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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis amados y adorables hijos de Aurora:
Estoy aquí, y Soy su Madre, donde reina la simplicidad, donde se respira el espíritu de la humildad, el esfuerzo del trabajo diario, de la oración incansable y de la Adoración.
En cada día de sus vidas, Dios está presente en este lugar, aunque en sus corazones puedan existir dudas, incertidumbres, angustias, obstáculos o agonías.
Hijos amados de Aurora, no hay nada ni nadie que pueda disolver la alianza que ustedes tienen con Dios y, a través de Dios, con el Corazón de Mi Amadísimo Hijo Jesús.
No podía irme de aquí sin estar con ustedes y entre ustedes, porque sé que lo esperaban y una Buena Madre siempre atiende el llamado de Sus hijos. Por esa razón, Yo estoy aquí, porque en verdad fue Mi Hijo que Me envió a ustedes como Su Mensajera, como la Madre de Dios, como aquella Mujer que siempre está al lado de Sus hijos, orando y vigilando por cada uno de sus pasos.
Los pilares que yo fundé aquí, en Aurora, hace 15 años, bases espirituales importantes para la humanidad, siguen firmes y latentes, aunque Mi tarea no haya sido comprendida en Uruguay.
Hoy, su Madre Celeste, Santa María de Aurora, viene a retribuirles a través de Sus Gracias y del más puro Amor de Su Corazón Inmaculado, por seguir fielmente sosteniendo este sagrado lugar en la superficie.
Esto es muy importante para Mi Hijo, porque Mi Hijo puede obrar e interceder por la humanidad, donde sea necesario, así como Mi Inmaculado Corazón también ha podido interceder, tan lejos de Aurora, en otros lugares del mundo.
Por eso, Yo vengo aquí para agradecerles cada esfuerzo sincero en la oración del corazón, cada mañana que despertaron para ofrecerle su servicio y su amor al Reino de Aurora y, aunque les pareciera imposible poder realizarlo, aunque pareciera imposible poder concretarlo, sus pies caminaron a través del servicio y sus manos se donaron en el frío invierno que vive el planeta por esta oscuridad que lo absorbe, día a día, por falta de luz, de amor y de esperanza.
Pero ustedes, agraciados hijos de Aurora, siempre han podido renacer a través del amanecer de este Centro Interior en sus corazones, han templado su espada a través de la fe, han fortalecido sus escudos a través del amor, han apaciguado sus corazones a través de la unidad constante con el Padre Eterno a través de cada liturgia y ofrecimiento verdadero.
Por eso, hoy, Mi Sagrado Manto Universal lleva, sobre sí, los frutos de sus esfuerzos y entregas, que se han convertido en estrellas de Mi Manto Universal.
¿Saben lo que esto significa para Dios?
Sé que es un misterio que hoy no comprenderán, pero sí, sus corazones están abiertos a este misterio, porque en este Sagrado Manto de Estrellas de Luz está registrada la experiencia de su esfuerzo y de su donación constante. Y esto es lo que Dios necesita para impedir que la Justicia Divina descienda en el mundo, para que la Insondable y Divina Misericordia de Mi Hijo siga obrando e intercediendo por esta humanidad.
Veamos ahora, hijos Míos, los frutos que ha dado Aurora a través de los tiempos, más allá de este lugar, en lejanos rincones del planeta en donde las almas esperaban el renacer de Aurora, en donde los corazones esperaban la redención, la cura y el amor interior.
Esto ha sido posible, hijos Míos, porque ustedes están aquí, sosteniendo a esta Comunidad en la vida diaria, en la liturgia diaria, en cada momento en donde el universo les ofrece un servicio mayor para que, no solo sus corazones estén maduros, sino que sus almas estén conscientes de lo que significa y representa el compromiso que cada uno de ustedes tiene con Cristo. Porque Él, Mi Hijo, es Quien le cuenta al Padre cada uno de sus pasos, para que el Padre Eterno pueda escribir esa experiencia en Su Libro de Amor.
Dios les ofreció lo mejor y por eso, Dios este día los bendice con Sus Gracias, para que esta fortaleza que tiene Aurora se mantenga y haga de los guerreros de la redención, apóstoles del amor y del servicio incansable; a fin de que más almas, en el mundo entero, sean merecedoras de la ayuda espiritual de Aurora, en los planos internos de la consciencia y del espíritu.
Estos son los grandes frutos de Aurora: de que este Sagrado Reino de Amor y de Redención, a través de los corazones perseverantes y constantes, llegue a todas partes del mundo, a todos los lugares y consciencias posibles que esperan en esta vida por la redención.
En los próximos tiempos, quisiera que sus experiencias de servicio, de donación y de amor incansable sigan brillando como estrellas en Mi Manto Universal.
Aún más, hijos Míos, cada lágrima que han derramado sobre este suelo está contada en Mi Manto de Luz; porque Dios, el Padre Eterno, contempla todo lo que existe y lo que se vive.
Por eso, Él es un Padre de inmensa Misericordia, un Padre de Brazos Abiertos, que espera que Sus Hijos lo puedan abrazar y también consolar por todos los pecados y ultrajes que Él ve en el mundo en este tiempo.
Por eso, Nuestros Sagrados Corazones deberán ir muy lejos, a lugares lejanos del mundo, por una sola razón y un único fin: llevar a Aurora a las naciones y a los corazones porque todos, en este planeta, más allá de sus errores, son merecedores de conocer el Reino de Aurora y de ser receptáculos para vivir la cura interior.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, el Manto de Nuestra Señora se convirtió en un Manto verde brillante, en la Faz de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
Colocando Sus Manos en señal de oración, nuestra Madre Divina sigue contemplando a cada uno de los presentes y nos dice:
Hijos Míos, Mis Pies tocaron este sagrado suelo hace quince años y, por eso, estoy muy agradecida. Porque más allá de los obstáculos o de las demoras, Mi Propósito en el mundo se está cumpliendo, el Sagrado Propósito de la Fuente, que la cura interior llegue a todas las almas posibles, más allá de su condición o situación. Por eso, quiero volver a agradecer, eternamente, a todos aquellos que viven Aurora en su corazón y que se animan a formar parte de esta Gracia.
Hoy, vengo a renovar el Propósito de esta Comunidad, de esta Sagrada Comunidad de Dios. Vengo a hacer florecer las Gracias y los frutos internos de Aurora. Vengo a fortalecer sus bases espirituales e internas, para este lugar y el mundo.
Vengo aquí para llamarlos nuevamente, para que acompañen a su Madre Celeste en Su tarea planetaria, así como Me han acompañado hasta los días de hoy; y eso es muy significativo para Mí porque sé que puedo contar con Mis hijos a pesar de las distancias, porque puedo contar con el corazón de los que Me dicen: “¡sí, Madre, aquí estoy!”.
Hoy, a través de los sacerdotes, les daré el Sacramento de la Unción, para que la señal visible de la Santa Cruz proteja sus caminos de transformación y redención. Pero más aún, para que esa señal visible de la Cruz los represente en el mundo interno y no exista mal o perturbación que los pueda molestar o interferir, para que el espíritu del guerrero de la paz emerja en cada uno, para que el soldado orante esté firme en estos tiempos de tribulación; y siempre, siempre la oración sea su alimento espiritual, a fin de que se establezca la Voluntad de Dios en este lugar y en el mundo, lo que el Corazón del Padre Eterno ha previsto que suceda, y que Él guarda con mucho regocijo en Su Corazón.
Que esta bendición del Sacramento de la Unción los haga partícipes del Sacramento de la Comunión, sabiendo que, a pesar del desierto de estos tiempos, en la Comunión con Mi Hijo encontrarán la Fuente que les quitará la sed, nunca se olviden de esto. En la Santa Comunión está la renovación del espíritu y de la consciencia.
Nunca dejen de comulgar del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Refúgiense en el Sacramento de la Eucaristía y que, al comulgar del Cuerpo de Cristo, sientan tocar Su Cuerpo llagado y flagelado por el mundo, para que su fidelidad y su oración lo restauren.
Hoy, Mi Consciencia Divina emerge del Reino de Aurora, y su Madre Celeste recuerda atentamente todo lo que ha sucedido en estos últimos años y, principalmente, lo que ha sucedido en la vida de Mis hijos, que es lo más importante para Dios.
Por eso, los invito a recorrer este camino de traer a la memoria, de recordar cada Gracia y cada impulso espiritual que fue recibido y que, desde el año 2013, se completó con la llegada de Cristo.
Hoy, les dejo, en este templo interior, la Presencia Inmutable del Espíritu Santo, para que siempre que lo necesiten, en el silencio del corazón y de la consciencia, vengan aquí para encontrar fuerza y fortaleza, para que sus corazones siempre se vacíen y, a través de este Recinto de Amor, encuentren lo que necesiten internamente.
¡Adelante, Mis hijos de Aurora!
La Madre de Dios está aquí para bendecirlos y renovarlos; para que sus vidas, en el nombre de Cristo, siempre sean vidas nuevas en el Señor, que sientan en el corazón el Fuego de Aurora, el Fuego que los impulsa a la entrega mayor.
Celebremos este momento en gratitud. Y, les pido que sigan orando fielmente por todas Mis causas, por todo lo que los Sagrados Corazones aún necesitan concretar en el mundo entero.
¡Oh, Llama Flameante del Propósito de Aurora!,
guía los pasos de todos Mis hijos
hacia el encuentro con la Fuente Inmaterial del Corazón del Señor,
a fin de que todos se consagren a Su Divino Propósito
y las amarras del ayer sean disueltas
para que las almas alcancen la liberación.
¡Oh, Llama Flameante del Propósito de Aurora!,
enciende en el corazón humano la Sagrada Estrella de la Hermandad,
para que el sacrificio por Cristo sea vivido en júbilo y plenitud,
en la esperanza de concretar Su Retorno.
Amén.
Mis amados, les agradezco por responder a este llamado.
Entren en Mi Corazón, siempre y cuando lo necesiten, porque Mi Corazón Inmaculado los llevará a la paz.
Que la paz pueda estar en el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Mis queridos hijos:
Antes de retomar el camino peregrino que nos llevará a Brasil, su Madre Celeste se detiene en los planos internos del Reino de Aurora para reposar, en el silencio y en la paz de todos los Reinos de la Naturaleza.
Así como lo hice el último sábado con Mis hijos de la Comunidad de la Hermandad; hoy, vengo a comunicarles que su Madre Celeste visitará la Comunidad Fraternidad, a través de una Aparición extraordinaria y reservada en la sala de oración del área de Redención 2.
Mañana, quisiera que Me esperen con sus cantos y oraciones y que Me ofrezcan un simple altar, en honor a la Santísima Virgen de Fátima para que, en esta etapa de reposo, su Madre Celestial no solo pueda bendecir el nuevo ciclo comunitario en Aurora, sino también desde Aurora, Yo pueda volver a bendecir a Uruguay y a Sudamérica.
Ese momento que compartirán Conmigo, después será transmitido a través de un audio, el mismo 25 de septiembre, para que Mis demás hijos acompañen, de corazón, las Palabras maternales que Yo dirigiré a Mis hijos de la Comunidad Fraternidad.
Cumpliendo este pedido, Yo le volveré a pedir a Uruguay la consagración a Mi Materno e Inmaculado Corazón, a fin de que este bendito país esté protegido y resguardado de las malas intenciones que hoy, infelizmente, también se promueven en otros países de América.
En Brasil, Mi Hijo retornará con todo el poder del Verbo Divino para advertir y aclarar las ideas y las mentes de las personas, para que Brasil siga sosteniendo internamente el destino de convertirse en el Nuevo Edén de Dios para el mundo entero.
Mis hijos, recemos; y les pido, una vez más, que se comprometan de corazón y de palabra con las diferentes Oraciones por la Paz en las Naciones. De la participación y de la presencia de cada Hijo de María dependerá que algunas tristes situaciones no se plasmen ni se concreten en la materia.
Desde ya, estoy agradecida por los que, hasta los días de hoy, sostienen las Oraciones por la Paz en las Naciones, respondiendo con fidelidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A los soldados y guerreros de la Misericordia de la Comunidad de la Hermandad
Mis amados hijos:
A pesar de la soledad, del abandono o de la duda que, en estos dos últimos años, pudieron sentir, hoy son colmados por Mi más profundo y cálido Amor Maternal.
Queridos hijos, todos los días recé por su persistencia y entusiasmo; a pesar de que vivieron, en carne propia, la dolorosa agonía de Mi Hijo, a través de la pandemia en esta perdida humanidad.
Pero ahora, miren, hijos, estoy aquí y Soy su Madre del Espíritu Santo; Soy la Guardiana de su caminar hacia Dios.
Hijos amados, hoy les puedo decir que sobrevivieron y que están prontos, a pesar de sus purificaciones, para seguir sobrellevando el fin de estos tiempos; un tiempo aún desconocido e impredecible para toda la humanidad.
Pero ustedes, a pesar de todo, supieron ser guerreros de la Misericordia; y lo más importante, Mis amados hijos, aprendieron a colocar el Plan de Mi Hijo en primer lugar, a pesar del momento incierto y oscuro que vivió la humanidad.
Mi Hijo, como un Buen Pastor, estuvo allí presente en cada acierto como en cada prueba. El poderoso Amor de Cristo los sostuvo a cada uno y así, ustedes, más allá de todo, aprendieron a sostener este Sagrado Centro Mariano.
Por eso, hoy estoy aquí para agradecerles, para entregarles Mi Gratitud y Amor Consolador.
Hijos, cada esfuerzo sincero, que fue vivido por ustedes, es valorado y reconocido por el Padre Eterno, y es guardado en lo más íntimo de Su Corazón Silencioso.
Por eso, en este día, siéntanse renovados, siéntanse fortalecidos por su Bendita y Humilde Madre Celeste.
Todos los que, en estos dos últimos años, pasaron y compartieron en esta querida Comunidad, le dejaron al Sagrado Corazón de Mi Hijo una marca de amor y de sacrificio.
Ahora, levántense y sigan caminando.
Soy la Madre del Calvario, la Madre que llega hasta cada uno para escuchar de cada Cristo Interno: “Madre, Yo renuevo todas las cosas”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras su Madre Celeste está aquí, en este día especial e importante para Mí, también su Madre Celeste está con el Santo Padre en Kazajistán; para que el mundo comprenda, de una vez y para siempre, que la religión no es causa de división o de discordia, las religiones son un puente para que lleguen al Corazón de Dios. Por eso, Mi Corazón se entristece mucho cuando en las religiones hay discordias, división o separación.
En este tiempo crucial del planeta, la religión está siendo usada como arma de guerra para confundir a los corazones, para separar a las almas de la Fe de Dios.
Pero, Yo vengo en este día, hijos Míos, para religar el Cielo y la Tierra, para religar el propósito que tiene la nación argentina con la Fuente Superior del Amor, y esto es posible por la respuesta de los que están presentes en este día.
Sé que sus consciencias no pueden medir lo que esto significa para el Padre; pero sí les aseguro, hijos Míos, que algo muy importante está aconteciendo en este momento, cuando las religiones del mundo se unen para dialogar por la paz, para que los pueblos del mundo entero sean protegidos por las religiones y, finalmente, Mi Amado Hijo pueda ver con Sus propios Ojos manifestarse el ecumenismo que tanto espera.
La llave principal de las religiones es el Amor de Dios. Por eso, las almas deben buscar ese Amor incesante a través de las religiones. Les pido, hijos Míos, que no se identifiquen con lo que es superficial, porque aun en las religiones hay errores y hay pecados.
Pero ustedes, hijos Míos, que ya me acompañan hace tanto tiempo, que responden a Mi llamado cada vez que los llamo, deben colocar su consciencia y, sobre todo, su mente en otro plano de comprensión y de unión, porque allí Mi enemigo no los interceptará y no los buscará, tampoco los asediará.
Ayuden, a través de su oración, a todas las religiones del mundo, porque siguen siendo usadas como armas de guerra y Mi Hijo cuando retorne necesitará que las religiones vivan también una síntesis y un juicio.
Porque lo que Él enseñó, hace tanto tiempo, es para todos; y la forma de comprender Su Mensaje, que la humanidad ha encontrado en esta superficie, es a través de la religión. Pero abran su consciencia, no se queden en lo que es teórico, no se queden solo en lo que es el dogma.
Yo les pido, una y otra vez, que sus miradas y, sobre todo, sus corazones se vuelvan hacia Dios; que busquen la Fuente de Su Amor, de un Amor Inagotable, de un Amor Eterno que a través de Mi Corazón los quiere colmar, los quiere bendecir y los quiere unir como uno solo.
Hoy, llego a este lugar con mucha alegría, sintiendo júbilo en Mi Corazón por poder estar en el corazón de Argentina y, a través de este corazón, poder irradiar a toda la nación y al mundo entero lo que el país y los demás pueblos del mundo necesitan en este momento.
Por eso, una vez más les agradezco por seguir Mis Pasos, por acompañarme en este momento y en esta hora, porque esto es muy significativo para Nuestro Señor, el Cristo.
Esto permite, hijos Míos, que su Madre pueda derramar más Gracias en el mundo; que las almas que están confundidas y perdidas, en este momento, puedan retornar a la Casa del Padre. Por esa razón, estoy aquí.
Dios contempla la sincera respuesta de cada corazón presente. Como Madre, sé lo que ha significado para ustedes estar hoy aquí de forma inmediata, y eso es muy valorado por Mi Amado Hijo. Mi Hijo también valora que nuevas almas se postulen a la consagración como Hijos de María.
Todo es valorado por Mi Amado Hijo, cada gesto verdadero de amor que permite al mundo recibir la expiación que tanto necesita en este tiempo.
Yo les pido, hijos Míos, que no se olviden de rezar por las religiones; ya que la unión y el ecumenismo se deben dar, y esto es responsabilidad de cada uno de ustedes para que el mundo no se precipite más hacia el abismo, para que las almas ya no sean arrastradas hacia la perdición y hagan alianzas con las modernidades.
El Único Dios, el Todopoderoso, los reúne en este momento, los reúne por un Propósito Mayor que hoy desconocen, un Propósito que hoy se puede comenzar a escribir en el Corazón del Padre y en el corazón de Sus Hijos.
De esta forma, les hablo de una nueva historia que comenzó a escribirse en Buenos Aires, una historia, trazada por la unión de los corazones con el Corazón de la Jerarquía, que hoy se sigue escribiendo a través de este momento y de este lugar.
De esa forma, lo que está oculto a los ojos de todos se revela, lo que está presente en el plano inmaterial se muestra y todas las sierras que rodean a esta región son testigos de esto, aunque este lugar aún deba purificarse. Porque recuerden lo que una vez les dijo Mi Hijo, que para que Él haga nuevas las cosas necesita que las consciencias estén renovadas, y que no estén en resistencia o bajo el propio poder.
De una vez y para siempre, las almas deben liberarse de sí mismas, deben aprender a caminar en Cristo y por Cristo; para que Él, ante Dios, cumpla Su Palabra y, sobre todo, cumpla Su Profecía de retornar al mundo en el momento más culminante de la humanidad; en el que todos lo podrán ver, escuchar, sentir y reconocer como el Maestro entre los maestros, como el Rey del Universo.
Por eso, Él envía a Su Mensajera. Él envía a la Madre de las Montañas, a la Pachamama, para que el mundo no se olvide también del grito del planeta, del llanto de los Reinos de la Naturaleza. Ellos necesitan la ayuda de todos.
Reconstruyan la superficie de este planeta con acciones de caridad.
Abran las puertas de la Misericordia de Dios y permitan que todo pueda ser curado; porque el mundo entero lo necesita, antes de que llegue el gran final.
Recen para que Córdoba se pueda reconsagrar a Mi Inmaculado Corazón, porque si esa consagración se da fielmente, esto repercutirá en toda la Argentina y aquellas situaciones que quieren hacer sucumbir al país no se concretarán, porque la oración de los fieles orantes impedirá que la impunidad siga actuando en este mundo y en este país.
Que todo pueda ser equilibrado, así como esta nación lo merece y lo necesita.
Como les dije, en Buenos Aires, coloquen su confianza en Dios. Recuerden no permanecer en lo que es superficial. En cada momento y en cada nuevo día, coloquen su consciencia en lo Alto, porque allí está la solución y la respuesta que tanto buscan.
Yo estoy aquí también para rezar por esa causa, y cada vez que se consagra un nuevo Hijo de María, Mi oración y la oración de Mis hijos es escuchada, impidiendo que, en el mundo y en la Argentina, sucedan situaciones inesperadas y dolorosas.
La Mirada de Dios está sobre este país, deben tenerlo muy presente.
Más allá de la impunidad o de la injusticia, más allá de la mentira o de la falsedad, más allá del mensaje vacío o de la ilusión, más allá de todo lo que sucede en la superficie de Argentina, el corazón espiritual de esta nación no perderá los tesoros que tiene.
Por eso, Yo los invito a unirse a esto, para que reverberen, a través de los tiempos, los tesoros espirituales de Dios presentes en este país. De ustedes, hijos Míos, dependerá que no suceda nada más, esa es la verdad.
Como un testimonio de que es posible vivir los cambios, llamaré ahora a aquellos que se consagrarán como Mis Hijos, en este día.
Los invito a aproximarse a este altar para que puedan vivir este momento de consagración y de bendición, y para que también sus vidas y, sobre todo, sus corazones sean un testimonio vivo para Dios de que es posible la redención.
Dispónganse en este momento, todos dispónganse a recibir Mi bendición, la bendición de su Madre Celeste.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y vamos a escuchar, ahora, el instrumental de los Hijos de María, preparando este momento de consagración y de unión con la Santísima Virgen.
Quiero decir a estos, Mis amados hijos, aquí presentes, que esperé este momento para poder consagrarlos ante Dios, que conozco profundamente sus traumas y tristezas, que He caminado a su lado en los momentos oscuros y de desolación; porque no se olviden de que Yo Soy la Madre Dolorosa de la Cruz, aquella que, a los Pies de Mi Hijo, en lo alto del Monte Calvario, asumió con amor y responsabilidad a cada uno de ustedes, a sus esencias. Por eso, sé todo lo que les ha sucedido hasta este momento.
Renueven su fe y su confianza en Dios a través de Mi Corazón Inmaculado; porque, a partir de ahora, podrán caminar libres de ustedes mismos y sus heridas más profundas se cerrarán y curarán, porque Mi Gracia tocará sus corazones en este momento.
Ustedes y sus hermanos son Mis hijos y los amo, Yo Soy su Madre y siempre estoy aquí para ayudarlos; porque una buena madre nunca se olvida de sus hijos, aunque su Madre Celeste sea una Madre Peregrina.
Por eso, abran sus corazones en este momento de consagración y de unión Conmigo; y que no solo sus vidas, sino también sus familias puedan ser consagrada; y aquello que ha quedado separado, aquella herida que quedó abierta, aquella enfermedad que fue transitada o aun aquella incomprensión que quedó en sus memorias, todo pueda ser disuelto en este momento para que puedan sentir Mi abrazo maternal.
Hijos, hoy los consagro, no solo como Hijos de María, sino también los consagro como un nuevo Rosario de Luz que tendrá la misión y el deber de orar por Argentina para que, a través de sus corazones y del corazón de Córdoba, el Gobierno Espiritual que este país necesita se manifieste, se cumplan las Leyes y se respeten los Mandamientos.
¡Alégrense, hijos Míos! Son Mis Hijos, los Hijos de María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cantemos.
Les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Que el Espíritu Santo los guíe y los colme siempre.
Canción: “Himno de los Hijos de María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Entonces, ahora, para terminar este trabajo, les vamos a explicar cómo fue este momento de Aparición, porque fue muy especial y me hizo recordar cuando estuvimos en una peregrinación por aquí, en Córdoba, hace algunos años.
Y para que ustedes vean como la Jerarquía tiene presente todos los momentos; hoy, Nuestra Señora, como María, la Reina de la Paz, llegó aquí, retomando el momento de aquella Aparición, hace un tiempo, y trayendo ahora ese sentimiento de gratitud.
Cuando Ella venía del Cielo, descendiendo en dirección hacia Córdoba, al pasar María por cada área de esta parte de Argentina, cerraba muchas puertas inciertas y muchas energías intrusas eran liberadas.
Ella les traía, a los presentes y a los que no están aquí, un principio de consolación maternal nunca antes visto, que Ella transmitía a través de Su Corazón Inmaculado por medio de Su Amor.
Cuando consagró a los Hijos de María, fue realmente muy especial para mí, porque cuando María le hablaba con dulzura a cada uno de los hermanos que hoy se consagraron, Ella no solo los volvía a levantar por medio de la Fe y de la Fortaleza que vive Nuestra Señora, como Consciencia Divina, sino que también Ella mostraba como había estado con cada uno de ellos a través de sus vidas; e imaginemos, por un momento, cuántos somos en este planeta.
María, una vez más, nos demuestra y nos confirma que no se olvida de ninguno de Sus hijos, porque en ese momento de consagración, Ella vio la historia de cada uno de estos hermanos. Como Madre de Dios, estaba delante de sus errores y aciertos; como Ella dijo, de las tristezas, de las angustias o de la oscuridad.
La sola Presencia de María, como Reina de la Paz, disolvía todo eso delante de Sus hijos, de los que hoy se consagraron. Y en ese momento, a María, no le importaba el error; hoy, lo que más le importaba a Nuestra Señora era que, en la consagración de estos hermanos, ellos pudieran recordar que son Hijos de Dios, y que nada ni nadie les puede quitar esa Gracia.
María Me dijo que ser Hijo de Dios es algo que no podemos abarcar con nuestra mente, con nuestra consciencia. Ser Hijo de Dios, dijo María, es un estado de Gracia que nosotros recibimos en nuestro nacimiento y, aún más, cuando fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre. Por eso, Ella es la Madre Universal. Ella es el Vientre que genera y crea nuevas cosas.
Hoy, estos hermanos vivieron un momento no solo de consagración, sino de filiación con el Padre y, a través de la Presencia del Espíritu Santo por medio de María, Ella les dio una sagrada tarea.
En ese momento, pudimos comprender y, sobre todo, sentir que parecía que conocíamos a cada uno de ellos desde hace mucho tiempo. Eso sucede porque nuestras almas se unen a los Pies de María y, entonces recordamos el lugar que tiene para cada uno de nosotros en Su Corazón. Ella nos dijo que tenemos que tener muy presente esto, que nadie se olvide del lugar que tiene en el Corazón de María.
Y, para terminar, quería decir que Nuestra Señora ayudó a esta parte de Argentina, el norte de Argentina; sobre todo, Ella se presentó en los planos internos para ayudar a los hermanos que están en Jujuy, en Corrientes, en aquellos lugares de Argentina donde hay hermanos tan simples, tan humildes, que nadie sabe quiénes son. Hoy, María también llevó Su Amor a esos lugares y a esas consciencias.
Hoy, María estaba muy agradecida por estar aquí, no sé por qué.
A Ella le gusta Córdoba porque es el corazón de la Argentina.
Les agradecemos por presencia de todos ustedes.
Hermana Lucía de Jesús:
María pidió que los Hijos de María hagan un grupo Rosario de Luz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¿Los que hoy se consagraron, no? Y cada uno de ellos también podría formar un Rosario de Luz. Pero primero tenemos que cumplir las metas que son posibles.
Este grupo, que se consagró, es un nuevo Rosario de Luz. Después, al final de este trabajo, los sacerdotes van a explicarles de qué se trata, para que puedan responder al llamado de María. Y después que ustedes pasen por la experiencia de ese grupo Rosario de Luz, cada uno se puede animar a formar otro grupo de Rosario de Luz.
Hermana Lucía de Jesús:
Si usted que está en su casa también quiere orar por Argentina y hacer un grupo Rosario de Luz, puede ingresar en la página de los Mensajeros Divinos y allí tendrá las informaciones para que juntos podamos seguir iluminando a este mundo a través de la oración.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a terminar este encuentro cantando una canción que María nos pidió, porque Ella sabe que cada uno de sus corazones se siente muy identificado.
Canción: “Mirarte a Ti”.
¡Gracias a todos!
Mis queridos hijos:
Mientras en el mundo los elementos de la naturaleza demuestran la trágica realidad del fin de los tiempos, la Divinidad interviene en todas las situaciones posibles para que la Ley de la Justicia Divina no se concrete en el espacio material de este planeta.
Por eso, en emergencia y prontitud, la Jerarquía trabaja sin demora para intentar aliviar las diferentes realidades que, movidas por la actuación de silenciosas puertas inciertas, se unen al desequilibrado plano mental planetario, agravando el estado de la consciencia del planeta.
En este sentido, queridos hijos, la oración, en este momento, debe ser la prioridad de todos, porque mientras no estén bajo el espíritu de la oración, muchas más consciencias serán arrastradas por esas puertas inciertas hasta que las almas se pierdan completamente.
Es realmente necesario y urgente que Mis hijos puedan reconocer y percibir cómo está la situación del mundo para que, decididos y como apóstoles maduros, caminen por el mundo junto a la Jerarquía Espiritual para detener lo que, en este momento, se está convirtiendo en irreversible.
Estén atentos y no se distraigan, cada minuto de sus vidas deberán ofrecerlo en un estado de perpetua oración y elevación, para que también los legionarios de Cristo estén invisibles pero activos a través del servicio por la redención y la cura de esta humanidad.
Por ese motivo, no se sorprendan cuando la Jerarquía cambie el destino de su peregrinación. Cuando esto suceda, como lo fue hace pocos días, deberán darse cuanta por ustedes mismos que hay algo que no está bien en la región o en el país por donde la Jerarquía peregrina junto a ustedes.
Siempre, hijos Míos, de alguna forma, la Divinidad decidida y atenta hará todo lo posible, y lo que esté al alcance de cada realidad, para cumplir y concretar la asistencia espiritual e interna que cada espacio del planeta necesita.
Con este preámbulo, ahora nos prepararemos para la siguiente etapa, que es la más importante, ya que los Tres Sagrados Corazones intervendrán, una vez más, por Argentina y Sudamérica.
Desde ahora, les agradezco la estricta obediencia de todos, en este momento tan definitivo para el próximo destino de la nación argentina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Al mundo le ha llegado el momento de vivir su verdadero Gobierno Espiritual. Esa es la razón por la cual las estructuras más resistentes, los sistemas más corruptos, las monarquías más antiguas caerán de la noche a la mañana. Porque Cristo prepara Su Retorno y esto es por un solo fin: que surja la Nueva Humanidad libre de la mentira, libre de la impunidad, libre de todo lo que esclaviza a la humanidad entera hasta los tiempos de hoy.
Por eso, las cadenas se romperán, sentirán cómo los grilletes se romperán lentamente, aquellas corrientes que disocian al mundo serán expurgadas por la Presencia de Mi Hijo y todo, absolutamente todo, quedará en evidencia.
Pero les digo, como su Madre, que no deben tener miedo cuando llegue ese momento, que es ahora. Vean este momento como el momento de su liberación de una cadena ininterrumpida de errores que nadie ha conseguido liberar o disolver.
Por eso, aspiren y alégrense, porque el fin de su cautiverio está cerca. Mi Hijo lo prometió y lo cumplirá.
Por eso, deberán seguir elevándose a través de la oración del corazón; porque todos necesitan tener dentro de sí la Llama del Sagrado Propósito; y muchos más que ustedes necesitan reencontrar su propósito original y no las tendencias o los objetivos que vende el mundo, día tras día, creando dioses e idolatrías que confunden espiritualmente a las almas sobre cuál es el verdadero camino.
Cuando crean que ustedes tienen a Dios dentro de sí y que deben mirar hacia adentro de su mundo interior para descubrir la riqueza del universo que Dios colocó en cada uno de ustedes; les puedo decir, Mis queridos hijos, que sabrán liberarse de sus propias amarras y penas, que ya no seguirán demorando tanto tiempo para dar los pasos en la elevación de la consciencia, en la búsqueda incesante del Sagrado Propósito que los trajo aquí, a este mundo y en este universo local.
Pasar por la Tierra no es por acaso, pasar por este planeta no es una casualidad, porque eso no existe. El vientre de la Tierra se ha ofrecido para redimirlos, para que en ustedes se gestaran los principios que una vez perdieron en el universo, para que la raza finalmente pueda ser Confederada y, esto, aunque parezca imposible en este momento no lo es; porque Mi Hijo lleva adelante Sus más silenciosas estrategias. Él teje, a través del Manto de la Madre del Mundo, la gran red de los grupos de almas que se unen y se sintonizan con Nuestro Propósito Universal.
Por eso, ha llegado la hora de la redención y de la reconciliación. Ha llegado el tiempo de que los velos de sus consciencias puedan caer para siempre, y no solo ustedes, sino también sus hermanos del mundo sepan la Verdad.
Porque la Verdad, que alguna vez pudieron conocer, fue ultrajada por el mundo, por aquellos sistemas que hoy rigen a la Tierra, que les hacen creer a las consciencias que la vida es solo material. Su misión y su propósito está en lo inmaterial, en aquello que no pueden tocar con sus propias manos o ver con sus propios ojos.
La Llama del Divino Propósito está latente en el Universo Sideral; y a través de Mi Manto Sagrado, el Manto de la Madre del Mundo, vengo a traerles el Universo, vengo a revelarles sus orígenes para que recuerden, a través de sus esencias, la Divina Voluntad que los trajo aquí.
Por eso, hijos Míos, no sigan creyendo que solo son seres materiales y mortales, son sus espíritus que continuarán la trayectoria cósmica en el universo.
El espíritu de cada uno es esa sagrada águila que debe retornar a la trayectoria del fuego para unirse y fundirse en la Esencia del Padre, y no solo formar parte de los 144 000, sino que sus vidas sean el resultado de una experiencia de redención y de un amor único, que los propios Señores de la Ley puedan presenciar como una victoria del Amor de Cristo en el mundo.
Así, Yo vengo aquí a elevar sus consciencias hacia lo que es verdadero e inmaterial, para que puedan salir de esta superficie caótica y confusa que solo les ofrece sufrimiento y dolor. Pero, deben ser disciplinados, Mis hijos, nadie los llevará a elevar la consciencia, porque solo lo deberán alcanzar por ustedes mismos.
Aquí están Nuestros Brazos y Nuestras Manos en ofrenda, para que a través de Nuestra ayuda se puedan elevar y elevar; porque si el mundo no se eleva a través de las consciencias que están despiertas y de las consciencias que algún día despertarán, ¿cómo el mundo terminará de vivir el sufrimiento?, ¿cómo las puertas inciertas, que rigen a la humanidad, se cerrarán y los vínculos que muchos tienen con el mal desaparecerán completamente?
Solo les pido que nunca dejen de hacer el esfuerzo correcto, porque el tiempo de la Justicia Divina está llegando y ya se está cumpliendo. No pueden estar sumergidos en lo que es superficial y mundano.
Así como hicieron muchos Hijos de María, reconsagren sus consciencias al Propósito Original que los trajo aquí, a la Tierra; y les aseguro que, en ese acto sincero de consagración y de simplicidad, retornarán al origen que perdieron. Porque más allá de ese origen, existe su familia sideral, aquella que aguarda, hace tanto tiempo, los resultados de su experiencia de amor y de redención en este mundo.
¿Quién será capaz de verter en los Estanques del Universo su experiencia de amor y de redención?
¿Quién se animará a recrear esta Creación que está herida, a través de todo lo que sucede en este planeta y en su humanidad?
El Libro de Dios está abierto, esperando poder escribir la historia de su definición y entrega.
¿Ustedes, hijos Míos, serán esa luz, esa redención, ese amor maduro con el cual Dios podrá escribir la nueva historia del universo?
Porque sé que, en este mundo, muchos creen que la Muerte de Mi Hijo fue un fracaso. Pero Él Me envía, como Su Corredentora y como la Madre de la Humanidad, para hacerles comprender a Mis hijos, a través del amor y de la verdad, que recuerden la riqueza del universo interior en cada ser; porque el mundo, las almas, en este tiempo ya no miran dentro de sí mismas, por todo lo que las atrae del mundo exterior. Allí está la causa de sus dificultades, pruebas, sufrimientos y traumas en todos los planos de consciencia.
La decisión está en sus manos, la Jerarquía no empujará a nadie para que haga lo que tiene que hacer, porque no sería la Jerarquía. En sus manos está el poder del verbo creador, a través del Santísimo Rosario, para que no solo sus vidas sean siempre renovadas en los Atributos del Padre, sino que aprendan a vivir una escuela de oración incansable e inmutable, una oración que no es mecánica ni tampoco superficial, sino una oración que trae la solución que el mundo necesita en estos tiempos.
Porque en verdad les digo, Mis queridos hijos, si hoy todos Me están escuchando atentamente, en este momento, es porque su responsabilidad es orar por los que no oran, su responsabilidad es orar por amor, así como Yo oro por amor y por cada uno de ustedes.
Es así, que no solo estarán en las primeras filas del Retorno de Cristo, sino que, a través del universo de la oración, que pueden descubrir dentro de ustedes, atraerán hacia este mundo las Sagradas Geometrías de los Arcángeles, para que el propósito de este planeta se restablezca y se reconstruya como fue en el principio.
La caída de Adán y Eva fue restaurada por el sacrificio y la entrega de Mi Hijo, y el precio de Su Sangre derramada ha servido para sostener, hasta ese momento, el espíritu de la paz universal en este mundo.
Pero ahora la ambición, el poder y la impunidad de algunos corazones, no solo han abierto puertas inciertas que nunca debieron abrirse en este mundo; sino que el mal insaciable, en esos corazones perdidos, atrajo los conflictos y las guerras al mundo, y la matanza desmedida de animales, por la que, aun escuchando el grito de esos seres en los mataderos, nadie hace nada.
¿Quién será capaz de reconstruir el Proyecto de la Creación en esta humanidad?
Por esa razón, Mi Hijo los invita a cargar con la cruz, de forma madura y consciente. Los invita a ser hermanos en la unidad y en la hermandad, libres de los juicios de valor, de las condenas de unos a otros, de las divisiones o aun de los protagonismos y competencias.
Hoy, quiero decirles a pedido de Cristo, Mi Hijo, que si quieren estar en Nuestros Corazones ya no pueden vivir esas energías.
La purificación no terminó. Pero se pueden purificar en armonía y en paz a través de la oración consciente, de tener coraje todos los días para colocar al otro primero y ser precursores de la fraternidad que hoy no vive el mundo.
De esta forma, la Jerarquía Espiritual, después del último 8 de agosto, les presenta estas necesidades del Plan Universal que podrían parecer insignificantes, pero que son altamente importantes; porque permitirán que las Leyes puedan revertir las situaciones que hoy parecen irreversibles y endémicas.
El mundo cambiará cuando ustedes cambien, cuando se animen a dar los pasos en la consagración interior y en el servicio, cuando dejen de creer que con tan pocos se podrá cargar esta pesada cruz del mundo.
Repartan y compartan el canal de la transmutación, y anímense a aliviar el Corazón agonizante de la Jerarquía para que las puertas de la Gracia no se cierren; porque Mi deseo ardiente y continuo es poder volver al mundo, una y otra vez, para estar cerca de Mis hijos, porque sé que si no estoy presente Mis hijos se perderán. Es algo que Mi Hijo Me hizo prometer a los pies de la Cruz.
Sean como aquellos apóstoles de la época de Mi Hijo.
Sean como aquellas mujeres que seguían a Jesús, de un lado a otro, y que estaban imbuidas de Su Amor Redentor y Consolador, un Amor que las saciaba por dentro y por fuera, que las renovaba y las comprometía en fidelidad.
Sean como aquellos pescadores que fueron llamados a lanzar redes para salvar a las almas.
Sean como el pueblo de Israel que se sorprendía al escuchar la Palabra de Mi Hijo, la llegada de la Buena Nueva.
El Plan espera por todos aquellos que una vez se postularon en el universo y que se comprometieron a trascenderse a sí mismos todos los días. Es así que permitirán, hijos Míos, que el verdadero Gobierno Espiritual llegue al mundo y que muchos puedan ser liberados de la esclavitud espiritual; porque cuando Mi Hijo llegue, vendrá como el Redentor del Universo, extendiendo Sus Brazos y Sus Manos, para unir a las almas a través de la poderosa Cruz del Redentor del mundo.
Por eso hoy, ser un Hijo de María no es pasajero; ser un Hijo de María significa trabajar todos los días en su consagración interior a través de las llaves de la disciplina, de la oración y del servicio, que los podrán colocar en un lugar protegido, aunque en el fin de estos tiempos, ustedes, Mis hijos, puedan ver las barbaridades de este mundo a su izquierda y a su derecha.
Verán acontecer en esta humanidad situaciones inaceptables e increíbles; pero que sus corazones no se sorprendan, que sus corazones siempre estén permeados por la oración, porque a pesar de donde se encuentren o aun hacia donde vayan, si están en oración Conmigo en el fin de los tiempos, en el día del gran Juicio Final, Yo les aseguro que serán guiados y conducidos hacia el lugar más protegido y así, sus familias y seres queridos también serán guiados.
Por eso, aún queda un poco de tiempo para la preparación, pero no queda mucho tiempo como antes, porque los acontecimientos se precipitan minuto a minuto. Mientras su Madre está aquí, hablando con ustedes, piensen por un momento qué está sucediendo en el resto del mundo, cuánta sangre inocente está siendo sacrificada por la guerra, cuántos niños mueren de hambre, cuántas almas padecen en soledad en los hospitales del mundo sin recibir una mínima gota de amor, o aun cuánto sufren sus propios familiares.
Por eso, persistan porque a cada día que pasa Mi Hijo está más cerca. Y así como Él los perdonó en lo alto de la Cruz, porque muchos no sabían lo que estaban haciendo, Él vendrá como el Redentor y Señor del Universo a liberarlos de las últimas cadenas de la opresión y de la perdición.
Cuando vivan un momento difícil, invoquen el Poder de la Sangre de Jesús.
Ahora, no solo consagraré a los nuevos Hijos de María, que se pueden aproximar aquí, a los pies de este escenario; sino que ofreceré, a través de Mi mediación, la reconsagración de todos los que quieran hacerlo, y así renovarán sus votos con el Padre.
Esta reconsagración y esta primera consagración de nuevos Hijos de María las realizaremos a través de la Poderosa Sangre de Jesús, para que los Códigos del Arca de la Santa Alianza y los méritos alcanzados por la entrega y la muerte de Jesús reconstruyan el Propósito de las esencias del mundo, de todos aquellos que aspiran a estar más cerca de Dios, de sentirse amados, comprendidos y aceptados.
En esta consagración, cantemos a la Poderosa Sangre de Jesús y dejemos que la Sangre de Jesús, a través de las Manos de la Madre Celeste, bañe, purifique y consagre a las almas y así, eleve un poco más a las consciencias hacia el Propósito Divino.
Abrámonos a la revelación de este misterio de la Sangre de Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a pedir aquí, que Madre y Hermana Lucía vengan, y también los hermanos del Consejo para acompañar este momento.
Vamos a permitir que Nuestra Señora nos entregue, en este momento, los Códigos de la Sangre de Jesús; y así, Argentina sea bañada por los Códigos de la Sangre de Jesús, para que todas las almas que los necesiten los reciban. Recibamos esta Gracia con gratitud.
Canción: “El Poder de la Sangre”.
Que el Poder de la Sangre de Jesús los proteja y los conduzca hacia Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Feliz de estar aquí, con Mis hijos.
¡Hasta pronto!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a sentarnos y, para terminar, volver a cantar esta canción de la Sangre de Jesús para cerrar este encuentro.
Canción: “El Poder de la Sangre”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, la Madre Divina vino hacia nosotros como Madre Cósmica, como aquella Madre que envuelve con Su Manto al planeta.
Es así como Ella apareció hoy y, a medida que Ella nos fue hablando, nos fue elevando a cada uno de nosotros, y aquello que nos ata a esta vida material, a esta inercia, a esta ilusión se fue disolviendo, porque era Su Palabra la que nos elevaba para estar delante del Padre, del Propósito Divino.
Ella nos colocó esencialmente a cada uno de nosotros ante ese Propósito, para que pudiéramos contemplarlo, para que pudiéramos recordarlo y para que ese Propósito, que estaba impregnado del más alto grado de Amor de todas las Jerarquías de este Universo y también de todos los Arcángeles que crearon lo que existe en el Universo Espiritual, Mental y Material, pudiera entrar en nosotros como Códigos de Luz. Y esto fue culminando a través de la consagración que vivimos y para muchos, del momento de reconsagrarnos como Hijos de María. Ese momento fue culminando a través del descenso de los Códigos de la Poderosa Sangre de Jesús.
En un momento, la Madre del Mundo tenía sangre en las palmas de Sus Manos. Le pregunté: “Madre, ¿por qué tienes sangre en Tus Manos?”. Entonces, Ella miró hacia un lado y la imagen, la escena, cambió y apareció María tocando los Pies de Jesús en la Cruz. Y cuando Ella hizo ese ejercicio, profundamente espiritual, mientras cantábamos esta canción, los ángeles tenían Cálices en sus manos, con los que esparcían la Sangre de Jesús como los sacerdotes esparcen el agua bendita. Y, en ese momento, todo error o falta que cometimos en esta o en otra vida fue perdonado.
Sabemos que no comprendemos lo que esto significa, porque como dijo María, tenemos que intentar abrirnos para comprender el misterio de la Sangre de Jesús, porque Ella dijo que lo que vivió Su Hijo no solo fue un acontecimiento, un evento en la humanidad, fue un hecho que irradia al planeta a nivel cósmico hasta los días de hoy.
Cuando nuestro ser, por ejemplo, a través de la oración, piensa e invoca el Poder de la Sangre de Jesús, nuestra consciencia y la consciencia del planeta se liberan de las fuerzas del mal. Por eso, Ella nos dijo que en los momentos difíciles recordemos la Sangre de Jesús.
Nosotros recibimos, en el año 2013, un ejercicio espiritual que creo que todos conocen, que es la Trilogía Espiritual de Oración, Devoción y Contemplación. Es el momento de que nosotros retomemos ese ejercicio y vivamos la experiencia, porque uno vive una experiencia muy contundente con esa oración.
Lo que hoy hizo la Jerarquía también ayudó muchísimo, muchísimo a la Argentina.
Lo último que nos dijo la Madre Divina fue que nosotros debemos aprender, a partir de hoy, a no quedarnos en lo superficial, porque nos vamos a perder fácilmente. Si nos quedamos en lo superficial, dijo Ella, nosotros vamos a ingresar por aquellas puertas inciertas que están abiertas y que nos hacen perder, día a día.
Argentina necesita elevarse a través de las almas orantes, dijo María, porque la solución no está aquí, la solución que necesita Argentina está en lo Alto. Nosotros como Sus hijos, dijo la Madre Divina, tenemos que ir a buscar la solución allá arriba, porque allá está la verdadera solución.
No pensaba que iba a decir esto, pero lo estoy diciendo porque la Jerarquía lo pidió. Y es importante, como siempre dicen los instructores, que podamos repasar todo lo que dijo la Jerarquía, porque si no, nos vamos a olvidar. Y hoy de aquí no podemos salir iguales.
Fue eso, gracias.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchas gracias a todos y que estén en la Paz de Dios.
Mis queridos hijos de Argentina:
Heme aquí, Soy su Madre Celestial, la Madre de Luján, la Virgen Santa del Rosario de San Nicolás.
Vengan a Mí, Mis amados y heridos hijos de Argentina. Yo estoy aquí y He regresado para consolarlos, para decirles que, como su Madre, He acompañado cada momento de sus vidas, como también cada situación del país.
Hijos, tómense de Mi Mano, los quiero llevar a Jesús, en este nuevo encuentro con Su Insondable Corazón Misericordioso.
Hijos, ábranme sus brazos. Quiero tomarlos fuerte, quiero que puedan volver a sentir el calor maternal de Mi Corazón.
Mis hijos, ya no se indignen. Que el aborrecimiento se convierta en esperanza, que la injusticia que sus ojos puedan ver se convierta en compasión.
Mis hijos, no hay otra salida que volverse hacia Dios y confiar, porque en esta herida y maltratada superficie del planeta no encontrarán perfección ni transparencia.
Queridos hijos, no se permitan sucumbir, eleven sus voces hacia Mi Amado Hijo para que Él, lleno de Misericordia, los guíe y los conduzca hacia el Reino de Su Paz y Quietud.
He venido a recordarles que los amo.
He venido a pedirles que recen de verdad, porque su pueblo necesita muchas oraciones, ya que el discernimiento y la transparencia han desaparecido.
Estoy aquí para apoyarlos en este decisivo y tenso momento de su nación, que necesita, a través de la fe y de la confianza en el Padre, poder recuperar los principios originales de su propósito.
No se olviden, Mis hijos, de todas las Sagradas Reliquias que guarda la Argentina en lo más profundo del interior del planeta.
Vuélvanse hacia lo que es verdadero y esencial, y aquí retornará la paz.
Como Madre de la Misericordia, les doy Mi Paz, que es la eterna e inmutable Paz de Cristo.
Les agradezco a todos los que hicieron posible este nuevo y esperado reencuentro con Mi Amado Hijo. Él también les agradece.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más