- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí la Señora del Silencio que, a través del Silencio de Dios, contempla la situación planetaria y especialmente la situación de las almas.
Es este silencio bendito y sagrado que Me permite proteger a las almas más necesitadas de Misericordia, porque el Amor de Dios es muy grande y desconocido.
Es Su Amor Infinito y Sabio que, a través del sagrado silencio, detiene a las fuerzas del mal y las destruye; porque no hay nada ni nadie en este universo, en el Cielo o en la Tierra, dentro o fuera de los seres, que se pueda oponer al Amor de Dios.
Cuando la vida o las situaciones no están en el Amor del Padre, es cuando el mal entra y divide, distrae y perturba a la mente y a las consciencias.
Cuando muchas veces la Jerarquía Espiritual llamó a las almas tan claramente al silencio, no era solo para poder establecer la paz en esta superficie, sino para que cada uno pudiera hacer su revisión interior y su reflexión.
Como verán, Mis amados y queridos hijos, ¿dónde quedarán estas sagradas semillas que ayer Yo les traje? ¿Dónde se depositarán? ¿Dónde está la tierra fértil que la Divina Madre está buscando?
Por eso, estoy aquí y sigo buscando esa tierra fértil en los corazones, pero busco la vida de los corazones que esté despojada de sí misma y en entrega, lejos de las adversidades de estos tiempos, pero no ausentes de todo lo que apremia a la humanidad, lejos de la indiferencia, próximos al amor para estar cerca de la caridad.
Pero no solo en el servicio a los que más sufren y padecen, que es el espíritu de la Jerarquía: servir a los que sufren y a los que padecen; sino también la tarea de las almas en este mundo, la misión espiritual, debería ser la escucha.
Por esta razón y en este día, en el que culmina una etapa importante de la Obra de la Jerarquía Espiritual en los Estados Unidos, en el que ya se puede ver en el horizonte el despuntar de la futura Comunidad-Luz de Monte Shasta; la Divina Madre les trae este silencio para vivir una síntesis, pero no como la síntesis que vivieron en otros tiempos, sino una nueva síntesis, es decir una nueva reflexión y meditación sobre los aspectos que han podido corroer sus vidas, incluso a sus espíritus.
Porque, ante esta difícil realidad de la superficie de la Tierra, la Jerarquía ya no puede desperdiciar sus perlas preciosas, es decir todos sus tesoros del Cielo. Muchos más necesitan ser consecuentes, no es suficiente con muy pocos. Y esto, queridos hijos, comienza primero dentro de cada uno, en la decisión que es tomada para sus propias vidas, en las acciones que son realizadas y que repercuten en muchas situaciones.
Será necesario en este último ciclo, hijos Míos, para poder seguir los pasos de la Obra de la Jerarquía así como está determinado, que se puedan replantear muchas situaciones internas y externas. Aquí y ahora no puede existir la culpa o el engaño, la justificación o la permisividad propia; aquí debe reinar el Espíritu Santo del entendimiento, de la ciencia, de la sabiduría y de la aceptación.
Porque cuando cada uno de ustedes, de tiempo en tiempo, es invitado a dar un nuevo paso y a subir un nuevo escalón, hay algo que necesita ser purificado. La Ley de la Purificación seguirá actuando en estos tiempos, queridos hijos, pero no como la mayoría lo entiende o lo comprende, la Ley de la Purificación viene a liberarlos de ustedes mismos para siempre.
Como ayer les dije, hoy les vuelvo a repetir para que no lo olviden: la Divina Madre también se purificó en el Templo cuando ofreció a Su pequeño Hijo en las Manos de Dios. ¿Acaso, eso está equivocado?
El universo es dinámico y constante. Y así, como el universo es dinámico y constante, su transformación debe ser constante. Nada, en este universo, puede permanecer estático o inmóvil. La evolución del universo se mide no solo a través de los grados de amor, sino también de los grados de consciencia. Esto es lo que los acerca a los grados de perdón, es la puerta que se abre a la redención.
Por eso, estén atentos, Mis hijos. La Jerarquía no podrá detenerse ante la emergencia del planeta, ante la necesidad de paz en las naciones y en los pueblos, ante la urgente necesidad de unidad entre las consciencias. Pero, cada uno de ustedes, colocándose la mano en el corazón, pregúntense ante el Sagrado Corazón del Señor:
¿Estoy dispuesto a renunciar? ¿Estoy dispuesto a ir más allá de mí mismo por un Propósito Mayor que desconozco completamente, por una Voluntad Mayor que a veces no consigo alcanzar?
Para eso, tienen la llave maestra de la fe, una fe que no puede ser sepultada por las acciones incorrectas dentro de la Obra Espiritual de la Jerarquía, por la condenación o el castigo a los que no lo merecen.
Hoy, Mi Hijo Me envió a través de Su sagrado y bendito silencio, porque ustedes saben que el silencio habla más que las palabras, que el silencio emite más mensajes que el verbo, porque el silencio es curador, el silencio es redentor, el silencio es renovador y es sublime.
Cada uno hará, en este tiempo, su examen de consciencia. Aún los estamos esperando, porque la aspiración de Cristo es que existan apóstoles maduros y decididos que no retrocedan por el desarrollo de los tiempos o aun por los acontecimientos de la vida; pero sí que, entre todos como hermanos y hermanas en Cristo, vivan bajo la Ley del Amor y de la Verdad, Verdad de la que algunos aún se esconden. La Jerarquía lo sabe, pero no lo juzga, porque la condición humana es capaz de ir muy lejos, es capaz de intentar paralizar Nuestro Plan.
La Jerarquía lo sabe profundamente; pero la Jerarquía no se detendrá por eso. La ayuda misericordiosa a través de una intervención en este mundo es urgente.
Caminaremos al lado de quien siga Nuestras orientaciones y no las modifique. Esta es Nuestra última decisión ante la realidad planetaria.
Los niños y niñas ya crecieron, es hora de asumir con adultez espiritual esta Obra, es hora de reparar a los corazones que fueron heridos y lastimados.
El mundo interno de aquel a quién le estoy hablando ya lo sabe, porque Mi Hijo Me lo pidió suplicando. Aún hay mucho por hacer, pero todo se podrá hacer si lo permiten.
El Cielo no viola las elecciones humanas; el Cielo solo eleva, abraza y ama la vida de cada ser, aun imperfecta. Pero la imperfección será transformada por el Amor y si ustedes aprenden todos los días a vivir en la Santa Justicia, que no es la justicia que se practica en este mundo, ni siquiera entre ustedes. Por eso, no se alejen de la Verdad.
En nombre de Mi Hijo, vengo a quitarles las vendas de algunos ojos, para que ya puedan ver la realidad y así comprenderla.
Seguiré orando para que todo se redima y se cure. Ya no es tiempo de esconderse, es tiempo de enfrentar el final de los tiempos, así como lo hace la valiente Jerarquía y así como Nuestros Sagrados Corazones los impulsan también a hacerlo.
Está todo dicho. Ahora solo bastará orar por las consecuencias y orar de corazón, como nunca antes lo hicieron. Porque Dios es Amor, pero también es Justicia y Él nunca permitirá que desaprendan Sus Principios y Sus Atributos, y hará cualquier cosa como un buen Padre Celestial para que los que están ciegos se salven.
Me retiro de aquí, agradeciéndoles desde lo más profundo de Mi Corazón Inmaculado, por todo lo que fue vivido y construido espiritualmente en los Estados Unidos, incluso en todo lo que podrá despuntar en Canadá y en Alaska.
Pero Nuestra mirada, y quiero que no lo olviden, está en todas las necesidades. La Jerarquía Espiritual no es selectiva, la Jerarquía Espiritual abraza con Su Luz a todos los que la necesiten, a todas las causas urgentes, sean internas o externas.
Es así que, a lo largo de los tiempos, de los siglos y hasta que retorne Mi Hijo al mundo, las Divinas Jerarquías trabajamos por la paz y esperamos que ustedes trabajen de verdad por la paz. Pregúntense si lo están haciendo.
Les agradezco y los bendigo a todos los que Me escuchan, en especial a los pioneros del Núcleo-Luz de Monte Shasta.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"¿Cuánto ya aprendiste a caminar libre de ti mismo en este desierto?
¿En esta Cuaresma, conseguiste reconocer tu verdadero ser en tu persona humana?
Es importante tener claro que, en todo camino de transformación, no hay que identificarse con todo aquello que, en ti mismo, te derrota, sino que es importante mirar el aspecto evolutivo de cada paso que es dado en confianza.
Por eso, en todo examen de consciencia, debes sumergirte en el acto del arrepentimiento, para que las resistencias inamovibles de tu consciencia puedan rendirse algún día ante el poder del Amor Crístico; así, te librarás de todo lo que cíclicamente repite la misma actitud justificada.
Sé sabio y permite que, en esta Cuaresma que ya está terminando, puedas hacer un examen de consciencia que sea capaz de abrirte a la redención".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Quien ama, no temerá.
Quien se equivocó, aprenderá a reparar.
Quien ofendió, aprenderá a pedir perdón.
Quien odió, volverá a reconciliarse.
Quien dividió, volverá a unir.
Quien se sumergió en la oscuridad, volverá a encontrar la Luz.
Quien lastimó, aprenderá a sanar.
Quien está en la ignorancia, algún día despertará a la Verdad.
Quien se alejó, algún día retornará.
Quien desconfió, aprenderá a confiar en sí mismo.
Quien retrocedió, aprenderá a avanzar.
Nada es fijo ni permanente, así es la evolución del espíritu de cada ser.
Existen causas y condiciones, pero no pueden paralizar el caminar del discípulo.
El universo siempre mostrará lo que aún no está resuelto, porque estar bajo la Ley del universo significa estar en unidad y en armonía".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nunca puede faltar, en los hijos de Dios, el Don de la Luz, porque al faltar esta Luz en el mundo, reinan las tinieblas en muchas consciencias sumergidas por el caos y el mal.
Hoy, con todo el fervor de Mi Corazón, invoco para cada uno de ustedes el Don de la Luz, que hoy se enciende a través de esta Menorah como un símbolo de la trascendencia y de la transfiguración de las consciencias, así como hoy Me muestro a ustedes como el Cristo Transfigurado y Glorificado, como la propia victoria de la Cruz.
Les traigo a las almas estos Dones que se encuentran dentro del Don de la Luz, porque el Don de la Luz de Dios está basado en Su Amor Eterno y en Su Divina Unidad.
Estas dos poderosas corrientes del universo permiten que las almas despierten de la ilusión; así como la propia Luz de Dios, que encarnó a través de Su Hijo, hizo despertar, en aquel tiempo, a todos los que estaban dormidos, los despertó hacia el verdadero camino espiritual, el camino de la transformación, el camino de la cristificación.
Que esta Luz de Dios, que hoy necesita el mundo, impregne todos los espacios del planeta y de las consciencias; que extirpe de los seres humanos los códigos de los pecados capitales, que llevan a la perdición y a la distracción a las consciencias.
Hoy, a través de Andrómeda, les traigo este Don para que se animen a transfigurarse, a trascenderse y a elevarse, así como el propio Hijo de Dios se transfiguró y se elevó por un solo fin: por amor a todos.
Que esa sea la causa de sus vidas: estar dispuestos, abiertos y disponibles a vivir Mi Camino, el Camino de la Voluntad que intento trazar a través de sus consciencias. Un camino que no termina con la muerte, un camino que continúa a través de la vida eterna y de las experiencias y aprendizajes que ustedes podrán vivir en esa trayectoria evolutiva, entre las dimensiones y los planos de consciencia.
Sería muy limitado pensar que la vida termina aquí. Sus esencias recibieron estos cuerpos que ustedes tienen para poder desplazarse y aprender, para llevar en lo más profundo de sus células todos los códigos de perdón y de amor que puedan alcanzar en esta vida. Porque al fin de todo, la trayectoria de cada uno de los Míos será volcada en la Fuente Primordial para que, a través del triunfo del Amor y de la Redención que Cristo les proporciona en estos tiempos, ustedes, a través de sus experiencias y aprendizajes, puedan ser el resultado que Dios espera.
Sean las consciencias que se animen a recrear esta Creación, para que todo se pueda reparar y sanar.
Con esta puerta que les abro hacia lo desconocido, hoy los invito a subir, no al Monte Calvario, sino al Monte de la Victoria de Cristo, el Monte de los Bienaventurados, la Montaña de los Nuevos Cristos, desde donde podrán vislumbrar y contemplar la llegada de la Nueva Tierra, de la Nueva Raza, de una Nueva Humanidad que ya no estará vinculada con las puertas del mal, sino que estará redimida y también consagrada al Plan Divino; un Plan que no finaliza aquí, un Plan que no finaliza con la transición de la Tierra, porque es un Plan que continuará siendo escrito a través de la evolución de todas sus consciencias y de las consciencias de sus hermanos.
Ahora, podrán comprender ampliamente que la evolución no termina aquí, que los aprendizajes no terminan aquí, porque si su propio Maestro encarnó en el mundo, predicó en el mundo, murió en este mundo y ascendió a los Cielos, al Corazón del universo, la gran Constelación de Andrómeda, ¿acaso creen que no seguí aprendiendo?
Esto es lo más precioso de la evolución y de la Creación, que las consciencias no se acomoden en el camino espiritual o en el camino del servicio, porque la verdadera meta para cada uno de ustedes se encuentra en la Eternidad, en lo que llamamos Eterno Presente, en donde no existe el pasado ni existe el futuro, en donde existe lo que aquí, en el universo llamamos de cuarta dimensión.
¿Se animarán, interna y conscientemente, a expandir sus consciencias hacia el Universo Mayor, para ingresar en el Real Tiempo del universo, en donde está escrita su verdadera trayectoria del pasado y del futuro?
Ustedes son como piezas preciosas de este gran puzle de la Creación Universal, en el que el Padre Eterno aspira a tenerlos como joyas preciosas dentro de las moradas que Él tiene preparadas para cada uno.
Por eso, la vida no termina aquí. Es una constante elevación y esfuerzo por medio del ímpetu de vivir el Propósito, por medio del esfuerzo de vivir la Voluntad de Dios y por medio de la determinación de vivir la Verdad.
Por esa razón, Yo estoy aquí, porque sé que pueden seguir caminando, se pueden liberar del pasado, de aquellas cadenas y amarras que no los dejan caminar. Yo vengo a cortar con Mi propia Espada esas cadenas y vengo a liberarlos de los grilletes de la perdición para que, a través de la Consciencia del Arcángel Miguel, cada uno de sus espíritus se forme como un guerrero de la Paz, que sea capaz de contemplar y de celar por la Llama Sagrada del Divino Propósito que está viva y latente como un terafín en el corazón de Andrómeda.
Postúlense a ser discípulos de la Jerarquía Universal, vaciando sus corazones, purificando sus vidas, expandiendo sus consciencias hacia el Universo Sideral, porque allí está el verdadero sentido y la verdadera razón de todo lo que vivió su Maestro y Señor en la Pasión y en la Cruz.
Todos ustedes, en el fin de estos tiempos, y después de todo lo que han escuchado y aprendido a través de los años, ya tienen la capacidad y también tienen la razón para poder comprender la expansión de la Consciencia de Cristo después de Su Ascensión a los Cielos.
Porque si ustedes están en ese nivel de consciencia y con esa actitud, no solo permitirán que los Códigos de Mi Pasión se derramen sobre el mundo o que ustedes mismos se postulen como los Nuevos Cristos, sino que también Me permitirán, como el Gran Gobernante del Universo, como el Gran Espíritu de la Humildad de Dios, que despierte a las consciencias que necesitan despertar y recordar lo que verdaderamente fueron y no los errores que cometieron, porque Yo siempre les concederé el perdón y la reconciliación, siempre y cuando sean consecuentes con las Leyes y principalmente Conmigo.
Porque aquí, Yo no vengo como un juez. Yo vengo aquí como el Abogado de Dios, como el Intermediario y el Mediador de los corazones y de las consciencias que en estos tiempos deben reencontrar su origen, para que nada ni nadie los pueda derrotar ni vencer, ni siquiera Mi enemigo que también será vencido por Mí en algún momento. Pero no como muchos piensan o creen, porque será una entrega que Mi Corazón hará, semejante a lo que fue en la dolorosa Pasión.
Ahora, ¿pueden comprender el sentido oculto de Mi Venida a la Tierra?
Porque no solo fue anunciado y profetizado, o escrito en las Escrituras Sagradas. No solo reaparecí después de haber muerto en la Cruz, revelando el Poder de Mi Resurrección, sino que también traje un Mensaje más amplio a todas las consciencias que fueron fieles a Mí hasta el último momento. Una Gracia que Yo concedí, una promesa que Yo realicé hasta el último momento, a todos los que estuvieron a Mi lado sin comprender por qué Yo Me fui a los Cielos.
Si no hubiera ascendido al universo, ¿cómo podría haber concebido la unión de Mi Gobierno Espiritual con toda la Creación de Mi Padre?
Todo lo que estaba escrito, todo lo que estaba profetizado, hasta aun lo que era desconocido, ya estaba previsto y ha sucedido, se ha cumplido. Por eso, este momento y este tiempo que ahora ustedes viven Conmigo conscientemente, sin dar lugar a ninguna duda o a ningún cuestionamiento, ya estaba previsto.
¿Ahora comprenden que están dentro de Mi tiempo de revelación?, en donde los Sellos del Apocalipsis no solo se están abriendo, sino también el Relicario de Mi Corazón. El Templo de Mi Alma y Divinidad se muestra al mundo a través de estas Palabras y de estos impulsos que solo intentan hacerles recordar que su propia cruz puede convertirse en el triunfo que Yo tanto espero.
Por eso, les pido que ya no reclamen. Por eso, les pido que no escapen de su responsabilidad y de su compromiso, porque no habrá otro momento ni otro tiempo para que lo puedan vivir o cumplir. El tiempo y el momento es ahora.
Por eso, con valentía y coraje, amen su propia cruz. Con valentía y coraje, carguen su propia cruz, no con victimismo o pesimismo, sino con la madurez de un espíritu que comprende lo que es estar en Cristo, que no cede a fragilidades o a debilidades, que no se deja golpear tan fácilmente por cualquier viento contrario, sino que con su corazón abierto y sus brazos abiertos sostiene el estandarte de Mi Paz y de Mi Luz en el mundo, así como Yo sostengo sobre el centro de sus corazones, la poderosa Cruz de Emmanuel.
Yo siento que, en verdad, están abiertos para vivir el cambio de estos tiempos. No le den fuerza a aquello que no pueden hacer, denle fortaleza a aquello que sí pueden alcanzar, porque si hoy están encarnados y están aquí, a Mi lado, escuchándome una vez más después de dos mil años, ¿acaso el Padre se ha equivocado?
Comprendan que este es un tiempo de gran reconciliación y de perdón. Perdónense a ustedes mismos y aprenderán a perdonar a los demás. Ya no se juzguen a ustedes mismos y aprenderán a no juzgar a nadie más.
Por eso, les vuelvo a decir, como les dije a Mis apóstoles en la Última Cena, que es la Ley primera de todas las Leyes: Ámense los unos a los otros, así como Yo los amo en este momento.
Si sus consciencias se elevan a través de una amnistía inexplicable y extraordinaria, la consciencia arcaica de la humanidad también se eleva. Crean que eso es posible, Yo lo estoy diciendo.
Tengan fe y no perecerán.
Tengan fe y aprenderán a caminar correctamente hacia Mí.
Tengan fe y sabrán lo que es un guerrero de la Paz.
Tengan fe y sabrán qué es un guardián del Propósito Divino.
Porque llegará el tiempo en el que deberán unir sus espadas con la Mía para que ese Sagrado Propósito descienda, exorcizando y expulsando las corrientes del mal que, junto con las Huestes del Arcángel Miguel, liberaré y redimiré de este mundo para que los Cristos vuelvan a erguir sus cabezas y eleven su mirada hacia el universo. Y así, de una forma tan simple pero misteriosa, vean venir a Cristo en Su Retorno.
Las almas aún necesitan de los objetos sagrados para comprender Mis Misterios y eso no significa algo menor, sino que a través de los objetos sagrados las almas acceden a la develación de esos misterios espirituales e internos, que Mi Corazón le ofrece al mundo por medio de la Fuente de Gracia y de Misericordia que proporciona los méritos de la Pasión, vividos por su Maestro y Señor.
Por eso, como en todas las Sagradas Semanas y los Viernes Santos, vengo a bendecir estos objetos sagrados que hoy Me ofrecerán, para que puedan estar en contacto físico Conmigo a través del espíritu sagrado de la reverencia, de la devoción y de la paz.
Elévenlos.
“Señor y Padre del Universo,
que has concebido a Tus criaturas
a imagen y semejanza de Tu Corazón y Vida,
por los méritos de la dolorosa Pasión de Cristo,
por los méritos de Su Resurrección y Ascensión a los Cielos,
concede a través de estos objetos sagrados
la unión perfecta y predilecta de Tus hijos
con Tu Glorioso y Poderoso Corazón,
para que unidos a Tus Rayos de Amor y de Misericordia,
las almas alcancen la consagración y la cura de sus vidas,
a fin de que se establezca el tiempo de la redención y de la rehabilitación.
Que todos los que tengan fe en los objetos sagrados
se sientan en este momento protegidos
y también amparados bajo el Manto Poderoso de Cristo
que los hará invisibles ante las interferencias y asedios del mal.
Concédeles, Señor, las Gracias de Tu Reino
y que a través de estos objetos sagrados
las almas siempre vean el camino de la Luz,
por la victoria del Retorno de Cristo.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a pedir ahora, a los hermanos sacerdotes, que vengan aquí con el incienso y el agua para bendecir los objetos sagrados de todos los hermanos que están presentes. Y vamos a colocarnos de pie también para acompañar en este momento la bendición de los aceites que están siendo ofrecidos al Redentor para la unción de los enfermos y para el exorcismo de los cuerpos.
El Señor dice que le trajeron muchos aceites. Él está mirándolos.
Pueden venir aquí Madre María del Salvador, Madre María Fidelia, Madre María del Huerto y Madre María Shimani.
Vamos a participar juntos en este momento de la bendición de los aceites, de los santos óleos del Señor.
“Así como fui ungido por el amor de Mis esposas y Madres,
Santo Señor del Universo,
Padre de la Paz y de la Misericordia Divina,
Curador de toda la Creación,
Sanador de todas las heridas,
a través de la Fuente de Tu Amor Altísimo,
¡oh, Santo Padre del Universo!,
haz descender Tu Espíritu en este momento,
así como hiciste descender Tu Espíritu en el Huerto Getsemaní
para aliviar los tormentos de Tu Señor, de Tu Predilecto Hijo.
De la misma forma hoy Te pido, Padre Celestial,
que en nombre de estos objetos sagrados
puedas bendecir a la humanidad con Tu Presencia
y que como un Padre Amado,
Bondadoso y Prodigioso, Amoroso y Eterno,
tomes de la mano a Tus hijos
para guiarlos y conducirlos a Tu Reino Celestial,
a fin de que se cumpla Tu Voluntad
por los tiempos que vendrán.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Puede descender, Fray, a bendecir los objetos de los hermanos.
Y ahora, debo retornar al Cielo.
Hoy, vivimos juntos, en nombre de la humanidad, una comunión muy especial e íntima para Mí, que es la Comunión de Espíritu con el Espíritu de Dios.
Por esa razón, quisiera que Me despidieran cantando “¡Oh, Supremo Curador!” para que siempre recuerden que Dios les dará la Cura, les dará la Paz, les dará Su Amor. Siempre deben abrirse a esto y confiar.
¡Les agradezco, por hacer triunfar la Cruz del Redentor!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijo:
Cuando necesites retornar al principio del Todo, a tu origen, contempla en la noche el cielo estrellado y pregúntale: ¿Padre, de dónde soy? Así, estarás abriendo tu corazón para despertar al conocimiento de tu existencia.
Ábrete sin miedos, para que algún día sepas de dónde vienes y para qué estás aquí, en este planeta; porque debes reconocer que la verdadera vida no es material, sino inmaterial.
Pero si preguntas de dónde es tu origen interior, debes saber, hijo Mío, que saber eso te compromete a ser responsable y maduro por tu evolución y despertar.
Por eso, te invito a que te arriesgues a saber quién eres en verdad y a que permitas que tu alma sea liberada de la prisión material, que no le permite ser lo que ha venido a ser aquí, en la Tierra.
No hablo de buscar realizaciones, sino de saber para crecer y servir mejor al Plan de Dios; porque el Padre Celestial necesita que Sus hijos estén despiertos y abandonen la ilusión y los placeres de la vida material.
Así, sabiendo quién eres y colocándote a servir, no le temerás a la muerte porque sabrás que el espíritu no muere, sino que se reintegra a la dinámica vida universal.
Sé paciente, pero también sé humilde. Persevera todos los días en la ardiente aspiración de que tu consciencia se eleve para que se expanda, solo con el fin de que seas más consciente, responsable y entregado a la Vida Mayor.
Tienes Mi apoyo y bendición para comenzar ese sagrado camino hacia el retorno a la Existencia Mayor.
¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El amor está en una ardua batalla contra la indiferencia. Mientras que solo algunos corazones se sensibilizan, la mayoría se vuelve indiferente y la ignorancia los abraza.
El amor intenta rescatar a la consciencia de los que omiten la verdad, para así, llevarlos al despertar de la consciencia. Por otro lado, la indiferencia es como un veneno imperceptible que permea la mente humana y la aparta de la realidad.
Es una lucha sin fin, pero todo dependerá del estado de consciencia en el que el ser humano decidirá permanecer.
En esta batalla sutil todo está permitido, y aún más los corazones tendrán que hacer un esfuerzo interior para sensibilizarse y no quedar atrapados por la indiferencia que ciega a la consciencia humana.
Esta lucha definirá el próximo ciclo, si la humanidad evolucionará o se estancará. Ya todas las herramientas y advertencias fueron dadas.
Muchos pensaron que la Gracia Divina seguiría alimentando a las personas sin que ellas hicieran el más mínimo esfuerzo. Pero el tiempo y la respuesta es ahora. Así se volverá a cumplir lo que dijo Mi Hijo una vez: “por sus frutos los conocerán”.
Permitan que la arrogancia, la soberbia y la falta de humildad sean disueltas en sus consciencias para que, cuando llegue el gran día, nada los sorprenda.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En todos los Centros Marianos, a través del Relicario de Mi Corazón, seré el portero y el protector, el guardián de las reliquias espirituales y de los dones divinos que se guardan en los lugares sagrados erguidos en honor a Dios y por la manifestación de Su Plan.
El Relicario de Mi Corazón será la protección de todas las virtudes alcanzadas por las almas. Será el guardián de la evolución de aquellos que dijeron sí a Dios, y cada vez que lo contemplen con amor no solo estarán recibiendo en su interior lo que un día Yo alcancé, a través de la humildad y del vacío espiritual, sino también, hijos, estarán siendo resguardados por Mí que, ante Dios, recibí la potestad de ser su padre y guardián en estos tiempos de transición.
Es por eso que, frente a las dificultades que les parecen imposibles de transformar, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Cuando el desierto sea mayor que su fe, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón. Cuando las energías del mundo parezcan batallar, en su propio interior, con sus principios más puros, oren Conmigo, contemplando el Relicario de Mi Corazón.
Y, para que todas las almas del mundo tengan la oportunidad de estar delante del Relicario de Mi Corazón, les pido que todos los días 19, de una forma simple, el Relicario de Mi Corazón sea transmitido en vivo, durante una hora, para que todos aquellos que quieran estar delante de Él, en silencio, puedan hacerlo. Este ejercicio les permitirá encontrar la paz y fortalecer, en el propio interior, todas las virtudes ya alcanzadas.
En este tiempo de transición, seré el guardián de sus almas, padre y compañero que, en el silencio, seguirá sus pasos para que no se pierdan, sino que siempre se encuentren en Cristo.
Es de esa forma, hijos, que les pido que todos los días 19 de cada mes, a las 17 horas, sus corazones se unan en oración, y sobre todo aquellos que hoy no pueden estar en los Centros Marianos reciban también las Gracias y los Dones que surgen del Relicario de Mi Corazón para el mundo.
Si hacen este simple ejercicio, en el día de la Fiesta del Corazón de San José, no solo por ustedes mismos, sino también por todas las almas del mundo, podrán interceder Conmigo por los más pecadores y por los que se autocondenaron, para que esas almas abran sus ojos y encuentren la luz y la salvación en Cristo.
Yo los aguardo en oración y los bendigo.
San José Castísimo
Aprende a contemplar y a adorar la Sangre de Cristo, sabiendo que cada gota derramada por el Señor representa Su ilimitado Amor por cada ser y por la propia vida.
Pon tus ojos sobre el Cristo del Calvario y sabe que Su Amor, aun sin la Cruz, ya superó y renovó toda la Creación, pero Su oferta fue más allá y, derramando Sangre y Agua, perpetuó la Gracia de la salvación y de la redención para todos los seres de la Tierra y más allá de ella.
Que tus ojos puestos sobre la Sangre derramada de Cristo te concedan la comprensión y la experiencia de lo que es la rendición y la entrega, de lo que es dar todo por amor.
El Agua que fue derramada por Cristo representó la ilimitada Misericordia que, además de verter toda Su Sangre, vertió también Agua para dar todo de Sí, en la materia y en el espíritu.
Juntos, Sangre y Agua representan el misterio de un Amor aún incomprendido por los hombres; Amor al que son llamados a renovar y a superar para que todo se recree y la evolución encuentre un nuevo comienzo, una vida mayor de unión con el Padre Creador.
Comienza, entonces, contemplando en tu corazón la Sangre de Cristo y el Agua que fue vertida de Su Cuerpo, para que así penetres en Sus Misterios y ellos te inspiren y conduzcan a una imitación más verdadera del Amor de Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En cada ciclo de la evolución humana, hijos, llega el momento de que los discípulos den sus propios pasos y entreguen al Creador los frutos de su aprendizaje. Esto se vive en el Cielo como en la Tierra.
Cuando llega el momento de colocar en práctica todo lo que fue aprendido, deben tener como primer principio lo más básico y al mismo tiempo primordial: la humildad. Nunca se olviden de que toda enseñanza recibida tuvo como base la Gracia de Dios, y no el merecimiento humano. Cada instrucción, cada don, cada virtud y hasta aun cada destreza alcanzada, todo es fruto de la Gracia Divina en sus vidas.
Por eso, hijos, no pierdan de vista esa Gracia y, bajo el espíritu perpetuo de la humildad, sepan que solo triunfan cuando están en la Presencia del Señor y Él actúa a través de Sus hijos. Por eso, la oración, el silencio y la eterna consciencia de la Presencia Divina y de la necesidad de Su Gracia son lo que les permitirá mantenerse siempre en el camino correcto.
Esto es lo que extirpará de sus corazones cualquier vestigio de competición y desunión cuando quieran imponer sus propias ideas y pensamientos por encima de las ideas y pensamientos de los demás. Que nadie quiera jamás establecer su propia voluntad, sino que todos, reunidos humildemente en la Presencia del Creador, oren y pidan la Gracia para actuar, decidir y discernir frente a cada situación de la vida; esto los protegerá, los guiará y los mantendrá amparados bajo la Ley de la Gracia y de la Misericordia de Dios, aun en los tiempos de justicia.
Todo en sus vidas debe ser guiado por el Creador y, aunque Sus Mensajeros se silencien, deben aprender a buscar la Presencia del Padre en el propio corazón y escuchar Sus designios. Los puentes ya fueron creados, las puertas ya fueron abiertas; basta que en sus corazones sean siempre humildes y conscientes de la necesidad de la Gracia frente a cualquier situación.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma que por mucho tiempo se preparaba para la gran tribulación del planeta, a medida que esta se aproximaba, se sentía más insegura e ignorante. Sentía lo desconocido de esta prueba planetaria y le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor y Padre Eterno, ¿cómo puedo estar preparada para vivir estos tiempos? ¿Cómo puedo ir más allá de mi ignorancia e ingresar en Tu Sabiduría? ¿Cómo puedo ir más allá de mis miedos e ingresar en Tu Paz?”.
Y el Señor le respondió: “Como percibes, alma pequeña, estos tiempos son nuevos y esta prueba es desconocida y desafiante para toda la vida en la Tierra y más allá de ella; pero en tu interior, se encuentran Mis Gracias y todos los Dones que un día, mientras orabas y servías, fui depositando en él. Ellos emergerán y serán tu auxilio y tu paz.
Dentro de ti, sin embargo, vive también una síntesis que te permite encontrar aquello que aún no fue vivido: el Amor-Sabiduría aún no alcanzado en ninguna época de la humanidad, sino solo en el Corazón de Mi Hijo. Por eso, alma pequeña, deja que todos los aprendizajes más profundos de la humanidad se sinteticen en tu interior.
Vive y siente la ignorancia de los pueblos primitivos que, en su simplicidad mental, no permanecieron allí, sino que fueron capaces de lanzarse a lo desconocido para sobrevivir y evolucionar. Toma de ellos los registros más profundos de la posibilidad humana de romper barreras y crecer. Crece, entonces, no solo como ser humano pensante, sino como ser humano que siente la vida, que comulga y que se encuentra en el Todo de la Creación.
Vive la pureza de los pueblos indígenas, los pueblos originarios. Vive la perseverancia de los que, a pesar de toda el ansia de poder de la humanidad, escogieron la pura sabiduría y permanecieron en su paz.
Vive en tu interior la compasión de Oriente, la ciencia pura del estudio del cuerpo, de la naturaleza y de las estrellas, que hace que la consciencia humana reconozca, al mismo tiempo, su grandeza y su pequeñez.
Vive la fe de los primeros cristianos, los que rompieron barreras y fueron más allá de las primeras Escrituras Sagradas; los que no permanecieron en las palabras, sino que creyeron al ver profecías vivas; los que se permitieron transformar y supieron escuchar, más que a la simbólica predicación de Mi Hijo, a todas las revelaciones celestiales que Él trajo; a los que vivieron el Reino y se descubrieron Reino con Cristo, imitando Sus Pasos a lo largo de todos los siglos.
Vive la paz de las almas simples, que no se aferran a las riquezas del mundo, pero sí se sustentan en la alegría de la Presencia de Dios; almas cuya fortaleza fue construida sobre la roca y que no se perturban cuando se derrumba la gloria del mundo, sino que permanecen en Dios, aun delante de las tempestades.
Es así, alma amada, que experimentando en tu interior los Dones que Yo le entregué a la humanidad en cada época, en cada pueblo, en cada religión, te abres para vivir algo nuevo, fruto de todo lo que fue aprendido. Esta es la transición de los tiempos”.
Que este profundo diálogo los inspire, hijos, a encontrar la paz y la sabiduría en los tiempos de transición.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma, que aspiraba a poder vivir un día la unidad con todos los seres y con Dios, buscaba en cada religión puntos que pudieran unir, en el amor y en el respeto, a cada una de ellas. Y un día, en oración, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, Tú eres el mismo Dios para todas las religiones verdaderas. Eres el mismo que inspira a los corazones y a las almas en el camino de retorno a Tu Espíritu de Amor. Dime, entonces, lo que hay en cada religión que nos une, que nos hace, a todos, Tus hijos”.
Y el Señor, con amor, le respondió: “Lo que hace, alma pequeña, que sean Mis hijos no son las religiones, sino la propia vida. El hecho de existir en la vasta Creación hace de cada ser un hijo de Dios, amado y predilecto, creado por un propósito y con una misión.
Las religiones son impulsos que le di a la humanidad, de tiempo en tiempo, para que las almas recordaran el camino hacia su evolución, pero no solo a través de ellas envié esos impulsos al mundo; también lo hice a través de la naturaleza, del silencio, del servicio y, muchas veces, a través del sufrimiento, porque algunos de Mis hijos escogieron ese camino para despertar y percibir que no estaban comprendiendo la vida de forma correcta y que estaban perdiendo el verdadero sentido de su existencia.
A través de las religiones, envié impulsos al mundo para que, a medida que los seres humanos crecían y evolucionaban mental, emocional y anímicamente, pudieran ser más amplios, más claros, más directos.
A través de Krishna, los conduje al despertar de un grado de amor simple, amor por la vida, por los elementos, por las energías.
Los conduje a una percepción más amplia de la existencia y comencé a crear un camino de retorno a Mi Corazón. Sin embargo, cada ser comprendió la religión de una forma diferente y la manifestó según sus posibilidades, que muchas veces no fueron puras como Mis impulsos.
A través de Buda, les enseñé la unidad con el Todo, el amor compasivo y la paz. Les enseñé a Mis hijos a vivir en comunión con el universo y a salir de las ruedas constantes de los errores y de las consecuencias. Ya estaban prontos para comprender que son ustedes mismos los responsables de la propia vida y que, a través de sus elecciones, atraen hacia sí los rayos y los impulsos que los elevan o los corrigen, según lo que escogen vivir.
Pero no toda la humanidad evolucionó ni todos se abrieron para amar.
La mente humana se desarrolló y con ella, su maldad y no su amor. En vez de Mis hijos vivir en comunión con la vida, quisieron poseerla y manipularla. Por eso, hicieron de los elementos dioses y de las energías formas de conseguir lo que querían.
A través de los Patriarcas, volví a darles impulsos a los seres, corrigiendo sus caminos, impulsos que fueron vividos también según su comprensión.
Hasta que envié al mundo a Mi Hijo, no solo con una enseñanza, sino con una Gracia. Diferente de todas las religiones anteriores, no era a través del conocimiento o del esfuerzo constante para elevarse que llegarían a Mí, sino a través de una Gracia y de la Misericordia que un corazón rendido puede recibir.
El Amor de Cristo no vino para unos pocos, vino para todos. No vino para Oriente o para Occidente, vino para toda la vida, para todos los seres que, a pesar de sus pecados, supieron decir sí.
En tiempos anteriores, la humanidad llegaba a las dimensiones divinas a través de un esfuerzo constante por la elevación. A través de Cristo les fue revelado el Reino en el propio corazón y, a lo largo de la evolución humana, Mis impulsos siguen renovándose.
Comienzo a unir, en el interior de Mis hijos, todos los conocimientos y todos los grados de amor, porque ha llegado el tiempo de la síntesis de la vida en la Tierra, el tiempo de la puerta estrecha y única, a través de la cual todos los seres llegarán a Mí. Y esa puerta, alma amada, es el amor en sus corazones.
Por eso, Yo Soy el Dios de la Vida, porque amo a todos y a todos les enseñé a amar. Ese es el camino para llegar a Mí. Por eso, vengan, a pesar de las diferencias. Vengan, a pesar de los conocimientos. Vengan, a pesar de los impulsos que recibieron, porque todos ellos tienen un único propósito, el de conducirlos a amar”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a comprender los ciclos de la vida y su verdadero sentido, y a saber que, a pesar de toda la complejidad de la existencia humana, para todo hay un único propósito, que es la vivencia del amor.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Sintiendo en su pecho una angustia profunda, que no sabía explicar, un alma le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, en mi corazón hay un sentimiento que no me explico. No sé si es tristeza o confusión. No sé si es angustia o pesar. No sé si me falta un sentido para vivir o si estoy sintiendo Tu dolor, el dolor del mundo. ¿Me podrías explicar lo que siento?”.
Y el Señor le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, contempla el Infinito y la vastedad del universo. Contempla la grandeza y la complejidad de la vida. Contempla los misterios ocultos en las estrellas. Tu propio ser es tan infinito como la vida, y lo que sientes y vives muchas veces no proviene de esta Tierra ni de este tiempo, sino de un espacio y de un tiempo distantes de lo que vives hoy. Muchas veces, la angustia de tu corazón proviene del Infinito, de partes de tu consciencia que habitan en el universo, en donde la vida sigue su evolución, creándose y recreándose constantemente.
Pero no importa lo que sientes o de dónde provienes. Si quieres aliviar tu pequeño corazón, solo ven a Mí, que Soy tu Dios y conozco las raíces más profundas de tu ser, de tus pensamientos y sentimientos, en fin, de tu vida.
Ven, alma pequeña, a Mi encuentro, rendida y sincera, transparente y frágil. No tendrás una explicación para todas las cosas, porque a veces no es el tiempo de que conozcas ciertas cosas sobre ti, pero sí de que tengas un alivio para todo, que se encuentra en Mí.
Por eso, ven a Mí humilde, sabiéndote pequeña. Ven a Mí como una hija que encuentra refugio en su padre, y te explicaré lo que pueda. Y, cuando no fuera el tiempo, solo te aliviaré, y sea cual fuera Mi respuesta, ella te hará crecer, porque a veces creces por el conocimiento y otras veces creces por saber que nada sabes”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar el alivio siempre en Dios y a no siempre encontrar las respuestas, sino a agradecer tanto por Su Silencio como por Su Voz y, sobre todo, acoger el Amor de Su simple Presencia.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma que recorría su camino de entrega a Dios, un día, viviendo un profundo momento de definición interior, tentada por las fuerzas del mundo, pensaba en abandonar todo y lanzarse a los placeres e ilusiones de la vida. Esa alma era tentada a pensar y a sentir que su entrega no tenía sentido, que era irrelevante para la evolución de la vida y que, a pesar de tantos esfuerzos, ella no salía del lugar; entonces, sería mejor dejar este camino y lanzarse al mundo.
Al planificar interiormente el abandono de su camino espiritual, sentía que no podía hacerlo y que algo la prendía a Dios. Con una mezcla de temor e indignación, comenzó entonces a cuestionarle al Señor, diciéndole: “Dime, Señor, ¿por qué me prendes a Tu Corazón? ¿En qué soy diferente para Ti, si siempre soy la misma alma invisible e imperfecta, en la infinidad de Tu Creación? ¿Por qué no me permites, Dios, que yo abandone este camino y que, entregada al mundo, aprenda a encontrarte por otras vías que no sean esta?”.
Y con una sonrisa en el Rostro, demostrando Su Celestial Compasión, el Señor le respondió: “¿Acaso un órgano puede decidir, por sí mismo, salir y vivir fuera del cuerpo? Por más que quiera ser independiente dentro de ese cuerpo y cree enfermedades y desequilibrios, ese órgano no puede salir por sí mismo. Y si un día, después de tantas enfermedades, él fuera retirado de ese cuerpo, ¿crees, alma pequeña, que él sobreviviría solo?
Así son las almas que se comprometieron Conmigo. Todas las almas que Yo creé son células de Mi Cuerpo Místico e Infinito, pero aquellas que se comprometieron Conmigo son órganos dentro de Mí, que tienen un papel fundamental en la evolución de la vida y, aunque no lo perciban, son parte de una Obra infinita que no comienza ni termina en este mundo. Siendo así, alma amada, no Soy Yo quien te prende a Mi Corazón y no te permite seguir otros caminos, es tu propia vida y tu condición de unión Conmigo que te hacen sentir que, a pesar de todas las tentaciones, no puedes hacerlo.
Pero este momento no es para ti la expresión de tu más puro pensamiento. Estás transitando un momento de ceguera y de ignorancia, en el que las nubes cubren tu rostro y tu corazón, y no puedes ver ni sentir la verdad. Para que esa verdad te sea revelada, no te apartes de Mi Amor y no dejes de clamar por Mi Misericordia. Aunque estés en el desierto, Yo te daré fuerzas para persistir. Y aun en la sequedad interior, sentirás Mi Fuente que, en lo profundo de lo profundo, vuelve a brotar en ti. En un tiempo de confusión, no dejes de buscarme y Yo te daré la paz”.
Que, en este diálogo con Dios, hijos, las almas que hoy están ciegas encuentren fuerzas para buscar la Luz y clamar por Misericordia.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Toma un tiempo en tu día para meditar sobre quién verdaderamente eres, para pensar que antes de esta vida había una Vida Mayor, de la que provienen el Propósito y el sentido de toda existencia.
Medita en la Creación y en el profundo Amor de Dios por ti, cuando Él pensó en cada una de Sus criaturas. Y tan grande fue Su Amor por la vida que hizo nacer esencias semejantes a Su Esencia Divina, para que pudieran amar como Él ama, multiplicar la vida como Él la multiplica y recrear la Creación como Él la recrea y la renueva en cada respiración celestial.
Piensa, hijo, que más allá de todo el caos material hay una realidad sublime, que el Paraíso es más que un cielo de paz eterna, es el principio y el fin de la vida desde donde parten las criaturas y hacia donde deben retornar con todos los dones alcanzados en su evolución más allá de las dimensiones.
Recuerda que este planeta es una escuela y que las dificultades existen para ser superadas, llevándote así, a superarte cada día en el amor, a través de un Amor mayor, ese que en algún momento de tu evolución te revelará el Amor de Dios.
No mires al mundo solo con ojos humanos, ojos que están presos de una condición de ignorancia, ojos de quien ve la vida por detrás de los velos. El Amor de Cristo rasgó los velos que cubrían tu rostro. Por eso busca este Amor. Busca el punto de tu consciencia capaz de comprender la vida más ampliamente y coloca tu corazón allí, sobre las olas de la tribulación de estos tiempos, caminando con tu Señor en estas aguas, pues ellas no son nada más que el Viento de Dios soplando el caos del mundo, para remover lo que estaba podrido y tornarlo todo nuevo.
Eleva tu consciencia más allá de las atrocidades, de las batallas del caos y del mal en el escenario de la Tierra y sé, para este mundo, un puente hacia el Corazón de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Desde ya prepara tu corazón, hijo, no solo para revivir la Pasión de tu Señor, sino para recibir de Él los últimos y más importantes impulsos que prepararán tu consciencia y tu espíritu para el tiempo que vendrá.
Así como Dios construyó en Jesús la fortaleza que le permitió cargar la Cruz de la redención del mundo, ahora Él envía a Su Hijo para fortalecer y formar a los espíritus que se comprometieron con Él en la renovación de Su Amor y en la revelación de los misterios más profundos de Su Evangelio Universal.
Por eso, sé consciente de dónde estás y para qué fuiste llamado. Deja que tu alma profundice en el misterio de su existencia a través de la oración y de la gratitud, a través del esfuerzo de cada día para estar pronto, para estar delante de Cristo.
Que esta Cuaresma tenga, para ti, un nuevo y definitivo sentido de tener, verdaderamente, el corazón pronto como el de Cristo, para soportar el peso de la cruz de estos tiempos y renovar Su Amor.
Vive los ciclos con atención y con humildad, simple pero vigilante de corazón. Todo en tu vida tiene un sentido espiritual. La evolución humana es una gran y perpetua ceremonia de abrir caminos hacia Dios. Participa de esa ceremonia con tu corazón.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Es momento, hijo, de colocar las tentaciones en su debido lugar en tu consciencia.
Esto se hace comprendiendo quién eres, lo que viniste a hacer en este mundo y cómo tu misión espiritual es mayor que cualquier aspiración, pensamiento, sentimiento o asedio que provenga de este mundo.
Para que las tentaciones ocupen el debido lugar en tu vida, ya que son solo para hacerte crecer, superar miedos, infantilidades y condiciones retrógradas, tu consciencia debe estar también colocada en el lugar correcto.
Contempla quién eres y el poder de la unión de tu espíritu con el Espíritu de Dios, y pone fin a lo que te debilita y distrae de tu camino.
Contempla quién eres, hijo amado y semejante a Dios, cuya evolución valió la Sangre del propio Dios, derramada por completo en este mundo. ¿No será que para entregarse a Sí mismo por ti, por tu evolución, Dios sabe el misterio del potencial de tu vida y de la vida de cada ser?
Contempla quién eres, hijo: un motor de transformación y de renovación de toda la Creación Divina.
Y es así que, miserable e imperfecto, la química oculta se realiza y el milagro se manifiesta. Es así que, pleno de errores y desvíos, la redención se concreta y la renovación se consolida. El misterio se revela en tu constante superación.
Coloca las tentaciones y los deseos humanos en el lugar de inferioridad que les corresponde.
Coloca tu batalla mental y tus aparentes derrotas en el ínfimo lugar que les corresponde, ante la grandeza del Pensamiento de Dios para ti. Y, así como tu Señor en el Huerto Getsemaní, pisa también la cabeza de la serpiente que te circunda, seca la sangre que corre por tu rostro y levántate de la debilidad de las ilusiones, en la cual el adversario de Dios te coloca todo el tiempo.
Hay en ti un potencial para superar tentaciones, humillaciones, dolores, renuncias y desafíos.
Hay en ti el potencial para ser flagelado, crucificado y muerto en la cruz.
Y hay en ti el potencial para amar más que lo que el propio Dios te amó y renovar Su Creación a través de ese Amor Mayor.
Por eso, contempla quién eres. Coloca tu consciencia en el lugar correcto, rinde tus aspectos más humanos a Dios y deja que el sudor de sangre fortalezca tu espíritu para descubrir que, más allá de la debilidad humana, se oculta una esencia y un Propósito Divino.
¡Despierta!, porque ya es tiempo, ya es hora.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Hijos Míos:
Desde el principio de sus vidas, en la manifestación de sus esencias en el Universo, el Propósito de Dios y Su Pensamiento perfecto ya se diseñaron para cada uno de ustedes.
Cada ser de esta Tierra, y también de más allá de ella, tiene una misión única trazada por Dios para que, a través de su cumplimiento, no solo se cumpla el Plan de su Creador, sino que Su vasta Creación, de ciclos en ciclos, se pueda recrear y renovar con base en nuevos y mayores grados de Amor.
Cada esencia porta en sí un don único del Espíritu de Dios, una virtud que la torna única en la Creación y especial para Dios, con su lugar guardado en Su Sagrado Corazón.
Esa virtud es como una nota musical dentro de una gran melodía celestial. Sin ella, la melodía no estará completa. Esa nota está en el acorde que le corresponde, con otras notas que la complementan. Esa nota está en la melodía perfecta, en el tiempo perfecto para que, al sonar su tono, una nueva puerta se abra para toda la Vida.
Les digo esto, hijos Míos, para que comprendan que nada termina. Los ciclos no significan un fin, sino un nuevo escalón de una escalada infinita que se viene diseñando en sus vidas desde el principio de su creación, desde el principio de la creación de la Vida misma.
La evolución de los seres se construye paso a paso, desde la creación de su consciencia. Y, si bien su misión es la misma, se profundiza y se perfecciona para que, a través de ella, algo mayor se pueda construir.
Cada consciencia, al ser creada, recibe un linaje para expresar y, vida tras vida, en la Tierra o más allá de ella, ese linaje se cumple y se manifiesta, más o menos intensamente, según el despertar de la consciencia.
Los seres que se conocen como visionarios, manifiestan este linaje desde el principio de su existencia, porque su misión es ver más allá de las dimensiones y comunicar la Voluntad de Dios, captada y percibida, a todas las criaturas.
Existen diferentes expresiones de este linaje espiritual, lo que no significa que sean mejores o peores unas de las otras, sino que están solo en diferentes grados de desarrollo, según la Voluntad de Dios y la misión de cada consciencia.
Desde su vida universal y cósmica hasta su experiencia en la Tierra, un visionario viene profundizando no solo en su capacidad de percibir las dimensiones, sino, sobre todo, de amarlas, amar lo que percibe, amar lo que trasmite y a quién lo trasmite, y cada día hacerlo más profunda y verdaderamente.
Cada etapa de la evolución de un visionario lo invita a profundizar no solo en su percepción, sino en sus grados de amor y de humildad. Y, muchas veces, un ciclo que se cierra significa un nuevo ciclo más profundo que se abre.
Cuando los Mensajeros Divinos comienzan una etapa de recogimiento, eso significa, hijos Míos, no solo que el visionario debe comenzar a profundizar en su misión e ingresar en esferas más sutiles y desconocidas, que se revelan en la soledad de su corazón. Significa también que todos los que comparten lo que es trasmitido por Dios, deben comenzar un ciclo de profundización y síntesis interior.
Una nota no puede sola recoger una melodía entera dentro de una canción. Toda la canción se recoge con ella, se profundiza en sus silencios para que, entonces, se pueda intensificar en un próximo momento de esa gran melodía.
De esa forma, les explico que este es un ciclo de revelaciones, que no deben ser solo escuchadas, sino también profundizadas. Después de ese ciclo, cuando comencemos a recogernos, vendrá un gran silencio, momento en el que Nuestra Voz debe resonar dentro de cada uno de ustedes.
Ese eco debe ingresar en su consciencia, en sus células y átomos, haciendo resonar dentro de cada uno la experiencia de las Leyes superiores, la experiencia y la vivencia de todo lo que les dijimos a lo largo de los años. Porque es a través de la profundidad de ese silencio que se construirá en ustedes la fortaleza que los hará dignos, no solo de sustentar a este planeta, sino también de reconstruirlo a partir de los Recintos Sagrados que, poco a poco, les son revelados.
Vivan cada ciclo con el espíritu pleno de gratitud, con el corazón pronto para un nuevo paso aún mayor. De esa forma, hijos Míos, Nuestro silencio no será para ustedes motivo de decaimiento, sino de elevación.
Tomo este tiempo para que comprendan que la evolución es una eterna ascensión, y que esa Ley se cumple más allá de las apariencias y de la pequeña comprensión humana.
Vivan cada etapa siempre mirando hacia lo Alto, y allí estará el Propósito de Dios guiando sus vidas.
Yo los amo y estoy con ustedes en cada instante.
Mi Corazón, desde el nacimiento de Cristo hasta la Cruz, hijos Míos, siempre se mantuvo silencioso y no por eso dejé de sentir y de vivir cada instante de la vida de Cristo. Compartí con Él cada experiencia, cada aprendizaje, cada salto a lo desconocido, cada desafío superado, y es eso lo que hoy hago con cada uno de ustedes.
Por eso, confíen en Mi verbo de Amor y, más que eso, confíen en Mi silencio misterioso y consolador, porque es allí en donde sustento su cruz.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder con amor a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desde siempre, existió en el planeta la presencia de la Jerarquía. Esa presencia llegó a esta civilización para poder guiarla y acompañarla en el aprendizaje de la expansión de su consciencia.
Fue así que innumerables seres fueron convocados, en los planos internos de consciencia, para que dichas Jerarquías se ofrecieran a participar del proceso evolutivo y redentor de todo el género humano.
A su vez, ese llamado y convocatoria permitió ampliar el campo de servicio y de donación de las almas, para que ellas también pudieran vivir el avance de su estado de consciencia hacia una consciencia mayor e incondicional.
El linaje o virtud del maestro fue algo que se aplicó desde los primeros tiempos, porque la guía y la dirección verdadera eran necesarias para la humanidad, para evitar que la humanidad se perdiera todo el tiempo.
Fue así que esas grandes consciencias convocadas actuarían y ayudarían al proyecto humano, de una manera imperceptible y silenciosa, trayendo para el planeta todos los impulsos necesarios para que la humanidad pudiera percibir la necesidad constante de la ascensión.
Para eso, los Maestros convocados fueron designados para intervenir espiritual e internamente en ciertas culturas, razas y pueblos, que los pudieran comprender y, sobre todo, entender el mensaje y la instrucción recibida.
Por ese propósito, los Maestros se concentraron en espacios importantes y solitarios, como las montañas de los Himalayas, los Alpes, los Pirineos y hasta en la grandiosa cadena montañosa de los Andes americanos. Desde allí, en los Recintos Sagrados de retiro, silencio y contemplación, comenzaron a trabajar espiritualmente por las necesidades diversas que tenía la propia humanidad.
Todo este trabajo de la Jerarquía era interno, pero en muchos casos ocurría el proceso de la materialización, lo que significa salir de un nivel interno hacia un nivel físico y concreto sin perder los principios y las enseñanzas adquiridas.
Este movimiento, de acuerdo con la necesidad o la emergencia de los núcleos internos, colaboraba con el rápido despertar de la consciencia a la realidad antimaterial. Es decir, tomar consciencia de la vida del espíritu y de la esencia divina en cada ser.
Esas apariciones de los Maestros fomentaron, en Oriente como en Occidente, el equilibrio necesario para abarcar la expansión de la consciencia y, sobre todo, la responsabilidad por el camino evolutivo y cósmico.
Hoy revelo esta historia y realidad a ustedes porque es importante comprender el sentido interno de la existencia de diversas religiones que, en tiempos remotos, fueron impulsadas por la intención de la Divinidad, a través de la Jerarquía.
Es momento de realizar una síntesis más amplia para comprender el porqué de la existencia de tantas religiones, las que en el próximo tiempo deberán caminar juntas hacia una unión definitiva con lo Divino, dejando atrás lo que cada una representa o enseña, y permitiendo que la matriz de todas ellas se funda en el Amor de Dios.
Por eso deben orar para que su Madre Divina, que tiene esa misión para con las religiones de la humanidad, pueda llevar adelante lo que Dios necesita, con la ayuda y la colaboración de todos Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A los puros de corazón, les son abiertas las puertas del Cielo.
A los puros de corazón, les son abiertos los caminos para el perdón y para la redención, y sus almas pueden tocar el Corazón de Dios por su simple pureza.
Al pensar la evolución humana, hijos, Su Creador manifestó el nacimiento y la infancia de los seres, porque, en ese período de sus vidas, reciben nuevas oportunidades de curar lo incurable y de redimir lo que parecía imposible.
Cuando un alma encarna, en un cuerpo frágil de niño, manifiesta la pureza de su esencia y de su espíritu. De esa forma, recuerda lo que es necesario para conmover el Corazón del Padre y retornar a Él.
Vida tras vida, en la infancia, las almas reciben una oportunidad de recomenzar antes de que sus deudas más antiguas comiencen a actuar en Su consciencia espiritual y diseñen su destino en una vida más.
Ser niño es tener las puertas abiertas para curarse, redimirse, perdonarse y retornar a Dios. Por eso, es muy importante que, aun en esa etapa de la vida, las almas conozcan y reconozcan la Presencia Divina, Su Misericordia y Su Gracia, porque es de esta forma que espíritus tan antiguos, y otrora tan perdidos, puedan volver a reencontrar a Dios.
Oren por los niños y, más que eso, oren por las almas que, en pequeños cuerpos y grandes esencias, reciben una oportunidad más de retornar a Dios y de renovar Su Amor.
Que la pureza de la infancia no se pierda, sino que sea fecunda, para que el destino de las almas sea trazado con bases de amor y de perdón.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Contempla y conoce la historia de la humanidad, guardada en tu corazón y en los registros espirituales más profundos del planeta.
A partir de entonces, hijo, sabrás por donde no debes caminar y por donde sí deben andar tus pies y tu corazón.
A lo largo de la evolución humana, los seres se perdieron en el ansia de un poder que los hacía sentir mayores que el propio Dios. En esta ilusión no debe estar tu corazón.
Tu camino es unirte a Dios y descubrirte no solo semejante a Él, sino también parte viva de Él. Y eso se construye a través de la humildad, del vacío y de la constante renuncia y entrega de ti mismo.
A lo largo de la evolución humana, los seres se perdieron por competir unos con otros, creyendo que crecer es ser mejor que los demás, es vencerlos y someterlos al propio poder mental, físico, emocional e incluso interno. En ese camino no debe estar tu corazón.
Así como tú eres parte de la Consciencia Divina, también lo es cada ser de esta Tierra. El Creador es un Todo infinito que, para estar completo, necesita de la presencia de cada uno de Sus hijos. Por eso, tu camino es servir con la donación, con el amor, con el ejemplo y con la vida, para que tu prójimo llegue a Dios, desarrolle sus virtudes más puras y alcance la redención.
A lo largo de la evolución humana, los seres se perdieron, hijo, porque perdieron sus valores, se confundieron y se transformaron en lo opuesto a las verdaderas virtudes que la humanidad debe expresar.
Para retornar a lo sagrado y a lo que es real, ahora debes romper las barreras, dentro y fuera de ti, para que descubras el verdadero sentido de tu existencia y la verdadera misión de tu alma.
Para evolucionar, camina por la senda de la entrega, de la mansedumbre, de la alegría pura de ver la evolución de tus hermanos, de compartir el Pan consagrado que hace de todas las criaturas partes vivas del Cuerpo Místico de Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más