Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LOS ALPES, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 109.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el silencio, intento que puedan escuchar a Dios. La falta de silencio en el mundo provoca ausencia de paz y al faltar paz en este mundo, no hay armonía.

Por eso, este es el gran momento de que las almas se vuelvan hacia su silencio interior; porque hasta el presente, Dios espera poder hablarles a Sus Hijos, a Sus Criaturas, para que escuchen Su Llamado y Su Voz, para que las almas sean conducidas hacia el Propósito y, formando parte de ese Propósito Espiritual y Divino, los corazones aprendan en el día a día a expresar Su Divina Voluntad.

Es la falta de silencio en el mundo la que provoca el caos y la guerra; es la que provoca no poder escuchar, no poder sentir ni poder reconocer todo lo que le sucede al prójimo.

Por eso, el mundo y la humanidad están confundidos, perdidos y perturbados, porque la falta de paz desorienta a las consciencias de la superficie y las aleja lentamente del Propósito de Dios.

Pero en este día, una vez más, a través de las puertas a Mi Divina e Insondable Misericordia, por medio de la Llaga de Mi Costado, Yo vengo a concederle a las almas la oportunidad de reintegrarse al camino evolutivo, para que no solo aprendan a escuchar a Dios en el silencio del corazón, sino que también sean impulsadas a llevar adelante la preparación de Mi Retorno al mundo. Y aunque esto está por suceder en la humanidad, aún en la superficie sucederán cosas muy difíciles.

A través del Verbo Divino de Mi Palabra, a través de Mi Nuevo Evangelio que nace de lo más profundo de Mi Corazón, Yo vengo a preparar a las almas para ese momento.

Mientras tanto, Yo les pido que se sostengan en Mí, porque en Mí podrán seguir adelante a pesar de los tiempos de tribulación y de oscuridad; a pesar de que vean a estas naciones oponerse unas a otras; a pesar de que un pueblo se levante contra otro pueblo; a pesar de que la indiferencia, para muchos, sea la tónica de esta época.

Compañeros, Yo los invito a levantarse y a comenzar cada día como si fuera la primera vez; sabiendo que en sus corazones debe brotar la ardiente aspiración de cumplir Mi Propósito a pesar de lo que suceda, a pesar de lo que se manifieste, a pesar de lo que se lleve adelante en este mundo.

No busquen la solución en lo que es material y concreto. Busquen la respuesta en sus mundos internos y en lo que es espiritual; porque quien busque una respuesta en el plano material nunca la encontrará, ya que toda esta superficie necesita redimirse y rehabilitarse, desde el ser humano hasta los Reinos de la Naturaleza.

Toda la Creación espera por el gran momento de la redención del planeta. Todas las consciencias evolutivas del universo aguardan por el despertar del ser humano, para que tome consciencia, de una vez y para siempre, de todo lo que le ha hecho a este mundo, de todo lo que ha dañado a esta Creación.

Pero de los corazones valientes y anónimos surgirá ese poder espiritual a través del amor, de la adhesión y de la unidad de las almas, que permitirá convertir a los pecadores más empedernidos, que ya se condenaron al fuego del infierno.

No existiría otra razón de tener presente en esta Creación a Mi Divina Misericordia, si no fuera por las almas que están perdidas y condenadas.

Mi Divina e Insondable Misericordia viene a traerles la expiación a todos. Viene a sustituir la Justicia a través de la presencia de la Gracia y de la Compasión.

Por eso, cuando vean todo lo que sucederá en este mundo, como hoy sucede, fortalezcan dentro de ustedes la aspiración de estar en Mí y de servirme, para que Yo pueda tener instrumentos en la superficie de la Tierra, de los que Yo Me pueda servir y obrar en estos tiempos tan definitivos del planeta, en los que se vivirán situaciones desconocidas e increíbles; en los que su fe, la fe de cada uno de mis discípulos, deberá tener el primer lugar en la vida de todos, a pesar de lo que suceda, así como les dije.

Porque será esa ciencia de la fe la que los ayudará a amar la cruz planetaria, también los ayudará a cargar con su propia cruz y, por medio de la fe, aprenderán a trascenderse un poco más todos los días.

Imaginen, tan solo por un momento, qué hubiera sido de Mí si no hubiera tenido fe para entregarme en sacrificio a través de la Última Cena, para que Me condenaran, Me humillaran, Me flagelaran y luego Me crucificarán, como si fuera menos que un cordero.

¡Qué hubiera sido sin la presencia de la fe!

El Dios Vivo se hizo pequeño y humilde en un perdido lugar de Belén. El Dios Vivo espera, en este momento y en este tiempo, en vísperas de la Natividad del Señor, poder volver a nacer en los corazones que lo aguardan, y así poder cambiar esta situación planetaria a través de todos los que profesan su fe y su confianza en Cristo, a través de todos los que aman la ciencia de los Sacramentos.

Es de esta forma que, una vez más, el Señor de la Noche, el Señor de las Montañas, el Hijo Primogénito, el Cristo Redentor, viene a ungirlos a través de Su Espíritu para que se animen a cruzar los umbrales del fin de los tiempos y para que nunca pierdan de vista el Divino Propósito, la llama flamante de la Paz y de la Voluntad del Padre para todas Sus Criaturas en esta Creación.

Por eso, ni su Maestro y Señor ni otra Jerarquía levantarán Su espada a pesar de que la batalla sea dura y difícil. En los planos espirituales de la consciencia, Yo llamo a todas las Jerarquías, así como los llamo a ustedes, Mis compañeros, a expresar el Amor Crístico que supera los errores, que disuelve las indiferencias, que trasciende los pecados, que libera el sufrimiento y que abre las puertas hacia la esperanza y la paz.

A esos atributos, como a esos espacios de la consciencia, el mal no los conoce; y cuantos más vivan esos atributos y sean fuentes de esas experiencias crísticas, el mal no podrá sostenerse más tiempo porque se disolverá a sí mismo al reinar la Luz, el Amor y la Unidad.

Yo los invito a abandonar la ira. Yo los invito a dejar atrás la disconformidad planetaria. Es tiempo de que vivan lo que Yo les enseñé con tanto Amor; porque el Padre solo espera que Sus Hijos sean los Cristos del Nuevo Tiempo.

En este segundo día de encuentro Conmigo, Yo vengo a hacerlos pensar en todas estas cosas porque, como les dije, ya no queda tiempo y Mis Instrucciones no pueden pasar desapercibidas.

Mis Instrucciones deben ser vividas en plenitud y en consciencia para que algún día, siendo seres despiertos, adheridos y disponibles, sean parte de Mi Reino Celestial en la Tierra; sean el preámbulo del surgimiento de la Nueva Humanidad, libre del pecado, del sufrimiento, del dolor, siendo portadores de la paz.

 

Adonai,
Tú que miras con Ojos de angustia a este mundo,
así como confiaste en Tu Hijo,
confía en aquellos que siguen Mis Pasos en la fe.
Vacía los corazones, para que Tú puedas entrar en ellos
y todos Tus Hijos puedan comulgar de Ti,
así como Tu Hijo comulgó de Ti
en el momento más culminante del Huerto Getsemaní.
Ayuda a Tus Criaturas a atravesar el fin de estos tiempos,
a amar cada día más lo desconocido,
para que todos encuentren la sagrada promesa
de pertenecer a Tu Reino.
Amén.


Sigamos orando por el descenso de la Divina e Insondable Misericordia en el mundo entero.

Que estos impulsos que Yo les entrego, sean el motivo de cumplir el Sagrado Plan a través de la entrega de sus vidas y esencias, a través de su adhesión al Divino Propósito.

Que Mi Paz esté en ustedes y en este lugar.

Que Mi Paz se infunda en este mundo. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.    

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

A veces, no puedo contarles toda la verdad a Mis compañeros porque no la podrían soportar.

Por eso hoy, con Mis Pies descalzos, toco este suelo sagrado para volver a bendecirlo, protegerlo y resguardarlo por medio de Mi Sagrado Corazón.

El tiempo del Universo se detiene, porque su humilde Pastor ha ingresado en la órbita de este planeta, y a través de este portal de paz, para auxiliar al mundo.

La humanidad aún no conoce el verdadero escenario del fin de los tiempos.

Todo lo que ven por televisión es una pequeña ilustración de la verdad, porque aún existen secretos peores, que se mantienen ocultos bajo llaves de puertas inciertas.

Yo vengo a colocar Mi Luz en esa realidad.

Yo vengo a traerles consciencia a Mis compañeros para que, en los momentos más críticos que se avecinan, no estén durmiendo como durmieron Mis apóstoles en el Getsemaní, y cayeron en tentación.

Los invito a estar despiertos más allá de su despertar.

No solo hablo de salir del sueño, hablo de un despertar espiritual, de una vigilancia extrema ante los acontecimientos que los rodean todos los días y que solo saben de ellos el uno por ciento.

Hoy, a Mis Pies, traigo la realidad planetaria y espero que los que se han consagrado a Mi Corazón pronunciando votos de vida, los cumplan.

No vengo a juzgar sus dificultades, ni tampoco sus imperfecciones.

Yo quiero que Me den lo que pueden darme, porque a través de lo que Me den, podré socorrer al mundo.

Los brazos, las manos y los pies con los que cuento no Me bastan para realizar esta Obra de servicio mundial.

Necesito que sus talentos estén disponibles para Mí, porque mientras sus talentos no están disponibles, millones de almas desesperan, y muchas son víctimas de la muerte, de la injusta muerte.

Los sellos del Apocalipsis ya se están abriendo. Cuando el séptimo se abra, todo, todo se desatará. No habrá quien pueda escapar de esto.

No vengo a traerles terror, sino consciencia.

Aspiro a que puedan salir de sí, todos los días. Que no den trabajo a sus hermanos de camino. Que cumplan, en estos tiempos, con el don que vinieron a ofrendarme.

No pierdan tiempo en cosas superficiales. Ustedes fueron llamados por Mí, ustedes acogieron Mi Convocatoria a lo largo de los tiempos.

Yo sé que esta extrema entrega no es para todos, pero no vengo a pedir lo imposible.

Necesito que Me acompañen con madurez en estos tiempos.

Dejen de ser niños y, a partir de ahora, sean Mis apóstoles, Mis guerreros de la paz, servidores incondicionales de Mi Corazón.

Porque las agujas del reloj siguen corriendo y los acontecimientos se precipitan, uno encima del otro.

¿Quién detendrá esta corriente de maldad en el mundo?

Necesito que Mis cimientos estén listos para que Yo pueda retornar. Y eso será a través de sus corazones y entregas. Mientras eso no suceda, no tengo permiso ni autoridad para volver.

No les estoy haciendo un reclamo. No estoy desmereciendo sus esfuerzos, ni tampoco sus sacrificios, que son visibles a Mi Corazón Misericordioso.

Necesito que estén en madurez y lealtad. Ustedes saben, compañeros, que eso no está sucediendo.

Mientras tanto, Mi Corazón es flagelado por el mundo, al ver tantas víctimas en el abismo de la muerte.

¿Quién las rescatará? ¿Quién dará la vida por ellas? Y no solo hablo de la humanidad, sino también de todo lo que es invisible a sus ojos.

Hoy vengo a declarar Mi preocupación por la humanidad.

Tengo el poder de detener todo lo que sucede, pero muchos escogen el camino del sufrimiento. Y Mi Corazón está tan lleno de Misericordia, como un cáliz que desborda y que aún no es bebido por nadie.

Siento, en Mí, las llagas del planeta.

Escucho, a través de Mis Oídos, el llanto de las víctimas en el desierto, en el desierto de esta transición planetaria.

Necesito que se unan definitivamente, de verdad. Porque en verdad les digo, compañeros, ya no lo aparentan. No es bueno para ustedes ni para Mi Obra en el mundo.

He venido a llamar corazones sin experiencia, vidas en redención, corazones en transformación.

San José es el camino para alcanzar las metas.

Él se ha ofrendado a Mí, en extremo sacrificio, por aquellos que sí perseverarán y que sí seguirán Sus enseñanzas, paso a paso.

Porque Él es el ejemplo de una posible y verdadera humanidad, de una Nueva Humanidad, portadora de una nueva consciencia.

Mientras tanto, San José hace lo imposible para que Mi Proyecto se cumpla en la humanidad.

Los Mensajeros Divinos hacemos lo inalcanzable, por intermedio de todas las criaturas, para cumplir con lo imposible.

Hoy vengo a hablarles desde el Principio de la adultez espiritual porque, a partir del último 8 de agosto, todo ha cambiado, mucho más de lo que parece y de todo lo que conocen.

Deberé colocar a Mis servidores en lugares de conflicto.

Deberé llegar, por medio de sus vidas, a los lugares de mayor caos, con el fin de que atraviesen todas las dificultades, sin perder el empeño ni la esperanza, para que Yo pueda colocar Mi Espada en el monte más alto de este planeta.

En ese momento, todo caerá, y será el fin de la corrupción humana.

La Tierra se abrirá como una madre que está a punto de dar a luz.

Todo se purificará y nadie podrá detenerlo, porque llegará la hora de la gran Redención.

Y como en una noche de estrellas, vendré en silencio, aunque muchos estén agonizando, sufriendo las consecuencias de estos tiempos y de todos los que los gobiernan.

Traeré en Mis Espaldas la Cruz de la Salvación y ya no cargaré con la deuda de la humanidad, sino que traeré la Cruz luminosa de Emmanuel para iluminar al mundo, en los cuatro puntos del planeta.

Muchas naciones estarán unas contra las otras. Pero no se desesperen, el aparente cautiverio terminará, y todos podrán verlo conscientemente, hasta que se ponga fin a la autodestrucción de la humanidad.

Vengo a traerles un mensaje de Sabiduría, vengo a irradiarles Mi Discernimiento.

Ahora, es hora de crecer, no solo interiormente, sino también exteriormente.

Cada uno sabe lo que debe madurar, que cada uno asuma su lugar en esta transición, porque ya no hay tiempo.

Recordarán este mensaje cuando todo suceda y sus almas deberán servirse de la energía de Mi Luz, para estar por encima de todos los acontecimientos, sin indiferencia.

Porque así Me podrán acompañar, y podré apoyar Mi Cuerpo cansado sobre ustedes, recostar Mi Cabeza sobre sus hombros para que, al igual que Juan, alivien a su Señor.

Alivien a su Señor. Alivien a su Señor. Es lo único que les pido, y podrán estar en Mi Paz.

Alivien a sus hermanos, alivien a los que los guían, y estarán en Mi Paz.

Alivien al Padre Eterno y estarán en Su Plan de Amor.

No den trabajo en donde no existe. No creen complicaciones en donde no las hay.

Sean inteligentes, mucho más que Mi enemigo, y cruzarán los puentes hacia Mi Reino; así no demorarán sus pasos, no demorarán Mi Plan.

Hoy Me confieso, como un hijo se confiesa con su padre.

Hoy Me dirijo como un maestro se dirige a sus discípulos y también él muestra sus preocupaciones. Pero no la preocupación como ustedes la comprenden en esta vida terrena. Yo la llamaría de “impotencia celestial”, como la que diariamente viven algunos de sus compañeros.

¿Ahora comprenden el compromiso de los que se han consagrado a Mí?

Yo no vengo a entregar alianzas para que sean tiradas a la tierra u ocultadas por el polvo.

Vengo a reconocer lo que hay en ustedes interiormente. Y no tengo dudas porque, a pesar de haber sido hombre y de haber estado encarnado en este mundo, en Mi Reino ya no existen dudas; eso es del enemigo que confunde a los corazones y los desvía de Mi camino de Redención.

Los invito nuevamente a ser inteligentes y, como un ejército de Luz, cerrar las puertas para que aquel que es Mi rival, no pueda entrar por ninguna brecha.

Mi Manto de Luz siempre estará sobre ustedes, y si un día él no lo está, observen si no lo han sacado de sus cabezas o si se han apartado de Mí, al punto de que Yo no los pueda alcanzar.

Las naciones del mundo necesitan de mucha Misericordia.

Vengo a reforzar las oraciones por América Latina, como también por el mundo entero. El nuevo Edén no debe ser disipado de las mentes de los que tienen fe en él. La esperanza es la base para ese nuevo Edén.

Quisiera que todos Mis seguidores, a partir del día de mañana, reciban por escrito este mensaje, y todos los que lo pidan, lo recibirán. Tienen Mi Permiso para eso. Este mensaje debe llegar a todo el mundo y en todas las lenguas posibles.

Agradezco que, de cualquier parte del mundo, conociendo o desconociendo Mi Obra aquí en Sudamérica, las almas se ofrezcan a transcribir Mis Palabras y a traducir Mi Mensaje en todas las lenguas posibles, a fin de que muchos más sepan que estoy aquí, acompañándolos en estos tiempos de oscuridad, así como acompaño a Mi Iglesia en la agitación y en el temblor de su barca. Pero Yo ya les enseñé que todo se puede revertir.

Le dije una vez a Pedro, cuando estaba en el mar de Galilea: ¿De qué tienes miedo, Simón?, si tu Maestro camina sobre las aguas, ¿crees que tu fe te lo impedirá? ¡Sal de la barca y camina hacia el encuentro de Mi Sagrado Corazón! Tu fe puede ser tan inquebrantable como una montaña. Yo te doy la fuerza para hacer todas las cosas.

Y Simón caminó sobre el agua. Sin darse cuenta, él se apartó del miedo y entró en Mi Amor, en el Universo de Mi Amor.

Yo los invito a atravesar estos tiempos con mucha, mucha fe.

El terror podrá ser grande, la sangre que corre por el mundo podrá ser interminable, pero nadie podrá superar a Dios.

Los hombres deben comprender que están lejos de Dios, que le han dado las espaldas al Reino Universal de la Luz. Por eso, Él envía a Su Unigénito para dar fuerza y coraje a los corazones simples y buenos.

Yo vengo a ofrecerles en esta noche Mi Comunión, porque es ese Sacramento el que siempre los restaurará.

Pidamos al Padre por Su Misericordia, por medio Sus hijos, porque en Sus hijos está la Misericordia de Dios, sobre todo en aquellos que creen en Su Divina Fuente y concretan Su Plan en esta superficie.

Siembren en sus corazones Mis Códigos de Luz y todo podrá cumplirse, así como Mi Padre lo ha pedido. El sufrimiento cesará y las almas reencontrarán el amor y la esperanza. Que así sea.

No tengan miedo de que su Maestro les entregue revelaciones definitivas y contundentes.

Necesito que Me acompañen con la misma Sabiduría que Yo tengo, con el mismo amor que Yo vivo, con la misma Misericordia que Yo expreso por esta amada humanidad.

Fray Elías del Sagrado Corazón: Vamos a cantar los Nombres de Dios, a pedido de nuestro Señor.

Hoy consagro esta Sangre como Mi Sangre de Vida, por la sangre que es derramada en el mundo, por las víctimas que sufren la injusticia humana, en cada una de las naciones del mundo.

Hoy consagro este pan como Mi Cuerpo, por las almas que son mutiladas, explotadas; por las almas que son víctimas de la esclavitud y que están en cautiverio; por las almas que son presas por las manos de los hombres; por las madres que abortan a sus hijos; por los niños que son vendidos y extraviados en el mundo; por los ancianos que son maltratados; por las almas que padecen enfermedades en los hospitales y sólo reciben desprecio, sin conocer el amor consolador.

Hoy Mi Corazón se complace por cada una de esas almas, por las almas que no tienen nada que comer, sino solo vivir en oración, esperando una Gracia Mayor.

Hoy ofrezco este Sacramento por los Reinos de la Naturaleza que, en silencio, son ultrajados; por los animales que son despreciados, que son matados y que sirven, injustamente, como lujo en las mesas de los ricos.

Por toda esa sangre injustamente derramada, por los que no conocen a Dios y que han endurecido sus corazones al Amor Eterno, ofrezco esta Comunión, y les pido a cada uno de ustedes que así lo haga, porque esta será Mi última intervención por la humanidad, antes de que todo suceda.

Que sus corazones sean valientes para ofrecer este sacrificio por Mí, aunque no estén preparados.

Yo recogeré sus súplicas, así como siempre lo hago, para depositarlas, como pétalos de luz, a los Pies de nuestro Creador.

Porque, a pesar de todo el sufrimiento del mundo, grande es Su Misericordia, más allá de este Universo.

Yo consagro, en esta noche, el vino y el pan, trayendo la Piedad de nuestro Padre Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (x3)

Amén.

Que sus voces sean escuchadas en este Universo, proclamando los Nombres de Dios.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 40ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, COSTA RICA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Padre Nuestro...

Vean cuántos ejércitos Me siguen y muchos no lo saben.

Esta es la verdadera presencia de Mi Reino en la Tierra; Reino que está unido a cada corazón orante. Y ese Reino se expande por el mundo en su universo invisible para revelarse a los simples de corazón.

Este es el Reino que Yo prometo para todos, el cual prometí una vez cuando estuve entre ustedes en Mi amada Tierra Santa, revelándoles el poder de Mi Evangelio, la Sagrada Palabra de Dios, que viene a redimirlos de tiempo en tiempo.

Hoy estoy con inmensa alegría en Costa Rica, porque los corazones Me escuchan, no por su cantidad sino por su espíritu, su espíritu simple que se une al Mío y trae así al Reino de Dios para un lugar tan necesitado de la presencia de la Santísima Trinidad.

Busquen a Dios en todo lo que existe, en todo lo que Él ha creado a través de la Naturaleza. Allí Yo también Me encuentro en silencio y en lo alto de los volcanes, contemplando a toda la población planetaria, esperando por su despertar, por su gran y último paso al camino de la Luz y del Perdón.

Vean entonces, compañeros, que Yo estoy en todos los lugares. He venido aquí para darles Mi Fuerza interior y Mi Amor, para resucitar a Centroamérica en su propósito y su misión espiritual con el fin de cumplir el Plan de Paz de Dios.

Únanse cada vez más y cumplirán este propósito que hoy les pido. Háganlo por todos sus hermanos, sus hermanos de todas las naciones de Centroamérica, que tanto necesitan de Mi Divina Misericordia para poder continuar adelante en este tiempo final que se aproxima.

La fuerza de su oración ha llegado más allá de Centroamérica, abrazó gran parte del planeta y muchas esencias condenadas se vieron beneficiadas. Y esto fue posible, compañeros, por su unidad con la Unidad de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo, con cada uno de sus hermanos de las naciones que abrazaron fervorosamente el fuego de esta oración, cumpliendo así la tarea en este día.

Gran parte de Mis ejércitos está formado por los ángeles del Cielo, ángeles que los acompañan de tiempo en tiempo, de ciclo en ciclo para hacer madurar su evolución y su gran momento de despertar.

Quiero que tengan presente estas palabras, porque sus ángeles de la Guarda los esperan para mostrarles el camino hacia la Verdad, para fortalecer sus espíritus y para que encuentren la paz que debe ser irradiada a todo el planeta.

Hoy vengo aquí con la Gracia de Dios y de Su Santo Espíritu. Por medio de Mi Divina Misericordia traigo para todos la expiación, la santa absolución de cada una de sus vidas en este momento crucial del planeta, en donde muchas consciencias, muchísimas almas necesitan del perdón y de la liberación.

A través de este ejercicio espiritual, compañeros, y después de cuarenta encuentros consecutivos, ya están en otro punto de su despertar. Y a medida que fueron avanzando esos encuentros, muchas almas más fueron despertando a Mi llamado.

Eso significa que aún hay mucho por hacer, mucho por sacrificarse, sobre todo por entregar a Dios, cada uno en el grado de su consciencia y de su disponibilidad interior.

Es así que Yo vengo a darles Mi Mensaje de Paz para que lo hagan llegar a sus hermanos de camino, a sus familiares, a todo el pueblo, el pueblo de Dios, que debe retornar al camino de la esperanza y al camino del perdón, que muchos aún están buscando y no lo encuentran.

Por eso hoy, también de Brazos abiertos, como el Redentor les muestro Mi Sagrado Corazón, Mi Eterno Espíritu, para que lo abracen fuerte, interiormente, lo adopten en sus vidas como la única Llama, como el verdadero camino, como la esperanza para sus vidas y no otros espíritus.

Esos espíritus también deberán redimirse. Libérenlos, déjenlos de lado y sigan Mi Camino, porque Yo los confortaré y los liberaré de todo mal, sin dejar  atrás a ningún discípulo Mío, especialmente a aquellos que deben retornar a Mi Camino y que por un largo tiempo se olvidaron de Mí.

Vengo a recuperar en Centroamérica a Mis viejos amigos, aquellos que se comprometieron Conmigo a vivirme, a adorarme, a honrarme, a amarme, a buscarme por encima de todas las cosas, y, especialmente, a servirme en este tiempo final en esta Obra de Redención y de transformación de la consciencia.

Es así que Yo les abro las puertas para que vuelvan a ver la Luz, la Luz invisible de Dios que proviene de Su Espíritu, de lo más íntimo de su Corazón Sagrado. Les trae Su Misericordia a través de Su Hijo Amado, para que se puedan liberar y caminar libres en la Redención.

Hoy, lanzo las redes de Luz para que muchas más almas puedan retornar a Mi Corazón.

Hoy, vengo como el Pescador de Hombres, una vez más, buscando a los que están perdidos, a los que no encuentran el camino, a los que hasta ahora no han visto la salida ante tanta oscuridad.

Y Yo los bendigo, compañeros. Los impulso a seguirme en la fe y en el amor, confirmando en sus vidas que si Yo estoy en ustedes, ustedes estarán en Mí y todo siempre estará bien y a nada deberán temer, porque estarán Conmigo y Yo estaré con ustedes en vigilia y oración.

Vengo a retirar del sueño a muchas consciencias. Pero eso lo verán de tiempo en tiempo, porque esas almas deben aprender a conocerme, deben aprender a encontrar el camino a través de la semilla de Luz que hoy vuelvo a sembrar en sus corazones, para que alcancen la paz de vivir en Dios y en Su Divino Reino.

No pierdan de vista estos momentos.

Y vuelvo a decirles, compañeros: sientan la fuerza de Mi liberación sustentada por todo el Universo, por sus Leyes Divinas que vienen a intentar reformar sus vidas en espíritus consagrados a Dios y a Su Santo Propósito.

También les traigo Mi alegría, por la alegría que Me han transmitido en este día; la sana alegría del corazón que cura y redime a las almas y a gran parte del planeta, porque la alegría es la flor del Amor, y el Amor los llevará a la Unidad con Dios, con toda Su Consciencia.

Comprendan este misterio de una forma simple. La alegría los llevará a la paz y la paz podrá estar en todos, especialmente en los que más la necesitan.

Guarden la paz como un gran tesoro para estos tiempos. Que nada los inquiete ni los incomode.

Ofrezcan cada desafío como una oportunidad de humillación y de redención, sin perder nada y ni buscar nada a cambio.

Y ahora les muestro las llagas de Mis Manos, cómo por milímetros ellas se cicatrizan al sentir el amor de todos Mis compañeros, de los que buscan la trascendencia, la perseverancia, la fe inquebrantable, la devoción, la paz, la vivencia de Mi Divina Misericordia.

Vean cómo la luz de sus oraciones cicatriza Mis Llagas trayendo el alivio a Mi Corazón al ver los horrores del mundo y los pecados de la humanidad.

Adoren este momento, contemplen Mi Corazón y vívanlo en este último momento, en donde Mi Gracia todo lo permite y Mi Misericordia todo lo impulsa, para que estén en el Reino de Dios.

Cada vez que vivan una prueba o enfrenten una dificultad o enfermedad, recuerden este momento en donde Mis Llagas son cicatrizadas por la luz de sus oraciones y a través de este ejemplo, de este símbolo de santidad, fortalézcanse y no se permitan caer, porque Mi ofrenda siempre será levantarlos del suelo para que Me vivan, para que Me miren a los Ojos sin vergüenza, sin temor, no importando lo que suceda, contemplando el Amor que Mi mirar expresa por todas las almas.

Y así, con Mis ángeles, santos y bienaventurados que hoy ayudan a Costa Rica y Centroamérica, entramos en comunión, en unión de espíritus, de esencias y de almas, con el único y poderoso Dios que les da la vida eterna.

Vengo a consagrar especialmente todo lo que Me han traído al altar, porque he visto en este día los corazones sinceros, orando por la justa causa que Yo les he transmitido en el mensaje para esta Maratón.

Comprendan Mis Palabras con simplicidad y así las podrán vivir, una a una.

Los objetos sagrados son símbolo de redención para las almas y motivo para encender el espíritu en profunda devoción.

Es así que hoy también los sacramentaré a cada uno de ustedes, a través del oficio sagrado del sacerdocio, por medio de los Sacramentos que Yo instituí en el pasado, como el legado interior para las almas y para todas las consciencias que se quieran unir a Mí en los Dones del Espíritu Santo.

Hoy veo que están viviendo el Don del Temor de Dios. Para Mí eso es increíble, sobre todo en este tiempo en donde la humanidad está muy distraída; eso no Me hace bajar los brazos, porque si cargué la Cruz por ustedes, ustedes Conmigo y Yo con ustedes podremos cargar la cruz de este planeta para alcanzar la Redención.

Ofrézcanse a vivir este sacrificio por el triunfo de los Tres Sagrados Corazones en toda América y el mundo.

 

Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia
Redención, Redención, Redención para este planeta. Amén. (x 6 veces)

 

Y antes de consagrar todos los elementos, quiero que se tomen de las manos para implorar Conmigo a Dios.

Sintiendo sus corazones sinceros, nos unimos en la paz y trabajamos por la paz para los lugares que más la necesitan, en donde el caos reina y hace temblar más corazones.

 

Adonai, Padre-Madre Creador, única existencia entre todo lo creado,
Espíritu Omnipresente y Omnipotente, vivencia de lo Sagrado y de lo Eterno,
desciende con toda Tu Luz Universal y que Tus ángeles abran las puertas
para que desciendan los Padres de la Creación.

Que los doce arcángeles ayuden en la Redención de las consciencias,
en la Liberación de los pecadores.

No te olvides, Santo Padre, de ninguna esencia creada.

Somos semejantes a Tu Faz. Fuimos creados a Tu Imagen.
Estamos fecundados por Tu Divino Espíritu.

Cierra los infiernos que se han abierto y redime
a aquel que se ha caído y que ha creado todo el mal.

Disipa las dudas de todas las mentes.
Que el poder de Tu Amor penetre en lo íntimo de los espíritus,
para que así se establezca el Poder de Tu Unidad y
de Tu infinito Amor, por los siglos que vendrán. Amén.

 

Lleven las manos al corazón y ahora canten al corazón sincero, porque es este corazón que Me acompañará hasta los últimos días de la Tierra y verá en el horizonte la aproximación de Mi Reino y de Mi Gloria estableciendo los mil años de paz.

Les agradezco por acompañarme en este día en cada rincón de este planeta.

Sigamos orando, proclamando el corazón sincero. Es ese corazón que los unirá a todos, los liberará de la indiferencia.

Que así sea.

En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN ASUNCIÓN, PARAGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 15.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Fray Elías del Sagrado Corazón lee el Mensaje extraordinario de Cristo Jesús del 5 de octubre de 2014 y dice:

Con esas palabras vamos a esperar la venida de Cristo. Vamos a colocar nuestro corazón en estas cuentas que nos faltan, permitiendo al Universo Celestial que concrete Su misión aquí, en Paraguay.

 

Yo les doy a conocer los hechos de Mi Pasión como nunca antes nadie los contó.

En Mi Corazón misericordioso no solo se guardan las señales para vuestra salvación, sino también los verdaderos misterios que Dios Me dio a conocer durante Mi agonía. 

Yo les muestro y les doy a conocer Mi Pasión para que encuentren el camino de vuestra fortaleza. Muchos se olvidan de este importante evento universal que fue vivido por Mí aquí, en la Tierra y, principalmente, muchos más se olvidan de querer conocer esta Pasión tan verdadera y profunda que permitió la redención de la humanidad. 

En el Universo de Dios, la Pasión es viva y resplandeciente, pues allí no se guarda el dolor ni el padecimiento, sino el verdadero sacrificio de Amor que Yo he dado, por todos ustedes, en aquellos tiempos.

Hoy les vengo a recordar estas cosas delante de las gravedades que acontecen en este mundo. Yo quiero que ustedes, Mis compañeros, puedan penetrar el misterio de Mi Pasión a través de Mi Corazón. El Rosario de las Siete Agonías, que Yo les entregué, guarda verdaderas llaves para vuestra redención, símbolos significativos, señales luminosas, para aquellos que en verdad quieran descubrir Mi Pasión.

Yo no vengo en esta era para que ustedes se martiricen. Vengo a darles la Verdad, el verdadero conocimiento de aquello que muchos olvidan. Por eso, Mis compañeros, ingresen al universo de Mi Corazón y hagan morada dentro de Mi Corazón. Lo demás, Yo lo podré resolver cuando ustedes se liberen del control de las cosas.

La verdadera cura espiritual, aquella que Yo les prometo a través de Mi Misericordia, puede acontecer en ustedes a través del desprendimiento interior de todo aquello que les hace mal en esta vida, en la que pasaron por muchos aprendizajes y pruebas.

Por eso, abran vuestros corazones nuevamente. Permitan que Mi Sangre pueda correr por ustedes, lavar, limpiar y purificar todas las manchas que guardan ante los Ojos de Dios.

Yo les doy la posibilidad de conocer Mi Misericordia y la oportunidad de poder amar, a través de Mi Presencia a las tres de la tarde. A aquella alma que Me invoque en cualquier parte del mundo, Yo iré a socorrerla, especialmente la bendeciré, porque estaré haciendo un verdadero milagro de Amor en su vida. Aquel que cree en Mí alcanzará la vida eterna y no será necesario esperar al próximo mundo para estar dentro de Mi Universo Celestial.

Yo les revelo, a través de la oración misericordiosa, el potencial para poder alcanzar la redención y la paz, pues vuestros corazones deben estar cada vez más abiertos para poder amar el misterio infinito que representa Mi Vida para ustedes, en estos tiempos.

En este mismo momento, Yo vengo aquí para bendecirlos, curarlos y perdonarlos. Vengo de un lugar distante del universo en donde vibra Dios altamente a través de Su Amor y de Su Unidad, y muchas consciencias celestiales participan de esta vibración de Amor y de Paz.

Así, queridos compañeros, hoy les pido que eleven vuestros cuerpos y células y permitan que los rayos de Mi Pasión, aquellos que permitieron la Resurrección de Mi Ser y la sagrada Transfiguración, puedan penetrar en lo profundo de sus células.

El primer paso, Mis amigos, es amar lo desconocido, tener absoluta confianza en Dios Padre, porque Él siempre les dará las respuestas para los grandes problemas que viven hoy.

Muchas almas más hubieran podido participar de este encuentro Conmigo aquí, pero ¿en dónde están?, ¿ustedes las han llamado correctamente?

El primer llamado al despertar se realiza a través de la donación del corazón. Es el corazón que llama a otro corazón, no es la mente. Por eso, ayúdenme a concretar Mis Planes, así como Yo lo hice en Ruanda cuando di un mensaje importante para el mundo y solo el cincuenta por ciento de la humanidad Me escuchó. 

Ahora vengo más próximo a ustedes, Me acerco a vuestras vidas y corazones para que sean Mis testimonios. Den el ejemplo de vuestra redención a los demás hermanos. Yo vengo a buscarlos como lo hice con los apóstoles. No podrán escapar de Mi compromiso universal, mas siempre serán libres de poder seguir el camino que deseen, Mi amor nunca los defraudará.

Yo les traigo, compañeros Míos, una posibilidad de encontrar un cambio. Abran las puertas de universo espiritual para que él resida en ustedes todo el tiempo. Yo les indico un último camino, Yo les entrego una última llave, Yo les doy el último símbolo que es Mi Corazón de Luz.

La fuerza de Mi Espíritu de Amor debe ser más fuerte que vuestras intenciones. Así, Mis amigos, encontraré un espacio para estar en ustedes y nunca perderé el tiempo al revelarles Mi Voluntad y que puedan conocer Mi profunda petición para estos tiempos finales.

A cada uno Yo le pido algo para que lo pueda cumplir en nombre de Dios. Y cuando esa misión esté finalizada, Yo les haré conocer otras cosas en la próxima vida, en un próximo mundo, donde ya no existirá el sufrimiento y los corazones no padecerán, no necesitarán sufrir más para poder aprender a crecer. Yo les traigo la oportunidad de que en todos los días de vuestras vidas se animen a beber de Mi Fuente de Amor para que se borren vuestros pecados y nazcan, en estos tiempos, las células de luz en sus seres, para que despierten los Nuevos Cristos que deben cumplir la misión de difundir Mi Paz y Mi Redención en los cuatro puntos de la Tierra.

Pero ¿quién se animará a seguirme hasta el final?

Yo siempre les daré una prueba mayor para que puedan superarla y trascenderla, pero Mis Manos están extendidas hacia vosotros, nunca los dejaré de ayudar, siempre derramaré Mi Luz sobre ustedes y sobre aquellos que se abran para recibirme.

Yo les entrego, Yo les dono Mi Corazón como el único motivo para vuestras vidas, porque a través de Mi Corazón y alrededor de Mi Corazón todos Mis discípulos podrán cumplir los Designios de Dios y realizar las obras de vida que están previstas en el Cielo para que ellas se manifiesten en la Tierra.

Hoy vengo a vuestro encuentro para que se animen a darme más, sin miedo, sin temor, con confianza absoluta. 

Guarden Mi Amor en vuestros corazones, guarden Mi Paz.

Agradezco a aquellos que se animen a acompañar la peregrinación de María por Paraguay, pues los Hijos de María son imprescindibles en estos tiempos. Ellos son chispas del Universo Celestial que expanden e irradian la Gracia de la Madre Universal en cada lugar al que van, en cada espacio por el que caminan, en cada corazón que enfrentan para consolarlo, para aliviarlo, para curarlo a través de la oración del corazón.

Bajo el ministerio de la Paz que Dios me ha concedido y la protección del Espíritu Santo, bendeciré, en este momento, el Sagrado Cuerpo de Cristo y la Preciosa Sangre de Jesús, y todos los objetos sagrados que en cualquier parte del mundo sean elevados hacia Mi Corazón en este momento. Porque lo más importante para vuestras vidas es siempre encontrar, a través de los símbolos, un camino de salida y de salvación.

Ofértenme, en este momento, aquello que quieran que Yo consagre, desde donde están. Mi energía se expande en Omnipresencia, Amor y Misericordia. Elevemos esta oferta a Dios por aquellos que se olvidan de vivir en Dios y no encuentran consuelo en este tiempo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos, 
que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón eleva las ofrendas a ser bendecidas y dice:

Para los enfermos, 
para la humanidad, 
para las almas inocentes que mueren, 
para todos los que son buscadores de la paz, 
para los orantes, 
para los religiosos, 
para los que buscan aromas sutiles, 
para los que no se han redimido, 
para las madres de toda la Tierra.

Oraremos, a pedido de Nuestro Señor, la oración del Ángel de la Paz junto a Jesús.

 

Mi última Voluntad, compañeros amados, es que junto con Mis Ángeles Custodios recemos, cantemos por todos los Ángeles de la Guarda que no pueden cumplir su misión, que no alcanzan a las almas porque las almas no escuchan el llamado interior. En profunda Adoración a Dios, ayudemos a los Ángeles de la Guarda para que cumplan su propósito en este tiempo final.

Repitamos:

 Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes. 
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.

 

Ahora, dejen que Adonai toque vuestros corazones.

Bendigo a Paraguay por este momento y a todas las almas que hicieron posible que se cumpla Mi pedido. Dios los bendecirá.

Canción: Kodoish.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Con esta alegría que Cristo nos deja por poder encontrarlo, estamos dando cierre a esta Maratón que fue tan importante aquí, en Asunción, en Paraguay. Creemos que muchas almas fueron ayudadas por la Misericordia de Jesús.

Agradecemos a todos por este momento, a todos los que estuvieron coligados con Nuestro Señor.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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