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La fe de Mis hijos se renueva cuando ellos, en sacrificio y bajo cualquier circunstancia, oran por amor, sabiendo de la necesidad espiritual de estos tiempos.
Por eso, queridos hijos, la oración siempre les renovará la fe y la confianza absoluta en el Padre Celestial.
La fe, que es renovada por la oración del corazón, crea un potente vórtice de luz que no solo protege físicamente a la consciencia orante, sino que todo aquello que la rodea es silenciosamente impregnado de Códigos de Luz que ayudan a las almas espiritualmente enfermas o que perdieron la confianza en Dios.
El poder de la oración, en este tiempo, obra milagros en el propio ser y lo coloca, una y otra vez, en el portal de la trascendencia y en el camino de la redención.
La oración propaga la paz y muchos más atributos, para que todo siga siendo transformado y renovado dentro de los seres, aun los que no oran tomarán consciencia, en algún momento, de la importancia de volverse hacia Dios.
¡Les agradezco por responder, en amor, a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Coloca tu corazón en el Corazón de Dios y agradece, hijo, por otro ciclo que se inicia. Deja que tu espíritu encuentre la renovación y la paz en los impulsos que descienden del Cielo para conducir a las almas al nuevo tiempo.
Cada día trae consigo las Gracias y las bendiciones para superar las pruebas y los desafíos que se presentan. Abre tu corazón para percibir y recibir estas dádivas y comprende cómo el Creador guía tus pasos y los ampara para que, a través de tu vida, otras almas encuentren la paz.
Ama el camino del despertar y del retorno al Origen, que él sea para ti la prioridad de tu corazón.
Comenzó un ciclo en la humanidad, hijo, en el que las pruebas planetarias se tornarán aún mayores, los asedios y las tentaciones crecerán y verás sucumbir a los que no estaban afirmados en Cristo. Pero, a pesar de todo, calma tu corazón y encuentra la paz. Afirma las bases de tu fe en la oración y en la entrega permanente, para que muchos se sustenten en esta barca de salvación que es la fe en los corazones de los hijos de Dios.
Infinitos serán también los impulsos que descenderán a la Tierra provenientes del Universo de Dios y de Su Corazón. Muchos de los que estaban adormecidos se despertarán bajo un gran impulso y todo tendrá su equilibrio.
Ora y mantiene tu Corazón en Dios. Ve pasar las pruebas de estos tiempos con tu corazón afirmado en Cristo y así, no solo encontrarás la paz, sino que serás un instrumento de paz para este mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Descansa tu corazón en el amor a Dios. Renueva tus fuerzas en Su Cruz, creciendo todos los días en tu entrega.
Restaura tu espíritu en la oración, en la unión con la Jerarquía, en el silencio y en la paz para que, después de cada Misión cumplida, tu espíritu esté listo para dar un nuevo paso, ascendente, más intenso y profundo que los anteriores.
Así, hijo, abrirás tu corazón para el Tiempo de Dios y prepararás no sólo tu espíritu, sino también tu cuerpo, mente y emociones para cruzar los umbrales hacia una nueva vida.
Agradece a Dios por todo en tu vida, porque la gratitud atrae del Universo la renovación y la paz.
Une tu corazón al Propósito Divino, diciendo siempre "sí" a Dios, y así Él te renovará y te ayudará para que todo lo que eres se supere cada día más, para que los frutos del amor emerjan de tu esfuerzo, del árbol de la nueva vida.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
En este día, compañeros, su Maestro se prepara, en recogimiento y en oración, para poder llevar adelante el importante momento de la liberación de Holanda.
Para eso, las grandes huestes angélicas también se preparan para llevar adelante la Voluntad de su Maestro y Señor y así, generar una renovación espiritual y un camino de redención para todas las almas que, siendo miserables, necesitan urgentemente Mi Divina Misericordia.
Por eso, este es el tiempo en el que el Universo del Amor y de la Sabiduría se aproxima a la humanidad para conceder a las consciencias un tiempo de reflexión, de penitencia y de redención.
Es ese Universo del Amor, muy desconocido por los hombres, el que permitirá que milagros espirituales se den en las almas que más necesitan de ayuda y de perdón.
Pero este trabajo crístico que sucederá en Holanda tendrá sus frutos internos en el tiempo, cuando las almas consigan por sí mismas reconciliarse con Dios y volver a ver la Luz del Corazón del Padre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oh alma que te desposaste con el Señor, entrega a Él tu ser, cuerpo, alma, mente, espíritu y corazón para que así estés en tu Esposo y Él en ti.
Sé fiel a Aquel que te llamó por tu nombre y que, entre tantos seres de la Tierra, te hizo escuchar Su dulce voz, Su firme llamado.
Busca, alma del Señor, ser una eterna compañera de tu Esposo, fiel en las gracias como en la cruz, entregándole todas las virtudes y miserias, todo lo que alcanzaste y también aquello que ni siquiera intentaste hacer. Coloca todo en los brazos del Señor y rinde tu Corazón ante Su grandeza.
Ya no esperes más para vivir la alianza con tu Dios. Renueva tu unión con el Creador en cada instante de tu vida. Comprende la unión con Dios, no como los matrimonios de la Tierra, sino como un matrimonio espiritual, una alianza que se establece entre tu alma y Dios; representando que todo lo que eres y lo que has vivido hasta aquí está colocado en las manos del Altísimo, para que Él disponga de tu consciencia y de tu espíritu para cumplir con Su Voluntad.
Aprende a amar a Dios cada día más.
Aprende a ser fiel y dedicada.
Aprende a ofrecer siempre todo de ti, para que Su Voluntad se cumpla.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Vengo en este día especial en el que su querido pueblo de Croacia recuerda a la Madre de Dios de la Puerta de Piedra, para que sus corazones y sus almas sientan este momento del perdón de todo el pasado y de todo lo sucedido.
Hoy su dulce Madre llega a su encuentro para despertarlos profundamente al Amor de Dios, a fin de que sus huellas de dolor y de sufrimiento sean borradas por el bálsamo de la luz de Mi Corazón.
Hijos Míos, hoy les traigo la Gracia de la renovación a su pueblo. Este es el momento en el cual Dios contempla a su pueblo a través de la Divina Madre y es el momento en el que el Padre Celestial está atento a la voz de sus súplicas para que, en consecuencia, Él derrame Su Misericordia y muchos más hijos se sientan espiritualmente aliviados de todo lo sucedido.
Como Madre Consoladora les ofrezco la Puerta de Mi Corazón para que, en este tiempo, puedan sentir el amor de su Madre Celeste. Un amor que alegrará sus corazones heridos, un amor que traerá cura y redención a sus consciencias.
En este día, en el que la historia de la antigua Yugoslavia será piadosamente liberada por Dios, sus corazones recibirán la Gracia de recuperar la fe en lo Alto y lo Alto descenderá sobre ustedes para que sea consumado el Propósito del Padre de recuperar su dignidad espiritual como hijos de Su Eterno Corazón.
Hoy el Cielo desciende en gloria a través de la Madre de Dios y la Divina Señora los coloca en Sus brazos para que sientan amor, cura y perdón.
Eleven sus corazones hacia el Cielo y crean en su libertad. Todo mudará, todo se transformará y lo que fue doloroso en el pasado ya no pesará, porque ustedes, hijos Míos de Croacia, alcanzarán la Misericordia.
Expresen su amor. Únanse al Padre Celestial. Él los espera con toda la compasión de Su Corazón para que vivan la paz y la esperanza en estos tiempos definitivos.
Anímense a decirle "sí" al nuevo tiempo, al tiempo de la Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Otra vez en Mi amada casa, en Fátima, donde derramé tantos códigos de amor, conversión y protección para Mis hijos del mundo.
Otra vez en Fátima, para renovar a sus almas con Mi Maternidad y Mi Amor Universal.
Otra vez en Fátima, para que este Reino Celestial, que acoge a todos Mis hijos del mundo, reciba la luz y el amor de la Fuente del Corazón de Dios y se prepare para lo que ya está llegando.
Hoy observo, con gratitud y amor, a algunos corazones que se han ofrecido para sustentar el final de los tiempos y que, verdaderamente, están decididos a seguir fielmente a Mi Hijo y a servirlo más allá de lo que comprenden y de lo que creen que pueden hacer.
A estos hijos Míos los tengo en Mi Corazón.
También observo a aquellos que todavía necesitan de muchas pruebas para rendirse al Amor de Cristo, de muchas explicaciones para aceptar este nuevo ciclo, de muchas seguridades para poder confiar.
A estos hijos Míos los tengo en Mi Corazón.
Observo también a los que son indiferentes, a los que solo piensan en sí mismos, a los que no soportan la fe de los otros e intentan destruirla, a los que tienen tanto miedo de que el mundo deje de ser ese lugar que creen controlar.
Observo a los que no comprenden que transgredir la Ley de la Creación es algo que de forma inminente los colocará frente al Juicio Universal.
A estos hijos Míos los tengo en Mi Corazón.
Observo a los que se burlan de la Gracia y de la Misericordia, a los que levantan su voz y su mano en contra de sus hermanos, creyéndose impunes y dueños de los demás.
Todos están en Mi Corazón.
Traigo para Europa una buena nueva, la última oportunidad para vivir el perdón, la reconciliación, la expiación de los errores.
Como Abogada de todas las criaturas de este mundo estaré en breve, en un próximo ciclo y durante un tiempo aquí con ustedes, recorriendo esta tierra europea que clama por perdón y cura, recorriendo sus naciones, llegando a sus pueblos para que la Luz y el Amor de Dios lleguen a cada rincón.
El Reino de Fátima y la presencia de los Mensajeros Divinos traerán la Gracia de la Renovación, a esta parte del mundo, para que sus corazones puedan recibir los códigos crísticos que prepararán a sus seres para dar la bienvenida a los talentos que Mi Hijo les entregará y que deberán estar disponibles dentro de sus esencias para acompañarlo y servirlo en Su Retorno al mundo, en este próximo tiempo.
Pero hoy también vengo con una advertencia.
La humanidad se enfrentará a sí misma y comprobará que fue indiferente, que se dejó atrapar por la ilusión y perdió el bienestar que le ofrecía el planeta, un planeta al que está perdiendo porque lo maltrató hasta dejarlo agonizante.
Así la humanidad llorará lágrimas de sangre por su necedad, por su soberbia y por su falta de inteligencia. Esta humanidad que hoy está, conscientemente, desintegrando y aniquilando aquel lugar sagrado que le da cobijo, que la alimenta, que la cura y que le ofrece un lugar majestuoso y seguro para las generaciones futuras, para la evolución de la raza.
¿A dónde irán a vivir sus hijos, sus nietos y los hijos de sus nietos? ¿Alguna vez se lo preguntaron?
A lo que ustedes llaman espacios protegidos o búnkeres, ¿cuántos podrán entrar a esos ilusorios lugares?
¿Buscarán otros planetas? ¿Cuáles? ¿Cuántos de ustedes irán a esos ilusorios lugares?
Mi Corazón se llena de dolor, de pena y de agonía al verlos tan ignorantes.
¡Hijos, despierten!
Todavía hay tiempo de equilibrar la balanza, ¡pero tiene que ser ya!
Despierten de este letargo, de este sueño que solo los conducirá a un estado interno y externo lleno de desequilibrio y sufrimiento. Escuchen la Voz y el Corazón de su Madre Celestial que les trae esta advertencia. ¡Ya no hay más tiempo!
¡Salven al planeta! Protéjanlo de ustedes mismos, porque si no reaccionan pronto no tendrán ningún lugar en donde puedan estar en paz.
Únanse a Mi Voz y a la voz de los más jóvenes, la que ya se hace sentir. Ellos están intentando defender su casa para poder tener un destino.
Únanse a Mi Corazón que les ruega, que les suplica que sean responsables por esta Gran Casa, este Edén que Dios les entregó para que vivieran la más grande experiencia de amor universal.
¡Despierten hijos! Por última vez, ¡despierten!
Yo los amo y no los abandonaré nunca, pero Mi Ser sufre porque un día solo podré observar su padecimiento, fruto de su indiferencia y de su falta de responsabilidad.
Recuerden siempre que solo deben mirar hacia lo Alto, en humildad y en gratitud. Todo podría revertirse para bien, en un instante, si tuvieran el coraje de cambiar.
Los amo, los protejo y firmemente los llamo a la última reflexión.
Gracias por estar hoy Conmigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Mientras sus oraciones se elevan a los Cielos y tocan el Corazón de Dios, los coros de ángeles y arcángeles proclaman con su alabanza la redención de las almas, del pasado de las naciones, de la historia de los continentes guardada en la consciencia humana.
El amor con el cual pronuncian sus oraciones al Padre construye el camino hacia los Cielos y las puertas del Reino de Dios se abren no solo para recibir a las almas perdidas, sino para verter sobre el mundo la Gracia y la Misericordia que él tanto necesita. La renovación que proviene de la Gracia de Dios toca a la Tierra y la transforma, tornando sagrado el suelo en el cual caminan los seres.
Cada momento de oración es único y debe ser, para los compañeros de Cristo, lo más importante en sus vidas porque es ahí que una nueva Tierra y un nuevo tiempo comienzan a instituirse en este mundo.
Sigan orando con amor, sigan clamando por la paz.
Sus plegarias están siendo escuchadas en el Cielo por el Corazón Piadoso de Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Soy el Señor de los Siete Cálices Sagrados, y en ellos derramo los principios y atributos que, en este tiempo, Europa necesitará para llevar adelante su gran momento de redención, de perdón y de renovación.
Soy el Señor de los Siete Cálices Sagrados y, a través de ellos, represento a las siete poderosas Voluntades del Padre Creador no solo para Europa, sino también para el mundo entero.
Soy el Señor de los Siete Cálices Sagrados y, a través de ellos, vengo a depositar en la consciencia de Europa la oportunidad de amar a Dios verdaderamente y de encontrarme en el semejante.
Soy el Señor de los Siete Cálices Sagrados y, a través de ellos, instituyo los Dones de Dios, los siete principios creadores que descenderán en este próximo ciclo al planeta para revertir la situación crítica de la humanidad.
Soy el Señor de los Siete Cálices y, desde el Reino de Fátima, hoy les traigo esta revelación: el Señor de los Siete Cálices estará llegando para anunciarle a Europa que su tiempo de redención y de perdón se aproxima.
Vendrá el Señor de los Siete Cálices para volver a despertar a Sus doce apóstoles del último tiempo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando oras, Dios lava tu corazón y te purifica, renovando tu alma y tu esencia, en pureza y transparencia. Pero también te corresponde a ti, hijo, mantener esa pureza en tu propio interior y, durante tus días, hacer de tu vida una oración.
Pronuncia tus palabras con la pureza de tu esencia. Deja que tus pensamientos retrógrados pasen, y sigue el flujo solo de aquellos que te llevan a reflexionar sobre la Sabiduría y el Amor Divino.
Colma tu tiempo con el servicio y no con cosas vanas. Colma tu tiempo con la armonía de la naturaleza y el Amor que proviene de Dios, y no con las distracciones del mundo.
Retoma cada día el puente de unión con el Padre, para que ella se profundice. Nutre tu esencia con lo que proviene de Dios, para que ella se pueda expandir y expresarse en tu interior.
Que tu esencia sea el amparo y la morada de la pureza, para que tu alma, protegida, encuentre espacio para dar pasos en su evolución.
Cuando oras, Dios lava tu corazón y lo purifica. Por eso, ora y da a tu ser la oportunidad de recomenzar todos los días.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Sábado de Aleluya fue marcado por el silencio y por el vacío, en el cielo como en la Tierra. El Corazón y el Verbo del Creador se silenciaron, y el propio Dios se recogió en lo profundo de Su Corazón. Allí se gestaba el poder de la Resurrección de Cristo, la sabiduría de la eternidad, el renacimiento y la renovación del Amor.
Ya no sería por la ciencia que el universo conocería la eternidad y el prolongamiento de la vida. La resurrección espiritual era algo nuevo, nunca vivido en toda la Creación de Dios; y hasta aun los sabios y los arcángeles acompañaron en silencio el movimiento de amor que, en todas las dimensiones, hacía resurgir la vida de Cristo.
Su Espíritu, que había entregado todo de Sí, tocó al Padre con su experiencia y volvió hacia la Tierra para que pudiera renovar Su Amor.
Dios acompañaba, en profundo silencio, el Amor que nacía de Su Hijo. Hasta el propio Creador aprendía de Su entrega y de Su Resurrección.
Por el poder perfecto del Amor, Su Alma, Espíritu, Divinidad y Cuerpo humano y material se encendieron y se reconstruyeron. El Amor era el aire que volvía a circular en Sus células. El código de la cristificación dio vida a Su Sangre, a Sus órganos físicos y espirituales. La vida recobraba su sentido.
El Amor de Cristo permanecía expandiéndose más allá de los niveles materiales. Su entrega siguió creciendo y penetrando dimensiones desconocidas, tanto en el cosmos como en las dimensiones más oscuras de la vida material, los llamados infiernos terrestres.
Como una ola que caminaba en todas las direcciones del mar de la Creación, el Amor de Cristo recorría los universos y las manifestaciones de la vida. Al mismo tiempo que tocaba a todas las criaturas, la propia experiencia de Amor hacía que Su Cuerpo reviviera y se renovara en una nueva vida, imperecedera, una vida omnipresente y omniabarcante. Una vida que no tiene una dimensión propia y que al mismo tiempo habita en todas las dimensiones, vida eterna por ser vida en Dios, en la unidad con el Creador.
Así como el Padre está en todas las cosas, también el Hijo lo está. Su Cuerpo se podría manifestar en la materia como en las supradimensiones. Y donde no hay materia ni colores y sonidos, solo la existencia silenciosa e invisible, allí también está el Hijo de Dios. Todo se une en Su Amor.
La Resurrección de Cristo no se explica con palabras o con ciencias, porque trasciende todas las ciencias, todo entendimiento y toda sabiduría. El propio Creador, en el Sábado de Aleluya, se renovaba y con Él, toda la Creación.
El silencio es la única explicación para lo que allí acontecía. En el silencio podrán experimentar ese Amor que todo abarca. Plenitud, omnipresencia, vida, todo se hizo nuevo en el Sábado de Aleluya y se manifestó en el Domingo de Gloria.
Mediten, sientan y experimenten los códigos de esta experiencia divina.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Así como el Amor de Cristo se expandió en la Cruz y Su Mirada de Misericordia tocó en lo profundo al Corazón de Dios para despertar a esa Fuente Celestial en la Tierra, así tú también en este tiempo, hijo, debes dejar que el amor se expanda en tu interior.
A pesar de las dificultades, de las atrocidades que los seres viven en sus naciones, pueblos y familias, a pesar del caos que se intenta expandir sobre la Tierra, que tu mirada sea siempre misericordiosa.
Deja que tu corazón descubra la potencia del Amor de Dios que está más allá de cualquier imperfección y dificultad, que está más allá del caos y del mal, y que a todo transforma.
Llegó el momento de recorrer el camino del calvario de este tiempo, cargando la cruz de la indiferencia humana ante los Planes de Dios y transformando, a cada paso, esa cruz en la renovación del Amor Divino.
Comprende al amor como tu misión, comprende a la cruz como tu camino y permite que tu ser sea un instrumento de Dios en este tiempo.
El Creador no busca instrumentos perfectos, busca a aquellos que, a pesar de ser imperfectos, quieren aprender a amar y a perdonar, quieren disponer su corazón para que sea un cáliz vacío en donde Dios pueda derramar Sus códigos de Amor y de Redención.
En este tiempo, en el que rememoras los pasos de tu Señor, permite que Él te inspire y renueve el propósito de tu corazón, elevando tus metas y aspiraciones para que te dispongas a ser un Nuevo Cristo, un nuevo milagro de tu Creador y de Su Amor infinito que convierte y transforma a todas las cosas.
Tienes Mi Bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Desde Su nacimiento hasta Su vida adulta, Jesús tenía pleno conocimiento de la vida universal y de la vida profunda de cada ser. Sabiendo del Propósito de la humanidad en la Tierra, Su Corazón siempre se sustentó en la esperanza del advenimiento de la nueva vida, en la manifestación de la Nueva Humanidad.
La Verdad de Dios vivía en Su interior y, durante el Calvario, ella fue la base de la sabiduría que despertó el Amor Crístico en Su Corazón y renovó el Amor de Dios.
Hoy, hijo, deja que las revelaciones de este tiempo sean para ti la sabiduría que viene como base para el calvario del mundo y, sobre todo, para el despertar y la renovación del Amor.
Recibe con gratitud las ciencias que te son enseñadas, el conocimiento superior del que la humanidad siempre estuvo tan ignorante.
Deja que la sabiduría despierte en ti la certeza de la eternidad y de la redención de todas las almas para que, con esa Verdad viva en tu corazón, puedas tornar pequeñas las pruebas de este final de ciclo.
Ennoblece y fortalece tu corazón con la sabiduría y con el conocimiento. Permite que la Verdad Superior se aproxime y con ella, lo que verdaderamente eres. Así tendrás bases firmes por las cuales caminar para retornar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Observa que la cruz del mundo ya se aproxima. No es en el dolor o en los desafíos en los que deben estar tus ojos y tu corazón. Contempla la renovación del Amor de Dios y camina hacia este fin.
Las sombras vienen con su asedio, sembrando distracciones, discordias entre hermanos, ilusiones, glorias vanas y honras mundanas. Percibe los asedios, reconoce la oscuridad y aprende a decir no a las tentaciones.
Recuerda al Universo y al Plan de Dios. Recuerda al propósito de tu existencia. Recuerda la grandeza y la paz de la unidad y de la fraternidad. Haz tus elecciones según lo que Dios sembró en tu esencia y no en lo que el enemigo sembró en tu mente.
Limpia tu mente con el poder de la oración y eleva tu consciencia adorando al Señor. Encuentra refugio y protección en el Corazón de Dios. Haz de Su Espíritu tu morada y deja que Él también encuentre reposo en ti.
La batalla de este tiempo es silenciosa y se traba dentro de tu propio corazón, por eso es mucho más difícil recibir el auxilio de tus hermanos y compañeros. El triunfo de este tiempo se dará, sobre todo, por la persistencia de tu propio ser en Dios. Eleva siempre tus manos al Padre y recuerda dejar que los cirineos te ayuden cuando ya no tengas fuerzas. Es así que renovarás, como Cristo, todas las cosas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Para cargar con la cruz de estos tiempos y hacer del propio ser un triunfo de Dios, primero ustedes deben aprender, hijos, a vivir la humildad y el anonimato que no los aproximan a las honras humanas, sino al Corazón del Padre.
Durante treinta años el Salvador de sus almas permaneció en silencio, en soledad, aprendiendo de la humildad en Su vida simple; profundizando en el conocimiento y en la sabiduría que provienen del Corazón de Su Padre para poder expresar, solo en los últimos tres años de Su vida y bajo la fortaleza de la humildad, lo que Él era verdaderamente.
Durante treinta años tu Señor transmutó y transformó la condición humana a través de Su silencio y de Su humildad. Cada día vaciaba más Su interior para que el Padre Celestial y Sus arcángeles pudieran habitarlo.
Solo cuando toda Su Consciencia estuvo preparada para renovar el Amor de Dios, Él se presentó ante los hombres como el Camino, la Verdad y la Vida, porque no había distancia entre Su humanidad y Dios. Todo lo que Él era, era parte del Padre.
Hoy, hijos, los invito a comprender a la humildad como base para la unión con Dios y para la cristificación. Si no aman a la Presencia de Dios más que a la presencia y a las honras de los hombres, jamás llegarán a donde el Creador espera que lleguen.
Amen la grandeza de Su Plan y la majestad de Su Presencia y comprenderán lo que les digo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando los Sagrados Nombres de Dios son invocados, sus códigos de vida son derramados sobre las consciencias que los llaman, y esto también trae y despierta la renovación.
En los Sagrados Nombres de Dios está el impulso espiritual que las almas necesitan para aprender a vivir la Divina Voluntad.
Los Sagrados Nombres son puertas de contacto con niveles elevados de la Consciencia Única, y su invocación atrae espiritualmente la cura, la luz y la redención que las almas necesitan para evolucionar y trascender sus aspectos terrestres.
Los Sagrados Nombres son corrientes poderosas de energía divina, y esos Nombres permiten que el alma se pueda religar con Dios y con todo el Universo como con la Fuente de la Creación.
Los Sagrados Nombres de Dios activan en las esencias el recuerdo primordial de su origen y de su procedencia espiritual.
Los Sagrados Nombres colocan al espíritu de la consciencia en el escalón de la ascensión espiritual y de la redención.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Aprende a dejarte sustentar y renovar por el amor de tus hermanos, así como Cristo se renovaba en el camino del Calvario al observar la presencia de Su Madre Divina, de las santas mujeres y de algunos de Sus compañeros.
En este tiempo, a pesar de que cada uno cargará su propia cruz, solo se llegará al Calvario y a la cristificación con el auxilio de unos a otros, con el amor y el apoyo del prójimo. Porque el Plan de Dios se manifiesta a través de la unidad. Ella es el vehículo para el despertar del amor.
Por eso, caminando con tu cruz, déjate ser ayudado, además de ayudar. Permite ser amado, además de amar. Recibe el servicio y la entrega de tus hermanos, además de servir. Comprende que es junto con tus hermanos que habrás de vivir la renovación en el amor.
Estas son las llaves para que recorras este camino y aprendas también sobre la esencia de la humildad que proviene del Corazón de Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La oración será tu sostén y tu guía en todos los ciclos, internos y planetarios.
Será a través de la oración que vencerás las tentaciones en la agonía.
Será a través de la oración que renovarás tus fuerzas en el cansancio y en la fatiga espiritual y física.
Será en la oración que encontrarás el sentido para seguir adelante.
Será a través de la oración que podrás transmutar y sustentar a este planeta.
Será la oración la que te permitirá cargar la cruz de estos tiempos.
Será la oración la que te hará morir para ti mismo y encontrar el vacío que te une a Dios.
Será la oración la que te dará fuerza para resucitar a una nueva vida.
Será la oración la que te auxiliará para dar los pasos correctos hacia el despertar del Amor, que hará de ti un Cristo del Nuevo Tiempo.
La oración es el vehículo que te llevará a concretar los Planes de Dios.
Por eso, ora y ve cumplirse Mis palabras.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Purifica tu mente, tu mirar y tu corazón para encontrar a Dios. Para estar en el Padre es preciso elevarte constantemente y escoger, una y otra vez, estar a Su lado.
Aproximarse a Dios es un arte en estos tiempos. Mientras los asedios y estímulos del mundo crecen, el mundo interior de los hombres, tan volcado hacia las cosas superficiales, no sabe luchar para estar en Dios.
Es parte de la pasión planetaria, hijo, saber escoger a Dios, y no a las cosas del mundo. Escoger a Dios es abrazar tu cruz, renunciar, ser humillado y despojado de todos los bienes que la humanidad tanto busca, asiduamente, todos los días.
Pero todo eso se alcanza cuando el alma comprende que no hay nada más bello, sublime y verdadero que estar en Dios, y todas las cosas mundanas pierden su valor dentro y fuera de los corazones. Renunciar ya no será un peso, sino una necesidad. Amar ya no será una batalla, sino un firme y único propósito que os hace renovarse en el camino con la cruz, a pesar de las caídas, dificultades y desafíos.
Deja que tu alma se alimente de Dios, conozca a Dios y viva a Dios, de forma que sepa por experiencia propia que nada en este mundo se compara a Su Amor y a Su Voluntad. Ninguna aspiración humana será mayor que Su Propósito, y tu corazón ya no se lamentará por no conseguir vencer las tentaciones del mundo, porque tu único propósito será el Amor.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, hijo, no solo prepara tu corazón para estar delante de tu Señor, Maestro y Rey. Prepárate para ser realmente Su compañero. Prepárate para asumir un grado más profundo de tu compromiso con Él. Prepárate para ya no ser un Cireneo, sino para cargar tu propia cruz, en nombre de la humanidad.
Prepárate para ya no ser María a los Pies del Señor o puramente Marta sirviéndolo incansablemente. Prepárate para dar tus propios pasos en el calvario de estos tiempos y renovar el sacrificio del Señor con la oferta de tu propia vida.
Prepárate para ser otro, nuevo, para dejar nacer finalmente, en tu interior, este amor que la humanidad tanto espera sentir y recibir, pero que debe aprende a dar.
Prepárate para ser humillado y hacer silencio. Prepárate para ser juzgado y no temer. Prepárate para ser flagelado y renovarte. Prepárate para caminar con la cruz de este tiempo y comprender con amor a los que encuentras en tu camino. Prepárate para amar incondicionalmente y perdonar lo imperdonable. Prepárate para vivir un Amor que no cabe en ti. Prepárate para renovar el Amor de Dios.
Deja entonces que el Pensamiento de Dios se exprese en ti. Renuncia a tus voluntades y a tus planes. Renuncia a tus deseos y a tus aspiraciones, y escucha en lo profundo de tu corazón la Voz de Dios que te guiará hacia este nuevo hombre.
Ora, y la oración será tu mayor fortaleza, sobre todo para que puedas vencer, en ti mismo, a las tentaciones que provienen de tu mente y de tus emociones, del viejo hombre que gritará dentro de ti para no perder su reinado.
Ora, sirve y ama a tus hermanos. Allí estará tu seguridad, tu protección y, sobre todo, allí encontrarás el Propósito de Dios para ti.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más