Viernes, 9 de diciembre de 2016

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SALAMANCA, ESTADO DE GUANAJUATO, MÉXICO, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos hijos, servidores, misioneros y compañeros de Cristo, llegó la hora de la gran batalla para la consciencia humana y también para Aquellos que la guían. Llegó el tiempo de colocar en práctica lo que aprendieron y fortalecer la fe sin querer moldear la Voluntad de Dios de acuerdo con sus propias necesidades ni tampoco querer resistir los cambios cuando son constantes, tan opuestos, e incluso a veces, contradictorios.

Lo que genera la contrariedad en la vida espiritual es la imprevisibilidad de la consciencia humana y también de los constantes ataques que vive la Obra Divina en estos tiempos.

Hijos, la batalla que se lleva adelante en el planeta no es solo espiritual e invisible, solo que no se muestra a los ojos que se esconden de ella, por miedo de reconocer la necesidad de crecer, de definirse y de convertirse en un verdadero instrumento de Dios.

El Creador de todas las cosas es quien conduce el ejército del cual ustedes forman parte y Sus estrategias se mueven con base en los movimientos internos del corazón humano y en toda la reacción que esto causa en la consciencia planetaria.

El Creador intenta diseñar Su Plan siguiendo las posibilidades que se presentan en el planeta en todos los niveles de la vida. Por esta razón, Sus estrategias están sujetas a cambios permanentes.

La Voluntad del Padre se mueve unida a la voluntad humana, pero también a la ley del libre albedrío, del karma y de otras tantas leyes de la vida planetaria y universal, que crean las condiciones para que esa Voluntad Divina descienda. Es como si esas leyes abrieran o cerraran las puertas para la intercesión divina.

Conducir a la humanidad en este tiempo no es tan sencillo como muchos piensan, porque Dios se mueve con base en la respuesta de todo el planeta: mientras unos le dicen “sí”, otros le dicen “no”; en tanto algunos le abren la puerta con sus grados de amor y de fe, otros la cierran, por la maldad e indiferencia de sus corazones.

Ustedes necesitan en este tiempo aprender a ser un instrumento del Creador, aunque esto les haga perder la estabilidad y la comodidad de sus vidas. Nada en este mundo está estable, pues todo se define segundo a segundo. Por eso les hablamos sobre la importancia de la fe, de la entrega y de la confianza absoluta en Dios.

Clamen para que se cumpla la Voluntad Divina y dispónganse de corazón para esto, pues solamente Dios Altísimo sabe la verdad y conoce mejor el camino para guiar no solo a la humanidad, sino a todo el Universo. Sus Ojos están fijos sobre el planeta; en Su Silencio, Él observa el interior de cada una de Sus criaturas. En donde haya un corazón abierto y dispuesto a amar, allí estará Su Voluntad y Su Guía; ahí se generarán los méritos para equilibrar aquellas situaciones que cierran las puertas a la consciencia planetaria.

Escuchen hijos, el Silencio de Dios y dispongan sus corazones para responder inmediatamente a Sus Designios, aunque cambien a cada instante. El cambio es consecuencia de la batalla que se lleva adelante en este mundo.

Como fieles soldados de Dios, sigan Sus comandos: estén dispuestos a caminar o a detener sus pasos, siguiendo lo que el Creador les indique.

Atención, vigilancia, fe y paz, son cosas que necesitan sus corazones en este tiempo de definiciones. A pesar de todo lo que ustedes viven hoy están equilibrando la indiferencia de la humanidad con los Planes de Dios y Su santa Voluntad.

Aquel que los ama y los invita a no bajar los brazos, pues es tiempo de la tensión ardiente y permanente,

San José Castísimo