MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL TRABAJO GRUPAL DE SAN JOSÉ*, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Renovación es un atributo espiritual que proviene del Corazón de Dios. Solo el Padre y Creador de todas las cosas puede proporcionar la Renovación verdadera para Sus hijos, porque en este momento Él restaura en sus espíritus los Principios originales, de los cuales ustedes se desviaron como humanidad, y les restituye a sus consciencias una parte de la pureza y de la esencia original con las cuales ustedes surgieron de las Fuentes del Universo Celestial.

Con las cosas simples de la vida, en las cuales el corazón humano se torna pleno, Dios actúa y opera los milagros espirituales que, de diversas maneras, las consciencias buscan y no encuentran.

El corazón humano es un gran misterio. Pero más misterioso e incomprensible que ese corazón es Aquel que lo creó y lo pensó a Su Imagen y Semejanza.

Las Cosas de Dios se alcanzan con el corazón y para despertar el corazón humano y unirlo al Corazón de Dios ustedes solo necesitan ser sinceros y verdaderos, y esforzarse para estar dentro de la Ley única y primera que los hace retornar a su Origen celestial que es el Amor.

Es con los actos simples, en los cuales ustedes se esfuerzan para salir de sí mismos y ofrecer algunas de sus acciones al Plan de Dios, que sus espíritus encuentran las oportunidades perfectas para llegar al Padre.

Esta Creación, hijos, es maravillosamente simple, por más que las mentes de los seres humanos los hagan sentirse complejos y difíciles y creen dificultades para retornar a Dios.

Dios siempre está con ustedes.

Recuerden todos los días que los actos verdaderos los unen al Padre, por más que no lo sientan y no lo vean; vivan esta unión en nombre de toda la humanidad.

Ustedes fueron llamados a ser precursores de la Nueva Vida, en la que la humanidad podrá expresar su potencial y el verdadero motivo por el cual fue creada, podrá estar unida permanentemente a Dios; y eso puede suceder en el servicio, en la oración, en el silencio, cuando comparten la alegría y la fraternidad. Eso puede suceder en cualquier momento si tan solo son sinceros y verdaderos.

Hoy Yo los bendigo y les agradezco, con Mi Corazón y Mi Espíritu, por intentar construir la fraternidad y reparar el corazón humano.

Por los méritos de su persistencia hoy estoy aquí, y así como en cada Tarea grupal*, Mis Gracias fluyen en sus corazones y a través de ellos hacia el mundo.

Si ustedes quieren servir para transformar este planeta, comiencen por servirse unos a otros, comiencen por cuidar, con amor, los Tesoros que Dios les concedió que son las Comunidades-Luz, las que servirán de auxilio y de amparo para muchas almas en el futuro.

Nuevamente les agradezco y les dejo Mi Paz para que la multipliquen.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

*Trabajo grupal de Reparación: encuentro quincenal de actividades grupales en la Comunidad-Luz Fraternidad, en Paysandú, Uruguay, instituido por San José.

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VUELO ENTRE LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, Y SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando tus ojos se abran cada día, hijo Mío, contempla en tu corazón la Verdad y la Presencia de Dios. Recuerda que hay una realidad superior que te llama y que hay un Plan Mayor por ser manifestado.

Cuando tus pies toquen el suelo cada día, hijo Mío, recuerda que estás sobre un planeta sagrado, el que a pesar de que muchas veces no lo parezca es un gran tesoro para el Corazón de Dios.

Cuando respires el aire de cada mañana, recuerda, hijo Mío, que hay un Soplo Mayor que proviene de Dios y que habita en ti para darte la verdadera vida, el verdadero despertar.

Agradece todos los días a Dios por aún tener una oportunidad de estar en el mundo para aprender sobre el poder del amor y sobre cómo él transforma y redime todas las cosas.

Agradece todos los días a Dios por la existencia de un Cosmos infinito, símbolo de la infinitud de Su Amor y porque entre tantas estrellas que hay en el Cielo, el Creador tiene Sus Ojos puestos sobre la Tierra.

Reconoce, todos los días, el misterio de la vida y la profunda ignorancia del corazón humano, y mantén viva dentro de ti la aspiración de saber y de vivir lo nuevo.

Agradece al Padre por la vida, por la Creación y, sinceramente, emite hacia Su Corazón Creador ese sentimiento que une Universos y dimensiones y llega a Dios consolando Su Corazón de tanta indiferencia que Él siente, causada por parte de Sus hijos.

Ama ser parte de este Proyecto Divino y que la trascendencia de la condición humana sea para ti un gran desafío, pero no un gran peso.

Supérate y hazlo con amor. Véncete todos los días para entregarle una victoria al Corazón de Dios que diariamente contempla a Sus hijos derrotados en los abismos del mundo por las ilusiones y por las vanidades.

Cuando caigas, ofrécele tu mano al Padre. No hay nada que alegre más al Corazón de Dios que un hijo Suyo arrepentido sinceramente, clamando por Sus Manos. Con alegría, Dios te levantará y tu acto de elevación y de superación inspirará a otros.

Haz, hijo Mío, de tu vida una gran oferta a Dios, a través de pequeños y sinceros actos. De ti, Dios solo necesita un espíritu de gratitud, un corazón humilde y dispuesto al amor.

Que todos los días, al despertar, no despierte solo tu cuerpo, sino también tu consciencia, porque no solo tú, sino también todo el planeta lo necesita.

Yo te bendigo y te dejo Mi Paz para que la multipliques en cada nuevo día.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Paz, hijo, es el estado que tu corazón alcanza cuando se une a la Verdad de Dios.

Paz es el estado inalterable que nace de la certeza de una realidad superior que trasciende la existencia humana.

Paz es un estado que despierta o que nace en los corazones cuando ellos se abren para amar y conocer el Plan de Dios, reconociendo su grandeza y perfección y, en consecuencia de eso, reconociendo la pequeñez humana.

Paz es un estado que el corazón encuentra cuando sabe que está cumpliendo su parte todos los días y que hace todo lo que puede por la evolución de los seres, por el despertar del amor, por la expansión de la fraternidad.

Cuando el corazón no está en paz no es porque falte la paz en el mundo, no es porque Dios lo prive de la paz; es el propio ser el que se aparta de ella por saber que está en falta, por saber que no hace todo lo que podría estar haciendo, por saber que no está dando todo de sí.

Descubre el camino hacia la paz a través de la transparencia, de la sinceridad, de la verdad, de la donación.

El corazón que se confiesa encuentra la paz porque retorna a la Verdad, porque desnuda sus mentiras y vanidades ante Dios y se renueva, se torna digno de reconocer la paz, de estar en ella y de multiplicarla.

El mundo está en caos, viviendo el dolor y el sufrimiento. Las almas están en agonía, viviendo su definición, en el miedo; pero, a pesar de todo eso, es posible estar en paz, encontrarla y vivirla, porque la paz no depende del mundo, depende solo de ti.

La paz no es el fin de las guerras ni el fin de una humanidad viviendo según sus tendencias y necesidades superficiales, porque un corazón puede tenerlo todo, todas las cosas que desea, puede que no viva en medio de conflictos y, sin embargo, no conocer, no encontrar y no vivir la paz.

La paz es un estado interno, fruto de la unión con Dios y de la transparencia delante de Él.

Por eso, hijo, hoy Yo te invito a redescubrir la paz dentro de ti confesando tus miserias ante Dios, desnudando tus personajes para darle espacio a una transparencia desconocida que es la puerta a la verdadera libertad.

Experimenta ser libre en un mundo que se tornó la prisión de sí mismo. Experimenta estar en paz y ser un instrumento para que Dios le dé a conocer al mundo la paz a través de ti.

Entra en un nuevo ciclo de aspiraciones verdaderas, de acciones verdaderas, de amor verdadero, de verdadera paz.

De esa forma, caerán los hombres a tu derecha y a tu izquierda y la paz de tu corazón, que no tiene su base consolidada en las cosas del mundo, sino en tu unión interna con Dios, jamás será derrumbará.

Persiste en la búsqueda de la paz, pero sigue por el camino correcto. La transparencia y la verdad son tus vehículos para alcanzar la paz.

Tienes Mi bendición para eso.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE ENTRE EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA Y LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Oren para que el Plan de Dios se cumpla, contemplando, en el Universo, el Propósito perfecto que el Creador tiene para cada una de Sus criaturas.

Reencontrarse con los Mensajeros Divinos y estar en presencia del Padre Eterno, a través de la Puerta de Luz y de Paz que abrimos para el mundo, significa recobrar la pureza y el potencial de amor que les fue entregado a las criaturas en el comienzo de todo y que, un día, se perdieron en los corazones de muchos.

La tarea de los Mensajeros Divinos en este tiempo es más profunda y a veces incomprensible e invisible para la mente humana; porque llegó el momento definitivo para el planeta, cuando la evolución de todos se definirá según las respuestas dadas a las oportunidades recibidas.

Muchos se abren de corazón, aunque sea por un pequeño instante y eso ya es suficiente para que la semilla de un nuevo ser sea sembrada en su interior. Ahí está la eterna esperanza de Dios y de Sus Mensajeros: saber que, a pesar de que la humanidad está tan adormecida, también existe la posibilidad de que despierte de forma más simple de lo que imaginan.

Los Mensajeros Divinos se dirigen hacia Centroamérica para que los que perdieron su vínculo con Dios puedan recuperarlo. Que aquellos que, en el principio, se comprometieron a manifestar Su Plan puedan cumplirlo. Que aquellos que deben convertirse en Nuevos Cristos y que caminan detrás del Señor en todos los tiempos, puedan recordar su misión.

Existen misioneros dispersos en el mundo entero y llegó la hora de llamarlos por el nombre, uno por uno, para que cumplan con su misión.

Nuevos y potenciales Cristos despertarán en este tiempo: consciencias que vivirán el amor y la unidad con Dios más allá de sí mismos; que amarán al prójimo y que darán sinceramente la vida por sus amigos. Consciencias que repartirán el Pan junto a Cristo y que se unirán a ustedes en esta mesa para compartir el Cáliz del sacrificio y de la entrega a Dios, y así hacer que el plan del enemigo se desintegre y que las almas ya no se pierdan de Dios.

Les advierto sobre estos acontecimientos y les agradezco por orar para que este Plan se cumpla.

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos, reconózcanse como parte de un infinito, al que ignoran, por su propia pequeñez.

El hecho de que la Creación les resulte incomprensible o que no todos los conocimientos estén en sus mentes, no significa que ellos no existan.

La Obra de Dios en este tiempo debe ser definitiva y generar el despertar que las almas tanto esperan desde hace cientos de años.

En todas las religiones, como también en todos los grupos espirituales que existieron en la Tierra y que comenzaron con principios puros, la interferencia de la mente humana desvió muchas veces el Propósito de Dios, y eso hizo que las almas se preguntaran si las religiones son guiadas, en realidad, por Dios o por los hombres.

Así fue que la fe se comenzó a perder en el corazón humano y el Creador envió a Sus Mensajeros para que guíen a la humanidad.

Los Mensajeros Divinos, hijos, no estamos solo con ustedes. También procuramos guiar y advertir a otros grupos y religiones, pero aún así, ellos no fueron capaces de escuchar.

La Voz de Dios está intentando acallar al hombre para enderezar su camino y apartar el poder y la potestad humanos, que algunos piensan que tienen sobre las almas a lo largo del mundo entero.

El corazón humano perdió la confianza en sus semejantes, porque aquel que no es confiable no puede confiar en el prójimo. Es por esto, hijos, que muchos niegan las Palabras de Dios, pronunciadas a través de los tiempos.

Aquel que es transparente y verdadero en su fe, reconoce la verdad cuando ella está ante sus ojos y no teme ni duda cuando escucha las Palabras de Dios, porque sabe que es capaz de seguirlas, inclusive más allá de sí mismo.

Hijos, si quieren reconocer la verdad, sean verdaderos. Si quieren vivir la plenitud y lanzarse a la Voluntad Divina sin miedo de engañarse, entonces no engañen al prójimo, no mientan, no manipulen, atraigan hacia sí solo la sabiduría y la verdad.

Vivirán en paz y sin desconfiar cuando puedan sembrar la paz y la confianza en el mundo por medio de sus obras, de sus sentimientos y de sus palabras.

Solo podrán autoproclamarse apóstoles de Cristo cuando en verdad sigan Sus Palabras y vivan para Él y no para sí mismos.

Los hombres no temerían por la destrucción de la iglesia si no supieran que ella está por caer debido a sus propias acciones. No necesitarían temer por la destrucción de la Obra de Dios si supieran que ella, en verdad, es de Dios y no de los hombres y si supieran que harán todo en obediencia a los Designios del Padre para que esta Obra se mantenga.

Hoy, hijos, les enseño a ser verdaderos, porque así reconocerán la verdad. No hay otra forma de perpetuar una Obra sino con la verdad y con el ejemplo vivo que ofrecen al mundo.

No teman las palabras de los hombres, porque quien señala falsas mentiras en el prójimo es porque intenta esconder las propias.

Sigan a la verdad y trabajen todos los días para ser cada vez más trasparentes ante Dios. Así, las máscaras de la ilusión caerán por sí mismas.

Aquel que los advierte para que sean verdaderos y humildes,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

Si te sientes perdido de ti mismo, no te busques. No quieras encontrar lo que Dios retiró de ti. Busca en Dios la verdad, lo nuevo, el renacimiento de tu materia humana en todos sus niveles.

Los impulsos de un nuevo tiempo están llegando a tu vida, impulsos que ya sabes que te llevan a una definición absoluta y no parcial.

En este tiempo, en este ciclo, es momento de dar pasos más concretos, que consoliden la transformación en la consciencia.

Pero no solamente por medio de Mis palabras debe llegarte esta información. La certeza de que tienes que ser otro, ahora y no después, debe partir de tu interior. La necesidad de transformar tu consciencia debe venir de ti mismo.

Cada ser humano, en lo profundo de su ser, ya sabe cuáles son los pasos que debe dar, porque la verdad se oculta en el mundo interior de cada uno. Lo que sucede es que las capas que la cubren van cayendo a medida que la consciencia recibe impulsos reales de transformación y el Universo sabe que, al encontrar la verdad, la consciencia la vivirá.

La verdad se revela por partes a los ojos internos de cada ser; a medida que el ser madura y crece lo suficiente para vivirla, ella se va revelando.

Es el crecimiento de cada uno lo que dicta el grado del despertar y de la transformación. Esas proporciones forman parte de Leyes universales que rigen la vida más allá de este mundo, que rigen la evolución y las esencias, que trascienden la comprensión o la adhesión humanas.

Hijo, no esperes que tu ser tenga la fuerza interior suficiente para dar los pasos que necesitas dar, porque cuando comienzas a caminar, es que la Gracia hace descender sobre ti la fortaleza que necesitas, según el camino que recorrerás.

Solo el hecho de que ese camino esté visible en el horizonte de tus ojos ya debe simbolizar para ti, hijo, que llegó la hora de recorrerlo y que tienes todo el potencial para seguir adelante.

Todo es Ley de Correspondencia: anda y los caminos enseguida se te abrirán. Busca y encontrarás. Acepta la verdad y la conocerás. Lánzate a lo desconocido de los Planes de Dios y, cuando todo esté cumplido, comprenderás.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

Que este nuevo ciclo sea de nacimiento de nuevos frutos en la consciencia de todos, para después ver crecer y madurar esos frutos, y que de ellos surjan nuevas semillas.

Los frutos que nacieron en las consciencias son la representación del resultado de la acción de la Gracia en sus vidas. Hasta hoy ustedes recibieron muchos impulsos, instrucciones, gracias y bendiciones, a fin de que estén preparados para cruzar con perseverancia y paz interior los tiempos que ya llegaron.

Este nuevo ciclo estará marcado por el nacimiento y maduración de esos frutos, de los que cada uno deberá hacerse 11 agosto responsable. Esto significa, hijos, que ustedes deberán cuidar del jardín de la consciencia con sus manos y preparar, para el nuevo tiempo, las semillas que plantarán en el suelo de la Tierra.

Este ciclo requerirá de más esfuerzo y dedicación de cada uno de ustedes para su madurez. Será el momento en que la consciencia deberá confirmarse en este camino y hacer sus propios esfuerzos para mantenerse en él.

Hasta ahora, venimos sustentando e impulsando a muchos de los que se comprometieron con Cristo, pero que aún no había madurado, dentro de sí, su potencial de dar pasos en la evolución y sustentarse sobre sus pies, en su propia fortaleza interior.

Ahora, llegó el momento de que los discípulos reconozcan la verdad sobre sí mismos en todos los sentidos; que enfrenten lo que debe ser transformado y que se sustenten en el propio potencial de maduración interior. Será la transición entre la adolescencia espiritual y la vida adulta, cuando la consciencia se hace responsable de sí misma.

Los que despertarán en la última hora serán llevados por la Gracia a dar sus pasos e ingresar en los mismos ciclos de aquellos que hace tanto tiempo recorren el camino evolutivo. Les hablo de una madurez interior, en la consciencia, y no en los cuerpos materiales, porque la materia siempre necesitará ser educada para que expresar su mundo interno.

Hijos, cuiden este ciclo como si fuera el último, aprovechando cada día y cada instante para encontrar la Verdad y expresarla. Que el esfuerzo consciente de todos para estar cada día más en el Propósito divino sea permanente.

Después de este ciclo, en los ciclos que vendrán, será la hora de colocar en práctica lo que aprendieron, pues las corrientes que descenderán al planeta ya no esperarán a que ustedes estén listos para que ellas puedan actuar en la consciencia planetaria. Esas corrientes arrastrarán consigo a los que estuvieron tibios de corazón, indefinidos y fuera del Propósito superior.

Que este ciclo sea marcado por el esfuerzo de cada ser. Que todos asuman sus puestos y, así como un joven que sale de casa y asume su vida, que cada uno asuma su transformación, la propia entrega, la construcción de aquello que verdaderamente espera poder ofrecer un día a Cristo.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que despierten los jóvenes de la Tierra, trascendiendo los viejos patrones humanos y reconociendo su identidad universal. Que despierten al amor y a la unidad con Dios, encontrando un sentido para su existencia.

Que despierten los jóvenes de la Tierra, renunciando a los placeres y a las superficialidades del mundo para que experimenten el verdadero júbilo, que es celestial. Que despierten a la misión que hace eones, en el cosmos, se comprometieron a cumplir.

Que despierten los precursores del nuevo mundo, aquellos que no medirán esfuerzos para hacer triunfar el bien y que, con sus ejemplos, convertirán y despertarán a los nuevos espíritus.

Que despierten aquellos que, con el ímpetu de su juventud, romperán barreras y borrarán fronteras, reconociendo la unidad que existe entre todas las criaturas de Dios.

Que despierten los jóvenes de la Tierra a la vida superior, al amor al cosmos y al Plan del Creador. Que reconozcan que  este tiempo es definitivo y caminen sin miedo hacia el establecimiento de la paz.

Que despierten aquellos que imitarán el ejemplo de Cristo y unirán culturas, credos, razas, naciones, idiomas y religiones con un único propósito: establecer la paz y manifestar un nuevo mundo.

Que despierten aquellos que unirán los tiempos, que abrirán las puertas de la Tierra a las nuevas leyes y rayos universales; que retirarán los velos de la consciencia humana y que disolverán su ceguera, haciendo que reconozca la verdadera luz.

Que despierten los hijos del Nuevo Hombre, aquellos que en la historia universal serán conocidos como los que trascendieron los viejos patrones por medio del amor, vencieron la oscuridad con la luz de su esencia y manifestaron el Propósito divino, llevando hacia el universo, hacia la Tierra redimida, una civilización de Nuevos Cristos.

Que despierten aquellos que no temerán dar los pasos que el Creador espera y vivir lo que hoy parece imposible para la humanidad; aquellos que, viviendo el amor y la unidad, permitirán que el Cristo, que fue su ejemplo, siga Su evolución y trascienda la vida material, mental y espiritual, para llegar a ser la Vida que todo lo habita, en los universos sublimes, en la Consciencia del Padre.

Que despierten los jóvenes de la Tierra: los jóvenes de cuerpo, mente, corazón y espíritu.

Que despierten todos aquellos que esperan representar lo nuevo.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Liturgia de la Vida


En el universo, hijos, la vida por sí misma es una liturgia permanente.

La hora de reposar los cuerpos es la hora de meditar en el Propósito divino, de reconfirmar al propio espíritu en su adhesión a los Planes de Dios y al camino evolutivo que Él propone a Sus criaturas.

La hora de despertar es la hora de ofrecer al Padre cada acción, cada movimiento, pensamiento, sentimiento, cada vibración emitida, para que todo sea por la manifestación de Su Voluntad.

Cada trabajo que se realiza, cada contacto que hacen los unos con los otros, todo es para que se establezca la paz y por la evolución de todas las criaturas, nunca solo por la propia evolución.

En el universo, no existe el individualismo: la consciencia de la unidad y de la fraternidad es viva.

Los seres saben, desde el principio de su evolución, que para crecer y llegar al Origen de Todo, deben vivir la unidad con todos. Saben que para llegar al Creador de todas las cosas, es necesario estar unido a todo lo que Él representa y, reconociendo que Su Esencia divina se multiplicó en toda la Vida, los seres conscientes viven la unidad con todos.

En la vida universal, antes de actuar, los seres ofrecen al Padre sus acciones y preguntan a sus esencias, que representan la unidad con Dios, cuál es el mejor paso para dar. La confianza en el Creador está por encima de todas las cosas. La certeza de que Él habita en el propio interior y ahí interactúa con Sus criaturas es lo que fortalece constantemente a Sus hijos, para que no salgan de Su Camino ni de Su Guía.

Les digo eso, hijos, porque la Tierra debe ingresar en el tiempo del Universo y eso comienza con la transformación de cada consciencia. Ustedes deben aproximar sus vidas a los patrones de vida universales y, para eso, es hora de reconocer y de recordar los principios de esa vida.

Hagan, de cada día, una liturgia viva: que todas las horas sean momentos de encontrar a Dios; que todas sus acciones sean motivo para buscarlo, y que las liturgias y momentos de oración, que ya conocen, sean el alimento que nutre las almas y las fortalece; sean oportunidades de interceder por aquellos que están dormidos y por los que no conocen la paz; oportunidades de clamar por los Reinos de la Naturaleza y de aproximarse más conscientemente a la Verdad.

Es hora de despertar para la liturgia de la vida.

Si ustedes viven lo que les digo, en poco tiempo, comprenderán por qué les enseñé estas cosas.

La liturgia de la vida es la puerta al cosmos.

Los amo y los bendigo siempre.

Aquel que vive en la oración permanente a Dios,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Este es el último tiempo de ilusión planetaria y es por eso, hijos, que las fuerzas del caos y del mal intentan desenfrenadamente crecer y multiplicarse en el mundo. Ellas saben que este es su último tiempo. Así como el Creador conoce Su eternidad, esas fuerzas conocen su fin.

Hijos Míos, este es el tiempo de cerrar los ojos a las influencias del planeta, porque cuanto más se aproxima el fin, más crece la ilusión y más confundidas están las almas, las mentes y los corazones.

Si no se aferran a la vida superior, si no vencen las tendencias del mundo para mantener su fe, mucho les costará seguir un camino espiritual verdadero. Ustedes confundirán el mensaje con el mensajero y, por no ver concretizadas las profecías en el tiempo y en la forma en que esperan, dejarán de creer en todo lo que aprendieron hasta ahora.

Permanecer en el amor es una misión para los valientes de espíritu, aquellos que confían más en Dios que en sí mismos, que están atentos a Sus Mensajes y no tanto a la forma como ellos llegan hasta el propio corazón.

El Apocalipsis ya está en acción, dentro y fuera de muchos seres. América está siendo cuidada por los Mensajeros Divinos; pero también llegará el tiempo, hijos, en que ella deberá vivir su purificación. El nacimiento de una Nueva Raza y de un nuevo principio de vida dependerá de cada corazón que permanezca ahí y de su disposición para perseverar más allá de las pruebas, para reconstruir el mundo, cuando llegue la hora.

Hijos, comprenderán plenamente lo que viven y la instrucción que les entregamos cuando estén despiertos en todos los niveles de consciencia y los velos ya no estén sobre sus ojos. Pero hoy quisiera hacerles comprender que los acontecimientos planetarios no se darán como ustedes esperan. Es tan así, que ya están ocurriendo y muy pocos lo percibieron.

Para que el caos de la Tierra no los confunda, afirmen cada día más la fe y la unidad de unos con otros. La oración que sustenta el corazón es la misma que mantendrá la mente sana.

Permanezcan con lo que les digo y no se olviden. Cuando llegue la hora, estas palabras serán como llaves que abren las puertas del nuevo tiempo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La esencia del despertar se encuentra en el desarrollo de la fe, porque la fe es la que los mueve a responder a los impulsos del corazón.

La fe es la que los hace trascender los atavismos de la limitada comprensión material, para que ingresen en los misterios de la vida superior.

La fe es la que los lleva a cruzar los umbrales de la vida en este mundo, para que a pesar de estar sobre él no pertenezcan solo a él y, sí, se perciban parte de una Creación infinita e indescriptible.

La fe no nace de la mente, proviene del espíritu y se expresa por medio del corazón. Por eso, si quieren que los impulsos recibidos no se pierdan, dejen que la fe se desarrolle libremente en su interior, aunque no comprendan bien el objeto de la propia fe.

Muchos se preguntan: “¿Tener fe en qué?”. Tengan fe en el Propósito, fe en la Enseñanza, fe en la Presencia de los Mensajeros Divinos, fe en lo que los mueve a la transformación, fe en la comunión con Cristo, fe en Su retorno, fe en la posibilidad que cada uno tiene de vivir los Planes de Dios, fe en la Fe.

Déjense transformar por los impulsos de su fe, para la cual las leyes de la materia no son las que prevalecen. La fe que proviene del espíritu se mueve con base en las Leyes espirituales; es por eso que los corazones que tienen fe pueden vivenciar lo que llaman milagros, que no son nada más que la acción de Leyes superiores en la vida de aquellos que se abren para vivirlas.

Descubran, hijos, el potencial de la propia fe y, por medio de ella, sus prodigios.

Su padre y amigo, en la fe y en la oración,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A  LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras todo el universo se moviliza para auxiliar de alguna forma a la humanidad, e incluso el Creador desciende a la Tierra, entre los hombres, por intermedio de Sus Mensajeros, no seas tú indiferente y no vivas más tu pequeña vida como siempre la viviste.

Hijo amado:

Sé que a tu consciencia le cuesta mucho despertar a la realidad espiritual de la vida, en la cual todo lo que intentas vivir encuentra un sentido, pero si tu corazón, tu mente y tus sentimientos no salen, aunque sea un poco, de las preocupaciones materiales y de todo lo que te envuelve en relación con la vida en la Tierra, en poco tiempo tu camino espiritual perderá sentido.

Si no tratas ahora de comprender cómo se mueven los acontecimientos en lo que concierne al espíritu y cuánto más real es lo que sucede en las dimensiones superiores que aquello que que se precipita en la Tierra, corres el riesgo de envolverte de tal forma con dichos acontecimientos que te parecerá que de nada vale orar y clamar a Dios. Mientras el Señor espera de ti una transformación absoluta, tú esperarás que Él venga y resuelva todo por ti, solo por el hecho de emitir algunas oraciones todos los días.

Orar es la acción primordial para tu vida, pero debe estar acompañada del servicio, de la acción, de la trascendencia, de la transformación, del ser y del parecer.

Comprende, hijo, que esta batalla final ya comenzó en el nivel del espíritu y que, por menos que lo percibas y sigas viviendo como si nada diferente estuviera sucediendo, no significa que tu consciencia no esté siendo partícipe de este acontecimiento universal.

Llegó el momento de madurar y no solamente de conmoverse con la actual situación planetaria, porque ¿de qué le sirve a Dios y a Su Plan que llores por la falta de acogimiento y fraternidad de los demás y que ores algunas Avemarías por Medio Oriente si, después de tus oraciones, demuestras que los códigos de falta de fraternidad y de amor también están dentro de ti?

No llores más ni por ti ni por la actual situación planetaria, porque en verdad desconoces completamente la gravedad de estos tiempos. Haz aquello que está a tu alcance para transformar, aunque sea con cuentagotas, la vida en este mundo.

Sé fraterno, sé amoroso, sé servicial, vive la santidad, vive la unidad con Dios. Esto es lo que permitirá que los Mensajeros Divinos sigan intercediendo por el mundo, por los que más necesitan y que no siempre son aquellos en los cuales pensaste.

Lo que ahora se necesita es que la humanidad genere méritos para equilibrar el mal en el mundo; por eso, perdona, ama, reconcíliate con el prójimo, apoya con tus oraciones y, como puedas, las misiones que Nosotros pedimos que se realicen.

Concéntrate en los detalles y en las pequeñas cosas y construye una base firme, para que tengas, algún día, la posibilidad de actuar en las grandes cosas. Por ahora, deja que las grandes obras las realicen Aquellos que pueden hacerlas, porque ya trascendieron los aprendizajes menores de la vida material y ahora retornan al mundo para auxiliarlo. Hablo de los Mensajeros enviados por Dios.

No dejes de ser simple y humilde. Esto vale más que cualquier gran acción.

Tu padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Paz es un don divino en el corazón de aquellos que confiaron sus vidas al Padre Altísimo.

La Paz en la vida espiritual proviene de la renuncia a todos los reAsultados de sus obras. Por más que el corazón se esfuerce para trascender sus propios límites, en pro del cumplimiento de la Voluntad de Dios, él no se apega a los resultados ni en sí, ni en los demás ni en ninguna cosa.

En estos tiempos, para no desgastar el corazón ni el ánimo de seguir adelante, deben mantenerse en paz y cruzar los días de conflicto interno y de purificación con cierta confianza en el porvenir, y no tan involucrados con la transición que ustedes o los otros viven.

Dios les dio la oportunidad de purificarse bajo el don de Su santa Paz, al amparo de Sus Centros Marianos y en una época en la cual el caos aún está comenzando su ciclo de expansión.

Dichosos los que se valen de las dádivas entregadas por Dios, porque Él espera que, en un tiempo próximo, no estén recorriendo más los caminos básicos de la propia transformación, sino que ayuden a los que tendrán que soportar el brusco despertar que vivirán y los cambios internos y externos que sucederáncon violencia, por decirlo de algún modo, en todo el planeta.

Sean más simples, no Me cansaré de decirlo, porque cuando descubran el don de la simplicidad, no enredarán más sus propias consciencias en las cosas cotidianas de la vida y no perderán energía espiritual con conflictos que serán, de ahora en adelante, el diario vivir de la consciencia humana y que, inclusive, crecerán en intensidad.

Todo depende de aquel que pasa por la purificación y de los que están a su alrededor. Si aprenden a vivir todo con naturalidad y sin espanto, podrán ayudar para que el proceso de cada uno sea menos doloroso.

No les digo que sean indiferentes delante de las pruebas que ustedes o sus hermanos viven, sino que traten de ofrecer el bálsamo de la simplicidad y de la paz en esas situaciones, reconociendo con madurez lo que debe ser transformado y disponiéndose a la limpieza del propio lodo interior.

Sé que existirán reacciones internas y externas que ustedes no podrán controlar y solo tendrán claridad sobre ellas cuando, en un momento de mayor lucidez, reflexionen sobre lo que les sucede. No piensen que no hay solución para lo que viven, sino, poco a poco, intenten no envolverse tanto con los propios procesos.

Sean más directos e, inclusive, más fríos consigo mismos. Perciban un error e intenten transformarlo. Al reconocer que cayeron y solo lo advirtieron cuando estaban en el suelo, levántense y continúen caminando, pues más adelante podrán abrir los ojos a otros para que eviten tantas caídas.

Sirvan y sacrifíquense con paz y valentía, porque el servicio abnegado los ayudará a descubrir la verdad de la magnitud del Plan de Dios y que, en el mundo e incluso a su alrededor, existen mayores necesidades que las suyas y mayores problemas que los de su purificación. 

Amen los tiempos en que viven, con la certeza de que el triunfo de Dios en sus vidas se gestará a partir de esas transformaciones que, a veces, son incómodas, pero que siempre valdrán la pena.

En la simplicidad de Mis palabras les dejo Mi paz, para que reciban de Mi Espíritu Divino todo lo que necesitan para consagrar la materia.

Todo sea en pro de la manifestación de la Voluntad de Dios.

San José Castísimo, pacificador y simplificador de los corazones humanos

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​​​​

Queridos compañeros y siervos de Cristo:

Hoy los invito a que comprendan la importancia de unirse inmediatamente al Propósito de Dios y, como soldados de Su Ejército de Luz, que estén dispuestos a entregar sus propios planes y aspiraciones para que se cumpla el Plan Único, el Plan de Dios, por el bien y por la salvación de toda la humanidad y de todo el planeta.

En estos tiempos, queridos, el universo entero se congrega a cada instante, por medio de sus representantes, para guiar de la mejor manera a la amada humanidad.

Es de esa forma que descienden al mundo impulsos de luz, de redención y de reconciliación que, muchas veces, los corazones no serían merecedores de recibir; pero la intercesión de los Mensajeros Divinos, junto con los verdaderos soldados orantes de la Tierra, está ofreciendo nuevas posibilidades a los seres de este mundo.

Un tiempo atrás, la probabilidad que Dios tenía para la humanidad era que despertaran unos pocos, que serían las semillas para un nuevo futuro. Ahora, gracias al poder de la oración, esa probabilidad aumenta. Por esto, otros hermanos suyos, que no despertarían a tiempo, están recibiendo la posibilidad de reconocer su origen y, así cumplir, al menos en parte, la propia misión.

En cada vuelta de la espiral de la evolución, los seres humanos sorprenden al universo y, ahora, la tarea de los Mensajeros Divinos encuentra espacio para ampliarse y revelar a los corazones lo que vinieron a hacer en este mundo, despertando así su potencial de amar y perdonando el pasado que los ataba a una cadena involutiva.

Sé que muchos no comprenderán Mis palabras inmediatamente, sin embargo, guárdenlas en el corazón, porque aquellos que hoy no las comprenden verán llegar la hora del propio despertar y, ahí sí, al fin las comprenderán.

Les digo todo esto en este momento para que puedan adherirse a los cambios de los Planes de Dios, que son permanentes, porque la humanidad es imprevisible a los ojos del Creador. En estos tiempos, en el que ningún alma podrá perderse del verdadero camino, el Señor está entregando todo para la manifestación de Su amado proyecto de cura y de redención universal, por medio de los seres humanos.

Yo los amo y nuevamente les pido que guarden Mis palabras solo en el corazón; él, por más que no las comprenda, recibirá los impulsos que provienen de ellas, para algún día poder comprenderlas. Paz y redención para todos.

Su padre e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros y siervos de Cristo:

Hoy les pido que reflexionen sobre todo lo que les dije en los últimos tiempos y que traten, dentro de ustedes, de percibir si están intentando vivir las instrucciones transmitidas por los Sagrados Corazones.

Con la simplicidad propia de la Consciencia de Dios, los Sagrados Corazones de Jesús, José y María están conduciendo a la humanidad hacia un grandioso despertar; sin embargo, dependerá de cada uno que ese despertar pueda salir de las hojas de papel y del verbo que los videntes pronuncian parael mundo al repetir Nuestras palabras, y que se vuelvan vida y fuente del despertar de otros seres de este mundo.

En este momento del planeta, intentamos despertar no solamente seres orantes, sino soldados de la oración: consciencias que sean capaces de obedecer las indicaciones de Dios inmediatamente y que comprendan que el amor, el perdón, la unidad y la fraternidad, que se alcanzan cuando el corazón ora, son las armas más poderosas de los tiempos actuales.

Que, provistos con el Poder de Dios, Sus Ejércitos puedan hacer triunfar la Luz por medio del descenso de la Luz Divina en el corazón que ora.

Los ejércitos del adversario no se cansan, no se detienen y no se distraen ni por un solo minuto; pero la Victoria de Dios debe ser la única certeza de los corazones que responden al llamado celestial. Con esta convicción interior, animarán a otras almas para que transformen sus vidas y se conviertan en pacificadores de este tiempo de caos y de perdición planetaria.

Mis queridos, despierten a la transformación inmediata y nunca piensen que ya están en un buen punto, que alcanzaron la meta y que ahora pueden descansar, pues el descanso del soldado de Dios no será en esta vida.

Ustedes están aquí, ahora, para que se transformen permanentemente, todos los días un poco más, hasta que puedan fundirse con Cristo en corazón, alma y espíritu. Hagan esto por los que ignoran la existencia de Dios y de Su Plan y que están entregando sus almas al abismo de este mundo, creyendo que viven lo mejor que la Tierra les puede ofrecer.

Yo los amo y los aguardo en oración.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÙS

Cuando una consciencia despierta verdaderamente a la vida superior y a la necesidad de manifestar esa vida en el planeta, toda la humanidad recibe una oportunidad de vivir un aprendizaje basándose en un profundo amor.

Cuando la esencia de la compasión toca lo profundo de los seres, los conduce a despertar el amor que Dios espera de Sus criaturas. Por eso, Yo los llamo a encontrar en el prójimo y en los más necesitados, tanto material como espiritualmente, las llaves para que vivan ese despertar. Todas las palabras que entrego al mundo tienen la finalidad de llevar a la humanidad a desmitificar la vida sobre la Tierra y a que salga de los enredos de la superficialidad, para reconocer lo que verdaderamente importa en este tiempo.

Sé cuán antiguos son los atavismos terrestres, que a muchos les cuesta salir de ellos. Sé que viven lapsos de despertar y eones de adormecimiento, pero ahora, los propios acontecimientos del mundo, las palabras de los Mensajeros Divinos y las experiencias que sus hermanos están viviendo en un brusco despertar, en todo el mundo, deben ser suficientes para que puedan colocarse a servir de verdad en pro de los Planes de Dios.

Cuando les hablo de los Planes de Dios, muchos se preguntan de qué se trata. La esencia de los Planes del Creador es muy simple y está al alcance de los que son capaces de vencer las apariencias personales e ingresar en su interior para descubrir lo que verdaderamente son.

Mis amados, urge el tiempo para que los que sAe comprometieron con DiAos en el principio asuman sus puestos en el Ejército Celestial; sin embargo, no solo los que ya Nos escuchan tienen esta misión.Ustedes fueron llamados para ser motores que impulsen el despertar de la humanidad; ustedes fueron llamados para vivir una etapa un poco más difícil: abrir caminos y derribar estructuras internas y externas de la consciencia humana para que, cuando alcancen la meta, otros puedan valerse de sus ejemplos, para dar los propios pasos con más coraje y rapidez.

Existen muchas almas que están en el mundo esperando encontrar en los seres humanos un ejemplo concreto para seguir, pues, aunque tengan un propósito superior y una aspiración verdadera, les falta un ejemplo material de cómo actuar, para que puedan salir de la teoría y comenzar a vivir una experiencia real de vida superior, espiritual y divina.

Los que hoy escuchan Nuestra Voz son llamados a renunciar a su propia existencia y a todos sus planes materiales, para asumir un Plan Superior, en nombre de todos aquellos que seguirán sus pasos.

Recuerden que la consciencia humana es única y muchos dependen de la valentía y persistencia de ustedes para encontrar a Dios.

Yo los amo y los bendigo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aprendan a sentir en el propio corazón los dolores del mundo y a hacer suyo el padecimiento del Sacratísimo Corazón de Dios.

Contemplen en sus corazones la Creación y todo lo que ella manifiesta, cómo se expresa en el universo. Contemplen la perfección y la armonía de la naturaleza, del sol, de los ciclos de la Tierra. Sientan en sus corazones el potencial de la Perfección Divina que está latente en su interior. Pregúntense todos los días ¿cuál es el camino para manifestar ese potencial?

Quisiera que en el corazón de los seres humanos el amor a la Creación Divina fuese mayor que el amor a la creación humana, pero ustedes están mucho más aferrados a lo que proviene
de sus propias ideas que a lo que proviene del Pensamiento Divino. 

Los seres humanos aprendieron a amar y a admirar lo que fue creado por su limitada mente, y el orgullo adquirido fue tan grande, que quedaron presos de la propia pequeñez, en mezquindades, y no pudieron amar algo superior ni siquiera creer en su existencia.

Con pesar en Mi Corazón, les digo que muchos no se transforman porque no creen verdaderamente en la existencia de Dios, de su Plan, ni en la de Sus Mensajeros. Las consciencias observan el caos y el mal avanzando en el mundo y prefieren pensar que siempre fue así; o se aíslan en los pequeños problemas y en las preocupaciones de sus vidas para no percibir que la verdadera barca que se está hundiendo no solo es en Medio Oriente, sino en el mundo entero.

Es la consciencia humana, Mis queridos, que se está sumergiendo cada vez más en lo profundo de la oscuridad. Y cuando los tiempos necesitan verlos más despiertos y preparados, entregados y con fe en lo invisible, ustedes se están escondiendo de la verdad y sumergiéndose más y más en la ilusión, para no percibir que los tiempos finales ya llegaron.

El Cielo siempre agradecerá sus oraciones y, con el poco esfuerzo de todos los seres, intentará retirar el peso de la balanza de la Justicia, que se inclina hacia la desaparición de la humanidad.

Ustedes, compañeros, son células vivas del Corazón de Dios, por eso es tan grande Su pesar por este mundo.

El proyecto del Creador es perfecto y ya todo les fue entregado para que puedan vivirlo, pero ustedes necesitan decidirse y levantarse de la cama en la cual duermen en ilusión todos los días, para actuar en pro de la humanidad.

Yo los amo; por eso, les advierto.

Son tiempos de emergencia; ya es hora de despertar. 

Si caminan a Mi lado y escuchan Mis palabras, así como todas las palabras de los Mensajeros Divinos, ustedes se darán cuenta de que ya tienen todas las llaves para abrir la puerta hacia una Nueva Humanidad.

Que permanezcan en paz, pero siempre atentos y vigilantes, despiertos y listos para vivir la transformación.

Yo los amo y los bendigo.

San José Castísimo, por el despertar de toda la humanidad

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando un alma ora de corazón, crea las condiciones para la aproximación del espíritu. Cuando él está despierto, permite que leyes superiores permeen la materia y conduzcan los acontecimientos de la vida de acuerdo con principios divinos y universales, que responden a la Voluntad de Dios.

Solo cuando un ser se abre para la vida espiritual y despierta la fe en lo que no puede ver con sus ojos físicos, todo aquello que es una realidad en el cosmos puede hacerse sentir en su corazón. 

Cuando el alma despierta es que la personalidad siente la imperiosa necesidad de descubrir lo que está más allá de la vida material. Es el alma quien hace que la mente y las emociones no estén conformes con la vida de superficie y, así, dispone los cuerpos tridimensionales para una búsqueda superior.

Mientras ustedes aprenden y crecen en espíritu, el alma lucha constantemente con los aspectos que aún están muy arraigados en las tendencias de la vida material planetaria. Por esta razón es que, al mismo tiempo en que aspiran a lanzarse al abismo de la Voluntad Divina y entregarse al misterio que es vivir bajo esa Voluntad, otra parte del ser duda de la existencia de ese abismo, de la posibilidad de vivir la Voluntad de Dios y, según las propias resistencias, ustedes pueden dudar, incluso de la Existencia Divina.

Cuando el espíritu se aproxima a la materia, el alma se fortalece y sus convicciones se convierten en la verdad que rige la vida. Las dudas y los cuestionamientos no dejarán de existir, porque en cuanto estén en el mundo siempre habrá algún aspecto que purificar; aspecto que no quiere sacrificarse y que prefiere mantenerse en la vida común de las gratificaciones y los placeres mundanos. Pero será como un adulto que vive como un niño reclamando, a veces más, a veces menos, al demandar atención para hacer su voluntad.

¿Por qué les digo esto?

Porque ustedes necesitan dejar de darle tanta atención al niño dentro de ustedes que no quiere crecer; deben comenzar a actuar con la consciencia del espíritu, con el adulto espiritual que comprende la realidad planetaria y que está dispuesto a vivir según los designios superiores, sin importarle las circunstancias.

Muchos niños internos están disfrazados de grandes héroes, porque están totalmente dispuestos a cambiar el mundo, siempre y cuando protagonicen grandes papeles en el fin de los tiempos. Sin embargo, cuando se habla de transformarse por medio de las pequeñas cosas de la vida, ya no le dan tanta importancia y piensan, por ejemplo: “¿Para qué aceptar humillaciones, vivir en obediencia, silencio y sacrificio, cuando puedo realizar un gran servicio en África?”.

Sepan, Mis queridos, que les hablo a sus corazones. Sin embargo, hoy les hablo sobre todo a sus consciencias, porque llegó el tiempo de comprender que la única salida, para que la humanidad no sea un proyecto muerto en la memoria de la Creación, es que cada uno asuma la propia transformación y viva en sí los Principios de Dios, depositando en la consciencia humana los códigos de una raza redimida.

Si no redescubren la vida del espíritu y no se dejan transformar por el poder de la oración, jamás descubrirán que la salvación y la redención de las almas del mundo entero dependen de cada uno.

Nuevamente les digo que permitan que la prioridad de sus vidas sea la oración por el planeta, el servicio y el amor que todo lo transforma.

Yo los amo y los guío en los pequeños detalles, para que sus consciencias despierten a la vida superior.

Oren y transfórmense. Imiten a Cristo todos los días, sigan Sus Pasos. El mundo necesita que así sea.

Su amado padre y compañero,

San José

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Si observas el universo, verás una infinidad de estrellas, sentirás la grandeza de Dios y de Su Creación, aspirarás a sumergirte en el Todo que se expresa delante de tus ojos. Contempla el cielo estrellado y reconoce la Presencia de Dios en una dimensión en que, al mismo tiempo que parece tan distante, impregna todo lo que fue creado.

Si no puedes encontrar la vida del espíritu en lo invisible del propio mundo interior, contempla el cielo estrellado y sentirás la presencia de los que son Bienaventurados, que te observan y aguardan tu despertar.

Si tu alma no consigue aspirar a nada superior a la vida material, dirige tus ojos físicos hacia arriba, contempla el azul del cielo en un día soleado y siente que, por detrás de ese azul, está Dios esperando que tu aspiración sea más pura y verdadera.

Busca, en la belleza que hay a tu alrededor, la grandeza de Dios y encontrarás en tu interior la verdad del espíritu. Si te parece muy distante alcanzar un descubrimiento espiritual solo con el corazón, descubre en el lado oculto de los Reinos de la Naturaleza las mismas verdades que buscas en el silencio de tu mundo interior.

Toda la Creación está impregnada por los mismos principios divinos. Algunos descubrirán la magnitud del Espíritu de Dios en el silencio del corazón; otros, lo encontrarán contemplando el cielo azul; otros lo buscarán en la expresión de los Reinos de la Naturaleza; otros en el ejemplo puro de un hermano que es verdadero en su caminar. El Creador está en todo, y aquel  que lo busca, según sus posibilidades y de forma cristalina, lo encontrará.

Los misterios solo son misterios para aquellos que no quieren desvelarlos, porque el mismo principio que crea y recrea la vida en el universo es el que anima a todos los seres del mundo. Dios está en todas las cosas. Búsquenlo, únanse a Él. Tornen la vida sagrada, por medio de esa búsqueda permanente del Creador de todo.

Este es Mi mensaje para hoy. La búsqueda de Dios dignificael corazón humano y le da un sentido a su existencia, que es el retorno al Origen.

Su amado padre y guía,

San José

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ingresa en la plenitud de Dios, que existe en tu corazón, y jamás pierdas la esperanza de alcanzar Su Propósito.

Cuando estuve sobre la Tierra como José de Nazaret, el caos de Mi época y la ignorancia de los que Me rodeaban, Me llevaron a buscar con mayor asiduidad el Espíritu Divino. En Mi búsqueda, comprendí que Yo debería ser el motor para la elevación y la transformación de todos los que convivían Conmigo.

Era la propia fe que habitaba en Mi interior la que, por sí sola, tocaba los corazones de los hombres y los llevaba a preguntarse internamente cuál era el misterio que se vivía en aquella Familia y si no era el mismo Dios en persona que estaba entre Ellos.

Sepan que Dios mismo está entre ustedes, y que deben anunciar esa gracia en el silencio de su transformación y en la vivencia de los sagrados atributos que el Señor infundió en sus consciencias.

Que todas las almas que se aproximen a sus seres sean impulsadas a buscar lo Divino y, aunque aún no conozcan muy bien el foco de su búsqueda, sientan que ella los conduce hacia lo Alto, hacia el Universo, hacia el Infinito.

Ustedes viven hoy, como grupo, una de las mayores gracias entregadas a la humanidad.

El espíritu del Amor debe hacerse carne en cada uno de los que acompañan a los Mensajeros Divinos y, de esa forma, ese Amor se expandirá a toda la humanidad.

Cada paso que den, a lo largo del día, ustedes deben ofrecerlo a Dios, conscientes de que muchas esencias dependen de ese despertar y del camino evolutivo que están recorriendo.

Beban de la Fuente de las Palabras Divinas de Cristo y colmen sus seres con la certeza de que Él es quien las pronuncia. Déjense moldear y madurar por los impulsos espirituales de María y consagren, poco a poco, toda la consciencia a lo Divino. Sumérganse en la simplicidad de Mis palabras y hagan de ellas un manual para la vida sobre la Tierra.

Sean simples de corazón y nunca se cansen de buscar el espíritu de la simplicidad. Solo de esa forma cruzarán los Portales Celestiales con la humildad de un niño.

No pierdan la fe y confíen en la imprevisibilidad del corazón humano. Busquen el potencial que desconocen de sí mismos y, en oración y reflexión, develen los misterios del proprio mundo interior.

Les dejo Mi paz.

San José, su padre y guardián para estos tiempos

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