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Padre, Tú has visto con ojos de misericordia que Mis compañeros y discípulos han abierto sus corazones ante Mi Presencia Celestial.
Mi Espíritu está en júbilo por este gran milagro que proviene de Ti.
Adonai, escucha la voz de los que aún creen en Ti y esperan la llegada de Tu Reino.
Nadie perderá la oportunidad, Adonai, de conocer quién Soy y desde dónde provengo.
Adonai, escucha a los corazones que hoy laten por Ti, a través de la Fuente de Mi Espíritu.
Hoy, Mi Corazón se regocija, porque el amor ha vencido el mal y las tinieblas desaparecieron.
El fuego de Tu Divino Amor volvió a los corazones fríos, y así, una perfecta comunión se estableció entre Tus criaturas y el Universo.
Hoy, vengo bajo la Gloria Celestial para pedir, una vez más, por el mundo, a Mi Padre Celestial; con el fin de que se cumpla el advenimiento de Su Reino y de todas Sus Huestes de Luz sobre la órbita de este planeta.
Emmanuel, siente en Tu Corazón la gratitud de Tus criaturas y disuelve con Tu Luz todo lo que ocasiona el dolor; porque Tu Amor brota en las almas y Tus sentidos internos se develan a los corazones simples.
Hoy, amado Abba, Tus hijos han recibido la llave de Tu Reino para saber cómo entrar en él.
Cuando la purificación se precipite en el mundo, Tus discípulos sabrán cómo abrir las puertas de Tu Reino, para que Tu Consciencia y Tus Jerarquías vengan al auxilio de la humanidad.
Sé que Tú sabes, Padre, que esto sucederá tiempo antes de Mi llegada al mundo.
Por eso vengo a pedirte por Tus criaturas, para que Tu Templanza viva en ellos, y Tu Fortaleza se manifieste en aquellos que escuchan Tu llamado.
Y hoy, estoy aquí entre ustedes, por obra de la Gracia y de la Misericordia, mostrándoles Mi Corazón resplandeciente para que lo puedan vivir y sentir.
En el silencio de sus mundos internos se encuentra Mi eterna Presencia, y el mal nunca derrotará los templos que Yo construyo en las almas, porque será Mi Iglesia viva en ellos la que triunfará en el fin de estos tiempos.
Escucha Mis Palabras, Padre, porque Tu Verbo Divino se expresa a través de Mis Labios y decreto sutiles vibraciones para que las almas eleven sus consciencias hacia Tu Reino.
Hoy, por primera vez, Padre, encuentro a Tus hijos vacíos de sí, y así puedo ver con Mis Ojos de Misericordia, cómo Mis divinas moradas se construyen en los castillos internos y una sagrada alianza se establece entre las almas y el Hijo Solar.
Comulguen de esto, los que son valientes.
Participen de esta celebración, los que tienen coraje.
Porque el Reino Celestial se aproxima para fortalecer a las almas que deberán vivir los tiempos que llegarán.
Hoy, después de muchos meses, vuelvo a cerrar un ciclo y abro una nueva puerta hacia una nueva época, hacia un nuevo aprendizaje, hacia una nueva experiencia de amor, que son invitados a vivir en estos tiempos cruciales.
Si Mi Corazón hoy puede estar entre ustedes, sus corazones pueden estar en el Mío y no existe nada ni nadie que lo pueda alterar; porque si Yo estoy presente todo es perfecto, así como es perfecto Mi Padre, así como es perfecto el Universo y todo lo que en él vibra.
Y hoy vengo de la luminosa colina que hay aquí, después de haber estado en una gran montaña, en donde los Maestros del Amor se reúnen para proteger a la humanidad de sí misma y para despertar la consciencia de los que aún están dormidos en la ilusión mundial.
Es a través de ustedes y de sus corazones, que Yo puedo obrar.
Cuando sus corazones no están abiertos, hacia Mí o hacia sus hermanos, Mi Obra se restringe en la humanidad y tengo tantas Gracias para derramar sobre el mundo y tanto Amor infinito para entregar que, a veces, Me siento ahogado por tanto Amor celestial que Mi Santo Padre emana de Su Fuente Primordial, para todos los Universos y para todas las dimensiones.
Necesito que beban de este Amor que hoy Yo les traigo porque lo necesitarán para poder enfrentar el fin de los tiempos, y así estar en comunión perpetua Conmigo, cuando Yo no esté aquí presente, ni pueda visitarlos, porque ya habré cumplido Mi tarea en esta Sagrada Figueira y, a partir de ese momento, ustedes deberán ser los Cristos del Nuevo Tiempo, los que obrarán, por medio de Mi Corazón y de la fuerza máxima de Mi Amor, en todo este planeta.
Y así, en sus corazones simples, puros y humildes, las almas y los Reinos reconocerán Mi Presencia. Eso preparará Mi llegada, de una forma sorprendente, sin que nadie lo espere; porque vendré como el rayo de la tormenta, como un gran relámpago de luz.
Vendré al despuntar de la Luna, y bajo el brillo de las grandes estrellas del Universo, de las grandes Consciencias cósmicas.
La noche parecerá día porque el Hijo Solar iluminará las tinieblas, expulsará los demonios y rescatará, una a una, a las últimas estrellas caídas.
Para ese tiempo deberán estar preparados; por eso, hoy lo vengo a anunciar, porque nadie podrá proclamar Mi llegada.
El Señor hará sentir en los corazones Mi Presencia, esa será la primera llamada de Mi Retorno.
El Señor hará sentir algo desconocido en las almas, esa será la segunda llamada de Mi Retorno.
El Señor revelará lo que existe en el Universo y todo lo que él guarda se mostrará a los ojos de los hombres, esa será la tercera llamada de Mi Retorno.
Por eso, en estos tiempos, difundan Mi llegada a la humanidad, porque queda poco tiempo y el Juicio de Dios vendrá detrás de Mí, para definir al mundo y a esta raza hacia un nuevo ciclo.
Que Mis Palabras resuenen en lo más profundo de sus corazones, en lo más íntimo de sus almas, en lo más invisible de sus seres; porque ha llegado la hora de la preparación y sus sufrimientos ya no pesarán, sus dolores internos no tendrán sentido, porque Yo habré construido en ustedes Mi Iglesia Celestial, que será perpetua y eterna, hasta después de los mil años de paz.
Vengo, en este momento y en esta noche, a abrir las puertas hacia este mes de agosto, en el que una Gran Hermandad se establece y los corazones son partícipes de esta sagrada reunión que se instaura entre la humanidad y el Universo.
Aprovechen este momento, compañeros, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras quedarán en los mundos internos que confíen en Mí.
Como Hijo Solar, vengo a abrir, en este día, la gran ceremonia.
Como el más humilde Sacerdote, vengo a oficiar este encuentro durante todo el mes de agosto.
Que sus almas y corazones estén unidos a Mí.
Que sus sentidos, sus palabras, sentimientos y pensamientos, estén unidos a Mi Consciencia, porque así beberán de la Fuente del Conocimiento que descenderá; porque así, participarán, conscientemente, de todo lo que hará el Universo en este mes, bajo el Espíritu de la Gran Hermandad.
Dejen a un lado todo lo que viven y que sus espíritus, que son los que vivirán la vida eterna, puedan estar ocupados y concentrados en todo lo que hará el Universo; así estarán dentro de las corrientes poderosas y sus situaciones más imperfectas se disolverán en la nada.
No sentirán ningún recelo ni tampoco ninguna incomodidad y sus espíritus podrán estar libres para participar de esta Sagrada Reunión con todos lo que Seres de la Luz, con el Padre Eterno, que es quien permite todo esto.
Por eso, alégrense y no se lamenten, que el fuego eterno de Mi Gozo Celestial esté en sus corazones todo el tiempo para que puedan vivir, sentir y experimentar lo que la Divinidad hará en este mes.
Salgan de lo superficial. Esto no es un reclamo.
Ingresen al Universo a través del Portal de Mi Corazón y les aseguro que serán otros, en tan sólo treinta días.
Si su Maestro pudo transformar a Pedro en la base de Su Iglesia, ¿qué podría hacer Yo con ustedes si sus corazones estuvieran abiertos todo el tiempo, así como lo están hoy?
¿Pueden sentir la diferencia entre estar en el Reino de Dios o estar lejos de él?
¿Pueden sentir la diferencia entre estar en la vibración correcta o estar en el caos?
Vengo a enseñarles con Mis Palabras simples todo lo que es eterno, porque ustedes deben alcanzar lo eterno para que esta humanidad tenga una última oportunidad.
Por eso, los envío a predicar Mi Palabra; los envío a que sean Mis testigos, para que, a través de sus ejemplos de vida, la humanidad pueda despertar a lo que debe despertar en este tiempo.
Hoy Me siento en pleno júbilo y, a pesar de que el mundo no responde totalmente, con tan poco Yo Me complazco.
Eso es lo que Me hace volver aquí, nunca lo olviden, porque lo necesitarán para saber estar en Mí.
Hoy, su Maestro viene a adorar lo que es puro en ustedes.
Sé que para ustedes esto es un misterio, para Mí es una perfecta realidad que surgió en el Principio, desde la Fuente.
Vivan en esa pureza a través de la adoración a Mi Misericordioso Corazón y siempre estaré aquí para escucharlos.
Estoy aquí presente para trabajar en un mundo herido y eso lo puedo hacer, compañeros, por medio de los corazones que Me invocan y que Me viven en estos tiempos.
Les agradezco por hoy estar Conmigo, en Hermandad.
Los bendigo para esta nueva etapa.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más