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Vive cada día como si fuera el último: sé verdadero en tus palabras, intenciones, gestos y en cada acción diaria.
Vive cada día como si fuera el último: sé simple en tu mirar, dispuesto en tu servicio, atento en tus oraciones, transparente en tus confesiones, sincero en tu amor a Dios y a Sus pequeñas criaturas de todos los Reinos de la Naturaleza.
Vive cada día como si fuera el último: atento a cada detalle y a cada oportunidad de entregarte un poco más a Dios; atento a cada oportunidad de vencer tus resistencias y miedos, tus limitaciones y tu condición humana.
Vive cada día como si fuera el último: permanece vigilante y percibe la Voluntad de Dios para cada detalle de la vida.
Ve, hijo, que Su Propósito habita en todas las cosas, en las pruebas y en los desafíos, en las enfermedades o en la vitalidad, en la tristeza profunda o en la alegría plena. El Propósito de Dios habita en cada detalle de la vida y cuando vivas cada día como si fuera el último, percibirás que este Propósito guía tu vida y te conduce a la transformación de tu consciencia, para que cada instante te traiga plenitud, no lo que tú quieres o como tú piensas, sino plenitud en el cumplimiento de la Voluntad de Dios para tu vida.
Por eso, vive cada día como si fuera el último, pero no con ansia de hacer todas las cosas, sino con la paz de estar con la consciencia en cada detalle, para que percibas las maravillas del don de la vida en las pequeñas cosas.
Y, cuando te llegue el día y la hora de trascender esta oportunidad de la experiencia material de la vida en la Tierra, tu corazón estará pronto, no para volver a aprender en el mundo, sino para dar pasos mayores en la ascensión de tu espíritu, porque ya es el tiempo.
Por eso, no prendas tu espíritu al mundo, no te aferres a las cosas de la Tierra, sino vive con simplicidad cada día como si fuera el último, y encontrarás la paz y la libertad de percibir que no tienes control ni poder sobre cosa alguna, solo tienes la posibilidad de vivir y ser agradecido por todo lo que la vida te concede como crecimiento y aprendizaje.
Que el don de la gratitud eleve tu corazón a Dios y lo torne cada día más Su instrumento.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Mientras el mundo y las naciones se envuelven con el caos, hijos Míos, Yo los llamo a ingresar a Mi Corazón y encontrar la paz. Yo los llamo a cruzar los umbrales de la indiferencia humana que existen dentro de sí mismos, como en todo el planeta. Los llamo a perder el miedo de lo que es verdadero y desconocido para que, así, puedan mirar hacia el propio interior y encontrar lo que verdaderamente son.
Que puedan contemplar el infinito y saber que ese mismo infinito habita en su interior. Y así, como las estrellas guardan en su brillo un gran misterio que parece estar distante de sus vidas, así también, en su interior hay una esencia divina, cuyo brillo, hijos Míos, guarda no solo los misterios sobre ustedes mismos, sino sobre toda la vida, sobre el Plan y el Pensamiento perfecto de Dios para la humanidad y para todas las criaturas.
A pesar de todos los conflictos y sufrimientos, a pesar de todos los estímulos que día a día ustedes reciben para padecer, para perder la esperanza, para vivir la indignación y sentir el dolor de la injusticia, Yo hoy los llamo a estar más allá de todas las apariencias y encontrar lo que es verdadero, a pesar de que casi siempre estuvo oculto a los ojos humanos.
En estos tiempos, hijos Míos, nada más les será oculto, y en sus corazones pueden develar los misterios y dones divinos, pueden descubrir sus verdaderas potencialidades, pueden saber para qué fueron creados, cuál es el propósito de sus vidas; propósito que está más allá de la vivencia del perdón y de la redención, y que se guarda en la expresión y en la manifestación del amor, en aquello que el Amor Crístico despierta en ustedes y en todo.
Estos son tiempos de ser conscientes de la urgencia del planeta, de saber y percibir que el caos anuncia el Apocalipsis, y las Leyes que se cumplen y manifiestan lo que estaba escrito. Pero también es tiempo de saber cuál es la forma correcta de lidiar con la situación planetaria, y esto, hijos amados, no está escrito en ningún Libro Sagrado, porque es parte de la Revelación de estos tiempos; es parte de lo que deben vivir y experimentar en esta etapa evolutiva de la humanidad, y que no estuvieron prontos para vivirlo y conocerlo en otros tiempos.
Las llaves para cruzar los umbrales que los separan de la Verdad y que dividen los ciclos del viejo y del nuevo hombre se encuentran en Nuestras palabras; se encuentran en el estado en el que el Verbo Divino los coloca.
Por eso, no solo escuchen lo que les decimos, sino déjense elevar. Profundicen y busquen en el interior aquello que solo el silencio es capaz de mostrarles y, con esta fortaleza, estarán prontos para profundizar en el propio interior.
Es orando y uniendo el propio corazón a Dios y a los Mensajeros Divinos que podrán ser dignos de conocer lo que los hace semejantes a su Creador. Y de esa forma, hijos Míos, escribirán con sus vidas el Evangelio de estos tiempos; el Evangelio que es la concreción del fin, pero también, el principio de lo nuevo.
Les dejo Mis bendiciones para que estén más allá de todo conflicto interno o externo; para que estén guardados en Mi Corazón y, elevando el propio espíritu, puedan auxiliar a la humanidad a liberarse también de las amarras de la esclavitud de la ignorancia y de la ilusión.
Yo los amo, los amparo y con Mi Amor los guío para que estén en Dios.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Para encontrar a Dios, hijos, basta que sean sinceros de corazón, verdaderos y transparentes.
Cuando se confiesan con Dios y se rinden a Él, lavados por la Misericordia que desciende sobre sus almas, es cuando están preparados para cruzar las puertas del propio interior e ingresar en Su Reino.
No basta querer saber, conocer o adquirir el Conocimiento Divino para engrandecer sus personalidades humanas; porque así, hijos, estarán con sus mentes llenas de las medias verdades que los hombres pueden alcanzar, pero vacíos de la Sabiduría y del Don del Discernimiento y de la Ciencia Divina.
Querer saber es un paso, pero no es todo el camino recorrido. Querer ser es otro paso, que tampoco completa su destino. Rendirse a Dios en humildad es más que un paso, es una llave que les abre la puerta para el encuentro con el Redentor y con el Creador de todas las cosas.
Por eso, les enseño sobre la humildad antes de revelarles las Ciencias Divinas. Por eso, les hablo sobre la rendición antes de hablarles sobre el conocimiento, les hablo sobre el amor antes del entendimiento, les hablo sobre la fe, antes de la revelación de la Verdad.
Para pasar por la puerta estrecha de la unión con el Padre, primero deben retirar de ustedes muchas capas que no les permiten atravesarla. Y eso, hijos, se da a través del Sacramento de la Confesión, de la transparencia, de la humildad y de la rendición ante Dios.
Tienen mi bendición para recorrer ese camino.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cánticos de Figueira - “Regente Estelar”
En este cántico existe una preciosa invocación a la Jerarquía Espiritual, en donde la consciencia terrestre puede encontrar la revelación de su verdadero ser.
Es necesaria la intercesión de un Regente Estelar, que sea el puente perfecto y directo para que el aspecto superior del ser humano alcance la correcta correspondencia de su ser, a través de la comunión con la Suprema Consciencia.
El cántico menciona una montaña, símbolo sagrado de la elevación de la consciencia. La montaña también es ese lugar, puro e inmaculado, en donde podemos encontrar a la Hermandad para que se abra la puerta de retorno hacia nuestro origen.
La faz que se expresa en el cántico "Regente Estelar" es la denominada vibración de la Jerarquía Espiritual, la que, como un polo cósmico, atrae hacia la Tierra y a toda su humanidad las corrientes del espacio sideral que son nutridas por la Fuente de la Creación.
Desde la Consciencia de la Jerarquía nace el impulso que el ser terrestre necesita para que, en estos tiempos definitivos, pueda elevarse de plano y de vibración.
Esto lleva, como dice el cántico, a que el ser humano que se une a la Jerarquía nunca más se olvide de ella, especialmente en los momentos en que el propio ser deberá enfrentar su realidad espiritual.
Ese recuerdo que revela el cántico, conduce al ser humano espiritual a tener consciencia de que él proviene de un origen universal y que deberá cumplir con una Voluntad universal.
Cuando las almas tienen la gracia de saber todo esto y, sin embargo, desperdician la oportunidad, su vida espiritual retrocede y el Universo da espacio para que la consciencia aprenda lo que decidió aprender.
Este cántico nos ayuda a no ser ingratos, a responder adecuadamente conforme la Jerarquía espiritual lo necesita, a fin de erradicar del planeta la indiferencia y el desamor para que reine la hermandad entre los seres.
Por esa razón, como dice el cántico, la Jerarquía siempre emite una señal para que la consciencia pueda despertar y, así, corresponder a los designios que van más allá de la vida tridimensional.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Si no puedes adentrarte en los desiertos de la Tierra como lo hacían los Padres de otrora para curar sus pecados y convertir su profunda condición humana, adentra, hijo, en el desierto de tu corazón.
En estos tiempos finales, las cosas del mundo son como imanes que atraen constantemente tu consciencia hacia el más profundo abismo de la oscuridad y de la perdición. Pero tú, como hijo de Dios, consciente de Su Presencia en tu interior, puedes optar por no seguir las tendencias de la Tierra y adentrarte en el desierto de tu corazón para que, solo y en soledad, encuentres a Dios.
Dialoga con el Padre todos los días y siente Su proximidad divina cerca de tu corazón. No dejes que te consuman las cosas del mundo y que te hagan olvidar o colocar en segundo plano aquello que es el verdadero sentido de tu existencia.
No te olvides de contemplar el Universo en tu corazón, así como el Infinito, y de reconocer, una y otra vez, tu pequeñez. El corazón que se reconoce pequeño y es agradecido con Dios, con su simplicidad abre las puertas al Cielo, a las dimensiones divinas, a la realidad superior en donde la verdad se revela.
Deja que tus oraciones se tornen cada vez más profundas y sinceras. Cruza el umbral entre ser un hijo y un compañero de Dios, parte Suya viva, renovándose en Su Creación para retornar al Todo con un Amor mayor.
Que el Propósito Divino siempre esté visible para los ojos de tu corazón, para que jamás pierdas las oportunidades de amar, de perdonar, de comprender al prójimo y de encontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Segundo Mensaje
Los bendigo a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Desde el Corazón del Universo proviene la Instrucción para la humanidad.
Siempre ha sido así, pero hoy los estoy invitando a ingresar Conmigo en una Fuente especial de Instrucción y de conocimiento, la que hasta los días de hoy ha sido inagotable, la que siempre ha permanecido viva a través de los tiempos.
Hoy les estoy hablando especialmente desde las Pléyades, lugar interior desde donde muchos conocimientos surgieron antes de los orígenes de la Tierra, antes de la manifestación de la primera humanidad.
Desde ese lugar fueron enviados muchos espíritus, consciencias sabias que se formaron en el conocimiento y que le dieron al mundo la Instrucción a través de los tiempos.
La Instrucción debe ser considerada como la primera regla de la vida, la que siempre los llevará a enderezar el camino y a mantener la consciencia en lo Alto.
Hoy las Pléyades, como estrellas, se hacen presentes y vienen al encuentro de los autoconvocados para que ellos sientan en su interior los impulsos del Universo, impulsos que se revelarán para la manifestación del Plan de Dios en la humanidad.
Para estos tiempos críticos, las Pléyades siguen colaborando con su humanidad, siguen vertiendo sus conocimientos sobre la esfera de la Tierra para que en el plano espiritual todo sea concebido y, después, sea vivido por las consciencias humanas en esta superficie.
Que hoy puedan comprender cuantos sagrados conocimientos surgieron desde esas grandes estrellas de las Pléyades, las que de tiempo en tiempo emiten impulsos para todo el Universo, a fin de que las consciencias capten las informaciones que necesitan para poder crecer interiormente y así ser portadoras de la paz.
Atraigan hacia ustedes esa consciencia superior del conocimiento y de la Instrucción, porque así siempre tendrán en sus vidas esa mano extendida que será la guía de la Instrucción, la que llevará a forjar en sus verdaderos seres lo que vinieron a cumplir y a vivir en estos tiempos finales.
Es momento de que se reencienda en ustedes ese compromiso, ese recuerdo sagrado con el Universo y con toda su Instrucción.
La Instrucción es como el manantial que nunca se agota, es como el río que nunca deja de correr para bañar los campos y las florestas, para nutrir la tierra con sus riquezas y minerales.
Vean, entonces, ese conocimiento sagrado como algo vital, porque los últimos impulsos ya están llegando a la humanidad, están siendo derramados para la formación de la Nueva Humanidad.
Reciban desde ese lugar todo el amor de la Instrucción. Reciban en sus corazones el impulso de algo sagrado que viene para develar el nuevo ser y para traer hacia la consciencia la Verdad, sin permitir que ella se confunda ni tampoco se engañe por las supuestas instrucciones que llegarán por otros caminos.
Les dije una vez que por sus frutos los conocerán. La Instrucción será esa llave que revelará lo que está oculto y dejará en evidencia lo que no es verdadero.
Por eso cada palabra que viene del conocimiento y de la Instrucción es vital, porque hará de sus seres consciencias libres de sí mismas, de esa constante cadena de los errores de la raza de estos tiempos.
El conocimiento sagrado los ayudará a revertir el caos actual, los ayudará a transformarlo todo y a vivificarlo todo en la plenitud que el conocimiento y la Instrucción tienen, al provenir de la Fuente.
Que el Sol que puede despertar en sus corazones reconozca este legado.
Sagradas instrucciones de las Pléyades son enviadas a la humanidad para formar a los últimos discípulos, para hacer de cada consciencia un terafín del nuevo ciclo.
Los invito a revivir lo sagrado que existe en el Universo, lo que viene desde lugares tan lejanos del Cosmos para que reconozcan allí su verdadera identidad y así no se perturben por la vida material, por la condición humana, por los errores ni por el sufrimiento.
Que puedan encontrar ese portal de salida hacia el corazón de las Pléyades, en donde la primera regla de la Instrucción es la oración de los Sabios Espíritus que se han donado a través de los tiempos para servir a la humanidad, para ayudar a elevar la consciencia hacia el verdadero propósito y hacia el verdadero sentido de la existencia.
Vean, entonces, compañeros, la importancia del conocimiento en estos tiempos. Hay muchos que aún están en el desierto, buscando el agua de vida para saciar su sed, pero no la están encontrando por estar en sí mismos.
Ahora que he abierto esta Fuente para ustedes, vayan y beban, beban de este conocimiento como si fuera la última agua que hay en el planeta; beban, para entregarles los más maravillosos códigos del Universo y de la Hermandad, para traer hacia la consciencia el verdadero recuerdo de su compromiso firmado en el Universo como esencia original, como parte de un gran Proyecto que aún no terminó.
Comulguen, entonces, con las maravillas de las Pléyades y de su constelación.
Sientan el amor de las Pléyades palpitar en sus corazones y en esta sagrada sintonía emitan su rayo de gratitud a lo superior para que más llaves sean entregadas a la humanidad, para que más Cristos internos puedan despertar y así se muestren los talentos en todos los seres; talentos que estarán al servicio de su Maestro y Señor para el fin de estos tiempos y que unidos serán imprescindibles para la Obra de la redención.
Emitan, entonces, su canto de gratitud al Universo, que sus espíritus abracen esta llama del conocimiento y que la acojan en lo profundo de sus seres, a fin de que despierten las virtudes que son necesarias para retirar a la mayoría de la somnolencia espiritual y de la inercia.
Que los tesoros de la Pléyades hoy se muestren a los corazones simples.
Que la luz de las Pléyades se irradie a los corazones humildes y que las consciencias comulguen de lo que verdaderamente existe y siempre ha sido eterno.
Eso salvaguardará a las últimas Tribus de Israel, las que están en el mundo para cumplir la gran profecía del retorno de su Señor.
Sean valientes y digan “sí” con confianza.
Reciban este aliento y esta esperanza del Universo en momentos críticos de la humanidad y del planeta, para que los verdaderos atributos y principios de la vida evolutiva no se borren de la memoria de los hombres, sino que estén presentes para los tiempos más urgentes de la humanidad.
Recojo y guardo Mi Corazón en los que verdaderamente Me escuchan, en los que más allá de todo comprenden y se adhieren a Mi Propósito.
También oro por los que no Me comprenden y por los que no Me siguen, porque todo quedará en evidencia algún día y eso no está lejos de suceder.
Por eso rezo, por eso imploro y por eso invoco a Mi Padre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A donde ni los ojos ni la mente consiguen llegar, allí habita el Corazón de Dios.
A donde solo las almas, los espíritus y los corazones, elevados en adoración, consiguen entrar, allí habita el Corazón de Dios.
Mirada que abarca la Vida y que a todo contempla. Amor que se renueva a sí mismo, segundo a segundo y fuera del tiempo. Espíritu que anima, sustenta y ampara todo lo que fue creado.
En las esferas más sublimes de la Existencia, a donde parece que la multiplicación de la Vida nunca existió y la Unidad es una realidad eterna, allí habita la Consciencia Divina.
Permitan, en este ciclo, dejarse elevar y conducir hacia las esferas superiores de la Existencia, para que encuentren la verdad sobre sí mismos y no se dejen envolver o engañar por las superficialidades del mundo.
Ustedes existen como criaturas divinas, manifestadas en este mundo por un Propósito superior y, a pesar de que en este tiempo todo parece estar más denso y la condición humana parece estar profundamente inmersa en las ilusiones del mundo, la única forma de vencer las dificultades propias de los ciclos finales sin perderse, hijos, es elevándose hacia Dios y, sin ignorar su condición material, elevarse hacia la Verdad Divina.
Por eso, en este tiempo, los Mensajeros Divinos traen en Sus Palabras revelaciones y un estado interior que se oculta en todo lo que les decimos, para que ustedes alcancen las esferas sublimes, se aferren a la Verdad universal y que la propia Verdad los torne libres de sí mismos y de las cosas del mundo.
Yo los bendigo y los guardo en Mi Corazón.
San José Castísimo
Busca la Verdad y ella te será revelada.
Busca en lo profundo de tu interior, así como en el firmamento de la Tierra que oculta la profundidad del Cosmos, la respuesta a tus inquietudes más internas, la calma de tus angustias y el sentido de tu vida.
Busca la Verdad y ella te será revelada, porque este es el tiempo de la revelación de los misterios. La Ley dicta que nada más esté oculto, ni a los ojos ni al corazón del hombre. Y, poco a poco, esa revelación se manifestará en la superficie de la Tierra.
Desde los pueblos del principio de la historia de la humanidad hasta los días de hoy, muchos misterios nacieron y florecieron. Son llamados "misterios" porque la consciencia humana los ignora. Pero ya no será un misterio aquello que es parte viva de la historia de cada ser.
Los misterios de la vida humana son aquellos hechos que guardan en sí el verdadero potencial de la humanidad y también la realidad de que su existencia no comenzó en la Tierra, sino en lo profundo del Pensamiento Divino, antes que todo fuese creado.
Aquello que consideran un "misterio" debe ser revelado, porque este es el ciclo de la Verdad, y la Verdad primera es que cada ser se conozca a sí mismo, comprenda su historia, sus raíces, sus errores y dificultades, y también que reconozca sus virtudes y los Dones que recibió de Dios a lo largo de su evolución.
Para saber la Verdad, entonces, debes buscarla, llamar a la puerta del misterio interior y, humildemente, dejar que él se revele.
Pídele a Dios la Gracia para estar en paz delante de tus miserias más profundas, cuyas raíces transcienden la vida en la Tierra. Y también la Gracia de la humildad, para reconocer que este proyecto humano es único y que tú eres parte de un Tesoro Divino a punto de manifestarse.
El oro de tu espíritu puede tornarse un precioso presente celestial que, iluminado por la Luz de Dios, hace brillar la esperanza en los abismos. Pero también puedes dejar que ese oro se transforme en polvo, que la ignorancia y la indiferencia hagan de ti un eterno y permanente misterio para ti mismo; y, aunque todo sea revelado, tus ojos nada verán.
Deja, hijo, que tu corazón se abra a los nuevos ciclos; que tus conceptos de vida, conocimiento, existencia y espiritualidad se renueven. Porque estás ante un ciclo en el cual la Verdad emergerá y, si bien está guardada en tu interior, tu jamás estuviste absolutamente unido a ella.
Todo será nuevo. Todo se renovará y se mostrará al mundo como algo único, sin embargo obvio desde el principio, porque no hay ser sobre la Tierra que no sienta en lo íntimo que su ignorancia oculta una realidad superior.
Esa realidad emergerá. Esa Verdad se mostrará. Los misterios dejarán de ser misterios, y tu finalmente te conocerás a ti mismo y te reconocerás en Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo, deja que en tu corazón se muestre el Corazón de Dios, para que sepas que no eres solo esa pequeñez humana en la cual te enredas todos los días sin saber cómo salir.
Deja que se muestre en tu corazón el Corazón Vivo de Dios, no solo para que vivas una experiencia espiritual, sino por una necesidad de emergencia que necesitas suplir para lograr estar sobre la Tierra.
¿Qué temes purificar, si para eso fuiste llamado a este mundo? ¿Por qué temes reconocer la verdad sobre ti mismo, si para este momento viviste toda tu evolución sobre la Tierra?
Viniste al mundo para curar tu espíritu, crecer y ser un milagro de conversión, no solo según los conceptos de la Tierra, sino para todo el Universo.
Ya sabes que el Infinito te aguarda. Ya sabes que debes tornarte algo nuevo y desconocido. ¿Por qué, entonces, no te rindes a lo que Dios tiene para ti?
Pequeño hijo Mío, alma en redención, deja que se cumpla en ti lo que Dios pensó. Ya sea en la humillación o en el engrandecimiento, ya sea en la soledad o entre las multitudes, abraza lo que Él diseñó para tu vida, porque todo es para que Su Voluntad se cumpla.
Ya sea entre los hombres o solo, contigo mismo, deja que emerja de tu corazón el Corazón de Dios que habita en ti. Haz el ejercicio y vive la Gracia de sentir la Presencia de Dios en tu interior, porque Él es quien te dará la fuerza para estar entre las multitudes o en la prueba del Getsemaní. Él es quien te dará la humildad para cuando seas aclamado y honrado, y para cargar la cruz con el mismo amor y el mismo vacío interior.
Es Dios, hijo, en tu corazón, quien vivirá cada prueba, así como cada triunfo. Él es quien se renovará a sí mismo por medio de tu corazón. Pero si tú no crees y no vives eso, estarás solo en este mundo con tu condición humana, sin saber a dónde ir, aunque el camino se revele en tu propio interior.
No quieras estar solo contigo, sino con Dios. No quieras ser tú mismo, sino una expresión del Padre.
Cristo, hijo, alcanzó todo lo que alcanzó porque Él era Uno con el Padre y lo sabía, lo vivía y lo proclamaba. Él experimentó ser parte viva de Dios y te dijo que ese era el Camino, la Verdad y la Vida. No hay Camino, Verdad y Vida fuera de Dios.
Tú no estés muerto, caminando por este mundo sin saber hacia dónde ir. Nace para la Vida; deja que Dios, que es la propia Vida, se exprese en ti. Entrégale al Padre el lugar que le corresponde en tu corazón. Sé un simple siervo, instrumento Suyo en este mundo.
Yo te bendigo y te invito a rendir el corazón a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, Mi Corazón pulsa de amor, el amor recibido de Sus hijos. Por eso Él pulsa intensamente para traer al mundo la Paz.
Es este Corazón humilde que refugia a todas las almas, el que trae, para estos tiempos, el camino, el puente hacia la salvación, en Cristo Redentor.
Este Corazón siempre les trae lo nuevo, porque es un Corazón que vive el Plan de Dios y que invita a los corazones de todo el mundo a unirse a esta propuesta de luz y de hermandad.
Hoy traigo la Luz que sus corazones concibieron en el Mío. Para ustedes, esto les parecerá un misterio, pero en verdad es posible cuando sus voces se unen a la Mía en oración. Así se cumple este misterio que aún puede ser más profundo, cuando la oración es hecha con amor y de corazón.
Con esto les muestro, queridos hijos, cómo en estos tiempos de crisis planetaria, sus almas y espíritus se pueden expandir en la Consciencia de Dios a través de Mi Corazón, que hoy pulsa por el mundo. Y habiendo sentido la respuesta de sus corazones a la súplica de la Madre de Dios, es este Corazón humilde y pacífico el que les abre las puertas hacia realidades sutiles, en donde pueden vivir las consciencias, que sólo buscan estar en Dios todo el tiempo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que la Madre de Dios hoy les concede la aproximación hacia Universos Mayores, en donde la Vida divina, el Amor supremo y la Unidad fraterna habitan, y son como una fuente inagotable que renueva a las almas y consciencias que allí existen para solo servir a Dios y aspirar cumplir con Su Voluntad.
Hoy a través de Mi Consciencia Maternal, elevo sus almas hacia las estrellas, en donde habitan millones de soles y muchas consciencias, que viven esa confraternidad con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.
Ingresen a través de Mi Corazón hacia esa realidad y vean delante de ustedes, en los planos internos, un luminoso camino guiado por los ángeles, que los conduce hacia esas realidades sutiles, en donde están la Unidad y el Amor, como atributos principales de la Creación.
Sigan ese camino, queridos hijos, con sus mentes y corazones. Coloquen la atención en Mi Inmaculado Corazón y vean como Él abre las puertas entre las dimensiones e ingresa a sus espíritus en el Tiempo Real. Sientan cómo todo es Uno; cómo sus almas y consciencias pueden estar unidos a Dios en una perfecta armonía y silencio.
Ahora, teniendo como referencia la Luz de Mi Inmaculado Corazón que ilumina ese camino hacia los mundos sutiles, sigan a su Madre Celeste por esa senda, en compañía de sus ángeles de la guarda.
Sientan en sus pechos una gran estrella de luz, dorada y brillante, de seis puntas. Dentro de esa estrella sientan ahora, su esencia interior, su verdadero origen y existencia, lo que siempre han querido saber de ustedes mismos, en este planeta y dentro de esta humanidad.
Siéntanse limpios y puros, conducidos por la mano de su Madre Celestial, camino hacia la Fuente Primordial. Sientan cómo se elevan sus seres; cómo todo queda liviano, porque existe la vibración de la Paz, lo que siempre han buscado y tanto les ha costado encontrar.
Pero ahora que están a Mi lado, como Mis hijos, Mis orantes y Mis siervos, tómense fuerte de Mi mano maternal. Tómense de Mi manto; colóquense debajo de él, así Yo los abrazaré y los conduciré sin miedo hacia su verdadera consciencia, hacia su verdadera realidad, que habita en lo profundo de cada alma.
Sigan caminando en confianza. Vean al lado de ese camino, las rosas de luz, que se abren y despuntan a los rayos del sol. Vean cómo esas rosas son las oraciones de todos Mis hijos que crean ese puente y ese camino hacia la Fuente Primordial, en donde existe el verdadero origen y la sublime alianza entre las consciencias y Dios.
Sigan a su Madre Celeste y vean en el final de ese camino, un gran portal que se abre en su universo interior. Véanlo como un gran horizonte, como un precioso atardecer que los ilumina y los nutre completamente. Vean cómo los ángeles abren ese portal para que las almas y espíritus ingresen en la morada de los simples, de los humildes, de los que pueden ser puros en Dios.
Crucen con su Madre Celeste ese gran portal para encontrar la vivencia del amor y de la fraternidad. Háganlo, queridos hijos, por todos los que niegan a Dios, por los que están olvidados y los que están perdidos de su camino espiritual y de su origen.
Vean, a través de este portal, una gran escalera de luz al Cielo. Vean, en lo más alto de esa Escalera, en su infinito y en su horizonte, la Consciencia de Dios, nuestro amado Adonai, irradiando Su Luz y Sus códigos a toda la Creación. Elevémonos a través de esa escalera de luz.
Sigamos en confianza adelante, porque sólo los quiero llevar a la Paz, al encuentro con su verdadero ser, con su verdadera existencia, que espera emerger en estos tiempos para gobernar sus vidas y sus esencias.
Siéntanse libres, a través de Mi intercesión, de todas las energías capitales, de todos los estímulos externos, de toda la vida superficial y material. Ahora son sus almas que están a las puertas de la Casa de Dios. No teman subir esa escalera. Den los pasos porque Yo los ayudaré. Soy su Madre Celestial y sólo quiero el bien para Mis hijos, que todos puedan vivir a Dios como Yo lo vivo.
Ya estamos en lo alto de esa escalera, próximos al horizonte de Dios. Veamos delante nuestro, un gran lago de luz, en profunda quietud y silencio. Veamos ese lago de color dorado, que brilla e irradia las leyes creadoras de Dios para todas las esencias que existen más allá de este Universo.
Ahora, miren a su Madre Celestial, frente a ese lago dorado de luz y permanezcan delante de él, así como permanece su Madre Celeste, en una perfecta sintonía y unión.
Vean ahora, emerger de ese lago una gran Esfera de Luz, más brillante que el Sol. Vean cómo esa Esfera de Luz se eleva por encima de ese lago de luz y cómo los ángeles a su alrededor, entonan alabanzas y cánticos de alegría al Todopoderoso:
¡Elohim, Elohim, Elah!, ¡Padre, Padre, aquí estoy!
Y ahora, ante esa Esfera de Luz y para que Ella se aproxime a sus consciencias, alabaremos al Todopoderoso, junto a Sus ángeles y arcángeles, decretando Su Nombre a través del Kodoish melódico. Nos mantenemos en quietud.
Y vamos a recibir ahora, queridos hijos, en nuestras manos, esa parte de Dios que cada alma necesita en este planeta y en esta humanidad, para poder vivirlo, para poder sentirlo y para poder cumplir con Su divina Voluntad.
Y ahora, queridos hijos, lleven sus manos hacia el corazón. Repitamos:
Sagrada unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unificanos en profunda fraternidad.
Amén.
Veamos cómo esta gran Esfera de Luz, la Consciencia de Adonai, se recoge dentro de ese lago. Los ángeles se postran con sus cabezas al suelo para reverenciarlo, para adorarlo, para glorificarlo, al igual que su Madre Celeste, que se postra al suelo para agradecerle infinitamente.
Reverenciemos a Dios.
Y ahora queridos hijos, así como hemos llegado hacia ese lugar, así retornaremos, hacia este lugar, en donde Yo Me encuentro con ustedes, para entregarles y donarles la instrucción de la Luz.
Bajemos por esa Escalera; veamos a su derecha y a su izquierda a los ángeles del amor; sintamos su presencia mientras Yo los conduzco, en dirección hacia ese portal, por donde hemos ingresado con el alma, a través del corazón, del espíritu de cada ser.
Veamos ese portal cerca de nosotros, así como la estrella de Luz en sus pechos, más brillante que el sol, en confraternidad y devoción.
Crucemos ese portal y veamos el camino que nos conducirá hacia este lugar, en la perfecta Unidad de Dios. Sintamos a nuestro lado al ángel de la guarda, tomándolos de la mano para conducirlos hasta aquí. Veamos cómo sus almas ingresan de nuevo a sus consciencias materiales. Sientan la vibración del Creador. Ya no pueden ser los mismos, al haberlo recibido en su universo interior.
Hoy les dejo este mensaje, esta experiencia de amor por todos los que no la tienen y que no la pueden vivir en estos tiempos. Sean bienvenidos ahora, al Universo de la confraternidad.
Me he tomado este tiempo hoy, con ustedes, por todas las almas del mundo. Deseo ardientemente que sigan acompañando a su Madre Celeste, en esta Sagrada Misión de Amor y de Liberación de la humanidad.
Con la autoridad celestial del Universo y del Todopoderoso, Yo los bendigo, y consagro también a los nuevos Hijos de María, por todos los hijos que vendrán. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Damos gracias a Dios por haber permitido a su Madre Celestial visitar nuevamente Portugal para derramar Sus Gracias, el Amor y la Cura en este lugar y para todo el planeta.
Cantemos “Maravillas”, porque esto es una maravilla de Dios, en todas las almas, para estos tiempos de transición; esto es obra de la Gracia y de la Misericordia de Dios, a través de los Sagrados Corazones.
Les agradezco infinitamente. Amén.
Como Cáliz Virginal, en este día, derramo la preciosísima Sangre redentora de Cristo, para lavar sus pecados y todos los males que genera la humanidad ofendiendo al Dios Creador.
Quisiera que, en este día, sus almas fueran parte de Mi purísimo Vientre, como lo fue Jesús durante los nueve meses. Así, hijos Míos, Yo podré contemplarlos, y gestarán en ustedes la libertad interior, la unión con Mi Hijo y con el Padre Celestial.
Que en esperanza y no en sufrimiento, sus consciencias sean depositarias de los códigos de redención y de paz.
Queridos hijos, a veces, Mi llanto es por aquellos hijos Míos que no aceptan estar en el Vientre purísimo de su Madre Celeste. En Mi Vientre maternal, lugar en donde sus pecados son liberados y sus heridas curadas, se guarda todo el Universo Creador de Dios y, a través de Mi Vientre, Yo les puedo entregar la Luz del Espíritu Santo.
Sean como Mi amado Hijo Jesús, guarden sus vidas en Mi purísimo Vientre y podrán estar en paz. Yo tengo un lugar grandioso para cada uno, un recinto sagrado en donde existen el amor y la unidad.
Dichosos sean los que buscan estar en Mi Vientre de Luz porque los consolaré, así serán personas nuevas y lo viejo morirá para que nazca el verdadero ser.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los contempla en Misericordia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Responder a la convocatoria de Cristo significa unirse a Su Corazón y concretar Su Plan de Redención en la superficie de la Tierra.
Esa convocatoria, que Cristo realiza, abraza muchos propósitos, en los cuales la mayoría de las almas son invitadas a participar.
En este tiempo, en el que todo se define, los rebaños de Mi Hijo son llamados a pastar en nuevos campos, en donde sus consciencias y misiones se pueden realizar y expandir, así como lo pensó el Santo Creador.
Es así, queridos hijos, que aquellos que responden a la convocatoria de Cristo consiguen descubrir el propósito interior que vinieron a cumplir, por esta humanidad y por este planeta.
La convocatoria que hace Cristo, en este tiempo, abre las puertas a la Gracia y a la Misericordia; y las consciencias que lo siguen logran revertir todos sus errores y vivir una expiación extraordinaria que disuelve todos los vínculos anteriores con el mal.
Hoy, El Señor de la Misericordia golpea a la puerta de cada alma para llamar a Sus nuevos apóstoles, para que lo acompañen en esta misión preparatoria de Su esperado Retorno.
Es así, hijos Míos, que Cristo llega a la vida de cada discípulo con determinación para que la consciencia interior se active, vislumbre su misión principal y haga de ella la antorcha que iluminará sus caminos hasta el Reino de Dios.
Como su Madre, acompaño este momento, en el que los que despiertan a esta verdad descubren esencialmente que siempre estuvieron aquí para dar un gran paso, el paso hacia el Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
Multiplica los impulsos que recibes con la alegría del corazón y la disposición permanente a trascender lo viejo, para vivir lo nuevo.
Rememora cada instrucción recibida en los últimos días, en los últimos tiempos. Vuelve a sentir en tu interior aquella alegría que emanó de tu alma cuando estuvo ante la posibilidad de vivir en plenitud los Planes del Altísimo.
Que no te consuma la rutina diaria ni te consuman tus dificultades. La consciencia humana está mucho más dispuesta para abrazar las limitaciones que a su verdadero potencial, porque fue educada para que nunca descubra la realidad sobre sí misma y para restringir siempre la grandeza de la semejanza con Dios a la pequeñez de un cuerpo humano transitorio.
Transforma, entonces, esos viejos patrones de consciencia y aférrate a lo más perfecto y maravilloso que hay dentro de ti. Reconoce, sí, las dificultades, pero sabe que más allá de ellas está tu posibilidad de trascenderlas, no por ti mismo, sino porque escondido dentro de ti se encuentra Aquel que puede todas las cosas, las imposibles e impensables. Él es tu posibilidad de trascendencia. Estar en Él es descubrirlo dentro de ti y reconocer que tú eres parte viva del Creador, así como lo es toda la vida manifestada.
Concéntrate, hijo, en no perder la alegría y la esperanza, para que esos dos dones divinos te impulsen siempre a lo nuevo y para que encuentres en ellos la fuente eterna de la vida en sacrificio, en entrega, en renuncia y en trascendencia; atributos tan temidos por aquellos que aún no descubrieron que la plenitud se encuentra en servir a Dios con alegría y perderse de sí mismos para encontrar, en su lugar, al Creador de los universos.
Piensa en lo que te digo, hijo, y más que eso, tómalo como una posibilidad para ti. Tus dificultades no desaparecerán ni tampoco las imperfecciones dejarán de herir a tu alma. Lo que ocurrirá es que ese peso te será más leve, porque lo más importante para ti no estará en los defectos, sino en la grandeza de Dios, en Su posibilidad de transformar todo lodo, toda impureza, y tornar sagrado y perfecto aquello que antes era un simple barro en Sus Manos.
Confíate al Señor y ten en Su perfección tu mayor esperanza. Esfuérzate por estar en Sus Manos todos los días y encuentra tu eterna alegría en los dones que alejan al mal y te aproximan a Dios: sacrificio, renuncia, entrega y trascendencia.
Aquel que te llama a servir con alegría y a no perder de vista la perfección de Dios en el corazón,
San José Castísimo
El valor espiritual de la esencia del alma
Cada hijo Mío guarda en su interior una esencia que fue creada por Dios para evolucionar y tener la experiencia de vivir el amor y la redención.
Esa esencia interior de cada alma es la que guarda el conocimiento sobre la vida espiritual y es la que proporciona el despertar de la consciencia.
Por eso, el despertar a la vida esencial lleva a cada ser a que descubra el don de la pureza y la oportunidad de servir.
En este tiempo la esencia de cada ser es muy preciada, porque ella también guarda la experiencia para la próxima y futura humanidad.
A través de la oración se crea esa sagrada condición de conocer lo más profundo de cada ser y de descubrir, en ese camino, la realidad divina que habita en cada alma, la que se dispone para dar paso a ese conocimiento espiritual.
La esencia es como la llave maestra para el caminar de todas las consciencias, sin ella no sería posible que los corazones aprendieran a amar y a descubrir la verdad dentro de sí.
Como la Madre de las esencias del mundo, los llevo hacia Mi Corazón para que siempre estén en Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ser Humano sin ser humano
La ciencia de estos tiempos, hijos, es la trascendencia del viejo hombre y el nacimiento del nuevo. Nacer sin morir en el cuerpo. Hacer renacer la materia, trascendiendo lo que estaba corrupto.
El nuevo hombre nace dentro de la consciencia. Es fruto de la purificación interior, del acto de expurgar lo viejo para que lo verdadero pueda surgir.
El nuevo hombre, hijos, en verdad no es nuevo; él siempre estuvo dentro de cada ser humano; es el principio, la realidad, el inicio de todo y también el fin, la meta hacia la cual ustedes caminan.
El viejo hombre se apoderó de la verdad y construyó sobre la esencia una vida de ilusiones; creó, por encima de lo que es, algo que no existía y ocultó el Pensamiento Divino con el pensamiento humano.
La humanidad, hijos, es una raza semejante al Padre en muchos aspectos que los hombres desconocen. Uno de ellos es la capacidad de crear con el pensamiento, con el sentimiento y con el corazón, capacidad hasta entonces concedida solo a los ángeles. Pero, como una gran paradoja universal, esa semejanza con Dios los apartó del Creador porque, en vez de aprender con el amor, crearon con el pensamiento un falso hombre y una falsa evolución, que los llevaba más hacia el abismo que a los Cielos.
Influenciados por la ilusión del tiempo en que vivían, los seres humanos fueron distanciándose cada vez más del Todo e ingresando en sí mismos. Fueron perdiendo la capacidad de estar en todo, lo que la semejanza con Dios les ofrecía, y perdieron la consciencia de la unidad, fortaleciendo, como una ley humana, la individualidad.
Hijos, ¿cómo puede un ser, que fue creado para vivir la unidad, competir con sus semejantes, crear trampas a la evolución del prójimo, querer ser mejor o peor que los demás?
La respuesta a esas preguntas está, no solo en la dualidad propia de este mundo, sino también en toda la ilusión en la cual se colocó la humanidad como consciencia.
Reconozco, hijos, que, después de tantos ciclos evolutivos como raza, es más fuerte la ilusión que la verdad; es más fácil permanecer en lo viejo que arrancarlo de sí mismos para que lo original pueda surgir. Sin embargo, es necesario que todos sean conscientes de lo que viven y de la batalla interior, individual y humana que deberán vivir en estos tiempos, para volver a los orígenes, al Plan Original de Dios.
Cuando oran de corazón y cuando se permiten vivir virtudes espirituales, como la humildad, la fraternidad, la compasión y el perdón, ustedes están viviendo desde la verdad, del hombre original o del nuevo hombre y, poco a poco, podrán ir destituyendo el reinado de lo viejo sin que eso les cause una gran desestabilización o sufrimiento.
La vivencia de la verdad, de una forma armoniosa, solo depende de la rendición de cada ser.
Todo lo que les digo hoy es para que se inspiren en buscar dentro de ustedes la verdad, y no permanezcan en lo viejo, en lo ilusorio.
Que Mis palabras los lleven a buscar, dentro de sí mismos, esa semejanza con lo Divino, que quedó oculta por las capas de la ilusión y que es ignorada por la gran mayoría de los seres humanos.
Ahora, hijos, es momento de ser Humano, sin ser humano, y descubrir la verdad sobre sí mismos.
Las llaves para todas las puertas que los llevan al Camino de la Luz se guardan en la oración y en la práctica de las virtudes.
Yo los amo y les dejo Mi paz.
Que así como Yo pude descubrir la verdad y la semejanza con Dios, que todos los que Me escuchan puedan hacerlo. Esfuércense y perseveren.
San José Castísimo
Ser verdadero es un atributo espiritual de aquellos que aspiran a transformarse y que no temen ser nada; por eso, se muestran tal como son. De esa forma, Dios podrá moldearlos como Él necesita.
Aunque todos los días se esmeren por ser otros, jamás fuercen algo que aún no alcanzaron. Los pasos que den deben ser verdaderos, aunque sean pocos o lentos. Toda transformación en sus vidas debe darse de forma natural y simple, porque si ustedes se acostumbran a ser verdaderos, poco a poco podrán ir descubriendo lo que en realidad son y harán emerger aquello que existe originalmente en sus esencias.
Lo más importante en este momento es que sean simples, que no teman ser lo que son y entreguen eso todos los días al Altar Celestial.
A los que son verdaderos, Dios les entregará la verdad sobre sí mismos, sobre la humanidad, sobre el planeta, sobre el universo y sobre Su Plan. Los que son verdaderos y simples encontrarán el camino para que puedan fundirse con Aquel que es la propia Verdad Universal, la Verdad de la Creación, en la que se guardan todos los arquetipos originales de todo lo que fue creado.
¿Perciben, entonces, que quiero llevarlos a algo más amplio, que abarca no solo a sus pequeñas vidas ni solo a este mundo?
Ustedes, mis queridos, son criaturas que pueden unirse con Dios por su naturaleza, pues ese es un atributo que guardan como civilización humana. Esa posibilidad de unión con Dios debe ser anclada al universo, para que conformen la unidad con las demás civilizaciones del cosmos y coloquen en la mesa de la Creación su parte, para que todos comulguen de lo mejor que cada criatura de este universo puede proporcionar para que la Perfección de Dios se manifieste.
Comiencen por las cosas simples, siendo verdaderos en su día a día, sin temer expresarse tal como son, pero siempre sabiendo que el propósito de ser verdadero es encontrar la Verdad, que en nada se asemeja a lo que ustedes son hoy. Tengan también siempre en el corazón que toda la vida en la Tierra camina hacia la unidad con Dios.
Piensen ampliamente, sientan ampliamente, oren trascendiendo la vida planetaria, sirvan a un propósito universal, vivan para el cumplimiento de un Plan Cósmico.
Mis manos disuelven las fronteras delante de sus ojos y pueden cruzar el infinito.
San José Castísimo, por el despertar y por la madurez de la verdadera consciencia humana.
En la esencia de los seres humanos se encuentra todo el potencial que podrán desarrollar para el despertar del amor y de la fraternidad. La esencia es el tabernáculo de uno de los misterios más grandes de la Creación Universal, porque allí se encuentra lo más perfecto que Dios creó para que se desarrollase y manifestase, más allá de este mundo, en pro de la evolución de todas las criaturas.
Este tesoro que habita dentro de cada uno de ustedes es silencioso, humilde, y jamás se mostrará si no salen en su búsqueda.
Todo lo que necesitan para expresar con perfección lo que son, verdaderamente, se encuentra dentro de cada uno. Lo que sucede es que ustedes siempre están muy ocupados en mostrar al mundo algo que no son, y colocan todo su empeño para no salirse ni lo mínimo de ese lugar, para no perder la imagen ya alcanzada, el respeto que consiguieron y el ejemplo en que se convirtieron.
Cada vez que intentan aparentar algo para agradar a los demás, más se apartan de lo que son en esencia, porque mientras más conquistan buenas apariencias más se despreocupan de buscar lo que deben ser, que se encuentra en lo opuesto a lo que el ser humano aprendió a manifestar.
No teman no ser reconocidos, porque cuanto menor es el reconocimiento y mayor el anonimato, tendrán más libertad para alejarse del viejo hombre y sumergirse en el propio mundo
interior, en búsqueda de las verdades esenciales de la existencia de la humanidad.
Los seres humanos están enredados en sus propias trampas y viajan leguas buscando una verdad que se encuentra en el propio interior, solo por el miedo de estar solos consigo mismos.
Queridos compañeros, Dios Me permitió traer al mundo grandes verdades con palabras simples, para llevarlos a la humildad sin herir sus corazones. Solo necesitan penetrar, profundamente, en el amor que deposito en cada frase y dejarse impregnar por el descubrimiento de estos misterios del mundo interior que les estoy revelando.
Con amor y paciencia, tomen cada impulso e intenten vivir cada día algo diferente, aunque nunca lleguen a percibir los resultados de la propia transformación.
Yo los amo y les dejo Mi bendición, Mi paz y Mi serenidad, para que avancen en el descubrimiento de la propia verdad interior.
San José, padre e instructor de todas las almas que caminan hacia el Corazón de Cristo.
Yo Soy el Sacerdote Mayor y ustedes son Mis aprendices para que puedan aprender del amor y de la verdad.
Yo Soy el Maestro Mayor y ustedes son Mis amados discípulos para que puedan aprender a vivir en la Ley.
En cada uno de los Míos, derramo Mis Dones Celestiales para que en el próximo tiempo despierten para el servicio a la humanidad.
Todo discípulo debe reverenciar la instrucción de su maestro; porque si así no fuera el discípulo no crecería erguido como lo hace un árbol cuando dirige su copa hacia lo alto. Cada enseñanza y aprendizaje tiene un porqué y una respuesta para sus vidas. Sin las experiencias de fe y de perdón no será posible gestar la Nueva Humanidad.
Hoy los llamo a vivir en Mi escuela pastoral, porque es necesario que los nuevos apóstoles despierten al llamado misionero de amor y de paz. En sus esencias se encuentra el verdadero ser, y en sus corazones se halla la verdad para sus vidas.
Nunca permitan que la mentira o la ignorancia del mundo los separe del Maestro de la Verdad. Traten todos los días de ser claros y transparentes como las aguas del océano; así podrán transmitir el mensaje de paz que muchas almas necesitan.
Lo más importante en estos tiempos es participar de la Sagrada Comunión Conmigo, así ni la ignorancia ni el arte del enemigo golpearán a su puerta. Solo deberán buscarme día y noche, en la alegría o en el dolor.
Yo estoy en todas partes cuando tan solo Me sienten en la oración. Es hora de usar los instrumentos de protección como la oración, la Comunión y el ayuno; así nada los derribará, pues tendrán entendimiento sobre las cosas, porque Yo les daré la fuerza de Mi Amor Redentor.
Estoy con ustedes. Adelante.
Bajo la Verdad Suprema de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por impartir Amor Eterno al mundo entero.
Cristo Jesús
En Mi Sagrado Corazón se encuentra la Paz.
En Mi Sagrado Corazón se encuentra el Bien Mayor.
En Mi Sagrado Corazón se encuentra la Santísima Piedad.
Recuerden que para aquella alma que Me busque, Yo no seré un juez, seré el Libertador de los corazones que buscan el consuelo para ser confortados por Mí.
Ya estamos en septiembre, el mes cuando en América florece un nuevo ciclo, una nueva transformación de la vida de las almas que trabajan para seguir Mi Camino Crístico.
Septiembre será un mes de bendiciones y de prodigios para la humanidad; este mes marcará un antes y un después para la consciencia que se sirva abundantemente del Manantial de Mi Misericordia.
Por eso, no preocupen a sus seres por lo que parece no haberse transformado ni entregado por entero a Mi Corazón. Ahora solo les resta seguir Mis Pasos, incluso entre las ruinas de la humanidad y entre las pequeñas miserias de ustedes, ya que existen miserias mayores que provienen de este mundo y que es necesario extirparlas con urgencia.
Con este fin Yo estoy reuniendo los frutos que Mis semillas han dado después de tanto tiempo. Ahora es el momento de observar con piedad todo lo que Yo les he entregado en confianza. Por eso necesito que no miren más hacia atrás, sino que vean en el horizonte la llama de Mi Misericordia que está comenzando a iluminarlos y a redimirlos por el bien del Universo.
Si algunos ya se encontraron con la realidad del verdadero ser, les pido que no teman, que confíen en Mí, porque eso significa que la vida humana está a punto de dar un paso interior de confirmación del Plan de Dios.
Y para quienes aún no encontraron la realidad del verdadero ser, oren por los que la encontraron y agradezcan la oportunidad de reconocer que, después de esta vida sobre la Tierra, el Paraíso Eterno los espera.
Mi apoyo se extiende a todas las criaturas que se unan a Mí y Me digan cuánta paz necesitan.
Quédense en Mi Luz para siempre.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mi Camino de Consagración y de Fe.
Cristo Jesús, el Maestro de la Piedad y de la Divina Misericordia
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más