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Mis palabras de paz deben estar en sus corazones para que en ellos brote el Amor de Mi Hijo.
Queridos hijos:
Cada ciclo que viven es un momento de renovación para el sentimiento del corazón. También quiero decirles que sus vidas son preciosas delante del Reino del Señor.
Hijos Míos, recuerden que la oración que nace desde la fuente del corazón los acercará hacia el Reino de Dios.
Como Madre del Auxilio de todos los seguidores y no seguidores de Cristo, hoy, de nuevo les doy Mi Paz para que, recibiéndola en sus corazones, ella pueda ser una llama de Luz y de Verdad para todos.
En el inmenso gozo de la Gloria de Dios, hoy les pido que eleven al Cielo todas las plegarias que son urgentes para los corazones en los que, día a día, su llama interior se apaga.
Queridos hijos, ya estamos en la conmemoración de los siete meses de mensajes diarios de instrucción. Por eso, les pido que mediten e ingresen a cada uno de los anuncios y que, en oración, vivan la grandeza de Mi Amor por todos ustedes.
Si así lo fuera, pequeños hijos, los caminos de la humanidad podrían ser impregnados por la Gracia.
Hijitos Míos, sonrían a la vida que Dios Padre les entregó. Que dentro del Reino de la Divina Misericordia de Jesús todas las almas puedan nacer de nuevo bajo Mi Manto de Paz.
En oración estamos por todas las causas.
Mi Corazón Inmaculado los acompaña en cada paso que ustedes dan hacia el Señor del Amor.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como María de Nazaret, les doy hoy todo el Amor de Mi Inmaculado Corazón de Madre.
Queridos hijos:
Hace ya seis meses de mensajes diarios transmitidos con inmensa alegría y gratitud para ustedes. Con esto quiero decirles que el camino de oración es infinito para vuestras vidas y es en ese camino donde ustedes podrán encontrar la paz y la fe para el corazón.
Los acompaño hoy, como lo vengo haciendo desde hace seis meses, en este ciclo definitorio en la vida de Mis hijos en el mundo. La perseverancia de ustedes permitirá despertar la motivación espiritual de la oración en otros hijos. Cada acción que se realiza con el corazón glorifica a Dios Padre. Así ustedes estarán dentro del Reino de Su Amor y Su Voluntad.
Para que sus vidas puedan dar los pasos correctos hacia el Señor, ustedes deben imitar el camino de humildad y de obediencia que Cristo, Mi Hijo Resucitado, vivió delante de la Presencia del Corazón del Padre. Este ejercicio de obediencia y de humildad despertará la confianza en las decisiones misericordiosas de Dios y así vuestros corazones se podrán fortalecer en el camino.
Recuerden, hijitos, que las buenas obras que nacen desde el corazón no solo agradan al Corazón del Padre, sino que también repercuten en la misión redentora para la humanidad, misión que Mi Hijo llevará adelante en Su retorno a la Tierra.
Para esos momentos, vuestros corazones deberán estar en oración y despiertos delante de la necesidad real del mundo para que vuestros ojos, ojos de almas en servicio a Dios, puedan reconocer la Presencia de Mi Hijo entre ustedes.
Sepan, queridos hijos, que de la misma manera que Él estuvo entre sus seguidores después de la gloriosa resurrección, así Él estará de nuevo en el mundo, en especial con los nuevos discípulos que lo aguarden con el corazón abierto y entregado.
La Voluntad del Padre se podrá cumplir en este último ciclo a través de la respuesta de ustedes. Mi Voluntad de Madre viene desde la Voluntad Suprema.
Celebremos en oración los seis meses de encuentros diarios Conmigo, la Madre de la Paz.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis palabras de paz quieren ser como los Cielos en los corazones de todas las almas. Quiero que puedan reconocer la Paz Celestial para que, a través de la oración pura hecha con el corazón, ustedes puedan vivir la paz sobre la Tierra.
Todos Mis hijos ya saben que estamos en un ciclo de mudanzas para el mundo. Por eso, mes a mes y día a día, Yo los preparo.
Mas Yo no veo que sus corazones atiendan Mis palabras diarias, palabras dictadas por el Amor de Mi Inmaculado Corazón y que vienen desde los Cielos, lugar al que, día a día los invito a entrar con confianza y verdad.
Queridos hijos, Dios Padre concedió esta Gracia de estar entre sus corazones y Mi Corazón ha obrado para que sus vidas tuvieran las llaves necesarias para la conversión del corazón.
El mundo está ciego, mas no todos Mis hijos están ciegos o sordos. Yo los escucho desde los Cielos cuando sus corazones colocan la voz de la oración en el estado celestial más alto. Por eso, queridos hijos, Mi Corazón se alegra cuando veo la perseverancia y la esperanza, esencias de paz necesarias en estos tiempos, permeadas por la alegría.
Queridos hijos, abracen con amor Mi Corazón y coloquen en él, día a día, las miserias que hacen sufrir la vida de muchos corazones.
A través del ayuno muchas circunstancias mundiales se resolverán, sobre todo la pérdida de las almas. Cuando sus corazones entran en el camino de la entrega y de la donación se deben curar heridas en el corazón que a través del ejercicio de la oración cicatrizan con rapidez.
Queridos hijos, permanezcan con la llama del corazón encendida y caminen, caminen hasta llegar ante el Corazón de Cristo para adorarlo y amarlo. Él los aguarda en el silencio.
Gracias por responder a Mi llamado.
Luz para los corazones en el mundo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Busquen a Dios en sus corazones. Unan de nuevo los lazos de amor con Él para que sus almas estén en la paz. Vivan bajo la Luz de Cristo; encuentren el camino de conversión a Su lado. Así, sus pies caminarán al mismo paso que Su Sagrado Corazón.
No teman a los cambios; el mundo está en el ciclo de la Redención. Por eso, Mis pequeños hijos, no se alteren por las faltas cometidas contra Dios; busquen más bien unir sus almas con el Creador para que Su Mirada y Su Corazón les irradien Amor.
Hoy vengo a pedirles que recen con el corazón para que los Dones del Padre puedan hacerse visibles en todos ustedes. El Verdadero Amor es un Don de Dios al que siempre deberán corresponder para que la vida sea permeada por la Luz de los Cielos.
Queridos hijos, Yo los llamo con Mi Gran Corazón de Madre para que, en el día a día, ustedes puedan vivir en la reconciliación. El mundo ofende a Dios sin percibirlo. Por eso, queridos hijos, ustedes son llamados a irradiar paz. Sus corazones deben ser como el Mío: manantiales de paz para el mundo. Conviertan sus corazones en una fuente de vida para que, a través de la oración, ellos irradien los frutos que el amor les traerá.
Queridos hijos, agradezco por la respuesta de sus oraciones. Debemos continuar en oración porque todas las almas necesitan de conversión y de esperanza. Vivan en la ley de Mi Inmaculado Corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
En la paz del Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que la compasión infinita de Mi Hijo fortalezca sus corazones para así poder caminar en la vida hacia Dios Padre. Hoy los llamo a la reflexión mediante el ejercicio de la oración.
Pequeños Míos, en este tiempo, debemos elevar a la humanidad y a las almas a través de la oración contemplativa. Hoy, Mis queridos niños, les enseño cómo deberán contemplar:
Primero, donando el corazón al Señor.
Segundo, abriendo la fuente misericordiosa de la oración.
Tercero, orando con compasión y piedad por todos los hermanos.
En este ejercicio les aseguro, Mis pequeños, que sus corazones estarán profundizando en la unión con Dios a través de una oración que aliviará los dolores del mundo.
Sus corazones son partícipes de Mi Presencia Maternal; por eso, Yo los invito a vivir dentro de Mi Inmaculado Corazón. En ese Reino que pertenece a Dios, sus almas encontrarán resguardo, protección y renovación de la vida.
El Señor, en Su Inmensa Gracia, quiere renovar sus corazones para que, en este último ciclo del mundo, ellos vivan la vida a través de una comunión verdadera con Cristo. Ustedes, Mis pequeños corazones, deben amar cada momento de encuentro con Mi glorificado y bondadoso Hijo. Allí, en esa cena que cada día ustedes deben celebrar, podrán beber de Sus prodigios y podrán comer en humildad de la compasión y de la Misericordia que Su Santísimo Corazón les estará irradiando.
Ha llegado el momento de que aquello que Juan el Apóstol escribió como mensaje se cumpla como una Buena Nueva en todos los corazones del mundo.
La Señora Vestida de Sol trae las estrellas de Luz, estrellas del Padre, las cuales redimirán al mundo. Para eso, Mis queridos, los corazones deberán abrir el cofre interior que en algunos hijos aún permanece cerrado. Abriendo el corazón, los Cielos se abrirán para las almas que quieran reconocerlos.
Oremos para el alivio del sufrimiento que muchos de Mis hijos viven a diario.
Corran todos hacia Mi Inmaculado Corazón; Mi Luz los guiará.
Los ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón espera sus oraciones puras, aquellas que nacen desde los corazones consagrados a Mí. Que el bendito fruto que nació del Espíritu Santo, Cristo, sea la eterna aspiración de obrar junto a Él por la Redención mundial de las almas.
Hoy les pido, Mis pequeños, que vivan la presencia del Sagrado Maestro del Amor para que sus corazones inspiren el aroma de Su Amor Misericordioso. En esta obra de Paz y de Redención, Mis queridos, estamos juntos, compartiendo la esperanza del corazón y la paz del alma, por la salvación de los corazones.
Un ciclo está terminando en todo este camino de peregrinación.
Desde el oriente hacia el occidente, sus corazones están trayendo, en Mi Nombre, las Buenas Nuevas de la obra del Reino de Dios.
Por eso, pequeños, llegó la hora de alzar a todos los corazones hacia el Reino de Mi Inmaculado Corazón para que todos Mis hijos sean tocados por la Luz de Mi Eterno Manto de la Paz.
Cuando las obras del Señor se realizan en las almas que están en la Tierra, el Reino de los Cielos celebra y alaba al Altísimo por Sus Prodigios y Su Amor hacia todas las criaturas.
Los adoro.
Sean bien recibidos en el cuarto Reino de Mi Corazón Inmaculado: Aurora, después de Fátima-Lourdes, Medjugorje y Guadalupe. Los acojo a todos en Mi Ser.
Los guía en la Luz,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más