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En este día de Resurrección, las santas mujeres entraron al sepulcro al conocer la noticia del desaparecimiento de Jesús.
El Señor había resucitado, dando así testimonio del Amor de Dios Vivo por la humanidad.
María Magdalena fue fervorosamente en busca de su Amado Señor y, al no encontrarlo allí, percibió que algo había sucedido.
De esa forma, María Magdalena recordó que Jesús le había dicho que Él estaría presente en todos los Sagrarios de la Tierra. Así, el Maestro del Amor le quiso hacer comprender que Él siempre estaría vivo en el corazón que se abriera para recordarlo y revivirlo todos los días.
Este misterio de Cristo les reveló a las consciencias y a María Magdalena, en su interior, la exacta fe en el Propósito del Padre Eterno y en la expresión de la Divina Confianza.
Enseguida, después de que María Magdalena buscara tantas veces a Jesús, Nuestro Señor hizo Su primera Aparición cerca del Santo Sepulcro.
Que en ese encuentro María Magdalena pudiera ver vivo al Señor, significó para el mundo la oportunidad de creer en el aspecto oculto de la Resurrección después de la muerte.
Jesús enseñó a través de este misterio de la Resurrección, así como lo hizo con Lázaro, que la vida corporal que se vuelve corrupta puede transfigurarse en algo incorrupto.
Así, el Señor vino a enseñar, a través de este pasaje, que otras Leyes universales y espirituales pueden ser aplicadas en las consciencias, que primero deben creer en ellas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Recuerden que viven en este mundo para vuestra redención y para vuestra salvación. No detengan los pasos que Mi Hijo les está manifestando desde vuestros corazones. En los momentos de prueba y confirmación no miren hacia el pasado, fortalezcan vuestro espíritu mediante la oración del corazón. Unan vuestra esencia a la Esencia Única de Dios para que Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Jesús puedan socorrerlos. Queridos hijos, hoy los invito a vivir en la esperanza, esperanza de renacer como almas redimidas que quieren ardientemente estar en Dios. Yo los guiaré.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas estén en este mundo, ellas deberán aprender a perdonar, a trascender y a amar sobre todas las cosas. Recuerden, Mis niños, que esta es la lección para el discípulo de Mi Hijo: amar sobre todas las circunstancias.
Queridos hijos, hoy los llamo a confiar en el Perdón y en la Misericordia, los llamo a reconciliar vuestra existencia con Dios. Mi Corazón Maternal los conoce muy bien, sabe qué es lo que ustedes sienten, piensan y hacen, porque como Madre, vengo al mundo para corregir los errores de los corazones a través de Mi mensaje y de Mi Amor Maternal.
Si caen por algún obstáculo, queridos hijos, levántense como se levantó Lázaro al ser llamado por el Amor de Jesús. Reciban en vuestras vidas el Amor Redentor de Mi Hijo para que, en vuestro diálogo con Su Divino Corazón, Él pueda curarlos desde vuestro interior.
Queridos hijos, comiencen este día orando por la Redención de la humanidad.
¡Adelante, Mis pequeños!
Confíen en Dios Todopoderoso porque Él los ama.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Jesús hallarán el verdadero camino hacia la paz. Por eso, queridos hijos, abriendo Mis brazos misericordiosos hoy les pido por sobre todas las cosas: vengan a Mí, porque si así lo hicieren, Mi Inmaculado Corazón los ayudará.
Hoy, en especial, abro Mi Manto Protector para que cada uno de Mis hijos, a través de la oración del corazón, se coloque bajo Mi Manto para que los Rayos de la Luz Eterna de Dios los ilumine y pueda mostrarles el justo y santo camino que ustedes son invitados a recorrer, imitando a Mi Hijo que lo recorrió una vez por toda la humanidad.
Queridos hijos, encuentren la fuerza en la fe y en la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Quiero hacerlos renacer como Jesús hizo resucitar al hermano Lázaro. Queridos hijos, ha llegado el momento de caminar para que ustedes puedan ver la Luz Eterna de la Divina Misericordia que Mi Hijo les quiere entregar.
Sigan adelante y no pierdan tiempo porque Mi Hijo los necesita fuertes y valientes como el vuelo de las aves en el amanecer.
Queridos hijos, hoy los invito a orar por la Luz en el corazón. Yo los llamo a permanecer en la alegría, pues eso les permitirá despertar la presencia interna del Espíritu Santo en cada uno de ustedes. Conozcan a través de la oración los Dones del Espíritu Santo.
¡Quédense en Mis brazos! Confíen en la entrega que Mi Corazón les hace en este día.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Perdonen! ¡Perdonen! ¡Perdonen cada una de sus vidas para que el mundo también alcance el absoluto perdón!
Hijos Míos, hoy los llamo al ejercicio del perdón en el corazón, un acto necesario que debe emanar de sus corazones. De esta manera, queridos hijos, el perdón los llevará a encontrar la Divina Misericordia.
Por eso, Mis hijos, permitan ser tocados por los dos Rayos Divinos que brotan de Mi Hijo para el mundo. Así, queridos Míos, encontrarán un camino más firme en este tiempo de cambios. Si oran con fe y compasión hallarán los Rayos Misericordiosos de Cristo y Él, en Su Inmensa Gloria y Paz, los conducirá hacia el Padre Universal.
Queridos hijos, no teman por cuanto han fallado; lo importante es que sus intenciones y sus corazones se transformen a través de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, cuando hayan caído, clamen por el misericordioso perdón para que la Luz del Divino Corazón de Mi Hijo los pueda ayudar a revertir los errores.
Hijos Míos, diariamente el mundo ofende a Dios; por eso, sus oraciones con amor ayudarán a la humanidad, y también cuando cada uno de ustedes reconozca que está aprendiendo en este mundo.
Queridos hijos, sean como Lázaro: resuciten por la Presencia del absoluto Amor de Mi Hijo para que, en esta hora, sus corazoncitos se fortalezcan en la oración y en el amor hacia el prójimo.
Oremos por la conversión de todos los corazones.
Gracias por responder a Mi llamado.
Paz en sus corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¿Por qué tu pequeño corazón se acongoja?
¿Conoces el misterio divino del perdón y la compasión?
Cada vez que pasa la tiniebla de la vida Mi Luz Inmaculada brota para sus corazones. Yo los amo. Yo los adoro. Yo los protejo y los acompaño a cada paso de la vida.
Hoy los invito a recordar la resurrección que Jesús le irradió a Lázaro. Hoy permitan que sus corazones resuciten de todo sufrimiento o dolor para que Mi Corazón Inmaculado los guarde en cada momento de la vida.
Mis pequeños, yo conozco a cada uno de sus corazones desde el nacimiento hasta la vida presente. Por eso, ha llegado la hora de entregarme lo que en sus corazones está duro como la madera, resistente y pesado como el hierro. Yo los conduzco para que sus corazones vivan de la presencia de Mi Amor Divino.
Acérquense a Mí, que Yo los comprenderé y los escucharé. Derramen sus sentimientos sobre Mi Corazón para que Mi Alma los ayude en los pasos de la senda de la transformación.
Muchas almas sufren porque sus corazones pierden la fuerza interior para amar y perdonar y, aún más, para encontrarme. Pero, Mis pequeños, Yo estoy entre los corazones del mundo y en los corazones de todos Mis hijos. Mi misión celestial es que todos conviertan sus corazones antes de entrar al Reino de los Cielos.
Para eso, Yo los irradio con Mi Luz Maternal para que sus corazones encuentren descanso y para que sus sentimientos se aquieten en Mi presencia. Para llegar al Reino de la Paz, la vida les demandará esfuerzo, trabajo, oración, transformación, renuncia y donación de sí.
Una verdadera alma consagrada a la Voluntad del Altísimo, aguarda en el silencio el esperado encuentro y acepta con valentía y de corazón todo lo que ella deberá trascender.
Por eso, hoy los invito a trascenderse bajo la fuerza del corazón y del amor que cada una de sus almas tiene por Mí. Así nacerá el nuevo espíritu y estarán cerca de Mi Reino. Yo no Me separaré de ningún alma que se transforma y menos de todas aquellas que enfrentan la soledad en el camino de la consagración.
Aspiren a la fe dentro de Mi Inmaculado Corazón; allí, en ese reino, estaremos juntos en la eternidad del Amor vivo de Dios.
Los ampara de todo, en el Amor Misericordioso de Cristo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más