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De tiempo en tiempo, las Palabras y los impulsos de Dios se renuevan, aunque en Su íntimo estén los mismos principios que buscan conducir la humanidad a la expresión de la Voluntad y del Pensamiento Divino.
Desde la era de los Patriarcas, y mucho antes de ellos, Dios ya le hablaba a los hombres, corregía sus caminos y guiaba sus pasos para que, según la comprensión humana de cada período, los seres pudieran vivir los atributos de la entrega, de la renuncia, de la caridad, del amor y todos los Dones que, en el origen de la existencia humana, el Espíritu Santo manifestó en la esencia de cada ser.
Cuando los hombres necesitaron justicia, Dios les habló con justicia.
Cuando necesitaron de sabiduría, Dios les habló con la sabiduría y la ciencia del Espíritu.
Cuando necesitaron paz, Dios les habló con paz y transmitió la paz de Su Reino.
Cuando los hombres estaban completamente perdidos y a un paso de desaparecer como raza y Proyecto Divino, Dios les envió a Su Hijo para romper los velos de la ilusión y abrir los ojos de los seres a lo que es su verdadero Propósito.
Hoy, hijos, la humanidad necesita vivir una síntesis de todo lo que aprendió a través de los errores y aciertos de su evolución.
Por eso, Dios viene a su encuentro y les habla con piedad y con justicia, con silencio y con ciencia, con amor y con Misericordia; llevando sus espíritus al despertar, a la rectitud, a la madurez y a la entrega, porque dentro de ustedes están todos los impulsos que, como humanidad, recibieron a lo largo de los tiempos.
Hoy, cada palabra divina viene para hacerlos recordar y colocarlos en un punto nunca antes alcanzado por la humanidad, porque es tiempo de redimir lo viejo y de vivir lo nuevo.
Por eso, escuchen cada Palabra de Dios y reciban cada impulso Suyo. La historia de la humanidad se reescribe todos los días a través de sus vidas.
A pesar de todas las dificultades, sepan decir sí y, de esa forma, todo se cumplirá.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Conoce el ilimitado Amor de Dios a través de la unión con tu Creador y comprenderás la amplitud de Su Creación y la perfección con la que tu Señor colmó de misterios, de detalles, de caminos, las dimensiones que unen Su Consciencia con las consciencias de Sus hijos.
Conoce el ilimitado Amor de Dios por la vida y, al descubrir la grandeza de Su Creación, no te sorprenderás. Infinitas son las formas que las esencias recibieron de Dios para cumplir Su Propósito y recrear la vida.
Pero recréala, hijo, no solo comenzando de cero una nueva Creación. Recrear significa que la espiral evolutiva llegó a un punto más elevado y de allí, más próximo a Dios, comienza un nuevo ciclo.
Contempla y conoce el ilimitado Amor de Dios y no te asombrarás al descubrir que, más que enviar a Su Hijo a este mundo, el Creador envió a muchos otros de Sus compañeros y también creó otros mundos, otras razas, otras vidas, para que, en la perfecta expresión de cada una de ellas se complementen, se auxilien, crezcan y retornen a Su Corazón con un amor renovado, multiplicado y madurado por las experiencias y superaciones vividas.
Contempla, entonces, y conoce el ilimitado Amor de Dios y sé tú también ilimitado en tu comprensión, en tu apertura, en tu donación y en tu entrega, para que algún día, hijo, más que contemplar y conocer, puedas vivir y ser el ilimitado Amor de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Una segunda etapa del desierto, que los seres viven en otro momento de su evolución, es estar en el desierto, hijos, en los brazos de María Santísima.
Después de vivir el desierto interior, después de experimentar el vacío y el Encuentro, después de vivir el calvario de estos tiempos, llegará un desierto aún no vivido por ninguna alma, porque es el desierto espiritual que cruzarán en este momento del planeta, el desierto profetizado en el Apocalipsis.
Su Madre Santísima cruzó y sigue cruzando muchos desiertos espirituales. Ella es conocedora de las almas y de sus caminos. Es Aquella que llevó las Palabras y los Dones de Cristo por los cuatro puntos del mundo y, por eso, conoció profundamente la condición humana y todos los caminos que los llevan a Dios.
Por eso, hijos, María Santísima es Aquella que conoce cada grano de arena de los desiertos espirituales que los conducen a Dios.
Allí, en donde todos los seres se confunden, se pierden, se desesperan, su Madre Santísima los coloca en Sus brazos y, segura de Su camino, cruza los vacíos y la soledad, y llega a Dios.
En el desierto, hasta aun Su adversario se ve confuso. Él persigue a las almas que están perdidas, pero no sabe encontrarlas cuando están en Dios. Por ese motivo, su Madre Divina recorre el desierto y toma a las almas perdidas en Sus brazos, una a una, para conducirlas a su destino.
Por eso les digo que, en estos tiempos de confusión y oscuridad, en el Apocalipsis y en el Armagedón del planeta, busquen a su Madre Celestial. Déjense encontrar por Ella y ríndanse en Sus brazos, porque cuando todo parezca perdido, Ella sabrá el camino; cuando ya no puedan caminar, Ella los tomará en Sus brazos y será bajo Su protección y sabiduría que ustedes llegarán a Dios.
San José Castísimo
Así como en el Universo existe una historia que está escrita en el gran campo de la energía cósmica, así también existen los momentos espirituales en los que todos los seres pueden dar su paso en la evolución.
Con esto quiero decirles que el Universo es dinámico así como su universo interior es dinámico.
Su universo interior se cristaliza cuando se resisten al cambio que el Cosmos trae para todos a lo largo de los ciclos.
Por eso, el dinamismo universal permite que la energía cósmica, que es neutra, se pueda renovar y, en esa renovación, la consciencia consiga concretar sus pasos sin quedar en la teoría.
La analogía de todo esto es que así como el Universo se mueve todo el tiempo, también su universo interior se moverá, y eso es parte de una historia que deberá ser purificada y redimida bajo el absoluto y poderoso Amor Cósmico. Porque en esa purificación de lo que aparentemente es desconocido, la consciencia se libera de muchas cadenas y opresiones que fueron generadas y creadas por ella misma, pero ahora será consciente de que un gran cambio la llevará a vivir una gran y única transformación.
No será agradable enfrentar ese momento, pero es necesario no solo para el ser en sí, sino para todo el Universo que, en ofrenda, viene sosteniendo desde tiempos remotos el peso de las deudas ocasionadas como parte de la ignorancia humana.
Ese momento traerá cura, luz y trascendencia para quien sepa aferrarse al Comando de la Jerarquía.
¡Les agradezco por comprender la ciencia de Mis Palabras!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Es en este nuevo ciclo, que comenzará en el año 2020, que se verán y se sabrán cosas increíbles.
Todo lo que fue astutamente ocultado en todos los sentidos, formas e ideas, se destapará.
Toda mentira, manipulación o engaño que haya sido construido por invención del hombre, se desenmascarará.
Toda situación de las personas, sea interna o externa, de salud, de purificación o de resistencia se mostrará, porque las ondas solares que en este tiempo estarán ingresando, durante el verano en Sudamérica, son ondas ultravioletas que están llegando con un altísimo grado de expulsión y de movimiento sobre todo ser viviente de éste y de otros planetas.
El Sistema Solar, a partir del año 2020, ingresará en la última y más aguda etapa espiritual, cósmica, mental y material de su transición.
De los ocho mil millones de personas presentes en este planeta, el noventa por ciento están distraídas e hipnotizadas por la ilusión global.
En ese sentido, el campo de acción de las ondas solares removerá de su sitio y lugar todo lo que esté fuera de la Ley, y este impulso que traerá el Universo y que se asociará al desequilibrio del planeta y del eje de la Tierra, aumentará el efecto inesperado de ese movimiento cósmico.
Por eso, el año 2020 será el último tramo para poder alcanzar la elevación de la consciencia y del plano mental, para que los efectos universales de ese movimiento no afecten a la mayoría de las consciencias dormidas.
Así como el impulso solar será fuerte en los ámbitos involutivos de la humanidad, el mismo impulso traerá a todos los seres de bien la oportunidad de dar grandes y firmes pasos en la evolución y en la madurez de la consciencia, así como la posibilidad de establecer importantes procesos espirituales de redención, de perdón y de reconciliación.
Pero les vuelvo a decir: no habrá ser de la superficie de este planeta que se pueda oponer ni esconder de este movimiento solar. Todo quedará en evidencia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando la Jerarquía tiene que tomar una decisión, debe medir las consecuencias y cuánto repercutirá esto en beneficio del Plan Universal; porque lo más importante es que cualquier decisión deberá estar siempre colmada de sabiduría y de discernimiento.
En toda esta experiencia, las decisiones pueden modificar ampliamente el destino de una consciencia, de una situación o hasta del mismo Universo.
Es imprescindible que dentro de la decisión que se tome también se tenga presente el sacrificio o los sacrificios que se asumirán, a fin de que un propósito interior se cumpla, asumiendo las consecuencias y los posibles resultados.
No todas las consciencias están preparadas para vivir una decisión o un momento que modifique sus parámetros o sus propios sentidos y realidades de lo que eso representa para la evolución.
Con esto quiero decirles que llegará el momento en el que la propia Jerarquía Espiritual deberá sacrificar o entregar lo mejor que tiene para el cumplimiento del Propósito, ya que será necesario que ciertos espacios de la manifestación se mantengan encendidos.
Esa acción podría suceder en cualquier momento, porque es grande la necesidad de que las aspiraciones del Infinito se cumplan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por medio de Sus Mensajeros Divinos y universales, Dios contempla la humanidad en silencio, así como contempla todo lo que ha creado para Sus hijos.
Si los árboles hablaran, escucharían su dolor. Si los animales se expresaran, comprenderían su sufrimiento y angustia. Si todo lo creado se pronunciara, así como si las piedras hablaran, la humanidad quedaría horrorizada por todo lo que ha hecho en contra de la evolución.
Aunque eso siga sucediendo y que una parte de la humanidad siga cometiendo los mismos errores, existe una solución y una salida.
Por eso, Dios los contempla en silencio, para poder escuchar de alguna forma la respuesta de la humanidad.
Los Reinos de la Naturaleza son parte de la evolución de los seres, nunca podrían estar separados del ser humano ni tampoco el ser humano estar separado de ellos.
Todo cumple un ciclo, todo cumple una evolución. Y si ese ciclo y esa evolución es transgredida, la evolución del ser humano y de los Reinos quedaría incompleta, y el sufrimiento que es generado hacia los Reinos menores deberá ser transmutado y liberado de alguna forma.
Por eso, no es solo el momento de tener más consciencia sino también de tener una buena y sana actitud con cada uno de los Reinos menores. Si los Reinos menores no estuvieran en este planeta, el planeta no se expresaría ni tampoco se expresaría la humanidad.
El ser humano debe encontrar el sentido y el significado de la presencia de los Reinos de la Naturaleza. Son parte de la comunión con su espíritu y con su alma.
Los Reinos Menores no son para ser explotados ni transgredidos. Eso no permite que el ser humano evolucione y despierte al gran Conocimiento Universal. Eso no permite que siga subiendo la escalera hacia el Infinito, para poder encontrar, algún día, la Verdad y la Sabiduría.
Por eso, el propio ser humano estanca su evolución y no la finaliza. Por eso, son muy pocos los que se ofrecen para poder desatrancar esa evolución de la raza humana.
Los pasos son hacia la ascensión, hacia el camino del espíritu, hacia la realización de la misión personal de cada ser.
Pero mientras la humanidad no vea estas cosas más profundas e internas, nunca podrá comprender el Plan de Dios ni tampoco su existencia, porque estará fuera de la Ley, estará fuera del equilibrio y de la armonía. Para poder alcanzar las nuevas esferas y poder acceder a los nuevos conocimientos que existen en el Universo, las Leyes ya no se pueden transgredir.
Sabemos que existe una ambición desmedida de parte del ser humano, que ya es incontrolable e insostenible. Por eso, todos los esfuerzos que se hagan, todas las oraciones que se realicen, todos los servicios que se presten, no solo a sus semejantes sino también a los Reinos menores, ayudará a que, algún día, esa parte de la humanidad despierte y tome consciencia de todo lo que hace y lo pueda corregir.
Mientras se maten animales, existirán enfermedades incurables para el ser humano. Mientras grandes extensiones de bosques se corten o se talen, existirán conflictos entre las naciones.
Todo tiene una consecuencia, todo tiene un origen. Nada está separado. Es una cadena que el ser humano no consigue romper por sí mismo. Solo con la ayuda espiritual de la Jerarquía, esas cadenas y esas opresiones se liberarán; pero es necesario el arrepentimiento, es necesario sentir en el corazón todo lo que está sucediendo y ayudar a revertirlo.
Mientras nada suceda, mientras una parte de la humanidad no escuche y no acoja el llamado que viene de la Jerarquía, el cambio no llegará y la humanidad seguirá sufriendo sus propias consecuencias.
No podrá ser solamente la minoría de la humanidad la que viva el cambio de la consciencia o el despertar. Todos son llamados a cuidar y a proteger lo que recibieron, porque es único y no existe en otro lugar del Universo ni en otro planeta.
Por eso, todas las Jerarquías, todos los Mensajeros y todas las consciencias del Universo contemplan con amor al planeta y a la humanidad, porque Dios les entregó todo lo mejor que tenía para que Sus hijos pudieran crecer, madurar, aprender y evolucionar.
Pero ese ciclo se rompió desde los errores que fueron cometidos por Adán y Eva. Y nuevas razas, civilizaciones y culturas surgieron para intentar corregir lo que había sido hecho por el desvío vivido y por los errores cometidos.
Pero no todas las culturas, consciencias o civilizaciones alcanzaron la evolución que Dios necesitaba. Por eso, surgieron nuevas razas, surgieron nuevas generaciones para que el Plan pudiera continuar adelante. Y lo más importante: que este Proyecto genético pudiera alcanzar un estado vibratorio elevado.
Como no fue suficiente la experiencia, como no fue suficiente alcanzar las aspiraciones y concretarlas por parte de los propios seres humanos, por las propias culturas o pueblos, aun habiendo vivido los grandes procesos de contacto y de unión con la Jerarquía universal, el Padre se entregó a sí mismo por medio de Su amado Hijo, para que ese Proyecto, para que esa genética humana que fue amorosamente pensada y meditada pudiera ser corregida a través del Amor Crístico proveniente de la Fuente del Amor-Sabiduría universal.
A lo largo de los tiempos, después del paso de Jesús por la Tierra, hubieron ejemplos, testimonios y experiencias de consciencias que alcanzaron los grados de Amor Crístico. Pero pocos lograron vivir los mismos estados que alcanzó Mi Hijo hasta lo alto de la Cruz, hasta el último momento de Su expiración.
Por eso, Él derramó Su Sangre y Su Agua por cada uno de Sus compañeros, y para que la Tierra y sus más profundos recintos fueran permeados por la Sangre de Jesús, para que ese testimonio de Amor y de redención quedara guardado en la memoria espiritual de esta raza y de este planeta.
Todos esos Códigos alcanzados, todos esos planos vividos y experimentados por Mi propio Hijo, son experiencias muy profundas y espirituales que Él dejó para el mundo, para que las almas y principalmente las esencias, se pudieran servir de esa preciosa y pura energía, de la Energía Crística.
Ahora, que el tiempo y la humanidad está en un momento culminante, es hora de que las consciencias que se entregan y que se donan a Cristo, accedan a esos Códigos de Luz de una forma espiritual e interna, reflejados en los atributos del servicio, de la donación, de la fraternidad, de la entrega, de la oración, de la Misericordia y de la paz, para que la cura se establezca no solamente en sus consciencias sino también en sus semejantes, en sus hermanos, conocidos y desconocidos, en todos los seres de esta superficie.
Que ese amor no solo pueda llegar a lo más profundo e íntimo de ustedes en este tiempo crucial para que su fe y su confianza estén fortalecidas, sino también que esos Códigos de Amor Crístico puedan llegar a las consciencias y a los Reinos menores que más los necesitan, penetrando las capas más duras y resistentes de la consciencia, del sufrimiento, de la opresión, de la esclavitud, de los conflictos.
Y esa armonía y esa paz universal se alcanzarán en la superficie de las naciones, en los pueblos y en los continentes cuando ese Amor Crístico sea vivido verdaderamente y lo acepten como parte de sí, en una comunión profunda con la Divinidad de Mi Hijo.
Eso permitirá que el Proyecto genético, el que Dios pensó desde el principio, continúe adelante, aun en los tiempos de Armagedón y de Apocalipsis. Las puertas hacia la sabiduría y hacia el Amor cósmico no se cerrarán, aunque los acontecimientos se precipiten en algunas regiones de la Tierra y en algunas partes de la humanidad, para que el ser humano pueda aprender, tome consciencia y se arrepienta verdaderamente.
Ya no es necesario que el ser humano siga sufriendo y padeciendo todo lo que hace y todo lo que vive. Estar en la Ley significa un esfuerzo mayor, no solo de mantener la consciencia y la mente abierta sino también de participar de esas Leyes viviéndolas dentro de sí y practicándolas exteriormente, para que el pueblo sagrado de Dios se vuelva a reunir, se vuelva a unir, se vuelva a congregar en el nombre del Amor Crístico de Mi Hijo, el que siempre los llevará a la paz y a la visión perfecta de la realidad de estos tiempos; para que todo sea reconciliado, redimido y curado en las consciencias humanas.
El planeta, pero principalmente la humanidad, está ante dos caminos y uno de ellos deberá escoger, no de una forma impulsiva o egoica sino de una forma intuitiva y amorosa. Son dos destinos diferentes, son dos realidades diferentes, son dos situaciones diferentes y dos resultados diferentes.
Por eso, ante esa encrucijada o esa decisión hay que orar, orar y orar, para que la humanidad entera como una sola consciencia y una sola civilización escoja el camino que la liberará, o la condenará para siempre.
Por eso, las Leyes de la Misericordia actúan, gobiernan y proceden en la humanidad de estos tiempos, para que las almas recuperen el sentimiento de amar a Dios, de buscarlo y de encontrarlo, sabiendo que el Padre en Su eterno silencio, los espera con Sus Brazos abiertos para recibirlos y ayudarlos.
Pero ahora son Sus hijos los que deben escoger y decidir. Toda la ayuda del Universo llegará conforme a la respuesta de la consciencia humana y a la disponibilidad de las almas.
Esa decisión está en el corazón de cada ser de este planeta, pero no se olviden de poner atención y de revertir los males causados a los Reinos de la Naturaleza que son inofensivos a la vista del hombre y que están aquí para equilibrar sus emociones y sus pensamientos.
Los Reinos menores se ofrecen a transmutar situaciones inconcebibles. Y, a pesar del maltrato y de la agresión que reciben todo el tiempo, ellos no se dejan de donar y de entregar para que el hombre pueda evolucionar y alcanzar la madurez que necesita en este ciclo.
Abran sus ojos, no físicos sino internos. Abran sus oídos, no físicos sino internos. Perciban, sientan y contemplen la realidad planetaria y comprenderán todo lo que les decimos, porque lo más importante en este tiempo es hacer el bien y proclamar la paz. Así ya no se levantará nación contra nación ni pueblo contra pueblo. Ya no se agredirán hermanos contra hermanos y, así, la Luz nunca faltará y el Amor siempre llegará porque será emanado de la Fuente del Universo.
Estamos aquí como Consciencias universales para ayudarlos a vivir el cambio y para que ese cambio dé testimonio, en cada ser, del amor por lo divino.
Les agradezco por acompañarme y por escucharme en estos tiempos.
Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo esté en ustedes y los impulse a vivir lo que Dios tanto espera.
Con el Encuentro de la Misericordia terminado, la Jerarquía espiritual se retira de la Amazonia habiendo podido no solo transmutar y liberar a los Reinos menores sufridos, sino también habiendo podido proteger y resguardar los tesoros espirituales que esta sagrada floresta guarda en su interior.
Es así que también los pueblos originarios y sus raíces de sabiduría y de hermandad se verán más fortalecidos con el tiempo, para que la consciencia indígena siga siendo la guardiana de los tesoros y de las reliquias de las Jerarquías.
Es de esa forma que la Amazonia ahora deberá estar más presente que antes, no solo en la consciencia de los brasileños, sino también en todos aquellos que, más allá de lo material, comprenden el significado y el sentido de que los Reinos de la Naturaleza son parte de la evolución espiritual, mental y material de los seres humanos y que, sin la presencia de ellos, la evolución humana quedaría inconclusa.
Por esa razón, todos los orantes deberán tener como práctica cuidar y proteger a alguno de los Reinos de la Naturaleza, sea un mineral, un vegetal o un animal para que con ese servicio amoroso se siga expandiendo la amnistía espiritual, la Gracia Divina que podrá compensar los graves errores que comete el ser humano con todos los ecosistemas de la Tierra.
Recuerden y nunca se olviden de que su servicio a los Reinos será en nombre de la Amazonia y eso beneficiará también al resto de la humanidad.
¡Les agradezco por llevar adelante iniciativas de paz!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Sé, hijo, que no es fácil olvidarse de sí mismo para cumplir el Plan de Dios, servir y trascender la propia condición humana; pero esa es la esencia del amor.
Aún el mismo Dios renunció a Sí mismo al multiplicarse y crear la vida, renunció a Sí mismo para nacer como Hombre, entre los hombres, renunció a Su vida y al amor que vivió por ella y por Sus criaturas al morir en la Cruz.
La esencia de la vida no es vencer el sufrimiento, es vivir el amor. Esto es lo que debes comprender ahora. No es sufriendo que cumples la Voluntad de Dios para ti, es amando.
La verdadera llave del triunfo de Dios, en Cristo, no fue el sufrimiento que Él vivió en el mundo, fue el creciente Amor vivido desde el pesebre hasta la Cruz. Es este Amor sin límites lo que debes buscar.
Es solo ese Amor, revelado en ti, el que podrá suplir a tu interior y conducir a tu ser a lo que es verdadero. Pero ese mismo Amor, que es el sentido de la existencia de todos los hijos de Dios, está oculto bajo tus aspectos y tus registros, experiencias guardadas en tus células y en tu consciencia, acumuladas a lo largo de toda la evolución humana.
Romper estas paredes de la condición humana fue lo que Cristo hizo en la Cruz y no solo en el Calvario, sino en cada instante de Su vida. Esta era Su misión: buscar la revelación de ese Amor y vivirlo, trascendiendo para eso toda condición humana, no solo de Sus cuerpos materiales, sino de todos los seres de la Tierra.
Cuando Yo te digo que contemples la Cruz, es porque allí se encuentra Aquel que te reveló el Amor de Dios. Allí, Él venció tu condición humana y te abrió las puertas a Dios.
Contempla y ama a la Pasión de Cristo. Encuentra en Sus Llagas el camino abierto para llegar a Su Corazón y descubre allí un Amor perfecto. Deja que las llagas espirituales que se abren en ti en estos tiempos, también te revelen ese Amor mayor, ese Amor que va a renovar y a superar el Amor de Dios.
No concentres tu atención en aceptar dolores y sufrimientos, sino en ir más allá y buscar incansablemente el Amor. Este es tu camino, tu redención, tu salvación, tu plenitud, tu retorno al Origen Divino.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
Sao José Castísimo
En este ciclo, hijos, todo se transforma día a día. Las necesidades se muestran a cada instante. Solo es necesario saber responder y vivir las necesidades.
Si viven el servicio y dan lo mejor de sí, serán renovados por la Gracia que es hacer de la vida una entrega a Dios.
Cuando sirvan, amen y estén atentos a lo que es necesario a su alrededor, el propio Creador se revelará dentro de ustedes, los suplirá interiormente, les dará nuevas fuerzas y restaurará sus cuerpos y su espíritu.
Reciban Mis bendiciones para este tiempo del planeta. Amen lo que hacen y el propósito de sus vidas. Dejen que sus dificultades se disuelvan en el Amor. Dejen que sus miserias se disuelvan en la gratitud de estar evolucionando en las Manos de Dios y bajo Su amparo.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
A veces, al llevar la paz al mundo pierdes la paz en tu interior, porque el sacrificio y la entrega constantes hacen que emerjan tus resistencias más ocultas, hacen que tu condición más retrógrada salga a la luz y sea liberada inconscientemente de tu mundo interior. Eso, hijo, también es parte del servicio que prestas a la humanidad y a este planeta en el nombre de Cristo.
La paz interior debe ser conquistada todos los días. La unión con Dios debe ser construida y reconstruida a cada instante. En estos tiempos, en los que la humanidad está en el centro de una batalla que define la evolución de toda la Creación Divina, todos los días las consciencias son blancos de los estímulos incansables de la vida de ilusión para que no avancen en su despertar, para que no profundicen en su unión con Dios, sino para que retrocedan o al menos se estanquen en el punto en el que están.
Por eso, hijo, observa con calma este momento, sé consciente de que las pruebas de este tiempo son desconocidas para toda la Creación y, todos los días siempre que puedas, recuerda el propósito de tu vida y de tu consagración. Reconstruye, poco a poco, tu vínculo con Dios y no dejes de intentar llegar al Padre. Mantén un diálogo con Él en tu interior, una confesión sincera de tus debilidades, no para reafirmarlas, sino para transformarlas y liberarlas de tu corazón.
Siente que la confesión con Dios limpia tu corazón y que comienzas a retornar al Padre, sintiéndote digno de Su Presencia. Haz esto todos los días. Haz esto siempre que lo recuerdes.
Piensa en el espejo de tu corazón y únelo a los Espejos del Cosmos con un simple pensamiento. Piensa en la Esencia de Dios y siente que Ella está en ti. Piensa en la vida superior, en la vida universal, y siente como ella te aguarda.
Renueva tus fuerzas en las pequeñas cosas, porque es también allí en donde el enemigo va minando tu evolución y tu unión con Dios.
Ora y reencuentra la paz todos los días.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Y ahora, Mi Preciosa Sangre, plena de Códigos de Luz, se derrama sobre las entrañas más profundas de la consciencia de Alemania y de su pueblo.
La Divina Sangre de su Redentor, plena de los Códigos de Luz de vida, ingresa en los aspectos de la consciencia inferior de los hombres y mujeres de Alemania a fin de que, en el próximo tiempo, se cumpla el propósito espiritual de esta nación.
Por eso, compañeros, la Divina Sangre de Aquel que fue como un cordero llevado al matadero, porta un valor espiritual incalculable para que las almas de Alemania, por medio de esa piadosa Gracia, reciban los méritos que necesitan para dar pasos en el despertar de la consciencia y en la evolución individual y colectiva.
En este sentido, Mi propósito de llegar a la ciudad de Berlín es porque, hasta los días de hoy, ninguna consciencia consiguió generar la condición necesaria para contribuir a la liberación de todas las faltas cometidas en el último siglo XX.
Por esa razón, su Redentor congregará a los devotos y a los peregrinos para que lleven adelante la concreción de la aspiración de su Maestro y Señor de ver redimidas a las consciencias que ocasionaron el gran dolor en la humanidad y que hasta ahora nunca fueron perdonadas ni amadas por ningún ser de la Tierra.
El triunfo de Mi Sagrado Corazón en este tiempo se dará por la redención y por la conversión de los grandes líderes de las naciones, que al igual que Paulo de Tarso, recibirán el impacto de Mi Luz Celestial que los derrotará y los convertirá para siempre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Ora y acoge, con amor, a las Gracias Divinas.
Recibe en tu espíritu y en tu corazón a los Rayos que provienen del Corazón del Creador de todas las cosas. Su Ciencia Divina se manifiesta en el interior de los seres cuando oran de corazón y les revela lo que verdaderamente son, hace que las esencias recobren su brillo y su expresión celestial y les demuestra a los hombres la pureza y el misterio que existe en su interior.
Deja que todo eso, que acontece en el silencio y en lo invisible de la existencia planetaria, se expanda hacia todos los seres, hacia toda la Creación. Deja que fluya de tu corazón hacia el mundo lo que el Padre te entrega cuando oras y haz de tu vida un permanente servicio a la evolución humana.
Sé un servidor en silencio, un servidor de corazón, un servidor que vive el Evangelio en su interior y transforma a la consciencia humana, de adentro hacia afuera, convirtiendo las raíces más profundas de su degeneración.
Tú eres parte de un todo. Eres el producto de una historia que no comenzó en esta Tierra y que no terminará en ella, pero que se define aquí, dentro de cada ser.
Si dos o más vivieran la transformación que el Creador necesita sería suficiente para demostrar a toda la Creación la grandeza del Amor de Dios y renovar la evolución de toda la vida, en este planeta y más allá de él.
Aspira, hijo, a ser quien hace lo mejor. Busca ser quien vive la trascendencia de sí todos los días. Procura vivir, en tu interior, lo que aspiras a que la humanidad manifieste y encuentra, a través de tus aspiraciones más puras, la Voluntad y el Designio de Dios.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Deja que el espíritu de la gratitud permee tu corazón para que vivas cada día como si fuera el último y al mismo tiempo, hijo, sepas que no existe el último día.
Comprende la vida como una escuela de amor única en toda la Creación y busca vivenciar el amor verdadero a través de la fraternidad, de la unidad y de la constante gratitud por todo lo que el Creador te concede.
Que cada segundo de tu vida sea transformador, no solo para ti, sino también para los que están a tu alrededor.
Que tus aprendizajes enseñen a otros a buscar el amor y que tus errores sirvan también para que los demás no cometan las mismas equivocaciones y sí adentren en los caminos correctos.
Deja que todo en tu vida sea en pro de la evolución y que no te aflijan los errores ni te enaltezcan los aciertos, sino que todo eleve tu corazón y te aproxime al único propósito de tu existencia que es amar con el Amor de Dios, renovar la Creación Divina a través de ese amor y retornar al Padre para que un nuevo comienzo se dé en toda la vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Así como el hombre fue creado de un Principio Esencial de Dios, también fueron creados los planetas. Con diferentes misiones para expresar y con diferentes niveles de vida y de participación en la transformación y en la evolución de la Creación Divina, los planetas también son parte de la Consciencia de Dios, frutos de Su Soplo y de Su Verbo, portadores de Su Presencia espiritual.
La Creación, hijos, comprendida desde un punto de vista evolutivo, está formada por diferentes partes de la Consciencia Divina que, multiplicada, se recrea y se renueva a sí misma a través de los aprendizajes y de las experiencias vividas por los seres.
El sentimiento de individualidad y de independencia que algunos seres sienten es fruto de no tener consciencia de su verdadera esencia. El Creador les concedió a Sus criaturas la posibilidad de aprender a través del libre albedrío y, a lo largo de su evolución, solo las observa y las acompaña según sus elecciones, según el permiso que le ofrecen a Dios para que Él actúe en sus vidas y las guíe. A pesar de estar presente en la esencia vital de Sus hijos, el Creador permanece silencioso en su interior.
Pensar en la Ciencia de la Creación es como pensar en la composición humana: todo lo que son, desde el espíritu hasta sus células, son partes vivas de un único ser. Pero si la consciencia no entra en diálogo con sus diferentes núcleos, cada uno de ellos actúa de forma independiente y, a veces, hasta sus células crean dentro del cuerpo una vida propia, manifestando enfermedades muchas veces incurables. Esas células no dejan de ser parte del cuerpo por ser cancerosas, por estar enfermas, pero actúan como si no lo fueran, como si pudieran vivir en desarmonía con el todo, que es la consciencia del ser.
De la misma forma, hijos, sucede en mayores proporciones con la Creación Divina. Ustedes no dejan de ser parte de Dios por creer que tienen vida propia y por no ser conscientes del Cuerpo Místico del cual forman parte.
De la misma forma, los planetas son como órganos de Dios, las galaxias y los universos son Sus sistemas y ustedes son esas partículas, casi invisibles en el todo, que podrían llamarse átomos y que, a pesar de ser tan pequeñas, guardan en sí misterios infinitos.
Un átomo de sus cuerpos puede cambiar sus vidas completamente. De la misma forma, ustedes pueden transformar la Creación.
Ser conscientes de la unidad es aproximarse a Dios y colaborar para que Su Cuerpo Celestial esté en armonía. Sembrar la paz en una nación es sembrar la cura de un sistema de vida que depende de cada ser para evolucionar y retornar a la unidad con el Padre Celestial.
Les digo todas estas cosas, de esta forma, para que comprendan el diseño de la Creación, para que se comprendan a sí mismos dentro de ella y a ella dentro de cada uno de ustedes.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cada nación de este planeta guarda, en sus registros espirituales, una parte de la historia del Cosmos que debe ser transformada. La Tierra, hijos, fue pensada y creada por Dios para ser el lugar en donde el amor triunfaría más allá de todos los errores, en donde el perdón abriría la puerta a la cura, en donde la Misericordia abriría la puerta a la redención de todas las almas.
Existe una realidad que precede a la vida en este mundo, una realidad que está escrita en las estrellas, pero que pocos supieron entrar en ella correctamente y aún ningún ser humano la comprende por completo.
Cuando Dios manifestó el planeta, poco a poco, a lo largo de la evolución humana, fue dando oportunidades para que Sus diferentes hijos, almas que necesitaban de cura y de redención, vinieran a la Tierra para vivir un aprendizaje. En cada nación, el Creador colocó una parte de Sus hijos, cada uno de ellos trayendo consigo los registros ocultos de la historia del Universo para que, a través de la redención de las almas y de las naciones, la historia del Universo como consciencia, también pudiera ser curada.
Es así que cada pueblo por donde pasan guarda más que una cultura, una historia planetaria, una evolución humana. Guarda, hijos, en lo profundo de su consciencia, un registro universal que fue diseñando e influenciando en la expresión de esos pueblos y que necesita ser curado y redimido para que toda la Creación Divina sea redimida a través de la experiencia de la vida sobre la Tierra.
Les revelo esto para que comprendan que la vida guarda misterios amplios y aún desconocidos para los hombres, pero que llegó la hora de conocerlos para que, conscientemente, puedan cumplir con su parte en este tiempo.
Por eso, cuando oren por las naciones, oren también por todo aquello que espiritualmente ellas traen consigo para ser curado y redimido. Cuando acompañen, con el corazón, el peregrinar de los Mensajeros de Dios por este mundo sepan, hijos, que es mucho más que la historia de la Tierra lo que, poco a poco, va siendo curado. Es la historia del Universo y de la Creación Divina que va encontrando cura para retornar a Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Tu primera conexión con el Universo debe ser la oración, porque la oración es la que preparará a tu consciencia para cruzar las dimensiones y ser digno de encontrar a Dios y a Su Verdad universal y divina.
Para adentrar en los portales y revelar los misterios más sublimes del Cosmos infinito, debes primero entrar en los portales de tu propia consciencia, revelando el lodo y el barro que debes transformar antes de llegar a Dios.
Tanto para cruzar los portales del Cosmos como para cruzar los portales de tu propio interior hay algo que tu consciencia debe saber: sin amor, nada te será revelado. El amor es lo que te hace digno de estar en Dios, y es el mismo amor el que te permite lidiar con las miserias de tu consciencia, transformándolas de forma correcta.
En oración, aprenderás a amar. Por eso, ora y deja que sea el propio Dios quien conduzca tu consciencia hacia los portales que ya estás preparado para cruzar.
No temas, hijo, porque tanto el autoconocimiento como el conocimiento del Cosmos son fuentes de sabiduría y de evolución, son revelaciones que se complementan y que son necesarias para retornar plenamente al Corazón del Padre, aunque estén en vida.
De la misma forma como decimos que hay muertos en vida, también decimos que es posible retornar a Dios en consciencia y seguir en este mundo. De esta forma, los seres estarán en Dios, en Su Pensamiento, en Su Sentimiento, en Su Mente, en Su Corazón y, como un lápiz en Sus Manos, diseñarán la manifestación de Su Plan en la Tierra.
Todo comienza con la oración, pero no con la oración vacía, con distracciones o por obligación. Todo comienza cuando los seres aprenden el verdadero valor de orar y oran con el corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando Dios encomienda una misión para la humanidad, no solo mide sus posibilidades de cumplirla, sino también la urgencia de los tiempos y de los días, urgencia de que las almas despierten y reciban una oportunidad de redención, urgencia de que las naciones sean aliviadas de la oscuridad que las rodea para que, como pueblos, puedan cumplir su parte en la evolución del planeta.
En este tiempo, hijos, Dios Creador les pedirá que cumplan Su Plan basándose en su entrega absoluta, en su sacrificio y amor. Porque a pesar de toda la crisis que hay en el planeta en los niveles materiales, mucho mayor es la crisis espiritual y planetaria y esta es la que define el destino de las almas, de la humanidad como raza y del planeta como Creación Divina.
Una y otra vez, les pedimos que eleven sus consciencias para que comprendan porqué y para qué están en este mundo. Hay una evolución mayor para ser vivida, más que una instrucción, más que una experiencia.
La vida superior ya no debe ser misteriosa para los discípulos de Cristo. La instrucción que recibieron debe comenzar a vivir en sus consciencias, porque solo de esa forma sabrán lidiar sabiamente con las dificultades de la vida y medir sus prioridades, no por la sobrevivencia humana, sino por la evolución universal.
Sé que lo que les digo puede ser incomprensible en este momento, pero mediten sobre Mis palabras y pidan al Padre la Gracia no solo de conocer Su Verdad, sino también de vivirla y expresarla mientras haya tiempo.
Ya no habrá vida para sostener, ya no habrá planeta para salvar si las almas no se liberan de la indiferencia y abrazan el Propósito Divino. Por eso oren, sirvan y profundicen cada día en el despertar de sus consciencias. Así, podrán cumplir lo que vinieron a cumplir en este mundo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dios siempre aceptará el grado de su entrega y todo cuanto le quieran ofrecer.
Sus ofertas siempre serán preciosas para el Corazón del Creador. Pero, en estos tiempos, hijos, son llamados a dar todo de sí por amor, por amor a este planeta, por amor al Proyecto Divino y por amor a la evolución que, antes del principio de la Tierra, ya aguardaba que este proyecto, que sus almas están viviendo, se pudiera concretar y triunfar en el Cosmos.
Por eso, en esta hora, en la que los ciclos se aceleran y se aproxima la transición de los tiempos y la definición absoluta de los seres, que cada uno de ustedes sepa lo que ofertará al Creador, lo que ofertará al Universo, a la evolución, a la vida.
Hoy, hijos, ya no se trata de clamar por las propias miserias y de pedir por los propios pecados. Sus miserias serán curadas en el servicio y esa debe ser su oración por sí mismos. Y sus pecados serán redimidos cuando fueran capaces de olvidarse de ellos para clamar por este mundo.
Los abismos están repletos de almas que claman por paz y, en este día de Misericordia y de Gracia, sus oraciones son como un bálsamo que hace tanto tiempo ellas esperaban. Sus oraciones son como la brisa suave que ingresa en donde ya no había aire, no había respiro.
Sientan a las almas cuyo pecado es considerado eterno e imperdonable, sientan su dolor y desesperación. Hoy, hijos, ese dolor es aliviado y la desesperanza es transformada, porque la Misericordia cruza los espacios oscuros y concede una nueva oportunidad a los que se condenaron al castigo y a la oscuridad.
Que su oración misericordiosa se extienda más allá de este día, porque muchas almas seguirán en los abismos, clamando. Todos los días deben ser, para ustedes, días en los que rueguen a Dios por los que más necesitan.
Que su prioridad en este tiempo sea el rescate y la salvación de las almas, porque ya llegará el tiempo en el que ya no podrán clamar más, porque ya todo estará definido.
Hoy los bendigo y les dejo Mi Gracia para que profundicen en la Divina Misericordia y que ella esté cada día más viva, en ustedes, no solo como una oración, sino como una forma de ser.
Sean misericordiosos, en este y en todos los tiempos.
Yo les agradezco.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando oras, Dios lava tu corazón y te purifica, renovando tu alma y tu esencia, en pureza y transparencia. Pero también te corresponde a ti, hijo, mantener esa pureza en tu propio interior y, durante tus días, hacer de tu vida una oración.
Pronuncia tus palabras con la pureza de tu esencia. Deja que tus pensamientos retrógrados pasen, y sigue el flujo solo de aquellos que te llevan a reflexionar sobre la Sabiduría y el Amor Divino.
Colma tu tiempo con el servicio y no con cosas vanas. Colma tu tiempo con la armonía de la naturaleza y el Amor que proviene de Dios, y no con las distracciones del mundo.
Retoma cada día el puente de unión con el Padre, para que ella se profundice. Nutre tu esencia con lo que proviene de Dios, para que ella se pueda expandir y expresarse en tu interior.
Que tu esencia sea el amparo y la morada de la pureza, para que tu alma, protegida, encuentre espacio para dar pasos en su evolución.
Cuando oras, Dios lava tu corazón y lo purifica. Por eso, ora y da a tu ser la oportunidad de recomenzar todos los días.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más