MENSAJE EXTRAORDINARIO DE MARÍA, MADRE UNIVERSAL, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A MADRE MARÍA SHIMANI DE MONTSERRAT

El descenso del Reino Celestial

Amados Míos:

Hoy cumplo la promesa que hice a vuestros corazones y desciendo nuevamente a este mundo con toda Mi Consciencia Celestial y Universal, ingresando a esta, una de Mis Casas en la Tierra, para traer el Reino Celestial.

Este Reino, que pertenece a todos Mis fieles hijos, reúne a los Pies del Padre Eterno y a los Pies de Mi Hijo, el Redentor, a aquellos que desde el corazón pueden vivir la fidelidad al Amor de Dios, la transparencia de ese amor, la libertad interior de haber elegido con el alma seguir el camino del bien, de la fraternidad y de la Misericordia que Cristo trajo a esta humanidad.

Esta Iglesia Celestial, que está compuesta por todos los corazones sinceros en el amor a Dios, no hace distinción de razas, pueblos, religiones, ni dogmas. Ella está formada por todos los que buscan el bien, la luz, el amor y la vida fraterna para sí mismos, para sus hermanos en todo el mundo; que buscan respeto, consideración y reconocimiento de todos los Reinos de la Naturaleza, como parte preciosa y fundamental de la vida en este planeta, frutos de la Creación Divina del Padre.

Esta Iglesia Celestial que Mi Hijo ha reunido como ofrenda al Padre Eterno, hoy desciende y se une a Mí, a Mi Inmaculado Corazón, para que así Yo la pueda cuidar, proteger, orientar y conducir hasta que Mi Hijo retorne al mundo, el único Rey, el Salvador.

A partir de este nuevo ciclo, hijos Míos, todo quedará expuesto para ser purificado. Nada quedará oculto a los ojos de los hombres, nada quedará para otra oportunidad.

Aquellos que se definan por el bien, lucharán todos los días para encaminar sus vidas por la senda que los conduce al Amor de Dios y lo harán con alegría, sabiendo que los mil años de paz están llegando, se esforzarán y prepararán el Retorno de Cristo con pequeñas y grandes acciones. Todos los verán y sabrán quiénes son.

Aquellos que se engañen y que elijan mantener los poderes falsos de este mundo, ya no se ocultarán y serán vistos por todos en todo el mundo. Ellos se burlarán de los corazones sinceros que buscan el bien y su infidelidad será vista y oída por todos. Ellos perseguirán a los corazones buenos y querrán destruir la Iglesia Celestial por no poder apoderarse de ella.

Pero nada deben temer, porque Yo estaré con ustedes y en ustedes, y ya nada los podrá hacer sufrir.

Yo guardaré la verdadera Iglesia de Mi Hijo hasta que Él retorne, colocando bajo Mi Manto de protección a los puros y simples de corazón, a los fieles y verdaderos, a los justos y obedientes de las Leyes del Cielo, a los caritativos y bondadosos con sus semejantes y con los Reinos, a los valientes que buscan el amor por encima de la mezquindad de este mundo, a los que sufren por la maldad de los crueles y pecadores, y a los inocentes, esos que nadie puede proteger.

Y así, la Iglesia Celestial de Mi Hijo crecerá, nación por nación, región por región, continente tras continente de este mundo, y nada la detendrá, porque el verdadero amor, la verdadera luz y la verdadera paz llegarán a cada alma sedienta de esta Tierra.

Recuerden, es Mi Hijo el que llama a las almas en los mundos internos, y también es Mi Amor maternal el que los reúne para llevarlos a Cristo, más allá de cualquier acción en la superficie de la Tierra.

Por eso, sucederán cosas que no podrán comprender cuando los hijos de la Iglesia Celestial comiencen a congregarse, y desde los más lejanos lugares del mundo clamen por el Amor de su Madre Celeste y por su Señor, y cuando empiecen a llegar a los espacios en donde los Mensajeros Divinos descenderán para traer paz.

Los grandes milagros de luz, cura y conversión comenzarán a manifestarse a lo largo y ancho del mundo, porque las almas se encenderán, estén donde estén, respondiendo al llamado de su Pastor.

El mal los querrá confundir, pero el Amor redentor de Cristo es poderoso e inconfundible y nada lo detendrá.

Prepárense, hijos amados, para recorrer junto Conmigo aquellos lugares perdidos del mundo en busca de sus hermanos, para que, definitivamente, puedan formar parte de esta, nuestra Iglesia Celestial.

Y así, en este ciclo que hoy se inicia, despertarán los 144 000 y nada lo impedirá. Esa tarea que ellos cumplirán, de preparar el Retorno de Cristo, le pertenece a cada alma comprometida con el advenimiento de la Nueva Humanidad, a cada uno de los que escuchan Mis palabras a través de sus oídos o en sus mundos internos.

Y ya no serán solo 144 000, serán muchos más los que, con el amor ardiente encendido por Mi Hijo en sus corazones, caminarán a Su lado para vivir junto a Él el amor y la fraternidad que esta raza siempre estuvo destinada a vivir.

Hoy, desciendo aquí y también sobre la superficie del desierto en Perú, en donde, en los mundos internos del planeta, los Maestros y Ancianos de otrora y de siempre, cuidan de este mundo. Allí es donde la Blanca Hermandad ha seguido fielmente el Plan de Dios para este mundo.

Ellos han estado incondicionalmente unidos al Eterno Padre y a todos Sus Designios, siendo el puente entre el Cósmico Universo y la Tierra desde antes de Adán y Eva, tarea que Dios les entregó y que permitió que, a pesar de todos los errores de ustedes, Mis hijos de superficie, aún hoy tengamos este bendito planeta para seguir adelante con el Proyecto divino.

Por eso, también he descendido en el desierto de Chilca, al igual que Mi Hijo descendió hace un año atrás, para llevar también hasta allí la Iglesia Celestial, porque todos ellos, como amantes silenciosos de Mi Hijo, pertenecen a esta reunión de consciencias que, desde los planos internos, nos ayudan a mantener y a preservar este amado planeta.

Amados Míos, hoy los invito amorosamente, como Madre, a dar un paso en sus espíritus y almas, para ingresar junto a Mí en la escuela del verdadero conocimiento sobre esta civilización, que son ustedes y este planeta, conocimiento que les pertenece y que ha estado oculto de las consciencias de todos.

Ahora, que ya son jóvenes que están alcanzando la madurez espiritual, les corresponde vivir las grandes verdades con apertura y también tomados de la mano de su Madre Celeste, la que los conducirá por estos nuevos caminos con amor, cuidando de cada una de sus almas.

Este nuevo ciclo estará pleno de revelaciones que los harán fuertes y les permitirán comprender muchas cosas que antes eran nombradas como “misterios”, porque el tiempo para saber de ellas todavía no había llegado para todos.

Amados Míos, hoy Mi Corazón está en júbilo y llego a ustedes como la novia que llega al altar para iniciar la etapa más importante de su vida, etapa en la que formará definitivamente la gran familia, la Familia Universal, la que esperará con fervor la llegada de su Rey, Cristo Jesús Glorificado.

Los amo, y los bendigo en este día inolvidable de júbilo.

Gracias por estar hoy acompañándome, siendo parte de esta victoria celestial.

Vuestra Madre María, Madre Universal

Mensajes diarios
MENSAJE EXTRAORDINARIO PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DEL MUNDO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE GONDOMAR, OPORTO, PORTUGAL, A LA VIDENTE MADRE MARÍA SHIMANI DE MONTSERRAT, CON MOTIVO DE SU ANIVERSARIO

Que el Manto de la Madre del Mundo cubra y proteja a todas Sus criaturas, bajo la Gracia infinita del Redentor.

Hoy, un nuevo ciclo despunta en esta Obra Sagrada que llevo adelante junto a Mi Hijo, el Cristo, y a San José Castísimo, por el rescate de este planeta y de su humanidad.

Hoy, junto a Mi Reino Celestial en la Tierra, el Reino de Lys-Fátima, celebro con todos Mis hijos un nuevo amanecer, aquel que prepara definitivamente a sus espíritus y almas para dar el último gran paso en la consagración de sus vidas a la Voluntad de Dios.

Muchas veces, han escuchado estas palabras que parecen repetirse cada tanto, y es verdad. Cada nuevo paso que la Divinidad propone a Sus servidores, en este Plan de redención y de rescate, es un ciclo que finaliza y uno nuevo que comienza, pleno de desafíos, de pruebas y de responsabilidades.

Esta es la propuesta para ustedes, en el nivel en que cada uno se encuentra en esta escuela de amor, perdón y redención que es este planeta y esta humanidad.

A cada uno de Mis hijos presentes en el mundo, aquellos que son parte de la Iglesia Celestial de Mi Hijo, aquellos que lo siguen de corazón y de verdad, hoy les entregaré una nueva meta, un sendero más profundo para recorrer y en el cual servir.

Aquellos que son parte de esta Iglesia Celestial solo por afinidad, los invito a convertirse en colaboradores efectivos de este Plan de redención. Colaborar significa acciones concretas, significa estar disponibles para realizar las tareas que sean necesarias para llevar la Obra adelante.

A los que ya colaboran, los invito a levantar el estandarte de los servidores de Cristo; aquellos que siempre están listos, dispuestos a ayudar y asistir a los Mensajeros Divinos cuando es necesario.

A los que hace tiempo sirven en este Plan de Amor, les abro la puerta de la consagración interior, aquella que los llevará a vivir por y para servir a Mi Hijo, el Cristo Redentor, y a permitir que Él los prepare para acompañarlo en este final de los tiempos, en Su Retorno.

A los que ya cruzaron el portal de la consagración y caminan por el sendero del apostolado, coloco ante sus almas, espíritus y esencias, la gran posibilidad de dar la vida por Cristo, con la alegría de entregarla, en servicio incondicional, por la redención total de las almas.

Y para los que ya no sienten temor de dar sus vidas, aquellos que viven con Mi Hijo en sus corazones, los que serán capaces de seguirlo hasta el final, sea cual sea, los invito a caminar Conmigo por el sendero de ser nada, solo esclavos de Su Amor y de aquellos que Él ama como ama al Padre Eterno.

Por eso, este ciclo es de gran renovación para cada uno de los que escuchan Mi voz.

Existe y siempre existirá, para cada criatura que ansíe de alguna forma servir a Dios y a este Plan de Amor, un lugar para realizar ese servicio. Servicio que debe realizarse con el mayor de los esfuerzos, el que cada uno pueda dar y un poco más. Porque este es el tiempo en que todo está por suceder, y del esfuerzo de cada uno dependerá el destino del planeta y de la humanidad, lo que significa también su propio destino.

Desde Fátima hacia el mundo entero, Me preparo para entregarle una Gracia a cada uno de Mis hijos, aquellos que de forma sincera, desde cada lugar del mundo, Me presenten sus corazones, en este mayo de renovación total.

Nos preparamos para entregar la Gracia de recuperar los códigos de la Pureza original que se guardan en los planos internos de este Reino Espiritual, aquella Pureza original que sus esencias perdieron hace tanto tiempo por errores cometidos en el pasado.

Estaré junto a Mi hijo Francisco concelebrando la Ceremonia de la Eucaristía. Oren por su protección y por su tarea. Él trae la renovación de la fe para todos en este tiempo.

Los amo y los bendigo.

Gracias por estar hoy Conmigo.

Vuestra Madre María, Madre del Mundo y de todas sus criaturas

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Esperé hasta este día para decirles que Mi Corazón Materno ya se encuentra palpitando espiritualmente en Centroamérica, aguardando que más almas colaboren con la concreción de los designios de su Madre Celeste.

Por esta causa Mi Consciencia Divina está reuniendo a todos los poderes de Su Gracia para derramarlos como potentísimos rayos de misericordia y redención sobre las naciones que durante el mes de noviembre Yo visitaré.

Su Santísima Madre así prepara el campo de las consciencias humanas para poder sembrar las nuevas y últimas semillas que nacerán en los jardines internos de Mi Amadísimo Hijo; aquellas que Yo vengo a sembrar y cultivar en Centroamérica para que, cuando retorne Cristo en Su Divina Gloria, Él pueda encontrar un lugar dentro de la humanidad en donde refundar Su Santa Iglesia Celestial.

Mi misión mariana con el mundo y con todas las almas es preparatoria y corredentora, es una misión que después de tanto tiempo acoge a todos los que son marginados espiritualmente y a los que, muchas veces, perdieron la oportunidad de retornar al Padre Celestial.

Queridos hijos, por eso hoy vengo para anunciar que las oraciones con los hermanos de las diferentes naciones y los videntes de la Orden continuarán por tiempo indefinido, ya que los frutos de esta tarea han colmado de alegría y gratitud a Mi Inmaculado Corazón.

Es así, queridos hijos, que esa tarea se expandirá hacia todo ser orante que cada quince días, en el mundo, quiera unirse Conmigo a esa red de oración por la paz.

Ahora para Europa, África y Asia nuevos consagrados destinarán sus vidas para ejercitar esa cadena de oración, así constituiremos una red de oración por el planeta y por la humanidad a través del Misterio del Santo Rosario.

Agradezco a todos los orantes por haber acompañado este último ciclo de preparación, ahora se abre una puerta más grande para acoger a todos.

Les agradezco por acompañarme.

Los ama y los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN CIUDAD DE OPORTO, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El divino diálogo entre María Santísima y Jesucristo, Su Hijo Amado

María Santísima: Hijo, sabes que las almas en su naufragio necesitan de Tu ayuda. Te pido, Adorable Hijo de Dios, que Te aproximes a los más débiles, que por sus errores y faltas pierden la Gracia de conocerte.

Mira, Querido Hijo, cuántos siguen Tus caminos y se esfuerzan por vivirlos.

Jesucristo: Clementísima Madre, escucho con atención y gracia Tu dulce y amorosa voz, así como la escuchaba cuando aún era muy pequeño y estaba en Tus brazos.

¿Cuándo será el momento en que los hombres se abrirán para conocer el poder de Tu Amor?

Mi Corazón se avergüenza cuando las almas no son dignas de proclamarte y reconocerte como la Madre del Mesías y la Corredentora, porque en este misterio, Tú siempre fuiste la silenciosa mujer de Nazaret que soportó todos los martirios junto a Su Hijo, en profundo silencio.

María Santísima: Sí, Hijo Amado, en Tus palabras se trasluce la verdad y la importancia del mensaje. Mi Paz todo lo alcanza, y no Te aflijas, Santo Rey, porque aún existen corazones verdaderos y santos que Me viven y Me glorifican; en ellos están las bases de la obra que el Padre Me ha confiado, en ellos edifico la verdadera iglesia celestial, libre de bienes y de poderes humanos.

Jesucristo: Es esa iglesia interior que Yo espero proclamar en honor a Mi Padre y por cada criatura de la Tierra que día a día pierde su filiación con Dios.

Santísima Reina de los Cielos, es por esa divina causa que Te he confiado, en Tus manos y Corazón, a toda la humanidad para que Tú, Arca Sagrada del Espíritu Santo, seas el portal por donde todos Tus hijos puedan pasar.

María Santísima: Por eso te ruego, Divino Hijo, que ayudes a Tus rebaños dispersos por el mundo, para que se unifiquen y solo exista un único propósito en cada corazón humano.

Desearía, Amable Señor, que Tú pudieras erguir en cada espíritu Tu verdadera iglesia celestial para que, fundando miles de ellas en los corazones, las criaturas reconozcan que Tú eres el Rey del Universo.

Jesucristo: Amada Madre del Mundo, Tus súplicas son para Mí caricias y ternuras celestiales de una Madre bondadosa e incansable, que nunca descansará hasta ver a todas las almas en el Paraíso.

Tu divina intercesión, Querida Madre, es motivo de Gracia, de Misericordia y de Gloria. Responderé al llamado de Tu Corazón Purísimo, pues Tus santos ángeles Me han hecho saber que en la Tierra tienes ejércitos orantes que están despertando por Tu Amor.

María Santísima: Sí, Glorioso Hijo, en la Tierra están despertando nuevos ejércitos, rebaños Tuyos que estoy congregando para que finalmente sigan un único camino: el camino del amor.

Por eso, Precioso Rey, estoy pidiendo a todos los ángeles y, especialmente al Ángel de Portugal, que reúnan a todas las consciencias angélicas para que la divina obra de redención se realice en todos los corazones aún no redimidos.

Por eso, revisto con Mi manto celeste a cuantos aceptan Mi convocatoria, pues Mi más íntimo deseo es que Tu Corazón sea glorificado para que el Padre sea glorificado y los acontecimientos cambien.

Jesucristo: Comprendo, Santísima Madre, el propósito que llevas adelante, por eso reforzaré Tus ejércitos angélicos para que las almas sean retiradas de la ilusión y del engaño terrenal.

Enviaré a más consciencias ultraterrestres para que los corazones despierten y sean portadores del Proyecto de Dios, el que Nuestro Amado Padre ha pedido que sea realizado en este tiempo.

María Santísima: Por eso, Hijo Primogénito, sembraré flores en jardines internos para que las almas sientan la existencia de su pureza original.

Verteré gracias inexplicables en corazones que no las merecerían, para que ellos se reconozcan dignos hijos de Dios. No dejaré, Bendito Hijo, que nadie parta de este mundo sin tener consciencia de que el amor todo lo puede cuando el corazón se abre para experimentarlo.

Jesucristo: Es ese misericordioso amor, Divina Madre del Cielo y del Universo, que aún no es vivido ni aceptado. Es el amor de Mi Corazón manso, que derrama Su Sangre de luz sobre el planeta y que todavía espera ser apreciado por todos los hombres.

Es ese amor celestial que espera ser aceptado por cada consciencia, especialmente por aquellas almas que nunca conocieron el amor. Mi Corazón se glorifica cuando los corazones viven los sacramentos y, más aún, Mi Corazón se llena de gratitud cuando las criaturas responden al llamado del Cielo, sea cual sea.

María Santísima: En Tu divina plenitud, Amado Jesús, las almas encuentran su fortaleza y las puertas a la redención se abren tantas veces intentando que las consciencias terrestres las puedan cruzar.

Por eso te ruego, Queridísimo Hijo de Dios, que ayudes con Tu bondad y Misericordia a todos los que las necesitan, para que se animen a dar el paso y ya no pierdan tiempo ni espacio en la superficialidad de la vida.

Prometo, Santo Hijo, que Mi donación y amor abrirán los caminos para que Tus rebaños puedan pasar.

Jesucristo: Es una infinita gracia escuchar Tu casta y dulce voz, la que proclama sin cansancio el triunfo de la esperanza y del amor que tanto necesita el mundo.

Tu Corazón amoroso se entrega por entero en las manos de los imperfectos y Él no teme ser rechazado porque Tu confianza en el Padre no tiene límites ni barreras.

Haz, Santa Madre Mía, que cada hijo Tuyo se anime a cruzar el portal, para que finalmente Yo encuentre en Tu regazo a los que tienen sed de Mí. Calma cada corazón y resucita en espíritu a los que aún deben elevarse al resplandor del Reino de Dios.

María Santísima: Apreciado y honrado Hijo Mío, es una gracia cumplir con Tus designios, porque en Tu Corazón se guarda la máxima Voluntad de Dios, la que los corazones de la Tierra deben aprender a vivir para que el Propósito divino se cumpla.

Por último Te suplico, Amado Hijo, que cada criatura de este enfermo planeta pueda despertar al Propósito, que los velos caigan de la consciencia y que todos los que están ciegos espiritualmente puedan ver y así cumplir con Tus sagradas peticiones.

Jesucristo: Haz saber al mundo, Madre Querida, que ya estoy retornando y que Mi hora se aproxima. Haz saber que las almas deben arrepentirse y perdonarse las unas a las otras, para que abandonen la soberbia y la indiferencia humana.

Haz saber que Me complazco, Santa Madre, en los que se esfuerzan y cumplen en obediencia Mis pedidos, porque así Yo construyo Mi iglesia interior en los corazones.

Haz saber al mundo, que el gran y esperado Juicio de la humanidad está cerca y que todos deben rezar por las agresiones causadas en el transcurso de los tiempos a toda la raza y a los Reinos de la Naturaleza.

Haz saber, Madre Celestial, que pondré fin a muchas cosas.

Queridos hijos, este segundo diálogo fue vivido en el Reino Celestial con Mi Amado Hijo y hoy lo comparto con todos para que lo estudien.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los ama,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN VILLA DE DORNES, FERREIRA DO ZÊZERE, SANTARÉM, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Los dos testigos finales y el amor al error

Llegará un día, no tan lejano, que el Señor por medio de Sus santos ángeles enviará a los dos últimos testigos al tribunal del mundo, para que declaren ante la humanidad toda la verdad que muy pocos conocían.

El Espíritu Santo de Dios los inspirará para hablar una a una las palabras y para que los incrédulos vestidos con gorros colorados no nieguen más la verdad.

Y el Universo, que es santo, sabe que la hora final de los dos testigos llegará después de que por divina inspiración hayan declarado sobre la venida cercana del Redentor. En esa hora los dos últimos testigos sabrán que estarán cumpliendo con la profecía y les tocará dar la vida para desenmascarar a los que adoctrinaron en la creencia de un dios materialista.

En este momento y antes de que los dos testigos sean puestos en la plaza principal por las manos de los de guantes rojos y ante la multitud para ser juzgados injustamente, el ángel del Señor hará un gran estruendo de oriente a occidente, y una cósmica luz, como miles de cintas doradas volando en el viento, marcará la señal definitiva de que el último Juicio de la humanidad se ha instalado en la Tierra.

El ángel, que  podrá ser visto solamente por los puros de corazón, pedirá que los fuertes e impetuosos vientos del Atlántico desarmen los fuertes de arena que los de gorros rojos construyeron a través de su propia idolatría.

Nadie podrá negar que después de que hayan condenado a los dos últimos testigos de Cristo, la humanidad  se purificará. Por eso, antes de que la sangre mártir de los dos testigos sea derramada como en mil cálices profanos, otra señal del Universo llegará y la verdad saldrá a la luz, porque nadie podrá ocultarse ante sus semejantes.

El Señor dará conocimiento y entendimiento a los puros de corazón para que también revelen las ocultas acciones de los de guantes rojos; en esa hora la humanidad tomará consciencia de su engaño milenario y en ese momento el Juicio final y desconocido comenzará.

Hasta la última hora los dos testigos silenciados por el Divino Espíritu estarán en profunda oración y con su entrega, que cumplirá la profecía final de Juan el Apóstol, ellos salvarán a miles de condenados espiritualmente.

Se oirá el llanto de las mismas mujeres de la antigua Jerusalén cuando los de guantes rojos hayan declarado la muerte para ellos. En esa hora, un poderoso espíritu fugaz, más brillante que el sol y que todas las estrellas, descenderá sobre los dos testigos que estarán encadenados por haber hablado la pura verdad, y muchos podrán abrir sus ojos y despertarán por la intensa y crística luz que los iluminará.

La humanidad proclamará la muerte para los dos últimos testigos de Cristo, los de Su Iglesia Celestial y no terrenal, y ese acontecimiento será televisado y comunicado.

Miles de burlas, que serán causa de ofensa contra los dos testigos, se convertirán enseguida como en una plaga de miles de langostas, y en ese momento el cielo que antes era brillante se oscurecerá.

Los que no eran sordos, lo serán. Los que blasfemaron, quedarán mudos y un silencio inexplicable, generado por el soplo de la trompeta del segundo ángel, dejará a la Tierra entera hipnotizada. Será en esa hora y en ese momento que las naciones tomarán consciencia de todo lo que le fallaron a Dios; así se constituirá el nuevo tiempo después de que todo haya pasado.

En el último minuto de vida, los dos testigos pedirán perdón a Dios por sus semejantes, así como Cristo lo enseñó. Será de esa forma que los dos testigos enseñarán con su ejemplo el amor que ama todo error. Como fue en el Monte Calvario, los de guantes rojos tomarán consciencia de su maldad y de sus corazones cerrados a la verdad del Universo.

Hijos, los dos testigos ya están en camino hacia ese momento para cumplir la sagrada escritura. Mientras haya tiempo arrepiéntanse y pidan a Dios Su Misericordia, para que los más sordos y ciegos de espíritu se puedan salvar.

Hoy les revelo el libro del Apocalipsis porque ya están preparados para comprenderlo.

¡Les agradezco por acompañarme!

Ora por los dos testigos,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA,  AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

En el séptimo cielo del universo espiritual se manifiesta la Iglesia Celestial de Cristo, que muchos ángeles veneran. Es un espacio que reúne los dones y los verdaderos dogmas de la fe a través de la vivencia de los Sacramentos espirituales.

En la Iglesia Celestial de Cristo se viven estados de profunda ceremonia, religiosidad y sacerdocio entre las almas ya santificadas y Cristo. Es un principio ya establecido como ley de comunión permanente con la sublime Divinidad de Jesucristo.

En la Iglesia Celestial de Cristo se veneran los tres aspectos principales de Cristo.

El primer aspecto venerado es el Sagrado Corazón de Jesús, que es el principal símbolo vivo del Amor de Dios expresado para toda la Creación.

El segundo aspecto venerado es el Alma de Cristo, que es la manifestación suprema que permite la unión entre las criaturas y Dios.

El tercer aspecto venerado es la Divinidad de Cristo, que es el estado que alcanzó la total realización de la obra redentora de la humanidad.

En la Iglesia Celestial de Cristo la consciencia angélica participa y promueve para las almas bienaventuradas la constante plenitud de permanecer en Cristo eternamente.

Esta Iglesia Espiritual y Divina fue la misma que Jesús intentó instituir en la Última Cena. Él quiso que la humanidad fuera un espejo de consciencia que pudiera atraer del universo los valores del plano álmico y espiritual.

La ciencia de esta Iglesia Celestial se basa en el amor verdadero, que es parte de la experiencia divina de todos los bienaventurados.

La Iglesia Celestial de Cristo se establece en el recinto interior de Su Sacratísimo Corazón y expresa, para todos los adoradores de Su divino Espíritu, los dones provenientes de Su Patriarcado universal.

La Iglesia Celestial de Cristo es un centro de devoción, de plenitud y de espiritualidad, en donde las almas enriquecen sus consciencias para así formarse y prepararse para nuevos servicios al Plan del Creador.

En el séptimo cielo del universo espiritual, la Iglesia Celestial de Cristo presenta una entrada principal que ilumina a la consciencia que la atraviesa, es el portal que se abre hacia el interior del Divino Corazón de Jesús.

La Iglesia está apoyada en las columnas de la fe, de la devoción y del amor ardiente, su cúpula o bóveda principal irradia la luz de la unidad espiritual, y su altar manifiesta la Presencia de Dios en Sus tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad que se establece permite a los bienaventurados estar en comunión eterna con la Consciencia mística de Cristo.

El coro principal de la Iglesia Celestial está formado por siete legiones angélicas o coros mayores, son ángeles que cantan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en siete planos de consciencia. La sagrada vibración que los coros angélicos emiten, permanentemente, ayuda a las almas del purgatorio y a las almas del infierno para que, cada siete ciclos y por la ofrenda de un bienaventurado, un alma reciba la liberación y enseguida sea elevada su consciencia.

Los siete coros angélicos de la Iglesia Celestial de Cristo protegen los tesoros celestiales que allí se guardan, los ángeles también son sabios custodios de las reliquias espirituales de la Iglesia Celestial para las almas. Estas reliquias espirituales las podemos comprender como los actos de Amor y de Misericordia realizados y alcanzados por las consciencias bienaventuradas durante su vida en la Tierra.

En la Iglesia Celestial de Cristo existe un momento importante para las almas, que es la confirmación interior ante el Plan de rescate de Cristo, previo a Su segunda venida.

La Iglesia Espiritual de Jesús prepara un espacio en la consciencia celestial del universo para recibir a todos los que, en algún momento de sus vidas, serán elevados al Paraíso.

Por la presencia espiritual de la Iglesia Celestial de Cristo, el Padre concede la total y libre acción de la Misericordia y de la Piedad para las almas bienaventuradas que viven en ese espacio del Paraíso. Son estas almas, ya iluminadas por el Espíritu Santo y formadas en las bases de esa Iglesia Celestial, las que imploran y oran por las almas de la Tierra que están perdidas y necesitan de redención.

Cuando un alma aún encarnada en la Tierra crea el puente hacia Dios por medio del universo de la oración, el alma bienaventurada recoge la luz de esa plegaria y la presenta como ofrenda inmaterial en los altares de la Iglesia Celestial de Cristo; es de esa forma que se establece un estado de Gracia especial y el Padre concede una expiación o milagro, cuando está dentro del Propósito del amor y del bien común para el mundo.

A la Iglesia Celestial, Cristo la creó para que las almas encuentren el sentido de vivir la eternidad, el servicio permanente y, sobre todo, para que sean mediadoras de la humanidad de superficie.

Algunos de los bienaventurados, ya santos dentro de la Iglesia Celestial, actúan como mediadores y eso permite que las almas de la Tierra cuenten con la ayuda de consciencias cristificadas y veneradas en toda la humanidad.

En esta Iglesia Celestial se impulsa a las almas de la Tierra a vivir el apostolado y la misión, cuando las mismas están en sintonía con ese principio de amor y de unidad que nace del interior de la Iglesia Celestial de Cristo.

Este espacio de consciencia se amplía en siete planos de consciencia, y la nave principal de la Iglesia se expande en siete largos brazos para recibir en sus siete Templos a las almas que llegan y a las que egresan hacia otras escuelas de instrucción.

En la Iglesia Celestial de Cristo, el Padre reúne a Sus nuevos apóstoles para que desde el universo espiritual ellos irradien los atributos de la paz, de la unidad y del amor hacia otras dimensiones de consciencia.

El ingreso a la Iglesia Celestial de Cristo es posible cuando el orante adora al Sagrado Corazón de Jesús y, a través de esa unión perfecta, es llevado a descubrir la comunión interna con Cristo. Cada vez que un alma comulga del Cuerpo y de la Sangre de Cristo ingresa en ese estado de iniciación y de formación para el espíritu.

Que esta Instrucción Divina los motive para abandonar la vida común y para estar en contacto con la riqueza de Cristo, que surge y emana de lo más profundo de Su Sagrado Corazón.

En unión a todos los argentinos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL ÁGUILA DE LUZ DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE BLUMENAU, SANTA CATARINA, HACIA LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Los tres Sagrados Corazones reunidos por un propósito mayor prometen la paz para los corazones que difundan el emblema de los Sagrados Corazones; esto ayudará a que vivan una buena vida cristiana siguiendo los principios del apostolado de Cristo y de Su Santa Iglesia Celestial y Espiritual, la llamada morada de los puros de corazón.

Hijos Míos, con el fin de difundir las Gracias de los tres Sagrados Corazones he venido en este día para renovar e instituir la devoción y la veneración a los Sacratísimos Corazones de Jesús, de María y de San José, el Obrero de Dios.

Es por este principio espiritual que Vuestra Madre Celeste pide a todos los devotos que apelen a ellos para vivir las acciones de caridad y de servicio por intermedio de San José.

Por este motivo que, en la imagen representativa que aparece en el Portal de Voz y Eco de la Madre Divina donde se revela la veneración a los Sacratísimos Corazones, el Casto Corazón de San José a partir de este año 2016 estará dentro de la estrella dorada junto a los Corazones de Cristo Jesús y de María.

En esta renovación espiritual de devoción y de veneración, las almas hoy podrán conocer las promesas paternales de San José para aquellos corazones orantes que lo veneren en esta trilogía.

Las promesas de San José para aquellos que veneren a los tres Sagrados Corazones serán:

1. La unificación espiritual de las familias para que pronto encuentren el principio de la Sagrada Familia.

2. El descubrimiento permanente del servicio a los más pobres y de la caridad crística en el corazón humano.

3. La vivencia de una vida espiritualizada a través de la confianza y de la fe en Dios.

4. El crecimiento interior de los más jóvenes, siguiendo el modelo paternal de San José como una enseñanza primordial para los padres y madres de esta época.

5. La madurez necesaria en la vida del servicio y en la donación abnegada a los demás.

6. El encuentro con Cristo por medio de la devoción al Casto Corazón de San José.

7. La divina protección de los niños y niñas en los brazos del Amado Padre San José.

8. La experiencia verdadera de fe y de compasión por intermedio de la intercesión de San José.

9. La expresión de la vida casta para las almas que despiertan a la vocación monástica.

10. La realización del Proyecto de Dios en los corazones receptivos al llamado del Cielo.

Si el ejercicio de la veneración de los tres Sagrados Corazones fuera realizado bajo el espíritu de la fe y de la absoluta confianza, esta trilogía podrá expandirse por el mundo, y las almas reencontrarán el sentido de vivir en Dios.

Aquellos que quieran difundir la devoción y veneración a los tres Sagrados Corazones deberán tener como principios: una vida diaria de oración, fidelidad en el servicio a los demás y, especialmente, la confianza interior de que la Obra de los Sagrados Corazones tiene la potestad de triunfar en las almas en estos tiempos definitivos.

Será de esa forma que, en el espíritu de renovación y veneración, hoy les transmitiré la oración mundial por la intercesión de los Sacratísimos Corazones de Jesús, de María y de San José, para que sea rezada cada vez que veneren a los Sagrados Corazones dentro de la estrella de la paz.


Oración mundial por la intercesión de los Sacratísimos Corazones

Amado Padre San José,
realiza a través de mi alma Tu Obra prodigiosa;
concreta a través de mis manos Tus Obras de caridad;
convierte mi corazón en una llama de eterno servicio.

Amada Madre María,
realiza a través de mi espíritu Tu apostolado mariano;
concreta a través de mis manos y de mis palabras, Tu eterno canal de oración;
convierte todo mi ser en un gran soldado de la paz.

Amado Maestro Jesús,
realiza a través de mi consciencia, Tu Obra Redentora;
concreta a través de mi entrega, Tu Obra de Misericordia;
convierte todo mi ser en Tus rayos de Amor y de Paz.

Que en la veneración a los Sacratísimos Corazones
el mundo entero se consagre
y surja la Nueva Humanidad.

Amén


¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los ama, Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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