MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE SAN PABLO HACIA FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Todo en la vida de aquellos que se entregan a Dios puede tornarse un servicio, aunque sus mentes no lo sepan.

Deja que el Padre haga de tu ser un instrumento Suyo en el mundo para que tu oración sea liberadora, tu renuncia sea reparadora, tu entrega sea curadora; para que tu amor a Dios sea el motor que haga de la Misericordia Divina una fuente inagotable para la Tierra y para toda la vida.

El corazón humano está lleno de misterios y uno de ellos es que casi todas las Leyes y Rayos Divinos se pueden manifestar en sus vidas, aunque ustedes no tengan conocimiento de ellos. De esa forma, hijos, sus acciones serán puras y sinceras, sus intenciones solo estarán dirigidas hacia el Propósito Divino.

Hoy sé un poco más consciente de esta realidad superior y ora, dejando que las puertas de la liberación se abran en este mundo y que, así, las amarras y opresiones que sofocan a las almas y a los Reinos de la Naturaleza se disuelvan.

Renuncia con alegría y deja que ese acto sea como un bálsamo para el Corazón del Padre, porque cuando renuncias a tu voluntad humana para cumplir con la Voluntad de Dios estás reparando, en el Corazón del Padre, todas las heridas que la indiferencia humana y la voluntad propia le causan.

Sirve y entrega tu corazón a la Ley Mayor; así, hijo, tus acciones atraerán del Cielo Leyes Sublimes que harán que las Fuentes Celestiales derramen Gracias y Misericordia sobre los que no las merecen, pero que, a pesar de sus errores y pecados, son profundamente amados por Dios y fueron creados por un Propósito Divino, del cual se desviaron.

Que tu vida sea como una luz en el mundo, iluminando el camino de los que se perdieron y devolviéndoles la paz.

Tienes Mi bendición para eso.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Camina en dirección al Corazón de Dios todos los días y busca colocar tus ojos, tu corazón y tus aspiraciones siempre en lo más Alto.

Busca tu referencia, hijo, en el Amor de Cristo, en Su Vida, en Su Palabra, en cómo Él construye espiritualmente Su Obra. Porque estás en un momento culminante de la evolución humana, en el cual muchos acontecimientos incomprensibles se darán. Incluso dentro de ti emergerán sentimientos, pensamientos y acciones que no comprenderás pero que deberás equilibrarlos con tu simple oración, con el servicio y con la unión con Dios.

El viejo hombre está siendo expurgado en tu interior y él no está formado solo por las experiencias humanas que conoces y vives. Hay mucho dentro de ti y en la consciencia humana que desconoces completamente.

Delante de esas situaciones desconocidas e incomprensibles solo un Amor mayor podrá equilibrarlas, que es el Amor de Dios.

Por eso, escucha lo que te digo y no dejes de orar sinceramente, fortaleciendo todos los días tu hilo de unidad con el Corazón del Padre, porque ese será tu sustento y el sustento del planeta en el ciclo que llegará.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Percibe la vida a tu alrededor, los Reinos, los elementos, la presencia de tus hermanos, la luz, el color, los sonidos. Percibe lo que generan en tu corazón los ambientes a tu alrededor, lo que reflejan en tu mente, en tus emociones, en tu corazón.

La vida, hijo, está permeada por la silenciosa presencia del Espíritu de Dios, pero Él se encuentra oculto, escondido como el Rey del Universo se escondía en el Vientre de Su Madre Santísima. El Espíritu de Dios solo se revela a los que son humildes de corazón y se abren para percibir los misterios de la presencia divina entre los hombres, así como Su Hijo se reveló a los simples en el Pesebre de Belén.

Si no consigues sentir la presencia del Espíritu de Dios a tu alrededor, cierra los ojos, respira y silencíate. En el aire que se adentra en tu ser, allí habita el Espíritu de Dios. En la naturaleza, en sus sonidos, en sus colores, allí habita el Espíritu de Dios.

Vive en esta presencia y actúa en cada instante de tu vida bajo los Ojos de tu Padre Celestial. Así verás, hijo, como ya no harás todas aquellas cosas que te hacen caer, una y otra vez, en los mismos errores y tendencias del pasado.

Vive con la mirada del Espíritu de Dios sobre ti. Pero no solo vive con temor de Dios; sabe que Su Presencia viene para ayudarte a reconsagrar tu vida y a perseverar en tu consagración.

Que los Ojos de Fuego de Dios que están sobre ti te conduzcan a la transformación.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un espíritu fuerte no es aquel que empuña una espada y soporta el mal y el dolor sustentándose con la energía de sus propios cuerpos.

Un espíritu fuerte no es aquel que para todo tiene una respuesta y que no se aflige ante las adversidades, sino que mantiene su cabeza erguida aun en las humillaciones.

Un espíritu fuerte, hijos, es aquel que sustenta su fuerza en el Poder de Dios; aquel que, antes de empuñar la espada hacia el prójimo o hacia algo, la empuña primero hacia sí mismo y es capaz de vencer su condición humana a través del silencio interior y de la paz.

Un espíritu fuerte es aquel que es capaz de renunciar a sus voluntades propias por amor al Plan de Dios y que, con ese mismo amor, abre las puertas que unen las dimensiones y se torna partícipe de las Leyes Divinas.

Un espíritu fuerte es aquel que sabe mirar en los ojos de sus enemigos con amor y que vive la libertad del perdón y la gracia de la reconciliación, retirando los dolores y las heridas que lo consumían, aun imperceptiblemente.

Un espíritu fuerte es aquel que sabe que, ante todo en la vida, se debe buscar la sabiduría y el discernimiento en Dios, no porque tema equivocarse, sino porque teme alejarse del camino que lo lleva al Padre.

Un espíritu fuerte es aquel que sabe decir "sí" cuando sus células y sus huesos dicen "no", y que se lanza hacia la transformación en Cristo, aunque sus cuerpos clamen por una vida humana común.

Un espíritu fuerte es aquel que sabe que solo triunfará a través de la unidad y que no teme dar las manos a sus hermanos para clamar por la paz en el mundo y por la redención.

Un espíritu fuerte es aquel capaz de dejar de lado sus necesidades para asistir a los Reinos de la Naturaleza y concederles la paz.

Hoy ustedes son llamados a esto, a ser espíritus verdaderamente fuertes en el Poder y en la Gracia de Dios, porque estos tiempos y este mundo lo necesitan.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A los que perseveran

Miren hacia el horizonte y dejen que sus ojos puedan contemplar aquello que no se ve con una mirada común, sino que se encuentra con la mirada del corazón.

Vean y sientan el despuntar de una nueva vida que comienza dentro de ustedes y, poco a poco, se va manifestando en el horizonte de este mundo.

Hoy Yo les traje el sol para que recuerden que la Voluntad de Dios mueve todas las cosas y, así como mueve el tiempo y las nubes en el Cielo, también mueve y transforma su mundo interior para que, libres de tinieblas y oscuridades, puedan encontrar lo que verdaderamente son.

Hoy, hijos, crean que la nueva vida comienza a manifestarse dentro y fuera de ustedes. Crean en el Poder de Dios que los transforma, que despierta el amor en el interior de los seres y les revela el verdadero propósito de esta humanidad.

Cada día vengo aquí para que este propósito esté más vivo dentro de ustedes. Quiero enseñarles a amar el Plan de Dios por encima de todas las cosas y a percibir que él se manifiesta más allá de sus miserias e imperfecciones.

En este día quiero demostrarles el poder de la unidad para que sientan que no solo trabajan con situaciones físicas cuando cumplen con Mi pedido de estar aquí. Mientras están aquí reunidos Mi Corazón actúa en su mundo interior, equilibrando y curando sus debilidades para que aprendan a amarse unos a otros.

Crean que, en estos días, todo puede ser curado, porque la Mano de Dios trabaja en ustedes mientras sus manos se unen a las manos de sus hermanos para realizar una tarea.

Crean que, durante los trabajos grupales que Yo les pedí, pueden curar su falta de amor, de fraternidad y de unidad con el prójimo. Dense la oportunidad de trabajar unidos con aquellos con los cuales tienen alguna dificultad y, durante ese servicio, observen y busquen las mejores virtudes de sus hermanos. Hagan eso como parte de una profundización interior, como parte de su camino evolutivo y como una oferta por el planeta. Todo sucederá dentro de sus corazones y, más aún, Yo les digo: las virtudes de sus hermanos les aportarán lo que les falta a ustedes. Y, sin que lo perciban, estarán recibiendo del otro lo que necesitan para transformarse.

Curen esa enfermedad de la humanidad de buscar las miserias, las dificultades y las imperfecciones del prójimo y busquen en sus hermanos las virtudes, los dones y la Gracia de Dios, para que sepan lo mejor que cada uno puede aportar al Plan de Dios. Así, les digo, no solo se curarán a sí mismos, sino a toda la consciencia humana.

Que cada trabajo grupal represente un nuevo paso interior.

Tienen Mi bendición para eso.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Por todo sé agradecido, pues la gratitud, hijo, es esa energía superior que nace del Corazón de Dios, se espeja en Sus ángeles y arcángeles y desciende a la Tierra para permear a los hombres y enseñarles a retornar a Dios.

La gratitud es una vibración sublime que transforma y transmuta la condición humana, elevándola a realidades desconocidas para que, así, viva revelaciones no solo sobre sí misma y sobre la vida, sino sobre toda la Creación.

La gratitud es el reconocimiento del Amor de Dios; es esa energía divina que nace constantemente en el interior de aquellos que reconocen la Gracia del Padre Creador.

Ingresa, hijo, tú también en las leyes sublimes que rigen la evolución de éste y de todos los Universos, pues Dios, siendo uno solo, manifestó la Vida en las dimensiones y la primera emanación que les envió fue la gratitud, gratitud por la existencia, por la vida, por las criaturas.

Encuentra todos los días esa emanación sublime, siendo tú también agradecido por todas las cosas y elévate al Origen, en el Corazón del Padre, dejando que Él despierte en tu interior aquello que es perfecto y que se oculta en ti, porque solo se manifiesta a través de la gratitud.

Sé agradecido por todas las cosas y eleva este mundo al Corazón de Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Golpea a las Puertas del Cielo con tus oraciones y clama por Misericordia.

Con tu verbo y tus intenciones solo pide a Dios que tenga compasión de los que se pierden en las ilusiones y en los engaños del mundo para que, en el tiempo de su despertar, conozcan la paz y no la angustia ni la desesperación.

Golpea a las puertas del Cielo con tus oraciones y ruega al Padre para que, con Sus Manos extendidas hacia el mundo, rescate a aquellos que están en los abismos y que no tienen fuerza, fe ni esperanza para clamar por sí mismos. Sé la voz de los que se arrepienten de sus pecados, pero que su orgullo y su miedo son mayores que su capacidad de pedir perdón y redención a Dios.

Golpea a las Puertas del Cielo y permanece en reverencia a los Pies de Dios, reconociéndote pequeño, imperfecto y pecador; y clama al Padre para que te lave con Su Pureza, para que esta misma Pureza que recibes de Dios pueda ser vertida como una lluvia de gloria y de gracias sobre todos los seres de la Tierra.

Golpea a las Puertas del Cielo y ofrece tu corazón y tus oraciones por el rescate de los Reinos de la Naturaleza. No te canses de clamar a Dios por este mundo porque, hasta el último instante del tiempo de redención y de purificación de la Tierra, la Misericordia y la Gracia serán necesarias. 

Sé portador de la Misericordia. Sé multiplicador de la Gracia. Sé un intercesor entre Dios y los hombres.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy Mi Corazón se alegra por la respuesta de Mis compañeros y amigos.

Hoy Mi Corazón se enciende por la gratitud que siento por cada uno de ustedes, no solo porque están aquí, sino porque esto, hijos, es el reflejo de una respuesta de sus seres internos, de la sed que sus espíritus sienten de despertar, de beber del Conocimiento divino que, como su Instructor, Yo les traigo. Este Conocimiento está más allá de las palabras y es irradiado a través de Mi Corazón por Mi simple presencia, porque él está en Mí y Yo en él, en una perfecta unidad porque esta es la Voluntad de Dios.

Como Instructor de este mundo, el Creador depositó en Mi interior Sus Libros Sagrados, Su Conocimiento divino y universal para que, poco a poco, Yo pueda revelarles y, más que eso, pueda enseñarles a amar ese Conocimiento, para que él se transforme en sabiduría y, de esta forma, sus consciencias y sus espíritus sean dignos de construir la nueva vida sobre la Tierra.

Para eso estoy aquí, para instruirlos y formarlos, no para lleguen a Mi Corazón, sino para que amen este camino evolutivo que los conduce al Corazón de Cristo y, a través de Él, al Padre.

Hoy Mi Corazón se convierte no solo en un espejo, sino en una fuente de sabiduría. Creo un puente con el Corazón de Dios para traer esta sabiduría a la Tierra e irradiarla a sus corazones para que reciban este legado y no lo pierdan, a pesar de los acontecimientos de la Tierra.

Vengo a depositar esta sabiduría dentro de ustedes para que, cuando Nuestras Voces ya no resuenen en el mundo, cada uno de ustedes pueda mirar hacia dentro de sí y encontrar ese Conocimiento para saber actuar, discernir y atravesar las pruebas que vivirán como humanidad.

Hoy, hijos, vengo a enseñarles a amar a la vida superior, a la vida cósmica, más allá de la vida crística que está escrita en los Libros Sagrados de la Tierra.

Hoy les traigo los Libros Sagrados del Universo para que encuentren allí su historia, aquella que no comenzó en el planeta, sino en el Corazón de Dios, en la Esencia más pura de su Padre Creador, que se fue diseñando a lo largo de su evolución como esencias, como consciencias, como espíritus y, finalmente, como seres humanos.

Esta vida que ustedes viven en la Tierra es un momento culminante de una evolución que se viene construyendo mucho antes de este planeta.

Por eso, hijos, ahora que aprendieron a amar a la Sabiduría que recibieron en el planeta a través de los Libros Sagrados que el Creador transmitió a sus diferentes profetas, apóstoles y discípulos; ahora amen el Conocimiento divino atraído por los Espejos del Cosmos, por los profetas celestiales y por los apóstoles que aún no conocen, los Señores de la Sabiduría que habitan en el Universo y que hasta hoy los acompañaron de forma silenciosa, pero que, en este momento, llegó el tiempo de conocerlos. 

Les digo todo esto porque la evolución, en este planeta, debe dar un paso y eso acontecerá a través de cada uno de ustedes.

Si no aman el Conocimiento del Universo, la vida que se guarda en el Infinito, ¿cómo podrán manifestar el Reino de Dios en la Tierra?

El Reino de Dios, hijos, no es nada de lo que conocen con sus mentes, es algo que conocen con sus corazones, con sus esencias, porque ellas provienen del Corazón del Padre y guardan en su interior los Principios más puros de Dios.

Por eso, en este momento, abran sus corazones, dejen que Yo diseñe este momento de despertar en los espejos de sus espíritus, aquellos que protegen a sus esencias.

Permitan que el espejo de Mi Corazón de Instructor se refleje en los espejos de sus corazones y les muestre, así, la verdad que se guarda detrás de Mis Palabras.

Así como hay una jerarquía en la Tierra, también hay una Jerarquía en el Cielo, y la vida eterna es mucho más profunda de lo que ustedes imaginan.

A lo largo de su evolución como humanidad, fue parte de la Voluntad de Dios que ustedes vivieran aislados de esta realidad superior, porque así podrían vivir un aprendizaje único, porque el amor que deben desenvolver aquí no existe en ningún otro lugar de la Creación divina sino en el Corazón del Padre y del Hijo, y aun allí se debe renovar.

Si ustedes supieran de la Verdad Superior desde el principio, jamás podrían vivir una experiencia única, porque serían influenciados por todo lo que se vive en el Cosmos.

Pero en este momento, hijos, todo el universo aprende con la Tierra, y llegó el tiempo de retornar, de vivir su experiencia final, no para que el planeta deje de existir, sino para que él exista verdaderamente, cumpliendo la Voluntad de Dios y el Propósito que nació del Corazón del Padre al pensar en la Tierra.

En este último tiempo de ignorancia, de ilusión, de velos en sus ojos, el planeta se estremecerá, no solo físicamente sino también espiritualmente para que, de esa forma, recorriendo el camino en el calvario de estos tiempos, aquellos que fueron convocados para vivir una experiencia crística, puedan vivirla y, de esa forma, abran un nuevo ciclo, un nuevo tiempo, en el que la Tierra podrá retornar al Tiempo de Dios, a la Realidad Superior, porque ya cumplió con lo que el Padre esperaba, ya comenzó a dar los primeros pasos en la renovación de su Divino Amor y esta renovación podrá continuar a través de toda su Creación, de todos los seres que no conocen, pero que aguardan poder vivir este amor que se desenvuelve en la Tierra.

En este tiempo, hijos, cuando todo haya pasado, la Tierra recibirá un nuevo nombre, un nombre que proviene del Corazón de Dios, y cada uno de ustedes será llamado a través del sonido sagrado que emanó de las fuentes sublimes cuando fueron creados. Ya no habrá personajes que vivan en la Tierra a través de las personalidades de los hombres.

Cada ser manifestará lo que verdaderamente es, porque esta es la Voluntad Divina.

Sé que todo lo que les hablo les parece muy distante y, a veces, irreal.

Recuerden que Yo estoy colocando dentro de ustedes una verdad de la que no son conscientes, pero que deberán comenzar a recordar, por eso les hablo de ella. Dejen que ella ingrese en su corazón y los transforme, no para que sean otros, sino para que sean ustedes mismos y dejen de dormir en el sueño del planeta, con sus ojos turbios por la ilusión de la Tierra, para que puedan despertar, porque el tiempo ya está llegando y aquellos que no tuvieron la misma Gracia que ustedes tienen hoy de escuchar estas palabras y de recibir este Conocimiento Divino en su interior, se despertarán tarde y no tendrán tiempo para arrepentirse de sus errores y para enderezar sus caminos para llegar a Dios.

A estos, hijos, la realidad los tomará por sorpresa y no comprenderán lo que ven delante sus ojos, no comprenderán lo que sienten sus corazones, porque la realidad para sus mentes era la vida sobre la Tierra y no la Verdad que provenía del Corazón del Padre.

Hoy reciban lo que les digo y sepan que hay mucho más para ser revelado, pero sus corazones se deben ir preparando como la tierra que preparan para recibir a las semillas nuevas que generan nuevos árboles, nuevos frutos, nueva vida. Esta preparación, hijos, acontece a través de la oración, acontece dejando quebrar este viejo hombre que piensa y critica todo lo que Dios les entrega.

Dejen que su mente se detenga por un momento, que sus corazones se abran a algo desconocido. No tengan miedo de sentir el Amor de Dios, porque Él no les hará mal.

El corazón humano sufre cuando se resiste porque, para ingresar en la Verdad de Dios, ustedes deben perder todo aquello que tenían como verdad y, de esta forma, también perder su voluntad humana, su  voluntad propia, porque sus planes ya no tendrán sentido y solo reencontrarán el sentido cuando encuentren la Voluntad de Dios para sus vidas.

Para vivir lo que les digo, ustedes no necesitan estar en un lugar diferente. Necesitan, hijos, dejar que una química oculta, interna, acontezca dentro de ustedes. Es algo que comienza en sus corazones y que, muchas veces, sin que lo perciban, se manifiesta en su vida externa. No es al contrario, no es cambiando de casa, de ciudad, de empleo que vivirán una transformación, porque muchas veces hacen todas estas cosas y siguen siendo los mismos, viviendo la misma ilusión.

Por eso, en esta mañana, Yo vengo con este Conocimiento Divino, vengo con la luz de los Espejos del Cosmos para transformarlos por dentro, para despertarlos por dentro.

Sientan en su corazón Mi Presencia. Contemplen internamente el Cosmos que se manifiesta a través de Mi Corazón. Contemplen las estrellas, luces que se encienden en un azul profundo. Contemplen las fuentes de la vida que parecen lagos celestiales, de una luz que desconocen, porque sus colores solo se contemplan en la vida celestial.

Dejen que esta imagen ingrese en su corazón, profundicen en ella, lleguen al Corazón de Dios, que no es un ser humano, sino una Fuente Celestial, una Luz que no tiene dimensión, que no tiene forma ni color, pero que guarda en sí todas las dimensiones, todas las formas, todos los colores, todos los sonidos.

Vean, hijos Míos, que todo esto que les muestro se refleja en el espejo de sus corazones. Les estoy revelando la puerta, que hay dentro de ustedes, hacia el Corazón de Dios. Les estoy revelando la llave de la semejanza con el Corazón del Padre.

Contemplen, en este momento, su espejo interior, su esencia divina y vean allí todo lo que les digo: el Cosmos, las estrellas, las galaxias, los planetas, las Fuentes de la Creación y el Creador. Todo esto se esconde dentro de ustedes y, en este diseño divino muchos otros misterios se guardan: rayos, energías divinas y sublimes, una vida superior, planetas, civilizaciones, seres en evolución.

Vean así, hijos, que el Padre no los abandonó en la ilusión de la Tierra. Él escondió dentro de ustedes Su Verdad, Su presencia, como en ningún otro ser de Su Creación.

No busquen comprender lo que les hablo; solo reciban con amor lo que les traigo, porque viene de Dios.

Este Conocimiento estará escrito en los Libros de la Redención de la Tierra, los que se están escribiendo en este tiempo a través de las Palabras de los Mensajeros Divinos y que completan un legado único no solo para este planeta, sino para toda la Creación. Aquello que es sagrado, no es sagrado solo para la Tierra, sino para toda la vida.

Hoy, hijos, como humanidad, ustedes viven algo único, una Gracia celestial que sé que no comprenden, pero que pueden estar agradecidos por ella, porque este momento se escribe en la historia de la Creación, así como se escribieron los momentos en los que el Hijo de Dios estuvo en la Tierra.

Ustedes están aquí para preparar Su Retorno y aunque esto parezca algo distante y que nunca vivirán con sus ojos, con sus corazones, vivos; hoy Yo les digo que sí, que lo vivirán, que no es algo distante, que es un acontecimiento que ya se manifiesta en la Tierra en los niveles espirituales, que, poco a poco, se diseña en la manifestación de la Vida.

Por eso les digo estas cosas, para que vivan cada día como si fuera el día del retorno de Cristo. Él puede llegar en cualquier momento y ustedes deben estar prontos para esto.

En sus oraciones, recuerden lo que Yo les dije, recuerden este puente que hay en su mundo interior hacia la Consciencia Divina.

Contemplen la propia esencia como algo sagrado, verdadero y, de esa forma, dejen que la Vida Superior ya no sea una Enseñanza, ya no sea una Instrucción de la que beben y beben, pero no asimilan. Vean que la Vida Superior es algo vivo, que ustedes son la Vida Superior.

Vamos a realizar juntos una oración que, a pesar de pequeña y simple, guarda en sí todas las llaves que ustedes necesitan para llegar a Dios; para que Él manifieste Su Presencia en ustedes; para que, de esa forma, Su Reino Celestial también viva en la Tierra.

Señor, yo que nada soy,
me entrego a Ti
para que hagas de mí Tu Morada. 
(Se repite siete veces)

Sé que muchos no creen, pero en la Eucaristía se guarda la Verdad Divina, porque en ese misterio el Creador les entrega todo lo que Él es, para que sean como Él y se fundan ​​en Él en cada comunión.

Por eso, en este momento, como Sacerdote consagrado por Cristo desde el inicio de Mi existencia, vengo para consagrar estos elementos, para que Mis Gracias, las que traigo del Cielo en el nombre de Dios, se tornen materia en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, porque lo que les traigo y lo que les hablo no proviene de Mí, sino de Dios.

Cada palabra pronunciada por los Mensajeros Divinos es manifestada por la Voluntad Divina, por eso son sagradas y deben ser reverenciadas eternamente.

El recuerdo de la Santa Cena no está solamente en los Libros Sagrados, sino que se profundiza en los libros del Universo, porque este acontecimiento fue y es mucho más profundo de lo que ustedes imaginan.

Cuando Su Señor elevó el pan, lo bendijo y lo partió, toda la Vida lo reverenciaba, las civilizaciones se postraban, los Espejos del Cosmos se volvieron hacia la Tierra y el mismo Dios hizo silencio, manifestando Su Gratitud por la entrega de Su Hijo para la renovación de Su Amor en toda la vida.

Cuando Su Señor elevaba el Cáliz, lo bendecía y lo repartía entre Sus compañeros como Su Sangre, como el símbolo de Su "sí" que era emitido a Dios, no solo por el sacrificio que viviría en la cruz, sino por una entrega perpetua, manifestada a lo largo de los siglos en los niveles del Espíritu porque, hasta hoy y todos los días, Cristo revive Su entrega para estar en todos los sagrarios de la Tierra.

En cada momento de Comunión, el Universo vuelve a reverenciar a la Tierra, los Espejos se vuelven hacia el planeta para irradiar cada código, cada instante de la historia del sacrificio de Cristo que fue escrita, en ellos, para que cada momento vivido por el Señor sea impreso en los elementos ofrecidos por el hombre para ser divinizados y sacramentados y, así, transformados en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

Como toda la Vida, como todo el Universo, como la Consciencia Divina que en este momento vuelve a hacer silencio, reverencien también ustedes la transformación de los elementos en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo y sepan, hijos, que esta es la Ceremonia más Sagrada de sus vidas, porque no importa dónde estén o quién esté oficiando, porque cada sacerdote en ese momento recibe la Gracia de Dios y toda vida reverencia la entrega de Cristo, para que el Amor se renueve, no solo en el corazón humano sino también en el Corazón de Dios.

Juntos oremos y en gratitud sintamos la transubstanciación de estos elementos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo:

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Padre Nuestro (en arameo, transliterado al español)

Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiabenWela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin 
Aamein.

Que la paz, el amor y la Vida de Cristo estén en sus corazones.

Le dejo, hijos Míos, Mi profunda gratitud por sus vidas, por sus esfuerzos y por su presencia.

No dejen de profundizar en su camino interno, porque él solo termina cuando ustedes llegan a Dios y se funden en Él eternamente.

Les dejo Mi bendición y Mi paz y, sobre todo, Mi divina gratitud a sus corazones.

Les agradezco.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Alegren sus corazones en la Fuente de Paz que proviene del Corazón de Dios y que permea lo más profundo de la Tierra, como la savia que nutre a los árboles y les da vida.

La Paz de Dios es la fuerza sublime que proviene del Cielo y nutre a la consciencia del planeta, creando fuentes menores en lo profundo de la Tierra, en recintos sagrados llamados Centros de Amor.

Comulguen de los Dones de Dios que ingresan en el planeta y están disponibles para todos los que se abran en gratitud para recibirlos.

Comulgar y vivir los Dones de Dios es más simple de lo que imaginan. Basta que sus corazones estén dispuestos a la transformación, y a veces, distraídos de sí mismos, para que en un acto de servicio al prójimo, al Plan, a la vida, sus seres sean permeados por las Gracias que provienen del Padre.

Yo los congrego en el espíritu de servicio, no solo para que reparen algo o por el servicio en sí; Yo los congrego en el servicio para que, olvidándose de sí mismos, dejen que el Amor y la Alegría que provienen del Padre los transforme, los renueve y los torne dignos de ser llamados hijos de Dios, compañeros de Cristo.

Cuando sirven en un lugar sagrado, por más simple que sea su servicio, el Amor que proviene de Dios y que allí encuentra su morada, puede permear también sus corazones y, más allá de ellos, llegar a toda la consciencia humana.

Hoy, hijos, Yo les entrego la llave para la cura, para la transformación y para la vida fraterna. Sirvan con alegría, sabiendo que, en este momento, Dios los observa.

Ya no miren al Cielo para pedir cura, transformación o gracias, porque todo les fue dado en forma de oportunidades de servir y de descubrir que la vida superior está dentro de ustedes y que se manifiesta cuando ustedes se distraen de lo que piensan que son y se abren para ser lo que son en verdad. 

Dentro de ustedes habita lo sagrado, lo divino; y si no lo ven, deben buscarlo, pero no solo consigo mismos, sino en el servicio, en unión con sus hermanos.

Yo los congregué aquí porque quiero conducirlos a una nueva escuela de amor, aunque piensen y sientan que nada de lo que hacen es nuevo. Renuévense en este, Mi pedido, de estar juntos sirviendo, construyendo y manteniendo esta, que es su casa, y la casa de Dios.

Dejen que nazca de sus corazones la alegría que sienten los niños y, en poco tiempo, ustedes verán que todo cuanto clamaban a Dios, ya se manifestó en ustedes sin que lo percibieran.

Mi gracia está en sus vidas. Yo solo los llamo a encontrarla.

Hoy, Yo los bendigo, les agradezco por responder a Mi llamado a la unidad y les pido que no bajen los brazos, pues verán nacer los frutos del propio esfuerzo.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla en el Centro del Universo, en el Corazón de la Creación, al Padre Creador en Su Silencio. Fuente de todas las fuentes, Luz que generó todas las luces, Silencio de donde nacen todos los sonidos. El Corazón del Padre observa a la Tierra, esperando el despertar de la humanidad, que en su mayoría vive indiferente a Dios.

El Corazón del Padre hace silencio con Amor, un Amor que no conocen en este mundo, pero que son llamados a vivir.

Para encontrar el amor de Dios necesitan buscarlo más allá de sus vidas humanas; necesitan detenerse y procurar en el propio interior el puente hacia el Corazón de la Vida, que es Dios.

Sepan que Su Silencio tiene más sentido que todas las palabras, porque aunque fuesen pronunciadas todas juntas, no expresarían lo que es el Padre.

Sepan que el Silencio de Dios expresa algo único para cada ser. No basta que Dios hable con sus hermanos; Él aspira a pronunciar en cada corazón Su Silencio, para que lo sientan, lo vivan y sepan de la existencia de Dios y de Su Amor por la propia experiencia con Él.

Vivir a Dios los transforma, los cura y los renueva en el verdadero sentido de su existencia. Por eso, hijos, más que buscar filosofías y ciencias, ante todo, busquen a Dios. En la humildad de una oración y en la verdad del silencio interior lo encontrarán. Y así, Cara a cara, cumplirán con Su Voluntad y recibirán de Él el Amor que deben expresar en la Tierra.

Aquel que los inspira a buscar a Dios,

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Le hablo al corazón del viejo hombre para que se rinda y se torne nuevo, renovado en Dios por Su profundo amor.

Le hablo al corazón retrógrado de una humanidad perdida para que, sabiéndose desviada, busque el camino de regreso al Corazón del Padre y se adentre en el camino de su redención.

Le hablo a los miserables, a los pecadores y a los indiferentes, para que sepan que, reconociendo sus miserias, pecados e indiferencias, pueden convertirlos y hacer de ellos un motivo para que la Misericordia descienda sobre el mundo y permee no solo su ser, sino a toda la vida.

Les hablo a los que se consideran pequeños y a los que se consideran grandes, para que cada uno, rindiendo sus vanidades, sepa que no es queriendo ser pequeño ni grande como llegará a Dios, sino siendo nada, poniendo a disposición del Padre su grandeza y su pequeñez, sabiendo que todo encuentra sentido solo en Dios.

Le hablo al mundo por una Voluntad Mayor, haciendo de Mi voz el eco de la Voz Soberana del Creador, porque Él envía a Sus Mensajeros para advertir y guiar a la humanidad. Por eso, escuchen a los Mensajeros de Dios como la misma Voz de Dios que les habla. En gratitud, reverencien la Gracia que el Padre les concede.

Sepan que si escuchan estas palabras, ellas son para cada uno de ustedes, es Dios mismo el que los llamó por el nombre para que escuchen Su Voz.

Te hablo a ti, hijo Mío, porque esta es la Voluntad Divina. Ahora basta que sigas estas palabras para que comprendas lo que el Creador espera de tu corazón.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ora como si fuera la última oportunidad de clamar por este mundo. Olvídate de ti y coloca tu corazón en los que realmente sufren y padecen, sin recibir el amor que necesitan para salir de los abismos en que se encuentran.

Confía humildemente en el poder de la oración y no dejes que tu boca pronuncie palabras vacías en los momentos en que te dispones a orar. Recuerda siempre que ese es tu mayor servicio, que sin oración no hay planeta, no hay amor, no hay Plan Evolutivo que se manifieste, porque para que el ser humano sea digno de ingresar en el Tiempo de Dios, primero debe rendirse y dar los primeros pasos en su transformación.

Hoy te digo, hijo, que no hay mejor camino para la humildad que la oración, que te coloca rendido y transparente delante de Dios y que, traspasando los límites de tus propias necesidades, alcanza a los corazones que sufren y que no conocen el amor.

Recuerda, hoy y siempre, que, si quieres llegar al Padre, si quieres cumplir la Voluntad de Dios para ti y para el mundo, debes orar sinceramente y profundizar cada día más en tu oración, de manera que ella sea cada vez más verdadera.

No servirá de nada, hijo Mío, que hagas muchas cosas, que pienses tanto en ti, si al final de todo tu corazón no se rinde a un Plan Mayor.

El camino a la redención es más simple de lo que imaginas. La propia oración te enseñará a orar, siempre y cuando seas sincero y persistente en eso que es más que un ejercicio espiritual, es una necesidad planetaria.

Ora y Yo te escucharé, y uniré Mi Corazón al tuyo para que recorras este camino con fe y, poco a poco, llegues a Dios, elevando tu corazón y el corazón humano, en su totalidad, al Creador.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el Universo infinito de la Verdad de Dios se guardan todas las religiones, filosofías y ciencias verdaderas. 

Las religiones, las filosofías y las ciencias son las formas que el hombre encontró para expresar, en diferentes épocas, culturas y bajo diferentes influencias, los impulsos que el Creador les enviaba para construir una comunicación con Dios y, así, un camino de retorno al Corazón del Padre.

Después que la humanidad se perdió del Propósito Divino, la vida espiritual comenzó a ser impulsada como forma de religar a los hombres con el Padre, a las criaturas con el Creador. Pero Dios, hijos, es uno solo y Su Verdad también es única.

Para comprender las religiones y encontrar un punto en el cual ellas se unen, no se debe buscar en sus enseñanzas. La esencia de las religiones se encuentra en lo profundo de la consciencia humana y su pureza se revela en la manifestación de sus consecuencias en la vida de los seres.

Una religión cuando es verdadera lleva a la consciencia a experimentar el Amor que proviene de Dios y que los llama a amar todo tipo de vida, indistintamente. El amor es el punto de encuentro que debe existir entre las diferentes expresiones de los caminos que llevan a Dios. 

Cuando hay amor, hay comprensión. Cuando hay comprensión, hay respeto. Cuando hay respeto, hay fraternidad. Cuando hay fraternidad, hay amor. Y donde está el amor, allí está Dios. Todo comienza y termina en el mismo principio.

Les digo eso porque este es el tiempo de manifestar el respeto, la fraternidad, la comprensión y, por sobre todas las cosas, el Amor. Así sabrán encontrar al Padre en la diversidad, en la diferencia y cerrarán las puertas para el mal que divide y separa a los hombres, no solo entre ellos, sino también de Dios.

Oren por la unidad y oren por el Amor, porque esta es la única cosa necesaria en este y en todos los tiempos.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En los Reinos de la Naturaleza, Dios encuentra Su Morada.

En los Reinos de la Naturaleza, el Creador expresa Su Perfección.

En los Reinos de la Naturaleza se guardan los misterios del universo y las llaves para ingresar en la nueva vida.

En el amor a los Reinos de la Naturaleza yace la expresión del Nuevo Hombre.

En el amor a los Reinos de la Naturaleza yace la cura de todos los males y de las enfermedades físicas y espirituales, porque el secreto de la vida es el auxilio mutuo entre todo lo que fue creado.

Si quieren vivir la cura, sirvan y curen a los Reinos de la Naturaleza. Si quieren elevarse hacia Dios, ayuden a un árbol a vivir su elevación. Si quieren aprender a vivir el amor, déjense amar por el Reino Animal y aprendan con ellos a expresar, sin miedo ni vergüenza, el amor que hay en su interior. Si quieren ser firmes y fieles, aprendan de la donación de los minerales. Si quieren ser transparentes y expresar la semejanza con Dios, contemplen, amen y reverencien los océanos.

El Creador les concedió la gracia de renovarse todos los días por medio de la renovación que viven constantemente los Reinos de la Naturaleza.

Renuévense en el amor contemplando los Reinos.

Supérense en el amor sirviendo a los Reinos.

Sean más amor, viviendo en comunión con los Reinos y, así, podrán ser llamados dignos hijos de Dios.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Eleva tu consciencia a través del silencio, de la oración y de la aspiración a descubrir la ciencia espiritual de la vida. Deja que tu naturaleza de criatura divina se revele, a través de la humilde aspiración de expresar lo que verdaderamente eres, lo que naciste para ser.

Hasta hoy, hijo, la vida sobre la Tierra solo expresa una síntesis de las experiencias vividas por cada ser a lo largo de su evolución. A pesar de que este planeta haya sido creado para generar la renovación de la vida, nada aún de lo que en él se vive es nuevo.

No fuiste creado para expresar destrezas, sino virtudes; virtudes espirituales e internas que renuevan los Dones de Dios cuando son vividas por la expresión del amor en el corazón humano.

Todo en la vida sobre la Tierra guarda en sí un propósito sagrado y una ciencia divina y espiritual que cuando es vivida, transforma y eleva al planeta para que alcance el Corazón de Dios.

Los Reinos de la Naturaleza, los elementos, la composición de los seres de la Tierra, los grupos familiares de vida, algunas formas de expresión de la vida humana, todo guarda en sí un propósito sagrado. Y los seres humanos portan en su interior la síntesis de ese propósito, la llave para su manifestación, el misterio para su expresión.

La naturaleza cumple con su parte, hasta donde le es posible. La consciencia del planeta cumple con su parte, hasta donde le es posible. Y el mismo Dios cumple con Su parte, hasta donde le es posible. Pero para que todo se renueve, el corazón humano debe despertar, elevarse y colaborar para la elevación y la renovación de toda la vida.

La existencia humana es un misterio incomprensible para quien no conoce el Amor de Dios.

Medita en lo que te digo y cuando estuvieras delante de una manifestación de la vida, sea un elemento de la naturaleza, de los Reinos, sea de un semejante, emana amor y gratitud y aspira a que ellos expresen lo mejor.

Así se construye la evolución, siendo el motor que al otro lo lleva a amar.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras las almas peregrinan por los Centros Marianos, confortan el Corazón de Dios y alivian las llagas que la indiferencia humana provoca en lo profundo de ese Sagrado Corazón.

Las almas que peregrinan por los Centros Marianos también son almas reparadoras, porque no solo están curando y reparando su propio ser y su espíritu, sino que también están curando y reparando la consciencia humana, muchas veces distante del Corazón del Padre.

Peregrinar a los Centros Marianos es como caminar hacia la Casa del Señor, subir los escalones de Su Iglesia Celestial y estar ante Su Divino Altar para vivir la redención y, así, abrir las puertas para que otros también puedan vivirla.

En estos tiempos de caos y de indiferencia en el mundo, el Corazón de Dios encuentra Su aliento y Su alegría en las almas que peregrinan a los Centros Marianos, porque, a pesar de sus vidas y de sus responsabilidades, ellas reconocen la importancia y la urgencia de crear un vínculo verdadero con Dios en su interior.

Este mundo, hijos, necesita de almas reparadoras que peregrinen a los Centros Marianos, no solo para encontrar la paz, sino también para abrir la Fuente de la Paz al mundo.

Las almas que peregrinan a los Centros Marianos también son sembradoras, porque, como pájaros de luz, buscan en la Fuente las semillas de la nueva vida y las llevan a sus casas, ciudades, naciones, fecundando ese principio de lo nuevo en la consciencia humana.

Los peregrinos que llegan a los Centros Marianos reciben del Padre Su Gracia y la llevan para multiplicarla al mundo, dondequiera que estén.

La importancia de peregrinar a los Centros Marianos aún es desconocida para muchos, porque los misterios que se guardan como tesoros espirituales en la contraparte interna de los Centros Marianos todavía no fueron revelados a los hombres.

Felices los que peregrinan a los Centros Marianos, porque se tornan instrumentos del Señor y portadores de la nueva vida sobre la Tierra, aunque no lo sepan.

Hoy, hijos, les agradezco por ser peregrinos y por llegar a los Centros Marianos buscando la paz.

Felices aquellos que los reciben con amor y dejan en sus corazones el Amor de la Jerarquía. Multipliquen lo que recibieron. Sean pacificadores en este mundo.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Renuévate todos los días en la fuente de la paz y de la oración que proviene de Dios. No dejes que tu ser se pierda el cambio de los ciclos, por estar distraído y preso en los ciclos anteriores. La vida en este tiempo tiene un ritmo dinámico y firme y, para acompañarlo, es necesario estar en oración y en paz. 

La oración te hará vigilante para que puedas actuar con sabiduría cuando sea necesario.

La oración traerá paz cuando los acontecimientos del mundo borren la esperanza del corazón de muchos seres que no conocían a Dios.

La oración renovará tus fuerzas y tu compromiso con el Padre, cuando de tus huesos humanos emerja el miedo y la indiferencia. 

La oración te llevará a Dios y guiará tu camino de retorno al Corazón del Padre, aun cuando Él parezca estar distante de ti. 

La oración protege. La oración ampara. La oración unifica. La oración transforma. 

Ora, hijo, no te olvides nunca de orar. 

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El alma que se consagra al Corazón de Cristo y se entrega al Plan de Dios, antes que nada, coloca a los Pies del Creador sus miserias y sus virtudes, rindiendo ante el Padre todo su ser para la transformación.

El alma que se consagra al Corazón de Cristo y se entrega al Plan de Dios es aquella que, reconociendo su pequeñez e imperfección, reconoce también la grandeza del Creador y sabe que, cuando el corazón está abierto, el Señor opera milagros dentro y fuera de los seres.

El alma que se consagra al Corazón de Cristo y se entrega al Plan de Dios es aquella que, en lo más intimo de su mundo interior, comprendió que la vida no tiene sentido si el espíritu no está colmado y que, en este tiempo, no hay plenitud sino en el cumplimiento de la misión espiritual de cada ser.

El alma que se consagra al Corazón de Cristo y se entrega al Plan de Dios, sabe que no existe el fracaso, sino las oportunidades de vivir la humildad, la confianza y el fortalecimiento de la fe.

Hoy el Creador los llama a un nuevo paso y a un nuevo ciclo para que sus almas se consagren, no para que sean perfectas, sino para que amen la Perfección que proviene de Dios y caminen en dirección hacia ella, creyendo en el milagro que el Creador hará en sus vidas cuando se dejen moldear por Él. Crean que un día ustedes llegarán a la perfección, porque retornarán al Padre.

Sientan que, para vivir este tiempo de unidad con el Creador, todo sacrificio es poco, toda entrega es pequeña y toda transformación es válida, aunque los haga quebrarse por dentro y por fuera y que, así, no reconozcan nada de ustedes mismos ni siquiera sus mejores virtudes.

Hijos, no hay nada más maravilloso para el Corazón de Dios que ver un alma que se consagra a Cristo y se entrega a su Plan, porque de esa forma estarán dando un paso más en el retorno a Su Corazón, a la Fuente de la cual partieron.

Al partir, ustedes dejaron en lo profundo del Creador una esperanza y, cada vez que dan un paso en su consagración, la esperanza de Dios se fortalece. Por eso, hoy, tornen plenos sus corazones, no solo con la alegría de sus espíritus, sino, sobre todo, con la alegría del Corazón de Dios.

En esta tarde, los Ojos del Padre derraman Gracias y Bendiciones sobre el mundo, porque Sus lágrimas son de regocijo.

Yo los amo, los bendigo y siempre les agradezco por confiar en el poder de la transformación y en los milagros que el Creador hará en sus vidas.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Felices los que aspirando a conocer profundamente el Universo y la Creación de Dios, no temen conocerse a sí mismos y adentrarse en lo profundo de su condición humana para transformarla.

Felices los que reconocen la grandeza de la Creación y, teniendo sed de sus misterios, saben que para adentrarse en el infinito Cosmos, deben ingresar primero en el propio interior para transformarse.

Felices los que se muestran firmes delante del mundo, audaces y fieles ante Dios, pero que, por encima de todo, usan esta virtud para transformarse a sí mismos, para no caer en sus propias trampas, para no sucumbir ante los errores que ya saben que deben superar.

Felices los que aspiran al nuevo hombre y al nuevo tiempo y no lo buscan en el prójimo, sino dentro de sí mismos.

Felices los que saben que la renovación del amor comienza en el propio interior y aman este misterio lo suficiente como para rendir delante de Dios todo aquello que, en sí mismos, no conoce el amor y se niega a amar.

Felices los que están dispuestos a ser instrumentos de Dios y no de sí mismos; los que quieren construir en la Tierra el Reino Celestial y no el reino humano, y saben que los primeros que deben aprender a ser siervos de Dios son ellos mismos.

Felices los que encuentran su alegría en el servicio, en el sacrificio y en la transformación de sí, porque ellos serán dignos, hasta el fin, de ser llamados compañeros de Cristo. En su entrega se renovará el Amor de Dios; en su vacío se alzará la nueva Iglesia de Cristo; en su nada se revelará al mundo la grandeza del Creador.

Escojan ser felices ante Dios y plenos en Su Espíritu. Así conocerán la paz, aun en tiempos de transición.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Medita en la esencia de la vida. Cierra los ojos y, con respiraciones profundas, ingresa en lo profundo de tu ser, en tu corazón. Imagina tu cuerpo físico, tus células y átomos, esos sistemas que, con perfección, te dan la vida.

Adéntrate en lo que tú eres, comenzando por la expresión de tu alma en la materia de tu cuerpo. Comienza a penetrar más profundamente en tu corazón y descubre que, más allá de la materia, hay vida.

Encuentra en ti la puerta hacia tu propia alma, hacia tu espíritu, hacia tu esencia. Contempla en lo más profundo de tu corazón una luz brillante y pura, una esencia divina, y permanece en silencio delante de ella. Siente su pureza y su luz cristalina que brilla independientemente de lo que haya a su alrededor.

Ingresa en esa luz dentro de ti y observa cómo ella está formada por muchas otras luces más pequeñas y semejantes, pero de una pureza desconocida. Su brillo no tiene un color que puedas distinguir, porque no existe en la naturaleza ni en la imaginación de los hombres algo que se asemeje a ella.

Ingresa más profundamente en esa luz, compuesta de pequeñas luces, y ve tu consciencia inmersa en ella, como si te sumergieras en una luz profunda que deslumbra tus ojos, pero que colma tu corazón.

Adéntrate en esa luz sin fin y percibe que las pequeñas luces que la formaban se van volviendo grandes cuando las comparas con tu consciencia. Ve que entre ellas se va abriendo un espacio de color azul profundo como el Cielo en la noche. Las pequeñas luces que formaban tu esencia comienzan a esparcirse en ese infinito. Contempla a los soles, las galaxias y los planetas que surgen delante de tu interior.

Observa, hijo, esto es lo que eres: un principio de una Creación infinita. En tu interior se guarda la puerta hacia el Cosmos. Tú habitas en Dios, así como Él habita en ti. Y, si encuentras esta verdad, no sentirás más ni vacío ni soledad, porque nada estará separado.

La vida es en tu interior y tú eres en la vida.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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