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40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Ahora, que ya estás dentro del desierto cuaresmal, busca dentro de ti la respuesta que tanto esperas escuchar y sigue lo que te dicta tu corazón, porque el corazón sabe que deberá cumplir la ardiente aspiración del Señor de convertirte en un alma bienaventurada, incluso aún estando en la Tierra.
Un alma bienaventurada sirve sin reclamar. Un alma bienaventurada es incondicional. Un alma bienaventurada tiene su corazón pronto para lo que sea.
Encuentra en el desierto el misterio oculto de Dios, en lo que aparentemente es árido y solitario. Estás ante la revelación del Amor abundante de Dios, Amor que no tiene fin y que renueva todas las cosas.
Que tu vida sea una expresión de la Fuente inagotable del Amor de Dios".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En esta noche de viento, de otoño, les traigo el Soplo del Espíritu de Dios, porque Él Me envía como Su Portavoz y Su Mensajero.
Yo soy el Ángel de la Custodia del Cuerpo Eucarístico de Jesús. Soy el Celador del ofertorio de todas las almas que se encuentran con Cristo.
Los he llamado aquí, a este lugar de Aljustrel, donde habita el Ángel de la Paz, porque aquí se concentra Nuestra presencia. Aquí, descendemos y aquí, trabajamos por la humanidad.
Quisiera que lleven Mis Palabras al corazón, para que ellas siembren la preciosa Luz de la Fuente.
Hoy, les traigo un Cáliz vacío, que no contiene la Sangre de Cristo, sino que es el Cáliz que está disponible para cada uno de ustedes, para que sea llenado de sus ofertas y de sus ofrecimientos a Dios, a fin de que el pecado del mundo sea aplacado y se cumpla la Misericordia y no la Justicia en la humanidad.
Este es uno de los tantos Cálices que están vacíos sobre el altar; solo que Nuestras manos se cansan de sostenerlos, porque ha pasado un largo tiempo de espera del ofrecimiento de los escogidos y de los autoconvocados.
¿Quién verterá en ellos sus experiencias de amor, de entrega, de redención y de fe; para que, por Nuestras propias manos de servicio abnegado e incansable, los Cálices sean elevados al Cielo en ofrecimiento al Dios Creador y sean depositados sobre Sus Siete Altares de Luz y de resplandor?
Él Nos envía para intervenir en este mundo de caos y de dolor; así como el Ángel de Portugal lo hizo aquí, en Fátima, y les presentó el Cáliz a los pequeños pastores para que bebieran de la Sangre y comieran del Cuerpo de Cristo.
Hoy, Nosotros, los Ángeles de Dios, venimos a buscar el último y definitivo ofrecimiento, para reparar las ofensas que recibe el Corazón de Dios y para enmendar los horrores que los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, sienten de este mundo.
Por este ofrecimiento se escribirá el Nuevo Tiempo y se plasmarán los nuevos acontecimientos, porque el mundo se ha desviado de la justicia y de la paz.
¿Ahora, entienden la importancia de esta causa, que no es pasajera, sino perpetua, algo que solo sus almas pueden comprender y sentir?
Por eso, que Mi Voz, que es la Voz de Dios, se haga eco en los corazones abiertos a escuchar el Mensaje y a cumplirlo, así como está escrito desde el principio.
Mi Voz es como un trueno en el espacio. Mi Amor es como una lanza que traspasa el corazón espiritual.
Dichosos los que cumplen con este pedido. Felices serán en el final de los tiempos, a pesar de los errores del mundo, porque los que responden a la Petición de Dios serán como candelabros en la absoluta oscuridad planetaria. Y, a través de ellos, Dios obrará y cumplirá una vez más Su Palabra.
Yo vengo después del Ángel de la Justicia y de la Esperanza, Efraim-El, como el segundo Mensajero de Dios enviado al mundo; porque ha llegado la hora de preparar la superficie para el Retorno de Cristo, y solo los que oren con Nosotros sabrán lo que haremos.
Dios les oculta Sus Misterios a los soberbios e injustos. Dios les revela Sus Dádivas y se las entrega a los puros de corazón.
Mi Palabra, que es la Palabra de Dios, se escribe en este momento en el éter de la Tierra, llamando, desde los cuatro puntos cardinales del planeta, a los últimos Cristos, que arduamente prepararán Su llegada.
Este es el Mensaje que quiero que guarden en el centro de su ser, para que resuene y construya las nuevas formas, las Sagradas Geometrías de Dios, que los harán partícipes de Su Santa Voluntad.
Nosotros somos los enviados del Arcángel Gabriel, así como los Santos Padres Creadores se anunciaron en otros tiempos a la humanidad a través del Pueblo de Israel, así como María Santísima escuchó la voz de los ángeles, así como San José escuchó la voz de los ángeles en Sus sueños, así como el propio Cristo fue sostenido y acompañado por el Arcángel Miguel, así como los patriarcas escucharon la Voz de Dios en el desierto, así como el pueblo de Israel recibió de Nuestras manos el maná en el desierto para sobrevivir durante 40 años, así como los sumos sacerdotes de las tribus de Israel vieron Nuestras presencias junto al Arca de la Santa Alianza.
Este es el llamado del Universo Angélico y Ultraterrestre. Los planos y las consciencias se vuelven a unir a Nosotros, entre el Cielo y la Tierra, entre la Tierra y el Cielo.
He aquí el Cáliz de la reparación de los Hijos de Dios, de los que aman el Propósito y lo viven, de los que reverencian lo sagrado y lo practican, de los que hacen de su propia vida una oración, en persistencia y fe, hasta algún día alcanzar la meta, que ya está escrita.
Las puertas de los Sagrarios de toda la Tierra están abiertas para los que quieran unirse a la Divinidad de Cristo y ser uno con Él y uno por Él; para que, en la adoración al Divino Sagrario, los graves ultrajes de la guerra, del hambre, de la enfermedad y de la impunidad sean reparados en este tiempo por las almas, tan simplemente al venerar el Eucarístico Cuerpo del Señor en los Sagrarios de la Tierra.
Ahora, Mi Voz se eleva junto a los demás ángeles, así como Mis alas Me elevan a los Cielos, junto a la fraternidad angélica y ultraterrestre; así como el viento en esta noche sopla sobre ustedes trayéndoles los aires del Nuevo Tiempo, de la hora de la convocatoria.
En unidad y en fe,
El Ángel Celador del Eucarístico Cuerpo de Jesús, quien espera, con los Cálices vacíos, los nuevos ofrecimientos de las almas buenas y escogidas por Dios en toda la Tierra
Oremos:
Santísimo Dios,
Fuente de Amor, de Luz y de Vida,
recibe nuestros más sinceros ofrecimientos,
en gloria a Ti, ¡oh Glorioso Creador!
Amén.
A partir de hoy, rezarán esta oración al final del Santo Rosario; para que, por los ofrecimientos de los Hijos de Dios en toda la Tierra, descienda la Misericordia y no la Justicia, y el Corazón de Dios sea reparado de las ofensas del mundo, del odio, de la venganza y de la guerra en las naciones, a fin de que la paz del Ángel de Portugal se establezca antes de que sea demasiado tarde.
Les agradezco por escuchar el Mensaje de Dios.
Reflexión de Fray Luciano:
Necesitamos comprender que el proceso angélico tiene una lógica diferente a la del proceso humano y mental. El proceso angélico siempre tiene que ver con el vaciamiento, con el poder creador y con la oferta.
Y cuando ofrecemos algo, humanamente tenemos la ilusión de que estamos ofreciendo algo creado por nosotros mismos, que tiene un mérito personal. Para la consciencia angélica, a los efectos de ese Cáliz, con aquello que la Jerarquía necesita contar, la oferta es lo que somos en esencia o aquello en lo que nos debemos transformar. No son bienes, no son aspectos humanos ni siquiera virtudes.
Y la consciencia angélica, también en su pureza, nos conduce a esa comprensión de una donación absoluta, una donación que no nos disminuye, no nos aumenta, no nos torna mejores, solo consolida y acepta esa oferta como nuestra participación en la Creación.
Es importante no proyectar sobre estos contactos angélicos una comprensión humana, lineal, personal, mensurable; porque todos son contactos creadores, renovadores, trascendentes; que siguen otra lógica.
Entonces, lo que tenemos que ofrecer no debería ser nuestro aspecto o aspectos a ser purificados, limpiados, trascendidos, sino nuestros estados internos de ser, que podrán ser recogidos por los ángeles y, ahí sí, sean un servicio para purificar, trascender, curar al planeta y la humanidad.
Es un tono de Mensaje que quiebra ese paradigma mental humano de beneficio propio evolutivo y nos coloca en una línea de donación, de oferta, de pureza, de reflejar, porque solo puede existir en la expresión de la Creación una única Voluntad, que es la Voluntad del Creador.
Entonces, mientras algo en nosotros tenga la voluntad de ofrecerse, de protagonizar, de prevalecer, de diferenciarse, eso es opuesto a la lógica angélica de la unidad, de la liberación, de la pureza.
Entonces, escuchemos este Mensaje como un Mensaje para quien se vacía, para quien ofrece estados internos subjetivos, creativos y que no transfiere la responsabilidad de la propia transformación a algún poder trascendente; sino que, así como está, se abre, se vacía, para que este Cáliz reciba algún tipo de impulso angélico, creador, trascendente, al servicio de Cristo, como fue dicho, para la preparación de Su renovada Presencia en este mundo.
Mi Consciencia Divina y Cósmica, el Cristo Solar, hoy abraza espiritualmente a la Argentina y, de esta forma, la primera Fuente de la emanación del Amor Divino es preparada para que a partir de la segunda etapa de la peregrinación, ella envíe los impulsos, que las consciencias sobre la superficie de la Tierra captarán, para llevar adelante los cambios internos que son necesarios.
Eso no significa que la rebelión de los oscuros haya cesado, vendrán con más fuerza en contra de todo lo que la Divina Jerarquía proyectará para los próximos días.
Pero no teman, no dejen de alzar su voz al Universo y no dejen de clamar por Misericordia porque así toda adversidad será disuelta y transmutada, y los corazones retomarán la fuerza para poder superarse a sí mismos sin dejar atrás el cumplimiento de sus responsabilidades.
Este es el momento en el que la luz y la oscuridad se encuentran, y la guerra de todos contra todos se presenta como una oportunidad de vencerla por medio del amor o de ser derrotado por la indiferencia.
Muchas más necesidades se presentarán en el transcurso de los próximos tiempos. Por eso, este es el momento de poner en funcionamiento todo el conocimiento adquirido en los últimos años, este es el tiempo de dejar la mediocridad para pasar a asumir lo que hasta ahora no asumieron, de poder llevar la cruz hasta lo alto de la montaña para anunciar la victoria del Amor en la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Y así, desde el principio, el Padre sabía que Él se entregaría al mundo a través de Su Amado Hijo por la redención de todas las almas y el perdón de todos los errores cometidos.
Mi Voz se pronuncia a un mundo que debe despertar.
Mi Corazón se expande ante todo el Universo, trayendo la caridad de Mi Espíritu y el bálsamo de Mi Alma para todas las almas del mundo.
Nos preparamos en este momento, hermanos, para escuchar las Palabras de Cristo, que son parte del Misterio de Dios que en este momento se develará a la humanidad.
A pedido de Nuestro Señor Jesucristo, escucharemos “Así habló el Maestro” y abriremos nuestro corazón a dichas revelaciones.
Hoy traigo entre Mis manos un tesoro espiritual que aún muchos desconocen. Es algo más que su esencia y que su verdad; algo más que la existencia, que su origen.
Es lo primero que se manifestó ante el Padre Celestial, cuando Él pensó que eso existiera, antes de la creación de los Universos y de toda la vida sobre la superficie de la Tierra, como los Reinos de la Naturaleza que ustedes hoy conocen; antes de que toda la Creación fuera parte del Pensamiento de Dios y Él tuviera la perfecta y divina intención de manifestar Su Reino dentro de los hombres y mujeres.
Fue cuando Dios, su Padre Eterno, decidió develar el misterio de Su Consciencia Trina, presentándose a la humanidad a través de los últimos tiempos y por medio de toda la historia sucedida en esta parte del Universo, como en otros.
Fue así que Él encomendó a los Padres Creadores, los Arcángeles, que llevaran en Su corazón este gran Misterio Divino que se develaría a los hombres de la Tierra y en otros lugares del Universo por medio del Verbo, de la Sagrada Palabra.
Fue así que en ese momento intervino el Espíritu Santo para que todas las Virtudes y los Dones de Dios pudieran quedar grabados en la esencia de Sus hijos, no solo los que están aquí, en esta humanidad, sino también en otras esferas del Universo.
Por este acontecimiento y este pedido, Dios solicitó a Sus Arcángeles que pudieran movilizar a todo el Universo para que todos, en los mundos internos, pudieran sentir la presencia de Su Verdad y de Su Divinidad hasta en los más pequeños detalles, en el mayor sentimiento de unión con Dios y con Su Fuente.
Y este Misterio llegó al mundo. Los corazones lo pudieron reconocer cuando las grandes Consciencias Angélicas se presentaron a la humanidad. Los primeros Patriarcas y Profetas recibieron la revelación de Dios por medio de Su Presencia viva y resplandeciente, no solo a través de movimientos suprafísicos sino de Leyes inmateriales que aún la humanidad no ha descubierto completamente.
Necesito que comprendan, compañeros, que este es un misterio invisible que se muestra a sus ojos internos y a sus almas, porque Dios necesita que una parte de la humanidad lo pueda representar en este tiempo, sabiendo que una nueva civilización deberá despertar para que, por intermedio del Retorno de Cristo, el Proyecto de Dios que fue pensado en el principio y que aún no se cumplió por los errores de los hombres, se pueda establecer a través de cada esencia humana que brilla como un sol ante el Universo. Esencias que deben ser liberadas de la oscuridad y de la opresión para que reine la Presencia de Dios con la convicción absoluta y permanente de que, estando en Él y en Su Presencia, nada malo sucederá sino que triunfos luminosos se alcanzarán.
Porque el mayor testimonio que pueden dar a Dios, en este momento, es la verdadera transformación de sus vidas, su sacrificio y su entrega, sabiendo que lo que Dios aspira es que la mayoría pueda hacer algo por la humanidad, por el planeta, por la sustentación del equilibrio del eje de la Tierra, por los mares, por los continentes y por toda la Naturaleza que agoniza por la perversión de los hombres y por el castigo de los que usan sus manos para destruirla.
Yo soy Aquel que escribió con Su Sangre el nuevo tiempo y el comienzo de una nueva oportunidad, la llegada de una esperanza que mantendrá, como una llama, la fe en los corazones y el despertar definitivo hacia la redención.
Si ustedes, compañeros, hoy no hubieran ofrecido todo este trabajo, esto no sería posible, porque Dios necesita que sus consciencias puedan alcanzar la realidad para que ayuden a sacar de la ilusión a muchos que duermen y desesperan y que siguen sufriendo por sus propios errores y elecciones.
Pero Yo no vengo a castigar al mundo ni tampoco a amenazarlo. Vengo a decirles que la Fuente del Amor de Dios se puede revelar dentro de ustedes y que será la llave del portal del camino para vencer la dualidad, la maldad que se estableció en muchos corazones de la Tierra por la acción de Mi adversario. El Amor, compañeros, los ayudará a aprender a obedecer y la obediencia a la Jerarquía Divina y a la Presencia de Dios los sostendrá y los fortalecerá.
Y todo lo que aún espera en el Universo para ser revelado a la consciencia del mundo se presentará porque, así como ustedes hoy correspondieron a Mi llamado de una forma verdadera y sincera, Yo estaré aquí entre ustedes, compañeros, nuevamente hasta donde pueda y sea permitido para llevarlos siempre a Dios y para decirles que el sufrimiento es una ilusión que ha creado el hombre de superficie al apartarse del Amor.
Por eso, el propio Amor de Dios se presenta ante el mundo para que escuche, en su interior, el llamado de Dios y nunca más lo niegue, sabiendo que este es el tiempo de la última oportunidad, en el que todos serán invitados a cruzar los portales del Cosmos para que reencuentren su verdadera consciencia y su ser superior, que espera pacientemente para cumplir la Voluntad del Padre en este Universo material y en este planeta; ser superior que espera cumplir con su misión y con su tarea, ofreciéndose completamente a Dios, sin necesidad de sufrir o de padecer como lo hace el mundo todos los días.
Hoy Argentina fue liberada de un mal muy grande porque ustedes, compañeros, permitieron que llegara la Revelación de Dios, y por más que Mis palabras sean abstractas o incomprensibles, sus esencias y sus almas comprenden lo que Yo les estoy diciendo en este momento. Porque para poder comprender y conocer las Revelaciones de Dios, primero las deben amar, amarlas más que a ustedes mismos y que a todo lo que existe, y el Padre sentirá mucho agrado y felicidad por poder mostrárselas.
Y así los velos de la consciencia caerán de sus rostros, y el pasado del Universo y la historia de la humanidad se borrarán completamente de sus consciencias, y tomarán el camino que perdieron antes de cometer los errores.
Ya no es el tiempo del sufrimiento, es el tiempo de la cura, de la Misericordia, del perdón, de la reconciliación y de la renovación de sus consciencias. Esto permitirá que todos los impulsos se espejen y se reflejen en la Argentina y en el mundo entero y que más almas regresen a Dios y sientan esta comunión profunda que nace del corazón del que cree y tiene fe sin haber visto.
Lo que les entrego en Mis manos, compañeros, es lo que Dios pensó para Sudamérica y se llama Proyecto Creador de las más altas dimensiones de consciencia, en donde solo existe la felicidad, la unidad y el Amor de Dios; en donde la ley del sufrimiento es trascendida porque se vive en la Ley de la Igualdad, de la Armonía y del Amor.
Quiero y deseo que puedan vivir en esas Leyes para que sus vidas sigan cambiando y transformándose conforme el Padre lo necesita. Pero no tengan miedo de su purificación porque su purificación los liberará y los dejará más enteros y disponibles para el fin de los tiempos.
Por eso entrego Mis Gracias y Mis Misericordias para todos los seres, sabiendo que este tiempo es único e irrepetible y que antes que Yo retorne al mundo, físicamente, Me recogeré porque habré dejado todas Mis instrucciones y enseñanzas para que estén prontos para lo que vendrá. No deben tener temor por lo que aún no llegó, no tiene sentido y no tiene solución.
Ahora es el tiempo de ser lo que Dios necesita en los pequeños esfuerzos, en la entrega inmediata, en la colaboración y en la cooperación con el planeta, con los Reinos de la Naturaleza, con sus hermanos de camino, con todos los que tienen a su lado diariamente. Son almas que también necesitan amor y perdón, y ustedes pueden ser Mis precursores de ese amor infinito e invencible que puede colmar sus consciencias y todo lo que existe, por más oscuridad que haya, por más tribulación que prevalezca.
El amor no los sacará de Mí, porque si están en Mi Amor estarán en el Padre, y Yo estaré en ustedes. Esto es solamente lo que necesito para poder preparar Mi Retorno a la humanidad, el Retorno que está llegando y que ya se está sintiendo a través del despertar de los corazones.
Como una muestra de esa inmensidad de Amor y de Misericordia, hoy concederé una Gracia especial, porque sé que es una Gracia merecida y correspondida por las almas que tímidamente se animan a dar pasos hacia Mí. Pero crean que todos dan pasos hacia Mí, por más pequeños que parezcan, solo que deben ser pasos verdaderos, sinceros, pasos profundos porque Yo no necesito, como ustedes saben, que sean perfectos. Porque si debiera salvar al mundo con seres perfectos, el Proyecto no se cumpliría, la existencia no tendría sentido y la Creación no tendría motivo.
Es en el amor donde ustedes alcanzarán la libertad y curarán sus corazones y heridas como hoy Mi Presencia cura heridas del pasado de Argentina, de los desaparecidos y de los caídos en las Islas Malvinas y, especialmente de aquellos que por el terror y la opresión no pudieron ver a Dios.
Hoy por sus oraciones, por su persistencia y su fe, Argentina es renovada interiormente, a pesar de su caos exterior. Les enseño a recorrer el camino contrario porque Mi adversario no lo conoce ni tampoco lo identifica. Es con bondad, con amor y con generosidad que transformarán al mundo y a la consciencia humana y, en consecuencia, a las naciones.
Nunca levanten sus espadas. Nunca levanten su verbo. Nunca levanten su ira con ningún hermano porque les aseguro que se arrepentirán. Coloquen el fuego que forma parte de esta nación en las Manos de Dios. Que todo sea entregado a lo Alto, así como lo Alto se los entregó desde el principio hasta en los pequeños detalles de toda esta Creación Universal.
No solo amen a sus hermanos sino también a los Reinos de la Naturaleza. Abran sus sentidos y perciban que en los Reinos también existe la necesidad de cura y de perdón, la necesidad imperiosa de expresar amor a los Reinos más inocentes.
Y así su Argentina irá siendo otra, porque aquí Mi Presencia no faltará. Mi acogimiento y Presencia siempre aquí estará porque sé que lo necesitan.
En lo alto de las Sierras de Córdoba, en el mes de setiembre, su Señor dará un nuevo impulso que colocará a la Argentina en otro estado y en otro nivel. La presencia de la Jerarquía se volverá visible, no solo en el espíritu sino en el físico, porque como saben, es el tiempo del despertar, es el tiempo del amor y del perdón. Amén.
Y ahora que sus mundos internos están preparados para ingresar en Mi Iglesia Celestial, los invito a colocarse de pie para la celebración.
Y vamos a llamar aquí, a los pies de este escenario, a Karina, Sonia, Viviana, Ivonne y la mamá de Mara.
Ustedes, hijas Mías, son un grupo de almas que tienen mucho que hacer por Mí, lo he visto, lo he reconocido y sobre todo, lo he sentido.
Dios y Su mirada paternal están en todo. Por eso, a través de este acto de consagración, como Mis hijas espirituales y Mis esposas, vengo a traerles el testimonio del Amor de Dios a través de Mi Corazón por todos los que están detrás de ustedes buscando el camino del espíritu y de la verdad. Amén.
“Padre Celestial, que Tus Altares desciendan a la Tierra. Que los ángeles congreguen a las almas dentro de Tu Iglesia Celestial, para que descienda la Fuente de Tu Amor, de Tu Cura y de Tu Compasión en los corazones. Amén”.
“Padre, Tú creaste, a través de Tu Voluntad, el agua para que todos puedan sentir, todos los días, la renovación y el renacimiento de Tu Espíritu en la esencia humana a fin de que todo sea lavado, purificado y bendecido por Tu Espíritu. Que hoy las almas sean bendecidas por la Gracia de Tu Luz. Amén.”
Los elementos de consagración para las auxiliadoras.
“Que la Luz de Tu Corazón, Padre Eterno, ilumine a las consciencias para que, por medio de la consagración de la vida, siempre encuentren Tu Verdad y especialmente la Fuente de Tu Amor que las nutrirá, las renovará y las hará libres de todo mal. Amén”.
En este momento, las hermanas harán una oferta al Sagrado Corazón de Jesús, en el silencio de su interior.
Tu nombre va a ser María Sofía.
Tu nombre será Caridad.
Tu nombre será María de Israel.
Tu nombre será Esperanza.
Él quiere pedirte algo por África, que te llames María de Kibeho, por África.
Y ahora vamos al momento de la transustanciación del pan y del vino, y pedimos a aquellos que puedan, a arrodillarse en reverencia y gratitud.
Solo por amor, en aquel tiempo, tomé el pan. La Santísima Trinidad lo bendijo. Lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Y al sonar de tres campanadas el pan se convirtió en el Cuerpo vivo de Cristo.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Y aun por un acto de mayor Amor y Misericordia, tomé el Cáliz entre Mis Manos. La Santísima Trinidad lo bendijo. Lo pasé a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor y por muchos inocentes para el perdón de los pecados. Recuerden hacer esto en memoria Mía”.
Y al sonar de tres campanadas el vino se convirtió en la preciosa Sangre de Cristo.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
He aquí el testimonio del Amor de Dios para todas las almas del mundo. Dichosos serán los que se sirvan de este Santísimo Sacramento.
Oración: Padre Nuestro.
Y establecemos la Paz de Cristo en la humanidad, escuchando siete campanadas.
Que la Paz de Dios inunde sus corazones y permanezca la Verdad en sus vidas para que se realice el Plan de Dios en todas las almas y se establezca Su Reino en la humanidad. Que así sea.
Que la Paz de Mi Corazón esté en ustedes y en todo el mundo.
Yo les doy la Paz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por haberme recibido y en fraternidad se darán, por el mundo entero, el saludo de la paz.
Les agradezco por haberme recibido y en fraternidad se darán, por el mundo entero, el saludo de la paz.
Hoy vengo a entregar Mi mayor Amor al planeta, a la humanidad, a Italia.
Vengo con el Amor de Dios a encontrarlos y a sostenerlos, a través del Amor del Padre, para que vivan su tiempo de purificación, el tiempo de la redención que Mi Hijo aspira a ver en ustedes.
He venido a través de esta peregrinación al sur de Italia, para traer a Mis hijos lo que ellos necesitan, porque una Madre, en el Amor insondable de Dios, sabe lo que sus hijos necesitan en esta hora.
Hijos Míos, Yo los necesito tener en Mis brazos para que puedan ser colmados por el Amor de Dios.
Un Amor que los liberará del sufrimiento, de toda culpa y de todo pecado.
El Amor de Dios es más fuerte que toda maldad o ceguera humana. El Amor de Dios que hoy les traigo, a través de Mi Corazón maternal, les dará la paz y los retirará del cautiverio espiritual en el cual se pueden encontrar en este momento.
A través de Mi Corazón Maternal, hijos Míos, Yo los llevo al Amor de Dios, porque en el Amor de Dios no hay oscuridad, no hay adversidad, no hay miedo.
Yo les traigo el Amor de Dios para que aprendan a superar el fin de los tiempos porque en el Amor de Dios, ustedes estarán en armonía, en equilibrio interior, estarán en una profunda paz.
A través del Amor de Dios, hijos Míos, Yo vengo a abrir los ojos de sus consciencias para que sus almas en este tiempo se animen a seguir a Dios conforme a Sus Mandamientos y a Su Voluntad.
Por medio del Amor de Dios no solo les prometo la salvación, el fin del cautiverio espiritual, sino también les prometo, hijos Míos, el Reino de los Cielos por medio de un sincero arrepentimiento de corazón por todas las acciones cometidas en este lugar, en su pueblo, en su historia y a través de los últimos tiempos.
Yo les vengo a ofrecer el Amor porque en el Amor de Dios no hay sufrimiento; encontrarán alegría, fortaleza e ímpetu de conversión.
Yo les ofrezco, hijos Míos, a través de Mi Corazón Inmaculado, el Amor de la Fuente del Padre que hoy se presenta en Italia para que esta nación y todo su pueblo sean bañados por la Misericordia de Dios y es en la Misericordia, hijos Míos, viviendo la Misericordia de Dios y siendo misericordiosos en cada momento que percibirán muy claramente y con total consciencia que deberán cambiar por el bien de Dios, por el bien de su tierra, de su pueblo, de toda la humanidad.
En el Amor, Yo los aproximo a la Paz de Dios para que ese cambio de consciencia esté bajo un gran discernimiento y sabiduría, para que no sientan sufrimiento ni tampoco dolor en el momento de cambiar por una Voluntad mayor y única.
Como Mensajera de Dios y del Altísimo, como la Señora del Santo Rosario, la Reina de la Paz, Yo les pido, hijos Míos, que si abren sus ojos para poder ver el llamado de Dios por medio de la presencia de Su Sierva, todos sus hermanos y sus familias también escucharán en su interior el llamado de Dios, conforme Dios lo ha pensado y lo ha sostenido hasta este tiempo.
Abran su corazón, hijos Míos, para que en este momento el Amor de Dios los cure profundamente para que esta isla sea una isla de salvación, una isla de redimidos que se congreguen en el amor de Cristo para vivir la Palabra de Dios por medio de la luz del Evangelio y de los santos Sacramentos que Mi Hijo les ofrece día a día.
Revivan las Enseñanzas de Cristo y cada una de Sus Palabras para que, ustedes al igual que el pueblo que estuvo al lado de Jesús, puedan convertirse y transformarse en el modelo espiritual e interior que Dios necesita de cada uno de sus hijos de Italia.
Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, Yo les ofrezco la Luz de Mi Corazón que es la Luz eterna de Dios, del Dios Vivo, del Dios Altísimo, del Dios del Amor que los contempla y que los reenciende dentro de Su Fuente de Piedad, de Misericordia.
Sientan entonces, hijos Míos, el abrazo de su Madre Celestial que disipa las tinieblas, que redime a los corazones siguiendo los pedidos de Cristo, Nuestro Señor.
Yo los llamo, hijos Míos, como Señora de las Lágrimas a un momento de reflexión profunda, antes de que en Italia todo se desencadene, porque en ese momento de reflexión podrán vivir su conversión, su transformación bajo el bien que les ofrece Mi Hijo por medio de Su Comunión Eucarística.
Es así, hijos Míos, que desde Sudamérica, lugar de su Madre Celeste, llego aquí a Italia para traerles la Luz y el Amor de Dios, para que sus caminos estén limpios, sus mentes estén claras y sean movidos por el amor del corazón que habita dentro de ustedes y que debe despertar como un fuego eterno, como una fuente inacabable que se dona y que se entrega por amor.
A través del Amor de Dios, hijos Míos, Yo los bendigo y los invito a seguir Mis pasos de Sierva Fiel para que sus vidas sean un ejemplo de fraternidad y de unidad con el prójimo, de servicio y de alivio del sufrimiento.
Yo los llamo, hijos Míos, a que el servicio por los demás sea lo primordial en sus vidas para que puedan encontrar, a través de él, no sólo al Cristo Interno en el semejante, sino también la Piedad de Dios que los llevará siempre a la Misericordia y a Su Fuente.
Y les prometo que sus vidas no las reconocerán en poco tiempo, por la transformación que podrán vivir plenamente por medio del Portal de la Paz y de la Armonía que hoy abro aquí en Sicilia, para que todos Mis hijos y su historia puedan pasar por él, como alivio y cura de todo el dolor vivido en los últimos tiempos.
Yo los llamo, hijos Míos, a ser la Luz de Cristo en la Tierra por medio de un compromiso vivo con la oración del corazón.
Yo los llamo, hijos Míos, a fundar verdaderos grupos de oración, especialmente en sus familias para que el Corazón de su Madre Celestial sea el fuego que ilumine sus caminos en estos tiempos difíciles de la humanidad, para que sus familias también reciban y acojan Mi llamado.
En verdad, hijos Míos, les ofrezco un camino simple pero verdadero, es decir una última oportunidad para que toda su patria se santifique, conforme a la Voluntad de Dios y al Plan ardiente que Él desea establecer aquí.
Pero primero deberá comenzar en ustedes, hijos Míos, como ya les dije, a través de un ejemplo de verdadera conversión y de incansable servicio por el semejante.
Así impulsarán a otros corazones a que vivan el Evangelio de Mi Hijo, en la práctica de la vida diaria y no más en la teoría de sus mentes.
Quiero abrir en ustedes la Fuente del Amor de Dios. Ese es Mi propósito de hoy estar aquí y de algún día, mediante el Padre Celestial, regresar aquí para que muchos más como ustedes alcancen la luz y salgan del abismo de la consciencia porque serán elevados por el Amor y la Misericordia del Padre Celestial.
Anímense a vivir este camino para que sus familias sean una sagrada familia, al igual que la Nuestra, que las visita desde el Cielo para traerles el tiempo de la renovación y de la esperanza.
Es todo lo que hoy les quería decir.
Como Madre consagro a Italia, a través de esta consagración a este hijo Mío, que se abre cada día más para ayudar a la Madre de Dios a cumplir con el llamado y para que este llamado repercuta en cada corazón de Italia, sabiendo que hoy en este día 13 de mayo, en honor a la Señora de Fátima y del Santísimo Rosario, hoy comienza aquí, una nueva etapa para Italia, por intermedio de esta Obra que se donó a Dios por todas las naciones y los pueblos a fin de que todos conozcan el Amor de Dios.
Yo te bendigo y te consagro como Mi hijo para que muchos hijos más, de esta tierra herida pero muy santificada por Dios, se consagren algún día al inmaculado y eterno Corazón de María.
Escuchando ahora el himno de su consagración, cantaremos este himno como si fuera una profecía, la que se cumplirá en la consagración de nuevos hijos de Italia y de nuevos grupos de oración que serán parte de Mi Rosario de Luz en toda Europa.
Les agradezco, hijos Míos, por haber respondido a Mi llamado y las puertas de Mis Centros Marianos en Sudamérica están abiertas para acogerlos y recibirlos y para que encuentren, allí también, la Paz de Mi Inmaculado Corazón.
Reconsagro a Italia a Mi Corazón Maternal y a la oportunidad de vivir la Voluntad de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Clama al Padre para que el caudal de cura que proviene de la Fuente de Su Corazón descienda sobre la Tierra y permee los seres.
Clama para que el corazón del Arcángel Rafael se encienda como espejo sublime de luz, despertando y activando los espejos esmeralda que pulsan en el centro del universo.
Clama para que esta red cósmica de cura concentre sus emanaciones en la Tierra y llegue a los que más la necesitan.
Que se prepare el corazón de la Aurora interior para que, nuevamente, el planeta sienta su amor y su poder. Que se prepare el corazón de la Aurora interior, para que su seno sea la eterna morada de su Madre Celestial.
Clama, hijo, con amor, para que se abran las puertas y los portales, tanto en el Cielo como en la Tierra, y las almas finalmente crucen el umbral de su redención.
Que los enfermos de cuerpo y de espíritu no pierdan la oportunidad de reencontrar la paz. Que los Reinos de la Naturaleza también sean dignos de restaurarse y de restablecer en su interior la unión con el propósito de la vida.
Que esta aspiración divina sea parte de tu más íntima aspiración interior. Así, hijo, clama para que la aurora del amanecer ilumine siempre este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando Mi mirada se posa sobre la Tierra, ella viene repleta del Espíritu de Dios, para que la Fuente Divina de la Creación irradie Sus Dones y Su Luz hacia la Tierra.
El Espíritu Santo es la Conciencia viva de Dios que reina entre las criaturas, una parte Suya que existe para iluminar la materia y divinizarla.
El Espíritu de Dios desciende sobre los hombres en forma de aspiración, instrucción, Luz vivificadora que todo restaura. Se puede percibir la presencia de este Espíritu Santo en la iluminación del conocimiento, cuando se tiene claridad y comprensión de la Verdad; en la iluminación del espíritu, a través del espíritu de amor y humildad; en la iluminación de la materia, a través del renacimiento constante en Dios Padre.
El Espíritu Santo, hijos Míos, es la Fuente de eterna creación que permea los universos. El poder creador de los hombres proviene del Espíritu Santo, y para saber lidiar con ese don de crear, que los hace semejantes a Dios, es necesario invocar permanentemente a Su Espíritu.
En la vida de María, de Jesús y de José, perpetuamente reinaba el Poder del Espíritu Santo porque, aunque en verdad no lo conociéramos, lo invocábamos permanentemente hasta que, en el silencio y en la soledad, este Santo Espíritu se mostró a cada uno de Nosotros en secreto. Nuestros ojos se iluminaron por la presencia del Espíritu Santo y Nuestra mirada se tornó misericordiosa para siempre. Nuestras manos fueron bendecidas por el Espíritu Santo, y así como Jesús curaba, María consolaba y José traía gracias de caridad a todos los que tenían contacto con la materia de Su carpintería.
Cada ser que recibía de José, siempre de gracia, algún bien hecho por Él, recibía del Espíritu Santo una Gracia especial. En las mesas, que Él hacía, se manifestaban los alimentos que las familias necesitaban; las herramientas para cultivar hacían nacer del suelo plantas saludables y abundantes para que todos se pudieran alimentar, y así cada instrumento que Él creaba en Su carpintería llevaba Gracias misteriosas a los que los recibían.
Los niños que eran instruidos por José, eran instruidos sobre todo en el amor y en el poder de creación a través de este Amor. José, pleno del Espíritu Santo, enseñaba a los niños a obrar con caridad y a crear como los ángeles, a vivir en silencio, en castidad y en oración y, muchos de los que Él educó en Su carpintería, se tornaron discípulos amados de Jesús.
El Espíritu Santo obraba de diferentes formas en aquella simple familia, siempre en secreto, siempre en silencio. El silencio es la primera llave para los que buscan al Espíritu de Dios; la soledad con Dios es otro paso que debe ser dado por el alma de aquel que aspira a unirse a Su Santo Espírito, porque los misterios más preciosos de esta vida sobre la Tierra son revelados en el silencio del propio corazón.
El Espíritu Santo se da a conocer a aquellos que aguardan Su presencia con simplicidad, que mantienen el alma unida a Dios y que, en la Tierra, obran con caridad, humildad y silencio.
Para alcanzar la Gracia de la eterna presencia de este Espíritu se debe aspirar eternamente a estar con Él y a vivir en Dios; y cuando la mente aspira, las emociones aspiran y el alma también aspira. De esa forma, ejercítense en la caridad y en el silencio, ejercítense en la oración y en la paz, en la comprensión y admiración del prójimo; así alcanzarán un espíritu humilde, y el Espíritu de Dios, al fin, podrá aproximarse a sus corazones.
Yo los bendigo siempre.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más