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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través de Mi silencio, vengo a conducirlos a un estado de oración, un estado de súplica por el planeta, por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza.
A través de Mi silencio, vengo a conducirlos a un estado de clamor, un clamor que se hace escuchar de adentro hacia afuera, cuando el verbo es emitido dentro del corazón a través del sonido de las intenciones, y no de las vibraciones que la boca pronuncia.
A través de Mi silencio, vengo a enseñarles a orar en silencio, a observar el propio mundo interior y a saber encontrar allí al Padre Celestial y a todas Sus Criaturas. El silencio, hijos, les revela a los seres humanos su potencial creador, su potencial de abrir puertas y unir dimensiones. El silencio equilibra el caos del mundo, equilibra el desorden de las almas, de la purificación interior y de los asedios del enemigo.
El verdadero silencio, aquel que se transforma en oración, los une a la Consciencia Divina, les revela el universo interior y el puente que existe en el corazón de cada ser para encontrar a Dios.
Sé que hoy muchos de ustedes están ante un gran abismo, como si hubieran llegado a un momento de su trayectoria evolutiva en el que se encuentran frente a un gran precipicio, el precipicio de la purificación, de la entrega, de la rendición, de la renuncia, de la humildad.
Ese precipicio, ese abismo, no existe para detener sus pasos, sino para revelarles su potencial; porque es delante de él, hijos, que aprenden a crear puentes. Y esos puentes se crean primero dentro de sí mismos, con la intención verdadera de llegar al Corazón de Dios simplemente para cumplir Su Propósito, simplemente para vivir Su Amor, para conocer ese Amor desconocido que transforma la Creación, que hace que la evolución ascienda entre las dimensiones, que les permite a las criaturas aproximarse a su Creador.
¿Ustedes quieren conocer esto o quieren permanecer en la condición humana?
¿Quieren conocer ese Amor ilimitado de Dios o permanecer en los conflictos, en la confusión interior, en la afirmación de las propias limitaciones?
Ante ese abismo, hijos, Yo los invito a construir puentes. Yo los invito a entrar en confesión ante el Padre, porque la confesión es una de las formas de liberarse del pasado, de liberarse de las amarras, de liberarse de las creencias, de las limitaciones, para que puedan creer y comprender que deben ser constructores de la vida evolutiva.
El puente no surgirá solo, delante de sus ojos, debe ser construido. Y él se construye primero dentro de ustedes, en la transparencia del corazón, en la firme voluntad de estar unidos con Dios y unos con otros. La unidad es una gran herramienta del camino evolutivo, una herramienta que les permite juntos construir puentes que no solo les servirán a sí mismos, sino también a toda la Creación.
Por eso, comiencen con la intención de estar unidos, verdaderamente unidos. Busquen dentro de ustedes la comprensión de estos tiempos, comprender el dolor y la miseria ajena, orar por sus hermanos, amar a sus enemigos, servir a los egoístas, ser humilde ante los orgullosos, silenciarse para escuchar a los que quieren hablar, darles paso a los que quieren ir al frente, permitir que el otro crezca, porque ustedes no disminuyen cuando el otro crece.
Ustedes crecen en espíritu y en verdad cuando colaboran en la evolución, unos de otros; cuando se alegran de los triunfos, unos de otros; cuando caminan juntos sin protagonismos, sin necesidad de sobresalir, construyen juntos una obra que hoy no existe en la humanidad y que debe comenzar a existir, porque es a través de estos principios que podrán soportar los tiempos que vendrán.
Hoy, quisiera conducirlos a un Espacio Celestial, quisiera construir con Mis propias manos el puente que les falta para llegar a Dios. Pero el Creador no Me permite hacer esto, porque la perfección de Su Proyecto yace en el esfuerzo y en la persistencia que cada una de Sus Criaturas hace para llegar a Su Corazón.
Así como Yo no puedo construir ese puente por ustedes, ustedes tampoco pueden construirlo para otros, solamente para sí mismos. Sin embargo, cada vez que un ser humano construye ese puente verdadero, sólido, que lo conduce a Dios, crea un camino en la consciencia humana como un todo, para que más seres encuentren la forma de recorrer ese camino, de construir ese puente.
¿Cuántas veces ya les dije que la transformación de la propia consciencia es el mayor servicio que pueden prestar en este tiempo?
Pero sus ojos, aún tan humanos, buscan propósitos grandiosos, metas inalcanzables, perfecciones que creen que son la única verdad, la única forma de demostrar la evolución, ciencias, misterios que engrandecen el conocimiento, que ennoblecen la consciencia, pero que solos no construyen la transformación humana.
El conocimiento debe caminar junto con la transformación diaria, con las acciones verdaderas de servicio, de abnegación, de oración, de súplica por el prójimo, de alegría por el triunfo de sus hermanos, de acompañamiento del crecimiento del prójimo.
El conocimiento debe caminar junto con acciones verdaderas de amor; porque es de esa forma que el Cielo se manifiesta en la Tierra, es de esa forma que los milagros acontecen dentro de las consciencias, que la cura se expresa, que la redención se realiza: pequeños actos de amor, verdaderos actos de transparencia, verdadera rendición, verdadera humildad.
Sé que la humildad es un gran misterio y que aquellos que son humildes jamás lo sabrán, pero esa debe ser una aspiración de sus corazones, deben ejercitarla todos los días. Aunque no perciban ningún cambio, aunque aún sientan la agitación de la condición humana, de las pruebas, el dolor de las caídas, la dureza de los muros; aun así, hijos, deben continuar caminando, porque, cuando menos lo esperen, ese Propósito estará realizado en su interior. Y, aunque no lo vean con sus ojos humanos, existe una Mirada Divina que todo lo ve, que lee el corazón de Sus Criaturas, que contempla las intenciones más profundas de Sus Hijos; y es allí, en lo profundo y en lo oculto, en donde el Propósito se realiza.
No vengo aquí a traerles palabras de esperanza, vengo a traerles palabras de consciencia, palabras de elevación que los retiren un poco de la condición humana y que los coloquen un poco en el Propósito Divino; mas, ese Propósito es simple.
No hablo de esta forma para que el camino les parezca fácil. Hay una gran diferencia entre que sea fácil y que sea simple. No, hijos, ese camino no es fácil. Es un camino de muchas piedras, es un camino de eterna ascensión, es un camino de mucho esfuerzo, de profundos dolores, de desconocido sufrimiento, de profundo sacrificio y de una completa transformación.
Mas, es un camino simple que debe ser encontrado en las cosas simples de la vida, en la posibilidad de servir, de amar, de silenciarse cuando quieren juzgar, de orar cuando no consiguen parar de criticar, de ofrecer una oración por aquellos que les causan algún rencor, de ofrecer algún servicio por aquellos que despiertan dentro de ustedes alguna rabia.
Ese camino es simple, sin embargo profundo, y debe ser visto a través de sus vidas. Hoy, ya no basta vivir ese camino en el propio interior, deben comenzar a manifestarlo. La humanidad necesita de ejemplos y ser ejemplo es un gran servicio, al que son llamados a vivir hoy.
Si quieren saber cuál es su misión, hoy, les doy una misión: sean un ejemplo de transformación para la humanidad; sean un ejemplo de amor, de servicio, de entrega, de oración; sean un ejemplo de caridad; sean un ejemplo para sus hijos, sean un ejemplo para sus padres; ejemplos de perdón, de ir más allá de todos los errores, de todos los dolores, de todos los traumas vividos, para conocer un Amor Mayor.
Colóquense por encima del conflicto, colóquense por encima del caos, colóquense en la vibración del perdón, porque ese perdón que proviene de la Fuente Divina es el que curará sus corazones y les permitirá amar lo que es imperdonable para la mente humana.
Hoy, Yo les traigo una Gracia, la Gracia de ser consecuentes. Pero esta Gracia debe volverse vida, y se hace vida a través del Rayo de la Voluntad, la Voluntad y el Poder de Dios que Sus Hijos son capaces de atraer hacia la Tierra.
Despiértense todos los días y afírmenle al Creador:
Padre, aquí está Tu hijo.
Manifiesta en mí Tu Voluntad,
manifiesta en mí Tu Poder.
Que mi vida sea Tu reflejo.
Que mis acciones reflejen Tu Misericordia.
Que mis pensamientos y sentimientos reflejen Tu Amor.
Que mi intención sea transparente.
Que mis acciones sean verdaderas.
Que mi ser sea Tu instrumento.
Que mi consciencia esté en Ti.
Y así, día a día, hijos, afirmen esta Voluntad, afirmen este Poder. Crean en la Gracia que los Mensajeros Divinos les traen. Sus corazones guardan un gran tesoro que, a lo largo de los últimos quince años, fueron acumulando para que hoy este tesoro pueda ser vertido en el mundo.
No sean ricos y egoístas, sean servidores. No dejen que las riquezas celestiales permanezcan en el corazón, en un cofre cerrado con siete llaves.
Multipliquen estos dones a través de la acción y de la oración. Dónenles a los demás lo que hay dentro de ustedes y descubrirán el potencial de lo que es ser un ser humano.
Tienen Mi bendición para esto.
Que se arrodillen aquí los que hoy se consagrarán como Hijos y Amigos de San José.
A Mis Hijos y Amigos, Yo les pido: no se olviden de que Soy su padre e intercesor; no se olviden de que camino con ustedes, de que escucho sus oraciones, de que aguardo para interceder por sus familias, por sus espíritus, por sus planes, por sus intenciones sinceras, por sus oraciones profundas, por las causas imposibles e impensables; porque el milagro, hijos, nace de la fe de que Dios camina a su lado.
El milagro es la manifestación del Amor Divino, y es posible siempre y cuando sus corazones se unan a la Voluntad de Dios, y esa Voluntad se realiza en sus vidas para que den testimonio de ella.
A Mis Hijos y Amigos, Yo les pido: oren por sus familias, oren por las familias del mundo, oren unos por otros, para que el propósito de esta Obra se realice, para que el propósito humano se realice.
Siempre que estén ante algo que les parece inalcanzable, pidan Mi auxilio y Yo los ayudaré; porque, como ser humano e hijo de Dios, Yo también estuve ante muchas cosas que pensé que eran inalcanzables; pero el Creador Me mostró que existe un potencial dentro de cada ser, que se expresa a través del amor y que vuelve posible las cosas imposibles.
Por eso, hoy, intercedo por ustedes; les doy Mi paz, Mi bendición; los consagro como Mis Hijos y Amigos para que caminen Conmigo, como también con la Sagrada Familia de Nazaret, que caminen con la Virgen María, que caminen con Cristo Jesús, que sus vidas sean el testimonio de una nueva vida.
Tienen Mi bendición, Mi Gracia y Mi paz para esto.
Traigan aquí incienso y agua bendita.
Que esta agua los purifique de todo desamor, de toda ignorancia, de toda indiferencia y falta de fe. Que esta agua los limpie de toda desesperanza, de toda falta de perdón, de toda incapacidad de caminar. Que esta agua los renueve y los consagre, por la intercesión de Mi Casto Corazón, con las celestiales bendiciones que hoy les traigo del Cielo.
Con este incienso los purifico, los transmuto y los limpio; los ofrezco en el Altar de Dios para que sean renovados por el Espíritu, el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo. Y que, así como un día Mi Hijo Me hizo conocer la pureza y el Propósito Divino, ustedes sean dignos de vivir la pureza y de expresar el Propósito de Dios.
Recuerden, hijos, que allí donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia; y ya no miren al pasado, sino al potencial que tienen de dar testimonio de la transformación.
Sigan adelante, caminando siempre hacia adelante, construyendo siempre este puente que los une al Corazón de Dios.
Yo les agradezco y los bendigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sigan en paz.
Ve, hijo, en auxilio de las almas que sufren; de las almas que, en la soledad de su corazón, cargan el peso de la desesperanza, del desespero, del desaliento; almas que están buscando un sentido para su propia vida y que necesitan auxilio para reencontrar la Luz del Propósito Divino.
Ve en auxilio de las almas y dale sentido a tu existencia a través del servicio, de la oración y de los Sacramentos que conducen a las esencias al reencuentro con su origen divino.
Ve en auxilio de las almas, escucha a los corazones que sufren, quédate al lado de los que necesitan ser sustentados para no caer en los abismos que están tan cerca de sus pies.
Sostiene de la mano, a través de la oración verdadera, a los Hijos de Dios que necesitan retornar al hogar. Sé un puente para que esas almas reencuentren el camino de la Morada Celestial.
Ve, hijo, ve en auxilio de las almas solitarias y desamparadas, de los que se comprometieron con Cristo, pero que se perdieron en las aguas turbias y agitadas del final de los tiempos.
Que tu corazón sea una isla de salvación, que tu espíritu sea el puente y la puerta para que los que necesitan rescate puedan ser ayudados. Esto es a lo que eres llamado a vivir hoy.
En el vacío de ti mismo, permite que Cristo te use como Su instrumento, porque las únicas cosas que rescatarán a las almas en este tiempo son la Unidad y el Amor. Estas son las dos llaves que encienden la Luz de un mundo interior que está en la oscuridad; esta es la mano que se extiende hacia un alma aprisionada en abismos profundos.
Por eso, en la virtud del servicio, ejercita los dones del Amor y de la Unidad, porque las almas necesitan rescate y Luz en este mundo que se apaga de adentro hacia afuera.
En tiempos de un caos cada vez mayor, sé un puente de Amor y Unidad para las almas.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Yo Soy la Señora del Camino, la Madre que camina al lado de Sus hijos para guiarlos y conducirlos hacia Dios.
Soy la Señora del Camino, la Madre que ilumina los senderos de los Hijos de Dios.
Soy la Señora del Camino, la Madre que va abriendo las puertas y los corazones para que sean tocados por el Amor de Dios.
Soy la Señora del Camino, la Madre que protege la senda de los que siguen las Huellas de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que auxilia y da socorro a quien Me lo pide, Soy la que acompaña, internamente, el camino de los apóstoles y servidores de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que sostiene en silencio la transformación del corazón humano, Soy la Madre que contempla cada paso honesto y verdadero de los que se rinden a Mi Amado Hijo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre de los pies descalzos. Soy la Esclava del Señor, Soy la que se ofrece perpetuamente para guiar a los rebaños de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que desvía de Sus hijos los abismos y las trampas del enemigo, Soy la que disipa las tinieblas del camino de Mis hijos a través del Amor de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que, con paciencia y en oración, espera que todos los compañeros de Cristo lleguen a la meta de su senda interior.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que los acompaña en cada momento de la vida, porque Mi deseo es que todos a través de sus caminos lleguen a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Delante de lo que sucede en el mundo, Dios está en silencio y, una vez más, Él envía a Su Hijo para ayudar a los que más necesitan y, especialmente, a los que atraviesan las guerras, la esclavitud y el tráfico de personas.
Hoy, su Maestro y Señor se encuentra en los planos internos en esos lugares y se sirve de este potente canal de Luz del Centro Mariano de Figueira para poder llevarles a las almas que más necesitan el consuelo y la paz, el amor y la esperanza, que, entre hermanos de una misma humanidad y planeta, son disueltos a través de las guerras y conflictos.
Vean ahora Mi Corazón Espinado, horriblemente ultrajado por los que son impunes y no aceptan vivir la Ley de Dios, por aquellos que someten a sus hermanos de las naciones y de los pueblos. Yo vengo por todos ellos. Vengo por el último y por el más perdido, porque todos son rescatables para Mi Corazón, aunque en las apariencias parezca imposible.
En este tercer impulso que hoy les traigo, no solo los preparo para la próxima Sagrada Semana, sino también los preparo para asumir con responsabilidad el Plan de Dios, para que sepan que ahora lo más importante es que cada una de sus vidas esté confirmada a Mí, porque ya no tengo recursos para justificar los errores del mundo.
Por eso, necesito de almas decididas y definidas. Necesito de almas que se ofrezcan a ser víctimas de Mi Amor y que no solo se dejen traspasar por Mi Amor, sino también por Mi Voluntad, porque será a través de los pequeños grupos de almas que Su Maestro y Señor llevará adelante Su Retorno al mundo.
Por eso, en este momento, Yo necesito que sean valientes, que asuman Conmigo lo que hay que asumir y soportar. No hablo de algo externo, sino de algo profundo, en donde Su Maestro y Señor trabaja por las almas y por las esencias, por todos aquellos que necesitan de una oportunidad.
Esa debería ser su regla: que trabajen para Mí, que Me sirvan y que se entreguen a Mi Corazón, para que en este momento agudo del planeta en donde todo está permitido, las almas tengan una oportunidad, así como ustedes la tuvieron Conmigo desde el principio que los convoqué a estar a Mi lado.
Para eso, los invito a ofrecer cada una de sus pruebas, cada uno de sus desiertos, hasta cada una de sus incomodidades, por una sola razón: para que Su Maestro y Señor, ante el Padre Eterno, tenga cómo justificar los graves pecados de la humanidad, para que esta situación del fin de los tiempos no se vuelva incontrolable e insostenible, sino que a través de pequeños grupos de almas, de almas que se postulen a ser víctimas de Mi Amor, una vez más, Yo pueda interceder por el mundo de la misma forma que intercedí hace dos mil años atrás.
Tomen como ejemplo lo que pasó hace dos mil años atrás con la humanidad y en el punto en el que la humanidad se encontraba, no solo desde el punto de vista material, sino también espiritual.
Ahora, la humanidad está en una situación más grave y compleja, y el Espinado Corazón de Su Maestro y Señor necesita de almas valientes y dispuestas a soportar la cruz de este mundo, una cruz invisible, imperceptible y silenciosa, que solo se sostiene por amor, para que los que están condenados y perdidos tengan una última oportunidad.
Por eso, les pedí hasta hace poco tiempo que tuvieran el corazón pronto. Esto no es una poesía, es una afirmación de una consciencia que es responsable en Cristo y por Cristo, de una consciencia que tiene la sabiduría y el discernimiento para darse cuenta de que la humanidad se está precipitando rápidamente y que muchas de las situaciones, que hoy suceden en el mundo y en las naciones, son creadas por la propia humanidad, por aquellos que son impunes y que creen tener el poder por encima de Dios.
Sé que muchos se han preguntado en estos tiempos, ante una guerra como la de Ucrania, ante una guerra como la de Yemen, la guerra de Etiopía o la de la ultrajada Siria, ¿dónde está el Poder de Dios para derrotar a esos hombres impíos?
Aquí, Dios no desafía a nadie, Dios no ostenta nada ante nadie, sino no sería Dios. Es un Padre de Amor y de Misericordia, que a través de estos dos atributos Él traza la Justicia para el mundo en la hora cierta y en el momento oportuno.
Por eso, todo lo que hoy sucede en el mundo algún día terminará. Ustedes, como Mis apóstoles y compañeros confirmados, deben seguir orando con fervor y no permitir que su oración se enfríe o hasta se desvanezca; porque, en este momento, la unión de las almas a través del verbo orante es imprescindible para todo lo que sucederá.
Tengan confianza y fe en todo lo que les estoy diciendo, comprendan que no les puedo decir más que esto, porque la Voluntad de Dios solo es conocida por el propio Dios, por Su propio Hijo y por el Espíritu Santo. Pero si ustedes siguen amando lo desconocido, lo que es inmaterial, desde esos niveles de consciencia llegarán los auxilios que ustedes y sus hermanos necesiten, y les aseguro que ustedes sabrán en dónde estar y qué hacer en el momento cierto.
Este es un tiempo de un dolor crecido y agudizado, de un sufrimiento causado a la humanidad y a los pueblos a través de la impunidad y de la corrupción, que el Padre nunca había visto. Es que el propio Padre Eterno se ha dado cuenta hasta dónde pueden llegar Sus hijos cuando están viciados por el poder y la impunidad.
Pero tengan presente que todas esas situaciones o acciones no pueden ir más allá de lo material, que por encima de todas estas cosas está la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de todas Sus Jerarquías Angélicas y Arcangélicas que, en este momento de la humanidad, trabajan de forma incansable en los planos internos para proteger las esencias del mundo entero, a todas las esencias posibles.
¿Ahora comprenden la importancia de su oración en estos tiempos?
La verdadera victoria que alcanzó Cristo en la Cruz no se dio de forma externa, sino interna, y esa victoria se construyó a través del silencio, irradiando la Paz y el Amor para los que lo crucificaron y lo condenaron.
Los invito a amar ese misterio, pero no esperen que ese misterio se revele; vivan ese misterio en sus vidas y ustedes por sí mismos lo develarán, porque aprenderán a amar como Yo amé, aprenderán a perdonar como Yo los he perdonado, y así sabrán curar las heridas más profundas en sí mismos y en sus hermanos.
Hoy, les vengo a decir todo esto porque Mi Padre ha visto que hay almas que habiendo recibido todo de su Maestro y Señor no lo han valorado, le han dado la espalda a su Redentor por sus propias resistencias y miedos y, a pesar de estar a Mi lado hace tanto tiempo, Mi Amor no tocó sus corazones.
¿Quién pagará esta deuda?
Todo lo que viene del Universo no se desperdicia. Aprendan a vivir en la economía espiritual que los lleva a administrar, con sabiduría y entendimiento, los impulsos que vienen de la Jerarquía, impulsos preciosos y determinantes que solo intentan elevar sus conciencias cada día más, para que algún día comprendan y sepan sobre la Voluntad de Dios.
Hoy, Me alegro por estar aquí con los Míos y con los consecuentes, con aquellos que a pesar de sus propias imperfecciones intentan, todos los días, seguir Mis huellas, las huellas de Luz del Redentor, animándose a profundizar en los grados de amor y de entrega, animándose a ser los Cristos del Nuevo Tiempo.
Por eso, más allá de todo lo que sucede en el mundo y que es muy doloroso para Mí como para ustedes, siempre vean la Luz, la Luz de Cristo, más allá de las tinieblas. Sigan esa Luz, tengan como propósito la Luz de Mi Corazón; y, a través de esa concentración en la Luz de Cristo, cierren Conmigo las puertas al mal y lleven a las almas más oscurecidas de este mundo a que vuelvan a encontrar el océano de Mi Misericordia, porque solo a través de la Misericordia el mundo se redimirá.
Este Corazón Espinado de Cristo, que hoy les expongo, ahora es un Corazón Luminoso, un Corazón lleno del Amor de Dios por las almas, un Corazón que cura y que sana, un Corazón que redime, que les trae la paz y el consuelo que cada uno necesita.
Así, anímense a seguir cargando con la cruz por el mundo, anímense a ser valientes y a seguir los pasos que Yo les estoy indicando, porque como les dije, hace un tiempo atrás, harán más cosas que las que Yo hice, cosas más grandes que las que hizo su Maestro y Señor. Por eso, también les digo que deben tener sus corazones prontos para hacer cosas más grandes que las que Yo hice; y cuando las estén viviendo una a una, recordarán lo que hoy les dije.
Es así, que Yo los invito a amar la simplicidad para que este mundo pueda recuperar su inocencia. Yo los invito a amar la pureza para que este mundo pueda recuperar el amor. Yo los invito a adorarme, a reconocerme en los Sacramentos y en el corazón de cada hermano, para que este mundo recupere la esperanza que ha sido condicionada y sepultada por los impunes.
Pero cuando Yo retorne, así como retornaré durante la próxima Sagrada Semana, cada una de sus almas, cada uno de sus espíritus, tendrá la oportunidad y la Gracia de vivir la síntesis Conmigo. Una síntesis espiritual que les recuerde todos los impulsos recibidos de Mi Corazón a través de los tiempos.
Eso los preparará para lo que llegará, y así los podré tener donde los necesito, en diferentes lugares del mundo para transmutar Conmigo, para que las almas se liberen de su esclavitud material y espiritual, y así cuando Yo retorne en Gloria, mostrando Mi verdadera Faz, la Faz del Cristo Solar y Cósmico, todas las almas Me puedan reconocer.
Porque, en esa hora, les prometo que ya no existirá angustia, pena o desesperación, sino existirá una alegría que brotará de los corazones simples y humildes, de los corazones que perseveraron en Mí y a través de Mí; y Yo los reuniré para darles de comer de Mi Glorificado Cuerpo y para darles de beber de Mi Preciosa Sangre, del Cáliz que señalará la gran hora de la redención planetaria, en la que el mal será retirado y el Reino de Dios volverá a descender a través de Mi Madre Celeste y de todas las Huestes de Luz que celebrarán con la Nueva Raza el surgimiento de una Nueva Humanidad.
Para que puedan comprender físicamente este tercer impulso que hoy les traigo, los invito a celebrar Conmigo la Eucaristía. Y hoy, de manera especial, invitaré a este altar a todas las Madres de la Orden que están aquí presentes, para que se ofrezcan por las madres de la guerra, para que esas madres que sufren los conflictos y las persecuciones tengan la fuerza y la esperanza de seguir adelante.
Celebremos en paz.
A los pies de la destrucción de este mundo, nos ofrecemos como víctimas del Amor de Dios para que Mi Sagrado Corazón triunfe en este planeta y en todas las almas que más necesitan, en esta hora, del consuelo y del perdón. Que así sea.
Así como fue en la noche que reuní a Mis apóstoles para revelarles el Misterio de Mi Amor, hoy reúno a todos los apóstoles del fin de los tiempos ante el preámbulo de esta próxima Sagrada Semana; para que, a través de la institución de la Eucaristía y de la celebración del Misterio del Amor de Dios, todas las almas posibles se preparen para ese importante encuentro Conmigo.
Bendice, Señor, este vino que se convertirá en Mi Sangre.
Bendice, Señor, esta agua que, en unidad perfecta, bendecirá a las almas.
Adonai, Tú que eres Santo,
Amoroso, Poderoso e Invencible,
no mires los horrores de este mundo,
sino la fidelidad de las almas,
de aquellos que a pesar de sus pruebas
e incertidumbres siguen firmes Mi Camino,
el Camino que los lleva hacia Mi Paz,
y que esta celebración Eucarística
sirva de comunión con todas las almas
que siempre Me dicen sí.
Que esto, Padre, consuele Tu Corazón.
Delante de los Universos Celestiales, así como fue en la Última Cena, Padre Amado, vuelvo a tomar el pan para ofrecértelo, a fin de que sea transubstanciado en Mi Cuerpo por los ángeles del Cielo; y así, lo vuelvo a partir, para ofrecerlo a Mis compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres, para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.
De la misma forma, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos para ofrecerlo al Padre Eterno, a fin de que el vino sea transubstanciado en Mi Sangre; y así, lo vuelvo a ofrecer a Mis compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.
He aquí Mi Cuerpo y Mi Sangre, felices los que se sirven de este Sacramento y lo ofrecen por aquellos que no lo viven, que no lo adoran y que no lo reconocen, a fin de que Mi Divina Misericordia, insondable e inextinguible, llegue a todas las almas posibles.
Ofrezcamos este Sacramento por las madres de la guerra, para que el espíritu sagrado de la maternidad, concebido por la Sagrada Energía Femenina, se reconstruya y se restablezca, a fin de que todos los hijos de Dios se sientan amados y protegidos por sus madres de la Tierra.
Oremos:
Padre Nuestro, en arameo.
Así como Mi Paz está en este lugar, que esta Paz se expanda y se multiplique en toda la Tierra, para que los mundos internos reconozcan al Cristo Vivo. Que la Paz descienda a la Tierra.
Y los invito a fortalecer su fe así como la fortaleció el centurión romano, porque su propia fe curó a su siervo. Los invito a pensar en esto.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Con la alegría de este encuentro y de este reencuentro de las almas postulantes a ser víctimas de Mi Amor, les anunciamos a todos los hermanos del planeta, a todos los devotos del Sagrado Corazón de Jesús, la Comunión Espiritual.
Oremos, así como oró el Ángel de la Paz:
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido;
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
He cumplido Mi promesa, sus corazones están prontos a través de los tres impulsos recibidos para vivir una síntesis espiritual Conmigo en la próxima Sagrada Semana. Solo les pido una cosa, nunca dejen de ser valientes por Mí, así aprenderán a superarse y a trascenderse todos los días.
Les agradezco por este recibimiento y este amor interior. Hoy, la Sagrada Figueira vuelve a iluminar al mundo.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cerramos este trabajo con Cristo, en silencio y recogimiento. Y nos preparamos para recibir mañana, con mucha alegría, a nuestro amado Instructor San José.
Podemos ir en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amados hijos:
Hoy regreso a un mundo aún sufrido y maltratado por todo lo que vive.
Les pido que vengan a Mí para que Yo los pueda guardar en Mi Corazón Inmaculado.
No tengo nada más que ofrecerles que el Templo Sagrado de Mi Corazón en donde podrán vivir, en unión Conmigo, el encuentro con Mi Hijo y así estar en el Amor de Dios.
La humanidad cada vez más demora en dar sus pasos, cada vez retrocede más.
Este es el tiempo de la purificación, es el tiempo de la definición, es el tiempo final.
Lo que está escrito por Dios aún está esperando para poder cumplirse en muchos, pero en muchos corazones; y esto que fue escrito una vez por la Mano del Padre Eterno pueda realizarse a través de la redención de sus vidas, de la conversión de sus corazones, de vivir y de aprender sobre la Ley y la obediencia. Sé que millones de hijos Míos en el mundo están muy lejos de esto, en este momento.
Les puedo ofrecer todo Mi Ser y toda Mi Consciencia como un puente, pero también como un portal para llegar a Dios, para que Mis hijos no se sigan perdiendo, no se sigan separando de la Verdad, de la Luz.
Este es el tiempo, hijos Míos, en el que cada soldado de Mi Inmaculado Corazón deberá responderle a Dios, después de haber sido instruido, durante tantos años, por Nuestras Palabras, por Nuestros Mensajes.
Es en este momento en el que cada uno de ustedes, soldados Míos, deberá hacer brillar la estrella en su corazón, aquel compromiso que surgió desde el Origen de los orígenes, desde el momento en que los Padres Creadores pensaron en su manifestación y existencia.
Con esto, quiero decirle a cada uno de ustedes que podrán percibir y reconocer que el camino y la trayectoria que vivieron, hasta los tiempos de hoy, ha sido muy larga. Ha sido un camino de muchos desafíos, pero también de muchas pruebas, de diferentes experiencias y escuelas, de muchas academias. Pero este es el tiempo culminante, en el que cada uno deberá darle valor al compromiso que ha firmado con Cristo, Mi Hijo, y así con el universo.
No es solo a través de las palabras que podrán vivir ese compromiso, sino también a través de la experiencia, de la acción, de la concreción de la Voluntad de Dios en este plano material.
Que toda su consciencia y todos sus cuerpos participen de esa experiencia, haciéndola cada día más consciente y real en ustedes; porque esa será la única forma de que el planeta se sostendrá, cuando existan columnas, pilares de luz de Mi Hijo, sobre la superficie de este planeta. Y como ha sido en otros tiempos, en otras generaciones, en otras humanidades, con pocos se sostendrá toda la humanidad.
Hay una parte de sus consciencias que no conoce el misterio, que no conoce la situación real de la humanidad, la realidad que los ojos no consiguen ver ni profundizar, porque todo proviene del espíritu y desde el espíritu, desde el centro de la existencia, fue de donde surgieron todas las experiencias y situaciones.
Con esto podrán comprender que sus consciencias no son espíritus nuevos, sino espíritus antiguos que vinieron a este planeta para recibir una oportunidad incalculable y que hasta ahora no es reconocida, porque para tomar conocimiento de esa realidad, deben vivir su compromiso.
Es así que los velos de la consciencia caerán de sus ojos, ya no cubrirán su visión, sino que recibirán los impulsos para poder dar los pasos que necesiten dar.
Ahora que el tiempo cambia rápidamente y los acontecimientos también, no deben desaprovechar las oportunidades que les brinda la Jerarquía.
Porque todo lo que estará llegando en los próximos tiempos serán movimientos muy fuertes para la humanidad; y si sus consciencias están preparadas, ayudarán internamente a que las demás consciencias del planeta, que viven en ignorancia, puedan estar preparadas en algún nivel del ser.
Su ofrecimiento verdadero al Plan de Dios repercute en las oportunidades y en las posibilidades del resto de la humanidad para que pueda recibir una Gracia extraordinaria, no merecida; para que pueda recibir un perdón extraordinario, no concedido por todo lo que hace.
Las oraciones abren, en este momento, las puertas del universo en este período de transición difícil.
Su atención, y especialmente su corazón, debe estar en los Cielos y si eso es así, estarán con Nosotros en el universo, dentro de la verdadera realidad cósmica y allí, a través de Nuestros impulsos, participarán de los comandos que dicta el universo y que son parte de una gran red espiritual e interna de operaciones en auxilio de la humanidad y, sobre todo, del planeta.
Así, podrán comprender una vez más que no están solos, nunca lo estuvieron y nunca lo estarán.
Entonces, abran sus consciencias, abran sus corazones y permitan que la realidad mayor llegue a ustedes para transformarlos, para colocarlos en el camino correcto, para que puedan servir de verdad y sin demoras.
Su contacto interior es la gran llave en este momento, para fortalecerlos y liberarlos de las tentaciones, de los asedios, de la inestabilidad planetaria.
Ese contacto interno depende solamente de cada uno de ustedes, porque el universo, la Fuente y la Vida Mayor están allí a la espera de que den sus pasos y así puedan comulgar, una y otra vez, de la Verdad, del Principio Matriz de la energía cósmica, del impulso mayor de la Fuente.
Porque todo lo que sucederá en la superficie de la Tierra será muy intenso y ya no pueden estar dormidos físicamente ni tampoco espiritualmente.
Deben reconocer las señales que el planeta les está dando a través de la naturaleza. Él se prepara para vivir su gran y último parto, porque antes de que nazca el Nuevo Hombre o la Nueva Humanidad, el planeta tiene que estar liberado de sus condiciones retrógradas y de todo lo que lo arrastra hacia el abismo de la consciencia mundial.
Estos son tiempos de conocer varias realidades, pero también son tiempos de no perder las oportunidades, porque son únicas. Como ya les hemos dicho, esas oportunidades no se repetirán.
Esas oportunidades no se repetirán porque ante la Ley, la humanidad no las merece, ya que su injusticia es muy grande y su indiferencia es muy abarcadora.
Tengan presente, hijos Míos, que la Nueva Tierra nacerá primero dentro de cada uno, en su estado de consciencia y de sintonía, en su estado de oración y de unión con la Fuente. Es allí en donde surgirá primero la humanidad, no en el exterior, no en los fenómenos, no en las materializaciones que muchos de Mis hijos esperan algún día.
La Nueva Humanidad surgirá como surgió la Sagrada Familia, que fue enviada a la Tierra para la gran misión de la encarnación del Mesías, el Redentor.
En los momentos más difíciles vendrá, desde el universo, el gran auxilio para todos aquellos que estén dentro de la correspondencia con la Ley y no en las infracciones; porque en algún momento, inevitablemente, la Misericordia dará espacio a la Justicia Divina.
Y será en esa hora, en ese momento, que sus compromisos deberán estar afirmados en lo que han decidido vivir y practicar, en lo que eligieron para el resto de sus vidas.
Mientras tanto, su Madre Celeste sigue orando, continúa suplicando, intenta interceder ante las causas y situaciones imposibles pero también inexplicables.
Todas las Apariciones sucedidas a lo largo de la historia de la humanidad completaron muchísimas intervenciones de la Divinidad en esta raza; y la extensión del tiempo de Mi Presencia, en el mundo y entre ustedes, demuestra una gran necesidad planetaria y divina.
Es una concesión que el Padre Eterno le otorga a la Madre del mundo, sabiendo que la humanidad está fuera de la Ley, de la armonía, de la paz, de la justicia y del equilibrio dentro de la gran base de la falta de fraternidad, no solo humana, sino también espiritual.
Ante este panorama del fin de los tiempos, al cual muchos le tienen miedo, les digo, hijos Míos: "Hagan lo que vinieron a hacer, cumplan lo que vinieron a cumplir".
Sus miedos no resolverán la situación de la humanidad y del planeta. Sus miedos solo afirmarán la concreción de los planes de Mi adversario en esta gran red de sufrimiento que él ha gestado por medio de ustedes.
No se engañen más. Sean sinceros con ustedes mismos y cumplan su palabra, no la trasgredan; porque cuando su palabra es trasgredida y no se cumple, los mundos internos de sus hermanos se quiebran y no confían.
Ustedes son testigos de que, desde los tiempos más antiguos del planeta hasta ahora, la Palabra de Dios ha sido inquebrantable y ha guiado al pueblo de Dios muchas veces en el intento de encontrar la Tierra Prometida, que es el Reino de Dios dentro de cada uno de ustedes.
Este es el tiempo de sostener a la humanidad y al planeta.
Es el tiempo de que los soldados estén firmes y de que no sean arrastrados por las oscilaciones del mundo, por todo lo que ofrece la humanidad. Su verdadera y única alianza está en Cristo, Nuestro Señor, porque así estarán en el Corazón de Dios.
Tienen que saber que este es un tiempo de grandes evaluaciones internas y espirituales. Este es el tiempo en el que la Jerarquía estudia la actitud de la humanidad y el camino que ella toma, tan alejado del Padre Eterno.
Es allí y es en este momento en los que cada uno de ustedes, hijos Míos, tiene que hacer lo mejor, para que lo mejor pueda surgir y así el mal sea contrarrestado en la consciencia humana de la superficie de la Tierra.
Reciban este, Mi impulso, no como una advertencia, sino como una oportunidad de conscientización, de abrazar de una vez y para siempre la realidad, y de asumirla como servidores de Cristo.
El Plan está en sus manos, y él depende de su respuesta coherente y sabia.
Muchos, en los planos internos, esperan una oportunidad, especialmente aquellos que fueron golpeados por la pandemia y murieron por efecto de una intervención científica humana.
Este es el tiempo de ver la verdad dentro de sí y de no confundirse. Este es el tiempo de darle valor a los talentos que Mi Hijo depositó en cada uno, porque Sus parábolas se cumplirán. Él es el capataz que vendrá a pedirles a sus trabajadores de la viña los frutos que produjeron, porque de esos frutos Él hará nuevas todas las cosas.
Que este nuevo año que llega sea un año de confirmación, pero también de reflexión, de afirmación en la Jerarquía, porque el mundo sigue agonizando y seguirá agonizando hasta que decida dar el paso y cambiar, no por ustedes, sino por la humanidad, para que Mi Hijo retorne pronto, levante de las ruinas a los que están caídos y llame a Su encuentro a los que perdieron el camino por distracción.
De los miserables, Él hará poderosos.
De los ignorantes, Él hará entendidos.
De los olvidados, Él hará reconocidos.
De los pobres, Él hará ricos de espíritu.
De los enfermos, Él hará curadores.
De los que persistieron con Él hasta los días de hoy, Él hará valientes.
Y de todos, Él hará nacer los Nuevos Cristos.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llego a un mundo en caos y en sufrimiento, un mundo comprometido con las fuerzas del mal, sumergido en la desesperación, sin encontrar el camino de salida.
Llego a un mundo en desesperanza, con falta de fe y de fortaleza.
Contemplo a Mis hijos en sufrimiento y en un profundo dolor. Traigo del Cielo todo lo que necesitan para poder alcanzar la redención y vivir en Paz.
Por eso, deben rendirse al Plan de Dios, colocarse a Sus Pies para vivir algún día en Su Tierra Prometida, para vivir en el Nuevo Mundo, la Nueva Humanidad.
Estoy en oración por todas las situaciones que enfrentan y viven, por la enfermedad mundial que atraviesan, efecto de una gran desarmonía con el universo y la Ley, generado por la vida ilusoria y por la indiferencia.
Deben aprender a salir del sufrimiento. Deben aprender a encontrar el camino hacia la Luz. Deben retornar al Corazón del Padre Eterno que es la Fuente misma de toda la vida, de la regeneración y de la cura.
Pero tienen que rendirse y también tienen que ofrecerse para lo que Dios quiere realizar en cada una de sus vidas, para lo que Dios quiere construir en cada uno de sus corazones.
Él espera pacientemente que algún día le digan sí y que crucen el portal hacia Su Reino para que conozcan y sepan sobre la realidad que nunca vieron y que nunca conocieron.
Este es el tiempo más difícil de todos, de todos los tiempos que ya pasaron por este planeta y por esta humanidad. Pero este tiempo es así porque la humanidad lo genera.
Las profecías se cumplen porque la humanidad las atrae, las concreta por medio de sus acciones, por medio de sus pensamientos y sentimientos.
Las profecías podrían no realizarse ni concretarse, pero ellas están allí no como un castigo, sino como una advertencia, como una oportunidad de corregir a tiempo los caminos confusos de Mis hijos, de todos los seres de la Tierra.
La profecía no tiene religión, ella es parte del Sagrado Verbo, de la Divina Palabra, de la instrucción espiritual, del Mensaje de los Cielos. Por eso, deben saber que la profecía podría no cumplirse si sus actitudes y acciones fueran otras.
Si estuvieran en sintonía y en unión con el universo, trascenderían sus condiciones materiales y humanas, serían conducidos hacia la Verdad y podrían comprender mucho más de lo que saben o de lo que creen comprender en este tiempo.
Si cada uno de Mis hijos, en la superficie de este planeta, hiciera lo mismo, no serían necesarias las profecías.
Pero las profecías son anuncios que no solo advierten a la humanidad, sino que la llaman a estar más atenta y vigilante para no perder el camino y la oportunidad universal que le está siendo dada.
La humanidad atravesó un año de grandes dificultades, incógnitas y problemas, y aún lo sigue viviendo con total consciencia.
Pero sus mundos internos pueden estar en otra sintonía y al mismo tiempo en otra dimensión, pueden estar unidos a la realidad y a la Verdad Suprema, y así tendrán herramientas internas para atravesar estos tiempos difíciles.
La humanidad se ha desconectado de la Fuente. Por eso vive el sufrimiento, por eso vive la adversidad.
Son tiempos en los que esa conexión divina y verdadera, por medio de la oración, es fundamental.
No pueden cerrar la Fuente que les da el Agua de Vida para quitarles la sed en este gran desierto planetario. Deben colocarse aún más, deben disponerse para que esta Fuente penetre en lo más profundo de la consciencia y la renueve.
Pero sé que hasta en lo espiritual, Mis hijos en general, son confundidos, son desorientados, son retirados del Camino que les ofrece Mi Hijo, el Cristo, para su redención.
Las señales que da la Jerarquía son visibles, inalterables e inconfundibles.
Lo que hoy un ser humano puede ofrecer en la superficie de la Tierra es su propia condición, su propia situación interna, su purificación.
Por eso, deben tener en cuenta que no todo es de la Luz. La Luz es una Fuente directa, penetra en lo más profundo del ser y lo lleva al cambio, nunca a la comodidad ni a lo estático, nunca a lo inerte ni tampoco a lo que es indiferente.
La Luz Divina, que es única, los puede curar en todos los sentidos y en todos los planos.
Es a esa Fuente Divina a la que la humanidad deberá rendirse en este tiempo porque, de lo contrario, no llegará la cura.
La humanidad debe enmendar sus errores, debe reconstruir lo que ha destruido con sus acciones, no solo en la propia humanidad, sino también en los Reinos de la Naturaleza, en toda la Creación.
Rezo todo el tiempo para que puedan alcanzarlo, hijos Míos, porque sé que lo pueden hacer. Y eso es lo más fuerte para la Jerarquía porque lo pueden hacer, y hay muchos hijos Míos que no lo hacen, que no lo determinan, que no dan el último y gran paso.
Mi Hijo espera que esa construcción interna esté establecida en la mayoría de los seres humanos sin importar la religión, pero que sea una construcción interna verdadera que los lleve a reflejar en sus vidas la Fuente Suprema.
Así, Mi Hijo tendrá Sus pilares sobre la superficie de la Tierra para poder llevar adelante Su gran operación, a fin de desagotar al planeta y a la humanidad de sus condiciones adversas y retrógradas, a fin de establecer el Reino de Dios en un Proyecto Universal muy complejo y ostentado.
Pero recuerden que ustedes son parte de un universo, de una vida universal, que no se ve con los ojos físicos, sino que se siente con el alma, con el corazón, que puede vibrar en el mundo interior de cada ser.
De esa vida universal siempre ha venido el auxilio para todas las razas que pasaron por este planeta, como para otras humanidades en este universo.
Esas corrientes del universo que pueden auxiliar a la humanidad, y que siempre vienen en auxilio de toda la vida, son corrientes inmutables. Es en ellas en donde, hijos Míos, deben colocar su aspiración para que sus consciencias sean cada vez más elevadas, para que aprendan a no ser sometidos por el caos y por la oscuridad, para que hagan triunfar el Plan de Cristo a través de sus vidas, de su redención.
Mientras tanto el universo espiritual se moviliza, colabora y auxilia en situaciones desconocidas de la humanidad, con el propósito de aliviar al mundo y a la consciencia terrestre, con el propósito de que se abran las puertas hacia el cosmos para que muchos más puedan despertar y ver la realidad, tal cual la conocieron en otros tiempos, con el propósito de que los velos de la consciencia sean retirados para que puedan recordar y así saber que están aquí por una Voluntad Mayor.
En este día, en el que se recuerda y se prepara el Nacimiento de Cristo, que las familias del mundo sean el centro de la oración, para que la célula del Proyecto de Dios, la célula más importante, esté protegida y cuidada del caos del mundo.
Hoy las familias del mundo viven sus grandes destierros, exilios y crisis de todas las formas. Pues si Mi adversario las destruye, el Proyecto de Dios en la familia desaparecerá.
Pero Yo estoy aquí y soy su Madre, la Madre de las familias, la Madre de la humanidad, la Gobernanta de las esencias del mundo.
Hijos, hagan su parte y el auxilio llegará. No será necesario atravesar más el sufrimiento, sino encontrar la calma de haber entrado en comunión con la Paz.
Oremos para que la ayuda angélica socorra, en este momento, al mundo y lleve a la humanidad a la cura y a la paz para que Cristo, en este año, pueda nacer en los corazones humildes y simples, en los que confían en Su Retorno.
Jerarquía Divina de ángeles y arcángeles
Te abrimos la puerta, que ingrese la Luz.
En nombre de la humanidad, invocamos ahora
Tu cósmica intervención.
Amén.
(se repite tres veces)
Que los nudos de la consciencia sean desatados.
Que las amarras sean retiradas de los pies de los caminantes.
Que los peregrinos se conviertan en palomas de luz para llegar hasta la Fuente y fundirse en ella a fin de concretar el Plan.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy oro para que el Inmaculado Corazón de María ampare en Su interior a las almas perdidas, las que no encuentran el sentido de la propia vida, las que están confusas y no saben el motivo de existir, a las que no conocen el Amor y la Gracia de Dios.
Hoy oro para que el Inmaculado Corazón de María acoja en Su interior a las almas frágiles, a las que luchan por ser fieles, pero que sucumben a las tentaciones del mundo, a las que se pierden en los vicios, a las que ceden al caos y al mal.
Oro para que las almas que claman por auxilio vean los brazos de la siempre Virgen Madre de Dios extendidos al mundo. Que tomen esas manos, firmes y delicadas, que cruzan los universos y los Cielos, ante la Ley de la Justicia, y derraman Misericordia sobre el mundo.
Oro para que el Inmaculado Corazón de María sea conocido, para que las almas sepan reverenciar el Amor de una Madre que detiene las Leyes y la Ira de Dios y clama por Sus hijos más perdidos.
En tiempos de transición y de definiciones, hijos, oro para que las almas comprendan que el Amor de la Virgen María va más allá de toda comprensión humana. Ella toma de las manos hasta a las almas más perdidas y las conduce al Hijo, que las conduce a Dios.
Sepan orar con María Santísima, no solo por la paz, sino también por el perdón, por la esperanza, por la salvación de las almas más pecadoras, porque Ella es, hijos, la que clama al Primogénito para que Él coloque Su atención sobre el agua que debe ser transformada en vino. Ella es quien sustenta la cruz de Sus hijos, quien persevera más allá del dolor, quien se mantiene de pie. Ella es quien les enseña a servir en silencio, a manifestar y a perpetuar el Plan de Dios, aun cuando Dios parezca estar ausente. Ella les enseña a estar en el Padre, en todas las circunstancias, haciendo de la propia vida la puerta hacia el Reino de Dios.
Por eso, oro para que hoy no solo sea honrada, sino, sobre todo, sea vivida la unión con el Inmaculado Corazón de María.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimoseptimo poema
Acto final de consagración
al Corazón Inmaculado de María,
con motivo del mes mariano
Venerable Reina de los Ángeles,
Escudo protector e invencible de las almas perdidas,
Auxilio inmediato de todos los cristianos,
Intercesora y Mediadora Celestial,
Templo Inmaculado de la Sabiduría de Dios,
Espejo de la Justicia Divina,
Patrona de todas las naciones y de todos los pueblos,
Señora del Santísimo Rosario,
Te agradecemos por estar presente en nuestras vidas
y Te ofrecemos todo nuestro ser,
para que se cumpla en nosotros la Voluntad Divina.
Unidos a Tu eterno Rosario de Luz,
nos consagramos como Tus hijos orantes
y legionarios de Tu amoroso Corazón consolador.
Ayúdanos a levantarnos de nuestras caídas,
para que, caminando firmes
hacia el encuentro con Cristo,
seamos la victoria viva de la redención
y de la paz en este mundo.
Te coronamos, Virgen Santísima,
Te agradecemos, Madre del Amor,
Te reverenciamos, Rosa de la Paz.
Que Tu Manto de Luz nos envuelva,
en esta caminata de la vida,
para que podamos servir a Dios de todo corazón.
Acepta nuestra consagración.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimoprimer poema
Señora eterna de la Luz,
poder invencible e inmaculado,
sostén de los que necesitan de Ti,
Amor divino de los que lo buscan,
haznos descubrir a Dios en nuestro interior,
para que cualquier adversidad o desafío,
sea superado por el auxilio espiritual
que Tú nos das, Divina Madre.
Te pedimos en este día,
que nos guíes siempre hasta Tu amado Hijo.
Que, en el servicio incondicional de nuestras vidas,
podamos reconocer el Rostro de Cristo.
Que, en cada oportunidad de donarnos,
comprendamos la importancia
del Plan de Amor por la humanidad.
Así, Santísima Madre,
estaremos libres de nosotros mismos,
para que, a cada nuevo día,
nuestra entrega y oferta,
sea cada vez más profunda.
Querida Madre,
protege cada uno de nuestros pasos.
Ayúdanos a encontrar la humildad y el silencio,
en cada ritmo de la vida.
Porque aspiramos imitarte
en la contemplación y en la oración silenciosa.
Para eso, Madre,
nos rendimos ante Ti,
a fin de que Tu purísimo Corazón
nos bendiga para siempre.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Primer poema
Corazón consolador de María,
Espejo de Amor y de divina confianza,
nos entregamos a Tus brazos en humildad,
para que, al igual que Jesús,
seamos colmados por Tu más dulce Amor.
Inmaculado Corazón de María,
ayuda incansable de los que Te claman,
socorro inmediato de los que Te llaman,
auxilio inmutable y eterno,
Te pedimos, ahora y siempre,
que podamos formar parte de las promesas de Cristo,
para que el triunfo del Amor
sea una realidad en la humanidad.
Amada Madre,
como Tus siervos, nos consagramos,
como Tus hijos, nos comprometemos
con la oración del corazón,
a fin de que muchos más corazones
alcancen la esperanza y la redención.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Ora, hijo, por las almas más perdidas que, aun en la ilusión de sus cuerpos materiales, internamente reconocen la luz y buscan auxilio.
Ora por los que vinieron al mundo para vivir una oportunidad de perdón y de redención, y que, sin embargo, se confundieron con todos los estímulos del mundo y se perdieron.
Ora, porque las almas que hoy están confundidas ya no tendrán otras oportunidades de evolucionar y de crecer y retrocederán a los abismos del mundo y del propio interior, solo por escoger estar en la ilusión y en el engaño.
Ora para que el Corazón de Dios toque los corazones de Sus hijos, y sé tú una luz en el camino de los que están ciegos y no reconocen la senda por la cual deben caminar.
Que tu corazón esté siempre pleno de piedad y de compasión por los que están perdidos, porque este no solo es el tiempo final para el viejo hombre, esta es también la última oportunidad para muchas almas.
Colma tu corazón de Dios y siente con Su sentimiento y con Su Amor, piensa con Su Sabiduría y vive con Sus acciones, inspirado por Su Espíritu, para que seas instrumento para el encuentro de las almas consigo mismas, con su verdad interior y con Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Que los que están cansados y agobiados vengan a Mí.
Que los que se purifican y aprenden a redimirse vengan a Mí.
Que los que sufren y padecen las consecuencias de estos tiempos vengan a Mí, porque Yo puedo renovar todas las cosas, puedo dar entendimiento a todas las situaciones y experiencias.
Que los que más necesitan paz vengan a Mí y Yo los llevaré hacia Mi Corazón para que sientan ánimo y fortaleza de saber que toda prueba o situación tiene un fin y un motivo para cada ser.
Vengan a Mí todos los que necesiten tener un sentido en la vida y una explicación de todo lo ocurrido, porque Yo los haré comprender con el corazón todo lo que necesiten comprender.
En este tiempo, vengan a Mí y podrán reconocer su dignidad ante el Padre Celestial y así sabrán que siempre fueron Sus hijos y que siempre lo serán, que no perderán la paternidad espiritual que pueden vivir con el Único.
Vengan a Mí y todo pasará, porque quien viene hacia Mí aprende a amar de verdad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo soy el Guardián de la noche, y es en la noche donde el Guardián de las almas protege a Sus ovejas para que estén bajo Su Manto de Luz y de Amor.
Soy el Guardián de la noche, y es en ese momento cuando Yo llamo, en los planos internos, a Mis ovejas para guardarlas y protegerlas en el Establo de Mi Corazón.
Si llaman al Guardián de la noche mediante un sentimiento de amor, de fe y de oración, Él siempre estará allí para acompañarlos incondicionalmente y para guiarlos por el camino más seguro.
Yo soy el Guardián de la noche, y en ese momento es cuando su Señor entra en vigilia y oración para poder ayudar y auxiliar a los corazones que claman y lo piden.
Yo soy el Guardián de la noche, y en ese momento llevo a todos hacia el Universo de Mi Luz para que sientan el alivio y la Gracia de poder reencontrarme todas las veces que lo necesiten.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Encuentra fuerzas en la oración, en el pensamiento del retorno al Origen, en la certeza del regreso de tu Señor al mundo.
Encuentra fuerzas en lo que te une a la Verdad, en la donación de tu corazón y de tu vida, en el servicio de todos los días a través del auxilio que puedes prestar a los que están a tu lado.
Encuentra fuerzas siendo verdadero y transparente, expresando la esencia de Dios que hay en ti, y no buscando fuera de ti formas de ser que parezcan agradar a los demás.
Encuentra fuerzas en Dios, en la esencia del Amor que habita en ti y en todo. Podrás encontrarlo en la quietud, escucharlo en la adoración y comunicarte con Él orando con sinceridad.
En estos tiempos, hijo, el mundo buscará debilitarte, hacerte desistir, padecer y angustiarte. Pero basta que sepas encontrar tus fuerzas en lo que es real, en lo que proviene de Dios, de Su Eterno Corazón.
Él será tu respiro, tu aliento y tu perpetua renovación para que puedas persistir hasta el esperado día de estar, cara a Cara, con tu Creador Celestial.
Encuentra tus fuerzas en Dios, tu Dios y Dios de la vida. En Él siempre habrá renovación para tu corazón y para tu espíritu.
No te olvides de lo que te digo. Que Mis palabras resuenen en tu corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oración del alma despojada
Si mi sufrimiento, Señor, aunque parezca pequeño,
sirve de alivio del sufrimiento de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi vacío, sequedad, agonía y abandono de Ti
sirvieran de auxilio, de aliento y de alegría para mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi cansancio, desierto y aridez,
sirvieran para llenar el vacío, la aridez y el desierto de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mis noches de asedio, de batallas o de soledad,
sirvieran para dar fortaleza, ánimo y fe a mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si la falta que a veces siento de Ti, la ausencia de consuelo
y el aumento de trabajo agradaran a Tu Corazón herido,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi desesperación, mis tormentos y mis noches oscuras
ayudaran a salvar a las almas perdidas, abandonadas y no amadas,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si no recibo amor y solo desprecio,
si no me siento comprendido y solo juzgado,
si en este momento no encuentro sentido de estar a Tu lado,
amado Cristo, que se haga Tu Voluntad, Señor.
Dame fuerza interior para no temer nada.
Dame valentía todos los días para aprender
a salir de mí mismo, cada día más.
Dame amor para aprender a amar y a aceptar al semejante,
porque si hasta ahora no siento nada,
si en esta noche de frío o en este día nublado
no consigo ver el Sol de Tu Corazón
y si esto sirve para que mis hermanos del mundo
consigan ver la Luz, el Amor y la Misericordia de Dios,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Solo espero agradarte en los pequeños detalles.
Solo quiero, Señor, ser un instrumento en Tus piadosas Manos,
para que en cualquier lugar de la Tierra
al que Tú me envíes Te puedan reconocer,
para que puedan sentir amor y esperanza,
para que así el sufrimiento, el dolor y el abandono
de los corazones desesperanzados sean aliviados
en honra a Tu Victoria Celestial.
Amén.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Levántate, rompiendo las barreras y las dificultades. El Corazón de Aurora es aquel que hace pulsar su luz entre las tinieblas y nace como el sol, rompiendo la oscuridad de la noche.
Levántate, alzando tu voz para proclamar el triunfo divino en tu interior. El Corazón de Aurora es aquel que guarda el Propósito de Dios para la humanidad y que cura a los seres, recordándoles su origen repetidamente, hasta que la Voluntad Divina se cumpla.
Levántate, lanzando afuera de tu corazón lo que te lleva al abismo, lo que te lleva a retroceder, a desistir. Lanza un grito de auxilio, lanza un grito de triunfo y de fe, para que tu voz sea escuchada en los confines del Universo, en el Corazón de la Creación de Dios. El Corazón de Aurora es aquel que se eleva y que sabe renacer de las cenizas y hacer renacer consigo a todos aquellos que dicen sí.
Jamás desistas. Jamás retrocedas. Deja que se quiebren las resistencias y la degeneración humana, pero no la fortaleza de la esencia que te mantiene de pie y te hace caminar hacia Dios.
Tienes Mi bendición para avanzar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy traigo, para ustedes y en esta hora, Mis Espejos Solares de la Misericordia que, como potentísimas usinas de transmutación, transforman las profundas y desconocidas condiciones humanas.
Estos Espejos Solares son los que, en este ciclo, están aproximándose al planeta para socorrer espiritualmente a la humanidad y auxiliar en el equilibrio de la consciencia del planeta.
Estos Espejos Solares de la Misericordia están unidos a las diferentes Fuentes de la Creación y, desde el Universo Espiritual, ellos emanan códigos e impulsos que llevan al despertar de la consciencia dormida y a la búsqueda del camino de la Verdad.
Estos Espejos Solares también trabajan los aspectos del ser humano, ayudándolo en la sublimación de la consciencia a fin de que el camino de la redención sea vivido conforme a la Voluntad del Padre.
Para contactar y unirse a los Espejos Solares de la Misericordia bastará orar de corazón a las tres de la tarde. Eso permitirá que, sobre la superficie de la Tierra, exista por lo menos una consciencia que reconozca esta extraordinaria asistencia espiritual y así descienda el auxilio necesario para este tiempo crucial de la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Que cada instante de tu vida sea una misión ofertada al Creador. Encuentra en cada acontecimiento una oportunidad de servir, de renunciar, de amar, de comprender para que los Principios Crísticos inunden tus actos y se instalen en tu consciencia y, así, hijo, ingresen en lo profundo de la consciencia humana, allí donde son generados los pensamientos, los sentimientos y las acciones.
Comprende cada momento como el momento correcto de ofrecerte como instrumento al Padre y, aunque sea para aquellos que estén a tu lado todos los días, sé una fuente de paz, de gracia, de cura, a través de la cual puedan fluir los Rayos que provienen de Dios en auxilio de la humanidad y de toda la vida sobre la Tierra.
Recuérdale a tu consciencia su propósito en este mundo. Ya sabes que viniste al mundo para vivir una Ley Mayor, que restaura la vida y la evolución de todas las criaturas de Dios.
En tus menores acciones, imprime este propósito de paz. Así, hijo, estarás en Dios y Él en ti.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Como el canto de las aves y de los pájaros que alaban al Altísimo, queridos hijos, hoy proclamo las Sagradas Palabras de Dios para que todos los mundos internos las escuchen.
Es así que desde el Cielo desciendo a la Tierra para estar entre Mis hijos y traer a cada uno de ellos lo que necesita como auxilio y alivio en este intenso momento de purificación.
Por ese motivo desciendo, una vez más, sobre Alemania y este descenso de su Madre Celeste también repercute en las demás naciones hermanas de Europa, las que son tocadas por la Misericordia de Dios a fin de que las almas despierten al encuentro de su realidad divina y espiritual.
Este es el tiempo en el que Dios concede al mundo no solo el afluente de Su Paz, sino también la Obra de Su Misericordia para que, de verdad, exista un cambio en la consciencia humana. Un cambio que ayude a aliviar al planeta y a todo lo que los Reinos de la Naturaleza reciben de parte del hombre de superficie.
Queridos hijos, es así que, por primera vez, su Madre Celeste llega a la ciudad de Frankfurt al encuentro de almas buenas, almas que deben borrar para siempre su pasado, su historia y su sufrimiento para que vuelva a nacer la flor de Dios y vuelva a iluminarse la esencia de cada hijo Mío que, en servicio y caridad a Dios, podrá ayudar a cambiar el mundo por medio de la fraternidad, podrá concebir en sí mismo esa consciencia que necesita tener la humanidad en este tiempo para aprender a escuchar a Dios y para cumplir Su propósito en este Universo.
Hijos Míos, vengo decidida a que Europa pueda abrir, aún más, las puertas a la Jerarquía así como Alemania lo ha hecho al recibir y acoger con amor a los Sagrados Corazones. Eso también elevará el espíritu de la Iglesia y hará, por medio de su cuerpo místico, que los frutos de la conversión de los hombres concedan al mundo un mayor tiempo de paz.
Es así, que hoy su Madre Celeste está presente en Frankfurt porque es uno de los lugares de Alemania que fue contemplado por la Divinidad para poder llevar adelante las Obras de Dios que beneficiarán, espiritualmente, a Alemania y al resto de Europa.
Por eso, a través de la luz del Espejo de Mi Corazón vengo a encender, por medio de la oración, la luz del espejo de cada corazón para que en este ciclo se establezca, en los planos espirituales, una importante red de comunicación divina entre las esencias y Mi materno Corazón.
Todo esto será posible por la fe y la oración continua de todos, efectos que repercutirán en el planeta y en su humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando una nación clama, escuchen su clamor y oren por la paz.
A veces, hijos, no son solo las almas de una nación las que claman por auxilio, por liberación y por paz. Cada nación tiene una vida espiritual, un Principio Divino que le fue entregado para guiar a su expresión y a la misión de su pueblo.
El espíritu de la nación es la consciencia que abarca toda la vida que habita en ella en diferentes niveles. Es aquel espacio espiritual que guarda el Propósito de Dios para los diferentes pueblos que habitan en la Tierra. Es un estado de consciencia vivo que guarda, protege y ampara a la evolución de las naciones.
El espíritu de una nación auxilia en su crecimiento e influye en los pasos internos del pueblo que vive en ella. Pero, de la misma forma, él también es influenciado por la vida de los seres y por todo lo que sucede en esa nación.
Cuando los pueblos viven conflictos y, poco a poco, los seres destruyen sus propias esencias con el odio y con el miedo generado en las guerras, el espíritu de esa nación también va muriendo y distanciándose de su propósito.
Cuando un pueblo escoge el camino de la oscuridad a través de sus costumbres, hábitos y formas de vivir, el espíritu de su nación también es influenciado. Por eso, cuando el Creador puede intervenir en el planeta a través de las oraciones de Sus hijos, Sus Ojos también se colocan sobre los espíritus de las naciones. Cuando un pueblo clama a través de las almas que piden auxilio, el espíritu de esa nación clama aún más alto.
Los espíritus de las naciones son partes del espíritu del planeta, son cuerpos de esa consciencia espiritual de la Tierra, y todo esto es parte de la ciencia de la Creación Divina. Todo esto es parte del Plan de Dios para la evolución de Sus hijos.
En el principio, cuando el Padre creó las tierras y los mares, también creó los espíritus de esas tierras y el espíritu de los mares. Todo en la Creación Divina es vida. Por eso, hijos, aprendan a escuchar con sus oídos internos el clamor que surge de lo profundo de las naciones y únanse a ese pedido de paz y de redención del planeta.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más