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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por Mis Llagas fueron curados. Por Mi flagelación fueron liberados. Por Mi agonía fueron consagrados. Por cada uno de Mis padecimientos fueron redimidos.
Pero hoy, no puedo sonreírle al mundo porque el mundo sufre en este momento, porque muchos corazones en el mundo no consiguen alcanzar los méritos de Mi Pasión.
Por eso, contemplo un escenario desolador, que invito a Mis apóstoles a atravesarlo, aunque por ustedes mismos crean que no podrán hacerlo. Pero, Yo vine a este mundo a enseñarles el camino, vine a demostrarles la Sagrada Escuela de la Cristificación.
Por esa razón hoy, llevo en Mis Manos el Libro de Dios, en el que algunos nombres aún faltan postularse para la Escuela de la Cristificación. Y esto, compañeros, no es algo solamente espiritual, es algo concreto, porque después del último 8 de agosto todo cambió y sus oídos no pueden escuchar a la Jerarquía como lo hicieron hasta hace poco tiempo.
El escenario del planeta seguirá cambiando y esa será la hora de Mis apóstoles, que irán decididos hacia donde Yo los necesite, no importando el tiempo o el lugar; porque, recuerden que Mi Iglesia en la Tierra está sostenida por un finísimo hilo de Luz, tan frágil que podría romperse en cualquier momento.
¿Ahora, comprenden por qué en este Libro aún Me faltan muchos nombres?
Mi Proyecto se cumplirá con quienes quieran seguirme hasta el final; porque no serán las multitudes que redimirán el planeta, será la poderosa invocación a la Red Suplicante de las almas orantes y honestas, la que paralizará los graves acontecimientos que llegarán al mundo; aunque vean en este tiempo un escenario de destrucción no solo material, sino también espiritual y moral, porque el lenguaje en este mundo está cambiando rápidamente.
Las almas más pequeñas y más inocentes, los niños de este tiempo, ya no aprenden lo que ustedes aprendieron en otros tiempos. ¿Se han dado cuenta de que el lenguaje de la humanidad ha sido tergiversado?
Por eso la importancia, compañeros, de primero proteger de ustedes mismos los valores que Dios le enseñó al sagrado pueblo de Israel. Sin estos valores, la humanidad no podrá reconstruirse.
Los valores y los principios son los Dones de Dios que la humanidad necesita en este tiempo final para saber dónde colocar sus pies, un lugar seguro y protegido, en donde espiritualmente no corra riesgo ni peligro.
Esto significa que, con los pocos que Me responden y Me obedecen, intentaré hacer algo en este mundo, antes de Mi Retorno a la humanidad.
Pero hoy les digo, verdaderamente, que hay una parte que ustedes deberán asumir, aunque no les corresponda, así como su Maestro y Señor la asumió en silencio y en obediencia, sin quejas y sin reclamos.
Porque este sagrado espíritu de fidelidad y de lealtad, que cada corazón humano puede expresar en este tiempo, es la garantía que la Jerarquía Espiritual tendrá para poder intervenir en la humanidad en estos tiempos de emergencia.
Yo no vengo a ofrecerles un jardín de rosas; Yo vengo a ofrecerles un camino de desafíos, de metas, el camino del Propósito que todos deben tener presente en su corazón. Porque aún la humanidad no comprendió el Mensaje de Dios; por esa razón son necesarios los esfuerzos, la determinación imperiosa de servir, la incansable donación de cada servidor.
No quiero que teman lo que les digo, porque aquí hoy se cumple un atributo: solo tener un lugar de reposo, pero no una morada. Porque la morada de cada compañero Mío es en el Corazón de Dios, lugar en donde siempre conocerán y comprenderán los misterios de la Creación, en donde siempre serán colocados para servir en el lugar y en la hora que sean necesarios.
Ahora llegó el momento de que se cumpla el tiempo del apostolado. Que esto no solo sea una necesidad, sino también una realidad que cada uno podrá vivir según le corresponda, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Por eso, abracen la Voluntad Divina, aunque les parezca imposible o inalcanzable; porque cuando abracen la Voluntad Divina, entre ustedes y Dios, no habrá miedos, sino concreciones de Sus Deseos más ardientes y profundos para con cada uno de Sus Hijos.
Es así que Yo vengo a prepararlos para el próximo tiempo, así como preparé a Mis apóstoles antes de Mi Ascensión a los Cielos. Tengan muy presente, compañeros, que estamos en ese importante momento. Por eso, pregúntense si están dispuestos a vivir este momento que Yo les presento.
¿Serán capaces de ir a donde Yo los necesite, en las condiciones que Yo necesite, no aferrándose a un lugar o a una tarea?
Porque las almas que son de Dios no tienen propiedades ni tampoco tienen deseos. Las almas que son de Dios tienen la aspiración de servirlo y, en este tiempo final, tienen la ardiente aspiración de preparar el Retorno de Cristo; primero, purificándose a ustedes mismos, para que el mundo sea purificado de la crueldad, de la indiferencia y de la maldad.
Yo deberé dar testimonio, ante Mi Padre, del Amor que Yo les He entregado a través de los tiempos; porque ese Amor que Yo les di en confianza, Mi Sagrado Amor que es el Amor de Dios por todas Sus Criaturas, es el Amor que Yo necesito utilizar en este momento, ante la emergencia del planeta; para que, en lugares recónditos y lejanos como también en lugares cercanos, se cierren las puertas inciertas que sumergen a las naciones y a los pueblos en este momento.
Necesito que Mi Luz llegue a través de Mis apóstoles. Crean que esto es posible, porque Yo cuidaré la purificación de quien confíe en Mí. Pero no se amedrenten, ya no se precipiten, porque son agraciados y benditos ante Mi Padre y esto no lo pueden olvidar.
Todo lo que Yo hago no es en vano. Todo lo que Yo hago tiene un Propósito y Mi Propósito son las almas, Mi Propósito es vivir en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra.
Por eso, ¿qué temerán?, si Yo ya lo tengo todo previsto, si Yo ya conozco el camino de sus almas. Yo ya sé cuál es el destino de sus vidas.
Para que la humanidad no se destruya a sí misma, Yo vengo a pedirles más. Es la única chance que tengo en este momento, ante el desequilibrio de las Leyes en el planeta.
Por eso, la importancia en este momento de los corazones suplicantes que tendrán como premisa, en este tiempo, suplicar y solo suplicar, para que un niño o aun una familia no se vuelvan mártires a causa de la impunidad.
Por eso, Yo les ofrezco este camino crístico, porque ya están en el tiempo de asumir una responsabilidad y de no tener que ser asumidos por nadie; pues Mis Gracias, en estos tiempos, fueron abundantes.
Ahora es el tiempo de romper con la inercia del planeta, antes de que sea demasiado tarde. No quiero ver lo mismo que en Ruanda; que, por no escuchar a la Madre de Dios, se lamentaron.
Nuestra fraterna cercanía, con ustedes y con toda la humanidad, viene a auxiliarlos, a alentarlos y a impulsarlos a seguir adelante, porque aún hay mucho por hacer y ustedes ya tienen las herramientas para poder hacerlo.
Por eso, Yo vengo a pedir al lugar correcto. Vengo a pedir al lugar en donde Me quieren escuchar y saben que Mi tiempo es precioso en este momento, ante las emergencias de la humanidad, ante la imperiosa necesidad de que los valores de la fraternidad humana, del respeto, de la tolerancia y de la paz, no desaparezcan del mundo.
Yo vengo a pedirles, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, un voto consecuente de responsabilidad. Esto delineará lo que la Jerarquía podrá hacer; porque ustedes lo harán en nombre de la humanidad, en nombre de las desgracias de estos tiempos que todos estamos viendo y sobre todo lo harán en nombre de Mi Amor, para que Mi Amor triunfe en el mundo y especialmente en donde más se necesite.
Es así que, al igual que a los santos apóstoles, Yo vengo a derramarles el Espíritu Consolador para que sigan caminando al encuentro del Propósito, en la búsqueda incesante de una solución espiritual para esta situación planetaria.
Yo vengo a dejarles Mi Paz y a animarlos para que esta nueva Maratón de oración abra las puertas de los Cielos, toque el Corazón del Padre para que Él derrame Su Misericordia y no Su Justicia, para que todos puedan estar en esta ocasión especial bajo los Rayos de Mi Misericordia, de Mi Sangre y de Mi Agua.
Que esta nueva Maratón de la Misericordia sea un ofertorio, que el templo del corazón de cada compañero Mío esté abierto para poder recibirme y para poder consolarme. Porque vengo a buscar, debajo de esta “Figueira”, un lugar para reposar y para volver a respirar profundo, para seguir adelante junto a los que Me quieran acompañar en este tiempo en el que se debe alcanzar la redención. Esa es Mi aspiración.
Agradezco por las respuestas de los que atendieron a Mi apelo y se dispusieron a servirme.
Ahora, vamos a construir durante estos próximos meses lo que deberá llegar a la humanidad: la fuerza de la esperanza y de la fe para que la cura se establezca, para que la paz se infunda en el mundo.
Yo les agradezco por estar aquí Conmigo, por responder a las Aspiraciones de Dios.
En estos tiempos de tristeza nunca dejen de sonreírle a la vida, para que todo se pueda reparar. La sonrisa es el espejo de Mis apóstoles.
Les agradezco y así los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Hoy, estoy aquí, en la Casa de Cristo. Puedo estar más cerca, espiritualmente, de la traumatizada Ucrania. Puedo recoger las oraciones de todos los que oran por la sagrada causa de la Paz.
Por eso, hijos Míos, estoy agradecida porque, en esta hora del planeta, muchas situaciones necesitan ser atendidas, y es urgente para Dios que haya una intercesión celestial.
Por eso, cuando las voces se unen en oración, Yo como Madre del Mundo puedo interceder y abrir, una vez más, las puertas de los Cielos para que los Ángeles de la Paz y de la Reconciliación ayuden a las almas más perdidas, especialmente a las almas que están en los conflictos y en las guerras.
Queridos hijos, por ese motivo, Yo estoy aquí, para irradiar Mi Amor y Mi Luz al mundo; para decirle a los mundos internos de las Criaturas de Dios, Mis Hijos, que se detengan y escuchen el grito del planeta y de las familias desplazadas por la guerra, por el hambre y por la migración.
¿Hasta cuándo sucederá esto?
Por eso, Mi Mensaje llega para sensibilizar, aun dentro de la Iglesia de Cristo, a los que no piensan en los refugiados ni en los pobres.
Espero, queridos hijos, que antes de que todo suceda, más almas buenas sean capaces, Conmigo, de ayudar a equilibrar la balanza de la Ley; porque, de lo contrario, será la propia humanidad, como lo viene haciendo hasta ahora, que se lastimará a sí misma.
Rezo para que no existan ideas autodestructivas en la superficie de la Tierra, para que ninguna bomba más sea lanzada sobre las naciones como si fueran desperdicios. ¡No, hijos, no hagan eso!
Sean capaces de percibir hasta donde llega el mal. Arrepiéntanse y pidan perdón, porque queda poco tiempo.
Recemos para que la poca paz que hay en este planeta no desaparezca.
¡Les agradezco por estar unidos a Mí en oración!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Desde el Cielo llego a este océano, llego a este mar, al igual que hace más de dos mil años, como un pescador de corazones. Vengo a invitarlos a que vuelvan a subir a Mi Barca para que, con fe y esperanza, atravesemos los océanos de la consciencia en donde vive Dios, en donde está latente Su Creación, en donde mora Su Paz.
Hace poco tiempo, los llamé a pisar con sus pies estos océanos. Algunos ya lo hicieron espiritualmente, pero aún aguardo por los que no lo hicieron, por los que no se animaron a superar los límites de la mente y de la consciencia, a penetrar el misterio de la Vida Mayor, del Infinito, del Universo.
Hoy, vengo como ese pescador de corazones, como Aquel que estuvo en las orillas del Mar de Galilea para llamar a los primeros apóstoles.
Hoy, vengo aquí, al encuentro de Mis compañeros y compañeras, para que escuchen Mi Voz y sientan Mi Corazón, para que reciban Mi Amor y Mi Paz, porque debemos atravesar los océanos del fin de estos tiempos.
De los grandes océanos de la consciencia planetaria emergen las urgentes necesidades de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza, porque el planeta está a punto de vivir su gran parto.
El movimiento de la Tierra es incesante. Los cambios adelantan los acontecimientos. Todo se vuelve prematuro y la mayoría de las almas aún no están prontas.
De la misma forma en que Yo los invito a cruzar con sus pies estos océanos, tengan fe porque así sus pies no fallarán y caminarán, como Pedro, sobre las aguas, sin tener consciencia de sí mismos, sino teniendo consciencia sobre la Verdad de Dios.
Mi Padre les entregó un Mensaje a todos ustedes y al mundo entero.
Mi Corazón Misericordioso, a pesar del sufrimiento que veo en el mundo, siente gozo y júbilo porque Nuestro Padre Celestial se comunicó una vez más con Sus hijos, así como lo hizo muchas veces con el antiguo pueblo de Israel.
Su descendencia y sus tribus aún deberán prevalecer a través de los tiempos, aunque esta civilización humana ya aprendió a autodestruirse y a lastimarse lo suficiente.
¿Quién subirá a Mi Barca espiritual para atravesar estos océanos y ayudar a su Maestro a lanzar las redes de la salvación y del rescate planetario adentro de este universo de necesidades, de demandas y de emergencias?
Cuando formé a los primeros apóstoles, hace más de dos mil años, no solo formé consciencias en entrega y en disposición para servir al Proyecto de Mi Padre, sino que también fundé la primera consciencia misionera en la humanidad por medio del servicio, de la caridad y de la palabra.
Estos tres pilares: el servicio, la caridad y la palabra serán los que curarán a la humanidad cuando la mayoría de Mis compañeros, sobre todo los que aún no Me aceptan, comprendan que la fidelidad siempre los hará permanecer en la Luz y en la Verdad; porque Mi enemigo aún sigue tejiendo, en el mundo, sus adversidades y sus planes malignos. Las almas quedan presas en sus redes de pecados capitales, de ambición, de poder, de mentira.
No se entreguen a esos proyectos del mal ni tampoco permitan que sus hermanos sean arrastrados o empujados hacia el abismo de la ilusión.
Como les dije en el principio, estos son tiempos de emergencia, son tiempos en los que cada uno deberá servirme integralmente, para que Yo pueda obrar y cumplir las aspiraciones del Padre.
Mis instrumentos en el mundo, es decir las almas que Me sirven, deben ser esas propias redes que Yo pueda lanzar a los océanos de las emergencias de este mundo, para que no solo las almas puedan despertar, sino también vuelvan a encontrar la verdad que perdieron, la verdad interior.
Mientras tanto, los espero aquí, en Mi Barca, sobre este océano del mundo, en el cual hoy Me encuentro, y estaré muy atento y abierto a recibir sus ofertas verdaderas y no pasajeras.
Entregar la vida por Mi Plan, y sobre todo por Mi Voluntad, sé que no es fácil para la mayoría. He visto que muchos hicieron el esfuerzo y pocos lo consiguieron, y esto no debe ser motivo de culpa o de perturbación. Yo solo les pido que Me den lo que verdaderamente cada uno Me puede dar; porque así, no solo podré lanzar las redes de la salvación, sino también tejeré una red de Luz, de Poder y de Paz a través de los corazones valientes y disponibles.
Ustedes ya saben que el mundo agoniza en cada momento que pasa, en cada día que transcurre, en cada jornada que se cumple; y crecen las necesidades materiales, pero también espirituales.
Aún muchas almas no comprendieron el Mensaje que Yo les entregué, hace más de dos mil años, por medio del Evangelio. Los invito a repasar las parábolas, porque en esas Enseñanzas tan simples y esenciales comprenderán todo lo que les digo.
En esta Maratón de la Divina Misericordia, Yo los invito a orar por la expansión de la consciencia humana para que, más allá de los límites materiales y de las prisiones espirituales que viven muchas almas en el mundo entero, todos los corazones reciban la Gracia de la expansión de la consciencia para que puedan trascenderse y superarse, al punto de alcanzar mayores grados de amor y de servicio.
La gran llave de este tiempo, para el servicio de las almas, es la vida misionera, porque en la vida misionera no solo saldrán de ustedes mismos, sino que también se superarán a sí mismos por medio de la donación absoluta y de la entrega incondicional; y más aún, compañeros y compañeras, conocerán, así como Yo conozco, el dolor del mundo, la indiferencia de las almas, la crueldad de muchos corazones, la indigencia de muchas personas, la injusticia social y global.
Pero Yo no les pido que sirvan como misioneros de la paz y de la fraternidad para que solo vean todas estas cosas, Yo los impulso al servicio misionero para poder curar la indigencia espiritual de esta humanidad. Cuantas más almas sirvan, menores serán los efectos de la purificación del planeta, menores serán las consecuencias del clima e incluso del calentamiento global.
Hoy, no envío este Mensaje a través de un mensaje religioso, sino que envío este Mensaje a través de Mi Consciencia Divina, que es la emanación de la Consciencia de la Verdad de Dios; porque también sé que muchos de Mis apóstoles, de Mis compañeros y compañeras, se han avergonzado por lo que han visto en Mi Iglesia de la superficie de la Tierra.
No les pido que crean en ellos, solo les pido que crean en Mí, porque Yo nunca les fallaré y estoy cumpliendo Mi Palabra de retornar al mundo cada día más, con mayor poder y consciencia, con mayor determinación y fuerza espiritual.
De Mi Corazón emanará el Gobierno del Padre Celeste para poder reerguir a esta humanidad enferma y herida, destruida y aniquilada a sí misma.
Sacaré el falso cetro del poder de las manos de los que gobiernan y, con sus propios ojos, ustedes verán que no quedará piedra sobre piedra.
Si ven, en estos tiempos, que el planeta expresa su rebelión, su agonía y su dolor, no teman, esa es la señal del último tiempo del Armagedón; porque de alguna forma la humanidad se deberá purificar de todo lo que hizo a través de los tiempos. Cada uno recibirá lo que le corresponde por Ley, nada estará fuera de lugar, aunque muchos coloquen todo fuera de lugar y crean que saldrán inmunes de los acontecimientos del planeta.
Retiraré la monarquía de este mundo, corrupta e indivisible para los que creen vivirla; porque este proyecto humano es único y se cumplirá con los que por fe, servicio y esperanza repoblarán la Tierra de nuevos atributos de evolución y de amor.
Porque el Retorno de su Maestro no será solo para poner orden a toda la caótica situación planetaria de los pueblos, de las naciones e incluso de la naturaleza; el Retorno de su Maestro y Señor será muy semejante a, como hace dos mil años atrás, cuando podía estar cerca de los Míos para instruirlos, para fortalecerlos, para encender la llama del fuego crístico en el corazón humano. Eso es lo que más espero y es lo que más aspiro a vivir en Mi Retorno.
No solo será un orden universal y planetario, será el momento en el que los invitaré a subir físicamente a Mi Barca para que conozcan Quién es Dios, porque Yo se los contaré.
Yo solo deseo tener en Mis Brazos a los que tanto Me lo han pedido en estos tiempos. Yo solo deseo colocar Mi Mano sobre el corazón angustiado, perturbado y desolado; sobre el corazón que le falta la paz, que ha perdido la fe, que ya no cree en nada ni en nadie.
Mi Amor transformará a los corazones heridos y restablecerá la unión con el universo, de todos los que la perdieron por las injusticias y las vergüenzas de los hombres de este mundo y hasta de Mi Iglesia; porque Yo haré brotar del corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra, de los niños, de los jóvenes y hasta de los ancianos, Mi Iglesia Espiritual; y ya no será necesario que vivan la enfermedad corporal por estar viviendo la enfermedad espiritual.
Agárrense fuerte de Mi Manto y así no solo los protegeré, sino también los sostendré con Mi Presencia que es la Presencia del Padre, para atravesar con coraje y valentía el fin de estos tiempos.
Desde estos océanos, Yo los bendigo, los renuevo y los reconsagro a Mi Corazón de Amor para que se cumplan los mil años de paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Mi Corazón de Madre retorna a Italia, como en tiempos anteriores, para traerle a todo su pueblo el Amor y la Luz de Dios. Amor y Luz infinita que ustedes necesitan como sociedad y religión para poder vivir una transparente y verdadera redención.
Por este motivo, hijos Míos, he pedido al grupo peregrino que llegara hasta Italia para traer este mensaje del Cielo. No solo porque su pueblo debe enmendar las faltas cometidas con cientos de inmigrantes, sino también porque ustedes, habiendo sido un pueblo inmigrante, deben trabajar conscientemente el perdón para que en esta nación no desaparezca la paz.
Yo Soy su Madre intercesora y mediadora. Soy la Luz que los quiere llevar hacia Mi Hijo para que, arrepentidos de corazón, profesen su amor a Cristo y alcancen la reconciliación.
Pero primero, hijos Míos, ese acto de verdadero arrepentimiento deberá comenzar en el interior de la Iglesia de Mi Hijo. Ella ya no puede seguir ocultando más sus actos y malos tratos porque de lo contrario perderá también la Paz y la Misericordia de Dios.
Ningún religioso tiene inmortalidad espiritual. Este es el tiempo de la enfermedad espiritual en masa, en el que Mi adversario se infiltra para destruir y tentar a muchos sacerdotes.
En Akita, La Salette y en Fátima Yo anuncié sobre la necesidad de que todos se volvieran hacia Dios lo antes posible, para que pudieran ver Su Faz de inmensa Misericordia y Perdón. Pero muchos no Me escucharon.
Regresé una vez más al mundo, a través de Medjugorje, para anunciarles que, por medio de la donación de Mi Corazón, alcanzarían la paz y menos de la cuarta parte de la humanidad puso en ejercicio lo que Yo había dicho.
Para no perder a Mis hijos, regresé una vez más al mundo, pero esta vez en una fecha clave, el 8 de agosto de 2007, día en el que Yo traje para la humanidad la revelación del Universo y de sus misterios y pedí, ardientemente, que Mi Voz, Alma y Corazón fueran llevados al mundo entero por medio de la Peregrinación por la Paz.
Muchos Me acogieron y lo siguen haciendo, y la consciencia de cientos de almas en el mundo sigue despertando. Pero la Iglesia Me sacrificó por completo, juzgando Mi presencia y cerrando las puertas a Mi mensaje universal de paz.
Esta era la prueba para dicha religión, la de reconocer a la siempre Virgen María, Madre del Altísimo, o negarla con difamaciones y mentiras.
Pero la Luz perpetua y materna de Mi Corazón impidió que Mi aspiración fuese interferida. Porque por detrás de los caóticos y graves escenarios en la Iglesia y en el mundo, Su Madre Celeste creó una poderosa red de oración planetaria formada por todos los seres orantes de la Tierra. Una red de oración que, hasta los días de hoy, sostiene y mantiene por medio del corazón de cada hijo Mío, la misión espiritual y divina de la Madre de Dios en la humanidad.
Este movimiento ecuménico de oración que Yo misma fundé en la superficie de la Tierra, a través de los grupos de oración, es el que permite el peregrinar por las naciones del mundo y que la Voz de los Mensajeros Celestiales sea difundida en todas las lenguas y pueblos, para que ningún hijo Mío se quede sin escuchar.
Por esa razón, hijos Míos, estoy regresando una vez más a Italia para concederle la Gracia de la reconciliación y del perdón inminente que necesita.
Todo lo que sucederá en el encuentro de oración de hoy, será el resultado de un amor inmenso por Dios y por su Divina Señora.
Aún hay tiempo para recapacitar y enmendarse. ¡Háganlo, hijos Míos!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Soy la Señora de las Lágrimas de Siracusa. Vengo en este día para decirles, hijos Míos, que Mi llanto por este pueblo de Sicilia nadie lo ha calmado y que espero todavía el gran momento de la conversión de los pecadores que se encuentran en esta isla.
Es así que hoy Me presento a ustedes como la Señora de las Lágrimas, porque a través de Mis lágrimas dejo en este lugar el mensaje de que este pueblo del sur de Italia aún no acepta la redención y de que, por medio de las apariencias, creen que todo está bien y que lo seguirá estando.
Yo llamo a Mis hijos de Sicilia para que se arrepientan de corazón, para que pidan perdón al Padre Celestial, porque así Él les concederá Su Misericordia y no Su divina y poderosa Justicia.
Así, Mis hijos, el pueblo de Sicilia, con la oración de todos, alcanzará una gracia extraordinaria y esa gracia repercutirá también en los miembros de la Iglesia de Mi Hijo.
Vengo hasta Sicilia para que el pueblo del sur de Italia no olvide que la Señora de las Lágrimas lloró y que aún está llorando porque Sus hijos más necesitados de amor no la quieren escuchar.
Vengo para retirarlos del poder que creen tener en sus manos.
Vengo para ofrecerles Mi Corazón maternal como un camino para su conversión final.
Pero también vengo al sur de Italia, como la Señora de las Lágrimas, por una de las crisis más graves de este siglo XXI, que es la migración de Mis hijos de África y de Medio Oriente hacia Europa, a través del mar Mediterráneo.
Es así, hijos Míos, que la Señora de las Lágrimas también llora por la gran indiferencia de todos los europeos, ante la falta de acogimiento y de amor para con los refugiados.
Este es el tiempo y es la oportunidad de que no solo Italia, sino también toda Europa, tengan la gracia de poder revertir sus deudas a través del servicio a los refugiados.
Yo, como Madre de todos, los llamo a la fraternidad y a salir de sí mismos para que el que más sufre y escapa de los conflictos y de las guerras ocupe el primer lugar en sus vidas. Así, aprenderán a conocer la Misericordia Divina.
Italia siempre fue una tierra muy bendecida por los santos y por los milagros eucarísticos, porque es la nación que más necesita de Piedad y de Misericordia en el fin de estos tiempos.
Todos los orantes, en este momento, pueden ser importantes intermediarios ante la Justicia Divina para que, unidos a su Madre Celeste, colaboren a fin de que todas las importantes etapas de la Peregrinación se cumplan conforme Dios lo desea y lo siente.
Sigamos, hijos Míos, permitiendo que la insondable Misericordia descienda en las naciones de la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En Su tiempo, el Hijo del Hombre vino al mundo para renovar a Su Iglesia y a las escrituras. Vino para manifestar las leyes y ampliarlas. Vino para tornar vivo lo que eran solo palabras en las bocas de los hombres que eran respetados y llamados sabios.
Hoy, hijos, el Hijo del Hombre vendrá, nuevamente, por fuera de Sus Iglesias. Y en los imperfectos, como los pescadores escogidos por Él, reconstruirá y ampliará Su Evangelio. Y nuevamente serán calumniados y perseguidos, nuevamente serán comprendidos solo por los puros y abiertos de corazón y rechazados por los que temen perder su falso poder y gloria en este mundo.
Cristo retorna, en espíritu, para preparar Su retorno físico, mental y espiritual a este mundo.
A Sus compañeros solo les dice: "No teman, sino amen y venzan el temor con la potencia de este Amor que, a pesar de haberles sido revelado hace más de dos mil años, aún es desconocido para muchos".
Sean instrumentos para la renovación de la Iglesia de Cristo. Dejen que Su Iglesia Celestial remueva las estructuras de lo que está viejo y sucio para que, nuevamente, los hombres sean lavados por Su Amor Celestial.
Los puros de corazón se unirán, a pesar de sus creencias y religiones. La verdad del retorno de Cristo hablará más alto que los gritos de las doctrinas de los hombres. La fortaleza del amor y de la unidad entre ellos los sustentará y creará el puente para el retorno del Señor.
Por eso, solo amen, pacifiquen y sean verdaderos. Este será el testimonio de la Presencia de Dios entre ustedes.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Uno a todos los cristianos en un solo camino, el camino del amor, porque en el amor no existen diferencias, razones ni conceptos.
Es en el amor que se podrá reconstruir Mi Iglesia, extendida por toda la Tierra, porque en el amor se podrá liberar y perdonar, y todo comenzará de cero.
Por esa razón Mi Padre les concede la posibilidad de que se reúnan y se unan entre los seguidores de un mismo Cristo para fortalecer el amor que a cada uno lo trajo y lo aproximó a Mí.
Este es el tiempo de vivir en ese amor irrefutable, en un amor que es capaz de acoger y no de rechazar, en un amor que se dona por entero más allá de los resultados, en un amor que vive sin expectativas.
Yo uno a todos los cristianos por medio del mismo amor que Yo les entregué a Mis apóstoles, un amor capaz de trascender las fronteras de la consciencia, un amor que es capaz de compartirse para que muchos más conozcan la inmensidad de Mi Misericordia.
En el amor estarán libres de sí mismos, de las prisiones de la vida y protegidos de todo mal.
En Mi Amor Yo los trasformo y los reúno, una vez más, para que glorifiquen al Padre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Corre y deprisa entra en el Templo Sagrado de Mi Corazón.
Mi Iglesia en la Tierra atraviesa su primera y gran tempestad. Los sepulcros escondidos durante décadas están siendo abiertos para revelar la Verdad.
Te he dicho, una vez, que no quedará piedra sobre piedra y muchos de los Míos piensan que es solo una alegoría.
Mis sacerdotes en el mundo están siendo juzgados y algunos son llevados a prisión. La vida consagrada es el preámbulo de la antesala de los grandes ataques de Mi adversario.
Por eso debes correr y deprisa entrar en el Templo Sagrado de Mi Corazón.
Mis Ojos ya no consiguen ver tantos desencuentros en el mundo.
Mi Corazón ya no aguanta tanta vergüenza ajena.
Y aunque desde el Huerto Getsemaní Yo ya sabía que esto sucedería, Mis rebaños están dispersos y aún no saben consolidar la unidad para que el Pastor los pueda guiar.
Todavía cuento con los dedos de Mis Manos a los que en verdad quieren estar en Mí.
Este es el tiempo, hijo Mío, de ver situaciones y realidades increíbles; pero también es el tiempo de la Gracia para quien sepa golpear y llamar a la puerta correcta.
Aún debo mirar con neutralidad los hechos que suceden día a día en la humanidad y especialmente en la vida consagrada.
Mi Madre Me pidió que, por Su Amor, no aplicara la Ley de la Justicia.
La copa antes estaba llena, pero ahora está desbordando y el tiempo de la paz se está acabando.
Por eso, corre y deprisa entra en el Templo Sagrado de Mi Corazón, porque mentiras, engaños y manipulaciones seguirán saliendo a la luz y, una vez más, no quedará piedra sobre piedra.
Me avergüenza ver la vida religiosa tan desordenada en el mundo entero. En algunos casos, Yo dejé de ser el modelo espiritual para que lo fueran las modernidades.
El adversario, con toda su furia, se está vengando sobre Mis siervos y aún estoy esperando el momento exacto de levantar Mi Espada para desencadenar el gran y último tiempo final.
Mi Altar está lleno de Gracias y Mi Cáliz está lleno de Mi Sangre, pero pocos son los que se aproximan a Mí para suplicarme.
¿Dónde está la atención de Mis discípulos?
Por eso, corre y deprisa entra en el Templo Sagrado de Mi Corazón para que estés protegido de ti mismo, de tus propios aspectos que pondrán en juego tu sentimiento de amor por Mí.
Aférrate a Mi Túnica, porque si tú Me dejas Yo te ayudaré.
Ya no podré llorar lágrimas de sangre por más ingratos.
En verdad te digo, y con todo Mi Amor te declaro, que la Justicia lloverá de forma sorprendente, como el granizo.
Por eso, corre y deprisa entra en el Templo Sagrado de Mi Corazón para que cuando todo suceda estés bajo Mi Divina Protección.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras con atención!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Aún llego al mundo por los que Me aman. Y vendré al mundo cuantas veces sea necesario, porque sé que el amor de los que Me siguen es verdadero. Es ese amor y esa confianza los que Me hacen retornar al mundo, más allá de los acontecimientos de la vida, de las pruebas tan duras que vive la humanidad al apartarse de Dios y de no buscar el amor de Su Fuente.
De nuevo se cumple la profecía: Vendrá el Hijo de Dios, miembro de la familia del Rey David. Vendrá la Fuente de Dios a la Tierra, para colmarla con Sus Dones y Gracias. Y esa Fuente tan inmaterial y desconocida, sembrará Sus Gracias y Sus Virtudes en los corazones que ni siquiera imaginan.
De nuevo el Señor hará milagros en la vida de las personas y encontrarán el amor que necesitan para saber sobrevivir en estos tiempos.
Alégrense, compañeros, porque el Amor de Dios se vuelve a donar al mundo y el Unigénito llega a su encuentro para revelarles la Fuente misteriosa del Amor de Dios, que será develada para todos los que se animen a entrar en comunión eterna, con el Sagrado Reino de Dios que vibra en los universos superiores de la consciencia.
De allí vendrán también los Ángeles y los Arcángeles, como fue en los tiempos pasados, pero esta vez en el momento más agudo de la humanidad. En este momento y en este tiempo, las grandes consciencias ultra terrestres podrán intervenir en la humanidad para que al menos una parte del rebaño de Dios, esté bajo el resguardo de la Mano poderosa del Padre y de Su Manto invisible de la Paz, traslucido a través de la siempre Virgen María.
Después de dos mil y dieciocho años, volverá a suceder un gran acontecimiento en la humanidad, que despertará en el amanecer de estos tiempos, al igual que la aurora que despunta en el horizonte y mostrará su brillo peculiar y especial para las almas.
Aún hay tiempo para vivir el arrepentimiento, porque cuando llegue esa señal que vendrá del Universo, todos la verán; más allá de sus creencias o de sus religiones, más allá de su fe o de su ateísmo, más allá del paganismo que existe en el mundo en este momento.
Vendrá así el nuevo Sol, que unido a los cientos de soles del universo, congregará energías potentísimas, cósmicas y superiores, que descenderán a la Tierra trayendo a los espíritus la gran revelación, Eso será momentos antes del retorno de Cristo a la humanidad, por segunda vez al mundo.
Cuando vean que todo esté agonizando en la humanidad y en la Tierra, sabrán que la hora de Mi retorno se acerca. Y más allá de las religiones y de las naciones, conocerán la nueva Faz del Redentor y Señor del Universo; más semejante y poderosa a la que Él reveló en lo alto del Monte Tabor, por medio de Su Transfiguración divina.
Cualquier célula viviente de la Tierra, cualquier átomo que esté vibrando en ese momento, cualquier ser de este planeta, no podrá escapar a la energía poderosa del Universo, que traerá el Gran Sol Universal para generar la redención de la humanidad y la conversión definitiva de todos los pueblos.
Cuando el último ángel haga sonar la trompeta, su ruido será mayor a cientos de tormentas. El ángel anunciará la hora definitiva de la humanidad y los sellos del Libro Sagrado serán revelados, para que todos tomen consciencia de lo que en verdad existe más allá de este planeta y de este universo local.
Primero descenderá la Iglesia de Cristo, en la Presencia y en la manifestación de los bienaventurados; de todos los que a través de la historia de la humanidad hasta los tiempos que llegarán, han respondido al llamado del Redentor y Señor del Universo.
Inmensa será la alegría en el Cielo, profundo será el gozo en la Tierra; porque todos los que han luchado al lado de Cristo, por la victoria de Su Reino Celestial, vivirán una plenitud inmensa y desconocida, y así el mal será derrotado.
La cabeza de la serpiente será destruida y el sufrimiento que se expande en los cuatro puntos de la Tierra desaparecerá; porque San Miguel Arcángel vendrá con Sus ejércitos a destituir a los demonios más rebeldes de la Tierra, que desvían a Mis rebaños del camino de la Luz.
Por otro lado, la Santa Madre de Dios, la bienaventurada Virgen María, la Reina del Cielo y de la Tierra, congregará a través de su llamado a todos los pueblos y todas las razas, que en la fe hayan vivido la religión del amor. Ya no existirán divisiones ni límites, ya no habrán guerras ni conflictos, porque la siempre Virgen María, Madre del Universo y Reina de la Tierra llegará con sus Potestades Celestiales para establecer los mil años de paz.
Grande será el gozo en la Tierra, sublime será la alegría en el Universo, esferas celestiales descenderán a la humanidad para traer la revelación del fin de los tiempos y todos, todos vivirán la alegría del Reino de Dios.
Los falsos serán retirados del mundo y los que no se han arrepentido, se arrepentirán, porque la última Gracia de la Fuente Primordial será concedida a los corazones más rebeldes.
De la noche a la mañana despertarán, reconocerán sus errores y pedirán perdón al Universo para que el gran Ángel del Señor, que provendrá del décimo segundo plano de consciencia, escriba en el Libro Sagrado del Universo, las nuevas señales de los tiempos, contadas una vez por los antiguos profetas y complementadas por la Palabra de Cristo, el Redentor.
Así el tiempo normal, ya no será tiempo. Un nuevo tiempo ingresará a la humanidad y todos tomarán consciencia de lo que siempre ha sido invisible; porque aquellos que hayan confiado en el Amor de Mi Corazón que sepan y que recuerden que no perecerán, siempre y cuando se mantengan firmes, confiables y verdaderos ante la potestad del Universo celestial.
De esa forma las leyes se cumplirán en sus vidas: la materia ya no solo será materia, el espíritu gobernará la vida de las almas y el Santo Espíritu de Dios llamado Espíritu Santo, se volverá a mostrar como en Pentecostés, para derramar sobre todos los pueblos y en todos los continentes, los nuevos principios de la nueva humanidad.
Que en la victoria del Reino de los Cielos celebren este momento, para que sus vidas sean partícipes de ese gran acontecimiento. Sirvan a Dios siempre con alegría, sirvan a Dios siempre con fuego en el corazón.
Sigan rezando por la paz en el mundo y por la misericordia en todo el planeta, porque Yo les aseguro, que tomarán consciencia de todo el bien que hayan podido hacer a través de los tiempos. Y ya no se levantará nación contra nación, ya no reinará la indiferencia, la mediocridad de los corazones, y tampoco la fe debilitada.
Porque en los siervos de los últimos tiempos, Yo construiré Mi nueva Iglesia y todos conocerán la Iglesia de los Cielos; no la iglesia de la Tierra, la verdadera Iglesia Celestial que Yo he profesado a mis apóstoles y a todos los que fueron partícipes de Mi Evangelio en los últimos tiempos, porque por más que Cielo y Tierra pasarán, Mis Palabras permanecerán en los corazones que han firmado su compromiso Conmigo por la eternidad.
Por eso hoy Mis Ojos brillan de esperanza al ver el sacrificio y la sinceridad de los que oran a Mi Corazón, porque así el Cielo y el Universo siempre los bendecirán con sus Gracias, con sus Misericordias, con todos los Dones que esperan hacer de sus vidas instrumentos simples en las Manos de Dios.
Tornen sus vidas como lápices de luz, para que Dios siga escribiendo esta historia de llevar el amor y la paz a todas las naciones del mundo, porque hay corazones que desesperan en su mundo interior y en su vida exterior y que necesitan de la luz de Mi Corazón para volver a confiar en la vida y sobretodo, en el Universo.
Hoy, llevo en Mi Corazón sus súplicas, las súplicas de cada uno de Mis hijos, las que entregaré al Padre a los pies de Su Universo Celestial.
En Mi Nombre serán ungidos, en Mi Nombre serán bautizados, porque sus almas necesitan de eso para aprender a amar aún más Mis Misterios; Misterios que son simples, profundos y verdaderos; Misterios que revela Mi Corazón a los que se abren para conocerlo y para sentirlo en su interior.
He aquí el Corazón que nunca se cansará de donarse a los hombres, a pesar de sus errores y de sus dificultades. Este es el Corazón del Hijo de Dios, el Glorificado Corazón de Jesús que no solo viene a Austria para ayudar a las almas que más necesitan, sino que también viene al mundo a fin de consagrar las naciones a Mi Sagrado Corazón.
Contemplen este Corazón que todo lo entiende.
Contemplen este Corazón que todo lo acepta y que vivió por ustedes un gran sacrificio por la salvación de la humanidad.
Que este Corazón que pertenece a todos, sea reconocido y sea amado por el simple amor de los hombres y de las mujeres de la Tierra, a fin de que las almas vivifiquen el manantial del Amor de Dios por medio del Corazón del Hijo. Este es el Corazón que arde de amor por los justos y por los injustos.
Mi Corazón viene de la Fuente, para llevarlos a la Fuente, para que sean uno con el Creador.
Que el Señor bendiga todos estos elementos que han colocado a Mis Pies en honor a Mi Sagrado y Glorificado Corazón, para que las almas sean bautizadas por el Espíritu y sean ungidas por la Mano Curadora de Dios, a fin de que se disuelva el pasado de las heridas más profundas de la consciencia, para que renazca el amor y la unidad en los corazones.
Hoy los ángeles consagran estos elementos. Hoy los ángeles transubstancian el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para que el amor sea conocido en honra al Universo Mayor.
Hoy no pediré el incienso ni el agua bendita, porque ya fueron bendecidos por Mis Palabras y a través de Mi Palabra, la Fuente de la Creación descendió en sus espíritus y en Austria, así como en todos los que escuchan Mi Mensaje.
Así Yo les doy la paz, para que la lleven al mundo y a los que más la necesitan; y para que esa paz se expanda, se darán un saludo de paz, uniendo a todos los pueblos y a todas las razas.
Los bendigo con Mi Espíritu: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por haber respondido a este llamado, porque así nunca lo olvidarán; nunca olvidarán lo que aquí ha sucedido, porque quedará guardado como una memoria imborrable en el Universo. ¡Amén!
Realizando con tiempo y dedicación las obras de mejora de los caminos que conducen al Centro Mariano de Aurora, y con la ayuda de los servidores de Uruguay, Argentina y sur del Brasil, las almas le demostrarán al universo, en nombre de muchas más, que aceptarán y aspirarán a la permanencia en Uruguay de la Jerarquía Divina y, sobre todo, de la Presencia de Dios.
Aunque exista Mi Iglesia en este país, no es suficiente el calor interior que las almas de aquí Me dan. Solo siento plenitud cuando los peregrinos llegan al Centro Mariano de Aurora para reconocer y confirmar Mi Presencia.
Importantes jerarcas de Mi Iglesia podrían haber evitado la condenación de este pueblo en vez de volverme a perseguir como lo han hecho con esta Obra, siendo sensacionalistas y omitiendo las barbaridades que el pueblo aceptó asumir, por ejemplo, por medio del aborto.
Mi Iglesia, en vez de colocar la mirada en la perdición de las almas, les cerró las puertas a muchos corazones que debían llegar hasta Aurora para poder encontrarme.
¡Qué condenación!
Por eso, Me sirvo humildemente de los que Me siguen de verdad en este tiempo, sabiendo que todo lo que Yo deseo para el Uruguay es grandioso e infinito.
Llevando adelante la reconstrucción de los caminos físicos de Aurora, los grupos permitirán que Mi Presencia esté aquí a pesar de la indiferencia y, sobre todo, que el propio camino que será arreglado por los servidores sea el símbolo de la corrección de los desvirtuados caminos de esta pobre nación.
Les agradezco por obedecerme.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Siente Mi Corazón percibiendo al mundo y a todos sus hijos dispersos en la ilusión y en la realización personal, sin que la mayoría busque verdaderamente a Dios.
Siente Mi Corazón clamando por un poco más de consciencia y de responsabilidad por parte de las almas que, a cada paso que dan, comprometen sus vidas.
Siente Mi Corazón suplicando para que Mis hijos del mundo despierten del sueño profundo e inerte en el cual Mi adversario los colocó.
Siente Mi Corazón intercediendo por las naciones del mundo y por los errores de sus dirigentes que llevan a los pueblos a comprometerse espiritualmente.
Siente Mi Corazón rezando para que terminen las guerras, la violencia entre los seres humanos, la desesperación interior y la falta de amor.
Siente Mi Corazón rogándole al Padre Eterno para que los que Me sirven y siguen la Iglesia de Cristo sean transparentes y disciplinados en la protección de la comunión de las almas con Mi Amado Hijo.
Siente Mi Corazón sosteniendo este tiempo y esta humanidad que deberá arrepentirse de corazón para poder salvarse.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
He venido entre las nubes del Cielo a traer la buena nueva.
Dichosos de aquellos que se prepararán para estar los siete días Conmigo, reviviendo Mi Pasión, trayendo para sí los nuevos códigos, los que transformarán sus vidas para siempre.
Los códigos que Yo traeré para este ciclo, no son los mismos que Yo les he traído en tiempos anteriores.
Vendré con los códigos que iluminarán sus células; porque serán las células las que primero se prepararán para lo que ha de venir al mundo.
Vengo con la buena nueva de traerles más esperanza, para que sus espíritus se aquieten y perciban las frecuencias del Cosmos, las que Mis Rayos traerán desde el Universo hacia la Tierra durante los siete días.
Hago silencio entre las palabras, para que escuchen con atención lo que les digo.
Mis Palabras no pueden sonar solamente en sus mentes, deben vibrar en sus corazones para que la profecía se cumpla.
Ustedes son parte de esa profecía, de la profecía de Juan sobre el resurgimiento de Cristo, de su venida gloriosa al mundo.
Por ahora compañeros, puedo mostrarme a ustedes en Divinidad, pues Mi Cuerpo aún es Glorificado y Mi Consciencia total también lo es.
Es hasta que ustedes alcancen nuevas vibraciones, que Yo Me mostraré al mundo en Divinidad. Hasta que no alcancen la trascendencia de las energías terrestres, vendré en Divinidad a hablarles, para después mostrarme en gloria a todos.
Así como Yo ascendí a los Cielos, así Yo regresaré, al sonar las siete trompetas de los ángeles, los que anunciarán los siete nuevos ciclos que vivirá esta humanidad en sus cinco continentes.
Serán las nuevas tribus de Israel, las que serán llamadas por el sonar de las trompetas; por eso lo que hoy viven es una preparación, la antesala a un gran acontecimiento.
Por eso, aprovechen, beban de la Fuente que hoy Yo les traigo para que sus corazones, en el momento más crucial de Tierra, no sean indiferentes ante todo lo que sucederá; pero sí, que asuman todos los acontecimientos humanos y de este planeta, que se desarrollarán en estos nuevos siete ciclos.
La Sagrada Semana será una preparación interior para todos. Un portal se reabrirá, así como en cada Sagrada Semana anterior. Pero este portal será diferente a los anteriores. Ustedes tendrán la chance de poder vivificar Mi Espíritu, de sentir nuevas cosas que antes no sentían, de vivir nuevos aprendizajes que nunca antes vivieron, de dar pasos seguros que nunca antes se animaron a dar.
Estas son todas las posibilidades que hoy les traigo, para aquellos que son dichosos y preparan sus corazones para la Sagrada Semana.
Las revelaciones de estos tiempos son parte del despertar de la consciencia. Nada quedará oculto, todos tendrán la posibilidad de saberlo todo, dentro y fuera de los seres, en la humanidad y en el planeta.
Estamos en el tiempo de la antesala de la venida de Cristo.
Yo Soy aquella Consciencia que está resurgiendo en estos tiempos, y que está escrita en los libros proféticos de los sabios.
Toda la humanidad podrá saber que Yo estoy aquí, y aunque Mi Iglesia se movilice, no teman, porque si su Señor no fue aceptado en el templo de Jerusalén, ¿ustedes creen que serán aceptados?
Yo vengo a construir las bases de Mi Iglesia Espiritual en las almas.
Yo vengo a resucitar lo que está muerto en los seres, vengo a encender en los seres lo que se está apagando.
Todas estas son las ofertas que hoy les traigo. No permitan que la chispa de su amor por Mi se apague. A pesar de lo que suceda, sean valientes.
El Reino de Dios se aproxima.
Yo les traigo Mi Corazón sincero, para que tan simplemente lo puedan sentir.
Hoy llamaré a un grupo de mujeres que Me ha servido en otros tiempos, así como tendré la oportunidad durante la Sagrada Semana de llamar a muchas almas más a Mi encuentro, para que reciban los tesoros que Yo les quiero entregar con tanto Amor; tesoros inmateriales e invisibles, que harán las almas jubilosas, porque podrán estar a través de ese tesoro que Yo les entregaré, en la Sagrada Gloria de Dios, y serán consideradas por el Padre, posibles almas misericordiosas.
Es por eso que necesito, compañeros, que despierten definitivamente a esos dones, porque el mundo y la humanidad lo necesitan.
Cada impulso que Yo les traigo es definitivo, es la oportunidad de dar un gran paso, y de animarse a cruzar los abismos, para poder encontrar el Océano de Mi Misericordia.
Aún espero que puedan entrar a ese Océano para que Yo los pueda transformar, y convertirlos en Mis soldados valientes que no tendrán miedo de proclamar Mi Palabra, de anunciar Mi nuevo evangelio por medio de las instrucciones que Yo les he traído en estos tiempos. Solo son palabras de salvación y de amor.
Es esa luz la que Yo necesito que distribuyan en el mundo. Por eso siempre los enviaré en misión, para que el sufrimiento se alivie y sus corazones despierten al servicio incondicional dentro del Plan de Dios.
Mientras les hablo, les dejo muchas llaves, para que puedan penetrar Mi Mensaje, ser parte de Mi Mensaje, y vivirlo en estos tiempos finales, porque así tan simplemente Me ayudarán a realizar la Obra de Mi Redención.
Vengo a enseñarles a través de Mi Amor, a que puedan resucitar a lo imposible, que puedan traer para sus vidas las misericordias que han perdido.
Este es el manantial que Yo les ofrezco.
Por eso estoy enviando de dos en dos a Mis soldados; porque necesito, compañeros, que repartan y compartan la misericordia que han recibido de Mi Corazón para todos los corazones del mundo que naufragan en sus sufrimientos, que no encuentran la salida, ni tampoco la paz.
Ustedes fueron merecedores de Mi Paz, y ¿qué harán con la paz que Yo les he entregado?
Sean portadores de ese legado, por muchas almas en el mundo que no lo tienen.
Cuando estén a punto de abandonar Mi Obra, recuerden estas palabras, recobren fuerzas internas, y sigan adelante, sin mirar atrás, solo observando el horizonte de amor que Yo les traigo y así, las fuerzas del mal serán derrotadas, porque el propio mal se come a sí mismo al no conocer el poder del Amor de Dios.
Ustedes son chispas de ese amor invencible, crean en eso y nunca perecerán.
Contemplen a Mi alrededor el universo interior. Eso es lo que Yo busco de ustedes todo el tiempo, para poder fundar las bases de Mi Obra en el mundo.
Será a través de su universo interior que Mi Obra se realizará en la humanidad.
No vengo a hacerlos materialistas de Mi Plan, sino seres espiritualizados bajo el Amor de Dios y de Su infinita Misericordia.
Nuevamente vengo a abrir las puertas para los que las tienen cerradas.
Vengo a traerles el bálsamo de Mi Amor, porque será la llama que los confortará para los tiempos de oscuridad en toda la Tierra.
La Sagrada Semana es el refugio para Mis soldados, es el maná que vendrá del Cielo para impulsar a las consciencias a llevar adelante el estandarte de la paz que hoy entrego para cada uno.
A través del Sacramento de la Comunión, se establece la unión de las almas con Dios, el Cielo y la Tierra, como una sola consciencia, a través del ejercicio adorador de los ángeles.
Muéstrenme el pan y el vino, para que se conviertan en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, divinos códigos de rehabilitación para las consciencias.
Fray Elías: Cantamos “Cristo Tú el amor”, suavemente
Hoy las consagro, a ellas, a Mis hijas, como Mis primeras auxiliadoras de Mis ceremonias sacramentales.
Como siervas de Mi Misericordia, a través de su donación, construyen los altares para Mi Obra en el mundo.
Quiero que sean las primeras siervas de Mi Misericordia, porque ustedes serán las que testimoniarán que durante este tiempo, Yo estuve entre ustedes, para darles a conocer el poder de Mi Amor y de Mi Gracia.
Siervas Mías, sean consoladoras de Mi Pasión. Prepárense para servirme durante la Sagrada Semana, así como las mujeres Santas Me sirvieron en el Sepulcro y hasta los pies de la Cruz.
Sean como María Magdalena, que con sus lágrimas lavó Mis Pies, y Yo la atraje hacia Mi Misericordia.
Sean semejantes a María Magdalena, sean las nuevas Marías, para esta próxima Sagrada Semana.
Quiero que estén alrededor de su Rey, contemplando el amor que Yo tengo por ustedes, por cada pequeño paso que han dado en esta manifestación de la ceremonia de Mi Corazón.
Consagro así estos elementos, que entre sus manos serán señales para una nueva vida.
Hoy ante ustedes, siervas Mías, están siendo testigos del último legado que entrego para la humanidad.
De sus labios deben salir divinas palabras de alabanza y oración; de sus corazones debe irradiarse el amor consolador para su Doloroso Rey, que sufre la indiferencia del mundo en su más silenciosa agonía.
Las consagro como auxiliadoras de Mi Divina Misericordia; como las primeras mujeres, de su Glorioso Rey, que darán ejemplo para todas las demás que serán llamadas internamente por la concreción de la ceremonia divina en cada nuevo altar.
Hoy Dios les trae este mérito, para que sean repartidos muchos méritos más, en las nuevas santas mujeres que Yo llamaré por su nombre.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quiero escuchar de sus labios, el cántico “Corazón Sincero”, para que sean semejantes a Mí, en cada nuevo detalle.
Les agradezco por servirme, que la paz sea en ustedes. Amén.
Queridos hijos:
Como Madre de la Iglesia de Mi Hijo, Madre de aquella sagrada doctrina espiritual que Jesús estableció antes de Su Ascensión, hoy vengo a comunicarles que como su Madre del Cielo, estoy reuniendo a todos los soldados del mundo entero, principalmente a aquellos que provienen de diferentes caminos espirituales, con el fin de cumplir con las profecías de Mi hijo San Juan Apóstol, de poder unir en un solo rebaño espiritual la Nueva Humanidad, una humanidad de servicio, una humanidad orante y perdonada que en estos tiempos, bajo la intercesión de Mi Gracia, deberá responder al gran Llamado del Altísimo.
Por eso, por aquellos que aún duermen, ¡oren! Por aquellos que se separaron de Mi bendito Corazón materno, ¡oren! Por aquellos que sufren física y moralmente, ¡oren! Por aquellos que no viven en Dios, ¡oren! Oren por todos y por todas las causas.
Les pido, Mis queridos, que hoy ofrenden a Dios la oración del Santo Rosario para que Mi Corazón Inmaculado pueda implorar ante Él. Se aproxima un gran momento para todos Mis hijos de la humanidad, un momento al que ustedes llaman purificación.
A aquellos hijos que sostengan Conmigo la bandera de la paz y de la Divina Misericordia, Yo les prometo, como su Santísima Madre del Cielo, que podré mudar los acontecimientos, ofreciendo a Dios Padre Mi Corazón por todos ustedes.
Queridos hijos, hoy no vengo a traerles inquietud ni preocupación, hoy vengo a traerles consciencia planetaria de las cosas que aún la humanidad hace y repite sin prestar atención a la gravedad de su destino.
Por eso, fortalezcan sus grupos de oración, fortalezcan sus redes de fraternidad, preparen desde ahora el camino para lo que llegará. Ya no pierdan tiempo en ustedes mismos, sino dediquen su tiempo a estar unidos a los Cielos para que, durante este ciclo, ustedes estén dentro del Reino de Mi eterna Gracia.
Como Yo lo hice en el pasado, lo volveré a hacer en el presente, pisaré con Mis pies el mal del mundo y liberaré con Mis poderes a los corazones que solo me digan sí.
Súbanse a la barca salvadora que les está enviando Mi Hijo y, con atención, lean las señales de los acontecimientos.
Queridos hijos, antes de la venida gloriosa de Mi Hijo Jesús, el mundo deberá estar en otro punto; para eso, a los pocos rebaños con que cuento, Yo les daré las orientaciones sobre por dónde caminar hasta que puedan alcanzar el Cielo y el Paraíso.
Hijos, la humanidad necesita de mucha ayuda. Por eso, en todo el tiempo que dispongan, ofrezcan a Dios sus oraciones y sus sacrificios, ofrezcan al Padre su transformación y sus dolores internos; porque el mundo como un todo se está ahogando y necesita respirar con libertad y en su naturaleza, como lo fue en el principio del Génesis.
Queridos amados, su planeta es parte del gran Proyecto redentor de Dios, el universo está atento a la disposición de todos los servidores que, con amor, acepten sustentarlo y apoyarlo en el fin de los tiempos.
Sépanlo y recuérdenlo siempre, Yo estoy con ustedes y en ustedes. Mi Manto protege a los que se esfuerzan por estar en Dios Todopoderoso.
Estamos en el tiempo de la reparación del espíritu y del alma. Estamos en el tiempo de la liberación y de la cura para todas las consciencias.
Oremos con el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en Gracia y Amor,
María, Señora de las Gracias
Queridos hijos Míos:
¡Alabado sea Jesús Cristo en sus preciosas vidas!
En esta noche de San Juan, Yo los invito a imitar el ejemplo amoroso del fiel discípulo de Jesús. Como Madre de la Divina Misericordia, hoy les pido que consagren sus seres a la Luz perpetua y eterna de Mi Inmaculado Corazón. Como Madre, los llamo para que, en esta noche consagrada a San Juan, sus vidas sean consagradas a la Madre del Divino Universo Celestial.
Queridos hijos amados, con alegría Mi Corazón materno llega a esta parte de Uruguay para confirmar Mi compañía y Mi Presencia en el especial despertar que el Centro Mariano de Aurora tendrá durante el mes de agosto de 2013.
Como Reina de la Paz, Yo los invito mañana a ingresar una vez más a Mi Corazón Inmaculado, día 25 de junio, para que así me acompañen especialmente en este nuevo aniversario de los 32 años de las Apariciones en Medjugorje.
Hijos Míos, durante este ciclo de junio, podrán entender que María, Reina de la Paz, vuelve al mundo con la esperanza de la pronta conversión y del despertar de la humanidad. Por eso, en este día de Vigilia, solicito a los Centros Marianos y a todos los peregrinos que Me acompañan, a que se unan en profunda oración por las especiales intenciones de la Virgen María.
Sus corazones al cabo de los próximos seis meses orarán constantemente:
• Para que la Paz se establezca entre las naciones y en el mundo.
• Para que las futuras madres amen la preciosa venida de los hijos de Dios mediante el nacimiento.
• Para que el conflicto nuclear termine y los únicos planes de los hombres sean la paz y el bien para el mundo entero.
• Para que la cura planetaria que emana del Sagrado Corazón de Jesús pueda derramarse sobre los pecadores más empedernidos.
• Para que los niños, jóvenes y adultos del mundo entero puedan despertar al llamado de la conversión y al cambio verdadero de las actitudes de la vida. Esto será posible cuando los padres responsables por el caminar espiritual de todos sus hijos vivan y propaguen la vida de oración entre las familias y entre todos los seres.
También hoy les pido que oren:
• Por las almas que sufren y padecen el martirio del hambre y de la falta de agua.
• Para que la infinita y piadosa Misericordia pueda tocar a los corazones endurecidos y que bajo el Amor de Dios, puedan ayudar a los más necesitados.
Y por último, les pido que durante estos próximos seis meses oren:
• Para que puedan despertar un mayor número de almas a las vocaciones del camino cristiano.
• Para que los pastores sean guiados por los pasos de Mi Hijo.
• Para que la verdadera Iglesia de Cristo transmita, mediante ejemplos, la vida del espíritu, de la reconciliación y de la unidad a todas las almas.
Por eso, hijos Míos, Mi Corazón materno, por Voluntad de Dios, apareció y aparece hace ya 32 años en Medjugorje y desde hace 6 años en Aurora, en América del Sur, con el fin espiritual de que todos los corazones que se han separado de Mi Hijo, y en consecuencia de Dios, puedan retornar a Mis brazos, para que Mi Luz los encamine hacia la paz del corazón y hacia la conversión.
Amados niños, así podrán aprender a contemplar cómo es necesario orar por las especiales intenciones de Mi Hijo Jesús y del Inmaculado Corazón de María, para que la Gracia esté presente en el mundo en estos tiempos de grandes cambios.
¡Les agradezco por responder a Mis pedidos por la paz y la redención del mundo!
Los ama y los bendice,
María, Madre y Reina de la Paz
Yo soy la Bienaventurada Virgen María, soy la que les habla, soy la que les comunica, soy la que los guía, soy la que los ama, soy la que los adora, soy la que los pacifica y soy la que templa sus corazones.
Queridos hijos, hace un año, estuve con ustedes en Aurora, Uruguay y hoy, después de tantos acontecimientos, Mi Corazón Inmaculado está con toda la humanidad.
Hijos Míos, Mi llamado es extraordinario porque Mi Corazón les pide que reenciendan la llama de la devoción en sus corazones.
Queridos hijos, es momento de que despierten del sueño, para que puedan percibir que están en otro tiempo.
Ahora, solo les bastará a los rebaños de Mi Hijo seguir los pasos de la Señora Vestida de Sol, porque Ella ya ha lanzado hacia la Tierra las doce estrellas de la salvación para el mundo.
Quien tenga ojos para ver, que vea; quien tenga corazón humilde para sentir, que sienta. Es el momento de dar la propia vida a Dios, de entregarse por entero a los Planes del Altísimo, y esto comienza a partir de los sentimientos y de los proyectos de vida.
Queridos hijos, a través del poder de la oración percibirán que ustedes, como tantos otros hijos Míos, están dentro de la última barca espiritual que es conducida por la Estrella de la Mañana, Estrella que por segunda vez anuncia la venida del Hijo de Dios.
Queridos hijos, con sus corazones abiertos y sus manos en oración, sostendrán el paso mayor que deberá dar el mundo. Por eso, vigilen con amor todo lo que han construido con fe durante este tiempo, caminen con confianza y renuévense todos los días con la vida sublime de la oración.
Hijos Míos, la Madre del Cielo los acompaña, los bendice y ora por ustedes. Oro para que ahora el mundo perciba en dónde se encuentra. Oro al Espíritu Santo para que la sabiduría despierte en el corazón de Mis hijos. Oro clamando a Mi Hijo por una oportunidad. Oro por aquellos que día a día son desviados del camino de la redención por la acción del pecado.
Queridos hijos, ustedes deben orar Conmigo sin compromisos ni demora, porque la oración es el alimento para sus vidas, la oración debe darles vida a sus espíritus.
Hijos Míos, ¿quién dará todo de sí para que el mundo se salve?
Mi llamado quiere reverberar en sus corazones, pero aún en algunos de ustedes el llamado se pierde.
Oren a Dios y ámenlo, Él es muy ofendido por las voluntades humanas en este tiempo. Alivien las cargas que el mundo le genera, vivan a Dios en el amor y en la verdad.
Queridos hijos, oren para que el Padre les dé Su amorosa Misericordia. Si ustedes quieren que el mundo cambie, deberán orar por la paz, porque la paz debe darse primero en sus corazones, para que después haya paz en todo el mundo. El tiempo que vive la humanidad exigirá de sus vidas un mayor sacrificio, para que se cumplan así los Planes del Padre.
Yo abrazo a cada uno de sus corazones, pero todo podrá mudar cuando tan solo preparen el camino para lo nuevo mediante la oración.
Sean ejemplo de santidad y de fe, sean humildes y simples, porque será necesario que muchos de Mis hijos se conviertan al Único Dios a través de la oración del corazón y de la caridad.
Hijos amados, solo quiero que estén más tiempo en Mi Paz y que a partir de allí vivan en la paz, para que otros también la puedan vivir.
Hijos, sus vidas ya están creciendo después de todo lo que les fue entregado por la Señora del Cielo, durante los últimos años.
Ahora, los nuevos pastores, los pastores de la oración, los pastores de la fe, los pastores de la Misericordia, los pastores que son formados por la Iglesia de Mi Hijo Jesús deberán reordenar la vida y el camino de las almas.
Oren para que los pastores de Mi Hijo puedan ser guiados por el Espíritu Santo. Apóyenlos, porque en sus manos está el camino de muchas almas al Paraíso.
Unámonos, en el amor y en la oración, a los pastores de Cristo, el Redentor.
¡Les agradezco, queridos hijos, por recibirme con devoción en este bendito día de Gracia!
Los bendigo, ¡alabado sea Jesús!
Gracias por escuchar Mi último llamado para este tiempo.
María, Señora del bendito y santísimo Rosario de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, permitan que Mi Voz resuene en el interior de cada uno de sus corazones, para que Mi retorno a esta Casa bendita sea de profunda Gloria en la Tierra, como lo es en el Cielo.
Hijos Míos, Mi Corazón se alegra profundamente de poder estar nuevamente próximo a sus corazones. El Señor observa, a partir de los Cielos, los pasos que dan día a día y los acompaña en esa trayectoria de crecimiento.
Amados hijos de Figueira, en este importante día de decisiones mundiales, les pido que oren, oren mucho con el fervor del corazón y la voluntad del alma; porque así, a través de una oración sincera, el Señor podrá hablar dentro del corazón de Sus hijos, de aquellos que sustentan la Iglesia de Cristo y necesitan de gran inspiración para tomar las decisiones correctas, de acuerdo con la Voluntad de Dios.
Este es un tiempo, hijos Míos, en el que deben orar para que la Voz de Dios sea escuchada en todos los corazones, de todas las naciones, razas y religiones; para que todos los caminos escogidos por el hombre sean verdaderamente guiados por un solo Dios.
El Señor emite Su Voz, tocando todos los corazones para que despierten en este momento y vivan la conversión verdadera de la vida.
Por eso, Yo vengo, hijos Míos, como un eco del Verbo Divino. Vengo para que la Voluntad de Dios se pueda manifestar en sus vidas y en las vidas de todas las criaturas.
Por eso, oren, oren los unos por los otros. Tengan siempre al prójimo en sus corazones, sin temer superar los juzgamientos y todas las diferencias que existen entre los seres.
Oren para que los caminos creados por el hombre se conviertan en caminos guiados por Dios, para que Sus hijos encuentren la entrada del Cielo.
Oren para que el discernimiento del Espíritu Santo permee las consciencias de todos los hombres. Porque, de esa forma, el hombre y Dios siempre tendrán la misma Voluntad, como lo fue con Mi Hijo Jesús.
Oigan Mi Corazón que ora, Mi Voz que se eleva, y oren Conmigo.
Los aguardo en oración y paz.
¡Agradecida por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más