- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Reverencia los misterios de Dios, reconociendo tu ignorancia y amando adentrarte en la Sabiduría Divina.
Reverencia al Dios que se esconde en la Eucaristía y que se revela, en un profundo diálogo de amor, cuando el corazón se abre y es capaz de escucharlo.
Reverencia los misterios de Dios, porque Su Voluntad está más allá de toda comprensión y lógica humana. La Mente y la Voluntad de Dios no se mueven como la mente y la voluntad de los hombres. Por eso, cree que el Padre Creador se esconde en el pan y en el vino y coloca Su Consciencia Divina en los elementos sagrados, escogidos para guardar la memoria de la Pasión de Su Hijo, para que, así, los seres aprendan a revivir esa Pasión y a encontrarla reflejada, en este tiempo, en todas las situaciones de la vida.
Dios no disminuye Su Grandeza para estar en el pan y en el vino; Él revela Su Omnipresencia y, de esa forma, invita a los seres a profundizar en el conocimiento de Su Espíritu, de Su Ciencia Divina.
Hoy, hijo, solo reverencia la Presencia de Dios y deja que Él te renueve y te revele la verdad de tu corazón.
Hoy vengo como Aquel que contempla el Corazón de Dios en la Eucaristía, así como en el Universo, para enseñarte que Dios es Uno solo, presente en el Cosmos, así como en la Eucaristía, presente en el Infinito, así como en la esencia de cada ser.
Busca el camino para encontrarlo, establece una comunicación con el Padre, porque solo Él te sustentará en el tiempo que llegará.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Une tu corazón al Corazón de Dios, contemplando cada uno de los Aspectos de Su manifestación en la vida.
Comienza encontrando, hasta en la menor de las partículas que componen tu cuerpo, a un Dios escondido, inmenso e infinito, oculto en la aparente pequeñez humana.
Recorre tu propio cuerpo, reconociendo tus células, tus órganos, todo lo que te compone, como espejos vivos de una Creación infinita. Si Dios no habitara en todo lo que eres jamás podrías expresar la perfección, así como la expresas, incluso en tus partículas más pequeñas.
Reconoce, entonces, la presencia de Dios fuera de ti, en el aire invisible que toca tu rostro, en el soplo que entra, imperceptible, dentro de ti y que te da vida, concediéndole a la materia la posibilidad de expresar y de vivir su perfección.
Contempla, así, a Dios en los elementos. Reconoce la presencia de Dios en el agua, sin la cual la vida es imposible. El agua y el aire se unen en un único elemento, transformados por su expresión y por su función en la vida, pero uno no existe sin el otro.
Así son los Aspectos de Dios. Dios es Uno solo que se expresa de diferentes formas para darle a la vida la posibilidad de existir y, más aún, de expresar la perfección.
Contempla en tu interior la presencia de Dios, en el sonido de los pájaros y en el aroma de las flores, en la belleza de los bosques, en el amor y en la fraternidad entre los hombres. Este es Dios, alimentando a las almas con cosas tan vitales como el aire y el agua son para el cuerpo.
El canto de los pájaros nutre el espíritu, el aroma de las flores fortalece el corazón, la belleza que ingresa por los ojos llega al alma y le da alegría, le da vida.
Ve expandiendo tu consciencia y comprendiendo la presencia de Dios.
Dios no es algo invisible e inmaterial que está en las Alturas celestiales. Dios es Aquel que Es y sin el cual nada podría existir. Hijo, constantemente estás en la presencia de tu Creador, porque Él es la propia Vida.
En gratitud y en reverencia, vive conforme al Dios que habita en ti y deja que la perfección se exprese, no solo en tus células, sino en todo tu ser. Así como las células se dejan habitar y nutrir por Dios, deja que tu consciencia también experimente ser una expresión de Dios en este mundo. Así, todo se cumplirá.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Clama por la paz en el mundo, pero también vive la paz en tu corazón. Únete a la Fuente de Paz del Universo, a la Consciencia de tu Dios y Señor, al Corazón de tu Madre y Señora.
Únete a Aquellos cuya paz es inalterable, que ni la mayor de las indiferencias o el más grave de los ultrajes puede hacer extinguir la paz en Su interior.
La paz es la certeza del triunfo de Dios más allá de la apariencias y más allá de las posibles derrotas en el camino.
La paz es la Sabiduría y el Conocimiento de Dios. Aquel que sabe a Dios y en Él vive no pierde la paz, porque reconoce que Su Voluntad está más allá de toda la vida; que todo lo que fue creado pertenece a Su Corazón. Para renovarse y para dejar que Sus hijos crezcan, el Creador observa y respeta la actuación de las Leyes, sin embargo, con un soplo Suyo la Vida se hace y se deshace.
Únete, entonces, a esta Fuente inalterable de Paz, no para que seas indiferente a lo que sucede a tu alrededor, en el mundo o dentro de ti, sino para que crezcas y puedas retirar de tus ojos las nubes y las oscuridades que traen la falta de paz y, así, puedas ver los acontecimientos con ojos de Verdad y contemplarlos con comprensión y sabiduría.
Une tu corazón a la Fuente inalterable de Paz para que puedas mirar hacia tu propio interior y saber por dónde comenzar. Si tu corazón está en paz, podrás dar un paso por vez, sin prisa y sin temor, en esta gran escalera que te lleva al Cielo, que es la escuela de la Tierra.
Busca, hijo, estar sinceramente en la Paz de Dios.
Cuando veas tu corazón perturbado y tu consciencia adentrando en los abismos de la incomprensión humana, que comienzan siendo pequeños y rápidamente se tornan grandes, rézale a Dios y pídele:
Señor, coloca mi corazón en Tu Fuente de Paz.
Hazme sentir un poco de Tu Paz dentro de mí.
Yo, que soy Tu fruto, parte viva de Tu Creación,
célula Tuya, busco la renovación y la superación en Tu Amor.
Ayúdame a estar en Ti, para que en Ti supere estos tiempos.
Trae Tu Paz a mi corazón y, a través de mí, irradia Tu Paz al mundo.
Amén.
Así, simple y sinceramente, habla con Dios y crea un hilo de amor con el Corazón del Padre, para que, sin saberlo, finalmente abandones lo que eres y permitas que tu Creador te transforme y te convierta en un instrumento Suyo en este mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Tercera Serie de Poemas
Cuarto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor,
que mi alma sea capaz
de alcanzar la transparencia
en la consagración.
Que no me canse
de dar los pasos hacia Ti, Señor mío,
a fin de que vaya abandonando
todo aquello que una y otra vez
me separa de Ti.
Hazme, Señor,
despojado de mí mismo.
Que Tu sentimiento de Amor
y de Misericordia por el prójimo
sea mi sentimiento de amor
y de misericordia por los demás.
Libérame de las pesadas cadenas
que me hacen retroceder
y no me permiten avanzar.
Libera, Señor, mi corazón
de toda maldad, traición y desprecio.
Que aprenda a sostenerme en Ti,
para que consiga representarte
sobre la superficie de la Tierra.
Querido Jesús,
hazme ver todo más allá,
así como en verdad es.
Hazme comprender al semejante
así como Tú comprendiste y aceptaste
al que te rechazó, te martirizó y te humilló
a los pies de la Cruz.
Ayúdame, Señor,
a vivir el amor incondicional
y crístico.
Ayúdame a traspasar
las capas de las apariencias
y que pueda verte a Ti
en cada corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Octavo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
¡Oh, Señor mío!,
hazme paciente y perseverante
así como Tú lo fuiste
en cada momento de Tu Pasión.
Que en todo pueda ver reflejada
la Divina Voluntad de Dios
y aunque a veces me parezca injusto, Señor,
permíteme todo el tiempo
ver el propósito de la Verdad
que emana en cada hecho.
Pequeño e invisible quiero ser, Señor Jesús,
así como Tú te hiciste pequeño
y simple en la humanidad.
Que mis pasos reflejen
la confianza absoluta
de poder seguirte.
Eleva mi consciencia
de estado y de vibración
para que a partir de ahora,
amado Jesús,
pueda encontrar el sentido
a todo lo que podría llegar a suceder.
Que mis oídos internos
no se cierren; que ellos se abran
así como se abre mi corazón
para reconocer Tu Presencia
en mis hermanos.
Ayúdame, Señor,
a comprender la vida
más allá de lo que ella es.
Ayúdame a vivenciar
cada prueba u obstáculo
con la importancia que tienen,
para alcanzar la trascendencia de mi ser.
Libérame de mí mismo
en todos los sentidos y formas.
Que seas Tú, Jesús mío,
el que actúes, procedas
y manifiestes la Suprema Voluntad
a fin de que algún día
aprenda a morir para mí mismo,
para que Tú, Sagrado Rey,
vivas en mí
para siempre.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Quisiera como Tú, amado Señor,
poder comprender con absoluta claridad
la Voluntad Divina,
así como todos los misterios
que Tu Corazón misericordioso guarda
sobre la existencia infinita de este Universo
y de esta Creación.
Quisiera, querido Jesús,
poder traspasar los límites de la consciencia humana
para que, dentro de mí, pueda reconocer
el universo interior y las riquezas espirituales
que Dios colocó en cada criatura.
Quisiera, Señor,
tener consciencia de toda esa realidad
más allá de lo que es concreto
a fin de que hasta las células
puedan despertar a la inteligencia
y al conocimiento que guarda el Universo.
Quisiera, Señor mío,
poder recibir esa Gracia
a fin de que más conscientemente
pueda ofrecerme como Tu instrumento redimido
dentro del Proyecto sublime de Tu Misericordia.
Te pido, Divino Jesús,
que me vacíes de mí mismo
para que tenga lugar, dentro de mí,
la humildad del Cielo,
la que me volverá simple y donado
para que, perceptivo a todos
Tus Comandos y Designios,
yo te pueda servir.
Expande mi consciencia
conforme Tú lo has pensado.
No deseo ostentar el conocimiento universal,
pero sí hacerlo parte de esta consciencia
que te implora para que solo pueda estar
a la altura de los acontecimientos.
Agradezco que me escuches, Jesús,
y que cumplas en mí
Tu Sagrada Voluntad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Todo el alivio que puedan generarle al prójimo, así como al hermano de camino, es a Mí que Me lo dan.
Todo el amor que puedan expresar y compartir hasta en los más pequeños detalles, es a Mí que Me lo dan.
Toda la comprensión y consideración que puedan vivir con el semejante, es a Mí que Me las dan.
Toda la compasión que puedan expresar a los que no son comprendidos ni aceptados por sus problemas diarios, es a Mí que Me la dan.
Porque todo proviene del amor.
Es el Amor de Dios el que le concede a los hombres el entendimiento, es el Amor del Infinito el que permite la unidad entre hermanos de caminos tan distintos.
Todo lo que hagan por sus hermanos Me lo harán dos veces a Mí, y así Yo estaré agradecido sabiendo que, al menos, alguien aprendió la lección interior que una vez Yo prediqué.
Si en este tiempo de grandes definiciones y pruebas, así como de grandes acontecimientos y desafíos, no existiera el amor entre los seres, no habría ninguna posibilidad de gestar la Nueva Humanidad.
Cuando dos o más vivan el amor en Mi nombre y sin prejuicios, se cumplirá Mi Profecía, y los Nuevos Cristos de los últimos días surgirán.
Nada podrá curarse sino con el amor; porque el amor acoge al peregrino, el amor comprende y acepta al hermano.
El verdadero amor no es juicio, sino misericordia.
El amor comparte todo lo que tiene y todo lo que posee, y no guarda nada para sí.
El amor concede Gracias espontáneas y curas milagrosas en la vida del espíritu.
Cuando no encuentres salida, pregúntate: ¿estoy amando con fervor o con amor propio? Ábrete entonces al misterio infinito del Amor de Cristo guardado en cada Sacramento, así como en el templo del alma que se abre de corazón para recibir el Amor del Maestro.
Que el amor les demuestre, todos los días, que podrán hacer cosas más grandes que las que Yo hice hace tanto tiempo atrás.
El amor verdadero solo desea el bien.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo, hija:
Siente tu corazón limpio ante Mi Presencia y quédate en paz.
Confía en el Dios de la Piedad y de la Misericordia, porque la culpa no existe. La culpa viene del miedo, que es lo opuesto al amor y a la verdad.
Disuelve tus culpas en la Luz espiritual de Mi Corazón y todo pasará.
No hay nada que impida tu reconciliación con Dios, porque Dios es eterno Amor que comprende y acoge. Deja que Mi Luz espiritual desate esos nudos que solo crean resistencia y miedos.
Confía en el poder de Mi Corazón, Corazón que todo lo conoce y que todo lo escucha. Ven a Mi lado y recuéstate en Mis Brazos.
No olvides que Soy tu Madre y tu Mediadora. Estoy aquí para animarte y no para juzgarte.
Deja que los aspectos de la consciencia mueran por sí mismos. No les des motivo ni lugar. Continúa todos los días trabajando tu rendición y entrega incondicional.
Déjate invadir por la Luz espiritual de Mi Corazón y luego verás qué es lo que sucede.
Libérate de las angustias, de los aprietos, de todo lo que no es amor y compasión; y, nuevamente, en confianza, mira al Cielo, reconoce en el firmamento de donde provienes y quién en verdad eres. Reconócete como un hijo de Dios y sigue adelante.
No te canses de luchar, así como Cristo no se cansó ni un momento por ti, hasta Su Muerte en la Cruz. Contempla, a través de este hecho, el poder del Amor renovador.
No te sientas preso de nada. No lo decretes ni tampoco lo pienses. Cree, por encima de todo, en la esencia espiritual que eres y no en los defectos.
No te necesito perfecto, solo te necesito sincero, abierto de corazón y solícito para lo que sea.
Dios siempre te acompaña en este caminar, hasta que puedas ingresar en Su eterna y profunda Paz. No te desanimes, alégrate por estar desprendiéndote de ti mismo.
Es hora de cristificar la Tierra con almas redimidas en el Amor de Dios. Es hora de sentirte un Nuevo Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando aceptas, hijo, la Voluntad de Dios, todo queda más comprensible y claro.
Mientras algún vestigio de duda o de indiferencia atraviese tu corazón, menor será la posibilidad de poder comprender los Misterios de la Voluntad Divina, así como ellos son.
Por eso, de nuevo hoy te digo, hijo, vacíate completamente porque en el vacío no existen ideales, comprensiones ni filosofías complejas.
Así, en ese perfecto vacío conseguirás penetrar en la esencia de todos los misterios de la Voluntad de Dios y aprenderás, paso a paso, lo que es desconocido y evolutivo.
Anímate a abandonar tus formas, para poder vivir en las formas divinas, las que te llevarán a comprender la vida, tal como ella es, y te ayudarán a encontrar en todo el sentido correcto de las cosas.
Deja, entonces, que esa entrega incondicional que debes alcanzar todos los días pueda liberarte de ti mismo, sabiendo que, detrás de cada designio o deseo de Dios, existe un Propósito Mayor que debes abarcar con una comprensión fluida del mundo interior y del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la fuerza del amor del corazón nunca se acabe, porque ella les dará la fuerza interior para llevar adelante los Planes de Dios.
Que la fuerza del amor del corazón los pacifique, para que en estos tiempos acepten y comprendan las situaciones más difíciles y complejas.
Que la fuerza del amor del corazón los reúna y los una como hermanos, porque así despertarán los dones y las virtudes de los nuevos apóstoles de Cristo.
Que la fuerza del amor del corazón los guíe e ilumine sus caminos, para que siempre reine la verdad y la transparencia entre las consciencias.
Que la fuerza del amor del corazón los congregue, para celebrar en estos tiempos la comunión con Cristo, el reencuentro único con la Misericordia de Dios.
Que la fuerza del amor del corazón los unifique, para que la Consciencia de Cristo los acompañe hasta el fin.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis muy queridos hijos, después de cien años de haber estado en Fátima, hoy estoy aquí entre ustedes, con esta humanidad, por este planeta amado que forma parte desde el principio de un proyecto tan apreciado por Dios, que debe concretarse en este fin de los tiempos.
Hoy vengo aquí, queridos hijos, con un Mensaje especial que nace de Mi Inmaculado Corazón, a anunciarlo a todas las almas de la Tierra, especialmente a aquellas que son las predilectas de Su Madre Celestial.
Hoy no estoy sola aquí, queridos hijos, sino también con la Presencia del Padre y del Hijo; y esta Sagrada Trinidad, que se establece hoy en este Centro Mariano, beneficia a muchas almas en el mundo, resuelve muchas situaciones planetarias, disuelve muchas maldades que estaban a punto de suceder.
Con el amor que proviene de Mis hijos del mundo, con el amor que proviene de sus corazones, Yo puedo transformar esta humanidad y este planeta en el modelo espiritual y físico que Dios espera. Solo basta, queridos hijos, que sigan las indicaciones de su Madre Celeste para que Mi Inmaculado Corazón no solo siga triunfando en sus vidas, sino también en todo este planeta.
El Mensaje que hoy quiero traerles y aproximarles es sobre los importantes acontecimientos sucedidos ayer en el Santuario de Aparecida y hoy en el Santuario de Fátima en Portugal, momentos en los que las almas más apreciadas por Mi Inmaculado Corazón fueron al encuentro de su Madre Celeste, no solo para implorarle y suplicarle por cura, sino también para rezar junto a Ella para impedir, como hace cien años atrás, nuevos acontecimientos en este planeta.
Quiero decirles que, queridos hijos, con los dos encuentros realizados, tanto en Brasil como en Portugal, muchas situaciones que, tal vez hoy sus mentes no puedan comprender, fueron detenidas.
Por eso, hoy, los invito a que coloquen Mis Palabras en sus corazones, porque será el lugar en donde verdaderamente ellas se perpetuarán y harán crecer en ustedes las sagradas virtudes de la Divina Familia de Nazaret.
Con los encuentros sucedidos en estos dos días no solo la Argentina fue ayudada, sino también el mundo entero, pero especialmente los lugares del mundo en donde se realizan pruebas nucleares y atómicas que están a punto de activarse en la humanidad.
Pero eso fue detenido en el pensamiento de aquellos que lo idealizan, como también en aquellas consciencias que lo llevan adelante.
La humanidad no tiene el control en sus manos ni en sus acciones. El propio poder lo tiene Nuestro Creador, aunque la humanidad desconoce completamente.
Vean cuán simple, queridos hijos, puede ser el acto de amor que puede nacer de sus corazones para con el Padre Celestial y todo lo que Él debe realizar en este planeta y con esta humanidad.
También las almas de Asia fueron ayudadas, especialmente aquellas que enfrentan la aniquilación y la tortura; y en verdad les digo, queridos hijos, que esos acontecimientos también hacen padecer a Mi Inmaculado Corazón.
Pero Yo recojo la fuerza para seguir viniendo al mundo por medio de sus oraciones y de sus presencias. Eso es lo que Me motiva a seguir viniendo al mundo porque sé que, en este planeta, a pesar de encontrarse almas imperfectas, existen corazones verdaderos que quieren trabajar por el bien y por la paz.
Yo quiero, queridos hijos, que en esta tarde, en la que su Madre Celeste une este Centro Mariano con el Centro Mariano de Fátima en Portugal, puedan comprender ampliamente cuán importante son los encuentros, los llamados y las convocatorias que realizan Nuestros Sagrados Corazones en estos tiempos críticos por medio de las Peregrinaciones por la Paz, que tienen el fin y el motivo primordial de evitar en el mundo muchos más desórdenes de los que ya existen, muchas más revoluciones de las que se llevan adelante y evitar principalmente que continúe la masacre humana en esta humanidad.
Deseo que sientan en sus corazones el verdadero llamado de Mi Corazón maternal, así como lo han sentido desde la última Maratón de la Divina Misericordia hasta los días de hoy; cuidando, acompañando y realizando cada detalle para poder honrar a Dios Nuestro Creador que aún sigue siendo muy ofendido y que hoy es reparado por las oraciones de sus corazones, por las súplicas de sus almas y por las verdaderas intenciones de sus espíritus.
Seguir los pasos de la Madre Celestial significa en estos tiempos, queridos hijos, tomar nuevas decisiones en sus vidas y vivir grandes cambios, cambios que nunca antes vivieron en esta vida, por el motivo principal de ayudar a la evolución de este planeta y a la supervivencia de esta humanidad.
Quisiera, queridos hijos, que desde sus corazones naciera un voto de compromiso Conmigo, todos los días, para que Yo pueda realizar a través de ustedes los miles de prodigios y de milagros que aún espero realizar en sus consciencias y en toda la consciencia planetaria.
Por medio de estas peregrinaciones por la paz, los Mensajeros Divinos, de una manera incansable e incondicional, vienen a construir sobre la superficie de este planeta las bases que serán utilizadas en el futuro para la Nueva Humanidad.
Sabemos, queridos hijos, que su humanidad de superficie se encuentra en una gran y definitiva transición. Yo les pido, queridos hijos, que no teman a lo que Nuestros Corazones han anunciado, sino que vivan Nuestro Mensaje, día a día, para que los acontecimientos futuros sean desviados, disipados y transformados por la luz que puede nacer de sus corazones.
Ya no puedo ver más a las almas sufriendo en el mundo y cómo las consciencias de esta humanidad se deciden, día a día, a dar otros pasos que los apartan de Dios y especialmente del universo de Su Amor.
Por eso, los invito, en esta tarde, a renovar sus votos para que puedan ser más misericordiosos y llevar al mundo esta Misericordia tan necesaria para poder cicatrizar muchos corazones y vidas, y traer la paz que tanto necesita el mundo en estos tiempos.
Quisiera, queridos hijos, que estos prodigios, estos milagros de amor que podemos realizar juntos por medio de estos encuentros de oración que ayudan ampliamente al planeta evitando grandes catástrofes, se puedan repetir.
Que estos encuentros se puedan renovar, que los puedan impulsar a vivir su transformación interior y encontrar, en estos tiempos, el camino de retorno hacia Cristo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Es de esta forma que les revelo que Mi misión en este mundo, junto a cada uno de ustedes, es mucho más amplia, profunda e infinita que lo que sus corazones imaginan y saben.
Hoy, hijos Míos, vengo a este lugar para ampliar su comprensión, no solo en relación a estos tiempos, sino también en relación a la misión que cada uno de ustedes tiene Conmigo.
Yo los llamé hasta aquí no solo para curar sus vidas, sus almas y sus espíritus; los llamé, sobre todo, hijos Míos, para que unidos a Mí podamos curar las llagas de este planeta, curar sus heridas que se extienden más allá de los Reinos de la Naturaleza, que se extienden más allá de la consciencia del planeta, más allá de la consciencia humana y llegan al Corazón de Dios, herido día a día por los ultrajes que cometen Sus hijos por inconsciencia, por ignorancia y por falta de amor.
Hoy los llamo a la reparación del Corazón de Dios y de la vida humana, de la consciencia de los Reinos de la Naturaleza y del espíritu de este planeta que incansablemente los sustenta, aunque no lo vean, no lo conozcan, no sepan de su misión y de su perseverancia.
Hoy, hijos, vengo a compartir, con el corazón de cada uno de ustedes, el dolor que siento por este mundo, no solo para que sufran, para que sientan este dolor en sus corazones, sino para que despierten sus consciencias para conocer la necesidad planetaria, que está más allá de sus hogares y del pesar que pueden vivir sus corazones.
Hay tanto en este mundo por reparar, por curar y por redimir que preciso, hijos Míos, que escuchen Mi llamado y que solo oren Conmigo por la redención de esta humanidad.
Delante de todo lo que acontece en este mundo, es tan poco lo que les pido, que oren por la paz, que oren no solo por ustedes mismos, sino por toda la humanidad y que también sirvan, que den ejemplo y testimonio de la conversión que Dios realiza en sus vidas todos los días.
Quiero, hijos Míos, extender Mi Reino de Paz más allá de Fátima.
(Se interrumpe la transmisión por corte de energía)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
No se preocupen, queridos hijos, pues Mi Presencia divina y universal es potente y transformadora, y todo lo que Yo puedo tocar se libera.
Está todo bajo el orden universal. Está todo en Mi Paz inamovible e intransferible.
Sigan escuchando Mi Mensaje.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Lo que les quiero decir es importante para la confirmación de sus espíritus en un camino único, que no solamente los lleva a la paz, sino que construye el triunfo de Mi Inmaculado Corazón en este planeta.
Por eso, así como en este momento les pido que tengan una paz inmutable y que, Conmigo, ella sea invencible, independientemente de las interferencias o del caos que pueda haber en este planeta; quiero construir dentro de ustedes, hijos Míos, verdaderos discípulos de la paz y compañeros de Cristo, para que Mi Reino se extienda por este mundo más allá de los lugares sagrados que fundé y que, a través de cada uno de ustedes, Mi Paz llegue a los cuatro puntos de esta Tierra.
De esta forma, hijos, les vengo a revelar en este día la importancia de que se confirmen en Mi Plan, que en verdad es el Plan de Dios, un Plan único para la redención de este planeta, para la renovación de este universo, así como de toda la Creación.
Quiero conducirlos por cosas simples, acciones simples y transformaciones verdaderas para que este Plan se cumpla.
Por eso les pido que, en el día de hoy, abandonen a Mis Pies toda voluntad y ambición humana que no construye lo que espero construir dentro de ustedes. Que, como guerreros de este tiempo, coloquen sus espadas al servicio de Dios para que ellas no batallen por otro motivo, sino por el establecimiento de la paz. Y que, en Fátima como en Lourdes, como en Aparecida o en Aurora, Mi ejército sea uno solo, invencible, porque actúa junto con Dios por la reparación de Su Corazón y por la transformación de este planeta.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En esta tarde de Gracia, también vengo a bendecir a los que se consagrarán como nuevos hijos de Mi Corazón.
Por eso ahora, queridos hijos, tomarán el agua de esta fuente, bendecida por el Espíritu Santo, para que sea esparcida sobre los que se consagrarán por un sacerdote, como símbolo de consagración y de renovación, cerrando las puertas del pasado y abriendo las puertas, las nuevas puertas, hacia el Reino Celestial.
Que esta consagración signifique vivir el compromiso con Dios de una manera perpetua y eterna, a fin de que todos los que rodean sus vidas y caminos puedan recibir también la Gracia de consagrarse algún día a Mi Materno e Inmaculado Corazón.
Quiero ver en este lugar, y a través de este nuevo ejército que hoy se consagra, a verdaderos guerreros de la paz que den a conocer, en Argentina, la importancia de este Centro Mariano y la tarea espiritual que él realiza, tan simplemente cuando las almas colocan sus pies en este lugar, porque eso ayudará a que más almas, en esta Argentina, vuelvan a recuperar la luz del amor y vivan principalmente el camino hacia su redención.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a recoger el agua. Hermana Amerisa, si puede ser usted, por favor.
Vamos a prepararnos en este momento y ante la Presencia de María Santísima para esta consagración de los nuevos Hijos de María que representarán a Argentina y al futuro que esta nación debe vivir como parte de una Nueva Humanidad.
Que así sea.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Señor amado y todopoderoso, ayer Tú te dignaste, por medio de Tu Sierva fiel, a bendecir a esta pequeña y humilde fuente para que surjan de aquí los Nuevos Cristos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a pedir que los nuevos Hijos de María que se consagrarán se pongan de pie, coloquen sus manos en señal de recepción y nos preparemos para esta consagración.
Entonaremos el himno de su consagración.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Cuando un alma se consagra a Dios puede espejar en la superficie los Atributos Divinos del Creador.
El Pensamiento Divino se realiza por medio de las almas que se consagran, para volver a reencontrar en cada momento el amor del universo y de toda la Creación.
Me voy de aquí, queridos hijos, con la alegría de haber cumplido por medio de ustedes con este importante llamado.
Los invito y los llamo a que acompañen a Nuestros Sagrados Corazones hasta el fin de esta peregrinación, por la cual muchas cosas más serán evitadas.
Que así sea.
Yo los bendigo, bajo la autoridad que Mi amado Hijo Me concedió y bajo la autoridad del Supremo Padre Celestial.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
¡Hasta pronto!
Renueva tu consagración a Dios todos los días y entra en el eterno movimiento de los ciclos universales.
Renuévate delante del Creador para que Él te conduzca por nuevos caminos internos y jamás te acomodes a los pasos que ya conseguiste dar.
Reconoce lo infinito delante de ti y cuánto te falta crecer mucho más allá de esta vida. Reconoce en el vasto universo las infinitas dimensiones creadas y que cada una de ellas exigirá de ti un determinado aprendizaje, que te hará crecer y unirte cada día más a Dios.
Hijo, lo que la humanidad llama contemplación y unión con Dios, en esta dimensión material, no es nada más que una aproximación a la grandeza del Creador, una experiencia con Su Divina Luz. La contemplación es el acto de reconocer la existencia de Dios y de aproximarse a Él, pero aún le falta a tu corazón y a tu consciencia humana para que ella sea Una con Dios en su origen.
Ese camino se construye y recorre poco a poco. A medida que el ser se vacía de sí mismo y de toda necesidad de explicar y comprender lo que experimenta; a medida que se vacía de los conceptos conocidos por su mente, comienza a ser impregnado por otras leyes y vibraciones que no pertenecen a este mundo y que son palpables para el corazón humano, pero incomprensibles para la mente.
La aproximación y la aceptación de leyes sublimes va logrando que las puertas para otros grados de evolución se abran delante de la consciencia, que solo después de cruzar esas puertas y experimentar esas leyes podrá sentirlas y comprenderlas, pero no explicarlas.
Los hombres no pueden explicar lo que viven en los niveles superiores porque la materia que compone la mente humana no es afín con esa vibración sutil; pero hijo, el corazón, que es semejante al Creador de todas las cosas, sí puede comprender y vivir todas las leyes.
Así como el Señor es ilimitado en Su existencia, así también es el corazón de los hombres. Pero ese corazón necesita expandirse, cruzar umbrales y romper barreras, trascender límites y tendencias humanas, dejar de ser tan cerrado y abrirse al cosmos que, para él, es inexplicable y comprensible al mismo tiempo.
Para llegar a ese estado de unión con la vida superior, que es algo más que una experiencia contemplativa, hijo, es necesario que te renueves todos los días y, al percibir que estás estancándote o retrocediendo, busques siempre una forma de despertar y de avanzar.
Por eso vengo al mundo para impulsar al corazón humano hacia el infinito y llevarlo a una vivencia de lo que él verdaderamente es.
Déjate ser guiado e impulsado por estas palabras. Si no las comprendes, solo siéntelas y deja que ellas por sí solas, vivas como son, trabajen dentro de ti.
Tu padre y compañero,
San José Castísimo
Hijo:
Que tu vida sea para la concretización de un Plan superior. Que tus acciones, tu verbo, tu pensamiento y tu sentimiento estén impregnados de un sentido verdadero; sentido que te conduzca al Plan divino, al encuentro con el Creador.
Haz que tu vida sea impregnada por lo sagrado, con acciones conscientes que te lleven a la transformación no solo personal, sino también de los viejos patrones humanos.
Recibe de Dios, con alegría, la gracia de ser consciente de la realidad planetaria y de la vida superior, consciente de la purificación y del caos que se extiende por el mundo. Porque, al mismo tiempo en que tú estás aquí delante de estas palabras, existen muchos hermanos tuyos en el mundo que no comprenden lo que viven, que no aceptan sus enfermedades y que no saben cómo revertirlas; no comprenden los movimientos de la Naturaleza y no comprenden el odio en el corazón de los hombres, que causa las guerras y los conflictos; no saben cómo ni en dónde encontrar la paz.
Que tu vida sea una ofrenda permanente al Creador, en reparaciónde lo que ocurre en el mundo.
Hijo, nunca vivas solo para ti, porque sino las Gracias del Padre en tu vida no tendrían sentido. Cuanto más recibes de Dios, tanto más debes atraer un nuevo principio de vida hacia la Tierra; debes preparar, en ti y a tu alrededor, la llegada del Reino Celestial.
Debes cada día trascender aunque sea algo la condición humana, para que otros que están del otro lado del planeta puedan recibir el reflejo de tu transformación y, así, recibir una oportunidad.
Hijo Mío, sea lo que sea que hagas, hazlo con alegría. No dejes que el caos ni la opresión del mundo desanimen tu corazón. No dejes que la purificación que vives y la purificación de la Tierra te hagan desistir de encontrar lo que existe de más maravilloso en el universo.
Detrás de todo el lodo de la consciencia existe algo puro y límpido escondido en todos los seres. Por eso, hijo, acuérdate del tesoro que hay dentro de ti y, aunque te cause dolor o incomodidad, no te entristezcas al purificarte.
Busca recursos para encontrar la paz y para aliviarte, en la certeza de que un día todo eso pasará, y la luz volverá a brillar dentro de ti, venciendo las sombras en tu interior. Esa misma luz, que primero brillará en ti con toda su potencia y majestad, brillará en la oscuridad del mundo, en el retorno de Cristo, consolidando la unidad y la semejanza con Dios en el corazón humano.
Aquel que te anima y que te abraza para que no desistas nunca, tu padre y amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Cumple con alegría la misión que Dios te encomendó, la misión de vivir en la Tierra principios que provienen del Cielo y manifestar en el mundo una Nueva Humanidad.
Muchos se preguntan todos los días, si están haciendo lo que deben hacer como almas y como espíritus; se preguntan, en dónde deberían estar, con quién y haciendo qué. Pero pocos, muy pocos están esforzándose para verdaderamente abrir el corazón y atraer un arquetipo de la vida que aún no existe en la superficie del planeta.
Si quieres vivir lo que Dios pensó para ti, comienza por disponer tu corazón para algo nuevo. Busca dentro de ti lo que debe ser perdonado y lo que debes perdonar. Busca dentro de ti la fuerza para vencerte a ti mismo y ser más manso, más humilde, más servicial y pacificador.
Trata de romper dentro de ti las barreras que te separan del prójimo y trabaja en ti todo aquello que juzgas en los demás. Permanece todos los días con el espejo del corazón dirigido hacia ti mismo y, antes de irritarte o de criticar algo que ves en el otro, observa el espejo del corazón y mírate a ti mismo reflejado en aquel defecto que no puedes soportar.
Trata de comprender al otro como te comprendes a ti mismo: así como sabes que tienes infinitas dificultades y miserias, los otros también las tienen. Así como intentas dar los pasos y te esfuerzas de buen corazón, el otro también lo hace.
Solo la comprensión mutua abre el corazón para la vivencia del amor.
Si no consigues controlar las reacciones de tu mente ni de tus emociones, no te preocupes tanto; pero que ellas duren poco y que energías como la ira, la envidia, la codicia o aun el sentimiento de superioridad no tengan tu permiso para permanecer dentro de ti.
Si amas al Plan de Dios, hijo, o por lo menos quieres amarlo, reflexiona siempre que el Creador necesita de una raza de Cristos y no de uno solo, y que no será suficiente que tú te cristifiques. Recuerda que no necesitas ser mejor ni peor que nadie, pero que tanto tú como aquel que tienes al lado deben llegar a la meta de la unión con Dios.
Ese es el gran misterio de la existencia humana y, por eso, vienes como espíritu hasta aquí, para curar los errores del pasado en el universo.
Para que el Plan de Dios se cumpla, los seres humanos deben ayudarse mutuamente. Recuerda esto hijo, todos los días y, antes de colocar trampas en tu camino, deseando que este o aquel desaparezca de la Tierra, acuérdate de que sin ellos tu vida tampoco tiene sentido.
Acuérdate de que no importa cuán imperfecto seas tú o el otro, pues existe algo dentro de cada ser que lo asemeja a Dios y que abre los portales entre las dimensiones para que toda la Creación se una al Padre.
Si quieres que tu espíritu se aproxime y que tu alma te conduzca por el camino de la Voluntad del Creador, ábrete primero a la transformación, a la vivencia del amor y de la fraternidad, y después el propio universo conducirá tus pasos y no tendrás que andar tan preocupado contigo mismo.
Escucha con atención Mis palabras y vuelve a escucharlas una y otra vez, porque es mucho más fácil olvidarlas que ser verdaderamente transformado por ellas, ya que tu humanidad no está acostumbrada a buscar lo Divino, sino solo aquello que la engrandece y la afirma como materia.
Ilusión de ilusiones es no buscar ser nada como hombre, creyendo que la vida comienza y termina en ti. No conoces lo que es ser en verdad un ser humano semejante al Padre, pues para eso, hijo, debes vivir la unidad con Él: morir para ti y nacer de novo dentro del Creador.
Te dejo Mi paz y Mi bendición, para que descubras la verdad sobre ti mismo, olvidando lo que piensas ser.
Ábrete para ser nada y ahí encontrarás Todo.
San José Castísimo
Mediten en este día sobre el retorno al Origen y no busquen los conceptos mentales que dentro de su consciencia se confunden, por la distancia que existe entre lo que el hombre sabe
sobre la verdad y la propia Verdad.
Están en un tiempo en el que recibirán muchas claves, para que, de manera armoniosa, el ser encuentre la unidad con la Creación y se reconozca incluido en ella, dentro de sus leyes y en obediencia al curso de su evolución.
Sé que muchos se sienten sin recursos internos ni externos para meditar sobre algo tan sublime y aparentemente tan distante. Pero el Origen, así como toda la historia de sus espíritus, se encuentra dentro del propio corazón. Lo que sucede es que ustedes se ocupan mucho más en pensar que todas estas cosas no existen o en cómo ellas son inaccesibles, que en buscarlas y seguir las instrucciones que les entrego.
Solo les pido que sean humildes para que no confundan ni interpreten con la mente lo que únicamente el corazón puede comprender, porque de la misma forma que la mente toma muchas decisiones que el corazón no entiende y no acepta, también el corazón tiene dentro de sí verdades que solo él puede comprender.
El tiempo de este mundo, marcado por las agujas del reloj, está dejando de existir para dar lugar a un tiempo eterno, en donde solo el presente es la realidad y todo lo demás está guardado como experiencia en la consciencia.
Por eso deben comenzar, desde ya, a desestructurar los conceptos de la existencia humana, de la vida sobre la Tierra y también los conceptos que tienen formulados en la mente sobre Dios, Su Plan y toda la Creación, porque la Verdad saldrá a la luz, y en nada se asemejará a lo que ustedes conocen.
La consciencia humana mezcló principios de verdad con fantasías en todas las formas de comunicación del mundo y, así, ustedes dieron una señal a sí mismos de que la única verdad que existía era la gran ilusión que vivían en la materia.
Una vez más les pido que Me escuchen con el corazón. Contemplen su interior y busquen ahí la verdad sobre sí mismos y la unión que hay entre lo que está vivo en la propia esencia y todo lo que les digo.
Yo los amo y por eso les entrego pequeñas claves e impulsos para el despertar de la consciencia.
San José Castísimo
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
Hoy los invito a que comprendan la importancia de unirse inmediatamente al Propósito de Dios y, como soldados de Su Ejército de Luz, que estén dispuestos a entregar sus propios planes y aspiraciones para que se cumpla el Plan Único, el Plan de Dios, por el bien y por la salvación de toda la humanidad y de todo el planeta.
En estos tiempos, queridos, el universo entero se congrega a cada instante, por medio de sus representantes, para guiar de la mejor manera a la amada humanidad.
Es de esa forma que descienden al mundo impulsos de luz, de redención y de reconciliación que, muchas veces, los corazones no serían merecedores de recibir; pero la intercesión de los Mensajeros Divinos, junto con los verdaderos soldados orantes de la Tierra, está ofreciendo nuevas posibilidades a los seres de este mundo.
Un tiempo atrás, la probabilidad que Dios tenía para la humanidad era que despertaran unos pocos, que serían las semillas para un nuevo futuro. Ahora, gracias al poder de la oración, esa probabilidad aumenta. Por esto, otros hermanos suyos, que no despertarían a tiempo, están recibiendo la posibilidad de reconocer su origen y, así cumplir, al menos en parte, la propia misión.
En cada vuelta de la espiral de la evolución, los seres humanos sorprenden al universo y, ahora, la tarea de los Mensajeros Divinos encuentra espacio para ampliarse y revelar a los corazones lo que vinieron a hacer en este mundo, despertando así su potencial de amar y perdonando el pasado que los ataba a una cadena involutiva.
Sé que muchos no comprenderán Mis palabras inmediatamente, sin embargo, guárdenlas en el corazón, porque aquellos que hoy no las comprenden verán llegar la hora del propio despertar y, ahí sí, al fin las comprenderán.
Les digo todo esto en este momento para que puedan adherirse a los cambios de los Planes de Dios, que son permanentes, porque la humanidad es imprevisible a los ojos del Creador. En estos tiempos, en el que ningún alma podrá perderse del verdadero camino, el Señor está entregando todo para la manifestación de Su amado proyecto de cura y de redención universal, por medio de los seres humanos.
Yo los amo y nuevamente les pido que guarden Mis palabras solo en el corazón; él, por más que no las comprenda, recibirá los impulsos que provienen de ellas, para algún día poder comprenderlas. Paz y redención para todos.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Si ustedes no comprenden algo que les digo, entren en el recinto del propio corazón y traten ahí de trascender las imperfecciones, las ideas sobre sí mismos, los conceptos ya construidos sobre su propia personalidad o incluso lo que creen ser, en alma y en espíritu, porque el corazón desconoce completamente el Plan de Dios. Aun aquellos que son considerados sabios viven, en el mismo tiempo y espacio de la ilusión, separados de la Verdad Suprema. Así, por más que puedan vislumbrar algo sobre la vida superior, jamás podrán conocerla completamente, sino solo cuando el tiempo de Dios comience a ser uno con el tiempo de este mundo y la ilusión de estar solos, en un cosmos infinito, desaparezca de la consciencia humana.
Por no saber nada sobre el Plan de Dios, ustedes tampoco saben sobre sí mismos, porque son parte de una Creación Suprema que, en su conjunto, es un gran misterio para la humanidad. Pero llegará el momento en que los misterios tendrán que ser revelados, porque el Plan de Dios deberá ser vivido porSus criaturas.
Al contrario de lo que muchos piensan, los Mensajeros Divinos son enviados al mundo más para que ustedes puedan vivir el Plan de Dios, y no tanto para que puedan conocerlo. Es por esto que, a lo largo de los siglos, solo le entregamos a la humanidad palabras que la condujesen al encuentro de un nuevo principio de vida por medio del amor, de la fe y de la caridad. Estos principios, por sí solos, llevarían a la humanidad a vivir segúnlo que Dios pensó para los hombres. Y después de haber vivido y experimentado el Plan de Dios, entonces ustedes comenzarían a poder conocerlo y comprender mejor el motivo de vivir todas esas cosas y por qué no podrían continuar viviendo la vida humana común de superficie.
Como los tiempos se aceleran y el Reino de Dios se aproxima al mundo, para volverlo sagrado y retirarlo de la ilusión, los Mensajeros Divinos dan Su último gran impulso a la consciencia humana, intentando hacerla vivir los principios divinos y, al mismo tiempo, comprender lo que le sea posible, dentro de su limitación, sobre la vida universal, el Plan del Creador y para dónde Él los conduce a partir de este nuevo ciclo.
Es por esto que les pido que, antes de escuchar las Palabras de Dios en el verbo de Sus Mensajeros, entren en lo profundo de su corazón y olvídense de todo lo que piensan sobre sí mismos, sobre la humanidad y sobre la vida planetaria, para que así puedan encontrar una puerta para entrar en contacto con la verdad de todas estas cosas.
Les dejo esta reflexión y la paz de Mi Corazón, porque el conocimiento debe ser contactado siempre con el espíritu de la paz, pues la transformación se da solo cuando es resguardada por la paz, así como la correcta fortaleza se construye con un corazón pacífico.
Su amado padre y compañero de la eternidad,
San José Castísimo
4.ª Maratón de la Divina Misericordia – primer día
Las raíces verdaderas del Amor Universal se encuentran en la sabiduría y en el conocimiento que cada ser de este vasto cosmos puede experimentar, día a día, dentro de esta escuela a la cual su Altísimo Padre llama “escuela de la evolución”.
Hoy Mi Corazón se ha podido regocijar en esa sabiduría, que está despertando como luz en los corazones orantes. La sabiduría del corazón es la que siempre les permitirá comprender las cosas inmateriales y espirituales.
El camino que Yo les ofrezco para esta vida es el camino del espíritu, morada interior que los ayudará a entender los grandes Misterios de Dios. El camino para llegar al amor es la humildad, instrumento inmutable que les dará la simplicidad necesaria ante todas las pruebas de la vida.
Hoy este camino de la humildad no es buscado por la mayoría de los Míos, porque la humildad exige de los buenos corazones el vacío de sí, la honestidad purísima y la entrega a la Voluntad Divina. Por eso, Mi Padre Me ha pedido que les recuerde estos principios básicos que forman la vida del caminante y del peregrino.
Les dejo la aspiración de buscar la Divina Sabiduría; el mundo deberá reconocer, a través de ella, que es hora de cambiar y de pedir Piedad por los que aún están caídos en los cuatro puntos cardinales de la Tierra.
La oración a Mi Infinita Misericordia siempre los llevará a recordar el camino de Mi Pasión en la Cruz, el que realicé por ustedes. En estos tiempos, la Divina Misericordia intentará despertar espíritus humildes para que pronto se conviertan en puentes de salvación para los que están olvidados en el mundo.
Estoy pidiendo lo más simple de todas las escuelas que existen en el Universo, solo los animo a buscar este perfecto camino de redención y de paz para todos.
Agradezco el trabajo de los maratonistas y principalmente el de todos los hijos que, Maratón tras Maratón, Me abren la puerta de sus hogares para que Mi Amor Invencible pueda entrar.
Bendigo a los apóstoles que se animan a caminar a Mi lado en estos tiempos de purificación, pero también de paz para quienes siempre buscan la Luz de Mi Corazón.
Bajo el Amor Infinito de Dios, sean humildes y bienaventurados.
Gracias por ingresar hoy en Mi Casto y Puro Corazón Misericordioso.
Su Guía Universal, el Maestro Jesucristo
Cuando un alma siente verdadera sed de Mí, reconoce que ha llegado la hora de cambiar y nunca temerá transformar aquello que no le sirve más.
Esa alma se atreve a buscar la liberación de sí escuchando con atención la voz de sus semejantes porque entre tantas palabras y dichos podrá estar presente la voz instructora del corazón.
Si el alma se decide plenamente a recorrer el camino de la santidad, el Cielo le proveerá de todas las pruebas posibles para que se confirme.
Si el alma busca la consagración al servicio, llegará a su vida tanta caridad para realizar y tanto amor para donar, que no tendrá tiempo para sí.
Si el alma no busca ningún camino y decide caminar en el mundo por sí sola y sin instrucción, rápido perderá el sentido de su vida y apartará el espíritu sagrado de la morada del corazón.
A las almas que nacen de la Fuente y vienen a este mundo para vivir el perdón y la redención, no les puede faltar la instrucción, porque se perderían entre las cosas materiales sin tener orientación ni discernimiento. Pero el alma que se sostiene mediante la oración misericordiosa siempre recibirá la Gracia de entender, de aceptar y de comprender todas las cosas.
Dios prevé el camino para cada uno de Sus hijos; por eso, Él siempre mostrará a los Suyos lo que deberán aprender y en lo que prontamente deberán crecer.
En esta escuela de la Tierra existen maestros y discípulos, y todos tienen lecciones pendientes que aprender, pues el despertar al Amor Absoluto y Único tiene un solo camino. Por eso hoy les digo que, más que nunca, estén atentos a las señales de autocorrección en sus vidas. Para todas las almas será una oportunidad de madurar en consciencia y de trascender las barreras que el egoísmo de este mundo impone.
A través de la Coronilla a la Divina Misericordia todo se resolverá cuando el alma tan solo dé un sí verdadero y humilde. Los tiempos en este ciclo hablarán al mundo por medio de señales internas y externas, estén atentos.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mi Mensaje con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Diariamente dirijo Mis palabras hacia vuestros corazones porque ellos tienen el don de la sabiduría y de la comprensión. Por eso, hijitos, sepan que las verdaderas palabras que provienen de Mi Inmaculado Corazón quieren despertar en ustedes los talentos preciosos que Mi Hijo les entregó.
Ustedes deben abrir el corazón día a día como las rosas se abren en el amanecer cuando ven el sol, y esto puede acontecer a través de la oración que nace con la pureza del corazón.
Queridos hijos, ustedes saben cuán importante es la Paz Interior en estos tiempos. Para que ella exista en todos Mis hijos, Yo los formo en la escuela de la oración para que vuestros corazones también puedan llamar a otros hijos que deben despertar a tiempo para la vida de oración.
Por eso, les dejo la misión de orar por todos aquellos hijos que aguardan ser curados del dolor y aliviados de la soledad, que invaden sus vidas en el día a día.
Todos Mis hijos estarán bajo el espíritu de la Gracia a fin de recibir la fuerza para iniciar el camino de la rehabilitación del corazón. Esto acontecerá cuando cada uno de Mis hijos orantes extienda las manos y entregue el amor del corazón a los que en verdad aún no pueden reconocer la Faz del Señor.
Por todo esto, hijos Míos, la tarea de donarse al prójimo debe ser más amplia para llegar hasta los corazones más distantes.
Hoy, queridos hijos, les enseño el camino de la caridad a través del servicio y la oración, porque este último tiempo es de inmensas Gracias para la conversión y la cura del corazón.
Escucho las plegarias de Mis hijos y envío a Mis soldados marianos orantes a obrar a través de la paz del corazón. ¡Caminen, hijos, hacia la Luz Eterna de Mi Inmaculado Corazón!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más