Tú que te desesperas, mírame a los Ojos.
Tú que te perturbas, mírame a los Ojos.
Tú que vives el calvario de la vida terrenal, mírame a los Ojos.
Tú que sientes que todo está perdido, mírame a los Ojos.
Tú que piensas que no serás salvado por Mí, mírame a los Ojos.
Tú que pierdes las fuerzas y el valor de seguirme, mírame a los Ojos.
Tú que estás en el camino de la transformación, mírame a los Ojos.
No dejes de contemplarme y mírame a los Ojos.
Confirma tu permanencia en Mí y mírame a los Ojos.
Sacia la sed de tu espíritu en Mi Corazón y mírame a los Ojos, porque Yo te confortaré y contigo sostendré la cruz que debes cargar hasta el fin de la meta.
Siempre búscame y mírame a los Ojos.
Estoy aquí, mírame a los Ojos.
Fortalece tu fe y pierde tus miedos, mírame a los Ojos y siempre dime sí, a pesar de tu soledad, de tu cansancio, de tu inquietud.
Mírame a los Ojos, porque conocerás el poder de Mi Misericordia para ti.
Mírame a los Ojos y no te olvides de Mí.
Mírame a los Ojos y encuentra la Luz Salvadora de Mi Corazón.
Mírame a los Ojos y confiésate Conmigo, Yo te conozco muy bien.
Mírame a los Ojos y abandónate en Mí.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús