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Hijo:
Multiplica los impulsos que recibes con la alegría del corazón y la disposición permanente a trascender lo viejo, para vivir lo nuevo.
Rememora cada instrucción recibida en los últimos días, en los últimos tiempos. Vuelve a sentir en tu interior aquella alegría que emanó de tu alma cuando estuvo ante la posibilidad de vivir en plenitud los Planes del Altísimo.
Que no te consuma la rutina diaria ni te consuman tus dificultades. La consciencia humana está mucho más dispuesta para abrazar las limitaciones que a su verdadero potencial, porque fue educada para que nunca descubra la realidad sobre sí misma y para restringir siempre la grandeza de la semejanza con Dios a la pequeñez de un cuerpo humano transitorio.
Transforma, entonces, esos viejos patrones de consciencia y aférrate a lo más perfecto y maravilloso que hay dentro de ti. Reconoce, sí, las dificultades, pero sabe que más allá de ellas está tu posibilidad de trascenderlas, no por ti mismo, sino porque escondido dentro de ti se encuentra Aquel que puede todas las cosas, las imposibles e impensables. Él es tu posibilidad de trascendencia. Estar en Él es descubrirlo dentro de ti y reconocer que tú eres parte viva del Creador, así como lo es toda la vida manifestada.
Concéntrate, hijo, en no perder la alegría y la esperanza, para que esos dos dones divinos te impulsen siempre a lo nuevo y para que encuentres en ellos la fuente eterna de la vida en sacrificio, en entrega, en renuncia y en trascendencia; atributos tan temidos por aquellos que aún no descubrieron que la plenitud se encuentra en servir a Dios con alegría y perderse de sí mismos para encontrar, en su lugar, al Creador de los universos.
Piensa en lo que te digo, hijo, y más que eso, tómalo como una posibilidad para ti. Tus dificultades no desaparecerán ni tampoco las imperfecciones dejarán de herir a tu alma. Lo que ocurrirá es que ese peso te será más leve, porque lo más importante para ti no estará en los defectos, sino en la grandeza de Dios, en Su posibilidad de transformar todo lodo, toda impureza, y tornar sagrado y perfecto aquello que antes era un simple barro en Sus Manos.
Confíate al Señor y ten en Su perfección tu mayor esperanza. Esfuérzate por estar en Sus Manos todos los días y encuentra tu eterna alegría en los dones que alejan al mal y te aproximan a Dios: sacrificio, renuncia, entrega y trascendencia.
Aquel que te llama a servir con alegría y a no perder de vista la perfección de Dios en el corazón,
San José Castísimo
¡Oh alma humana que está en el último tiempo de su imperfección, renuncia a lo que te ata al viejo mundo y lánzate al infinito de una nueva vida! Lucha con firmeza tu última batalla de este ciclo de oscuridad, batalla que te hará ascender a realidades sublimes y que, a pesar de ser larga y dolorosa, sus méritos no tendrán fin.
¡Oh alma que es tan desconocida para si misma, sumérgete en tu mundo interior y retira los velos que cubren tus ojos humanos, para que descubras el infinito de tu propia consciencia!
Alma de Dios ya tan cansada por los ciclos de ilusión vividos en esta Tierra, ya terminan la ceguera y la indiferencia, para que reposes contemplando el despuntar del sol de un nuevo día, de una nueva era.
¡Alma de Dios, que eres tan pequeña e infinita al mismo tiempo! Tu grandeza fue escondida por la ignorancia de la mente humana, y tu pequeñez se encuentra en la humildad, que has de develar. En ti, humildad y grandeza deben encontrarse, porque solo reconociéndote una pequeña nada es que descubrirás tu semejanza con Dios que contiene en Sí todas las cosas.
Ábrete de corazón al Verbo Creador y habla por medio de la oración y ya no con limitados conceptos e ideas humanas.
Contempla, delante de ti, el ejemplo grandioso de la Sagrada Familia y vence el prejuicio milenario de ser puro y simple como esos tres Sagrados Corazones. El mayor de los misterios se devela en la simplicidad.
Ya no busques tanto las grandes ciencias, pues la mayor de todas las ciencias es descubrirse semejante a Dios: en Él se encuentra la Omnisciencia.
Mientras el mundo afianza la materia en los viejos patrones de la Tierra, elévate, alma pequeña. Hazte leve como el viento y retorna al Padre. Carga contigo, en el silencio de tu ejemplo, a toda la humanidad y, llegando al Cielo, abre las puertas al nuevo tiempo, al tiempo que siempre fue, que es, pero que tu mundo nunca conoció.
Ve en busca de lo nuevo, de lo eterno, de lo infinito.
Aquel que te muestra el camino hacia la nueva era,
San José Castísimo
Hijo:
Cumple con alegría la misión que Dios te encomendó, la misión de vivir en la Tierra principios que provienen del Cielo y manifestar en el mundo una Nueva Humanidad.
Muchos se preguntan todos los días, si están haciendo lo que deben hacer como almas y como espíritus; se preguntan, en dónde deberían estar, con quién y haciendo qué. Pero pocos, muy pocos están esforzándose para verdaderamente abrir el corazón y atraer un arquetipo de la vida que aún no existe en la superficie del planeta.
Si quieres vivir lo que Dios pensó para ti, comienza por disponer tu corazón para algo nuevo. Busca dentro de ti lo que debe ser perdonado y lo que debes perdonar. Busca dentro de ti la fuerza para vencerte a ti mismo y ser más manso, más humilde, más servicial y pacificador.
Trata de romper dentro de ti las barreras que te separan del prójimo y trabaja en ti todo aquello que juzgas en los demás. Permanece todos los días con el espejo del corazón dirigido hacia ti mismo y, antes de irritarte o de criticar algo que ves en el otro, observa el espejo del corazón y mírate a ti mismo reflejado en aquel defecto que no puedes soportar.
Trata de comprender al otro como te comprendes a ti mismo: así como sabes que tienes infinitas dificultades y miserias, los otros también las tienen. Así como intentas dar los pasos y te esfuerzas de buen corazón, el otro también lo hace.
Solo la comprensión mutua abre el corazón para la vivencia del amor.
Si no consigues controlar las reacciones de tu mente ni de tus emociones, no te preocupes tanto; pero que ellas duren poco y que energías como la ira, la envidia, la codicia o aun el sentimiento de superioridad no tengan tu permiso para permanecer dentro de ti.
Si amas al Plan de Dios, hijo, o por lo menos quieres amarlo, reflexiona siempre que el Creador necesita de una raza de Cristos y no de uno solo, y que no será suficiente que tú te cristifiques. Recuerda que no necesitas ser mejor ni peor que nadie, pero que tanto tú como aquel que tienes al lado deben llegar a la meta de la unión con Dios.
Ese es el gran misterio de la existencia humana y, por eso, vienes como espíritu hasta aquí, para curar los errores del pasado en el universo.
Para que el Plan de Dios se cumpla, los seres humanos deben ayudarse mutuamente. Recuerda esto hijo, todos los días y, antes de colocar trampas en tu camino, deseando que este o aquel desaparezca de la Tierra, acuérdate de que sin ellos tu vida tampoco tiene sentido.
Acuérdate de que no importa cuán imperfecto seas tú o el otro, pues existe algo dentro de cada ser que lo asemeja a Dios y que abre los portales entre las dimensiones para que toda la Creación se una al Padre.
Si quieres que tu espíritu se aproxime y que tu alma te conduzca por el camino de la Voluntad del Creador, ábrete primero a la transformación, a la vivencia del amor y de la fraternidad, y después el propio universo conducirá tus pasos y no tendrás que andar tan preocupado contigo mismo.
Escucha con atención Mis palabras y vuelve a escucharlas una y otra vez, porque es mucho más fácil olvidarlas que ser verdaderamente transformado por ellas, ya que tu humanidad no está acostumbrada a buscar lo Divino, sino solo aquello que la engrandece y la afirma como materia.
Ilusión de ilusiones es no buscar ser nada como hombre, creyendo que la vida comienza y termina en ti. No conoces lo que es ser en verdad un ser humano semejante al Padre, pues para eso, hijo, debes vivir la unidad con Él: morir para ti y nacer de novo dentro del Creador.
Te dejo Mi paz y Mi bendición, para que descubras la verdad sobre ti mismo, olvidando lo que piensas ser.
Ábrete para ser nada y ahí encontrarás Todo.
San José Castísimo
Cuando las almas en el mundo se pierden Yo les hago reencontrar el camino hacia Dios a través de Mi Amor. La redención se establece en los corazones que piden Mi auxilio y también en los corazones que piden por sus hermanos para que Mi Plan de paz se pueda establecer en la humanidad; así Yo le cierro la puerta a Mi adversario, quien corroe a las almas espiritualmente, coloca obstáculos en sus vidas y las lleva a la perdición, principalmente, a la ausencia del amor.
He venido aquí, queridos hijos, para encontrarme con ustedes bajo la Unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque la Santísima Trinidad Me ha enviado en este ciclo y en estos tiempos a prepararlos para lo que vendrá. Necesito que sus corazones establezcan Mi reinado en este mundo. Necesito que cumplan Conmigo el Plan de paz que el Señor tanto espera.
El mundo aún está sordo y ciego, mas sus corazones están abiertos para Mí, y ustedes, queridos hijos, saben que eso es así y que Yo necesito de sus corazones para cumplir Mis designios sin importar cómo ustedes sean y cuán imperfectos, ante los ojos del Universo.
No vengo aquí a buscar su indignación, su indiferencia u omisión. Vengo a buscar en ustedes lo que en verdad existe en lo profundo de sus seres y que se llama Dios; es en ese Dios que deben vivir en este tiempo por todos aquellos que no lo viven. Y recuerden a Dios, queridos hijos, cada nueva mañana que despierten, porque Dios es olvidado en este tempo por los corazones que no Lo han comprendido ni han aceptado Su Voluntad, que no es la voluntad inferior humana.
Yo necesito instaurar aquí, queridos hijos, un Reino que sería imposible de establecer en estos tiempos, pero que es posible cuando sus corazones se abren para escuchar Mi llamado cada vez que Yo lo anuncio al mundo.
He venido a Cataluña para traerles el misterio de Mi Amor, como ya se los traje una vez cuando los encontré anteriormente en esta misma ciudad para renovar los votos ante el Padre Celestial. Y quisiera, queridos hijos, que en este tiempo fortalecieran esos votos, no solamente por ustedes sino por sus hermanos que están en este camino y también por los que no lo están y han olvidado a Dios, al Padre del Amor y de la Unidad. Si el amor y la unidad viven entre ustedes y trabajan por ese amor y por esa unidad, Mi Plan triunfará en esta humanidad.
No importa lo que suceda a su alrededor, porque Yo estaré entre ustedes para impulsarlos a caminar y a seguir los pasos de Cristo, pasos que en este tiempo todos tienen la opción de dar por la humanidad y por el planeta.
Aún, queridos hijos, no conocen Mis dolores profundos por esta raza, por todas las almas. Aún no conocen lo que significa sustentar la gravedad de estos tiempos y a una raza sumergida en su ignorancia y en su ceguera.
Yo, como la Madre de la Bondad y de la Misericordia abro las puertas a todos los que no lo merecen, porque la semilla crística está en ustedes y en sus hermanos; semilla que nunca desaparecerá y nadie se la podrá quitar. Es la semilla de la unidad y el amor que Yo vengo a regar de tiempo en tiempo con Mis oraciones, Mis palabras y Mis súplicas por ustedes ante el Padre Celestial. Es la semilla que nunca se podrá secar ni deberá perderse de vista. Es la semilla crística que Mi adversario teme aunque desconozca, porque cuando ella brota, florece y da sus frutos, es invencible.
Queridos hijos, hoy Yo vengo a hacerles reconocer su filiación con el Padre Celestial, filiación que es única para cada uno de ustedes, es preciosa y también misteriosa para muchos. Considérense dignos hijos de Dios y la humanidad entera será digna hija de Dios por los pasos que ustedes den en este tiempo hacia Mi Hijo, hacia Su Sagrado Corazón.
No les vengo a pedir, queridos hijos, lo que no Me pueden dar, sino lo que en verdad Me pueden donar de corazón, con sus vidas en cada acto del día, en cada ejemplo de caridad y de bien para con el semejante. Así, queridos hijos, Yo los invito a compartir las miserias del mundo y a soportarlas Conmigo mediante la oración, el servicio y el sacrificio. Sé que muchos le temen al sacrificio porque piensan que sufrirán, pero Yo no les vengo a traer sufrimiento, sino la Paz del Reino Celestial vivida perpetuamente por los ángeles y arcángeles, en cada momento del Universo Divino y Espiritual. Yo les abro las puertas hacia el conocimiento sagrado que se llama Universo Celestial.
Yo quiero que sean conscientes, queridos hijos, de esta tarea tan importante de fundir el Cielo y la Tierra en una sola unidad. Así las puertas a los infiernos de la vida se cerrarán y poco a poco los corazones perderán su ignorancia, porque los velos caerán de sus consciencias y reconocerán que se olvidaron de Dios y se animarán a retornar al camino de Mi Hijo, que es el camino del amor y del perdón.
Sigan adelante a pesar de lo que suceda y recuerden que Yo los considero Mis columnas de luz y de paz en este mundo infiel. Hagan triunfar Mi Corazón en sus vidas y vívanlo plenamente, porque el tiempo ya llegó y es hora de batallar por este Plan de paz en el mundo, mundo que cada uno construye día a día con su actitud, su pensamiento, su sentimiento y su oración.
Unida a ustedes y junto a cada uno de sus espíritus triunfa Mi Plan, y Mi adversario pierde la guerra que tanto quiere batallar. Ya es hora, queridos hijos, de que sean portadores de Mi Paz y de que la transmitan al mundo, esa es Mi principal tarea con ustedes en estos tiempos.
Ahora coloquen en Mi Corazón Misericordioso e Inmaculado sus intenciones. Yo abro Mi Corazón de luz para que depositen sus súplicas, sus invocaciones, sus pedidos al Gran Padre Universal que los ama profundamente y nunca se olvida de ustedes. Depositen en el silencio de sus corazones esas intenciones.
Ahora extendiendo Mis brazos y aproximando Mis manos hacia ustedes, queridos hijos, rezaré por España derramando Mis Gracias sobre ella:
Padre Santo, Soplo del Espíritu,
derrama Tu Luz sobre las consciencias,
que nunca se desanimen de buscarte,
para que puedan encontrar Tu Paz y Tu Verdad.
Fortalece cada chispa de Tu Espíritu
que se ha congregado en torno a Mi Corazón Inmaculado,
para reverenciar Tu Presencia y Tu legado con toda la Creación.
Ángeles del Cielo, Consciencias Mayores,
guíen a las almas por el buen camino
y llenen el vacío de amor que muchas sienten en su corazón.
Viertan el Espíritu Divino de Mi Hijo,
para que ellas puedan vivir en Su Sagrado Corazón
y ser en este tiempo como una estrella
que todo ilumina desde el Universo.
Amén
Yo los bendigo, queridos hijos, y bendigo todo lo que han traído a Mi altar en reverencia y amor. Bendigo la unión que buscan con Mi Hijo todos los días sin olvidarse de Él, su Maestro, su verdadero amor.
Tráiganme aquí la ofrenda de la Eucaristía para que Mis Ángeles la transubstancien en la verdadera materia espiritual y divina que nutre sus espíritus y consciencias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos compañeros en Cristo:
Sé que muchos creen que repetimos las mismas palabras muchas veces y se preguntan por qué hacemos esto. ¿No será porque aún no se abrieron para la esencia de la Enseñanza y siguen en la superficialidad de entenderla, pero no en la profundidad de vivirla? ¿Será porque siguen con la información dentro de la mente, creyendo que saber es lo mismo que ser?
Yo vengo a hablarles sobre el silencio, que es tan poco comprendido y vivido por la humanidad, sobre todo en el Occidente del planeta.
Vengo a hablarles sobre el silencio como una búsqueda del vacío y del camino a la humildad. Quiero que comprendan el silencio como algo que los saca de sí mismos y no algo que los encierra en el propio ombligo.
El silencio mal vivido los vuelve egoístas, llenos de juicios sobre los demás y con un sentimiento sutil de superioridad. Ese es un falso silencio, que calla la boca pero que descontrola la mente y los aspectos más bajos del ser. Ese es un silencio forzado, un silencio que oprime, un silencio que, partiendo de la falta de paz y al generarse por medios forzados y conflictivos, jamás dará paz al espíritu y menos aún al planeta.
El silencio del que les hablo es aquel que el alma comienza a buscar cuando ya no encuentra salida para sus imperfecciones y ya no soporta estar consigo misma. Por eso, camina ávida hacia la elevación, hacia el Dios que es el Verbo y, al mismo tiempo, es el propio Silencio, que ampara todo lo que fue creado en Su misterioso Sonido sin ruido.
En estos tiempos de purificación, el silencio será una llave maestra que, combinada con el servicio y la caridad fraterna, nunca permitirá que ustedes pierdan el camino.
En medio de tantas imperfecciones, que al mismo tiempo son tan palpables y tan ilusorias, el alma solo podrá salir de la confusión que la envuelve buscando el silencio, silenciando el tumulto de la expurgación interior, para vivir la propia evolución de una forma más armoniosa y pacífica, más consciente y efectiva.
Ustedes no deben buscar el silencio como mutismo y pensar que ya está todo resuelto. El silencio es el medio, la elevación es lo que los motiva, y el encuentro con Dios es la verdadera meta.
Si viven el silencio con la intención de elevarse para traer un poco más de paz para el mundo, ayudarán a la humanidad a dar sus pasos. Y si, además del silencio, viven la caridad fraterna, sabrán cuándo las palabras serán necesarias.
El hablar se volverá un acto de caridad. Sabrán el momento de reír, de estar sobrios, de dar un aliento o de recogerse, de emitir un parecer o de solo observar.
Yo los llamo a buscar el equilibrio por amor al planeta y no solo por ustedes mismos.
Si ya están cansados del propio abismo, intenten estar más silenciosos, en una búsqueda permanente del Dios que se esconde en Su Creación.
Si aún no comprendieron lo que Yo les dije hoy, experimenten vivir estas palabras y vuelvan a leerlas pasado algún tiempo.
Verán cómo la consciencia se encontrará en otro punto de comprensión.
Su padre e instructor, amigo del silencio que lleva a Dios y que les muestra a los corazones las necesidades más profundas del prójimo.
San José Castísimo
Fortalece la verdad en tu interior y sé verdadero, no solamente cuando estás solo y sabes que no puedes esconderte de Dios en tu soledad.
Consolida tus aspiraciones más puras y mantente en esa pureza lo máximo que puedas.
Recuerda la grandeza del Plan de Dios; recuerda también el sufrimiento del mundo y ofrece tu transformación, pensando en cómo debería ser el mundo y observando en qué se convirtió. Tanto en la grandeza del Plan del Señor como en la abismal situación planetaria, debes encontrar los impulsos para no ser lo que eres y caminar hacia lo que debes ser.
Busca un mayor contacto con Dios en la soledad del corazón y fortalece allí la pureza de tu interior. Cuantos más momentos de unión con Dios tengas en tu día, más fácilmente te mantendrás en el propósito y resistirás las tentaciones que se presentandelante de ti.
Sin embargo, si eliges estar ante todas las situaciones que ya sabes que no puedes superar, en vez de escoger estar en soledad con Dios y ser verdadero delante a Él, jamás podrás salir de la permanente batalla contra ti mismo. Y no será necesario que el enemigo se aproxime a ti, porque tú solo corres hacia los abismos de tu consciencia.
Hijo, ya sabes que te estás purificando al retirar el lodo en tu interior; ya sabes que, muy intensamente, las tentaciones y los deseos mundanos que aún tienes dentro de ti te llaman a que caigas. Por eso, no coloques tu consciencia en pruebas innecesarias, cuando el camino de la paz se muestra a tus ojos.
Antes de correr hacia las situaciones que te comprometen, da un paso atrás y encamínate a la soledad con Dios. Aunque sea por un instante, confiésate con Él y renueva tu aspiración a estar en la pureza de tus intenciones.
Fortalece lo puro que hay dentro de ti y deja que lo impuro pierda su fuerza y perezca por el desinterés de tu consciencia en relación a las impurezas, porque aquello que hoy estás purificando se alimenta de ti mismo y solo permanece en tu interior cuando es retenido por tus propias manos.
Escucha, entonces, lo que te digo y no reafirmes las imperfecciones y vanidades, contemplándolas delante de ti; suéltalas y dirige tus ojos a la pureza. Deja que tu interior se purifique por la intensidad de la luz de la verdad de tu esencia, que debe expandirse cada día.
Si comprendiste lo que te dije, entonces, vívelo rápidamente.
Tu padre, guía y compañero de siempre,
San José Castísimo
Queridos compañeros en Cristo:
Quiero ofrecerles cada día algo más que palabras, porque tengo la posibilidad de llevarlos a que vivan lo que ustedes verdaderamente son, no solo como individuos, sino también como humanidad.
Por eso insisto, una y otra vez, para que en cada momento de sus vidas ofrezcan todo lo que hacen por la consciencia humana, sobre todo por todos aquellos que no conocen a Dios y que, independientemente de la clase social y de la situación física, viven en la ignorancia y en total ilusión.
Mis amados, cuando estuve en este mundo como José de Nazaret, en todo lo que hacía en Mi trabajo, en el descanso o en las liturgias diarias, la oración era siempre lo que movía Mi Casto Corazón y, así orando, ofrecía todo por los demás hermanos del mundo.
Trabajaba por los que no lo hacían; descansaba por los que no podían descansar; era verdadero y simple por los que no podían serlo. Y así era con todo. Entonces, fui descubriendo cómo amar las imperfecciones de los hombres. De esa forma, mientras trabajaba por alguien que no lo hacía, comencé a comprender el porqué de aquellos que no lo hacían estaban en esa situación y, en Mis intenciones, ofrecía siempre a Dios las dificultades de Mis hermanos.
Viendo la pureza de Su siervo que no oraba para sí mismo, sino para que el reinado de Dios se expandiese por el mundo, el Señor comenzó a mostrar, a los ojos de Mi Corazón, diferentes situaciones del planeta en lugares que, en vida, no había conocido, pero sabía de la realidad de todo lo que veía.
Dios Me concedió la Gracia de servir más profundamente y de tener la certeza de que, en cada instante de Mi vida, Él podría interceder por algún alma. De esa forma, fui aprendiendo el arte de interceder ante Dios por las almas y por los seres de la naturaleza, los que nunca eran olvidados por Mi Corazón Castísimo.
Hoy les digo que el secreto para ser un intercesor ante Dios es que nunca pierdan la pureza de intención y que no se crean nada, sino solo un siervo de Dios. En donde haya orgullo por alguna obra ofrecida a Dios, esa obra ya no alcanzará el Cielo.
Muchos creen que interceden por las almas cuando, en realidad, están perdiendo un tiempo precioso de orar con el corazón para alimentar el propio orgullo y la vanidad.
Vengo para enseñarles a ser puros como los niños y a orar como un pequeño niño ora a Dios: no hay vanidad en sus palabras ni tampoco orgullo, solo hay una unión pura con Dios. Los niños no buscan nada cuando oran, solo entregan sus oraciones. Esos son los verdaderos intercesores.
Mis queridos, lo que sí quiero es que sean intercesores delantede Dios por las almas perdidas, pero antes de eso, debenencontrarse a sí mismos en la propia esencia de la pureza y de la humildad.
Yo vengo al mundo para darles esa posibilidad, pero no piensen que eso es imposible, solo únanse a Mi Espíritu de Amor y, cada vez que vean que no están orando con pureza y humildad, acuérdense de Mí y sean como niños caminando hacia el Corazón de Dios.
Yo los amo y les dejo la pureza de Mi Casto Corazón.
San José Castísimo
La esencia del silencio es, en verdad, el acto de silenciar las propias aspiraciones. Aquí se encuentra la clave para la ascensión tanto del espíritu como de la materia.
Mientras cada uno de los diferentes aspectos del ser busque la propia satisfacción y conquista, ustedes jamás conseguirán cumplir con perfección la meta espiritual de sus almas y de sus espíritus.
En estos tiempos de purificación, dispónganse interna y conscientemente a purificar las intenciones más profundas de todos los aspectos que componen su ser.
Construyan con la oración una fortaleza que soporte, con amor, serenidad y paciencia, el encontrar las mil resistencias que surgirán del inconsciente. Dispónganse a conocer la raíz de todos los movimientos que no consiguen transformar y, con mucha calma, iluminen, con el poder del verbo que se eleva a Dios, esos espacios de la consciencia.
La oración es la llave de muchas puertas, no solamente para la salvación de las almas, sino también para prepararlos para todo lo que deberán vivir dentro y fuera de sí, en un futuro próximo.
Si oran de corazón y se disponen a la transformación, todo les será posible. No les digo que sea algo fácil de vivir, porque la peor batalla es la que se vive consigo mismo; sin embargo, no será imposible y, con un poco de valentía y persistencia, estarán aptos para vivir batallas mayores y ayudar a otros que aún no comenzaron a recorrer el camino del espíritu.
En tanto no purifiquen las intenciones, todas las virtudes que viven son pasajeras, como el silencio, la humildad, la caridad y aun la fraternidad, porque en el fondo de todo esto habrá siempre una intención propia que debe ser purificada.
Cuando descubran las raíces de las propias imperfecciones, podrán actuar, sentir y respirar siempre para Dios y en función de Su Plan. Es a partir de ahí que todo lo que hagan se tornará verdadero y las semillas de una Nueva Raza, que obedecen plenamente a Dios, comenzarán a germinar en el mundo.
Por esta razón, Yo los animo a no alarmarse con lo que encuentren en sí mismos. Al contrario, den gracias al descubrir un aspecto imperfecto, porque irán un paso adelante en la manifestación de la Nueva Raza.
Aprendan a vivir la propia transformación con mucha simplicidad y sin grandes angustias, como quien cura una gran herida, limpiándola todos los días. Y aunque sientan dolor o, a veces, exhale un mal olor o pase por una inflamación, en algún momento la herida cicatrizará. Cuanto más paz y cuidado hubiere, más rápido el propio cuerpo, fortalecido por el poder de la oración, la cicatrizará.
Yo los bendigo y los conduzco al descubrimiento de sí mismos y a la pacificación interior ante cualquier circunstancia de la vida.
San José Castísimo, siervo paciente y humilde de Dios
Si en verdad Me vieran como Yo los veo, muchas cosas ya no sucederían en su mundo interior y exterior. Yo vengo a llamar a los que se pierden en sí mismos y se escapan muchas veces de la Verdad. En ellos, Yo He repetido Mi Propósito durante mucho tiempo y aguardaré hasta el final una sabia respuesta, una respuesta verdadera. Pero ahora, que todo parece estar confuso en muchos, la Luz de Mi Sabiduría los envuelve, confortándolos.
Veo que Mi Padre, a través de tantos sabios y seres celestiales, Ha confiado en todos ustedes y en muchos más; pero el camino de la Verdad comienza buscando la transparencia en sí mismo, para irradiar después la pureza y en consecuencia la verdadera intención del corazón.
Cuando el Propósito sea visto por ti mismo, te aseguro que fallarás en el primer intento, porque la Verdad no te ha sido mostrada y estarás sujeto al engaño permanente. Por eso, líbrate de ti mismo, para que Yo pueda hacer lo que tengo previsto, desde antes de tu nacimiento en el mundo. Pues Mi Verdad, que no es conocida, se encuentra en el espíritu de la Paz y ese mismo espíritu es sembrado por el Amor de Dios, en donde existe el centro supremo de la Verdad.
Como muchos no conocen estos simples misterios de la vida, Yo vengo a revelarles la Verdad de que ya no deben actuar por los impulsos de su propia imperfección. Por esta causa, muchos hacen padecer a Mi Corazón Sagrado y Él muestra la Sangre que derrama por los errores del mundo, que ofenden a Dios, sin que perciban la gravedad de estos tiempos.
Antes de que la Ley descienda del Cielo, en donde Yo vivo en Gloria todo el tiempo, Yo intercederé ante Mi Padre para aliviar las causas y heridas espirituales imborrables que muchos ocasionan al Altísimo Creador.
Yo padecí por ustedes, para que ustedes no padecieran en vida. Yo morí por ustedes, por Amor, para que ustedes no murieran en espíritu.
¡Ay de aquellos que Me ofendan, por ignorancia y falta de consciencia, en estos tiempos que vendrán!
Aquel, que se oponga a Mi Propósito, sufrirá por la acción de su propio querer y Mi Misericordia Infinita se convertirá en un manantial de Justicia en los que Me sean infieles.
La vida no puede vivirse en dos caminos, escojan a tiempo qué camino seguirán, el de la Luz o el de la eterna oscuridad del mundo. Fieras y redes diabólicas se soltarán sobre el mundo, como lluvia en noche de frío, y convencerán a muchos para seguir falsos caminos, movidos por la emoción y por el engaño. ¡Pobres de estas almas que Me abren heridas antes de tiempo!
¿Dónde quedará lo que Yo les He dado con tanto amor y confianza?
Pero la Verdad se busca en la humildad, que nunca debe acabar, más si ella llegara a faltar, invoquen a Mi Presencia para que el orgullo que muchos tienen no los ahogue y no los inunde como una barca en el mar.
Yo Soy la Salvación y el Camino Perfecto para los que se humillen ante Mí; pero sé que muchos, por sus ideas y sus propios preceptos, no se dejarán rendir a Mi Amor y ante la aparición de la menor crisis de vida, decidirán serme infieles y en verdad no saben lo que esto significará en este tiempo de tribulación.
Recen para que sus seres se desprendan de las causas de la perdición. No sean orgullosos, sino sean valientes y humildes para encontrar la rendición. A quien esté dispuesto a seguirme, Yo lo ayudaré hasta el final y no lo dejaré solo a pesar de la gravedad de los tiempos. Por eso, busquen la unidad sincera con sus semejantes; así sus corazones serán espejos de la Verdad y de la Misericordia que, por el propio poder que Yo les daré, expulsarán el mal, disolviéndolo en cualquier camino.
Para ser Mi apóstol es necesario ser humilde y no astuto, sus propias miserias pueden sumergir el proyecto confiado a sus vidas. Únanse y todo se resolverá a través de Mi Presencia Infinita.
Bajo el Amor del Padre, que los acoge y los perdona, sean verdaderos, y así Me agradarán.
Cristo Jesús Glorificado
A veces Yo permito que ustedes naden en contra de la corriente porque solo de esa forma sabrán enfrentar los vientos contrarios. Cuando no encuentren una respuesta positiva de parte de un hermano, será el momento indicado de volverse misericordiosos.
El universo de las imperfecciones y de los errores circunda la vida planetaria y, solo a través de los buenos actos de reparación y de misericordia los defectos de sus semejantes se curarán en su interior. Nunca esperen respuestas grandiosas de nadie, porque la verdadera respuesta se encuentra solo en el Amor del Señor.
Ahora están enfrentando el tiempo de las grandes corrientes contrarias; a medida que Mi Luz se aproxima al mundo, mayor es la fuerza de la tribulación que anticipará el tiempo del Juicio Universal.
Por eso, dediquen tiempo a obras de caridad, para que al menos los que duermen en las ilusiones puedan despertar y reconocer que es tiempo de vivir la fraternidad.
Quiero decirles algo: la Misericordia tendrá un tiempo más para ser derramada sobre el mundo, y luego será impartida la Justicia Divina.
Examinen día y noche sus consciencias para que siempre emerjan de ustedes pensamientos y actitudes puras.
Sigan adelante.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mi Mensaje en su interior.
Cristo Jesús
En la Serenidad de Mi Corazón Misericordioso encuentran el consuelo.
En la Misericordia de Mi Espíritu encuentran el aliento y la fe para proseguir.
En el camino del apostolado podrán encontrar puentes rotos para cruzar o piedras duras en sus senderos. Ante todos eso obstáculos, Yo les pido que sostengan el fuego ardiente de su fe unido a lo Alto; desde el Cielo recibirán la Gracia para poder superar, sin dificultades, todas las pruebas.
Recuerden, que todos Mis discípulos vienen de diferentes escuelas, así como fue con los apóstoles; en algunos de Mis aprendices podrán encontrar prontitud, en otros lentitud; y también podrán encontrar madurez espiritual en formación y carencias en el espíritu.
Pero a pesar de todas las imperfecciones, Yo los llamo para que ingresen en Mi Misericordia; pues a quien se esfuerce de verdad y trabaje por su transformación, dicho esfuerzo se le reconocerá como un mérito en los Cielos.
No pierdan la esperanza de liberarse de ustedes mismos, Mi Corazón acompañará los pasos de aquellos que solo se dispongan a seguir las simples instrucciones que Yo les traigo en estos tiempos. Aprovechen con sabiduría el manantial que hoy les entrego, sean dignos de estar Conmigo.
Bajo el Amor Poderoso de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras y madurarlas en el corazón.
Cristo Jesús
Los que están más cansados de sí son los que, con humildad, deben venir hacia Mí. Pues aunque parezca que todo está igual, todo cambia en el interior del corazón que afirma día a día su compromiso eterno Conmigo. Y en el espíritu, todo cambia rápido cuando el corazón confía en Mi Misericordia todos los días a las tres de la tarde, porque es allí y en ese horario que Mi Consciencia hace milagros de liberación y de transfiguración en sus pequeñas células.
Comprendan ese misterio del poder infinito de Mi Perdón porque cada día que Yo desciendo desde el Cielo para entregarles Mis Pobres Palabras, Mi Luz Misericordiosa los absuelve antes de que cometan nuevamente un error.
Mi Corazón no se acongoja ni sufre por la cantidad de faltas que cometen las almas, en cambio Mi Corazón queda solitario en un desierto y con sed porque las almas no dirigen sus problemas mundanos hacia Mi Corazón, que todo lo puede y todo lo transforma.
A Mis compañeros les digo que hasta el fin de la vida sobre este mundo, encontrarán una prueba y un desafío para superar, en honra al Proyecto Redentor de Mi Sagrado Corazón. Y por más que la misma prueba se repita en sus vidas, nunca dejen de pedir auxilio y de humillarse ante Dios reconociendo su estado de imperfección. Porque así Mi Corazón siempre los reparará y los salvará mediante la Gracia que Yo he obtenido por los méritos de Mi Pasión en la Cruz.
Sean transparentes como el agua y puros como las flores para reconocer que nada podrán cambiar por sí mismos sin antes clamar por Mi Divina Misericordia.
Aquellos que aún naufragan en las pruebas, como dentro de una barca sin rumbo ni dirección, mediten si en verdad están clamando por Mi misericordioso auxilio de amor. Si así lo hicieran no permitirían que su arrogancia los ahogue como en el océano y, en la superficie de ese mar de oscuridad y de desafíos, podrían ver la Luz de la salvación que proviene de Mi Eterno Corazón.
Amo a aquellas almas que con simple valentía Me dicen todos los días cuánto Me quieren tener presente en sus vidas, porque a todas esas almas las recompensaré con Mi Perdón Sideral.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar en paz sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Salvador
Sumérjanse en Mi Amor porque en Mi Amor hallarán la seguridad para la vida, y todos los caminos podrán siempre conducirlos hacia Mí.
Una parábola de Jesús
Había una vez dos hermanos que eran apreciados por su padre. Como el padre viajaba por labores que eran el sostén de toda la familia, los dos hermanos quedaron con el compromiso de cuidar los bienes que el padre les había confiado guardar y proteger.
Un día, uno de los hermanos, el mayor, dejó de vigilar el preciado tesoro viendo que su hermano menor estaba distraído y desatento. El hermano menor dejó de vigilar con atención lo que el padre le había confiado. Cuando este hermano menor dejó de cuidar los bienes porque estaba ocupado con otras cosas, su otro hermano, el mayor, le reclamó con desprecio lo que había pasado sin saber bien lo que en verdad sucedía.
El hermano menor había permitido que una gran plantación, un bien familiar se perdiera por entero, se secara por falta de agua de la fuente de su padre. Ante ese gran hecho, el hermano mayor, que despreciaba al hermano menor, lo juzgó sin saber toda la verdad. A consecuencia de esto perdió el amor verdadero por su hermano.
El hermano mayor no solo era más sabio que su hermano menor, sino que su padre también le había dejado a su cargo otras tierras; dichas tierras fueron destruidas por una intensa lluvia.
Cuando el padre de ambos regresó a su casa se encontró con lo que estaba sucediendo. El hermano mayor le contó a su padre lo que había ocurrido con las tierras que les había confiado y que el descuido de su parte había sido por vigilar a su hermano menor.
El padre ante sus dos hijos respondió: Queridos, no importa cuánto han perdido de mis bienes, lo que le importa a su padre es que no se juzguen, que se amen por encima de todas las cosas. Lo que yo les confié antes de mi partida les brindaba la oportunidad que les mostraría que cualquiera de mis hijos podía equivocarse, pero lo que no podían olvidar es el amor que yo les enseñé para que ustedes pudieran vivir en paz.
Queridos Míos, ¿cuál es la filosofía espiritual de esta parábola?
Dios los ama tal cual son, incluso con imperfecciones. Dios espera de ustedes una absoluta unidad y humildad, lo que les permitirá reconocer que un día podrán ser aprendices de la vida y que otro día podrán ser instructores de la vida. Nunca deberá faltar en sus corazones el amor; si no hay amor el perdón se vuelve superficial y la unidad se vuelve débil. Fortalezcan su fe en que es posible transformar todo porque ahora llegó el momento de que reconozcan Mi Corazón en todos los hermanos.
En la Paz de Mi Corazón, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Parábolas en el corazón interior.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más