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Ave María en francés
Je vous salue, Marie,
pleine de Grâce,
le Seigneur est avec vous.
Vous êtes bénie entre toutes les femmes
et Jésus, le fruit de vos entrailles,
est béni.
Sainte Marie, Mère de Dieu,
priez pour nous, pauvres pécheurs,
maintenant, et à l’heure de notre mort.
Amen.
(tres veces)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo aquí como la Emperatriz de la Paz, trayendo en Mi Mano el Cetro de Dios para que el mundo viva el Propósito del Padre, para que Mis hijos se unan a ese Propósito Espiritual antes de que sea demasiado tarde.
Por eso hoy, este impulso espiritual de la Fuente Creadora, lo deposito en el corazón de Mis hijos, lo derramo en las almas de Dios, para que la mayor cantidad posible de consciencias despierten en este tiempo de emergencia y pueda responder a la gran necesidad del planeta, a la emergencia de la humanidad.
Por eso, queridos hijos, Yo vengo aquí, a La Salette, una vez más, para recordarles Mi Mensaje, el Mensaje de la Señora de La Salette, un Mensaje que no fue completamente escuchado ni aceptado.
Por eso, les vengo a recordar esto, porque aún resta un poco de tiempo para que todo se pueda revertir y transformar en toda la consciencia humana.
Queridos hijos, Yo los necesito aquí, Conmigo, a Mi lado, al lado de la Madre de Dios, caminando por este mundo, siguiendo los pasos de Cristo, sirviendo a través del apostolado incansable, ante la gran necesidad planetaria.
¡Cómo Me duele lo que sucede en Medio Oriente! ¡Cuánta sangre inocente aún sigue siendo derramada!
¿Cuándo la humanidad se detendrá? ¿Acaso no le temen a la Justicia de Dios?
Muchos tal vez no le temen, porque creen que nada les sucederá. Por eso, Yo vengo aquí como su Abogada, como la Madre Mediadora e Intercesora entre las almas y Dios, porque lo necesitan imperiosamente.
Por eso, les vuelvo a decir que antes de que sea demasiado tarde, queridos hijos, despierten al cambio que Yo les pido. Escuchen la Palabra de Dios a través de Sus Mensajeros; porque si no muchas más almas vivirán el pesar y la angustia de estos tiempos, por no haber escuchado el Llamado de Dios que viene a través del Corazón de su Madre Celeste, del Corazón del Divino Hijo y del Humilde Corazón de San José.
Nuestros Tres Sagrados Corazones, en esta hora tan delicada y grave del planeta, trabajan en unidad con la Santísima Trinidad para que, a través de los santos ángeles, muchas más almas puedan estar protegidas, puedan estar amparadas de los horrores de estos tiempos, de los que todos están participando y viendo.
Mis amados hijos, vuelvo a repetirles que detengan las armas. Vengo a pedirles, imperiosamente, que se detengan y mediten, que ya no se agredan, que ya no se lastimen, que ya no invadan lo que no les pertenece, que eviten en este tiempo la migración de millones de almas, el exilio de muchas familias por terror a la guerra o a la muerte.
Yo vengo como la Emperatriz de la Paz, a lo alto de los Alpes, para que Mis hijos escuchen el profundo eco de la Voz de Dios, para que algo cambie pronto. Eso es lo que más necesito, en este momento, además de sus oraciones y suplicas, que también las escucho atentamente. Porque así se evitan las guerras, a través de la oración se evitan los conflictos, a través de la verdadera oración las almas no se pierden, sin tener retorno.
Por eso, Yo vengo hoy con el Cetro de la Luz de Dios encendido, atrayendo hacia la Tierra, una vez más, Su Divino Propósito, para que todo pueda ser impregnado por esa Luz Superior, para que los corazones vuelvan a encontrar la paz que perdieron. Porque este es el tiempo, queridos hijos, de que todos puedan conocer Mis Gracias, de que todos puedan comulgar de Mi Hijo para sentirse curados, redimidos y renovados.
Por eso, Yo estoy aquí para volver a interceder, para volver a intervenir en la emergencia de estos tiempos. No quisiera ver morir más inocentes. Esto hace doler el Corazón de Dios, esto hace doler el Corazón de su Madre Celeste, esto lastima el Corazón del Divino Hijo.
Contemplen la Misericordia de Dios, el universo de Su Amor está abierto a todos.
Reencuéntrense con ustedes mismos, para poder comprender este Propósito que hoy les traigo.
Reconcíliense, perdónense a ustedes mismos, para que la cura espiritual pueda llegar.
Yo les agradezco que estén aquí, Conmigo, y que hayan hecho todo lo posible para estar aquí, en este momento, acompañando a la Emperatriz de la Paz en esta tarea especial que Su Inmaculado Corazón y Su Divina Vida llevan adelante por el bien de las almas, por la paz de los corazones, para que se detengan las guerras, para que ya no haya más sangre inocente derramada en la superficie de este mundo.
Yo les vuelvo a decir esto, queridos hijos, porque estas cosas no pueden acontecer. El mundo se aleja de la Ley y pierde el sentido de su pureza y de su inocencia. Estoy unida a todos los que oran por esta causa, por la causa del llamado de la Madre de Dios.
Fortalezcan la oración en sus familias. Que sus oraciones se multipliquen y se amplíen, que el clamor y la súplica como una sola voz y un solo corazón lleguen al Corazón del Padre, porque Él quiere estar más cerca de Sus Hijos. ¿Sus Hijos quieren estar más cerca de su Padre?
Yo vengo a abrirles esta puerta hacia el Reino del Amor de Dios, para que todos tengan la Gracia de algún día ser dignos en el Padre, dignos en el Hijo y dignos en el Espíritu Santo; porque es posible, hijos Míos.
Ustedes no pueden olvidarse de que son Hijos de Dios. Todos son Hijos del Padre, más allá del credo, de la religión o de cualquier otra situación. Todos deben recordar esto. Por eso, estoy aquí para hacérselos saber, porque muchos lo están olvidando.
En esa filiación, encontrarán la felicidad que necesitan, la respuesta que tanto buscan, el consuelo que tanto esperan, la paz que tanto aspiran. Porque todo está en el Reino de Dios y, una y otra vez, Su Reino puede descender a la Tierra a través de aquellos que se abren para recibirlo en su interior y así formar parte de la Vida Divina, de su verdadero origen, de su verdadera existencia, de donde todo puede comenzar de nuevo.
Su Madre Celeste, la Emperatriz de la Paz, se recoge en estas montañas para contemplar el horizonte desde lo alto; así como también ustedes lo pueden contemplar, esperando con ardiente devoción la llegada de Cristo desde los Cielos, para que este mundo y esta humanidad se reconstruyan y finalmente vivan la Voluntad de Dios. Porque Cristo, Mi Hijo, traerá Su Gobierno, pero sobre todo traerá Su Amor y Su Luz, para volver a llevar a sus corazones a Su Eterna Paz.
Hijos, sigan orando, sigan respondiendo a Mi llamado. Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de la humanidad; y, bajo la Luz y el Amor de Mi Hijo, Yo los bendigo por la valentía de seguir los pasos de Cristo en este tiempo final.
Que el Amor de Dios los bendiga y Su Luz los guíe hasta poder alcanzar los prometidos Mil Años de Paz para toda la esfera terrestre, para toda esta humanidad herida.
Me llevo, en Mis Manos, sus intenciones y oraciones para ofrecérselas a Dios en reparación y por la cura de la humanidad, porque la cura es posible.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Soy la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal, y hoy, después de tanto tiempo, estoy aquí para dar continuidad a Mi Mensaje después de no haber sido escuchado ni aceptado.
Pero ese Mensaje que una vez traje a Garabandal, en este bendito lugar de Dios, sigue resonando, sigue reverberando en los corazones que creen en Mí.
Porque ustedes saben, hijos Míos, que Mi intención es guiarlos y conducirlos hacia Dios. Mi intención no es darles miedo ni tampoco perturbarlos. Mi intención es que tengan consciencia y que sean responsables, que sean capaces de reconocer el Llamado de Dios y de cumplirlo, así como una vez lo intenté hacer aquí, en Garabandal.
Después de esos importantes acontecimientos que las videntes vivieron aquí Conmigo, en este pueblo, su Madre Celeste retorna a pedido de Cristo, como la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal, para que la unión divina e interna se dé entre las almas y Dios, entre el Cielo y la Tierra, entre lo que es conocido y lo que es desconocido. Esa era la principal intención de su Madre Celeste, no solo advertir a la Iglesia del peligro inminente que en aquel tiempo estaba atravesando.
El Aviso de Dios era para poder despertarlos y cuando estuvieran despiertos lo pudieran corregir, pero muchos lo negaron porque no tenían abierto el corazón ni tampoco la puerta del alma para escuchar la Verdad Divina que agitó a muchos corazones de la Iglesia a punto de querer sepultar Mi Presencia aquí, en este bendito lugar.
Ahora que, a través de los tiempos, el Mensaje de Garabandal se ha conocido y deberá seguir siendo conocido por muchos más corazones del mundo entero, esta es la razón por la cual estoy aquí, porque es urgente para Mí que este Mensaje sea cumplido, un Mensaje que los llama al arrepentimiento, a una verdadera corrección no solo de la vida, sino también del sentimiento del corazón, un llamado que les trae el impulso hacia la ascensión, al descubrimiento de Leyes Inmateriales que en este simple y humilde lugar, Garabandal, esas Leyes Mayores actuaron y evitaron muchas cosas.
Por eso, en Garabandal los eventos fueron tan contundentes, y como le dije a una de Mis videntes, este movimiento contrario que aquí sucedió, de negar la Presencia de la Madre de Dios y del Arcángel Miguel, y también del Sagrado Corazón de Jesús, les traería a muchas consciencias la energía de la negación, aun después de haber visto todo lo que vieron.
Fue algo semejante a lo que vivió Mi Hijo cuando en las puertas de Jerusalén fue recibido, honrado y reconocido tan solo por un momento; ya que muchos de los que lo reconocieron y lo glorificaron, después lo negaron, lo agredieron y hasta lo salivaron.
¿Ahora entienden, hijos amados, el sentimiento de la Madre de Dios, lo que Su Corazón Inmaculado siente de Sus hijos que, habiendo vivido los acontecimientos de Garabandal, los dejaron atrás, olvidados y perdidos en el espacio y en el tiempo?
Por esa razón, Yo estoy aquí, para revivir el Mensaje y, a pesar de que los acontecimientos en el mundo cambiaron después de 1961, hay situaciones que aún no fueron resueltas en el seno de la Iglesia Católica.
El intento de corregir, ha sido hecho muchas veces a través de la intervención y de la ayuda del actual Papa, que también tuvo dificultades para hacer revivir a esta Iglesia, marcada y golpeada por los últimos acontecimientos de estos tiempos, que fueron anunciados también aquí, en Garabandal, por la propia Señora de la Estrella del Carmen, y que en aquel tiempo no fueron escuchados ni reconocidos.
¿Ahora, pueden comprender cómo se siente Mi Corazón?
Yo Soy la Madre de los sacerdotes, de todos los sacerdotes del mundo, no solo de los sacerdotes católicos. El sacerdocio es algo muy amplio, no solo en la teología, es más profundo en el espíritu, en la verdadera consciencia que sabe religarse con Dios.
Una consciencia que ora, un corazón que adora, un alma que comulga del Cuerpo y de la Sangre de Cristo vive un ejercicio de sacerdocio interior; por eso, ese ejercicio es tan perseguido y golpeado por Mi enemigo.
Yo traje, a través de Garabandal y sobre todo a través del último Mensaje que deje aquí, que si no había un verdadero arrepentimiento en el seno de la Iglesia se generaría una división. Esto no es una novedad para Dios y creo que no es una novedad para ninguno de ustedes.
No vengo con un Mensaje para generar división, discordia o separación; vengo a decirles lo que verdaderamente está sucediendo para que alguien internamente se haga cargo de esto, porque Mi Hijo Me lo ha pedido y no es suficiente solo con el actual Papa para que esta situación de la Iglesia sea trasmutada o liberada.
Los que se dicen más consagrados al Corazón de Mi hijo, en los diferentes grados de consagración y de unión con Dios, son siempre los que más necesitan de la ayuda divina. Por eso, Yo estoy aquí, una vez más en Garabandal, para que Mi Voz sea escuchada, Mi Presencia sea reconocida, Mi Amor sea sentido por todos.
Y ahora que los tiempos apremian y que el Mensaje de Garabandal se ha cumplido por falta de más arrepentimiento; Yo los invito, Mis amados hijos, a colocar en sus oraciones esta situación, porque Mi enemigo quiere seguir golpeando la vida sacerdotal en el mundo, al punto de que, a los corazones devotos y fieles a Mi Hijo y que viven su vida interior a través de los sacerdotes, él también quiere golpear e interferir, porque ellos no tendrían fe en los sacerdotes, porque lo que se vive en la vida sacerdotal es desproporcionado a lo que verdaderamente acontece en el corazón de Mis sacerdotes.
Por eso, los invito a rezar con más fervor para que, a pesar del dolor de la Madre del Mundo por lo que Sus propios ojos ven en este momento, toda esta situación pueda ser curada y aliviada, las almas de los sacerdotes y de los fieles se fortalezcan para que nunca pierdan la unión verdadera con Dios.
Por eso, su amparo y su refugio siempre estará en los Sacramentos y especialmente en el Sacramento de la Reconciliación, en el que sus corazones, almas y espíritus podrán vaciarse al entrar en comunión con Cristo a través de una verdadera Confesión que purifique sus corazones, para que se purifique el planeta, y aquellas fuerzas del mal, que dominan el planeta y la consciencia humana de la Tierra, sean liberadas en este momento, y las puertas de la Luz se puedan seguir abriendo para que las almas las puedan cruzar y, así, formar parte del Reino de Dios.
En Garabandal, desde el año 1961, la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal vino a evitar esta situación que hoy está sucediendo; porque desde el momento que negaron Mi Palabra y Mi Presencia, colocaron un obstáculo para la Madre de Dios, que no fue un impedimento para hacer Mi tarea, sino fue el gran momento, más allá de lo que sucedió en este humilde lugar, para que cada uno de Mis hijos escuchara Mi silencio profundo, que a través del silencio de Mi Corazón se dieran cuenta que estaban lejos de Dios.
Por eso, lo que hay aquí en Garabandal, en su simplicidad pero en su belleza, se mantiene vivo a través de la luz de los corazones que vienen aquí a orar Conmigo y que guardan en su memoria todo lo que fue vivido en Garabandal, y que no solo se restringe a este lugar o a este pueblo, sino que el impulso que trajo Mi Corazón Universal abrió grandes puertas internas, angélicas y divinas, para que la asistencia llegara a la humanidad.
Aspiro a que algún día Garabandal pueda seguir floreciendo como el Santuario Mariano que él representa y a que más almas puedan recibir las Leyes de la Cura que su Madre Celeste dejó aquí depositadas con la amorosa y servicial asistencia de los ángeles.
Por eso, cuando vengan a Garabandal o cuando se unan a Garabandal a través de la oración del Corazón, a pesar de donde se encuentren, sepan que serán recibidos por los ángeles para que sus almas vivan la cura que tanto necesitan y la reconciliación que tanto esperan.
Hoy, llego aquí de una forma modesta. Hoy, llego aquí de una manera simple, humilde y cercana a Mis hijos, porque este es el tiempo de la emergencia.
Mi llegada al mundo, a través de diferentes Apariciones tiene una causa mayor, y Garabandal no puede ser una Aparición más en este planeta, porque la Jerarquía Divina y todo el universo no desperdician los impulsos del universo, especialmente aquellos que vienen directamente de la Fuente Divina.
¿Ahora, comprenden la amplitud de la tarea de Garabandal, que no terminó de concretarse ni de realizarse?
Será siempre a través de los corazones peregrinos, de las almas simples y humildes, que el Mensaje de Garabandal permanecerá vivo en los mundos internos, y esto concederá que la tarea de Garabandal se siga cumpliendo, que los Ángeles de la Madre de Dios y todas Sus Huestes Celestiales sigan interviniendo y ayudando a la humanidad, desde lo que Garabandal representa para el mundo entero.
Si alguien, en este momento o en este tiempo crucial, necesita tomar una decisión que podría cambiar su vida, que sienta la Luz de Garabandal.
Si alguien se encuentra con un obstáculo sin salida, con una enfermedad no resuelta, en una crisis extensa, árida y dolorosa, que sienta en su corazón la Luz de Garabandal.
Si alguien aún no consiguió reconocer dentro de sí la simplicidad de la vida, la humildad necesaria y el servicio incondicional, que sienta en su corazón la Luz de Garabandal.
Si alguien aún no ha comprendido el Mensaje de la Jerarquía Divina a través de los tiempos y su mente es un obstáculo o una prisión, que sienta en su corazón la Luz de Garabandal. Porque Garabandal, así como otros lugares santos que Yo he visitado, los llevará no solo hacia la paz, sino los llevará a cruzar el portal del perdón y de la reconciliación que el mundo necesita.
Si sus corazones se colocan ante Garabandal en penitencia, les aseguro, Mis hijos, que Garabandal obrará a través de ustedes y los Ángeles de Dios los ayudarán.
Que las Estrellas de la Virgen del Carmen iluminen sus caminos para que siempre encuentren dentro de sí la verdad, y así sus vidas sean la prolongación y la ampliación viva y realizada del Mensaje de Garabandal.
Sean valientes y sigan el camino del Llamado, por todos aquellos hijos Míos que no lo hacen ni lo viven, especialmente por los que niegan a la Madre de Dios.
Les dejo Mi bendición y los invito a ser precursores del Mensaje de Garabandal.
No saben cuánto les agradezco por este momento, por todos los que se unen a pesar de la distancia a este momento, porque esto permite que internamente Mi Corazón Inmaculado triunfe y guarde debajo de Su Manto a todas las almas posibles.
Que la Luz de Garabandal siempre brille en aquellos que creen en ella porque, amando lo desconocido, algún día serán bendecidos para recibir la revelación de Garabandal, que aún deberá cumplirse.
Vayan en Paz, en la Paz de Mi Hijo, para que el Mensaje de Garabandal se cumpla en ustedes y la reconciliación de las almas sea una realidad en la superficie, a fin de que la reconciliación, el arrepentimiento y la penitencia justifiquen los graves errores del mundo, especialmente aquellos que acontecen a través de las guerras, de los desplazados, de los oprimidos, de los ancianos, de los olvidados, de los miserables y de los descartados en el mundo entero.
Hoy, colmados por la bendición de la Señora de la Estrella del Carmen de Garabandal, les agradezco por responder a Mi llamado.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Soy la Madre del Mundo, Soy la Madre de las Montañas.
Y hoy están aquí, en este lugar, como parte de esta humanidad, representando a toda la raza, a todas las almas y consciencias que están en algún punto de esa subida de la montaña; momento en el cual la cuesta arriba se hace más difícil y dura para todos, porque este es un momento de inflexión, en donde un cambio no solo en la consciencia, sino también en lo material, se tiene que dar.
Pero mientras el mundo, es decir la raza humana, no haga silencio y vaya hacia dentro de sí, el Plan de Rescate no se cumplirá.
En el fin de este año, no solo vengo con toda la Gracia de Dios para volver a bendecirlos y para volver a estar con ustedes, sino vengo con un Mensaje de advertencia, pero también con un Mensaje de despertar. Este es el tiempo de cruzar el gran portal de la salvación y del rescate que la Jerarquía les está presentando.
Sabemos que no todos escuchan Nuestras Palabras, que no todos practican Nuestros Mensajes, que muy pocos son el ejemplo de una vida crística y fraterna sobre la superficie de la Tierra. Pero hoy, no vengo a indicarles sus errores, sus culpas o sus traumas; hoy, vengo a pedirles que sigan subiendo, cuesta arriba, esa montaña, porque en la cima estará su liberación.
Allí, encontrarán a Mi Hijo, el Resucitado, el Resplandeciente, el Verdadero Cristo que hasta ahora nadie ha conocido. En la cima de la montaña, reconocerán Su verdadera Faz y sabrán profundamente de donde Él viene y cuál fue la razón de haber sido creado.
Él usó una imagen para que todos lo pudieran comprender, pero en Su Corazón y, sobre todo, en Su Espíritu, en Su Divinidad estaba Dios. Era la forma de que el mundo pudiera comprender Su Mensaje de salvación y el anuncio de que el Reino de Dios vive y mora dentro de cada ser.
Ahora, todas las religiones también deben ser rescatadas y reerguidas, porque en estos tiempos de tribulación las consciencias pierden el sentido de su espiritualidad.
Yo los llamo a estar atentos, los llamo a estar vigilantes, los llamo a ser colaboradores de la paz y del bien en esta humanidad. Por más que puedan ser actos pequeños y hasta insignificantes, los invito y los llamo a seguir haciéndolos.
Todo el bien que pueda ser generado en esta raza humana, aliviará el caos de estos tiempos y permitirá que el Armagedón, la gran puerta del Apocalipsis, sea más pasajero para todos y no más doloroso como lo es hasta hoy.
De esa forma, los que se sirven de los más marginados, los que se aprovechan de los más pobres, retirando los bienes que Dios les envía para poder sobrevivir y rehacer sus vidas, los hacen vivir en una injusticia global. Por eso, la Jerarquía se une, en este momento, para trabajar también en aquellas situaciones muy materiales, aunque no lo parezca.
Pero el estado de la consciencia, del despertar y del discernimiento de cada ser, les proporcionará la sabiduría que necesitan para seguir adelante.
Yo vengo aquí, una vez más, como una Mensajera de Dios; porque, junto con ustedes, estoy subiendo esta dolorosa montaña que es la consciencia corrupta de la humanidad; es este calvario planetario que todos están atravesando, algunos con mayor contundencia y otros con mayor alivio; pero si se unen a Mi Espíritu Mariano, a Mi Espíritu de Amor y de Fraternidad, muchas más almas serán tocadas para que puedan despertar y tomar consciencia de que, hasta los días de hoy, estaban dormidas.
Yo vengo también como la Sierva de Mi Hijo, el Cristo. Vengo, en Su Nombre y a Su pedido, para decirles este Mensaje: no se dejen arrastrar, en este momento, por las adversidades del mundo, por todo lo que hacen los gobiernos, por el condicionamiento que las almas viven en este ciclo, a pesar de estar sumergidos y presionados por un sistema global, sigan adelante.
Que su fe los lleve a trascender todas estas situaciones.
Que su amor por el Plan de Dios los lleve a superar todas estas situaciones.
Y que sean capaces, en este momento, de amar como Mi Hijo los amó hasta la Cruz, en cada momento de Su martirio, de Su flagelación, de Su pesar y de Su dolor.
¿Quién se ofrecerá como un gran servidor del mundo, un gran servidor humilde y pacífico, para ayudar a Mi Hijo a transmutar y liberar internamente esta situación planetaria?
Por eso, les pido, Mis amados hijos, que no se queden en lo superficial; que no permanezcan en lo material; que sean libres de ustedes mismos, de los comentarios, de los juicios, de todo lo que ven, observan o contemplan de este mundo. No sean un peso más para el alma de este planeta. Alivien la consciencia de la naturaleza y de todos los Reinos Menores; porque así, la Justicia será más leve para todos.
De esa forma, el parto planetario se aproxima, la consciencia del planeta tiembla y se estremece, porque es el tiempo del despertar; pero también es el tiempo de la purificación de este mundo, de todos los males, adversidades y errores que fueron cometidos por esta raza y por todas las civilizaciones anteriores.
Por esa razón, la Gran Hermandad Celestial se encuentra aquí, en los planos invisibles y silenciosos, en donde reina la paz, la soberanía y la verdad, para guiar a todas las consciencias posibles, especialmente a las más dormidas e ignorantes.
Por eso, abriendo Mis brazos y extendiendo Mis Manos hacia ustedes, Yo les suplico, amados hijos, que sigan el camino de la verdad interior. No se dejen confundir e influenciar por las espiritualidades de estos tiempos, ustedes ya lo saben y ya han escuchado que existe una única Verdad, que es Mi Hijo. Él es el Camino, Él es la Verdad, Él es la Vida para cada uno de ustedes.
¿Qué es lo que más necesitan en este momento?
Sigan remando en este momento planetario, porque la barca de Mi Hijo debe llegar a un buen puerto. Esa barca está formada por todas las consciencias servidoras del mundo, independientemente de su religión o aun de su creencia.
Yo los necesito en otro nivel de consciencia. Los necesito en lo alto de la montaña, para poder vislumbrar y comprender la realidad del mundo, porque si están a los pies de la montaña, serán sumergidos por el mal.
Abran sus ojos y, sobre todo, abran su corazón, para poder sentir lo que Yo les digo, porque este es un tiempo de gran transición, un fin de año que culmina con muchas derrotas en la consciencia de este mundo, en la consciencia de la humanidad; pero la Fe, la Paz, el Amor, la Luz y la Misericordia de Dios no han dejado de descender sobre este mundo.
Si esos atributos hubieran dejado de descender al mundo por medio de las almas que verdaderamente oran y se comprometen Conmigo día a día, ¿qué hubiera sucedido, Mis amados hijos?
Piensen, por un momento, en todo lo que les digo. Que Mis Palabras no sean llevadas por el viento, como muchas veces fueron llevadas. Que Mis Palabras queden en el corazón de cada uno de ustedes y en el corazón de sus hermanos, porque en la Palabra de la Jerarquía, ustedes encuentran la fuerza para la superación, la fuerza para la transformación, para la trascendencia de estos tiempos.
No les venimos a pedir algo imposible e inalcanzable, les venimos a pedir lo que es real y lo que es posible, que es el cambio completo de sus vidas.
Han recibido muchas dádivas, han recibido muchos tesoros espirituales, han recibidos muchas Gracias y, hasta diría, muchas amnistías y expiaciones. Este es el tiempo de que los apóstoles de Mi Hijo, los compañeros y compañeras de Mi Hijo, estén definidos y vivan y cumplan lo que vinieron a hacer a este mundo.
Ya no son tiempos de teorías, son tiempos de que la Enseñanza esté en la práctica, en cada detalle, en cada paso que se da día a día.
Es así, que adquirirán una consciencia madura, de una forma rápida y sorprendente, porque Mi Hijo lo necesita, Mi Hijo necesita de las virtudes y de los talentos que Él les dejó, para que Él pueda retornar. Así permitirán, Mis amados hijos, que la Obra de Dios se fortalezca en este mundo, y que en lo pequeño y hasta en lo insignificante, se pueda transformar esta humanidad.
Yo vengo con un fin, vengo con un propósito, de que cada día puedan crecer más interiormente, de que en la disposición y donación de sus vidas exista la cura para este mundo; porque, como a muchos servidores a través de los tiempos, a alguien siempre le tocará dar su vida por el otro, dar la vida por el Plan de Dios.
Y es en eso que, en este fin de año, cada uno es llamado a pensar y a meditar, a reflexionar y a sentir en su corazón Mis Palabras que solo tienen la misión de elevarlos, de trascenderlos, de hacerlos cada vez más conscientes y despiertos delante de la realidad de este mundo cruel y difícil.
Sé que muchas veces habrán pensado que sus vidas y que sus caminos serían otros. No estoy hablando de que en sus vidas falte la felicidad o la alegría de servir, hasta de compartir en familia o en hermandad; les hablo de la postura interior, de la actitud que cada hijo Mío debe tener en este tiempo. Mientras eso no suceda, mientras eso no se cumpla, mientras eso no se realice, las Gracias permanecerán guardadas en el Cielo.
Ustedes deben seguir abriendo las puertas del universo, porque hay consciencias que están definidas a no querer cambiar y eso es algo que solo lo podrá resolver Mi Hijo cuando Él retorne.
Yo los impulso a ingresar, en este próximo año 2022, bajo el espíritu de la Sabiduría Divina que conduce, guía y concreta las Aspiraciones del Padre en los tres planos: espiritual, mental y material. Que esta importante red de almas, esta importante red de luz, de amor y de servicio, formada por ustedes, se expanda y alimente a todos los corazones posibles que esperan por una oportunidad.
Dejo Mi Luz y Mi Paz en este momento, bendiciendo así al mundo entero en este día, en este último día del año 2021; para que no solo los principios espirituales sean respetados por la humanidad, sean valorados y reconocidos, sino también los principios materiales, la dignidad humana, el bien común, la fraternidad y el amor al prójimo, el auxilio al necesitado sean la tónica que movilice a las consciencias; para que la gran deuda de este mundo sea aplacada por el servicio, el amor y la paz de los que se donan verdaderamente; y esto ayude a que también las religiones se donen más, y aun que los no creyentes también se donen para que se den cuenta de que todos son hijos de la Fuente.
Les agradezco por tener la valentía de escuchar Mis Palabras y detener la atención en cada una de Mis Palabras, en cada parte de Mi Mensaje.
Yo Soy la Madre del Mundo, la Madre de la Nueva Humanidad, la Reina de Aurora.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras el universo se abre frente a sus ojos, nunca pierdan la paz. Mi Paz siempre los confortará y les dará el entendimiento sobre estos tiempos.
Este universo se abre para que lo puedan conocer, para que se animen a profundizar en él y así puedan encontrar el sentido y la razón de existir esta Creación.
En esos universos existen varias realidades y hacia allí hoy los quiero llevar, porque el mundo debe elevar su consciencia. La humanidad debe trascender sus miedos y así encontrar la confianza en lo que existe, en lo desconocido.
Desde el universo hoy traigo Mi Mensaje para todos, porque aún la humanidad tiene que escuchar la Palabra de Dios, esta Palabra que viene a fortalecerlos y a darles nuevos valores para que sus almas estén en comunión con el universo y con la Vida Mayor.
Para llegar aquí he cruzado muchos planos de consciencia, eso siempre lo deben tener presente. Para que Yo pueda venir al mundo y hablarle a la humanidad, los universos se tienen que abrir, los portales se tienen que expresar y el gran camino de la Luz es construido para poder llegar a la Tierra y presentarme.
Después de todo lo que ha sucedido en agosto, como Madre y Guardiana de la Fe, vengo a hablarle a la humanidad nuevamente. Porque aún hay hijos Míos que no escuchan la Palabra de Dios, solo la oyen y eso no es suficiente.
En este tiempo de purificación, sus consciencias deben estar unidas a la vida universal. Así, las corrientes del universo los auxiliarán y les darán la fuerza interior que necesitan para poder superarse.
Todo lo que es material deberá ser purificado. Por eso, este es el tiempo, hijos Míos, que ustedes vivan esa trascendencia día a día.
Por eso, Yo traigo el universo para ustedes, para que primero lo puedan reconocer dentro de sí y después puedan expresarlo, aun estando en la vida material, aun viviendo en este planeta y dentro de esta humanidad.
Por eso, sus consciencias deben retornar al origen. No al origen de los errores, de las culpas, de las incomprensiones que tal vez vivieron una vez en el universo o dentro de este planeta escuela.
Deben retornar al origen de su verdad, al origen de su esencia. Allí nada podrá corromperse, porque si están en Dios, Dios estará en ustedes y se cumplirá Su Palabra.
Estos tiempos no solo son tiempos definitivos, tiempos de pruebas, tiempos de confirmación, son tiempos en los que el universo se reúne y se une, y así todas sus Jerarquías, para ayudar a la humanidad.
Los Comandos en el universo son muy amplios, los desafíos por la humanidad son muy grandes. Pero hay una sola razón y motivo que a todos los mantiene aquí, que es el amor por el Proyecto de Dios. Un Proyecto que decayó muchas veces y que se desvirtuó a lo largo de los tiempos.
Pero eso, hijos Míos, ahora no es importante. Lo importante es su despertar, y en su despertar estará la evolución de sus consciencias y esa evolución de sus consciencias solo se alcanzará a través del amor y de la entrega.
Mi Hijo les enseñó cómo hacerlo. Su Instrucción es vigente y atemporal. Sí o sí la humanidad debe caminar al encuentro del portal que los llevará a la Tierra de los Nuevos Cristos. Y esto, hijos Míos, no es una teoría, es una realidad, es una aspiración de Dios, es una meta.
Cuantos más desisten, menos posibilidades tienen de que todos puedan llegar hacia ese portal que el universo abre en la consciencia de la humanidad, y que algún día la llevará al encuentro de la Tierra de los Nuevos Cristos.
El Amor de Mi Hijo les hará conocer ese camino, les hará comprender esa meta y esa aspiración de Dios.
Después del 8 de agosto, el Padre Eterno no ha desistido y no desistirá, aunque la mayoría de Sus hijos tengan su consciencia ocupada en una realidad inferior e indiferente.
Las pruebas vienen a enseñarles a todos ustedes, hijos Míos, que es tiempo de cambiar algo, que no solo puede quedar en la mente como una información o parte de la memoria, que deben practicarlo y aplicarlo en la vida de este tiempo.
Por eso, el universo se moviliza y trabaja incansablemente. Sus corrientes cósmicas, sus espejos de luz, sus Jerarquías, sus puertas universales, mentales y divinas, todo se entrelaza y se interrelaciona a través de los Rayos para ayudar a la humanidad.
Hijos Míos, hay una parte que la Jerarquía no puede hacer por ustedes, y es a ustedes a quienes les corresponde hacer esa parte.
Su fe en este tiempo deberá ser fortalecida al igual que su confianza en el Plan de Dios, son tiempos de situaciones increíbles, nunca antes vistas.
Pero ustedes no pueden quedarse allí, en lo superficial, deben aspirar a lo inmaterial aunque no lo conozcan, aunque no lo entiendan, aunque no lo vivan.
De allí vendrá la ayuda de la Fuente, así como la Fuente Inmaterial ayuda a todo el universo, al resto de la Creación. Ustedes están en un tiempo que ninguna otra humanidad vivió.
¿Ahora comprenden la importancia de este momento?
Sus vidas deben ser el propio mensaje cumplido, la Palabra de Mi Hijo manifestada a través de la redención y de la entrega a Dios.
Eso justificará, en este momento, todos los errores que comete el mundo y que lleva adelante la humanidad, aun dentro de una pandemia.
No dejen que la Ley de la Misericordia se aparte, llamen por la Misericordia de Dios y confíen.
Llego al mundo para poder profundizar en el despertar, sabiendo que el universo está allí a la espera de los que se autoconvocaron y de los que retrocedieron en el camino de Mi Hijo.
El compromiso de cada ser no se disuelve, por más que se cambie de vida, por más que se aparten del camino, porque es un compromiso esencial, es algo que ustedes traen dentro de sí mismos, en la esencia, aportado por la Fuente Inmaterial.
¿Ahora comprenden el sentido de esa responsabilidad?
Estar con Mi Hijo no es un momento pasajero ni emotivo, Nuestras Palabras deben cumplirse en ustedes, porque Dios las dona por amor y sabiduría.
Eso hará recrear la Creación, y sus vidas siempre deberán vivir una metamorfosis, un cambio constante, una transformación permanente, porque es allí donde Cristo obra y lleva adelante Su Plan.
No les pedimos lo imposible, sino lo que es posible, lo que proviene del corazón y renueva la vida.
En nombre de todas las Jerarquías del Plan Divino y Universal, los santifico y los bendigo en este momento para que, saliendo cada día más de sí mismos, alcancen la realidad suprema, aun viviendo la vida material.
No es imposible, solo es aspirar y querer, la Vida Mayor allí estará, llamando a las puertas de sus consciencias, llevándolos al despertar y a comprender, más allá de todo, el Plan.
Que su fe sea renovada, que el compromiso sea recordado por todos, que las Virtudes y los Dones de Dios se cumplan en la superficie de la Tierra para que nazca la Nueva Humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Madre de Dios hoy penetra con Su Luz al planeta y ayuda, en este día especial, en el despertar de la humanidad, de los corazones que están dormidos y que deben reconocer en este tiempo su compromiso con Dios.
Hoy es un día especial, a pesar de los acontecimientos y de los fenómenos climáticos; a pesar de la purificación del planeta, de la purificación de los Reinos de la Naturaleza y de la transición que viven muchos, pero muchos, corazones en este tiempo.
Es un día especial porque es el día de los últimos santos, de los que, en espíritu de abnegación y de entrega, de renuncia y de sacrificio por su Madre Celeste y Su Hijo Amado, ofrecen sus vidas para que por medio del dolor silencioso y del recogimiento interior las almas se puedan liberar en diferentes partes del mundo, en diferentes continentes; a fin de que salgan del sueño profundo y de la inercia; de la somnolencia espiritual y de la ceguera, que no les permite ver la luz y que solo por este acto de amor y de entrega, despertarán algún día y sentirán en su interior el llamado, como ustedes también lo sintieron en algún momento.
Sentirán la necesidad de servir y de salir de sí mismos, como ustedes lo hicieron en algún momento; aunque todavía lo estén aprendiendo por medio de la transformación, de la persistencia y de la fe.
Hoy es un día especial para su Madre Celeste, porque muchas más vidas reciben en el espíritu, una Gracia extraordinaria que no es palpable a los ojos de los hombres, al sentimiento de los humanos o a la visión de los que son concretos; sino que es profundamente interno, diría inmaterial; que desciende desde lo Alto hacia este mundo, hacia el universo interior de cada ser y que trae lo nuevo, lo que es renovador, lo que abre a la consciencia para lo desconocido, para lo que es imperceptible y mora en el Corazón de Dios.
Los ángeles del Universo ayudan en este impulso de este día trayendo entre sus manos los Tesoros del Padre, esferas preciosas de luz llenas de muchos códigos, que son sembradas en los que duermen y en los que estarán por despertar para estos próximos tiempos.
Es de esa forma, hijos, que les demuestro que la tarea es más profunda de lo que parece y de que cada encuentro Conmigo es un momento de ampliar, aún más, el Plan de Dios en la humanidad y de que los frutos divinos y espirituales estén disponibles para las almas que más lo necesitan y que aún no han reconocido su misión en esta humanidad.
Esas Gracias del Cielo y de este día, hoy llegan para los que conocen y para los que desconocen.
Porque en el universo espiritual de cada ser es posible realizarlo todo; porque allí fluyen las Leyes, se manifiestan los Principios y se muestran los diferentes Rayos del Universo que promueven en las almas el despertar de la consciencia y la derrota de la ilusión humana, para que los nuevos apóstoles nazcan, para que los nuevos apóstoles participen de la última Cena Redentora de Cristo en el momento de Su segunda llegada al mundo.
Todo lo que se vive en este tiempo es una preparación, hijos Míos.
Cada momento ofrecido por ustedes es una Gracia. Cada paso dado es una nueva oportunidad que se presenta para almas tan semejantes a las suyas.
Es así que una gran red de luz se teje y trae para el mundo un rescate mayor, aunque la mayoría de la humanidad no responda como Dios lo necesita; pero todo es posible por los que se ofrecen y porque su Madre Celeste está aquí, trayéndoles lo nuevo desde la humildad de Su Corazón Inmaculado.
Eso abre puertas para nuevos acontecimientos; eso trae para los corazones una clara verdad de saber que aún hay mucho por hacer y que el mundo espera por ayuda de más corazones y de más servidores especialmente proyectados en la juventud, que son los que ayudarán a sostener el mundo, aunque no lo parezca. Porque han venido así, en este tiempo, para poder llevar el Plan adelante con el impulso de las Jerarquías de la Luz, con la compañía de los Sagrados Corazones.
Hijos, aún todo se puede renovar y muchos más pueden seguir el camino de la santidad, aunque no lo hayan pensado para sus vidas. La santidad es una entrega por algo mayor, es un servicio por algo desconocido y que no es palpable. La santidad es decir "sí" a cada momento y ante cualquier circunstancia. La santidad es amar al otro como es y es no tener preferencias por nada, sin esperar resultado alguno y sin expectativas.
Esa es la santidad que vive Dios y Sus Mensajeros Celestiales, y es la santidad que el Padre espera poder ver en Sus hijos de este planeta.
Por eso, de tiempo en tiempo y de siglo en siglo, han existido santos; almas que han encarnado en la humanidad para un servicio mayor, aunque no tuvieran total consciencia de eso. Porque todo es parte de un Propósito mayor, de una idea pensada por el Padre para la evolución de Sus hijos en los grados del amor y del servicio.
Eso ayuda a sostener a la humanidad perdida, a las vidas que están ciegas en su camino espiritual y a todos los que están caídos y necesitarán levantarse de los abismos para conseguir ver la luz en el gran horizonte del Cristo.
Hijos, hoy estaré así con ustedes, porque así el Padre lo desea, para que, en esta escuela que Yo los invito a vivir diariamente y por medio de esta Obra, aprendan en la simplicidad a reconocer la Suprema Voluntad y a no forzar el cambio de los acontecimientos, y de aprender a leer en todo lo que sucede a su alrededor y en el día a día, a fin de estar en sintonía con lo Alto para poder comprenderlo todo y así llevar el Plan adelante.
Por eso hoy es un día especial, no solo por la encarnación de su madre espiritual en la Tierra, sino por todo lo que eso significa en los planos internos y en la Consciencia Suprema; porque de la misma forma, hijos, cada uno de ustedes es importante para Mí y sobre todo, para Dios.
Un destino está escrito en sus vidas. Un propósito aún está por manifestarse y expresarse sobre la superficie de este planeta y para la renovación de los tiempos.
Sigan caminando junto a Mí, por medio de ese ardor de amor en el corazón por la Obra de los Mensajeros Divinos, que es la Obra de Dios viva e intacta en el Universo.
Los animo a la profundización del apostolado por medio de la próxima misión en Europa y África que esta vez, como en otros momentos, podrá ser acompañada por todos en cada momento de oración por las naciones del mundo; en cada momento de recogimiento y de introspección, para poder acompañar la Voluntad de Dios, mediante cada parte del Propósito que se va cumpliendo con la ayuda de Mis hijos y en la compañía de sus oraciones.
Fueron llamados, después de treinta años de instrucción, como familia espiritual y como pueblo de este planeta, a seguir los mismos pasos que siguió Moisés con el antiguo pueblo del desierto; pero esta vez con más compromisos y con más consciencia, sabiendo que todo lo que ofrezcan será un tesoro para Dios, preciosamente considerado por Su Divino Espíritu y por Su preciosa Fuente.
Sus vidas, como tantas otras vidas que están consagradas en este mundo, han venido a testimoniar que es posible vivir el Plan de Dios y de hacerlo parte de sí todos los días.
Con esta Luz y este Amor que brotan de Mi Corazón, Yo los bendigo y los impulso a seguir lo nuevo, por medio de la historia que Cristo está escribiendo en los corazones que ya despertaron y en los corazones que despertarán.
Hoy dejo sobre el Corazón de la madre vuestra, Mi Rosa de Luz, para que ese Amor que proviene de Mí y directamente de la Fuente, llegue a los que más lo necesitan, bajo el Espíritu de la maternidad y de la aceptación de todas las cosas.
Que ese Espíritu de Amor llegue a todas las madres de la Tierra y a las madres, especialmente, que han quitado a sus hijos de sus vientres por temor a fracasar.
Que todas las vidas sean reconstruidas y que las vidas que no nacieron sean contempladas, para que lleguen algún día al Cielo y vuelvan, así, a comenzar en una nueva trayectoria universal.
Les agradezco por responder a este llamado especial y por acompañar los pasos de los Mensajeros Divinos por las tierras de Europa y de Medio Oriente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Soy el Ave que sobrevuela todos los espacios y observa a cada uno de los corazones del mundo.
Yo Soy el Espíritu de Dios que llega a sus vidas para transformarlas por completo.
Yo Soy la Reina de la Paz, la que les trae la paz a las almas, a los corazones, a aquellos a los que les falta paz.
Hijos Míos, Yo Soy la Madre de cada una de sus esencias. De Mi Vientre Sagrado provienen todas las criaturas.
Yo Soy la Sierva de Dios, porque de Él proviene Mi Consciencia.
Fui creada para concebir, para servir al Creador de todos los universos, para ser Su Espíritu Materno, aquel que acoge a Sus Criaturas y las conduce al cumplimiento de Su Plan Mayor.
Hijos Míos, Yo Soy la Cura para sus almas, para sus espíritus, y también para las células de sus cuerpos.
Yo Soy la Cura para este planeta, porque a través de Mi Corazón encontrarán el camino hacia el verdadero despertar, que apartará de sus vidas todas las enfermedades que este mundo les causó.
En esta noche, les hablo de las enfermedades del cuerpo, pero también de las enfermedades del espíritu que alejan a las almas de Dios y las prenden a las ilusiones de este mundo.
Por eso, Mi queridos, convoqué a cada una de sus almas para que llegara hasta aquí, y en esta sagrada hora recibo en Mis Brazos todas sus súplicas, que representan las súplicas de la humanidad, para que no existan más en este mundo, entre las criaturas de Dios, estas enfermedades que no les permiten llegar al Universo Celestial, que no les permiten abrir las puertas a través del amor del corazón para que un nuevo tiempo ingrese en este mundo.
Hijos Míos, muchas Palabras Mías son incomprensibles para los seres de esta Tierra, porque no se abrieron a descubrir una vida que existe más allá de este mundo y que Yo vengo a revelarles, como su Madre y Señora, porque a través de Mí encontrarán un camino seguro.
En Mi Corazón, hijos Míos, encontrarán el camino para llegar al Corazón de Cristo y allí, en el Corazón de Mi Hijo, todas las Verdades serán encontradas.
Quiero que confíen en Mi Presencia, no solamente en este día, sino en todos los días de sus vidas; porque Yo los observo día y noche y aguardo un pequeño instante en el que sus corazones se abren para que Mi Luz pueda ingresar a este mundo y, a través de un solo corazón que se abre, pueda llegar a todas las almas, sin importar donde estén.
Quiero que descubran en Mi Presencia un camino seguro, un camino que no encontraron en otros tiempos de sus vidas.
En Mi Corazón, hijos Míos, no habrá decepción, no habrá abandono ni desconfianza. Por eso, vengan a Mis Brazos, estos que hoy se abren ante ustedes y los invitan a retornar al Origen Celestial.
Hoy, Mi Corazón se enciende por la alegría que siento en esta noche, porque muchos de Mis hijos en el mundo están respondiendo a Mi llamado; pero aún necesito llegar a muchas almas que viven en la oscuridad y que desconocen la Verdad y el Paraíso, que es una realidad en el universo, realidad a la que todas las consciencias deben ingresar en algún tiempo.
Así como hace dos mil años Mi Hijo les mostró el Camino, la Verdad y la Vida a través de la entrega y del sacrificio, a través del Amor a todas las criaturas; hoy, hijos Míos, Yo vengo antes que Mi Hijo para que las almas que no respondieron a Su Llamado en aquel tiempo, no pierdan otra oportunidad. Mi Hijo retornará, llegará al mundo en busca de aquellos que se perdieron en el camino.
Y Mi Inmaculado Corazón, en este momento, viene a decirles que a través de la oración podrán fortalecer sus corazones, despertar sus consciencias, aliviar la desesperación de este mundo y podrán reconocer en un futuro quién será el verdadero Cristo, porque aquel que ora, hijos Míos, no será engañado por el enemigo, que muchas veces intentará engañar a las almas del mundo, aun a través de las cosas espirituales.
Por eso, les digo que Mi Corazón será un camino seguro porque podrán sentir en sus esencias la verdad de Mi Presencia y, frente a frente con Mi Hijo, jamás dudarán que Él es el que cumple con Su promesa, esta que después de dos mil años se cumplirá.
En esta noche, quiero llegar lo mas cerca posible de Mis hijos que el Corazón del Padre Celestial Me permita, para así agradecerles por haber respondido a Mi llamado.
En esta noche, quiero revelarles la grandiosa importancia de haberme permitido llegar a esta ciudad, que representa para el mundo la redención de todos los Reinos de la Naturaleza.
Hijos Míos, si pudieran ver a través de Mis Ojos y sentir con Mi Corazón el gran dolor que sienten los Reinos en este mundo, alabarían a Dios eternamente por la liberación que Él le concedió realizar a Su Sierva, en este mundo, a través de la intercesión de Sus Hijos.
Hoy, Mi Corazón tiene un gran motivo para estar alegre, porque muchos más responden a Mi llamado y reciben Mi Manto sobre sus cuerpos como símbolo de protección, como testigos vivos de Mi Presencia y de Mi Amor por la humanidad.
Hoy, quiero consagrar a estos pequeños hijos que aceptaron responder a Mi llamado. Algunos sin saber porqué, pero que aceptaron y hoy vinieron ante Mi Presencia para que Yo pudiera bendecirlos y agradecerles eternamente por los méritos que generaron en el universo para la redención de este mundo y de todas las almas que viven sobre la Tierra. Un día, hijos Míos, comprenderán lo que viven hoy y que es tan desconocido para sus almas y para sus mentes.
Yo los consagro y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y animo a todos los que Me escuchan a responder a Mi llamado con el corazón, a consagrar sus vidas, sus hogares, a la oración verdadera para que todo el mal pueda ser liberado de este mundo y todas las almas, como también todos los Reinos de la Naturaleza, alcancen finalmente la redención.
En esta noche, también les agradezco a todos aquellos hijos Míos que responden a Mi llamado en otras partes de este mundo, que fueron al servicio de las almas que estaban enfermas de cuerpo y de corazón y que necesitaban de Mi aliento y del aliento de Mi Hijo para que una nueva puerta se abriera en este mundo.
Les agradezco, hijos Míos, por responder a Mi llamado. Vayan en paz y lleven la paz al mundo.
Hermana Lucía de Jesús:
A pedido de la Madre Divina, vamos a escuchar una canción que se llama "Faces de la Madre Divina".
Relato de la Aparición:
Hoy, nuestra Madre Divina se aproximó como la Reina de la Paz.
Durante la oración, las montañas y los cerros a nuestro alrededor comenzaron a encenderse en varios colores diferentes, y era como si los Reinos alabaran a nuestra Madre Divina. Mientras Ella se aproximaba a la Tierra, los portales de Luz comenzaron a abrirse hasta que apareció por encima de los hermanos aquí presentes.
En un momento, Ella comenzó a descender un poco más y Sus Pies casi tocaron la cabeza de estos hermanos que están aquí, en el frente. Era tan fuerte lo que irradiaba, que Ella tornaba nuestros seres transparentes y era como si pudiera ver todo en cada uno de nosotros y nos transmitía un Amor profundo que sentía por cada uno.
Ella agradeció mucho la posibilidad de estar hoy aquí; de estar, en verdad, en estos dos días, porque realizó una liberación importante de los Reinos de la Naturaleza que repercutía no solo en este lugar, sino también en el mundo entero, como Ella nos explicaba.
Para finalizar este trabajo, queremos agradecer mucho la presencia de todos, y los invitamos a seguir acompañando a nuestra Madre Divina a través de la oración, de la reconciliación con sus familias, del perdón, del amor, que son las llaves que Ella nos entregó hoy, a través de las que está presente en nuestras vidas. Muchas gracias a todos.
¡Somos gratos, Madre, por cuánto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más