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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias a la oportunidad que Me ha dado Dios, vengo a elevar hacia el Reino de los Cielos a toda Europa del Este, para que esté más cerca del Corazón de Dios, para que puertas inciertas se sigan cerrando y los corazones heridos se puedan curar, especialmente aquellos que se vieron forzados a abandonar sus hogares, a abandonar sus pueblos y todas sus pertenencias.
A través de la Presencia de Nuestros Sagrados Corazones, del Corazón de Mi Amado Hijo y de Mi Inmaculado Corazón, venimos a fortalecer el canal de la Divina e Insondable Misericordia que brota como un manantial inagotable de Gracias y de expiación para toda la humanidad y el planeta.
Hoy quisiera, hijos Míos, que no solo honraran a la Madre y Reina de Polonia, sino que también contemplaran junto a Mí, a través del Amor de Mi Corazón, el divino canal de la Misericordia que aún sigue abierto para el mundo entero, que debe ser recordado todos los días en sus oraciones y en sus actos de caridad y de servicio. Un canal de Misericordia que no puede ser olvidado ni tampoco apartado de sus vidas, porque este es el gran momento de la humanidad en el que todos necesitan esa Misericordia, no solo para atravesar estos tiempos desafiadores, sino también para vivir lo que Mi Hijo necesita de ustedes.
Recuerden que son Sus apóstoles, los apóstoles del fin de los tiempos, los apóstoles que aprenden a persistir y a seguir adelante a pesar de las batallas espirituales e internas o aun a pesar de las guerras externas. Nunca vencerán al enemigo enfrentándolo, sino ustedes lo conseguirán vencer a través del Amor de Mi Hijo.
Yo necesito, hijos Míos, que comprendan que este canal de la Divina e Insondable Misericordia de Cristo, abierto una vez aquí, en Polonia, a través de las revelaciones a Santa Faustina, es un canal que debe ser conocido por todos. Es un canal semejante a una fuente, al que ustedes se pueden aproximar, lavar y purificar, para que no solo sus pecados sean disueltos o aquellas situaciones internas que no consiguen superar o resolver puedan ser resueltas por el manantial inagotable de la Compasión de Mi Hijo, sino también que ustedes, como portadores de actos de caridad y de Misericordia, enseñen a través de sus ejemplos el Amor que ha perdido el mundo entero, que lo ha llevado al castigo, a la impunidad y a la injusticia.
Este canal de la Divina Misericordia, que no solo es divino, sino que también es cósmico, debe estar muy presente en sus consciencias; y eso lo conseguirán a través de la oración del corazón y de la poderosa herramienta a la Divina Misericordia.
A las tres de la tarde, Mi Hijo sigue abriendo Sus Entrañas más profundas y desconocidas al mundo. A través de Sus Entrañas que los llevan al Océano de Su Misericordia Infinita, Él, de Brazos abiertos y Manos extendidas, invita a todos Sus compañeros e hijos a ingresar a ese Océano de Luz. Esta actitud no es teórica ni tampoco es una actitud mental, es un movimiento profundamente espiritual y científico, cuando tan solo el alma se une a la Divina Misericordia, todos los días a las tres de la tarde.
Mientras este canal de la Misericordia esté abierto, no desaprovechen las oportunidades de la Gracia y de la expiación que necesitan ustedes y sus hermanos del planeta, así como también los Reinos de la Naturaleza.
Ustedes saben que todos necesitan a esa Misericordia, no solo para poder persistir, sino también para poder sobrevivir en estos tiempos difíciles. Porque en verdad les digo, Mis amados hijos, que no habrá otro refugio que el Corazón de Mi Hijo para que sean protegidos por Su Misericordia y Su Compasión.
De esa forma, cuando se unen conscientemente al canal de la Divina Misericordia abierto en Polonia, no solo sentirán y verán actuar a la Misericordia de Dios en ustedes, sino que por donde ustedes vayan y sirvan, verán las obras de la Misericordia de Dios, obras que son necesarias en estos tiempos para generar una expiación más amplia y profunda en todo el género humano.
Por eso, es importante que nunca se cansen de postularse como apóstoles de la Misericordia de Mi Hijo, porque Él no solo necesita de obras buenas, obras que generen fraternidad y unidad entre todos, sino Mi Hijo también necesita de espejos de Misericordia en la superficie de la Tierra.
Como Madre y Reina de Polonia, estoy aquí, cerca de ustedes, en este día, para poder rezar por esta aspiración mayor de Mi Hijo. Y hoy, recibo sus oraciones y también sus cantos, para que este canal de la Divina Misericordia en Polonia pueda seguir sustituyendo a la Justicia, para que este canal nunca se cierre, aunque la humanidad viva su peor momento de tribulación.
Porque ese bendito canal de la Misericordia de Cristo, expresado a través del Santuario de la Misericordia en Cracovia, es un canal sostenido por los Ángeles, y los Ángeles de la Guarda de todos Mis hijos pueden llegar a ese canal para nutrir sus esencias de nuevos códigos, para colocar en sus almas nuevos atributos que, a través del fin de estos tiempos, construirán internamente la Nueva Humanidad. Y todos, juntos con Mi Hijo, sostendrán el gran momento de Su Retorno al mundo, para que ese Retorno de Cristo se pueda dar a través del canal de la Misericordia y no del canal de la Justicia.
Porque como Él se los dijo, hace pocos días, Mi Hijo no es un Juez. Él es el Abogado entre las almas y Dios, Él es el Maestro del Amor y de la Misericordia que quiere llevar a los corazones hacia la verdad, hacia la recuperación de la pureza y de la inocencia que perdió el mundo. Por eso, este momento que están atravesando, este momento crucial del planeta, es importante y único.
Por eso, deben seguir difundiendo este canal de la Divina Misericordia, porque muchas más almas lo necesitarán, y ustedes lo verán con sus propios ojos y lo sentirán con sus propios corazones.
Que sus vidas sigan siendo portadoras de la Misericordia de Dios para que la Luz, que viene del Universo, no se borre del planeta, no desaparezca de la faz de la Tierra por falta de corazones misericordiosos.
La Misericordia, en cada uno de ustedes, comienza en lo que es pequeño, en las actitudes diarias, en el compartir grupal; así, podrán encontrar la Misericordia y se darán cuenta, por ustedes mismos, cuán importante es que sean misericordiosos, inclusive en aquellos momentos que parecerían menos importantes para ustedes.
Que la Misericordia de Mi Hijo sea un gesto de Amor para todos, así el mundo se aproximará a la cura espiritual que necesita y las puertas del mal serán cerradas completamente, las almas dejarán los vicios y las malas costumbres, y no estarán aliados al pecado, sino curados y renovados en Cristo por la acción de Sus Rayos Misericordiosos que, a través de Polonia y en especial de Cracovia, brotan incansablemente de Su Corazón para llevarlos a todos hacia la paz.
No quisiera que perdieran este momento, porque no podría afirmar que exista otro momento como este, en el que sus almas y espíritus estén ante el Océano de la Misericordia de Dios, ante la Fuente de Su Amor y Unidad que les da sabiduría y entendimiento para atravesar con mansedumbre todas las pruebas, porque la purificación del planeta continuará y su propia purificación también continuará. Aquí no debe existir una lucha ni tampoco una resistencia entre ustedes y las pruebas, entre ustedes y los desiertos, entre ustedes y las batallas.
Actúen misericordiosamente y tendrán Misericordia de sus propias miserias, que por Gracia y Obra del Espíritu Santo se transformarán y en sus consciencias tendrán muy presente que lo más importante es cumplir el Propósito, porque todo lo demás se transformará y se curará.
Esto es posible por el canal de la Misericordia, y como Madre de Dios, y Madre de Mi Hijo, protejo y guardo esta importante intención de Cristo para que las almas, a través de la Misericordia, vivan en la unidad y en la verdad, algo que hoy el mundo no enseña ni vive, sino que el mundo aleja a las consciencias de Dios, creando sus propios dioses e ídolos.
Por eso, Mis amados hijos, les pido que, por la Misericordia del Redentor, vivan en el amor para que siempre vivan en la verdad y en la justicia. El mundo está muy violento y vengativo, esto alimenta los conflictos y las guerras, esto provoca a los desplazados y golpea a los inocentes. Esta situación estimula el aborto y genera en las almas un vicio que es imborrable, que es el vicio de la ilusión y de la oscuridad.
Por eso, sean misericordiosos y ayuden en la obra de la Misericordia de Mi Hijo, transmutando junto con el Redentor todo lo que vive este planeta sin sentirse héroes, sino guerreros de la oración, seres conscientes que sostienen el Estandarte de Cristo para que no desaparezca la paz.
Hoy, desde el Santuario de la Madre de Polonia y Reina de las Naciones y de los Ángeles, a través de Mi bendición maternal les otorgo la Paz, para que la Paz esté presente en la superficie del planeta y en especial en Europa Oriental; por lo que deberán seguir orando para que, en esta región del planeta, algún día las almas vivan la redención.
Les agradezco por escucharme y por entrar, una vez más, en Mi Corazón.
Les agradezco, en nombre de Mi Hijo, por toda esta misión cumplida y concretada, desde La Salette, pasando por Lourdes, Garabandal, Navarra y Polonia, y por todo lo que vendrá en los próximos tiempos.
¡Les agradezco por la donación de corazón!
Que Mi Hijo siempre los guíe hacia Su Reino de Paz, porque el Señor del Universo nunca se olvida de Sus servidores.
Siéntanse en Mis Brazos de Madre, bajo el Manto de la Virgen de Czestochowa.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando llega el segundo domingo después de la Pascua y las almas ya fueron lavadas por la Sangre derramada por Cristo en Su Pasión, ha llegado el momento de reconfirmar su compromiso con Él, de confesar delante de Su Corazón los pecados más ocultos, aquellos que avergüenzan a los seres y que, a veces, ni siquiera pueden pronunciarlos delante de Dios.
Es el momento de rendirse ante el Amor absoluto del Creador que, con Ojos de compasión, se vuelve hacia cada ser de esta Tierra y, con Piedad y Misericordia, los perdona por sus pecados más antiguos y desconocidos.
Es el momento de vivir bajo el espíritu de la humildad y de reconocer las propias imperfecciones y debilidades, las fragilidades e ignorancias que llevan a las almas a caer todos los días.
Es el momento de mirar hacia la Cruz de Cristo y también mirar el Sepulcro vacío y saber que Aquel que fue alzado por los pecados humanos, por Su Amor y Perdón resucitó, demostrando a cada ser el camino hacia la vida eterna, hacia la trascendencia de toda condición humana, inclusive de la muerte que es aquella que lo separa del Tiempo de Dios.
La Fiesta de la Divina Misericordia es el momento en el que las almas se regocijan en Cristo. Ningún pecado fue mayor que el poder de Su Amor, y ni aun la autocondenación de las almas puede vencer a la Misericordia del Redentor cuando los corazones se rinden delante de la Cruz.
Hoy, hijos, es un día para recordar el absoluto e insondable Amor de Dios y de hacer esto también por los que no lo hacen, porque Aquel que murió en la Cruz y resucitó lo hizo por amor a todas las almas y por cada una de ellas.
Por esto, oren por los que están perdidos, oren por los que no miran a Cristo y son indiferentes delante de las Gracias y Misericordias del Redentor, porque así podrán interceder para que, al menos en el último instante de sus vidas o después de ellas, esas almas tengan una oportunidad de arrepentirse.
La Fiesta de la Divina Misericordia es el momento en el que las almas comprenden un don que Dios les dona gratuitamente a aquellos que solo se abren de corazón y se arrepienten. Sean humildes delante del Creador, resignados frente a Su Voluntad y dispuestos a ser amados con un Amor inmenso e insondable. Y, más allá de cualquier error, conocerán el poder de la Divina Misericordia.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Con alegría vengo al mundo y especialmente a Polonia, la tierra amada de San Juan Pablo II, para bendecirlos y llevarlos nuevamente hacia Mi Gracia, a fin de que por medio de estos encuentros de paz su Madre y Señora de Czestochowa pueda seguir obrando y reparando los corazones que más necesitan.
Con Amor Materno regreso a Polonia para infundir aún más la Misericordia de Mi Hijo e interceder por medio de la Fuente de Su Compasión.
La Madre de Dios llega a Polonia para hacer revivir los atributos de su cultura y de su pueblo, llevando cada uno de estos atributos a la sublimación de la consciencia y, así, recuperando los valores de la fe y de la unión con Dios.
En este día especialmente desciendo para establecer un poco más de paz y de perdón en las almas, almas que necesitan reencontrar el camino de la unión con Dios, para así poder vivir los principios de Su Gracia y de Su Misericordia.
Como Madre de todos vengo para testimoniar que es posible avanzar y vivir con la esperanza de poder reencontrar a Dios de tiempo en tiempo y estar en comunión con Él.
Como Madre y Patrona de Polonia vengo para derramarles la Sabiduría de Mi Corazón Maternal, un Don que, viviendo en ustedes, permitirá seguir restaurando y reparando toda la consciencia de su pueblo.
La Sabiduría de la Virgen de Czestochowa los ayudará a llevar adelante el Plan de Dios para su nación y su pueblo, mediante la devoción incalculable de sus corazones por los Nuestros y también por los santos que el Padre ha enviado a su patria para ayudarla, como fueron Santa Faustina y San Juan Pablo II.
Por medio del modelo de vida de estos santos que muchas más vocaciones puedan despertar en el seno de la Iglesia de Cristo y en la fe de todos los hijos de Polonia.
Como Madre de todos vengo para restablecer uno de los principios de los Designios de Dios para su patria, sabiendo que en este tiempo será imprescindible sostenerse con la fe y la confianza en Dios, para también restaurar a la Iglesia y a sus creyentes.
Por eso, como Madre y Señora de Czestochowa, regreso a Polonia a fin de reconstruir el espíritu de amor de su humanidad y así propagar, desde aquí hacia el mundo, la devoción de todos ustedes, hijos Míos, a Mi Inmaculado Corazón.
Mis Manos de servicio, caridad y bien, hoy vienen llenas de Gracias para derramarlas sobre ustedes, Mis queridos hijos, y para que estas mismas Gracias se propaguen en las naciones del mundo que necesitarán de su fe y de su oración para establecer la paz.
Yo los conduzco por este camino de sabiduría y de amor para que las almas sean ayudadas y contempladas en la Misericordia de Dios.
Aún hay tiempo para poder ingresar en esa Fuente de compasión y de alivio que ofrece Mi Amado Hijo para el mundo entero.
Por medio de esta renovación que hoy les traigo Yo los invito a vivir el nuevo tiempo, el tiempo de saber cumplir el Plan de Dios en ustedes mismos, para que después se cumpla en el mundo entero.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los renueva,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Czestochowa
Recordemos, compañeros, la Fiesta de la Misericordia que es solemnemente celebrada el domingo siguiente después de Pascua.
Celebrar la Misericordia es aceptar en espíritu la Presencia de Dios, sabiendo que en cada momento de la vida necesitamos la Presencia de Dios para enderezar nuestros caminos y encontrar la paz.
Esta vez, la Misericordia volverá a ser celebrada en Polonia y esto concederá, en los planos internos, la cura profunda de todas las generaciones de europeos que de alguna forma atravesaron por las guerras mundiales.
Una expiación será concedida a los grandes pecadores y, así, una historia que quedó grabada en la memoria de los inocentes será disuelta, a fin de conciliar la paz entre las consciencias, tan necesaria y justa para estos tiempos y para los tiempos que vendrán.
Nuevamente la Divina Misericordia actuará y atraerá curas profundas en la esencia de las almas.
Todo lo que será ofrecido por medio de la Peregrinación por la Paz ayudará a la Jerarquía Celeste, para que Ella lleve adelante el desbloqueo espiritual de un proceso que condenó y que condena a miles de almas en esta parte del mundo.
Para que esto sucediera fue necesario revelar, primero, la Faz de Mi Divina Misericordia para que los corazones supieran que, a través de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor, la vida planetaria podría ser ayudada ampliamente.
Ahora, y en esta ocasión, Polonia será ayudada de nuevo.
¡Les agradezco por guardar Mi Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Deseo, en este día santo, en el que las tinieblas de la Tierra son apartadas de los Míos, dictarles una aspiración de Mi Corazón.
Hoy he venido a hablarles de la gloriosa imagen de vuestro Señor Jesús Glorificado y de la poderosa imagen de Jesús Misericordioso.
Cuando Yo dicté, a la hermana Faustina, los poderes universales y celestiales de Mi océano de Misericordia, Yo, en una noche, le revelé Mi Faz misericordiosa para que el mundo conociera la infinita compasión de Mi Corazón piadoso.
Así, Yo le mostré la Sangre y el Agua que brotaban constantemente de Mi Costado, pero también le di a conocer la gran sed que, en aquel tiempo, Yo sentía ante una humanidad ciega y sorda, que nunca quería escuchar la Voz de Dios, a través de Su Hijo amado.
En aquel tiempo, la Sangre y el Agua serían la gran justificación entre la humanidad y Dios, a través de Cristo, para poder despertar en el mundo una forma de expiación universal.justificación entre la humanidad y Dios, a través de Cristo, para poder despertar en el mundo una forma de expiación universal.
Así, le pedí a la hermana Faustina, Mi hija, que hiciera pintar una imagen tal cual la había visto en una visión exterior. Vine durante la noche para demostrar a través de Mi Misericordia, que Yo Soy la Luz que vence e ilumina toda oscuridad. Así le revelé el océano de Mi Misericordia y pedí por escrito, que quien la venerase y contemplase en el final de los tiempos estaría protegido por el manto de Mi insondable Misericordia.
Después de diez años, cuando ya la guerra había terminado, fue conocida Mi Faz. Ningún pintor sería capaz de expresar Mi Presencia, solo lo podría hacer si amara la Misericordia de Mi Corazón.
Pedí en aquel tiempo que Mi Misericordia fuera conocida y venerada el domingo después de Pascua, porque en el pasado, después de Mi muerte los apóstoles conocieron el poder de Mi Resurrección a través de las Llagas de Mi Misericordia.
Así fue que Adonai concedió, por medio de la Faz de Mi Misericordia, que la humanidad conociera, a pesar de sus pecados, el camino de salida hacia el universo del Amor de Dios.
Pasaron los años y la humanidad no comprende lo que significa esta expiación que Yo le ofrezco a las almas del mundo. Y como lo prometí en el huerto Getsemaní, antes de elevarme al universo, Yo volveré aun con más poder y gloria. Por eso le dije, por locución interior, a la hermana Faustina, minutos antes de su muerte, que la humanidad tendría la Gracia de conocer Mi Gloria eterna a través de los poderes de Mi Misericordia.
Por eso le dije que antes de Mi retorno al mundo, antes de que se cumplieran los últimos ocho ciclos lunares, Yo volvería a aparecer con la Faz con la que Mi Padre Me vistió, para que así la humanidad contemplara no solo Mi Misericordia, sino también el misterio de Mi Gracia por medio de la esencia de Mi Glorificación.
Esa Faz es conocida por todo el universo. Por eso, en este día, he venido días antes de que todos conozcan Mi Faz, a revelarles las doce promesas a aquellos que contemplen y guarden la imagen del Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús.
Por eso he venido en esta noche santa, noche santa de cena, para que el mundo sepa conscientemente a Quién estará contemplando.
A aquellos que contemplen Mi imagen glorificada Yo les prometo:
1. Unificar la esencia del propósito familiar a través de una vida sagrada, libre de las influencias y de las tendencias de estos tiempos.
2. La concreción de la tarea espiritual a través de la consagración de la mente, del cuerpo y del espíritu al Sagrado Corazón de Jesús.
3. La protección divina de los viajantes y de los que trabajan diariamente por amor al Plan de Dios.
4. El conocimiento interno de una experiencia de amor espiritual que permita la madurez interior.
5. La liberación de los males que influyen en la vida de oración y que perturban los sueños.
6. La reconciliación con el Santo Padre Eterno, para reencontrar así la tarea espiritual.
7. Apartar del peligro a quien lleve y difunda la imagen con reverencia.
8. La unión espiritual con la Fuente Primordial durante el tiempo de la transición planetaria.
9. La guía por encima de las pruebas y de los miedos.
10. La expansión del canal del corazón para que more Cristo Dios.
11. La redención de los hábitos y de las acciones que llevan a una vida de condenación del alma y de la pérdida del espíritu.
12. La unión con la esencia de la Santísima Trinidad, es decir, la Comunión espiritual con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Así, cuando estén frente a Mi Misericordia, estarán pidiendo por redención. Cuando estén frente a Mi Faz Glorificada, estarán rogando por la evolución de vuestras almas. De esa manera, tendrán dos formas de ingresar a Mi Reino, a través de Mi Misericordia y a través de Mi Gloria.
Bajo la Piedad que proviene de Dios, Quien ha permitido todo esto, sean bienaventurados.
Los une a la Creación Divina,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sientan en Mi Silencio el decir de todas las cosas, la verdad que surge para la vida que estaba muerta.
Hoy estoy junto a los doce, aquellos que estuvieron Conmigo en el pasado. Los traje para que los puedan reconocer y apreciar como redimidos, la humanidad que se ha redimido y seguirá redimiéndose.
Mientras Yo camino al lado de ustedes en estos días, traigo buenas nuevas para todos, esperanza para los corazones y las almas, y misericordia para compartir y difundir.
Agradezco en esta tarde por aquellos que se esfuerzan y que en el cansancio obran para Mi Padre, sin tiempo y sin detenimiento. Sepan que eso será recompensado en el Reino de los Cielos. Dios no se separa de Sus hijos prodigiosos, mas los apoya y los acompaña en el silencio del corazón.
Hoy quiero compartir con ustedes un hecho importante: antes de la Última Cena en aquel tiempo, muchas almas bondadosas se unieron a Mí en la oración.
En diferentes partes de Oriente, por Galilea, Judea y Jerusalén se unieron a Mi Pasión interior y abrieron las puertas para que la Misericordia de Dios los acompañara.
En ese tiempo, todo lo que estaba sucediendo era importante, desde la soledad hasta la alegría. Yo estaba viviendo cada paso en la Pasión, una nueva señal que Dios manifestaba, para Mi Consciencia y Mi Corazón, cuando Yo instituí la Cena como una ceremonia importante.
Quería, en aquel tiempo, que todos pudieran vivir Mi Pasión de forma verdadera, por eso Yo abrí las puertas para que las Leyes Divinas descendieran y todos pudieran reconocer que el Hijo de Dios estaba presente en la Tierra.
Las Leyes se cumplieron en aquel tiempo tan difícil, pero Mi Misericordia se difundió por el Mundo entero de la misma forma que Yo lo hice con Faustina Kowalska, trayendo nuevamente para la humanidad algo importante y misterioso, que es la Misericordia de Mi Pasión, el Agua y la Sangre que redime y que lava, que purifica y que transmuta los pecados.
Por eso vivan en esa Fuente Mayor, esa Fuente que brota de Mi Corazón incansable y que está disponible para aquellos que la buscan y aquellos que se animan a servirse de ella y ser nutridos por el Espíritu de Mi Corazón, por Mi Divinidad y por Mi Consciencia Mayor.
En estos días Yo vengo a reactivar sus corazones. Vengo a recordarles los compromisos que tienen con los Sacramentos, porque cada ritual de los Sacramentos es importante para sus espíritus, gesta cosas nuevas para el alma, para la consciencia y para la vida, y todo se vuelve más liviano, más sereno y más pacífico.
Lo que Yo les traigo en estos tiempos es el Sacramento de la Reconciliación, que lo vivirán a través de los demás Sacramentos. No es por si acaso que Yo instituí la Eucaristía para que Mi Espirito Universal estuviera presente en el pan y en el vino, y en cada nueva comunión que el alma viva Conmigo, pueda renovarse y abrirse para lo Mayor.
Sepan que todo su ser comulga Conmigo; cada parte de sus seres y cada partícula, las células y la sangre de sus seres, el agua que circula por sus cuerpos es nutrida por Mi Espíritu en el momento de la Comunión.
Los invito a conocer este misterio, a que abran sus ojos para la realidad que viven por la Comunión, porque allí se guardan muchas llaves para todos, principalmente para aquellos que viven en Mi confianza.
En la Última Cena, en aquel tiempo, Yo instituí algo importante para el planeta que es el descenso de Dios a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, los Dones del Espíritu Santo en el pan y en el vino, la Transfiguración y la Resurrección que Yo viví por todos. Leyes que son desconocidas por esta Tierra, pero que muchos que fueron simples las vivieron y las practicaron con humildad.
Imiten a aquellos seres que vivieron la santidad. Sigan los pasos que ellos siguieron de forma simple, porque Dios necesita de sus corazones, una morada pura y entera, disponible para recibir la Voluntad del Señor.
Yo vengo nuevamente a abrirles los ojos para algo mayor y algo divino.
Yo los reúno en esta tarde nuevamente, para que refuercen su compromiso Conmigo y beban con paz de Mi Sangre y de Mi Agua, dones espirituales para la humanidad entera que son derramados espiritualmente en este tiempo para los corazones que tienen sed de la Luz de Dios y que necesitan curar sus consciencias para que sean redimidos, bienaventurados y buenos servidores del Hijo Primogénito.
A partir de hoy recordarán algo importante durante tres días seguidos, que es el nacimiento de Mi Consciencia en la humanidad y todo lo que Yo hice por ustedes en aquel tiempo.
En cada momento que compartan Conmigo, cada hecho y cada pasaje que Yo les entregaré, vívanlo como algo verdadero e importante. Así sus consciencias se nutrirán a través de Mi Espíritu Cristico y recibirán el Fuego Divino de la transformación.
Y después de un tiempo no se reconocerán, porque Yo los habré transformado enteramente y no lo percibirán porque ya estarán transfigurados por Mi Luz y por Mi Amor.
Anímense, arriésguense a que Yo los pueda vencer a través del Amor y de la Misericordia.
En poco tiempo no se reconocerán, porque habrán bebido de Mi Fuente de una forma sincera y verdadera por medio de la Comunión y de la oración constante, llaves que ayudarán a cambiar a la humanidad, llaves que abrirán nuevas puertas para el próximo tiempo.
Pero para que eso se cumpla, compañeros, es necesario arriesgarse un poco más y no temer por nada, porque cuentan con Mi confianza y Mi apoyo interior, cuando sólo Me digan “sí”.
Hoy los apóstoles vienen a bendecirlos a todos, a través del ejercicio pastoral, de la bendición del gran Espíritu de Dios que cada una de esas consciencias cultivó en sus corazones.
Hoy les muestro todas estas cosas para que crean que es posible vivir en la santidad. Y no será necesario consagrarse solamente a Mí, sino vivir una vida de caridad, de servicio, de oración, que puedan ser testimonio para sus hermanos, que puedan ser llamas de luz incandescentes para los demás hermanos,, por donde pasen o por donde vayan.
Cuando lleguen a ese punto de consagración y de entrega, muchos reconocerán Mi Presencia en ustedes, porque Yo sigo siendo el Gran Pastor de la Humildad, la Estrella del Universo para todo el planeta, que prepara el advenimiento y el regreso del Cristo transformado y renovado, el cual todos verán y se sorprenderán.
Por primera vez, queridos compañeros, responderé a siete intenciones de esa cesta. Pero sepan que todas son importantes para Mi Corazón. Ya las conozco profundamente, pero sé el significado y el valor que para ustedes tienen las respuestas en esta vida, respuestas que nacen de Mi Corazón Sacratísimo, luz para la oscuridad, sabiduría para la confusión, claridad para las tinieblas, amor para lo que está mal, herido, latigueado o cansado.
Yo los amo y Yo los corrijo porque son rebaños con potencial al despertar. Todo lo que digo proviene del Amor, del Espíritu de Mi Padre.
“Juan, te espero, cuando tan solo aceptes entrar a Mi Reino.”
“Tranquila, tu familia se salvará. Únete día a día a Mí. La reconciliación se establecerá, porque Mi Espíritu formará parte de tu hogar y confortaré a tu consciencia.”
“Franco, tu ángel se llama Joel. MI Camino está siendo preparado para que tú puedas entrar en él como un nuevo apóstol del amor. Anímate a seguirme, Te espero.”
“Que tu aspiración sea amar el planeta todos los días, pues él será la casa para los que vendrán pronto.”
“La humildad se encuentra en la llave del servicio, en la caridad que nunca acaba, en el decir “sí” todos los días a todas las necesidades que se presentan, así el espíritu se forja a la transformación.”
“Sí, ellos ya lo saben, ya están en el Cielo Conmigo, tus pasos lo han permitido. Hoy te saludan.”
“Quiero que seas una hija de Mi Divina Misericordia, así podrás consagrarte a Mi Sagrado Corazón y todo estará cumplido en tu espíritu.”
Ayer liberé a muchas almas que estaban condenadas, pero necesito de instrumentos dispuestos a ayudarme, columnas de transmutación que Me sirvan y que se donen constantemente. Si eso fuera posible en la mayor parte de la humanidad, la humanidad se salvaría.
Hoy les entregaré una bendición a través del aceite sagrado, el mismo aceite que ungió Mi Cuerpo herido, que lo restauró y que lo curó y lo preparó para la Resurrección.
El aceite los une al alma y son ungidos por el Espíritu Divino de Dios, con la Fuente Primordial de Su Amor y de Su Unidad.
Cada vez que son ungidos, sus cicatrices y heridas espirituales son disueltas por Mi Amor Misericordioso.
El aceite sagrado tiene el poder de la reparación, abre las puertas para los principios de la cura del cuerpo y del alma enferma y abre las puertas para el Espíritu Mayor de Dios, tan solo con una señal de la Cruz. Así todo estará hecho.
Bendigo todos estos elementos que en este día formarán parte de la nueva comunión de ustedes Conmigo, preparándolos para el Jueves Santo, donde los invitaré a sentarse a Mi mesa y se confirmen como los apóstoles del Amor, como los servidores de la Misericordia.
Yo los bendigo siempre con Mi Espíritu de Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por hoy estar Conmigo.
Queridos compañeros de camino:
No existe mayor poder que Yo haya legado al mundo que la oración misericordiosa, la que une espacios, lugares y naciones.
Hoy, quienes dediquen espacio a este importante ejercicio espiritual recibirán, de Mi Corazón, los dones que les permitirán abrir las puertas para la cura interior del corazón y del alma.
Como ustedes Me lo han pedido, ya todos los niños más necesitados están en Mi Reino y en Mi Corazón Eterno. Les pido que sigan rezando con fervor, amor y dedicación, para que los frutos de la oración misericordiosa abran nuevos caminos, para los que en estos tiempos se han condenado al fuego del Infierno.
En este momento, el Pescador de Almas está recorriendo los lugares en el mundo que necesitan de un importante auxilio espiritual y divino. En Mi cesta de oro, Yo recojo las oraciones de quienes ofrecen alegrías y bendiciones constantes a Mi Sagrado Corazón.
En la Hora de la Divina Misericordia los relojes del mundo se detienen, para que el verdadero tiempo de Mi Divina Misericordia descienda en Gloria y en auxilio de los que más necesitan de ella.
Solo les pido que sean perseverantes, como lo fue la Hermana Faustina Kowalska hasta el final de su vida en la Tierra. Sumen fuerzas desde el corazón a través de la unión entre sus seres, porque solo así permitirán que algunos acontecimientos cambien.
Es hora de nadar en Mi Océano de Gracias Reparadoras. Es hora de erguir la bandera hacia lo Alto, la bandera que confirmará ante el maligno la victoria de la Luz Crística. Es horde actuar solo a través del amor puro del corazón; ustedes lo necesitan y el mundo también.
Bajo la Gracia Eterna de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por buscar siempre la Llama Eterna de Mi Corazón.
Cristo Jesús
Mi Eterna Morada del corazón reside en el Océano Infinito de Mi Divina Misericordia.
Todos los días a las tres de la tarde, Yo aguardo que las almas sedientas y las almas devotas se dirijan a Mí y viajen por medio de la Coronilla hasta el centro del hogar de Mi Corazón; allí, con humildad les hablaré al corazón de las cosas de Dios. De ese modo aliviaré sus seres internos de la presión constante que genera este mundo de hoy, para que puedan llegar hasta Mi Casa de la Morada Eterna.
Hoy les pido que se decidan a vivir ardientemente la Hora de la Misericordia de Dios; así permitirán de manera simple que las Gracias más sublimes, aquellas que sus almas necesitan, puedan ser recibidas en estos tiempos de pruebas y de tribulación.
Es tan simple ingresar en Mi Misericordia, que las almas se desalientan cuando se ponen a orar Conmigo. Pero la devoción que Yo necesito de ustedes deberá superar los obstáculos de la inercia y de la densidad material, y eso será posible cuando tan solo sus corazones Me digan: “Jesús, yo confío en Ti”.
A través de esta constante afirmación, abrirán las puertas de Mi Manantial; esta es la llave que los liberará de la perdición y de la tentación del mundo. Por eso, ante cada nueva prueba, decreten y afirmen: “Jesús, yo confío en Ti”, porque esta afirmación, que fue entregada a la Hermana Faustina, tiene el poder de derrotar cualquier mal en el entorno natural de sus vidas y de sus seres internos.
Recuerden que Yo confío en ustedes.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Por la Fuente de Gracia que brota de Mi Sagrado Corazón, en la Hora de la Divina Misericordia, Mi Manantial Salvador y Redentor se derrama en especial sobre quienes, en verdad, en el cenáculo de la oración Me dedican su tiempo sin demora y sin prisa.
En esta sagrada hora universal, el Universo se alinea y las estrellas envían sus rayos de luz para adecuar nuevamente situaciones irreversibles y llevarlas a situaciones de paz.
Todo discípulo deberá tener consciencia de esta sagrada hora en su tiempo y en su espacio, para que él también reciba la parte de misericordia que le corresponde.
Es importante para la formación misericordiosa de un consagrado, como de un devoto de Mi Corazón Insondable, despertar en consciencia a este sublime momento. El pedido orante que Yo le dicté a la Hermana Faustina Kowalska aún está vigente y lo estará hasta Mi Regreso cuando, por Orden Universal de Dios, Mi Corazón impartirá Justicia Divina.
Les pido que recuerden este momento y esta Hora de Misericordia, que sus espíritus solo busquen saciar la sed en la Fuente que los reparará y los liberará; así percibirán que las fuentes artificiales que ha creado el mundo llevan, tarde o temprano, a la pérdida de la paz y del amor.
Yo Soy el Médico de las Almas, siempre los esperaré en Mi sala celestial de oración para curar y consolar en Mi Luz a sus corazones.
Es momento y tiempo de que la humanidad reverencie, ame y respete las reliquias salvadoras que los Sagrados Corazones han entregado por amor al mundo entero.
Si esto fuera así, ustedes como rebaños evitarían que los ejercicios espirituales de oración se vuelvan pesadas rutinas de cumplimiento y de obediencia, algo vacío en el corazón de quien, en verdad, no lo hace por amor.
Estén atentos a los cambios bruscos.
Yo los acompaño siempre.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mi Mensaje a través de la esencia del corazón.
Cristo Jesús
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Fray Elías:
Por favor, que un hermano de Casa Redención, a pedido de Cristo, traiga un pan entero sin cortar.
A continuación, Fray Elías del Sagrado Corazón recibe el Mensaje diario de Cristo Jesús.
Cántico: “Vigilad y orad siempre”.
Sagrados corazones Míos, hoy Me alegra ver rostros lavados por la Fuente de Mi Misericordia y pies liberados de todo el polvo del pasado, renovados en alma y en espíritu les entrego en este día también Mi Gracia.
En reparación del Corazón de Nuestro Padre, les pido que oferten las cuentas que faltan por Dios, por vuestro amor a Dios, para que Él también envíe Su Misericordia al resto del mundo, a aquellos lugares que están en penumbras y en donde Mi Luz aún no ha ingresado.
Cuando Yo pedí todas estas oraciones, todo tenía un fin espiritual y universal que, a través de vuestra gracia y amor, se ha cumplido.
Así, Yo les pediré en los tiempos finales cosas imposibles, y podrán confirmar que lo pueden hacer cuando solo se unan a Mí en el propósito, en la misión, por el bien de todos y por la paz de todos.
Por eso, en esta tarde de Misericordia, Mi Corazón de Luz se aproximó a ustedes desde el Cielo, viajando desde el corazón del universo hasta aquí, para irradiarles Mi Amor y Mi Paz.
Cada uno de ustedes tiene un compromiso Conmigo. Por eso, a algunos les pediré todo y otros sabrán qué podrán darme. Estamos en un tiempo de definiciones, de consagraciones a la Voluntad de Dios para que todas las almas, que están detrás vuestro, puedan también recibir una oportunidad misericordiosa. Así, la red de almas, en el mundo entero, que recibe los impulsos de Mi Luz y de Mi Misericordia podrá liberarse y alcanzar la redención prometida.
Queridos, antes de Mi despedida y de Mi agradecimiento, sepan que Mi Presencia no está solo con ustedes, sino con todos los internos del mundo entero.
De esta forma, está retornando Mi Ser a Su casa, a la casa de Sus compañeros, para recordarles sus orígenes, la verdadera faz de cada ser, el espíritu de cada uno que aún desconocen por vuestros velos. Pero Mi Gracia viene a retirar vuestros velos y a liberarlos del pecado, restaurándolos en Dios, en Su Fuente Primordial, en Su Amor misericordioso.
Sepan que lo que Yo le pedí a Faustina, hoy se lo pido a ustedes; pero también se lo pido a toda la humanidad por aquellos que Me escuchan verdaderamente, aquí y en sus hogares.
Les agradezco porque son semillas de Luz que implantan Mi Corazón en sus corazones.
Ahora escucharé, en Gloria a Dios, en esta unidad celestial y terrenal que se ha establecido a través de Mi Sagrado Corazón, en esta hora definitiva. Escucharé el canto de Mis consagrados y también consagraré ante ustedes el pan, que es Mi Cuerpo, el vino, que es Mi Sangre, para sellar una profunda unidad para que no se olviden de este momento Conmigo.
Si hoy están aquí, Mis queridos compañeros, es porque vuestras almas Me han escuchado. Así podrán entender, en esta hora, que lo que responde a Dios es el espíritu en cada uno de ustedes, espíritu que al final de los días, se fundirá con Dios, Conmigo y con el universo.
Cántico: “Kyrie Eleison”
Fray Elías:
En nombre de Dios Todopoderoso y del Espíritu Santo, dice Jesús que, el que pueda, se arrodille.
Sembraré en el pan y en el vino una célula de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
Fray Elías:
Junto a Cristo, el monasterio va a entonar el Padre Nuestro (en arameo).
Siete campanadas.
“Expiraste Jesús, pero Tu Muerte hizo brotar un manantial de Vida para las almas y el océano de Tu Misericordia inundó al mundo entero. Oh, Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, inunda el mundo entero, derramando sobre nosotros hasta Tu última gota de Sangre. Amén”.
Vayan en paz y renuévense a través de Mi Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías:
Sería importante que todos los hermanos sepan algunas cosas que Él permitió revelar. Primero, Él hoy nos dijo que venía del corazón del universo, del Cielo. Y desde allí Él llegó hasta aquí fuertemente. No vino solo, sino acompañado por otras Jerarquías de la Luz que, con mucha reverencia, estaban ante Su Presencia.
En un momento, cerca del palco, se abrió el universo y, como Él dijo, por algunos segundos el universo y la Tierra eran uno solo. Y en nuestros seres internos Él nos hizo experimentar otro tiempo diferente a este, diferente a este tiempo físico. Cuando Él hizo ese movimiento, como si fuera un mudra, percibimos que no solo nosotros estábamos en otro tiempo con Él, sino todos aquellos que estaban coligados con Él en ese momento.
En cierto momento, de repente, sucedió algo extraño, Él ingresó con Su Consciencia en los medios de comunicación, por ejemplo en internet, y Su energía viajaba por internet. No solo Su Presencia se desdoblaba en los hogares, sino que también Él llegaba a esos espacios que necesitaban mucha luz.
De repente, detrás del Maestro apareció una escalera que era de color celeste y que iba hacia lo Alto, hacia el infinito. Él estaba rodeado de Jerarquías de Luz y por Su izquierda y por Su derecha comenzaban a descender dos energías, que tampoco en ese momento entendíamos de qué se trataba, pero Él pedía que observáramos para poder guardar esa información.
Lo que entendimos es que esas dos energías venían directamente del Padre-Madre Creador. Cuando las Jerarquías de Luz que estaban en torno a Cristo vieron ese movimiento, enseguida lo reverenciaron, tomaron una postura de reverencia, y percibimos que ellos estaban sintiendo algo que iba más allá de sus capacidades, era algo mayor, más poderoso.
Esas dos energías que venían del Padre-Madre Creador se unieron a través del Corazón de Cristo. En ese momento, Él nos dijo algunas cosas respecto de la tarea de oración que venimos haciendo desde ayer hasta hoy.
Y cuando Él hablaba, no hablaba solo para nosotros, sino que hablaba para todos aquellos que estaban coligados con Él. En ese momento, Él todavía seguía circulando, por medio de Su Consciencia, en internet.
Cuando Él habló de la red de almas, entendíamos que era un estado en el que todos estábamos inmersos. Él nos explicaba que tenía que ver con el punto o momento en el que nos encontramos en nuestra evolución espiritual, y a través de ese estado Él trabaja con todo el planeta.
Y cuando Él seguía con Su Consciencia dentro de esos medios de comunicación, hacía dos tareas en una sola: socorría, auxiliaba, salvaba a lo que era necesario en esta hora de Misericordia, mientras transmitía el mensaje. Entonces nos vimos delante de una situación totalmente sobrenatural y conocimos de Cristo una Faz diferente a la que conocíamos hasta este tiempo, la Faz del verdadero Redentor del Universo.
Supimos que hoy llegó a nuestro encuentro una parte de Él que era más cercana a Su Consciencia material, física. Por eso, Él decía que no nos preocupáramos por lo que sentíamos o veíamos, que dejáramos que Él hiciera la tarea, que confiáramos que todo estaba bien.
Nos dijo que, como resultado de la Maratón, el sesenta por ciento de la tarea que Él tenía prevista ya estaba cumplida. Él, en ese sesenta por ciento, pudo ayudar a gran parte del planeta y nos decía que, en esta hora, en el encuentro con Él, la Maratón estaba concluida, pero que nos pedía un esfuerzo mayor por Dios.
Queridos peregrinos de Mi Divina Misericordia:
La Maratón de oración se aproxima en la víspera del Encuentro con el Inmaculado Corazón de María. De esta manera, la Gracia de Dios estará derramándose nuevamente a través de las Apariciones de la Virgen María.
Este mes de julio es el mes misericordioso y también lo será el mes de agosto, porque la Gran Consciencia Maternal estará tejiendo con Sus manos las redes de la salvación. Por eso será importante llegar al Centro Mariano de Aurora con espíritu de devoción y de misericordia, porque así sus corazones se aproximarán al manantial de piedad y de cura del Inmaculado Corazón.
La Maratón de la Divina Misericordia intentará motivar a los corazones al rezo fervoroso de la Coronilla a la Divina Misericordia, oración que Yo mismo entregué a Mi primer Apóstol de la Misericordia, a la venerable Hermana Faustina Kowalska.
Esta Maratón dejará semillas sembradas en los corazones que se sumen a ese importante ejercicio de oración; porque el propio estado de la oración permanente, durante más de cinco horas continuas, obrará por sí mismo en sus seres y sentirán Mi Presencia muy próxima.
Lo importante, Mis peregrinos, será que una vez más ofrezcan esa Maratón de oración como un sacrificio de amor y de renuncia por la salvación de las almas que se consumen en el fuego del Infierno y por la paz que debe reinar en estos tiempos en el corazón de todos los seres de la Tierra.
Mi Presencia se hará sentir por medio de las oraciones y de los cánticos que ustedes Me entonen con amor y devoción.
Como ha dicho Mi Madre Divina, Mis hijos, los peregrinos, darán testimonio de la unión que tienen Conmigo a través de la práctica orante de la Coronilla a la Divina Misericordia. Así Mis Oídos internos estarán atentos cuando, de cincuenta en cincuenta cuentas, los peregrinos con voz fuerte repitan a todos sus hermanos “Por Su dolorosa Pasión...” y los demás hijos respondan: “...ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Así ingresarán en Mi Océano de Gracias, que aguarda desde hace tiempo lavar sus corazones de toda mancha y renovarlos a través de Mi Amor.
A todos los peregrinos del mundo entero les deseo, desde Mi Espíritu Paternal, una buena jornada de oración por el bien de esta humanidad.
Bajo el Amor Misericordioso de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis mensajes desde el corazón.
Cristo Jesús
Himno Oficial de la Maratón
de la Divina Misericordia
Oh Señor Jesús,
sigo Tus Pasos hasta el Cielo.
Uno mi corazón a Tu Corazón,
camino junto a Ti por el Plan de amor,
y las almas serán liberadas de todo dolor.
Abro mi corazón para Dios,
escucho Tus palabras con devoción
y cumplo con el Llamado de Tu Eterna Voz.
Soy un ser orante por toda la Eternidad,
oro la Coronilla con el corazón
y la humanidad recibe Tu Misericordia
y Piedad.
¡Ven, ven, ven Cristo,
ven hacia aquí!
Ven, ven, ven Maestro del Amor,
porque juntos viviremos la Maratón de la oración,
la Maratón del perdón, de la redención.
Misericordia, Misericordia, Misericordia
es nuestra eterna aspiración.
Divina Misericordia es nuestra gran misión
y en Cristo alcanzaremos la salvación.
¿Han percibido cuántas veces Mi Consciencia Redentora ingresa a las tres de la tarde en cada lugar de la Tierra?
Cuando en cada lugar del mundo se cumplen las tres de la tarde, Mi permiso celestial se expande como amor y como luz y toca a las esencias más desprovistas de misericordia.
Entre las tres y las cuatro de la tarde de cada día, Mi Corazón Eucarístico se irradia hacia las esferas más distantes de la Tierra, en donde exista un alma que esté clamando por Mi Misericordia. Yo doy todo para que ella esté en Mis Brazos, para consolarla y darle nuevamente la vida.
Cuando un alma devota Me contempla y Me adora mediante la Coronilla a la Misericordia, no solo Me abre la puerta de su corazón para que Yo ingrese, sino que también, si ora con amor, Mi Consciencia Pastoral con su Omnipresencia, en segundos, instruye a las almas del Purgatorio; y así las eleva lo más cerca posible de Mi Reino para que terminen de aprender y, al final, formen parte de Mi Gloriosa Eternidad en el Paraíso.
Las puertas del Paraíso se abren a las tres de la tarde. Esta es una misión que cumplen los ángeles del Cielo para elevar a todas las consciencias que están desorientadas sobre la faz de la Tierra.
A las tres de la tarde, Mi Corazón Misericordioso recoge las plegarias de todos los corazones simples y Mi Amor las irradia, transformándolas en rosas de paz y gloria para el Trono de Dios.
Cada vez que Me dicen: “Por Su dolorosa Pasión...”, de la corona de espinas, que aún Yo cargo para aliviar al mundo y que es representada por la Coronilla, es liberada una espina de Mi Frente.
La corona de espinas que una vez fue colocada durante Mi Pasión fue transmutada por el poder de la Coronilla a Mi Misericordia, la que fue entregada a la venerable Apóstol Faustina Kowalska.
Todos aquellos que persistan en la fe y recen la Coronilla a la Misericordia, no Me ocasionarán dolor como el mundo lo hace día a día, sino que a las tres de la tarde sus manos en oración estarán retirándo espiritualmente las espinas de Mi Corazón y cicatrizarán Mi Espíritu con su amor por la oración.
Vean, Mis queridos, qué grande es el misterio del Amor que Yo tengo por todos ustedes que mientras Me clavaban en la Cruz derramé Misericordia, en vez de derramar dolor; derramé Amor y Agua de Vida desde Mi Costado, en vez de derramar justicia sobre el mundo.
Porque pertenezco a ustedes como Corazón y como Maestro, nací entre ustedes y, como ascendí a los Cielos, retornaré para dar testimonio de Mi Gloria y de Mi Verdad.
Bajo la Paz Absoluta del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Instructor
Vengo y retorno al mundo en búsqueda de nuevos depositarios de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Al igual que hice con Santa Faustina Kowalska, estoy congregando apóstoles de la Divina Misericordia de Cristo Jesús para que, de la misma forma como los apóstoles y discípulos lo hicieron en el pasado, difundan antes de Mi Regreso los méritos alcanzados por Mi Sagrado Corazón.
Por eso estoy preparando día a día, a través de Mis Palabras, a todas las almas que en el amor al Plan de Dios quieran, de forma humilde y simple, representarme como vertientes y rayos de Mi Misericordioso Corazón para el mundo entero.
Como una vez llamé y busqué a los pescadores de Galilea, hoy como Pescador y Maestro de corazones convoco a Mi Mesa a los que junto a Mí y ante Mi Eterno Padre de las Alturas se han comprometido a ser palabra viva, ejemplo y testimonio de Mi Mensaje Redentor en sus vidas.
Hoy Mi Corazón florece en amor y en honra por todos aquellos que en estos tiempos y sin saber nada, llaman por Mi Divina Misericordia. Todos aquellos que oran la sagrada Coronilla a la Divina Misericordia de Jesús, a las tres de la tarde, espiritualmente son liberados por el poder redentor de Mi Sangre y son reconciliados por la fuerza inacabable de la Fuente de Mi Agua Eterna.
En reverencia a los que en el amor realizan y oran Conmigo el ejercicio de la Divina Misericordia, Mi Consciencia se mostrará como un Salvador. A la hora de la muerte no seré su juez ni verdugo, seré la Fuente que los nutrirá y los librará de cualquier dolor que hayan ocasionado al Corazón de Mi Padre durante su pasaje por la Tierra.
A aquellos que hasta el último minuto de vida oren con esfuerzo y amor la Coronilla a la Divina Misericordia, les digo que pasarán rápidamente al Jardín de Mi Reino, reposarán en Mis Brazos y conocerán el poder insondable de Mi Amor. Por eso, en sus manos está la llave segura para su salvación, para todos los días de sus vidas. Y aquellos que difundan la Gracia de orar esta Coronilla a la Misericordia, en el Cielo serán reconocidos como discípulos de Mi Sagrado Corazón.
En verdad les digo que aún no conocen la grandeza del Amor de Dios en Mi Eterno y Glorificado Corazón. Hoy los animo a amar la Divina Misericordia porque es la puerta necesaria para su salvación.
Bajo la Misericordia y la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús Misericordioso y Redentor
En la Hora de Mi Misericordia, todo el mal que existe en el mundo es transmutado y liberado por el poder y los Méritos Divinos que Mi Sagrado Corazón una vez alcanzó en la Cruz.
Ese mal es extirpado también cuando a las tres de la tarde, en el mundo entero, Mis Rayos de Piedad y Misericordia se propagan a todos los que oran la Coronilla a la Divina Misericordia. Y por Gracia Especial, todas aquellas almas que no adoran, no aman, ni reverencian a Dios, y los pecadores más empedernidos son liberados de la condenación final en el Infierno.
Todos los días a las tres de la tarde, Mi Corazón Misericordioso tiene el permiso de librar del Purgatorio y del Infierno a un alma, la más ignorante, y esto es posible porque un alma sobre la faz de la Tierra está orando a Mi Corazón Sagrado la Coronilla a la Misericordia.
Durante una hora Mi Consciencia Universal, a partir de las tres de la tarde, desciende para alumbrar al mundo y recorre rápidamente en Espíritu y Esencia Divina todos los espacios del planeta.
Aquellos que oran la Coronilla a la Divina Misericordia entregada a la Hermana Faustina Kowalska, reciben también la Gracia de la liberación de procesos internos y espirituales; más aún, aquellas almas que confían en cada palabra orada con el corazón también serán buscadas por Mí en la hora de la sublime elevación de la verdadera consciencia.
Por todos Mis compañeros que dedican un espacio a Mi Corazón Bendito y Sacerdotal a las tres de la tarde, Mi Consciencia recorre el mundo para auxiliar a las almas que más necesitan, dando vida a lo que esté por morir, resucitando el alma que todavía necesita permanecer en este mundo.
Mi Poder de Amor resuelve la falta de unidad en la familia que la necesita, el poder de Mi Fe da vida divina a la familia que haya perdido el amor. Todo es posible porque Mis soldados Me llaman todos los días a las tres de la tarde.
Mi promesa de misericordia aún está vigente porque en poco tiempo el mundo, por las cuentas que generó, será tocado por la Divina Justicia y aquellos que Me hayan esperado recibirán una Gracia Especial. Para las almas que Me hayan buscado Yo seré su Salvador, no seré el Juez.
Vivan Mi Misericordia y rediman sus corazones; Mi Corazón Amadísimo los espera.
Bajo la Divina Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Salvador de las Esencias
Cristo Jesús nos revela que Su Divina Misericordia es la Fuente de Amor y de Reparación de la que brotan todas las Gracias.
Ella nos libera de las cadenas del mal y del sufrimiento, redime nuestros errores y nos reconduce al camino luminoso que Dios trazó para nuestras vidas.
Todo lo concede, todo lo realiza y todo lo transforma. Es un bálsamo de cura espiritual que está disponible para todos.
La energía de la Divina Misericordia ingresó al planeta gracias a la entrega de Cristo en la Cruz, por amor a todos los seres.
Ella se derramó del Sagrado Corazón herido de Jesús en forma de Sangre y Agua, fecundando a la Tierra con códigos celestiales que le trajeron nuevas oportunidades de redención a la humanidad.
Desde entonces, la Divina Misericordia, como principio de insondable amor, perdón, cura y compasión, se derrama sobre toda la vida a través del Corazón de Cristo. Ella es la Faz Misericordiosa de Dios, manifestada a través de Su Hijo Primogénito.
Cristo Jesús afirma que este es Su último Tiempo de Misericordia, antes de que la Justicia Divina se precipite sobre el mundo y rectifique todo de acuerdo con las Leyes Universales.
Esto significa que Nuestro Señor nos está concediendo la última oportunidad de ser purificados y salvados por Su Océano de Misericordia; porque cuando Dios dé el ultimátum a las criaturas de la Tierra, no quedará otro camino que vivir los designios de la Justicia Divina.
Nuestro Señor nos dice que basta invocar Su Divina Misericordia con un corazón sincero para que esta descienda como un caudal inagotable de Gracias.
Por eso, los Mensajeros Divinos anuncian que la oración misericordiosa es uno de los mayores servicios que actualmente podemos prestar a la humanidad y al planeta.
Al clamar al Padre Eterno por Misericordia en nombre de Cristo, a través de una plegaria verdadera, estamos intercediendo para salvar almas y transformar las realidades planetarias más difíciles, inclusive aquellas que solo los Ojos de Dios conocen.
Este ejercicio espiritual también permite que la energía de la Divina Misericordia ingrese en nuestros seres e ilumine nuestras células; impulsándonos a manifestar el propósito que Dios pensó, desde el principio, para cada una de nuestras vidas.
La Coronilla a la Divina Misericordia es uno de los ejercicios espirituales más importantes y conocidos para invocar la Misericordia de Dios. Fue transmitido por Cristo Jesús a Santa Faustina Kowalska en 1935, como una forma especial de vivenciar Su Misericordia y pedir perdón por nuestros pecados y los del mundo entero.
Santa Faustina es considerada una de las grandes místicas del cristianismo. Conforme registró en su diario, Cristo la designó “secretaria” de Su Misericordia y le encomendó la tarea de comunicar todo lo que Él le reveló en Sus Apariciones sobre este sublime Atributo Divino. Además de la Coronilla, el Maestro le transmitió a Santa Faustina otras formas de devoción a Su Divina Misericordia.
Nacida el 25 de agosto de 1905 en Glogowiec, Polonia, Santa Faustina sintió la llamada a la vida consagrada desde los siete años. A pesar de la extraordinaria vida mística y de los sufrimientos físicos y espirituales que enfrentó por ofrecerse a Dios en sacrificio por los pecadores, cumplía sus tareas prácticas con extrema prontitud, humildad y diligencia.
Santa Faustina fue canonizada en el año 2000 por el Papa Juan Pablo II.
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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más