MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que tu vida sea un cenáculo de oración. Que tu corazón jamás piense que es tarde para recomenzar y sumergirse en el propio interior, desenvolviendo en ti la unión con Dios y recorriendo así el camino de la santidad.

Busca, hijo, como primera meta de tu vida el camino de la santidad, que no es nada más que vivir con plenitud la Voluntad de Dios para tu vida y tener esa Voluntad siempre en primer lugar. Deja que ese propósito de santidad impregne tu consciencia, tus metas y aspiraciones, tus relacionamientos con el prójimo, tus pensamientos y sentimientos, tus acciones y palabras, tus tareas diarias y finalmente tu vida.

Desde que tus ojos se abren cada mañana, ofrece tu vida a Dios con una simple oración y renueva ese compromiso durante el día, preguntándote ante cada situación a ser vivida o decisión a ser tomada:

¿Cuál es el camino que me aproxima más a la Voluntad Divina?

¿Qué palabra puedo pronunciar?

¿Qué pensamiento debo emitir sobre los demás?

¿Qué ejemplo soy capaz de dar?

¿Qué emanación puedo emitir para colaborar en la evolución del prójimo?

Debes hacerte todas estas preguntas antes de actuar, para que tu vida sea un instrumento reparador en las Manos de Dios, para que tu vida sea un instrumento de justificación, a través del cual el Padre y Sus ángeles podrán interceder por el mundo.

Reflexiona en tu interior y pregúntale a tu espíritu y a tu consciencia:

¿Soy capaz de tener como prioridad de vida un camino de santificación?

¿Puedo ofrecer mi ser a Cristo en expiación de las faltas y desequilibrios del mundo?

Esa oferta, hijo, no se trata de sufrir como Cristo, sino de ser como Cristo en todo y buscar en cada acción Su Acción, en cada palabra Su Palabra, en cada pensamiento Su Pensamiento, en cada hermano un hijo Suyo, que Él aguarda que retorne a Su Sagrado Corazón.

Cuida a cada alma como siendo única y predilecta para Dios. Cuida a tus hermanos como tesoros que el Creador colocó en tu camino para que las relaciones humanas sean elevadas y trascendidas, y la dualidad sea convertida, por un impulso mayor de Amor, en la unidad entre las consciencias.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridísimos hijos Míos:

Que, en este próximo encuentro mariano de las 1 000 Ave Marías, sus voces incansables vuelvan a elevarse en súplica al Creador, para que se establezca la tan esperada paz mundial.

Para eso, queridos hijos, que en este próximo encuentro de las 1 000 Ave Marías, sus ángeles de la guarda y los ángeles guardianes de todos los orantes puedan interceder entre ustedes y Dios, elevando en oferta a los Cielos las más sinceras y honestas oraciones.

Quisiera que en cada nueva cuenta del Ave María que ofrecerán, pueda encenderse en ustedes el fuego divino de la oración; para que, como en Pentecostés, como en el Santo Cenáculo, descienda sobre ustedes el Santo Espíritu de Dios, que obrará a través de bendiciones y gracias sobre todos los que se autoconvoquen para este próximo encuentro orante.

Recuerden, Mis hijos, que su Santísima y Divina Madre se sirve, en cada fin de mes, del oratorio planetario de las 1 000 Ave Marías para interceder por las dolorosísimas y gravísimas situaciones que hoy enfrenta y atraviesa toda la humanidad.

Que sus oraciones verdaderas puedan abrazar a los más desprotegidos.

Que sus oraciones honestas puedan dar luz y entendimiento a todos los que toman las decisiones.

Que sus oraciones puedan detener el horror de las guerras y el derramamiento de sangre de los inocentes.

Que sus oraciones sostengan el equilibrio del eje de la Tierra.

Por eso, Mis hijos, les pido que, en este próximo encuentro mariano, sus voces se unan a las voces de todos los ángeles, y en especial a la voz de sus ángeles de la guarda, para que se cierren de una vez y para siempre las puertas del mal, y para que los más vulnerables y desfavorecidos sean protegidos, como así también la vida de todos los Reinos de la Naturaleza sea protegida.

Una vez más, Yo estaré atenta a la voz de las súplicas.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA ASOCIACIÓN MARÍA, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, vengo aquí, a este Mi cenáculo predilecto, al gran oratorio de la Madre de Dios.

Hoy, vengo extraordinariamente porque quiero estar cerca de ustedes y con cada una de sus almas, preparándolos para ingresar al desierto que hoy Mi Mano les indica; a este desierto espiritual de la humanidad, que muchos no quieren atravesar porque se olvidan de que Yo estoy en el desierto, cuando tan solo Me buscan y Me llaman.

En este preámbulo de la próxima Sagrada Semana, vendré inesperadamente, durante esta semana, sin avisarles, para que sus corazones estén prontos, tal como estuvieron los apóstoles junto a Mi Madre en el Cenáculo, después de la Resurrección de su Señor.

Yo quisiera poder encontrarlos, Yo quisiera poder sentirlos y contemplarlos, así como a los apóstoles cuando estuvieron junto a Mi Madre Celeste en la Reaparición de Cristo, días antes de Mi Ascensión a los Cielos.

También vengo a aliviar sus corazones y sus espíritus, a quitarles el peso de la cruz que les han colocado en sus espaldas; pero Yo los animo y los invito a seguir cargando esa cruz, no solo por ustedes, sino por la gran necesidad de Amor en esta humanidad y en este planeta.

Vengo con este Mensaje para que todos se preparen internamente para la próxima Sagrada Semana; y Mi Corazón, con gozo y predilección, ha escogido este lugar bendecido por Mi Madre Celeste, para anunciar, una vez más, la Palabra de Dios, para que los corazones, al ingresar a este desierto que Yo los invito a cruzar en esta semana, puedan volver a encontrar a Dios y, delante de Él, estar en silencio, en sintonía y en amor por todo lo que es necesario y urgente reparar en esta humanidad y en este planeta; porque la guerra sigue aconteciendo, las almas siguen sufriendo; el temor, la impunidad y el miedo siguen siendo establecidos en los pueblos y en las naciones.

Yo los preparo en este desierto, así como su Maestro y Señor se preparó durante cuarenta días para aceptar el Cáliz que el Padre le ofreció y que hoy Yo les ofrezco, en Mi Nombre, para que lo beban sin temor alguno; porque Mi Sangre Preciosa viene a purificarlos, viene a bendecirlos y a reconsagrarlos para las próximas etapas del Plan del Redentor.

Que no pese más en ustedes la agonía de no poder alcanzarme ni sentirme. Yo estoy aquí, como el Sagrado Corazón de Jesús, para recordarles que tienen parte Conmigo en este momento, porque Mi aspiración es que sean Mis apóstoles del fin de los tiempos.

Que este desierto, que hoy los invito a cruzar con coraje y valentía, los fortalezca. Que este desierto que los invito a atravesar, con amor y con fe, los haga crecer interiormente para todo lo que llegará; porque ante el Padre Celestial necesito de almas que justifiquen los errores del mundo y los graves pecados que ultrajan el Corazón de Dios en estos tiempos.

Adórenme en el Divino Sacramento del Altar durante estos días. Que su vigilia en la Adoración se amplíe y se fortalezca, para que el Reino de los Cielos descienda a la Tierra no solo durante la próxima Sagrada Semana, sino también en esta semana preparatoria que con gozo y júbilo vengo a compartir con ustedes de forma extraordinaria, y Nuestro Señor, el Padre Celestial, ha decidido que esta casa bendita y consagrada al Corazón de Mi Madre sea el lugar, el cenáculo y el oratorio para que estos encuentros sucedan, estos encuentros inesperados.

Recuerden a sus Ángeles de la Guarda, ellos están sedientos de sus ofertas al Corazón de Dios, de sus ofertas por la humanidad y por el planeta, para que el Amor, la Paz y la Luz no desaparezcan de la superficie de la Tierra.

Yo los entiendo y también los comprendo, son tiempos desconocidos y difíciles, y a veces sienten que no pueden soportarlos. Pero tengan fe, Yo morí por ustedes para que ustedes pudieran tener vida en Mí.

Los bendigo y les agradezco por acogerme en este lugar, por la simplicidad en cada detalle, por la oferta sincera de los corazones que confían en Mí.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Reverenciamos la Presencia de Jesús, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.

Él nos muestra, en el centro de Su Pecho, Su Corazón Misericordioso como una gran custodia de luz que irradia rayos hacia varias direcciones.

Él, con Sus Brazos y Manos abiertas, nos ofrece el centro de Su Ser para que podamos entrar en Él y Él en nosotros.

Detrás de Él vemos una casa muy humilde y simple, de piedra y de paja, con pequeñas ventanas y una puerta de madera muy simple y humilde.

Para aquellos que nunca lo han visto, dice Jesús, este es el Cenáculo y hoy los invito a entrar, a toda la humanidad, en el nombre del Santo Padre, el Papa Francisco, de los líderes religiosos, de todos los creyentes en el Sagrado Corazón de Jesús.

La puerta de esa casa se abre para que podamos entrar en consciencia y espíritu, en alma y en divinidad.

Primero entra Jesús para que nosotros podamos entrar; vemos su larga túnica y sus pies descalzos sosteniendo sobre Su Pecho el Santo Cáliz.

En esa casa simple vemos luces muy suaves y tenues en las paredes, creando un ambiente de religiosidad y de comunión; en esa casa hay otros invitados que no son los apóstoles, porque ellos ya vivieron esa experiencia, sino son otros Maestros, los Maestros de los Himalayas.

Ellos están allí presentes aguardándonos, para que nos sentemos en el suelo de tierra, que es protegido por una gran alfombra que en su centro tiene representada la Última Cena.

Nos descalzamos y nos despojamos para que entremos en esta comunión eterna.

El Maestro se muestra solemne, amoroso y cariñoso con cada uno de los suyos.

Él toca nuestras cabezas y acaricia nuestros rostros, y nuestras almas se rinden a Sus Pies.

Y a través de Cristo sentimos al Padre Celestial que, como una gran Luz, encandila el techo de esa sala, así como a cada uno de nosotros y de los presentes.

La puerta de la casa se cerró y vemos allí presente a Nuestra Santísima Madre, la Virgen María, que es rodeada por un gran manto de color rosa, y que se arrodilla un poco más lejos, en el interior de la sala.

Todos se miran con expectativa porque sienten, en el corazón de los Maestros de los Himalayas, la alegría de esta renovación y comunión con Cristo.

María, Nuestra Madre, reza en silencio por nosotros y por el planeta.

Nos dejamos llevar por este momento de comunión para que sea nuestra alma la que participe de este encuentro y así participe todo nuestro ser.

Y ahora todos sentados entre los Maestros y el gran Maestro que acaba de sentarse para compartir este encuentro, vemos como su rostro brilla y sus ojos son como el cielo; mantiene un semblante suave y cariñoso.

Todos los Maestros colocan sus manos en señal de recepción mientras aguardan, en silencio, que el Maestro comience a pronunciar Sus Palabras, en esta cena de renovación y de esperanza.

En el centro de esa reunión vemos a nuestro planeta. El Maestro lo contempla con amor, al igual que los demás Maestros que fueron invitados para participar de ese encuentro.

Por debajo de ese planeta, que es nuestra casa, vemos encenderse una estrella dorada de seis puntas y otra estrella igual por encima del planeta.

El planeta es envuelto por esa poderosa Luz dorada que desciende en el centro de esa sala directamente de la Fuente y grandes manchas oscuras que rodean al planeta son disueltas, mientras su aura es envuelta por una energía verde de Luz que ingresa en las entrañas de nuestra Tierra, en los océanos y continentes.

Quiero que sepan, dice el Maestro y Él eleva su mano derecha señalando el cielo, mientras habla para cada uno de nosotros, que esta es una de las últimas cenas espirituales que celebro con ustedes, porque el tiempo de las Escrituras se cumplirá y Yo no estaré aquí para hablarles, será el Espíritu Santo el que podrá obrar a través de ustedes, cuando lo sepan reconocer y contactar.

Esta es la hora, compañeros, de que sus talentos emerjan a la Luz y a la consciencia porque así podrán dar la vida por Mí, como Yo di la vida por cada uno de ustedes hasta el fin de los tiempos.

Reconozcan entonces, amados Míos, que son parte de una historia que aún no terminó de escribirse.

Por esa razón hoy los he traído aquí, al Cenáculo espiritual de Mi Corazón, pobre, verdadero y humilde para que se puedan servir de él.

Afuera de la casa, en donde nos encontramos participando de este momento importante con Jesús, hay muchas, pero muchas almas presentes, que no pudieron entrar, pero que Nuestra Madre, la Santísima Virgen, las trajo hasta allí para que pudieran participar de este momento.

Y dice Jesús: Mi morada es muy humilde y simple, pero Mi Corazón es muy grande para poder recibirlos a todos.

En este jueves Santo, en el que cada uno de ustedes tiene la oportunidad de participar nuevamente en este ministerio que Yo impartiré, con Amor al mundo, por todos los que aún deberán despertar y reconocer la Palabra de Cristo.

Esta es la Casa de Mi Padre, dichosos los que se encuentran dentro de ella para reconocer su compromiso con la Creación y con las Leyes Universales.

Reunidos en esta casa, volveré a lavar los pies, pero ahora lavaré los pies de los Maestros, mientras ustedes se lavarán los pies.

Los invito a dirigirse al lugar donde lavarán sus pies, mientras Yo lavaré los pies de los Maestros.

A cada uno de los que Mi Madre escogió hoy para lavarles los pies, le entregué un don y un talento antes de que nacieran para que, ahora y en este tiempo, estuvieran al servicio de Mi Corazón y de Mi Obra redentora.

Timóteo, tú tienes el don de unir fronteras, para que ya no existan barreras entre los pueblos y las naciones. Tú tienes que abrir los caminos para que Yo pueda ingresar en donde más se necesita Mi Palabra.

Iajodarah, tú tienes el don de la música, de poder traer del Universo hacia la Tierra las vibraciones sutiles y las melodías de Dios que tus manos pueden comunicar a través de los instrumentos que tocas, con la fuerza que te da la devoción a Mi Sagrado Corazón.

Valentina, tú tienes el don de la solidaridad, de vivir la incondicionalidad por el otro, de reconocer la dificultad del semejante y de aliviar los sufrimientos de los que padecen por soledad, abandono y discriminación.

Ceferino, tú tienes el don de llevar Mi Mensaje al mundo y de iluminar Mis altares, para que la Presencia de Mi Espíritu se pueda reflejar en todo lo que es ofrecido, de tiempo en tiempo. Tú tienes la misión de reflejar, en las imágenes, el espíritu de lo sagrado.

Camilo, tú tienes el don de la perseverancia del peregrino, que nunca se cansa de caminar hasta poder encontrar a su Maestro. Has llegado a Mi encuentro y te prepararé, a partir de este día, para que Me sirvas en la consagración cuando Yo te lo indique. El que persevera nunca muere. El que persevera nunca desiste, porque su fuerza está en la oración y en la confianza que le da Dios. Por eso, estás aquí.

Samaria, tú tienes el don de la comunicación, de abrazar los proyectos de Mi Padre y de llevarlos a la realidad, así como Yo lo necesito. Tú tienes el don de comunicar Mi Palabra a diferentes partes del mundo, a través de las lenguas de cada pueblo de esta Tierra. No es la primera vez que haces esto para Mí. Esto es la continuidad de algo que no terminó, por eso tu vida debe ser para Mí.

Los próximos seis que ahora serán sacramentados.

Fray Luciano, tú tienes el don del servicio incondicional, de llevar alivio a donde hay mayor sufrimiento, de llevar amor a donde hay mayor agonía, de llevar esperanza a donde hay mayor desesperación; para que la humanidad comprenda finalmente que, a través de la donación de sí y del servicio por el semejante, los seres humanos aprenderán a amarse los unos a los otros, verdaderamente.

Madre María del Salvador, tú tienes el don de la unidad, una unidad que lleva al entendimiento y a la comprensión del semejante. El don de la unidad para poder colocarse en el sufrimiento del otro y de ayudar a resolverlo. Una unidad que comprende, que es paciente y perseverante, que emana compasión.

Fray Ariel, tú tienes el don de la constancia, de aquel que no se deja vencer a sí mismo, de aquel que reconoce todos los días las Llagas del Señor, por amor a la humanidad. El espíritu de la constancia es un espíritu incesante que nunca cambia, que siempre mantiene su propósito a través de la fe.

Madre María Shimani, tú tienes un don importante que te entregué. Es el don del discernimiento invadido por el espíritu sagrado de la Sabiduría, para cumplir siempre la perspectiva de Mi Propósito en la humanidad. Tú también tienes un don especial que Mi Santa Madre te ha entregado, que es el amor y el entendimiento de aquel que no consigue transformarse, de aquel que tiene dificultades, y ese amor y ese entendimiento lo transforma, lo redime y lo lleva a la Verdad.

Mi hija Amerisa tiene el don de la belleza y de la cura, de aprender a soportar al semejante y de darles oportunidades a todos para que, a través del servicio de los altares, puedan expresar su devoción a Mi Corazón. Tú eres un puente para cada uno de ellos, por eso te he colocado en esa misión. También tienes el don de la cura, que te permite sentir el sufrimiento del semejante para aliviar las Llagas de tu Señor en aquel que sufre. Y eso Yo lo vi, en estos tiempos, a través de tu madre, la que ahora, después de su agonía, ya está Conmigo en el Cielo. Has aprendido la lección de amor que te quise enseñar, para que vivas algún día un amor más grande que el que Yo viví por ti. Estás en el camino de ese propósito.

Mi hija Romina, ya sabes lo que eres para Mí. Pero ahora llegó el momento de vivir lo que tanto has buscado, de vivir todo lo que Me has cantado, de cumplir lo que tanto deseo, sin miedo a nada, por tu nación y por tu pueblo.

Llegó el momento de la consagración del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, en el que cada uno de nosotros, dentro de la Casa del Cenáculo de Nuestro Señor, tendrá la Gracia espiritual e interna de recibir los impulsos, los mismos impulsos que Cristo dejó plasmados en el planeta y en la humanidad, a través del sacrificio de Su Última Cena, por medio de la Comunión.

Vemos a Nuestro Señor, Cristo, después de haber lavado los pies de los Maestros y después de habernos lavado los pies entre nosotros, cumpliendo así con Sus pedidos.

Mantenemos nuestra consciencia y concentración en ese lugar de la humilde Casa del Cenáculo, en donde Cristo nos invitó a entrar a cada uno de nosotros.

Mi Corazón siente este momento, porque es una de las últimas Comuniones espirituales que entregaré al mundo en este día, en el que Mi Vida es vida en ustedes y ustedes son vida en Mí.

Ahora que están limpios y preparados para recibirme, infundo en este momento, lo mismo que infundí en los Apóstoles, para que en este momento el legado espiritual que dejé para el mundo, por medio de la Eucaristía y de la Sangre de Cristo, descienda como Gracia y como Luz en la humanidad.

Elevo el pan y se lo ofrezco a Dios, así como sus almas pueden ser ofrecidas a Dios en este momento. Para que este pan sea transubstanciado, le pido al Todopoderoso que, por los méritos de Mi dolorosa Pasión, conceda al mundo la Gracia que necesita en este tiempo, para aprender a vivir en el Amor absoluto de Dios.

Por eso, luego de partir el pan, se los entrego, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Vuelvo a elevar el Cáliz de la redención de la humanidad, para que el vino sea transubstanciado en la Sangre de Cristo. Por eso, se los vuelvo a decir y les vuelvo a ofrecer este cáliz, porque es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que es derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto en memoria Mía.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Dichosos sean los que se sirven de este Sacramento espiritual, porque sus vidas no perecerán.

Padre Nuestro (en español).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

En este día, todo ha sido consumado, conforme el Padre Celestial lo necesitaba y, de esto que fue consumado, todos fueron partícipes, bajo la renovación que les trae el Sacramento de la Eucaristía para cada una de sus almas, hasta que se concrete el Nuevo Tiempo.

Y la Casa del Cenáculo desaparece de nuestra consciencia, mientras el Maestro está aquí, con nosotros, entregando los méritos de Su Corazón a la humanidad, para que reafirmemos nuestro compromiso en Cristo y por Cristo.

Nuestra Madre Divina también nos bendice, y ahora se encuentra al lado de Su Hijo.

Ahora todos los sacerdotes se congregarán en este escenario y vamos a entonar, a pedido de Cristo, “Hijo Supremo”, como consumación de esta tarea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canción: "Hijo Supremo".

¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

En este encuentro te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ven, hijo Mío, y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón, sé parte del cenáculo de los Nuevos Cristos.

Ven, hijo Mío, con todos tus aciertos y errores, con todas tus angustias y alegrías y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón.

Sé parte de la Confraternidad del Universo y de la Tierra. Intégrate completamente al espíritu de Mi Sagrada Hermandad y así conocerás tu origen y tu propósito, el propósito que Dios colocó desde el principio en la esencia de tu ser.

Ven y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón. 

Construye Conmigo la paz sobre la superficie de la Tierra.

Levanta con tus propias manos el estandarte de los pacificadores de los últimos tiempos y, en todo, da tu vida por Mí, porque lo que Yo vengo a buscar de tu vida es algo interno, es parte de la riqueza espiritual que Dios Padre depositó en tu alma.

Fortalécete en esa sagrada unión Conmigo y ya no existirán fronteras ni divisiones en tu consciencia.

Aprende a morir para ti mismo para que sepas cómo resucitar a la vida del espíritu todos los días.

Sigue remando en Mi barca, la que te llevará al puerto del Reino de Dios.

Adelante.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 54ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Hoy, sus corazones serán perdonados y sus vidas serán renovadas, porque el Todopoderoso está llegando después de Su Hijo, para liberar al mundo de las tinieblas y la perdición.

Él viene a congregar a los espíritus que lo han amado y lo han honrado, que le han dado alabanzas a Su Nombre y a toda Su Creación.

Hoy estoy ante sus miserias más profundas, pero vengo a buscar su más grande amor, aquel amor que hoy Me entregaron y Me donaron, incondicionalmente, para que Yo pudiera estar aquí, entre los Míos y darles a comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.

Hoy, el Padre llega con Su Reino, Sus ángeles y arcángeles, con Sus coros celestiales, a bendecir la primera Cruz Azul. Y el soplo del Espíritu llegará a las almas y encenderá los corazones de un desconocido gozo que nunca vivieron.

Así como los Dones de Dios descendieron en el Cenáculo sobre los apóstoles y María, hoy los siete Dones del Espíritu Santo se congregan aquí para descender en sus corazones y esencias.

Entonces, compañeros, es un gran momento de renovación y de júbilo, en donde el pasado deberá borrarse de su consciencias y mentes, porque ahora sí podré caminar con los que están firmes, con los que han aprendido a salir de la tibieza y del desamor .

Ahora sí, podré caminar con los que han de ser justos, con los que aprenden a llevar adelante Mi Obra, con los que han dicho sí, a Mi Sagrado Corazón. En ellos no recostaré la cruz de las amarguras y del sufrimiento, sino la Cruz de Emmanuel, que es la Cruz de la victoria y de la elevación de la consciencia humana hacia el Reino de Dios.

Así, sus espíritus se elevarán y deberán creer, compañeros Míos, que sus penas se disolverán completamente, siempre y cuando den el permiso para ello.

Por eso, con esta dulzura que ahora brota de Mi Corazón, hoy no vengo a ver a los pecadores sino a los que se redimen y a los que caminan en el sendero de la transformación interior todos los días.

No crean, compañeros, que ganarán el Cielo mientras estén en la Tierra.

Han venido aquí, como la humanidad, para aprender a amar y perdonar, para aprender a vivir la compasión y la justicia en cada detalle.

Cuando eso se alcance, toda la humanidad estará libre de la adversidad y del pecado, y las puertas de los infiernos se cerrarán tantas veces como las ha cerrado Dios a través de Su Hijo y de Su Sierva Fiel, así como de San José.

Beban de este momento como un único momento que no se repetirá nunca más. Unir el Cielo y la Tierra, el Universo y la humanidad es algo grandioso que no sucede todos lo días.

El Padre no desciende al mundo desde que Yo ascendí a los Cielos. Imaginen, compañeros, cuánto tiempo ha pasado para que llegara este momento en donde los méritos de Mi Pasión y de Mi Cruz estarán grabados en el resplandor de la Cruz Azul.

Por eso, hoy he detenido a la tinieblas y a Mi adversario. Aquí está presente ante sus ojos la manifestación de la Voluntad de Dios y de Su divino Propósito. Y ustedes, en este momento, compañeros, están siendo llevados a ingresar en el espíritu de Emmanuel, en donde se encuentra la paz, la armonía, la cura y el perdón de todas sus faltas.

A esto se acrecienta la Luz de Aurora y su divino Rayo de Liberación, que hoy trabaja silencioso sin mover tantas leyes ni energías, sino en el interior de las consciencias y de los corazones que se abren para poder encontrarla.

Vean entonces, compañeros, como en este momento, el tiempo de la ilusión se detiene en una parte de este planeta e ingresa el Real Tiempo de Dios, para hacerles sentir en Su silencio, la unidad con todo el Cosmos y con toda la Vida universal.

Para eso los Resplandecientes, los Elohim, son los que abren las puertas entre los planos, para que el Padre descienda aquí con Su Espíritu.

El viento viene a limpiar el mal pensamiento de los ingratos, para que no los afecte, sino que prevalezca el Soplo del Espíritu de Dios sobre sus consciencias, en este momento.

En recogimiento y oración, vayamos al encuentro del Padre y de la bendición de la Cruz Azul.

Síganme.

Escucha Señor la voz de Tu pueblo. Escucha la voz de toda esta raza, que hoy se postra a Tus Pies para alabarte y glorificarte.

Escucha Emmanuel la voz de Tus hijos y llega a este mundo con todo Tu Poder y Esplendor, para que las tinieblas más impenetrables sean disipadas, para que los corazones se liberen de las cadenas de la perdición y de la ilusión y se establezcan los Cristos del Nuevo Tiempo; aquellos que vendrán de diferentes partes del mundo y se colocarán a los pies de Tu Cruz para esperar la llegada de Tu Hijo.

Escuchemos la Voz del Padre, que hoy no solo esta en los Cielos, sino también está aquí sobre Aurora, como el Sabio Creador de todo lo que existe, como el Padre de la Misericordia y de la Bondad, que en Su aspecto divino de Emmanuel llega a Sus hijos, para bendecirlos con Su Luz redentora y cósmica.

Mientras los Cielos se abren ante Ti Amado Señor, desciende con Tus Rayos el poder de la Creación y de toda la manifestación divina, para que se cumpla sobre este planeta Tu divino Pensamiento y las almas encuentren, finalmente, el camino del amor y de la reconciliación.


La Voz del Padre Eterno:

Amados hijos, escuchen a Su Padre.

Yo Soy el principio y Soy el fin.

Yo Soy el que Soy y vengo del Universo espiritual para congregarlos en Mi Amor y en Mi Justicia.

Los siete Ángeles Regentes que fueron convocados, que ahora desciendan y que se encienda la Cruz .

Hoy, el Padre del Amor bendice este símbolo, que unirá a los pueblos y a las naciones; que traerá la esperanza a los no redimidos y que dará la redención a todo el mal, para que triunfe el Amor de la Fuente; para que reine la Verdad y la Justicia.

Amados hijos, Yo los amo y los espero con Mis Brazos abiertos para que Mi Amado Hijo los lleve hacia Mí y puedan estar sentados a los pies de Mi Trono junto a los ángeles, para que cantemos Gloria y Aleluya.

Mientras sus ángeles de la guarda se postran al suelo, las penas más profundas son perdonadas y por medio de esta Cruz Azul se cumple un Propósito más de Dios sobre la superficie de este planeta.


La Voz de Cristo:

Hijos y compañeros Míos, para que la Luz de Emmanuel se haga visible entre las consciencias, entonemos Su Nombre sagrado, para que los ángeles derramen los códigos y los méritos alcanzados durante Mi Pasión y así se abran las puertas a las oportunidades y a las Gracias para todas las almas que buscan la unidad con el Padre y la Creación.

Hoy cantaré junto a ustedes el Nombre santo de Emmanuel.


Todos entonan Emmanuel.


Sientan sus corazones liberados del pasado, de las amarras y de las perversiones de la vida.

Sientan sus corazones llenos de la Luz de Emmanuel y comulguen del Padre, que hoy está aquí con Su Consciencia divina para traer la Paz a este mundo y también la Fuente de Su Compasión.

Y ahora, llamemos a los Nombres de Dios, para que los Ángeles Regentes, que fueron designados por el Universo, llenen esta Cruz con los códigos de la Divinidad de Su Amado Hijo.


Todos entonan los Nombres santos de Dios: Adonai, Emmanuel, Abba, Elí Elí, Yahvé, Shekinah, Elohim, El Shaddai, Iod He Vaud He.


Que esta renovación traiga para las consciencias la ampliación de sus caminos, en la consagración y en la fe, el ingreso por las puertas de la Misericordia al Reino de Emmanuel para que siempre aprendan a vivir y a cumplir Su Voluntad por más pequeña que sea.

Yo los bendigo, bajo la Luz Poderosa de Emmanuel abriendo en este Centro Sagrado el descenso de Su divino Espíritu para que las almas lo encuentren en su interior.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Del Cielo he venido para darles las gracias, y de nuevo, Mi Maternal Amor.

Eso es todo lo que hoy quiero decirles. Este es Mi único mensaje porque debo, a pedido del Padre, atender a la humanidad, en este momento, en el que el planeta agoniza, por una gran indiferencia.

Pero Yo les pido, hijos, que celebren con Cristo y por Cristo; que este nuevo año que comenzará, pueda ser colmado por el Espíritu Santo, como lo fue todo este año, en donde hemos vivido juntos un Universo de Gracias y de infinitas oportunidades.

Yo les pido, hijos, que no se preocupen, porque hoy, solo les pueda decir esto. Sigan confiando en su Madre que está en los Cielos, así como han confiado hasta ahora, dando los pasos, en el camino de la redención, de la conversión y de la paz.

Mi Hijo también Me ha pedido  atender al mundo, y ustedes junto a Mí, atenderán también a la humanidad.

Yo les agradezco por estar conmigo todos los días en la oración y en la comunión íntima y eucarística con Mi Hijo.

Antes de irme, vengo a revelar un secreto. Acompáñenme en el silencio de la oración y del corazón, para que Yo lo pueda decir. Aunque no lo sepan, confíen en su Madre Celestial y en todos los Planes, que Mi Corazón Inmaculado lleva adelante, por este mundo y por esta humanidad.

Acompáñenme en este momento en la oración silenciosa para que los Ángeles Me puedan ayudar en esta revelación.

Recemos:

Padre Nuestro ...

Yo los bendigo para este nuevo año, con el Soplo del Espíritu de Dios,  con el mismo Espíritu que descendió sobre los apóstoles en el Sagrado Cenáculo.

Que este Espíritu de Dios los renueve en sus compromisos con la Creación.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Les agradezco, queridos hijos por construir esta Misión de Paz junto Conmigo, en este planeta.

Que los frutos de la Redención y de la Cura profunda despierten los corazones

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy Mi Corazón se enciende de alegría por los más simples y por los más pobres; por el amor que brota de sus corazones al llamar a su Madre Celestial para que Ella, como una dulce Señora, venga al encuentro de Sus hijos.

Hoy vengo aquí por los que Me han llamado.

Nuevamente, queridos hijos, los vuelvo a congregar en el sagrado oratorio de Mi Inmaculado Corazón, en donde se puede vivir la experiencia divina, el encuentro con Dios y la manifestación de Su divino Propósito para cada una de sus consciencias.

Hoy vengo vestida de blanco, coronada por Mis hijos y con la luna a Mis pies, para anunciar al mundo que aún hay tiempo de poder arrepentirse.

Dios está sediento del amor de todas Sus criaturas, de la sinceridad de los corazones, de la verdad de todos los servidores, que pueden expresarla en estos tiempos.

Dios está con Sus Brazos abiertos, mostrando Su Corazón resplandeciente, indicando para todos que aún hay tiempo de poder ingresar en el Océano de Su Misericordia, para que sus deudas sean purificadas, para que sus almas sean curadas y solo puedan sentir, queridos hijos, algo que Yo siento todo el tiempo, que es estar en el regocijo de Dios; en unión con Su divina e insondable Fuente, en perpetua y perfecta comunión.

Para que todo esto sea posible y primero surja en sus vidas, deben seguir orando el Rosario todos los días, porque aún el anuncio que Yo hice en Fátima está latente.

Después de cien años, el mundo está en la mayor gravedad, en un gran caos que sumerge a muchas almas al infierno.

Yo les pido, queridos hijos, que con la misma sinceridad de sus corazones y el mismo calor de sus oraciones, hoy ofrecidas al Santo Creador, sigan formando grupos de oración, para que en esta ciudad y más allá de ella, existan columnas de luz, que serán depositadas por el Cielo y bajo el orden de Mi Inmaculado Corazón, a través de la obra de los santos ángeles.

Vengo a pedirles, queridos hijos, que sigan orando por el equilibrio del planeta y de su humanidad, que sus corazones no se cansen de proclamar la fe en Dios, ni tampoco de buscar la Iglesia, para que a través de la Eucaristía, todos los días de sus vidas estén en comunión con Mi amado Hijo.

Necesito, queridos hijos, que puedan tornar esta ciudad un Espejo de Mi Reino Celestial. Y eso comenzará primero en ustedes, viviendo buenas actitudes, reflejando buenos ejemplos, transformando sus vidas por el potentísimo caudal de la oración del corazón.

Yo les pido, queridos hijos, que sigan Mis pasos, los pasos que hoy les estoy indicando, para que Dios Me pueda permitir retornar aquí cuantas veces sea necesario y bajo el principio de Su divina Voluntad.

Necesito que sus corazones se sigan abriendo, para que Mis ángeles, los ángeles que hoy Me acompañan y que rodean a su Madre Celestial, puedan curar sus heridas más profundas y después de cada encuentro Conmigo, salgan de aquí renovados, con una esperanza fortalecida, con una fe inextinguible, con un amor desconocido, que finalmente los hará libres de este cautiverio del fin de los tiempos.

Hoy vengo a recoger especialmente sus oraciones para que más Gracias sean derramadas en el mundo, especialmente en aquellos rincones del mundo en donde, la humanidad entera aún no sabe lo que sucede. ¡Cuánto las almas sufren en silencio, por medio de la esclavitud y de la persecución!

Vengo a utilizar sus oraciones de este día, para poder cerrar más infiernos en este planeta; para que más almas, más semejantes a las de ustedes, puedan despertar y salir de esta ilusión que ciega al mundo.

Vengo a abrir los portales del Universo, para que no solo ustedes, sino más almas en el mundo entero, puedan sentir y escuchar la llamada de Dios para consagrar sus vidas al Infinito y hacer de este planeta un pueblo sagrado, así como fue el pueblo en el desierto, en compañía de Moisés.

Yo vengo a contemplar, por medio de Mis ojos maternales, la dulzura que brota hoy de sus corazones, la cálida oración que ennoblece sus espíritus y que vivifica sus almas ante la presencia de la Madre de Dios.

Hoy como nunca, Dios tiene Sus Oídos muy abiertos para escuchar las súplicas de Sus hijos. Algunos pronto alcanzarán las gracias que necesitan, pero otros deberán seguir orando todos los días, para poder alcanzar la Gracia Mayor de Dios. Porque la verdadera oración, que puede ser pronunciada por sus corazones, los liberará, los redimirá y podrán alcanzar la paz dando fin a la deuda humana, a todo pecado que hace de los corazones, corazones sufridores.

Yo vengo, queridos hijos, a instituir Mi Portal de Paz en el mundo y vengo a hacer de ustedes almas en constante renovación, corazones en adoración a Dios.

Quiero hacer Mi milagro en los más simples, para que den testimonio al mundo de la potencia del Amor de Dios cuando los corazones se abren y dejan que el Creador los transforme, no solo a través de Su Santa Sierva, sino también, hijos Míos, por medio de la oración y de la devoción de sus corazones.

Quiero construir aquí lo imposible, en un mundo de caos y de tantas guerras. Mis ojos contemplan situaciones que ustedes desconocen, que el mundo entero desconoce, y que aspiro a compartir con Mis hijos, aquellos que se abran para sentir Conmigo el dolor de este mundo.

Quiero hacer de este lugar, así como de sus casas y de sus corazones, cenáculos de reparación, para reparar el Corazón de Dios, tan ofendido y tan herido por las acciones de los hombres.

Hijos Míos, en esta noche comparto no sólo la alegría de Mi Santo Espíritu con sus pequeños corazones, sino que también les entrego una espina de Mi Corazón para que las reparen con sus constantes oraciones. Pues, en esta noche les digo que no se necesita mucho para reparar el Corazón de Dios. Cuando son simples, pero verdaderos, pueden abrir las puertas del Cielo y contemplar en su interior el Corazón del Padre, que se muestra a Sus hijos, cuando ellos se abren para verlo.

Vengo, en esta noche, a revelarles un misterio celestial: el misterio de la reparación, para que aprendan, hijos Míos, que al transformar sus vidas, no sólo están transformando sus familias y trayendo un poco más de paz para sus hogares, para sus amigos. De esta forma, hijos, cuando transforman sus espíritus y sus corazones, cuando oran todos los días junto Conmigo, están reparando el Corazón de Dios por faltas que desconocen, están generando méritos para que muchas almas perdidas encuentren la salida de la oscuridad en la cual viven, estando en este mundo y más allá de él.

Hijos míos, quiero construir el triunfo de Dios en sus corazones para que, a partir de ustedes, este triunfo se extienda al mundo. Sólo necesito que me digan “sí” y que oren verdaderamente, transformando las prioridades de sus vidas, teniendo consciencia, hijos, de aquellas acciones que no construyen el Plan de Dios en este mundo, sino que, al contrario, destruyen la gracia de sus espíritus, la gracia que Yo les entrego, una y otra vez, cuando vengo del Cielo a su encuentro.

No pierdan, hijos Míos, todo lo que Yo les entregué y todo lo que aún les entregaré, viniendo a este mundo. Sino que construyan, día y noche, con sus oraciones, con sus acciones, con la transformación de sus vidas, una Gracia Mayor para todo este planeta. El planeta está en guerra, está en una agonía permanente, que muchos no perciben porque solo ven sus pequeños sufrimientos y solo buscan su felicidad vana.

Hoy, hijos Míos, quiero que conozcan una felicidad mayor, que transciende todo lo que los colma con las cosas de este mundo. Vengo a entregarles la alegría celestial, que está más allá de todo sufrimiento humano y que inclusive se encuentra a través del sacrificio y del esfuerzo constante.

Quiero que conozcan, hijos, la alegría de estar en Mi Inmaculado Corazón y de compartir Conmigo todas las bendiciones del Cielo, para que las lleven a sus hermanos, a los que están a su lado y a aquellos que están en el mundo, en lugares remotos y desconocidos.

Vengan Conmigo, hijos Míos, trascendiendo las fronteras entre las naciones, por medio de la oración de sus corazones, para que el mundo encuentre un mayor tiempo de paz, a través de sus vidas.

¿Será mucho lo que Yo les pido, que oren todos los días un Misterio del Rosario, uniendo los espejos de sus corazones a Mi Inmaculado Corazón? Oren Conmigo, hijos, y vean sus vidas ser transformadas por la Gracia de Mi Espíritu, por la presencia de Mi Inmaculado Corazón.

Ustedes forman parte de la historia de Mi vida, la que Yo escribo día a día, por medio de la conversión de su corazón y del despertar perpetuo a una oración renovadora, una oración que trae la fe y la esperanza que tanto necesita el mundo.

Y les vuelvo a decir, queridos hijos, que debo llegar nuevamente a los Estados Unidos; aún Mi tarea con esa nación no está finalizada y será posible, por su colaboración y su unión Conmigo que Yo volveré a triunfar en los corazones más despiertos y, sobre todo, en los corazones que se apartaron de Dios por obra de Mi enemigo.

Vengo a construir en ustedes la importancia de unirse a todas las razas y culturas, para que juntos, queridos hijos, atendamos a esta emergencia planetaria, que es responsabilidad de cada uno de ustedes.

Yo Soy su Mediadora, la Pacificadora, la Madre que consuela a las almas y a los corazones.

Hoy vengo con una bendición especial para los que se consagrarán como nuevos Hijos de María. Que ahora se aproximen a Mi altar para que Yo pueda bendecirlos a todos.

Rezaré al Padre Eterno por ustedes:


“Señor de las Alturas, Omnipotencia máxima, 
que te espejas y estás vivo en todos los universos, 
como en todas las estrellas, 
participa con nosotros de este momento. 
Escucha la voz de Tu Sierva fiel:
Haz descender Tu Reino Celestial, 
transmuta y purifica a las almas
y vivifícalas con el Fuego de Tu divino Espíritu, 
a fin de que se establezca, Padre Eterno, 
Tu Proyecto original en la humanidad, 
en todos los que hoy se redimen 
a los pies de Tu Sierva Celestial. 
Amén”.


Yo los consagro, queridos hijos, y les pido que a partir de hoy formen parte de Mi ejército de Luz, de Mis soldados de la oración, de Mis guerreros de la Misericordia, para que lleven al mundo, el alivio que él necesita y la esperanza que han perdido muchas almas en estos tiempos críticos.

Hoy vuelvo a ser coronada como Madre y Señora de esta ciudad. El próximo paso será, queridos hijos, que desde la plaza de esta ciudad hasta este lugar, realicemos una procesión en honor al Inmaculado Corazón de María en el próximo encuentro, a fin de que Yo pueda, queridos hijos, llevar muchas más almas, millones de almas, hacia Mi Corazón y desde Mi Corazón, al Reino Celestial.

Que así sea.

Yo los bendigo y maternalmente les agradezco, por una vez más haber respondido a Mi llamado.

He podido hacer muchas cosas en el mundo y concretar aquí, en la Tierra, por medio de este encuentro, la Sagrada Voluntad de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Sean Mi Paz en el mundo para que más corazones se enciendan en la Misericordia del Creador.

Hasta luego, queridos hijos.

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, PARA LA 33.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Con inmenso gozo y regocijo escuchen Mi Voz que viene del infinito a pronunciarse a ustedes y a todos vuestros hermanos que, en confianza y fe, caminaron a Mi lado a través de los años y especialmente en esta Obra que aquí es realizada por los Sagrados Corazones.

No saben, compañeros, cuánto se complace Mi Alma por estar hoy aquí con ustedes, en comunión perpetua y espiritual por todos aquellos que no están presentes y que están perdidos en el mundo en la tribulación.

Pero hoy Yo vengo a extenderles Mi Mano para que vean Mi Corazón que está luminoso entre ustedes. No dejo de actuar en este mundo para que Mis discípulos Me sientan cerca y caminen junto a Mí, en este desierto que parte de la humanidad está viviendo en este ciclo de transición. 

Quiero que se aproximen a Mi Corazón, así como Yo se los ofrezco, para que puedan ingresar en Mi Espíritu y sentir la Voluntad de Mi Padre que se muestra a ustedes, por ejemplo, a través de este encuentro.

No quisiera dejar de pasar por aquí sin que Me sintieran, comprendiendo lo que Yo les pido como rebaño espiritual, como propósito para este último tiempo.

Vengo a traerles Mi Paz y también Mi gratitud por haber permitido que nuevas puertas del Cielo se abrieran sobre este necesitado lugar en donde los corazones claman, sin percibirlo, por Mi intercesión.

Esta Maratón traerá sus frutos a todos, abrirá nuevos caminos a los consecuentes, a aquellos que han hecho una promesa a Mi Corazón Sagrado dándole la victoria a Mi plan a través del servicio y de la oración en esta región del planeta en donde Dios ha podido espejar Su Presencia simplemente en la realización de Su Creación y de su belleza.

Hoy vengo a invitarlos a estar en Mi Cenáculo no solo para comulgar Conmigo, sino más allá de Mí, en el nombre de Mi Padre y de todo el universo que se congrega especialmente para bendecirlos, para transfigurarlos y elevarlos hacia Mi Corazón.

Necesito que sigan cumpliendo con Mi Propósito, a pesar de lo que suceda.

Hoy Mis Manos cicatrizan las heridas imposibles, las heridas más profundas, las que el hombre no puede curar. Esto es obra de Mi Misericordia, de Mi insondable Amor y Piedad no solo por ustedes, sino también por el mundo que se oscurece y está ciego por no reconocerme.

Ahora, compañeros, que ustedes sí Me conocen, háganme conocer en aquellos que duermen, que no Me vivifican y que no Me adoran.

Mi Corazón se ofrece en este último tiempo a todos, sin excepción, antes de que llegue la Justicia de Mi Padre a este mundo y a esta humanidad. Justicia que el mundo no comprenderá porque no la conoce ni tampoco la siente, pero Yo les traigo la fuente de Mi expiación, la cura para vuestros espíritus y almas, la renovación de vuestros caminos y entregas a Mi insondable Corazón.

Solo deseo instituir en sus vidas un espíritu de apostolado, de misión y de servicio. 

Que esta Maratón represente la renovación del servicio a Dios, aquello que ustedes pueden entregarme más allá de las limitaciones y de las pruebas, de los miedos y de las incertidumbres.

Desearía que todos los días pudieran renovarse y dejaran de mirar hacia atrás, hacia el pasado, porque si Yo Soy vuestra sagrada Presencia renovadora y crística, ¿por qué se detienen en el pasado?

Cuando Yo estoy presente les traigo lo nuevo, lo que aún no conocen ni viven. Yo les traigo la presencia de otra Ley que participa en otros universos y que los congrega aquí para que Me puedan vivir y sentir.

Vuestros corazones son potenciales en el servicio y la oración. Aquí pueden existir columnas más fuertes de oración que propaguen esa Luz por el mundo a través del precioso verbo orante.

Vuestros corazones no solo deben orar, deben ser espejos vivos que reflejen lo que los demás no viven en este tiempo y en lo que muchos no ponen atención por no conocerme profundamente.

Yo necesito de vuestras manos para llegar a los otros y para que al mismo tiempo ustedes Me puedan ver en los que sufren, en los que se pierden, en los Reinos Menores.

Toda la Creación participó de Mi entrega en la Cruz y aún lo sigue haciendo en Mi Gloria y en Mi Divinidad. Nada está separado después de que Yo ascendí a los Cielos, a la Casa de Mi Padre.

Les dejé la tarea de ser hijos de la Madre del Mundo, de ser semillas de la Nueva Humanidad, espiritualmente hablando.

Les dejé la tarea de propagar Mi Evangelio a través de actos de caridad y de paz, paz que escasea en el mundo y en muchos corazones.

América tiene esa misión Conmigo y con los demás Sagrados Corazones, es parte de esta trilogía espiritual entre vuestro Maestro, Santa María y San José.

Ustedes y vuestros hermanos perdidos son llamados a vivir este proyecto que aún no es comprendido porque es un proyecto de Amor superior, de una existencia desconocida que hoy se aproxima a ustedes para que la puedan percibir y vivir.

Yo les proporciono esta Gracia y esta Misericordia para que vuestros caminos sean pacíficos y no conflictivos, para que vuestros corazones se unan a Mí, así como deben unirse a vuestros hermanos, sin diferencias ni negaciones.

Yo les abro una puerta para vivir la experiencia del amor y de la redención. Ustedes ya han experimentado estas cosas a través de la Obra que aquí realizan, hace tanto tiempo, en honra a Mi Dios. Es por eso que vengo aquí para entregarles Mis Gracias, el espíritu de Mi gratitud infinita y universal.

Vengo así a lavar vuestros pies, a bautizar vuestras cabezas en el nombre del Espíritu Santo, a ungirlos y a sanarlos en el nombre del Amor y de la Unidad, algo que la humanidad está perdiendo rápidamente, pero si ustedes atraviesan el fin de los tiempos Conmigo nada deberán temer.

Quiero que vuestras vidas se entreguen a Mí.

Quiero que abracen Conmigo la Cruz que Yo llevo por el mundo en este tiempo.

Quiero que retiren las espinas de Mi Corazón por todos los injustos y soberbios.

Quiero que contemplen la inmensidad de Mi amor y que se sumerjan en Mi Espíritu, viviendo cada una de Mis Palabras, así como las vivieron los apóstoles en el pasado.

Quiero que sean una pluma de luz entre Mis Manos para que Yo pueda escribir la nueva historia en el Libro de Mi Padre, vuestra historia de redención, de expiación, de perdón y de Misericordia, de liberación y de paz; porque llegará el tiempo, queridos compañeros, en el que deberán estar reunidos al igual que hoy, en este sagrado cenáculo que me están ofreciendo amorosamente.

Así como Yo reuní a los doce, hoy los reúno a ustedes y a los que espiritualmente no están aquí.

Dejo a ustedes el saludo de Mi Paz, la señal luminosa de Mi Cruz victoriosa y resplandeciente en todo el universo.

Dejo para ustedes Mi dolor por el mundo, la negación de los corazones, la indiferencia de los orgullosos, la pobreza de los no humildes, la soberbia de los ciegos, la maldad de los ingratos, para que los compartan Conmigo y para que vuestro amor, junto al Mío, pueda borrar todas las miserias y triunfe Mi Sagrado Corazón como está triunfando en vuestras vidas.

Que esta Maratón abra las puertas a los que deben llegar, a los jóvenes de esta región que deben encontrar también el Camino de Cristo, no un camino estricto, sino el camino del amor, de la redención y de la paz. El camino del apostolado orante, de la misión en el servicio y en la caridad por medio de la piedad.

Los invito a renovarse en el nombre de la Ley de la Jerarquía, en nombre de la unidad y del bien.

Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia, 
Redención, Redención, Redención para este planeta.
Amén. 
(tres veces en portugués)

En esta noche de comunión Conmigo, les entrego la bendición de estos elementos y Mi abrazo paternal en la unión perfecta con Mi insondable Corazón de Amor para que, renovados por Mi Espíritu, vuestros caminos sean en Mis Caminos y vuestros corazones estén en Mi Corazón en honra y adoración al Padre.

Yo los renuevo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En cuanto Me elevo acepten Mi proclamación de Paz y confirmen vuestros conmigo, así como cada uno lo pueda vivir en este ofertorio que es elevado.

Volveré mañana para estar con ustedes en unión espiritual y en vigilia por el mundo.

Gracias por haber concedido este espacio para Mí en vuestros corazones. Los frutos serán vistos en el próximo mundo, en la nueva humanidad y en la alegría de vuestros rostros. 

Recuerden que esto es hecho por toda la humanidad no solo por ustedes, sino por aquellos que más lo necesitan y que más sufren la tribulación.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ,TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Reunidos en el santo Cenáculo después de la Resurrección de Vuestro Señor, veamos los preciosos misterios de Redención y de Misericordia que Mi Amado Hijo fue manifestando durante Sus apariciones a los apóstoles y seguidores.

Sientan en el corazón la alegría de estar sirviendo a Dios, así como Mi Hijo la sintió desde el momento de Su encarnación en el mundo.

Acepten con valentía todo lo que el Señor les envía como Gracia de instrucción y aprendizaje interno para los corazones. Vivan verdaderamente el camino que Mi Amado Hijo les ofrece, vivan el camino de la santidad y de la paz en un tiempo crítico y oscuro.

Vuestro Pastor es esa luz infinita y poderosa que iluminará sus pasos; sigan en obediencia Sus designios y así aprenderán a vivir en la Jerarquía.

Esperen el momento de purificación que les tocará vivir, no como una dificultad sino como el esperado momento de dar un paso en la consciencia.

Hijos Míos, imiten el ejemplo que les ha dado Cristo y crean que, en el fin de este ciclo planetario, la entrega de cada apóstol de Él definirá las Gracias para toda la humanidad.

Yo los acompaño en este sagrado desafío como la Madre de la Humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los reúne en el Sagrado Cenáculo del Señor Jesús,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy, las santas madres consagradas vengan aquí y póstrense ante Mi Altar.

Como a las santas mujeres de Jerusalén, Yo les entregaré Mi Legado para este tiempo definitivo.

Póstrense y vivan junto a Mi Madre Santísima, que hoy ha venido Conmigo, la Comunión Eterna, para concelebrar esta ceremonia con ustedes.

Arrodíllense los que puedan en el suelo, como los ángeles, por lo menos por un tiempo; así entrarán en el Universo de Mi Corazón para participar de esta Eucaristía que nuevamente vengo a renovar en este Jueves Santo.

Quisiera que las santas madres tuvieran una vela encendida para adorarme, así como las tuvieron ayer en unión a Mi Corazón de Luz.

Hoy el Cenáculo se establece en este lugar, el Cenáculo Espiritual que concibió y permitió la manifestación de la Santa Comunión, a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre en el pan y en el vino.

Dichosos de aquellos que saben celebrar esto, que se arrepientan y se humillen ante el Maestro de los maestros, porque podrán ser consciencias nuevas, almas en rehabilitación y paz, espíritus congregados por Mí de diferentes puntos del Universo que llevarán Mi estandarte de Paz, así como lleva Mi Corazón Glorificado para los cuatro puntos de la Tierra.

Alégrense y vivan Mi Comunión eterna, la renovación de sus votos en el Plan del Creador delante de un tiempo de crisis.

Antes de encender las velas quisiera bendecirlas para que ellas estuvieran purificadas, pues Mi Espíritu vive en la pureza, así como Yo los introduzco a todos en Mi Espíritu de Paz, para que trabajen su sublimación.

Estoy preparando una ceremonia para ustedes. Estén atentos a lo que hago, porque es único para este tiempo y para todos los corazones de la Tierra.

Renovaremos esta mesa sagrada con ofertas que me han hecho, desde sus corazones para el Mío.

Estén en adoración como está Mi Madre, postrada a Mis Pies, orando por el mundo en Su magnífica Santidad.

Agua bendita, por favor…

Sigan las instrucciones que Yo les estoy dando para que la Ceremonia sea perfecta, en el Cielo como en la Tierra, en sus almas como en sus cuerpos, en esta institución que Yo hago de los Códigos de Mi Luz en cada uno de los elementos.

Si las madres pueden venir aquí, por favor...

Con esta vela que Yo les entrego rezarán por trece días después de las Pascuas, para que Mi Corazón pueda ser más glorificado en el mundo, especialmente por las almas que deban despertar y que se pierden.

Así lo harán junto a Mi Madre, cada vez que enciendan esta vela, en conmemoración a Mi Corazón Misericordioso. Especialmente lo harán por aquellos, sus hijos espirituales, que deben ser cuidados por su maternidad, así como Mi Madre cuida a todos Sus hijos hasta el fin de los tiempos.

Queridas madres, den ese testimonio de perseverancia y de amor, para que sus hijos caminen así como ustedes caminan.

Ahora colóquense en semicírculo de un extremo al otro de la mesa.

Cada una, en su interior, emitirá una oferta a Mi Corazón, por la humanidad, la cual Yo acogeré con plenitud, para que sea transformada por Mi Misericordia y por Mi Paz.

Las escucho en el silencio.

Coloquen su mano izquierda sobre el corazón, madres y, emitan esa petición a su Esposo Celestial.

Ante la Divinidad de María, fúndanse con Mi Corazón y restablezcan Mi Legado en el mundo para todas las criaturas que encuentren en sus caminos y que necesiten de mucha ayuda para soportar la transición.

Así como Yo reuní a los doce en el Cenáculo, así reuní a las mujeres de Jerusalén, en la Comunión Espiritual con Mi Cuerpo y Mi Divina Sangre.

Reunidas con María todas comulgaron y se prepararon para enfrentar la Pasión del Señor y así Me ayudaron a soportar las crueldades del mundo, las injusticias del hombre y la omisión de los corazones, fases que podrían vivir en estos tiempos, madres. Pero en la plenitud del Inmaculado Corazón de María, su Gobernanta y Comandante, todo superará por el potentísimo Fuego del Amor y de la Paz, en Perdón y Misericordia.

Ahora, detrás de las madres, estarán los sacerdotes para que concelebren Conmigo esta renovación Eucarística.

Hagan todo en armonía, porque Yo estoy donando un tiempo especial para ustedes y para el mundo, y con suma importancia para este lugar.

Cuando ya estén los sacerdotes, podré proseguir con esta celebración y este Cenáculo.

Traigan a Mí el incienso y el agua bendita de nuevo, para que pueda purificar esta mesa.

Ahora compañeros, a los pies de este escenario, se colocaran los residentes consagrados de las Comunidades Luz y acompañarán Conmigo esta Consagración, así como Yo los consagro a Mi Padre Eterno.

Estamos preparando la mesa para este Sagrado Sacramento.

Vamos a cantar juntos Kyrie Eleison.

Kyrie Eleison...
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Podemos ponernos de rodillas, las madres y los consagrados también.

 

Vamos a prepararnos, compañeros, para la divinización de estos elementos.

Agua, Sangre, Vida y Redención que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús, 

ten piedad, misericordia y compasión por todos nosotros, Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús dice que escuchemos "Así habló el Maestro".

Las madres podrán venir a lavarse las manos.

Jesús dice que hay que traer otra jarra de agua.

 

Con esta agua Yo purifico sus sentimientos y sublimo sus ideas. Con ella bautizo a los humildes y elevo a los simples, uno a los puros con Dios, santifico a los que se consagran, elevo a los pequeños hacia el Reino de Dios; perdono y curo a los que siempre Me han buscado, encuentro en los servidores, la Paz, trasciendo a todos hacia Mi Reino, vivo el sacrificio de los que recién comienzan, Me presento en los corazones abiertos, Me vivifico en los que sufren. Me elevo en los que oran Conmigo, curo en los que Me buscan, Me sirvo en los que se dan, los libero en el poder del silencio.

En aquel tiempo, compañeros, las santas mujeres comulgaron Conmigo. De la misma forma que Yo lo hice con los doce, con Mi Santa Madre lo hicieron para instituir el poder de la maternidad, a través de los tiempos, la infinita obra del amor y de la caridad para todos los corazones caídos y perdidos.

Por eso María, en Su santa bondad, en vez de tomar un Cáliz con vino, tomó entre Sus manos un Cáliz con agua, lo elevó en el nombre del Poder de Su Hijo, para instituir la liberación del mal del planeta y la redención de las almas, a través de Su infinita caridad.

Y en aquel tiempo, en el Cenáculo silencioso de María, elevó el Cáliz en el Nombre de la Pasión de su Hijo, agradeció a Dios por ese sacrificio que viviría el Primogénito de Dios y siendo el Cáliz santificado por los ángeles de todo el Universo y en su santa visión y locución interior dijo:

Hijas Mías, tomen y beban de este poderoso Sacrificio que derramará Mi Hijo por ustedes y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Hagan esto por vuestra santidad y la santidad de todos los seres de la Tierra hasta el tiempo en que Él retorne al mundo, por segunda vez. Beban de la sangre Preciosa que es derramada por el Cordero de Dios. Purifiquen vuestros cuerpos con la infusión de Su Espíritu Divino, que los acoge en Su Purísimo Corazón. Beban de la Humildad que el propio Padre manifestó a través de Su Corazón, del Corazón de Su Hijo.

No pierdan tiempo, porque así como Él vierte Su Sangre, Él derrama Su Misericordia hasta el fin de los tiempos. Beban, hijas Mías del Código perfecto de la redención y nutran sus esencias con la divina Pasión de Mi Hijo.

De la misma forma Yo lo hice con los doce, cuando elevé el Cáliz de la Redención y de la Paz por todos los ultrajes del mundo y les dije a Mis compañeros como les digo hoy a ustedes:

“Tomen y beban todos de él porque esta es Mi Sangre que los elevará al Cielo y los purificará en espíritu”. Beban y no teman porque Mi Luz se hará visible en sus corazones.

Confíen en lo que Yo he derramado por el mundo entero. Confíen y amen así como Yo amé cuando derramé cada gota de Sangre por las almas de aquel tiempo y de los tiempos de hoy.

Arrepiéntanse de todo corazón y no perderán el camino que Yo he venido a encomendar para sus vidas, ante los ángeles del Cielo, que hoy se congregan para hacer resplandecer la Tierra por los siglos de los siglos.

Así María, entre Sus Santas Mujeres, tomó el pan, lo elevó en el Nombre poderoso de Su Hijo y de todos los Reinos Celestiales, pidiendo al Creador, Adonai, que se convirtiera en el Cuerpo precioso de Su Hijo y en la Comunión Espiritual con todas las almas de la Tierra.

En ese mismo instante su Maestro y Redentor también elevó el pan, instituyendo la Eucaristía en la Presencia de la Santísima Trinidad, lo partió y dijo en la humildad de Su Corazón, como dijo María, coman hijas Mías, este es el Cuerpo del Señor, que en nombre de todos se entrega para establecer el perdón de los pecados. Coman y vivan antes de Mi hora, la Pasión del Cordero de Dios. Coman y renueven sus votos con Dios, el Creador.

Y así compañeros, antes de Mi Muerte dejé para el mundo Mi mayor testimonio de amor por aquellos que Me entregarían a través de los tiempos, por sus indiferencias, ultrajes y, por los castigos a los inocentes.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Gracias Jesucristo por cuánto nos das.

Después, compañeros, harán comulgar a todos sus hermanos de esta bendición sacratísima que hoy Mi Corazón ha realizado para todos los presentes.

Me elevo en oración y vigilia hasta el momento de Mi Cruz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 30ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Al igual que los doce Apóstoles sentados a la mesa, hoy los tengo a todos cerca de Mí, para colmarlos con Mis Dones de vida espiritual, para mostrarles el Propósito de Dios en estos tiempos de caos.

Yo Soy ese Sol que brilla en las tinieblas de estos tiempos finales.

Yo Soy el Corazón Eucarístico para el Universo de las almas, para todos los espíritus que están en Dios; pero también vengo por los pecadores, por los que Me dan las espaldas a través de los que Yo envío para entregar Mi Palabra de salvación.

Hoy están ante Mi Cenáculo no solo con los doce que Me siguieron en el principio para dar el impulso mayor de la cristificación de la humanidad, proyecto que ha sido alcanzado solamente por muy pocos. No pierdo las esperanzas, la batalla no ha terminado y aún la tregua no se ha establecido porque el Apocalipsis no ha pasado y los corazones no conocen lo que sucederá.

Yo vengo a dar fuerza a los mundos internos en donde verdaderamente vive Dios y Su gran experiencia de amor.

Mientras las fuerzas del mal se desatan furiosamente sobre el mundo para conquistar los corazones, vengo a establecer, en los nunca vistos, Mi verdadero Cenáculo de consagración impregnado por el Propósito de Dios y por Su Divino Pensamiento, en toda esta Creación y para toda esta raza.

Si Adán y Eva rompieron con el proyecto, la humanidad tuvo que asumir sus propias faltas a lo largo de los tiempos y de las generaciones. Pero encarné en este mundo para dar fin a esas cosas.

Yo Me ofrecí por ustedes en la Pasión y en la Cruz, en la Muerte y en la Ascensión, para ser ese hilo de luz que unía todos los mandamientos.

Ahora que ya saben que deben amarse los unos a los otros, deben apoyarse. Deben aprender a sanarse por medio de la experiencia del amor y de la unidad. En eso Mi adversario no podrá trabajar porque no conoce qué es el Amor Verdadero de Dios. Cuando él estaba en el Cielo se confundió y la Ley lo destituyó; será el último que será vencido por la fuerza de Mi propia Sangre cuando retorne al mundo en gloria y en luz.

Mientras eso está por suceder, los buenos cristianos serán perseguidos y los que creen en Mí serán maltratados, no por castigo, sino para que hagan como Yo lo hice. En el silencio Me entregué por Amor, por Redención y por Salvación. No deberán pensar quién lo vivirá ni cómo sucederá. En el Corazón del Padre está todo escrito, mas ustedes seres de la Tierra, creados a imagen y semejanza de Dios desde el inicio del proyecto de la Tierra y de la humanidad, pueden cambiar los acontecimientos cuando son verdaderos, puros y humildes.

Los pecados abrazan a muchos corazones que no encuentran consuelo ni salida.

Yo les doy la tabla de Mi Misericordia para que la hagan conocer. Esa tabla sustituye a sus faltas en el libro del Universo donde todo está escrito, desde el principio y hasta el fin.

Yo les dije hace un tiempo que Soy ese Omega que viene a dar final a todas las cosas, pero para eso será necesario pasar por la transición.

Sé que muchos de sus corazones quisieran escuchar palabras de esperanza, pero este tiempo ya fue escrito en el corazón de los profetas, en los pueblos del ayer.

Yo Soy esa estrella que brilla en el Universo, que ascendió hacia la casa del Padre para primero retornar en la divinidad de los seres y en los espíritus de los obreros de Dios que trabajan sin cansancio para concretar el Plan.

Ya no sufran por sus imperfecciones, solo trabajen para concretar Mis Planes y les daré la fuerza de la transformación y de la vida de todo el Universo.

Yo Soy ese Sol que viene a anunciarse nuevamente en el fin de los tiempos así como una vez vine a este mundo para morir por ustedes.

Yo Soy ese Sol glorioso, ese Sagrado y Glorificado Corazón que les trae la Gracia y la Misericordia; por eso Mi enemigo trabaja para disipar la aspiración de los corazones de encontrar Mi Misericordia y Mi Paz.

Los soldados se forman en las primeras filas del Apocalipsis y el espíritu de todos los hombres se prepara para enfrentar el tiempo final.

Quisiera poder decirles todo lo que está previsto, pero la humanidad cambia el destino de las cosas como consecuencia de sus acciones y de sus cometidos.

Deben aprender a amar la Voluntad de Dios sin juzgarla ni replantearse si está bien o no.

Deben amar la Voluntad del Padre así como Yo la amé y como siempre la amaré, porque es una voluntad colmada por el Amor de Dios, por Su Corazón purísimo y noble para todo el Universo.

La voluntad humana es lo más duro de morir, es la piedra más resistente en el corazón de los hombres y detrás de ella está la soberbia y está la negación.

Vengo a darles el impulso para transformar todas esas cosas, para que no sean los mismos.

Vengo a dibujar, por medio de sus vidas, los nuevos caminos hacia el Señor.

Por eso mientras se purifican o cuando se alegran, deben agradecerle a Dios, porque en verdad Yo siempre les estaré extendiendo Mi Mano para darles fuerza interior y motivos para cambiar la vida, para cambiar la genética de la Tierra, de toda la humanidad.

Vine a través de Jesús para mostrarles el camino de la superación, de la redención, de la trascendencia, a pesar de estar constituido como un Ser Divino.

Los apóstoles alcanzaron los mismos prodigios que Yo viví a través del Arcángel Miguel.

Si ustedes tienen fe, todo es posible y nada se hace tan demorado.

De esa forma el Proyecto de Dios desciende y se realiza en el corazón de todos los seres.

Espero que todas las almas reconozcan Mi Presencia en este lugar en donde la aurora amanece en la vida de cada ser.

Dejo en este lugar olvidado, el refugio de Mi Corazón para los tiempos que vendrán y espero que Mis apóstoles tomen partido para cuidar de este refugio, que espiritualmente dejo aquí y que servirá para las almas que vendrán a buscar ayuda, así como el santo oratorio de Miguel Arcángel.

Vengo a recordarles la humildad de las cosas en la simplicidad de las formas y en la belleza de lo manifestado.

Todos deben ser portadores del espíritu de la armonía y de la vigilancia de todo lo que es sagrado, de los cuidados que eso necesita para que perdure a lo largo de los tiempos.

Todos los orantes tienen la misión, en Mi nombre, de ayudar en la manifestación de los Centros de Luz de las comunidades que Yo establezco, para la gran tarea final.

La Figueira debe seguir dando brotes, flores y frutos para que nazcan nuevos Centros de Luz que servirán de apoyo en la transición de la Tierra y especialmente a los grupos de la misericordia que han respondido a Mi Llamado en todo este tiempo.

Así podrán ver, compañeros, que cuando ya no estemos más aquí para anunciarles Nuestra Palabra, estará Nuestro Espíritu hasta el momento en que Yo retorne a este mundo para volver a redimirlo y encaminarlo hacia la Nueva Humanidad.

No habrá otro lugar en la Tierra hacia dónde ir, sino adonde ustedes han trabajado espiritualmente durante tanto tiempo para aprender e instruirse, para crecer en la oración y en el servicio a los demás.

Cuando todo esté más difícil, Mi Iglesia extendida por toda la Tierra reconocerá lo que Yo hice aquí, y será tarde para los impíos, para los que dicen ser inmortales delante de Dios.

Dios es el Espíritu de Inmortalidad, es el Espíritu Eterno y Omnipresente, así como lo es Su Hijo, que nació del Espíritu de la Inmortalidad para darles la vida eterna y enseñarles a trascender los tiempos por medio del Amor y del Sacrificio.

Instituyo aquí una señal que será vista en el corazón de los que creen no solo por su fe, sino por el amor a lo desconocido, el amor a la superación de sí mismos por Mi Nombre Santo.

Por eso hoy los tengo sentados a la mesa, celebrando esta primera comunión espiritual, en lo alto del Monte Sinaí. Porque recuerden que Yo Soy ese hilo de luz que une los mandamientos.

El próximo mes espero ver aquí, en este Centro, a los que dicen estar Conmigo, para implorar por Mi Misericordia para esta humanidad, pues lo que sucederá con las misiones será importante, y esta obra aquí debe ser apoyada. La Aurora lo necesita, así como la Aurora se los ha dado en cada nuevo encuentro interior.

Los grupos de oración deben organizarse para estar el próximo mes en este refugio que Yo les estoy entregando.

Así constituiremos una nueva ceremonia de redención para los que sufren en la humanidad y serán portadores de Mis bendiciones paternales.

En este sagrado cenáculo, sobre el Monte Sinaí, encuentro a muchos viniendo hasta Mí, para presentarme muchas peticiones.

Yo los escucho cuando la oración es verdadera, así como lo ha sido en estos días, en los que Mi Corazón se alivia de los pecados del mundo, de los que olvidan al Señor.

Es tanto amor el que tengo para darles que no lo soportarían. Cada gota de sangre derramada en la Pasión, fue una gota de amor por el mundo, por cada una de las almas ,en el transcurso de los tiempos.

Si contaran cuánta Sangre derramé en la cruz, en el calvario o en la flagelación, y también con la coronación de espinas, comprenderían cuánto los amo, porque Mi Padre los ama a través de Mí.

Les dejo esta señal y traigo sosiego a sus corazones.

En la Luz que proviene del infinito, Yo los bendigo.

En el Nombre Santo de Mi Padre, en la Luz Victoriosa de Su Hijo y en el Poder de los Dones del Espíritu Santo, uniéndolos con lo Alto y lo Superior, renovando su esperanza y fortaleciendo su fe, para poder vivirme, así como Yo lo espero.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Cristo Jesús Glorificado

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

De Mi vientre purísimo deben nacer los nuevos sacerdotes para que, iluminados por los rayos de Cristo, alcancen a vivir en la Tierra la expansión de Su sagrada tarea.

De Mi vientre debe nacer el nuevo hombre, rociado por la Gracia de Cristo, como lo hace la lluvia, para que de él parta el sentido de cumplir el Propósito.

Hoy todos Mis sacerdotes, Mis hijos predilectos, son contemplados por el Amor de la Madre Celeste, para que en todos ellos brote la fuerza interior necesaria que los llevará a realizar las Obras de Cristo Jesús.

De los sacerdotes debe partir el ejemplo de una santa disciplina, de una constante e imborrable unión con Cristo, para que brote de ellos el ejemplo del simple servir. De los sacerdotes se espera la presencia viva del espíritu de la cristiandad, para que se establezca el puente entre el Cielo y la Tierra.

Las esferas mayores son las verdaderas moradas de todos los sacerdotes. Mientras estén en la Tierra, el pensamiento y el sentimiento humano deben estar dirigidos hacia el Universo Celestial, eso los ayudará a percibir las necesidades de servicio que deben ser suplidas física o espiritualmente en la humanidad.

Los sacerdotes deben ser asumidos por los grupos de oración, para que nunca les falte la protección divina para el correcto desempeño de su tarea espiritual. Los jóvenes sacerdotes son la primera expresión de la vida de Cristo; en ellos debe reflejarse el ejemplo del amor sacerdotal que Jesús expresó en el principio de Su joven vida pública.

El conocimiento es la escuela de los sacerdotes, no como algo erudito sino el conocimiento sabio que proporciona el corazón, el que hace colocar la mirada en la necesidad espiritual de las almas.

Así como tienen un ángel de la guarda, los sacerdotes también deben tener padrinos que los asuman espiritualmente y los apoyen siempre que sea necesario.

El sacerdote en este tiempo debe aprender a guiar a los rebaños por medio de la fuerza de la fe y de la autoridad viva que es concedida por el propio Cristo.

La vida sacerdotal en esta era es la más difícil; esto fue visto por el propio Maestro Jesús, ya que en el ciclo del Armagedón, los sacerdotes deberán trabajar mucho para constituirse como verdaderos herederos de las santas virtudes de Cristo. Esto lo lograrán a través del sacrificio que proporciona la presencia de la pureza, a través de la entrega permanente que atrae constante sabiduría, a través de la renuncia que hace reflejar la humildad y, principalmente, a través del amor que permite reflejar en los actos la presencia de Cristo.

La vida sacerdotal es un ejercicio constante de elevación y es una misión de todos los orantes apoyar esa obra. Sin sacerdotes verdaderos y esforzados no existirá Cristo en la vida espiritual; esto es lo que Mi adversario genera en los sacerdotes de la Iglesia de Cristo, cuando en soledad no tienen fuerza de inspiración.

El Santo Cenáculo del Señor es el refugio para cada uno de ellos. Pidamos por los sacerdotes, porque por medio de ellos se podrán dar los pasos hacia Cristo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

Fray Elías del Sagrado Corazón el 19 de junio de 2015 recibe, al inicio de la Aparición, el Mensaje mensual de Cristo Jesús Glorificado y lo lee para todos los presentes. Luego Nuestro Señor le transmite Sus Palabras para esta Aparición.

 

Eleven vuestra oferta a Dios todos los días, pues eso es lo que les basta a vuestras almas, para que puedan alcanzar la redención y la Misericordia.

A través de Mis Palabras y de este Mensaje, les dejo una energía espiritual, para que la puedan seguir descubriendo, transformándola y cultivándola en vuestros corazones; pues estos son los últimos Códigos que Yo derramo sobre todas las almas del mundo.

En los meses que llegarán, irán descubriendo Mis Peticiones, revelaré Mi Voluntad para todos y derramaré una gran ola de Gracia sobre aquellos que más necesiten.

Por eso, para que sea posible, necesito de instrumentos limpios, más cristalinos que el agua, libres de sí, pero unidos a Mí. Así Yo podré realizar Mis últimas Obras de Misericordia en este mundo cruel.

Yo les entrego Mi Paz. Y por haberse postrado ante Mí, Yo les dejo un acto de Misericordia, especial para cada uno, una llave, una última tabla de salvación.

Si escuchan ahora Mi Mensaje, abiertos de corazón, Yo les aseguro, compañeros, que se liberarán de aquello que nunca se han liberado, por más que trabajen todo el tiempo. Mi Santa Energía Sacerdotal, con el toque simple de Mis Manos sobre vuestros seres, puede disipar todo el mal.

Reflexionen sobre lo que les digo. Busquen la comunión Conmigo. Que esa comunión sea cada vez más profunda delante de los tiempos de tribulación.

Yo necesito de vuestra filiación Conmigo, así Me estarán permitiendo que los transforme completamente, más allá de vuestras expectativas y de vuestros pareceres. Porque la única Voluntad de vuestro Padre es que ya no vivan para sí, sino que vivan en Mí, y Yo podré vivir en ustedes. Cuando eso suceda con una sola alma, habrá valido la pena de que Yo haya llegado aquí, después de tantos encuentros, buscando a las ovejas para que pasten en otros lugares, por los Reinos sublimes de Mi Corazón.

Los ángeles esperan por vuestra respuesta. Ellos están atentos para escuchar vuestras peticiones. Mas, si lo hacen de corazón, abandonándose en Mí y liberándose de vuestros deseos, de todas vuestras ideas, en verdad les digo que en poco tiempo no se reconocerán y todo el esfuerzo que harían hecho para transformarse tan solo un poco, Yo ya lo habré hecho en tan solo un segundo, cuando tan solamente Me hayan abierto el corazón de verdad. Así Mi Gracia actuará y ustedes serán consecuentes Conmigo en los momentos de mayor tribulación.

Que vuestras mentes se unan a la Mía. Que sus almas se unan a Mi Alma. Que vuestra divinidad interior se una a Mi Divinidad. Así estarán conectados Conmigo y nada podrá perturbarlos, porque estarán en Mi Paz, a pesar de las pruebas y de las dificultades.

Yo vengo a trabajar en ustedes lo que nadie se animaría a realizar. Yo vengo a buscar en ustedes la esencia de lo más puro, dentro de una colina de rocas. Vengo a quebrar lo que está duro. Vengo a imantar vuestros corazones con Mi Luz, entregándoles vibraciones sublimes, pues una parte de vuestra responsabilidad es cuidar de esos Códigos de Luz. Porque Yo no estaré mucho tiempo con ustedes y este tiempo que he estado con ustedes deberá haber servido de una profunda preparación. 

Cuando las cosas estén más difíciles es cuando deberán estar más unidos y estarán en comunión con Mi Cenáculo, con Mi Corazón. Y Yo veré desde el Cielo, antes de Mi Retorno, que todos Mis nuevos discípulos estarán entendiendo lo que Yo les pedí, liberando sus dificultades, viviendo la esencia de la humildad por encima de todas las cosas y buscando la unidad con Mi Padre Eterno. Así podré seguir realizando las Obras de Misericordia.

Ustedes dejarán este mundo superficial, en el cual siempre se encuentran, para que en verdad se puedan unir al mundo espiritual de Adonai, donde existe permanentemente la esencia de la unidad y del amor, Fuente que se derrama todo el tiempo sobre el mundo. Mas son pocas las almas, las almas que viven en la gratitud, que pueden aprovechar esta Fuente.

Yo necesito de muchas almas más que puedan beber de esa Fuente Primordial. No es suficiente vuestro "sí". Necesito que se abandonen en Mí. Necesito que Me den el permiso para poder transformarlos cada día más, sino estarán creyendo, compañeros, que están transformados. Pero a la vuelta de vuestros caminos lo encontrarán totalmente diferente, y ¿dónde habrá quedado Mi Luz?, ¿en dónde deposité Mi Amor en ustedes? 

Ustedes deben cumplir con una parte, compañeros. Esta es la perfecta unidad con la Ley de Dios. Aquel que se salga de la Ley perecerá, y esto no es un castigo del universo. Vean cuántas almas se pierden en el mundo y cuán pocos pueden escuchar Mi Voz sacerdotal.

Mi verdadero Mensaje, para vuestras vidas, es que alcancen la conversión espiritual, mental y física, así como la alcanzaron los apóstoles en el pasado.

Es verdad, compañeros, Yo vengo a pedirles cosas imposibles. Vengo a entregarles desafíos imposibles. Pero sé que es posible que todos esos desafíos se cumplan en ustedes cuando tan solamente se abandonen en Mí y Yo pueda realizar la Obra que le prometí a Mi Padre.

Mi Espíritu no solo retornará al mundo. Yo deberé ser visto en los corazones de todos los seres. Pero, ¿quién en verdad Me quiere corresponder?

Yo vengo a buscar lo más profundo que existe en ustedes. Vengo a pedirles una ayuda espiritual en nombre de los Portales del Cielo, porque será así que, cuando hayan almas que respondan a Mi Llamado, este mundo no se perderá.

Yo escucho a vuestros corazones y les hablo a vuestros oídos internos. Muchos no se han dado cuenta de esto. Pasé muchas veces por vuestras vidas, golpeando en lo profundo de vuestros corazones, llamándolos a la luz y a la hermandad. No se olviden de estos principios. Estos principios los protegerán. La luz, la hermandad y la unidad serán el auxilio de vuestras dificultades.

No vengo a realizar grandes milagros en ustedes. El verdadero milagro, para vuestras vidas, es que alcancen la cura espiritual, que aun no vivieron en otros tiempos. Pero, Yo vengo a darles esta Gracia para que se puedan unificar a Mi Corazón, y en esa sagrada unidad todo esté cumplido.

Mientras les hablo, he bendecido estos sagrados elementos; pues Mi Presencia mueve todas las moléculas de vuestras vidas. Las células se pueden renovar por la Presencia de Mi Luz Crística. Pero, todo eso es posible cuando dan el permiso de corazón. 

Vuestra mente debe morir. Vuestros corazones deben renacer. Será en el corazón que encontrarán la sagrada unidad. No hay otra salida, compañeros. No hay otro camino a seguir. Quien no viva en el corazón ni en Mi Corazón, ¿cómo podrá sobrevivir?

Las almas no conocen el poder del Amor porque viven su propio amor todo el tiempo. Pero, cuando alcancen la libertad interior y estén vacíos de ustedes mismos, será Mi Amor que obrará en ustedes, transformará todas las cosas y no perderán tiempo en las cosas superficiales.

La verdadera respuesta se encuentra en Mi Corazón misericordioso. Cada uno de ustedes deberá ser un verdadero guerrero en el fin de los tiempos. No deben perder esta oportunidad, pues es la última chance que Yo les entrego. 

Para ser un verdadero guerrero busquen la unión con vuestro corazón y, cuando alcancen esa unión con vuestros corazones, Dios derramará Su Amor sobre ustedes y Mis Obras se cumplirán en estos tiempos críticos.

Glorifiquen a Dios todos los días y reveréncienlo. No se olviden de reverenciarlo cuando sus ojos despierten al amanecer.

Agradezcan cada día que viven. A pesar de las pruebas que trascienden, agradezcan a Dios todo lo que Él les enseña. Así serán merecedores de Mi Misericordia y la humanidad también recibirá una parte de Mi Misericordia.

Yo vengo a construir Mi castillo interior en corazones de barro. Yo puedo convertir y transfigurar todas las cosas cuando el alma se arriesga a vivir en Mí.

Acepten vuestros sufrimientos y vívanlos con alegría. Existen mayores padecimientos en las almas del mundo, cuerpos corruptos que mueren sin ver la luz porque ni siquiera alguien ora por ellos.

Yo quiero que sean misericordiosos y dejen de vivir en vuestra propia propiedad. Yo necesito aún más de ustedes, el esfuerzo interior los recompensará.

Les agradezco.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús está esperando que le cantemos una canción, que será cantada por la hermana Lucía de Jesús y por la hermana María Jerusalén, aquí, a los pies del Maestro y todos nosotros vamos acompañar, en unidad.

Aquellos que no soportan, dice el Maestro, que se sienten, por favor.

 

Los apóstoles Me cantaban melodías de paz para aliviar Mi Corazón y eso confortaba Mi Espíritu, aun cuando sabía que la hora de la crueldad se acercaba. Era Mi Amor que Me hacía vivir el sacrificio y, así, Yo no padecía porque sabía, por encima de todo, que la Voluntad de Mi Padre estaba cumpliéndose. 

Cuando estaba en el huerto, muchas cosas sufrí. Cuando fui flagelado, muchas cosas padecí. Cuando cargué con la Cruz, muchas cosas sentí. Cuando fui traspasado, después de haber sido martirizado, Mi Corazón se expandió.

¿Y saben cuál es la fuerza interior que Yo recibí, para soportar todos los dolores, todos los martirios y negaciones? Era confiar que el Amor de Dios estaba en Mí y Yo en él. 

Eso era inquebrantable. Nadie podía quebrar ese amor, el Amor Divino que mora en ustedes y espera mostrarse para vuestra vida espiritual. Allí no hay dolor que se pueda padecer.

Todo encuentra un sentido en la vida cuando el corazón se dona en la confianza de Dios. Todo pueden soportar porque, después de este destierro, encontrarán la eternidad.

Vuestros cuerpos son un proyecto creado y, en esta civilización, muchos deben cumplir con la Voluntad Sagrada del Padre. Vuestros genes deben ser otros y eso será posible por Mi intercesión, por Mi fuerza y poder espiritual en las esencias de todas las criaturas.

En el huerto y en la Cruz trabajé por esas esencias y el Amor venció al mal cuando el Corazón se donó a Dios.

Los ángeles los contemplan con Misericordia y los Cielos se abren para escuchar la cálida voz de los discípulos.

Canción: “Ese hombre llamado Jesús”.

Compañeros, entren en el Corazón de Mi Confederación, a través de esta Comunión ecuménica, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre. Por eso, a partir de este momento, por la autoridad que Dios Me concedió a nivel universal, comulgaremos con el Espíritu de Dios, con la Santísima Trinidad, especialmente, con Su Hijo amado, para que todas las faltas sean reparadas por medio de la Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, como un acto de renovación y de fe para todas las almas.

En Mi Presencia, especial para esta hora y en este lugar santo, invito a que en todos los Centros Marianos repartan Mi Cuerpo y Mi Sangre, en este momento, y hagamos una Comunión planetaria, en todos los lugares del mundo, para que Mi Misericordia se derrame sobre aquellos que no la merecen.

Cuando hayan terminado de comulgar Conmigo, Me elevaré al Cielo para llevar vuestras intenciones ante los Tronos de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantaremos los Nombres de Dios. Nos prepararemos para comulgar en la Presencia de Cristo.

 

La cuarta parte del planeta fue invadido por el abismo de Mi Misericordia. Las almas fueron tocadas por la Esencia de Mi Luz.

Por vuestra oferta, los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, pedimos disculpas si fue muy extenso, pero el Maestro hizo una tarea planetaria y una tarea bien profunda en cada uno de nosotros.

A medida que el Maestro llegaba y durante todo el tiempo que Él estuvo, hasta ahora, Él fue llevando a cada una de nuestras consciencias por diferentes niveles. Lo entendimos como dimensiones o estados de consciencia. Comenzaron por dimensiones bien superficiales hasta dimensiones más superiores.

A medida que el Maestro iba hablando, tanto lo que nos dijo a través del diálogo como también por lo que fue escrito, Él fue llevándonos por esos lugares, por esos espacios de consciencia que Él trabajaba. Y como nunca antes, vimos la participación muy activa de los ángeles, estando aquí en el Centro Mariano de Aurora como también en el planeta. La Consciencia de Cristo estaba aquí, pero también en varios lugares del planeta al mismo tiempo. Y a medida que el Él iba diciendo el Mensaje, iba mostrando muchas cosas, de las cuales vamos a hacer una síntesis.

Lo primero que nos mostró fueron cosas de nuestro mundo interior que, a través del Mensaje que compartimos con ustedes, van a entender mejor lo que el Maestro nos quiso decir hoy, como mensaje mensual.

Él fue trabajando varios aspectos profundos de nuestros seres. Los ángeles hacían una parte de esa tarea, a pedido del Maestro; y después Él fue llevándonos por otros lugares. Fue mostrándonos cosas del presente y del futuro; cosas que están sucediendo ahora en el planeta a nivel material, mental y espiritual.

Y también fue mostrándonos situaciones que no estaban resueltas en la humanidad. Pero al mismo tiempo Él nos mostraba cómo actuaba Su Misericordia; por ejemplo, cuando un alma invocaba esa Misericordia. 

Él fue haciendo revelaciones bien duras, pero también revelaciones bien importantes que tienen que ver con el futuro de la Nueva Humanidad. Él estaba, con todo Su poder y Su esplendor, trabajando en ese momento con nosotros.

Él mostraba a través del sentimiento de Su Corazón, de Su Mente y de Su Divinidad, en diferentes aspectos o en diferentes faces, cómo Su Consciencia veía esta transición planetaria.

Él iba mostrando también cómo actúan Sus servidores y cómo actúan también todas aquellas almas que están en la ignorancia, en la inconsciencia; y cómo a nivel material, mental y espiritual todas esas acciones, tanto positivas como no positivas, en la humanidad, en el planeta, estaban gestando, generando otros destinos para la humanidad.

En un momento de la Aparición, el Maestro nos mostró la esencia de la Ley de Dios. Él llevó a algunos de nosotros frente a la Mente Única, que se manifestaba como una emanación de Luz, como un estado de consciencia bien superior. Él decía que estábamos ante Emmanuel y nos mostraba cómo Emmanuel veía la evolución de este Proyecto de la Tierra. Pero, sobre todo, Él nos mostraba, a través de Cristo, cómo iban sucediendo todas las situaciones en el planeta y cómo todas esas situaciones estaban generando otros destinos para la humanidad.

No sabemos cómo explicarles, pero Cristo nos mostró a algunos de nosotros, en la Presencia de Emmanuel, cómo veía la concreción del Plan en este momento y las grandes dificultades que estaba generando el planeta, ante esa Voluntad de Dios.

Para eso, muchas Jerarquías de la Luz se congregaron aquí, en Aurora. Y Cristo nos fue llevando por otras realidades del planeta, en las que Él hacía mucho énfasis, principalmente, en aquellas situaciones que estaban dentro de las consciencias y que aún no estaban resueltas.

Era en esos puntos en los que Cristo nos decía hoy que Él no podía interceder, no los podía transformar, porque nosotros estamos bajo un libre albedrío. Y cómo eso también, decía Cristo, impedía a los Ángeles de la Guarda realizar otras transformaciones en nosotros.

Entonces, durante el momento en el que Cristo consagró la Comunión, Él ya nos colocó delante de otra situación, la que algunos comprendíamos y otros no. Y Él decía: "no se preocupe, solo vea y registre, hay cosas que entenderá y otras que no".  Él nos colocó delante del Plan de Dios en el futuro.

Él decía cómo esta transición, que hoy vivimos, definiría para la Jerarquía Divina, sobre todo para la Voluntad de Dios, la posibilidad de que sucedan algunas cosas en la Nueva Humanidad y o no.

Ante la Aparición, Él nos colocaba a cada uno de nosotros delante de un compromiso bien verdadero. Él nos mostraba la seriedad de las cosas y también nos mostraba la pequeñez de nuestras cosas, lo insignificante que es lo que vivimos cada uno de nosotros, frente a ese Plan que tiene que llevarse adelante.

Y al final, como síntesis, sucedieron otras cosas más que tenían que ver con el planeta, con los Centros Marianos y con todas las almas que están unidas a Cristo en esa tarea de Misericordia.

Ante todas esas cosas que Él nos decía y nos mostraba, Él repetía todo el tiempo: "Yo cuento con cada uno de ustedes, a pesar de las consecuencias, a pesar de las pruebas, de las tribulaciones que vendrán". Entonces Él nos invitaba a que nosotros pudiéramos beber de esa confianza que nos estaba derramando y entregando en este día.

Después, al final, Él nos pidió que, mientras compartíamos esa Comunión, oráramos la Coronilla a la Divina Misericordia en los idiomas que conocemos. Y cuando la cosa estaba bastante exigida, le preguntamos: Maestro, ¿seguimos?

"Sigan", decía Él, "porque la tarea planetaria está siendo realizada".

Y mientras Él estaba aquí, observándonos a cada uno de nosotros, cómo cada uno de nosotros comulgaba en ese momento con Él, la Consciencia de Cristo estaba resolviendo muchas cosas en el planeta.

Y cuando Él se refirió a esa "cuarta parte" que estaba recibiendo Misericordia, Él comenzó a trabajar con siete niveles de infiernos. Mientras el grupo cantaba con esa devoción, con ese amor por Dios, muchas, pero muchas almas iban siendo liberadas. Era como un afluente que nunca terminaba. Y almas de diferentes grados y con diferentes deudas pasaban por un canal de Luz que estaba por detrás de Cristo y que, todo el tiempo, estaba sustentado por los ángeles. Esa tarea culminó cuando terminamos de comulgar, y Él se quedó un tiempo en silencio, observándonos y viendo cómo Sus Códigos habían entrado en nosotros.

Canción: “Los Nombres de Dios”

MENSAJE DIARIO EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENÁCULO DE ORACIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA, CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Hoy, como la Reina de la Paz de Medjugorje, vengo para establecer el Reino del Perdón en los corazones que aún no se han reconciliado con Dios, por tantas causas y sufrimientos interminables.

Es por esta sagrada razón, que vuestra Madre Celeste hoy los reúne en uno de los principales cenáculos de oración de esta ciudad, después de la Parroquia. Deseo que aquí se funde el primer cenáculo ecuménico por la paz, el que será llamado Cenáculo de la Sagrada Familia.

Ustedes, Mis hijos, ya están prontos de corazón para asumir esta tarea de oración por la humanidad y el mundo. Hoy vuestra Señora de la Paz se detiene aquí para observar las necesidades de cura y de restauración espiritual.

Por eso les digo, Mis hijos de Carmo da Cachoeira, que para alcanzar la cura profunda del alma y del cuerpo, aún deberán rezar mucho para que Mi Gracia sea concedida a vuestras vidas.

Hoy establezco aquí en esta casa el Cenáculo de Oración de la Sagrada Familia para que vuestros espíritus a partir de hoy se alimenten del maná, el que quiere ser entregado a vuestros corazones. Eso será posible cuando vuestra oración del corazón se intensifique y en poco tiempo ustedes sean portadores de la Gracia y de la Paz, y así toda la ciudad será digna de la Misericordia de Dios.

Por eso hoy los invito, Mis queridos hijos, a dar el primer paso hacia la vida profunda de oración. Quiero decirles que desde lo alto de la colina escucho todas vuestras oraciones diarias y vuestras súplicas, pero si en verdad forman este cenáculo, les digo que alegrarán Mi Corazón y, principalmente, muchas cosas que hoy suceden en esta ciudad, dejarán de suceder.

Por eso vayan a la Parroquia porque Mi Amado Hijo los espera presente en la Eucaristía como también en el Sagrario. Decidan, Mis amados, ¿qué camino elegirán?

Yo vengo para guiarlos y advertirles, pues Yo soy vuestra Madre del Cielo. Soy la Santa Mujer de Dios que une los pueblos y las creencias a través del Amor de Dios. Deseo retornar aquí tres veces más, porque aspiro que Mis bendiciones lleguen hasta vuestras queridas familias.

Con el corazón encendido de amor y de fe, vivan en Cristo, ¡búsquenlo! Él está sediento de vuestro amor, así vuestra conversión será posible.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los une al Corazón del Redentor,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Mi Corazón de Madre desea ser el centro principal de las familias, para que la obra de aproximación de Cristo a la vida de los seres pueda suceder. 

Para eso a través de los grupos de oración se constituyen los cenáculos de luz, para que la soberana Voluntad de Dios se pueda cumplir a través de los Mensajeros Celestes. 

Existen los cenáculos de oración en el mundo para que ellos sean pilares para la vida evolutiva y para la manifestación de una vida cristiana basada en la fe y en la devoción de las almas orantes. 

A través de los cenáculos de oración, Mi Corazón Misericordioso puede trabajar y así abrir las puertas de la reconciliación para aquellos que no las merecerían por pecado y error. 

Es a través de cada cenáculo que Yo construyo el Reino de los Cielos en el interior de los seres, para que guiados por Mi confianza reciban el día de su liberación y de su entrega al Único Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los ama y los bendice, 

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO CORAZÓN SAGRADO, COMUNIDAD DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Como la Madre Peregrina, voy por el mundo en búsqueda incesante de los corazones humildes en el Señor para así construir las nuevas bases de la Tierra Prometida.

En estos tiempos Yo los convoco para amar y perdonar porque así veré también vuestros corazones humildes en el Señor, siendo verdaderos apóstoles de Mi Hijo.

Cuando vuestra redención suceda, hijos amados, será el momento de dar el paso correcto a la conversión del alma y de toda la consciencia.

Todos los días los reúno en este, Mi cenáculo de amor, para que reciban los impulsos internos que los llevarán a la paz y al amor en Cristo.

Hoy visito vuestro Corazón Sagrado y lo renuevo a través de los dones del Santo Espíritu de Dios para que, decididos y simples, ayudemos a reconstruir esta herida humanidad.

Queridos hijos, todos los días los espero en oración. Mi Gracia es vuestra Gracia, Mi silencio será vuestro silencio cuando tan solamente se arriesguen a vivirlo en la fe y en la confianza de que algún día lo conseguirán.

Yo soy vuestra Madre y los guardo a todos en Mi Corazón Sacratísimo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice siempre en Cristo,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BRASILIA, DISTRITO FEDERAL, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hijos:

Sepan que Yo Soy vuestra Sagrada Madre y que siempre los colmaré con Mi Amor Inmaculado desde el silencio del espíritu.

Por eso, que hoy se abran las puertas de la reconciliación y que los más desprotegidos reciban de Mi Corazón la esencia de la redención.

Hoy estoy entre ustedes para traerles Mi Misericordia, aquella vida divina que todo lo renueva y permite despertar en los corazones el camino de retorno al Padre Celestial.

Queridos hijos, vean la inmensidad del Reino de Dios que siempre los congrega para amar, perdonar y servir en la plenitud de la verdadera entrega.

Hoy reciban de Mi Corazón la bendición para vuestras vidas, para que unidos a Mi Espíritu Virginal encuentren el aliento para seguir adelante.

Hoy les dejo la unión con Mi espíritu, los reúno a todos en el cenáculo de Mi Corazón, donde siempre podrán estar unidos en esencia a Mi Amor Materno.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús Glorificado, en la ciudad de Brasilia, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, durante la 22.ª Maratón de la Divina Misericordia.

En el futuro crecerán las semillas generadas por el esfuerzo y el sacrificio. Pero vuestros internos, que son como niños, serán los primeros en entrar en el Reino de los Cielos.

Como en aquellos tiempos pasados, hoy, en este tiempo actual, Yo les vengo a enseñar sobre el Amor, algo que todos desconocen profundamente. 

Ayer les hablé sobre la esencia de Adonai y hoy les hablaré sobre el Corazón de Dios, que es la principal Fuente de emanación del Amor universal, de donde muchas almas y Jerarquías se sirven para concretar, en los planos internos, la evolución.

En estos tiempos críticos que vive la humanidad, en los que las mayores atrocidades son vistas por vuestro propio Dios, Yo vengo a invitarlos, compañeros Míos, a buscar el Amor, la esencia del Amor de Dios, que en su primera emanación está presente a través de Cristo. 

Ese Amor poderoso y prodigioso es el que libera las amarras y cura las heridas. 

Ese Amor poderoso de Dios es el que sustenta la Creación y el universo, es el que permite la sustentación del Plan original en esta galaxia y en otras.

Son llamados a buscar la esencia del Amor universal; porque en verdad les digo, compañeros, que no habrá otra cosa a la que podrán aferrarse. El Amor universal de Dios siempre los colmará, les quitará la sed y el vacío, y se sentirán en plenitud para poder servir al Plan del Creador.

Yo los invito, compañeros, a que mediten en los caminos que están eligiendo seguir. Yo los invito a elegir un solo camino, que es el camino de Mi Corazón misericordioso, en el que nunca se perderán y tampoco caerán en ningún abismo.

Muchos falsos caminos se presentarán en vuestras vidas. Llegará el momento de que cada uno de los seres de la Tierra deberá confirmarse ante el Creador y elegir cuál camino escoger, porque después ya no habrá más tiempo para otras cosas.

Es ese Amor y esa emanación las que que Me han permitido llegar hoy aquí, a Brasilia, y compartir Mi Comunión espiritual con Mis hermanos de Maceió y con cada una de las consciencias que siguen Mis caminos.

El verdadero cenáculo, que ustedes hoy deben construir, se encuentra en la fortaleza del corazón, en donde no existirá inquietud ni perturbación para poder realizar las Obras de Dios. 

Los suelos temblarán. Vuestros corazones deberán estar preparados para eso, porque así como una vez Yo lo dije, no quedará piedra sobre piedra. Las estructuras se moverán para que pueda surgir el verdadero corazón templado que será cristalino y puro ante los Ojos de Dios.

Por eso vivan vuestra purificación con tranquilidad. Aférrense cada día más al Universo del Creador. Vivan en la confianza que Yo les prometo, así no se perderán y encontrarán siempre el verdadero camino.

Hoy vengo a mostrarles, compañeros, una parte del Plan de Dios, y dibujo sobre estos cielos de Brasilia el verdadero Propósito de Dios que es desconocido, que es lejano, que está muy lejos del verdadero propósito que las almas viven en esta Tierra.

Hoy vengo a dibujar, sobre estos cielos, el gran Pensamiento omnipotente de Dios. Aquello que está escrito en Su Corazón Inmaculado, el que ustedes deben conocer a través del sentimiento de vuestra oración, preguntando a vuestros seres internos: ¿Dónde deberé estar en estos tiempos? ¿Qué es lo que deberé hacer para concretar el Plan de Dios? ¿El tiempo de mi vida se está perdiendo? ¿Dónde está mi consciencia en este momento? ¿Qué es lo que hago para hacer cumplir el Plan de Dios? ¿En verdad soy un servidor del plan evolutivo? ¿Cuánto he hecho para poder conseguirlo y qué es lo que no hice bien?

Queridos compañeros, mediten en lo que Yo les digo. Aún tienen tiempo para poder hacerlo, pero el gran reloj está marcando la hora y allí todo sucederá.

La oración que ha profetizado Mi Corazón ha hecho prodigios. Y es por eso que, en esta tarde de Gracias, estoy con ustedes para que vuestros corazones sean merecedores de Mi Misericordia.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús pide que oremos a Abba, Nuestro Padre. Vamos a repetir esta oración, frase por frase y a pensar, a pedido de Jesús, en Abba.

Dice Cristo que va a rezar con nosotros. Prepárense.

 

Y así, como lo hice en el Sermón de la Montaña, elevé las Manos al cielo después de la sagrada prédica; y Adonai hizo descender, a través de Mi Ser, la omnipotencia de Su Consciencia Suprema.

Elevé las Manos hacia el pueblo, los corazones se curaron, los paralíticos caminaron y las almas resucitaron a la vida espiritual.

De esa forma, compañeros, hoy coloco las Manos sobre ustedes, con la bendición de Mi paternidad. Que las bendiciones del Padre Eterno desciendan ahora, en este momento, desde el Universo Celestial.

Repitan, como una oración, el Nombre de Abba, de Emmanuel y de Adonai (se repiten varias veces por separado).

Fuente primordial de la Unidad,
fortalécenos en estos tiempos
para que a través del Amor de Tu Reino
cumplamos con Tu Sagrada Voluntad.
Amén.
(se repite tres veces) 

Han ingresado en espíritu a las tres dimensiones de Dios, pero dentro de esas dimensiones se encuentran otros universos. Recuerden lo que han sentido, en este momento, a través de cada Nombre de Dios, así sabrán cómo encontrar la salida.

En nombre de los Tronos del Padre y de los Arcángeles de Dios, bendeciremos, después de estas plegarias, los Sacramentos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Jesús, escucharemos Pater Noster. 

Oración: Padre Nuestro (en arameo y en portugués).

 

Bajo la bendición y la potestad misericordiosa, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias, queridos hijos de Brasilia, por haber respondido a este Sagrado Llamado. Vigilen Conmigo, en oración. Vayan en paz.

 

Canción: Abba, Fuente Primordial.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos Míos:

Que, con alegría por verlos reunidos en unidad y amor, reciban en este día la venida del Espíritu Santo, en Pentecostés, para que, invadidos por los Dones del Espíritu de Dios, sus obras siempre sean bendecidas por el Señor.

Su Madre Celeste, Madre del Santo Espíritu, los reúne en el cenáculo de Su Corazón Inmaculado para que ofrezcan a Dios sus vidas y consagraciones, con el fin de que se cumpla el Plan del Altísimo entre las criaturas.

En este día santo, deseo instaurar la devoción al Espíritu Santo, porque si aman los Dones antes de conocerlos, ustedes estarán dentro de la gran concepción divina, la que dio origen a la unidad y al amor entre el Cielo y la Tierra.

Desde ese lugar divino Yo he partido, para llegar hasta aquí y mostrarle al mundo entero el camino de simplicidad que Yo deseo que, en esta era, ustedes puedan vivir.

Profesando y viviendo la unidad, hijos Míos, construirán barreras de luz que los harán invencibles ante toda persecución y perturbación.

Por eso, niños Míos, al vivir su primera escuela de purificación y de entrega, sigan el vuelo del Santo Espíritu, para que Él siempre les dé la sabiduría para alcanzar algún día el discernimiento interior, el que será imprescindible para poder distinguir lo bueno de lo malo, lo falso de lo verdadero.

Vengo en este día a despertar su interés y esmero por buscar la Fuente del Espíritu de Dios. Así, existirán almas sobre la Tierra que serán receptáculos vivos de los nuevos Dones que el Padre Celestial espera derramar en la humanidad.

Mi Presencia en sus vidas los llevará a encontrar el camino constante de la conversión del corazón.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz!

Los une al Espíritu Santo del Todopoderoso,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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