Queridos hijos:
Todos los esfuerzos humanos y espirituales que realizan Mis hijos servidores son reconocidos por el Padre Celestial; y una forma de Gracia y de expiación interior es concedida a aquella alma que, abriendo su corazón a Dios, escucha el pedido de cumplir las obras del Cielo.
Queridos hijos, por eso, hoy los invito a seguir el camino del sacrificio por toda la humanidad, para que de esa forma sus vidas conquisten la santidad y la plenitud de servir siempre a Mi Hijo.
Yo, como su Madre, siempre cuido de todo, de sus vidas y de sus pequeñas consciencias, y les doy la posibilidad de amar la Voluntad de Dios, así como Yo la amo todo el tiempo.
Queridos hijos, sigan valientes y serenos, sigan mansos y fuertes por este camino de consagración al Plan de Dios. En verdad, amados Míos, son invitados a seguir los primeros pasos de una santidad arrebatadora del alma y de la consciencia, santidad que también se encuentra a través de la paz.
Estoy unida a ustedes, veo y siento en sus corazones el esfuerzo de amar la esencia del sacrificio, que les dará la redención y les abrirá las puertas a nuevos estados de consciencia.
Queridos hijos, sigamos orando. En el silencio del corazón siempre se comprenderá todo y se podrá vivir la sagrada Voluntad Divina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Redentor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz