Lunes, 30 de enero de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Vayan camino al encuentro de Mi Hijo Glorificado. Él les dará todo el Amor de Su Bendito Corazón; Él los ama y los protege a pesar de todo.

Por eso, Mis muy queridos hijos, cada respuesta a la oración es una respuesta humilde a nuestro Padre Creador. Cada oración ejercitada con el sentimiento y con el corazón, irradiará pureza desde sus corazones. Ustedes, Mis hijos, son llamados para recorrer diariamente la senda de la vida de oración; allí encontrarán firmeza para las decisiones del corazón, así como sabiduría y claridad para la vida.

Hoy los invito a recorrer el camino de la devoción a Mi Inmaculado Corazón.

Queridos hijos, todas las almas del mundo aguardan recibir la señal del retorno pacífico de Mi Hijo. Por eso, queridos Míos, los invito a preparar, como misioneros, el corazón de todos los fieles a Mi Inmaculado Corazón a través del ejercicio vivo de la unión Conmigo en los grupos de oración.

Todos Mis hijos orantes deben renovar el ejercicio de oración mes a mes. Para eso los invito a meditar las palabras diarias que Yo les comunico a través de los mensajes. De esta manera, queridos hijos, estarán siendo guiados por la Luz de Mi Divino Corazón en los momentos de confirmación de cada uno de sus corazones. Todos los grupos de oración consagrados a la Madre Celestial deben llegar a expresarse como rosas preciosas de Mi jardín maternal. Así Yo recogeré las rosas una a una para ofrecerlas al Divino Padre como obra milagrosa de Su Divina Misericordia. Cada alma puede guardar con firmeza la esperanza en el corazón para poder donar la vida mediante la oración.

Queridos hijos, los acompaño en los pasos de la vida y en los pasos como orantes. Cada corazón podrá ver en el horizonte la Luz de la oración. Así cada alma perdida en este mundo recibirá la Gracia de la conversión del corazón. Si oran se convertirán. Si afirman sus pies en la oración, muchas Gracias podrán revelarse para la vida.

Queridos hijos, nunca pierdan la esperanza para que sus corazones siempre sonrían delante de la presencia de Mi Eterna Paz.

Los amo profundamente,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad