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Yo nunca los dejaré solos.
Retorno al mundo, una vez más, porque Mi Padre Celestial lo ha pedido.
Por eso, estoy aquí, compañeros, no solo para que reciban los Códigos de Mi Pasión, sino para que sean ayudados por Mí en esta cruda realidad planetaria.
Hoy vengo a pedirles que abran sus corazones a Mi Presencia y que Me entreguen todo aquello que los hace sufrir y padecer.
Hoy, ante el Padre Celestial, tengo la Gracia infinita de poder elevar hacia el Reino de los Cielos a cuantos han padecido injustamente esta pandemia.
Yo les prometí que la cura llegará, pero aún es insuficiente la respuesta de la humanidad ante las promesas del Padre Eterno, ante todo lo que Él quiere realizar en esta humanidad y en este planeta.
Por esa razón, compañeros, Mi Corazón se aproxima al de ustedes para que sientan el Corazón humano de Jesús, el Corazón que padeció por ustedes hasta la Cruz, el Corazón que vino a dar la vida por ustedes, sin nada a cambio.
Es este Corazón humano, el Corazón humano de Jesús, Su gran Relicario espiritual que hoy ofrezco al mundo para que todos, de una sola vez, ingresen a él.
En el fuego de Mi Corazón podrán purificar sus angustias y penas, podrán renovar su esperanza y su fe, porque así fue escrito que en el fin de los tiempos esto llegaría.
He aquí, frente a ustedes, frente a toda visión humana, la realidad del fin de los tiempos, desconocida para muchos, pero dolorosa para la mayoría.
Dios aún tiene Sus Brazos abiertos hacia Sus hijos. Escuchen Su Voz en los mundos internos y sientan la alegría de reencontrarlo a pesar de todo lo que está sucediendo.
Yo vengo como el gran Espíritu de la Consolación. Vengo como el Maestro de la Reconciliación. Quiero que sus vidas y, sobre todo, sus almas hoy se reconcilien con el Padre Eterno.
He traído a sus Ángeles de la Guarda y a todos los Ángeles de la Guarda del mundo entero para que, a Mis Pies, reciban sus ofrecimientos bajo el espíritu de la reconciliación y de la paz.
La nueva Israel, que es la humanidad de este tiempo, deberá volver a erguirse, salir de las ruinas en las cuales se colocó, resucitar en espíritu, en amor y en esperanza, para vislumbrar en el horizonte Mi Retorno.
Pero Mi Gloria no solo vendrá de los Cielos, sino también Mi Gloria vendrá de los mundos internos del planeta.
Los tesoros más espirituales que Yo he dejado para el mundo, y que aún ningún hombre de la Tierra ha descubierto, se revelarán, porque no son tesoros palpables, sino son tesoros inmateriales que fueron registrados en cada paso de Mi Pasión para que, en este tiempo, del cual ustedes participan, tengan las herramientas que necesitan para poder transformarlo todo.
Con esto, no les digo que dejarán de purificarse, porque el planeta necesita purificarse. Por eso, deben estar siempre en el espíritu de la fe, no en los caminos de la tristeza o de la agonía, porque nadie más que su Maestro y Señor sabe todo lo que el mundo necesita en este momento, sabe lo que cada alma necesita en este tiempo.
Por eso, hoy he venido como el Gran Consolador, para que Me puedan sentir y, sintiéndome, puedan comulgar de Mi Corazón humano, de ese Corazón tan inmenso en Amor y en Misericordia que vivió aquí con ustedes hace mucho tiempo y que entregó el Amor a la humanidad por su pronta redención y conversión.
Y en esta tarde, abro aún más las puertas de los Cielos y del universo para que todo lo que oprime en este momento al planeta pueda ser liberado.
Su amor y sintonía Conmigo permitirán que las puertas de los infiernos se vuelvan a cerrar y sus Ángeles de la Guarda hagan triunfar Mi Legado en el mundo, en los corazones que se renuevan con Mis Palabras, en las vidas que se vuelven Mi Mensaje.
Por eso, quiero que, colocando sus manos en disposición, se entreguen a Dios y se vuelvan a fundir en Su Fuente inmaterial y divina, la Fuente inmaterial que les trae el Espíritu de la Consolación para que sus vidas se puedan curar y renovar en Mí.
Sientan cómo el mundo entero se detiene y cómo las almas reciben, en este momento, todo lo que la Fuente inmaterial tiene para ellas. Porque Mi Amor nunca morirá en ustedes, solo si ustedes le permiten que muera; porque Mi Luz nunca morirá en ustedes, solo si permiten que Mi Luz muera en ustedes.
Vengo a traerles la Luz de la consolación para que, en la consolación que Yo les puedo dar, ingresen en Mi Paz, lugar en donde todo se realiza y se concreta.
Este es el mayor regalo que hoy les puedo dar, porque son parte de los tesoros de Mi Corazón; a través de ellos descubrirán la fuerza de la determinación para superar estos tiempos.
Quiero decirles a todos los que Me escuchan en este momento, que he sentido con fervor sus oraciones y súplicas; a todos Mis compañeros de Sudamérica y del mundo entero que he escuchado con atención sus súplicas.
Por eso, el Ángel del Señor llegará en el momento más preciso del mundo, para traer el fin de esta pandemia.
Las promesas que Yo les hago no son las promesas que ustedes desean, porque Mis promesas son ciertas y nunca cambian. Lo que cambia Mis promesas pueden ser sus deseos o hasta sus necesidades.
Las promesas que Yo le entrego al mundo tienen un tiempo y también tienen un momento, cuando el Padre las considera.
Por eso, sigan trabajando para que Mis promesas se cumplan y puedan descender del Universo Espiritual hacia su Universo Material, así más Luz habrá en el mundo y muchas almas dejarán de perderse, no solo en esta ilusión, sino también en este sufrimiento planetario.
Yo deseo que puedan estar firmes en Mí. Por eso, les entrego Mi Corazón humano en este día, para que sientan y entiendan lo que les digo, como un conocimiento más próximo a sus consciencias.
Mientras estoy aquí, en el día triunfante de Mi llegada, hoy no quiero que las palmas se reclinen ante Mí, sino deseo que sus vidas se entreguen a Mí, en fe y reverencia.
Yo te pido perdón, Señor,
por todo lo cometido.
Concédeme la Gracia de la liberación.
Amén.
(se repite 3 veces)
Con esas simples palabras de la oración conceden la Gracia de que las puertas del universo se abran para ayudar a las almas que más lo necesitan en este momento, especialmente a aquellas que partieron por la injusticia de la enfermedad.
Les pido que ya no sean parte del sufrimiento del mundo, pero les pido que no sean indiferentes al sufrimiento del mundo. Que sus vidas puedan ser aquel aceite que pueda cerrar las heridas de la consciencia de la humanidad con sus ejemplos, oraciones y servicio por los demás. Ustedes saben que el mundo está en caos, pero ¿qué harán para salir de ese caos y retirar del caos a sus semejantes?
Eleven sus consciencias hacia las frecuencias verdaderas del universo. Nútranse de las vibraciones del Amor y de la Unidad de Dios, porque así atraerán hacia el mundo la Sabiduría Divina que los hombres y mujeres de la Tierra necesitan, en este tiempo, para encontrar las soluciones seguras de estos tiempos.
Hoy Mi Corazón se abre aún más ante ustedes y el mundo, y emana sus siete poderosos Rayos hacia todas las direcciones del planeta, especialmente hacia todas las consciencias que viven en la oscuridad y el sufrimiento.
No crean en aquello que les prometen, crean en Mi Palabra, porque la Palabra no es Mía, sino de Dios. La Sagrada Palabra surge de Su Fuente y llega a través de Su Servidor fiel, el Cristo.
Para que la humanidad sea abrazada por Mi Espíritu Consolador deben existir sacrificios verdaderos, no grandes, sino pequeños, que puedan reparar el Corazón del Padre de todo lo que hacen Sus hijos, de tiempo en tiempo.
Por eso, vengo a traerles la fuerza de la determinación, para que puedan vivir la fuerza de la fe. El Espíritu Santo los ayudará, purificará sus caminos y el Espíritu Santo abrirá las puertas para entregar a todos Su Ciencia y Entendimiento para que, finalmente, sean una Nueva Humanidad.
A Mis Pies, tengo todas sus intenciones, las cuales recojo con Amor. Aquí veo intenciones de todos los lugares del mundo, intenciones verdaderas y sinceras de corazones tan simples y humildes que piden el gran cambio de la humanidad y la cura integral de este planeta.
Es allí, en ese estado de consciencia, de cooperación, de fraternidad y hermandad, en donde siempre necesito ver a sus corazones pensando en las necesidades de los demás, para que todos puedan alcanzar la luz, la cura y la reconciliación.
Ahora, recemos para que esta Sagrada Semana pueda tener sus fuertes impulsos en todos los mundos internos y para que los corazones, a pesar de donde se encuentren en este momento, sepan que Mi Corazón humano, aquel que vivió, murió y resucitó por ustedes, hoy está presente como un sagrado Tabernáculo en los hogares del mundo que le abrieron las puertas a este encuentro sagrado.
Por eso, los bendeciré bajo el Espíritu sublime de los Sacramentos y, especialmente, de la Comunión Espiritual que podrán vivir nuevamente Conmigo en todos los días de esta Sagrada Semana.
Sientan el alivio que les estoy ofreciendo, y descansen en Mis Brazos de esta batalla que vive el mundo entero, porque haré guerreros de servidores, haré victoriosos de los más humildes, haré sacerdotes de aquellos que vivan Mi Palabra y sean Mi Palabra para el mundo.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti,
guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
(se repite 3 veces)
Y ahora los dejaré con la Comunión Espiritual, estas sagradas celebraciones que les he encomendado a Mis sacerdotes de esta Congregación, no solo por ellos, sino por todos los sacerdotes del mundo que deben ser el puente entre el Cielo y la Tierra en este momento planetario.
Les agradezco y vayan en paz, en la certeza de que todo cambiará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que nada te mueva de espacio ni de lugar.
Que nada ocupe la dimensión ni el templo de tu corazón; nada que sea contrario al amor y a la verdad.
Reza por tus enemigos, así como Cristo lo enseñó.
Reza por los que antes estaban contigo y ahora están en el mundo, absorbidos por la mentira y la falta de transparencia.
Reza por los que despreciaron la Divina Voluntad y escogieron la voluntad propia como medio para conducir sus vidas.
Que los indiferentes no arrebaten tu corazón ni desgasten tu vitalidad y tu energía.
A los que recibieron tesoros del Cielo y los desperdiciaron, a los que se oponen a la Obra de Mi Hijo y ahora especulan y mienten, les llegará la Justicia Divina.
El Plan Cósmico no es un bienestar pasajero.
Por eso, se debe rezar por aquellos que creen estar bajo Mi Manto y están bajo la tempestad de estos tiempos.
Reza por los que no son verdaderos, por los que perdieron la dignidad espiritual debido a sus actitudes perversas y mezquinas y hoy en día ya no tienen lo esencial, no tienen a Dios.
La elección del ser humano es una espada de doble filo que puede condenar y destruir la vida del propio ser.
Por eso, la humildad, la resignación y la obediencia es lo que siempre protegerá el camino del discípulo, de sí mismo y de las adversidades de estos tiempos.
Quien ama de verdad la Voluntad de Dios, no comete acciones incoherentes con el Propósito Mayor.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras con atención y consideración!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
Después de que todo se defina, algunos pensarán que Yo nunca estuve aquí y tampoco creerán que en estos últimos años Yo te he hablado directamente para que, a pesar de tus miserias e imperfecciones, le dieras a conocer al mundo que Yo ya estoy retornando.
Por esa razón mantente firme sin vacilar y confía en Mí, porque de Mi Corazón saldrán las palabras correctas cuando tú y algunos de tus compañeros tengan que atestiguar por Mi causa. Pero en ese momento, y en esa hora, todo ya estará dicho y el mundo estará en el ápice de su gran y última purificación.
Por eso, desde ahora, no te lamentes ni te acongojes. Todos los que Me sirven, por alguna razón, deben ser probados en fidelidad, obediencia y amor, a fin de que en Mis siervos, en los que Yo he escogido, esté representada la transformación que hace Mi Palabra y el milagro que produce Mi Mensaje.
Mantente como hasta ahora, cerca de Mí, en simplicidad y amor, y dile a tus compañeros que hagan lo mismo, porque llegará la hora de proteger la Obra de los enemigos.
Los que se opongan conocerán el ardor mayor de Mi Fuego.
Los que se adhieran sin condiciones conocerán la maravilla celestial de Mi Amor.
Por eso sigue adelante por Mí y por nadie más; el mundo está lleno de personajes y a todos ellos les llegará el momento de desaparecer por estar llenos de fantasías e ilusiones.
Pero tú, que estás Conmigo y que por Mi Misericordia te he enseñado a estarlo, nunca dejes de darme a conocer.
Imítame, aunque no lo consigas, búscame, aunque no te llame, porque de esa comunión espiritual Conmigo te llegará la fuerza que necesitas para defender Mi Palabra y Mi Mensaje de los que intentarán desmentirlos.
Acepta los ciclos que están llegando y nunca dejes, ni por un segundo, de superarme en el amor. Así, por tu servicio, Me permitirás que Yo pueda conquistar la obediencia que espero de muchos más corazones desobedientes a Mí.
Hoy no te hago brillar ni como el oro ni como el diamante, eres la piedra más imperfecta que ha sido moldeada por Mí. Déjame seguir penetrando en lo profundo de tu espíritu, porque allí es en donde la Voluntad Suprema se realizará.
Sé un ejemplo de constancia, así como son algunos de los Míos.
Cree, por encima de todo, en lo que Mi amor puede hacer, así todo se transformará.
Seré tu aliento en los momentos de prueba. Seré tu esperanza en los días de gran oscuridad planetaria.
Yo Soy el que Soy.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Primer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
¡Oh, Jesús!,
a veces es difícil permanecer
aquí, en este mundo,
entre tantas pruebas y tentaciones.
A veces, Señor,
siento que no conseguiré alcanzarte
porque mis propias miserias
me hacen hundir repentinamente.
De todo eso, sálvame Señor.
No quiero ofender a Tu Corazón
con todo aquello que a veces
parece tener vida propia dentro de mí.
Sumérgeme, Señor,
en el océano de Tu Misericordia,
porque sé que así Tú me purificarás
de todos mis martirios y condenaciones,
cuantas veces sea necesario.
Haz desaparecer, querido Jesús,
ese verdugo que habita en mí,
que me juzga, que me amedrenta
y que me coloca en un lugar sin salida.
Ayúdame, Jesús,
a ser lo que Tú tanto esperas.
Que siempre pueda sentir
sed de Ti y de Tu Presencia
para que, algún día, todo mi ser
aprenda a desposarse Contigo.
Querido Jesús,
vacíame de mi condición humana,
limpia mi consciencia inferior de tantos defectos
y finalmente, Señor, coloca Tu Paz
en donde todavía no consigo tenerla.
Porque después de toda esta lucha interior
sé que Tú triunfarás y me harás digno
de poder estar cerca de Ti para siempre,
sirviéndote por toda la eternidad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A las tres de la tarde, Yo concurro internamente para ayudar y restaurar en Mi Fuente Renovadora a aquellas almas que invocan Mi Eterna Presencia, a pesar de las circunstancias y de los imprevistos.
En los momentos límites será cuando deberán estar unidos a Mi Corazón para que solo prevalezca la Luz de Dios. Cultiven en estos tiempos un espíritu inquebrantable e inalterable ante los cambios bruscos de la vida material; construyan en sus corazones una fortaleza tan invencible que nada sea capaz de derribarla.
Sepan que Yo, desde el otro punto del universo, siempre los sostengo en Mis Brazos para llevarlos al Reino de Mi Paz. Sean consecuentes y firmes en este tiempo final; el mundo ya está en el umbral de un tiempo anormal, de un tiempo diferente a los que pasaron en los últimos años.
La oración misericordiosa será la llama inextinguible, ella será el escudo contra todo mal.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por buscar siempre la Paz de Mi Eterno Corazón.
Cristo Jesús
Siempre recuerda el poder infinito de Mi Palabra, así alimentarás a través de ella tu pequeño espíritu, para que en la hora definitiva nada dentro de ti te pueda sorprender.
Recuerda el poder de Mi Verbo Creador y sumerge tu alma en el océano poderoso de Mis Palabras, para que en tu ser despierte el amor invencible por Mi Presencia Celestial.
Sé firme y decidido para que puedas estar dispuesto a cumplir Mi Voluntad, por más difícil que te parezca, porque el alma verdadera se une sin demora a los Designios del Creador.
Permite que la venda que oculta tus bellos ojos pueda caer a tiempo, para que todos los días y por siempre puedas renacer en la grandeza de Mi Corazón Misericordioso.
Que ahora puedas ser ejemplo de redención y que puedas ser ejemplo de Mi Misericordia para el mundo. Que ningún apóstol se canse de hablarme, que pueda elevar el poder amoroso de su oración para que los Cielos se abran y, en consecuencia, puedan ayudarlos en este camino de transformación.
Es hora de seguir firmes. Es hora de aceptar la renuncia que Yo les propongo, por aquellos que no renuncian ni siquiera a las superficialidades de la vida material. Los aguardo en la oración y con la esperanza de que algún día puedan alcanzar Mi Luz Eterna, por los siglos de los siglos, hasta el Paraíso.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por perseverar a través del Amor de Mi Corazón.
Cristo Jesús
Yo vengo del Cielo Eterno y Omnipresente para apaciguar sus corazones; Yo vengo con la esperanza de su pronta redención y entrega absoluta a Mi Corazón Misericordioso.
Aquel que en verdad está Conmigo recibirá del Padre todos los tesoros y dádivas que se guardan en el Cielo.
También en las horas difíciles, Yo estoy con los Míos para que puedan madurar en los aprendizajes de la vida.
A las tres de la tarde, Mi Consciencia irradia todos los Rayos que Yo adquirí por medio de la obra de Mi Infinita Misericordia. Estos Rayos, que provienen del Sagrado Universo de Dios, son los Rayos Inmateriales que restaurarán a la humanidad que está en ruinas.
Mediante Mis soldados de la misericordia, espero reconstruir los millones de templos y de moradas internas de aquellos que viven sobre este mundo actual y cuyas almas los abandonaron.
Necesito siempre de las cálidas y devotas oraciones de ustedes, necesito de que se unan a Mí a pesar de las circunstancias y de los sufrimientos porque en verdad les digo: no existe mayor milagro de amor que el Amor de Dios por todas Sus pequeñas criaturas.
Por eso, vayan y sigan firmes por el camino prometido, camino que deberán recorrer ardientemente entre las duras piedras y las espinas del rosal; porque del otro lado de la esfera de la Tierra, en el portal de Mi Corazón Compasivo, se encuentra su amado Dios de la Verdad, de la Unidad y del Amor.
Les pido que no bajen los brazos, elévenlos hacia lo Alto para que sus espíritus puedan alcanzar el camino que han perdido. Allá, en lo Alto, existe la Supraconsciencia del Infinito, la Fuente que siempre los proveerá y les quitará la sed que tanto padecen sus seres.
El Padre escucha y contempla sus necesidades. Sean valientes, aún queda un trecho para la finalización de Mi Camino y para Mi Regreso victorioso al mundo.
Nunca olviden que los amo y que, en el silencio, Yo protejo a Mis ovejas de cualquier asecho.
Estoy con los que se esfuerzan por cumplir con el Plan de Mi Padre. Yo estoy con los trabajadores del Plan Mayor, todos los días de la vida.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por permitir cumplir Mis Designios de amor y de redención.
Cristo Jesús, vuestro Salvador
Quien persevera y no se cansa de ser probado por Mí, por su sacrificio y entrega alcanzará el Reino de los Cielos.
Hoy, Yo los invito a que caminen con confianza y con fe, que consagren sus vidas a Mí y dejen de una vez para siempre las ilusiones del pasado. De esta manera siempre tendrán un corazón firme y decidido para vivir la Voluntad de Dios.
Esperen con alegría Mi silenciosa llegada, pues ahora el tiempo los está llamando rápidamente a la purificación y a la redención de sus seres.
Cuando sus corazones estén limpios y puros de toda mancha, Yo los llevaré hasta el Paraíso para que glorifiquen a Mi Padre eternamente como lo hacen los santos y los bienaventurados que honran la Gloria de Dios y Su Perpetuo Amor Transformador.
Pero aún encontrarán piedras en sus caminos; Yo los invito a caminar por encima de cada una de ellas, para que despierte en ustedes la esperanza de la liberación y de la paz.
Las pruebas existen para ser vividas y para definir el advenimiento del nuevo ser redimido y perdonado por Mi Eterna Luz.
Yo los perdono y los renuevo todos los días por medio de la oración misericordiosa.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis mensajes en el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Fiel Pastor
Queridos hijos:
Que vuestros labios nunca se cansen de pronunciar alabanzas y bienaventuranzas al Corazón de Dios porque así, ustedes, en nombre de la humanidad, estarán alabando a toda la Creación.
Hijos Míos, que en este día vuestros corazones se regocijen porque Mi Hijo está presente en vuestras vidas, y Él, en esta hora, necesita de todo vuestro Verdadero Amor.
Pequeños Míos, lleven, en este día, Mi estandarte de la Paz en vuestras manos para que la llama poderosa de vuestros corazones irradie fe y devoción a aquellos hijos que la han perdido.
En tiempos de conversión, Yo los necesito firmes y valientes para que los que aún no creen en Mi llamado puedan retornar a los brazos de Dios a través de Mi Corazón. La hora de la salvación definitiva es para todos, y ustedes, como Mis amados hijos, cuentan con Mi Ayuda Maternal.
Queridos hijos, sepan que, después de haber caminado tanto junto a Mí a lo largo de todo este tiempo, existe una única y preciosa oportunidad para que todas las almas encuentren a Dios en esta última hora. Así como llevé a Jesús hacia el Templo de Dios en Mis brazos, hoy los presento a todos para que Mi Padre derrame Su Misericordia y Su Piedad sobre ustedes. Cada paso que dan en esta vida significa muchos pasos para otras tantas almas que deben unirse al Dios Creador.
Queridos hijos, por eso, eleven incansablemente sus oraciones hacia lo Alto y que vuestros corazones abiertos sean receptores de Mi Amor Inmaculado.
Pequeños Míos, con Mis ojos de Misericordia los contemplo porque, desde la Eternidad, en el Reino de los Cielos, Mi tarea es por amor, tarea de llevarlos al encuentro con Mi Hijo.
Les agradezco nuevamente en este día por estar caminando a Mi lado. Mi Corazón ya camina a vuestro lado desde hace mucho tiempo.
Ahora, Mi Luz llegó a vuestros corazones para despertarlos a la realidad celestial.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como soy Madre mediadora entre las almas y Dios, hoy les pido, queridos hijos, que consagren sus vidas de forma definitiva al Plan de Dios, Plan de Amor que Nuestro Señor tiene para cada uno de ustedes.
Para eso, hijos Míos, despierten en este día y vean con los ojos del corazón toda la bondad y la Misericordia que Mi Hijo les está entregando a través de la Madre de la Paz.
Queridos hijos, saben que la humanidad diariamente necesita de Misericordia. Por eso, Yo los invito a recordar en cada momento la presencia del Corazón de Jesús en el mundo y, en especial, Su esperado retorno. Con sus corazones abiertos, también hoy los invito a permanecer en los brazos de Dios, el Creador, para que cada uno de Mis hijos pueda encontrar apoyo y firmeza para enfrentar los pasos de la transformación del corazón.
Sus vidas y el mundo entero transitan por grandes cambios, cambios que son vistos desde los Cielos y que son acompañados por la eterna donación de Jesús, de Su Sagrado Corazón, y por la entrega que Yo les hago por intermedio de Mi Inmaculado Corazón.
Con esto quiero decirles que no pierdan la aspiración a cumplir el Propósito de Dios porque los cambios los llaman a transformar el sentimiento y la consciencia interior llevando a un espíritu de total colaboración con las Obras Divinas del Padre.
Hijos Míos, en este sentido, es necesario que más almas puedan adherir a la propuesta celestial que Dios les hace a través de Mi Corazón Maternal y mediante Mi llamado diario para cada uno de ustedes.
Mi Corazón Maternal los espera para que, en alianza con Cristo, el mundo pueda resplandecer como el verdadero presente creado por Dios con Sus Manos, y que les donó por amor.
Todos Mis hijos son fieles corresponsables de la manifestación del Creador. Ha llegado la hora de reparar las faltas y de orar por toda la Creación, más aún por aquella que ha sentido la intervención inconsciente de la humanidad.
Hoy, coloquen en sus oraciones a todos los Reinos. Ellos esperan de ustedes una armoniosa donación. Reparemos, en el nombre del Amor de Mi Hijo, todo lo que necesita ser reparado.
Oremos con el corazón. Ese es vuestro compromiso con el Único.
¡Les agradezco!
Gracias por ayudar a todos los Reinos de la Creación de Dios.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Cuando una flor se abre, ella expresa el Amor de la Creación; así también queridos hijos, vuestros corazones deben manifestarse en la belleza y en la pureza, como lo hacen las flores.
Queridos hijos:
Con inmensa confianza los coloco a todos cerca de Mi Inmaculado Corazón para que ustedes puedan dar los pasos hacia el Corazón de Mi Hijo. Sepan, hijos, que en el camino de la oración vuestras vidas se aproximarán a la consagración de sus almas ante el Reino de Dios.
Los frutos que Mi Hijo les confió hace tanto tiempo, y que se llaman talentos, deben despertar por el imperioso ejercicio de la oración. Pero, hijos Míos, para que esos sagrados frutos de los talentos despierten en cada uno de ustedes, primeramente el alma se debe despojar y morir a sí misma para renacer bajo la Gracia del Espíritu Santo.
Cada camino que Mis hijos recorren los lleva por largos y difíciles aprendizajes que en algunos casos fortalecen el espíritu y dan firmeza para continuar por la senda de la consagración.
Quiero decirles, hijos queridos, que este es un tiempo especial de Gracias como también de conversión para cada uno de Mis hijos de esta humanidad.
Por eso, hoy los invito a permanecer en la alegría de la donación y del servicio a Dios Padre porque así vuestras vidas serán conducidas hasta los sagrados pies de Cristo.
Sus corazones son verdaderas lucecitas que a cada momento deben volver a encenderse para brillar en este mundo a través de la paz.
Por todo esto, sepan que Mi Amor Misericordioso día a día quiere socorrer a los corazones de este mundo.
Vuestros corazones deberán ser perseverantes y firmes como los árboles que se elevan hasta Dios.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Lleven Mi Paz en sus corazones y les aseguro que no perderán la fuerza de Mi Fe en sus vidas.
Ha llegado el momento, hijos Míos, que se perdonen los unos a los otros antes de que Mi Hijo pose Sus pies sobre la Tierra. Sean misericordiosos con cada uno de sus hermanos y alejen las mentiras que muchos crean, las que ofenden a Dios.
La oración, queridos hijos, es la llave primordial que abre la Gracia Infinita de los Cielos. Busquen día a día la llave preciosa de la oración y santifiquen sus vidas en la presencia de Mi Hijo. Ya no hay más nada que puedan perder. Ustedes deben arder en el absoluto Amor de Mi Hijo para que aprendan a amar y a reconciliarse en sus corazones. Hijos Míos, caminen en esta peregrinación Conmigo para que Yo los pueda guiar y los pueda proteger en los caminos que el mundo vive sin Dios.
Ustedes, hijos Míos, deben ser el puente entre los Cielos y la Tierra. Eso lo alcanzarán cuando oren perpetuamente Conmigo. La oración debe hacer crecer el amor en sus corazones para que Mi Hijo pueda vivir eternamente en ustedes como una llama de Dios Padre.
Por el reverendo amor que cada uno de ustedes tiene hacia Mi Hijo, Yo les pido firmeza y esperanza en sus vidas para los pasos que cada uno deberá dar en este tiempo de divina Justicia Celestial.
Sean pacientes para que sus corazones sean mansos y puros delante de Dios, el Padre Celestial.
Gracias por responder a Mi llamado.
Luz para el camino de todos Mis hijos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más