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Queridos hijos,
Después de más de un año de mensajes diarios, quisiera guardar en sus pequeños corazones las dádivas que recibieron a través de Mis palabras.
Aquel que, entre ustedes, sepa encontrar en las entrelíneas lo que les dije, toda la enseñanza celestial, será dichoso y bienaventurado, tanto en la Tierra como en el Cielo y será precursor de Mi Reino de Paz en este mundo.
Hijos, a lo largo de este último año, preparé sus corazones para los tiempos de Armagedón, intentando traerles una consciencia más amplia de los momentos de pruebas que viven como humanidad y como civilización.
Mi Inmaculado Corazón intercedió por sus almas ante Dios innumerables veces, para que pudieran estar un poco más despiertos, en medio de la realidad somnolienta y rendida de la mayor parte de los seres humanos.
Entre Mis palabras, les revelé muchos acontecimientos que vivirán como raza, en el momento en que la Justicia Divina se precipite sobre el mundo con toda Su Autoridad Celestial, y lo hice así para que sus espíritus y sus corazones estén fortalecidos para soportar con valentía las correcciones divinas que descenderán sobre la Tierra.
Como su Madre Celestial y Rosa de la Paz, los amparé en Mis brazos, para que, bajo la protección de Mi manto y el resguardo de Mi Paz, pudieran crecer y madurar como corresponde a seres despiertos, espíritus que tantas Gracias recibieron y que fueron sumamente auxiliados por Dios.
También les revelé misterios celestiales en la simplicidad de Mis palabras. Les di a conocer el origen de todo, la grandeza del Universo, la magnitud de los Espejos del Cosmos, que se multiplican en el corazón de todos los seres orantes, puros de intención y abiertos de espíritu.
Delante de sus mundos internos, les abrí Mi manto y les demostré como todo se crea y recrea bajo el resguardo y el amor de la Madre Universal.
Junto a los Mensajeros Divinos, los Sagrados Corazones de Jesús y de San José, les di a conocer más ampliamente la Consciencia de la Madre del Mundo, de dónde surgió, cómo llegó a la Tierra y para dónde retornó después de haber cumplido Su misión en este mundo.
Mis amados, en este día, coloco en sus corazones Mi esperanza maternal. Que, después de tantas bendiciones, puedan recurrir a este legado de paz para consolidar la propia adhesión a los Planes del Creador y, así, por el ejemplo sincero y cristalino, puedan impulsar a otros para que den pasos semejantes en dirección a Dios.
Que el espíritu del permanente servicio abnegado sea una realidad en la vida de todos los que escucharon la dulce voz de la Madre Celestial. Que los mensajes que les entregué a lo largo de las últimas misiones sirvan de impulso, para que el espíritu misionero nazca en el interior de todos Mis hijos y aprendan, Mis amados, a encontrar la necesidad en cada lugar y a suplirla como puedan.
Que Mi Corazón Materno permanezca impreso en sus pequeños corazones, para que aprendan a amar y servir al prójimo, así como Yo amo y sirvo a todos ustedes. Imiten Mis pasos maternales y cuídense siempre los unos a los otros, bajo el espíritu de la unidad y de la fraternidad. Así, demostrarán al mundo y al Creador que no fue en vano que Yo haya retornado al mundo todos los días por un año más.
Los bendigo y les doy Mi Paz,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más