APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi silencio viene a hacer callar a las armas. Para que este silencio se establezca, Yo vengo a la Tierra, hoy de una forma diferente, dada la emergencia de estos tiempos, dada la necesidad de las almas, especialmente de las que claman por Justicia y por Misericordia.

He aquí el Rabí de Israel, el Maestro de todos los pueblos y de todas las religiones, porque Mi Corazón no guarda diferencias, Mi Corazón tiene un lugar para cada pueblo y para cada nación, que por alguna razón existen, porque cada uno de ellos guarda en sí mismo un Tesoro de Dios que no se puede perder.

Yo estoy aquí para darles Vida y Luz a los mundos internos, porque Mi tiempo se termina y la hora de Mi Retorno se aproxima. El mundo necesita de un cambio radical, un cambio que venga del espíritu para que la materia sea impregnada de una nueva forma. Y esto significa, compañeros, grandes esfuerzos para la Jerarquía, esfuerzos que no los pueden medir con su mente, esfuerzos que solo los pueden sentir con el corazón.

Yo llegaré al mundo en un momento culminante y, a medida que pasan los días, ese momento culminante se acerca y todos ya deberían estar prontos, porque no les avisaré. Mi única señal será Mi Presencia, cara a cara, y ¿qué Me dirán en ese momento?

Yo vendré a buscar en ustedes el templo espiritual que han construido para Mí, que utilizaré para reconstruir al mundo, volviendo a verter Mis Dones y Mis Gracias en las almas en la hora culminante, en la que el sufrimiento en la esfera de la Tierra terminará, en la que ya no se escuchará ni un llanto más en este mundo, efecto de la guerra, de la miseria y de la persecución o aun efecto de la pena de muerte.

Cuando Yo retorne, esto ya no se escuchará en ningún plano ni en ninguna dimensión. Porque, ese momento que será muy sagrado para Mí, retornar de los Cielos a la Tierra y poder volver a tocar con Mis Pies esta superficie, será el momento en el que el mal será vencido, porque por una orden espiritual, cósmica y divina, el Arcángel Miguel traspasará con Su espada el mal, disolviendo la esencia de la oscuridad para que, por el poder de la Luz y del Amor, todo se revierta y el principio se reintegre en la humanidad, aquel principio que era impregnado por un Propósito Espiritual.

Desde Adán y Eva, la historia de la humanidad será reconstruida y, en Mi Presencia, ya no habrá secuelas del sufrimiento y del error. Por eso, este también es el momento culminante para ustedes, en el que no pueden ser tibios, en el que se deben aferrar a Mí, más allá de lo que suceda o de lo que vivan; porque el Maestro retornará y llamará a cada uno por su nombre espiritual que resonará como un eco en todo el planeta, porque será la Voz del Padre la que hablará a través de Su Hijo, así como la Voz del Padre habló a través del pueblo de Israel.

Yo sé que muchos no comprenden por qué hay tanto dolor y sufrimiento en el mundo, por qué tantos inocentes deben padecerlos. ¿Será que alguna vez pensaron que ellos se ofrecieron para esto, para que los no redimidos se puedan redimir?

Por eso, les hablé en estos últimos tiempos sobre los nuevos mártires. Día a día, hay muchos más mártires en el mundo, desde los no nacidos hasta los que mueren en la guerra y muchos más que ni siquiera se podrían imaginar qué es lo que viven, ofreciendo sus almas en sacrificio y amor, a fin de que en el mundo exista un amor maduro, capaz de superar todos los errores, capaz de trascender todas las impunidades. Ese es el amor que Yo estoy viendo en los Nuevos Cristos.

¿Quién será consciente y se postulará para vivir esta escuela? Porque no busco reacciones heroicas, Yo busco ofrecimientos anónimos, capaces de vivirlos por amor como víctimas del Amor de Cristo. Aunque sea incomprensible que día a día existan más mártires en el mundo, si esto no sucediera el planeta ya no estaría en pie.

Desde los grandes lamasterios de Oriente hasta los cantos de los cristianos del mundo entero, todos suplican verdaderamente por la paz. Pero ya no la busquen, amen esa paz y la paz será en ustedes, porque la Paz es una Ley, es la primera Ley que Dios creó en el principio.

Fue la Paz, junto con el Amor de Dios, que impulsó la Creación, que permitió que ustedes hoy estén aquí, y que en este vasto e infinito universo existiera una vida diversa, colmada de aprendizajes y de muchas experiencias internas.

Pero el mundo, cada día que pasa, se aleja de esa verdad, de esa verdadera experiencia de amor que Dios necesita que vivan para que, por el precio de Mi Sangre derramada, se puedan redimir y confiados crean que la redención es posible en estos tiempos críticos.

Los ángeles trabajan en lo que sucede en el mundo. Diferentes ejércitos y huestes de Luz se encargan de las diferentes situaciones del planeta, grande debe ser el sacrificio para enmendar los errores cometidos.

Por eso, le pedí al Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico que se presentara al mundo antes del tiempo previsto; para que, a través de cada momento de oración y de cada nuevo encuentro, a través de cada servicio y de cada oferta verdadera que puede nacer honestamente de sus corazones, Él reciba, en todos sus Cálices de Luz, los ofrecimientos de las almas de Cristo para poder enmendar y justificar los errores que hoy se viven en Medio Oriente, en Ucrania, en África y en otros lugares del mundo, o aun lo que podría sufrir la Argentina.

Mi Mirada Espiritual está en todos los asuntos urgentes. Quiero que sus miradas de amor Me acompañen en los asuntos que son verdaderamente importantes para la Jerarquía Espiritual. Yo les vengo a pedir y a rogar que muden de frecuencia, que se coloquen en la visión espiritual de la Hermandad.

Les vuelvo a pedir que se amen los unos a los otros, en reparación por el amor que desaparece en el mundo, especialmente el amor que desaparece de las almas que viven la guerra, porque Mi Corazón es dilacerado por dentro cada vez que veo morir niños en Gaza.

¿Ahora, entienden lo que necesito?

Yo les abro la puerta definitiva del apostolado maduro. Que sus propias situaciones no pesen, porque hay situaciones que pesan más para Mí y son las que hoy suceden en toda la humanidad.

El Rabí de Israel está aquí para llamarlos al camino de la unidad, del respeto y de la confianza, para que la paz esté presente en el mundo. Sin la paz, el mundo se dividirá más, y ustedes no lo pueden permitir.

Por eso, Me apoyo en todos los que adoran al Santísimo Cuerpo de Cristo, que ya no miden el tiempo ni las horas para poder adorarme; porque la adoración es lo que permite la Presencia de Dios, para que Su Mano toque y llegue a los lugares más recónditos del planeta en donde se vive el sufrimiento.

Yo les abro la puerta de Mi Corazón, una vez más, para que puedan sentir como Yo siento, para que puedan vivir como Yo vivo, para que puedan servir, así como Yo sirvo, siendo el Mensajero de Dios.

Hoy, les pido que ofrezcamos esta nueva Comunión Espiritual por todo lo que les dije, para que Mi Verbo se haga carne en ustedes y en ustedes estén Mis Dones y Virtudes que serán necesarios y urgentes en estos tiempos de tribulación.

Sepan que conozco cada una de sus necesidades, pero Yo les quiero decir que ya es tiempo de que aprendan a aceptar Mi Voluntad y a no desplazar Mi Voluntad de ustedes; porque Yo tengo un Plan para cada alma y para cada corazón, que en muchos casos no les apetecería; pero si Yo no hubiera aceptado el Cáliz en el Huerto Getsemaní, ¿qué hubiera sucedido?

Los Cristos del Nuevo Tiempo deben ser una realidad y ya no una aspiración. Mi Consciencia Divina, amplia e infinita, necesita obrar a través de las almas, porque hay muchos que aún esperan Mi Amor, mucho más de lo que ustedes imaginan, mucho más de lo que ustedes han podido recibir aquí en cada encuentro. Hay almas en este mundo que darían cualquier cosa por recibir Mi Amor.

¿Ahora, comprenden Mi necesidad?

Espero que, al salir de aquí, sus corazones sientan diferente, sus mentes comprendan diferente, que abracen con la misma convicción que Yo abrazo el servicio espiritual de la Jerarquía.

Ahora, los bendeciré antes de la Comunión Espiritual para que, por los méritos que fueron vividos en la Última Cena y en la Dolorosa Pasión, estos méritos puedan estar disponibles para ustedes como un manantial inagotable y, especialmente, puedan llegar a las almas que más los necesitan en esta hora.

Que esta Comunión Espiritual sea la Comunión de la Misericordia, en la que todos puedan recibir la Gracia que tal vez algunos no merecerían, y esto es por Obra de Mi Insondable Misericordia, por el Fuego de Mi Amor Misericordioso.

Para preparar este momento de Comunión, realizarán Conmigo un ofrecimiento espiritual al Creador, a través del Amor de Galileum, para que la paz se haga en Medio Oriente, en Ucrania, en Sudán y en el mundo entero.

Y, a través de Galileum, clamen por los méritos de Mi Nacimiento, de Mi Vida Pública, de Mi Última Cena, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte, de Mi Resurrección y de Mi Ascensión a los Cielos, para que las almas, que en estos días mueren en la guerra, alcancen el Paraíso. Porque vuelvo a cumplir la promesa que le hice al ladrón en la Cruz, cuando Yo le dije: “Por haber reconocido a tu Dios, el Señor, hoy estarás Conmigo en el Paraíso”.

Les agradezco.

Que la paz sea una realidad en cada momento y en cada interior.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 5, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Padre Nuestro (en arameo).

Hoy vengo con alegría a celebrar la inmolación del Cordero, pero esta vez por medio de Mi Misericordia y no de Mi sufrimiento.

Porque Yo ya padecí por ustedes, sufrí por ustedes, así como fue dicho en la anunciación del Evangelio de hoy.

Pero muchas más cosas sucedieron en aquel tiempo, y hoy, especialmente, a pedido de Mi Padre Celestial vengo para darles a conocer muchos más de los misterios de Amor que Su Maestro y Señor vivió por ustedes y por el mundo.

Que hoy sus corazones se vuelvan a alegrar, que sus espíritus entren en júbilo porque el inicio de su redención está próximo y el fin del cautiverio llegará para muchas almas que, desesperadamente, han buscado la presencia de Su Señor.

Hoy serán ungidos por el Espíritu Santo.

En este ministerio sacerdotal que Yo los invito a vivir para que puedan representarme en la Tierra como Mis apóstoles, no solo dentro de esta Iglesia que Yo construyo con ustedes, sino dentro de toda la Iglesia que está en la Tierra, que a pesar de vivir su tiempo de tribulación como fue profetizado por Su Señor, el amor de Mi Iglesia nunca perecerá porque ese amor es sostenido por la fe de los creyentes y de los devotos, por la vida religiosa y, especialmente, por la vivencia del Sacramento de la Eucaristía.

Esto hace, compañeros, que los cimientos de Mi Iglesia Celestial estén aún firmes sobre la superficie de la Tierra, a pesar de los tiempos de caos y de crisis planetaria, a pesar de la sangre que aún es derramada injustamente en el mundo.

Pero por la devoción y la fe de Mis creyentes y devotos, es que Yo instituyo Mi Iglesia Celestial en las almas para poder hacerlos dignos en el Señor y partícipes de Su Santa Paz. Amén.

Pero antes de revelarles el misterio de Mi Amor, presente en la Última Cena, esta Cena que hoy celebraremos juntos será el momento en el que cada uno de ustedes tendrá la oportunidad, ante el Padre Celestial de que no solo por sus almas, sino también por la humanidad, este planeta reciba la última oportunidad que necesita para poder arrepentirse y hacer penitencia, afirmando en la vida de cada ser la Presencia del Señor, del Todopoderoso.

Comenzaremos con esta Ceremonia.

Que suenen las campanas por la Iglesia Celestial que en esta hora culminante del Planeta, delante del gran sufrimiento de la humanidad, desciende a la Tierra para traer el Principio de la Luz y de la Redención.

Espero por las campanadas.

Es parte de la Ceremonia de Dios construir este momento juntos, hasta en el plano físico, y así, el Espíritu de Dios se aproxima en esta hora de la humanidad.

Daremos comienzo a esta Ceremonia.

Instrumental de Pater Noster.

Nos ponemos de pie.

Señor Dios Todopoderoso, infinito Misterio de Amor y Verdad, que Tus ángeles desciendan a la Tierra en este momento para que las puertas del mal sean cerradas. Que así sea. Amén.

Bendice con esta agua, Señor, a los que necesitan de Tu Perdón y de Tu Gracia, y que esta agua derrame Tu Misericordia en el mundo.

Hoy el Sacerdote Mayor reúne a todos los sacerdotes de la Tierra para que vivan Su Principio Crístico y para que, a través de su ejercicio y de su ministerio, traigan a Cristo a la Tierra por medio de los Sacramentos, de la oración, del canto y de la fe.

Inspiramos.

A pedido de Nuestro Señor Jesucristo vamos a proceder a la consagración de un sacerdote, en este día especial en donde el Sacerdote Mayor se hace presente para renovar nuestras vidas.

Y así como formé a los primeros apóstoles, hoy los formo a ustedes para que vivan los Principios de Mi Iglesia Primitiva, las sagradas raíces de la Iglesia, los sagrados Dones que Yo le entregué a Pedro, una vez, y que hoy les entrego a ustedes para que lleven Mi Amor a toda la Tierra. Amén.

Madres pueden encender las velas.

Que Dios, a través de estas Manos, haga descender el Cielo a la Tierra.

Que exorcices, con este instrumento, los espíritus impuros para que los corazones sean liberados de toda perturbación y alcancen la paz.

Consagra, Padre Eterno, esta alma a Tu eterno servicio, que represente en la Tierra Mis Designios y que lleve adelante Mi Santa Voluntad para que todas las almas que lo encuentren puedan recibir, a través de él, Mi Santa Comunión, Mi Santo Perdón para siempre. Amén.

Como en aquel tiempo, purifico sus manos, cabezas y pies para que, en este ejercicio de entrega a la Vida Mayor, se concrete en la Tierra la Voluntad de Mi Padre. Amén.

Más agua por favor.

En este momento vamos a realizar la representación de la Última Cena, después de que Nuestro Maestro y Señor nos lavó las manos, nos liberó de nuestras impurezas, entramos al Templo de Su Corazón para concelebrar, con Él, este misterio de Amor.

Las Madres pueden aproximarse porque en esta Sagrada Eucaristía no solo Su Maestro y Señor estuvo con los apóstoles, sino también con las santas mujeres, en espíritu y en omnipresencia, celebrando la Comunión espiritual con cada una de ellas.

A pesar de todo lo que viví y sufrí por ustedes Me entregué incondicionalmente para la remisión de los pecados.

Por eso tomé el pan dando gracias a Dios, y Él lo bendijo. Les dije a Mis amigos: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Y así tomé el Cáliz dando gracias a Dios, y Él lo bendijo. Les dije a Mis amigos: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre que será derramada por ustedes para la remisión de los pecados. Hagan esto en Mi Memoria".

Te adoramos Señor y te bendecimos. Amén.

Y en unidad perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, compañeros, repitan la oración que Yo amorosamente les enseñé:

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo. Bienaventurados serán los que se sirvan de este Sacramento porque tendrán vida eterna. Amén.

Escuchamos siete campanadas.

Coman de Mi Cuerpo. Beban de Mi Sangre.

Por favor, unos paños para los Cálices.

Mantenemos la unión con nuestro Señor que aún está presente en esta Eucaristía, en contemplación y adoración.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los presentes se pueden sentar.

Y así los apóstoles, en aquel tiempo, recibieron muchos misterios de Mi Corazón porque desde el primer momento que comulgaron de Mi Cuerpo y de Mi Sangre ellos recibieron la gran ayuda del Espíritu Santo que los prepararía para después de Mi Ascensión, para el gran momento de sus vidas, que era poder representarme y vivirme, por medio de Mi Ministerio Sacerdotal.

De la misma forma, las santas mujeres, con Mi Santa Madre, recibieron la inspiración de entregar sus vidas completamente, para consagrarlas a Dios, vivir en retiro y vigilia para poder contemplar y rememorar la Pasión de su Maestro y Señor.

Y así también todos los que participaron alguna vez del Sacramento de la Comunión, aun después de Mi Resurrección cuando aparecí en varios pueblos de Israel, esas almas llevaron consigo, interiormente, los méritos de Mi Pasión y los triunfos de Mi Corazón aun siendo hombre.

La Eucaristía es el mayor testimonio de la revelación del Amor de Dios para los hombres porque en ella se concentra la propia manifestación de la Santísima Trinidad, cuando el Cuerpo y la Sangre de Cristo son consagrados y transubstanciados en la celebración eucarística ante la Consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la transformación en Luz del pan y del vino, porque todas las almas tienen nuevamente la oportunidad de vivir la Pasión de Cristo, de reconocer Sus padecimientos y Su dolor, Su sacrificio y Su entrega hasta el último momento de Su expiración.

Vivir la Eucaristía es renovar los votos con el Padre Celestial, es asumir una vida Crística de servicio y de amor por los demás, es fortalecerse ante las tempestades y las pruebas, de todo lo que sucederá en el fin de estos tiempos.

Recibir la Comunión, totalmente transubstanciada e iluminada por los méritos de la Pasión de Su Señor es entrar en la Iglesia Celestial de Cristo y pasar a formar parte de su Cuerpo Místico, viviendo todos los días la Comunión con Su Cuerpo Espiritual.

Las santas mujeres no pudieron estar presentes en la última Cena porque el legado que Yo dejaría para los Míos significaría y representaría la transformación y la redención de todos los seres de la Tierra cuando tan solo recordaran, a través de la Eucaristía, la Pasión de su Señor.

Cada vez que celebran la Comunión Conmigo no solo reafirman los méritos de la Pasión de su Señor, sino que sus vidas se transforman, poco a poco, hasta que algún día encuentren la unidad con Dios, completamente. Sean Uno con el Padre así como el Hijo es Uno con Su Padre, y así Yo podré ser Uno con ustedes y ustedes serán Uno en Mí.

En aquel tiempo lo entregué todo sin ninguna condición ni regla. Acepté el sacrificio por ustedes hasta el fin de los tiempos porque sabía, desde el principio, en lo más profundo de Mi Corazón, que a través de los tiempos y de las generaciones, muchos más me representarían.

Por eso deben hacer valer su sacerdocio para que el sacerdocio prevalezca en la superficie de la Tierra, espacio en el cual el Cielo encontrará un lugar por donde descender y actuar, por donde obrar y entregar a todas las almas las Gracias del Padre.

El Cordero fue entregado al peor matadero, pero eso sucedió por Amor y Misericordia para que los hombres de la Tierra, a través de todos los tiempos, alcanzaran el Perdón de Dios.

Hoy el mundo no revive Mi Pasión verdaderamente.

El sacerdocio se ha vuelto un escándalo en la humanidad. Por eso he decidido venir aquí a buscarlos a ustedes los imperfectos, los no formados, los menos instruidos para que, por medio de la intervención de Dios, respondiendo a Su Voluntad y a Su pedido, Su Propio y Divino Hijo los instruya en la Iglesia Celestial, Iglesia Celestial que muchas almas perdieron por sus errores.

Ese fue el verdadero legado que Yo le dejé a Pedro y a los apóstoles. Y por medio de los Sacramentos, especialmente por el Sacramento de la Eucaristía, no solo los sacerdotes, sino también el pueblo de Dios alcanzará la Gracia Espiritual y Divina: ingresar en la Iglesia Celestial. Porque es en la Iglesia Celestial, que levita en los Universos Mayores, en donde alcanzarán y encontrarán la Verdad, más allá de los hombres y de todas las formas.

Es a esa Iglesia que Yo los invito a entrar todos los días. Y en sus corazones, en sus esencias, en su mundo interior está una chispa de Dios que los une y conecta con esa Iglesia Celestial.

Por eso no permitan, compañeros, que las apariencias los confundan, que las pruebas del fin de los tiempos los atormenten.

Reafirmen su fe en Mi Iglesia Celestial y visiten a Su Maestro y Señor, frecuentemente, presente en todos los Sagrarios de la Tierra. Así sus corazones se encenderán y el fuego vivo de Mi Amor estará con ustedes.

Atravesarán tempestades y desiertos, momentos durísimos y difíciles, ustedes con sus familias, con sus conocidos, como también en sus naciones. Pero hay algo que nunca les hará perder la fe: es Mi Corazón que se entrega en sacrificio, nuevamente al mundo, para que sea reconocido, respetado y adorado en el Sacramento del Altar. Sacrificio amorosamente entregado a los hombres y mujeres de la Tierra, para que vivan el Camino de la Redención.

Las puertas de los infiernos temblarán ante la presencia de Mi Iglesia Celestial en la Tierra y más aún, Mi Iglesia alcanzará su poder y esplendor en el corazón de todos los que la invoquen, la respeten y la vivan, así como los Mandamientos.

Nunca dejen de amarse porque será ese amor, por más que sea pequeño, imperfecto e insignificante, lo que los mantendrá en unidad y no perecerán ante los embates de Mi enemigo.

Antes, Yo enviaré al Arcángel Miguel para que cierre las puertas y exorcice el mal, y las almas renazcan en la divina Esperanza de Dios para estos tiempos.

Hoy no digo esto solo por ustedes, sino por toda la humanidad, que está ciega y sorda ante el sacrificio de su Maestro y Redentor.

Pero hoy, ustedes, con su presencia, adhesión y amor ante este gran sacrificio ofrecido por el Cordero de Dios, hacen dignos los Altares del Padre y los ángeles cantan gloria y alabanzas para hacer revivir la paz en los corazones.

Quisiera poder decirles muchas más cosas, pero sé que sus cuerpos tienen un tiempo para poder soportarlo.

La verdadera Cena de Su Maestro y Señor no duró solamente un momento, sino tres horas, en las que Mis apóstoles contemplaron las tres Faces del Misterio de Dios presentes en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Hoy ustedes reciban este Sacramento con esa consciencia y amor de que el propio Dios se vuelve a entregar al mundo para que Su Misericordia los salve y los redima en este tiempo final.

“Elevo al Cielo, Padre, Mis plegarias para que enciendas en Tus criaturas la Verdad. Verdad que les hará encontrar el Camino del Amor y de la paz, de la Esperanza y de la renovación. No dejes que nadie quede sin ese impulso de Luz que hoy trae Mi Corazón Misericordioso. Y que por los méritos infinitos de Mi Pasión, las almas vivan en el Universo de Tu Fe y de Tu Amor para siempre. Amén".

En esta Cena de renovación, Yo los consagro y los renuevo, y les entrego Mi Paz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En solemnidad y en absoluto silencio se darán el saludo de la paz para que este impulso de Luz, que hoy les traigo, se irradie al mundo.

Que puedan darse el saludo y la paz de la misma forma que Yo les entregué la paz a Mis apóstoles, en silencio y en contemplación.

Les agradezco.

 


 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 65º MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA ,EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el Arca de Noé, como en las manos de Moisés y en el Templo de Salomón, estuvo el Arca de la Santa Alianza.

Hoy ella está entre Mis Manos, para traer un impulso espiritual al mundo, definitivo y preciso, dentro de estos tiempos de caos.

El Arca contemplada por los ángeles y los arcángeles tiene en su interior la revelación que necesita la humanidad, los escritos más sagrados del universo, el Pensamiento transmitido por la Mente de Dios, dentro del Divino Propósito.

Esta es el Arca que formará parte de la Nueva Humanidad y ya no estará guardada en los Recintos internos, será colocada en la superficie, tiempo después de Mi retorno al mundo, cuando Yo ya haya congregado a todos Mis rebaños de todos los tiempos y de todas las generaciones; cuando haya vencido al mal a través del Amor, y así, haya trascendido la dualidad en cada consciencia humana.

Ese será el preámbulo del advenimiento del Arca de la Santa Alianza, la que en su interior traerá para la humanidad el Santo Grial, con todos los códigos divinos, con todos los impulsos transformados, sublimados y elevados por la Consciencia del Hijo de Dios, con toda la experiencia divina vivida una vez en la Tierra entre Sus apóstoles y seguidores, con todos los códigos de la Resurrección y de la Transfiguración, así como también los códigos de la Ascensión vendrán en el Arca de la Santa Alianza.

Sé que no saben lo que eso significa y lo que eso representa, porque es algo que aún no sucederá en esta humanidad.

Mientras tanto, compañeros, que su perseverancia Conmigo no sea pobre, ni tampoco que se debilite; que su confianza Conmigo no sea mediocre, ni indiferente; porque los tiempos difíciles llegarán, pero para quien confíe en Mí, los tesoros del Cielo no le faltarán.

Así como desde los planos de la Divinidad hoy traigo el Arca de la Santa Alianza, el Cordero que fue inmolado y que resucitó entre los muertos, decretando la victoria del Amor y de la Verdad, glorioso y resplandeciente, retornará a la Tierra dentro de Su gran Consciencia Divina y universal, nunca antes vista por ningún hombre de la Tierra, solo contemplada y admirada por la Madre de Dios.

Esa es la Consciencia Divina del Hijo Primogénito, del Hijo Resucitado y Glorificado que vendrá al mundo por segunda vez.

Vigilen y adoren por esta revelación. Sigan orando de corazón y con constancia, y los frutos del nuevo tiempo llegarán a sus corazones y vidas.

Pero el tiempo de la oscuridad, aquel que ha generado la raza humana para este tiempo de Armagedón es necesario e imprescindible, porque las almas deberán aprender a vencer la dualidad interior, por medio de la fuerza y del poder del amor.

No Me sirve, compañeros, que bajen los brazos. Después de todo lo que Yo les he dado, su pensamiento debe estar en Mi Pensamiento, y sus sentimientos, deben ser Mis Sentimientos sublimados y elevados.

Así, no perecerán y no les faltarán las llaves para poder abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino de Mi Corazón, a la Casa del Padre Celestial, aunque aún estén sobre la superficie de este planeta.

Hoy traigo entre Mis Manos este terafín universal para que sea contemplado y admirado.

Dentro de este universo material el Arca de la Santa Alianza representa la Voluntad de Dios manifestada para este universo y para toda la vida creada, dentro del plano físico.

Allí se encuentra, dentro de esa Sagrada Arca, la historia pura de Dios antes de que Él pensara y concibiera la Creación, así como también toda la historia más evolutiva del universo; el triunfo de muchas humanidades y la historia escrita en muchas estrellas, así como la historia de Su Hijo Primogénito y de la Concepción Divina en el Vientre purísimo de la Madre Universal; la historia del acompañamiento de todos los ángeles y la derrota de los grandes infiernos del mal; la historia del Arcángel Miguel en la humanidad en la fusión divina con el Divino Hijo, así como la presencia incalculable e inalterable del Arcángel Gabriel en la Consciencia de la Madre de Dios; la presencia del Arcángel Rafael en la experiencia humilde y simple de San José.

Y aún más, compañeros, esta Sagrada Arca, guarda la historia evolutiva de las primeras humanidades, de los que pudieron representar a Dios de una forma simple y verdadera, los que pudieron vivir los misterios del universo y atraer hacia la Tierra una vida fraterna y de hermandad; los que aprendieron a sostener el Plan de Dios a través de los tiempos difíciles, tanto en el pasado como en el presente; la historia de amor vivida por los grandes patriarcas, la experiencia de redención de los apóstoles; la santificación de las mujeres de Jerusalén y todo el compromiso vivido y revivido, una y otra vez, a través de los tiempos, hasta los días de hoy de todos los que se comprometieron Conmigo en toda la historia de la humanidad y del planeta a ser parte de esa alianza divina con la Sagrada Arca del Padre Celestial.

Ahora, toda esa historia no podrá ser interferida, ni tampoco detenida. Depende de ustedes, de su disposición, de su adhesión y de su compromiso incondicional para que su historia de vida, su historia de redención, de perdón y de rehabilitación forme parte del Arca de la Santa Alianza, como el triunfo del Código Crístico transfigurador en cada consciencia humana, en cada corazón humano, en la vida espiritual de cada ser.

Por eso, los animo a seguir adelante. El peso de su cruz pasará y Mi Palabra, que es eterna, triunfará.

Lo único que les pido es que sean constantes, consecuentes y responsables con los impulsos divinos que reciben, porque hoy les vuelvo a decir, compañeros, con la humildad de Mi Corazón, que Mi tiempo con ustedes se está acortando para terminar esta tarea, para que los Nuevos Cristos sean vistos en la Tierra como portadores de la paz, de la Misericordia y del bien.

Ustedes son llamados a dar continuidad a Mi Obra divina y a sumergirse dentro del caos y de la tribulación para salvar a las almas, aun si fuera necesario de que den su vida por Mí, Yo podré atestiguar que su entrega fue verdadera.

No les vengo a pedir lo que es imposible ni tampoco lo que aún no Me pueden dar. Solo les pido que caminen a Mi lado, que se sostengan en Mí, que confíen en Mí y que pidan por Mi Misericordia, así como lo hizo todo el tiempo el apóstol Juan, aprovechando cada momento para poder estar cerca del Señor, para poder estar cerca de Dios, en comunión con la Vida y con el Espíritu de Dios.

Que el Arca de la Santa Alianza represente para ustedes el símbolo de la elevación de la consciencia y la aspiración permanente de alcanzar el Reino de Dios, sabiendo que nada de lo que sucede es por acaso, que todo tiene un sentido y una meta para el Padre Celestial.

Si sus infiernos internos son muy grandes o si su júbilo es infinito para sus almas, no hay  nada que deban  temer, porque todo tiene su porqué.

Únanse a este Principio Creador y reciban hoy, del Arca de la Santa Alianza, el último impulso del Redentor para la transformación de sus vidas y la redención de sus seres en nombre del triunfo del Sagrado Corazón de Jesús.

Ante la Iglesia Celestial que hoy los reúne, ante los Sacerdotes del Universo y de los patriarcas de la Palabra Divina, ante los ángeles del Cielo y de todos los seres humanos, que a través de la historia se santificaron por medio de la experiencia de Mi Amor, ante el Corazón Espinado de Jesús y la agonía silenciosa de María por todo lo que sucede en el mundo, ante la fuerza y el poder de la oración, ante la confianza de todos Mis discípulos y peregrinos y el amor de todos Mis allegados, ante la presencia del Trono del Padre Celestial y de Su Fuente Inmaterial, acepto y acojo la reconsagración de Brasil a Mi Sagrado Corazón, y hoy extiendo para este pueblo una Gracia especial y expiatoria que deberá ser cuidada y protegida por cada uno.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

El Maestro está elevando Su Mano derecha para bendecir al Brasil y colocando Su Mano izquierda sobre el Corazón.

Cristo Jesús:


Hoy Te imploro Padre, que descanses en el amor de Tus hijos, que Te regocijes en la pureza de las almas que se consagran y que puedas estar vivo y presente, en cada corazón humano, para que el latir de Tu Espíritu sea el pulsar del corazón de cada ser, el latir infinito de Tu Amor y la expansión gloriosa de Tu Gracia.

Bendice, Señor, a este pueblo y a todos los seres humildes que en el silencio de su simplicidad, representan a Tu Obra en la Tierra y viven el apostolado de Mi Corazón.

Y ante los Universos superiores que conceden esta intervención divina, reconsagro al Brasil a Mi Sagrado e Insondable Corazón, para que los Cristos de este pueblo sostengan el fin de los tiempos y los tres días de oscuridad, como testigos verdaderos del Sagrado Corazón de Jesús.

Que la fuerza de su fe nunca se quiebre, que la templanza de sus corazones se sostenga en la templanza de Mi Corazón y que el Fuego del Espíritu Santo coloque la palabra divina en sus labios, a fin de defender Mi Obra Redentora en el fin de estos tiempos.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Antes de santificar los elementos de los cuales las almas se servirán para recibir Mi Gracia y Mi Misericordia, quisiera anunciarle al mundo entero, que la continuidad de esta Obra con los Mensajeros Divinos vivirá una pausa a fines de este mes de diciembre, y que ella continuará adelante cuando todo se haya cumplido, no solo a nivel espiritual sino también a nivel material.

Depende de ustedes y del mundo entero de que Mi Palabra y Mi Presencia llegue a más lugares del Brasil para poder sostenerlo y auxiliarlo, así como también Mi Verbo Divino pueda llegar a otras naciones del mundo y hacia otros continentes.

Dios reconoce los esfuerzos, pero los esfuerzos deben ser equilibrados y justos.

Todos son merecedores de la Gracia y de Mi Presencia en este tiempo final y en las naciones del mundo, no será fácil, y ustedes lo saben.

Es un compromiso de la humanidad de que Mi Presencia y Mi Mensaje puedan estar en otros lugares del mundo hasta que el Padre Celestial lo indique y lo considere.

Aún tengo planes para cumplir con ustedes y con la humanidad, que son los planes de los últimos tiempos y de los últimos impulsos espirituales que cada Sagrado Corazón le dará al mundo antes del momento más difícil de la humanidad.

Estamos sedientos de almas buenas y también de corazones arrepentidos.

El Plan de Rescate se construirá con la cooperación de todos, bajo la Ley de la Hermandad.

A pedido de Mi Padre, estoy anunciando esta pausa y este receso.

La respuesta de todos y del mundo entero es lo que Me permitirá continuar adelante. De lo contrario, en nombre de la Ley de la Justicia Divina y de la Ley del Equilibrio, sagrados atributos para el Universo, solo podremos continuar hasta el fin de este mes, pero no dejarán de recibir Nuestras palabras.

No podremos estar presentes en aquellos espacios que tenemos que estar.

Ustedes saben que Nuestra Consciencia es omnipresente y no Nos costaría nada estar en cualquier lugar que fuera necesario, pero Yo les estoy dando la oportunidad de servir a Dios y de aliviar sus deudas espirituales para que puedan renacer finalmente en el amor, y ayuden a otros a renacer en el amor.

Esperaré pacientemente en lo alto de las montañas durante estos próximos meses para escuchar sus respuestas.

Dios bendiga este momento, para que cada ser se vuelva más consciente y asuma lo que ha venido a cumplir en el nombre del Amor y de la Unidad.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nos podemos poner de pie para la consagración.

Cristo Jesús:


Señor, Tú sabes que las almas te aman, por eso te pido, Padre, que aceptes todas las ofertas que hoy te realizan, a fin de que triunfe Tu Proyecto de Amor. Amén.

Bendice esta agua, Señor, para que Tu Gracia se pueda esparcir en el mundo, y así como el agua que cae en el planeta por medio de la lluvia, se convierta en una lluvia de gracia infinita y de amor en las almas, a fin de que todo sea cumplido. Amén.

Padre, bautiza con Tu Espíritu a los que han sufrido, para que las dolencias espirituales se disipen y se desvanezcan de la consciencia humana.

Que el afluente infinito de Tu Amor, que el manantial de Tu Gracia, de Tu Perdón y de Tu Cura santifique a los que hoy serán bautizados por Tu Espíritu, en unión a Tu infinito Amor. Amén.

Señor, unge con este aceite los cuerpos enfermos, exorciza a las almas poseídas y libera a las almas de las corrientes del mal.

Con la unión poderosa de la Cruz, que todo mal sea vencido y extirpado. Que, así como el Hijo de Dios fue ungido por las mujeres de Jerusalén, hoy los que serán ungidos sean restaurados y reparados por la cura divina. Amén.


Por el poder del Arca de la Santa Alianza que los códigos desciendan.

Y hacemos memoria del misterio del Amor del Hijo de Dios durante la Última Cena cuando tomó el pan, dando gracias a Dios por el Sacrificio, el Padre lo bendijo y entregándoselo a los apóstoles, les dije: “tomen, coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la expiación de los pecados".

Del mismo modo, su Maestro y Señor tomó el Cáliz, no solo para irradiarle la paz al mundo y la redención a la humanidad, sino también para que el Padre lo santificara y lo bendijera y entregándoselo a los Apóstoles les dije que bebieran de él porque "esta es Mi Sangre que será derramada por los hombres y por los mártires para el perdón de los pecados".

Hagan siempre esto en Mi memoria.

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Fuente de Misericordia y de Salvación para todas las almas que confían en Él.

Dichosos sean, compañeros Míos, todos los que se servirán de este Sacramento, pero, antes, que se confiesen y se arrepientan para que el Divino Cuerpo y la Preciosa Sangre, purifiquen sus almas y santifiquen sus corazones. Amén.

Confíen en que todo se cumplirá como Dios lo ha previsto. En su confianza está la llave para la concreción del Plan. Si desde ahora lo comienzan a vivir y a sentir profundamente, el Plan se cumplirá, como está escrito.

Que se alegren sus corazones porque el Brasil se ha reconsagrado a Mi Corazón Misericordioso y él profundizará su reconsagración en los próximos meses, con la constancia y la devoción de los orantes y el clamor de todo el Pueblo de Dios.

Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

Extendiendo Mis Brazos en señal de Cruz, como testimonio del Amor verdadero de Dios por todas Sus criaturas y el planeta, Yo los uno al poder de la Sagrada Cruz y al misterio infinito de su impulso exorcista.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (x3)

Que la paz esté en todos los mundos internos para que pueda estar en todos los hombres de la tierra, así como en todas las naciones del mundo.

Sigamos orando por la paz, por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.

Que así sea.

Fraternalmente se darán el saludo de la paz, para que la paz esté en las familias que viven las guerras y en todas las familias del mundo que no pueden vivir la unidad en esta sagrada Natividad.

¡Les agradezco!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 63ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La Luna anunciará Mi segunda venida al mundo, las estrellas proclamarán la llegada del Rey Universal y todo el macrocosmos estará atento a ese movimiento.

Los que han sido merecedores de Mi Gracia, sentirán en su interior el gozo de Mi llegada.

Aquellos que hayan ofendido las Leyes de Dios, tendrán el último chance del arrepentimiento.

Pero mientras el Hijo de Dios descienda a la Tierra, el planeta temblará y nadie podrá oponerse a ese movimiento, porque estará llegando físicamente la Luz Divina y los corazones se alegrarán a pesar de lo que suceda, porque se librarán de su cautiverio.

Detrás de Mi vendrá el Arcángel Miguel, como muchas veces ya se los he anunciado. El derrotará lo más impuro de lo más impuro, para que en la Tierra pueda volver a brotar el agua de vida y todo, todo, se purifique.

Mientras tanto preparen sus corazones para ese momento, porque el Redentor llegará sin avisar, en el momento menos esperado por la humanidad.

Aun cuando su iglesia esté pasando su gran prueba, que su fe no titubee; que se fortalezca su fe y su confianza en Dios, porque siempre deberán recordar para esos tiempos que su única religión es el Amor de Dios y no la potestad de los hombres.

Yo les vine a enseñar hace mucho tiempo sobre el Reino de Dios, el que mora y vive dentro de ustedes.

Después de muchas pruebas, dificultades y perturbaciones, hoy sus almas tienen la Gracia de reconocer al Reino de Dios, así como muchas más almas lo tendrán en el fin de los tiempos.

Cuando Yo retorne descenderá la Luz Cósmica, y junto Conmigo todos los ángeles.

Los coros celestiales se agruparán en diferentes puntos del planeta.

Cuando la última trompeta de Universo sea tocada, deberán colocar su cabeza sobre la tierra, suplicando por una humanidad pervertida, para que la Misericordia del Redentor sea más poderosa que la Justicia, los errores se puedan aplacar y de las almas se disuelva todo mal.

Pero primero deberán creer en el Reino de Dios que está dentro de ustedes, es lo que Yo vengo a anunciar para estos tiempos definitivos, porque la vida humana está muy exteriorizada, se ha perdido la esencia del silencio, de la meditación y de la reflexión en Dios.

Antes de que más almas se pierdan en el mundo y no consigan salir de su cautiverio, hagan un acto de amor por cada una de ellas, recordando todos los días y cuando despierten en cada mañana, que el Reino de Dios está dentro de ustedes y aún él deberá descender a la Tierra, con toda Su Gloria y Poder.

Por eso San Miguel Arcángel trabajará como nunca antes ha trabajado, mucho más de lo que trabajó durante Mi Divina y Dolorosa Pasión, para sucumbir los infiernos a niveles más profundos de la consciencia, a fin de disolver y de disipar todo mal.

Desde el ADN del ser humano hasta lo más externo, todo se redimirá.

Tengan confianza y fe en lo que están viviendo.

Acepten con gratitud Mi Convocatoria y reenciendan en sus espíritus el fuego del compromiso sideral.

Porque la Tierra tendrá la última oportunidad de ser redimida, ya no hay tiempo que esperar.

La consciencia de su planeta agoniza día a día y también todo lo que está en su superficie.

Por eso arriésguense, compañeros, a volver a firmar el compromiso con Mi Corazón, que no es un compromiso mental, ni tampoco moral; es un compromiso profundamente espiritual que los podrá aproximar cada vez más a Mi Divina Misericordia, en donde todas sus almas se podrán sumergir en Mi Océano de Amor, para que se disuelvan las heridas y todos los traumas vividos a través de los tiempos.

A través de Mi Amor Yo les traigo la nueva vida, porque sus vidas deberán renacer para estos próximos tiempos por medio de los Sacramentos que Yo les ofrezco, tan simplemente, para que sus almas puedan revivir el encuentro con el Sagrado Maestro del Amor.

Vengo en esta tarde a limpiar sus impurezas y a volver a elevar sus espíritus al Reino de Dios, porque la hora de Mi regreso al mundo se está aproximando y necesito, con todo Mi Corazón, que más almas estén preparadas para poder recibirme conscientemente.

Sientan la alegría interior que, de alguna forma o en algún plano, podrán reencontrarme y que Yo no seré su juez, sino su mediador e intercesor ante el Padre Celestial.

No hablo de los pecados, sino de lo que aún deberá purificar el mundo para volver a ser una tierra prometida.

Esa tierra prometida, compañeros. comenzará primero dentro de ustedes.

Y si esa tierra prometida nace y surge, el gran cambio de la consciencia se verá en la humanidad.

Pero algo Me deberán dar para que eso pueda suceder, a algo deberán renunciar para que sus vidas se transformen verdaderamente.

No le puedo pedir al mundo entero un gran sacrificio porque sé que no Me lo dará, pero sé que puedo pedirles a ustedes pequeños sacrificios para que el mundo pueda cambiar, poco a poco.

El sacrificio que Yo les pido no es sufrimiento ni dolor.

Les pido que coloquen a Mis Pies sus sufrimientos para que Yo pueda transformarlos todos en la Fuente de Mi Divina Misericordia, una Fuente de Amor y de Reparación que en algún momento se cerrará, porque descenderá al mundo la Fuente de la Justicia Divina.

Siempre les diré la verdad, para que no sean engañados por nadie.

Pero ustedes, compañeros Míos y almas Mías, pueden ser precursores de ese gran cambio en la humanidad, volviendo a fortalecer en sus familias los gestos de amor y de hermandad, colocando oratorios en sus familias para que el soplo del Espíritu Santo descienda sobre sus hogares, estén protegidos y amparados por la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

Con cosas tan simples, pero verdaderas, el mundo podrá vivir su gran cambio de consciencia; solo necesito que vivan Mis designios de forma verdadera para que Yo pueda estar más cerca de ustedes y nuevamente, volver a bendecirlos.

Todo esto preparará Mi segunda venida a la humanidad. Los sellos del Apocalipsis ya estarán abiertos. Lo que antes era un misterio, será una gran revelación en el mundo, por eso los ángeles del Universo descenderán a la Tierra para poder anunciarlo.

Todos los que se hayan mantenido en Cristo y por Cristo, recibirán esa revelación interior.

Sentirán en lo profundo de su corazón y de su esencia el Retorno de Cristo.

Sentirán que deberán recogerse, silenciar y orar, adorar y contemplar la inmensidad del Universo Celestial, porque el Hijo de Dios estará llegando al mundo.

De una forma nunca antes vista, todo dejará de ser una promesa. Porque el Verbo encarnado se volverá a cumplir, Él se manifestará a la humanidad en Su Gloriosa segunda Venida.

Muchas de las cosas que hoy les digo no las comprenderán, porque son palabras que provienen del Universo Espiritual y que primero intentan nutrir sus espíritus, para que sus esencias sean colmadas por Mi Divina Gracia.

Porque será Mi Divina Gracia la que les dará el entendimiento y la comprensión; una Gracia divina e infinita que constantemente se dona por la salvación de las almas y el rescate del planeta.

Ahora que han reactivado en ustedes su compromiso interior Conmigo, recuerden la existencia de sus ángeles de la guarda, que también sufren por la perversión de los seres humanos. Llámenlos, día a día, con la oración del corazón. Pídanles que los acompañen en los momentos de trabajo y de familia.

Repueblen sus hogares de los ángeles de Dios, para que las fuerzas capitales sean exorcizadas y el mal sea disuelto por el poder del Amor.

La familia argentina deberá ser reconstruida, recuperando los valores de la Fe, más allá de los errores de la iglesia.

Yo los invito, compañeros, a elevar sus consciencias de plano para que sus almas se coliguen con la Fuente verdadera de la luz, la Fuente inmaterial que proviene del Padre Eterno y que emite impulsos de tiempo en tiempo para la evolución de las almas y la redención de los corazones.

Ayer les ofrecí Mis Llagas. Hoy les ofrezco el Sagrado Cáliz que especialmente he traído entre Mis Manos para que la Sangre del Cordero de Dios sea vertida en todas las almas que acepten beber de este Cáliz de reparación y de cura.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido del Padre Celestial entonaremos "Sagrado Cáliz del Señor", abriendo esta ceremonia entre el Cielo y la Tierra para el descenso de la Iglesia Celestial por medio de la donación del Corazón del Maestro y de todos los ángeles presentes en este momento.

Eleven sus corazones a Dios en profunda gratitud y recogimiento.

Escuchemos el canto de esta oración que invoca la Misericordia para el planeta.

Los escucho:

Sagrado Cáliz del Señor...

Para ser merecedores de Mi Gracia y de Mi Misericordia, primero deben ser merecedores de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, sagrados elementos que Yo les ofrezco para la redención de sus consciencias y la elevación de sus espíritus, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.

Que Argentina, en esta tarde, sea bañada por los atributos divinos de Mi Sangre y de Mi Cuerpo, a fin de que las corrientes perversas se disuelvan y triunfe la Luz del Sagrado Corazón de Dios para siempre. Amén.

Recuerden cuando Yo les dí el Pan y les dije que comieran de él porque este es Mi Cuerpo que fue entregado y es entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Coman de Mi Sustancia de Luz.

Y hoy, de nuevo, les doy de beber del Cáliz, diciéndoles que esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza entre las almas y Dios. Sangre derramada por el Cordero de Dios para el perdón y la redención de los pecados.

Recuerden el Monte de las Bienaventuranzas y cuando Yo les enseñé esa simple, pero poderosa oración que los une a Dios en total consciencia y esencia.

Oremos:

Padre Nuestro...

Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra para los seres de buena voluntad.

Y así, Yo los santifico a todos con Mi Espíritu, para que sus vidas alcancen algún día el espíritu de la santidad, que es ser verdaderas personas que viven en la bondad y en el bien de Dios, para hacer repoblar en la Tierra los Códigos del Cielo en todos los corazones que encuentren y que busquen el mismo camino de retorno a la Casa de Dios.

Como les dije a Mis Apóstoles y a muchos que estaban presentes en los planos internos:

Mi Paz les dejo y Mi Paz les doy.

Hoy contemplo sus esencias y no sus pecados para que puedan revivir la alegría de reencontrar el Reino de Dios dentro de ustedes.

Que sus espíritus entren en júbilo, que sus almas alcancen el gozo de Dios y que todas las fuerzas contrarias sean disipadas por la Presencia de la Segunda Persona de Dios, el Primogénito y Unigénito, su Maestro y Señor, el Redentor.

Los bendigo:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En fraternidad, dense un saludo de paz, para que la Paz esté en la Argentina.

Que así sea.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 54ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Hoy vengo a traer el Silencio de Dios al mundo, para que sea sentido, para que sea recepcionado por los corazones, por los que llevan adelante la Obra de Dios en este planeta.

El Silencio de Dios trae un cambio importante para las almas del mundo, especialmente para aquellas que están sumergidas todavía en la ilusión y que no consiguen por sí mismas salir de ella.

El Silencio de Dios fue el que permitió la creación de los universos, de los cuerpos celestes, de los planetas, de los soles y de las estrellas.

Del Silencio de Dios surgió el Divino Pensamiento para toda la Creación. De ese Silencio, después surgió la vida por la fuerza del Soplo del Espíritu, quien manifestó la esencia, y después, la materia.

Dios pensó en todo, en cada detalle y cuidó de todo para que Sus hijos fueran parte de esta Creación y se sintieran partícipes de cumplir con una parte de Su Voluntad, entre tantas humanidades, entre tantos universos, entre tantas galaxias

Pero esta Creación debería vivir un gran aprendizaje, el cual surgió hace mucho tiempo atrás, en el Universo, con la Rebelión.

En ese momento, los Portadores de Dios tuvieron que decidir, en el camino de la dualidad, por el bien o por el mal. Y una cicatriz, una herida, quedó abierta. Y el Silencio de Dios, que regenera la vida y la consciencia, se retiró, desde el momento en que uno de los Padres Creadores no obedeció a la Fuente, ni a las Leyes del Altísimo.

A partir de allí, de esa Rebelión universal, el planeta fue escogido por el Padre para llevar adelante el máximo Proyecto de Amor Crístico.

En ese momento, el Silencio de Dios se recogió en lo más íntimo de Su Ser y de Su Existencia. Pensó, contempló y meditó en toda la Creación, en todo lo que ya existía, para buscar una respuesta a la gran falla de las humanidades del Universo.

Mientras tanto, espíritus valientes y desconocidos, circundaban por las estrellas como grandes ángeles de Luz, llevando un mensaje de Paz y siendo portadores de la Paz que uniría a toda la Confraternidad, a fin de cicatrizar las heridas y borrar las huellas que quedaron grabadas en millones de consciencias que hoy están aquí, en este planeta.

Cuando Dios se recogió en Su Silencio y contempló a la Creación y los errores cometidos por Sus criaturas, fue cuando los Resplandecientes, los Elohim o los Hellel, se reunieron ante los Tronos del Creador para entregar una decisión tomada, que en verdad, compañeros, era una petición de todos los seres de la Luz, de todos los ángeles, que buscaban en Su Sabiduría y Amor, una sabia respuesta.

Esa respuesta y esa petición fue el surgimiento de la Segunda Persona de Dios, de Su Amado Hijo, para que el Espíritu del Amor-Sabiduría descendiera de lo más invisible del Espíritu, hacia lo más material y encarnara entre los hombres de este mundo, llevándolos a la Redención y al aprendizaje del Amor y del Perdón.

A partir de ese momento, el Proyecto de Dios y la Creación fueron recreadas. San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Arcángel se comprometieron a llegar a la humanidad, para prepararla para ese gran acontecimiento del Nacimiento de Cristo.

El Hijo del Padre, portador del Amor-Sabiduría, llegó como un Sol, más brillante que todos los soles, trayendo en Su Esencia y Divinidad la experiencia que la humanidad debería vivir, por medio de Su Nacimiento, de Su Vida pública y de Su Muerte.

Hasta los espíritus más caídos de este planeta, durante la existencia de Cristo sobre esta humanidad, aprendieron y vivieron la redención, el perdón de los errores. Y así se cerró un ciclo.

Por eso Judas, el antiguo apóstol, fue el antes y el después para esta humanidad y este planeta. Fue él quien se ofreció, en su más grande ignorancia e indiferencia, a recrear esta Creación. Así, como parte de la condición humana, llevó al mundo a la escuela del perdón y de la reconciliación. Y aunque el destino de Judas no fue muy bueno, su Maestro y Señor, a pesar de que supiera de su traición, lo perdonó, al igual que su Madre María.

¿Por qué hoy les cuento esta historia?

Porque la humanidad todavía no sabe de la esencia de Mi Evangelio y de Mi Existencia en esta humanidad.

Desde la Rebelión hasta el presente, muchos errores se siguen cometiendo. Por eso es tan importante la manifestación de la Obra de la Misericordia en todas las naciones y en todos los pueblos. Esta es la última tabla de salvación que les entrega Dios, para todas las criaturas de este mundo.

Una parte de la humanidad fue redimida durante el tiempo de la Presencia del Señor. Pero otra parte aún no fue redimida, que es esta última civilización del fin del tiempo, que tiene el chance de vivir la redención y el perdón.

Del Silencio de Dios surgió la Fuente del Amor-Sabiduría, la que a través de los tiempos y de los ciclos fue descendiendo de plano en plano, hasta llegar aquí, con el Nacimiento del Mesías y Redentor.

La humanidad necesitaba tener encarnado el propio Amor-Sabiduría, para que lo pudiera comprender, sentir y vivir. De lo contrario, no hubiera sido posible la redención de los espíritus más resistentes que cometieron errores, en tiempos anteriores.

Aún este planeta y esta humanidad son la escuela escogida para la expresión del Amor-Sabiduría entre los seres y las almas. Hasta que Nuevos Cristos no surjan en el fin de estos tiempos, esa escuela de Amor-Sabiduría, de perdón y de redención, estará abierta, para que las almas la puedan vivir y puedan aprender cómo amar cada día más, sin condiciones, así como amó su Maestro y Señor, los mayores ultrajes, las temibles indiferencias, los grandes errores de toda esta raza, aún no redimida.

Aún les cuento esto, compañeros, porque veo en sus corazones el potencial de un Cristo del Nuevo Tiempo, que debe animarse a no ser nada más para sí, sino todo en donación por los demás, y sin condiciones.

A través de estos últimos tiempos, los he llevado de la mano a la experiencia en la escuela del Amor-Sabiduría. Y así como lo fue en el antiguo Oriente, en este tiempo Mi gran deseo y aspiración, es que en Occidente surja una raza de Nuevos Cristos; de seres abiertos de corazón, de almas en donación; de espíritus incansables al servicio del Plan del Creador.

Los Cristos del Nuevo Tiempo, que surgirán de diferentes religiones y caminos, y que se encontrarán en un mismo estado de consciencia y de vibración, son los últimos santos de los últimos días, que prepararán el Retorno de Cristo para el momento más difícil de la humanidad, que ya se aproxima.

Ustedes son parte de la transición de ese acontecimiento. Su historia de redención y de amor está siendo escrita en los Libros de Amor de los Señores de las Vestiduras Blancas. Si esta historia se concreta y finaliza, un importante acontecimiento sucederá, para que más consciencias puedan ser partícipes del Retorno de Cristo y podrá ser evitado que esas consciencias sean trasladadas hacia otras moradas.

Deseo que con su corazón ardiente, que he visto durante esta Maratón, ese ardiente amor que los lleva a encontrar el Amor-Sabiduría, pueda permanecer en ustedes, sobre todo en este ciclo, en donde las pruebas serán más grandes y los desafíos serán más inalcanzables. Pero quien esté en el Amor-Sabiduría, estará en Mí y Mi Padre estará en ustedes, para que siempre los conduzca por el camino de la Verdad y del Amor.

Hay muchas cosas que la humanidad no sabe del Universo ni de la Divina Existencia. Hoy solo les he contado menos del uno por ciento. Imaginen entonces, compañeros, cuánta historia está escrita en los Espejos de Dios y en toda la Fuente de donde surge la vida de las esencias, de las almas y de los espíritus encarnados en este y en otros mundos.

Ya no piensen que esta Tierra, que este planeta, es el único que está vivo, con una humanidad. Abran sus consciencias a lo infinito del Universo y vean que dentro de él existe mucha más vida de lo que parece; que existen consciencias que los aman y que ustedes desconocen que sirven al Proyecto de Dios silenciosamente, para que la Creación, y en este caso los universos, se mantengan en perfecto equilibrio y armonía.

Los invito, con ánimo de alegría y de motivación, a penetrar en las Leyes del Universo, en aquello que es intangible y cósmico. Así, algún día podrán tener la sabiduría y la comprensión de que todo forma parte de una Jerarquía.

En este tiempo compañeros, la obediencia será impredecible. La obediencia también será una escuela para Mis apóstoles, porque será la forma de permanecer en la Luz, o lejos de ella.

La obediencia a Dios y a Su Plan, no son restricciones ni reglas, tampoco lamentaciones ni resistencias. A partir de que uno de los Padres Creadores desobedeció a Dios, decretó en este Universo la prueba de la desobediencia en todas las criaturas, no importando su evolución o despertar. Ustedes, con su compromiso y adhesión a Mi Corazón Misericordioso, deben ayudarme a vencer definitivamente esta dualidad, para que este Universo local viva el ciclo, el ciclo que le espera, de ser recreado como el Padre lo piensa en Su Silencio interno.

Por eso retornaré al mundo, en Gloria, Luz y Potestad. Y nadie podrá escapar a ese acontecimiento tan importante, en donde leyes, puertas y energías sublimes serán movidas, para que el Hijo Solar retorne a esta humanidad.

Cada cumplimiento del Plan y su etapa, es vital. Por eso la importancia de cumplir con Mis pedidos y con la convocatoria de la Jerarquía Celeste. Eso testimoniará al Padre que es posible llevar adelante Su Aspiración Cósmica, no solo en este planeta, sino en el Universo.

Y cuando el Retorno de Mi Glorificado Corazón se concrete, muchas cosas se terminarán. Y como he dicho, no quedará piedra sobre piedra, sino corazones triunfantes.

Cada detalle, cada acto de amor, cada oración, así como cada caridad que ofrezcan, construye el Plan del Padre en esta humanidad y activa pulsantemente a los Cristos del Nuevo Tiempo.

Mi Propósito, amados Míos, es hacer un corte en el tiempo y en el espacio de la historia de este Universo, para que sea purificado, transmutado y liberado. Y que a partir de Mi regreso al mundo por segunda vez, se reescriba finalmente la historia de la redención y el despertar de los Nuevos Cristos al Amor Crístico.

Mi Corazón se aflige por aquellos que no pudieron seguir Mi Propósito y que hoy no pueden escuchar este mensaje, en donde les he revelado, con total apertura, una pequeña parte de la historia de esta Creación, de esta vida infinita que los llama para la elevación de la consciencia, para que todas las razas, todos los pueblos y todo este planeta, se eleven de plano y de liberación y formen parte de la Confraternidad.

Vengo a decir esto fuera de Mi Iglesia, que está extendida por toda esta Tierra, para que muchos más corazones, independientemente de su religión o de su credo, puedan saber que Yo Soy el Amor-Sabiduría, que Soy más que Jesús. Soy el Unigénito, el Primogénito del Padre; el que fue anunciado por los labios del Arcángel Gabriel, para traer al mundo la redención y la misericordia de todas las criaturas.

Hoy, como Profeta y Pastor de nuestro Altísimo Padre del Universo, vengo a extender la historia del Apocalipsis. Vengo a extender lo que ha escrito Juan en el libro del Apocalipsis, porque a medida de que los Cristos despierten y se confirmen, la historia cambia, y la posibilidades de redención en las almas es visible y se concreta.

Yo los invito, compañeros, a persistir en este nuevo tiempo que llega, a soportar los embates, a transmutar las interferencias y a sufrir con valentía las disociaciones y las pruebas, sabiendo que Mi Mano poderosa e invencible, que Mi Rayo glorificado, estarán extendidos hacia ustedes, para siempre salvaguardarlos, y ayudarlos delante de cada prueba.

Para que la humanidad sea merecedora de una nueva oportunidad, grupos de almas en diversas partes del mundo, se ofrecerán a sostener, junto Conmigo, a esta humanidad, a fin de que al menos una cuarta parte de ella se redima y sea la que repoblará la Nueva Tierra y vivirá el principio de una nueva y fraterna humanidad.

Mientras tanto, no dejen de sostener con sus manos la Espada de Fuego que les ha dado el Arcángel Miguel, para que en las batallas sus oraciones sean las grandes vencedoras contra el mal y todo lo que disocia a la mente humana.

Que su Escudo Protector, entregado por el Arcángel Rafael, sea la fe, la que moverá los acontecimientos y generará oportunidades inexplicables en las consciencias, que ni siquiera hoy se imaginan.

Que su Casco de Luz, entregado por el Arcángel Gabriel, sea la protección de su sabiduría y de su discernimiento, para que siempre sepan qué hacer y en dónde estar, cuando la Jerarquía los convoque a la gran misión.

Con todos estos testimonios de la Creación, vengo a bendecir a los que hoy se sacramentarán, sabiendo que por detrás de cada Sacramento aún se encuentra un misterio que no fue develado. Por eso, quien vive un Sacramento con total apertura del corazón, develará ese misterio y penetrará en la esencia de la Divina Existencia.


Padre Altísimo, Creador de todo lo que existe, Te pido, en el nombre de Tu Amor-Sabiduría y de Tu Gracia, que bendigas todos estos elementos, para que sirvan de gozo y de plenitud a las almas que claman por la Redención. Amén.

Padre Altísimo, Soberano de la Misericordia, concede, por medio del Sacrificio de Tu Hijo, la reparación por los pecados cometidos contra Tu Divino Corazón y Tu Plan de Amor para este planeta. Que las almas que se sirvan de este Sacramento vivifiquen el Amor-Sabiduría de Tu Amado Hijo, Jesucristo. Amén.


Siéntanse en este momento chispas de Luz del Padre, y ya no más seres miserables, sino espíritus que pueden, en Cristo y por Cristo, irradiar amor a todo lo que existe y a todo lo que vibra, buscando como aspiración traer la cura, el amor y el perdón para este planeta y su humanidad.

Siempre Me alegro cuando puedo volver a Aurora, porque aquí Yo puedo decir al mundo lo que siempre quiero decir, y no debo cuidarme de lo que debo pronunciar para las almas y su despertar.

Aurora es esa Luz que brotó de la Fuente de los Padres Creadores; la misma Fuente que manifestó la Segunda y Tercera Persona de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo.

Entonces, hermanos Míos, están ante un gran misterio, lleno de amor y de sabiduría. Aurora es esa Luz que los lleva a la reconciliación y a la cura interior, y que los hace seres libres, para siempre.

Cuando quieran encontrar Mi Perdón, vengan aquí, a Aurora, que Yo los esperaré. Y cuando no puedan venir, se coliguen con Aurora, y así, se coligarán Conmigo plenamente.

Agradezco en esta noche el ofrecimiento de todas sus oraciones y de todas sus canciones. Me ha llenado de gozo la voz consoladora de las almas que persisten en el camino de la consagración.

Que sus voces, algún día, sean consoladoras para este mundo, que sufre y está enfermo.

Que sus voces nunca se cansen de proclamar el Nombre del Señor, porque así, el Señor estará con ustedes y entre ustedes, trayéndoles la Vida Divina.

Recójanse en el Silencio de Dios y todo será curado. Comulguen de Su Silencio Divino y todo será comprendido, a pesar de que haya sido injusto.

No sufran más.

No padezcan más y no retrocedan más.

Sigan Mis Pasos, contemplen Mis huellas, porque hacia donde Yo los conduzco, nadie podrá conducirlos. Hacia donde Yo los llevaré, nadie podrá llevarlos.

Yo nací de la Fuente del Amor-Sabiduría de Dios, para que ustedes, como almas, vivieran el verdadero Amor.

Que se escuche la voz consoladora de las almas y que en las almas se puedan cicatrizar las heridas más profundas, a fin de que se establezca el Amor del Padre en los corazones.

Yo los bendigo, hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por responder a Mi convocatoria. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 50ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Repitamos:

Ven, Humildad de Dios 
y fortalece mi vida.
Ven, Humildad de Dios
y hazme nada en Tu Esencia Divina.
Amén.

        Y ahora, a pedido de Cristo, la haremos juntos.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo con todos los Rayos de Mi Gloria hacia ustedes, Rayos más brillantes y dorados que todo este altar, que todos los soles que existen en el Universo; más brillantes que todas las estrellas, que toda la vida y que toda la esencia.

Esta es la Humildad de Dios en Mi Corazón, que hace posible lo imposible, que convierte el pecado en amor y que disuelve el error por medio de la Divina Misericordia.

Estos son los Rayos de la Divina Humildad de Dios, que los formarán, que los fortalecerán y que los animarán a seguir, en estos tiempos, el camino del apostolado que hoy les indico, al cual se han ofrecido por medio de sus intenciones en esta simple cesta.

Vengo a traerles el Don de la Humildad de Dios, el que ha permitido toda la existencia; porque en la Humildad de Dios está el amor y en el amor está la Sagrada Unidad, que es la Fuente de expresión de todas las cosas.

Vengo con Mi Corazón resplandeciente en este día, sintiendo el gozo profundo de sus almas por estar abriéndome los caminos para que Yo los pueda recorrer, junto a ustedes, en esta sagrada misión planetaria.

Vengo a entregar el Don de la Divina Humildad de Dios a todas las almas, especialmente a las buscadoras de la Verdad, a aquellas que aún no se sienten plenas en el Señor.

Hoy vengo a pedirles, amados compañeros, que no miren más sus errores; que miren en ustedes las virtudes, las santas virtudes de la transformación interior, no para vanagloriarse ni tampoco para engrandecerse.

El Don de la Divina Humildad de Dios les permitirá realizar Mi Obra y cumplirla en cada etapa, así como lo tiene previsto Mi Sagrado Corazón.

En esta Sagrada Humildad de Dios, en esta Divina Humildad del Padre, se encuentra la renovación de sus vidas.

Porque si viven en la Humildad de Dios mientras estén en esta superficie del planeta y ante estos tiempos caóticos, nada más importará.

Que sus corazones y vidas puedan ser fuentes e instrumentos de esa Divina Humildad.

Hoy, he decidido venir antes del tiempo previsto, porque la Gracia Me lo ha permitido y porque sus corazones aspiraron a encontrarme en su interior, pleno y vivo.

Los invito, compañeros, a buscar, en estos tiempos, la Divina Humildad de Dios.

Recuerden que, en el día de ayer, Yo les dije que depositaría en sus manos Mis Designios; este es el primero y el fundamental, porque en la Divina Humildad de Dios siempre encontrarán la salida ante las dificultades y todas las pruebas que puedan atravesar y vivir en este tiempo.

Los animo a no tener miedo, sino a fortalecer su confianza en Mi Corazón misericordioso.

Estoy viendo en sus vidas, finalmente, las Virtudes de Dios, el espíritu de la realización de Mi Obra en las almas más imperfectas de este planeta y en los espíritus que estuvieron muy lejos de Dios, hace mucho tiempo.

Por eso, les vengo a demostrar que es posible vivir en la Divina Humildad de Dios. Eso siempre los unificará como hermanos y Mi adversario no colocará su mano para intentar destruir Mis Planes en ustedes.

Ya han construido en ustedes, en estos últimos cincuenta encuentros, el Don de la Fortaleza, que los lleva siempre a tener más sabiduría en el momento de tomar decisiones importantes en sus vidas.

Un ejemplo de todo esto son los Adoradores de Mi Santísimo Cuerpo Eucarístico.

Vean cómo Yo no he hecho nada, sino cómo ustedes lo hicieron todo por medio de su constancia, de su perseverancia, de su fe; superando obstáculos, internos y externos; superando barreras, límites y todas las perturbaciones posibles, para poder finalmente unirse a Mí en la Sagrada Fuente de la Eucaristía de Mi Corazón.

Es así, que hoy vengo como Sacerdote Mayor, para celebrar este momento con cada uno de ustedes, por la humanidad, por todos los pueblos y todas las razas, por todas las naciones del mundo; más aún por aquellos que están lejos de Dios, en su profunda oscuridad.

Hoy, quiero que sus corazones sean relicarios, que se conviertan en tabernáculos, para que Yo pueda depositar la Eucaristía de Mi Corazón en la más perfecta unidad con sus esencias.

Vengo así, a tejer, simbólicamente, con hilos de oro, desde Mi Corazón hacia cada uno de sus corazones; trayéndoles los Dones del Espíritu Santo, que se han mostrado verdaderamente en sus almas, en cada grupo de oración y en cada grupo de servicio, que sostiene, perpetuamente, Mi estandarte de la Paz.

Vendrán tempestades, la Tierra temblará, el universo gritará y se escucharán cosas espantosas, pero les pido que, en este encuentro número cincuenta, sus corazones no vacilen, sino que pongan en práctica las virtudes espirituales que han adquirido por medio de la oración, de la comunión y de la Adoración a Mi Sagrado Corazón. Eso los hará invencibles, a pesar de cualquier locura. Eso los hará fuertes, a pesar de cualquier embate.

Aunque Cielo y Tierra pasen, Mis Palabras se perpetuarán en aquellos que han creído en ellas, porque serán victoriosos como es victorioso Su Rey del Universo y cada esencia divina que vibra en este universo sideral.

Vengo a darles fuerza, coraje, valentía, entusiasmo y una inextinguible motivación para los tiempos difíciles que llegarán.

No puedo negarles los tres días de oscuridad. Ustedes deberán ser Mi Luz en el mundo, más brillante que el Sol y que todas las estrellas porque así, serán faroles en el mundo que iluminarán en la noche a todas las esencias caídas y a los ángeles del universo que vendrán en auxilio de la humanidad para retirarla de su abismo y de su derrota.

Enviaré, entonces, al Arcángel Rafael para que Él los cure, todavía en este tiempo que resta.

Enviaré al Arcángel Gabriel para que en sus mundos internos se anuncie la Palabra de Dios y sepan estar, actuar y proceder en donde Yo lo necesite.

Enviaré al Arcángel Miguel para que sus almas se conviertan en una luminosa espada que cortará las tempestades, disolverá los abismos e iluminará los caminos de los que están en tribulación.

Por eso, Mi Madre Santísima se anuncia en este tiempo para dar el mensaje de Mi Retorno.

La última fase que vivirá la humanidad será un servicio mayor y exigente, hasta que todo suceda.

Esa será la hora de que se refugien en Mi Corazón, para que el Señor, el Todopoderoso, los ampare y los guarde de todo mal.

Pero les pediré una última cosa en ese momento, que oren por los que permanecerán en la oscuridad y que partirán de este mundo en tinieblas, porque han buscado ese destino para sus vidas.

Nadie podrá salvarse del Juicio Universal. Será necesario pasar por eso porque de lo contrario no podrá existir una Nueva Humanidad.

Yo los preparo para que sean parte de esa Nueva Humanidad, para que crean que podrán serlo por encima de todas las cosas y, principalmente, para que dejen de sentirse como estrellas caídas porque ahora ya son estrellas redimidas por la Gloria de Mi Corazón.

Acepten entonces, en esta tarde, esta Comunión Conmigo para que podamos prepararnos para ese próximo tiempo con total consciencia y discernimiento.

Hoy vengo a oficiar, a través de los Sacerdotes, estos sagrados Sacramentos que servirán de impulso espiritual para las almas, de cura y de renovación para todos los que los vivan interiormente.

Hoy no quiero hablarles del mal que hace el mundo, por mayor que sea. Hoy quiero quedarme en el regocijo de sus corazones al haber confiado en Mi santa Palabra; por más que no Me vean, por más que no realice grandes fenómenos o milagros ante ustedes, porque el verdadero milagro es la conversión y la redención de sus corazones; así se cumplirá Mi Voluntad.

Celebremos entonces, hijos de Mi Padre, esta coyuntura especial en la que Mi Corazón es el Portal hacia el Cielo para cada uno de ustedes, el Cielo atraviesa Mi Corazón para llegar hasta aquí y unirse a sus almas.

Entremos, entonces, en el júbilo de Mi Reino Celestial, en donde he preparado una morada para cada uno de ustedes, después de esta vida.

¿Aceptan esa Morada de Dios?

¿Aceptan ir Conmigo al Paraíso?

Entonces Mi Obra se cumplirá aún más, contaré con ustedes, paso a paso, en todo lo que necesite para realizar el Proyecto Redentor.

En esta tarde, sientan el gozo de estar Conmigo y, a través de esta unión, disuelvan el mal de la humanidad.

Ustedes son almas al servicio del Padre, vivan en el espíritu de Su Santa Humildad y la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos.

Ahora consagraré los elementos y también a los que hoy se consagrarán, después de haber vivido este ejercicio de Adoración, a Mi Corazón Eucarístico y Divino.

Que este ejercicio se cumpla hasta el fin de sus vidas, para que más almas sientan el magnetismo de vivir, como ustedes, la sagrada Adoración, trayendo el Universo de Dios a la Tierra con una simple mirada a Mi Eucarístico Corazón, lleno de bondad, de Misericordia y de un profundo amor que he sentido de ustedes en muchos momentos.

Esto es lo que Me hace retornar aquí, porque ya no sería posible por todo lo que hace el mundo y su humanidad, por todo lo que promueve esta raza de superficie en la Creación y en los Reinos de la Naturaleza.

Finalmente, compañeros, con Mi Mano sobre Mi Corazón, puedo decir que ustedes ya son parte de Mis Manos y de Mis Pies, y Yo Soy en ustedes, en esta Obra de redención planetaria, por medio de los grupos de oración, de los peregrinos y de los miembros que forman parte de Mi Red-Luz universal.

Brillen como soles todo el tiempo.

Brillen como almas y como esencias, y sus dificultades se disolverán.

Brillen como han brillado los Adoradores y sigan haciéndolo para que Me superen en el Amor y en todo lo que Yo he vivido por ustedes durante Mi Sagrada Pasión, porque creo que es posible que Me puedan superar en el Amor.

En el Nombre de Mi Padre, ¡aleluya!

No seguiré emanando más Amor porque podrían ahogarse.

Soy exigente, pero amo todo lo que contemplo, todo lo que busco y a quien llamo para servirme.

Celebremos esta alianza entre el Cielo y la Tierra. Celebremos esta alianza entre Dios y Sus pacificadores a fin de que exista un mayor tiempo de paz en este planeta.

Ahora, para que los ángeles transubstancien los elementos entonaremos el cántico Aleluya, así como lo han entonado con el gozo de sus corazones ante Mi Presencia sacerdotal. Los escucho.

Me siento feliz cuando las almas se consagran y el Plan de Mi Padre se realiza y se manifiesta en las cosas más simples y humildes. Este es el fiel ejemplo de que siempre allí, encontrarán el Reino de Dios.

Todos pueden ser Adoradores de Mi Corazón siguiendo los principios de la Orden que Yo he fundado, en estricta obediencia. Eso testimonia que Yo estoy aquí presente, obrando y trabajando por medio de sus corazones y vidas. Esto es lo que hará siempre que Mi Obra en la humanidad sea eterna.

Les agradezco ante la presencia de los ángeles y de los coros de Dios.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Antes de irme de aquí, también quiero que glorifiquen este momento por medio de una simple canción para que, a través de ella, Yo pueda hacer llover mucho más amor en el mundo.

Les agradezco.

Canción: Lluvia de Amor.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 49.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Muestro, en los planos internos, Mi experiencia de la Pasión, porque necesito que las fuerzas más contrarias de este planeta aprendan a redimirse y a convertirse en Luz. Y aunque esto parezca imposible para el mundo, cuando el Cetro de Dios sea tomado por Mi Mano y su Maestro descienda al mundo, terminará la oscuridad.

Ya no verán más rostros con lágrimas, ni personas en sufrimiento, porque el planeta ya se habrá purificado, ya habrá pasado por la última fase, la más aguda para la humanidad. Y así verán en el Cielo las señales que otras veces les he revelado; señales que indicarán un nuevo tiempo para el despertar de una nueva consciencia.

El Nuevo Testamento se cumplirá, porque en estos tiempos Yo he reescrito la historia en las almas que Me escuchan, en los corazones que están en Mí en solemnidad, en los espíritus que Me adoran perpetuamente.

El Arcángel Gabriel vendrá, trayendo las Tablas de la Ley; y así, lo que nunca ha conocido la humanidad, será revelado al mundo: son las Tablas de Dios, las Leyes eternas que se viven en Su Universo Celestial.

Ese será el momento en el que el mundo entrará en juicio y su Maestro y Pastor presenciará este acontecimiento.

Pero de un lugar muy desconocido vendrá la Mujer vestida de Sol, trayendo debajo de Su manto millones de estrellas caídas, las cuales, como esencias, depositará a los Pies del Creador.

Y ante los Santos Arcángeles, en un cierto momento, verán una señal muy fuerte, como cientos de tormentas juntas, que explotan en los Cielos para emanar la Luz.

Este será San Miguel Arcángel, quien enterrará Su Espada de Luz en el planeta, quemando las últimas entrañas de la perdición; y todo lo que fue su rival será vencido por el testimonio de Su Infinito Amor a la Fuente Suprema.

En ese tiempo, las almas ya no se sentirán perdidas, ni tampoco con falta de guía, porque su Rey estará aquí para encomendarles nuevos desafíos, para cumplir nuevas metas, para manifestar la Nueva Humanidad, que estará llena de gratitudes, que será vivificada por el Amor, el Amor que siempre ha vencido a través de todos los tiempos.

Y la Mujer vestida de Sol intercederá por última vez, después de haber escapado, al desierto, de la gran bestia que busca a Sus hijos.

Pero el tenebroso se confundirá, porque sus estrellas caídas, las últimas estrellas rescatadas, se volverán parte de Su Corona de Luz, de la Corona de Luz de la Gran Señora de todos los tiempos.

Esa Corona iluminará al planeta, iluminará a las naciones, colmará de Gracia a los espíritus que nunca recibieron una oportunidad.

Su Maestro también será testigo de esto. Él escribirá con Su propia Mano en el Libro de Dios este gran acontecimiento, en donde la Dama de la Luz habrá triunfado sobre el mal.

Los que han sido marcados por el Sello de Dios serán reconocidos en este próximo tiempo y muchos no creerán que esto es posible. Por eso, el Hijo del Hombre viene de nuevo a su encuentro, para gestar en las esencias este momento, momento que es inmaterial y que se volverá material en todo este mundo.

Cuando el Arcángel Gabriel llegue con las Tablas de la Ley, muchas cosas terminarán y los que han vivido el martirio de los tiempos, serán liberados de su cautiverio.

Ya no habrá hombre o mujer en este mundo que pueda gobernar el planeta, porque el Todopoderoso se mostrará a través de la Resplandecencia de Su Divino Hijo.

Todas las culturas y los pueblos lo reconocerán, porque sabrán que Él proviene de la Fuente del Amor, de donde todo ha surgido y comenzado.

Por eso, están siendo sacramentados en este tiempo. No piensen que un Sacramento es un sacramento más, porque si sus hermanos lo viven, también ustedes lo estarán viviendo.

Los invito a entrar en Comunión eterna, para poder comprender el Conocimiento Divino.

Éstas ya son Mis últimas Palabras para el mundo, Mi tarea está finalizando, y cuando ella finalice, deberán entrar en vigilia, porque a partir de allí, todo sucederá.

Hoy les estoy diciendo esto, de verdad, no para que teman, sino para que crezcan en consciencia y siempre, siempre salgan de sí. Y así podrán ver cuál es la verdadera realidad.

Muchos vendrán a golpear a sus puertas de diversas formas, para preguntar ¿qué es lo que han vivido aquí? Algunos buscarán auxilio y otros buscarán hacerles perder la fe que viven en Mí.

Ese será el momento en donde el mundo estará en prueba, y si Juan, el que Me bautizó en el río Jordán, dio su cabeza por Mí, ¿quién la dará ahora por Mí?

Mi Proyecto en este tiempo es osado, pero Mi Victoria es desconocida por Mi eterno rival.

Vengo a hacer de sus vidas una nueva morada, para que puedan estar fortalecidos. Y aunque a veces sientan que muchas veces he dicho estas palabras, pregúntense a sí mismos si en verdad las han escuchado con atención. Yo vengo a repetir lo que la humanidad aún no ha aprendido, porque es necesario crecer interiormente, para ser un soldado de la Luz en el fin de los tiempos.

No piensen ahora quién dará la cabeza por Mí, porque no dejaré que eso suceda. Ya mucha sangre corre en este mundo a través de las guerras y muchos inocentes padecen todas las cosas inimaginables de los que quieren gobernar.

Yo les traigo el verdadero Gobierno del Universo, el que está lejos de la mentira y del engaño, de la ilusión o de la apariencia, del materialismo y de la impunidad.

Yo quisiera que pudieran entrar en este Gobierno Universal, el que está formado por muchas Consciencias de la Luz.

Ha llegado el momento para que en este mes de agosto, ingresen en el ámbito de la Hermandad y que sus vidas, en la superficie de esta Tierra, sean espejos de los Centros de Amor, de todas las islas de salvación que iré activando en el fin de estos tiempos.

Por eso, todo lo que vivan ofrézcanlo a Mí, como un sacrificio, como una oportunidad de madurar en el amor y de expandir la consciencia, más allá de las estrellas.

No quisiera que salgan de aquí distraídos, sintiendo y pensando lo mismo, sino creciendo en la Verdad que los hará libres, así como la humanidad necesita estar libre de su propia enfermedad espiritual.

Vengo a darles la cura que necesitan, pero también vengo a ofrecerles la entrega que necesitan, porque eso los hará más misericordiosos, plenos en la Unidad y en la Gracia.

No todos estarán cuando el Juicio Universal acontezca. Eso no significa que demore, porque los primeros pasos de ese Juicio ya comenzaron. Pero, sí, todos serán llamados, independientemente del lugar en donde se encuentren, o el plano de consciencia en que habiten.

Todos, absolutamente todos, serán llamados por Mí; los creyentes y los no creyentes, los ateos, los humildes, los pacificadores y también los que han engañado, a través de los tiempos, a esta humanidad.

Gabriel Arcángel los llamará a todos y Miguel Arcángel ordenará las filas de este Juicio Universal. A través de Su espada y de la emanación de Su Luz, indicará a los diferentes contingentes en donde deberán estar, para declarar ante el Universo.

En ese momento, será la amorosa Justicia Divina la que actuará y nadie1, nadie escapará de esa Justicia.

Dichosos serán los que hayan seguido a la Dama de la Luz, porque estarán en los caminos correctos, en los senderos que los llevarán al Reino de Dios.

El último que será llamado es el padre que ha caído, uno de los doce arcángeles, pero la Tierra en ese momento estará un poco más elevada; cosas inimaginables se verán, porque es su propio infierno, el que se verá en la superficie.

El planeta estará en un fuego oro rubí, mil veces más que un atardecer. Eso llamará la atención de la humanidad, porque todos ya sabrán que estarán siendo juzgados, no como un castigo, sino como una oportunidad de cambiar, y de vivir nuevas instrucciones, en otros puntos del Universo.

Sé que no todos comprenden lo que hoy estoy diciendo.

Para que puedan comprender lo que les digo, a través de tantos símbolos, repasen Mis Palabras cuantas veces sea necesario, porque recuerden que Mis Palabras no se desperdician y si ellas se pierden de ustedes, es porque no están atentos, para poder crecer en consciencia.

Les confieso que cuento con una sola Mano los que leen todos Mis Mensajes.

No estoy reclamando su falta de amor a Mi eterno Plan, a la Instrucción Divina y al Sagrado Conocimiento. Lo más importante para Mí es que sus corazones crezcan y se expandan en el Amor, así como hoy lo han demostrado, trayendo al mundo la esperanza.

No se sientan juzgados. Soy el Señor de la Divina Misericordia y en Mis Palabras está la Misericordia, por más directas que parezcan.

Abro Mi Corazón de Luz en esta tarde de este mes de agosto, para revelarles los Misterios que están muy distantes de las almas, muy lejos de la verdadera consciencia. Pero sus oraciones han permitido esto.

Después de cuarenta y nueve encuentros, hoy les puedo decir todas estas cosas, porque sus corazones están más blandos, más flexibles, para escuchar la Palabra de su Señor. Si Yo les hubiera dicho esto en la primera Maratón de la Divina Misericordia, ya me hubieran dejado atrás, o habrían pensado que todo esto era una gran mentira.

Vean, a través de Mi Presencia, la Presencia de Dios, la Paciencia del Padre, el Amor del Hijo y la Sabiduría del Espíritu Santo.

Ustedes tienen la llave, a través de la oración, para cambiar el mundo. Por eso Mi Santa Madre, a través de los tiempos, les ha repetido: oren con el corazón y no se cansen de hacerlo, porque si oran, no se equivocarán ni tampoco saldrán de la Ley, así como sale el mundo todos los días, abandonando el Amor del Universo y la Misericordia del Padre.

Sus corazones misioneros ya están listos para saber la Verdad y saber, con consciencia, difundirla, sin alterar Mis Palabras, sin modificar Mi Mensaje, porque podría ser letal.

Escojo cada palabra con amor, para poder pronunciarla a Mis compañeros. Porque cada palabra que sale de Mis Labios es Agua Viva.

Si Yo vengo de la Fuente, ustedes deben saciarse a través de Mí, no porque Yo sea mejor que ustedes.

Yo Soy el Gran Esclavo de Dios, aquel que se ha entregado para redimir al mundo.

Yo Soy Jesús, el Nazareno, pero también Soy el Cristo Universal.

Mi Consciencia se ha elevado al Padre para que en el fin de estos tiempos, Yo pueda elevar a la humanidad de su desvío permanente.

Sientan gozo con todo lo que les digo, porque están despertando a una realidad que es desconocida por la mayoría del mundo.

Vengo así, a entregarles a través de estas palabras, las revelaciones del Cristo Glorificado para el fin de estos tiempos.

Recuerden que ustedes firmaron el compromiso de estar aquí, en este tiempo, y en esta humanidad, viviendo esta transición de todo el planeta.

De ustedes podrá surgir la posibilidad de cambiarlo todo.

De ustedes podrá surgir la Gracia de poder amar más allá de lo que ama este mundo, así como ama el Padre.

A través de Mis Llagas, vengo a dejar las señales para los últimos tiempos.

A través de Mi Corazón, vengo a entregarles el símbolo para su despertar.

Nunca dejen de ser corazones sinceros, porque así estarán protegidos de ustedes mismos.

Sean como Mi Corazón sincero que viene, en este tiempo, para transformarlo todo, para hacer de esta humanidad una civilización rescatable de las más profundas miserias, de los más extensos abismos, en donde Mi Amor triunfará.

Quiero escuchar sus corazones sinceros a través de esta Gloria que está descendiendo, para que muchos más corazones despierten a la definición de estos tiempos, de estar en el amor, o en la indiferencia.

Quiero escuchar sus corazones sinceros, como si le cantaran a un niño que debe aprender a sobrevivir en estos tiempos.

Canten esta canción suavemente, mientras sus corazones se sinceran con el Mío; porque la gran definición está llegando para este mundo en llamas, en donde los pacificadores deberán alcanzar la meta para que se establezca el Reino de Dios.

Los escucho.

Nos ponemos de pie.

Ora por el mundo...

https://mensajerosdivinos.org/sites/default/files/eps_canticos_cj_mayo_2... canto No. 93

Desde lo más íntimo de Mi Corazón dejo la Paz para ustedes, para todo el mundo. Amén.

Que el Señor siempre los bendiga, los guarde y los haga felices en Su Reino Celestial.

Que sus pies estén libres para caminar hacia el futuro cercano, en donde los nuevos cristos repoblarán el Planeta. Que así sea.

Colocamos nuestras manos en señal de recepción.

Reciban de lo más sublime de Mi Consciencia los dones de la Luz, los que harán de los siervos de Cristo almas comprometidas con Mi Plan de Amor y de Redención.

Que esta Luz que hoy deposito sobre sus manos sea preciosamente cuidada.

Llamen por esta Luz cuando estén en prueba, o en algún conflicto, porque sepan que Mi Luz, es la Luz de Mi Padre, es el Amor de la Fuente para toda esta Creación.

Ahora, guárdenla.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por hoy estar Conmigo y por haber tenido coraje para escuchar Mis Revelaciones del fin de estos tiempos.

Recuerden ser celadores de Mis Palabras y de Mis Mensajes, porque las almas que más necesitan vendrán a su encuentro para buscar lo que ustedes encontraron. Vendrán con la esperanza de recuperar la paz, y esto es tarea de todos.

Les agradezco.

¡Gracias Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, te honramos Señor.

Vamos por última vez cantar Corazón Sincero ofreciendo en gratitud este cántico como una oración.

* Jesús ha bajado Sus Ojos, mira al suelo.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 48ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Escribe en tu corazón Mis Palabras y que ellas no desaparezcan, porque serán Palabras necesarias para los tiempos que vendrán.

Yo Soy tan semejante a esta Luz, que quien Me sigue nunca estará en tinieblas. Feliz será el que siga Mi Luz y la reconozca dentro de sí, porque no perderá la oportunidad de sentir el poder y la fuerza de Mi Amor.

Cuando Mi Luz está presente, no hay tinieblas. Los tenebrosos y los demonios caen a los infiernos, porque Mi Santo Padre, el Arcángel Miguel, los ha derrotado uno a uno. Es por eso que ahora no deben temer por nada, sino por no convertir a sus corazones; conversión que debe ser consecuente con Mi pedido, en este tiempo final, en el que todo se define dentro y fuera de los seres.

Quien busca esta Luz, no perecerá. Quien vive en Mi Luz será luz en las tinieblas en los tres días de oscuridad.

Mi Luz es la esencia del amor y Mi Amor es la esencia de la vida; la vida que Dios nos ha dado desde el principio, a todas Sus criaturas. Bellísima es Su Luz en el universo, porque es triunfadora y no se puede derrotar.

Verán moverse los infiernos. Sentirán la Tierra temblar. Podrán ver cosas espantosas en los tiempos que llegarán, pero sepan que será el momento de la gran definición y estará en ustedes la decisión y la libertad de hacerlo, porque necesito almas que resplandezcan ante Mi Llamado. Necesito guerreros que luchen contra cosas inmensas, contra las cuales nunca lucharon. Por eso, los integro a todos en Mi Luz, que es la Luz eterna de Dios; es la unidad, es la omnipresencia y la ciencia universal.

¡Ay! de aquellos que no entren en la Luz de Mi Corazón. ¿Cómo podrán persistir en estos tiempos agudos?

Yo vengo a dar algo al mundo, en lo que la mayoría no pone atención, sino en lo superficial y mezquino. Verán hombres y mujeres golpearse su pecho por no haberlo hecho, por no haber buscado Mi Luz, la Luz eterna del Creador.

Hasta la última gota de Mi Esencia está siendo entregada. Estoy dando cuenta ante Mi Padre por ustedes y por el mundo. No rechacen ni pierdan esta oportunidad, porque es de las últimas y en ustedes deberán estar vivos todos los tesoros, que mes a mes y de tiempo en tiempo, les he entregado a través de este simple encuentro de oración.

Es hora de que coloquen las llaves del Cielo sobre la mesa y que contemplen con gratitud las Gracias que Mi Padre les ha entregado a través de Mi Glorificado Corazón. Ustedes, si son Mis seguidores, tienen las llaves para abrir las nuevas puertas y no para cerrarlas a los que necesitan cruzar a la nueva vida, a la renovación y a la esperanza. Definan sus caminos, pues el tiempo se aproxima y los invito a ser parte de Mi Luz para que, estando ustedes en Mí, Yo pueda estar en ustedes en cada momento como en cada hora.

Y si Mi Luz está en ustedes, Mi enemigo no triunfará. Él no podrá derrotar a ninguna de Mis almas, a las que a través de los tiempos Yo he convocado para formar parte de los ejércitos del tiempo final, de la preparación del Retorno de vuestro Rey.

Beban de la Fuente de la Luz que hoy les traigo, pues en esencia es Adonai quien con inmensa Misericordia se está donando a sus espíritus, a sus almas y a sus consciencias, por los que no lo aceptan, por los que lo engañan y, especialmente, por los que no lo viven.

Los invito todo el tiempo a ser verdaderos, para que Mi Luz pueda estar en ustedes, porque nada les pertenece. Sus vidas son parte de un Proyecto original que se ha desvirtuado a través de los tiempos y de los siglos.

Vengo a completar, en esta hora, lo que no pude hacer hace dos mil años atrás, porque Mi Padre Me llamó y tuve que ascender a los Cielos para escucharlo, como un buen hijo escucha a su padre y se regocija por sus palabras de sabiduría y de amor.

Quisiera que, de la misma forma, Mis compañeros y Mis amigos, Mis servidores y Mis siervos, escucharan las Palabras de su Señor, de su Maestro, de su Pastor y de su Padre, como si fueran las últimas para esta última era, porque deberán dar testimonio de lo que han vivido Conmigo y podrán ser testigos o no de esta Verdad que Yo les traigo.

Hoy colocarán sus rostros frente a sus enemigos para testimoniar que Yo he estado aquí, en estos últimos años, con ustedes y con todos los que han acogido Mi Llamado en la humanidad.

Por eso, llegó la hora de comulgar no solo con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, que es el mayor regalo de Mi Amor y de Mi Sacrificio por el mundo, sino que llegó la hora de que se fundan en Mi Luz y que nunca más salgan de ella, para no perderse en la tribulación que vivirá este mundo y que enfrentará en estos tiempos.

Con toda la Gloria del Cielo les traigo esta Luz que no pertenece a nadie, sino solo a la Fuente Primordial, en donde reina la Unidad y el Amor en todas las criaturas. Que esta Luz resplandezca en los espacios oscuros. Que esta Luz destierre las insignias del mal. Que esta Luz triunfe en los corazones puros y que puedan nacer finalmente los Nuevos Cristos, los nuevos apóstoles, los pacificadores del Redentor.

Esta Luz, que hoy les traigo, proviene de un lugar profundo y sublime, de una dimensión de consciencia desconocida, desde donde su Señor y Maestro del Amor surgió, al igual que Su Santa y Virgen Madre, así como todos los arcángeles y los ángeles que existen en el Cielo y en los universos, y que alaban eternamente a Adonai.

Ustedes son hijos de esta Luz. Despierten, despierten a sus hermanos del hipnotismo mundial. Recuerden que son hijos de la Fuente y que son esencias que vienen aquí a vivir el principio de la redención y del perdón por todo lo que ha sucedido más allá de este plano.

Esta Luz de Mi Corazón les trae la Gracia. Esta Luz los bendice y los renueva, porque les trae la Misericordia y les concede la indulgencia a sus corazones que tanto lo necesitan en todo el mundo.

Si están alrededor de esta Luz, de la Luz de Mi Corazón, no tienen que temer. Difícil será la purificación de sus consciencias, la rendición de sus aspectos humanos y la liberación de sus atavismos. Pero quien está cerca de Mi Luz nunca perecerá, porque será contemplado por el universo al haber sido contemplado por el Hijo de Dios, que cree y tiene esperanza en una Nueva Humanidad curada y redimida de sus errores eternos.

Alcen a los Cielos y espiritualmente, la Luz que existe en sus corazones y esencias. Ofrezcan a Dios esta Luz como reparación y reconozcan que sin esa Luz no pueden hacer nada y nunca podrán ser guiados hasta la meta final.

Dignifiquen sus consciencias y reciban, a través de esta Luz, el bautismo del Espíritu Santo, que debe expandirse por el mundo para las almas que caen en los infiernos de esta superficie planetaria. Y aún más, les digo que esta Luz es concebida también por los ángeles del universo.

Hoy, a pedido de Mi Padre, detengo las acciones del mal en la humanidad y ya no dejaré que los inocentes sufran los ataques del infierno, porque Mi Luz, que es invencible, triunfará.

Dichosos serán los que crean en este misterio porque, tan solo por creer, estarán dentro de Mi Luz sin percibirlo; y en verdad les digo que comulgarán con Mi Corazón hasta el fin de los días, hasta que Me vean venir entre las nubes, en la Gloria de Dios.

Es así que en esta hora detengo la perdición de las almas, la agitación de los infiernos, la injusticia humana y el pecado en los hombres de superficie. Esta Luz concede, en este momento, una instancia de paz para los que más lo necesitan, para los que más sufren, para los que se desesperan y no han encontrado aún ninguna salida.

Hoy han comulgado con el Sacramento de Mi Luz, misterio que le estoy revelando a la Iglesia de la Tierra porque, más allá de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, pueden comulgar con Mi Luz, y así estarán comulgando con Mi Divinidad.

Escuchen ahora la oración de su Maestro, que se arrodilla ante los altares de Adonai, así como todos los ángeles del Cielo se postran ante la Fuente Primordial. Y de esa forma, con esta oración, ya bendeciré todos los elementos, porque mientras hablo, Mi Energía Divina, que es la Energía de Dios, magnetiza todas las cosas y las transforma en algo sagrado y en culto. Todo se transforma en una gran ceremonia cuando la Luz de Mi Corazón se proyecta en la humanidad.

“Escucha, Padre Eterno, la Voz de Tu Siervo, de Tu Esencia, de un inconmensurable Amor, que se postra ante Tu Trono para suplicarte, para convertir este momento en algo sagrado, puro e inmaculado.

A los Pies de los Padres Creadores, de los Arcángeles, suplicamos con los ángeles del Cielo por el surgimiento de una Nueva Humanidad libre de errores, libre de sufrimientos, libre de amarguras, libre de tristezas, libre de agonías, libre de incertidumbres, libre de fracasos.

Que Tu Divina Luz, Señor, que impregna y vive en todos los universos, descienda ahora sobre aquellos que escuchan Tu Sagrada Palabra, a través del amadísimo Verbo de Tu Hijo.

Que las almas siempre encuentren refugio en Mi Corazón para que Yo las pueda llevar hacia Ti y Tú, Padre, las tengas entre Tus Brazos para protegerlas y contemplarlas con la dulcísima mirada de Tu infinito Amor.

Así, Padre, a pedido de Tu Hijo, destierra lo que ocasiona la indiferencia. Ábrele los ojos a los que están ciegos espiritualmente. Hazte sentir como un Rayo poderoso en los corazones más cerrados, para que todos puedan vivir el resplandor de Tu Reino Celestial.

Prometo, Señor, hasta el fin de los días de este mundo, socorrer a Tus hijos de Tu Santa Justicia, para que todos puedan sumergirse en el océano de Mi Misericordia y así encuentren la paz, la esperanza de vivirte y de participar Contigo en eterna Comunión.

Envío ahora a los ejércitos angélicos para que colmen de Tu Luz toda la Tierra, y que los más pecadores puedan ser liberados de la perdición, para que también vivan en la Fuente de Tu Amor y de Tu Verdad.

Bendice, Señor, este momento con Tu eterna Luz y haz sumergir en Tu Fuente de Vida a Tus criaturas, a las que has concebido según Tu Divino Pensamiento y Tu Proyecto; porque así, con la entrega de Tu Hijo en la Cruz y con la cruz de los Nuevos Cristos, Mi eterno rival será vencido, porque su derrota está cerca. El triunfo de Tu Reino descenderá a la Tierra, la Nueva Humanidad nacerá y ya no será indiferente a Tus Palabras y Designios.

Cree, Padre, y observa con la mirada de Tu Amor lo que he hecho en Tus hijos a través de los tiempos.

Escucha las alabanzas de los santos.

Recibe la honra, Padre, de los bienaventurados.

Escucha, Padre, el canto de los ángeles, porque Tú siempre eres Nuestra Luz, Nuestra guía y Nuestra Verdad.

Ofrezco la Luz que has concebido en Mi Corazón, humilde y pobre, por aquellos que aún no Te viven y ni siquiera Te buscan. 

Señor, ten Misericordia y que ningún alma deje de poder encender su luz interior ante Tu Presencia, ante Tu omnipotencia y omnisciencia.

Que se cumpla, Señor, Tu Voluntad en los corazones que hoy la reciben y que sean conscientes por siempre de este sagrado compromiso con Tu eterno Corazón.

Hoy Te pido, Padre, que por Tu Gracia infinita y por Tu Amor mayor, sucumban los infiernos en sus infiernos y que cierres las puertas a la maldad, así como Te lo implora Tu Hijo, con todo lo que Tú has concebido en esencia, en vida y en divinidad, en Mi Sagrado Corazón.

Que Tus Rayos de Gracia lleguen a los que más lo necesitan.

Que Tú concedas la cura de las consciencias y que la alegría retorne a todos los que la perdieron por alguna causa.

Que Tus hijos, Señor, Tus criaturas, se animen a vivir en Tu Reino Celestial, porque Tu Paraíso se aproxima y al fin, Señor, al fin se cumplirán los mil años de paz.

Hoy se han elevado a Tu Reino las luces internas de Tus criaturas. Hoy Tus altares se encienden por esa Luz. Que Tu divina Luz, Señor, haga humildes, simples y mansos a los que siguen Mi Camino con fe, esperanza y confianza.

Se regocija Mi Corazón en Ti, Padre, así como Mi Corazón se regocijó, a pesar de todo, en el Huerto Getsemaní, al saber que este tiempo llegaría y que todos conocerían, a través de estos medios, el poder de Tus Palabras, el decreto que existe en los Cielos.

Que la Luz de Dios purifique a Tus hijos y que cada hijo, que proviene de Ti, cumpla con alegría, Tu Voluntad”.

Bautizo con esta Luz a todos los que Me han seguido a través de los tiempos e instituyo en este día, entre todos, la nueva Congregación de la Fe, bajo la guía de su Señor Jesucristo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que los pacificadores alcen sus voces a los Cielos, porque los oídos del Padre escucharán sus melodías. Que los pacificadores del Redentor se proclamen en los cuatro puntos de la Tierra, sin ningún temor de decir que son cristianos hasta el fin, hasta que su Maestro retorne para instaurar el nuevo tiempo en la humanidad.

Oremos al Padre con gratitud y regocijo.

Oración: Padre Celestial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de nuestro Señor vamos juntos a entonar “Pacificadores de Cristo Redentor” y vamos a invitar a nuestros hermanos de los Monasterios, de las Comunidades, a los grupos de la Red-Luz y a       todos los seres orantes de buena voluntad.

Ofrezcamos a Dios esta Luz que nos ha concedido en nuestro interior como un oferta de reparación y cura para la humanidad.

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 5, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Por los martirios soportados,
por los dolores transmutados,
por la victoriosa Misericordia alcanzada,
Cristo Redentor, libéranos de las amarras.
Amén.

Cierren sus ojos y sientan el amor de Mi Glorificado Corazón por las almas del mundo y, especialmente, por todas las almas perdidas.

Hoy les muestro en Mi Pecho, abriendo Mis Brazos y extendiendo Mis Manos, Mi Corazón Eucarístico y, debajo de Él, el Santo Cáliz del Señor, elementos sagrados, que a través del Pastor, junto a Sus ovejas, viene a renovar el misterio de la Cena Pascual.

Hoy, ante un mundo en tinieblas, en guerras y en destrucción, su amado Rey viene a renovar la Cena Pascual, para que sus corazones y almas, a través de este Sacramento, solo sientan el amor; amor que penetra en lo más profundo de la consciencia, llegando hasta las células y hasta los átomos de quien lo permite. Este es el verdadero misterio de la Santa Eucaristía, convertida en el Cuerpo y en la Sangre de su Señor.

Les pido que cierren sus ojos, para sentir las palabras del Amor de Dios, que vienen a sanar las heridas; que vienen a liberar las amarras; que vienen a renovarlos una vez más, porque el mundo lo necesita.

Hoy los invito compañeros, sacerdotes, madres y amigos, a compartir esta Cena Pascual Conmigo, con el fin de ejercer y de poder generar la reconciliación de todas las almas con Dios, con Su Divina Fuente de Gracias.

Hoy no estoy aquí con los doce apóstoles, como lo estuve en el pasado. Hoy vengo a cumplir Mi Promesa y vengo aquí, a este recinto sagrado, para estar entre las multitudes, para que todos sean partícipes de la renovación de esta Cena Pascual, concedida por obra y gracia del Espíritu Santo. Es este Santo Espíritu de Dios ha hecho aproximar a su Maestro y Señor, para que Él pudiera contemplar su fe y no sus pecados; para que Él pudiera reencender la llama de amor en todos los corazones que así lo acepten.

Este Corazón Eucarístico, que aquí hoy resplandece, viene a irradiar la paz para el mundo. Este es el mayor símbolo de unidad entre los hombres y Dios, entre el Cielo y la Tierra, entre los ángeles y las almas. Felices serán por siempre los que vienen aquí, a celebrar Conmigo la renovación de esta Cena Pascual.

Esta Comunión que hoy ofreceré para ustedes, brotará de lo más íntimo de Mi Espíritu. Por eso, compañeros, no pierdan la oportunidad y la Gracia de poder beber de este misterio de Amor que brota de Mi Corazón Eucarístico, hoy expuesto desde el Universo Celestial para todo el planeta, para todas las razas y para todos los pueblos del mundo.

Hoy llamo, en los planos internos, a todas las tribus de Israel, de Oriente a Occidente, desde el Norte hasta el Sur. Los llamo a todos, a todas las ovejas, para que vengan a participar de esta Cena, de esta Comunión espiritual con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Muchas de las cosas que se cuentan sobre la última Cena son ciertas, pero muy pocos saben lo que verdaderamente sucedió en aquel tiempo, cuando Yo reuní a Mis apóstoles para que pudieran adorar a Mi Corazón Eucarístico, en la presencia del Padre, de la primera Persona de la Santísima Trinidad.

Es eso mismo que hoy les traigo hasta aquí y expongo ante sus ojos internos, porque son sus corazones los que deben beber de la Fuente de este misterio. No hay pecado, no hay dolor ni tampoco angustia que pueda prevalecer mientras estoy presente aquí, renovando esta Cena Pascual en cada uno de sus corazones y especialmente en sus almas, las que hoy vengo a curar de muchas enfermedades internas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nuestro Señor se está arrodillando.

 

Preguntarán ¿por qué hago esto? ¿Acaso Dios no es más fuerte que todos los hombres? Santa sea Su Humildad y Misericordia que viene a entregar a Su pequeño Hijo, para que las almas se puedan salvar, antes que la puerta de la Misericordia se cierre en el mundo.

Ustedes, hoy, en esta Cena Pascual junto a Mí, serán testigos de este legado espiritual que hoy entrego a sus espíritus; el cual se revelará como un sentimiento, como una verdad, como un talento y un don en el fin de estos tiempos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Ahora Nuestro Señor está elevando Sus Ojos a lo Alto. Extendiendo Sus Brazos y Sus Manos hacia lo Alto, aún expone, con más fuerza y poder, Su Corazón Eucarístico. Está invocando a los Universos Celestiales. 

 

"Adonai, no mires la injusticia de la humanidad; no mires los errores, las indiferencias y los ultrajes, los sacrilegios y el orgullo de los hombres.

Adonai, abre la puerta de Tu Corazón para que todas las almas ingresen en Tu Fuente de Amor.

Hoy Me ofrezco, Padre Mío, por la dolorosa pasión vivida, por el sacrificio de la Cruz, por cada uno de los presentes que representan a muchas almas más en el mundo.

Adonai, que cada una de ellas pueda ser testigo del Amor que Yo les entrego; Amor que proviene de Tu Corazón Santo, de Tu Gloria y del poder de Tu Gracia.

Hoy ofrezco, Padre Mío, la sublime compasión de Mi Corazón, aquella que estuvo viva y pulsante en los momentos de Mi mayor agonía.

Vengo a renovar en toda iglesia de la Tierra y en todos los cristianos del mundo, ésta, Tu Sagrada Cena Pascual. Que los ángeles desciendan de Tu Gloria para ofrecer el Sacramento de la Reconciliación y la confirmación de las almas, al Plan de Redención".
 

Dios habla con los más simples de corazón. Imiten Mi Corazón simple y siempre serán portadores de la paz.

Renovemos ahora el Sacramento del altar, para que las almas beban de la Fuente y ninguna se quede atrás. Que todos tengan la oportunidad de cristificarse en algún momento de sus vidas.

Quiero que nazcan los Nuevos Cristos, siervos predilectos de Mi Corazón. Quiero que despierten los dones y que los talentos se muestren para honrar y glorificar al Creador. Si esto sucede así, gran parte de la humanidad se salvará y muchos no deberán sufrir el caos de estos tiempos.

Con esta renovación de la Cena Pascual, compañeros, su Maestro y Señor, Siervo del Altísimo, viene a renovar la última Cena para hacerles recordar el misterio que viví en aquellos tiempos y con el fin primordial de apartar las fuerzas del caos de este planeta, con la sagrada intercesión de San Miguel Arcángel.

Estén atentos a esta ceremonia, porque Cielo y Tierra pasarán; Mis Palabras quedarán en los corazones humildes, en aquellos que acepten ser lavados por el Agua de Vida.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las Madres pueden aproximarse, por favor.

Los que sientan pueden sentarse.

Nos estamos preparando en este momento, para comulgar con Universo Celestial y poder revivir la última Cena de Nuestro Señor.

 

Yo traeré aquí, compañeros, lo que viví con Mis apóstoles en el pasado para que puedan revivir los códigos de Mi Pasión, profundamente permeados por la esencia del Amor y de la Divina Compasión.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Colocamos las palmas de nuestras manos hacia arriba, en señal de recepción, mientras Nuestro Señor prepara esta Cena.

Que el Señor santifique estos elementos, a través de las manos de todos Sus ángeles, para que la materia se transforme en un divino instrumento de Dios. Que así sea.

 

El agua, que es nuevamente bendecida, recibe más fuerza y poder para transubstanciar todas las partículas de la vida material.

En aquel tiempo, su Señor pidió a Sus apóstoles que colocaran en la mesa varias jarras de agua, para que después de haber lavado sus pies, antes de sentarse a la mesa para comulgar del Cordero Pascual, sus manos estuvieran purificadas, así como sus almas.

Mientras las almas Me sirven, para que Mi Gracia sea posible en todos, entren en oración interior para poder sentir aún más al Maestro, en esta Sagrada Cena.

En cuanto su Maestro y Señor estaba con los apóstoles, y con muchos más reunidos en el plano del espíritu, para celebrar este misterio pascual, en donde la Misericordia vencería a la muerte y todos los pecados del mundo, las santas mujeres, siervas predilectas de María Santísima, también estaban en comunión, en adoración y en oración, esperando por la Pasión de su Esposo Celestial para así poder acompañarlo en esta tarea de emanación del Amor Universal hacia todo el planeta, por medio del sacrificio de su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las Madres podrían hacer una fila y aproximarse.

 

Que esta luz sea testigo de Mi retorno al mundo. Que el amor nunca se apague. Que la confianza sea eterna, para que los corazones escuchen a su Señor y encuentren en todo el Amor que siempre vence, sin dejar de contemplar las necesidades de las almas; porque los corazones son frágiles y necesitan de refugio para que puedan vivir su cura, en este tiempo de redención.

Es necesario construir una nueva Tierra, llena de corazones puros que puedan vivificar a su Señor, y así alabarlo por siempre, porque en todo está el Amor que busca encenderse en las almas cuando los corazones abren las puertas para poder reconocer la paz.

Todos deben curarse para liberar sus miedos y formas, y encontrar consuelo cuando se lo piden a su Señor, porque Él es más que una llama; Él es un Sol, que todo alumbra.

Después que las santas mujeres encendieron sus velas para vigilar en oración los misterios de la Pasión de su Señor, ellas estaban atentas a todo lo que les decía Mi Madre María.

Por otra parte, en el sagrado Cenáculo, su Señor y Rey, sintiendo aproximarse Su Pasión, con un semblante de paz y una mirada de Misericordia por el mundo, comenzó a lavar las manos de Sus compañeros para que fueran dignos de este misterio pascual.

Yo lavaba para purificar y hacer renacer a los corazones.

Lavaba para cicatrizar y también para renovar la esperanza de todos los que creían en Mí.

Lavaba para pacificar y disolver los miedos de todas las consciencias.

Lavaba para santificar a todas las almas a través del Amor que Dios hacía emanar de Mi Corazón.

Lavaba para hacer más humildes a los humildes, porque son portadores del Reino Celestial.

Lavaba para que ellos alabaran a Dios a través de Su Hijo, viviendo con Él los misterios de Su Pasión.

Lavaba para que aprendieran a instruir, difundiendo la buena nueva en todos los que precisarían reconstruir sus caminos de luz.

Lavaba para revivir, en cada corazón, el Amor del Padre.

Lavaba para aliviar a los corazones de sus profundas heridas y de sus miedos más internos.

Lavaba para que imitaran Mi ejemplo de la sagrada humildad ante sus semejantes.

Lavaba para que ellos aprendieran a traer el universo hacia este planeta.

Lavaba para poder redimir los profundos aspectos de la consciencia.

Lavaba para despertar los talentos en aquellos que Me escuchaban de corazón.

Lavaba para que ellos fueran alegres y semejantes a su Redentor.

Lavaba para despertar en cada apóstol el mensaje de Dios.

También lavaba las manos para cicatrizar lo que todos desconocen.

Lavaba para despertar la renuncia de todos los que Me seguirían.

Lavaba, solo lavaba las manos, para demostrar el poder de Mi Silencio.

Lavaba para aquellos que debían conocer Mi Santa Iglesia.

Lavaba para liberar todas las angustias, para que todos fueran merecedores y dignos hijos de Dios.

Lavaba para que ellos llevaran Mi mensaje al mundo, como ejemplos de amor y de verdad.

Y a algunos les daba Mis Llagas para que las revivieran espiritualmente, para que fueran vigilantes y guardianes de Mi Plan hasta el fin de los días, y así reconocieran Quién era su único Amor.

Cerraba las puertas a los que se podrían perder, y encontraba, en los que Me seguían, los caminos de la oportunidad de amar.

Llegó el momento esperado, en el que todos, sentados alrededor de la mesa del Señor, se ofrecieron por la humanidad para vivir junto a su Maestro este sacrificio.

Escuchando las Palabras solemnes de Mi Corazón, colocaron sus manos sobre la mesa, en perfecta receptividad a la Voz amorosa de su Señor. Y sintieron, en nombre de la humanidad y del poder de este sacrificio de amor, el descenso de los ángeles y arcángeles del Cielo.

Jerusalén estaba recogida, en una noche de gran silencio y de gran expectativa, en la que el Hijo del Hombre, después de celebrar Su Cena con aquellos a los cuales Él había llamado, para proclamar la Palabra de Dios. Ellos escucharon en sus corazones y observaron y contemplaron, con sus almas, la realización de este sagrado misterio a través de la Cena Pascual.

Y las santas mujeres, en un profundo éxtasis y entrega, postradas en el suelo, vivían esta Comunión espiritual con su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las Madres se pueden arrodillar y todos aquellos que lo sientan también.

 

Es así que, abriendo las puertas del universo, el arcángel Miguel presenció la revelación de este misterio, en donde el amor sería la premisa para generar la salvación y la redención de la humanidad.

Después de que la mesa fue santificada por el incienso y por el agua, Nuestro Señor les pidió a los primeros Sacerdotes, los que serían precursores de Su Santa Iglesia Celestial, que acercaran a su Señor, un aceite.

Y así, María Santísima, compenetrada por este misterio de amor y viviendo en Su propia carne, en Su propio espíritu, la Pasión de Su Hijo, Su Señor, también hizo lo mismo.

Su Señor tomó entre Sus Manos este aceite, así como lo hizo Su Sierva fiel. Pidió que los ángeles lo santificaran y lo consagraran en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y María señaló a Sus discípulas con una cruz en la frente, para que también ellas fuesen testigos del principio y del surgimiento de una Nueva Humanidad, despierta, activa y solemne, por medio de los cristos internos de cada corazón y de cada alma.

De esa forma, el Padre instituía, a través de Su Santo Hijo y de Su Santa Madre, la primera legión de discípulas que serían las guardianas de los signos de la Pasión de Nuestro Señor.

Las santas mujeres se comprometieron, en aquel tiempo, a padecer por su Señor con el fin de aliviar todos Sus dolores y ultrajes hasta el fin de sus días.

Mientras Jesús revelaba el misterio de esta última Cena, pidió a Sus apóstoles, y a todos los seres internos que allí se encontraban, que con el santo aceite consagrado por Miguel Arcángel se hicieran una señal de la Cruz en su frente, para confirmar la confianza en este misterio de Amor de la Sagrada Pasión de su Señor y en poder ser portavoces de Su Evangelio en el mundo.

Después que todos fueron señalados con la energía de San Miguel, el Señor continuó con la ceremonia. Tomó el pan sin levadura y elevando Sus Ojos al Cielo, su Señor imploró a Su Padre, lo bendijo y este elemento se convirtió en el Cuerpo de Cristo; hoy bendecido por Mi Corazón Eucarístico. Partió el pan y los ángeles se postraron, aún más en el suelo, cuando Nuestro Señor instituyó por primera vez la Eucaristía con el fin de vencer en el Amor para liberar del mal a este planeta.

Él dijo a Sus apóstoles: "Coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los pecadores para la salvación del mundo y de todas las razas del planeta".

Juan y Pedro se desmayaron al sentir tanto Amor del Señor. Y la Santa Madre recibió el Cuerpo de Su Hijo, así como las santas mujeres, que confirmaron la Pasión de su Señor.

Después de que todos comulgaron, retornaron el pan a la cesta y preciosamente fue cubierto, para proteger el Santo Cuerpo de su Señor.

Jesús le pidió a Sus apóstoles que vertieran el vino en los cálices. Le pidió a Juan que aproximara el agua, pues Su Sangre y Agua sería derramada sobre el mundo.

En ese momento, su Señor pidió que elevaran los pequeños cálices al Cielo, como representación del ejercicio que su Maestro realizaba. Y a todos los ángeles del Cielo les pidió que convirtieran el vino en Su Sangre.

Después de esta bendición, se manifestó el primer paso de la Misericordia de Dios, a través de su Redentor.

Colocando el Cáliz cerca de Su Corazón, les dijo a Sus apóstoles: "Tomen todos de Él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza entre los pacificadores y Dios".

Del mismo modo, la Santa Madre, en comunión espiritual, recibió de San Miguel Arcángel la Divina Sangre de Su Hijo. Y las santas mujeres, en un profundo gozo, se postraron al recibir la Santa Alianza de su Señor.

Del mismo modo, el Santo Cuerpo y la Divina Sangre llegaron hasta José de Arimatea. Y todos tomaron de lo que restaba.

De esta forma, se constituía y se confirmaba, a través del Cuerpo y de la Sangre de su Señor, el perdón concedido por el Padre para esta humanidad.

Que hoy todos se alegren, porque han recibido la primera Comunión espiritual con su Soberano Rey.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canción: "Pater Noster".

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 4, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Verán en el cielo una gran señal: una Mujer vestida de Sol, coronada con doce estrellas, con la Luna a Sus pies, trayendo el anuncio de la próxima venida de su Redentor.

A Su derecha, verán al profeta Juan Bautista volver a proclamar la Palabra de Dios, para que los mil años de paz se cumplan en toda la esfera de la Tierra y en este universo local.

Después verán venir entre las nubes, con un gran estruendo de luz, a su Señor y Maestro, el Redentor, rodeado de muchas legiones de ángeles que proclamarán con sus trompetas el despertar de la Nueva Humanidad.

Pero antes de que esto suceda, vendrá vuestro Padre Eterno, a través de Su Hijo Amado, con todo Su Poder, con toda Su Ciencia y con toda Su Sabiduría hará resplandecer Su pequeño Corazón, porque ese Corazón que Él hará resplandecer, será más fuerte que cinco millones de soles.

Verán así a la Divinidad del Padre en Su amadísimo Hijo y en Su amada Señora, acompañada por San Gabriel Arcángel y por San Miguel Arcángel, quien colocará Su espada en el centro de este mundo, en dirección a la Tierra y señalará a las tribus en dónde deberán congregarse para poder escuchar nuevamente, en consciencia y en despertar, la Palabra de vuestro Señor Dios Todopoderoso, a través de Su amadísimo Hijo, el Redentor.

Después vendrá el Juicio, el Juicio Universal, en el que las almas serán juzgadas según los méritos alcanzados en su vida terrenal y, por todos los sacrificios ofrecidos a Dios, muchas de las almas que hoy viven sobre el planeta esta experiencia de amor y de perdón, se tornarán bienaventuradas y simples, tan, pero tan semejantes a Dios, que esa sensación y ese sentimiento será reconocido por todos los universos y más allá de estos.

Después verán el juicio de Lucifer, que hará el Santo Arcángel Gabriel, reuniendo a los Señores del Juicio Universal, él vivirá su juicio ante el mundo y la humanidad.

Y el Padre, con todo el poder de Su Misericordia y Amor, a través de San Miguel Arcángel, hará descender Su Trono y le entregará al Santo Arcángel Miguel, en una de Sus manos, el Cetro de Luz de Su Poder, que será utilizado para vencer el mal para siempre.

Verán así, a la Santa Señora de Dios llamar a Sus hijos que están en el desierto, para que puedan volver a encontrar la paz. En ellos brillará una luz desconocida que será entregada por el Santo Padre a través de las manos del Arcángel Rafael. Esta luz, que será derramada como una lluvia de Gracias, será tan potente e infinita que será vista desde el universo.

Con toda la fuerza del Amor del Padre, verán brillar en esas criaturas a los nuevos redimidos, grandes espejos de luz que darán la señal, en ese momento, de que estará completándose el último ciclo de la humanidad.

No se preocupen por las interferencias, Dios las permite para que el mundo pueda saber y, sobre todo las tinieblas, que ya les está llegando la última hora de rendirse ante el Poder del Todopoderoso, como lo fue en la victoria de Cristo en la Cruz. Si Yo Soy su Señor y Rey, nada deberán temer.

Yo les entrego las profecías para que las escuchen y no las coloquen en sus mentes, sino en sus corazones. Dejen que Mis Palabras broten como un nuevo manantial en sus seres. Y así, con el pasar del tiempo, podrán comprender Mis Misterios que todavía son desconocidos por la humanidad. Por eso, hoy he traído aquí a Mi Divina Madre y Santa Señora, y a Mi amado primo Juan el Bautista. Ellos representan para ustedes la señal de un nuevo anuncio que llega, junto con su Rey, para ser proclamado en la humanidad.

Las profecías no existen para ser comprendidas, sino para ser aceptadas humildemente, porque así las almas comprenden el Reino de Dios y Su próximo Proyecto en la humanidad. Vigilen por estas enseñanzas para que, saliendo de esta Sagrada Semana, ellas no se desvanezcan de sus memorias cuando vuelvan a enfrentar el mal, el que aún debe ser vencido en esta batalla final.

Después de que los hijos de la Divina Señora sean sacados del desierto, habiendo encendido en sí el espejo del amor y el sol interior, descenderá a la Tierra el amado Hijo, acompañado por los Arcángeles, que traerán entre Sus manos el Arca de la Santa Alianza. Así, el planeta será renovado y los impulsos espirituales y crísticos serán vividos

La paja será separada del trigo y las almas serán como flores, como flores redimidas, en Mi Jardín celestial, que Yo cultivaré en este planeta y en los continentes, con Mis propias Manos.

Verán así a su Jardinero fiel sembrar la Nueva Tierra con nuevas leyes y principios. Los ángeles y arcángeles ayudarán a las tribus, a las tribus de Israel, hoy esparcidas por todo el mundo, para que se puedan congregar en la nueva ceremonia, en la nueva Comunión de la Paz, que será instaurada e instituida después del Juicio Final.

El padre infiel, el ángel caído, será sacado del planeta. Con gran solemnidad y reverencia, los ángeles más resplandecientes postrarán su rostro sobre el suelo para pedir la Misericordia de Dios y la expiación universal y cósmica, interna, espiritual y álmica por todos los pecados, por todos los ultrajes y por todas las maldades cometidas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestro Señor está pidiendo al coral tocar "Así habló el Maestro".

 

Cuando llegue la hora de la expulsión de Lucifer del mundo, todas sus tropas caídas serán colocadas en bellos diamantes de luz que los ángeles elevarán con su canto y alabanza hacia universos muy semejantes a este.

El Ojo vivo de Dios, en esa hora definitiva, estará mirando y contemplando a la humanidad, mientras las tribus se reunirán en torno de la Divina Señora y Gloriosa Madre. Se prepararán para recibir a su Maestro y Rey, en Su Retorno al mundo. Se encenderán luces desconocidas sobre el planeta, que serán vistas en Oriente y en Occidente.

Los antiguos patriarcas del desierto y los profetas, reaparecerán en la humanidad como seres vivos y resplandecientes. Todos los concejos antiguos de esta humanidad seguirán el caminar de su Glorioso Rey y con una mirada serena y paciente, fija en el horizonte, verán venir al Señor entre las nubes. Escucharán en su interior la Palabra y el Llamado de Adonai.

Todos estarán atentos en ese momento, porque el planeta estará en un gran movimiento universal. Será la hora marcada y definitiva en la que el real tiempo, aquel tiempo esperado por todas las legiones de la Tierra, por todos los pueblos del desierto y por todos los seres de buena voluntad, ingresará en la consciencia planetaria. Una nueva señal se dará en el universo; una estrella más brillante que el Sol, en la esencia del Espíritu Santo, brillará en el firmamento, muy cerca de la Cruz de Sur.

Escucharán así, los consecuentes, primero en su interior, las palabras sobre el retorno de su Rey. Todos abrirán sus oídos internos y así podrán reconocer en su interior que la esperada hora está llegando.

Los señalados por la Santa Madre de Dios sentirán un gozo y una alegría inexplicables. Después de haber encendido el espejo de sus corazones, estarán en absoluta y en definitiva unidad con el Rey. Así se dará una profunda comunión con la Nueva Humanidad.

El Rey, en compañía de los sabios y de los profetas, mostrará para el mundo las Tablas de la nueva Ley; aquellas Leyes que harán repoblar el nuevo planeta. Todos escucharán con atención los nuevos Mandamientos, que tendrán como base fundamental, amar a Dios sobre todas las cosas como también amar a sus semejantes.

La Santa Trinidad descenderá. Finalmente, después de tantos errores y de tantos cometidos, las almas, en total plenitud y confianza, estarán en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Amén.

La última trompeta, que por indicación del Arcángel Gabriel sonará en el plano espiritual de las consciencias, traerá una nueva consciencia en la humanidad y muchos reconocerán sus pecados, sus acciones e indiferencias y, sobre todo, los ultrajes cometidos a los sagrados Reinos de la Naturaleza.

Como de la nada, las almas escucharán la esencia de los Reinos. El alma grupo de cada Reino hablará por sí sola. Y esa comunicación, que nunca se ha podido dar entre los hombres y los Reinos, será concedida por el propio Dios. En el momento en que esto suceda, la Nueva Humanidad tomará consciencia de todo el sufrimiento ocasionado a través de los tiempos y de los siglos.

En ese momento, las puertas de los más sagrados recintos se abrirán. Lo que antes era invisible y oculto, se tornará visible y material para todos. Nadie podrá creer lo que verá y esa humanidad nueva tomará consciencia de quiénes, en verdad, han acompañado al mundo desde los principios de este Proyecto humano. Ellos tendrán escritos en sus pechos, como letras de fuego, las leyendas de los más grandes sabios que acompañaron a la humanidad a través de los tiempos y que hicieron posible que esta humanidad, la humanidad de hoy, todavía no se autodestruya.

Las almas que han sido congregadas por la Madre del Mundo y por el Amor de la divina Señora, se postrarán en el suelo, colocarán sus manos sobre sus rostros y llorarán, porque el mundo y la vieja civilización no tomaron consciencia de esto, de la presencia de los más grandes sabios, en los recintos más internos de la Tierra.

En el desierto de Mongolia se proclamará una voz, que ha estado muy silenciosa a través de los tiempos. Un antiguo y gran Patriarca se mostrará a la humanidad y en su más cálido y expresivo amor, mostrará para las almas consecuentes un divino y sagrado legado, bien guardado en sus corazones de oro; porque las almas verán brillar como el oro el corazón de ese gran sabio, y así comprenderán que un sagrado conocimiento guardado en los mundos internos, será entregado como llave para los que repoblarán la Tierra.

Durante los mil años de paz no será necesario sufrir, porque en verdad les digo que la Nueva Humanidad finalmente habrá aprendido que no era necesario seguir por ese camino y estar apartado del Amor de Dios.

En aquel tiempo, la santa Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estarán presentes sobre la humanidad. El Hijo de Dios visitará la Tierra muchas veces, y en esa hora muchos conocerán Su verdadera Faz. No solo verán al Nazareno, sino al Hijo de Dios Glorificado en Su más simple humildad y Misericordia. Los corazones sentirán en aquel momento, la grandeza del Amor de Dios y Su infinita Piedad.

En esos tiempos que llegarán, todo será más pacífico. Ninguna nación se opondrá a otra nación. Las humanidades no estarán en contra de las Leyes de Dios ni tampoco de los principios que rigen los universos. De esta forma, la Tierra prometida llegará, saldrá viva de las Escrituras y estará materializada en este planeta, en los nuevos congregados por la paz.

Y cuando los recintos más sagrados estén abiertos, como puertas de luz y de gran consciencia, a los ojos de todos los merecedores de esto, el Hijo de Dios, más brillante que un sol y que cientos de estrellas, hará la Comunión con Su nuevo pueblo. Las fallas cometidas en el pasado serán borradas. Habrá un corte en el tiempo y en el espacio de toda la historia de la humanidad, desde el principio de Adán hasta antes del Nacimiento de Cristo, y después de la Ascensión de Cristo hasta el presente. Esos tiempos serán extirpados y en la memoria de los más humildes prevalecerá el recuerdo de su Maestro y Señor, en Israel.

Cuando las Santa Comunión de la Nueva Alianza entre los consecuentes y Nuestro Padre Dios sea entregada, se fundirá en cada consciencia la esencia de la Divina Trinidad y todos estarán en un gran gozo; una alegría inmensa los colmará, alegría, gozo y gloria que durará mil años.

Y finalmente, después de esa Santa Comunión y de esa nueva alianza con el Glorificado Rey, el Pastor de las multitudes y de todas las razas, hará que todos los pueblos, que todas las naciones y todas las lenguas se comprendan, como nunca antes se comprendieron, porque vivirán finalmente en el amor.

Las armas más peligrosas serán retiradas del mundo. No habrá arma más potente que la que tiene Dios a través de Su Corazón, que es el poder de Su Amor.

La Tierra, en los días del Juicio Final, se librará de muchas cosas. La Tierra ya no temblará, los mares ya no se agitarán, cuando el Hijo de Dios venga entre las nubes, encendiendo todo el universo sobre la humanidad dormida.

Vengo así en este día, a dar continuidad a la profecía que una vez prediqué en el Templo. Dichosos de aquellos que creen en lo que les digo, porque los tiempos pasarán, mas Mis Palabras se sembrarán en los corazones simples. Que así sea.

 

Jerarquía Divina de Ángeles y Arcángeles
te abrimos la puerta, que ingrese la Luz.
En nombre de la humanidad,
invocamos ahora Tu Cósmica intervención. Amén.

(en portugués, tres veces)

 

Escuchen la Voz del Maestro con amor, para que los nuevos códigos que están siendo sembrados ingresen en la consciencia de todos y de aquí a seis meses de su tiempo, no se reconocerán.

Hoy Dios quiere, que el Hijo de Dios sea nuevamente el Sacerdote Mayor para todas las criaturas de la Tierra y para todos Sus seguidores.

Que las almas sean ungidas por el espíritu sagrado de la Cura, para que en ella se cumplan los Designios de Dios. Amén.

Estoy vertiendo los Rayos de Mi Gracia sobre todos los elementos ahora expuestos, para que así Mi Gracia se multiplique en toda la humanidad. Y ahora no son solo ustedes los que reciben Mi Misericordia, sino todas las razas y culturas de la Tierra, a las que Yo iré a su encuentro, en poco tiempo.

Es así como a través del misterio de la Comunión, de todos los panes y vinos ofrecidos en Mi Altar, es que Yo multiplico, en esta hora, todos los Rayos de Mi Gracia para que lleguen a todas las culturas del mundo y Mi Voz sea escuchada en todos los continentes y en todas las lenguas. Recuerden que aún tengo esa aspiración. No demoren, porque muchas almas agonizan sin poder reencontrar al Señor y ni siquiera poder comprenderlo en su propia lengua.

Mi Mensaje de Paz en esta Sagrada Semana, se extiende al mundo entero y, sobre todo, a aquellas regiones del planeta que no viven la paz, sino solo la guerra y la destrucción.

Hoy he reunido a sacerdotes y adoradores, porque Mis Sacerdotes representan a Mis discípulos y los Adoradores representan al pueblo de Dios, a aquellos que escuchan la Palabra Viva que proviene del Corazón de su Maestro.

Es así que a través de estos elementos, compañeros, estoy confirmando que este es Mi Cuerpo y esta es Mi Sangre, y que también Mi Palabra, la Palabra de Dios, llegará a los lugares más lejanos del mundo, por la obra y la acción de sus seres en este Plan, unidos a su Redentor.

Europa deberá reabrir las puertas para que los Sagrados Corazones lleguen a Asia y Oceanía en un próximo ciclo.

Hoy Mi Corazón les muestra el deseo ardiente de visitar Japón, Tailandia, Corea del Sur y Australia, en donde Mi Mensaje se multiplicará para el mundo y para todas las almas que allí se encuentran.

Eleven su oferta a Dios.

Padre Nuestro (en arameo).

Padre Nuestro (en portugués y español).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestro Señor está pidiendo que un hermano, de habla inglesa, venga aquí para hacer el Padre Nuestro en inglés, por favor, para completar esta consagración. 

 

Padre Nuestro (en inglés).

Quédate en paz, hijo Mío, Mi Gracia está sobre ti. Te agradezco.

Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco queridos compañeros, por haberme acompañado hoy en esta sagrada proclamación de la divina Profecía de Dios.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 42.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MIAMI, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

He venido del Universo para volver a darles la paz, porque en la paz todo se alcanzará, sobre todo para aquellos que nunca la han tenido. Es esta paz la que los conforta, la que los anima a seguir adelante a pesar de los tiempos que viven y de todo lo que sucede en el mundo.

Hoy vengo como una Consciencia Mayor, mayor a vuestro entendimiento y a toda la comprensión que han adquirido sobre Mí.

Yo Soy más que Jesús, más que el Rey de reyes, más que el Pastor de las almas y de Aquél que gobierna este Universo y otros.

Es con este humilde poder que Me presento ante ustedes, para decirle a la humanidad que no está sola en la transición que hoy está viviendo y que aún no ha aprendido a cruzar.

Todas sus consciencias vivirán una transición. Cada alma tendrá su tiempo para poder vivirla.

Es por eso que Yo muestro Mi Corazón para el mundo; un Corazón humilde y paciente que se ofrece en comunión para todas las almas, especialmente para aquellas que necesitan de paz y que aún no conocen el verdadero Amor que surge de la Fuente de Mis Gracias, de la misma Fuente de la cual se sirve Mi amada Madre para poder derramarla sobre esta raza.

Hoy vengo a traerles un mensaje para sus consciencias, un mensaje para despertar la consciencia de la humanidad, porque es allí donde se vivirán los grandes cambios que después se reflejarán en todas las actitudes y las acciones de los seres humanos.

Es lo que vengo a trabajar aquí, en Miami: primero el plano espiritual de esta parte de la humanidad, para que después esto se pueda reflejar en la materia, porque la vida material será lo último que se transformará durante esta transición planetaria.

Es así que hoy Mi Corazón les muestra Su mansedumbre y serenidad, atributos que les ayudarán a todos a saber cómo cruzar el fin de los tiempos, preparando la consciencia para lo que llegará y se mostrará a toda la humanidad, independientemente de su creencia o religión.

Así es que se revelará el Hijo de Dios al mundo, trayendo el gobierno de Su Gracia y de Su Misericordia para aplicarlo sobre los gobiernos que hoy no funcionan en el mundo.

Intentaré, por encima de todo, mostrar la soberanía de Mi Padre a la humanidad por medio del reconocimiento de las Leyes que harán de esta raza una posible Nueva Humanidad, que no deberá cometer los mismos errores que en el pasado, sino que deberá tener nuevas actitudes que puedan imprimir en la consciencia planetaria nuevos atributos de luz y de hermandad.

Hoy vengo a ustedes, compañeros, con Mi Corazón manso y humilde para que lo puedan adoptar en sus vidas y que sea este manso Corazón el que los anime siempre a buscar la paz, por encima de todo lo que suceda en sus vidas y en el mundo.

Muestro esta gran y última oportunidad para todos de adoptar Mi Corazón Glorificado como el Terafín de cada alma, como el símbolo de la reconciliación y de la redención de los corazones, como el símbolo de unidad entre las consciencias del planeta y el Padre Celestial.

Con esto Yo les demuestro que todavía queda un tiempo de Misericordia para el mundo.

No teman quebrar sus resistencias para que pueda surgir el verdadero y único Espíritu, Aquel que vino desde el Cosmos para aportar algo a este proyecto de la humanidad, y principalmente para servir a este Planeta-Escuela, en donde en verdad, se puede aprender sobre el amor, el perdón y la redención; algo que Yo les enseñé en el pasado cuando estuve entre ustedes como el Maestro Jesús, revelándoles la importancia del Mensaje de Dios por medio del Evangelio, de la Divina Palabra.

Quiero construir en ustedes compañeros, puentes que se unan con el Universo, con todos los Dones que Él guarda, y de los cuales la humanidad debe conocer en este tiempo.

Deseo que sus consciencias se eleven día a día, para que encuentren un sentido para sus vidas, una dirección para sus espíritus, un propósito para sus corazones. Y eso comenzará, compañeros, cuando adopten Mi Corazón manso y humilde, que es el mayor símbolo del Amor para todos los Universos, especialmente para el planeta.

Una vez encarné aquí, entre ustedes, para enseñarles sobre el Amor y la Verdad, sobre la posibilidad de renovación que sus consciencias superiores pueden vivir cuando se unen a Mí, de corazón y de alma.

Vine a Miami para llegar a los abismos más profundos, en donde las almas no son atendidas ni siquiera por las oraciones de los que viven aquí.

Esto no es un juicio, compañeros, es una realidad que les presento delante del gran desequilibrio que vive esta raza. Ustedes deben ser el otro plato de la balanza, para equilibrar el que está lleno de muchas deudas.

Yo los invito a encontrar un equilibrio en todo lo que existe; por eso les hablo con palabras espirituales, para que por intermedio de ellas se puedan elevar a la verdadera vibración que hoy les presento. Porque cada encuentro Conmigo es diferente y único, es una oportunidad de cerrar puertas hacia el pasado, de curar la consciencia profunda y de renovar sus espíritus ante Mi Presencia Divina y Celestial.

Quiero que le ofrezcan a todos este manso y humilde Corazón, este Corazón que ha vivido el sufrimientos por ustedes y que ha padecido la Cruz para derramar de Él Su Divina e Infinita Misericordia.

Quiero de ustedes, compañeros, corazones confiados, serenos y pacíficos. Que delante de los errores y de los movimientos de esta humanidad, siempre pueda prevalecer la verdad y el amor que hará fuertes los corazones para llevar adelante Mi Obra planetaria en la humanidad.

Después de esta larga peregrinación, Orlando cerrará una etapa dentro del Plan Divino de Dios. Y a partir de allí, compañeros, la síntesis esperada se completará para la Consciencia de sus Mensajeros Divinos, que han llevado adelante estos impulsos para todas las naciones de América.

Es este mismo impulso de Luz y de Amor, el que después de Orlando, preparará todas sus consciencias, independientemente que peregrinen o no Conmigo, para poder atender a la otra parte del planeta que necesita de la Divina Misericordia de Mi Corazón.

Hablo de Asia y del lejano Oriente, en donde una vez ustedes llegaron para encontrar en su interior la esencia de Shambala.

Fue ese recinto sagrado en Mongolia, al igual que los monjes que allí habitan en sus monasterios de silencio, el que los preparó para este ciclo, en donde se cumple una síntesis de transmutación y de purificación que los llevará a poder cumplir con Mi Propósito.

En verdad, es Mi más ardiente deseo el llegar a los países de Asia, en donde debe completarse el Plan del Redentor y de Su Divina Madre.

Cuando eso suceda, tiempo que no está muy lejos, el planeta ingresará en su fase final.

Es la razón por la cual, compañeros, nuevamente les ofrezco de forma verdadera y consciente, Mi Corazón humilde y manso; para que por Mí, puedan llevar adelante esas grandes tareas, así como las que han cumplido en estos últimos meses en unión a todos sus hermanos de camino, que han generado las condiciones para que la Divinidad pudiera obrar en Costa Rica, Nicaragua, México y Estados Unidos.

Quisiera escuchar de los países de Asia el pedido de Misericordia, el pedido de la Misericordia de Mi Corazón.

En esta tarde, en donde un poco de gloria desciende sobre Miami para curar a las esencias heridas, deseo que las almas de los países de Asia que buscan la Fuente de Mi Misericordia, declaren a su Maestro del Amor dónde quieren que Me aproxime, a qué nación quieren que Yo visite para llevar adelante una expansión de redención en los países asiáticos, en donde aún falta la Gracia que les concederá la redención y la paz delante de todo lo que allí ha sucedido a través de los tiempos.

En esos lugares, en esa parte del mundo, se guarda una consciencia indígena sagrada, que en su espíritu guarda los valores de la hermandad y del amor, tan semejantes al de los pueblos de Norteamérica, que con nuestro pasaje por Norteamérica, recuperaron un poco de lo que perdieron.

Eso significa, compañeros, el triunfo de Mi Corazón, del Corazón de Mi Madre y de Mi Padre, San José.

Quiero mostrar para el mundo que Mi Mensaje se multiplica en todas las consciencias, independiente de su raza, de su pueblo o de su creencia, o aún de su condición social.

Yo vengo a tratar asuntos que están por encima de esas situaciones. Es por eso que en este día declaro este mensaje:

Desde el primer día en que llegué a Aurora para pisar con Mis Pies ese suelo sagrado, donde aún brilla la Luz de Mi Padre, la Luz curadora para las almas en redención, Aurora está abierta para todos. Ella aún vive allí.

Es ese eterno amanecer que sus almas pueden vivir en los suelos de Aurora, y hay un alma a la cual Yo le he confiado ese lugar, mientras peregrinamos por el mundo.

¿Por qué digo esto?

Porque hoy intento unir a todos a la esencia de la cura y de la redención de Aurora, en donde el Santo Arcángel Rafael tocó con Su mano ese lugar para abrir la Fuente de la Restauración de la consciencia y de la Redención de todos los errores, desde el origen, hasta el planeta.

Yo adoro mucho a la consciencia a la cual he confiado la tarea, porque ha sido fiel a Mí, hasta los límites; los límites extremos y podría decir, muy agudos.

Hablo de un alma que siempre Me ha servido a través de los tiempos y de todo lo que le he pedido a su interior.

Hoy quiero dar gloria a esa alma en nombre de este aniversario que hoy viven Conmigo, desde el momento en que dieron el “sí” a Mi Madre para asumir esta tarea planetaria, que es de todos.

Así los llevo al encuentro de la fraternidad, independientemente de sus temperamentos y aprendizajes; porque en Aurora siempre ha triunfado el amor y es ese amor que hay en los corazones que están sobre Aurora el que ha permitido que Yo llegara aquí, ¿comprenden?

Todo lo que construye la Jerarquía Espiritual tiene un sentido.

Aunque a veces no se comprenda, las almas deben confiar en ese propósito que la Divinidad presenta al mundo como un objetivo para alcanzar grandes esferas de consciencia, en donde todos los corazones puedan estar incluidos en ese Reino de Luz y de Amor, que es Aurora.

Pero volveré a estar allí en algún momento, para que vivan Conmigo una Maratón de oración.

Aurora salió al mundo para liberarlo del error, para llamar a los corazones, a las vidas que se autoconvocaron a ingresar en Aurora como un acto de redención y de perdón.

Es así, que Mi Corazón Glorificado y vivo retornará a Aurora para proclamar el Gobierno Celestial del Padre, sobre una consciencia, sobre la nación de Uruguay, que aún deberá re-erguirse para encontrarle un sentido a su propósito espiritual y a su camino de redención.

Dejo Mi gratitud a los hermanos de Aurora por su perseverancia y constancia, porque a pesar de que estemos lejos, aparentemente lejos para muchos, Mi Corazón Misericordioso nunca se ha separado de ellos.

Aurora vive en el corazón que cree en Ella. Tan simplemente eso. Hace curar la vida de todo ser y lo reintegra al Plan de Mi Padre.

Hoy Mi Corazón manso y humilde les trae a Aurora, porque Yo Soy el Alfa y el Omega. Aurora es el principio de un todo y es el fin de un todo.

Espero que reciban la Luz de Aurora con gratitud y amor, porque sé que muchos la necesitan para continuar adelante.

En honor a ese Centro de Oración que brilla en las tinieblas de la humanidad, quiero que le dediquen un canto que es muy especial para Mí, que siempre Me aproxima a sus consciencias y Me hace unir a todos los hermanos de Sudamérica.

Es así que con ese cántico bendeciré los elementos que se convertirán en Fuente de Gracia para las almas que los recibirán en este día como una oportunidad de renovación.

Preparémonos para la bendición.

Incienso.

Hoy les pido a los hermanos de Aurora que celebran Conmigo este día, que pidan desde su interior por un continente de este planeta, para que el Padre conceda la Gracia que Yo lo pueda visitar, así como los he visitado a ustedes en todos estos años.

¡Salve Aurora!

Y hoy, compañeros, los hago comulgar con el Don de la Cura de Dios, a través de Aurora.

En este símbolo se encuentra la Vida, la Vida que se entregó por ustedes y que padeció por ustedes todos los pecados, para que las almas se pudieran salvar y así, ser renovadas por el gran Espíritu del Redentor.

En aquel tiempo, momentos antes de la Pasión, sentado a la mesa, tomé el pan frente a Mis apóstoles y todos los que Me seguían en esencia y alma. Di gracias a Dios por haber llegado al planeta y por poder estar entre los más necesitados.

Partí el pan, así como se repartieron los Centros de Amor en toda América, para encender a las almas con los Dones de Mi Resurrección.

Fué así que en aquel tiempo les dije: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por todos para el perdón de los pecados”.

Comulguen de este Cuerpo, compañeros, que les trae la sanación y la luz para sus células.

Del mismo modo tomé el Cáliz, aquel que hoy brilla en espíritu sobre Monte Shasta. Di gracias a Dios y les dije, como hoy les digo: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva, y de la renovación para todos los espíritus de la Tierra”.

Dichosos de los que beben de este Cáliz porque serán curados en espíritu y en alma por todo lo que han hecho en contra de Mi Creador.

Este es el Cáliz que brilla en los Centros de Amor que guardan la esencia de Mi Vida Crística.

Que se alegren todos los corazones del mundo, porque hoy han reencontrado la Luz, la Luz salvadora, la Luz redentora, la Luz curadora de Aurora.

Hoy estoy aquí, en Miami, con todos los que Me llamaron, con Mis queridos compañeros, pero también estoy en Aurora, como lo estuve hace cuatro años para anunciarles Mi tarea planetaria y la preparación espiritual de Mi Retorno al mundo.

Hoy todos ustedes son conscientes que están preparando Mi Retorno a la humanidad.

Este es el testimonio que les traigo, es una confirmación que les proclamo como el momento de dar el paso hacia el Universo de Mi Amor.

Que los Padres Creadores se sirvan de estos elementos para derramar los Dones sobre las almas del mundo.

Que el Santo Arcángel Miguel coloque Su Espada de Amor sobre los espíritus caídos, para que Miami vuelva a re-erguirse como una civilización bendecida por el Amor de Dios.

Que el Santo Arcángel Metatrón expanda la llama de fuego del Espíritu Santo, para que las consciencias sean tocadas en el profundo despertar del Amor.

Que el Santo Arcángel Rafael cure las heridas de los hombres y las mujeres de la Tierra, para que las almas resuciten al sentido de sus caminos.

Que el Santo Arcángel Uriel despierte los mundos internos a las realidades sublimes del Universo Celestial.

De esa forma, y en conmemoración de este encuentro por todos estos años compartidos, Yo bendigo estos elementos que se convierten en Mi Cuerpo y en Mi Sangre.

Por la autoridad concedida por Adonai, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy todos fueron sacramentados por Mi Divinidad.

Sé que no comprenderán lo que eso significa, pero solo les pido que lo recuerden y lo vivan hasta los últimos días de su vida.


Alabado sea Dios.

Glorioso Su Reino.

Aleluya, Aleluya.


Entonemos.

Les agradezco por acompañarme y por intentar vivirme todos los días. Así Yo estoy Presente en los corazones que se determinan a vivirme y en todos los que se esfuerzan para que Yo sea una verdad en cada interior.

Paz para todos. Gracia y Misericordia para las almas.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Vengo en esta noche a celebrar la Comunión con ustedes, bajo el Espíritu poderoso de Mi Padre, que los reúne en esta fraternidad para que Mi Plan, que es el Plan de Mi Padre, se cumpla en esta humanidad y en este planeta, tan necesitado de amor y de misericordia.

Como han dicho compañeros, abro los Brazos hacia ustedes, para darles Mi Paz y entregarles Mi Corazón como un símbolo de Redención para sus consciencias y las consciencias de todos sus hermanos.

Con todos los ángeles que hoy están Conmigo, hoy vengo a traerles una buena nueva, por haberse cumplido en esta tercera etapa la llegada de la Madre de Dios a México y Centroamérica.

Quiero decirles compañeros, que la sagrada tarea de los Mensajeros de Dios que hoy vienen a su encuentro, se está cumpliendo así como lo escribió Dios en el Libro de Oro de Su Reino Celestial. 

Cada acontecimiento vivido está siendo escrito por el propio Padre Eterno, para que el destino de este planeta pueda cambiar a tiempo y muchas almas se puedan salvar, al solo despertar a Mi Corazón Glorificado, que es el Corazón vivo de Dios, que puede estar presente en cada uno de ustedes, así como lo han hecho en esta oración que han plroclamado a Mi Corazón Misericordioso.

Es una alegría estar en esta tierra después de dos mil dieciséis años. Pero en verdad les digo, compañeros, que Mi Corazón, en lo profundo de Su silencio, sabía que esta humanidad existía aquí .

Por eso, en aquel tiempo, le pedí a la Madre de Dios una Gracia especial para ustedes: Que dejara estampado en esta nación Su Presencia Celestial, para que todas las naciones del mundo la conocieran y tuvieran total conocimiento de la Ciencia Divina estampada en la tilma.

Por eso, compañeros, con todas las estrellas del Cielo y las Divinas Consciencias que hoy se congregan en este lugar para derramar la Misericordia de Dios por medio de la oferta de Mi Glorificado Corazón, Yo les vuelvo a decir, compañeros, que la paz es posible en este tiempo.

No deben temer por lo que vivirán. El hombre de superficie debe redimirse. Debe alcanzar la transformación de su consciencia, para que los nuevos códigos que llegarán del Universo Celestial a través de cada oración ejercitada, puedan estar presentes en esta última fase de la humanidad.

Mi Corazón hoy palpita por México, por cada una de las criaturas de Dios, que debe alcanzar la Luz que hoy les ofrece Mi Corazón Misericordioso.

Reciban desde Mis Manos los Rayos de la Misericordia de Dios que hoy vengo a depositar sobre esta nación amada y muy protegida y cuidada por Mi Madre Celestial.

Queridos compañeros, Yo los invito en esta noche, en la simplicidad del corazón y del alma, a ser los apóstoles de Mi Amor en este último ciclo planetario, en donde será necesario de almas decididas a vivirme y a sentirme. Porque es a través de sus almas y corazones que Yo podré retransmitir los dones celestiales, para todas las criaturas que más lo necesitan.

También vengo hoy, en este día, a aliviar el sufrimiento que fue generado en esta nación desde el principio de la colonización hasta el presente.

Por eso, he abierto las puertas del Universo, las catorce principales, para que el dolor fuera liberado, en obediencia a Mi Padre Celestial y al servicio de todos los ángeles, por las huestes de San Miguel Arcángel que han venido a retirar el sufrimiento del espíritu de la consciencia de muchos seres.

Es en esta hora, compañeros, en donde Yo los invito a vivificarme por medio de la Comunión que hoy consagraré para ustedes.

Porque Yo Soy el mismo Jesús de Nazareth, que viene a reencontrarlos para que recuerden su compromiso Conmigo, el compromiso de ser Mis embajadores de la Paz en esta hora crucial de la humanidad.

Vengo a depositar en ustedes algo que florecerá en el futuro. Por eso deben ser perseverantes, aún más aquellos que se encuentran en Mi camino, porque al final de la meta se encuentra la eternidad, que es hacia donde Yo los quiero llevar después de que Me hayan servido en esta humanidad y por este planeta, que tanto agoniza por la ignorancia de esta raza.

Es así que Yo vengo a abrir los ojos de sus corazones y a expandir la consciencia de sus almas para que puedan estar en Mí.

Es una victoria que Nuestros Sagrados Corazones, el de María Santísima, el de San José y Mi propio Corazón Vivo, estén descendiendo sobre esta nación.

Yo vengo a traerles los códigos de la Rehabilitación, algo que para muchos es un misterio, pero que forma parte de la Ciencia Divina.

Estos códigos descienden a través de sus espíritus y por último se materializarán en sus propias vidas por medio de la transformación y de la redención.

Yo vengo así, compañeros, a curar la gran herida de la consciencia indígena y a recuperar la pureza que ella alcanzó cuando todo este pueblo mejicano, su pueblo originario, vivía en la felicidad de Dios y de los Reinos de la Naturaleza.

Vengo así a hacer un corte en el tiempo y el espacio. Vengo a reconectarlos con lo verdadero que son, con aquello que alcanzaron a través de las generaciones por medio de la devoción viva que emerge de sus corazones para con Mi Corazón, que hoy recibe esta gratitud de cada una de sus almas.

Esto es lo que Me anima a seguir viniendo al mundo por todas aquellas almas perdidas, que día tras día se sumergen en los infiernos de la humanidad. Es que Yo quiero llegar a través de ustedes a cada uno de ellos.

Ábranme las puertas de sus corazones así como lo hicieron hoy, para que Yo les pueda indicar el camino y el servicio que deben cumplir para con Mi Corazón.

Es así que Yo vengo a sembrar semillas de Luz en esta hora sufrida de la humanidad.

Y mientras estoy con ustedes, compañeros, estoy con las naciones del mundo, principalmente con América, que no debe perder la oportunidad de ser la cuna de la nueva humanidad.

No teman por lo que hacen los hombres de superficie. Recuerden en humildad, que el poder lo tiene Dios y que es Él quien permite todas las cosas, incluso que Mi adversario esté presente en la humanidad, los corazones que Me viven no temblarán.

Yo Soy esa Fuente que todo lo renueva cada vez que comulgan Conmigo en amor y gratitud. Es este amor y gratitud de todas las almas que Me siguen, de las naciones de América y del mundo, lo que Me ha permitido llegar aquí, a México.

Es a través de Mis servidores de la paz, de cada grupo orante, de cada alma servidora, que Me permite llegar aquí, porque eso genera, no solamente para México sino también para el mundo, una expiación inexplicable, que hoy se derrama sobre este lugar.

Ustedes Me llamaron una vez y hoy Yo estoy aquí entre ustedes para darles Mi Paz, Mi Consuelo y Mi Gracia, algo que se vive profundamente en el espíritu de cada ser.

Vengo a darles el descanso, la pacificación de la consciencia y la elevación del espíritu hacia el Gran Portal de Dios, a través de Mi Corazón Vivo.

Quiero que sientan en esta hora la oportunidad de amarme así como Yo los amo, más allá de la imperfección y del error.

Vean a vuestro alrededor en los ojos de sus hermanos el brillo de Mi Espíritu, por las almas que se redimieron por solo decirme "sí". Y es así que aquí Yo estoy para bendecirlos.

Recemos al Padre para que México no pierda la paz y no sea conquistado por las ideas de los hombres tenebrosos.

Es así que primero viene Mi Divina Misericordia para impedir el caos y establecer la paz en todos los corazones que se abren para recibir Mi Luz y Mi Amor. Esto impedirá el desajuste del planeta.

Los invito a vivir los cambios en pacificación. Confíen en lo que les decimos y nunca se desviarán de Mi camino.

Los invito a sentir las cosas en el amor, porque así estarán en la Verdad y sus corazones también serán vivos, vivos en la Fuente de Dios por medio de Su Gloria. Y Su Gloria estará en ustedes y en sus hermanos y Mi Reino cada vez más se aproximará para que Yo pueda retornar pronto y poner fin a muchas cosas.

Quiero que sean felices por estar Conmigo y que ofrezcan cada pequeño sacrificio por la humanidad, para que muchos más que ustedes sean beneficiados por Mi última expiación, que preparará a una parte de la humanidad para Mi segunda venida, cumpliendo así las profecías de Juan.

Sabemos que ese momento se acerca inesperadamente. No se olviden de estar en vigilia. Aléjense de la distracción y no perderán la sabiduría. Los tiempos exigen concentración y vigilancia, para que todos puedan estar resguardados en Mi Espíritu, y a pesar de lo que suceda, sepan qué hacer y dónde estar.

Cuando todo suceda no tengan miedo ni piensen en lo que sucederá. Vivan en Mí y podrán estar en el eterno presente y así actuarán según la Voluntad de Dios, que es simple y amorosa.

Ahora quiero ver en sus rostros una sonrisa por volver a encontrarme y persistir; porque en la persistencia encuentra el triunfo el Plan del Amor en cada una de las almas.

Celebremos esta Comunión en unión a todos los hermanos del planeta, a todos los orantes y espejos que reflejan el Amor de Mi Corazón al mundo.

Sonrían, sonrían a Dios. Él también debe ser consolado por Sus hijos, así Él les derramará la Fuente de Su Providencia y de toda Su Gracia, y muchas almas más serán tocadas por este impulso de Luz.

Ahora adoren Mi Corazón cantándome “Vine a adorarte”.

Y como hace dos mil años, vuelvo a repetir:

 

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia.

Bienaventurados los mansos de corazón, porque heredarán la tierra prometida.

Bienaventurados los humildes de corazón, porque siempre encontrarán la paz.

Bienaventurados los simples de espíritu, porque siempre verán a Dios.

Bienaventurados los que Me viven, porque siempre Me encontrarán.

Bienaventurados los que Me adoran en el Santísimo Sacramento,
porque los esperaré en el Reino de Dios para llevarlos Conmigo a la Eternidad.

 

Les agradezco por haberme recibido, por haberme escuchado y por haberme sentido por tan solo un minuto, por haberme alabado, por haberme honrado, porque todo no llegará para Mí sino para el Creador, que es quien los ama desde el principio hasta el fin. Desde lo más pequeño de ustedes hasta lo más grande, Él lo ama todo, porque en Su Amor está la paz y su bendición.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que la paz esté en ustedes y sean la paz para el mundo.

Sigan cantando.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 34.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo Soy ese Corazón que vive por ustedes y en ustedes, cuando Me lo permiten.

Soy ese Corazón que nunca fracasa y que renueva todas las cosas, de tiempo en tiempo, así como Mi Dios lo necesita, para este mundo y el Universo.

Soy ese insondable Corazón que derrama las Gracias en aquellos que más las necesitan y sobre todo en aquellos que se perdieron de Mi Camino de Redención.

Soy ese amoroso Corazón que los congrega y los une al Padre, por medio de este encuentro y en cada oración diaria que es pronunciada por sus corazones.

Así, Yo formo a los apóstoles en el profundo silencio de Mi Espíritu y entrego Mis designios para cada uno, para que los puedan cumplir como están previstos en el Universo.

Hoy, Yo vengo desde un lugar muy lejano de este Universo, lo que ustedes conocen como el Centro del Universo, lo que rige a esta galaxia a nivel espiritual e inmaterial.

Vengo a pronunciar al mundo Mi Gobierno, que es el Gobierno de Dios, que gobierna los mundos, las estrellas y las esferas celestes, en todos los planos.

Vengo con aquellos que hoy viven Conmigo la potestad de Dios, los seres iluminados y resplandecientes que vivifican a Dios eternamente y en alabanza.

Con ese principio, Yo los congrego a todos en Mi Corazón Sacratísimo y vuelvo a encender en sus vidas el propósito que vinieron a cumplir en esta vida y en este planeta, algo que es imborrable en la Consciencia de Dios; porque Él pensó desde el primer momento en cada uno de ustedes, para que se unieran a Él, a través de los tiempos y de las experiencias.

El mal no conoce esto, porque no conoce el amor y le tiene miedo al amor. Cuando el amor está presente entre ustedes y entre las consciencias, todo es invencible porque está Dios.

Así como Yo estoy aquí con ustedes, en omnipresencia y en espíritu, así está Mi Padre con ustedes, a través de Mi Corazón de Luz. Es algo que nunca pueden olvidar, a pesar de lo que suceda en sus vidas y en la humanidad. 

Cuando las grandes estructuras de la humanidad comiencen a moverse, nadie podrá sofocarse ni perturbarse. Será el momento en que sus fortalezas estén bien firmes, para que Yo pueda seguir derramando Mis Gracias en aquellos que la merecen en plenitud y en verdad.

Por eso, Yo Soy ese Corazón confiante que se dona a ustedes todo el tiempo, que no mira sus pecados ni sus deudas, sino su filiación con Dios, algo esencial que nunca podrán perder, por nada.

Cuando las almas abren las puertas al mal, se comprometen con la involución y las vidas de esas almas retroceden gradualmente. Así como un ave vuela a la altura de las montañas, el alma cae gradualmente en los abismos.

Y así, junto a Mi Madre y San José, Yo vengo a socorrer a los que deben corresponder al llamado y están perdidos. Pero no podrá ser eso por mucho tiempo, compañeros, porque muchos ejércitos despertarán en los tiempos de emergencia que ya están viviendo. Abran sus ojos y vean lo que sucede en el mundo, día a día.

Sentimos que, para la humanidad, no es suficiente el caos y se aferra al sufrimiento a través de sus decisiones que influyen en las naciones y en los pueblos y atraen la acción furiosa de la Ley de la Naturaleza sobre la humanidad.

Mientras el mundo siga sacrificando a los animales, el mundo sufrirá. Y aquellos que imploren de corazón por Mi Divina Misericordia, así como hoy lo hicieron ustedes, muchas cosas evitarán. Pero no podré evitar, compañeros, lo que la humanidad debe aprender.

Decídanse a ser Mis columnas de luz en este planeta, para que Yo pueda depositar Mis Códigos y reunir a los autoconvocados en el Cenáculo de Mi Corazón.

Será de esa forma, compañeros, que Yo iré llevándolos a vivir el Juicio Universal; les mostraré cómo él está sucediendo en esta humanidad, rápidamente.

Dentro y fuera de los seres se vive el Juicio Universal.

Pero no deben temer a la Justicia de Dios, porque Dios es el Amor vivo y eterno. Son el mundo y la acción de la humanidad que traen la Justicia de Dios. Dios nunca los castigará. Él los corregirá para que puedan caminar en la luz, verdaderamente.

Aquel que se decide, en este último tiempo, a vivir en Mi Corazón Sagrado no perecerá. Pero vivir en Mi Corazón requiere un compromiso y una fidelidad para con Dios. Un acto de consagración que pueden vivir Conmigo, de formas diferentes. Pero esa consagración no puede quebrarse, no puede romperse por nada. Será esa consagración que los protegerá y estarán unidos a Mí cuando Yo ya no esté aquí con ustedes, compañeros.

El mundo, día a día, toma decisiones contrarias a la Leyes de Dios y atrae la deuda impagable que genera la humanidad. Yo necesito que coloquen su consciencia en la consciencia del planeta, que es la casa que Dios escogió para ustedes desde el principio de la Tierra, desde el origen del proyecto del Génesis.

La humanidad siempre se ha desviado del Camino de Dios, a través de los tiempos. Por eso la intercesión divina de Mi Madre ha sido incalculable. Su bondad y amor para con Sus hijos la han hecho persistir, a pesar del sufrimiento generado a los Sagrados Corazones y al Corazón bondadoso de Dios.

El mundo no coloca atención a las heridas que ocasiona al Universo y, sobretodo, al Universo Material: al planeta, a los continentes y a los mares; a la vida animal, vegetal y mineral. ¿Cómo podrían estar presentes, compañeros, en este planeta, si no existieran los Reinos Menores, que les dan el equilibrio y la vida para poder evolucionar?

Si en los otros mundos de este Universo existe la vida, ¿cómo los Reinos no podrían estar aquí? Son imprescindibles para ustedes, para que puedan aprender a sentir a Dios y a vivificarlo por medio de la Creación expresada en este planeta.

Aún las transgresiones son muy graves y la balanza de esta humanidad está en desequilibrio.

Mientras pueda, compañeros, vendré a llamar a los que no Me escuchan aún y ustedes tendrán ese compromiso Conmigo, de darme a conocer a las almas perdidas en los abismos de la superficie de la Tierra.

Mi Madre los amparará en esta tarea.

No necesito que atraigan multitudes, sino corazones verdaderos que quieran vivirme.

Y hoy presento ante ustedes Mi Sagrado Corazón nuevamente, para que vean cuánto amor él tiene por cada uno de ustedes y por los que no Me escuchan.

Mi Pecho explota por no poder derramar tanto amor; el amor que cura, que sana y que vivifica a los corazones en Dios.

Al menos, compañeros, contemplen diariamente un Rayo de Mi Corazón y así, Me agradarán por aquellos que Me niegan.

La negación no es solo en las almas que están en este mundo, sino a veces también en aquellas que están consagradas y que no creen en lo que Yo les digo; pero lo que Yo estoy escribiendo aquí, se cumplirá.

En este lugar perdido del mundo, del Uruguay, quedará la señal de Mi Presencia, evidente para todos.

Cuando pasen los años recordarán y sabrán todo lo que Yo hice aquí, con ustedes. Porque en esos años que vendrán y que llegarán, las cosas estarán más difíciles en el mundo, y deberán recordar Mis Palabras como tesoros de luz, como llaves que abren las puertas a los Cielos, para que puedan socorrer a las almas que caerán aún más en el pecado y en la tentación.

Hoy, vengo a implorar al mundo que tenga piedad y que no se olvide de Dios, porque Él está muy ofendido y Sus lágrimas ya son grandes ríos en el Universo.

Emmanuel implora a Sus hijos por despertar, por consciencia y prontitud. Su Proyecto está en juego por las decisiones de los hombres, de las naciones y de los continentes.

El pueblo de Dios no puede perderse en el desierto, como fue en el pasado; debe encontrar la Tierra prometida que vive en Mi Sagrado Corazón.

Recuerden, compañeros, que Yo Soy la Verdad y la Verdad les traigo para que no estén engañados en este tiempo.

Recuerden que Yo Soy el camino que nunca se cierra y que abre las puertas para que todos puedan entrar, aun cuando Me olvidan muchas veces, sin percibirlo, y se alejan de Mí.

Recuerden compañeros, que Yo Soy la Vida, la Energía y el Principio que los motiva a la renovación y a la unión con todo el Universo, que los acoge en su Misericordia.

Si ustedes, por un momento, desde el Universo vieran a este planeta, llorarían; no por lo que ven, sino por la ignorancia del mundo y por la ceguera de muchos corazones que no aceptan vivir el Amor de Dios, que no lo buscan y que lo rechazan.

Hoy, compañeros, Yo no vengo a evangelizarlos, sino a transmitirles el sentimiento de Dios, desde lo profundo de Su Corazón, desde la Consciencia de Emmanuel, el Padre que los escucha y los ama.

Si a los que Yo he convocado a servirme en este tiempo no se unen, ¿cómo se cumplirá Mi Proyecto? Dejen para atrás sus ideas y sentimientos, sus divisiones e incomprensiones, de los unos para con los otros.

Amen, así como Yo los amo todo el tiempo.

No rechacen lo que Yo les digo y vívanlo con determinación y valentía, así podré enviar a los ángeles para que los ayuden, en el invisible silencio de su santa presencia.

Yo vengo a depositar en cada uno un tesoro incalculable, del que deberán dar cuenta en el tiempo final, compañeros. Porque para que Yo esté aquí, entre ustedes, y los haya llamado, muchas cosas tuvieron que suceder en el Universo.

Aporten al Plan lo que el Plan necesita y no retengan más las cosas.

Todo lo que tienen es de Dios y del Universo.

Al Universo volverán desnudos, sin ninguna posesión, ni ninguna propiedad.

Al final, quien esté despierto comprenderá lo que digo y lo que repito hace 2000 años.

La última oferta que tengo para el mundo es Mi Sagrado Corazón, pero aún no todos han entrado en Él, en confianza y sin miedo.

Yo no les pediré cosas imposibles, conozco sus flaquezas y sus caídas, porque Yo he estado a su lado, caminando en las márgenes de los abismos, para que no pudieran caer.

No conocen el mal. Con el mal no se juega ni se compromete.

Su unión está en el Amor de Dios y en la hermandad que ofrece el Universo todos los días, para que los soles puedan brillar en este último ciclo.

Y a través de Mis Palabras, los coloco sobre Mi Pecho, para que puedan sentir el latir perpetuo de Mi Corazón, que late por cada uno de ustedes.

Fue ese Corazón que sufrió por ustedes en la Pasión y en la Cruz.

Fue ese corazón humano de Jesús el que conoció la condición humana y la ignorancia del mundo, la negación, el rechazo y la omisión de los corazones.

Pero el Amor de Dios era tan grande en Mí, compañeros, que todo Yo lo pude superar, porque confié en el Amor de Mi Padre y no Me aferré a las pruebas que Él Me colocaba.

Un verdadero cristo del nuevo tiempo, se entrega al Universo en confianza y cree, viviendo Su fe.

Sean Cristos de Mi Corazón y no teman serlo.

La persecución no ha terminado y el mundo deberá purificarse; pero en el fin de los tiempos, cuando estén Conmigo, Me conocerán cara a cara, así como una vez Me conocieron en Tierra Santa, lo que los ha traído aquí para servirme.

Sean pescadores de Mi Proyecto y lancen las redes en oración, para que las almas se puedan salvar y sean retiradas de los abismos de su consciencia y entren en la gran barca de Mi Corazón, para vivir la paz.

A través de Mí y de Mi Corazón Mi Padre les habla y en este suelo sagrado deposita Su confianza en los que se autoconvocaron para cumplir con Su Voluntad.

Si Yo vengo del Cielo, también es el Cielo el que los abraza y los eleva, en consciencia y amor, al Corazón del Padre.

Los sellos del Apocalipsis se abrieron y oremos para que en el mundo todo sea más leve y las almas encuentren a Dios y a Mi Sagrado Corazón.

Santísimo Corazón de Cristo
convierte nuestros corazones en llamas sagradas
de Tu Divina Misericordia
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén. (x3)

Para que los catorce coros celestiales que hoy he congregado aquí derramen sus gracias, pido que escuchen el campanario por catorce veces, en unión y alabanza a cada uno de los catorce coros; en representación del Arcángel Miguel, del Arcángel Gabriel y del Arcángel Rafael. Escuchamos desde el Universo.

En este momento hagan su oferta a Dios, al Altísimo, en el silencio de sus corazones y en unión a los catorce coros.

Mi Dios, yo creo en Ti...

Quisiera que esta oración del Ángel de la Paz fuera repetida al final del Misterio por las Naciones, durante siete veces, para que el Ángel de la Paz también pueda interceder por los ángeles de cada nación y de cada pueblo.

Recuerden responder al llamado de María, pues su Madre también los necesita para realizar la gran Obra de Dios, en estos tiempos.

Los catorce coros celestiales que hoy he traído aquí, a Aurora, para cada uno de los corazones que participa de este encuentro, son los coros que cantan eternamente a Dios, desde antes que ustedes existieran, como esencias.

Piensen entonces, compañeros, por un instante, cómo el canto, la voz y el verbo sagrado es perpetuo en estas consciencias angélicas, desde eones de tiempo.

Son los que construyen los Universos con la voz y los que forman las melodías y armonías, para todas las galaxias.

Son los que atraen las corrientes de Dios para los universos y alimentan el espíritu de la consciencia a través del Amor del Padre, de Emmanuel.

En unión a ellos, compañeros, y al Sagrado Corazón de su Rey, cantaremos el Kodoish melódico, para traer la Gracia de Dios a este planeta, en aquellos que se abren para recibirla, en esta última hora.

Kodoish...

Y ahora, compañeros, entrego para ustedes el bálsamo de Mi Amor y de Mi Compasión por el mundo, por todas las almas consecuentes con Mi Corazón Misericordioso y con Mi Obra Redentora.

En unión a los catorce coros celestiales y a Mi Espíritu Divino de Amor y de Verdad, oremos:

Abbun debashmaia...
(Padre Nuestro en arameo)

Y hoy Me podré ir de aquí con la alegría de que oraron de verdad a Mi Corazón Misericordioso, implorando por este pueblo y por toda esta región del Sur de América, para que triunfen y tengan victoria los Sagrados Corazones de María, de San José y de Jesús. 

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora canten al Arcángel Rafael, que es la aurora que amanece en los corazones que despiertan.

Vayan en paz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 34 ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi Silencio no es por ustedes, sino por el mundo que no quiere escuchar.

El silencio habla de la Voluntad de Dios y de su destino, de una decisión celestial para este mundo y para los que persisten en la fe.

No quiero que intenten saber lo que he revelado hasta este momento. Es suficiente para ustedes, compañeros, que Yo esté presente para derramarles Mi Gracia y Mi Piedad.

Recemos para que los Planes de Dios se cumplan hasta el último momento. Eso es lo que necesito en este momento, lo que he recibido de sus corazones a través de este encuentro de oración Conmigo.

Reciban Mi Paz y Mi Misericordia. Eso es lo que los hará libres para poder llegar a Dios.

Quien lava sus pies reconoce que aún debe ser purificado por Mi Luz. Y después de su purificación, encontrar la calma en su vida para poder vivir en la paz.

Santifico esta agua creada por Mi Padre, porque de Mi Padre proviene y a Mi Padre volverá, sanando todas las heridas de las consciencias.

 

Padre Santo, lava y purifica a Tus hijos con el agua que has creado a imagen y semejanza de todos los elementos de la Tierra.

Que a través del lavado de los pies, las almas se consagren a Tu Corazón y los ángeles derramen sus Rayos de Misericordia en cada gota que es vertida sobre los pies de Tus hijos.

Que ellos vivifiquen su redención y que encuentren en este tiempo la alianza definitiva Contigo, hasta que Yo retorne al mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Y hoy vuelvo a entregar para ustedes el símbolo perfecto de Mi Amor por todas las esencias creadas a imagen y semejanza de Mi Padre.

Hoy vengo a verter, especialmente sobre ustedes, los códigos divinos de Mi Sangre; Sangre derramada por el mundo y la humanidad, y por cada ser de este planeta.

Reciban esta Gracia y vívanme hasta que Yo retorne.

 

Padre Nuestro...
 

Me elevo hoy al Cielo, al corazón de este Universo, contemplando sus oraciones.

Espero que mañana ya tengan más luz y devoción, más esperanza y renovación, por todos los que no Me escuchan.

¡Les agradezco!

Bajo la bendición de todo el Universo, los absuelvo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y hoy cantarán el Pater Noster (Padre Nuestro), para glorificar a Mi Padre, porque Él Me ha enviado entre ustedes y en ustedes, para poder llegar a los demás.

Sean chispas de luz en estos tiempos, para que las tinieblas no oscurezcan el mundo.

Sean consciencias verdaderas que espejan la paz y el amor al mundo.

Recuerden al Arcángel Miguel, su Padre fiel y compañero durante las batallas. Que Su Espada de Luz los encomiende a Dios y Su reinado descienda sobre aquellos que lo invocan en honor a Dios y a Su Trono celestial.

Paz para el mundo y redención para los que no escuchan, pues éstos, que serán los últimos, abrirán los ojos muy tarde.

 

Canción: Confiemos todo al Señor...

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, es una alegría haber compartido este día con ustedes, y como dijo Cristo, mañana estaremos con más devoción, con más fe, elevando nuestras oraciones al Cielo por ese propósito del Maestro.

Queremos compartir con ustedes, antes de cerrar, un breve relato de lo que pasó durante la Aparición de hoy, porque muchos de ustedes quisieran preguntar qué fue lo que sucedió.

Hoy, el Maestro cuando llegó de una forma bastante especial e inusitada, reveló un secreto.

A veces, como también lo hace María cuando viene, nos visita y nos muestra algunas cosas de las que deberíamos tener consciencia para poder ayudar a cambiar.

Pero como son algunas cosas de las que nosotros no podemos tener consciencia porque son un secreto, Él usó esta Aparición, por decirlo de alguna forma, para hacernos un llamado de atención sobre algo que el Universo está sabiendo que podría suceder.

Como los Mensajeros Divinos a veces hacen, nos advierten, nos llaman la atención, nos informan de que nosotros tenemos que seguir un cierto camino para que algunas cosas no sucedan.

Entonces, durante toda la Aparición de hoy, el Maestro durante el mayor tiempo posible, mostró muchas cosas, infinitas, tantas, que muchas no quedan grabadas en nuestra consciencia  pero que Él fue dejando impresas con Su Presencia, con Su Energía.

Los ángeles que acompañaron al Maestro lo apoyaron y ayudaron a hacer esa revelación, que duró bastante tiempo. Y después, lo que Él hizo fue dirigir esas palabras hacia nosotros.

Y algo que sí puedo decir de todo ese secreto, que Él permitió y autorizó, fue: ¿Qué es lo que sucede, por ejemplo, cuando una consciencia no quiere dar el paso? Cómo eso repercute, por ejemplo, no solo en la vida de una consciencia, y de todas las vidas que están por detrás de esa consciencia, como decía hoy la Madre María Shimani al principio, sino también, por ejemplo, en una nación. Y cómo eso, nuestra consciencia, en nuestra vida diaria, no está encarnado.

Era algo así que Él nos intentaba explicar. Cómo ese llamado que hace la Jerarquía es tan importante y tan determinante para que algunas cosas puedan cambiar a tiempo, muchas cosas de  la humanidad se puedan salvaguardar por intervención de la Jerarquía, y muchas otras se pueden evitar.

Y Él sabe que la respuesta de la humanidad, de la mayoría, no es suficiente. Ese era el pesar hoy de Cristo, en la Aparición.

Algo que tal vez uno podría preguntarse es: ¿Pero por qué el Maestro revela cosas que no son buenas, si Él es un ser de luz, no? ¿Por qué viene con esa insistencia? Porque muchos podemos preguntarnos eso. A veces también la Madre Divina muestra cosas que tienen  relación con ese asunto.

Es porque realmente ellos están haciendo hasta lo imposible con nosotros y con la humanidad para que algunas cosas puedan ser evitadas y no sea necesario que debamos sufrir; porque Dios quiere que no suframos, que nadie sufra.

Pero la humanidad está tomando una determinación. Las naciones, las consciencias, según la Jerarquía Divina, está tomando una determinación, una actitud, una respuesta, para con el Universo, que no es positiva.

Por eso Él decía hoy en la Aparición, también decía, nos hacía recordar que nos llamaba a ese recogimiento, para que nosotros, cuando Él está presente podamos percibir cuál es la urgencia de lo que Él nos llama a vivir, de lo que nos llama a atender como humanidad, como hermanos.

Así que más o menos eso fue lo que sucedió, lo que les puedo compartir.


Madre María Shimani de Montserrat:

Creo que toda la humanidad sabe, ha estado escrito en todos los libros sagrados, lo que está previsto si es que nosotros no cambiamos de actitud. Y algunos podrán sentir: "pero yo estoy aquí, estoy cumpliendo con mi parte, ¿por qué voy a tener que pasar por algunas cosas?"

Nunca hay que arrepentirse de estar con la Jerarquía; porque cuando uno trabaja para Dios, trabaja sin esperar ningún resultado, lo hace por amor. Y bajo ese amor y en esa protección, siempre estará.

Porque nosotros somos representantes de esta humanidad, pero no somos toda la humanidad. Nosotros estamos representando, algunos a este país, pero no somos todo este país.

Pero nunca tenemos que hacer las cosas esperando un retorno, una recompensa o que las cosas sean como nosotros las necesitamos, porque entonces estaríamos trabajando para nosotros y no para Dios. Aquel que trabaja para Dios nada espera, solo poder servirlo y amarlo, y tener la certeza absoluta que está en Su Mano y en Su Corazón.

Entonces, sigamos adelante hasta el último momento, haciendo todo lo que debemos hacer; porque esa paz que vamos a tener en nuestro corazón, solo eso nos lo podrá dar.

Así que sigamos todos adelante, porque los milagros... es el momento de los milagros. Es el momento de que todo pueda acontecer porque todo está permitido. Y uno no sabe cuándo un corazón va a despertar, cuándo algo que suceda va a hacer que una consciencia se de cuenta de que puede hacer mucho más.

Así que nosotros los invitamos a luchar hasta el final, sin bajar los brazos, porque eso es lo que Dios necesita.

Nos vamos a ver mañana, vamos a orar como nos pidió el Señor, con más devoción, más fuego, y vamos a esperar Sus Palabras, ese Amor incalculable y toda esa Luz que Él está derramando aquí, en este lugar, en este Reino de Aurora y en todos nosotros.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Veneren y adoren al Señor Crucificado.

 

Por los martirios soportados,
por los dolores transmutados,
por la victoriosa Misericordia alcanzada,
Cristo Redentor, libéranos de las amarras.
Amén.

(x 3 veces)

 

Hoy vine aquí, mostrando Mi Costado para el mundo, desde donde brotó lo más insondable para todos y desde donde sigue brotando para toda la humanidad, hasta los últimos días de la Tierra.

Vean al Señor en recogimiento, preparando su momento para poder resucitar en más corazones que están muertos y que no me viven.

Vean al Señor junto a Sus Coros, penetrando los abismos de la Tierra a través del recuerdo de Su Crucifixión, para la salvación de la humanidad y la liberación de todos sus pecados.

Vean, a los pies del Sepulcro, a los Ángeles Custodios en adoración, para que pronto retorne el Hijo de Dios hacia la humanidad.

Los invito a todos a venerar Mi Cruz como una victoria, como la realización  de la Obra del Altísimo en aquellos que saben distinguir los prodigios del Mesías, de su Señor.

A Mi derecha, el Arcángel Metatrón, disipando hoy los abismos del mundo y a las tinieblas que abrazan a los corazones dormidos.

Su Fuego violeta todo renueva.

Su Luz ilumina lo que está oscuro, en unión al Hijo Predilecto, su Señor Jesucristo.

Dejen, compañeros, que esa llama se vierta en sus consciencias y almas.

Llamo a los que se han consagrado a Metatrón para esta tarea planetaria de liberación.

Vean los Aspectos de Dios manifestados en Resplandecencia y Luz sobre el mundo.

En esta hora de crueldad humana y de profunda indiferencia, retiren de sus corazones cualquier desunión con ustedes mismos, o con sus semejantes.

Dejen que este Fuego de Metatrón descienda en sus espíritus para que los purifique y los eleve a Mi Reino.

Vean la lanza ardiente de Metatrón en Su sagrada mano, que decreta los poderes del Cielo y los unifica con todas las almas.

Vean ese Fuego Solar y violeta que desciende sobre el mundo, en esta hora de conflicto y de falta de Paz.

Vean los prodigios que el Santo Padre Metatrón realizó a través de Mi Cruz contra los demonios del mundo y las bestias infernales que sucumben a los corazones perdidos.

Él es el transformador de la materia corrupta.

Él es el fuego que sublima las fricciones entre los corazones.

Él es el Unificador del pensamiento entre  las consciencias y el Patriarca de los elegidos.

Él es el portador del mensaje universal de la Llama Trina, el fuego incandescente del fuego liberador de todas las formas.

Hoy vean a Mi Cruz como una gran victoria y no como un fracaso, como muchos lo creen en la inmensidad de su ignorancia.

Vean al Hijo de Dios en el Sepulcro siendo exaltado, restaurado y transfigurado por los ángeles de la Luz y las legiones de los Padres Creadores que vivieron este Misterio junto Conmigo durante Mi Muerte y aun, cuando descendí a los infiernos para desterrar a los ambiciosos, a los perseguidores e infieles a la Ley.

¡A cuántos Yo retiré del abismo durante Mis días de sepultura!

Mientras Mi Padre Me tenía en brazos y mientras las mujeres santas oraban  en adoración a las afueras del Sepulcro, no dejé de trabajar por el mundo ni un solo minuto, esperando Mi Resurrección en el silencio.

Repitamos:

Arcángel Metatrón,
Patriarca y Portavoz del Fuego Divino,
trasciende la materia en liberación.
Amén.
(x 3 veces)


Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús dice ahora  que tenemos que hacerlo con un poco más de fe interior.
 

Arcángel Metatrón... (x 6 veces)

Y así, compañeros, podrán liberar los malos espíritus que corroen a las almas y a los corazones dormidos que aún no aceptan a Dios en el verdadero testimonio de la resurrección de Su Hijo y de Su segundo retorno al mundo, en el momento más crucial de la humanidad.

Cuando sientan falta de fe imploren y decreten, por esa oración, al Arcángel Metatrón, el Padre que transforma a través de Su Fuego Divino y que eleva a las almas por medio de la liberación.

Así podrán ver, queridos compañeros, cómo la Obra de los Padres Creadores es única y Omnisciente, cómo todas esas sublimes Consciencias intercedieron durante Mi Pasión por la salvación de los pecadores y de todos los mortales.

¿Cuál fue el gran misterio que reveló el Sepulcro durante los tres días en un profundo silencio? Fue la liberación que el Amado Hijo de Dios, Jesucristo, junto a Metatrón y Miguel realizaron de todos los infiernos de la Tierra por un ciclo de dos mil años.

Y aunque el mal aún esté presente en los corazones y en la superficie del planeta, deben creer, compañeros, que su cautiverio terminará y que su libertad estará  cerca, para el próximo mundo.

No esperen ver resultados con prontitud, pero sí, sacrifiquen sus vidas para que la Nueva Tierra pueda nacer en la victoria y el triunfo de Mi Sagrado Corazón.

¡Cuántos ángeles del Cielo hoy visitan sus moradas y las moradas de sus hermanos que hoy no están aquí, pero sí presentes en Mi Corazón Sacratísimo!

Tomen su cruz con coraje y valentía, y trabajen todos los días por su redención, así como Yo se los he enseñado amorosamente por medio de la paz, la compasión y la misericordia.

No sean más indiferentes con sus semejantes.

Quiebren y rasguen sus estructuras para que el verdadero espíritu del Cristo interior pueda nacer cuando Yo ya no esté más aquí, entre ustedes, dirigiendo Mis Palabras para el mundo.

Sean consecuentes con el Universo, y vivan su cruz como una perfecta alegría de poder servir a Dios hasta el fin de sus días.

Al menos, compañeros, háganlo por Mí y no me fallen.

Esta Obra, que hoy reúno en ustedes y entre ustedes, fue escogida por Mí con mucho amor después de Mi Pasión, de Mi Resurrección, de Mi Aparición a través de los tiempos y de la revelación de Mis íconos Sagrados de la Faz de Mi Misericordia y de Mi Gloria hasta los tiempos de hoy.

En este presente, la Obra continúa en unión a su Santísima Madre María.

Si ustedes compañeros, no apoyan este Plan, ¿quién lo cumplirá?

Nosotros venimos del Cielo con Metatrón para traerles la Gracia y la Piedad.

Ustedes, remanguen sus vestimentas y trabajen en los caminos que Yo construyo para que la Obra se cumpla, así como está previsto en el Corazón de Dios.

Si la Obra no se cumple en cada parte del mundo que nosotros amorosamente visitamos, ¿cómo se salvará la otra parte de la humanidad y despertará?

Podría enviar millones de ángeles para el despertar de los corazones sin su ayuda, pero, ¿cómo, compañeros, serán Cristos en colaboración al Plan de Mi Padre? 

No se olviden de todo lo que están recibiendo.

Deberán dar testimonio y juicio en el último día de la Tierra, y así sabrán que Yo he dicho la verdad y que aún separaré la paja del trigo.

Manténganse firmes, en oración y vigilia Conmigo, porque al fin verán su gloria en el Paraíso.

Incienso...

Padre Nuestro en arameo.

Y ahora purifiqué sus faltas para que, renovados por Mi Espíritu, carguen con la cruz de la redención y de la paz, que traerá la oportunidad para muchos corazones de la Tierra en la constitución que Yo hago y en la efusión que Yo construyo a través de esta Orden, con Mi Espíritu Sagrado.

En Presencia Amadísima del Arcángel Metatrón, entonemos Su nombre sagrado, para que Sus legiones auxilien y acudan a los corazones más necesitados, en esta hora de la Pasión del Señor en lo alto del calvario espiritual de todo el planeta.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de nuestro Señor Jesucristo nos ponemos de pie.

Quien tenga  cruz, de los peregrinos presentes, el Señor pide que coloque esa cruz sobre el pecho para que Él la pueda bendecir también, en la Presencia de Metatrón, mientras cantamos e invocamos Su nombre.

Vamos a cantar Kodoish melódico y cuando el Señor diga, Nuestro Señor, comenzaremos a cantar.

Kodoish...

Metatrón...

Kodoish...

Que este recuerdo nunca se borre de sus vidas, y deben saber que cuentan con una intercesión divina que viene en auxilio de la humanidad en esta época, al igual que los demás Padres Creadores.

Que la confirmación de su cruz sea la entrega absoluta al Creador para esta sagrada tarea.

En nombre de los Cielos, den la paz para el mundo, Yo los bendigo a ustedes, a sus hermanos, familiares, necesitados y a todos los objetos sagrados que representan la presencia de la fe en los corazones.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Jerarquía Divina de Ángeles y Arcángeles... (x 3 veces)

 

Este es el aceite de la simplicidad para los que viven la consagración monástica a Mi Corazón.

Hoy a todos señalaré con una cruz para que el Padre, en Su Misericordia, a pesar de lo que suceda en el fin de los tiempos, los recuerde y los ayude.

 

Canción: "Cristo del Calvario".

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Canción: "Escúchame, Redentor"

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.

Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.

Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.

Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender  las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.

Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.

Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.

Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.

Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.

La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.

No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.

Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.

Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.

Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.

Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.

Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.

Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.

Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.

No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.

Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.

En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.

Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.

Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.

Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.

Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.

Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.

Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que  ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?

Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.

Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.

Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.

Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.

No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de  perfección y de santidad en ustedes.

Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.

Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.

Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.

Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.

Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.

Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.

Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.

Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus  corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.

Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.

En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.

Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.

Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.

Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.

Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.

En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.

Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.

Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 32ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras las almas Me viven, sus corazones se encienden en Misericordia y eso es algo verdadero, eso es algo que Yo siempre busco de todos los corazones de la Tierra.

Hoy Me muestro a ustedes en Gloria.

Así como Yo Soy en el Cielo, así Yo Soy ante Mi Padre, quien merece gloria y alabanza.

Hoy vengo de un lugar del Universo muy especial, hacia donde podrán ir, algún día, después de que se cumpla Mi Obra en esta humanidad.

Quisiera que hoy no solo contemplaran Mi Corazón, sino también que lo sintieran aquí, presente entre ustedes, comulgando con la esencia de la unidad y de la hermandad entre todos los espíritus de buena voluntad que, a través de los tiempos, se congregan para escucharme, así como una vez Me escucharon en Tierra Santa.

Por eso, Mi Padre los ha colocado aquí, en esta parte del planeta, para que volvieran a vivificar Mis Principios de instrucción y de transformación.

Hoy sí puedo extender Mi Mano sobre ustedes y posarla sobre sus cabezas, como lo ha pedido Mi Madre en Sus oraciones perpetuas.

Hoy sí puedo decir que el Amor de Dios vence y que todo lo transforma, cuando Él es reconocido de verdad, por las almas que lo claman sinceramente.

Hoy, Mi Gracia se aproxima al mundo oscuro para volver a iluminarlo en Mi Espíritu; en Mi Espíritu de Paz y de Misericordia.

Pero hoy, compañeros, no solo estoy con ustedes sino también con aquellos que abren sus corazones y sus hogares para recibirme en esta comunión espiritual, con el Corazón que los ama permanentemente, sin restricciones ni condiciones; con el Corazón que sufrió por ustedes los martirios de la Pasión y de la Cruz; y  que, en el momento culminante, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Pero hoy no quiero que piensen quiénes fueron en ese momento, sino que Me vivan en este eterno presente, del cual Yo los hago partícipes, a cada nuevo encuentro.

Hoy, muchos de los que están aquí representan a las naciones del planeta, sus deudas y sus compromisos. Yo necesito, compañeros, que sus corazones sean Mis misioneros de la paz, como lo han sido los que Me han servido en Medio Oriente, en medio de la tribulación y del caos, confiando plenamente en los pasos de Mi Santa Madre, que se regocija en los corazones que aman Mi Corazón y  Mi Misericordia.

Hoy, vengo a entregarles lo que necesita el mundo para este último tiempo, que es el Amor de Dios que debe renovar todas las cosas y que debe redimir a los corazones que aún están cerrados a Mi Llamado.

Pero Yo espero, como esperé en el Huerto Getsemaní, en la absoluta soledad del Corazón y de la Consciencia, con la asistencia suprema de los ángeles del Cielo, que consolaron Mi ofrecimiento en la Cruz y en la Pasión.

Ya no los quiero ver dormidos.

Mis Palabras son códigos de vida para todos.

Mi Amor es el bálsamo para sus espíritus, es la consolación para las almas, es la cura profunda para los que se han herido con sus propias acciones.

Pero sepan, compañeros, que aún no puedo retornar en Gloria, porque los corazones que Yo he escogido deben estar preparados para recibirme en ese momento, para poder reconocerme y abrirme las puertas de sus almas, para abrazarme fuertemente y saber quién Soy.

Quisiera que no solo Me pudieran  ver, sino que Me reconocieran cuando fuera el momento, ustedes y sus hermanos del mundo, que aún duermen en el sueño de la ilusión, de la realización personal y del poder propio.

Hoy estoy aquí, en Gloria, ante los corazones que Me han dicho “sí” a la redención. Por eso, iré primero a bendecirlos con Mi Espíritu, que es el Espíritu de Dios, que ilumina a todas las formas y exalta los buenos sentimientos de las almas que se reconcilian con Dios todos los días de la vida.

Ustedes Me adoran, Me esperan y Me aman. Yo también los espero, también adoro lo verdadero que son y amo lo que en verdad existe en ustedes, que es lo más bello que Dios creó para este Universo: la Unidad.

Si sus corazones no estuvieran unidos cuando Yo ya no esté aquí, presente entre ustedes, ¿qué harán?

¿Cómo Me esperarán cuando Yo golpee la puerta de sus moradas?

¿Cómo transmitirán Mi Palabra a los que la deben escuchar en esta hora tan aguda?

No tienen por qué perturbarse, eso es cosa de Mi adversario.

Quien acongoja su corazón es porque no Me ama, o aún no sabe cómo vivirme; pero si Yo vengo en Gloria para los que Me corresponden y para los que aún deben despertar en cada parte de esta Tierra, ¿qué tienen que temer, si están en Mi Luz, si creen vivir en Mi Corazón que todo lo puede?

Cuando Yo caí con la Cruz por segunda vez, Mi Madre se acercó, viviendo Mi Dolor, porque era algo compartido bajo el Propósito de Dios, compartir el dolor del mundo y de los pecadores pervertidos.

Ella misma Me elevó, Me levantó del suelo cuando Mi Cuerpo estaba muy cansado; porque era el cansancio de Dios sufriendo en Mi Cuerpo por las almas ingratas, por los pecados del mundo; pero era el amor lo que Me hacía fuerte, no era Mi Voluntad; porque Mi Voluntad estaba en Mi Padre.

Mi Padre estaba en Mi, haciendo Su Voluntad. Es eso lo que ustedes deben vivir, así como Yo lo viví, cada uno en su proporción y en su grado.

En ese momento, en la segunda caída, pensé que iba a morir en el camino del calvario. Y la mirada de Mi Madre fue lo que Me salvó; una mirada de amor, de consolación y de amparo. Allí fue cuando el Arcángel Miguel Me dio fuerzas para erguirme y continuar, y dije en aquel tiempo: Madre, Yo renuevo todas las cosas, porque es Mi Padre el que las renueva en Mí y en Ti.

Deben dejarse renovar por Mi Corazón, que está en oferta para los que quieran recibirlo; porque no habrá para dónde seguir, compañeros, cuando el caos se manifieste; no habrá refugio, casa o persona que los ayude. Mi Corazón es su salvación y su fe eterna.

Así, Yo podré ayudar a Mis hijos cuando esté en sus corazones todo el tiempo, y no solo por algunos momentos.

Necesito que Mi Existencia se expanda en ustedes por más tiempo. Ustedes, compañeros, son depositarios de una gracia inexplicable, de una oportunidad incalculable delante de la deuda del planeta y de la humanidad; por eso, Yo insisto con ustedes hasta alcanzar lo que quiero.

En perpetua Adoración deberemos estar para los tiempos difíciles. Fue así como Yo se lo pedí a Faustina en el Santísimo Cuerpo de Cristo.

En el Sagrario está la Fuerza renovadora para todos los que la busquen.

Los bendeciré e iré con ustedes. Peregrinen a Mi Corazón, y no se cansen de hacerlo; así entenderán muchas cosas en el próximo tiempo.

Ahora, Yo he venido aquí para que todos se sientan purificados, pues Mi Luz se expande como moléculas en todos aquellos que abren sus corazones para recibirla, en gratitud y amor.

Recuesten, en silencio, sus cabezas sobre Mi Pecho, y sientan Mi Corazón Glorificado que consuela y sana todas las heridas, sin importar cual sea, porque para el Hijo de Dios no hay nada imposible.

Si su fe es fuerte, Mi Amor será fuerte en ustedes y se sentirá en los corazones que se aproximen para reconocerme en Mis hermanos.

Esta agua hoy los bendecirá a todos, como símbolo de la renovación de su primer bautismo; y aquellos que no fueron bautizados como Yo, en el río Jordán, recibirán esta primera bendición que los preparará para su primer bautismo, en donde todo mal se disipará, y la Luz de Mi Gloria se establecerá sobre las almas que se regocijarán en Mi Espíritu.

Oremos como el Padre lo enseñó a través de Su Hijo, para que, en Gloria, el Espíritu Santo descienda y santifique esta agua que es la primera señal de la Creación de Dios en este planeta y en todo el Universo, el agua que sacia la sed de las almas.

Alabado sea Dios, glorioso Su Reino. Aleluya, Aleluya, Amén.

Con esta bendición, compañeros, que los Dones de Mi Padre se puedan manifestar en ustedes, a través de la vivencia de los Sacramentos y de la renovación de sus votos con el Proyecto Altísimo de Dios.

Que sus almas se alegren y que nunca dejen de hacerlo, viviendo todos los sacrificios por la humanidad y el planeta, para la redención final del mal.

Mi Corazón hoy triunfó nuevamente en el mundo por su respuesta.

Que Mi Paz se establezca en aquellos que no la tienen.

Que Mi Fe se propague como el aroma sutil del Universo.

Que Mi Amor se expanda como la brisa del viento y que todos sientan la esperanza de vivir en Dios, para siempre.

Yo los bendigo a ustedes y a los que más lo necesitan en este mundo, como lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, elevando Mi Mano derecha hacia Mi Padre, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, que es el Corazón de Dios,  abriendo los Cielos, he invocado al Espíritu Santo.

Así, Yo los bendigo en el nombre Santo de Mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido a la orilla, para llamarlos, como a los apóstoles.

Ayer escuché esa canción y quisiera que hoy la hicieran en gratitud a Mi Padre.

Pueden ir en paz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 30ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Al igual que los doce Apóstoles sentados a la mesa, hoy los tengo a todos cerca de Mí, para colmarlos con Mis Dones de vida espiritual, para mostrarles el Propósito de Dios en estos tiempos de caos.

Yo Soy ese Sol que brilla en las tinieblas de estos tiempos finales.

Yo Soy el Corazón Eucarístico para el Universo de las almas, para todos los espíritus que están en Dios; pero también vengo por los pecadores, por los que Me dan las espaldas a través de los que Yo envío para entregar Mi Palabra de salvación.

Hoy están ante Mi Cenáculo no solo con los doce que Me siguieron en el principio para dar el impulso mayor de la cristificación de la humanidad, proyecto que ha sido alcanzado solamente por muy pocos. No pierdo las esperanzas, la batalla no ha terminado y aún la tregua no se ha establecido porque el Apocalipsis no ha pasado y los corazones no conocen lo que sucederá.

Yo vengo a dar fuerza a los mundos internos en donde verdaderamente vive Dios y Su gran experiencia de amor.

Mientras las fuerzas del mal se desatan furiosamente sobre el mundo para conquistar los corazones, vengo a establecer, en los nunca vistos, Mi verdadero Cenáculo de consagración impregnado por el Propósito de Dios y por Su Divino Pensamiento, en toda esta Creación y para toda esta raza.

Si Adán y Eva rompieron con el proyecto, la humanidad tuvo que asumir sus propias faltas a lo largo de los tiempos y de las generaciones. Pero encarné en este mundo para dar fin a esas cosas.

Yo Me ofrecí por ustedes en la Pasión y en la Cruz, en la Muerte y en la Ascensión, para ser ese hilo de luz que unía todos los mandamientos.

Ahora que ya saben que deben amarse los unos a los otros, deben apoyarse. Deben aprender a sanarse por medio de la experiencia del amor y de la unidad. En eso Mi adversario no podrá trabajar porque no conoce qué es el Amor Verdadero de Dios. Cuando él estaba en el Cielo se confundió y la Ley lo destituyó; será el último que será vencido por la fuerza de Mi propia Sangre cuando retorne al mundo en gloria y en luz.

Mientras eso está por suceder, los buenos cristianos serán perseguidos y los que creen en Mí serán maltratados, no por castigo, sino para que hagan como Yo lo hice. En el silencio Me entregué por Amor, por Redención y por Salvación. No deberán pensar quién lo vivirá ni cómo sucederá. En el Corazón del Padre está todo escrito, mas ustedes seres de la Tierra, creados a imagen y semejanza de Dios desde el inicio del proyecto de la Tierra y de la humanidad, pueden cambiar los acontecimientos cuando son verdaderos, puros y humildes.

Los pecados abrazan a muchos corazones que no encuentran consuelo ni salida.

Yo les doy la tabla de Mi Misericordia para que la hagan conocer. Esa tabla sustituye a sus faltas en el libro del Universo donde todo está escrito, desde el principio y hasta el fin.

Yo les dije hace un tiempo que Soy ese Omega que viene a dar final a todas las cosas, pero para eso será necesario pasar por la transición.

Sé que muchos de sus corazones quisieran escuchar palabras de esperanza, pero este tiempo ya fue escrito en el corazón de los profetas, en los pueblos del ayer.

Yo Soy esa estrella que brilla en el Universo, que ascendió hacia la casa del Padre para primero retornar en la divinidad de los seres y en los espíritus de los obreros de Dios que trabajan sin cansancio para concretar el Plan.

Ya no sufran por sus imperfecciones, solo trabajen para concretar Mis Planes y les daré la fuerza de la transformación y de la vida de todo el Universo.

Yo Soy ese Sol que viene a anunciarse nuevamente en el fin de los tiempos así como una vez vine a este mundo para morir por ustedes.

Yo Soy ese Sol glorioso, ese Sagrado y Glorificado Corazón que les trae la Gracia y la Misericordia; por eso Mi enemigo trabaja para disipar la aspiración de los corazones de encontrar Mi Misericordia y Mi Paz.

Los soldados se forman en las primeras filas del Apocalipsis y el espíritu de todos los hombres se prepara para enfrentar el tiempo final.

Quisiera poder decirles todo lo que está previsto, pero la humanidad cambia el destino de las cosas como consecuencia de sus acciones y de sus cometidos.

Deben aprender a amar la Voluntad de Dios sin juzgarla ni replantearse si está bien o no.

Deben amar la Voluntad del Padre así como Yo la amé y como siempre la amaré, porque es una voluntad colmada por el Amor de Dios, por Su Corazón purísimo y noble para todo el Universo.

La voluntad humana es lo más duro de morir, es la piedra más resistente en el corazón de los hombres y detrás de ella está la soberbia y está la negación.

Vengo a darles el impulso para transformar todas esas cosas, para que no sean los mismos.

Vengo a dibujar, por medio de sus vidas, los nuevos caminos hacia el Señor.

Por eso mientras se purifican o cuando se alegran, deben agradecerle a Dios, porque en verdad Yo siempre les estaré extendiendo Mi Mano para darles fuerza interior y motivos para cambiar la vida, para cambiar la genética de la Tierra, de toda la humanidad.

Vine a través de Jesús para mostrarles el camino de la superación, de la redención, de la trascendencia, a pesar de estar constituido como un Ser Divino.

Los apóstoles alcanzaron los mismos prodigios que Yo viví a través del Arcángel Miguel.

Si ustedes tienen fe, todo es posible y nada se hace tan demorado.

De esa forma el Proyecto de Dios desciende y se realiza en el corazón de todos los seres.

Espero que todas las almas reconozcan Mi Presencia en este lugar en donde la aurora amanece en la vida de cada ser.

Dejo en este lugar olvidado, el refugio de Mi Corazón para los tiempos que vendrán y espero que Mis apóstoles tomen partido para cuidar de este refugio, que espiritualmente dejo aquí y que servirá para las almas que vendrán a buscar ayuda, así como el santo oratorio de Miguel Arcángel.

Vengo a recordarles la humildad de las cosas en la simplicidad de las formas y en la belleza de lo manifestado.

Todos deben ser portadores del espíritu de la armonía y de la vigilancia de todo lo que es sagrado, de los cuidados que eso necesita para que perdure a lo largo de los tiempos.

Todos los orantes tienen la misión, en Mi nombre, de ayudar en la manifestación de los Centros de Luz de las comunidades que Yo establezco, para la gran tarea final.

La Figueira debe seguir dando brotes, flores y frutos para que nazcan nuevos Centros de Luz que servirán de apoyo en la transición de la Tierra y especialmente a los grupos de la misericordia que han respondido a Mi Llamado en todo este tiempo.

Así podrán ver, compañeros, que cuando ya no estemos más aquí para anunciarles Nuestra Palabra, estará Nuestro Espíritu hasta el momento en que Yo retorne a este mundo para volver a redimirlo y encaminarlo hacia la Nueva Humanidad.

No habrá otro lugar en la Tierra hacia dónde ir, sino adonde ustedes han trabajado espiritualmente durante tanto tiempo para aprender e instruirse, para crecer en la oración y en el servicio a los demás.

Cuando todo esté más difícil, Mi Iglesia extendida por toda la Tierra reconocerá lo que Yo hice aquí, y será tarde para los impíos, para los que dicen ser inmortales delante de Dios.

Dios es el Espíritu de Inmortalidad, es el Espíritu Eterno y Omnipresente, así como lo es Su Hijo, que nació del Espíritu de la Inmortalidad para darles la vida eterna y enseñarles a trascender los tiempos por medio del Amor y del Sacrificio.

Instituyo aquí una señal que será vista en el corazón de los que creen no solo por su fe, sino por el amor a lo desconocido, el amor a la superación de sí mismos por Mi Nombre Santo.

Por eso hoy los tengo sentados a la mesa, celebrando esta primera comunión espiritual, en lo alto del Monte Sinaí. Porque recuerden que Yo Soy ese hilo de luz que une los mandamientos.

El próximo mes espero ver aquí, en este Centro, a los que dicen estar Conmigo, para implorar por Mi Misericordia para esta humanidad, pues lo que sucederá con las misiones será importante, y esta obra aquí debe ser apoyada. La Aurora lo necesita, así como la Aurora se los ha dado en cada nuevo encuentro interior.

Los grupos de oración deben organizarse para estar el próximo mes en este refugio que Yo les estoy entregando.

Así constituiremos una nueva ceremonia de redención para los que sufren en la humanidad y serán portadores de Mis bendiciones paternales.

En este sagrado cenáculo, sobre el Monte Sinaí, encuentro a muchos viniendo hasta Mí, para presentarme muchas peticiones.

Yo los escucho cuando la oración es verdadera, así como lo ha sido en estos días, en los que Mi Corazón se alivia de los pecados del mundo, de los que olvidan al Señor.

Es tanto amor el que tengo para darles que no lo soportarían. Cada gota de sangre derramada en la Pasión, fue una gota de amor por el mundo, por cada una de las almas ,en el transcurso de los tiempos.

Si contaran cuánta Sangre derramé en la cruz, en el calvario o en la flagelación, y también con la coronación de espinas, comprenderían cuánto los amo, porque Mi Padre los ama a través de Mí.

Les dejo esta señal y traigo sosiego a sus corazones.

En la Luz que proviene del infinito, Yo los bendigo.

En el Nombre Santo de Mi Padre, en la Luz Victoriosa de Su Hijo y en el Poder de los Dones del Espíritu Santo, uniéndolos con lo Alto y lo Superior, renovando su esperanza y fortaleciendo su fe, para poder vivirme, así como Yo lo espero.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Cristo Jesús Glorificado

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 1, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En esta tarde de Misericordia vengo con el deseo ardiente de volver a encontrarnos, porque aún hay muchas almas en el mundo que no Me quieren ver.

Por eso hoy y en esta semana, los invito a recordar Mi Sacrificio, para que también lo vivan por aquellas almas que niegan a Dios.

Aún existen muchas consciencias sumergidas en el materialismo. Pero aún Mi Misericordia llega al mundo para poder salvarlos.Y en Mi total confianza, seguiré adelante a través de ustedes, para que Mis planes de redención se puedan cumplir.

Desearía que sus corazones estén bien cerca del Mío, pues necesito escuchar el palpitar de sus esencias, porque esta semana no será igual a la anterior, a la que Yo viví con ustedes en el año anterior.

Los tiempos cambiaron mucho, Mis compañeros, y pocos perciben los cambios que han surgido en la humanidad. Por eso hoy les muestro Mi Corazón, el que derrama Sangre y Agua perpetuamente.

Mi Corazón está lleno de Misericordia para todos, pero muy pocos han venido a beber de esta Fuente de Gracias por temor al pecado, al error o a la equivocación. Queridos compañeros, Mi Misericordia no ve esas cosas sino el espíritu de su perseverancia.

En el principio de este encuentro, Yo les envié un mensaje de paz desde las esferas superiores de la consciencia, para que ustedes se pudieran unir a esos principios creadores.

Pero hoy también quiero decirles, Mis compañeros, que vuestro Padre, el arcángel Miguel, acompañándome en presencia y omnipresencia, espera descender sobre este suelo sagrado de Aurora, a través de la manifestación de la sagrada ermita. Ya pasó mucho tiempo del pedido que Yo les hice, Mis amigos. Muchas almas esperan en los mundos invisibles poder pasar por este portal. Y eso será posible a través de su colaboración.

Ustedes sabrán, Mis amigos, que el Cielo tiene muchas necesidades sobre esta humanidad. Y así como los Mensajeros Divinos pedimos muchas cosas, también la humanidad nos pide muchas cosas.

La Gracia es recíproca. Por eso, compañeros Míos, pongamos manos a la obra, pues el arcángel Miguel espera descender y traer Su Gloria a este lugar. Gloria que será irradiada para el mundo, principalmente para aquellos corazones que deben ser exorcizados.

Sigan orando por esta causa santa. El Padre Creador se los agradecerá. Sigan invocando Su Santo Nombre en sus corazones, porque así también estarán llamando por Mi Gracia Universal.

El arcángel Miguel y Yo somos uno solo. Él fue el gran Mensajero de Dios para aquellos tiempos pasados, en donde Él Me ayudó a cargar con la Cruz de esta humanidad.

Pero Él viene ahora en su auxilio, luminoso y alado, para traer Su liberación a la humanidad, lo que las almas esperan hace mucho tiempo.

En esta Sagrada Semana, compañeros, deseo que puedan revivir Mi Pasión, así como lo hicieron en el año anterior. Pero en este tiempo, en esta Sagrada Semana, sus corazones ya deberán estar maduros pues necesito, en este ciclo, recoger todos los talentos que Yo deposité en ustedes, pues la emergencia planetaria es muy grande y las almas piden por auxilio y por liberación y será a través de sus corazones, de sus instrumentos internos, que son las almas alabando a Dios, donde Yo podré realizar Mis obras y llegar a los lugares inhóspitos, en donde ni siquiera existe la luz ni el amor.

Repitan para Mi Corazón glorificado sus súplicas e intenciones internas, pues Mi Corazón está abierto para acoger sus pedidos. Porque durante esta Semana Sagrada, Yo iré trabajando con cada uno de ustedes. Intentaré mostrarles las señales que Yo necesito que vean, para que sus espíritus y consciencias puedan madurar.

Me alegra profundamente volver a encontrarlos, porque esta Semana Sagrada es especial para el mundo, principalmente para aquellos que no reciben nada. Por eso, Yo estoy convocando a todos los servidores, para que se arriesguen a venir hasta aquí y compartir Conmigo la emanación del Amor de Mi Corazón que es necesaria para el mundo y para grandes partes de esta humanidad que ya no aguantan más, que necesitan de Mi Misericordia a través de sus espíritus mediadores.

Yo les traigo la convocatoria final para que sean, ahora y siempre, Mis apóstoles. Vivan Mi mensaje en la práctica y en la vida, vivan Mis enseñanzas por encima de todo, pues ya están preparados, Mis compañeros, así como Yo preparo a muchos espíritus a lo largo y ancho del mundo, que siempre Me sienten en sus corazones y responden a Mis comandos celestiales, sirviendo a las almas más necesitadas y carentes, escuchando a los corazones más pobres y moribundos. Y principalmente llevando la Luz y Mi Amor.

Quédense quietos, pues Mi energía está trabajando en ustedes.

Esta es una de las últimas Gracias que Yo derramo sobre el mundo, antes de Mi Retorno a la Tierra. Por eso, guarden cada código de Luz que Yo deposito en ustedes.

Recuerden las palabras que Yo les dicté al principio de este encuentro.

Vivan Mi Mensaje, vivan Mi Mensaje y sean Mi Mensaje para todos.

Sientan Mi Corazón, que se aproxima a sus espíritus.

Sientan el regocijo de Mi Amor.

Entren en Mi Regazo de Luz, porque allí siempre todo estará bien.

Olviden lo que sucedió. Vivan el eterno presente Conmigo, así recibirán lo que el Cielo quiere derramar a través de Mi Corazón.

Solo los necesito cerca de Mí, para que puedan sentir Mi Esperanza y Mi Aliento.

Yo vengo aquí por todos, principalmente por aquellos que ya no están aquí, los cuales espero, en la paciencia infinita, que algún día retornen a Mis Brazos, a pesar de los caminos que escogieron para sus vidas.

Yo convoco a todas las ovejas a formar parte de este gran rebaño de luz universal, de estos núcleos de luz profundos que vive su consciencia interna, pues es hora de despertar. Su consciencia profunda los está llamando para que realmente vivan lo que han venido a vivir en nombre del Señor. El mundo lo necesita y muchas almas también lo esperan.

El Plan se cumplirá también a través de todos los servidores. Todo está unido a un mismo hilo de luz, desde la Tierra hacia el Universo, más allá de este Universo material.

Convoquen siempre a vuestro Padre Eterno. Él será la fuerza que los moverá, que los transformará y los purificará.

Mi Corazón será su refugio. Por eso, llegó la hora de estar preparados y de no perder el tiempo en las cosas superficiales.

Reafirmen su voto de compromiso Conmigo, pues Yo espero todos los días, dentro del gran silencio universal en el cual Yo vivo, que cada alma de esta Tierra pueda escuchar Mi último llamado, pues estoy cumpliendo la promesa de retornar, primero desde el espíritu, para después manifestarme en Gloria para toda la humanidad.

Pero Yo necesito de testigos fieles, que puedan dar el ejemplo de lo que han vivido y que también Me puedan esperar cuando se aproxime la gran hora hacia la humanidad. Ese será el momento, compañeros, de que todo estará cumplido, así como fue escrito en el principio.

Ustedes son parte de una historia universal que está siendo escrita en los libros del Creador. Ustedes deben ser las plumas en la manos de Dios, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.

Los invito, compañeros, a la consagración de los elementos sagrados, que serán para ustedes el Cuerpo y la Sangre de su amado Redentor.

De la tierra surge el trigo, producto del trabajo de los hombres. De este trigo nace la harina para que surja el pan de vida para la humanidad. A través de este ejemplo, compañeros, los invito a recordar sus orígenes, pues deberán volver al principio de todo. Así como surgieron del Todo pronto volverán al Todo, porque allí se fundirán con la Esencia de Dios.

En aquel tiempo, cuando Yo estuve con ustedes, presente, celebrando Mi última cena, este mismo pan que está frente a Mí, estuvo sobre la mesa, siendo ofrecido al Creador como el Cuerpo glorificado de Cristo, aquél que sería mutilado, martirizado, flagelado y herido para la liberación de los pecados de las almas.

Que este Cuerpo santificado represente para sus memorias y principalmente para sus células, la búsqueda constante de la unión con Mi Espíritu, con Mi Divinidad y con Mi Glorificación.

Reciban en esta hora los Rayos de Mi Luz.

La uva también es producto de la tierra y del trabajo de los hombres. Pero a través de este ejemplo, Yo les doy a beber de la renovación, de la transfiguración, de la transustanciación de las partículas impuras que forman parte de esta consciencia planetaria.

En aquel tiempo, cuando Yo Me encontraba sentado a la mesa con los Míos y con muchos de ustedes, como almas en gloria y en alabanza, Yo les dí de beber a todos del código perfecto de Mi Sangre, donde no existe ninguna impureza, sino la máxima expresión del Amor que fue derramada por Mí durante la flagelación, el calvario y la cruz.

Reciban en esta tarde, los Rayos de Mi infinita Misericordia y recuerden beber de esta Sangre, con reverencia y amor, pues ella siempre los renovará, los transmutará y los liberará, siempre y cuando recuerden que Yo estoy presente en todo los creado.

Recemos como en el Monte de la Bienaventuranzas.

Oración: Padrenuestro en arameo.

Y a través del agua que lavará sus pies, se encuentra el símbolo de la purificación, en donde las heridas, los pecados y los errores son lavados por la castidad que representa el agua misma.

Cuando reciban esa bendición, recuerden que estarán siendo liberados de las amarras. Porque el agua guarda el código de la pureza original, de lo que existió en el principio en el Génesis, lo que santifica a las almas, las purifica y también las renueva, bajo el Espíritu Santo de Dios.

Tráiganme aquí el agua.

Oración:

¡Oh! Sangre de Cristo derramada sobre el mundo
purifica nuestra alma, alivia nuestro corazón
Ten piedad de nosotros, Señor
(se repite tres veces)
Amén

Las mujeres de Betania, prepararon los pozos de luz para que los códigos de Dios fueran derramados y los enfermos pudieran ser curados por el bautismo que Yo impartí después de Juan, Mi amado hermano.

Recuerden los pozos de Betania y de Samaria. Allí, cuando Yo pasé, dejé un principio fundamental para el mundo: la renovación del Sacramento del Bautismo y de la Fe para todas las almas que tenían fe en el Hijo de Dios, a pesar de no conocerlo, ni saber en verdad quién era o de dónde venía. La fe cura a las almas y les trae la esperanza para poder proseguir adelante.

Por eso, en esta tarde de Misericordia, bendigo este sacramento, esta agua casta y pura, para que sirva de cura para las almas y de liberación de los pecados del mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

A pedido de Nuestro Señor escucharemos el Padrenuestro en latín.

Para aquellos que puedan, arrodillarse, para recibir la bendición de Nuestro Señor en este primer día.

Canción: Paternoster

Bajo la bendición de las esferas celestiales, recuerden que en este día y por los días que vendrán, los estaré congregando en el Espíritu de Mi Amor, para que sean motivados a seguir adelante. Y a pesar de las consecuencias, vean la Luz de Mi Presencia en el horizonte, la cual siempre estará presente en sus internos.

Envío Mi abrazo de luz a Madre María Shimani y a la Hermana Lucía, pues en esta Sagrada Semana estarán presentes en Mi Corazón.

¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!

Creen puentes de luz durante estos días, así Yo podré ayudarlos y entregarles la esencia de Mi Amor.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DIA 2, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Dice el Arcángel Miguel: "Adoren el Sacratísimo Corazón de Jesús, es motivo de honra, glorificación y Misericordia".

 

El Poder de Mi Corazón es desconocido por muchos. Por eso, Yo vengo en este tiempo para revelarles ese secreto; después de una gran batalla viene el momento de la restauración, de la cura y de la sanación, a través de las obras que realizan Mis ángeles custodios.

Yo envío a cada uno de ellos para que desciendan a la humanidad y curen a todas las almas, principalmente aquellas que reconocen Mi Sacerdocio y que trabajan junto Conmigo, sin separarse ni tan solo por un momento.

Yo vengo aquí en esta tarde para revelarles el poder de Mi liberación, aquél que Yo alcancé en la Cruz después de la Muerte.

Después de tanto tiempo vengo a buscar a aquellos que Me condenaron, que Me martirizaron y a los que Me clavaron en la Cruz sin una mínima gota de compasión.

Por eso, Yo abro Mis Brazos misericordiosamente, no solo para asistir a la humanidad, sino a todos aquellos estados de consciencia que la humanidad no quiere ver, ni reconocer.

Pero el tiempo de la Ley Suprema está llegando y todo lo que fue dicho se cumplirá. Verán en el horizonte las cosas surgir, la Aurora que nace y la luna que se ensangrienta marcando una nueva señal para el mundo.

Aquello que fue dicho en el pasado por los grandes patriarcas se volverá a vivir y todos participarán de ese misterio tan desconocido.

Mis Ojos de Luz hoy los observan con caridad y compasión. Observan a cada uno de ustedes y a cada uno de los que escuchan Mi Voz. Sus almas se vuelven cristalinas ante Mi visión y todo lo puedo ver, hasta lo más profundo de sus consciencias.

Llegó la hora, en este tiempo, que venga a decirles la Verdad, la Verdad que los preparará y los conducirá hacia la meta. Pero sepan, Mis rebaños, que deberán dar testimonio de Mi Presencia en el mundo, para que todos Mis hijos que están bien confusos, hasta aquellos que viven Mi mensaje, puedan resucitar por Mi Presencia, por Mi Amor, por Mi Misericordia.

Aún no han comprendido qué significa que derrame esa Luz tan preciosa todos los días a las 15 horas, en donde Mi Luz desciende a la Tierra, abriendo Rayos de Luz sobre todas las consciencias, para que el mal se pueda extirpar y todos puedan redimirse a través de Mi Presencia Misericordiosa.

Hoy estoy en lo alto de un gran monte invitándolos a subir hacia la cima para que se puedan encontrar Conmigo y que Yo les pueda hacer sentir lo que hace tanto tiempo quiero que sientan en sus corazones.

Sé que muchos de ustedes no comprenderán Mi Misterio, pero guarden Mi Presencia en sus vidas como una llave primordial. Confíen en este tiempo en todo lo que están viviendo; cada cosa tiene su lugar y su tiempo y Yo acompaño a todos aquellos que se animan a decirme "sí".

Abro las puertas para los corazones que están heridos, y resucito a los espíritus que están muertos en vida.

Abro los corazones que no tienen luz y los reúno a todos alrededor de Mi mesa sagrada.

Lo más importante que quiero decirles en este día, es que guarden memoria de todos los encuentros que han tenido Conmigo. Sepan que Yo vengo a conducir sus seres superiores.

La materia morirá sobre la Tierra, pero el alma seguirá su camino de evolución. Mi principal objetivo es que alcancen la Gran Estrella y se puedan fundir Conmigo en el Espíritu de Dios.

Por eso Yo estoy aquí, compañeros, para abrir sus ojos nuevamente. Necesito de su "sí" sincero y definitivo, para que Yo pueda construir en Mi regreso las nuevas moradas.

Yo los reúno nuevamente alrededor de Mi Corazón Sacratísimo y les muestro el valor y el poder de Mi Corazón luminoso, para que lo puedan identificar como el gran lucero de este Universo.

A aquellos que Me digan "sí", Yo los auxiliaré.

Esta montaña espiritual en la que hoy Me encuentro, es la misma en la que Yo estuve pronunciando las Bienaventuranzas.

Por donde Yo he pasado sobre este mundo han quedado Mis huellas.

Los que confían en Mi Presencia,a lo largo de los tiempos, han podido recurrir a Mi auxilio primordial. Yo les he donado Mi Cura y Mi Misericordia. Y todos aquellos que han confiado en Mi pasaje por Tierra Santa, recibieron lo que Yo tanto esperaba en sus corazones.

Por eso, es un ciclo de grandes oportunidades para todos. Arriésguense a morir a través de Mí. Nada les faltará. No estarán solos, mas estarán en Mi Confianza Divina y Mis Palabras de Luz reverberarán en sus corazones, para que puedan ser sembradas las semillas de luz, aquellas que nacerán y brotarán en la Nueva Tierra, la Tierra que tanto buscó el pueblo del desierto. Una Tierra espiritual e inmaculada, un Reino de bienaventurados y de buenos servidores que están alrededor Mío constantemente, donde Yo espero que muchos más puedan entrar, en espíritu y en consciencia, en serenidad y en paz.

Hoy ha acontecido una gran liberación en el mundo. No es por acaso que todas las almas se reúnen a través de Mi Pasión. En cada año que viven este nuevo misterio, todo puede ser liberado, y Mi Corazón abre las puertas para los que han caído, cura lo que nadie ha podido curar y sana lo que nunca nadie pudo sanar.

Ya he dicho mucho para ustedes. Es importante que guarden Mis Palabras para los momentos difíciles.

Ante cualquier situación, de cualquier gravedad o dolor, mírenme a los Ojos.

Ante cualquier perturbación, disociación o desconfianza, mírenme a los Ojos.

Cuando todo parezca que está caído y se sientan vencidos, mírenme a los Ojos.

Cuando no tengan fuerzas de seguir adelante y la amargura sea más extensa que la esperanza, mírenme a los Ojos.

Sientan Mi Presencia. Ya estoy retornando para rebautizarlos con Mi Espíritu de Misericordia.

Mírenme a los Ojos y sientan a Dios en todo lugar y en todo espacio.

Mírenme a los Ojos. Aunque el mal los quiera sucumbir, Mi Poder los salvará porque estoy en todo y con todos hasta en los más pequeños detalles.

Mírenme a los Ojos y no Me pierdan de vista.

Mírenme a los Ojos, estoy aquí para curar su senda.

Mírenme a los Ojos, estoy aquí porque los necesito.

¿Quién se animará a dar un poco más? Yo Soy el gran pilar para sus vidas, la Llama del Corazón que encandila la oscuridad.

No teman sufrir, mas teman cuando no puedan servir; el servicio está en todo y Dios está en todo servicio.

Mírenme a los Ojos, porque así Yo les podré decir por dónde seguir y andar.

Mírenme a los Ojos y sientan la Presencia de Mi Amor, el Espíritu que conforta y anima; que cura y que redime.

Mírenme a los Ojos cuando comulguen Conmigo, así serán uno Conmigo y Yo seré Uno en ustedes. ¿Se arriesgarán a ser uno Conmigo? Este es Mi llamado, Mi petición y Mi gran aspiración.

Mírenme a los Ojos y confíen en Mí.

Y antes de la bendición de los sagrados elementos que formarán parte de Mi Cuerpo y de Mi viva Sangre, Yo les contaré un hecho que sucedió en el sepulcro, que también ayudó en Mi restauración y Resurrección: Mi Madre, María, amaba el incienso. Ella lo colocaba en cada lugar de la casa preparando Su momento de oración con el Padre.

El incienso aproxima a los ángeles de Dios y ese misterio fue vivido también Conmigo en el sepulcro, mientras María y las mujeres oraban. Todo el espacio era esparcido por el olor de un buen incienso.

El incienso representa la manifestación física del Espíritu de Dios. Es un elemento sagrado que usaban los patriarcas y los eremitas para exorcizar los males que se gestan en este mundo.

Pero hoy Yo traeré una bendición especial sobre esos elementos, en este segundo día, para bendecirlos a través del Espíritu de Mi Padre y preparar sus consciencias para el momento de la unión Conmigo a través de la Comunión. Prepárense para ese momento.

Deseo también, queridos compañeros, que de todas las partes del mundo Me envíen sus intenciones y pedidos, para que Yo las pueda bendecir y responder, según la Voluntad de Mi Padre.

Por eso, preparen para el día de mañana una cesta dorada, para que todas las almas escriban directamente sus intenciones y Yo las pueda recibir en Mi Corazón. Aunque Yo ya las conozco, es necesario para sus corazones compartir este gesto de amor Conmigo, esta bendición pastoral de todas las intenciones de Mis hijos del mundo.

No se extiendan en escribir sus necesidades. Lo simple, Yo lo reconoceré como algo importante, porque lo más necesario, queridos compañeros, es expresar las intenciones de cada ser con las pocas palabras que irradia el corazón, así estará todo dicho.

 

Jesús nos dice que todos los hermanos que están en sus hogares, pueden tener entre sus manos un pedacito de pan para la consagración. Él también lo bendecirá.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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