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Nunca temas estar lejos de Dios, Él sabe todo lo que te sucede, día a día.
Ya aprendiste, a través de los años, a comunicarte con Él por medio del poder de la oración y aprendiste, con amor, a cómo hacerlo bien.
Nunca temas alejarte de Él, porque Él, que es Padre e Infinidad, está cerca de Sus hijos más de lo que parece. Solo bastará que cuando no consigas resolver algo por ti mismo, le permitas entrar dentro de ti, para que Dios pueda actuar y obrar con Misericordia.
Nunca te canses de llamarlo y de implorar Su Santo Nombre. Él espera, más allá de tus errores o dudas, que tú puedas encontrarlo todo el tiempo, en la belleza de un hermoso día, en el amanecer del sol, en la sonrisa de un hermano, en el compartir de un sufrimiento y dolor ajeno.
Dios se muestra a través de varios sentidos y formas, Él solo espera que Sus Hijos siempre encuentren Su Amor y lo vivan.
Por eso, aún habrá montañas difíciles que escalar, ríos inmensos que atravesar y grandes desiertos que recorrer, pero nunca, absolutamente nunca, Él te abandonará.
Levanta tus brazos y encontrarás a Dios. Vívelo en la naturaleza, en el silencio del corazón, en el fervor de una sincera oración.
Él está allí, esperándote y comprendiéndote. Él ofrece Su Pecho de Luz para que puedas recostarte y llorar sobre Él y así recibir Su inconmensurable Amor.
Anímate a seguirlo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Nunca te canses de fijar tu consciencia en Dios, más allá de todo lo que suceda dentro de ti o a tu alrededor.
Esa actitud espiritual permitirá que las Leyes superiores vengan en auxilio de tu consciencia y que cualquier situación, espiritual o interior, sea resuelta.
Confía absolutamente en el propósito inmaterial que Dios creó para tu existencia y con base en esa verdad lleva adelante esta vida colmada de desafíos y de pruebas.
Pero nunca te desanimes ni tampoco te duermas. Haz valer cada momento como si fuera el último; haz que cada etapa de la vida tenga como resultado un aprendizaje de amor y de perdón.
Dios no busca las cosas perfectas dentro de ti, porque Él ya lo sabe todo, Él ya conoce todo lo que tú desconoces dentro de ti.
Por eso, el Padre Celestial espera el momento justo para pedirle a Sus hijos nuevos pasos. Pero esos pasos serán dados y entregados en la medida que amen el desapego en sus vidas.
Porque, en verdad, pocos serán los que le entregarán todo al Señor para la constitución de Su Propósito y para la realización divina de Su Voluntad.
Por eso, como Madre, sé lo que significa despojarse de uno mismo y cuánto eso ocasiona dolores, retrasos y estancamientos. Pero la luz del espíritu de la fe prevalecerá. Ten calma y confía, no existe obstáculo o barrera de la consciencia que no pueda ser superado.
No dejes de remar hasta poder encontrar el puerto seguro del Corazón del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Haz tu oferta al Creador para comenzar este nuevo ciclo, que estará marcado por nuevas pruebas y mayores definiciones.
Este nuevo ciclo forjará en ti la madurez espiritual, la fe y la responsabilidad, no solo por tu vida, sino por toda la vida sobre la Tierra. Cada decisión que tomes, cada acción que vivas, cada verbo que pronuncies, todo será como la tinta en el papel de la pintura del final de los tiempos e influenciará en lo que vivirán el planeta y la humanidad en el tiempo que llegará.
Cada día será el anuncio del próximo y ellos serán construidos por ti, porque no basta con decirle "sí" a Dios, hijo, debes ser de acuerdo a las respuestas que le das a lo Alto.
Las Leyes se moverán cada día con mayor precisión y todo lo que hagas influenciará en la vida, tanto positiva como negativamente, según tus elecciones y tu postura delante de los acontecimientos.
Por eso, mantén tu corazón en paz, busca una vida de servicio, de oración, siendo solícito para con el prójimo y no resistiéndote delante de los desafíos que el Padre coloca en tu camino.
Ora, ora mucho, concentrando cada vez más tu corazón en la Fuente Suprema que es Dios. Y así, hijo Mío, te sustentarás en el bien y en la paz.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
En cada momento de pedir Misericordia, su oferta se debe profundizar para que en ustedes se profundice el amor, la devoción y la caridad.
Pidiendo, sinceramente, Misericordia, recibirán Misericordia y el caudal de la Gracia estará abierto para descender sobre sus vidas y colmar todos los espacios.
La oferta de la vida al Dios del Amor se puede profundizar y ampliar a través de los actos de oración, de servicio y de donación que pueden vivir de ciclo en ciclo.
En esta etapa del planeta, en la que la oferta sincera de los corazones es necesaria, las puertas de la Misericordia se mantienen abiertas para llevar a las almas por el camino de la redención y de la compasión, caminos que los harán encontrarse con Dios para establecer la unidad entre las almas y el Padre Altísimo.
Que el sentido de esa profundización interior alcance altas esferas para que el Padre reciba de Sus hijos las acciones y los sentimientos más profundos de amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Percibe la vida a tu alrededor, los Reinos, los elementos, la presencia de tus hermanos, la luz, el color, los sonidos. Percibe lo que generan en tu corazón los ambientes a tu alrededor, lo que reflejan en tu mente, en tus emociones, en tu corazón.
La vida, hijo, está permeada por la silenciosa presencia del Espíritu de Dios, pero Él se encuentra oculto, escondido como el Rey del Universo se escondía en el Vientre de Su Madre Santísima. El Espíritu de Dios solo se revela a los que son humildes de corazón y se abren para percibir los misterios de la presencia divina entre los hombres, así como Su Hijo se reveló a los simples en el Pesebre de Belén.
Si no consigues sentir la presencia del Espíritu de Dios a tu alrededor, cierra los ojos, respira y silencíate. En el aire que se adentra en tu ser, allí habita el Espíritu de Dios. En la naturaleza, en sus sonidos, en sus colores, allí habita el Espíritu de Dios.
Vive en esta presencia y actúa en cada instante de tu vida bajo los Ojos de tu Padre Celestial. Así verás, hijo, como ya no harás todas aquellas cosas que te hacen caer, una y otra vez, en los mismos errores y tendencias del pasado.
Vive con la mirada del Espíritu de Dios sobre ti. Pero no solo vive con temor de Dios; sabe que Su Presencia viene para ayudarte a reconsagrar tu vida y a perseverar en tu consagración.
Que los Ojos de Fuego de Dios que están sobre ti te conduzcan a la transformación.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para poder derramar todos los rayos divinos del Universo Espiritual.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para elevar a las almas hacia la Casa del Padre Celestial.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para que Mis Rayos Divinos toquen a los corazones que necesitan de mucha redención.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para que las esencias de Dios reconozcan su filiación con el Universo.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios, como Madre, para darles a conocer a los corazones el potente Amor del Padre para con todo lo creado.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para despertar el sagrado compromiso de las criaturas con la Creación.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para estar con Mis hijos e impulsarlos al verdadero cambio de consciencia.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para traer la cura espiritual que muchas almas necesitan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para Mí lo que prevalece en ti no es tu imperfección, pero sí Me es importante tu verdad; porque en la verdad de tu corazón aprenderás, con idas y vueltas, a alcanzar esa verdad hacia la libertad interior, en donde nada se mantiene preso o amarrado.
Es así que la verdad de tu consciencia ante el Universo permitirá que tu ser se aproxime a las Leyes y, aunque ellas sean desconocidas para la consciencia humana, tú podrás unirte en esencia a ese gran misterio universal.
Deja que esa verdad que puede nacer de tu ser, te ayude a irradiar la esencia y la Verdad, más allá de la imperfección, porque así alcanzarás la Verdad por medio de la transparencia y conseguirás vivir una vida real y sin espejismos.
A través de la Verdad, estarás dentro del equilibrio universal, aunque aún debas seguir venciendo la dualidad.
Entonces, sírvete de la Verdad, para que ella tome el primer lugar dentro de tu consciencia; así permanecerás en el Padre, y en el Padre Celestial vivirás la Voluntad Mayor que te trajo a esta vida.
La Verdad está basada en el amor sincero del corazón entregado.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Durante la Hora de Mi Misericordia vengo a verter gracias espirituales sobre quienes Me abran la puerta de su corazón para poder hacerlo.
De esa forma, Mi Amor Misericordioso llega a la humanidad y él puede abrazar al planeta.
Quienes invocan el poder de Mi Misericordia y lo hacen con verdadero esfuerzo, por más que estén exhaustos, son reconocidos por el Padre Celestial, quien ve el valor espiritual que eso tiene. Y el Universo, en vez de derramar la Justicia, derrama el poder de la infinita Misericordia, porque existe un corazón orante que sinceramente, le pide al Sagrado Corazón de Jesús.
Así todo es reparado, no solo en esa alma, sino también en lejanas regiones de la humanidad.
En la Hora de Mi Misericordia dejo para los orantes el legado de Mi Misericordia, el que se revela por el Amor interior que Yo tengo por cada alma.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
El Corazón de Dios está por encima del caos y más allá de toda dualidad humana y universal.
Tu Padre, hijo, te llama a transformar las leyes de la Tierra que son frutos de la degeneración humana; te llama a transformar lo que para muchos es la condición natural de los hombres. No creas que la condición actual es imposible de transformar. Cree en el misterio del Corazón de Dios que está más allá de todo lo que los hombres conocen y expresan.
Mira al Hijo Primogénito de tu Padre Creador: Él jamás debe ser una excepción para ti. Él es la punta de una lanza de la cual tú formas parte; una lanza que rompe las estructuras del viejo hombre y establece una nueva vida, vida que expresa la verdadera esencia de la creación humana. Cristo es la punta de la lanza y Su Padre y Señor, la mano que la sustenta y dirige para que su meta sea exacta y su camino correcto.
Siente a tu corazón como parte de ese Plan, parte de esa divina lanza en las Manos de Dios, la que deberá ser fuerte y precisa para romper las estructuras de un viejo ser. Ante todo, siente que esa lanza traspasa y atraviesa tu propio corazón, tu alma y tu espíritu y, transformando todo lo que eres, te hace parte de la instauración de lo nuevo.
Persevera, hijo Mío, y no temas.
Deja que todo se quiebre y se transforme dentro de ti. Ofrécele tu corazón a Dios como la primera parte a ser transformada de esta consciencia humana. Que tu redención sea el primer símbolo del triunfo de Dios en este mundo.
No temas, pero sé firme. Deja que Dios envíe esta lanza a su meta y, con un Amor que está más allá de toda comprensión humana, Él transforme este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, contempla los Ojos de Dios que están puestos sobre el mundo. El Padre observa el desamor y la ignorancia de Sus hijos, pero, atravesando todo eso, Él toca con Su Mirada la más pura esencia de Sus criaturas.
Contempla los Ojos de Dios que están puestos sobre el mundo, esperando que las almas perciban el colapso de las naciones que anuncia el inicio de un ciclo definitivo para la humanidad. El Padre Creador aguarda que los ojos de Sus hijos también se eleven a los Cielos y, en una oración sincera, en su interior comprendan el verdadero sentido de la vida.
No busques afuera de ti el apoyo y el sustento para estos tiempos. Busca tu sustento, hijo, en la Mirada de Dios, mansa y piadosa, que llega a todos los rincones del mundo, impasible ante las atrocidades causadas por los hombres; porque el Padre, que todo lo ve, penetra mucho más allá de sus miserias y se mantiene firme en la verdad de los corazones.
Contempla los Ojos de Dios, fijos en la verdad que hay en el interior de los seres, y ve reflejado en ellos lo que realmente eres. Cuando buscas a Dios, te encuentras a ti mismo, encuentras a tu verdadero ser, encuentras lo que te hace semejante al Padre, encuentras el sentido de tu existencia. Por eso, hijo, en este ciclo de dudas y de confusiones en el que las almas caminan perdidas y sin dirección sobre el mundo, coloca tu mirada en la Mirada de Dios y, así como Él, mantén tu corazón en la Verdad.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sobre cada humilde pie llevo la Rosa de la gratitud y de la devoción de Mis hijos de Argentina, sublime ofertorio del corazón de las almas simples que saben escuchar a Dios y son parte de Su Divino Reino.
Sobre cada pie llevo la Rosa de la gratitud y de la devoción de Mis hijos de Argentina. Eso Me permite acercarme más a los miserables de espíritu y a los huérfanos de corazón.
La Rosa de la gratitud y de la devoción de Mis hijos de Argentina permitirá reconstruir el proyecto en esta parte de la humanidad.
Con la Rosa de la gratitud y de la devoción Yo daré a conocer los prodigios del Padre Celestial, porque el ofrecimiento recibido es sincero de parte de los corazones de Argentina.
Ahora, con cada Rosa sobre Mis pies, caminaré silenciosa por estas tierras a la espera de la gran victoria que se está aproximando.
Con la Rosa de la gratitud y de la devoción repoblaré al mundo con Mi servicial amor, a fin de transformarlo todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras sus vidas se purifiquen, fortalezcan la fe del corazón; porque la fe los protegerá de todo y podrán mirar hacia el universo para contemplar las estrellas y encontrar su estrella de origen.
Mantengan su fe fortalecida, alimentada por la oración que eleva, redime y purifica; así serán conducidos hacia el Corazón de Dios y hallarán el alivio interior que tanto buscan.
Fortalezcan su fe para que la fe en el mundo perdure y, a pesar de los tiempos críticos, todo lo que es bueno y evolutivo, dentro de los seres, pueda tener el primer lugar en estos tiempos, a fin de disolver las agresiones del mal y sus embates.
Que la fe del corazón los mantenga firmes en el camino, porque lo necesitarán por todo lo que sucederá en poco tiempo.
En el Padre Celestial se encuentra la salida y el camino hacia el reencuentro con Su Divina Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Cánticos de Figueira - “En la Cena”
En este cántico ingresamos al templo del corazón y nos recogemos durante la noche para orar con el Maestro.
El alma deja atrás las miserias y los miedos para acompañar al Maestro en la gran ceremonia de la Comunión.
En este cántico se confirma y se profetiza la expresión y la manifestación de las Comunidades-Luz, las que son guiadas por la Mano del Gran Pastor, quien, reuniendo al Pueblo de Dios, celebra con los autoconvocados.
La preparación comienza con la oración diaria para recibir, en el gran cónclave, al Maestro del Amor. Él demuestra Su Amor por todos los seres y se recoge como Espíritu dentro del alma de cada ser.
Cuando todos son llamados se revela la sala del gran encuentro para que entren en comunión con lo Alto y así las almas permanezcan en el Señor.
Él revela el gran momento de la Comunión, ofreciéndose al Padre, pero también pidiéndole a todos que vigilen y que oren siempre para no perder el rumbo hacia el Corazón de Dios.
El Señor se muestra amoroso y resplandeciente y recibe en Su Reino a todos los que fueron llamados para servirlo, llevándolos ante el Trono de Dios para que reciban las Gracias del Padre Celestial y, así, lo reverencien por los siglos de los siglos.
Este cántico demuestra la fidelidad al Señor, fidelidad que podemos vivir a través de la oración diaria y así encontrar el camino de retorno hacia nuestro origen.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Soy la Guardiana de la Eucaristía y llevo sobre Mi pecho el Sagrario del Corazón del Señor.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y aproximo a las almas al misterio del Amor de Dios.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y elevo a los corazones adoradores hacia la Casa del Padre Celestial.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y atraigo para el mundo, por medio de la adoración, todas las Gracias de Dios.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y renuevo a las consciencias que buscan la unión permanente con Cristo.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y, por ella, santifico a los corazones que consagran su vida a Dios.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y hago descender, por intermedio de ella, los principios lumínicos que los seres de la Tierra necesitan para tomar consciencia sobre su proceso de redención.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y derramo toda la Luz que el Sagrado Cuerpo de Cristo concibe para que el planeta alcance su liberación total.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y, por medio de ella, hago descender el Reino de los Cielos para que las almas se consagren al Plan de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si no puedes adentrarte en los desiertos de la Tierra como lo hacían los Padres de otrora para curar sus pecados y convertir su profunda condición humana, adentra, hijo, en el desierto de tu corazón.
En estos tiempos finales, las cosas del mundo son como imanes que atraen constantemente tu consciencia hacia el más profundo abismo de la oscuridad y de la perdición. Pero tú, como hijo de Dios, consciente de Su Presencia en tu interior, puedes optar por no seguir las tendencias de la Tierra y adentrarte en el desierto de tu corazón para que, solo y en soledad, encuentres a Dios.
Dialoga con el Padre todos los días y siente Su proximidad divina cerca de tu corazón. No dejes que te consuman las cosas del mundo y que te hagan olvidar o colocar en segundo plano aquello que es el verdadero sentido de tu existencia.
No te olvides de contemplar el Universo en tu corazón, así como el Infinito, y de reconocer, una y otra vez, tu pequeñez. El corazón que se reconoce pequeño y es agradecido con Dios, con su simplicidad abre las puertas al Cielo, a las dimensiones divinas, a la realidad superior en donde la verdad se revela.
Deja que tus oraciones se tornen cada vez más profundas y sinceras. Cruza el umbral entre ser un hijo y un compañero de Dios, parte Suya viva, renovándose en Su Creación para retornar al Todo con un Amor mayor.
Que el Propósito Divino siempre esté visible para los ojos de tu corazón, para que jamás pierdas las oportunidades de amar, de perdonar, de comprender al prójimo y de encontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Padre, en el desierto de los corazones de los hombres, construye Tu Templo. Encuentra, entre las arenas frágiles y susceptibles al viento, la roca de la consolidación de la unión entre Tu Amor y la consciencia humana.
En medio de las distracciones del mundo y del ruido sin fin que causan los hombres para no escuchar Tus advertencias, recibe, ¡Oh, Señor!, el grito que se emite en el silencio de un corazón sincero.
Tus hijos muchas veces no tienen fuerzas para elevar su verbo y alzar su voz, pero en lo profundo de su interior, en donde Tu Cosmos encuentra al microcosmos del corazón humano, allí se eleva, en el silencio, el clamor de las almas que Te buscan.
Tú, que escuchas al que grita en el silencio, recibe las plegarias de los que están débiles y hazlos fuertes en Ti, para que puedan erguirse en Tu Nombre.
A los que reconozcan su nada y se encuentren postrados en su pequeñez, Tú, Señor, los erguirás, porque Te dieron espacio y permiso para que en ellos no habite ningún poder humano, solo el Poder que viene de Ti.
Arranca, de las entrañas de los que Te claman, su condición humana más retrógrada y convierte el pecado que vive en sus células en Pureza Original.
Demuestra Tu Gracia a través de los humildes y que, en ellos, los soberbios encuentren inspiración y se rindan a Ti.
Que aprendan a quebrarse los que están llenos de sí. Que aprendan a entregarse al Señor y verán surgir del polvo el Espíritu, y del Espíritu, la Nueva Vida.
Que así sea.
San José Castísimo
Ama orar, no solo para pedirle algo a Dios, sino, sobre todo, para reparar Su Corazón.
Ama orar, no solo para elevarte hacia los Universos Superiores, sino para que, estando en las Alturas Celestiales, tú le ofrezcas reparación al Corazón del Padre.
Ama orar, no solo para construir en tu interior la santidad, sino, sobre todo, para consolar al Corazón de Dios.
Ama orar, no solo para sentir en tu corazón la paz, sino para ofrecerle paz al Corazón de Dios.
Ama orar, no solo para experimentar Amor, sino para que tu amor sea una esperanza para el Corazón de Dios.
Ama orar para reparar, consolar y traerle paz al Corazón de tu Padre y Señor.
Ama orar para clamar por las almas que, día a día, ultrajan al Creador con su ignorancia.
Vive para que no seas tú también un motivo que hiera el Corazón de Dios. Recuerda, a cada instante, los Ojos del Padre puestos sobre el mundo y cómo una simple y verdadera acción de amor puede consolar Su Corazón.
Ama, hijo, orar y vivir para ofrecerle a Dios una esperanza, la esperanza de renovarte en el Amor, la esperanza de triunfar con Su Proyecto Redentor, la esperanza de ver a Sus hijos retornar a Su puro y grandioso Corazón.
Que Dios no sea una realidad distante de ti. Descubre un Padre próximo y accesible a tu interior; un Padre que no solo tiene todo para darte, sino que también te espera en una oración sincera para que repares Su Corazón.
Contempla a un Dios silencioso y humilde, que se hace pequeño entre los hombres, dentro de sus corazones y que esconde Su Grandeza y Su Poder en lo oculto de los seres humanos, para darles una oportunidad de crecer y de descubrir el Amor por sí mismos.
Ama conocer a Dios, ama buscarlo y, por encima de todo, ama reparar Su Corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La Fe de Jesús no estaba basada en argumentos o justificaciones espirituales.
La Fe de Jesús provenía de una convicción verdadera de que el conocimiento surgía y nacía del Amor concedido por Dios a cada interior; eso la hacía simple, humilde y verdadera, como conocimiento.
Esta Fe era impulsada por la absoluta confianza en el Padre Celestial, eso la fortalecía por sí misma. No era una Fe que se apropiara de algo, ni siquiera espiritual o inmaterial.
Jesús alimentaba Su Fe a través del Amor que Su propio Corazón tenía por la Voluntad Divina. Era ese Amor el que fortalecía Su Fe y le concedía a todos la revelación del misterio divino y cósmico.
Jesús traía, por medio de Su Fe, la realización del mandato divino, lo que permitía cambiar el rumbo de los acontecimientos y enderezaba el desvío interior de las consciencias.
El Amor y la Fe en Jesús eran inseparables, uno no podía prevalecer sin el otro; ya que esas virtudes internas, en perfecto equilibrio y armonía, eran las que concedían los milagros.
La Fe de Jesús no tenía nada de racional y ni siquiera de científico. Aunque ella se fundamentara en las líneas del conocimiento de la Ley Suprema, Su Fe era absolutamente colmada por el Amor, lo que hacía de Él un Ser pleno de sabiduría y comprensión.
Esta Fe que vivió en Jesús es la misma Fe que Cristo intentó despertar y depositar en lo profundo del corazón de los hombres.
Porque, en esencia, la Fe de Jesús les demuestra a los seres de superficie que son capaces de pasar por encima de sí mismos, a fin de vivir y de experimentar la razón de su existencia, de su propósito y de su meta, plasmado en el misterio inviolable de la Voluntad Divina.
Si las almas imitaran la Fe de Jesús, las pruebas que el Universo les concede no serían problemas ni obstáculos.
Imitar la Fe de Jesús es carecer de voluntad propia, es tener un corazón disponible para amar cualquier consciencia, bajo cualquier situación; es decir “sí” cuando los llaman para darse más de lo que podrían.
Imitar la Fe de Jesús es no tener miedo de reconocer los errores y de intentar enmendarlos con transparencia para no volverlos a cometer.
Imitar la Fe de Jesús es creer, más allá de sí, de que existe Algo superior y divino que nos rige, que tenemos un propósito que cumplir y una Voluntad desconocida que abrazar y amar con toda nuestra fuerza.
Imitar la Fe de Jesús es no temer caer y levantarse cuantas veces sea necesario para afirmar nuestra unión con el Padre Eterno.
¡Les agradezco por imitar la Fe de Jesús!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Por medio de los Misterios Gozosos, ¿qué representa para ti la anunciación del Arcángel Gabriel?, ¿la visitación de la Sierva de Dios a Su prima Isabel?
¿Qué representa para ti el Nacimiento bendito de Cristo?, y ¿la presentación del pequeño Niño en el templo?
¿Qué significará para ti la primera predicación de Jesús en el templo?
En los Misterios Gozosos o de la Alegría encontramos la oportunidad y la Gracia de complacer a Dios escuchando, con el corazón, Su divino Llamado.
Los Misterios Gozosos deben ser el primer impulso de la revelación de Dios a través del servicio abnegado de la Madre de Dios.
En los Misterios Gozosos encontramos la primera señal de la Presencia del Padre Celestial y, también, la actuación silenciosa del Espíritu Santo.
La alegría de servir a Dios es el impulso primordial para después poder concretar las obras divinas.
Esa es la razón por la cual los Misterios Gozosos invitan a las almas a vivenciar la misma experiencia de amor y de servicio que vivieron los Sagrados Corazones.
En los Misterios Gozosos el alma encuentra, como referencia, el modelo espiritual que el Universo Celestial necesita despertar en lo profundo de la esencia de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ora, y en oración lleva el Relicario de Mi Corazón a peregrinar por el mundo, deja que Sus Rayos de compasión y de humildad penetren hasta en el más duro de los corazones, endurecido por su orgullo y por su arrogancia.
Ora, y en oración lleva el Relicario de Mi Corazón a peregrinar por el mundo, deja que sus Rayos de paz y de unidad con Dios permeen a las almas más perdidas y distantes del Creador.
Camina Conmigo, con tu corazón orante, por todos los rincones de este mundo y no te olvides, hijo, que la oración es el puente hacia la unión con Dios, no solo para ti, sino para cada ser de esta Tierra.
Contempla el Relicario de Mi Corazón y, atravesando ese pequeño y humilde Relicario de madera, llega a Mi Corazón espiritual de Siervo, de Compañero, de Padre y de Amigo, para que aprendas de Mí lo que Yo aprendí con Dios y para que así recibas las virtudes que harán de ti un instrumento del Padre Celestial, así como Yo lo fui y Soy.
Contempla el Relicario de Mi Corazón para que aprendas a interceder por las almas y, en silencio, no solo dime aquello que necesitas, sino también pídele a Dios por la intercesión de Mi Corazón por todas las necesidades del mundo, aquellas que son reales y urgentes.
Ora, y con tu oración lleva el Relicario de Mi Corazón a peregrinar por el mundo y así permite que cada uno de tus hermanos reciba aquello que necesita de Dios; reciba Misericordia, Perdón y Gracia; reciba esperanza, fe y alegría; reciba cura, fidelidad y fortaleza para cumplir su compromiso espiritual.
Todo lo que el Creador Me entregó, Yo se lo entrego al mundo por medio del Relicario de Mi Corazón.
Entonces, hijo, recibe lo que te concedo y, en oración, dale de beber a los sedientos de esta Fuente de Gracias.
Tu Padre y Amigo, Compañero de siempre,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más