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Fiesta de San Juan Bautista
Queridos hijos:
Que la humanidad renueve, en este día, su bautismo espiritual y no sus costumbres.
Que en la Fiesta de San Juan, las almas recuerden el mensaje de ese santo hombre, primo de Jesús.
Que todos retornen al Reino de Dios, que está muy olvidado.
Que la mayoría de las almas se vuelva a unir a Dios y no a todo lo que se vive y promueve en la superficie de este mundo.
Que en el día festivo de San Juan, las consciencias de este planeta celebren el Sacramento que él trajo para el mundo: la posibilidad de ser renovado por el Padre, por el Hijo y por el Espíritu Santo.
Que en este día no sólo recuerden su bautismo, concedido por el sacerdote a través del agua, sino que también recuerden la bendición espiritual concedida por el Santo Espíritu.
En verdad, el propósito de la fiesta de San Juan, como la de otros santos, fue desvirtuado por Mi adversario; él consiguió llevar la atención de todas las almas hacia algo exterior, mediocre y superficial.
En cambio, en este día, San Juan trae el mensaje de que, a cada nuevo año, las almas se pueden renovar en la fe, recordando el Sacramento de su bautismo y confirmándose ante Dios y ante Su Divina Voluntad.
El bautismo es la bendición que el alma recibe, directamente de la Fuente de la Gracia y de la Misericordia, que permite liberarla de las manchas y de todos los pecados.
La finalidad de la Fiesta de San Juan era que las almas que comulgaran en este día, pudieran renovar su bautismo a través de un acto de fe y de unión con Cristo.
Hoy en día, esta intención está lejos de la atención de las almas y, muchas de ellas, en vez de renovarse, se condenan al Purgatorio sin siquiera percibirlo.
Por eso, su Madre, la Reina de la Paz, un 24 de junio de 1981, descendió en Medjugorje en la Fiesta de San Juan para intentar revertir esta costumbre humana que, hasta los días de hoy, y después de 35 años de Apariciones, sigue llevando a muchas almas al precipicio.
En las manos de cada alma está su elección.
Su Madre, la Reina de la Paz, llegó a Medjugorje para volver a unir a un pueblo que quedó destruido y separado por la guerra.
Mi Hijo pidió que, en la Fiesta de Su primo San Juan, Su Madre Celeste apareciera para recordarle al mundo el tiempo que aún tiene para retornar al Corazón de Dios y dejar de ofenderlo.
Después de 35 años en Medjugorje y de casi 10 años presente en Sudamérica, la Madre de Dios llega para advertir a Sus hijos que es urgente convertirse y rendirse lo antes posible al Amor de Dios, para no perder la paz interior cuando el mundo se purifique violentamente.
Así, la Reina de la Paz hoy desciende para confirmar un año más Su Presencia maternal y amorosa, entre Sus hijos que la aman y que la invocan.
El Padre Celestial espera que, lo antes posible, todos miren en su interior para percibir cuán urgente es un cambio en la humanidad, antes de que se abra la puerta definitiva a la Santa y Divina Justicia.
Hoy, en la Fiesta de San Juan, su Madre Celestial llega para despertar del sueño terrestre y del hipnotismo a cuantos corazones están lejos del Reino de Dios y que caminan hacia el sufrimiento.
Por obra de la Gracia, la Reina de la Paz hoy invita a todos Sus hijos a que renueven su bautismo y que así lo hagan también por los que ya no recuerdan esa bendición espiritual.
En este día de oración por la paz en las naciones, recordemos la llegada de María, Reina de la Paz, a Medjugorje, para que la consciencia humana sea elevada y purificada.
Su Madre Celeste retorna a Barcelona, porque aquí existe un camino abierto para comenzar a vivir ese cambio que Dios tanto espera ver manifestado en la humanidad.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice, renovando el Sacramento del Bautismo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Así como hace más de dos mil años, las profecías se volverán a cumplir. Los libros sagrados dejarán de ser solo sagrados, para volverse vivos nuevamente, frente a los ojos de los hombres.
Hijos Míos, cuando Jesús llegó al mundo y manifestó por medio de una expresión humana las palabras de Dios y de los profetas, aquellos que en apariencia lo esperaban no quisieron verlo, porque Él llegaba para apartar de las manos de los hombres el falso poder sobre las almas y sobre los templos, los que deberían volver a ser sagrados, para que los puros de corazón y los que en verdad buscaban a Dios pudiesen encontrarlo.
Los doctores de la ley no quisieron reconocerlo; prefirieron continuar con su falso poder y humillar al Hijo de Dios que rendirse a Él y al nuevo Evangelio que Él traía. No quisieron renovar su fe con la escritura viva, porque era más fácil someter a las almas a la espera de un Mesías que nunca llegaba.
La humanidad de aquel tiempo, Mis amados, temió renovar la propia fe y completar las escrituras con lo que Jesús escribió en Su llegada al mundo. A pesar de todo, Mi Hijo derribó el poder de los hipócritas y de los arrogantes con Su humildad; porque cuando menor se hacía ante los hombres, más se colmaba de Dios y de Su Amor.
Hijos, les digo esto, porque a pesar de tantas guerras, tantas persecuciones y tanta negación, Mi Hijo reescribió la historia y dejó al mundo un nuevo Evangelio que renovó las escrituras y aproximó a las almas aún más a Dios. Ahora, de nuevo llegó la hora de cumplir Sus profecías, de volver a renovar el Evangelio de Cristo a través de la vida. Llegó el momento de ver Su retorno; porque aquellos que hace dos mil años pensaron haber aceptado Su presencia entre los hombres, están vestidos otra vez con el falso poder y han tomado para sí mismos el control sobre la fe de las almas y de los corazones. Ellos saben que Mi Hijo llegará, pero no Lo proclamarán y negarán Su Espíritu como negaron Su Cuerpo y Su Sangre hace tantos siglos.
Pero esto no impedirá que Cristo retorne al mundo y demuestre una unión y semejanza con Dios aún más profunda. Él vendrá Resplandeciente y cegará los ojos de los que pensaban que veían la luz pero que estaban en tinieblas.
Así como el profeta Juan advirtió a la humanidad para que se arrepintiera porque el Reino de Dios estaba próximo, ahora, hijos Míos, Yo les digo a través de Mis videntes, que nuevamente se arrepientan, pidan perdón y renuncien ante el Cristo crucificado, a todo falso poder que piensan que tienen entre sus manos.
¡Que todas las almas preparen sus moradas! Que las iglesias reparen sus faltas y renuncien a las acumulaciones materiales y espirituales que con tanto esmero aseguran en sus casas.
El Redentor llegará y exigirá a los que dicen ser Sus apóstoles, la vivencia de Su Evangelio. No fue Él, hijos, quien colocó sobre los Suyos, vestiduras semejantes a las de un rey. Cristo vino entre los pobres y despojó a Sus discípulos y apóstoles de todo y sobre todo de sí mismos. Sin embargo, el hombre volvió a adornarse y a llenarse de oros y de piedras, en nombre de Cristo, sin comprender por qué el Mesías vino al mundo en un pesebre y no en un palacio.
Mis amados, no les digo estas cosas para herir sus corazones, sino para que revean sus vidas. Que todos renueven sus votos ante Cristo, porque solo los simples de corazón lo reconocerán.
¿Estarán preparados, hijos Míos, para despojarse de todo en nombre del Cristo Resplandeciente y verlo reescribir los libros sagrados con enseñanzas que trascienden la existencia humana? ¿O apretarán con fuerza el oro y el falso poder en sus manos y preferirán esperar a que se destruya el templo de este mundo, para poder comprender que el Hijo de Dios retornó a la Tierra?
Santifiquen verdaderamente sus vidas. Aquel que es puro y trasparente ante Dios, no necesita temer nada; por eso, hijos, no digan que vengo a amenazarlos o a causarles temor. Yo vengo para advertir a los que están sordos y ciegos en sus vanidades y creen servir a Cristo.
Retomen la pureza de sus corazones. Oren Conmigo para que Yo les muestre la verdad y el camino. Deje que lave sus ojos y les muestre la luz, preparándolos para estar una vez más ante Mi Hijo, pero ahora en entrega y con sincera disposición para seguirlo.
Los amo y les digo todo eso para que no se pierdan. Quisiera que hasta la última alma viviente reconociese la llegada de Mi Hijo; Su Espíritu ya está entre ustedes, pero muchos lo niegan.
Les dejo Mi Paz, para que con ella reflexionen y renueven sus compromisos con Dios.
Les agradezco.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día, Mi mensaje es de Paz y de preparación interna para todos.
A las puertas de un nuevo tiempo, Mi Corazón los sigue guiando por el camino de la redención, camino al que todos están llamados a vivir antes del comienzo del Armagedón.
Mi Corazón se dona a ustedes como una flor cuando se abre a los rayos del sol. Mi único propósito es hacerles tomar consciencia de la verdad que muy pocos viven en este ciclo, verdad que es ocultada por las manos impuras de algunos hombres de la Tierra.
Para eso, Yo vengo fuera de la Iglesia para recuperar y rescatar la dignidad y la filiación de todas las almas con el Único Padre Celestial. En la Iglesia de Cristo Mi voz se pronunció muchas veces y aún lo sigue haciendo a través de Medjugorje en este tiempo, pero para Mis hijos, parece que muchos años de advertencias y de mensajes no son suficientes.
Para que ustedes no pierdan el tiempo precioso que Dios les da en este momento, vengo para que en este día 8 de agosto, ustedes aprendan a amar la palabra de la Jerarquía Celeste, la cual como vida y vibración los guía y les muestra el camino.
Hijos, el tiempo actual indica una realidad decadente en la vida de la humanidad, y no será necesario que hoy Yo relate sobre eso, porque ustedes ya lo ven a vuestro alrededor.
Es por esta causa, como también por tantas otras, que Mi Hijo viene en este ciclo para pedirles la consagración a Su Sacratísimo y Bendito Corazón para que vuestras vidas en la materia representen por lo menos el diez por ciento de la concreción del Plan de Dios para esta humanidad.
Hijos, así está el mundo y la consciencia de toda esta humanidad, ya que la omisión de la mayoría los ciega completamente y no les deja ver la gravedad de un mundo que arde en llamas todo el tiempo.
Por eso, como vuestra Madre del Apocalipsis, vengo para advertirles sobre la importancia de tener en los tiempos venideros un espíritu de paz, de neutralidad y sobre todo, de amor y de esperanza.
Cuando una consciencia se resiste a cambiar ciertos hábitos de vida, los que influyen ampliamente en la conquista atroz de las fuerzas contrarias al Plan de Dios, la esencia pierde el ciclo y entonces debe esperar una próxima oportunidad.
Pero Mi Gracia es infinita y es esta Gracia sublime de Dios la que reúne a todos bajo un mismo fin y una misma propuesta espiritual. Yo vengo para salvar a las últimas rosas de los incendios de este mundo, vengo para despertar la consciencia a las realidades superiores, en donde reina y habita el Sagrado Propósito de Dios.
Vengo para recordarles el camino sagrado de la oración, y al mismo tiempo vengo para quitarles las vendas de los ojos una y otra vez, y así podrán ver lo que Mis benditos ojos pueden ver sobre el destino de este mundo.
Vengo para que se cumpla la escritura de Juan el Evangelista, así como una vez Jesús la cumplió siendo el Mesías de Israel.
Ahora todo ya fue dicho, es hora de actuar de corazón pero sin apuros; la necesidad de Luz y de Misericordia es muy grande para ustedes y para todos los reinos de la naturaleza, que son el blanco de grandes desastres, errores humanos irreparables en el Corazón de Dios.
Cuando vuestra actitud es justa, el Universo muestra su equilibrio. Cuando vuestra acción es precipitada, falsamente poderosa y mezquina, el Universo será justo en todos los planos de la consciencia.
Ingresen en el nuevo ciclo con una expansión mayor de vuestros corazones y un poco menos de vuestras propias ideas. Dios los necesita plenos, humildes y dichosos para que finalmente sean columnas de un Plan que corre peligro de no poder cumplirse. Solo bastará orar, orar y orar y ser un cooperador de la Jerarquía Celeste, colaborando en el desarrollo de la misión de toda la Hermandad Celeste.
Bendigo este día que al fin llegó para que todos se purifiquen y en amor se consagren al Santo Espíritu de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado final!
Los une al Principio Divino de la Suprema Voluntad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más