APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mis amados y adorables hijos de Aurora:

Estoy aquí, y Soy su Madre, donde reina la simplicidad, donde se respira el espíritu de la humildad, el esfuerzo del trabajo diario, de la oración incansable y de la Adoración.

En cada día de sus vidas, Dios está presente en este lugar, aunque en sus corazones puedan existir dudas, incertidumbres, angustias, obstáculos o agonías. 

Hijos amados de Aurora, no hay nada ni nadie que pueda disolver la alianza que ustedes tienen con Dios y, a través de Dios, con el Corazón de Mi Amadísimo Hijo Jesús.

No podía irme de aquí sin estar con ustedes y entre ustedes, porque sé que lo esperaban y una Buena Madre siempre atiende el llamado de Sus hijos. Por esa razón, Yo estoy aquí, porque en verdad fue Mi Hijo que Me envió a ustedes como Su Mensajera, como la Madre de Dios, como aquella Mujer que siempre está al lado de Sus hijos, orando y vigilando por cada uno de sus pasos.

Los pilares que yo fundé aquí, en Aurora, hace 15 años, bases espirituales importantes para la humanidad, siguen firmes y latentes, aunque Mi tarea no haya sido comprendida en Uruguay.

Hoy, su Madre Celeste, Santa María de Aurora, viene a retribuirles a través de Sus Gracias y del más puro Amor de Su Corazón Inmaculado, por seguir fielmente sosteniendo este sagrado lugar en la superficie. 

Esto es muy importante para Mi Hijo, porque Mi Hijo puede obrar e interceder por la humanidad, donde sea necesario, así como Mi Inmaculado Corazón también ha podido interceder, tan lejos de Aurora, en otros lugares del mundo. 

Por eso, Yo vengo aquí para agradecerles cada esfuerzo sincero en la oración del corazón, cada mañana que despertaron para ofrecerle su servicio y su amor al Reino de Aurora y, aunque les pareciera imposible poder realizarlo, aunque pareciera imposible poder concretarlo, sus pies caminaron a través del servicio y sus manos se donaron en el frío invierno que vive el planeta por esta oscuridad que lo absorbe, día a día, por falta de luz, de amor y de esperanza. 

Pero ustedes, agraciados hijos de Aurora, siempre han podido renacer a través del amanecer de este Centro Interior en sus corazones, han templado su espada a través de la fe, han fortalecido sus escudos a través del amor, han apaciguado sus corazones a través de la unidad constante con el Padre Eterno a través de cada liturgia y ofrecimiento verdadero. 

Por eso, hoy, Mi Sagrado Manto Universal lleva, sobre sí, los frutos de sus esfuerzos y entregas, que se han convertido en estrellas de Mi Manto Universal. 

¿Saben lo que esto significa para Dios? 

Sé que es un misterio que hoy no comprenderán, pero sí, sus corazones están abiertos a este misterio, porque en este Sagrado Manto de Estrellas de Luz está registrada la experiencia de su esfuerzo y de su donación constante. Y esto es lo que Dios necesita para impedir que la Justicia Divina descienda en el mundo, para que la Insondable y Divina Misericordia de Mi Hijo siga obrando e intercediendo por esta humanidad.

Veamos ahora, hijos Míos, los frutos que ha dado Aurora a través de los tiempos, más allá de este lugar, en lejanos rincones del planeta en donde las almas esperaban el renacer de Aurora, en donde los corazones esperaban la redención, la cura y el amor interior. 

Esto ha sido posible, hijos Míos, porque ustedes están aquí, sosteniendo a esta Comunidad en la vida diaria, en la liturgia diaria, en cada momento en donde el universo les ofrece un servicio mayor para que, no solo sus corazones estén maduros, sino que sus almas estén conscientes de lo que significa y representa el compromiso que cada uno de ustedes tiene con Cristo. Porque Él, Mi Hijo, es Quien le cuenta al Padre cada uno de sus pasos, para que el Padre Eterno pueda escribir esa experiencia en Su Libro de Amor.

Dios les ofreció lo mejor y por eso, Dios este día los bendice con Sus Gracias, para que esta fortaleza que tiene Aurora se mantenga y haga de los guerreros de la redención, apóstoles del amor y del servicio incansable; a fin de que más almas, en el mundo entero, sean merecedoras de la ayuda espiritual de Aurora, en los planos internos de la consciencia y del espíritu.

Estos son los grandes frutos de Aurora: de que este Sagrado Reino de Amor y de Redención, a través de los corazones perseverantes y constantes, llegue a todas partes del mundo, a todos los lugares y consciencias posibles que esperan en esta vida por la redención.

En los próximos tiempos, quisiera que sus experiencias de servicio, de donación y de amor incansable sigan brillando como estrellas en Mi Manto Universal. 

Aún más, hijos Míos, cada lágrima que han derramado sobre este suelo está contada en Mi Manto de Luz; porque Dios, el Padre Eterno, contempla todo lo que existe y lo que se vive.

Por eso, Él es un Padre de inmensa Misericordia, un Padre de Brazos Abiertos, que espera que Sus Hijos lo puedan abrazar y también consolar por todos los pecados y ultrajes que Él ve en el mundo en este tiempo.

Por eso, Nuestros Sagrados Corazones deberán ir muy lejos, a lugares lejanos del mundo, por una sola razón y un único fin: llevar a Aurora a las naciones y a los corazones porque todos, en este planeta, más allá de sus errores, son merecedores de conocer el Reino de Aurora y de ser receptáculos para vivir la cura interior.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, el Manto de Nuestra Señora se convirtió en un Manto verde brillante, en la Faz de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.

Colocando Sus Manos en señal de oración, nuestra Madre Divina sigue contemplando a cada uno de los presentes y nos dice:

 

Hijos Míos, Mis Pies tocaron este sagrado suelo hace quince años y, por eso, estoy muy agradecida. Porque más allá de los obstáculos o de las demoras, Mi Propósito en el mundo se está cumpliendo, el Sagrado Propósito de la Fuente, que la cura interior llegue a todas las almas posibles, más allá de su condición o situación. Por eso, quiero volver a agradecer, eternamente, a todos aquellos que viven Aurora en su corazón y que se animan a formar parte de esta Gracia.

Hoy, vengo a renovar el Propósito de esta Comunidad, de esta Sagrada Comunidad de Dios. Vengo a hacer florecer las Gracias y los frutos internos de Aurora. Vengo a fortalecer sus bases espirituales e internas, para este lugar y el mundo.

Vengo aquí para llamarlos nuevamente, para que acompañen a su Madre Celeste en Su tarea planetaria, así como Me han acompañado hasta los días de hoy; y eso es muy significativo para Mí porque sé que puedo contar con Mis hijos a pesar de las distancias, porque puedo contar con el corazón de los que Me dicen: “¡sí, Madre, aquí estoy!”.

Hoy, a través de los sacerdotes, les daré el Sacramento de la Unción, para que la señal visible de la Santa Cruz proteja sus caminos de transformación y redención. Pero más aún, para que esa señal visible de la Cruz los represente en el mundo interno y no exista mal o perturbación que los pueda molestar o interferir, para que el espíritu del guerrero de la paz emerja en cada uno, para que el soldado orante esté firme en estos tiempos de tribulación; y siempre, siempre la oración sea su alimento espiritual, a fin de que se establezca la Voluntad de Dios en este lugar y en el mundo, lo que el Corazón del Padre Eterno ha previsto que suceda, y que Él guarda con mucho regocijo en Su Corazón.

Que esta bendición del Sacramento de la Unción los haga partícipes del Sacramento de la Comunión, sabiendo que, a pesar del desierto de estos tiempos, en la Comunión con Mi Hijo encontrarán la Fuente que les quitará la sed, nunca se olviden de esto. En la Santa Comunión está la renovación del espíritu y de la consciencia. 

Nunca dejen de comulgar del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Refúgiense en el Sacramento de la Eucaristía y que, al comulgar del Cuerpo de Cristo, sientan tocar Su Cuerpo llagado y flagelado por el mundo, para que su fidelidad y su oración lo restauren.

Hoy, Mi Consciencia Divina emerge del Reino de Aurora, y su Madre Celeste recuerda atentamente todo lo que ha sucedido en estos últimos años y, principalmente, lo que ha sucedido en la vida de Mis hijos, que es lo más importante para Dios.

Por eso, los invito a recorrer este camino de traer a la memoria, de recordar cada Gracia y cada impulso espiritual que fue recibido y que, desde el año 2013, se completó con la llegada de Cristo.

Hoy, les dejo, en este templo interior, la Presencia Inmutable del Espíritu Santo, para que siempre que lo necesiten, en el silencio del corazón y de la consciencia, vengan aquí para encontrar fuerza y fortaleza, para que sus corazones siempre se vacíen y, a través de este Recinto de Amor, encuentren lo que necesiten internamente.

¡Adelante, Mis hijos de Aurora! 

La Madre de Dios está aquí para bendecirlos y renovarlos; para que sus vidas, en el nombre de Cristo, siempre sean vidas nuevas en el Señor, que sientan en el corazón el Fuego de Aurora, el Fuego que los impulsa a la entrega mayor.

Celebremos este momento en gratitud. Y, les pido que sigan orando fielmente por todas Mis causas, por todo lo que los Sagrados Corazones aún necesitan concretar en el mundo entero.

 

¡Oh, Llama Flameante del Propósito de Aurora!, 
guía los pasos de todos Mis hijos
hacia el encuentro con la Fuente Inmaterial del Corazón del Señor,
a fin de que todos se consagren a Su Divino Propósito
y las amarras del ayer sean disueltas
para que las almas alcancen la liberación.

¡Oh, Llama Flameante del Propósito de Aurora!,
enciende en el corazón humano la Sagrada Estrella de la Hermandad,
para que el sacrificio por Cristo sea vivido en júbilo y plenitud,
en la esperanza de concretar Su Retorno. 

Amén.

 

Mis amados, les agradezco por responder a este llamado. 

Entren en Mi Corazón, siempre y cuando lo necesiten, porque Mi Corazón Inmaculado los llevará a la paz.

Que la paz pueda estar en el mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

APARICIÓN RESERVADA DE SAN JOSÉ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO CON EL CASTÍSIMO CORAZÓN DE SAN JOSÉ, EN EL DÍA 19 DE JULIO DE 2019

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Que las bendiciones y las gracias del Reino de Dios permeen sus vidas. En el nombre de Cristo, Yo los bendigo para que, como su Padre e Instructor, pueda conducirlos a un nuevo ciclo. Muchos se preguntan qué ciclos son esos, en los que la Jerarquía los coloca repetidamente.

¿Qué son los ciclos espirituales?

En estos tiempos, hijos, los impulsos que descienden de los Cielos son infinitos y, cada vez que estos impulsos llegan a la Tierra representan para sus vidas un nuevo ciclo, una nueva oportunidad para que puedan recomenzar.

Esto significa que mucho más allá de sus faltas y de sus pecados, mucho más allá del pasado y de las experiencias que ya vivieron en la Tierra y más allá de ella, en estos tiempos, en este mundo, el Creador les ofrece nuevas oportunidades para que estén limpios, con el corazón puro y dispuesto a renovarse ante Dios y a participar en esta evolución como Sus dignos hijos.

Este ciclo, en el que ingresan como humanidad, representa una oportunidad única de despertar.

Muchos creen que ya conocen todo lo que les hablamos, que ya saben de la vida superior, de los Centros de Amor, de Luz.

Pero Yo vengo a decirles que lo que la mayoría de los hombres tiene es información, una información en la mente que carece de experiencia, de vivencia, de sabiduría.

Si los seres humanos conocieran realmente los Centros de Amor, si fueran permeados por los Centros de Luz, el planeta no estaría en el punto en el que se encuentra, la humanidad ya no viviría en la ilusión y participaría Conmigo de las dimensiones celestiales.

Por eso ingresan en un nuevo ciclo, un ciclo que ya no es de informaciones, sino de experiencias.

Un ciclo que forjará en ustedes a los verdaderos compañeros de Cristo, para que ya no vivan la vida espiritual de una forma pasajera, cuando estén cansados de distraerse con las cosas del mundo.

Cada día más, hijos, esta vida superior se debe tornar en su realidad y sé lo difícil que es caminar en la Tierra con la consciencia en el Infinito, en el Universo de Dios, pero esto es lo necesario en estos tiempos.

No es para que dejen de hacer las cosas en el mundo y que dejen de participar en la experiencia humana tal como hoy se presenta en los niveles materiales, sino para que sean conscientes de la verdadera realidad que aún no les fue revelada.

Cada día que pasa, el Tiempo de Dios se aproxima al tiempo de este mundo.

Lo que era invisible se hará visible, lo que era incomprensible se tornará en un saber. Lo que parecía ser parte de la imaginación de unos pocos, se revelará como la realidad a todos.

Su historia y su origen ya no estarán en los libros sagrados como medias verdades.

Hasta hoy, la mayoría de los seres humanos camina como niños en evolución, pero este período de la infancia espiritual ya terminó.

Ahora, hijos, el planeta ya no espera, las almas se definen por sí solas porque los mismos impulsos que descienden del Universo las llevan a la definición.

Aquellas que plantaron luz, florecerán en luz, y las que plantaron oscuridad, crecerán en oscuridad.

Por eso el mundo se desequilibrará de una forma inaceptable para muchos y, al mismo tiempo, verdades nunca dichas se revelarán.

Los seres despertarán a su verdadera misión y muchos de los que estaban distraídos con el mundo sentirán, en su interior, la angustia de la necesidad de la vida superior, de la vida interna, de la vida espiritual.

Deben estar atentos a ellos, porque tienen sed y necesitan conocer la Fuente que se encuentra en el Corazón del Padre.

Nunca dejen a alguien con sed de vida espiritual. Den de beber a las almas que despiertan, den a conocer al mundo este camino, porque muchos perdieron la esperanza y deben reencontrarla. 

Muchos piensan que no les digo nada nuevo, que Mis impulsos se repiten, pero Yo los toco en sus corazones como el agua incansable que golpea la piedra para moldearla.

Golpeo las puertas de sus corazones para abrirlas, porque ni siquiera ustedes conocen el propio mundo interior, la verdadera composición de la consciencia humana, la ciencia que se oculta, la verdad, la esencia.

Por eso Yo aún estoy aquí y seguiré aquí hasta que Dios Me lo permita.

No me canso de hablarles, de venir a su encuentro y de hacer esto todos los días si así fuera  necesario, cruzando las capas de las dimensiones inferiores hasta llegar a la Tierra, abriendo el camino en el Cielo para que las almas lleguen a Dios, porque conocí la maravilla de la unidad con el Creador y quiero llevarlos a vivir esa experiencia de estar plenos en Dios, en Su Verdad, en Su Corazón.

Pero para esto, hijos, primero deben vivir el sacrificio, el esfuerzo, el olvido de sí y de sus propias voluntades. Deben servir en lo que es necesario, cuando sea necesario y donde sea necesario, porque su evolución ya no puede amoldarse a la propia voluntad sino a la necesidad de este planeta.

Ya no están aquí solo para vivir una experiencia, porque en este ciclo se define la evolución de la Tierra y ya no habrá más experiencias para hacer, solo un Plan que cumplir, que es el Plan del Creador.

Siglos y siglos pasaron hasta ahora, ya experimentaron mucho en este mundo. Ahora llegó el momento que tanto esperaban como consciencias y como almas, como seres provenientes del Universo de Dios.

Llegó el momento de ver manifestado el Pensamiento Divino y lo que era incomprensible para toda la Creación se hará visible.

El Universo no comprendía el Amor de Dios por la Tierra; cómo criaturas tan imperfectas portaban en lo oculto de su interior la Perfección Divina y no la descubrían, no la sentían, no la vivían.

Llegó el momento de descubrir esto y de vivir las consecuencias de Su manifestación en sus vidas.

La consecuencia de la presencia divina en ustedes es la renovación del Amor de Dios. Este es el ciclo que comienza y será en las pequeñas cosas, en los pequeños esfuerzos por amar, por servir, por trascenderse por el prójimo y por la necesidad del planeta, por ser un ejemplo, para la humanidad, del amor al Plan de Dios.

Esto, hijos, es lo que despertará en ustedes la vida superior, esto es lo que hará que la Luz de los Centros Sagrados se irradie al mundo, porque la humanidad ya no tiene referencias de la vida evolutiva y, aunque piensen que nadie ve la experiencia que viven aquí, que viven en las Comunidades-Luz y en todos los hogares consagrados a Dios, se irradiará al mundo, brillará como una Luz en la oscuridad, encandilará a los ojos de los que están en las tinieblas y, aunque estén en silencio, su ejemplo gritará alto a la ignorancia del mundo.

La vida superior no se manifiesta solo cuando oran, cuando meditan y cuando ingresan en el universo interior; se manifiesta también cuando se trascienden, se vencen a sí mismos y expresan el amor. 

Se manifiesta cuando vencen la voluntad propia y afirman el amor a la Voluntad Divina. Se manifiesta cuando arrancan las raíces de la vida retrógrada y escogen los nuevos patrones de la vida humana, aquellos que se manifestarán en la Nueva Humanidad y que ya existen dentro de ustedes.

Esto es lo que abrirá sus ojos a la vida superior. Esto es lo que les hará ver la Luz del Infinito manifestándose en la Tierra, la realidad de la Jerarquía, lo que estuvo oculto.

Esta será la alfombra que se extenderá sobre la Tierra para la llegada de Cristo: su sacrificio, su esfuerzo, su amor, su entrega. 

No se olviden de lo que les digo. Déjense elevar hacia la consagración de la vida para que aprendan a tornar sagrada la vida sobre la Tierra.

Esta es la experiencia que Yo les traigo, este es el legado que Yo les entrego, porque eso fue lo que aprendí en este mundo y eso fue lo que Me hizo retornar a Dios y venir hoy a su encuentro para enseñarles estas cosas.

Sientan Mi amor paternal, sientan como Yo vivo este sacrificio junto con ustedes, porque no dejaré de venir al mundo mientras la humanidad lo necesite, mientras Dios Me permita estar aquí.

Eleven un pensamiento de gratitud al Universo para mantener siempre abiertas las puertas a las Gracias de Dios, al auxilio superior. Mientras sean esforzados y agradecidos, el Padre siempre vendrá a su encuentro.

Hoy quisiera decirles muchas cosas, pero esto es lo que necesitan en este momento. Hagan de sus vidas oportunidades para estar en Dios, Dios es Amor.

Cuando expresan amor, están en Él y encuentran la verdad sobre sí mismos.

Tienen Mi bendición para esto.

Reciban Mi Paz y Mi Gracia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CASA NUESTRA SEÑORA DE LOS POBRES, CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:

Vengo aquí a traer la paz que necesita esta ciudad y este pueblo.

Vengo con todos Mis ángeles a este encuentro, para que ellos también los puedan bendecir, porque son enviados del Padre para cerrar las puertas inciertas y abrir los corazones al amor.

Es por eso que he escogido venir aquí, queridos hijos, para estar más cerca de ustedes y traerles una buena nueva, el momento que se aproxima, tan esperado por toda la humanidad: la segunda venida de Cristo. Por eso, ustedes deben tener sus corazones prontos, no solo en la confesión, sino también en la comunión con Mi Hijo. Esas serán las llaves que prepararán sus corazones para lo que vendrá.

Me aproximo a ustedes, queridos hijos, para poder sanar sus corazones, para traerles nuevamente la alegría de saber que la Sierva fiel, la Madre del Altísimo, la Señora de los Pobres, estará aquí entre ustedes todos los meses, hasta que se cumpla Mi misión de tornar esta ciudad un punto de Luz y de oración para el mundo.

Por eso, he fundado esta casa con todo Mi Amor maternal, para que aquí se preparen y se gesten las bases del servicio y de la oración, de la fraternidad y del amor entre los seres, y así se lleve adelante esta obra, que no solo abraza al mundo entero, sino que también volverá aquí como punto final, como punto culminante de Mi obra en estos tiempos, pedida por Mi Hijo a través de Mi Inmaculado Corazón y de la unión de todos sus corazones con el Mío.

Hoy vengo aquí con los Santos Arcángeles para que su vida espiritual pueda revivir, para que sus caminos estén purificados. Y al final, en el horizonte, vuelvan a ver la Luz de Mi Hijo, Su Corazón Glorificado que se aproxima a esta región de Brasil para que, durante la Sagrada Semana, Él los bendiga y los sacramente a todos con la señal luminosa de Su Santa Cruz.

Queridos hijos, necesito en este tiempo de sus corazones simples. Así, con esa simplicidad que hoy sus corazones Me han donado por medio de su filiación Conmigo y de su presencia en este lugar, permitirán a Mi Inmaculado Corazón que Yo pueda seguir viniendo a esta casa para visitarlos todos los meses y nuevamente traerles Mis Gracias celestiales que serán la fuente de su reparación y conversión. Así encontrarán la reconciliación con Dios, en una profunda comunión interna de cada una de sus almas con Mi Alma y el Alma de Mi Hijo, y así con todo el Reino Celestial.

Yo les traigo, queridos hijos, siete llaves importantes que los ayudarán a llevar adelante esta misión que hoy les encomiendo, de poder tornar esta ciudad un punto de Luz para el mundo. Cada uno de ustedes, queridos hijos, será un referente para los peregrinos que vendrán del mundo entero. En sus ojos y en sus labios deben reflejarse Mi sonrisa celestial y en sus corazones, libres del sufrimiento y del dolor, debe estar la paz; porque Mi aspiración es curar a cada uno de ustedes para que puedan ingresar en el universo de Mi Amor maternal, en donde solo encontrarán alegría, esperanza y regocijo de poder estar en Cristo, Nuestro Señor.

Para que todo eso sea posible y los milagros se realicen en sus vidas, en un tiempo de gran desigualdad, Yo los invito a orar Conmigo todos los días. Quiero que esta ciudad se torne un gran Rosario de Luz para todo el mundo, y que cada cuenta de este Rosario de Luz, que será construido por ustedes, represente a un grupo de oración, un núcleo orante, en donde las bases de la Sagrada Familia se podrán expresar en sus corazones y vidas por medio de los Dones del Espíritu Santo.

Quiero volver a erguir a Nuestra Señora del Carmelo. Que esta ciudad sea bendecida por ese santo nombre. Que Nuestra Señora de los Pobres esté en el corazón de cada uno de Mis hijos y en cada lugar donde exista una necesidad.

Por eso, Yo les entregué, queridos hijos, en esta ciudad, la sagrada Casa de San José, en donde viven Mis misioneros de la paz; en donde podrán aprender a construir una verdadera vida fraterna, una vida grupal basada en la fraternidad y en el amor entre los seres, encontrando en cada lugar el servicio y una posibilidad de vivir la oración del corazón.

Es de esa forma, queridos hijos, que Yo los invito a ser una gran familia espiritual. Invito a sus familias a que sean renovadas por medio del servicio, de la oración y de la comunión.

Les traigo desde el Cielo todos estos dones para que la Iglesia Celestial que, en ustedes, habita en lo profundo de sus almas, pueda volver a ser erguida; y Mi Hijo, cuando retorne durante la Sagrada Semana, encuentre un refugio, un lugar de alivio y de oración, en donde Él pueda entrar en sus corazones y vidas.

Como Señora de los Pobres, Yo los invito a reconstruir esta ciudad a través de ejemplos y actos simples. Si su oración es poderosa y la viven diariamente, les aseguro, queridos hijos, con la autoridad que Me ha dado Cristo, que muchas cosas terminarán y la esperanza será recuperada en muchas consciencias.

Para que eso suceda, a todos ustedes, queridos hijos, en la humildad y en la simplicidad de sus corazones, los invito a dar el paso, a que acompañen a su Madre Celeste en esta misión y en este propósito que hoy vengo a presentarles a cada uno de ustedes.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Así como hoy consagro esta casa, espero consagrar cada una de sus casas, para que esta ciudad, hijos Míos, sea semejante a Mi Reino y aquellos que lleguen aquí, de los cuatro puntos de este mundo, buscando la paz y la reconciliación con Dios, puedan encontrar, en cada uno de ustedes, este camino que lleva a Mi Inmaculado Corazón.

Por eso, hoy les pediré que, mes a mes, anuncien Mi Presencia en este lugar; que lleven a sus familias, sobre todo a los más jóvenes, a Mi Centro Mariano para que Yo pueda curarlos poco a  poco, para que reencuentren un sentido en sus vidas, porque los más jóvenes, hijos Míos, se están perdiendo por las ilusiones e influencias de este mundo y el deseo del Creador es que Sus hijos lo encuentren, que puedan expresar en este tiempo la unidad y la semejanza con Él, así como lo expresó Mi Hijo Jesús.

Quiero, hijos Míos, que fortalezcan su fe, que fortalezcan la unidad Conmigo; porque Yo solo los llevo hacia Jesús para que lo encuentren cuando Él retorne al mundo, para que lo reconozcan entre los hombres, para que lo reconozcan caminando por las calles, convirtiendo a los corazones y recordándoles el compromiso de ustedes con Dios.

En esta noche, hijos Míos, establezco la paz en sus vidas y les pido que Me abran las puertas de sus corazones para que, con Mis ángeles, Yo pueda liberarlos, curarlos y colocarlos en un camino de paz y de crecimiento espiritual. 

No vengo aquí para fundar una nueva religión ni una nueva iglesia. Vengo para fortalecer la fe que ya existe en sus corazones. 

Sé que muchos Me aman y son devotos de Mi Divino Espíritu. Ahora, hijos Míos, deben dar testimonio de Mi Presencia en sus vidas, porque Yo estoy aquí para decir que escuché sus oraciones. Yo soy la respuesta a sus plegarias, todas aquellas súplicas que enviaron a Dios para que esta ciudad fuera diferente, para que sus hijos pudieran encontrar la paz. Yo estoy aquí, hijos, como un manantial único de paz. Solo les pido que abran sus casas y sus corazones, que tomen con sus manos sus rosarios y oren Conmigo para que, por la potestad que Dios Me concedió, Yo pueda transformar sus vidas. 

Confíen en el poder de la oración cuando unen sus corazones al Mío. Confíen en que, junto a Mí, el destino de esta ciudad puede ser diferente y ella podrá ser reconocida en el mundo entero como una fuente de paz para los que tienen sed, como una fuente de vida para los que mueren en espíritu.

Vengo a convertir este suelo para que se torne sagrado y anuncie al mundo Mi Presencia Maternal; para que dé el ejemplo a la humanidad de corazones que verdaderamente preparan el Retorno de Cristo, porque Él vendrá y no será solo en espíritu. Todos los ojos lo verán, todas las rodillas se curvarán ante Él porque no podrán, hijos, resistirse a Su Amor y a Su Poder. 

Aquellos que son Sus compañeros, lo seguirán y establecerán con Él el Reino de Su Padre. La Nueva Jerusalén, que los pueblos antiguos tanto esperaban, será visible para los ojos humanos, porque la Voluntad de Dios se establecerá y Sus promesas se tornarán vida.

Confíen en lo que les digo, hijos Míos, porque el mundo temblará y los corazones se arrepentirán de no haber despertado a tiempo. 

Hoy los llamo por el nombre para que estén ante Mi Presencia. Hoy los consagro y les ofrezco Mi Paz para que conviertan sus vidas y sean llamados verdaderamente Hijos de María. 

El Reino de Dios se aproxima a sus vidas. El Creador les ofrece Su Amor y solo es necesario, hijos Míos, que le digan sí al Dios Supremo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:

Vengo a sacarlos del infierno para que ingresen a Mi Paraíso. Por eso, hoy estoy aquí, entre ustedes, muy feliz. No podrían imaginar, queridos hijos, cuán grande es Mi felicidad al estar consagrando a nuevos Hijos de María y en consecuencia, a cada uno de ustedes, que son permeados por los rayos de Mi Amor y de Mi Gracia.

Quisiera que, en el próximo mes, fueran el doble de los presentes. Abran las puertas de esta ciudad para que los ángeles puedan reinar y las almas, que han muerto espiritualmente, puedan resucitar, ante la venida gloriosa de Cristo.

Ahora, quiero que se aproximen los que se consagrarán como Hijos de María, a este escenario, para que Yo los pueda bendecir. Vengan a Mí, queridos hijos, estén cerca de Mi Corazón Inmaculado, no deben temer. Yo les traigo la paz y la felicidad celestial que tanto necesitan sus vidas, para poder cumplir el Propósito de Dios que, en este tiempo, se está llevando adelante a través de esta Obra.

Quisiera que todos los sacerdotes abrieran sus corazones a Mi llamado. Yo soy la Madre del ecumenismo y conduzco a todos Mis hijos hacia Cristo. Todos son merecedores de la Misericordia de Dios. Todos son merecedores de la Gracia de Dios. Todos son dignos hijos de Dios y merecedores de la salvación que Mi Corazón Inmaculado le concede a todas las almas.

Hoy no solo bendeciré a los Hijos de María, estos sesenta nuevos hijos que formarán los primeros grupos de oración en los diferentes puntos de esta ciudad. Serán los que sembrarán para que nuevas almas puedan surgir, por medio de este impulso de orar el Santo Rosario por la paz todos los días, con el fin de que esta ciudad se consagre a Mi Inmaculado Corazón.

También vengo a consagrar sus objetos sagrados, como todas estas flores que han colocado en Mi altar, en el sagrado altar de la Señora de los Pobres. Ustedes llevarán una flor como recuerdo de Mi Presencia en sus vidas. También bendeciré sus rosarios, bajo la autoridad que Dios Me concedió.

Ahora, que los nuevos hijos, que se consagran ante esta casa de la Señora de los Pobres, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y sustentando la luz de su vela, confirmen la Presencia Divina en este lugar; la Presencia del Padre, la Presencia del Hijo y la Presencia del Espíritu Santo.

Hoy desato un gran nudo para que se puedan liberar y así reencontrar la paz, porque si la paz está en ustedes, la paz estará en esta ciudad, los corazones se convertirán, los enfermos se curarán y todos se sentirán más amados porque Yo estaré aquí presente. Cada vez que crucen la puerta de esta casa, sepan que la Señora de los Pobres siempre los observa y los acompaña con Su Amor.

Vengo a cicatrizar sus corazones, retirando las espinas de la vida. Vengo a sanar sus almas, para que se enciendan a través de Mi Espíritu Divino. Vengo a reencender, en sus vidas, la llama poderosa de la oración del corazón.

Hoy vengo a entregarles Mi Amor y toda Mi Gracia para que sean benditos, sean dignos merecedores de la Misericordia de Dios por todos aquellos que no la viven y que se apartan del Reino de Dios, alejándose del Amor y de la Verdad que vive en el universo.

Yo los consagro. Yo los bendigo. Yo los abrazo como buena Madre, como Madre de todos y Madre de la Nueva Humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Canten María de Nazaret y eleven sus rosarios para que Yo los pueda bendecir.

El Señor bendiga estos objetos sagrados que simbolizan la apertura de las puertas del Cielo en lo más íntimo de cada una de las almas. Que estas cuentas de oración sean permeadas por Mi Gracia y por Mi Luz. Que las almas se aferren a este instrumento celestial, para que siempre encuentren el amor y el camino que los llevará hacia Mi Hijo, hasta Su Sagrado Corazón.

Bendigo estos rosarios, para que sea bendecida esta ciudad, bajo la autoridad que el universo Me concedió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Lleven sus rosarios sobre el corazón para que el Cielo ingrese en sus vidas.

Les agradezco.

Los esperaré el próximo mes y estoy feliz por poder reencontrarlos en el espíritu de la fe y de la unidad.

Que así sea.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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