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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que sus corazones estén en paz.
Que sus corazones siempre estén en paz.
Que sus corazones estén en la verdad, en la transparencia y por encima de todo, hijos, en el Amor de Dios.
Que sus corazones estén en paz, a pesar de lo que acontezca en estos tiempos, a pesar del caos, de la indiferencia o de las incoherencias.
Que sus corazones aprendan a estar en paz.
Que sus pies aprendan a caminar en las bases sólidas de la Instrucción que les entregamos. Pero para eso, hijos, necesitan persistir y no desistir ante las adversidades.
Para que aprendan a consolidar la fortaleza de sus corazones, necesitan ir más allá de lo que les causa incomodidad e incluso sufrimiento, necesitan ir más allá.
Que, en cada instante de estos tiempos, sus corazones busquen siempre el Cristo del Calvario. Recuerden estar dentro de Su Corazón, no solo sintiendo Sus sufrimientos, sino también experimentando Su fortaleza.
¿El Señor desistió ante de la humillación?
¿El Señor desistió ante el cansancio?
¿El Señor desistió ante el sufrimiento?
¿El Señor desistió ante la soledad?
Entren en el Corazón del Cristo del Calvario porque allí encontrarán fortaleza, allí encontrarán amor para amar lo imposible, allí encontrarán alegría, alegría espiritual para seguir adelante cada día, para vivir la renovación del espíritu independientemente de lo que suceda en el mundo.
¿Cuántas veces ya les dije, hijos, que la humanidad deberá purificarse y pasar por pruebas desconocidas e impensables? ¿Cuántas veces les avisé que este tiempo se asemeja al Calvario de Cristo; que, así como el Señor vivió Sus pruebas, todos los seres de esta Tierra deberán vivirlas para que de esa forma emerja de su interior ese amor desconocido?
Por eso, mantengan la paz en sus corazones. Busquen siempre esa paz a través de la oración verdadera del corazón, a través de la transparencia, de la verdad, de la unión perfecta con Dios.
Solo estén ante el Padre Celestial y, permaneciendo allí, permitan que Él los renueve, permitan que Él los retire de la oscuridad de la condición humana y los ayude a ser consecuentes con lo que pulsa en su interior.
Esta es la esencia de la vida espiritual: ser consecuentes con lo que creen en sus palabras, acciones, pensamientos y sentimientos. La expresión de sus vidas debe ser consecuente con lo que creen en su corazón. En esto debe estar su atención, en esto debe estar su esfuerzo constante, no para buscar que el otro sea consecuente, no para buscar que el otro sea perfecto, no para buscar que los otros den el paso para que entonces ustedes sean inspirados a caminar.
Ya existió Alguien, hijos, que dio todos los pasos, que fue ejemplo y que expresó perfectamente lo que habitaba en Su interior, y ese es el Cristo del Calvario.
Por eso, cuando tengan sed de ejemplos, coloquen sus ojos sobre el Cristo del Calvario. Cuando necesiten una referencia de amor y de vida, coloquen sus ojos sobre el Cristo del Calvario. Cuando necesiten un impulso y un punto de partida para renovar sus corazones, coloquen sus ojos sobre el Cristo del Calvario, y allí estará la respuesta.
Mantengan sus corazones en paz y no desistan. Aún verán cosas increíbles, impensables, pero Yo les pido que recuerden Mis Palabras y mantengan sus corazones en paz.
Cuando los discípulos y apóstoles de Cristo finalmente creyeron que Él era el Hijo de Dios, el Mesías esperado por todas las naciones, fue entonces que comenzó el Calvario. Y todas sus creencias se desmoronaron y se rompieron, toda su condición humana, su esperanza y su fe se rasgaron en el corazón.
¿Cómo fue posible que el Hijo de Dios fuera humillado como un ladrón, fuera flagelado y muerto como un cordero con una maldad que, con la brutalidad humana de aquella época, ni siquiera con los animales era posible hacerlo?
Esta es su referencia para que sus sufrimientos se vuelvan pequeños, para que comprendan que las pruebas de estos tiempos son solamente una parte de lo que Cristo vivió en el Calvario. Él dio el primer paso, Él abrió la gran puerta y ahora los invita a ingresar, no para sufrir como Él sufrió, sino para amar como Él amó.
Que sus corazones estén en paz, en la paz que Yo les traigo del Reino de los Cielos, la paz que Yo les concedo a sus almas y también a sus ángeles de la guarda para que siempre les recuerden el camino para retornar al Corazón del Padre.
Jamás se olviden de sus ángeles de la guarda, porque ellos les serán de gran fortaleza cuando estén perdiendo sus fuerzas. Cuenten con esta poderosa intercesión que camina siempre a su lado, símbolo del Amor perfecto de Dios por la vida y por la consciencia humana que, al enviar a Sus hijos entre las dimensiones, envió también a un compañero, un guardián, un mensajero de la paz, para que siempre les recordara el camino de retorno.
En este día, vivan la síntesis de este último ciclo. Por eso, estoy aquí para recoger en Mi Casto Corazón sus intenciones, curar las heridas profundas y renovar sus espíritus en la Gracia de la intercesión. Por eso, estén en paz y sientan la paz que hoy les concedo.
Hoy, hago florecer nuevamente el lirio que una vez deposité en sus esencias para que los fortalezca. Aún hay mucho por caminar, aún hay mucho por hacer y sobre todo, hijos, aún hay mucho por amar para renovar el Amor de Dios, para vivir milagros, para interceder por lo imposible y dar testimonio de la transformación de la consciencia humana.
Hermana Lucía de Jesús:
Aquellos que se consagrarán como Hijos y Amigos de San José pueden colocarse de pie.
Podemos traer incienso y agua bendita.
Así como el Señor les entregó a Sus discípulos misiones que parecían imposibles de ser vividas, mas también les concedió el Espíritu de la Paz, de la Sabiduría y de la Consolación; hoy, hijos, Yo les pido que estén en paz en un tiempo de caos, de sufrimiento, de ignorancia, pero por la intercesión de Dios, por los méritos de Mi Casto Corazón, Yo les concedo el Espíritu de la Paz, el Espíritu Consolador, el Espíritu de la Sabiduría, para que no les falte, para que sean fuertes en Cristo y que sus ojos estén fijos en el Cristo del Calvario, porque Él los guiará en esa caminata de ascensión espiritual, en este camino desconocido de renovación del Amor de Dios.
Con esta agua, símbolo de la Pureza del Corazón del Padre, que sus espíritus sean lavados de todo lo que vivieron hasta aquí, que reciban el perdón de sus faltas, la cura de sus almas, de sus células, de sus mentes, de sus corazones. Que esta agua los purifique y los renueve en este momento de consagración.
Que este incienso, como una oferta agradable a Dios, eleve sus almas al Corazón del Padre, libere las amarras y todo lo que los prende a este mundo y les conceda la unión profunda con el Creador porque para eso nacieron, para eso vinieron a este mundo. Sean un puente hacia el Corazón del Padre para toda la vida.
Y hoy, un alma, con su fe, les concedió una Gracia. A través de las velas que colocó en Mi altar, confiando en la intercesión de Mi Casto Corazón, les abrió una nueva posibilidad a todos los Hijos y Amigos de San José: que en cada consagración reciban una vela para que cuando tengan la necesidad de interceder por algo, que parece imposible, enciendan esta pequeña vela y oren Conmigo con fe, para que Mi Corazón interceda y resuelva lo que parece imposible; porque cuando se unen a la Voluntad de Dios, nada es imposible, hijos Míos.
Sientan Mi Presencia, Mi Amor paternal, Mi abrazo en sus espíritus y el sustento que les concedo. Yo estoy siempre con ustedes, mucho más allá de que escuchen o no Mis Palabras.
Que los momentos de Aparición no se conviertan para ustedes en una dependencia, sino en un impulso que deben multiplicar y renovar cada día. Todo ya les fue dicho, todo ya les fue entregado.
Siempre que retomen las Palabras, que les dijimos en los últimos años, recogerán de las entrelíneas la Gracia, la Misericordia y la Fortaleza que contienen. Por eso, estudien, recuerden, revivan y todo estará allí.
La Luz que emergió de Mi Casto Corazón, por el don de las renuncias vividas y ofrecidas al Corazón del Padre, Yo se las concedo para que puedan iluminar los espacios oscuros de la consciencia y reencontrar la paz.
Hagan sus ofertas en el silencio de sus corazones, Yo los escucho.
Y, para finalizar este encuentro Conmigo, hijos Míos, reciban el Sacramento de la Unción mientras cantan el himno de su consagración. Yo les dejo Mi Paz, Mi Amor y Mi intercesión, y los consagro como Hijos y Amigos de Mi Casto Corazón.
Den testimonio de Mi Presencia a través de las acciones de sus vidas, del servicio y de la oración sincera, y Yo daré testimonio de que son Mis hijos, porque siempre los escucharé y operaré milagros en sus consciencias.
Reciban Mi bendición y Mi paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Una vez más, los invito a todos ustedes a preparar en sus hogares la llegada de Cristo a cada corazón humano en esta próxima Natividad.
Yo los invito, de forma especial, a que preparen sus pesebres para que, como la Sagrada Familia de Nazaret, esperen la llegada del Niño Dios.
Este gesto amoroso de Mis hijos, de dedicar un espacio para preparar el pesebre, permitirá que internamente se vayan abriendo las puertas celestiales sobre el planeta para que toda la humanidad pueda ser ayudada.
Por eso, en nombre de la Natividad del Señor y por amor a todas las familias, Yo deseo que en la preparación del pesebre en cada hogar pueda comenzar a brillar la Luz de la Sagrada Estrella de Belén.
Esta unión con el símbolo espiritual del Santo Pesebre ayudará a millones de familias en el mundo; familias que, como células del Proyecto de Dios, atraviesan en estos tiempos innumerables situaciones y aprendizajes dolorosos que necesitan del bálsamo de la paz y del alivio de Dios.
En la preparación de los diferentes pesebres, en los hogares del mundo, se les concederá a los miembros de cada familia, por un momento, que tengan la Gracia espiritual de estar ante uno de los hechos de Amor y de Misericordia más importante de la historia de la humanidad.
Quisiera, como Madre, que esta próxima Natividad del Señor sea celebrada en reconciliación y perdón por todas las familias que atraviesan el horror de la guerra en sus pueblos y naciones, como también la guerra en las propias familias, a fin de que el Santo Espíritu de la Paz, de aquella Paz que colmó la Gruta de Belén, pueda estar presente en estos tiempos en todas las familias.
Recuerden, hijos Míos, que las familias son el futuro de la Nueva Humanidad. Por eso, debemos rezar por las familias para que cada familia alcance la expresión del deseo ardiente de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Ahora, desde el Santuario de Fátima, el Padre Celestial envía a Su Sierva fiel a propagar en el mundo la renovación de la devoción al Inmaculado Corazón de María.
En esa renovación del compromiso de consagración de todos los Hijos de María, que será un simple ejercicio interior, ustedes permitirán que su Madre Celeste interceda por situaciones de Europa y del mundo con mayor amplitud.
Ahora, más que nunca, sus corazones, hijos Míos, deben estar unidos al Mío diariamente, para que ciertas situaciones en la humanidad sean evitadas y otras situaciones puedan ser disueltas, porque Mi aspiración y deseo de Madre Celestial es que ya no sufran más.
Por eso, queridos hijos, reviviendo la renovación de su devoción al Inmaculado Corazón de María, concederán la Gracia extraordinaria de que sus almas sean partícipes de los ejércitos orantes de la Luz, de estos tiempos.
Quiero que esa devoción de sus vidas por Mí sea capaz de aplacar cualquier situación en este momento y que las puertas de la Justicia Divina no se abran, sino que la gran puerta del Corazón misericordioso de Mi amado Hijo sea capaz de neutralizar o de transmutar todo aquello que está en contra del bien común y de la paz.
En esta escuela, que el Reino de Fátima les ofrece, Yo los llamo para que el espejo del corazón de cada hijo Mío sea ese lucero interior que ilumine al mundo y atraiga el sagrado Espíritu de la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando tu espíritu esté cansado, hijo Mío, entra en la Presencia de Tu Creador, siendo consciente de que Él está en todo, y simplemente agradece.
Agradece y ofrece al Padre cada vacío, cada desierto, cada angustia, tus inquietudes e incomprensiones, tus alegrías, tus conquistas, tus victorias y Sus victorias en tu corazón. Agradece a Dios por todo.
Agradece cuando Él Se hace sentir, cuando, por un segundo, parece que escuchas Su Voz.
Agradece cuando oras y tu corazón es aliviado, cuando puedes retomar la paz y la alegría, aunque sea solo un poco.
Agradece cuando el servicio te hace revivir, cuando auxiliando al prójimo, la Gracia de Dios inunda tu corazón y eres capaz de sentirte vivo, de amar, de alegrarte, y así llevar la paz a los que sufren.
Agradece también cuando piensas que no tienes la oportunidad de servir como quieres.
Agradece cuando solo tienes a tu lado a los mismos hermanos todos los días, y pide la Gracia de saber ver, en cada uno de ellos, la necesidad y la oportunidad de servir para que, cuando te dispongas a amar, la Gracia de Dios descienda sobre ti e inunde tu corazón como también el corazón del prójimo.
Agradece a Dios por estar consciente de los tiempos urgentes del planeta; por saber orar y adorar; por saber agradecer, aun los dolores y el vacío; por saber que Él siempre está, aun en Su más profundo silencio.
La gratitud, hijo, es el eslabón que te une a Dios, y no importan las circunstancias de tu vida o lo que puedas sentir y percibir en tu corazón. Cuando agradeces a Dios, es como si estuvieras diciéndole al Señor:
Señor, yo sé que Tú estás aquí,
sé que Tu Voluntad se manifiesta en mi vida
y sé que desconozco la profundidad de Tu Plan
y el camino que nos haces recorrer para llegar a Tu Corazón.
Pero confío en Ti, confío en Tu Amor
y agradezco por saber que siempre es Tu Amor
el que actúa en mi vida.
En las alegrías y en los desiertos, en la plenitud y en el vacío,
Tú siempre estás, por eso Te doy las gracias.
Que esta sea tu constante oración, porque de esa forma, hijo, siempre podrás percibir cómo el Creador te guía más allá de tu comprensión humana, cómo te cura, te moldea y te convierte según Su Voluntad. Por eso, siempre y en todas las circunstancias, agradece.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Dios fortalece los corazones que responden a Su llamado a través de las pruebas y de los desafíos, de las batallas y de las dificultades que forjan en su interior la fortaleza y la fe.
Es así, hijos, que ante tantas Gracias recibidas, las leyes se equilibran, y aquellos que reciben todo de Su Creador son llamados a dar todo por Él.
Dios no quiere verlos sufrir, pero sí debe permitir que las leyes de este mundo se cumplan y que ellas mismas los conduzcan para que vivan una entrega cada vez más profunda de sus vidas.
Delante del caos del mundo y del caos interior, busquen el espíritu de la paz y permitan que sus consciencias estén colocadas fuera de las dimensiones de conflicto que confunden a las mentes de los hombres.
A través de la paz, sus corazones podrán atraer a las Leyes Divinas y Universales en tiempos de tanta confusión y desequilibrio, y vivir la sabiduría y el discernimiento del Espíritu de Dios.
Por eso, no se olviden, hijos, de comprender que las leyes se cumplen y toda Gracia abundante se equilibra con el sacrificio.
Pero, dentro de las dificultades, pueden escoger la forma de vivirlas. Pueden estar en paz y unidos a la Consciencia Divina y, de esa forma, no solo mantener la propia consciencia en Dios, sino también prestar un servicio a este mundo tan confuso y carente de equilibrio y de armonía.
Yo los bendigo, los coloco en la protección y en la paz de Mi Casto Corazón.
San José Castísimo
Que el Espíritu de la Paz invada a la Tierra y la colme de sus divinos y eternos dones, para que todas las esencias, independientemente de su creencia y religión, sientan la llegada del Espíritu de la Paz y así la humanidad perciba que ya es tiempo de reparar y de perdonarse para que no falte el amor entre las criaturas y entre las naciones de la Tierra.
Que el Espíritu de la Paz infunda renovación y cura a las esencias del planeta a fin de que bajo ese Espíritu de Paz las almas tengan la Gracia de reconocer lo mejor que cada hermano tiene, más allá de su escuela o de su purificación.
Que el Espíritu de la Paz atraiga a las almas hacia Dios, para que ningún corazón se sienta solo, sino amparado por la gran corriente del Amor Divino.
Que este Espíritu de Paz ayude a que las personas reconozcan sus errores y a que convirtiéndolos a través del servicio y de la donación, todos puedan descubrir el valor de lo que significa la ayuda fraterna y mutua.
Que el Espíritu de la Paz de Dios los bendiga a todos, para que cada uno alcance, algún día, las Aspiraciones de Dios y así se cumpla Su Voluntad Eterna.
Que el Espíritu de la Paz abrace a este dolorido planeta, y que todos ayuden a aliviarlo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Para estar con el corazón siempre unido al Corazón de Dios, todo lo que hagas, hazlo con amor, con dedicación, consciente de que es para el propio Dios que estás trabajando, orando, sirviendo, viviendo.
Así, hijo, la ascensión de tu alma se dará no solo cuando tengas las rodillas sobre el suelo, sino cuando tengas tu corazón en Dios y permitas que Él esté en ti.
En todo, recuerda que el propósito de tus acciones es despertar a las almas, es llevar la paz al mundo, es preparar el retorno de tu Señor, es la unión de los tiempos: el Tiempo de Dios con el tiempo de este mundo.
Desde la menor tarea hasta las oraciones más elevadas, todo en tu vida guarda este propósito superior. Por eso, sé consciente de esto e impregna tus acciones, tus pensamientos y tus sentimientos con este propósito. Así, encontrarás a Dios y Él estará contigo en todas las cosas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
No hay sufrimiento que la oración constante no pueda reparar. No hay herida que la oración sincera no pueda curar. No hay corazón endurecido que la oración verdadera no pueda despertar. No hay espíritu distante de Dios que la oración hecha con el corazón no lo haga aproximarse, nuevamente, a su Padre Creador.
Por eso, les repetimos que oren.
Para curar este mundo, oren.
Para restaurar la espiritualidad humana, oren.
Para reabrir las puertas que los unen a Dios, oren.
Para que reciban la Gracia del perdón y de la redención, oren.
Para rescatar el propósito de su existencia, oren.
Para rescatar el sentido de la vida sobre la Tierra, oren.
Para que sus almas, este planeta y todo el universo reencuentren la paz, oren, hijos, oren con el corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que sus corazones estén en paz para que reciban los Designios de Dios.
Trasciendan lo que es aparente y cotidiano, para que su consciencia ingrese en lo sagrado y en lo que es verdadero.
Los Planes de Dios ya fueron diseñados para cada ser, ahora las criaturas necesitan colocar sus pies en la senda trazada por el Creador y no en la senda trazada por las destrezas, las tentaciones o las dificultades.
Vivir la realidad superior es una decisión mayor que cada ser debe tomar, dentro y fuera de sí, para que ella resuene en su alma y también en sus cuerpos planetarios.
¿Cuántas veces hablamos de que no hay tiempo? ¿Cuántas veces advertimos de que es hora de ingresar en el Tiempo Real? Es allí en donde habita la Verdad y la ilusión se hace visible para que ustedes sepan distinguir la diferencia de estar en el mundo en Dios y estar en el mundo sin Él.
Escojan, hijos, todos los días, el camino de lo Sagrado y de la elevación de la consciencia. En el futuro, ustedes agradecerán cada renuncia realizada en nombre de la evolución de la humanidad.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Busca siempre los estados de paz y, en ellos, la reverencia y el respeto por el prójimo, por la vida y por el Plan de Dios.
Busca transformar tus patrones de conducta y así elévalos. De esa forma, estarás prestando un servicio a esta humanidad, tantas veces conflictiva e inconsciente delante del prójimo, de la vida y delante de Dios.
Que la paz y el amor alcanzados en tus oraciones permanezcan en tus días; así, harás viva tu oración, harás tu oración constante y eterna.
Cuanto más armonioso estuviera tu corazón, más cerca estarás de la Sabiduría de Dios para los tiempos de caos.
Eleva tu consciencia más allá de la confusión de la mente humana, para saber discernir, definir, guiar y conducir cuando sea el momento.
La sabiduría y el discernimiento serán atributos raros en los tiempos de caos y, a pesar de eso, de estos atributos y dones divinos dependerá el destino de la humanidad, porque cada paso deberá ser meditado, cada decisión deberá ser tomada con sabiduría, cada definición realizada con discernimiento y con amor, porque los seres estarán escribiendo la historia de la humanidad y de la Creación, con la propia vida.
Por eso, ora y permanece en paz.
Todo comienza en los estados de paz y unión con Dios, porque es del Padre Celestial que proviene la sabiduría y el discernimiento para encontrar Su Camino.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aprende hoy a calmar tu mente y tu corazón a través de la oración, del canto y del silencio que, unidos al ejercicio de respirar con consciencia, te conducen al estado de paz en el cual debes estar.
Aprende a estar manso delante de los tiempos que se presentan, para que, así, tu mente se una al corazón y juntos puedan atraer la sabiduría y el discernimiento divino.
Que, en calma y en paz, puedas estar delante de todas las pruebas, dentro y fuera de ti, y aun al escuchar con tus oídos internos las trompetas de la Justicia Divina, que tu corazón sepa percibir que una Gracia se aproxima y que el Nuevo Tiempo está más cerca de ser una realidad.
Coloca tu corazón siempre en la Gracia y en el Propósito de Dios para que siempre encuentres en todo la fe y la esperanza. No son tiempos fáciles los que se aproximan a la Tierra, pero no por eso en tu corazón debe haber desesperanza.
Colma tu mundo interior con la fe, consolida en tu corazón la fortaleza de saber que eres parte de una Voluntad Mayor. Y no temas. Deja que tu espíritu aprenda a buscar la paz y a enviar esta paz a tus cuerpos más humanos.
Para eso, hijo, necesitas crear un vínculo con tu ser superior, y eso se da con la intención y con la oración sincera, que te permite entrar en un estado de elevación.
Prepara, ahora, tu consciencia para lo que vendrá y esto no es solo externamente. Prepara tu mundo interior, tu corazón y tu mente, porque este momento es desconocido y despertará en ti reacciones, también desconocidas, que podrán desestabilizarte si no aprendes ahora a estar en paz.
Ora y fortalece tu corazón.
Ora y únete a tu espíritu.
Ora y encuentra el camino hacia el Corazón de Dios; así, estarás preparado para soportar todas las cosas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Por dondequiera que pases, lleva contigo las gracias y las bendiciones que recibiste de Dios.
Que quienquiera que encuentres en el camino reciba de ti una mirada compasiva y una presencia que irradie paz.
Hagas lo que hagas, que en tus acciones estén la acción y el don de la Divina Misericordia para que en todo coloques amor y gratitud.
En tu vida, hijo, reconoce que fuiste rescatado por el Poder y por el Amor de Dios y, en todo lo que hagas, da gracias al Padre por Su bondad.
Colma con el espíritu de la gratitud a todas las cosas, para que así más almas también reciban esta bendición que tú, como hijo amado de Dios, recibiste.
Haz de tu vida una acción de gracias permanente y aspira a que cada ser pueda recibir esas mismas gracias.
Tu corazón fue llamado para ser un jardinero en los Jardines de Dios y, con las semillas de las flores que nacieron en tu interior, generar más vida y más bien.
Anda y no tengas recelo de anunciar, distribuir y multiplicar lo que recibiste. Ve a cada alma como a una flor sedienta de Dios y vierte sobre ella el agua que desborda de ti cuando estás unido al Padre.
Para que pudieras crecer, un jardinero de Dios sembró el Amor en tu interior. Ahora, hijo, aprende, en este tiempo, a ser tú también un jardinero.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que hoy reine la paz en todos los corazones y entre todos los pueblos.
Que, por sus oraciones, el amor y el respeto para con todas las naciones y culturas sean gestados en la consciencia humana.
Expresen con alegría la gratitud por la diversidad de este planeta, que lo hace único en el Universo por la amplia posibilidad que los seres tienen de aprender a amar.
Que, unidos a Nuestra Señora de Guadalupe, sus corazones aprendan a darle la debida importancia a todos los pueblos y que amen y celen por la expresión pura de cada uno de ellos.
Cada pueblo, como cada cultura, tiene un propósito superior para manifestar. Hoy, hijos, oren por este propósito para que las naciones recobren su pureza y encuentren el principio perfecto de la Voluntad Divina para sí mismas.
Oren para que cada nación exprese en este mundo lo mejor que tiene. Ya no juzguen las culturas y las religiones, en su lugar oren para que todas ellas encuentren la Voluntad de Dios y que esa Voluntad conduzca a los seres a expresar, a vivir y a ser el Amor de Dios, renovado constantemente en Sus criaturas.
Hoy es un día para agradecer la existencia de los pueblos, de las culturas y de las naciones.
Hoy es un día para clamar al Padre para que, en Su Corazón de Amor, una todos los caminos que llevan a Él.
Hoy es un día para colocar el corazón dentro del Corazón Sagrado de Nuestra Señora de Guadalupe y aprender con Ella a establecer la paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Renuévate todos los días en la fuente de la paz y de la oración que proviene de Dios. No dejes que tu ser se pierda el cambio de los ciclos, por estar distraído y preso en los ciclos anteriores. La vida en este tiempo tiene un ritmo dinámico y firme y, para acompañarlo, es necesario estar en oración y en paz.
La oración te hará vigilante para que puedas actuar con sabiduría cuando sea necesario.
La oración traerá paz cuando los acontecimientos del mundo borren la esperanza del corazón de muchos seres que no conocían a Dios.
La oración renovará tus fuerzas y tu compromiso con el Padre, cuando de tus huesos humanos emerja el miedo y la indiferencia.
La oración te llevará a Dios y guiará tu camino de retorno al Corazón del Padre, aun cuando Él parezca estar distante de ti.
La oración protege. La oración ampara. La oración unifica. La oración transforma.
Ora, hijo, no te olvides nunca de orar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Su Madre Celeste, junto a Sus hijos peregrinos, camina dando pasos de luz hacia las tierras del Brasil, a fin de que Yo pueda estar más cerca de todos Mis hijos brasileros en este momento en que el destino del país se definirá por el discernimiento y la elección de los hijos de Dios.
Por esa razón, Su Madre Celeste ya se encuentra en vigilia y en oración para estas próximas horas, y todo el Amor que le tengo al pueblo brasilero lo derramo inagotablemente sobre las esencias que están y que estarán en oración Conmigo.
Hijos Míos, en esta hora, uno Mi Rosario de Luz a los rosarios de todos Mis hijos orantes y con maternal gratitud escucho las voces de los que pronuncian al Cielo las oraciones del Ave María.
Mis ángeles, en este momento, trabajan de manera incansable para poder recoger todas las intenciones sinceras y las oraciones de los que, por amor, le piden al Padre Celestial por el Brasil.
Así, Me uno a cada corazón sincero y en los planos internos rezamos juntos por el establecimiento de una soberana paz.
¡Les agradezco a todos los que se unen a la Madre de Dios por el bien y por la justicia en el Brasil!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cruzando las puertas del Universo Local, su Maestro hoy está aquí para irradiarles el gran principio de la Hermandad.
Que a través del despertar de sus consciencias surja el impulso para aspirar a alcanzar nuevos pasos.
Desde el Universo Local he venido, trayendo para todos las revelaciones internas sobre la vida universal, a fin de que cada corazón humano tenga la gracia de poder aproximarse a la vida del Universo.
Cruzando las puertas del Universo Local, traigo para ustedes el impulso para que reencuentren sus orígenes, porque en ese reencuentro su consciencia se expandirá y todo será transmutado.
Cruzando las puertas del Universo Local, el Señor de la Paz les concede un tiempo más de paz, para que sus consciencias tengan la gracia de descubrir dentro de sí el camino que las llevará a la meta.
Cruzando las puertas del Universo Local, desde ahora preparo el gran momento de la revelación de la única Faz del Señor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Busca en ti, hijo, la revelación de la unidad con Dios. Ama con todo tu ser y sirve para que no solo tu corazón, sino también tu cuerpo, aprenda a amar.
Supérate y ve al encuentro de la necesidad para que tus células despierten en su interior el verdadero potencial que guardan y para que tú comiences a ser un ser humano así como el Padre lo pensó y no como tú lo conoces.
Ora con tu mente, ora con tu corazón, ora con tu vida, no solo clamando por la paz, sino siendo paz para el mundo.
Busca la Verdad en el conocimiento, busca la Verdad en la sabiduría, pero sé la Verdad, despertando en ti el don del Amor manifestado, porque, si amas, comprenderás todas las cosas.
Amar no es solo estar pleno en aquello que te gusta, que te da alegría, que te mantiene en paz. Amar es saber obedecer a una voluntad superior a la tuya; amar es saber renunciar por un propósito mayor que el tuyo; amar es saber detener los propios pasos para darle lugar a los que necesitan llegar antes que tú; amar es estar en Dios y dejar que Él esté en ti, no importa cómo, dónde o cuándo. Que tu tiempo y que tu vida sean el tiempo y la vida de Dios.
Ama, pues tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aunque te estés purificando y el planeta se esté purificando intensamente, nunca dejes de ver la belleza en tu interior.
Aunque toda resistencia interna sea removida y los elementos de la Naturaleza estén limpiando los espacios, nunca dejes de ver la belleza en tu interior.
Aunque dentro de ti todo se mueva y ya no sepas cómo volver a comenzar y en el mundo solo existan las guerras, nunca dejes de ver la belleza en tu interior.
Porque esa fe en lo que es verdadero y se encuentra dentro de cada ser, hará de la humanidad algo rescatable y así más puertas de luz se abrirán para que las almas perdidas y distraídas reciban la intervención de lo Superior y de lo Divino.
Que para estos tiempos de grandes movimientos nunca dejes de ver la belleza en tu interior, porque eso volverá cada momento más sublime y suave, aprenderás de cada experiencia de vida y enriquecerás tu espíritu de nuevas instrucciones.
Por eso nunca dejes de ver la belleza en tu interior, así le darás lugar a la cura de la humanidad en niveles más profundos de la consciencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo al mundo, al igual que Mi Hijo, para concederle a la humanidad Mi Espíritu de Paz.
Vengo, junto a Mi Hijo, para socorrer a las almas más perdidas, a las almas más pobres en el amor, a las almas vacías de Dios.
Vengo al mundo, en este día de oración misericordiosa, para auxiliar a las esencias que viven en su propio y gran infierno, para que encuentren el camino de la liberación y sean conducidas por la senda de la redención.
Vengo al mundo para traer más Misericordia, porque la Misericordia concederá Gracia expiatoria a las almas y así todas renacerán en la verdad de este tiempo.
Vengo para construir lo nuevo en las consciencias y para que las almas despierten de su sueño profundo.
Vengo para conceder el Amor a los que más lo necesitan.
Vengo como Mediadora de la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En estos tiempos fortalezcan la fe en el corazón, porque será necesario que atraviesen muchas más experiencias que los harán madurar y crecer interiormente.
Fortalezcan la fe en el corazón, porque así estarán unidos a Dios y a Su Propósito, y todo se realizará.
Fortalezcan la fe en el corazón, para que ante cada desafío siempre brote en ustedes el espíritu de la paz que transformará todas las cosas.
Fortalezcan la fe en el corazón, porque en estos tiempos se verán situaciones difíciles que llevarán a las almas a mirar en dirección al Cielo para buscar y encontrar a Dios, pues no habrá otra salida.
Fortalezcan la fe en el corazón y todo será renovado. La consciencia en la fe tendrá sabiduría y ampliará los caminos que la llevarán hasta Cristo.
Fortalezcan la fe en el corazón, porque en este ciclo gran parte de la humanidad dormirá y se dará cuenta tarde de toda la Gracia que despreció y nada se podrá hacer.
Fortalezcan la fe en el corazón antes de que retorne el Señor, para que los encuentre fuertes y decididos a seguir Sus Designios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más