Viernes, 14 de junio de 2024

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vive cada día como si fuera el último: sé verdadero en tus palabras, intenciones, gestos y en cada acción diaria.

Vive cada día como si fuera el último: sé simple en tu mirar, dispuesto en tu servicio, atento en tus oraciones, transparente en tus confesiones, sincero en tu amor a Dios y a Sus pequeñas criaturas de todos los Reinos de la Naturaleza.

Vive cada día como si fuera el último: atento a cada detalle y a cada oportunidad de entregarte un poco más a Dios; atento a cada oportunidad de vencer tus resistencias y miedos, tus limitaciones y tu condición humana.

Vive cada día como si fuera el último: permanece vigilante y percibe la Voluntad de Dios para cada detalle de la vida.

Ve, hijo, que Su Propósito habita en todas las cosas, en las pruebas y en los desafíos, en las enfermedades o en la vitalidad, en la tristeza profunda o en la alegría plena. El Propósito de Dios habita en cada detalle de la vida y cuando vivas cada día como si fuera el último, percibirás que este Propósito guía tu vida y te conduce a la transformación de tu consciencia, para que cada instante te traiga plenitud, no lo que tú quieres o como tú piensas, sino plenitud en el cumplimiento de la Voluntad de Dios para tu vida.

Por eso, vive cada día como si fuera el último, pero no con ansia de hacer todas las cosas, sino con la paz de estar con la consciencia en cada detalle, para que percibas las maravillas del don de la vida en las pequeñas cosas.

Y, cuando te llegue el día y la hora de trascender esta oportunidad de la experiencia material de la vida en la Tierra, tu corazón estará pronto, no para volver a aprender en el mundo, sino para dar pasos mayores en la ascensión de tu espíritu, porque ya es el tiempo.

Por eso, no prendas tu espíritu al mundo, no te aferres a las cosas de la Tierra, sino vive con simplicidad cada día como si fuera el último, y encontrarás la paz y la libertad de percibir que no tienes control ni poder sobre cosa alguna, solo tienes la posibilidad de vivir y ser agradecido por todo lo que la vida te concede como crecimiento y aprendizaje.

Que el don de la gratitud eleve tu corazón a Dios y lo torne cada día más Su instrumento.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo