MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Un día como este once de agosto pero del mes de febrero de 1858 en Lourdes, Mi Inmaculado Corazón trajo a este mundo el Manto Universal de la Cura para todos Mis hijos. A Mi hija Bernarda le pedí que cavara la fuente para que todas las generaciones se sirvieran de ella en la unión amorosa que todas las almas deben buscar con Dios.

Hoy, en estos tiempos de grandes definiciones, Yo los acompaño desde hace ya cinco años, los contemplo y solo les pido que sean inagotables fuentes de oración.

Queridos hijos, aún el mundo no se ha postrado a los pies del Creador y, como Madre de la cura del alma, les pido que continúen orando, orando con el poder del amor de cada uno de vuestros corazones. Eso permitirá que el Universo de Dios actúe sobre todas las consciencias, aún más sobre todas aquellas que necesitan de la Luz Redentora de Mi Hijo.

Queridos hijos, Yo los invito de manera especial en este once de agosto, a convertir vuestra vida en un estado de oración, en un nuevo proverbio de Luz que pueda irradiarse hacia la humanidad.

Yo los conduzco por los nuevos caminos de los pastores, pastores a los que ustedes deben amar y respetar, porque Mi Hijo los eligió para que proclamen el Reino de Dios.

Queridos y pequeños hijos, está llegando el tiempo de unir lo que la consciencia de todos Mis hijos ha separado a lo largo del tiempo. La única religación para todas las almas es el Corazón Divino de Mi Hijo, porque es en Mi Hijo que podrán hallar la Paz y el Perdón de Dios que muchos necesitan.

La humanidad prosigue por el camino de las ofensas y eso repercute en la vida del espíritu; por eso, como Intercesora de todas las almas, los llamo a orar con el corazón para que más Luz pueda encenderse en los que caminan por las penumbras.

Mi Hijo es la Luz del mundo y ustedes son posibles chispas del brillo eterno de Su Sagrado Corazón.

Hijos Míos, es momento de que a través de la oración, levanten los brazos y clamen por Misericordia para que el Universo Creador pueda transformar todo lo que aún la humanidad no logra cambiar.

Sepan, todos Mis pequeños, que están en el último tiempo de Misericordia, y tal como fue anunciado por Mi Hijo al mundo: llegará el tiempo de la Justicia Divina. Amen la Ley para poder amar el Universo de Dios. Recuerden los mandamientos, renueven vuestros votos con el Creador.

Yo los guío, los coloco cerca de Mi Hijo.

¿Aceptan la venida de Su Reino?

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Con inmensa alegría para los Cielos, ustedes hoy renuevan los votos de caridad y amor que hicieron a Dios Padre.

Como servidores guiados por el Espíritu Santo, hijos Míos, los llamo a mantener la unidad interna con el Corazón Misericordioso de Dios.

Sepan que la unión de vuestros corazones con el Eterno Padre repercute como una gran Fuente de Luz sobre toda la humanidad. Cuanto más crean que Dios es todo para sus vidas, los Planes de Paz podrán ser una realidad viva para todos Mis hijos.

Por eso hoy los invito, queridos Míos, a presenciar en la oración, la infinita Creación de Dios. Que vuestros corazones sean pequeñas estrellas en el universo que deben irradiar paz a través de la armonía y Luz para disipar las sombras.

Es momento de depositar con confianza el corazón en las Manos de Dios. Para esto, el camino más perfecto es el camino de Vida, de Amor y de Verdad que Mi Hijo los invita a recorrer desde hace ya mucho tiempo. Vuestras vidas son contempladas por Mi Hijo y Él los ve a todos como almas en una gran escuela que se llama “Escuela del Perdón y de la Redención”.

Cada una de sus almas vive una parte de esa escuela. Llegó el momento de que todos Mis hijos, reunidos en este mundo y en nombre de Dios, puedan ejercitar la escuela de la oración y de la fraternidad.

Ser fraterno es un camino que ustedes deben construir día a día y, para eso, debe emanar de ustedes una amorosa paciencia hacia el prójimo.

Si cada alma de esta Tierra fuera verdadera con su semejante, el Amor del Padre podría expresarse de infinitas formas en cada uno de Sus hijos. Pero aún hay mucho que aprender, es decir, hay mucho que perdonar para aprender a amar.

Estoy cerca de Mis hijos para hacerles recordar que es tiempo de vivir en Cristo para que el Padre los reciba a todos en Su Reino Prometido.

Estoy aquí, Mis pequeños, para conducirlos hacia el Cielo. Que sus corazones estén firmes en el Propósito de Dios.

¡Les agradezco!

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Despierta cada día con la Luz de Mi Inmaculado Corazón. Recuerda, hijo Mío, el llamado a orar juntos por el Reinado de Mi Paz en los corazones. Que tu corazón de servidor no se aflija y se abra a Mi Presencia Maternal.

Los quiero a todos desde lo profundo en el Corazón de Dios. Los ilumino en sus caminos a través del silencio de una Gran Madre. Los acojo en Mi Ser inmaculado para que sus corazones sientan el alivio de Mi Amor Prodigioso.

Mis queridos hijos, en este momento deben orar con el máximo fervor de sus corazones para que el Señor pueda volver a encender los corazones que están vacíos de Él y a los corazones que se sienten sin Él.

Por eso, Mis pequeños soldados, abran el manantial de oración y de vida renovada que cada uno de sus corazones guarda desde hace tiempo. Así ellos estarán fundiéndose Conmigo en la obra eterna de la oración. Los espero todos los días porque ya es tiempo de prepararse para lo que vendrá.

Por todo esto, Mis pequeños corazones, Yo les anuncio que está llegando la hora de la vigilia de oración permanente. La Luz Interior de cada corazón deberá estar encendida cuando Dios, nuestro Padre, convoque a que despierten los instrumentos que servirán de auxilio para los últimos corazones que serán reintegrados a la Luz Mayor.

Así, Mis pequeños, sus almas confirmarán el voto con el Altísimo, porque llegará el momento de que cada alma y cada corazón deberá ser uno con los amados Ángeles del Señor. Todo esto preparará el camino para los últimos que se convertirán a Mi Inmaculado Corazón.

Caminen, Mis pequeños, en la fe absoluta de que junto a la Luz Misericordiosa de Mi Hijo Glorificado, todo camino se podrá recorrer. Ha llegado la hora de confirmar la confianza plena en Cristo.

Que reine la paz en sus corazones.

Los guía, los adora y los ama,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

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Pequeños Míos:

Cuando quiebren algún voto hecho al Señor, vengan hacia Mí, y Yo los curaré y los escucharé. La vida propia es vida para ser transformada por el fuego de Mi Amor.

Hoy los invito a imitar al pequeño Cristo para que vivan el Amor sobre Mis brazos durante el reposo. Todo lo que aún ofende al Señor está para ser liberado.

Por eso, Mis pequeños, debemos orar para que el mundo alcance de nuevo la Luz del Señor. Escucho sus corazones afligidos; por eso pequeños Míos, aférrense a Mi voz orante para que sus seres salgan de las penumbras y brille la nueva Luz que Yo estoy trayendo. Encuentren en Mí vuestro descanso y aguarden en confianza que la Madre de los Cielos llegue a su encuentro.

Queridos Míos, aliviemos el mal del mundo a través del voto constante de la oración reparadora de todas las causas que ofenden a Dios. Cada oración debe brotar como la fuerza del Amor Divino en sus corazones, así, Mis pequeños, el rumbo de todos los corazones podrá cambiar para el bien de todos.

Amen el poder del silencio y encuentren en él el Reino de la oración viva. Aliviemos al mundo y a los corazones del ruido que cada corazón lleva sobre sí. Por eso, es hora de donarse más, sin restricciones; es hora de aprender a amar.

En el amor que los guía,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Celebremos hoy la presencia de Mi Inmaculado Corazón en el mundo. Hoy unan sus corazones en la fraternidad para que Mi Luz Misericordiosa reine entre ellos. Hoy hagan un voto Conmigo: ayudarme a través de la santísima oración para que Mi Corazón triunfe en los corazones que busco día a día en las familias, en los pueblos y en las naciones.

Lleven en sus corazones la presencia del ángel de la guarda para que él los guíe por los caminos hacia el Señor. Necesito de sus corazones, Mis pequeños, para dar alivio al mundo dolorido y, en especial, para dar amor a los que están distantes del Señor. Estoy trayendo la Buena Nueva desde los Cielos y aguardo que todos se sumerjan en el Reino de Mi Paz para que Yo los acompañe en sus pasos.

Recordemos los esfuerzos que sus corazones deberán hacer por amor a sus hermanos que no conocen el amor y están distantes de él. Así, Mis queridos, Mi Corazón de Amor y de Madre podrá irradiar a los hijos que Yo quiero llegar a través de ustedes.

Recuerden las obras de caridad; ellas son agradables a Nuestro Señor porque donan Redención y Cura a las criaturas.

Los ama,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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