Domingo, 13 de diciembre de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LA CONSCIENCIA TRINA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como todos los días, comenzamos rezando el Rosario por los niños en la guerra y seguimos orando un Misterio del Santo Rosario. Cuando terminamos la oración vimos que el Cielo se abría hacia otro Cielo, más profundo y celeste. En ese lugar veíamos el Universo de Dios, y se mostró un Corazón que pulsaba, lleno de amor, pero al mismo tiempo de dolor. De ese Corazón salió Nuestra Señora, y Ella nos dijo que ese era el Corazón del Padre Celestial. Vimos entonces descender a Nuestra Señora como una esfera de luz desde ese Corazón, cruzando los universos hasta aparecer frente a nosotros, en lo alto de los pinos del bosque del monasterio, en Aurora.

Cuando María se manifestó, estaba diferente a todos los días. Ella llevaba sobre Su cabeza un velo y un tocado egipcio de color dorado, tenía un aspecto más delgado y parecía más alta que lo habitual. Por encima de Su Inmaculado Corazón aparecieron tres símbolos espirituales, los cuales Ella señalaba con una de Sus manos mientras extendía la otra hacia nosotros.

En ese momento María dijo: “Soy la Madre de la Consciencia Trina; estos tres símbolos que aparecen sobre Mi pecho representan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”. Bajó Su mirada hacia nosotros y dijo, como todos los días: “Hijo, escribe Mi mensaje de paz al mundo”.

 

Del centro del Corazón de Dios, desde donde brota el Amor Eterno, Yo provengo en este día para llegar aquí, en la perfecta Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Quisiera que supieran, hijos Míos, la importancia de que ustedes, llamados para ser pilares de Cristo en estos tiempos, cumplan con el amado Plan de Dios para el Uruguay. La consciencia de ustedes siempre se perfiló por la falta de esfuerzo y por la desarmonía entre las partes. Pero eso no es lo que necesita Dios después de que Él depositó aquí, con Sus propias Manos, el Reino de los Sagrados Corazones.

En verdad, hijos Míos, los frutos de esta sagrada intervención se vieron manifestados físicamente en el Brasil, en Argentina, en Nicaragua, en Colombia, en Venezuela y en el resto de las naciones de América, que fueron álmicamente receptivas al llamado espiritual.

La soberbia y el temperamento de ustedes siempre se opusieron a las Obras de Dios, y muchas veces se olvidaron de que por encima de todo, hijos del Uruguay, son hermanos y siervos convocados por Cristo.

Gracias al Universo nunca les faltó la Misericordia; a través de Mi Corazón de Madre, muchas veces Yo los consolé y los esperé para que dieran el paso a la madurez espiritual y humana.

Por momentos, toda esa Gracia que descendió sobre Aurora no fue bien aprovechada por ustedes, hijos de esta región, y por momentos, cuando los esfuerzos debían ser sumados, ustedes Mis hijos, se dividieron o aún más, se separaron del Propósito.

A lo largo de los tiempos, la Obra de Dios en esta parte del mundo fue dirigida hacia aquellas regiones en donde existía receptividad y respuesta de parte de las almas, como lo fue en Ruanda, en Uganda y en el Congo, por medio de las misiones de paz. En verdad, allá sí hace mucha falta la Misericordia Infinita, algo que ustedes recibieron siempre en abundancia.

Más tarde, por sus incomprensiones, se olvidaron de que son almas, preciosas almas amadas por Dios y llamadas por Él para este propósito espiritual del Uruguay. Allí fue cuando en sus corazones reinó la indiferencia, y se perdieron nuevamente en la superficialidad de las cosas.

No dejaron ni permitieron escucharse como hermanos, como soldados de Cristo y se separaron aún más. En todo este tiempo creyeron estar cumpliendo la tarea, pero no fue lo suficientemente amorosa.

La Divinidad en ningún momento los desamparó, pero ustedes, Mis hijos, no tomaron la iniciativa de unirse para orar y así curarse de toda adversidad. Prefirieron mantener su visión y propósito en vez de preguntar al Padre Eterno si estaban haciendo lo correcto.

Una y otra vez Aurora los llamó para que sus vidas se redimieran y se desprendieran de los obstáculos de la consciencia, los que llevan siempre al mismo error.

En verdad, Mis hijos, todavía no saben cuál es el sagrado compromiso que tienen ante el Creador. Si Dios sembró en esta tierra uno de Sus principales Dones de cura: ¿Cuál debería ser la actitud de ustedes ante ese gran misterio de amor? ¿Cómo deberían proceder ante esa tarea?

El Universo siempre se mostró paciente y perseverante. El Hijo del Altísimo trabajó durante estos últimos tiempos para que algo cambiara dentro y fuera de ustedes. ¿Qué han hecho?

Los más preciados tesoros del Cielo fueron entregados, principalmente en las manos de los uruguayos, porque a pesar de ser una consciencia poco instruida, ella tiene un gran corazón, que es el corazón de la nación, el que está apagándose precipitadamente.

Como la Madre de la Verdad, hoy les transmito el sentir profundo del Corazón de Dios. Su bondad abrió esta puerta porque el Padre sabe cómo son Sus criaturas y esto es ejemplo y experiencia para todos, para que no se repita el mismo error en ningún otro lugar.

Es hora de que amen escuchar la verdad por más dura que parezca, pues el Señor, que está en los Cielos y que los ama, no quiere que se pierdan ni que se engañen con sus propios asuntos. Es hora de que crezcan, de que ya no se juzguen y se acepten; es hora de que cumplan la sagrada Ley de Mi Hijo: “Ámense los unos a los otros, así como Yo los he amado”.

Esto los hará libres y estarán preparados para asumir esta importante misión de redimir al Uruguay y de consagrarlo al Inmaculado Corazón de María. Aún hay mucho por hacer; que todo lo que hoy sucede en el mundo con los Reinos de la Naturaleza y con la propia humanidad los saque de la indiferencia y de la división. Cuando trabajen la conciliación y el amor, todo podrá ser diferente.

¡Ya no hay tiempo que perder! No entreguen al Uruguay por medio de sus razones o sentires en las manos del adversario. Aurora los necesita y el Padre también los necesita.

Solo lean este mensaje y mediten, pues Yo los amo y rezo por ustedes, por su pronta conversión.

¡Les agradezco por escuchar el Corazón del Creador!

Los contempla y los ama,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Consciencia Trina