APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos:

A pesar de las caídas o de los desiertos, hoy están aquí, delante de Mí.

A pesar de las tribulaciones o de las agonías, hoy están aquí, delante de Mí.

A pesar de lo que les parece incierto o imposible a ustedes o a la humanidad, hoy están aquí, delante de Mí.

A pesar de lo que vive el mundo entero y esta civilización, a pesar de que los conflictos se siguen ampliando y agravando, a pesar de la división de las familias; hoy, queridos hijos, están aquí delante de Mí; y la Luz Interior del Reino de Lys se enciende en los corazones que creen en ella, el Santuario Interior emerge de los mundos internos y, a través de las almas, ilumina la tribulación de estos tiempos, para que todas las corrientes contrarias sean disipadas y disueltas, para que las almas más perdidas de este mundo, especialmente las que están en un gran cautiverio espiritual por interferencia de Mi adversario, hoy alcancen la liberación y la paz.

Hijos, a pesar de todo, hoy están aquí, delante de su Madre Celeste, atravesando aún el fin de estos tiempos, aprendiendo aún de lo desconocido que es este momento planetario.

Hijos, tengan fe; hoy están aquí, delante de Mí, y eso nadie lo puede impedir, en este mundo ni en ningún otro.

La Mujer Vestida de Sol, aquella Grandiosa y Humilde Señora que apareció e hizo brillar el cielo de Fátima, trayendo el don de la Profecía y del Mensaje, hoy vuelve a estar aquí con todos Sus hijos y el mundo.

Y el gran testimonio de Mi Materno e Inmaculado Corazón es que, a pesar de todo lo que puedan vivir ustedes y sus hermanos del mundo, hoy tienen la Gracia de estar aquí, delante de Mí, para que una vez más se reconsagren a Mi Materno e Inmaculado Corazón, para que esta luz que hoy encienden a través de sus velas, no solo encienda sus mundos internos, en la Fe, en la Esperanza y en la Misericordia de Dios, sino que también esta Luz Interna del Reino de Lys, que hoy emerge de los corazones que creen en ella, redima a este mundo, convierta a esta civilización de superficie, despierte la consciencia del ser humano al don de la paz, del amor y del bien.

Hoy, a pesar de todo lo que ve su Madre Celeste de este momento planetario, el alivio de Su Corazón Inmaculado lo encuentra a través de los que están aquí, delante de Mí. Esto no es parte de un misterio, sino que es parte de la revelación de Mi Amor por ustedes, hijos Míos, de la oración perpetua por cada uno de ustedes y por sus seres queridos, para que reencuentren siempre, todos los días, los caminos hacia la paz, el bien y la caridad, dones preciosos que les permitirán vivir en la Unidad de Dios.

Por eso, Mis amados hijos, no crean en sus flaquezas, crean en los dones y las virtudes que Mi Padre les dio, que les otorgó a través de la Presencia de Mi Amado Hijo, el Cristo.

Delante de un mundo en caos, en perdición y en confusión, no se olviden de que Fátima siempre los llevará a la paz y que su Sagrado Santuario Espiritual, formado por las almas preciosas de este mundo, todos los días trece se reenciende para toda la humanidad sin condiciones.

A través del legado de Mis Apariciones en Fátima y, principalmente, de Mi Mensaje al mundo, Yo vengo a invitarlos a cruzar el portal hacia la universalidad, en donde Dios es para todos sin condiciones, en donde Él abre las puertas a todas Sus Criaturas, principalmente a las más pecadoras y perdidas.

Hoy, encendiendo esta vela delante de sus corazones, que representa la llama perpetua y eterna de Lys, el Amor inextinguible de María por todos Sus hijos, los invito a donar sus dones y virtudes a Dios, para que Él pueda aliviar el sufrimiento, la desesperanza, la indiferencia, la falta de amor entre hermanos y hermanas de este mundo.

Después de tantos años de encuentros con Mi Corazón Inmaculado, Yo vengo a pedirles algo muy simple pero profundo, quiero que a partir de hoy sus vidas sean el propio Mensaje de Fátima, para que la pureza original de esta raza no se pierda, para que la esperanza regrese a las familias divididas de este mundo, para que la Unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo sea una bendición para todos, para que más almas en este mundo reencuentren la fe y la comunión con Mi Hijo.

Hoy, Lys abre su gran portal de Paz y de Misericordia junto a Polonia y, a través del Sagrado Retiro de Mi Hijo, Galileum, las santas Jerarquías del universo y todos los ángeles que hoy acompañan a su Señora transustancian las materias más corruptas de esta superficie, convirtiendo la Misericordia en dones de Gracia, de dádivas y de un especial regalo de Dios a cada uno de Mis hijos, un regalo espiritual que Él les concede a través de Mi Materno Corazón.

Lys viene a corregir lo que nadie quiere corregir, no con severidad, sino con amor, con caridad y con el servicio de los ángeles del Reino de Lys, que hoy están presentes en la órbita de la Tierra, unidos a la gran red de imploración universal, a través de Mis Sagrados Espejos Celestes.

Que los códigos de la pureza, de la paz, de la reconciliación, de la Misericordia, del perdón y de la redención, hoy puedan renovar la vida de todos Mis hijos, especialmente la de aquellos que están desesperados y perdidos, especialmente la de aquellos que ya no creen en el Amor de Dios.

Hoy, Mi Corazón transmutador se ofrece para liberar las amarras y las cadenas de Mis hijos, que aprisionan a todas las almas y no les permiten caminar hacia Dios.

Él Me ha pedido, en este 13 de mayo, traerles Sus Gracias y Sus Dones, volverles a presentar Su Faz de Misericordia y de Piedad, eterna Presencia del Único Dios que con Su Faz ilumina el camino de Sus hijos, guía a las almas hacia el Propósito interior de la existencia, hacia el reencuentro de la pureza y de la inocencia original.

Que a través del Sagrado Santuario del Reino de Lys, expuesto hoy como Terafín de la Madre del Mundo en este mes en el que se siembran las semillas de Luz de la Jerarquía, su transformación sea ya una realidad en los próximos meses y en los próximos tiempos, y no un dolor; para que puedan caminar con esperanza renovada y encendida por todos aquellos que sufren y que desconocen, por la consciencia de este herido planeta azul.

Su Madre Celeste les presenta las Gracias de Dios en este día, como mérito de la fidelidad de los que siguen al Corazón Inmaculado de María, a través de la oración perpetua e incansable.

Por eso, como en el principio, les vuelvo a decir: ¡Hijos amados, alégrense y ya no sufran! Hoy están aquí delante de Mi Inmaculado Corazón, Sagrario que se ofrece a cada uno de ustedes para que lo puedan llevar en sus esencias y en sus almas, para que contemplen Mi Corazón en sus corazones y puedan estar siempre unidos a Mí en espíritu y en alma, para que la gran puerta de la Misericordia, que expresa Polonia, nunca se cierre, para que las almas del mundo entero crean en la Misericordia de Dios y en el fin del cautiverio que traerá el Retorno de Cristo.

En simples palabras, hijos Míos, les pido que, en este 13 de mayo, sus vidas sean Mi propio Mensaje de Fátima para el mundo; les pido que sean instrumentos de la paz y del bien, que busquen la unidad en todas las circunstancias de la vida, que busquen la fraternidad, apreciando las diferencias, sublimando las propias ideas y centrándose en la Llama del Propósito de Dios, en Su Amor Eterno e Inextinguible que hoy Mi Corazón Inmaculado les trae como un testimonio de Paz y de Amor para el mundo.

Por eso, vuelvo a recibir, desde su mundo interior, el Acto de Consagración a Mi Corazón Inmaculado:
 

Inmaculado Corazón de María,
fuerza, luz, protección y esperanza,
en Ti nos renovamos, a Ti nos consagramos
para que seamos testigos, ahora y siempre,
del triunfo de Tu Inmaculado Corazón
en toda la humanidad.
Amén.
(tres veces)



Y ahora, para que el amor del Reino de Lys-Fátima se irradie al mundo entero, en este momento especial, cantarán: “Ave, Ave María” y sentirán, junto a ustedes, a los ángeles de la guarda, elevando este ofertorio al Corazón del Padre Eterno para que las más profundas experiencias de amor y de perdón, de caridad, de bien y de fraternidad se puedan establecer en el mundo en estos tiempos, como preámbulo del triunfo de Mi Inmaculado Corazón.

Canten a la Madre de Dios.

Canción: “Ave, Ave María”.

Hoy, Mi Materno e Inmaculado Corazón se eleva al Cielo, llevando Consigo las flores de las almas y de todos los corazones, frutos perpetuos de la oración del corazón; flores que colocaré a los Pies del Padre Celestial para que Él siga concediendo Gracias a este mundo sufrido, a través del don de la paz y de la esperanza para el mundo, bajo el espíritu de la renovación del Reino de Lys.

Yo les otorgo la reconsagración a Mi Corazón Inmaculado y, a través de esta reconsagración de sus almas, reconsagro a la humanidad al Corazón de María.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Vayan en paz.  


  
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Voy a comenzar el relato por el momento de la Aparición.

Ustedes vieron que la dicción de algunas palabras no me salía muy bien, no era por falta de concentración o por no estar viendo bien a María, todo lo contrario, la energía que Ella trajo hoy era muy contundente.

Como bien dijo la Madre Divina, Ella hoy nos trajo el Reino de Lys, Su Santuario Interior y, a través del Reino de Lys, nos trajo ese gran portal que expresa Polonia por medio del canal de la Divina Misericordia. A través de esa unión entre este lugar, Lys en Portugal y el canal de la Misericordia en Polonia, la Jerarquía espiritual y la Jerarquía angélica llevaron adelante una gran tarea en la órbita de nuestro planeta.

Y si recuerdan un pasaje del Mensaje en el que, a pesar de todas las cosas que Ella mencionó hoy, todos los motivos, situaciones que nos pueden apartar de Dios en estos tiempos de tribulación, María afirmó: “Hoy, están aquí, delante de Mí”; y ¿será que nosotros entendemos qué es lo que significa para nuestra vida estar delante de Nuestra Señora?

Ella hoy nos hizo esa pregunta para que nos interroguemos a nosotros mismos en nuestras oraciones: ¿será que tenemos fe que Ella está aquí, y que ha hecho un milagro en la vida de cada uno de nosotros, más allá de los altibajos que vamos a vivir?

Ella nos dijo esto con un Amor profundo que brotaba de Su Corazón. Y, cuando Nuestra Señora nos dijo esto, en forma concomitante, la Jerarquía espiritual y angélica llevaba esa tarea adelante en el planeta. Ella recogía esa Luz interior de cada uno de nosotros que hoy mostraba, que es la Luz de nuestra esencia, la Luz que es nuestro verdadero ser, no todas las capas que a veces nos envuelven y nos traen problemas.

María nos reveló nuestra Luz interior, que Ella preciosamente ha alimentado año tras año, momento tras momento, no solo aquí, sino también en Sus hijos que ahora están en el Santuario de Fátima.

Hubo algo que Madre Emaús nos dijo en la intención de la oración y que María lo afirmó hoy, que todo lo que permitió este movimiento, profundamente espiritual y un poco desconocido, fue la simplicidad; que estemos ante la simplicidad de María, de Su humildad y de Su servicio, atributos que María nos invita a vivir todo el tiempo, que norteen nuestras vidas y, siendo ese norte en nuestras vidas, nosotros estaremos unidos a Su Corazón.

La vida de los Cielos, hoy, nos dijo María que es muy simple.

Y cuando les dije que las palabras no me salían muy bien en la Aparición, fue por lo que Ella nos estaba mostrando. En un momento del Mensaje, nos dijo: “Hoy, el Santuario de Lys es formado a través de todas las almas que creen en él”.

Ella nos mostró que ese Santuario se reflejaba dentro de cada uno, y cada uno de nosotros tenía una parte de ese Santuario, como piezas perfectas que había construido Nuestra Señora espiritualmente en las almas. Y hoy esas piezas se unieron perfectamente como una sola, ¿y saben qué fue lo que sucedió? Se expresó el Santuario interno de Lys, donde todos estábamos reunidos con María, Nuestra Señora.

Y, para terminar, Ella nos habló de nuestra reconsagración, ya que la Fuente de las Gracias, que nos trajo María, estaba abierta. Entonces, tenemos que saber que hoy llevamos una Gracia que Ella nos dio para nuestra vida y para aquellos que vamos a encontrar en nuestro camino.

En este tiempo, María nos pide ser instrumentos de la paz y alejarnos de la desunión, de la crítica, de la discordia, de la falta de fraternidad y de amor. Si nosotros seguimos haciendo esto, Ella nos dice que no estamos viviendo Su Mensaje; pero también nos dijo que tenía fe en que eso iba a cambiar, porque si estamos aquí, delante de María, es porque podemos.

Este es el Mensaje tan simple y profundo que Ella hoy nos trajo; y, para terminar, nos pidió reconsagrarnos a Su Corazón Inmaculado.

Entonces, cantamos “Ave, Ave María”. Ella no cantaba, porque no canta para Sí misma. Miren Su grado de humildad y simplicidad, Ella solo sonreía, escuchando nuestras voces, tal vez un poco desafinadas, pero lo que sale del corazón es lo más afinado que existe, es el amor que nosotros le damos, y Ella nos retribuye con un Amor más grande que el que nosotros tenemos.

En ese momento, de canto y de comunión con el Corazón de María, nos reconsagramos. Ella le dejó a cada una de nuestras vidas un camino abierto para que nos animemos a recorrerlo, el camino de nuestro Propósito interior, lo que verdaderamente vinimos a hacer en nuestra vida y para qué vinimos a servir.

Ella nos dijo que siempre estará a nuestro lado, aunque termine Su tarea pública algún día, porque lo que nosotros tendremos, como un gran tesoro, es el Amor que nos ha derramado encuentro tras encuentro.

Hoy, Ella se fue feliz de aquí, aun contemplando el mundo en caos durante la Aparición. Pero cuando las almas se encienden, a través del Corazón de María, Ella nos dijo que el adversario, el error o el pecado no prevalecen, porque salimos de esa coordenada y nos unimos a Dios a través de Ella.

Intenté que la explicación fuera lo más detallada posible.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como dijo María, vayamos en paz.

Gracias a todos.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, en el día en que se conmemora la Señora del Santísimo Rosario de Fátima, la Madre Celeste llega al mundo para compartir, con algunos de Sus hijos, Sus más profundos dolores del Corazón; dolores que muchos no conocen ni saben, por los que Yo les pido que recen para aliviar el Corazón de la Madre de Dios, para que los pecados sean revertidos por el Amor de Mi Inmaculado Corazón.

Hoy reúno, en los planos internos, a las almas que se congregan ante la Madre Divina para compartir este momento planetario.

Por esa razón y por ese motivo, estoy uniendo en este momento, el Reino de Fátima y el Reino de Aurora, como un solo corazón y una sola esencia para que, en este día, pueda ser concedida la paz al mundo, especialmente en aquellos lugares que más la necesitan y en donde muchos hijos Míos corren peligro, no solo de vida, sino también de espíritu.

Como hace más de cien años atrás y como en los últimos años que he venido a su encuentro, Yo les pido que recen por la paz, porque si no hay paz en el mundo, no habrá cura ni tampoco renovación.

El Reino de los Cielos está aquí arriba, esperándolos a que depositen cada cuenta de oración en las manos de la Madre Celeste, en su Señora del Santísimo Rosario.

A través de Mi Corazón, Yo les traigo todo el Reino de Fátima, con todas sus consciencias y ángeles, para que la vida espiritual de la humanidad, en este día especial, pueda ser reparada y convertida, para algún día poder ser redimida.

La Madre de Dios no solo recuerda Sus siete principales dolores, dolores que han cambiado con el tiempo, porque hay cosas más graves que suceden en el mundo, las que Mi Hijo no esperaba que sucedieran. Por eso, Él se entregó hasta la Cruz y los salvó con el precio de Su Sangre.

Hoy el Corazón Inmaculado de María, rodeado por la Corona de Espinas de los pecados más bajos del mundo, viene a ser aliviado por las oraciones de Sus hijos y la fe de los corazones buenos, los que siempre dicen sí a la Madre de Dios.

Por eso, los invito a transmutar Conmigo esta situación planetaria, a que sus internos y sus consciencias se abran para servir, en los ejércitos de la Madre de Dios, en todos aquellos que se postulan a formar parte de las legiones de Cristo, en pro de Su Retorno al mundo.

Como hace cien años atrás, pero hoy en este lugar sagrado y bendito para Dios, vuelvo a retornar a la humanidad, lo mismo que una vez le entregué para poder poner fin a la guerra de aquellos tiempos difíciles y dolorosos para toda Europa.

Hoy le retorno a la humanidad este mismo Legado que una vez dejé en Fátima, que es un Legado espiritual, un tesoro inmaterial, un Legado incalculable e infinito que proviene de la Fuente de Dios, de la que surgió su Madre Divina.

Desde ese lugar, que no es conocido, que es parte de un misterio que hoy se devela, que es parte de la Divina Voluntad, les traigo a ustedes y a sus hermanos del mundo, como también a las naciones, la oportunidad de retornar a su pureza original; porque el mundo ha perdido completamente su pureza y al perder su pureza original ha perdido la inocencia.

Esto lleva a que algunos hijos Míos se ofrezcan a Mi Corazón Inmaculado, un Corazón espinado y herido por los pecados del mundo, especialmente por aquellos que rechazan a la Madre de Dios, que es la Madre de todos, es la Madre de la humanidad.

A través de esta oferta que hoy les hace Mi Corazón Inmaculado, Yo les vuelvo a traer la Fuente del Reino de Lys-Fátima, que guarda como tesoro espiritual una parte del gran Legado de Mi vida en la Tierra, como también una parte del Legado de Mi Asunción a los Cielos.

Sus vidas, a través de Mi Corazón, deben ser la continuación de ese Legado y de esa trayectoria. Por eso, Mi amado Hijo, a los pies de la Cruz, le entregó a la Madre de Dios todos los hijos de la humanidad; para que ellos se redimieran, se convirtieran, se reconciliaran y fueran algún día el testimonio del Amor de Dios, del Amor del Dios vivo.

Para que eso sea posible, hijos amados, vuelvo a aceptar los sacrificios, las renuncias y todas las entregas posibles que, como hace cien años atrás, compensaron los gravísimos errores que hundieron a la humanidad en la guerra y el sufrimiento; y esto permitió que la Luz de la Esencia Divina de la Madre de Dios brillara como un gran sol en Fátima, en el sexto mes de esas Apariciones.

Ese sol, que no es como el que los alumbra todos los días, es un sol que en aquel tiempo se apareció y se materializó para llevar adelante un cambio radical en toda la consciencia humana.

Pero los efectos de esa sagrada tarea se fueron desvaneciendo de los éteres de la consciencia del planeta, aunque la Madre de Dios siga retornando al mundo para llamar a Sus hijos a la conversión. 

Hoy sus vidas deben ser ese mismo sol que ilumine la oscuridad de estos tiempos con actos de amor y de misericordia, con gestos de perdón y de reconciliación. Ustedes tendrán todas las herramientas para poder hacerlo en el camino de la oración que es una escuela continua y eterna; pero también encontrarán esas herramientas en los Sacramentos, que son los que los hacen vivir la redención.

Uniendo el tiempo de Fátima con el tiempo de Aurora, en un solo corazón y una sola esencia, Yo les traigo, hijos Míos, la última oportunidad de ayudar a cambiar a este mundo desde la consciencia, para que algún día cambie todo lo material, todo lo que se ha pervertido y no ha cumplido con las Leyes de Dios.

Es así que hoy, abriendo una puerta, los invito a cruzarla, con la convicción de cumplir las aspiraciones de Mi Hijo para que, cruzando esa puerta espiritual e interna, a partir de hoy los que se animen, en confianza, ingresen a una nueva escuela, que es la escuela de la consciencia madura y responsable del alma y del espíritu, que vive conscientemente la Voluntad de Dios y no la rechazará jamás, para convertirse en un verdadero compañero de Cristo, que no le tema a la cruz, que no le tema a las tinieblas, que no le tema a sus propios miedos, sino que el Amor de la Luz de Cristo lo ilumine y lo guíe hasta poder cumplir lo que Dios tanto desea, lo que Dios tanto espera.

Si asumen atravesar esa puerta, asumen vivir otra escuela más profunda y más determinante. Una escuela no solo de madurez, sino también de sabiduría, de discernimiento y, sobre todo, una escuela en donde practiquen completamente el amor en los tres planos de consciencia, espiritual, mental y material, para que sus almas sean espejos del Alma de Mi Hijo.

Esto es lo que necesita la humanidad para tener una oportunidad. 

Ustedes fueron llamados y se convocaron para este momento y para este tiempo. Deben fortalecer Conmigo esta red de Luz, que sigue los lineamientos de la Jerarquía y que, como espejo, refleja la Voluntad de Dios y comparte lo que siente la Jerarquía de este momento planetario.

Por eso, en este 13 de mayo, después de más de cien años, los invito a cruzar esta puerta, a través de los jardines internos de Lys, para que los ángeles los purifiquen y los alineen con el Sagrado Propósito que siempre los renovará y los llevará a cumplir su misión.

Para consumar este momento, por este planeta y por esta humanidad, la Señora del Santísimo Rosario, como Madre de Dios y Madre de toda la humanidad, como Madre de los sacerdotes, de los apóstoles, de los consagrados y de los servidores, vino a establecer el triunfo de Su Inmaculado Corazón a través del ofrecimiento que harán Sus hijos, al atravesar la puerta espiritual hacia la nueva escuela que les ofrezco, la escuela de la madurez y de la consciencia.

Para que esto sea posible, hijos Míos, celebraremos la Eucaristía, en honor a Mi Hijo y respondiendo a Sus pedidos celestiales.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Podemos traer aquí el Altar, para la celebración.

Vamos, en este momento, mientras nos preparamos para entrar en comunión con Cristo, a sentirnos dentro del Reino de Lys-Fátima, en sus jardines internos, junto a María Santísima y a Sus santos ángeles, preparando esta celebración, este ofrecimiento del Sacramento de la Eucaristía, como Nuestra Señora ha pedido por la humanidad y por el planeta. Pero también ofreceremos nuestra vida a los Pies de Nuestro Señor.

El agua para lavar las manos.

Que el Señor nos purifique en este momento para que, una vez más, nos haga dignos de recibir este Sacramento y así, Él pueda renovarlo todo dentro de nosotros.

Vamos a celebrar este momento junto a María Santísima, así como Ella estuvo en el Cenáculo con Sus apóstoles, esperando el reaparecimiento de Cristo, la Resurrección de Su Hijo.

En la noche que Jesús iba a ser entregado, instituyó la Sagrada Eucaristía. Y para que eso fuera posible, Él pidió a los apóstoles que le aproximaran el pan y el vino para que, convirtiéndolos, Él ofreciera Su Cuerpo y Su Sangre como justificación de los pecados de la humanidad para que todo fuera reparado.

Fue así que Jesús tomó el pan, lo elevó y se lo ofreció al Padre, pidiéndole que convirtiera el pan en Su Cuerpo.

Los ángeles lo transustanciaron y enseguida Jesús lo partió y se lo ofreció a Sus compañeros, diciendo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos. 
Amén.

Antes de terminar la Cena, Nuestro Señor tomó el Cáliz entre Sus Manos y se lo ofreció al Padre, para que el vino fuera convertido en Su Sangre.

Después de haber sido transustanciado por los ángeles, Jesús se lo ofreció a Sus compañeros, diciendo: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que será derramada por Su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía, hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos. 
Amén.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Nuestro Señor; felices los que son invitados a servirse de este Sacramento del Altar, porque Él nos ha prometido la felicidad eterna.

Unidos a la Santísima Trinidad, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ante la Presencia de la Madre de Dios y por el triunfo de Su Inmaculado Corazón, vamos a consumar esta consagración a través del Padre Nuestro.

Invitamos a todos, en este momento, a que también ofrezcan sus vidas como un acto de reconsagración al Inmaculado Corazón de María, para que las puras intenciones de la Madre de Dios se puedan cumplir y se puedan llevar adelante a través de nuestra redención.

Oración: Padre Nuestro.

A través del Corazón Inmaculado de María, anunciamos la Paz y el Amor de Cristo para el mundo entero.

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Amén”.

A través de la bendición de Nuestra Señora, vamos a anunciar esa Paz al Cristo interno de cada hermano presente en este encuentro con la Madre de Dios con una leve reverencia, saludando al Cristo interno de cada hermano.

Junto a la Señora del Santísimo Rosario, que es la causa de nuestra alegría y devoción, anunciamos para nuestros hermanos del mundo entero, la Comunión Espiritual.

Mi Dios, yo creo en ti,
yo te adoro, yo te espero y yo te amo,
y te pido perdón
por los que no creen en ti,
no te adoran, no te esperan y no te aman.
Amén.

Mi Corazón recoge las ofertas de los que se dispusieron a vivir Mi llamado.

Que la paz del Reino de Lys-Fátima colme a este mundo y alivie a esta humanidad, en unión con todos los ángeles de la Creación.

Les agradezco por responder, una vez más, a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Podemos ir en paz.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE NÁPOLES, CAMPANIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.

En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.

Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.

Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.

Queridos hijos:

Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.

Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.

Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.

Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.

Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.

Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.

Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.

Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.

Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.

A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.

La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.

Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.

Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.

La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.

Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.

Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.

Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.

Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.

Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.

Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra. 

Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.

Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.

Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.

Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.

Les agradezco por escucharme.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN DORNES, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Del Cielo hoy vengo para decirles, que lo que llevo en Mis manos es lo que verdaderamente son para Dios. Son algo que aún desconocen profundamente. Han tenido pequeños lapsos de consciencia, de saber qué son verdaderamente para Dios y qué es lo que vinieron a realizar aquí en la Tierra.

Hoy traigo en Mis manos la pureza de las criaturas y he venido para hacerles recordar de ese compromiso, porque aún deben retornar a su origen para que la humanidad pueda retornar a su inocencia.

Fijen su mirada y su contemplación en lo que verdaderamente son. No se queden más en las apariencias de la vida, en los traumas de la vida o en los sufrimientos de la vida.

Yo vengo aquí, a este Santuario de Lis, porque este lugar y este Centro Mariano será el que traerá para el mundo la recuperación de su esencia original, el reencuentro con la pureza original, con la preciosa molécula que Dios sembró desde el principio de su existencia.

Hijos, hoy están ante un misterio más, que la Madre de Dios les viene a revelar, porque también ese, que en este momento deja de ser un misterio, también vive, vibra y palpita en el Corazón de la Madre de Dios.

Como Yo puedo ser parte de ustedes, ustedes también pueden ser parte de Mí y en una sola esencia todo se puede recuperar en la humanidad y en el planeta.

Hoy vengo especialmente de los Universos superiores a su encuentro y traigo entre Mis manos lo más valioso que existe en esta Creación, que es lo que Dios concibió desde el principio de esta humanidad y, podría decir, desde antes de que existiera esta raza.

Queridos hijos, retornen verdaderamente a lo que son, para que la humanidad pueda recuperar los atributos que necesita en esta transición planetaria.

Si existieran almas que recuperen su pureza original, el mundo podría recuperarse ampliamente y no tendría que sufrir muchos traumas más de los que vive diariamente.

A través de este Reino y de este Santuario Sagrado, Yo les traigo la revelación en esta noche de lo que verdaderamente son, hijos Míos, a los ojos de Dios, más allá del pecado y de los errores.

Es esa la filiación que ustedes deben recuperar en este ciclo. Digo recuperar porque aún muchas más almas precisan recuperar su filiación con Dios.

Y por medio de la consagración de nuevos hijos, no solo al camino espiritual, a la vida del servicio y de la oración, sino como nuevos hijos de Mi Corazón Inmaculado, es el medio y la forma que Yo encuentro, hijos Míos, para poder donarles y entregarles esto que verdaderamente son a los ojos de todo el Universo.

La humanidad necesita saber que no es solo materia ni tampoco alma. Hay algo más allá de todo esto, hay un más allá que deben descubrir y encontrar.

Por eso Yo les traigo esta revelación tan simple y profunda. Existen esencias muy semejantes a las que Yo tengo en Mis manos, están sufriendo mucho en esta humanidad, porque no solo no encuentran el camino hacia la Luz, sino que son llevadas a los abismos profundos de la Tierra.

Por medio de este mensaje, hijos Míos, hoy vengo a usar este canal de oración y de luz para elevar a todas esas esencias, desde los abismos hacia el Universo, para que Mis más grandes Espejos de luz, de cura y de Misericordia, que se iluminan y que se encienden de forma tan semejante a los soles que existen en este Universo, puedan recibir a las esencias que necesitan de esa oportunidad y de esa Gracia.

El Creador Supremo, Me ha concedido esta intervención especial en esta noche.

Quisiera que pudieran saber, hijos Míos, que lo que existe dentro de su Universo interior, no solo es precioso, sino también es sublime, es algo que la humanidad deberá recuperar en este tiempo para que alcance la Paz y el fin de los conflictos.

Solo volviéndose a Dios es que se podrá recuperar la esencia de la humanidad, viviendo un arrepentimiento sincero, haciendo una penitencia humilde y clamando el perdón que necesitan para que la humanidad y el planeta se puedan recuperar.

Hoy uso este portal que han ofrecido a la Madre de Dios como atributo de Sus apariciones en Fátima, para poder transportarlos, hijos Míos, hacia Mi Universo espiritual, en donde Dios Me ha encomendado estar y permanecer hasta el Retorno de Cristo.

Sé que no podrán comprender lo que les estoy diciendo, pero sí pueden sentirlo. Hijos, ustedes tienen una esencia tan valiosa que les permitirá, siempre y para siempre, tomar contacto con Dios y con Su Universo divino de una forma tan semejante y plena a la de los ángeles del Universo y de todos los coros celestiales.

Ofrezcan esta esencia de sus vidas por la humanidad, como el gran sacrificio de reconciliación de los hombres con Dios a fin de que los espíritus sean aliviados y amparados por la intercesión de la Madre de Dios.

Después de haberles dicho todo esto, hijos Míos, ahora vean por un instante, contemplen por un segundo lo que verdaderamente son y sigan contemplándolo para siempre.

No se identifiquen con lo que sus corazones pueden sentir o sus mentes pueden pensar. Lo humano es humano y solo deberá transformarse en gloria a Dios para que la redención de Cristo triunfe en la Tierra y muchas más almas participen de la plenitud de la vivencia del Reino de los Cielos.

No son solo cuerpo, mente o espíritu. Ustedes son algo más que aún deben descubrir, hijos Míos, así como los apóstoles descubrieron lo que verdaderamente eran, en la sagrada bendición del Pentecostés.

Son espíritus en potencial y en redención, así como muchos más lo son en todo el planeta.

A través de Mi intercesión y en esta noche de Gracia, en la que concluimos juntos una etapa, hijos Míos, vengo a quitarles por un instante las vendas de sus ojos, para que sus almas puedan alcanzar lo que verdaderamente son; para que sus mundos internos puedan percibir desde dónde verdaderamente provienen y hacia dónde irán algún día, después de esta experiencia terrestre.

Hoy deseo, hijos Míos, que se aproximen a Mi Corazón como nunca antes se aproximaron. Y aunque ya lo hayan hecho muchas veces, necesito que penetren en Mi Corazón Inmaculado como esa morada y ese refugio en donde podrán encontrar a Dios y la paz que tanto necesitan.

A través de los hijos que hoy se consagrarán como Hijos de María de una forma extraordinaria, vengo a entregarles en nombre de ellos lo que verdaderamente son como esencias, para que a partir de este nuevo ciclo caminen decididos rumbo a lo desconocido, para que ya no sea más desconocido, sino una vivencia real de estar en comunión plena con el Universo de Dios y con Su Creación.

Que vengan aquí los Hijos de María que se consagrarán.

Las flores que hoy han dejado a Mis Pies serán suyas, como testimonio de Mi Amor por ustedes y por el mundo, sabiendo que en sus esencias pueden ser tan semejantes a la hermosura de una rosa que solo en devoción se entrega a Dios.

Por medio de la canción que ahora pediré, realizaré una tarea planetaria, llevando del abismo hacia el Universo a las esencias perdidas. Les pido que Me acompañen en su interior y en oración silenciosa, sin temer a lo que Yo pueda hacer.

Aquí se cierra un ciclo, pero se abre un ciclo nuevo para los corazones. Dichosos serán los que lo puedan acompañar de verdad a fin de que su Madre Celeste siempre tenga la Gracia, por intermedio de sus hijos, de volver a Europa.

En esta noche estoy aquí, hijos Míos, de una forma tan semejante a como estuve el 13 de mayo durante la primera aparición en Fátima. Es así que, de una forma interna y muy profunda, la Madre Celeste, la Señora del Santísimo Rosario, une los tiempos.

Y ante Mí en este pequeño espacio, dentro de esta simple casa, están en el tiempo presente, el tiempo de Dios, en Su real tiempo. Percíbanlo y llévenlo en su corazón para volver a contactarlo en algún otro momento.

Por medio de esta agua la Madre de Dios los consagrará como Hijos de María para que comiencen a caminar en Su senda de amor y de redención.

Mi misión se ha cumplido y les agradezco por responder a Mi llamado y por haber concretado por medio de la oración del corazón esta Peregrinación por la Paz, en donde las almas celebrarán la Misericordia de Dios y la alegría de vivir en Su Reino para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.

Hijos, todo es parte de una Gracia suprema, infinita, inalterable e intransferible.

Es esta Gracia suprema que hace renacer a las almas en el Amor de Dios por medio de Sus sacramentos, y de su fe en Su presencia y en Su divina existencia.

Demos gracias a Dios por todo lo que ha sucedido, porque al fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Despidámonos de la Madre de Dios, de todos Sus ángeles, de San José y del pequeño Niño Jesús cantando "Lluvias de Amor".

Podemos colocarnos de pie.

Para terminar este encuentro, unidos a todos los hermanos, a cada corazón orante que en este momento está coligado a la obra de la Madre de Dios en alguna parte del planeta, nos unimos como una sola esencia para ofrecer nuestra gratitud y amor a Dios por Su infinita Misericordia.

Podemos cantar.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE OPORTO, PORTUGAL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para Dios, no todo está perdido. Por eso vengo a su encuentro, queridos Hijos, confirmando Mi Paz en sus corazones y el triunfo del Corazón de Mi Hijo en sus vidas.

Queridos Hijos, nada está separado, porque cuando sus voces proclaman a través de la oración, las Leyes celestiales descienden a la Tierra, para poder transformarla poco a poco, así como Dios lo ha pensado en Su Corazón para el bien de todos Sus hijos de la Tierra.

Hoy, Mi Presencia es proclamada en el mundo. A pocos días del trece de mayo, su Madre Celeste se prepara para ese gran acontecimiento. Y finalmente será posible, a través de la adhesión de todos Mis hijos en el mundo, de todos aquellos que hicieron posible esta realidad en este tiempo.

Es así que hoy Yo muestro para ustedes Mi Corazón Inmaculado, en este día, libre de espinas, lleno del amor de Mis queridos hijos, de la fe que ellos proclaman a Mi Corazón, de la persistencia que ellos sienten al poder creer en la Palabra de Dios, hoy profesadas a través de Mi Corazón Inmaculado.

De esa forma, queridos hijos, con una presencia amorosa y maternal, su Madre Celeste viene a detener las guerras, especialmente aquellas que acontecen en el espíritu de la humanidad y después, aquellas que acontecen en el Universo material.

A través de Mi Fe y de Mi Paz, vengo a renovar los votos de todos Mis queridos hijos del mundo, porque será necesario que el mundo se vuelva a consagrar a Mi Inmaculado Corazón este próximo trece de mayo, a fin de que todo se pueda renovar, que las almas reciban lo que más necesitan y esperan en estos tiempos.

Hoy, en nombre del amor y de la paz, vengo a renovar los votos de todos los Hijos de María consagrados y también de aquellos que en el futuro se animarán a dar un paso en el camino de la consagración a la oración y al servicio, porque en esos simples gestos de caridad, la humanidad puede ser curada completamente, bajo el principio de la fraternidad y de la unidad entre los corazones.

Quisiera que todos Mis hijos pudieran sentir cuán importante será este acontecimiento, el próximo trece de mayo en Fátima, delante de un planeta que es caótico, que vive la desarmonía, la indiferencia y la falta de amor.

Es por eso que su Madre Celeste vendrá a Fátima nuevamente. Esta vez, a buscar el amor de todos Sus hijos; ese amor que es proclamado a través de la devoción y de la oración, no solo en el Santuario de Fátima, sino también en todos los Centros Marianos del mundo. Su Madre Celestial unirá cada Centro Mariano como uno solo, cada corriente de devoción, de fe y de amor de Sus hijos, para poder transmutar este planeta, a través de la Fuente de Amor de Lys Fátima y bajo la cooperación y el servicio, no solo de sus corazones, que es lo más importante en este tiempo, sino a través de todos los ángeles que habitan en el Reino de Lys Fátima y aguardan desde hace ya más de cien años por este acontecimiento.

También, queridos hijos, a través de este movimiento universal de su Madre Celestial para este próximo trece de mayo, vengo a renovar la vida sacramental en todos Mis hijos: el Bautismo, la Confirmación, la Confesión y especialmente la Comunión reparadora, que he pedido que todos pudieran vivir, en los últimos años de este tiempo actual.

De esa forma, queridos hijos, con todo lo que han enriquecido sus corazones, a través de la vida espiritual, como de la liturgia diaria, su Madre Celeste se estará sirviendo de cada uno de esos dones, para poder llevar adelante esta Obra, en este nuevo ciclo y en esta nueva etapa, que comenzará a partir del día trece de mayo.

No es por acaso, queridos hijos, que a todos los he congregado aquí, en Portugal, para renovar su dogma de fe, así como una vez Yo lo dije en Fátima: que Portugal podría preservar su dogma de fe a través de los tiempos y de los años. Este dogma de fe, es lo que ha permitido a su Madre Celestial realizar esta Obra, en este ciclo y en esta hora aguda del planeta.

Es de esa forma, queridos hijos, que el trece de mayo las puertas de Lys Fátima se reabrirán, para que las almas puedan cruzarlas, y así, sentirse acogidas en el más perpetuo Amor de Mi Corazón Inmaculado. Cada oración que será ofrecida a partir de este día, hasta el día trece de mayo, tendrá una importancia universal y será altamente considerada por su Padre Celestial como nunca antes ha sido considerada, a través de los tiempos.

Comprendan así, queridos hijos, la importancia de este movimiento espiritual de su Madre Celestial, que no solo acoge a su planeta y a su Universo, sino también a otras galaxias lejanas a esta.

Yo les traigo así la consciencia para estos tiempos, de unir lo superior y lo inferior en uno solo, de unir el Cielo y la Tierra, a Dios y a los corazones, en una sola Comunión, en una perfecta Comunión con Cristo, para que el planeta sea redimido y curado de todo lo que necesita en este ciclo.

Es por eso que hoy les muestro Mi Inmaculado Corazón, nuevamente lleno del amor de Sus hijos, que deben seguir cultivando la hermandad, la unidad, la fraternidad y especialmente, la fe en Dios.

Esperé muchos siglos para revelar, a la humanidad, poco a poco, la grandeza de Mi Amor y de Mí Inmaculado Corazón.

Hoy les traigo este Corazón, para que contemplen el misterio delante del cual están hoy.

Contemplen en su interior la grandeza de este Corazón, que hoy se manifiesta pequeño, pero que guarda dentro de sí una inmensa Vida.

Siglo tras siglo, hijos Míos, estuve silenciosa, y las veces que hablé al mundo, hablé aquello que podían escuchar, porque la humanidad estaba creciendo como un pequeño niño que da sus pasos, poco a poco, en la comprensión de la vida superior. Pero ahora los tiempos cambiarán y la humanidad también debe cambiar. Por eso les pido que su devoción se convierta en fé, una fé que les abra las puertas para que ingresen en Mi Reino, en el Cielo, así como en la Tierra; en el Paraíso Universal, así como en el Reino de Lys, y en tantos otros que aún les debo revelar.

Mi Corazón hoy expuesto delante de sus ojos, simboliza el misterio de la Voluntad Divina. Que la Verdad ya no esté oculta, y que todos puedan sentir, contemplar en sus oraciones, la verdadera grandeza del Plan de Dios para este mundo.

El Reino de Lys ya no se ocultará, porque las almas, muchas de ellas, perdieron su pureza y deben reencontrarla para que este mundo se torne sagrado.

De es forma, hijos, después de cien años preparando el corazón humano, Mi Corazón vendrá nuevamente a mostrarse a sus ojos, para que este manantial de pureza se abra definitivamente para el mundo.

Esto significa que el Creador les ofrece la oportunidad de que sean consecuentes con Él, de que laven sus faltas, de que curen sus imperfecciones y de que recuperen el camino de retorno, del cual salieron hace mucho tiempo.

Mi Corazón expuesto delante de sus ojos irradia la pureza de Dios, que es la primera puerta que les abro para el Reino de Lys.

Entren en Mi Inmaculado Corazón, porque hoy, a través de sus oraciones más sinceras, generaron méritos para eso. Y con eso les pediré que no solo ingresen en este instante, sino que vivan en Mi Inmaculado Corazón, que sientan Mi Presencia todos los días, actúen Conmigo, piensen con Mi Pensamiento, sientan con el Sentimiento de Mi Corazón y de esta forma, hijos, sean dignos de ser llamados hijos de María, proclamen Mi Presencia en el mundo, a través del ejemplo verdadero de que están en Mi Inmaculado Corazón.

Es colocándolos hoy bajo Mi Manto que los renuevo, renuevo su consagración, sus votos para con Dios, aquel compromiso que hicieron con Él en el principio, y que tantas veces los ayudé a renovar, para que algún día se torne la prioridad de sus vidas, que lo puedan cumplir con plenitud, vacíos de sí y llenos de Dios.

Con Mi simple mirar, su Madre Celeste renueva a Sus hijos y renueva todas las cosas.

Deseo que sientan y escuchen Mi simple mirar; Mi mirada sencilla, humilde y sincera, llena de Amor, llena de Verdad y de esperanza para con todos Mis hijos del mundo.

Hoy, estas rosas, rosas blancas de la pureza original, a los Pies de su Señora y de su Majestad, son consagradas, para que sus vidas, el próximo trece de mayo, sean como rosas abiertas, la pureza original de los Rayos de la Misericordia de Dios, para que todo sea curado, para que todo sea cicatrizado, para que no haya resistencias, sino alegría eterna, júbilo de vivir y de servir a Dios.

Hoy consagro a estas rosas y daré tres rosas para Mi hija, Mi hija amada; representando en ellas la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE PORTO, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

He venido del Cielo para traerles Mi Paz y Mi Esperanza.

Esto es motivo de Mi Alegría al ver tantos hijos que hoy se consagran ante Mi Corazón, para hacer triunfar Mi plan en el mundo, que son los Planes de Dios, en esta humanidad y en este planeta.

Hoy abro las puertas de los Cielos para cada uno de ustedes, hijos Míos, para que puedan ingresar, en consciencia y en devoción, al Gran Reino de Fátima que espera despertar en ustedes la pureza original.

Ustedes saben, hijos Míos, que Europa necesita de esa pureza. Esa  pureza debe estar en todos los corazones que aquí viven, para que la Obra de Mi Hijo pueda seguir adelante.

No se cansen, queridos hijos, de escuchar Mis palabras, pues hoy Yo les traigo el signo de Mi estrella de Luz, aquella estrella que indica el nuevo tiempo en la humanidad y que Yo, una vez, hice aparecer en Fátima, a los pies de Mi Manto.

Esa estrella indica que el tiempo  de la purificación de los corazones está llegando, para que limpios de toda mancha, puedan ingresar en el Reino de Dios y nunca más estar separados de la verdad que habita en los mundos superiores.

Queridos hijos,  hoy finalizo Mi peregrinación por Europa. Y a partir de este momento, estaré sembrando un nuevo ciclo cuando retorne una vez más aquí, para abrazarlos y consolarlos, para que sus corazones se curen definitivamente y ellos se postulen para esta Obra Redentora que ofrece Mi Hijo para cada corazón humano.

De la misma forma, queridos hijos, que hoy estoy unida a cada uno de ustedes y a través de Mis palabras, preparando vuestra verdadera consagración,  estoy unida a cada uno de Mis hijos en el mundo, a cada luz que surge de cada Centro Mariano y que se une a Mi Corazón en este momento, para que Mi Obra se pueda expandir en el mundo espiritualmente y así, en todas las almas que más lo necesitan. 

Es  de esa forma, queridos hijos, que a través de sus almas y corazones Yo estoy tejiendo esa Red de Luz que se expande por todos los continentes de este planeta, para reforzar la alianza de los corazones con Dios y así con su Propósito Divino, que hoy vengo a ofrecer amorosamente para cada uno de ustedes. 

Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, nuevamente derramo Mis Gracias, así como las derramé en la Argentina, una Gracia para cada uno de ustedes; lo que más necesitan en esta vida y para este camino espiritual, que Yo los invito a vivir Conmigo, por medio de la oración y de la fe que hoy deben profesar sus corazones, como el mayor testimonio de amor del triunfo de Mi Corazón Inmaculado aquí, en Portugal y en Europa.

Vine a esta ciudad, una vez más, para decirles a Mis corazones, a Mis pequeños hijos, que ya se iniciaron en esta tarea espiritual hace tantos años, que deben renovarse, que deben dar el paso, para que muchas más almas  se puedan aproximar aquí y no solamente Portugal reciba la Gracia de Mi Corazón, sino todas las almas que están en Europa, esperando por ese despertar, por ese paso definitivo, que en esta encarnación vinieron a vivir.

Es de esa forma, queridos hijos Míos, que Mi estrella de Luz se posa a los pies de Mi Manto y revela ese signo para todos.

Los nuevos cristos deben despertar, ser los nuevos legionarios del Señor, que vivan Su Palabra, Su Testimonio de Amor, Su Propósito en cada uno de ustedes. Es así que  transmitirán a todo el planeta ese impulso espiritual que hoy les traigo a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Queridos hijos, llegó esa hora de que firmen ese documento espiritual en el libro sagrado de Mi Corazón, donde sus nombres están escritos desde hace mucho tiempo, para que junto a Mí, unidos a Cristo vuestro Señor, cumplamos esta Obra Redentora del fin de los tiempos.

Necesito que salgan de sus casas a buscar a los corazones que más necesitan de Luz, necesito que sean Mis brazos y Mis manos en esta hora, para llevar adelante esta Obra de la  Redención de las almas.

Sus corazones están llenos de instrucciones, pues las han recibido a lo largo de los años, a través de Mi Hijo fiel, que Yo traje para ustedes, para que pudieran crecer interiormente y aprender a vivir en la hermandad.

Queridos hijos,  hagan lo que les pido, y no se arrepentirán. Las almas deben aproximarse aún mas a Mi Corazón, ser la luz en estos tiempos de tinieblas. Por eso Yo les traigo y les presento este propósito, propósito divino a los Ojos de Dios, que debe ser cumplido por cada uno de ustedes.

Es así, queridos hijos, que Mi Obra no solo estará en América, sino también más allá de Europa, porque deseo llegar a los corazones de Asia, del Lejano Oriente, que necesitan de Mi Voz, del Abrazo, de Mi Consuelo, de Mi Corazón, de Mi Luz, para poder seguir caminando en esta hora crucial del planeta.

Ustedes tienen ese compromiso, queridos hijos, como consciencias europeas, de abrir las puertas para esos corazones que están tan lejos.

Será el idioma de sus corazones, el amor de sus espíritus y almas que abrirá las puertas para todos esos corazones, pues aún, queridos hijos, hay muchas almas que deben conocerme profundamente.

Yo no solo soy la Virgen María, soy la Madre del mundo, soy la Gobernante Mayor, soy la que rige sus vidas y almas, soy la pastora que conduce a los rebaños de Mi Hijo hacia el Templo del Corazón.

Por eso hoy estoy aquí, renovando sus votos antes de partir para América, para encontrarme con todos Mis hijos y unir a todos los corazones de Sudamérica y del mundo en el Centro Mariano de Aurora, donde el noveno año será vivido con todos, el aniversario en que Mi Consciencia llegó definitivamente a sus vidas. 

Nueve ciclos se cumplirán y nuevas puertas se abrirán para que los corazones sean conducidos hacia su propósito.

Deseo, queridos hijos,  que Me acompañen en esa gran convocatoria que hoy les hago de estar Conmigo en el Centro Mariano de Aurora, recibiendo un poco más de cura interior para sus espíritus, para todos sus semejantes, para toda la consciencia del planeta, que tanto necesita de servidores de la paz, de guerreros de Mi Corazón, que en su templanza, alcancen la redención.

Abriendo las puertas del Reino de Fátima, congrego a los corazones en el Amor de Dios y a todos aquellos que se unan a este momento, para que en esta amada Europa se pueda vivir y profesar la paz, como el propósito para estos tiempos.

Hoy vengo como la Señora de la Gran Estrella, para mostrarles Mi Signo de Luz que aún debe revelarse en los corazones simples que amorosamente siguen Mis pasos, con la vivencia de la oración, de la Paz, del Servicio y del Amor. Amor absoluto que los colma, que los renueva, que los redime, que los eleva al Corazón del Padre Celestial. 

Yo soy esa Señora de la Gran Estrella, que trae para todos la revelación del Universo, de la verdadera Consciencia, la Consciencia Única de vuestro Padre que aún no es conocida por el mundo.

Fátima es una preparación para ese momento. Es así como doy continuidad a Mi Obra en este tiempo.

Después de haber abierto las puertas en Medjugorge, aquí, queridos hijos, doy continuidad a Mi Obra espiritual para que las almas sean consecuentes con Dios y así como lo he pedido a lo largo de los tiempos, por medio de diversos videntes, la humanidad pueda cumplir lo que en verdad vino a realizar, para que pueda nacer la Nueva Humanidad.

Es a través de los hijos que se consagran hoy, como los que ya se han consagrado a través de las apariciones, mes a mes, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo; es así que Yo instituyo, queridos hijos, las semillas de la Nueva Humanidad que brotará en el próximo tiempo. Esta es la señal que trae Mi gran estrella, la promesa que al fin se cumplirá en cada uno de Mis hijos, siempre y cuando sean consecuentes con todo lo que Yo les pido.

Ustedes, queridos hijos, son partes de Mi Obra celestial y mundial. Son piezas de este gran puzle que Yo vengo a reconstruir en el mundo, después de que Mi adversario lo destruyó. 

Yo vengo a concretar en sus vidas el verdadero propósito para sus almas, la tarea que deben realizar Conmigo en esta convocatoria universal que hoy hago para todos.

Y este momento que comparten con Mi Corazón Inmaculado, también servirá para aquellos que se consagrarán en el futuro, asumiendo su compromiso fiel Conmigo de hacer todos los esfuerzos, de cumplir Mis designios, de cumplir la Voluntad de nuestro Dios, del Altísimo Padre.

Sobre este árbol, dejo la presencia de Mi Amor por todos los Reinos de la Naturaleza. Aquí dejo la señal, en este pequeño árbol, de que los Reinos deben ser reverenciados y que también ellos necesitan de sus oraciones. 

Ustedes, queridos hijos, como una única raza, están aquí y han estado aquí hasta este tiempo, dentro de este planeta tan amado por nosotros, porque los Reinos Menores han generado esa Gracia para todos.

Ustedes saben que ellos sufren mucho la consecuencia de la acción humana, la destrucción, la blasfemia, todo lo que el hombre realiza en contra de su evolución. Y aún así, queridos hijos, ellos siguen donándose por ustedes y para ustedes hasta el fin de los tiempos, hasta que retorne Mi Hijo.

Díganle a los hombres injustos que no destruyan la Naturaleza, que cuiden de los Reinos, que no asesinen a las ballenas.

Están destruyendo, queridos hijos,  la evolución de la Creación de Dios y ese es uno de Mis profundos dolores por la falta de consciencia, sobre todo por la falta de amor.

Díganle a toda Europa, y mas allá de ella, que cuiden de los Reinos Menores, que siembren códigos de luz, a través del servicio a cada uno de ellos. Así, en el día del Juicio final no serán juzgados porque habrá actuado la Misericordia de Mi Corazón.

Alguna vez se han preguntado, queridos hijos, ¿por qué Yo anhelo tanto estar sobre los árboles? Les dejo este símbolo para que lo mediten.

El árbol representa la Sabiduría de Dios y ustedes, como seres humanos, inconscientes, destruyen esa sabiduría espiritual que el Reino Vegetal revela al mundo.

Muchos de los que no están hoy aquí, que fueron precursores de esa destrucción a través de los tiempos, tomaron consciencia de todo esto, después de haber partido de la Tierra. 

Rezo por ellos, por las almas del purgatorio, para que puedan alcanzar la Luz del Reino Celestial. 

Que ustedes, queridos hijos,  no sigan los mismos caminos. Adviertan a todos los corazones, principalmente a los más injustos, que están a tiempo de cambiar su actitud.

Las ballenas lloran por las consecuencias de los hombres. Recuerden que Soy la Madre del mundo, la Madre Naturaleza.

Y cuando la Naturaleza es destruida por el hombre, están destruyendo Mi Consciencia.  Pero Mi Amor, que es más infinito, poderoso que todos los errores del mundo, trae la Gracia de despertar sus consciencias y las consciencias de sus hermanos, para esta magnífica Obra de la Redención de los corazones de todos los seres de la tierra.

Recemos:

Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.

Una más:

Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos. 
Amén

Recuerden que las ballenas son la consciencia madre para el planeta. Ellas acogen, en su pureza original y en su inocencia, a todos los seres de la Tierra; porque ellas equilibran los océanos, y también a todas las consciencias mentales. Recuerden esta instrucción.

Y ahora, queridos hijos, junto a Mis ángeles, celebraremos este momento de consagración de asumir este compromiso Conmigo, de ser portadores de Mi Paz y de Mi Gracia para toda la humanidad que tanto lo necesita.

Y así, bendeciré los objetos sagrados que han traído a Mi Altar para que sean entregados a los que más lo necesitan. Así trabajarán su desapego, porque Mi Gracia los colmará más allá que los objetos.

Sean misericordiosos como el Padre es Misericordioso con ustedes.

Lleven la paz a todos los que la necesitan y no se olviden que el prójimo debe estar primero en sus vidas.

Que vengan aquí los que hoy se consagrarán como "Hijos de María".

Mientras las puertas aún se abren, que canten el himno de su consagración.

Flores de luz son derramadas...

 Ave María... (x3)

Mis muy queridos hijos, hoy dejo la Gracia de Mi Corazón para que ella se plasme en sus vidas como el mayor testimonio de su conversión y como respuesta de sus corazones al llamado de Mi Hijo, Jesucristo.

Ante la autoridad que el Padre me concedió y desde todos los coros de Lys con todos los ángeles del cielo, bendigo a cada uno de sus corazones y familias, instaurando la paz y el bien en cada uno de Mis hijos, la renovación y la esperanza de todos los corazones de Europa para que cumplan el propósito de seguir el camino hacia su liberación y redención en el momento en que retorne Mi Hijo, glorioso y victorioso entre las nubes.

Coloco Mi mano sobre sus cabezas, rezando a Mi Hijo.

Yo les agradezco por responder a Mi convocatoria y por ser portadores de la paz celestial que es posible vivir en estos tiempos.

Los amo, los bendigo y los abrazo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Y ahora estando consagrados, proclamen este himno en unión a todos los "Hijos de María" en los cuatro puntos de este mundo.

Vayan en paz.

Les agradezco por haberme ayudado a cumplir con esta peregrinación y recuerden que prometo retornar,  cuando así Dios lo decida.

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, vengo del Cielo, queridos hijos, para llamar a los que aún no han despertado, a través de los que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón.

Hoy, estoy aquí como la Reina de la Paz, como la Madre de todo el universo, como la Guardiana de la Fe, como la Protectora de los corazones y de los que dicen sí a Mi llamado.

Espero que su consagración como Mis Hijos, sea en honra a Dios, al Todopoderoso, y a Su Amado Hijo que pronto retornará para verlos en oración y en trabajo por el Plan.

Queridos hijos, hoy abro Mi Manto para mostrarles todas las naciones del mundo, principalmente aquellas que aún no se han consagrado a Mí, desde hace ya 2000 años. Aún espero en los corazones que Yo despierto, en esas naciones, que lo puedan conseguir.

Medio Oriente debe ser Mi reinado de Paz, y ustedes, hijos amados, deben acompañarme en la transmutación como en la oración. 

No tienen por qué temer a esas cosas, hay muchas almas en este lugar que verdaderamente sufren y ustedes lo saben.

Yo vengo aquí para entregarles todos los días Mi Reino Celestial, que es el Reino de Mi Hijo y de San José, el Reino del Paraíso.

Hoy, necesito que sus corazones se abran profundamente un poco más, porque no estoy sola aquí, estoy con los ángeles que custodian Mi tarea y la tarea de todos Mis hijos.

América tiene que cumplir esa promesa. En todas las naciones de América, Yo estoy presente, a través de Mis diferentes Faces, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, en Argentina.

Yo soy la misma para todas las culturas, pero todos los pueblos Me reconocen a través de su devoción y de lo que Yo he manifestado a través de los tiempos en Mis Apariciones.

Yo estoy en Salta como también estoy en Medjugorje, así como Mi Presencia nunca se borra en Fátima, en Lourdes y ni siquiera aquí, cuando ustedes llaman a la Madre de la Figueira.

Yo soy ese gran Árbol de Vida para ustedes, hijos amados. Ustedes deben cumplir Mi Plan en este lugar, el que Dios ha propuesto para esta parte de América; y sepan que se está consiguiendo a través de la fe y de la oración, que es lo que Yo necesito de todos Mis hijos.

Cada paso que puedan dar en su consagración, es grandioso para Dios y para Su Proyecto Original.

Hijos amados, vivan esta oportunidad que Yo les entrego diariamente; porque cuando Yo ya no esté aquí ni esté Mi Hijo ni San José, ustedes deberán seguir trabajando con todos los peregrinos que llegarán aquí a buscar la fuente de Mi Amor y de Mi Paz. Por eso, existe el Centro Mariano y los demás Centros que Yo he consagrado, así como Yo consagré a Fátima y a Lourdes para Mi Obra Mariana.

Quisiera que todos pudieran ingresar en Mi Corazón Inmaculado y que beban de la Fuente del Amor de Dios que Yo les traigo para sanar sus heridas y sus sufrimientos.

Hoy, les estoy hablando porque sé que Me escuchan. Pero más corazones deberán escucharme a través de ustedes, en el ejemplo de la oración y de la caridad; en el ejemplo de expandir Mi campaña de Paz por el mundo para que Mi Plan se establezca y su Madre Celeste junto con Su Hijo Glorificado derroten al adversario en el último tiempo que le queda.

La Tierra temblará y se purificará, para que sea más pura. Pero Yo no los dejaré de socorrer porque han confiado en Mí, desde el principio. No dejo de estar presente en sus hogares cuando abren las puertas a la oración, y en cada uno de sus familiares, a los que Yo intento llegar todos los días con Mi Amor y con Mi Redención, que es la Redención de Mi Hijo Amado.

Hijos amados, Yo quisiera que fueran parte de Mi vida espiritual; que el Reino de los Cielos no estuviera lejos de ustedes, como lo ha estado para muchas almas. Yo traigo el Reino de los Cielos en cada Aparición, en cada palabra, en cada gesto de Amor y de Paz.

Yo les traigo el nuevo código de Mi Hijo para que lo guarden en sus corazones y almas, y él pueda sembrarse en lo profundo de sus esencias y así despertarán los talentos.

Hoy, les hablo con dulzura porque sé que lo necesitan, porque sé que necesitan Mi abrazo consolador y maternal.

Yo no soy la que ama, es Dios que ama a través de Mí; y Yo quisiera amar a sus hermanos a través de sus corazones, disipando sus dudas y faltas a través de Mi Pureza Original, de la pureza del Reino de Lys-Fátima. Para que eso sea posible, amados Míos, en la presencia de todo el universo y del Amor invencible de Mi Hijo, quisiera escuchar con Mi Corazón una canción en honor al Reino de Lys, en honor a todas las esencias que despiertan y a los servidores que trabajan por el Plan en toda Europa y en el mundo entero.

En este día 13, los Jardines de Lys se abren para bendecirlos y para que los recorran espiritualmente Conmigo, en la belleza perfecta de Dios y de toda Su manifestación creadora.

Antes de consagrarlos como Hijos de María, debo llevarlos a la Pureza Original y a la esencia del Amor que los unificará con Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre señalando el coral, dice:

 

Los escucho.

Canten Conmigo, hijos Míos, para abrir las puertas del Reino de Lys.

Canción: “Lys, María, Lys”.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Es de ese Jardín tan puro de donde provienen sus pequeñas esencias, porque Mi Corazón tiene Su morada en ese Jardín; y cada uno de ustedes, hijos Míos, nace de Mi Esencia Maternal, nace del Vientre Espiritual de su Madre Celeste.

Hoy, les traigo el Reino de Lys para que puedan renacer en espíritu, para que puedan vivir la pureza que les permitirá enfrentar los tiempos que vendrán.

Hoy, les traigo la Paz de Lys, así como se las traje en tiempos anteriores a través de los pequeños de Fátima. 

En aquel tiempo, aquellos tres pequeños niños pudieron abrir las puertas del Reino de Lys para establecer la paz y evitar una guerra en este mundo. Ahora, hijos Míos, la guerra ya está establecida y ella no es solo entre la Luz y la oscuridad, también el caos y el mal luchan entre sí para engañar a las almas. 

Por eso, hoy les traigo el Reino de Lys, que es Mi Reino en Fátima, para que se establezca la paz en sus vidas y, a través de ustedes, en el corazón de cada uno de Mis hijos. 

Quiero que sean precursores de Mi Paz, a través de la oración y también de los ejemplos de vida, así como los apóstoles de Mi Hijo. Cuando ellos predicaban, de sus bocas no solo emanaban palabras; ellos irradiaban a todos la Presencia de Cristo, ellos irradiaban el Verbo Divino, los Dones del Espíritu de Dios que fueron impresos en sus consciencias.

Cuando les pido que Me escuchen y lean Mis Palabras es para que también puedan quedar impresas dentro de cada uno de ustedes y que, de esa forma, anuncien Mi Presencia en este mundo y en todo el universo; que no sean solo palabras pronunciadas por sus bocas, que sea el Espíritu de Dios el que se manifiesta a través del amor y de la verdad que sus corazones pueden vivir.

Es por eso, hijos Míos, que necesito de tantos misioneros en este mundo, que necesito de tantos corazones que no solo vivan una experiencia en la Tierra, sino que vivan una verdadera misión, que vivan la misión espiritual de atraer el Reino de Dios, de vivir el verdadero arquetipo para esta humanidad, porque esa es la Voluntad de Dios. 

Y es posible manifestar eso siempre que sean verdaderos, sinceros, humildes; siempre que sean obedientes, que no quieran establecer en el mundo los propios planes, sino los Planes del Creador; porque sus planes, hijos, son muy pequeños. Ustedes son muy ignorantes porque sus corazones aún no conocen la verdad, no conocen el verdadero Plan de Dios. Pero si se abren en espíritu, en esencia, para unir sus pequeños corazones al Corazón del Creador; este Plan, que es perfecto y que incluye a cada esencia de este mundo, se podrá manifestar naturalmente a través de sus corazones.

Hoy les traigo del Reino de Dios la verdadera misión espiritual, el verdadero espíritu misionero, para que él se pueda manifestar en sus esencias; que puedan ser ejecutores de este Plan, así como lo son Mis ángeles, estos que hoy están a Mi alrededor manifestando la Voluntad de Dios en este día, para cada una de sus vidas; estos que traen de los Cielos los dones del espíritu misionero para depositar en ustedes.

Que ustedes, hijos Míos, vivan ese espíritu y cumplan la verdadera misión de santificar y consagrar este mundo, no solo a Mi Inmaculado Corazón, sino también al Corazón de Mi Hijo, al Corazón del Padre.

Que esta Tierra pueda vivir el Pensamiento Divino, aquella idea perfecta emanada por Dios en el principio. Eso es posible si ustedes aceptan responder a Mi llamado, más allá de todo lo que siempre desearon vivir.

Para Mi Inmaculado Corazón no existen límites, no existe edad, no existen destrezas. Todos pueden ser misioneros en espíritu, porque la verdadera misión trasciende los movimientos físicos que pudieran realizar. La verdadera misión se cumple cuando sus corazones están abiertos y permiten que Yo ame a través de ustedes. 

Por eso, reuní aquí a los misioneros que vinieron de Oriente y también a los que fueron a Chaco, porque quiero imprimir en esos corazones un impulso de Luz que se multiplique y se expanda a todos los servidores que quieran consagrarse a Mi Corazón como misioneros de María.

Por eso hoy, hijos, les traigo los impulsos de Lys y también los impulsos de Dios y, de esta forma, derramo una Gracia inédita, infinita, para aquellos que sepan vivirla de corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

A través del canto de los jóvenes, queridos hijos, todos los jóvenes que se drogan, que se pierden por el alcohol y la desunión, pasaron por los Jardines de Lys por su mediación. Mi Inmaculado Corazón los ayudó a fortalecer su camino en la búsqueda de la Luz Eterna.

Antes de que Yo Me eleve al Cielo, Mis Palabras han reconsagrado a todos ustedes, los presentes, y a aquellos que Me escuchan abiertos de corazón y de alma.

Que los que hoy se consagrarán al Inmaculado Corazón, a la vida del servicio como voto, a la vida de oración como voto y a la vida en la fraternidad como voto, se coloquen de pie.

Tráiganme aquí agua para bendecir.

Queridos hijos que se consagrarán, Yo aproximaré a ustedes la lluvia de Mis Gracias y de Mi Paz a través del agua bendita, que es el símbolo más visible de la pureza y de la castidad; elemento creado amorosamente por Dios, su Padre Eterno, en el principio de los universos.

El agua los purifica. El agua los santifica. El agua los renueva, los libera del pecado y los lleva a encontrar la paz. Esa agua será rociada sobre sus cuerpos por un sacerdote que en Mi Nombre y en el nombre de la Santísima Trinidad les impartirá la bendición.

Hoy, bendigo a la Madre de Colombia, Chiquinquirá, la Madre de todos los pueblos originarios de los Andes, que Yo he instituido como Peregrina de toda Colombia y de los países de Centroamérica, junto con la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Coromoto, y en unión a la Virgen de Cuapa.

En estas Faces, queridos hijos, Yo les revelo Mis Atributos, los Atributos de la Madre Universal.

Chiquinquirá es el Atributo de la Unión, de la unidad de las almas de toda la Tierra con Dios.

Por la autoridad que Me concede la Gracia de Dios, que esta agua se constituya por todos los Dones del Espíritu Santo, por la infinita Gracia de Dios y de Su insondable Misericordia, a través del poderoso Corazón de Su Hijo amado, Jesucristo, Nuestro Señor, que vendrá por segunda vez al mundo en Gloria entre las nubes y derramará Sus Gracias como una lluvia de Luz sobre aquellos que hayan persistido en la fe hasta el final de los días del Juicio Universal.

Los ángeles custodios de su Madre Celeste colocan sus manos de Luz sobre esta agua. Que ella bendiga a los que hoy se consagran y que inician un camino de oración y de servicio por los Planes de Paz de su Madre Celeste.

Con la autoridad suprema del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Yo los consagro a todos a Mi Inmaculado Corazón.

Escuchemos el himno de los Hijos de María, en devoción y fe.

Mientras Yo Me elevo al Cielo, quisiera, hijos consagrados, en este encuentro anual con Mi Corazón eterno, que asumieran en sus oraciones a un alma de Oriente, para que reciba la misma Gracia que ustedes reciben todos los meses.

No escojan a nadie, solo oren con el corazón, porque Dios todo lo ve.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado.

¡Gracias, hijos, por cuánto Me dan!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE GOIÂNIA, GOIÁS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En esta noche de Gracias, quiero darle Mi bendición al mundo, principalmente a los corazones que están vacíos, para que todos ellos reciban la Paz de Dios.

Desde el corazón de Fátima y con alegría, los reúno a todos en el Cenáculo Sagrado, bajo la Presencia de Mi amado Hijo Jesús y la Presencia fiel y castísima de San José, pues como Sagrada Familia del universo, irradiamos Nuestras Estrellas de Luz, aquellas que concibieron Nuestras Consciencias y les abrieron las puertas al mundo, directamente hacia el camino de la redención.

En esta noche, Mi Corazón Inmaculado celebra con alegría y regocijo las velas encendidas, las almas que despiertan al camino de la conversión y de la paz. Y aunque ustedes saben, hijos Míos, que el mundo entero sufre y padece; hoy, la Reina del Cielo trae una oportunidad única para todos, abriéndoles las puertas del corazón para que definitivamente sus vidas encuentren al alma, recinto sagrado de Dios, en donde su Rey desea reposar en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Hoy, los ángeles de Lys se congregan y llevan la paz a los lugares más distantes del planeta, especialmente a todas aquellas almas que no siguen Mi religión y que no conocen Mi Faz divina. Pero la Madre del Mundo, la Señora de las Estrellas del universo, la Reina coronada por la Corona de Dios, en presencia de todos los Ángeles y Arcángeles, celebra, junto con Su Hijo, la misa de la redención, el reencuentro del espíritu de amor en todas las almas perdidas.

Por eso, en esta noche de Gracias, no solo el Santuario de Lys se enciende, sino todos los corazones que en devoción despiertan sus espejos internos para irradiar los códigos de amor y de paz al mundo.

Hoy, en verdad, queridos hijos, Me siento unida a cada uno de ustedes. Así, sus pecados son liberados y todas las manchas del sufrimiento son aliviadas.

Estoy presente aquí, entre ustedes, hijos Míos, como la Reina de la Paz, como la Reina del Amor y de la Misericordia. Aquella que estuvo entre ustedes en Nazaret, gestando en Su Vientre al Hijo de Dios y trayendo la oportunidad de conversión para el mundo entero.

Soy aquella Mujer Vestida de Sol, anunciada en el Apocalipsis de Juan, que trae la luna bajo Sus pies, anunciándole la esperanza a este mundo que sufre y abriéndole la puerta para el Retorno de Mi Hijo, el Hijo primogénito de Dios, su Jesús, Jesús Rey.

Por eso, abran sus corazones y que sus faltas sean perdonadas, a través de la Comunión que todos Mis hijos, a lo largo y ancho del mundo, al comulgar con Mi Hijo amado, recibieron Su Sacratísimo Cuerpo Redentor, en la unión perfecta y divina con Su Espíritu místico y divino. Las Gracias y las Misericordias de Dios descienden a este mundo a través de los corazones de los Ángeles de la Guarda.

Por eso, en esta noche, también los invito, hijos amados, a que disipen de sus mentes todos los problemas, la Gracia de su conversión está próxima.

El Arcángel Miguel, junto a San Gabriel Arcángel, se unen en este momento para irradiar el poder de Mi Inmaculado Corazón al mundo. Dichosos de aquellos que sientan Mi Presencia maternal, a pesar de que no Me vean; pues Dios desea todavía, hijos amados, que Yo utilice ciertos instrumentos a lo largo y ancho de esta humanidad para que anuncien Mi Palabra al mundo, que es el Mensaje de Cristo, su Salvador, que siempre les traerá la paz y la esperanza en estos momentos difíciles.

Pero hoy, en Mi reinado universal y maternal, Mis manos sagradas sustentan el cetro de la Paz para traer al mundo la verdadera Justicia de Dios y, así, todos los corazones se puedan armonizar con la Ley del Creador.

Sientan los Rayos de Mi Corazón Inmaculado, para que algún día, hijos amados, puedan entender las Leyes del Creador; aquellas que son altamente ultrajadas por los corazones ingratos que no quieren escuchar a Mi Hijo, ni en la Confesión ni en la Comunión.

Pero ustedes, hijos amados, más conscientes de la vida espiritual y superior, podrán elevar al Cielo, en un sagrado ofertorio, a todos los corazones del mundo que, antes de este tiempo final, deben despertar al llamado de la Madre de Dios.

Hoy, estoy entre ustedes, fortaleciendo el cenáculo del corazón; recordándoles que deben seguir orando todos los días, especialmente en este tiempo de tribulación, que comienza a suceder en el interno de las personas y que se expresa en el exterior de esta vida material.

Quiero que salgan de aquí atentos y preparados, y que todos los corazones que en este momento están unidos a Mí, en el Sagrado Santuario del Reino de Lys, puedan llevar una vida buena, de reconciliación y de paz, viviendo el arrepentimiento, fortaleciendo la fe en Cristo, renovando los Sacramentos y viviendo una vida de fraternidad para que al menos, hijos Míos, una parte de esta raza pueda concretar el advenimiento de una Nueva Humanidad.

Algunos corazones ya viven esta Nueva Humanidad en lo profundo de sus almas, aguardando por la gran promesa de la Tierra Prometida que vendrá en auxilio de todos desde el Universo Celestial, a través de la Nueva Jerusalén, que será formada por los discípulos de Mi Hijo, aquellos santos de los últimos días, que proclamarán la última palabra antes de que se abra la gran puerta en esta humanidad.

Por eso hoy, hijos Míos, no solo contemplo sus necesidades, la falta de amor en sus corazones y el fortalecimiento de la fe en sus vidas; Yo vengo a traerles un Mensaje de esperanza, pero también un Mensaje de advertencia: llegó la hora de orar con el corazón todos los días y de no perder tiempo en cosas superficiales. 

Alimenten sus espíritus y mentes con la sagrada Palabra de Mi Hijo amado. Estudien el Evangelio. Visiten la Biblia todos los días. Lean los Mensajes y practíquenlos para que sus vidas sean un ejemplo de caridad y servicio, a través de las tareas de amor y del espíritu de redención.

Hoy, ante ustedes se encuentra la Nueva Aurora, aquella que siempre brilla en el firmamento interior de los corazones que la invocan, en la Presencia Sagrada del Padre-Madre Creador Emmanuel, que los une a Mi Corazón Divino para que vivan la oportunidad de la redención.

Liberen sus faltas y deudas, y reencuentren el camino al Reino de Dios.

Por eso, hoy estoy aquí, en Goiânia, para que el estado de Goiás junto a Mato Grosso, funden nuevos grupos de oración para orar por los Reinos de la Naturaleza, principalmente por el Reino Animal que es muy castigado por todos. Esa deuda debe ser equilibrada.

Por eso, hoy les dejo a todos la responsabilidad de que respondan a este llamado de Mi Corazón Inmaculado y despierten a la consciencia del Génesis, en donde Dios desde el principio, desde Adán y Eva, proveía de todas las cosas necesarias para poder vivir sin necesidad de ultrajar al Reino Animal ni a ningún Reino creado por su Dios.

No solo vengo por ustedes, humanidad dormida, anunciándome desde el Reino Sagrado de Fátima, despertando sus esencias, aquellas que deben estar unidas a Dios todo el tiempo; también vengo por los Reinos Menores, aquellos que conviven con ustedes todo el tiempo, que son lastimados y ultrajados por las manos violentas de los hombres, sin un mínimo respeto por la Ley de la Creación.

Ustedes, que viven aquí y que saben sobre las masacres del Reino Animal, los invito, queridos hijos, a que busquen la vida natural, sírvanse de aquello que Dios les entregó desde el principio; alimenten sus barrigas de cosas sanas, divinas y sublimes; dejen a los Reinos en paz, déjenlos que ellos puedan evolucionar. Ellos necesitan de ustedes todo el tiempo y para que la Ley no caiga sobre toda esta humanidad, muy sorda y ciega.

Yo les vengo a advertir, queridos hijos, sobre una puerta, una oportunidad: abran sus ojos al llamado de su Madre del Cielo.

Ya no hay tiempo que perder. Ya no se involucren con las modernidades, no sean instrumentos de Mi adversario. Usen su inteligencia superior, despierten sus células dormidas para que Dios pueda trabajar a través de sus corazones y vidas.

La humanidad le debe mucho al universo; pero como Yo provengo de ustedes y ustedes provienen de Mi Corazón, Yo soy parte de esta humanidad desde el principio. Les traigo la Verdad y la Justicia para que las puedan reconocer y vivir con simplicidad.

Hijos amados, hoy todo el universo se congrega para que, desde el Reino de Lys, las almas salgan renovadas en la esperanza y en la fe. Y, cuando ustedes, hijos amados, dejen de hacer algunas cosas en sus vidas, actitudes que los llevan a la perdición, podrán comprender Mi Mensaje y creerán verdaderamente que todo lo que hoy les dije es parte de la Voluntad de Dios. Así, cambiarán sus vidas, unidos todos los días al Santo Rosario, elevando sus espíritus en la Comunión perfecta con Mi Hijo resucitado.

Por eso, abran sus ojos y ya dejen de dormir. Salgan de este sueño, de este torpor. Despiértense, de la misma forma que se despertaron los apóstoles en el Getsemaní, cuando tuvieron que acompañar la agonía de Mi Hijo.

Pero hoy, les traigo un poco de la Misericordia de Dios, porque Yo intercedí por todos ustedes para que poder decirles todas estas cosas.

Cuando la humanidad cambie y al menos una pequeña parte de esta humanidad viva el último Mensaje del Cielo, podré decir, hijos Míos, que ya estarán preparados para recibir a Cristo. Y, aunque eso esté por suceder, Mi Corazón Inmaculado, su Águila Solar, seguirá sobrevolando esta humanidad a través de las peregrinaciones sagradas, para que los corazones despierten al Llamado de Dios y dejen de ofenderlo todo el tiempo.

Queridos hijos, lo que sucedió en Fátima fue muy importante; pero lo que hoy sucede aquí, en este lugar, es irradiado al mundo entero, al mundo álmico, al mundo esencial de todos los corazones.

Este es Mi testimonio para todos. Este es Mi Mensaje de advertencia para el mundo entero: cambien, cambien pronto. No vivan una vida superflua. Arrepiéntanse a tiempo, confiésense, comulguen con Mi Hijo y serán salvados por Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo contaré con muchos guerreros de la paz que lucharán, con el rosario entre sus manos, en el tiempo culminante de la tribulación, en el que estarán unidos en oración y en espíritu, en unión a Mi Corazón Inmaculado, esperando el Retorno del Cristo al mundo, cuando la humanidad entera, de Oriente a Occidente, despertará y reconocerá al Rey Universal.

En este día, hijos Míos, en el que sus corazones se recogen en Mi Espíritu maternal, estoy presente aquí, colmándolos con Mi Paz y con Mi Amor, estoy presente en Fátima con todos Mis hijos, en todos los hogares que están unidos a Mí en este momento, en todas las órdenes consagradas a Dios y también estoy en Kibeho, trabajando en el corazón de Ruanda para toda África.

Por eso, hijos amados, como conocen Mis diferentes Faces de Luz, con las que he aparecido a diferentes corazones para traer un Mensaje de paz y de esperanza a lo largo de los siglos; hoy deseo, hijos amados, como su Señora del Santísimo Rosario, que guarden en sus memorias Mi Mensaje de Paz, Mi Mensaje de instrucción que proviene de la Voluntad de Dios y de Su Poder Supremo. Mi Mensaje es fuerte e intenso, con la esperanza que sus células despierten al llamado a la redención y a la conversión de los corazones y de las familias.

En esta noche, hijos amados, depositen sobre Mis manos sus aspiraciones. En el silencio del corazón y de la palabra, díganme internamente qué es lo que necesitan, Yo los escucho a través del silencio.

Y ahora, que he recibido sus súplicas, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y proclamen, internamente, la consagración a Mi Corazón Inmaculado.

Yo soy la Señora del Verbo Divino y estoy con todos aquellos que son consecuentes con Dios, en humildad y simplicidad, en reverencia y amor.

Hoy, consagro todas estas imágenes sagradas para que sean el ícono de su esperanza, de la Misericordia de Dios, a través de su Señora, la Señora Celestial.

En esta noche, nuevos hijos se consagrarán y espero que caminen a Mi lado sustentando la bandera de la paz. A pesar de los temblores del suelo, Mi Corazón sustentará a aquel que sea fiel a Mi Espíritu maternal. No los dejaré solos, no caminarán solos, Mi Espíritu omnipresente y universal siempre los colmará.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que vengan aquí los hijos que se consagrarán. En presencia de Nuestra Santísima Virgen María, vamos a escuchar "Nuestra Señora de Kibeho".

 

Como su Señora del Verbo Divino, del Santísimo Rosario de Fátima, como la Reina de la Paz y Madre de toda la humanidad, unidos de corazón, Yo los consagro, queridos hijos, bajo la omnipotencia de Mi Hijo Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos de Estados Unidos, Mi esperanza de llegar a su nación está latente en Mi Corazón. A través de sus pasos, Mi tarea se concretará y una vez más Mi Inmaculado Corazón triunfará.

¡Les agradezco!

 

Canción: “Nuestra Señora de Kibeho”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora del  Santísimo Rosario, nos vamos a poner todos de pie para cantar el Himno del Santuario de Fátima, hoy, 13 de mayo.

Nos mantenemos de pie, quietos y en silencio y, después de este cántico, vamos a prepararnos para un intervalo, aún permaneciendo en la Presencia de María, para poder celebrar juntos la Comunión. Podemos comenzar.

Canción: "Himno del Santuario de Fátima".

Hermanos presentes y los que están unidos en los Centros Marianos, vamos a dar inicio a esta ceremonia de Comunión después de este encuentro con Nuestra Señora, respondiendo a Su pedido de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

 

Enseguida se celebra el Sacramento de la Comunión con varios sacerdotes de la Orden.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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