Sábado, 21 de julio de 2018

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN DORNES, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Del Cielo hoy vengo para decirles, que lo que llevo en Mis manos es lo que verdaderamente son para Dios. Son algo que aún desconocen profundamente. Han tenido pequeños lapsos de consciencia, de saber qué son verdaderamente para Dios y qué es lo que vinieron a realizar aquí en la Tierra.

Hoy traigo en Mis manos la pureza de las criaturas y he venido para hacerles recordar de ese compromiso, porque aún deben retornar a su origen para que la humanidad pueda retornar a su inocencia.

Fijen su mirada y su contemplación en lo que verdaderamente son. No se queden más en las apariencias de la vida, en los traumas de la vida o en los sufrimientos de la vida.

Yo vengo aquí, a este Santuario de Lis, porque este lugar y este Centro Mariano será el que traerá para el mundo la recuperación de su esencia original, el reencuentro con la pureza original, con la preciosa molécula que Dios sembró desde el principio de su existencia.

Hijos, hoy están ante un misterio más, que la Madre de Dios les viene a revelar, porque también ese, que en este momento deja de ser un misterio, también vive, vibra y palpita en el Corazón de la Madre de Dios.

Como Yo puedo ser parte de ustedes, ustedes también pueden ser parte de Mí y en una sola esencia todo se puede recuperar en la humanidad y en el planeta.

Hoy vengo especialmente de los Universos superiores a su encuentro y traigo entre Mis manos lo más valioso que existe en esta Creación, que es lo que Dios concibió desde el principio de esta humanidad y, podría decir, desde antes de que existiera esta raza.

Queridos hijos, retornen verdaderamente a lo que son, para que la humanidad pueda recuperar los atributos que necesita en esta transición planetaria.

Si existieran almas que recuperen su pureza original, el mundo podría recuperarse ampliamente y no tendría que sufrir muchos traumas más de los que vive diariamente.

A través de este Reino y de este Santuario Sagrado, Yo les traigo la revelación en esta noche de lo que verdaderamente son, hijos Míos, a los ojos de Dios, más allá del pecado y de los errores.

Es esa la filiación que ustedes deben recuperar en este ciclo. Digo recuperar porque aún muchas más almas precisan recuperar su filiación con Dios.

Y por medio de la consagración de nuevos hijos, no solo al camino espiritual, a la vida del servicio y de la oración, sino como nuevos hijos de Mi Corazón Inmaculado, es el medio y la forma que Yo encuentro, hijos Míos, para poder donarles y entregarles esto que verdaderamente son a los ojos de todo el Universo.

La humanidad necesita saber que no es solo materia ni tampoco alma. Hay algo más allá de todo esto, hay un más allá que deben descubrir y encontrar.

Por eso Yo les traigo esta revelación tan simple y profunda. Existen esencias muy semejantes a las que Yo tengo en Mis manos, están sufriendo mucho en esta humanidad, porque no solo no encuentran el camino hacia la Luz, sino que son llevadas a los abismos profundos de la Tierra.

Por medio de este mensaje, hijos Míos, hoy vengo a usar este canal de oración y de luz para elevar a todas esas esencias, desde los abismos hacia el Universo, para que Mis más grandes Espejos de luz, de cura y de Misericordia, que se iluminan y que se encienden de forma tan semejante a los soles que existen en este Universo, puedan recibir a las esencias que necesitan de esa oportunidad y de esa Gracia.

El Creador Supremo, Me ha concedido esta intervención especial en esta noche.

Quisiera que pudieran saber, hijos Míos, que lo que existe dentro de su Universo interior, no solo es precioso, sino también es sublime, es algo que la humanidad deberá recuperar en este tiempo para que alcance la Paz y el fin de los conflictos.

Solo volviéndose a Dios es que se podrá recuperar la esencia de la humanidad, viviendo un arrepentimiento sincero, haciendo una penitencia humilde y clamando el perdón que necesitan para que la humanidad y el planeta se puedan recuperar.

Hoy uso este portal que han ofrecido a la Madre de Dios como atributo de Sus apariciones en Fátima, para poder transportarlos, hijos Míos, hacia Mi Universo espiritual, en donde Dios Me ha encomendado estar y permanecer hasta el Retorno de Cristo.

Sé que no podrán comprender lo que les estoy diciendo, pero sí pueden sentirlo. Hijos, ustedes tienen una esencia tan valiosa que les permitirá, siempre y para siempre, tomar contacto con Dios y con Su Universo divino de una forma tan semejante y plena a la de los ángeles del Universo y de todos los coros celestiales.

Ofrezcan esta esencia de sus vidas por la humanidad, como el gran sacrificio de reconciliación de los hombres con Dios a fin de que los espíritus sean aliviados y amparados por la intercesión de la Madre de Dios.

Después de haberles dicho todo esto, hijos Míos, ahora vean por un instante, contemplen por un segundo lo que verdaderamente son y sigan contemplándolo para siempre.

No se identifiquen con lo que sus corazones pueden sentir o sus mentes pueden pensar. Lo humano es humano y solo deberá transformarse en gloria a Dios para que la redención de Cristo triunfe en la Tierra y muchas más almas participen de la plenitud de la vivencia del Reino de los Cielos.

No son solo cuerpo, mente o espíritu. Ustedes son algo más que aún deben descubrir, hijos Míos, así como los apóstoles descubrieron lo que verdaderamente eran, en la sagrada bendición del Pentecostés.

Son espíritus en potencial y en redención, así como muchos más lo son en todo el planeta.

A través de Mi intercesión y en esta noche de Gracia, en la que concluimos juntos una etapa, hijos Míos, vengo a quitarles por un instante las vendas de sus ojos, para que sus almas puedan alcanzar lo que verdaderamente son; para que sus mundos internos puedan percibir desde dónde verdaderamente provienen y hacia dónde irán algún día, después de esta experiencia terrestre.

Hoy deseo, hijos Míos, que se aproximen a Mi Corazón como nunca antes se aproximaron. Y aunque ya lo hayan hecho muchas veces, necesito que penetren en Mi Corazón Inmaculado como esa morada y ese refugio en donde podrán encontrar a Dios y la paz que tanto necesitan.

A través de los hijos que hoy se consagrarán como Hijos de María de una forma extraordinaria, vengo a entregarles en nombre de ellos lo que verdaderamente son como esencias, para que a partir de este nuevo ciclo caminen decididos rumbo a lo desconocido, para que ya no sea más desconocido, sino una vivencia real de estar en comunión plena con el Universo de Dios y con Su Creación.

Que vengan aquí los Hijos de María que se consagrarán.

Las flores que hoy han dejado a Mis Pies serán suyas, como testimonio de Mi Amor por ustedes y por el mundo, sabiendo que en sus esencias pueden ser tan semejantes a la hermosura de una rosa que solo en devoción se entrega a Dios.

Por medio de la canción que ahora pediré, realizaré una tarea planetaria, llevando del abismo hacia el Universo a las esencias perdidas. Les pido que Me acompañen en su interior y en oración silenciosa, sin temer a lo que Yo pueda hacer.

Aquí se cierra un ciclo, pero se abre un ciclo nuevo para los corazones. Dichosos serán los que lo puedan acompañar de verdad a fin de que su Madre Celeste siempre tenga la Gracia, por intermedio de sus hijos, de volver a Europa.

En esta noche estoy aquí, hijos Míos, de una forma tan semejante a como estuve el 13 de mayo durante la primera aparición en Fátima. Es así que, de una forma interna y muy profunda, la Madre Celeste, la Señora del Santísimo Rosario, une los tiempos.

Y ante Mí en este pequeño espacio, dentro de esta simple casa, están en el tiempo presente, el tiempo de Dios, en Su real tiempo. Percíbanlo y llévenlo en su corazón para volver a contactarlo en algún otro momento.

Por medio de esta agua la Madre de Dios los consagrará como Hijos de María para que comiencen a caminar en Su senda de amor y de redención.

Mi misión se ha cumplido y les agradezco por responder a Mi llamado y por haber concretado por medio de la oración del corazón esta Peregrinación por la Paz, en donde las almas celebrarán la Misericordia de Dios y la alegría de vivir en Su Reino para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.

Hijos, todo es parte de una Gracia suprema, infinita, inalterable e intransferible.

Es esta Gracia suprema que hace renacer a las almas en el Amor de Dios por medio de Sus sacramentos, y de su fe en Su presencia y en Su divina existencia.

Demos gracias a Dios por todo lo que ha sucedido, porque al fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Despidámonos de la Madre de Dios, de todos Sus ángeles, de San José y del pequeño Niño Jesús cantando "Lluvias de Amor".

Podemos colocarnos de pie.

Para terminar este encuentro, unidos a todos los hermanos, a cada corazón orante que en este momento está coligado a la obra de la Madre de Dios en alguna parte del planeta, nos unimos como una sola esencia para ofrecer nuestra gratitud y amor a Dios por Su infinita Misericordia.

Podemos cantar.