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Para que siempre exista protección en ciertos espacios de la consciencia, y que esta protección se mantenga, no solamente en ella sino también a su alrededor, se necesita de oración y de paz.
Cuando esta protección es alterada por situaciones de la vida externa, o por falta de una verdadera vida de oración, comienzan a surgir situaciones que no estaban previstas por la propia consciencia, o por lo que está a su alrededor.
Es esencial, en estos tiempos, asumir una vida ardiente de oración para que, de esa forma, pueda existir protección en todo.
En los tiempos de hoy, no asumir verdaderamente la vida de oración, significa dejar atrás la posibilidad de recibir ciertos dones, que ayudarán a neutralizar o a mantener en equilibrio todas las corrientes que son contrarias a lo evolutivo y elevado.
Permaneciendo en el camino de la oración, las realidades y las experiencias serán otras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, vengo no solo por ustedes, sino por el mundo, implorando junto con Jesús y con San José por la Nueva Humanidad, por la Nueva Tierra.
Hoy, vengo con alegría, pero también con compasión, por las almas que más sufren y que por sus oraciones fueron ayudadas ante el Padre Celestial.
Hoy, vengo a reestablecer entre ustedes y Yo la confianza infinita, la Gracia perpetua de unir corazones y almas en esta sagrada tarea por la Paz.
Pero aún debo ser más conocida en África y en el Lejano Oriente, donde Mi devoción también es intensa y fiel entre tantos corazones hermanos.
Mi Campaña por la Paz no solo debe recorrer América, sino el mundo; y ustedes son los portavoces de Mi Mensaje materno para estos tiempos finales. Cuento con cada uno de ustedes, hijos Míos, hasta el fin de los tiempos, en el que todo se desarrollará y un nuevo Plan aparecerá para los que perseveren de corazón y en oración Conmigo.
Hoy, no estoy sola aquí. Estoy con Mis hijos, con los que Me aman, con los que Me invocan, con los que son pacientes y escuchan Mis Palabras de corazón. Pero hoy, también estoy con los ángeles y los arcángeles, ayudando a esta parte de la humanidad dormida que vive su profunda ilusión; y rezo aún, hijos Míos, al igual que ustedes, por el despertar de todas las criaturas.
Hoy, quisiera dar Mi agradecimiento materno por cuanto han hecho por Mí, en el nombre de la Obra de Dios y también Mi agradecimiento por aquellos que hoy no están aquí y que también cumplieron con Mis Designios, porque Mi mirada, hijos Míos, Mi mirada de Madre, está en todas las criaturas, en aquellos que se hacen ver, en aquellos que se esconden en el Corazón de Mi Hijo para contemplarlo.
Hoy, el mundo vive su primera fase, más difícil y dura. Pero los Centros Marianos, hijos Míos, constituyen esa oportunidad de salvación y de Gracia para el mundo entero.
En Oriente y en Occidente, Mi Presencia está presente en aquellos que perseveran en la fe y en la consciencia absoluta en Mi Inmaculado Corazón.
Hoy, no vengo a traerles el horror del mundo, aunque esté presente en muchas almas pecadoras, en aquellas que se condenan por sus acciones, dentro y fuera de la Iglesia de Mi Hijo.
Hoy, vengo a buscar a aquellos que confiaron en Mi Propósito desde los primeros días en los que Yo estuve presente entre ustedes, aquí, en la Sagrada Figueira como en Aurora.
Yo Soy el Árbol y doy los frutos para todos Mis hijos. Yo Soy el Sol que nace en el amanecer de cada ser y que brilla, buscando establecer la redención y la paz en el fin de los tiempos.
Hijos Míos, Yo sé que necesitan de mucha ayuda. No se cansen de pedir Mi intercesión; pero confíen, todo tiene un tiempo para el universo y para el Señor.
Hoy, acojo en Mi Corazón sus súplicas y las súplicas de aquellos que, detrás de las pantallas, Me están escuchando; porque, queridos hijos, Yo no solo estoy aquí, sino también estoy con los corazones que se abren para recibirme en sus espíritus y almas.
Yo Soy la Madre del mundo. Soy la Gobernanta Mayor. Soy la Estrella que los guía. Soy la Luz para sus caminos, después de Mi Hijo. Soy Quién ha recibido la confianza de guiarlos, paso a paso, en obediencia y en lealtad, en amor y en unidad.
Busquen en estos tiempos, no solo la unificación externa, sino también la unificación interior. Mi Hijo necesita establecer Sus dones en el mundo y en todos los corazones, antes de que Él retorne para establecer el Juicio Universal.
Queridos hijos, hoy Me han abierto sus corazones con sinceridad y sin apariencias. Han hecho lo que Yo les pedí desde el principio de este encuentro. Han cumplido con lo que Yo he deseado profundamente, que es espejar esta paz al mundo entero, esta paz que Yo les concedo en medio de la tribulación y del caos, en medio de la persecución y de la muerte de tantas almas inocentes.
No Me cansaré de venir al mundo para implorarles por oración. Ustedes saben que eso es poderoso e invencible; y más aún, se vuelve invencible cuando sus corazones oran unidos al Mío, en perpetua consagración de sus vidas, en todo lo que puedan dar a Dios, porque Él acepta todas las ofertas, no importando cuál sea.
Hoy, estoy dejando aquí, estoy instituyendo Mi confianza en los más jóvenes, en los nuevos rebaños de Cristo que serán los sucesores de la Palabra Sagrada del Redentor para todos los jóvenes del mundo, por todos los niños que claman en su llanto por Mi Voz, por Mi Presencia, por Mi Corazón.
Hijos amados, celebremos esta profunda comunión con Dios, con Su Hijo predilecto y ante la Presencia del Espíritu Santo que, como Luz los congrega en esta Santísima Trinidad para establecer el Proyecto de la Creación en los corazones humanos.
Hijos Míos, he escuchado la renovación de sus votos. Que esos votos no se vuelvan débiles; y cuando sientan que sus votos se debiliten, llamen por Mi Presencia en la noche como en el día, en la alegría como en la tristeza, en la oración como en los desafíos. Mi Hijo Me ha concedido la autoridad de estar presente en todas partes cuando un alma se coloca en oración ante Mi Corazón Inmaculado.
Hoy, Mi alegría se refleja en sus espíritus. Extendiendo Mis brazos hacia ustedes, abriendo Mis manos, irradio Mi Luz hacia el mundo; irradio el Espíritu de Mi Santidad y de Mi Pureza para que confíen, hijos Míos, que lo alcanzarán; así como Yo lo alcancé en constante ofrenda a Dios Todopoderoso.
Hoy, ofrezcan este momento, hijos Míos, por los que no están aquí, por los que ya no están aquí y por los que aún no han llegado aquí, para encontrarme.
Establezcan, en Mi Nombre Inmaculado, el perdón, la reconciliación, ante un mundo que sufre el propio caos en estos tiempos.
Sean semillas en Mi jardín de Luz. Sean rosas que se abren en este encuentro para emanar el amor al universo, a través de su Madre Celeste, que recoge sus ofertas en sinceridad y en verdad.
Anímense, hijos Míos, a ser aquello que nunca fueron, a ser apóstoles de Cristo en la simplicidad de la oración. Necesito que estos ejércitos de Luz y de oración no decaigan, aunque Mi adversario lo intente, sus templos no temblarán.
Vengo a darles, hijos Míos, lo que nunca nadie ha recibido, esta Gracia expiatoria que los liberará de ustedes mismos y del pasado, como tantas veces lo he intentado incansablemente.
Crean en Dios; crean en Su Reino que desciende, por segunda vez, a través de Su Hijo amado; en la preparación de este importante Retorno al mundo, en Gloria y Luz.
Crean en los ángeles y sientan su guía, su presencia y su servicio eterno.
Crean en el Espíritu Santo que los une, de corazón y de alma Conmigo, en este sagrado oratorio espiritual de su Santísima Madre Universal.
Crean en la fe que Yo les derramo, en la fuerza imperiosa de la oración que abre las puertas a la paz y a la Misericordia.
Crean en Mi Campaña por la Paz porque, así como Yo guie a los apóstoles hasta la Ascención de Jesús, hijos amados, Yo los guío para el cumplimiento del Plan de Dios en estos tiempos críticos. Ustedes, hijos Míos, deben ser la propia Campaña de Paz manifestada sobre la superficie de la Tierra. Si ustedes, hijos Míos, no viven la paz, ¿cómo la paz se establecerá delante de tanta adversidad y errores?
Queridos hijos, proclamen la paz a través de las campañas, para que Mis peticiones se cumplan en esta última hora que llega al mundo, antes de que todo suceda.
Mi última aspiración es llegar a Nicaragua, a México, a los Estados Unidos y a Australia. Oceanía debe consagrarse a Mi Inmaculado Corazón y ustedes, hijos Míos, lo pueden conceder.
Hijos Míos, Yo estoy aquí para demostrarles, a todos, la confirmación de Mi Amor por cada uno.
Ahora, hijos Míos, en la Presencia Sagrada de la Trinidad, escúchenme a través de Mi hija Lucía de Jesús, pues Mi Voz también se graba en los corazones.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Podrán preguntarse por qué, hijos Míos, deseo transmitir Mi Mensaje a través de tantos videntes de este mundo; si no sería suficiente que un solo corazón se consagrara al Mío, ya que Mi Voz es una sola.
Necesito que muchas voces sean el eco de la Voz de Mi Corazón en muchos idiomas, transformando el destino de las naciones, borrando el pasado que la humanidad imprimió en la consciencia de este mundo.
Necesito, hijos Míos, que Mi Paz sea proclamada en muchas vidas, en todos los Reinos y es por eso que reconfirmo Mi Presencia a través de tantos instrumentos que utilizo en este mundo. Por medio de cada uno de ellos, Mi Maternidad se expresa y Mi Corazón se manifiesta en la Tierra.
Pero hoy, los congregué aquí no solo para perdonarlos y para curarlos como individuos o como humanidad; los congregué en este lugar para reconsagrar sus vidas y, a través de ustedes, al mundo entero.
Como este planeta, que coloqué en Mi Altar, hoy está envuelto por Mi Manto Celeste, así también, hijos Míos, toda la consciencia planetaria hoy está amparada por Mi Inmaculado Corazón, y eso es posible porque ustedes oran Conmigo todos los días.
Hoy, vengo a instituir en sus vidas Mi Reinado de Paz, para que proclamen esta Paz y la lleven a los cuatro puntos del mundo. Yo los enviaré, hijos Míos, así vestidos con Mi Manto, a muchas naciones para que anuncien Mi Presencia no solo en las Américas, sino en todos los corazones que se abran para responder a Mi llamado.
A través de ustedes y de todos los que responden a Mi Voz Celestial, demostraré a la humanidad que Mi Presencia es verdadera en todos los Centros Marianos, como en la esencia de cada ser.
Yo estoy, hijos Míos, dentro de cada uno de ustedes, dentro de todos los que escuchan Mi Voz, aquí como en cada Centro Mariano en donde es proclamada.
Mi Corazón es único y se expande al mundo, todos los días, a través de cada ser orante que se vence a sí mismo; que vence, en cada segundo de sus vidas, todas las influencias de este mundo, de sus modernidades, de las energías capitales, para vivir un poco inmerso en Mi Reino, en la Paz que les traigo y que intentan mantener en sus vidas todos los días.
Hijos, les pido que frecuenten los Centros Marianos, para que fortalezcan sus corazones, para que descubran por sí mismos que estas son islas de salvación y de paz para todos los Reinos, todos los Reinos de la Naturaleza, que son Mis hijos. Y que, a partir del alimento de la fe que cada Centro Mariano le trae a sus vidas, puedan irradiar esa fe a todos Mis hijos que están en los abismos de este mundo, en los abismos de la ignorancia, de las ilusiones, de los placeres mundanos; porque no conocen, hijos Míos, la grandeza de Mi Reino, no conocen Mi Paz y viven en el caos, en la desilusión y en la desesperanza, cada segundo de sus vidas.
Deseo que, a través de cada Hijo de María, se irradie Mi Amor a Mis hijos más perdidos.
Quiero llegar, hijos Míos, a través de ustedes, a todas las naciones de este mundo, no solo de las Américas; porque si bien Mi Reino se establecerá en América, para que aquí pueda surgir una Nueva Humanidad, quiero que todos Mis hijos de este mundo lo sepan y vivan en esa Nueva Humanidad, o que por lo menos la preparen con sus oraciones y con sus corazones.
Eso no significa que abandonaré a los demás continentes de este mundo. Por eso, quiero consagrar a la Tierra, para que muchos que tienen deudas impagables puedan alcanzar el perdón y la redención mientras aún hay tiempo.
Quiero salvar a Mis hijos de las demás naciones de este mundo; quiero llevar Mi Perdón y Mi Paz a aquellos que nunca la conocieron, porque desde su infancia nacieron en las guerras, en la persecución y en el dolor, en el desamparo que el enemigo causa cada día en sus pequeñas vidas.
Quiero demostrarles a Mis hijos, a los más pequeñitos, que Mi Amor se expande al mundo y que puede llegar a sus pequeños corazones.
Quiero amparar a aquellos que viven en las guerras y que no conocen el amor, aquellos que solo conocen las bombas, el terror de las armas, del desamor, para que sepan, hijos Míos, que una Madre Celestial los aguarda, que necesita que establezcan la paz aun en medio del caos. Porque este caos, hijos, se podrá expandir por el mundo para probar a los corazones, para que se confirmen ante Dios; que confirmen que, a pesar de todas las influencias del enemigo, aceptan Mi Amor, aceptan vivir los Planes de Dios, así como Mi Hijo confirmó en la Cruz que, a pesar de todo el martirio, de toda la negación, de toda la humillación que le causaron a Su Corazón Sacratísimo; Él aceptaba amar a Sus enemigos, aceptaba establecer el Plan de Su Padre y vivir el Perdón, independiente del terror y de las humillaciones que le causaron a Su Corazón.
Quiero enseñar a todos los Hijos de María, los que se consagraron y los que se consagrarán; que, a pesar de la negación, hijos Míos, y a pesar de todo el mal que este mundo les ofrece, venzan ese mal, venzan la negación y vivan el amor, como les enseñó Mi Hijo y como les enseña Mi Inmaculado Corazón, que en esta noche les sonríe, a pesar de todo el temor que viven tantos de Mis hijos en el mundo.
Hoy, les sonrío a cada uno de ustedes, porque Me alegro ante la esperanza que irradian al mundo. Recibo esa esperanza en Mis brazos y la llevo a Mis hijos más perdidos.
Quiero sonreírles a sus corazones, hijos Míos, para que también ustedes puedan irradiar una sonrisa a aquellos que no conocen la alegría y puedan demostrar al mundo que son capaces de vencer la tristeza, la desilusión y el desamor, porque conocen Mi Corazón, porque son participantes de Mi Reino y de Mi Paz en estos tiempos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Extendiendo Mis brazos hacia ustedes y en consecuencia hacia el mundo, también estoy con aquellos que salieron del camino y que, por Mi Gracia eterna, retornarán.
Quisiera, hijos Míos, decirles algo importante: cuando el Libro del Cristo y de San José estén prontos, la mitad de la Obra que Yo he venido a hacer aquí con ustedes, desde hace tantos años, estará cumplida; y aún más se cumplirá cuando Norteamérica, América, África, Europa y Oceanía conozcan los libros de los Sagrados Corazones.
Ustedes, hijos Míos, serán los mediadores para eso, así como han sido los mediadores para llevar el conocimiento y la instrucción a través de los años.
Esta es una oferta que Yo les hago a la Asociación María, a la Irdin y a la Federación, que son los pilares, en este momento, de Mi Obra corredentora con Mi Amado Hijo Jesús y con todas sus almas.
Ahora, hijos Míos, preparé sus corazones para lo que Yo diré mañana. Mi última petición es que recen la oración “Acto de Consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial” ante Mi altar; y llamaré a los jóvenes que han venido aquí, a este encuentro, para cantarme en el día de mañana.
Quisiera que vinieran aquí a orar Conmigo esa oración también por todos los jóvenes del mundo.
Les agradezco, por responder a Mi llamado.
Elevándome al Cielo, los escucho llevando las súplicas al Padre Celestial por todos los que deberán ser Mis hijos consagrados, en un futuro próximo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a orar dos veces más, a pedido de Nuestra Señora, cerrando y sellando esa unión con la Santísima Trinidad:
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos ponernos de pie para orar, los jóvenes pueden aproximarse alrededor del altar, como lo pidió Nuestra Señora.
Vamos a ofrecer esta oración como María lo pidió, no solo renovando en este día nuestros votos de Hijos de María ante el Inmaculado Corazón de María, sino también por todos los jóvenes que siguen el Camino de Cristo y por los que lo deben seguir y que deben despertar como Sus apóstoles.
Acto de consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial
Querida Madre Celestial,
hoy me consagro a Tu Divino Corazón
y te entrego mi pequeño corazón
y mi paciente alma,
para que, en Tu Glorioso Reino de la Paz,
yo pueda encontrar fortalezas para caminar en la vida,
amor para mi consciencia,
entrega para mi donación,
perdón para el pasado,
redención para lo que aún debo trascender
y misericordia para este mundo.
Estoy unido a Ti,
Misericordiosa Madre,
en esta misión de Paz para con mis almas hermanas.
Estoy cerca de Tu Corazón,
Divina Concepción de la Trinidad.
Que Tu Voluntad invada mi alma,
para que reconozca el Llamado Divino.
Convierte mi corazón
en Tu Llama Sagrada de Paz,
para que en esta consagración
eleve al Cielo mis plegarias.
En humildad y reverencia
te pido que me escuches,
Madre de la Paz,
para que Tú,
que nos haces volver a nacer como el mañana,
Tú, que eres el Ave Mensajera,
Tú, que invades nuestros corazones con Tu Inmaculado Amor;
nos enseñes a vivir en la pureza, en la compasión
y en el amor absoluto,
que Tu Hijo, el Redentor,
nos irradia por entero.
Bendita Tú eres, Ave del Sol;
siembra en cada alma
la semilla del perdón,
para que envueltos por Tu manto de maternidad,
Tus sublimes ojos de Paz y de Amor,
iluminen el camino de renuncia
que debemos recorrer.
En Tu ejemplo
amoroso y prodigioso,
vemos surgir la humildad.
En Tu Gracia y en Tu Misericordia,
vemos la manifestación del Amor de Dios.
Guarda en Tu Corazón,
Sagrada Madre del Amor,
todas nuestras fallas,
para que en el Retorno de Tu Hijo,
podamos ver nacer al nuevo mundo.
Que el Espíritu Santo
que proviene de Ti,
Madre de la Paz,
sea el escudo que nos proteja,
como la oración que nos ampare.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos retornar a nuestros lugares.
Canción: Himno de los Hijos de María.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Deseo, en este día santo, en el que las tinieblas de la Tierra son apartadas de los Míos, dictarles una aspiración de Mi Corazón.
Hoy he venido a hablarles de la gloriosa imagen de vuestro Señor Jesús Glorificado y de la poderosa imagen de Jesús Misericordioso.
Cuando Yo dicté, a la hermana Faustina, los poderes universales y celestiales de Mi océano de Misericordia, Yo, en una noche, le revelé Mi Faz misericordiosa para que el mundo conociera la infinita compasión de Mi Corazón piadoso.
Así, Yo le mostré la Sangre y el Agua que brotaban constantemente de Mi Costado, pero también le di a conocer la gran sed que, en aquel tiempo, Yo sentía ante una humanidad ciega y sorda, que nunca quería escuchar la Voz de Dios, a través de Su Hijo amado.
En aquel tiempo, la Sangre y el Agua serían la gran justificación entre la humanidad y Dios, a través de Cristo, para poder despertar en el mundo una forma de expiación universal.justificación entre la humanidad y Dios, a través de Cristo, para poder despertar en el mundo una forma de expiación universal.
Así, le pedí a la hermana Faustina, Mi hija, que hiciera pintar una imagen tal cual la había visto en una visión exterior. Vine durante la noche para demostrar a través de Mi Misericordia, que Yo Soy la Luz que vence e ilumina toda oscuridad. Así le revelé el océano de Mi Misericordia y pedí por escrito, que quien la venerase y contemplase en el final de los tiempos estaría protegido por el manto de Mi insondable Misericordia.
Después de diez años, cuando ya la guerra había terminado, fue conocida Mi Faz. Ningún pintor sería capaz de expresar Mi Presencia, solo lo podría hacer si amara la Misericordia de Mi Corazón.
Pedí en aquel tiempo que Mi Misericordia fuera conocida y venerada el domingo después de Pascua, porque en el pasado, después de Mi muerte los apóstoles conocieron el poder de Mi Resurrección a través de las Llagas de Mi Misericordia.
Así fue que Adonai concedió, por medio de la Faz de Mi Misericordia, que la humanidad conociera, a pesar de sus pecados, el camino de salida hacia el universo del Amor de Dios.
Pasaron los años y la humanidad no comprende lo que significa esta expiación que Yo le ofrezco a las almas del mundo. Y como lo prometí en el huerto Getsemaní, antes de elevarme al universo, Yo volveré aun con más poder y gloria. Por eso le dije, por locución interior, a la hermana Faustina, minutos antes de su muerte, que la humanidad tendría la Gracia de conocer Mi Gloria eterna a través de los poderes de Mi Misericordia.
Por eso le dije que antes de Mi retorno al mundo, antes de que se cumplieran los últimos ocho ciclos lunares, Yo volvería a aparecer con la Faz con la que Mi Padre Me vistió, para que así la humanidad contemplara no solo Mi Misericordia, sino también el misterio de Mi Gracia por medio de la esencia de Mi Glorificación.
Esa Faz es conocida por todo el universo. Por eso, en este día, he venido días antes de que todos conozcan Mi Faz, a revelarles las doce promesas a aquellos que contemplen y guarden la imagen del Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús.
Por eso he venido en esta noche santa, noche santa de cena, para que el mundo sepa conscientemente a Quién estará contemplando.
A aquellos que contemplen Mi imagen glorificada Yo les prometo:
1. Unificar la esencia del propósito familiar a través de una vida sagrada, libre de las influencias y de las tendencias de estos tiempos.
2. La concreción de la tarea espiritual a través de la consagración de la mente, del cuerpo y del espíritu al Sagrado Corazón de Jesús.
3. La protección divina de los viajantes y de los que trabajan diariamente por amor al Plan de Dios.
4. El conocimiento interno de una experiencia de amor espiritual que permita la madurez interior.
5. La liberación de los males que influyen en la vida de oración y que perturban los sueños.
6. La reconciliación con el Santo Padre Eterno, para reencontrar así la tarea espiritual.
7. Apartar del peligro a quien lleve y difunda la imagen con reverencia.
8. La unión espiritual con la Fuente Primordial durante el tiempo de la transición planetaria.
9. La guía por encima de las pruebas y de los miedos.
10. La expansión del canal del corazón para que more Cristo Dios.
11. La redención de los hábitos y de las acciones que llevan a una vida de condenación del alma y de la pérdida del espíritu.
12. La unión con la esencia de la Santísima Trinidad, es decir, la Comunión espiritual con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Así, cuando estén frente a Mi Misericordia, estarán pidiendo por redención. Cuando estén frente a Mi Faz Glorificada, estarán rogando por la evolución de vuestras almas. De esa manera, tendrán dos formas de ingresar a Mi Reino, a través de Mi Misericordia y a través de Mi Gloria.
Bajo la Piedad que proviene de Dios, Quien ha permitido todo esto, sean bienaventurados.
Los une a la Creación Divina,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Escucha Mi voz en el silencio de tu corazón y reconoce junto a Mí cuánto aún te falta cambiar. Eso no será una limitación para alcanzar la meta; ese es el primer paso de una consciencia que madura en el camino que escogió.
De la noche a la mañana no te santificarás, pero sí descubrirás las barreras que dejan presa al alma de cada ser. Dichas barreras son la vida superficial y mental que no llevan a ningún resultado.
Si tu aspiración a rendirte a Mi Hijo es fiel y constante, te aseguro que grande será la prueba, pero no habrá nada que disuelva la unión sincera que has construido. Por eso te indico nuevos caminos, para que los puedas recorrer en obediencia y alegría.
Cuando dices no a Mis planes, nada puedo hacer, solo mirarte y rezar. El Universo siempre busca la mejor opción para ayudarte, pero cuando el camino que se te propone no es aceptado, será en la siguiente vuelta del ciclo universal que algo podrá ser resuelto.
Cuando no hay correspondencia con lo que se indica, se desperdicia la Instrucción de la Jerarquía. A pesar del tiempo de vuestra purificación, ciertas voluntades propias o las decisiones personales, pueden modificar el destino espiritual de una consciencia.
¿Qué hacer?
Solo esperar, Dios nunca deja de mostrar el verdadero sentido y motivo de Su Voluntad, y Su Infinita Misericordia reordena todas las cosas y las coloca en el equilibrio necesario para que Sus Sagradas Aspiraciones se puedan cumplir.
Ya no hay tiempo para repensar las cosas; el impulso divino desciende para movilizar las estructuras y liberarlas. Cuando alguien detiene ese impulso, es como intentar sostener con las manos una avalancha de luz.
La Voluntad Divina no es imposición, ella es el espíritu de la concreción de un Plan que debe alcanzar la más alta experiencia de amor y de perdón. Cuando un alma se opone a que esto suceda, la misma ciencia universal reposiciona a la consciencia en el escalón del aprendizaje que tenía antes de ser elevada al Reino Mayor.
Nadie pierde su lugar en el Corazón de Dios, Dios es Compasión y Justicia; y esta Justicia en este tiempo será severa, no por ser Justicia, sino porque la propia Ley de la Divinidad encontrará resistencia en muchos espacios de la consciencia.
Por eso, queridos hijos, vengo para advertirles, para que no sufran innecesariamente las consecuencias de seguir bajo el control humano. Busquen estar en la Ley y estarán protegidos de ustedes mismos. Algo mayor debe cumplirse en el Pensamiento de Dios y es la expresión de la Nueva Humanidad.
Están a tiempo de recapacitar y de comenzar de nuevo como Dios manda, en armonía y sin desorden interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los instruye a través de la Sabiduría de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ríndanse a Mí y sobrevivirán en este tiempo.
Los He lavado con Mi Agua para purificarlos. Los sequé con Mi Manto para protegerlos.
Los curé. Les curé las heridas con Mi Sangre y todos fueron testigos de Mi Retorno sabio al corazón.
Cólmate de Mi Luz. Nútrete con Mi Espíritu y aléjate del mal que solo quiere hacerte daño.
No abras ni una puerta al enemigo, mas espérame con los brazos abiertos cuando te venga a visitar.
Sostente en Mi Confianza, ya sabes que no te decepcionaré. Deja que Mi Fuego Divino queme tus estructuras para que ahora nazca, el nuevo ser redimido.
¿Qué esperas para entregarte a Mi Luz y ser partícula de Mi Energía Crística?
Antes de que entres en Mi Reino, deberás vaciarte mucho más de lo que imaginas. Pero ten fe y esperanza, Mis Manos nunca te soltarán. Yo te acompañaré hasta el final, cuando verdaderamente Me des espacio para poder hacerlo.
Dejo Mi Corazón como oferta de vida. Desearía que todos Me escucharan, como una vez tú Me escuchaste.
Ya es hora de preparar la morada. Ya es tiempo de unificarse y no de distanciarse de Mí.
Mi Padre te lo ha dado todo y Yo también te lo daré. Por eso, confía en lo que sucede dentro de ti. No te sientas solo ni abandonado, porque el pastor nunca abandona a sus preciosas ovejas.
Ven y quédate en Mi Regazo, así serás digno de llamarte Hijo de Dios. Mientras espero que des el paso hacia Mi Corazón y seas parte de Mí, no dejaré de decirte que debes regresar a Mí.
Yo estoy aquí por ti y por más nada, así como estoy por cada alma y esencia que Mi Bondadoso Padre Ha concebido.
Yo Soy el Guardián de tu vida y de tu destino.
Yo Soy el Umbral perfecto por donde cruzar y caminar con fe hacia lo desconocido.
Quiero hacer algo de ti que desconoces. Deseo que Me dejes obrar y continuar, pues Mis planes para tu existencia son más profundos y verdaderos de lo que tú imaginas.
Confiésate Conmigo y no pierdas la chance de renovarte, a través de Mi Presencia en tu corazón.
¿Acaso Me aceptarás así como Soy?
¿Quién se arriesgará a borrar su identidad para ser parte de Mí?
¿Quién esperará, en alegría y en gloria, Mi Regreso?
Ahora, Yo vengo a visitarte en Espíritu, pero vendré en Gloria para que recuerdes Quién Soy.
Solo espero tener en Mis Manos instrumentos purificados por Mi Misericordia. Solo espero por su sí final.
Ahora, escucha lo que Te diré directo al corazón: ”Hijo, pequeño, soldado orante sin espadas, reposa en los Brazos de tu Comandante para que, en el amanecer que llegará, veas surgir en tu universo interior la llama del Amor, la llama gloriosa de la resurrección de la humanidad”.
Bajo la gloria que los permea y los consagra, sean bienaventurados.
Gracias por visitar Mi Sagrado Corazón, en oración.
Cristo Jesús Glorificado
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo Soy la Puerta a la Santa Alianza con Cristo; quien busca al Mesías, lo encontrará a través de Mi Corazón.
Yo Soy la Madre de la Sabiduría, Mi conocimiento divino se derrama a través de la oración.
Yo Soy la Estrella-Guía del Universo, quien sigue Mis pasos de Luz nunca se perderá.
Yo Soy la Gran Madre del Mundo, la Suprema Consciencia de Dios manifestada en virginidad y pureza para las almas que buscan la cura y la liberación del corazón.
Yo Soy la Madre de la Nueva Jerusalén. A través de Mis pasos en el mundo, Mis hijos siguen hacia el camino del portal para encontrar a la nueva ciudad de Luz, la Jerusalén Celestial que se aproxima a la Tierra con el Regreso de Mi Hijo a este mundo sufrido, al cual liberará nuevamente para que muchos puedan erguir sus ojos y ver en el cielo la Grandeza de Dios, que es eterna y perpetua para aquellos que la quieren ver en el corazón.
Yo Soy la Madre del Silencio, Mi silencio pronuncia palabras de Paz, irradia Amor a las criaturas en la perpetua devoción de Mi Corazón.
Yo Soy la Madre del Consuelo, la que socorre a cada uno de Sus hijos, principalmente a aquellos que han caído.
Soy la Madre que abre las nuevas puertas; libero a los corazones de las prisiones, para que puedan ver la luz y la esperanza que se aproxima, en este tiempo, para aquellos que las quieran ver a través de Mi Corazón silencioso, que abre un nuevo camino de Luz para todos.
Yo Soy la Madre del Paraíso. Mis Dones y Mis Gracias vienen para todos. A través del Espíritu Santo, Yo despierto en cada uno de Mis hijos los Sagrados Dones de Dios, porque Yo Soy la Madre de la esperanza, la Madre de la alegría, la Madre de la bondad y de la caridad.
Yo Soy la Señora de la humildad, que los envuelve con Su Manto de la Paz.
Soy la Madre que los protege y los ampara; y que, en el silencio de sus corazones, escucha todas sus súplicas.
Yo Soy la Madre silenciosa, que camina al lado de cada uno de ustedes para llevarlos de la mano al encuentro con Cristo, su Señor.
Yo Soy la Madre que viene a despertar a sus seres.
Soy la Estrella-Guía del Universo. Soy el Lucero incandescente de la noche.
Yo Soy la Nueva Aurora.
Soy la Gran Figueira, que sostiene a todos los frutos con amor y fortaleza.
Yo Soy la Savia de Vida.
Soy la Flor que embellece.
Yo Soy el Agua Pura que lava sus heridas.
Yo Soy el Corazón Puro que irradia amor y sabiduría.
Ahora, Yo Soy su Madre porque fui Madre de Jesucristo.
Yo cargo con ustedes la pesada cruz de la vida. Mi caminar y Mi silencio, Mi devoción y Mi oración alivia su cruz, porque Yo sostengo sus cruces y lavo sus heridas.
Con Mi Manto, Yo cicatrizo sus corazones de toda herida interior. Yo los envuelvo en la Sagrada Sábana de Cristo, para que puedan renacer en la cura espiritual y resucitar a la vida del espíritu.
Yo Soy la Molécula de Cristo.
Soy el Soplo del Espíritu.
Soy el Nuevo Amanecer que levanta a todos los que han caído.
Soy la Madre perseverante que busca a cada uno de los hijos que se distancian del Dios Eterno. Yo los aproximo hacia el Reino de Dios, los hago encontrar con el Corazón del Altísimo.
Yo Soy la Madre del Amor, Su Rosa Mística.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Si quieren descubrir quién Soy Yo, solo miren alrededor, miren al infinito, contemplen las estrellas, contemplen los Reinos de la Naturaleza.
Yo Soy, hijos Míos, Aquella que gesta la nueva vida, la cual está presente en todo lo que fue creado.
¿No fue dicho que en una madre se gesta un hijo?
Yo Soy Aquella que gesta la Creación de Dios. Todo aquello que debe nacer proviene de Mi Vientre. Por eso, hijos Míos, hoy contemplo cada uno de sus corazones como esencias que salieron de Mi Vientre, las cuales debo cuidar y acompañar en su crecimiento.
Por eso, retorno al mundo a lo largo de los siglos. Por eso, vengo día a día a conducir cada uno de sus pasos, porque Yo Soy Aquella Portadora del Verbo Divino, que trae en Sus manos la Divina Voluntad de Dios para que se manifieste en la Tierra.
Como buena madre, hijos Míos, vengo a educar a la Creación Divina; vengo a formar a cada alma de esta Tierra para que, cuando retornen al universo, puedan llevar el aprendizaje perfecto que la Señora y Madre Universal depositó en cada uno de sus corazones.
En esta noche, los invito a contemplar las Faces de la Madre Divina, las Faces de la Madre Universal, que debe ser encontrada en todo. Y cada vez que busquen de verdad una de Mis Faces, Ella vendrá a su encuentro, suplirá las necesidades de sus corazones. Solo es necesario que Me llamen con fervor, con la verdad y pureza de sus corazones.
Yo Soy esta brisa que hoy toca sus seres, el soplo del Espíritu Divino que viene a permear la esencia y las almas de las criaturas. Sientan Mi Presencia en sus corazones, porque Yo estoy también en la esencia de todos los seres.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, Mi Corazón Eterno se engrandece por estar entre ustedes. Mi Corazón glorifica a Dios, al igual que sus pequeños corazones.
Pero en esta noche tan sagrada, en la que la Estrella del Universo brilla dentro del planeta derramando gracias, cura y liberación; Yo los invito, queridos hijos, a que ingresen a la Nueva Jerusalén, ingresen a la Nueva Tierra, ingresen a la Nueva Humanidad que gesta Mi Corazón a través de esta gran Obra del fin del tiempo.
Queridos hijos, ¿sus esencias aceptan ser miembros de la Nueva Humanidad?
Guarden este pedido en sus corazones, y que en oración puedan meditar sobre esta aspiración Mía; porque los nuevos espíritus, que habitarán la Tierra Prometida como el antiguo pueblo de Israel, alabarán a Dios eternamente.
Ángeles y Arcángeles resplandecerán en toda la Tierra.
El Maná de vida regresará al mundo, y los corazones y los espíritus se nutrirán, compartiendo con el Redentor la Nueva Cena, que no será la Cena de la Justicia, sino la Cena de la Misericordia, la Cena de la glorificación a Dios, la Cena del aleluya.
Por eso, como Su Sierva Fiel, Mi Hijo Amado Me envía a preparar este momento, como una buena Madre, como una buena pacificadora, una Madre bondadosa y amorosa que, a través de cada nueva Aparición, siembra una nueva semilla de Luz en sus esencias.
La Nueva Jerusalén se aproximó en esta noche. El Paraíso descendió a la Tierra y todos la han podido ver a través del corazón, del sentimiento de amor y de fe que brota de sus vidas en un tiempo tan difícil.
En esta noche, les traigo nuevamente a Mi Sagrada Fátima, el lucero que brilló en la oscuridad, que redimió a los impíos y resucitó a los que estaban distantes de Dios.
Fátima es paz, Figueira es fortaleza. Estos son Mis frutos inmaculados que, en el fin de este tiempo, quiero despertar en las buenas consciencias que sirven a Dios y en aquellos que se animen a caminar en la reconciliación con Cristo, su Rey, su Señor, su Pastor en estos tiempos de tinieblas.
Mi Luz desciende a la Tierra, el Cielo se aproxima a través de Mi Corazón.
Las nuevas estrellas del universo, que brillarán en el firmamento de este mundo, son sus preciosas almas, aquellas que deberán subir al Cielo después de esta vida terrenal y que Me encontrarán en la puerta del Paraíso, del purgatorio y del infierno, porque su sí a Dios dará la salvación a muchas almas. El Plan estará concretado.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En esta noche, dejo resonar en sus interiores una pregunta que el Señor les envía:
¿Verdaderamente esperan el Retorno de Mi Hijo?
Quiero que mediten, hijos Míos, sobre las Palabras que pronuncié a lo largo de los últimos años, porque Mi Verbo descendió a la Tierra a preparar el corazón de los hombres para el Retorno Glorioso del Rey de este Universo. Por eso, quiero que se pregunten si realmente están preparando una morada para que el Señor regrese primero en sus esencias, en sus corazones, y por fin puedan verlo cruzando el cielo.
¿Estarán prontos para verlo cara a cara? ¿Sabrán reconocerlo entre la multitud?
Hijos Míos, mediten hoy Mis Instrucciones y prepárense de verdad, porque ya es tiempo de que Mi Verbo se manifieste. Ya es tiempo de que las promesas de Cristo se tornen una realidad para todos los seres de este mundo.
¿Quién se ofertará para manifestar Su milagro de conversión?
¿Quién elevará sus brazos y dirá su nombre cuando el Señor convoque a Sus soldados?
¿Quién enfrentará las dudas del corazón para confiar en lo desconocido, en lo invisible?
¿Quién vencerá el temor, que es humano y que vive en muchos, para vivir en este mundo la Infinita Paz de Mi Reino, aun en medio del caos?
Hoy, quiero convocar, entre los que están aquí presentes, a aquellos que entregarán sus vidas para traer a este mundo Mi Reino de Paz, para hacer descender, en esta Tierra, este Reino que hoy les muestro en lo invisible.
¿Quién se ofertará?
¿Quién entregará su vida?
¿Quién se preparará verdaderamente para recibir al Hijo de Dios, para recibir al propio Dios hecho hombre, para mostrar Su imagen y semejanza, para mostrarles el camino por el cual todos deben seguir?
Ya llegó la hora, hijos Míos, de que despierten los Cristos del Nuevo Tiempo. Por eso, enciendan sus esencias y dejen caer los velos del pasado; porque Yo llego, en esta noche, a renovar cada una de sus almas, a hacerlos ingresar en este Nuevo Reino, en esta Nueva Jerusalén que desciende intensamente en cada una de sus vidas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Antes de que Mi Espíritu se eleve al Cielo, vengo a bendecir a todos Mis hijos y a todos los que se unen a Mi Corazón Inmaculado, para que esta Obra del fin del tiempo se pueda cumplir.
Por eso, pido que se aproximen aquellos espíritus que serán nuevos Hijos de Mi Corazón y que serán los brazos en esta Tierra que trabajarán Conmigo; ayudando a sus hermanos para que también respondan a Mi llamado. Todos pueden ser hijos de Mi Corazón.
En verdad, su respuesta, ayer, fue escuchada.
También que se aproximen, en esta noche, aquellos que fueron liberados de la prisión del sufrimiento; porque la Misericordia de Dios, a través de Mi Sacratísimo Hijo Jesús, abrió la puerta a la libertad, a la expresión del alma divina de cada uno de estos amados hijos.
Los invito, queridos hijos, a unir sus manos en oración, a colocar sus manos cerca del corazón para que Yo los pueda bendecir.
Dios ha escuchado su llamado al Espíritu Santo. Quiero que esta noche, ante Mi Presencia Inmaculada se reenciendan sus almas, para que el Fuego Divino descienda en este lugar y se expanda sobre todo Brasil, abrazando a todo el mundo con la Presencia del Espíritu Santo.
Sientan, a través de esta canción, los Dones y la Inspiración de Dios, la Fortaleza de Dios, el Amor de Dios y la Ciencia Divina que los cura.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Los Hijos de María que se consagran hoy, vengan, por favor.
Canción: “Incendia mi alma”.
Bien, como hacemos después de cada Aparición, vamos a relatar algunas cosas que sucedieron, para que nosotros podamos ir aprendiendo cómo es que en los planos celestiales se organizan los movimientos hacia el planeta; y cómo es que la Jerarquía Divina, los Mensajeros Divinos, trabajan en nosotros como humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
María, hoy se aproximó muy cerca de nosotros, pero antes de la Aparición muchas cosas sucedieron, una detrás de la otra.
Los Arcángeles estuvieron muy presentes, principalmente Rafael y Miguel, que fueron abriendo puertas hacia el universo, poco a poco, a medida que nuestra Madre se aproximaba.
Hoy, también vimos, en un momento, a los profetas Moisés e Isaías que traían en sus manos un libro guardado dentro de un arca. Ellos dijeron que era un instrumento del Cielo que estaba siendo traspasado de dimensión en dimensión para ser sembrado en este lugar.
Nos vimos delante de un misterio, pero ese misterio era tan verdadero que no dudamos que era real, porque Dios estaba presente a través de todas esas cosas.
Hoy, sentimos también que hasta el Reino Mineral estaba siendo agradecido, la naturaleza, como decía la Hermana Lucía.
Hoy, sentimos la bendición en la Colina, que era algo un poco inexplicable. María se aproximó con el Niño Jesús en brazos. El Niño Jesús caminaba entre las personas para liberarlas de muchas cosas; con solo pasar junto a cada uno de ustedes, las energías se desprendían de una forma muy leve y armoniosa.
Hoy, nuestra Madre nos mostró Sus diferentes Faces. Al final de la Aparición, se manifestó como Nuestra Señora de Guadalupe, y toda la energía y la presencia de Guadalupe se depositó sobre la Colina.
También, sentimos la unidad con la consciencia indígena. Parecía que muchas consciencias de otros puntos de la Tierra, en los planos espirituales, se estaban congregando aquí, sobre la Colina, al igual que los Reinos de la Naturaleza, los vimos dentro de una gran arca. Sentimos la presencia de Noé y había algo espiritual que estaba aconteciendo ante todo eso.
Cuando apareció nuestra Madre, detrás de Ella se manifestó la Nueva Jerusalén o el Paraíso, a nuestro entender según Ella nos decía. Esa Ciudad de Cristal, que vive y resplandece en el Universo Espiritual, fue traída hoy por la Presencia de nuestra Madre.
Hoy, sentimos la Presencia del Creador en todo este espacio. Él estaba presente a través de María. Percibimos el Aspecto Femenino de Dios como nunca antes lo habíamos percibido. Eso iba más allá de la Presencia de María, pero María era el centro, era el foco que manifestaba esa Consciencia de Dios.
Ella contempló nuestros corazones con mucha dulzura y, en un momento de la Aparición, cuando nosotros relatábamos lo que Ella nos decía, las Faces con las que se iba nombrando, en el momento que Ella habló de la Nueva Jerusalén, nos mostró por algunos segundos lo que Dios tiene escrito en Su Corazón para este fin de los tiempos, para este planeta, para esta humanidad.
Madre María Shimani de Montserrat:
Después de recibir toda esta Gracia, todas estas explicaciones de lo que sucede, entre Dios y nosotros, todas estas revelaciones que parecen grandes misterios, pero que se tornan simples cuando las colocamos en el corazón; porque solo a través de nuestro corazón, podremos comprender todas estas dádivas que estamos recibiendo.
Hemos aprendido muchas cosas entre ayer y hoy. Y una de las cosas más importantes que hemos aprendido, es que solo basta abrir el corazón y entregarse con fervor a nuestra Madre María; porque lo que sucedió en la noche de ayer, preparó esta Gracia que recibimos hoy.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Solo quiero agregar algo que recordé y que María pidió que lo dijéramos, porque Ella dice que es muy importante para muchos hermanos.
En el momento en que Ella llamó a los hermanos que están hoy aquí visitándonos y a las hermanas que se consagraron como Hijas de María, Ella consagró este ramo de flores para esos hermanos como un agradecimiento de María a ellos.
Y, en el momento de la bendición, cuando llamamos al Espíritu Santo, Ella también bendijo a todas las imágenes que están aquí.
Queridos hijos Míos:
Hoy Mi Corazón desea hacerles un pedido especial de oración por el mundo. Vengo acompañada por las huestes celestiales del Reino de Dios para que, a través de la intervención de sus corazones, Mis ángeles puedan ir en auxilio de las naciones del mundo.
Quiero pedirles que, de forma especial, oren por la India, por Egipto y por Kenia, que en este día necesitan de mucha ayuda para vencer las amenazas del enemigo.
Les pido que oren mucho para que Mis misioneros marianos puedan cumplir la misión de llegar a la India, porque la presencia de ellos no tiene el motivo de llevar solo el servicio y la donación, sino también llevar Mi Corazón entre sus manos para que sea entregado a los que más lo necesitan.
Mis queridos, Mi Corazón Inmaculado necesita llegar a esas naciones para consagrarlas a Mi Corazón y para protegerlas de todo el mal que se expande.
A veces, la ignorancia de los que viven en la oscuridad no les permite ver las verdaderas necesidades espirituales y así, el enemigo se aprovecha de la ignorancia de Mis hijos para cerrar con siete llaves las puertas de las naciones.
Si oran con amor, con devoción y haciendo a Dios una oferta verdadera de aliviar al mundo, la Luz podrá llegar a los corazones que hoy están en la oscuridad, podrá retirar las vendas de los ojos de Mis hijos para que ellos perciban una realidad mayor y reconozcan en Mis soldados a Mi Inmaculada Presencia.
Hoy les pido que oren también por todos los niños que viven en Kenia; todas las pequeñas almas que equilibran violentamente sus deudas con Dios para que, a través de la oración misericordiosa de sus corazones, esa Fuente insondable de Misericordia sea vertida sobre todos esos pequeños niños y también sobre los que están por nacer.
Mis queridos, los tiempos se están acelerando. El momento final de esta purificación, que el mundo ya vive, se aproxima y es urgente que sus corazones se pongan a orar.
Confíen en la Voz que os guía, porque Mis ojos contemplan las necesidades del mundo entero, no solo las de aquellos que Me oyen.
Los que hoy escuchan Mi Voz deben responder con prontitud a Mi llamado, para que este llamado se expanda por el mundo y llegue a aquellos corazones más olvidados. Eso se alcanza, hijos Míos, sobre todo a través de la verdadera oración.
En este viernes de reparación y de preparación para el sábado de Misericordia, únanse al Corazón Castísimo y Sacratísimo de San José, para que Él los auxilie y les enseñe a ser intercesores ante Dios, en beneficio del mundo entero.
Las naciones más distantes de Mi Corazón necesitan de mucho auxilio y de mucha colaboración orante. Por eso, junto con San José, coloquen en sus corazones a toda Asia y eleven al Corazón de Dios un pedido misericordioso de auxilio; pídanle que envíe Sus huestes de Luz, que derrame Su Piedad y Su Misericordia sobre esos hijos que tanto las necesitan.
Oren, oren mucho, para que los Planes de Dios se vuelvan realidad y este mundo se convierta en un mundo luminoso, consagrado al Corazón del Creador y que responda a Su Celestial Voluntad.
Les agradezco, Mis queridos, por acompañar a Mi Misión mariana por la paz en la Tierra.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Mis brazos llevo al mundo. En Mi Corazón guardo a la humanidad. En Mi oración socorro a la humanidad y así auxilio a todas las almas. Con Mis ojos contemplo la alegría de algunos corazones y el dolor de los corazones heridos.
Por eso, Mi misión es traer el Cielo a la Tierra a través de las oraciones de Mis soldados. Mis Gracias son derramadas hora a hora, segundo a segundo, sobre este necesitado mundo. Mis manos oran perpetuamente por ustedes. Mi Inmaculado Corazón se eleva hasta el trono celestial de Dios para pedir, como mediadora, por toda la humanidad.
Mientras el tiempo, los cambios y los acontecimientos pasan rápido en la vida de todas las almas, Mi Corazón los quiere llevar hacia un estado profundo de paz. Quiero revelar a Mis pequeños la esencia de la Divina Misericordia de Jesús. Quiero que Mis pequeños aprendan a estar en Mi Hijo sin temer por nada y así caminar en alegría hacia el encuentro con Su Misericordioso Corazón.
Como Madre protejo a los corazones y despierto el poder de la fe para la vida. Como el mañana, traigo la esperanza, la renovación en Jesús, el inicio de un nuevo camino hacia Dios.
Día a día, contemplo que la necesidad de la humanidad aumenta, por eso, desde los Cielos, Dios el Altísimo, Me envía hacia Mis hijos para ayudarlos a encontrar el Amor del Creador.
Pequeñas almas de Dios Padre, hoy como Madre de la Divina Misericordia derramo una vez más el Rayo del Perdón y de la Reparación sobre vuestros corazones. Pero para que vuestras vidas sientan la insondable fuente de la reconciliación, ustedes deben dar el “sí” a Dios, al Padre del Amor y de la Compasión.
Queridos hijos, hoy estoy llamándolos a convertir vuestras vidas en perdón, en paz y en Misericordia eterna para todos.
Hoy estoy llamándolos a hacer algo por esta humanidad, porque ella, por sus propias acciones, se separa de la Paz de Dios.
Hoy estoy llamándolos a reforzar el poder de la oración en vuestras vidas.
Hoy estoy llamándolos al ayuno y a la meditación de los Misterios del Santo Rosario.
Hoy les pido que vuestros corazones se vuelvan misericordiosos y humildes para que Jesús se manifieste en cada uno de Sus discípulos.
Hoy estoy llamándolos a despertar del sueño de esta humanidad.
Hoy estoy llamándolos a ser activos servidores de Dios en vuestro prójimo, en vuestras familias, en vuestros más queridos amigos y en toda la humanidad.
Porque hoy Mi Corazón los llama a estar en Cristo Salvador para que la Gracia de Dios auxilie al mundo.
Hoy los llamo a abrir vuestros ojos a la realidad de la humanidad y a comprometerse con la oración perpetua por todas esas causas que necesitan de la Misericordia del Redentor.
Queridos hijos, hoy les pido que enciendan la Llama del Espíritu Santo en vuestros corazones para que Mi Inmaculada Paz se difunda por el mundo, porque en el final de todo ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más