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Que la paz esté en tu corazón para que puedas ver a Dios dentro de ti.
Que la paz renueve tu ser en Cristo para que Cristo renueve los tiempos a través de ti.
Que la paz sea inmutable, para que ella se establezca más allá de las consciencias, de las naciones y de los pueblos.
Que la paz sea llevada como estandarte de lealtad y de honra a nuestro amado Señor del Universo.
Que la paz traiga ciencia y conocimiento a los hombres, para que por medio de la paz encuentren a Dios.
Que la paz reine en el universo interior de cada ser para que la paz interior sea conocida en el mundo.
Que la paz traiga lo nuevo y lo eterno para todos, traiga la alegría de servir a Dios y de ayudar a reconstruir esta humanidad.
Que la paz nunca termine en aquellos que verdaderamente sirven a Dios y cumplen Su Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos:
No teman fracasar por lo que eran en el pasado o por lo que ahora han descubierto de ustedes mismos y que a partir de ahora deberá morir.
Yo estoy aquí en este día de gloria y misericordia porque sinceramente han aceptado lavar sus rostros y sus pies en Mi Fuente de Amor Reparador e Inagotable. Por eso, día a día, por medio de la oración misericordiosa, Yo los animo a seguir adelante en la búsqueda del camino de la santidad y de la perfección del alma para que todo sea renovado en la vida.
Mis amigos, Yo sé cómo se sienten ahora y cuánto necesitan de Mi auxilio.
Tengo Mi Corazón abierto para que con fe y con confianza, ustedes puedan ingresar sin miedo y sin perturbación en él.
Yo no los juzgaré, solo mostraré a sus corazones la hora del gran paso para sus espíritus.
Cultiven un espíritu de esperanza, porque si lo hicieran, verán nacer en ustedes Mi Alegría y Mi Misericordia.
Recuerden que el mundo está sufriendo y purificándose, es hora de que Mis soldados abandonen las espadas del ayer y que lleven, en sus corazones y entre sus manos, Mi estandarte de la redención.
Mi Espíritu Paternal hoy los acompaña en el silencio de la oración.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por transformar sus vidas a través de Mi Santo Corazón de Amor.
Cristo Jesús, vuestro Fiel Confesor
Queridos Míos:
En verdad les digo, el alma que se aferre con devoción y amor a la Hora de Mi Misericordia podrá ser reconocida como un alma bienaventurada, capaz de llevar en sus manos el estandarte de Mi Paz. Así Yo le daré, en la hora culminante, el poder de la palabra y del espíritu para que los corazones puedan reconocer Mi Presencia entre sus labios y su pequeño espíritu.
También estoy aquí, en este día, para confirmar a las almas que desde el principio hicieron un voto de consagración a Mi Sacratísimo Corazón de Amor. Además les digo que ningún alma perderá el lazo de amor que la une con Mi Corazón mientras corresponda a la grandeza de Mi Eterno Llamado.
En estos tiempos de purificación para sus corazones, Mis Rayos descienden desde el corazón de este Universo para develar los misterios de Mi Cristificación como hombre y como consciencia. Esto ocurre con la intención de que todos Mis discípulos, como almas del mundo, puedan pronto imitar Mis Pasos en las diferentes fases de la vida.
Queridos, día a día les traigo Mi Reino, para que en la vida terrena se afirme el compromiso de sus almas con Mi Eterno Espíritu. Así, el ejemplo de amor y de devoción por Mi Sagrado Corazón abrirá la puerta para todas las consciencias que padecen en el sufrimiento y en la eternidad del propio infierno.
Cuando sus seres, a pesar de todo, se disponen para recibirme con verdad y fe a las tres de la tarde, la Fuente Inagotable de Mi Misericordia circula por el mundo como el vuelo del Espíritu Santo, para convertir a los corazones y para liberar de las amarras a cuantos viven presos de la ilusión del mundo.
Día a día, a través de Mi Misericordia, los invito a la colaboración con Mi Plan de Rescate y de Conversión del mundo.
Bajo la Luz Infinita del Padre y del Espíritu Santo, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, el que regresa en victoria a sus vidas.
Queridos hijos:
Que vuestros labios nunca se cansen de pronunciar alabanzas y bienaventuranzas al Corazón de Dios porque así, ustedes, en nombre de la humanidad, estarán alabando a toda la Creación.
Hijos Míos, que en este día vuestros corazones se regocijen porque Mi Hijo está presente en vuestras vidas, y Él, en esta hora, necesita de todo vuestro Verdadero Amor.
Pequeños Míos, lleven, en este día, Mi estandarte de la Paz en vuestras manos para que la llama poderosa de vuestros corazones irradie fe y devoción a aquellos hijos que la han perdido.
En tiempos de conversión, Yo los necesito firmes y valientes para que los que aún no creen en Mi llamado puedan retornar a los brazos de Dios a través de Mi Corazón. La hora de la salvación definitiva es para todos, y ustedes, como Mis amados hijos, cuentan con Mi Ayuda Maternal.
Queridos hijos, sepan que, después de haber caminado tanto junto a Mí a lo largo de todo este tiempo, existe una única y preciosa oportunidad para que todas las almas encuentren a Dios en esta última hora. Así como llevé a Jesús hacia el Templo de Dios en Mis brazos, hoy los presento a todos para que Mi Padre derrame Su Misericordia y Su Piedad sobre ustedes. Cada paso que dan en esta vida significa muchos pasos para otras tantas almas que deben unirse al Dios Creador.
Queridos hijos, por eso, eleven incansablemente sus oraciones hacia lo Alto y que vuestros corazones abiertos sean receptores de Mi Amor Inmaculado.
Pequeños Míos, con Mis ojos de Misericordia los contemplo porque, desde la Eternidad, en el Reino de los Cielos, Mi tarea es por amor, tarea de llevarlos al encuentro con Mi Hijo.
Les agradezco nuevamente en este día por estar caminando a Mi lado. Mi Corazón ya camina a vuestro lado desde hace mucho tiempo.
Ahora, Mi Luz llegó a vuestros corazones para despertarlos a la realidad celestial.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¿Llevarán Conmigo el estandarte de la paz?
¿Ayudarán a difundir Mi mensaje en el mundo?
Queridos hijos, ustedes, a través de la oración del corazón, podrán ser Mis mensajeros, los que comuniquen a todos lo que Mis palabras dictan día a día para sus corazones. Muchos son Mis soldados marianos de la oración, los ejércitos del Padre en la Tierra. Pero para seguir en este servicio al Creador del Todo, ustedes, en los grupos de oración, siempre deberán renovarse en el ejercicio de la oración del corazón.
Hoy los invito a vivir en la instrucción del único y omnipotente Señor que está en los Cielos; que Él sea para ustedes la sabia y bondadosa paternidad que tantos hijos buscan en el espíritu.
Mi Inmaculado Corazón los quiere llevar a conocer y a sentir la grandeza que existe al estar en el Señor y cómo todos ustedes pueden ser colmados por Sus Prodigios y Su Misericordia. Pero antes, hijos míos, cada uno de ustedes debe repararse en el Señor para que el corazón viva el perdón prometido por Mi Hijo Jesús.
Sepan, queridos hijos, que Cristo, el Redentor del Mundo, está atento a la voz de todas las súplicas. Ellas deberán ser verdaderas delante de los ojos de Mi Hijo para que Él les indique el camino. Y así podrán proseguir en Dios, porque vuestras almas deben permanecer, a través de la oración, en el océano infinito de la Misericordia para que sus errores y dolores sean liberados poco a poco.
Ustedes, queridos hijos, representan para los Cielos diamantes preciosos que, pulidos y transformados por la oración, deben estar próximos de las Manos de Dios para que Él los coloque como Luz en el universo. Muchos de Mis hijos son diamantes preciosos que aún no están pulidos y que pierden la intensidad de su propio brillo interior.
Por eso, queridos hijos, la oración por todos los hijos colabora para que también las almas sean reparadas por Mis Manos Maternales y por los Rayos que brotan constantemente de Jesús.
Gracias por responder a Mi llamado.
En oración divina por todos,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En el día de ayer los invité a vivir en la reconciliación del corazón; hoy los invito a seguir ejercitando este atributo de los Cielos porque cada reconciliación que se viva aliviará el peso del sufrimiento en el mundo.
Por eso, hijos Míos, lleven en vuestras manos Mi estandarte de la paz y en la oración hecha con el corazón ustedes permitirán que Dios los colme con Sus Dones y Sus Gracias.
Saben, pequeños Míos, que la humanidad le teme al tiempo de los grandes cambios, pero les digo que en verdad deben orar más para que todo temor desaparezca. El enemigo distrae a los corazones a través del temor. Por eso hijitos, si sus corazones son vigilantes en la oración, ayudarán a que esa creencia del miedo desaparezca delante de la fuerte presencia del amor.
Queridos hijos, quédense en Mi Presencia Protectora y Maternal para que sus vidas encuentren el verdadero refugio del corazón: la Paz.
La vida en la paz es como la elevación de un puente de Luz hacia los Cielos. Ese sendero lo construirán con la oración diaria, una oración que los prepara para los nuevos tiempos.
Ahora ya es momento de que irradien a sus hermanos el amor que sus corazones sienten por Mi Glorificado Hijo. De esta manera, podrá surgir desde cada vida un rayo de amor fraterno que la humanidad necesita reencontrar en estos tiempos.
Queridos hijos, en Mi presencia está cada uno de sus corazones. Yo los llamo a reconciliarse con Dios a través del acto del perdón.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más