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Como Carpintero, fui modelando la madera bruta de tu corazón para que pudieras descubrir el tesoro que hay en tu interior.
Como Pastor, fui conduciendo tus caminos, así como Me lo enseñó Mi Hijo, para que pudieras llegar a Su Sagrado Corazón.
Como Padre, fui educando tus aspectos más humanos, mostrándote lo que no eres para que pudieras saber la verdad sobre ti mismo.
Como Amigo, estuve siempre presente, haciéndome sentir en cada prueba y trayendo paz a tu corazón para calmar tus angustias e iluminar tus abismos.
Como Compañero, fui abriéndote las puertas del Cielo, señalándote las piedras del camino y acompañando tus pasos para que pudieras hacer triunfar el Amor de Dios en tu corazón.
Ahora, hijo, vengo, como un Siervo de Dios, para mostrarte un camino más amplio y profundo, a pesar de ser invisible y oculto.
Vengo a mostrarte el camino para que vivas Mis palabras, experimentes Mis instrucciones y, así, no solo veas cómo Mi Corazón llega al mundo todos los días, sino que vengas Conmigo, adentres en los Portales y encuentres a tu Padre Celestial, tu Creador y el Creador de todas las cosas.
Yo soy Su Siervo. Él es tu Señor. Vine hasta aquí para buscarte, para que Me acompañes a Su Corazón. Y este camino es recorrido en silencio, en lo profundo de tu interior, cruzando la puerta de tu esencia que te conduce a Dios.
Ven, que ha llegado la hora. Escucha Mi silencio y sigue Mi caminar. Vengo a dar lugar a la Voz de Dios en tu corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, hijos, con el Niño Jesús en mis brazos, vengo a hacerles un pedido especial.
Ya no resta mucho tiempo para que Mis palabras resuenen en el mundo. Ha llegado el momento de Mi silencio para que, así, la voz de este pequeño Niño pueda hablar más alto, para que Sus designios sean escuchados y Su Verbo se torne Ley.
Pero, antes de silenciar Mi Casto Corazón, vengo a pedirles que acuñen una medalla, la Medalla del Castísimo Corazón de San José. Una medalla que guardará en sí todos los méritos alcanzados en Mi vida y en la eternidad de Mi Corazón, una medalla que será la protectora de las familias y la guía para la evolución de las almas, una medalla que les recordará la pureza de sus corazones y protegerá sus esencias para que no pierdan la paz en los tiempos de transición.
La Medalla de Mi Casto Corazón llevará grabada Mi imagen con el Niño Jesús en Mis brazos. Él estará en Mi brazo derecho y los lirios que llevo, como símbolo de castidad, estarán en Mi mano izquierda. A Mis pies escribirán: Castísimo Corazón de San José, rogad por nosotros.
Atrás, la Medalla llevará Mi Corazón como un puente hacia Mi Relicario espiritual. Mi Corazón, con tres lirios, representará la unión que experimenté, como siervo de Dios, con la Divina Trinidad.
Con esta Medalla, hijos, se cumplirá el legado que debo dejarles como Padre y Amigo.
Aquellos que lleven consigo esta Medalla llevarán por el mundo los Dones y las Gracias alcanzados por Mi Corazón.
Como promesas divinas, les digo que aquellos que lleven la Medalla del Castísimo Corazón de San José:
1. Encontrarán la paz en los tiempos de tribulación.
2. Alcanzarán la sabiduría interior por medio de la humildad y de la entrega.
3. Encontrarán el camino para retornar al Padre a través de una simple oración.
4. Serán protegidos de toda oscuridad.
5. Alcanzarán la Gracia y la protección para sus familias.
6. Vivirán bajo el espíritu de la humildad y de la mansedumbre de Mi Casto Corazón.
7. A través del silencio descubrirán el amor insondable de Dios y beberán de Su Fuente Divina.
Con alegría en Mi Corazón, les dejo este pedido que Me gustaría ver cumplido el 19 de marzo de 2020, cuando recibirán de Dios una Gracia especial y una expiación divina.
Les dejo Mis bendiciones y Mi paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cada ciclo trae consigo un camino a recorrer, y los caminos se hacen largos o cortos, dependiendo del ritmo de los pasos del caminante.
El camino hacia el vacío se puede hacer largo y doloroso, si el caminante permanece en él lentamente y no acepta los cambios de los tiempos, las pruebas que llegan y todo aquello que el Universo le entrega para que llegue más rápido al fin de ese ciclo.
Este camino se torna corto y rápido cuando el caminante hace de su vacío una oportunidad para dejar que nuevas leyes permeen su ser; cuando permite que el vacío que hay en su interior sea colmado por Dios y se revele completo por la Presencia Divina.
El vacío, hijo, es un estado de consciencia de transición, en el cual ya sabes lo que no eres, pero aún no sabes la verdad sobre ti y sobre la vida. Entonces, ya no te colmes ni de ti ni del mundo, si aún no descubriste qué es lo que habita en ti, y de lo que eres parte, cuál es tu todo.
El vacío es un momento de definición, entre la caída en el abismo y el salto al Infinito. Por eso, vive el vacío con fe, con las manos siempre extendidas hacia lo Alto. Vive el vacío con fe, con los ojos volcados hacia adentro. En algún momento de esa caminata, tu vacío se revelará pleno, y tú te descubrirás parte de todo, del Todo, de Dios.
Mis palabras, entonces, se volverán escasas para explicar lo que experimentas y vives, y todo quedará claro como el sol y pleno como la Sabiduría que proviene de Dios.
Ya llegará el ciclo de la revelación y de la liberación de la ignorancia. Mientras tanto, camina con fe hacia arriba y hacia adentro.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Abre tu corazón y te mostraré que Mi presencia está más allá de lo que tus ojos pueden ver y que Mi silencio revela más misterios que mil palabras pronunciadas todos los días.
Abre tu corazón y te mostraré que el camino de renuncia es un puente que el alma crea para cruzar los abismos del mundo y llegar a Dios.
Abre tu corazón y te mostraré que los misterios universales se encuentran cuando permites que todo concepto sobre ti mismo se pierda.
Abre tu corazón y te mostraré un camino silencioso y humilde, revelado y profundo; el mismo camino que le señalé a María Santísima cuando expiré en Sus brazos; el mismo camino que Ella Me mostró a través de su mirada, cuando Me dijo: "ve".
Abre tu corazón y deja ingresar en tu interior la libertad del vacío, la profundidad de saberse unido a todas las cosas, más allá de los sentidos, de los sentimientos o de los pensamientos. Deja que se te revelen los sentidos de Dios, de Su Esencia, de Su Corazón.
Te quiero mostrar un camino nuevo, un ciclo nuevo, en el cual Mi Corazón estará contigo y te enseñará a encontrar el infinito en tu propio corazón, a través del silencio y de la simple unión con Dios
Siente, hijo, en tu corazón, el mismo amor que sintió tu Madre Santísima y el pequeño Niño Jesús cuando, en silencio, vieron a Mi Espíritu fundirse con el Espíritu Divino y descubrieron la esencia de la Eternidad, de la Omnipresencia.
Mi Corazón respira en el Soplo de Dios y vive dentro de Su Gracia; por eso, siempre Me encontrarás, silencioso como el aire, en todos los instantes de la vida.
Abre tu corazón para un nuevo ciclo, un nuevo tiempo, un tiempo que será vivido por toda la humanidad, un ciclo que será vivido por toda la Creación.
Llegó el momento de subir al Calvario de este mundo, de descubrir lo que es ser un ser humano. Ya tienes todas las llaves para eso; ahora, camina rumbo a la cruz, rumbo a la revelación del Amor, rumbo a Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Busquen amar con sabiduría: siempre palabras para Dios, siempre acciones para Dios, siempre sentimientos para Dios, para que construyan con sus vidas Su Plan.
Busquen vivir con sabiduría, observando las propias acciones e intenciones, dejando que ellas sean conducidas por un Propósito superior; observando el corazón para que él esté imbuido de su misión y de la Verdad Divina.
Busquen en Dios las respuestas a sus preguntas y sabrán que los méritos de las victorias de sus vidas son de Él.
Busquen en Dios las virtudes a expresar y sabrán que Él es el motor de toda transformación verdadera.
Dejen que las Manos de Dios los guíen, que el Pensamiento Divino los inspire, que el Amor de Dios los colme, que la Sabiduría Divina sea lo que impulse todo lo que son, y sus pensamientos serán inspiraciones de Dios, sus consejos serán dones de Su Espíritu, sus acciones serán Obras incansables que construyen puentes para llegar al Padre, sus vidas serán santificadas por Su Presencia, y más que eso, por Su Acción.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando un nuevo ciclo comienza, mira hacia el cielo y agradece a Dios por las oportunidades de recomenzar. Mira hacia adentro, hacia tu mundo interior, y renueva conscientemente tu compromiso con lo Alto, con el Plan del Creador, con Su Voluntad.
Agradece al Padre por estar en Su camino; agradece por oír Su Voz; agradece por ser parte de Su Plan, por ser parte de Su Voluntad y fruto de Su Gracia, de Su Luz.
Contempla el Verbo de Dios que resuena en el Universo. Su silencio dio lugar al sonido profundo de Su Voz y con Su Verbo, el Creador envía impulsos a toda la vida, diseña nuevamente Su Plan, renueva Sus Intenciones y Su Voluntad, renueva Su Presencia en el interior de Sus hijos y envía nuevos designios a todas las criaturas.
Escucha a la Voz de Dios que mueve a los Universos, que recrea a la Creación y entrega a Sus hijos la oportunidad de recomenzar.
Un nuevo ciclo siempre llega pleno de una nueva esperanza y de una Gracia. Acoge con amor estos impulsos. Vive en tu interior una síntesis de lo que caminaste hasta llegar aquí. Contempla las nuevas metas y emprende un nuevo camino, siempre hacia lo Alto, siempre hacia adentro.
Camina hacia Dios en ti y en las dimensiones sublimes. Elevarse es conocerse a sí mismo.
Agradece también, hijo, que, entre tantas renovaciones e impulsos, también se renueva la Presencia de tu Madre Divina en tu vida. Sus Planes de amor se plasman, cada vez más, en la humanidad. Su Verbo de paz da lugar a la Presencia viva de Su Hijo y Su Corazón hace silencio para que Cristo hable alto y se aproxime más a todos los seres.
Contempla los ciclos, observa los hechos, aprende del movimiento de las estrellas y de las palabras de quienes te guían. Todo tiene un motivo, todo es parte de la Voluntad Divina.
Siente cómo tu Santísima Madre renueva Su "sí", aquel mismo "sí" del primer Misterio de la Alegría. Vive este Misterio de la Alegría en tu propia vida y da también tu "sí" a Dios.
Tienes mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Cuando los corazones oran por los pueblos y por las culturas, por las naciones y por las religiones del mundo, rescatan con su intención lo que hay de más puro en el interior de los seres y atraen hacia la Tierra el Pensamiento Original de Dios para la expresión de los pueblos.
Cuando oran para que las diferentes religiones sean verdaderos caminos que conduzcan los corazones hacia Dios, están rescatando los principios originales que inspiraron a las religiones para existir, como una forma de ser una guía para los seres humanos y, de esa manera, hijos, ayudan a aquellos que están perdidos en su ignorancia y que hacen de los caminos que deberían llevar a Dios, el camino para su propia perdición.
Orar por los pueblos y por las naciones es muy importante en este tiempo, es colocar el propósito de sus oraciones en algo superior e incluir a toda la humanidad en sus plegarias.
Ustedes están en el momento de profundizar su unión con Dios y de pasar a sentir Su Amor por cada uno de Sus hijos, de sentir la importancia de los pueblos, la importancia de la existencia de cada criatura de la Tierra.
Por eso, hijos, hoy vengo a decirles que no se cansen de orar por la vida, por los seres humanos y por los Reinos menores. No se cansen de orar sinceramente por las naciones, por las religiones y finalmente por este proyecto humano. Porque ha llegado la hora de que los tiempos cambien y la vida se renueve. Ha llegado el momento del ciclo definitivo que incluye a toda la existencia.
Por eso, oren para que haya paz, oren para que haya amor y oren, sobre todo, para que la Verdad los una en un único camino, que es la puerta estrecha hacia el Corazón de Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Invoca los Nombres Sagrados de Dios y el Padre Creador se mostrará a tu pequeño corazón.
Invoca los Nombres Sagrados de Dios y siente cómo Su Presencia y Su Amor se revelan, cómo Su Voz se hace sentir y Su cura se realiza en tu interior.
Invoca los Nombres Sagrados de Dios y entra en comunión con el Corazón de tu Creador. Deja que Él te muestre Su Verdad, Su más pura inspiración para toda la vida y el Plan perfecto que Él diseñó para ti.
Invoca los Nombres Sagrados de Dios y clama por el establecimiento de Su Paz en el mundo. Clama para que Su Gracia descienda sobre todos los corazones e inunde aquellos que más lo necesitan, transformando vidas y atrayendo hacia Sí los corazones de Sus hijos.
Invoca los Nombres Sagrados de Dios y escucha la Voz del Padre, como la escucharon los pueblos del desierto. Ingresa en el desierto de tu corazón y clama por la paz. Deja que el Padre prepare en ti Su retorno y establezca Su Reino en tu corazón.
Invoca los Nombres Sagrados de Dios y vive la paz. Deja que la paz se expanda sobre el mundo.
Sabe, hijo, que tu Dios y Creador está aquí, en ti y en todo. Invoca Su Nombre para reconocer Su Presencia.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla el Reino de Dios en tu interior y descubre que el Padre, con toda Su Potestad y Su infinita Luz, habita en ti.
Deja que Cristo se revele siempre vivo en el centro de tu corazón para que percibas, hijo, que no necesitas morir para estar en Dios, pero sí descubrir la verdadera vida, la revelación de que Dios está en ti.
Los Cristos del Nuevo Tiempo son aquellos que buscan la Verdad en el propio corazón y la encuentran. Son aquellos que saben que el Reino de Dios habita en sí mismos como en el prójimo y que basta la llave del amor y de la humildad para abrir las puertas que lo guardan en sus corazones.
Los Cristos del Nuevo Tiempo no buscan la revelación del Reino más allá de las estrellas, mirando al cielo. Los Cristos del Nuevo Tiempo reverencian a las estrellas y a sus misterios, pero se saben espejos de ese Cosmos infinito. Saben que en el propio interior está lo que tanto buscan.
Entonces, vive tu búsqueda, hijo, de adentro hacia afuera. Contempla el Cosmos que hay en tu interior. Valoriza el poder de las virtudes y del amor, y ama saber que el Reino está en ti. Sé ese reino vivo para el mundo. Sé un espejo que revela al prójimo que todo lo que vive y respira es parte de Dios, es morada de Su Reino.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Me alegra ver a los corazones que se abren para ser sacramentados. Me alegra ver al Espíritu de Dios descendiendo sobre el mundo e impregnando a las almas y a los corazones de los seres, despertando lo Sagrado que hay en su interior, revelando su universo interno y la semejanza perfecta con el Padre Celestial.
Me alegra ver cuando el Creador puede manifestar Su Presencia entre Sus hijos, derramando Su Perdón y Su Gracia sobre los corazones que se hacen transparentes ante Él.
Me alegra ver el crecimiento espiritual de aquellos que fueron llamados por Cristo para repartir Sus bendiciones y Su expiación en el mundo.
Cuando un Sacerdote perdona los pecados de un alma angustiada, también sus propios pecados son perdonados. Cuando lava los pies de una alma sedienta de nuevos pasos que la conduzcan al Señor, también sus propios pies son lavados. Cuando bautizan en nombre del Espíritu de Dios, revelando a las almas su filiación con el Altísimo, también sus propias almas son bautizadas por el Fuego del Espíritu Santo. Cuando ungen con la potestad de Cristo para curar a las almas de sus más profundas enfermedades, también sus almas y toda la consciencia humana reciben la cura de aquello que está degenerado.
Los Sacramentos, concedidos y recibidos con amor, son gracias que permean toda la vida; son un servicio para toda la Creación, porque, cada vez que son sacramentados se aproximan más a Dios y conducen a toda la humanidad a retornar a Su Corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Definirse, hijo, es reafirmar todos los días la Voluntad de Dios para ti, es caminar rumbo a esa Voluntad y ya no alimentar los desvíos humanos que, a pesar de ser pequeños, te alejan de Dios.
Definirse es comprender tu misión y cumplirla, la misión de amar y de preparar el Retorno de tu Señor al mundo, la misión de servir y de ser precursor de una nueva vida, comenzando por transformarte constantemente a ti mismo.
Definirse es abandonar lo que te separa de Dios y de Su Verdad, dejar atrás las conductas del viejo hombre, su voluntad propia, su autoafirmación, para recorrer decidido el camino de la evolución en Cristo.
Definirse es ya no alimentar las dudas e imaginaciones que te llevan a soñar con una vida de ilusiones, en la que tus voluntades más humanas se cumplen, y permitir que tu corazón sea fiel al Plan Divino, incluso con el pensamiento.
Definirse es rendirse a Dios con todo lo que eres, venciendo el miedo de ser otro, diferente de aquello que pensaste para ti mismo.
Definirse es entrar en la barca que te lleva al Infinito, al Corazón del Padre y no mirar hacia atrás, con la certeza de que tus pasos abren camino para todos los seres, para toda la vida.
La definición acontece todos los días y se reafirma a cada instante.
Para ti, hijo, no hay otra definición sino estar en Dios y permitir que Él se exprese en ti. Esta es tu misión, tu camino, tu plenitud, tu compromiso. Deja que todo lo que te impide vivir la Voluntad de Dios se desvanezca.
Es tiempo de definir tu corazón en Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Reino de Dios está en ustedes. El Reino de Dios está entre ustedes.
Cuando aman y perdonan; cuando sirven y son fraternos; cuando sonríen con el espíritu; cuando hablan con sabiduría; cuando se silencian con reverencia, el Reino de Dios está en ustedes; el Reino de Dios está entre ustedes.
Cuando oran y abren los Cielos, uniendo sus corazones al Corazón del Padre; cuando claman por el prójimo y buscan la paz; cuando se alegran con los progresos de sus hermanos; cuando no codician la evolución ajena, sino que buscan la Voluntad de Dios para sí mismos; cuando comprenden y perciben la Presencia del Padre en toda la vida; cuando agradecen por el don de vivir y renovar la Creación Divina, el Reino de Dios está en ustedes; el Reino de Dios está entre ustedes. Permanezcan en Él.
Dejen que Él se revele a sus hermanos. Que los hijos de Dios descubran la dádiva de vivir y ser el Reino.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
A pesar de todas las purificaciones que vives en tu interior y de la purificación que ves acontecer en el mundo, contempla este ciclo con gratitud.
A pesar del caos, de la angustia y del temor que, a veces, hay en estos tiempos, en el interior y fuera de los seres, contempla este ciclo con gratitud.
A pesar de que, a veces, no sepas qué hacer con lo que sientes y piensas, no sepas cómo proceder o escapar de ti mismo, contempla este ciclo con gratitud.
Deja, hijo, que la gratitud te eleve ante las purificaciones de la vida. Deja que la gratitud te eleve ante las situaciones del mundo. Deja que la gratitud te coloque en un grado de amor, ante el sufrimiento, así como lo estuvo tu Señor al expirar en la Cruz.
Deja que la gratitud te permita ver este ciclo como el anuncio de un nuevo tiempo, como el amanecer de un nuevo día.
Deja que la gratitud te muestre que tu ser se purifica para alcanzar la Verdad. Son las capas que se rompen dentro de ti para que alcances tu esencia y puedas ver quién eres verdaderamente.
Deja que la gratitud te conduzca a Dios.
Tantas veces te hable de la gratitud y jamás dejaré de presentarte este Don Divino porque es a través de él que superaras estos tiempos, es a través de él que auxiliaras al mundo, es a través de él que retornarás a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Curar es atraer, desde lo profundo de los seres, las Leyes y Principios Divinos que manifestaron la vida en el inicio de todas las cosas; es hacer que el ser encuentre, en sus propias células y en su consciencia, el Pensamiento original de Dios para su vida y para la vida en sí; es atraer desde el Corazón del Padre y desde lo oculto de los seres lo perfecto que sus cuerpos, mente, alma y corazón deben expresar.
Curar es retornar al Origen Celestial.
Curar es hacer que el ser descubra la verdad sobre sí mismo.
Las enfermedades ocultan la perfección de las células, de la mente, del alma y del corazón, pero no por eso ella deja de existir. Curar es ir más allá de lo que está dañado y es volver a traer a la luz lo que es perfecto.
El planeta necesita cura. Las almas necesitan cura. Las células necesitan cura. La vida necesita cura.
Oren y vean emerger la verdad en ustedes y en el mundo. Sean curadores, en esencia, de sí mismos y de la vida. Busquen el Origen y creen las condiciones para que otros puedan encontrarlo.
Un día, hijos, el Señor les dijo: "La Verdad los hará libres". Y hoy Yo les digo: "La Verdad los curará".
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sé, hijo, que no es fácil olvidarse de sí mismo para cumplir el Plan de Dios, servir y trascender la propia condición humana; pero esa es la esencia del amor.
Aún el mismo Dios renunció a Sí mismo al multiplicarse y crear la vida, renunció a Sí mismo para nacer como Hombre, entre los hombres, renunció a Su vida y al amor que vivió por ella y por Sus criaturas al morir en la Cruz.
La esencia de la vida no es vencer el sufrimiento, es vivir el amor. Esto es lo que debes comprender ahora. No es sufriendo que cumples la Voluntad de Dios para ti, es amando.
La verdadera llave del triunfo de Dios, en Cristo, no fue el sufrimiento que Él vivió en el mundo, fue el creciente Amor vivido desde el pesebre hasta la Cruz. Es este Amor sin límites lo que debes buscar.
Es solo ese Amor, revelado en ti, el que podrá suplir a tu interior y conducir a tu ser a lo que es verdadero. Pero ese mismo Amor, que es el sentido de la existencia de todos los hijos de Dios, está oculto bajo tus aspectos y tus registros, experiencias guardadas en tus células y en tu consciencia, acumuladas a lo largo de toda la evolución humana.
Romper estas paredes de la condición humana fue lo que Cristo hizo en la Cruz y no solo en el Calvario, sino en cada instante de Su vida. Esta era Su misión: buscar la revelación de ese Amor y vivirlo, trascendiendo para eso toda condición humana, no solo de Sus cuerpos materiales, sino de todos los seres de la Tierra.
Cuando Yo te digo que contemples la Cruz, es porque allí se encuentra Aquel que te reveló el Amor de Dios. Allí, Él venció tu condición humana y te abrió las puertas a Dios.
Contempla y ama a la Pasión de Cristo. Encuentra en Sus Llagas el camino abierto para llegar a Su Corazón y descubre allí un Amor perfecto. Deja que las llagas espirituales que se abren en ti en estos tiempos, también te revelen ese Amor mayor, ese Amor que va a renovar y a superar el Amor de Dios.
No concentres tu atención en aceptar dolores y sufrimientos, sino en ir más allá y buscar incansablemente el Amor. Este es tu camino, tu redención, tu salvación, tu plenitud, tu retorno al Origen Divino.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
Sao José Castísimo
En el principio de la Creación Divina, aun antes de la existencia de los ángeles y arcángeles, de las dimensiones y de las estrellas, el Creador escribió una historia en el Espejo de Su Corazón. Hizo nacer un pensamiento de Su Amor y lo manifestó en colores y en sonidos. Para verlo, lo reflejó en un Espejo que emanó de Su interior y todo comenzó a plasmarse, desde un puro sentir divino.
La historia pensada por Dios y escrita de forma inmaterial en el Espejo de Su Corazón fue repartida entre las dimensiones y colocada en el interior de cada una de Sus criaturas. Todos los hijos de Dios guardan, en sí, una parte de Su Pensamiento. La historia de la Creación se completará cuando todos esos espejos se vuelvan a reunir en uno solo y todo lo que estaba escrito en cada uno de ellos se haya manifestado.
La historia inmaterial, escrita en los espejos, toma vida cuando los seres encuentran la Voluntad Divina en el propio interior y cada paso dado para el cumplimiento de esa Voluntad se torna una información de luz que colma su espacio inmaterial en los espejos de los corazones. Es como si con sus vidas, hijos, pintaran el diseño de la Voluntad Divina para cada uno de ustedes. Este Arte Universal, plasmado en los espejos, se completará cuando todos regresen al Corazón de Dios.
Para manifestar esta Obra Divina, busquen esa Voluntad en los espejos de sus corazones y exprésenla. Encuentren allí los misterios del Origen, el camino de retorno y el sentido del presente, del ahora. Todo esto está en su interior.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En donde las almas clamen por paz y se unan con el único propósito de establecer la paz en el mundo, allí Dios estará.
El Creador escucha la voz y las súplicas de Sus hijos, escucha lo más profundo de sus almas que despiertan. Con un mínimo esfuerzo de elevación, las Manos de Dios se extienden hasta la Tierra y alzan las almas hacia Su Corazón.
El Festival de la Juventud por la Paz es ese momento, hijos, en el que las almas encuentran aliento y respiro; los jóvenes encuentran el sentido, la esperanza y la fuerza para seguir con su misión de transformar este mundo y hacerlo retornar al origen del Propósito Divino.
Aunque no sepan ni comprendan la ciencia de los acontecimientos espirituales, muchos jóvenes son tocados, liberados y rescatados por Dios. Mientras cantan, sus almas se liberan. Mientras se expresan con su voz, con su corazón, con palabras pronunciadas en poesías, en testimonios, en reflexiones; cuando sus sentimientos se manifiestan en pinturas, en fotografías, en fin, en aquello que llaman arte; es así, de esta forma simple, que el Creador silenciosamente toca sus almas. Es así que su Madre Celestial, humildemente, transforma los corazones y les muestra el camino por donde deben seguir.
El Festival de la Juventud por la Paz es una puerta a la nueva vida, por la que las almas reconocen el camino y reciben la bendición divina para recorrerlo.
Reverencien este momento porque los que despiertan serán los precursores de la nueva vida sobre la Tierra, serán los que darán testimonio de su redención al Infinito, serán los que retornarán al Origen con la consciencia plena de su misión cumplida y ofertarán a Dios la renovación de Su Amor y de Su Creación.
Esto es el Festival de la Juventud por la Paz, la puerta a un nuevo camino, a un nuevo tiempo. El primer impulso de un despertar que culminará con el triunfo del Corazón de Dios.
Así es como deben verlo y con ese amor acompañar su crecimiento, su madurez y su expansión.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mientras más contemples y adores a Dios en la Eucaristía, Él estará más en ti y se revelará en tu interior.
La Eucaristía no es solo el Cordero entregado por Amor para reparar los pecados del mundo. La Eucaristía es el Corazón completo y perfecto de Cristo, en donde se guardan los misterios de la Creación y la esencia del Amor de Dios. Amor que, conteniendo en sí a todas las cosas, se multiplicó para que la vida tuviera forma y espíritu, renovando y recreando la Existencia Divina.
La Eucaristía es la presencia del Altísimo revelada. Allí está quién es Dios, Sus misterios, Su Amor y Su esperanza. Contempla y adora a la Eucaristía y en ella, al Portal para retornar al Origen, a la Verdad, a la Luz.
Dios se oculta en Sus misterios y se revela a los que lo buscan. Busca a tu Creador y Redentor en la Eucaristía y, en silencio, deja que Él te conduzca a Su Corazón, a una unidad perfecta con Su Verdad y con Su Amor.
El misterio de la Eucaristía se revela a los humildes, en el silencio de su corazón. En humildad, permanece delante de este elemento consagrado y así como Dios colmó el pan de todo lo que Él es, deja que también consagre y transforme los elementos de tu ser en unidad con Él.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Universo de Dios es sublime y sus misterios son incalculables. Pero, antes de llegar a las alturas celestiales, hijos, deben aprender a lidiar con su condición humana y a vivir la trascendencia de las ilusiones que se presentan a los hombres por el tiempo de la Tierra y sus misterios, hasta que puedan cruzar las capas y los velos que los separan de la Verdad y del Tiempo de Dios y descubrir no solo los misterios celestiales, sino, sobre todo, descubrirse a sí mismos.
Si Yo les hablara solo de las cosas sublimes, harían de la Verdad una ilusión en sus mentes; la tendrían como una historia, pero no como una experiencia; como una filosofía, pero no como una vida manifestada en todo lo que son. Por eso, a veces les hablo del Universo y a veces retorno a su condición humana para crear un puente entre lo que piensan que son y lo que deben descubrir de sí mismos.
La Verdad ya es. Ella se manifestó en el Origen de la vida y se ocultó en la esencia y en el microcosmos de cada ser. Para encontrarla, deben buscarla como hoy buscan las cosas del mundo. Así como se empeñan en las victorias en la Tierra, empéñense en los triunfos en el Cielo.
Busquen el ejemplo de los que ya recorrieron este camino. Beban de la experiencia de los que fueron probados y trascendieron la vida humana para descubrir al Cristo oculto y vivo en su interior. A los que llaman santos, hijos, no son Dios y no son sus milagros los que los harán llegar a Él, pero sí, su ejemplo podrá inspirarlos y traerles luz para la oscuridad de la consciencia.
Para llegar a lo que está en lo Alto deben elevarse. Para llegar a lo que está en el interior deben profundizar en él. Y esta es una misión eterna e incansable hasta que retornen al Origen de la vida.
Su Padre y Amigo,
Sao José Castísimo
Desde las Fuentes más sublimes de la Creación, la Mirada de Dios irradia Su Amor hacia la Tierra.
Gracias sobre Gracias, Su Luz desciende al mundo como un manantial eterno de renovación y de vida. Son las oportunidades que los seres reciben para retornar a Dios.
Como un Salvador que lanza cuerdas desde el Cielo para que Sus hijos retornen a Él, el Creador está constantemente vertiendo sobre el mundo Sus Dones. Estos Dones son, hijos, el camino para retornar a Dios. Respeto, amor, humildad, servicio y sabiduría son algunos de los tantos puentes que Dios crea entre Su Corazón y los corazones de Sus hijos.
Que sus ojos estén atentos para encontrar la Mirada del Padre. Que sus corazones estén dispuestos a ser fecundados por Su Gracia. Que sus vidas estén siempre prontas para ser nuevas y manifestar lo que reciben de Dios.
El Creador los aguarda. Abran sus ojos, vean el puente y comiencen a caminar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más