Lunes, 26 de noviembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Mis hijos:

Mi Corazón maternal espera día a día que sus pequeños corazones despierten a la oración. Una vez más les digo que la Gracia de recibir Mi Amor y el Amor Misericordioso de Cristo deberá ser la prioridad de vuestras vidas.

Mis queridos, ya es tiempo de despertar al Universo de la oración, como una necesidad diaria de vuestros seres.

Está colocado en la Sagrada Mesa, delante de ustedes, el cáliz con la Misericordia de Dios, listo para ser vertido sobre cada uno de vuestros corazones.

Queridos hijos, el Corazón de la Bienaventurada Virgen María los visita diariamente, pero vuestros ojos no se abren para verme y, muchas veces, vuestros brazos no se elevan para recibirme. Aún así, Dios me envía día a día con la Misión de rescatar a Sus amados hijos. Así es, queridos, como actúa la Misericordia del Señor. Y como Madre y Reina de todas las almas, jamás pierdo la alegría de encontrarlos, aunque a veces encuentre muchos hijos distraídos.

Sientan, mis queridos, y perciban cada una de Mis palabras, que parecen ser las mismas de siempre, pero necesito que puedan comprender que cada palabra contiene un propósito diferente. Cada palabra que emite Mi Corazón a Mis amados hijos, contiene el Poder del Verbo Creador de Dios. Cada día Dios me envía con un principio renovado y, a través del simple Verbo que sale de Mi Corazón, muchas almas pueden ser salvadas, aunque invisible a vuestros pequeños ojos.

Hoy les enseño a oír Mis palabras con amor. Y les revelo que cada vez que Mi Sagrado Verbo ingresa en vuestros corazones, poco a poco los transforma.

Apenas necesito que me permitan actuar, a través de la Misericordia de Dios, y que presten atención a cada una de Mis palabras, pues este fue el medio que Dios escogió, en este tiempo, para ingresar en vuestras consciencias. A través de la simple atención del corazón, Mi verbo cruza los espacios, cruza los planos y penetra las almas más distantes de Mi Corazón.

Por eso, hoy les enseño la importancia de no solo orar Conmigo, sino también de poder escucharme.

Los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado diario por la Paz.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad