Martes, 8 de mayo de 2018

Mensajes diarios
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A MADRE MARÍA SHIMANI DE MONTSERRAT

Amados hijos del Altísimo:

Durante la Pasión de Mi Señor, su Redentor, el Arcángel Gabriel, en los planos internos de Mi Consciencia, Me mostró que en el final de los tiempos, en lugares lejanos de este mundo, unas comunidades de seguidores de Mi Hijo se reunirían para orar, Me recibirían en espíritu y serían instruidos por Mí.

Ellos prepararían la segunda venida del Cordero de Dios al mundo.

Luego de esa visión, Mi Amado Hijo, mientras agonizaba en la Cruz, anunció que Me entregaba a la humanidad para que cuidara de ella hasta Su retorno.

Hoy veo plasmadas sobre la superficie de este mundo, en tierras lejanas a Tierra Santa, en otra tierra que también es santa, aquellas comunidades, hoy cristianas, que preparan la segunda venida de Cristo.

Hoy veo ante Mí aquellas consciencias que el Gran Anunciador Gabriel Me mostró, y escucho nuevamente Sus palabras: esos serán los fieles, los que le abrirán la puerta a cientos, miles, millones y que serán los nuevos compañeros del Redentor.

En ese momento de tanto dolor, esa visión y esas palabras calmaron Mi Corazón y Me llené de esperanza.

Hoy que están delante de Mí esforzándose por cumplir cada uno de Mis pedidos, enfrentando difíciles pruebas, muchas veces sin comprender totalmente los Designios del Padre, quiero agradecerles la fidelidad y el compromiso que nos entregan, y quiero anunciarles que estaré con ustedes hasta el último día de sus vidas, acompañándolos y guiándolos desde los mundos internos.

Llegará un día en que ya no apareceré más públicamente, no hablaré a través de ustedes a sus hermanos; pero sepan que dentro de sus almas se ha construido un amoroso lugar para su Madre Celeste, en donde Yo habito y siempre habitaré.

En ese lugar nos encontraremos hasta que Dios los llame a Su lado.

Hoy, que es un día especial para este mundo, día que Dios eligió para entregarles a una de Sus hijas, la que realizaría una tarea dura y esforzada, quiero entregarles a todos Mis hijos el Don de la Fidelidad, Don imprescindible en estos tiempos, que es una columna de luz sobre la cual Mi Hijo está construyendo Su Iglesia Celestial dentro de sus espíritus.

Hoy, sobre el suelo de este grandioso Reino de Aurora los bendigo y elevo sus almas hasta los Pies del Creador.

La promesa de Gabriel Arcángel se cumplió hasta aquí. Esfuércense y lleguen hasta el final, porque allí será cuando el Cielo, definitivamente, descenderá a la Tierra.

Los amo, los bendigo y reverencio a sus espíritus en nombre de Mi Hijo, Cristo Jesús.

Gracias por estar hoy Conmigo, 

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz