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Abraza la cruz que Dios te entrega, así como Su Hijo la abrazó en el camino del Calvario.
Recibe los flagelos de este tiempo y levántate, una y otra vez, en el espíritu de la fortaleza y de la humildad; ofreciendo cualquier sacrificio, pesar, adversidad o dificultad en las Manos de Dios y sigue adelante como una reparación para este mundo.
Vive con paz las humillaciones de este tiempo y recibe en tu rostro las espinas que te recuerdan siempre que el único reinado verdadero es aquel que proviene de Dios y que todas las coronas y honras de este mundo no son más que espinas que hieren, en los rostros de los hombres, su pureza y su verdadera faz.
Permite que el calvario de este tiempo te conduzca a un Amor desconocido, te conduzca a descubrir el verdadero sentido de la vida, así como Cristo descubrió el verdadero sentido del Amor al perdonar todo en la Cruz de Su tiempo.
Prepara tu corazón como Cristo lo preparó, con oraciones y silencio, en comunión con Su Padre.
Porque el calvario de este tiempo ya está delante de ti. Las pruebas que te llaman a la superación en el Amor ya comenzaron. Ahora, hijo, tu deberás mirar hacia el Cielo, hacia el Corazón de tu Padre y Señor para decirle: "Padre, mi corazón está pronto".
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Vengo con el Sol, con el Niño Jesús en Mis brazos, para bendecir al mundo y pedirles que oren.
Oren por las almas que agonizan por no comprender las pruebas de estos tiempos, y oren por aquellos que se comprometieron con el rescate planetario y no cumplieron con su misión.
Oren por los que están enfermos de espíritu, sometiendo a otros al sufrimiento, y oren por los que sufren por vivir las injusticias impuestas por los hombres en este tiempo.
Oren por los Reinos de la Naturaleza, cada día más ultrajados y olvidados, como si no fueran parte de la Consciencia Divina. Los hombres que los maltratan no saben que es al propio Dios al que ofenden y matan todos los días.
Oren por la consciencia del planeta que, a pesar de sustentar la Tierra, vive la constante indiferencia de los hombres que, ciegos por su ignorancia, no conocen su espíritu y ni siquiera agradecen por la vida que les es conocida.
Oren, hijos, porque el mundo necesita de reparación, las almas necesitan de salvación y llegó el momento de que la Tierra ingrese en otras leyes, en otro tiempo, en otro ciclo de su evolución en el que ya no cabrán el sufrimiento y la ignorancia que conducen a los hombres al desamor.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
A Mis queridos hijos de la Red-Luz Planetaria - Parte I
Hijos:
Ahora que ya llevan estampado sobre su pecho el símbolo espiritual de la Confraternidad, de la Hermandad y del amor entre los seres, que sus almas se animen definitivamente a dar ese último y gran paso hacia el camino del apostolado de Cristo.
Que esa estrella que confirma en ustedes la existencia de la Misión y de su realización en cualquier parte de la Tierra, sea el impulso de luz que los coloque abnegadamente en el servicio por los demás y por los Reinos de la Naturaleza.
Que el Corazón Sagrado de Mi Hijo, Su Llama de Fuego y Su Santa Cruz los impulsen en este ciclo a siempre decir "sí" y a abandonar cualquier indicio de tibieza.
Ahora es el tiempo de la presentación de los apóstoles y de los misioneros que construirán el Plan de Dios; primero dentro de sí, por medio de la oración, del servicio, de la instrucción y de la cura para después construirlo y compartirlo con el resto de la humanidad.
Ahora es el tiempo de que más estrellas de luz se enciendan en el firmamento y pasen a formar parte de la nueva Red-Luz Planetaria, la que, a pesar de las circunstancias o de los acontecimientos, defenderá de sí misma cualquier acto de desobediencia para que finalmente se viva la unidad con el Plan Divino y la Suprema Jerarquía.
Hijos Míos, el camino de la redención está abierto por medio del servicio y del testimonio que sus corazones pueden vivir en la unión perfecta con la Jerarquía.
Que ese nuevo símbolo que hoy llevan en su pecho sea reverenciado, valorado y amado de la misma forma que recibirían en sus casas la presencia de la Jerarquía.
En verdad, hijos, será la Jerarquía Espiritual la que en este nuevo ciclo querrá gobernarlos y guiarlos para que más y más consciencias sean retiradas del sistema mundial y de la ilusión planetaria.
La Jerarquía espera que la mayoría de las almas pueda aprender a vivir en una hermandad que es divina, humilde, poderosa e incondicional en su entrega, en su servicio y en su constante e infinita donación.
Todos los que hoy llevan en su pecho el símbolo sagrado de la nueva Red-Luz estarán diciéndole al Universo que aceptan el despertar de la consciencia, la trascendencia de todo sufrimiento a través del amor y la confirmación constante de aspirar a pertenecer, algún día, al Plan Divino de la segunda venida de Cristo.
Ese es el símbolo de la paz, es el impulso que los convoca a la prontitud y a la entrega absoluta de sí para que, a partir de ahora, esté sobre ustedes la Mano de Dios y la Llama de Su Divina Gracia, la que los iluminará en estos tiempos de oscuridad.
Que se enciendan en ustedes el sagrado compromiso y la ardiente aspiración de ser dignos hijos de Dios.
Buen comienzo para todos Mis hijos misioneros de la Red-Luz.
Que la luz interior de cada ser llegue al mundo entero.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando los últimos rayos de sol comiencen a recogerse, aquieta tu corazón y cólmalo de esperanza. Recuerda los colores del día, su brillo, su calor, para que la noche oscura sea para ti un momento de recogimiento y de profundización interior, no de temor o de desesperanza.
Reconoce que en tu interior permanecerá siempre la puerta que te conduce a Dios y que no importa dónde estuvieras, no importa lo que suceda en este mundo, la comunicación con Dios siempre te será posible, porque Él habita en tu corazón. Su Fuente de Vida se encuentra al cruzar la puerta que hay en tu pecho.
Por eso, hoy solo aspira por los momentos de quietud, de silencio, de oración y de elevación, porque ellos construirán en ti ese puente con Dios. Son esos momentos que te despertarán y te darán a conocer la presencia del Padre Celestial en tu interior. Quédate, entonces, delante de cada oportunidad de orar como si fuese la única y nunca dejes de estar entero en lo que haces.
De un momento a otro, el sol se recogerá y la noche buscará en ti la fortaleza que construiste en tu interior. Serán tres noches largas y oscuras, como si fuesen eternas. Ellas bastarán para definir los corazones de los hombres y reorientar sus caminos según sus escuchas, según aquello que construyeron en su propio interior.
Por eso, ora y valora los momentos de paz. Ellos serán imprescindibles para ti y para este mundo,
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Traer su oración del corazón hacia la consciencia, hijos, es hacer que los sentimientos de paz y de unión con Dios, que sienten al orar, permanezcan en sus vidas reflejados en sus acciones, en sus pensamientos y en sus sentimientos. Es traer para su experiencia diaria y constante, la sabiduría y el discernimiento que sienten al orar. Es estar en la presencia permanente de Dios siendo reverentes, no solo en los lugares sagrados, sino todo el tiempo.
Traer la oración del corazón hacia la consciencia es permitir que, constantemente, sus seres estén en elevación, buscando atraer hacia la Tierra los principios de la vida superior con la certeza de que, en la unión del Tiempo de Dios con el tiempo del mundo, esta vida se manifestará en la Tierra.
En un momento de oración sientan sus corazones y su mundo interior, y después intenten mantener este estado de alineamiento y de gratitud. Esto es traer su oración hacia la consciencia.
Busquen este conocimiento y expresen esta sabiduría.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que sus corazones estén siempre dispuestos a clamar por Misericordia.
Que sus bocas estén siempre dispuestas a proclamar la Divina Misericordia.
Que sus acciones estén siempre prontas para ser misericordiosas.
Que sus vidas sean reflejos de la acción de la Divina Misericordia.
Que, con amor, sus corazones estén siempre preparados para hacer que la Misericordia se expanda y llegue a más almas de este mundo.
Hoy, esta es Mi oración por ustedes. Que todos amen y conozcan la Divina Misericordia y, de esa forma, sean portadores de ella para el mundo.
Por eso, Yo los bendigo y los guardo en Mi Corazón, para que así crezcan en humildad, se fortalezcan en la oración y sirvan a este planeta a través de la vivencia constante de la Divina Misericordia.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando un alma busca auxilio, ora de corazón para que las consecuencias de sus actos, que la conducirán al sufrimiento, se transformen en una experiencia que la haga crecer y abrirse más al amor.
Cuando un alma busca auxilio, escucha su llamado y conduce ese pedido a los Pies de Dios. Habrá cosas que te serán incontrolables, las que no podrás modificar o ayudar, porque la vida humana tiene sus límites. Pero hay algo que no tiene límites, que te une al Infinito, al Origen de donde partió y hacia donde debes retornar. Eso, hijo, es la oración.
Ora y deja que tu alma pueda interceder ante Dios por los que más necesitan.
Ora y clama al Padre por Su Misericordia, no para que las cosas sucedan de acuerdo a tu voluntad, sino para que la Misericordia Divina sea la Ley que conduzca los aprendizajes y las experiencias que viven en este mundo como seres humanos.
Cuando alguna situación escape de tus posibilidades de actuar, de servir, de donarte, recurre a algo más profundo y a veces imperceptible, pero que es capaz de transformar todas las cosas: ora a tu Padre y clama a Dios, porque Él es el Creador de todas las cosas y a todas ellas puede transformar.
Más importante que cualquier cosa en este tiempo es estar con el corazón unido a Dios. Y si, además de eso, pudieran servir y orar, estarán prestando el mayor servicio de la vida sobre la Tierra.
Ama a cada ser y, con amor, ora por tus hermanos. Dios, que es perfecto, escuchará siempre tus súplicas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Para Mí no es importante que te equivoques muchas veces, lo verdaderamente importante es que intentes superarte todos los días, que intentes, una y otra vez, salir del punto en el cual ingresaste, aunque muchas veces no sepas ni cómo comenzar a cambiar.
Solo la actitud y el esfuerzo interior valen mucho más que cientos de palabras. Por eso, persevera con fe. Con fe, clama y nunca bajes los brazos.
Dios, tu Señor, conoce profundamente tu ser, y Él, que es infinito en Piedad y en Misericordia, te ayudará.
Deja, entonces, que ese cambio interior comience a realizarse en ti, no importando los resultados o las demoras. Solo coloca en tu corazón la aspiración de que, algún día, puedas vivir Mis Divinos Atributos.
Mantente firme en la oración y fuerte en la fe. Así, día a día, conquistarás nuevos resultados; porque, en verdad, todo comienza en lo pequeño, en lo que es invisible, en lo simple y verdadero.
Arriésgate, cada día, a darte más y más a Dios, porque así tu consciencia estará dentro de las revelaciones de Su Misterio.
Al fin, todo termina en el amor, porque será el amor el que, algún día, conseguirá liberarte y conducirte hasta la meta.
Confía en Mí.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mis queridos hijos:
Hoy nos volvemos a reunir y a unir, de corazón a corazón, para atender y orar por la grave situación mundial, efecto del desequilibrio en todos los Reinos, principalmente en el Reino Humano por el uso desmedido del poder.
Todos estos acontecimientos, hijos Míos, llevan a que la humanidad viva y sufra un desorden que también se refleja en la vida del espíritu.
Por eso, hijos amados, este es el tiempo de la oración por las naciones, porque orando por cada uno de los pueblos y de las culturas estarán orando por su planeta, el que también padece, silenciosamente, las agresiones del ser humano.
Pero tengan fe en el despertar de la consciencia, en la posibilidad de que, a través de la oración y del servicio altruista, ustedes podrán aliviar la consciencia mental de la humanidad.
Mientras tanto, hijos Míos, necesito un ejército de almas orantes que acompañen a su Madre Celestial en el propósito de traer la paz al mundo, cada vez más, y alcanzar el fin del sufrimiento.
Este es el tiempo de ver despertar y florecer en su interior las virtudes que Mi Hijo les entregó, para que sus talentos estén al servicio del Plan de Amor y de Redención.
Orar por las naciones también significa orar por los ángeles de las naciones, los que en este tiempo padecen las consecuencias de las decisiones que los pueblos adoptan como modelo de vida social y espiritual.
Hoy, por medio de la unión de nuestras voces, abramos los Cielos, confiando y sintiendo el descenso de la Gracia como un afluente que purifica las naciones y cura los corazones ante toda adversidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Solo se vence a sí mismo a través del amor.
Solo se vencen las tentaciones ayunando de lo que les recuerda a los deseos y a las superficialidades de este mundo, para que en oración equilibren el mundo interior.
Solo se vence la ambición por el poder con la paz.
Solo se vence la ignorancia del orgullo y de la vanidad con la sabiduría del silencio.
Solo se transforma el mundo comenzando por dentro de sí mismo.
Solo verán emerger en la Tierra un Nuevo Hombre y una Nueva Vida cuando den espacio para que ellos nazcan en ustedes mismos.
Solo se alcanza la paz verdadera a través de la unión con Dios.
Solo se conoce el amor verdadero a través de la entrega y de la donación.
La evolución solo se completa cuando se es capaz de amar a toda la Vida, con todos sus Reinos, y así colaborar en su evolución, en sus pasos hacia el Infinito.
Ayunen de distracciones y alcanzarán la paz. Ayunen de superficialidades y encontrarán el silencio. Ayunen de sí mismos sirviendo al prójimo y descubrirán el sentido de la entrega y el principio del amor.
Busquen en su interior la unidad con Dios.
Todo ya les fue dicho. Ahora ya no es necesario el conocimiento, sino su vivencia en la sabiduría, su interiorización en el silencio.
Solo cuando vivan lo que ya saben serán dignos de la revelación de mayores misterios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, Mi descenso al mundo contempla una Venezuela ultrajada por la extrema marginación, herida por las infidelidades de sus leyes, presa por el cautiverio generado por unos pocos, violentada por una opresión obsesiva.
¡Oh, Mi querida y alegre Venezuela!, que la impunidad no despierte más batallas, que el poder que creen tener algunos no obstruya tu sincera espiritualidad.
Mi querida Venezuela, la justicia que tú buscas no está en la Tierra; la esperanza que tú esperas no la verás en el corazón de ningún representante.
Líbrate, Venezuela, de tu constante dolor; perdona todo el mal que te hicieron; reconcilia, dentro de ti, todo lo que fue lastimado y transgredido.
Mi querida Venezuela, no pierdas la aspiración de realizarte, como pueblo, en libertad. Ya no luches con armas, pues el mal se derrota a sí mismo.
Ora, Venezuela, ora sin demora y sin descanso porque verás caer con tus propios ojos los ídolos que fueron erguidos.
Ora, Venezuela, para que siempre estés dentro del Reino de Dios. Tu salida y tu libertad no estarán ni en la guerra ni en los conflictos. Tu renacimiento y tu liberación los encontrarás en la fuerza de tu fe.
Venezuela, sé que esperas un fin rápido de este cautiverio; solo escoge a Dios como tu Gobernante, solo busca el bien mayor por encima de toda adversidad y así triunfarás.
Venezuela, tu alegría volverá a reflejarse en el rostro de tu pueblo y el amor imborrable de tus moradores los hará retornar al propósito de su creación.
Venezuela, es la hora de tu profundo despertar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sagradas puertas se abren hoy en el sur de este planeta; el área más austral de la Tierra es colmada por una especial luz y esto llega a los corazones que, unidos a Dios, viven el camino del Propósito.
Las puertas internas de la Jerarquía se develan ante las consciencias de la Tierra y el conocimiento de otrora llega como un tesoro proveniente del Universo de Dios.
Un mensaje claro se muestra a todos los que viven la oración, es la señal que desciende de las altas esferas, es el anuncio de los Universos de Luz que, reunidos en una misma Hermandad, auxilian a toda la raza humana.
Impulsos de las estrellas hoy son emitidos para las almas de la Tierra, impulsos de luz que formarán a los nuevos seres para que asuman su puesto dentro del Plan de Amor.
Las puertas sagradas que hoy se abren comunican el nuevo rumbo de la Hermandad, lugar marcado en el horizonte por la Cruz del Sur.
En esos espacios internos todos se concentrarán para vislumbrar con sabiduría el próximo ciclo que llega, a fin de que los servidores de la Tierra puedan participar de este encuentro universal.
Los velos de la ignorancia ya no pesan en los rostros de los autoconvocados, porque el fresco viento del sur los retiró para que el espíritu de cada ser contemple el advenimiento del Santo Cáliz, el que unirá, en un solo corazón y en una sola mente, a todos los hermanos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la oración sea tu primer pensamiento, antes de comenzar cada nuevo día. Piensa en Dios, en Su Plan, en Su Voluntad y, en un diálogo simple con el Creador, agradece al Padre por cada nueva oportunidad de aprender sobre el amor.
Entonces, hijo, ora por este mundo y por sus Reinos; ora por las almas y por toda la vida que en ellos habita.
Ora por la consciencia del planeta y por aquellos que silenciosamente sustentan este mundo, en niveles aún invisibles para tus ojos.
Ora por el propósito de cada ser, por el propósito de este planeta y de todo el Universo, aunque él te sea desconocido.
Ora por el Plan de Dios, no solo para tu vida, sino para toda la vida, mucho más allá de la Tierra.
Comprende que, así como este mundo, todos los otros fueron creados con un Propósito Divino y ora para que todos encuentren esta Voluntad Mayor.
Ora por el retorno de Cristo a la Tierra, para que todos los seres estén preparados para mirar a los Ojos del Señor y reconocerlo y que así se arrepientan de sus faltas y alcancen la redención.
Ora por aquellos que deben acompañar a Cristo en Su segunda venida a este mundo, para que todos estén despiertos y que sus compromisos con el Señor estén vivos.
Ora por la nueva vida y ora por el nuevo hombre, para que todos los seres sean capaces de dejarse vencer y rendirse delante de Dios, para que una nueva vida emerja de sí mismos.
Lo más importante de tu vida, hijo, es la oración.
Ora sinceramente y ora verdaderamente. Profundiza en tu vida espiritual. Así, no te debilitarán las dificultades ni te asombrarán las verdades, y dentro de ti todo te será revelado y tu mundo interior estará pronto para todos los ciclos, dispuesto a todo lo que llegará.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ingresen en el tiempo del no tiempo, el llamado Tiempo Real, este que es la aproximación del Reino de Dios y de Su Eternidad.
Preparen sus corazones, orando como si fuera la última vez, sirviendo como si fuera la última vez, concediendo y pidiendo perdón como si fuera la última vez, viviendo la fraternidad y el amor como si fuera la última vez.
En el Tiempo de Dios, el presente es la única experiencia para ser vivida. En el presente se cura el pasado y se construye el futuro. Vivan dentro de este Tiempo, en el que ya no se espera otro momento para actuar mejor, orar mejor, servir mejor, vivir mejor.
Deben curar en la consciencia humana el vicio de perder los ciclos y de dejar para después las oportunidades que las coyunturas universales envían.
Ahora es el momento de hacer bien todas las cosas, con entereza de espíritu y de corazón, construyendo la nueva vida con actos presentes y aprendiendo a ingresar en el Tiempo Real, en la eternidad, a través de la vivencia del ahora.
Les digo esto porque este tiempo se aproxima y en él los ciclos y los impulsos pasarán rápidamente por sus vidas. Para recibirlos y vivirlos con plenitud, es necesario estar siempre viviendo con entereza de corazón y, para que comprendan de alguna forma, viviendo cada instante como si fuera el último.
Así, hijos, estarán despiertos para los ciclos que lleguen y para los impulsos que el Universo les envíe. De esa forma serán dignos de reconstruir la Tierra y de expresar una nueva vida en el Tiempo de Dios, el Tiempo Real.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Cada oración que Me ofrecen es como una flor que colocan a los Pies de la Madre Celestial. Esa flor es la súplica del corazón humano, el que, con esfuerzo y dedicación, se deja templar por el Amor Crístico.
Recuerden que cada vez que Me ofrezcan una sincera oración, Yo recibiré en el Reino de Dios, el testimonio perfecto de su amor por Mi Corazón.
Con todos esos pedidos, y por la intercesión de Mi Hijo, Yo puedo atender a las almas y al mundo, puedo llegar a donde existe mayor necesidad de amor y de redención.
A través de sus ofertas de oración, sus aspiraciones se concretan porque ellas estarán colmadas del amor de los ángeles del Cielo, y los obstáculos, internos o externos, no interferirán en el camino de sus pasos hacia el Propósito de Dios.
Por eso, por medio de su oración, Yo puedo colocarlos ante la realidad planetaria y ante situaciones complejas que solo la oración, como puente hacia Dios, resolverá, porque la oración verdadera es la que nace del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oro para que las almas alcancen la paz.
Oro para que las consciencias despierten a la realidad planetaria, a la verdad universal, y así transformen sus vidas según el Propósito Divino.
Oro para que los corazones aspiren a la unidad con el prójimo, con los Reinos de la Naturaleza, con la vida, con Dios.
Oro para que los buscadores reconozcan la verdad en todas las enseñanzas transmitidas por Dios a través de Sus Mensajeros, para que aquellos que buscan, sepan ver más allá de las palabras y encuentren en las entrelíneas la ciencia divina de la Creación.
Oro para que la vida sagrada ya no sea ocultada por las superficialidades humanas y, de la misma forma, para que la esencia de los seres no esté oculta por las creencias ilusorias que ellos tienen sobre sí mismos.
Oro por una nueva vida y una nueva raza, para que después que el aprendizaje humano se consolide, los seres tengan valor y esperanza para hacer emerger la nueva vida y dejar florecer en sí mismos el nuevo ser que, delante de Cristo, comenzará a despuntar.
Oro para que la humanidad no pierda el sentido de su existencia y la vida espiritual deje de ser una costumbre y una práctica, para ser una realidad y una experiencia de vida.
Oro, en fin, para que las Gracias de Dios no permanezcan en el Cielo, sino que sean vertidas sobre la Tierra.
Hoy Yo los llamo a que oren Conmigo y así intercedan por este mundo mientras hay tiempo. Oren Conmigo por la Paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
La Sangre que aún derraman Mis Llagas expresan el dolor que todavía Me ocasiona el mundo con sus actos, decisiones y engaños. Eso es proporcional a la Sangre que derraman Mis Manos, Pies y Costado.
¿Quién Me aliviará y Me curará?
Es verdad que no necesito de almas perfectas, sino de almas buenas, por más defectos que tengan.
Es muy grande lo que Me hace sentir el mundo todos los días, aunque en verdad no existe ningún remedio que Me pueda sanar.
Por eso, es a través de Mis servidores que Yo Me apoyo, completamente, para llevar adelante Mi Obra de Amor y de Redención.
Necesito que esta Sangre que Mis Llagas hoy derraman sea recogida por el cántaro de sus oraciones y súplicas, así el alivio interior llegará para todos.
Los animo a compartir Mi sufrimiento y a hacerlo parte de ustedes para que, dentro de este ciclo, la Misericordia pueda descender y actuar en todas las almas.
Que Mi Sacrificio, el que una vez viví, sea recordado todo el tiempo para que el mundo no pierda la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Siempre los esperaré, día y noche, hasta que finalmente puedan llegar a Mí para vivir el encuentro interno con Mi Espíritu hasta el retorno de su Señor. Llegaré a ustedes a través de la Comunión, de la oración, de la confesión y del Amor vivo de Mi Corazón.
Quiero estar presente todo el tiempo cerca de ustedes para que sigan conociendo, en esta hora, el momento que vive su Maestro y Señor por la humanidad. Quiero tenerlos cerca para que Me acompañen en este ciclo, ya que hay mucho por hacer y obrar en este sufrido planeta. Aún es necesario expandir y llevar Mi Amor al mundo para que las almas se arrepientan de verdad y sus vidas cambien para siempre.
Por eso, les traigo el sostén para sus consciencias a través de los Sagrados Sacramentos. Les traigo la oportunidad de cargar Conmigo, la pesada cruz espiritual de la humanidad porque juntos, deberemos triunfar en el amor y por el amor vivir eternamente.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En la Hora de la Misericordia es cuando Yo más reconozco su esfuerzo y su oración, su intención de estar verdaderamente Conmigo, sin importar el lugar o la situación.
En esta recordada hora dolorosa es cuando su Maestro y Señor tiene más Misericordia y Su intervención gloriosa aplaca la acción de la Justicia.
Por eso, compañeros, recuerden todos los días los infinitos y recurrentes prodigios que Mi Corazón Misericordioso puede realizar en su vida espiritual y material.
Anímense siempre a decirme "sí" en la Hora de la Divina Misericordia, porque mientras eso suceda Yo no solo podré ayudar a sus consciencias durante la aguda purificación, sino también podré intervenir en más situaciones del planeta porque tendré instrumentos de Mi Misericordia para poder hacerlo.
Que en esta hora sus corazones sientan el ardor de Mi Corazón para que se cumpla en ustedes Mi sagrada Palabra.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Así como hablo al espíritu y al corazón de la Tierra, hablo al espíritu y al corazón humano. Como parte de un Proyecto y de una Voluntad Única del Creador, ustedes, hijos, espiritualmente ingresan en una consciencia que es impulsada según sus pasos y, de la misma forma, es detenida en su evolución ante su retroceso.
Esa consciencia, ese corazón humano, equilibra la evolución de la humanidad, permitiendo que unos se beneficien con los pasos internos de otros, pero al mismo tiempo, cuando estos cometen grandes errores y abandonan sus compromisos espirituales firmados en el Corazón de Dios, en el seno de Su Creación, hacen que todos los seres dentro de ese Proyecto de Amor también den un paso hacia atrás en su camino.
Por eso, hoy abro Mi Corazón para dirigir Mis palabras a la consciencia humana para que en este tiempo de definiciones y de pruebas, ustedes no bajen los brazos para que no desistan y no se debiliten, porque este es el umbral de su evolución. Para este momento, ustedes crecieron y caminaron durante tanto tiempo en esta Sagrada Escuela de Amor.
Hablo con la consciencia espiritual de la humanidad, para que ya no miren solo hacia sí mismos, mas, sí, contemplando las dificultades, los errores y los sufrimientos del prójimo con una mirada de compasión, y que, reconociendo que la evolución se construye en el perfecto equilibrio entre los seres, ofrezcan al Universo un paso mayor y un amor mayor por los que no pudieron caminar y no experimentaron el Amor en este mundo.
Ahora, hijos, no se trata solo de la cura, de la redención y de la evolución personal. Ahora es tiempo de dar un salto como humanidad, y eso se hace con amor, con persistencia y, sobre todo, con el Rayo de la Voluntad-Poder que proviene del Corazón de Dios.
Aún están a tiempo de curar y redimir, aún están a tiempo de amar. Pero esa cura, esa redención y ese amor, se deben extender más allá de su propio corazón y alcanzar al corazón humano.
Oren por todos, curen por todos, amen por todos. Caminen para que todos puedan caminar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más