MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¡No teman! ¡No teman! la verdad se anuncia a los corazones valientes, capaces de conocer los tiempos finales y, aun así, aceptar vivirlos con la paz del corazón y en profunda entrega a Dios.

Hijos, ¿por qué les revelo los acontecimientos finales? Porque es parte de su redención y de su camino de transformación en Cristo que sean conscientes de estos tiempos, así como Mi Hijo conocía la cruz que cargaría, no solo en el Calvario, sino hasta los días actuales.

La Pasión de estos tiempos será larga para muchos y forjará la fortaleza interior de los que aún no se fortalecieron para cumplir la voluntad de Dios.

Nada se asemejará a la batalla que vivirán después de los mil años de Paz; sin embargo, la transición de los tiempos y la ruptura de las ataduras les permitirán traspasar los obstáculos que vendrán más allá de esta vida y más allá de este mundo.

Mis soldados ya están preparados para vencer las tentaciones del adversario, pero lo que más les costará, hijos Míos, es vencer dentro de ustedes mismos aquello que todavía aspira a vivir esas tentaciones. No será la tentación en sí su prueba, sino la batalla con sus núcleos más humanos, que tienden a responder a esa tentación.

En el ciclo anterior, se encontraban en las primeras horas del Getsemaní, aprendiendo a vencer las tentaciones, a renunciar, a entregar la propia vida. Ahora, están en las últimas horas de agonía en el huerto, en el momento en que Mi adversario les presenta las tentaciones del mundo y el Creador les presenta la cruz.

La gran prueba de estos tiempos será renunciar a los placeres mundanos para encontrar en la cruz un regocijo escondido, una victoria que se encuentra oculta en la trascendencia de sí mismo, del sufrimiento, del dolor, del aparente fracaso; la victoria que se encuentra en la vivencia del perdón, de la humildad, de la compasión, de la piedad, del abandono de sí mismos; una victoria que comienza cuando dicen sí a la voluntad superior y abrazan la cruz de estos tiempos, que es la propia purificación y transformación, para que,  a través de la persistencia, venzan la obscuridad de los propios cuerpos y de la consciencia humana como un todo, para que emerja la luz y triunfe en cada espacio de sus seres.

Hijos Míos, el Pan ya se repartió en la Mesa del Señor; ya reconocen la necesidad de entregar la propia vida, por amor a sus hermanos que viven en la ignorancia, y por el triunfo del Creador en cada esencia humana. Las primeras tentaciones ya fueron vencidas. Muchos ya pueden soportar la soledad de este Getsemaní de los tiempos de hoy y otros están aprendiendo a encontrar la verdadera fortaleza en Dios y no en los hombres, tampoco en la propia humanidad.

Ahora, les llegó la hora de decir "sí", el último "sí", el "sí" definitivo.

En seguida llegarán a sus vidas, a la consciencia planetaria, los fariseos, representados por las corrientes que descenderán a través de la batalla entre el caos y la Luz Divina, y que colocarán a la consciencia humana definitivamente en su Pasión, en la transición planetaria, en el momento de cargar la cruz y trascender toda apariencia, para vencer, por medio de la fe, las pruebas que se presenten.

Mis amados soldados e hijos tan queridos, fortalézcanse siempre en Mi mirada, en Mi presencia, porque Yo acompañaré el Calvario de estos tiempos.

Será Mi Piedad que, unida al perdón de sus corazones, abrirá nuevas puertas para la evolución humana; renovará el principio de la Misericordia en un nuevo atributo divino, que convertirá no solo los errores de consciencias e individuos, sino de civilizaciones enteras.

Ese atributo divino generará meritos no solo para la redención de la raza humana, sino también de todas las consciencias que, en todo el Cosmos, se abran para esa suprema transformación y reconciliación con Dios.

El triunfo del Creador en el corazón humano, en toda una raza, será el anuncio del mayor milagro de amor de toda la Creación. Ese triunfo generará la redención universal.

Sonarán por fin las trompetas de los mil años de Paz, para que un nuevo ejército se forme y, con mayores grados de amor, se preparen para la última batalla, antes del supremo triunfo de Dios.

Sientan en Mis palabras la importancia de la vida en la Tierra, la importancia de la vida de cada uno de ustedes, y sigan adelante proclamando la voluntad y el Plan de Dios, aceptando ese Plan con amor, más allá de las apariencias y los desafíos delante de los cuales él los colocará.

Digan siempre sí y no miren para atrás. Encuentren la fuerza para seguir adelante, en la Paz de Mi Inmaculado Corazón

Yo siempre los acompañaré del Calvario a la Resurrección y en los mil años de Paz.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN VILLA DE DORNES, FERREIRA DO ZÊZERE, SANTARÉM, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Los dos testigos finales y el amor al error

Llegará un día, no tan lejano, que el Señor por medio de Sus santos ángeles enviará a los dos últimos testigos al tribunal del mundo, para que declaren ante la humanidad toda la verdad que muy pocos conocían.

El Espíritu Santo de Dios los inspirará para hablar una a una las palabras y para que los incrédulos vestidos con gorros colorados no nieguen más la verdad.

Y el Universo, que es santo, sabe que la hora final de los dos testigos llegará después de que por divina inspiración hayan declarado sobre la venida cercana del Redentor. En esa hora los dos últimos testigos sabrán que estarán cumpliendo con la profecía y les tocará dar la vida para desenmascarar a los que adoctrinaron en la creencia de un dios materialista.

En este momento y antes de que los dos testigos sean puestos en la plaza principal por las manos de los de guantes rojos y ante la multitud para ser juzgados injustamente, el ángel del Señor hará un gran estruendo de oriente a occidente, y una cósmica luz, como miles de cintas doradas volando en el viento, marcará la señal definitiva de que el último Juicio de la humanidad se ha instalado en la Tierra.

El ángel, que  podrá ser visto solamente por los puros de corazón, pedirá que los fuertes e impetuosos vientos del Atlántico desarmen los fuertes de arena que los de gorros rojos construyeron a través de su propia idolatría.

Nadie podrá negar que después de que hayan condenado a los dos últimos testigos de Cristo, la humanidad  se purificará. Por eso, antes de que la sangre mártir de los dos testigos sea derramada como en mil cálices profanos, otra señal del Universo llegará y la verdad saldrá a la luz, porque nadie podrá ocultarse ante sus semejantes.

El Señor dará conocimiento y entendimiento a los puros de corazón para que también revelen las ocultas acciones de los de guantes rojos; en esa hora la humanidad tomará consciencia de su engaño milenario y en ese momento el Juicio final y desconocido comenzará.

Hasta la última hora los dos testigos silenciados por el Divino Espíritu estarán en profunda oración y con su entrega, que cumplirá la profecía final de Juan el Apóstol, ellos salvarán a miles de condenados espiritualmente.

Se oirá el llanto de las mismas mujeres de la antigua Jerusalén cuando los de guantes rojos hayan declarado la muerte para ellos. En esa hora, un poderoso espíritu fugaz, más brillante que el sol y que todas las estrellas, descenderá sobre los dos testigos que estarán encadenados por haber hablado la pura verdad, y muchos podrán abrir sus ojos y despertarán por la intensa y crística luz que los iluminará.

La humanidad proclamará la muerte para los dos últimos testigos de Cristo, los de Su Iglesia Celestial y no terrenal, y ese acontecimiento será televisado y comunicado.

Miles de burlas, que serán causa de ofensa contra los dos testigos, se convertirán enseguida como en una plaga de miles de langostas, y en ese momento el cielo que antes era brillante se oscurecerá.

Los que no eran sordos, lo serán. Los que blasfemaron, quedarán mudos y un silencio inexplicable, generado por el soplo de la trompeta del segundo ángel, dejará a la Tierra entera hipnotizada. Será en esa hora y en ese momento que las naciones tomarán consciencia de todo lo que le fallaron a Dios; así se constituirá el nuevo tiempo después de que todo haya pasado.

En el último minuto de vida, los dos testigos pedirán perdón a Dios por sus semejantes, así como Cristo lo enseñó. Será de esa forma que los dos testigos enseñarán con su ejemplo el amor que ama todo error. Como fue en el Monte Calvario, los de guantes rojos tomarán consciencia de su maldad y de sus corazones cerrados a la verdad del Universo.

Hijos, los dos testigos ya están en camino hacia ese momento para cumplir la sagrada escritura. Mientras haya tiempo arrepiéntanse y pidan a Dios Su Misericordia, para que los más sordos y ciegos de espíritu se puedan salvar.

Hoy les revelo el libro del Apocalipsis porque ya están preparados para comprenderlo.

¡Les agradezco por acompañarme!

Ora por los dos testigos,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla, hoy, el misterio de la muerte de Cristo y la soledad sentida por todos Sus apóstoles y discípulos, por todos Sus seguidores, ya que muy pocos fueron capaces de comprender la grandeza de Su Crucifixión.

Contempla en tu corazón el recogimiento de Cristo, Su silencio y la incertidumbre que ese silencio causaba dentro de los Suyos.

Los que lo esperaban estaban ante una prueba de fe, estaban sintetizando en su interior todo lo que habían recibido y todo lo que habían aprendido, para colocarlo en práctica al auxiliar a los demás.

Este Sábado Santo se asemejará a la prueba que vivirá la humanidad en tiempos futuros. Ahora, aún están en la presencia de Cristo, de María Santísima y de Mi Casto Corazón; ahora aún cuentan con la Instrucción y la Guía de Aquellos que fueron enviados por el Señor para que, en la materia, lo representaran y condujeran Su rebaño a Su encuentro. Pero llegará el tiempo en que a cada uno le cabrá confirmarse y afirmar su fe. A cada uno le cabrá repartir el pan y ser el puente hasta Dios para quienes están vacíos de espíritu. Le cabrá a cada apóstol y a cada discípulo de Cristo anunciar el amanecer que llegará después de los días oscuros y, así, mantener en pie y con fe en el corazón a aquellos que deben perseverar hasta el fin, porque se comprometieron con Cristo.

Contempla, entonces, la fe de las santas mujeres de Jerusalén y cómo ellas vencieron el dolor que sentían para así vivir el puro amor que el Señor les había enseñado. Contempla la devoción de esas santas devotas de Cristo, que no solo perseveraron en el Calvario, sino que también ungieron el Cuerpo de Cristo, lo vieron resucitado, viajaron por los continentes anunciando Su Victoria y, a lo largo de los siglos, retornan al mundo, aún como santas mujeres, para perpetuar la Obra del Salvador.

Obtén tu fuerza de los misterios del Calvario, de la victoria sobre la muerte, de la fe en los días de oscuridad y de la gloria de la resurrección.

Revive la historia de tu Señor y multiplica Su Gracia y Su Bondad, siendo tú mismo la Palabra Viva de Cristo y el cumplimiento de Sus promesas.

Haz cosas mayores de las que Él hizo y cumple con Sus Palabras, así como Él lo manifestó en las Escrituras.

Renueva la Iglesia de Cristo, que no está guardada en una religión, sino en el corazón de todo aquel que tiene fe y disposición para seguir los pasos del Señor.

Aquel que te guía hacia el Salvador,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DEL CALVARIO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

De la flagelación a la Cruz

Queridos hijos:

Sigan a Vuestra Madre del Calvario por el camino del calvario. Acompañen a Jesús martirizado hasta los pies de la Cruz y recen Conmigo por todos los que deshonran la victoria que Mi Hijo alcanzó por Amor.

Yo soy Vuestra Madre Dolorosa porque veo las indiferencias y acciones humanas que hacen sucumbir a las almas.

Yo soy Vuestra Madre Dolorosa porque siento el peso del pecado de los hombres ingratos que no aman la Cruz de Mi Hijo.

Yo soy Vuestra Madre Dolorosa porque, en este tiempo, veo el camino de la muerte que muchos hijos Míos recorren, lejos del verdadero camino de la Cruz.

Si Mi Hijo vivió y soportó todos los padecimientos, indiferencias y crueldades humanas, ¿cómo las almas no se atreven a ver en Cristo el Camino, la Verdad y la Vida?

Sigamos los pasos silenciosos de Mi Hijo hasta el Calvario. Los que lo negaron, hoy lo rechazan; los que lo flagelaron, hoy son indiferentes; los que lo crucificaron, hoy mutilan a la humanidad.

¿Dónde está el perdón entre los hombres?

Yo soy Vuestra Madre Dolorosa y en el silencio de la oración les enseño a perdonar antes de que todo suceda.

Queridos hijos, subamos al Monte Calvario y hoy revivamos la Pasión de Nuestro Señor; porque Cristo, en Su Bondad, les muestra el poder de Su Sacrificio y de Su Paz por encima de toda adversidad.

Él triunfó silenciosamente, y ustedes deben imitarlo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

A los pies de la Santa Cruz,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Calvario

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DEL CALVARIO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Quisiera en este día santo que recordaran Conmigo el momento en que Mi Hijo cruzó las puertas de Jerusalén, para liberar al mundo del cautiverio por medio de Su llegada a la ciudad santa, en donde Él fue recibido y alabado tiempo antes de Su muerte.

Quisiera que en esta Semana Sagrada acompañen a su Madre del Calvario en cada uno de los hechos que marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad.

Unidos a través de la Santa Pasión de Mi Hijo, los invito también a cruzar con Vuestra Madre Celeste por las puertas de Jerusalén, entre la multitud, para que se encuentren con Él en todo Su esplendor y gloria.

Queridos hijos, que en este día se eleven al Cielo sus ramos y flores, para honrar y recordar a Aquel que nuevamente les ha dado la vida espiritual después de Su muerte y de Su Resurrección.

Unámonos a este momento sagrado y veneremos el legado que Cristo dejó por los siglos de los siglos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Camino a la ciudad santa de Jerusalén,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Calvario

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como el Soplo del Espíritu Santo sobre los apóstoles de Cristo, hoy este Soplo Divino inunda sus espíritus, para que viviendo el ciclo de la rehabilitación interior, confirmen ahora su unión con Cristo, Nuestro Señor.

Así, Mi Hijo encontrará apóstoles dispuestos a servirlo por encima de todo, porque verdaderamente su purificación es el preámbulo para ingresar al estado de la Consciencia Divina.

Entre sus seres terrestres y el alma de cada hijo Mío no puede existir ningún abismo que los separe del Propósito y del cumplimiento de la tarea que Mi Hijo les encomendó desde el principio.

Ahora, este Soplo Divino los llevará al descubrimiento de todo aquello a lo que le ha llegado la hora de vivir su muerte para que, cruzando el portal hacia los Cielos, sus células se divinicen en Cristo, el Señor.

Entre un ciclo y otro encontrarán los abismos de la consciencia, abismos que deben ser iluminados por el poder del amor y de la unidad entre las almas. Esta es la llave que les abrirá la puerta a la liberación de sí, y crean desde ahora que deben dejarse amar y deben abandonar el calvario que por incomprensión están viviendo en ustedes mismos.

Sus almas deben estar en constante unidad y fraternidad, los pareceres y las ideas concretas ya no pueden reinar en el pensamiento colectivo de las almas. Su fuente de renovación debe ser el Amor de Dios, Amor que todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo entiende.

Así, estarán libres de mirar todo el tiempo la imperfección y despertarán a las virtudes de la unidad y del amor que Mi Hijo les enseñó. Por eso, hijos, están a tiempo de recapacitar y de no permitir que las ideas de Mi adversario invadan por completo sus consciencias.

Ya comenzó la batalla espiritual del fin de los tiempos que vendrá de la mano de la purificación acelerada e intensa que muchos enfrentarán, para después poder ingresar en el Reino de Dios.

Durante la batalla, será el momento en el que deberán estar más unidos que nunca, para que el Soplo Divino de la Sabiduría los coloque siempre en el camino correcto. De esa forma, podrán colaborar y ayudar a que todos los que se perderán, por ignorancia o por engaño, se coloquen en el camino correcto.

Sean testigos de todo el Legado Divino que les ha sido entregado. Nada es por acaso, ese Legado será su fortaleza y su conocimiento, así como también lo serán Nuestros Sagrados Corazones.

Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado por la paz, en este tiempo de batalla espiritual del fin de los tiempos.

Los reúne en el Corazón Luminoso de Cristo,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que se establezca Mi Paz en el mundo, y que esta Paz reine en los corazones de todos los hombres y en la esencia de todos los Reinos de la Naturaleza.

Hijos Míos, los invito a la profunda pacificación interior para vencer, así, a todas las adversidades de estos tiempos. Solo la paz guardada en el interior de las criaturas les permitirá vivir los tiempos de mayor tribulación en el mundo.

Sepan, Mis amados, que deben aprender a vencer a los propios conflictos internos por medio de la paz; aprender a dejar que el reinado de Mi Paz sea mayor que cualquier tribulación que les puedan causar las purificaciones y asedios de estos tiempos.

Quiero que sepan que los planes contrarios a los Planes de Dios siempre buscarán desestabilizar a Mis soldados y vencerlos por medio de la tensión, del conflicto y del cansancio de sus corazones. 

Este es un tiempo en el cual aún cabrán las etapas de aprendizaje, en las cuales podrán caer y levantarse, una y otra vez. Por eso, no se cansen de vencer las propias tribulaciones para establecer la paz en su interior y, así, dejar que ella llegue a los corazones de los demás seres de este mundo; porque, en el tiempo que llegará, esta paz ya deberá estar establecida dentro de cada uno de ustedes, para que así vivan una mayor prueba, que es establecer Mi Paz en los momentos de caos planetario. 

No permitan, Mis amados, que las confrontaciones los retiren de Mi refugio de Paz, pues mayores que cualquier confrontación que puedan vivir en este mundo son el poder absoluto de Mi Amor y la fuerza imperiosa de Mi Santa Paz. 

Como Rosa de la Paz y como Madre de Jesús, quiero enseñarles a ser pacificadores frente a cualquier situación de sus vidas. 

Acuérdense, hijos Míos, del ejemplo que les entregué al ver a Mi Hijo siendo flagelado y crucificado; pues aun sabiendo que ultrajar al Hijo de Dios era la mayor injusticia que se daba en este universo, Mi Corazón jamás perdió la paz, porque jamás perdió la confianza en el Creador de todas las cosas, que nos llamó por el nombre para cumplir Su Plan y que nos garantizará siempre que cada acontecimiento de nuestras vidas nos traerá el aprendizaje justo que debemos vivir. 

Para estos tiempos y para los tiempos que vendrán, recuerden que Mi Paz debe reinar dentro de cada uno de Mis hijos y que, por medio de ellos, esta Paz debe expandirse por el mundo.

Hoy están bajo Mi Manto. Yo los protegeré y los acogeré siempre, los resguardaré del mal y curaré sus espíritus y sus corazones cuando estén fatigados en esta batalla para establecer el Reinado del Señor en el mundo. 

Mis amados, no desistan, sigan en confianza. Comprendan el calvario que muchos viven como el camino único para el restablecimiento de la Misericordia entre los seres. Pero, para eso, deberán recorrer ese camino, sin perder de vista la Voluntad de Dios y Su grandioso Plan de Amor que deberá reflejarse en sus esencias como amor puro. 

Los amo y los bendigo.

Yo les doy Mi Paz, llévenla al mundo entero. 

Su Madre María, Rosa de la Paz, Reina de la Paz y del mundo

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Visiones sobre la Pasión de Nuestro Señor


Entonces, vi a Nuestro Señor sobre el Monte Calvario, viviendo la Crucifixión en la Cruz.

Esto sucedió durante la oración del Devocionario a la Cinco Sagradas Llagas de Jesús y después de la Coronilla a la Divina Misericordia a las tres de la tarde.

En ese momento, vi que le estiraban el Brazo derecho, de tal forma que generaron una luxación en Jesús.

Durante todo ese dolor que se expandió sobre el Monte Calvario, clavaron en Su Muñeca un gran clavo de hierro, que hirió el Brazo de lado a lado y lo hizo sangrar.

En ese momento apareció otro hombre que, colocándose cerca de Su Cabeza, mientras Jesús estaba siendo clavado en la Cruz a través de la Mano derecha, comenzó a presionar la Cabeza de Nuestro Señor sobre el madero de la Cruz, de tal forma que la Corona de Espinas se incrustaba en el cuero cabelludo y lo hacía sangrar mucho más.

Después recibió golpes en Su Cabeza, que eran dados con un garrote.

En una parte del Monte vi a la Virgen postrada en el suelo y colocándose las manos en Su cabeza en señal de imploración.

Más tarde, comencé a hacer la Señal de la Cruz por todo lo que veía y una nueva visión apareció.

Cuando orábamos la segunda Sagrada Llaga, vi que, en la Mano izquierda de Nuestro Señor, comenzaron a golpear Sus Dedos, al punto de hacer sangrar cada uno de ellos y, con una herramienta que tenían, arrancaban una a una Sus Uñas, dejando Sus Dedos en carne viva.

Esa sensación indescriptible fue irradiada por Nuestro Señor y, a pesar de todo ese padecimiento y dolor, en un momento vi que la Consciencia Mental de Jesús se colocó por encima de toda esa situación y, mientras el Maestro recibía esos martirios, Él suplicaba al Padre de la siguiente forma: “¡Eli, Eli, perdónalos!, ¡perdónalos!”.

En seguida, el Maestro me dijo: “Hijo, te muestro toda Mi Pasión para que escribas el libro de la Pasión de Jesús”.


Después el Señor nos transmitió:



Aún no te He dado a conocer los tiempos difíciles que llegarán, que serán desconocidos para todos. Por eso, te pido que defiendas Mi Congregación de ti mismo, de la misma forma que Yo esperaré que cada consagrado defienda Mi Obra de sí mismo, para así desviar nuevamente la tentación de Mi enemigo de crear instrumentos propios que flagelen Mi Corazón.

Que nadie se aparte de la prueba que Yo le He enviado para vivir. Los corderos deben escapar de las manos feroces de los lobos. Pero a muchos les hace falta aprender a reverenciar todo lo que recibieron por el poder de Mi Gloria.

Que nadie se olvide de lo que ha firmado Conmigo, aunque sé que aún muchos desistirán de seguir algo que no satisface al sentimiento humano.

Cuando algunos Me presentaron la carta de renuncia, solo recordé a Judas besándome la mejilla y entregándome en la noche oscura del Huerto Getsemaní. Las propias dificultades de las almas nacen como consecuencia de la resistencia y el control.

Lo que Yo tengo para cada discípulo, aún no lo He revelado ni entregado.

Hoy, Me presento para anunciar Mi última partida en este juego infinito de la salvación de las almas y de la redención de los males, ante los horrores que hacen llorar constantemente a Mis Ojos.

El corazón que no ama sus defectos e imperfecciones es un corazón que se cierra a la verdad; de la misma forma cuando el sol es ocultado por las nubes, todo se vuelve penumbras, por el simple hecho de no dejar de controlarse a sí mismo.

Yo les He dado las mayores perlas de Mi collar de Luz, pero pocos Me han agradado y menos han hecho lucir la Misericordia que Yo les derramé. Salir al mundo significa condenarse, dividirse al igual que dos ríos, los que terminarán en la garganta del gran abismo. Estoy siendo fiel ante los que Me respondieron.

Si en verdad amaran Mi Sacrificio y Mi Pasión, no Me quitarían el tiempo de abocarme a las grandes Obras planetarias. Para trabajar su vacío de sí y su humillación ante Mi Sagrado Corazón, les pido humildemente que vuelvan a repasar Mi Pasión durante esta noche y que todas las almas oigan Mis últimas Palabras que son para la humanidad.

Pues, Yo retornaré de una forma que muy pocos han percibido. Les di primero Mi Corazón para que lo vivieran y lo amaran, después les entregué la Voz de la Fuente Misericordiosa a través de Mis Palabras y por último los llamé a la consagración interior; y ahora algunos Me quieren abandonar y dejarme clavado en esta cruz de la maldad y de la indiferencia del mundo.

A los que persisten, que sigan adelante por aquellos que Me dan las espaldas y dejan de vivir en Mi Corazón Misericordioso.

A los que están dementes, que no se desesperen, mas que confíen en el Espíritu de Mi Infinita Compasión, y a los que se sienten cansados, que recuerden el momento de la Última Cena y el sacrificio mayor que Yo tuve que realizar para que el mundo y su sagrado proyecto no se perdiera.

Sé que Mis Palabras no serán suficientes, pero en verdad, les digo que tengan la suficiente memoria y un corazón más grande para no perder, por sus necedades, el manantial de Mis Gracias. Esta Orden deberá cumplir Mi Propósito, aunque lleguen a la cima del Monte de la Cruz solamente tres.

Miren con ojos de misericordia Mi humilde declaración. Ya no pueden ser ingenuos y egoístas, el Plan de Mi Padre los necesita para que, entre las tribulaciones, aprendan a retirar las raíces del mal durante la noche de mayor oscuridad.

Será en ese momento que Yo mismo veré con Mis propios Ojos Misericordiosos a aquellos que, habiendo pasado por la renuncia, la humillación y el sacrificio, glorificarán Mi Nombre Santo y lo harán carne en su propia carne. En ese instante, Yo seré Su Intercesor y los libraré a través del poder de Mi Gloria.

Alivien el peso que llevan Mis Manos, la cruz está cada vez más pesada y el mundo también.

¿Quién se arriesgará a defender Mi Voluntad y no la suya?

¿Quién será digno de alabar Mi Nombre y de cumplir Mis Promesas entregando su vida por los demás?

¿Quién esperará pacientemente el Retorno de su Maestro, aun cuando todo esté a punto de acabar?

Dichosos los que Me buscan a pesar de sus propias adversidades, porque les prometo a ellos que no seré el verdugo ni el juez, sino que seré la Puerta que los llevará después de esta vida al Reino Celestial.

Bajo la Piedad del Creador, sean consecuentes con Mis Preceptos.

Vuestro Rey, Cristo Jesús, el Dolorido Corazón
 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos Míos:

Hoy, Mis Palabras ya fueron escuchadas por sus corazones. Hoy, he venido especialmente para rezar por ustedes y con ustedes, por esta humanidad enferma, enferma de espíritu y de alma.

Mientras Yo estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, el mundo sufre muchas cosas; principalmente sufren todas las almas preciosas, que son veneradas por los Ojos de Dios en Su Proyecto de Misericordia y de Redención.

Ya han escuchado Mis Mensajes, ahora es momento de vivirlos y de practicarlos. Dios Me ha permitido, en gloria a Mi Hijo Jesús, rezar esta noche con ustedes el Santo Vía Crucis, aquel misterio infinito que Mi Hijo dejó grabado en el universo a través de las señales de Su Pasión. En cada estación, queridos hijos, encontrarán una llave para vivir los pasos de conversión y de redención.

Mi Hijo vivió en aquel tiempo, queridos hijos, una Pasión más amplia, más allá de lo que ustedes conocen. Por eso, Yo les vengo a revelar, a través de esta oración, los poderes que Mi Hijo dejó grabados, por medio de Su Pasión, en cada uno de los pasos de Su Calvario, porque mediante Su oferta de Amor, Él liberó muchas cosas de este mundo.

Por eso, en esta noche Yo los vengo a renovar con el Vía Crucis, así oraremos juntos por esta humanidad tan necesitada. No es necesario, queridos hijos, que ustedes conozcan las realidades de este mundo. Sus corazones, en la oración, pueden sentir y percibir las grandes necesidades planetarias; por eso, como Madre y Reina de la Paz, vengo a derramar Mis Gracias sobre ustedes y sobre el mundo.

Oremos juntos este Santo Vía Crucis, recordando la Pasión de Jesús como la pasión que muchos viven en este tiempo, pasión que los lleva a encontrar la liberación y la cura en todas las cosas. Muchos viven otras pasiones a través de la Pasión de Jesús. Su poderosa Sangre y Su poderosa Agua vienen a liberar a los corazones que están condenados en este tiempo, presos del enemigo. Por eso, Yo los invito a orar en esta noche, los invito a encender sus corazones en el Amor de Jesús, en la Devoción de Cristo y en Su profunda y predilecta Fe por toda esta humanidad, que necesita mucho en este tiempo.

Mi silencio perpetuo, en el fin de estos tiempos, les revelará muchas cosas. Por eso, estén atentos, queridos hijos, cuando Yo permanezca mucho tiempo en silencio y no les diga nada; ésta será la señal verdadera de que algo muy grande estará sucediendo en la superficie de este planeta.

A través de Mi Amor Maternal y de Mi Misericordia por todos ustedes, abro las puertas del Cielo por medio de este Vía Crucis para que Mi Corazón Inmaculado recoja sus ofertas e intenciones.

Hoy, orarán Conmigo con consciencia, de verdad, por amor, buscando ese Amor Supremo a través de la Pasión de Jesús.

Mi Hijo Me ha permitido, en esta noche, que Mis pequeños hijos en el mundo se unan a través de este gran misterio de Amor, sin importar las cosas que sucedan. Eleven sus corazones, a través de la oración, para que vivan Conmigo este encuentro verdadero. Recemos por la paz y por las almas que más necesitan de la Misericordia de Dios.
 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Anunciamos en la primera estación, la Condenación de Jesús. En ese momento, Mi Hijo sintió la flagelación interior del mundo, pero el poder de Su Amor y de Su confianza absoluta en Dios le permitieron vencer al enemigo.

Jesús carga la Cruz del mundo en la segunda estación, pero Sus dolores no se fijaban en el peso del madero, sino en la liberación del pecado del mundo. Él cerró los infiernos durante tres días, y esa principal tarea espiritual, realizada por el Misericordioso Rey, comenzó en el Calvario.

Jesús cayó por primera vez y, en ese momento, Él liberó la maldad del corazón de los hombres. Así, desterró el mal de las consciencias miserables.

Y antes de que Él cayera nuevamente, Yo lo encontré en el camino y le di Mi abrazo maternal, el abrazo de una Madre a todos los hijos del mundo. Así, en ese misterio de la cuarta estación, Yo escogí a los espíritus más impuros para liberarlos por la fuerza de Mi Amor.

Y de la multitud salió un semejante, uno que fue escogido por el propio Señor Jesucristo. Este era un hombre de Cirene que se dispuso, en nombre de la humanidad, a cargar una parte del gran peso de la misma. Así, la humanidad, en aquel tiempo, se volvió redimida por la victoria de la Cruz.

Y después de esta gran revelación de amor en la fe del Cireneo, una mujer llamada Verónica, piadosa y humilde, salió al encuentro de Mi Hijo. A través de la oferta del agua, humedeció una gran sábana para lavar del Rostro de Jesús los pecados cometidos por el mundo. En esa gran sábana de Luz quedó marcado Su precioso Rostro, el que veneró por mucho tiempo. Jesús dejó presente, para todos, el poder de Su Faz por medio de Su sacrificio de Amor.

En la segunda caída se encontraba el alivio del dolor de esta humanidad. Jesús transformó a través de esa caída el sufrimiento humano, la indignación y la falta de misericordia. Por la fuerza de Su Amor, Él triunfó victorioso.

Jesús les dijo a las piadosas mujeres de Jerusalén que debían llorar por sus hijos y por sus familias. Mas esto era simplemente una profecía de lo que sucedería en el final de estos tiempos, a través de estas generaciones humanas. Mas aún estamos a tiempo, queridos hijos, de levantarnos del suelo y seguir el camino que indica el Maestro en Su Retorno.

Jesús cae por tercera vez y libera a muchas almas de la condenación eterna. Su Preciosa Sangre, derramada durante el Calvario, dejó códigos de Luz impresos en este mundo, que brillan perpetuamente en los Recintos de Luz.

No solo Jesús fue despojado de Sus vestiduras, sino que también la humanidad despojada de sus pecados, por la oferta grandiosa de Amor del profundo silencio de Cristo, en donde se encuentra la Verdad.

Jesús fue crucificado, como se dijo, y en Su Sangre derramada se encontraba la Misericordia. Esta Sangre Preciosa fue depositada en los cálices de Luz de todos los ángeles del Cielo. Por medio de esta ofrenda preciosa, la humanidad se redimió, la paz se estableció y se cerraron todos los infiernos. Este es el gran misterio de Amor: ser lavados por la Preciosa Sangre de Cristo, en la profunda aspiración de poder vivir Su gran misterio.

Jesús murió en la Cruz por Amor a todos. Cuando Su Consciencia expiró, elevó a todas las almas de la Tierra en una profunda comunión, en una profunda gloria, celebrando Su victoria en todos los mundos y en los lejanos universos.

Fue recogido por Mis Brazos, por Mi Maternidad. Nuestra Señora de los Dolores padeció el dolor del mundo para poder liberarlo de los corazones de todos los seres que, en aquel tiempo, vivían la ira y el mal. En este misterio, en esta estación de Amor, la Piedad se reflejó como una expansión de Luz por todos los confines de la Tierra y, así, el mundo se volvió rescatable.

Jesús no solamente fue sepultado, Él desterró el mal del mundo, transmutándolo completamente de las células de todos los seres de la Tierra y, así, el nuevo código crístico fue sembrado en los que creyeron en el Mensajero de Dios, en el Mesías que retorna, que retornará entre las nubes.

Y como Él lo hizo con otros, resucitó entre los muertos, manifestando la Gloria de Dios en el esplendor de todos Sus Cuerpos. Los ángeles y arcángeles lo alabaron por haber cumplido la Misión de Dios. En este gran misterio se encuentra una llave: el Amor del corazón.

En la decimosexta estación, el Mesías que ya había ascendido a los Cielos, envió a la Virgen Santísima y a Sus apóstoles a fundar la Orden de los Templarios, la Orden de la Eucaristía, que se extendió por los cuatro puntos de la Tierra y, así, toda la humanidad conoció a Dios a través de Jesús, hecho Cuerpo y hecho Sangre, en gloria y alabanza al Supremo.

En la decimoséptima estación, María, la Madre de Jesús; María Magdalena; José de Arimatea, sacerdote de Jerusalén y un grupo de mujeres de fe, consagradas al Redentor, llevan las Reliquias de la Pasión en una larga peregrinación por el mundo, derramando sobre cada punto de la Tierra los códigos crísticos de la redención, y así nuevas luces surgieron del interior de la Tierra.

En la decimoctava estación, la última estación de este Vía Crucis, los apóstoles de dos en dos, con muchos más amigos que vivían en aquel tiempo el Evangelio, difunden la Sagrada Palabra, el mensaje de la Pasión de Jesús, despertando a los 144 000 como los Nuevos Cristos, que despiertan en este tiempo.
 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quiero hacer de este Vía Crucis un camino eterno para sus corazones.

Quiero poder llegar al mundo, hijos Míos, y contar en un futuro el Vía Crucis de la nueva era, hablándoles a los que vengan en un próximo tiempo, sobre aquellos que renovaron la Cruz de Cristo, trascendiendo los pecados de ese momento planetario y padeciendo en nombre de Dios por la renovación y por la salvación de todas las almas.

Este es el momento, Mis queridos, de que cada uno cargue su cruz así como la cargó Mi Hijo, de que sean capaces de vencerse a sí mismos y a lo que este mundo les ofrece para entonces alcanzar la redención no solo de sus almas, sino de toda esta raza que hoy vive en el mundo.

Quiero contarles, al final de este Vía Crucis, que Nuevos Cristos renacieron, que realizaron en este universo la concreción de este Proyecto Divino, porque fueron capaces de vivir el amor, de renovar como raza el Amor que Mi Hijo vivió hace tantos años.

Hijos Míos, quiero hablarles de aquellos que resucitarán después de haber muerto en vida. Quiero hablarles de aquellos que ascenderán a los Cielos, que se tornarán uno con Cristo y que volverán en esencia a la Esencia Única de Dios. Quiero hablarles, hijos Míos, en el universo, dejar que Mi voz resuene en todos los mundos, así como hoy resuena en las naciones, anunciando no solo la victoria de Mi Hijo, sino la victoria de todas las almas de este mundo, que finalmente, hijos Míos, una raza de Cristos nació en este universo para vencer definitivamente el mal y manifestar para siempre la Gloria de Dios.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Estas nuevas estaciones son los frutos generados por Cristo a través de la Pasión. Esto es importante que lo sepan, principalmente aquellos que son devotos, aquellos que viven el sacerdocio de Jesús como los que viven la vida religiosa.

Hoy, les traigo los frutos espirituales de Cristo, perlas preciosas para esta humanidad que debe volver a resucitar a través del Espíritu de Jesucristo.

Les agradezco por responder a Mi llamado esta noche.

La Reina de la Paz los bendice y los ama.

Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

¡Aleluya, aleluya, aleluya! ¡Viva el Supremo Padre, Rey del Universo, Amor entre los amores, Curador entre los curadores, Fuente Suprema de Unidad y de Amor por toda la eternidad!

Que así sea en ustedes y en todos los seres de la Tierra. Amén.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Antes de elevarme, hijos Míos, como símbolo de esta cruz que derramé hoy sobre ustedes, quiero llamar a aquellos hijos Míos que decidieron consagrar sus vidas a Mi Corazón. Y, al mismo tiempo que elevo Mi Corazón a lo Alto, derramo sobre este mundo las Gracias Celestiales que ayudarán siempre a sus vidas para que puedan seguir Mis pasos.

Les agradezco eternamente.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y para cerrar este encuentro sagrado con María, respondiendo a Su llamado, vamos a realizar la Oración a la Madre de la Infinita Misericordia y vamos a brindar toda nuestra gratitud a nuestra Madre del Cielo, a nuestro Señor Jesucristo y a nuestro Supremo Padre Creador.

¡Oh Madre Purísima de la Infinita Misericordia!,
que Te dignaste a venir del Supremo Cielo en nuestro auxilio,
ayúdanos a ser libres de nosotros mismos.

Fortalece nuestra fe para que podamos cumplir con el Sagrado Propósito.
Protege día y noche el caminar de nuestros pasos.
Libéranos de las amarras del mal.

¡Oh Sagrada Madre de la Infinita Misericordia!,
que revelaste el poder de Tu Faz
sobre los sagrados suelos de Aurora.

Que Vuestro Santísimo Corazón
renazca en nuestros corazones.
Que Tu bondadosa Mirada de Madre
guíe el camino interior que debemos recorrer.
Que Tus benditas Manos
bendigan la misión mayor que debemos cumplir.

¡Oh Madre de la Infinita Misericordia!,
que Tu Corazón nos una al Corazón Glorificado de Cristo,
y que nada nos separe de Ti,
para que en el día del Gran Retorno del Redentor,
glorifiquemos por siempre la Gracia de Dios.

Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, TRANSMITIDA AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 10.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Hoy Mi Corazón bendice a Portugal, España y Noruega, porque sé que Mi Corazón Sacratísimo aún deberá salvar a muchas almas que están en diferentes planos de consciencia.

Por eso, les pido que sigan orando con el corazón, así atraerán a vuestras vidas el universo de Mi Divina Misericordia, el océano infinito de Mi Amor y de Mi Piedad, que Yo quiero derramar sobre todos ustedes y especialmente en todo el mundo.

Abran vuestros corazones para que Yo pueda saciar Mi sed en el manantial de vuestro amor infinito por Mí, así podrán ayudarme, queridos compañeros, a que Mis Planes aquí en Europa también se puedan cumplir.

Hoy vengo a traerles desde el Cielo un Mensaje de paz y de reconciliación. Y en nombre de Nuestra Madre Santísima, María, derramo sobre ustedes la Gracia que Mi Corazón alcanzó cuando viví por ustedes la Cruz y la Pasión.

Por eso, vengo a liberarlos de vuestro intenso calvario. Vengo a retirar con Mis Manos las cadenas de la perdición. Vengo a retirarlos de la prisión en la cual viven.

Por eso, calmen vuestros corazones en Mi Corazón. Dejen que solo Mi voz reverbere en vuestras esencias para que Yo pueda caminar a vuestro lado, mostrarles el camino de salida y de confianza en Dios.

Cuando los reúno a orar Conmigo, a través de la Oración de la Misericordia, es para que juntos podamos cumplir con la finalidad, es decir con la Voluntad del Padre Eterno, que Él propone para este tiempo en Europa.

Vuestros corazones ya han caminado en la instrucción. Recibieron todas las enseñanzas que necesitaban en estos tiempos. Ahora es momento de arriesgarse un poco más y cruzar el umbral hacia Mi Corazón Eterno, así Yo podré decirles qué es lo que más quiero de ustedes en este camino que propongo hacia la simplicidad y la humildad.

Si vuestros corazones están cansados, que descansen en Mi Corazón. Si vuestros pies ya duelen por tanto caminar, que vuestros pies descansen dentro de Mi Corazón, dentro de Mi Camino de Luz y de Paz. 

Reposen vuestros seres dentro de Mi Ser y Yo los fortaleceré y los animaré a seguir adelante por este Camino Crístico.

Nada les prometo para este tiempo sobre la Tierra. La felicidad, Yo se las prometo después de esta vida. Pero para que eso pueda suceder, Mis amigos, el sufrimiento deberá existir para que se puedan aliviar los sufrimientos del mundo: el sufrimiento por amor, el sufrimiento por liberación, el sufrimiento que traerá esperanza para los que no la tienen.

Pero sé que muy pocos se animan a vivir el sufrimiento, porque no es el sufrimiento que ustedes conocen. No será necesario que vivan el sufrimiento que Yo viví por ustedes.

Mi Divina Misericordia viene a anunciarles el tiempo de la liberación, la cura total de vuestras heridas y el momento de la gran esperanza para todos.

Mes a mes, el Cielo se aproxima a través de Mi Corazón. El Padre se presenta a través de Mi Espíritu Eterno.

Espero que puedan comprender la magnitud de esta Gracia, a través del acto simple de la Comunión Conmigo. Si ustedes comulgan Conmigo por toda la humanidad, todo estará dicho, Mis compañeros, y el mundo se podrá liberar de lo que sufre.

No solo espero reunirlos a ustedes en este tiempo, sino a todos aquellos que aún no Me siguen. Por eso, el esfuerzo será mayor para todos. Pero todo será premiado en el Cielo Eterno a través de la vida eterna, de la unidad Conmigo de una forma perpetua y amorosa, alegría que vivirán después de esta vida, por haber servido al Eterno Dios y a Su Proyecto de Amor y de Redención.

Pero aún queda mucho por hacer, Mis amigos. Mantengan firmes, en vuestras manos, la antorcha de la Luz y de la Paz.

Que los corazones que sufren y que han caído puedan ver grabado en ellos la bandera de la paz y la unión que han tenido Conmigo en este tiempo. Un tiempo precioso para todas las almas, una intercesión especial que Mi Corazón concede al mundo con una sola finalidad, que todos puedan regresar a Dios, que busquen a Dios, que no lo ofendan más, sino que alegren sus corazones en Dios, que lo glorifiquen y que lo honren por toda la eternidad y por todos aquellos que no lo hacen en este tiempo. Si vuestros corazones glorifican al Padre, cuando otros corazones puedan despertar también glorificarán a Dios.

En nombre de la Potestad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, bendigo y consagro el pan y el vino, signos visibles de la reparación en Dios, de la unión de las almas con el Universo Eterno, a través de Su Hijo predilecto y amado, que derramó Sangre y Agua por el mundo, generando para toda la humanidad la liberación del pecado, la reconciliación de todos los seres de la Tierra con el Padre Eterno a través de Su Sacratísimo Corazón de Amor.

Por la bendición de este día y esta oportunidad de estar aquí, en Portugal, preparen vuestros corazones para el día de mañana. Ya deberá estar encendida la llama del corazón para que las chispas de luz, aquellas que serán irradiadas por vuestro amor profundo, se puedan expandir por el mundo y llegar a las almas que más necesitan.

Todo esto y más, es posible a través de la oración del corazón.

Les agradezco. 

Vayan en paz. 

Glorifiquemos a Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Tú que te desesperas, mírame a los Ojos.

Tú que te perturbas, mírame a los Ojos.

Tú que vives el calvario de la vida terrenal, mírame a los Ojos.

Tú que sientes que todo está perdido, mírame a los Ojos.

Tú que piensas que no serás salvado por Mí, mírame a los Ojos.

Tú que pierdes las fuerzas y el valor de seguirme, mírame a los Ojos.

Tú que estás en el camino de la transformación, mírame a los Ojos.

No dejes de contemplarme y mírame a los Ojos.

Confirma tu permanencia en Mí y mírame a los Ojos.

Sacia la sed de tu espíritu en Mi Corazón y mírame a los Ojos, porque Yo te confortaré y contigo sostendré la cruz que debes cargar hasta el fin de la meta.

Siempre búscame y mírame a los Ojos.

Estoy aquí, mírame a los Ojos.

Fortalece tu fe y pierde tus miedos, mírame a los Ojos y siempre dime sí, a pesar de tu soledad, de tu cansancio, de tu inquietud.

Mírame a los Ojos, porque conocerás el poder de Mi Misericordia para ti.

Mírame a los Ojos y no te olvides de Mí.

Mírame a los Ojos y encuentra la Luz Salvadora de Mi Corazón.

Mírame a los Ojos y confiésate Conmigo, Yo te conozco muy bien.

Mírame a los Ojos y abandónate en Mí.

Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.

Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Quien, verdaderamente y sin apuros, reza la Coronilla a la Divina Misericordia podrá recibir los preciosos y glorificados Códigos de Luz que Mi Consciencia alcanzó durante Mi agonía en el Huerto de los Olivos, con la Sangre derramada durante la flagelación, durante la dolorosa coronación de espinas y cuando Yo cargué con la cruz de ustedes hasta el Calvario y, además, durante Mi Crucifixión.

Todos esos Códigos ingresarán en el alma que a las tres de la tarde haga uso correcto y con devoción de la Coronilla a la Divina Misericordia. En ese horario no solo rezarán con el corazón, sino que Yo les daré a conocer el poder de Mi Gracia Sublime y así, sus corazones conocerán los pasajes de Mi Pasión paso a paso tal cual Yo la viví.

Ingresen a partir de este momento en la ciencia de Mi Misericordia y sean agradecidos por poder comprender, en estos tiempos de caos, cada uno de los misterios infinitos que guarda Mi Sagrado Corazón.

Si aceptan conscientemente aprender a vivir la vida de oración, sus consciencias superiores estarán disponibles para ayudar en Mi Plan de salvación y, en consecuencia, sus seres más terrenales contarán con el auxilio del espíritu mayor de sus verdaderos seres. De esta forma Yo preparo corazones para que sean obreros del Plan y consciencias que sean servidoras de Mi Padre Eterno.

Hoy les derramo la sabiduría que Mi Consciencia Cristificada guarda para que entiendan que es posible consagrarse a Mi Señor cuando tan solo dicen sí; porque así la voluntad de ustedes se entregará para que despierte en sus corazones la Voluntad Divina. 

Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por comprender Mis Palabras con el espíritu del corazón.

Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Me alegra ver que Mis seguidores se esfuerzan por estar unidos y reunidos en Mi Nombre.

Para aquellos que en estos tiempos están perdiendo la fe y la confianza en Mi Plan de Rescate les digo: que cada uno tome su propia cruz y Me siga por el camino que silenciosamente estoy trazando para las almas.

Ahora algunos de Mis seguidores se encuentran casi en la cima de su calvario, preparados para superar el último tramo de la batalla que los agobia, que los cansa y que les quita la fuerza necesaria, intentando hacerlos desistir de que Me sigan hasta el final.

El camino de la Gloria aún no será para muchos, pero Mi Misericordia es tan bondadosa que Yo podré hacer avanzar a los que están muchos pasos atrás. Vengo hoy hacia ustedes para darles Mi aliento, Mi aspiración, Mi consuelo. No hay nada más importante, Mis queridos, que seguir adelante sin mirar atrás, dejando de lado los errores, los enojos y las incomprensiones.

Permitan una vez más que Mis Rayos Universales los transformen y los purifiquen para que, resplandeciendo como una nueva perla, pueda entregarlos cristalinos y puros en las Manos de Mi Padre. Ya no hay nada para hacer, ya no hay que mirar atrás, los conozco tanto que Yo sé qué es lo que necesitan en cada segundo de sus vidas.

No es momento de permitirse bajar los brazos ni de descansar como si fueran tiempos normales porque la batalla aún no se inició. Sean transparentes como el agua y cristalinos como la lluvia para que nada que provenga de este mundo los pueda enturbiar. Intenten estar unidos a Mi Propósito, dejen atrás las ideas que los engrandecen, es momento de estar vacíos como odre nuevo para que Mi Sangre nueva y que transfigura los pueda consagrar como siervos de Mi Mensaje.

Queridos, es la hora de sostener con fervor la antorcha de la fe y de la luz; no permitan que el enemigo despierte astutas discordias entre sus corazones, y estén atentos a las únicas y últimas señales que Mi Corazón pronunciará en breve tiempo. Sobre todas las cosas, Mi Espíritu Paternal los sostiene en tiempos muy difíciles y en situaciones irreversibles. 

Quien esté dispuesto a seguirme que Me siga y se renueve Conmigo, día a día, en la fe infinita del corazón. Estoy a su lado sin descanso, espero ardientemente a los nuevos apóstoles.

Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.

Gracias por guardar y meditar sobre Mis Palabras desde el corazón.

Cristo Jesús, el Redentor


  

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

En verdad les digo, queridísimos hijos, que quien permanezca bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón siempre podrá ser guiado mientras recuerde que debe ser amoroso, servicial y compasivo con sus semejantes para que Mis Planes de Paz se cumplan en todas las naciones de la Tierra.

Por eso, hijos Míos, hoy los invito a ser parte activa del poder de la oración para que vuestras vidas sean un principio de Creación en las Manos de Dios y el sonido de amor que nace desde Su Voz.

Es importante, queridos hijos, ser lo que Dios quiere que ustedes sean en este tiempo. Como instrumentos del Padre, lleven hoy Mi Paz, porque aún son muchos los que no la tienen y la necesitan. Ustedes serán posibles rosas de Mi jardín solo cuando se unan a Mí en la oración del corazón. Así, irradiarán al mundo la Luz que él necesita en estos tiempos de mudanzas.

Queridos hijos, correspondan a lo que Dios hoy les pide: ser verdaderos hijos de Dios en la oración del corazón y en la paz, porque de esa manera estarán ayudando a la armonía interior que muchos de Mis hijos necesitan.

El Reino de Mi Paz quiere hacer morada en la vida de todos, pero aún encuentro lugares que no están plenos de Mi Amor Maternal. Por eso, hoy los invito a estar vacíos, vacíos como lo estuvo Mi Hijo Jesús en el momento de cargar la cruz y llegar hasta el Calvario.

Imiten a Jesús en los simples ejemplos para que sus vidas encuentren el camino de la humildad que toda la humanidad debería recorrer frente al trono de Dios.

La Fuente del Amor está brotando en nombre del Padre, a través de Mi Materno Inmaculado Corazón para que ustedes reconozcan que los amo y que los acompaño como la Señora de las Gracias Eternas.

¡Les agradezco por corresponder a Mi llamado!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Como Madre del Consuelo, les doy la Paz y todo el Amor Celestial del Padre.

Como Reina del Cielo, los quiero acercar hacia el Divino Corazón de Mi Hijo.

Hoy, queridos hijos, el permiso de parte de cada uno de ustedes posibilitará que sus almas se unan a Cristo y Cristo se una en Amor a ustedes.

Ya es el tiempo de vivir la conversión del corazón a través del ejercicio diario del verbo en la oración.

Vuestras vidas deben ser ejemplo de hermandad y de caridad para que este mensaje de donación pueda transmitirse a los que aún no viven el servicio absoluto al Creador.

Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es el gran consuelo y auxilio para todas las almas y en Mis brazos pueden encontrar el refugio y el amparo necesarios para cada uno de Mis hijos. Cuando todo parezca difícil en vuestras vidas, será el momento, hijos Míos, de comulgar a través de la oración con Mi Glorificado Hijo.

Es hora de que sus miradas se dirijan hacia la Mirada consoladora y misericordiosa de Jesús, porque en Él encontrarán el alivio del calvario interior que están viviendo.

Sepan, queridos hijos, que el gran consuelo que Mi Corazón quiere derramar es el consuelo de la paz. Porque es en la paz que muchos de Mis hijos en el mundo podrán nacer como esencias preciosas delante del trono de Dios.

El verdadero alivio consolador para los afligidos es una de Mis misiones celestiales en la Tierra. Pero ahora, a todos los grupos de oración marianos Yo les dejo la tarea de revertir, a través de la oración del corazón, todas las causas que hacen sufrir a innumerables hijos que necesitan de paz y de amor.

Ustedes ya están bajo Mi Manto, pero ahora los demás hijos, los más distantes de Mí, también deberán estar bajo la Luz Redentora de Jesús, Luz Infinita de Dios Padre.

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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