón para que, de esta forma, puedan encontrar la Presencia de Mi Hijo en el interior de cada criatura.
En esta noche, les digo que no les costará mucho llegar a Mi Inmaculado Corazón y vivir el Plan de Dios para este planeta. Solo sigan el ejemplo de Mi Hijo, que amó a cada criatura como a Sí mismo y a Dios Padre por encima de todas las cosas.
En esta noche, les pido que sean el ejemplo vivo del poder de la transformación de Dios, que permitan que Él actúe en sus vidas, convierta sus acciones y lo profundo de sus seres para que, de esta forma, muchos más puedan servirse de sus ejemplos.
En esta noche, les hablo a los simples de corazón, que comprenden la grandeza de Mi Presencia. Y esta comprensión no la alcanzan con la mente, sino con el corazón, que sabe que esta Presencia es real y divina y viene para transformar este mundo definitivamente.
Ahora, Mis queridos, en este lugar sagrado, quiero abrir las puertas del Cielo y que estén permanentemente abiertas para que, en este lugar, los Reinos encuentren una oportunidad de redención y de restauración de sus esencias. Por eso, les pediré que oren Conmigo, para interceder por los Reinos de la Naturaleza. Y, mientras así lo hacen, intercederé no solamente por los Reinos, sino por cada una de sus almas.
Madre del Cielo, Madre Tierra,
intercede por nosotros y por los Reinos.
Amén.
(Se repite14 veces)
Que, por medio de la simplicidad de sus corazones, Mi Paz se establezca en este lugar; y que, no solo las criaturas humanas de este mundo, sino también la consciencia de todos los Reinos de la Naturaleza, encuentren aquí un lugar de paz, de reconciliación con Dios, de restauración y de perdón; porque de esta forma, hijos Míos, este mundo será aliviado.
Quiero que, ante Mi Presencia, aprendan el poder de la oración para que, a partir de hoy, no oren solo por ustedes mismos, sino también por el mundo entero y por todos los Reinos de la Naturaleza.
Ahora, les pido que se acerquen a Mis hijos, los que se dispusieron a responder a Mi llamado y a consagrarse más profundamente a Mi Corazón Inmaculado.
Ser un Hijo de María no es un mérito que reciben. Vestir esta parte de Mi Manto es un compromiso que sus almas asumen Conmigo por la redención de este mundo.
Yo los llamé para que, en un tiempo futuro, puedan ser el testimonio vivo de que Yo estuve en la humanidad, de que regresé para estar entre Mis hijos para traerles la redención, para anunciarles el Retorno de Mi Hijo Jesús y para que puedan reconocerlo en el momento en que Sus Pies toquen la Tierra.
Cada día que pasa, aspiro a consagrar más Hijos de María; pero para eso, hijos Míos, necesito que sus almas se dispongan a vivir la transformación, se dispongan a vivir el amor y no solo a usar esta camiseta que Yo les entrego, porque ella es solo un símbolo que marca el primer paso de todo lo que deberán vivir de aquí en adelante.
Aquellos que aceptan ser Hijos de María, deben aceptar también vivir la transformación, superar los límites de la vida y de la propia consciencia para que, poco a poco, esta consagración se expanda por cada espacio de sus seres y para que, a través de ustedes, hijos Míos, la humanidad pueda consagrarse a Mi Corazón.
Ahora, les pido a todos que abran sus corazones, sus almas y sus espíritus para que puedan ser liberados de todo el mal, para que este perdón divino que traigo de los Cielos pueda impregnar sus consciencias y transformar a cada uno en un futuro apóstol de Mi Hijo.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado, por confiar en Mi Presencia y por vivir la oración en cada instante de sus vidas. A esto aspiro de los que estén ante Mi Corazón.
Que sigan en paz, bajo la bendición del Padre y del Espíritu Santo.
Les dejo Mi Amor y Mi protección, eternamente.
Canción: Consagración.
Yo aún estoy presente y observo si realmente Me cantan con el corazón. No se olviden de que Yo los escucho siempre, aun cuando se escondan de todos. Yo siempre estaré presente, hijos Míos, por eso no pierdan un instante para orar con el corazón, con el alma. Yo siempre los acompañaré.
Ahora, cántenme otra vez, desde lo profundo de sus corazones. Elevaré al Cielo la devoción de las almas del mundo y se la entregaré a Dios para generar méritos por la redención de todos los que no Me escuchan y no Me cantan.
Querida alma Mía:
Yo Soy el Ave Luminosa dentro de tu corazón.
Yo Soy el Ave que vuela junto contigo cuando te elevas para ingresar en el Corazón de Dios.
Yo Soy la Madre que mece tu ser para darle paz, alivio, sosiego, cuando tu corazón está afligido, contrariado y cansado de tanto llorar y padecer.
Yo Soy el refugio para tu alma guerrera, tu alma persistente y fiel.
Yo Soy para ti la Luz que le das al mundo, la fortaleza de las grandes montañas que vive en tu consciencia y da fortaleza a otros hermanos.
Yo Soy el pan, el alimento maternal que te nutre y que luego alimenta a otros hijos.
Yo Soy ese espacio de total paz que guía tus pasos y el de los demás.
Yo Soy en ti y tú eres en Mí; madre, María, guía, consejera y guardiana de la paz y del camino del apóstol de Cristo.
Allí donde estás con el ojo de tu corazón, es Mi ojo el que observa y mira, que custodia la salvación de los Hijos de Dios.
Yo Soy en ti el espejo del cosmos, la Luz Redentora del Rey del Universo, que refleja el Corazón de Dios para los hombres.
Yo Soy el Corazón Inmaculado que late dentro de ti y que da cobijo al que tiene frío, alimenta al que siente sed de Dios y cura al que tiene enfermas el alma y la carne.
Yo Soy en ti la guardiana de la evolución, la que reina en tu corazón y te mantiene unida al Corazón de Cristo Jesús.
Yo Soy en ti el esplendor del universo, la fiel y eterna sierva del Padre, aquella que seguirá hasta el final para la Gloria de Dios.
Yo Soy en ti y tú eres en Mí, amada criatura de Dios.
Todo esto y mucho más Yo puedo ser en cada uno de ustedes, hijos Míos, que hoy en Mi presencia están.
Solo permitan que Mi Corazón viva en vuestros corazones; solo permitan que Mi verbo de amor hable a través de ustedes, para llevar paz y luz a este mundo que agoniza sin encontrar el camino a la redención.
Estoy aquí junto a ustedes; les extiendo Mis manos porque ya no hay mucho tiempo. Los estoy llamando por última vez, los estoy llamando hacia Mí para que abracen la salvación.
Y a aquellos que un día Me prometieron fidelidad y hoy caminan sus propios caminos, Yo les digo: arrepiéntanse, antes de que un ángel que no sirve a la luz pase cerca de sus seres y se lleve sus almas para siempre.
Graben en sus consciencias Mis palabras, reciban el amor que les traigo, que es el Amor de Mi Hijo, el Amor de Dios. Sírvanse de este Amor que les ofrezco para curar todas vuestras heridas, para colmar vuestros corazones de paz y para proteger vuestro caminar.
Yo les ofrezco Mi resguardo para vuestras familias, para que la reconciliación y la alegría reinen en vuestros hogares.
¿Qué más necesitan, Mis amados hijos?
Yo los amo, Yo los guardo en Mi Materno Corazón y los protejo de todo mal.
Hoy y siempre los bendigo y los cubro con Mi manto de paz.
Gracias por escuchar Mi voz en vuestros corazones y estar hoy Conmigo.
Vuestra Madre María, Luz y Amor para este mundo
Yo Soy la Virgen del Inmaculado y Traspasado Corazón y así vengo al mundo en este día para que la humanidad pueda ser aliviada de sus sufrimientos por medio de los dolores que sentí en Mi pecho y que aún siento hasta el día de hoy.
Hijos Míos, hoy entrego al mundo Mi Inmaculado y Traspasado Corazón como una ofrenda divina para que otras almas puedan ayudarme a aliviar el dolor de este mundo.
Quiero ofrecer a Mis hijos el sacrificio, la donación de sí, el servicio permanente a la humanidad, a los reinos de la naturaleza y a todo el planeta.
Vengo a entregarles Mi Corazón traspasado por la espada de los pecados humanos y de toda la indiferencia de la humanidad, ante el sacrificio de Mi Hijo.
Los tiempos se aceleran en este mundo y las consciencias están ajenas a todas las advertencias de los Mensajeros Divinos. Las faltas más graves se convirtieron en el diario vivir de los seres humanos y el sufrimiento que padecen muchas almas no toca más a los corazones de aquellos que podrían equilibrar estos dolores y tormentos, por medio de la oración.
Mis amados, la búsqueda de la comodidad y del bienestar propio ha tomado el corazón de los seres, que ya no dan importancia a lo que sucede en este mundo.
Mi Corazón sigue traspasado como una ofrenda única que puedo realizar al Creador, padeciendo en él todos los dolores de Mis hijos y aliviándolos por medio de Mi Amor. Pero esto, Mis amados, no es suficiente. Para equilibrar el mal que se esparce por este planeta es necesario que al menos algunas almas del mundo despierten a la realidad en que viven y se entreguen a un camino de santidad por medio de la oración, del servicio y de la entrega total de sí mismo a Dios.
Ya no es suficiente que Me dediquen una pequeña oración antes de dormir o que oren unas pocas oraciones por día, si en las acciones de vuestras vidas destruyen lo que intenté construir en los pocos minutos de oración.
Mis ojos, están fijos en el mundo, atentos a las plegarias de cada uno de Mis hijos, por menores que sean. Incluso aquel de entre Mis hijos que pueda ser el más orante, si no vive la oración en sus acciones, en sus pensamientos y en sus sentimientos, de poco servirá que ore si la gota de amor que consigo depositar en sus esencias se derrama en la primera oportunidad que se pierde de manifestar el amor.
Mis amados, quiero enseñarles a cambiar los valores de esta vida, a cambiar la meta hacia la cual caminan. Vuestra meta no deberá estar en este mundo. No batallen más, simplemente, por tener una cómoda vida material, y no escatimen esfuerzos para instituir un tiempo de paz, de reconciliación, de perdón y de redención. Esto es lo que el mundo necesita y para ello están aquí en este tiempo.
No se dejen engañar, pues, en cuanto se distraen con las ilusiones y los placeres mundanos, las almas no cesan de ingresar en los infiernos y purgatorios de este mundo, que ya están tan repletos de consciencias perdidas a consecuencia de sus elecciones.
Mis amados, ¡oren! ¡oren mucho! ¡clamen! Y sean misericordiosos en vuestras vidas.
¡Despierten! Revean sus metas y sus aspiraciones.
Acepten en vuestras vidas Mi Inmaculado y Traspasado Corazón y ayúdenme a aliviar el dolor de este mundo.
Yo los amo y los aguardo día y noche en oración y en entrega.
María, Virgen del Inmaculado y Traspasado Corazón
Como un rayo fugaz proveniente del universo, Mi Consciencia Maternal desciende y se aproxima a este mundo para que nuevamente la humanidad dormida despierte al llamado de Dios Altísimo.
Llego hasta vuestras vidas para que Me recuerden como vuestra Madre querida, como la Bondadosa y Prodigiosa Mujer de Dios, la que ha hecho milagros y conversiones espirituales en vuestras vidas.
Pero cada vez que Yo desciendo desde el Cielo hacia vuestro mundo, Mi Corazón Victorioso no puede dejar de ver la ignorancia y la indiferencia de muchos de Mis hijos, los que han pasado por Mis caminos, Me dan la espalda y no Me escuchan. Es esta indiferencia la que el enemigo propaga como veneno en el corazón de los hombres, es esta indiferencia y crueldad de muchos hijos Míos, las que llevan a la perdición de las almas.
Por eso, para que la Sabia Justicia sea evitada, Yo vengo del cosmos para suplicarles que hagan algo por esta destruida humanidad. Sepan que no solo las almas sufren, sino también Mis benditos Reinos de la Naturaleza, los que día a día son ultrajados sin amor ni misericordia, hasta retirar de ellos la última gota de vida; eso provoca la ira de Dios y promueve consecuencias irreversibles en todos los que destruyen el Proyecto Creador.
Por eso, Mis hijos, abran los ojos a la sabiduría y sientan en el corazón la oración que Yo cada vez más les pido que realicen, eso ayudará a que se eviten desgracias en los más injustos.
Por encima de todo busquen la Misericordia de Dios, para que ustedes y el mundo sean perdonados de los constantes pecados de necedad y vanidad. A través de Mi Bendita Pureza Yo les entrego el poder cósmico de Mi Gracia, estado que los repara y los conduce por el camino de la redención.
Mientras Mi Hijo ve día a día los horrores y las acciones injustas que se cometen contra el Corazón del Padre Celestial en este mundo enfermo, Yo los coloco dentro de este tiempo apocalíptico como si ustedes no participaran de él. Pero es el poder de la oración y de la consagración diaria de vuestros corazones a Mi Inmaculado Corazón de Madre, lo que permitirá revertir vuestras faltas y las faltas de muchos.
Quiero que todos sepan que a través de Mi llamado encontrarán la salida y aunque el enemigo los golpee fuerte, él nunca conseguirá derrumbar el amor que Yo he colocado en vuestros corazones. Sean sabios y así no se confundirán evitando seguir otro camino, otro movimiento espiritual que no sea el de Mi Hijo Amado.
Glorifiquen a Dios y pidan por cura y misericordia. El mundo sigue sin comprender que debe cambiar antes de que las malas acciones sean liberadas por la Justicia de Dios.
Yo los animo en este tiempo a amar. Yo los llamo a ser humildes y transparentes, así Me ayudarán a equilibrar el eje planetario, el ecuador de este mundo, antes que él se desequilibre a causa de la densidad y de la maldad humana.
Pero aún en este mundo material existen corazones como los vuestros, determinados a seguirme hasta los días de la santa muerte; de esa forma vuestra devoción y fe harán siempre triunfar Mi Inmaculado Corazón.
¡Bendigo en este día al grupo de Brasilia por haber escuchado y respondido a Mi llamado!
Mi Hijo agradece por haber acogido a Mis Misioneros.
Los protege ante todo,
Vuestra Santísima Madre María, Madre del Sol y del Cosmos
Que Mi manto se expanda por el mundo y todas las criaturas que en él viven comprendan que Yo estoy en todo lo que fue creado.
Que, contemplando la naturaleza, las criaturas descubran la grandeza de la Creación Universal, que se sirvió de la Pureza de Su Sierva, para que de Su vientre maternal, una molécula de pureza divina penetrara la esencia de todos los seres de la Tierra, como del universo.
Cuando Yo no pueda estar más aquí, manifestada como un rayo de sol, frente a los ojos de los que Me pueden ver, quiero que Me encuentren en todo lo que Dios entregó al mundo, como fuente de belleza, de pureza y de vida.
Quiero que comulguen de los reinos de la naturaleza, para que la pureza que se expresa en ellos, pueda activar la pureza interior de vuestras esencias y así encuentren la paz y el camino de la redención.
Hijos Míos, Mi Corazón maternal proviene de un Principio Puro de Dios, al cual retornó después de esta vida sobre la Tierra, para fecundar, a partir de ese Principio, toda la vida universal. La Pureza de Dios tomó vida y consciencia a partir de la existencia de la Consciencia-Madre de este universo.
Quiero que escuchen Mis palabras con atención y con amor, pues muchos desconocen los Principios de la Creación y, por más que exalten y alaben a Dios, en Sí Mismo, en Su Hijo y en Su Sierva fiel, no comprenden lo que es la verdadera Existencia. Ahora quiero que comprendan esos misterios, para que delante de los códigos de luz que deposito en Mis palabras, vuestras almas puedan despertar al Origen divino y profundo que pulsa en el corazón de todo ese universo.
Vuestros corazones ya están en el camino de la madurez interior y, ante todos los acontecimientos acelerados del mundo, también es necesario ahora que vuestras almas reciban fuertes impulsos de Dios y de toda Su expresión en el universo.
Por eso no teman escuchar Mis palabras, no se asusten al estar ante expresiones y definiciones que nunca oyeron pronunciar a Mi Verbo divino, a lo largo de la historia de la humanidad.
Están ingresando en un nuevo ciclo, en donde deberán decirse las verdades y revelarse los secretos, antes que llegue el tiempo en el que Yo no pueda estar más con ustedes. Entonces, deberán descubrir todo por ustedes mismos y solo podrán confirmar la veracidad de los impulsos de luz por medio de vuestras propias esencias.
Por eso, Mis amados, Mi Verbo descenderá sobre las almas con más intensidad. Muchos lo recibirán con la paz del corazón y la alegría de poder descubrir y vivir los misterios celestiales; otros no Me comprenderán y dudarán de la veracidad de Mis palabras y otros no alcanzarán a comprender lo que les digo aunque Me seguirán aún sin comprender, pues sienten en sus corazones que deben hacerlo. Ellos serán llamados bienaventurados, porque sabrán seguir la voz del corazón más allá de las incomprensiones de la mente.
Mis queridos hijos, en este día, Yo los preparo para los días que vendrán. Le pido a vuestros corazones y almas que se fortalezcan para superar los límites de la mente y dejar prevalecer el amor y la paz en vuestras vidas.
Como Reina de la Paz y de todos los reinos de la naturaleza, les dejo una llave bendita para que contemplen los reinos y se unan a ellos. De esta forma podrán abrir un poco más el corazón, para que puedan encontrarme en todo lo que fue creado. Así, poco a poco, descubrirán quién Soy verdaderamente y qué vengo a realizar en vuestras esencias y en la esencia de este mundo.
Los amo profundamente, pues son parte de Mi Inmaculado Corazón.
María, Madre y Reina de la Paz y de todos los reinos de la naturaleza
Yo vengo al mundo, como la lluvia que bendice al planeta. Traigo desde el Reino de Dios, la llave para cada ser, la que abrirá la puerta para aprender a amar y a perdonar.
En Mi Corazón se cumple la promesa de salvar a Mis hijos y entre Mis brazos de luz coloco a cada una de las criaturas de Dios.
Queridos hijos, en este ciclo que comienza, vengo para agradecerles por la Vigilia de Oración ocurrida en el día de ayer; Mi Corazón entró en regocijo cuando todos ustedes se dispusieron a servir, sabiendo que Yo no descendería al mundo, pero Mi Espíritu estuvo entre ustedes y Mi alegría interior colmó a los corazones que se abrieron a escuchar Mi mensaje.
Por eso hijos Míos, hoy Yo estoy aquí y estaré entre ustedes todo el tiempo que Me lo permitan. Recuerden, niños, que ya están caminando y aprendiendo a dar los primeros pasos, como buenos corazones que son.
Hoy Mi pedido de oración no solo se extiende por el mundo entero, sino también por todos los cristianos que injustamente están siendo mutilados y desaparecidos en Oriente.
Les pido: recen de corazón y ofrezcan al Altísimo un pedido de misericordia, para que las familias de Oriente que están siendo desintegradas y separadas, puedan recibir la ayuda espiritual que necesitan.
¡Le suplico a todos los orantes de América y del mundo!, que a través de la fuerza y del poder infinito de la oración, ayuden a cambiar el cruel destino que otras consciencias vivirán por causa de la injusticia y de la maldad de los corazones cerrados a Dios.
Como protectora de las esencias del mundo Yo llego, en este día de gozo pero también de dolor, a pedirles una colaboración inmediata por las faltas gravísimas que la humanidad comete día a día.
El enemigo ha impuesto la separación y la falta de hermandad y de paz entre los hombres. Por eso, bajo el espíritu del Amor y antes de que la Justicia de Dios sea derramada sobre el mundo, Yo vengo a despertarlos y a llamarlos al trabajo constante por la paz. Esto permitirá que todas las almas de Oriente, que sufren, reciban un poco de la Misericordia de Cristo.
El mundo está a punto de colapsar espiritualmente y las redes del mal atrapan cada vez más la atención de Mis hijos. Con espíritu de oración y de sabiduría, hoy descenderé a Aurora a pedirles un despertar mayor, para que al menos una parte de la humanidad más consciente destierre las ideas de destruir el Propósito de Dios.
Cuantas más almas en el mundo supieran de Mi convocatoria y rezaran de corazón, menor será la actuación suprema de la Justicia. Dirijan sus peticiones a Dios por los sacerdotes, por los obispos y por los religiosos de la Iglesia de Cristo, muchos de los cuales se están dejando convencer por las cosas del mundo y no por la verdadera búsqueda del Amor de Dios.
Naciones enteras prometen modificar las leyes de la Tierra, como lo ha hecho el Uruguay, esto atrae consecuencias injustas para muchos pobres corazones. El pecado se ha vuelto moda y tendencia, y la falta de reconciliación y de penitencia está generando alianzas con las ideas del enemigo.
Solo a través de los que se dispongan a defender y proteger el llamado, se podrá cumplir la Voluntad de Dios y dejará de actuar la soberbia de los hombres ingratos.
Mientras Mi Gracia maternal los colma, abracen internamente las Gracias que Yo derramo, pues estas ya son las últimas que despertarán a los nuevos apóstoles de Cristo.
¡Agradezco la respuesta sincera de todos los hijos de Dios!
Los bendice, los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Señora del Santísimo Rosario de la Paz
¡Atentos a las urgencias del Cielo!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más