MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

La paciencia en la transformación y en la purificación es primordial. Recuerden que están ante una condición humana degradada desde hace siglos y ante códigos que emergen de la consciencia para que sean transformados y que, incluso, trascienden la vida en la Tierra, pues tienen sus raíces en el universo.

Recuerden siempre que Aquel que vino al mundo para darles un ejemplo era el Hijo de Dios Vivo y tuvo que padecer los males de la Tierra y transmutar los atavismos de la humanidad para abrirles el camino. La trascendencia de la materia humana de Jesús comenzó desde Su gestación hasta Su último suspiro en la Cruz. Si el Dios Vivo trabajó en cada instante de Su vida para poder culminar con Su aprendizaje de amor, no esperen que con ustedes sea diferente. ¿Cómo quieren santificar sus cuerpos y sus almas si recién ahora están comenzando a comprender este camino?

El Hijo de Dios era consciente de la vida universal y de sus misterios; era conocedor de todas las ciencias cósmicas, porque era uno con Aquel que las creó; y, aún así, para liberar el miedo de Su última Célula y vivir el pleno amor con todos los niveles de Su Consciencia, tuvo que llegar a la Cruz y perdonar todo lo que hasta allí había vivido.

Hijos, mucho aún les falta para llegar a la perfección. No tengan prisa, tengan paciencia. Sin embargo, sean constantes y persistentes y no se acomoden al hecho de que la transformación les durará la vida entera.

Sí, la transformación absoluta les ocupará toda la vida, pero cada día deben alcanzar un nuevo escalón, para que al final de esta vida sean dignos de llegar a otros mundos y dimensiones celestiales que los aproximan a Dios.

La transformación durará toda la vida, porque la evolución es eterna y no porque estarán siempre en el mismo lugar. Cada día deben darse un nuevo paso y una nueva comprensión, basados en el esfuerzo permanente. No se preocupen si dan pasos largos o cortos, porque cada día y cada ciclo los llevarán a un escalón diferente.

Lo que en verdad importa es que no se detengan y que sean constantes.

Ábranse todos los días para que el Amor de Dios los transforme y retiren un poco de sí de la propia consciencia para ceder espacio al Amor y a la Presencia divina.

Cada día, retiren un objeto de su morada interior para dar lugar al Morador Celestial, que un día llegará. En algún momento, tendrán la casa vacía y limpia para recibirlo.

Su padre y amigo de siempre,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Miseria mayor que la miseria de la materia es la de la falta de compasión y de unidad entre los hombres.

Carecer de lo necesario es consecuencia de una carencia aún mayor, una carencia que no es individual, sino que es humana: la carencia de amor en los corazones.

Ser pobre y miserable materialmente, hijos, no es el mayor de los males. Ser pobre de virtudes y miserable en el espíritu es lo que le impide al hombre repartir el pan para el cuerpo.

En donde no hay compasión, no hay igualdad. En donde hay indiferencia, no puede haber fraternidad ni equilibrio.

No se indignen con la miseria inhumana en la que viven sus hermanos, si aún les falta compasión y fraternidad y, con eso, colaboran con el crecimiento de la indiferencia y de la desigualdad social que viven hoy como civilización.

Hijos, que haya más acción y menos emoción en sus vidas. Que estén más listos para actuar y que no se dejen envolver por sentimientos que no hacen crecer el espíritu.

Si estuvieran delante de la miseria de sus hermanos, no les den solo un pan; además del pan, denles también la propia vida, ofreciendo su transformación en reparación de la carencia que hay en la consciencia humana y que resulta en esa miseria que ven plasmada en la materia.

Amen, sientan al prójimo por medio de la compasión, sean fraternos, venzan la indiferencia, venzan el egoísmo, ríndanse
a la fraternidad y borren de su consciencia el miedo de carecer de algo en el futuro; ese miedo que hace que guarden todo para sí mismos.

Son esos códigos, hijos, los que, cuando son depositados en la consciencia humana, hacen la diferencia.

¿Por qué reclaman tanto de los sistemas de gobierno y se indignan con la miseria social, si nada hacen para que la consciencia humana sea otra, e incluso, alimentan los viejos patrones que la mantienen en ese punto de involución?

Es hora de crecer y de forma muy neutra dar los pasos, comprendiendo el punto en el que ustedes se encuentran y esforzándose todos los días para que la humanidad reciba nuevos principios divinos.

No busquen virtudes para sí, para afirmar la miseria ajena y resaltarse a sí mismos; intenten ser virtuosos para que la humanidad entera lo sea. De esa forma, hijos, es como alcanzarán virtudes verdaderas.

Sirvan y sientan en el corazón el pesar por la miseria material e interior de sus hermanos, pero ¡no permanezcan allí! Cambien, crezcan, alcen vuelo y lleven consigo cada corazón humano.

La meta no es solo la propia santificación, la meta es la conversión de toda la humanidad y la cristificación de una raza entera, que sea capaz de amar al prójimo como a sí misma y a Dios sobre todas las cosas.

Que la paz y la unidad estén en sus corazones.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ante todo lo que sucede en el mundo, los Mensajeros de Dios están intentando enseñarle a la humanidad cómo intervenir en auxilio de las almas.

Queridos compañeros:

A lo largo de los siglos de su existencia, casi siempre el hombre respondió a las guerras generando guerras mayores e intentó confrontar el falso poder con el mismo falso poder, sin percibir que solo el Poder que viene de Dios es el que puede equilibrar todas las cosas.

Es aspiración divina que el planeta no sea indiferente a lo que sucede hoy en Medio Oriente, pero no para que los hombres reaccionen con guerras y respondan al odio que impregna los  corazones de las personas allí presentes, enviando una carga de odio aún mayor.

¿Perciben que esa siempre fue la estrategia del enemigo? Generar semejante atrocidad en las ciudades y semejante desamor entre los hombres, para que el odio se expandiera hacia todos los seres y todos respondieran con el mismo nivel de terrorismo.

Al principio de todo este caos, muchos se impresionaban con el grado de maldad del corazón humano cuando veían la forma como algunos hombres torturaban y asesinaban al prójimo; pero, ahora, tan grande es el odio que está expandiéndose por los corazones, que aquellos que antes se impresionaban con esas acciones, hoy serían capaces de hacer lo mismo con los mencionados asesinos.

Es por eso, hijos, que Dios los llama a despertar. No se dejen influenciar por el mal del mundo. Mantengan sus consciencias fijas en el bien y sus corazones unidos a Aquel que fue, en silencio, coronado de espinas.

Nosotros los llamamos a que reaccionen ante lo que sucede en el mundo entero y, principalmente, en Medio Oriente, no con odio ni rencor, sino con amor absoluto.

Disuelvan el rencor de sus corazones; aprendan a perdonar, en las pequeñas cosas, a los que están más próximos. Aprendan a ser hermanos los unos de los otros bajo el espíritu de la unidad y de la fraternidad, y vigílense a sí mismos cada vez con mayor precisión, para que ni en lo pequeño ni en lo grande sean infieles a los principios de amor que eligieron vivir.

Únanse a los Mensajeros Divinos en una gran corriente de amor por la humanidad. Sirvan, perdonen, reconcíliense, amen, envíen al mundo mensajes de paz y vivan esa paz. Sean ejemplo de un verdadero esfuerzo por vivir el bien y ya no se permitan rendirse al odio ni al desamor, simplemente por la incapacidad de ser humildes.

Abandonen su orgullo y su deseo de vencer a los demás y de sobresalir con sus comportamientos, porque son esas mismas conductas que se manifiestan en su día a día, las que en mayores proporciones generan las guerras y los conflictos del mundo.

Es tiempo de crecer para aprender a servir a Dios. Es tiempo de ser humilde, para que su orgullo no haga que el planeta se hunda, una vez más, en el mar del caos y del mal.

Perseveren y vénzanse a sí mismos. Dejen de lado los códigos infantiles y retrógrados de orgullo y de arrogancia y permitan que la Gracia de vivir en paz y en fraternidad sea una realidad en sus vidas.

Por la salvación de la humanidad,

Su amigo e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En tiempos de batalla para la mente, para el cuerpo y para el espíritu, mantén el corazón en paz.

Aférrate al propósito de estos tiempos y no tanto a las tribulaciones que perturban tu ser, dentro y fuera de ti.

Si no consigues orar, simplemente une tu corazón a Dios y pide Su auxilio. Como soldado de Su ejército de amor, el Señor jamás te negará la debida ayuda.

Sin embargo, poco a poco, conversa con tus cuerpos, con la vida que habita en tu consciencia y que se expresa de diferentes formas, porque los tiempos son otros y la propia densidad de la atmósfera planetaria buscará de ti el espíritu de la permanente trascendencia.

Solo no te rindas. Sé un poco más valiente y decidido a vencerte a ti mismo y a las energías que circundan tu consciencia, porque dentro y fuera de ti existirán resistencias para no permitir que seas un triunfo de Cristo en el mundo.

No permitas que tu consciencia sea instrumento de desunión. Valora siempre tu unidad con Dios y con tus hermanos y la de todos con el Propósito del Creador.

Deberás aprender a encontrar dentro de ti aires puros para respirar y nutrir tu alma y tu espíritu, porque existirán días en los cuales no encontrarás ningún aliento en lo que te rodea. Por eso, construye hoy  el camino de unión con tu mundo interior.

Allí se encuentran los códigos dejados por Dios en tantas veces que Él vino a tu encuentro. Allí encontrarás la paz.

Por la profundización interior de todos los seres,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Como Sagrada Familia, vinimos para animar a la humanidad a que responda al Llamado de Dios y a que cumpla Su Santa Voluntad.

Como Sagrada Familia, invitamos al mundo a que aprenda de la pureza de los niños y a dejar que ellos les enseñen cómo encontrar a Dios.

Como Sagrada Familia los incentivamos a que abran sus corazones para vivenciar los misterios que trascienden, absolutamente, la comprensión humana y transforman por completo todo lo que conocen sobre la vida en la Tierra e, incluso, sobre sí mismos, abriéndoles los ojos para lo que son en realidad. 

Como Sagrada Familia los animamos a que ofrezcan sus almas como instrumentos de Dios, a que venzan el miedo de perder las cosas del mundo e incluso a sí mismos, porque todo lo que guardan como tesoros, ya sea el modo de vivir, cosas materiales o relaciones afectivas de cualquier tipo, como también lo que  conocen de la propia vida, todo eso pasará con un soplo de la Justicia Divina, mientras que la vivencia de la Verdad fortalece el poder y la acción de la Misericordia.

Como Sagrada Familia los llamamos a que vivan el verdadero amor, amor que trasciende las posesiones, que no busca recompensas, que solo dona y nada recibe a no ser de Dios que, cada vez que se abren para donar algo, les infunde una mayor voluntad de entregar todo.

Como Sagrada Familia los colocamos ante la Gracia del retorno de Cristo, dádiva incomprensible para la mente y solo aceptable para el corazón que ya descubrió en sí la fe.

Como Sagrada Familia los invitamos a que descubran la posibilidad de vivir la paz en tiempos de caos y de mantener la confianza en Dios, aun delante del mayor sufrimiento, cuando el Señor nos pide incluso la propia vida por amor a Su Plan, como fue en la Pasión de Cristo.

Reciban a través de sus oraciones los códigos de la Sagrada Familia y no los dejen guardados bajo siete llaves en su interior; permitan que ellos tomen vida, que se expandan y se multipliquen en aquellos que se aproximan a ustedes, como fue con la Sagrada Familia de Nazaret.

Les dejo Mi paz y la confianza absoluta en la presencia de Cristo en el interior de los hombres, porque el Señor renació.

San José Castísimo, en la presencia sagrada de María Santísima

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando del propio interior comience a emerger todo aquello que por eones estuvo oculto en la consciencia humana como códigos que degradan el Proyecto de Dios, muchos podrán desestabilizarse interna, emocional y psíquicamente, dependiendo del vínculo de cada consciencia con esas informaciones y de la forma como ella fue equilibrando, a lo largo de su existencia, los códigos negativos con experiencias positivas.

Cuando llegue ese momento, queridos, solo les restará abrir el corazón y confiar en aquellos, más equilibrados, que ustedes tendrán al lado para auxiliarlos. Deberán aferrarse fuertemente a la humildad para pedir ayuda y dejarse guiar. Deberán también aferrarse a la fraternidad, en caso de que tengan que ayudar a otros.

El desarrollo del amor será una oportunidad entregada por Dios en cada instante de sus vidas, sobre todo en los momentos de la transición interior de cada ser y de la transición del planeta en su totalidad.

Deben acordarse de lo que les digo, porque muchos confían en que estarán en pleno equilibrio y que siempre serán los que ayudarán a otros y no los que serán ayudados. Pero no será así, porque el noventa y nueve por ciento de los seres humanos desconoce las raíces de todo lo que viven en la Tierra e ignoran que vinieron al mundo para equilibrar los códigos de sus consciencias, las que necesitaban de tal grado de amor para ser convertidas y que solo en la Tierra lo alcanzarían, en este pequeño planeta, donde se gestó el gran Proyecto de Dios que tuvo su triunfo en Cristo.

Sin contar con esa realidad y plenamente envuelta por la ignorancia y por la ilusión, a la mayoría le cabrá abrirse a la humildad; pero esto no será fácil en una raza que, por siglos, fue el resultado de muchos códigos de orgullo, vanidad y egoísmo, que llegaron para ser convertidos por el Amor de Cristo, por la vida crística. 

Sin embargo, queridos compañeros, todos tendrán una oportunidad  nadie quedará sin ser contemplado en esta escuela de amor. A cada uno le cabrá abrirse para la elección de la vida superior, de la fraternidad, de la unidad, y permitirse ser guiado por Dios, confiando en el amor, más que en sí mismo.

Cuando les digo “confiar en el amor”, es también confiar en la unidad entre hermanos congregados por un mismo propósito y saber que, si ustedes están unidos de corazón, siempre se sostendrán en el camino correcto. No obstante, si no creen en el amor ni en la unidad y quieren seguir sus caminos con base en su propia voluntad, negarán el Plan de Dios, que tiene como pilar el Amor y la Unidad entre todos los seres, sin importar las diferencias ni los errores cometidos a lo largo de la existencia, porque el amor cura todas las cosas y, en el espíritu de la unidad, el amor de uno suplirá y equilibrará el error de otro. Esa es la Ley de Dios.

Yo los amo y, por eso, vengo al mundo, así como vienen los Sagrados Corazones de Jesús y de María para que, en unidad con los seres humanos, Nuestro infinito Amor por todos equilibre los errores del pasado y les conceda una oportunidad de recomenzar en una raza redimida.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros:

Se aproxima a la Tierra la llegada de un nuevo ciclo para la consciencia humana y, sobre todo para la consciencia del planeta, el espíritu de la Tierra que los ampara, los acoge y, con tanto amor y donación, los sustenta. 

Ese ciclo que llegará impulsará a los hombres a que ofrezcan al Proyecto Divino de la Tierra su verdadero potencial y, para eso, los ayudará a expurgar de su interior, de los mundos consciente e inconsciente de cada ser, aquellos códigos que generaron como humanidad y que, poco a poco, fueron degradando lo que deberían expresar como consciencia humana.

El nuevo ciclo intentará ayudar a este proyecto de la Tierra, para que no sean solo los Reinos de la Naturaleza los que sustentan la consciencia del planeta, sino que existan seres humanos conscientes ofreciendo el máximo de sí para que el planeta cumpla su función dentro del Plan de Dios.

En el Proyecto del Señor al crear este mundo, repleto de manifestaciones de Su perfección por medio de los diferentes Reinos de la Naturaleza que lo cohabitan, Dios pensaba en una expresión viva de la fraternidad y de la unidad entre Sus criaturas, por más diversas que fuesen.

El Creador intentó hacer de la Tierra una escuela de amor y de cooperación evolutiva, para que cada Reino proporcionara al otro algo vital para su existencia. Es por eso, que la Tierra necesita de equilibrio para existir, equilibrio que se genera en los diferentes Reinos, incluyendo el Reino Humano.

Sobre todo el Reino Humano debería generar una especial armonía y amor dentro del Reino que le corresponde, como humanidad, para inspirar así la evolución de los demás Reinos de la Naturaleza.

Todos los Reinos, en cierta forma, cumplieron su parte, excepto el Reino Humano, que es el gran pilar del proyecto terrestre. El Reino Vegetal es la expresión de la donación, de la elevación y de la belleza, como le correspondía. El Reino Mineral es la expresión de la purificación, de la transmutación y de la sustentación, como le correspondía. El Reino Animal es la expresión de la fidelidad y del amor, es el guardián del espíritu de la cooperación y de la fraternidad evolutiva en cada especie, como le correspondía. El Reino Dévico sigue creando belleza y loas al Creador y, junto al Reino Elemental, sustenta y anima a los demás Reinos de la Naturaleza, como le correspondía.

Al Reino Humano le correspondería ser un puente de comunión entre todos los Reinos; aquel que cuida, ampara y protege, ama y auxilia para que cada Reino pueda expresarse. El Reino Humano debería crear condiciones para que los devas y los vegetales expresaran su belleza; para que los animales pudieran aportar a la consciencia planetaria el atributo único que cada especie posee en su esencia; para que los minerales pudieran nutrir y auxiliar a los demás Reinos y con libertad actuar en el mundo.

El Reino Humano debería ser el puente con la Consciencia Divina, que proporcionara el espíritu de la constante evolución y del crecimiento, para que la Creación jamás se estancara y los Reinos prosiguieran dando pasos evolutivos y cambiando su escuela espiritual. Que, de esa forma, nuevas esencias fueran surgiendo y renovando permanentemente la Creación de Dios y que, a partir del laboratorio de la Tierra, todo el universo se pudiera renovar.

Esa es una parte de lo que representa el Proyecto de Dios.

El nuevo ciclo del cual les hablo va a acelerar la purificación humana de una forma más o menos armoniosa, dependiendo de la colaboración consciente de cada ser. Esto será así para que la idea de vida fraterna pueda ir manifestándose al máximo posible, aunque sea en unos pocos individuos y en islas de salvación y de expresión del Proyecto de Dios, y este Plan también se pueda manifestar.

Después de eones de experiencias que no tuvieron el resultado esperado, la Creación dará un impulso solar a la humanidad y  a los Reinos de la Naturaleza, como última oportunidad de concreción del Plan Divino.

Es importante que ustedes estén conscientes de todo esto y colaboren, cumpliendo con su parte en este Plan de Amor. Por eso les digo todas estas cosas.

Su amado instructor y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy, día en que están orando mundialmente y clamando por la energía de la Misericordia de Cristo para el planeta, quiero ayudarlos en el camino de la oración.

Queridos:

El peso del mundo se volverá cada vez mayor interna, mental y emocionalmente, en especial para aquellos que intentan recorrer el camino evolutivo.

En los días actuales del planeta, ser una consciencia orante es remar contra una gran corriente de inercia, distracciones y búsqueda del placer y de la gratificación. Por eso, aún más en este tiempo de intensa purificación interior para todos, deberán estar atentos a lo que les diré.

A lo largo de toda la existencia humana, todos los códigos que el hombre generó en la búsqueda del poder, del placer, de la gratificación, con la competitividad, la vanidad, la ira…, fueron impregnando la consciencia humana en su totalidad, incluso, llegando hasta lo profundo de la consciencia celular de muchos  seres, de aquellos que nunca vivieron una experiencia de buscar lo sagrado, lo evolutivo, lo puro.

En diferentes proporciones, esas energías, llamadas capitales, están dentro de todos los seres de la Tierra porque están dentro de la consciencia humana y, en ciertas partes del mundo, algunas de esas energías controlan completamente las consciencias.

¿Por qué les digo estas cosas? Porque, aunque no lo parezca, las pequeñas y grandes distracciones durante los momentos de oración, los pensamientos y deseos recurrentes contrarios al camino evolutivo, todos los impulsos que no consiguen controlar en sí mismos y que están siempre llevándolos en el sentido contrario a lo que intentan construir, todo eso tiene raíz en la consciencia humana; y esas raíces no son tan fáciles de extirpar como parece, aunque no sea algo imposible. 

Deben comenzar cambiando sus intereses más profundos. Por ejemplo: durante la oración observen hacia dónde los conduce la mente y qué es más importante para ella que el acto de orar. Con mucha paz y armonía, busquen las raíces de esas cosas para que se puedan ir transformando. Piensen en el motivo de sus distracciones y, enseguida, piensen en Medio Oriente, en África, en los niños, en los jóvenes y en los adultos que padecen en el mundo entero. Pregúntense entonces: ¿Qué es más importante para mí, las distracciones u orar para revertir esas situaciones del planeta?

Y hagan así con todo. Conversen consigo mismos. Cuando estén delante de un deseo que no los lleva por un camino evolutivo, pregúntense: ¿Qué es más importante para mí, eso o
cumplir la Voluntad de Dios?

No tengan miedo de las respuestas porque, aunque no sean las que esperan, ellas podrán revelar para la consciencia lo que está en su abismo interior más profundo, para que así puedan limpiar y purificar lo que les impide cumplir con perfección los Planes de Dios.

Revisen queridos, en su interior, sus prioridades, deseos y aspiraciones.

Pregúntense, en cuanto oran: ¿Por qué estoy orando? Y si la mente les responde: para que otros me vean orar. Entonces díganle a ella: ahora voy a orar por el planeta.

Así, transfórmense con paz, amor y alegría, pero no dejen de dar cada día un pequeño paso.

Mi Casto Corazón les habla de una forma simple y clara, porque necesito que comprendan definitivamente y den los pasos que Dios espera de todos, pues ya no hay más tiempo.

Yo los amo y los guío a la transformación de la vida.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La paz puede ser una realidad en el mundo, como lo es en el Reino de Dios, en donde Su Consciencia Suprema se expresa plenamente. Sin embargo, para que eso sea posible, es necesario que los seres humanos quieran estar con Dios, así como quieren aquellos que viven en Su Reino.

Cuando un ser aspira a estar todo el tiempo con Dios, lo busca en todas las cosas y espera encontrarlo en todo, con la certeza de que el Creador depositó una parte de Su Consciencia en todo lo que creó.

Por eso, para que la paz se establezca, deben buscar y encontrar a Dios en todo y en todos, trascendiendo las influencias del mundo y todo lo que aparentan ser las personas que transitan por él.

Acuérdense permanentemente de la existencia del espíritu de cada ser y de que, para cada uno, el Creador tiene un plan perfecto, una idea y un pensamiento divino. Acuérdense de que, dentro de cada consciencia, en lo más profundo, están los códigos que ella necesita para cumplir su misión.

Quiero hoy revelarles un misterio del Reino de Dios, de Su Plan para la humanidad. Al crear a los seres humanos, Dios depositó en cada esencia un atributo divino, llamado Rayo Universal, que es una forma de expresión de Su Divino Espíritu, creador de todas las cosas.

Los Rayos del Creador son los responsables de conducir Su Creación a la perfección, pero en el caso de los seres humanos existe un secreto, una particularidad: la vivencia de la perfección en la humanidad depende de la expresión del amor, y esa perfección se activa no solo cuando un ser ama, sino también cuando él es amado.

El Amor del que les hablo no es el amor que ustedes conocen, porque los seres humanos acostumbran a amar lo que les conviene, lo que les agrada o lo que les causa alguna gratificación,
pero ese no es el Amor de Dios.

El Amor de Dios es aquel que mira a un ser y trasciende sus imperfecciones, encontrando así la verdad de la esencia de cada uno, y es eso lo que ama: ama la Voluntad de Dios para con Sus criaturas; ama la Perfección de Dios escondida en los seres; ama al mismo Dios por intermedio de Sus criaturas.

Ese amor no es imposible de ser vivido, pero para encontrar algo que está perdido en el otro, deben encontrar lo que está perdido en ustedes mismos, que es la posibilidad de amar verdaderamente. 

Para eso estoy aquí. Para eso desciendo todos los días al mundo, para volver simple la vida espiritual, para volver simple lo que, para los hombres, siempre fue tan complicado. ¿Qué dificultad debería haber en amar de verdad, si fueron creados exclusivamente para eso?

Busquen dentro de sí mismos la verdad sobre lo que son. Cuando den los primeros pasos, Yo los ayudaré.

San José Castísimo, por el despertar del amor en la consciencia humana

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A lo largo de la historia de la humanidad, como también de la historia del universo, cada acto, sentimiento, pensamiento e intención de los seres queda plasmado en la consciencia
planetaria.

Cuando un ser actúa de forma correcta y vive un aprendizaje importante que debe ser vivenciado por todos, lo que llevaría a la raza a dar un gran salto evolutivo, esa experiencia se distribuAye como código de luz para todos los seres humanos y, de esa forma, todos reciben una oportunidad de evolucionar y de aprender.

Cuando los hombres actúan incorrectamente y se unen a las acciones del caos y del mal, esas experiencias también quedan plasmadas en la consciencia humana y en las consciencias de las naciones, impidiendo que las almas vivan según el Plan de Dios. Mientras ellas no se liberen de esas situaciones, por medio del perdón y de la comprensión de lo que vivieron, podrán pasar siglos recordando el mismo sufrimiento.

Tampoco los verdugos, aquellos que cometieron el error, reciben una oportunidad de redimirse delante de Dios y equilibrar el pasado porque, para eso, la propia humanidad debe generar códigos de amor que sean más potentes que cualquier oscuridad.

Cuando los Mensajeros Divinos  llegan a las diferentes naciones, no solo vienen para traer la paz y el despertar para los que allí habitan, sino también para liberar y perdonar, con el poder de Su Amor, todo el pasado que impide que el Reino de Dios descienda en esos lugares.

Por eso, ustedes deben ser más conscientes de la tarea invisible de Dios por intermedio de Sus Mensajeros y ser también partícipes de la liberación que llevan adelante en cada peregrinación.

Para eso, estén enteros durante sus oraciones: devotos, verdaderos, unidos a Dios con el verbo, con el espíritu y con el corazón. Siéntanse parte de la consciencia humana mientras oran y, así como el cuerpo humano une sus energías para curar alguna herida, únanse como consciencia humana para depositar la Luz de Dios en todos los espacios del mundo.

Ustedes saben que la humanidad se equivocó mucho a lo largo de los siglos y continúa distanciándose de Dios; por eso, ahora llegó el momento de generar el equilibrio correcto, hasta que la balanza les permita vivir una vida superior en este sagrado mundo que debe vivir la Redención.

Yo los amo y les agradezco por ser más conscientes de la Voluntad de Dios.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros:

Quisiera recordarles que el mundo aún agoniza y padece por las acciones de la humanidad. Sin embargo, no les digo esto para martirizar sus consciencias y hacerlas sufrir un mal que no conocen. Les digo todas estas cosas porque, con todo lo que reciben a diario, deben ser un poco más consecuentes con sus acciones, aspiraciones, pensamientos y sentimientos. 

Muchos se olvidan, frecuentemente, de lo que sucede en el mundo y dejan que la consciencia se pierda en las distracciones del día a día y en los pequeños problemas internos, que se vuelven grandes, dada la enorme atención que colocan en ellos.

Los seres, en su mayoría, no reconocen verdaderamente que estamos en tiempos apocalípticos. Hasta los que se consideran más conscientes necesitarán de un gran impacto en la consciencia para que sepan que, en realidad, llegó el final de los tiempos para la humanidad actual.

Dios espera que aquellos que creen en Sus Mensajeros y que siguen Sus instrucciones estén más vigilantes que nunca y traten, por sobre todas las cosas, de manifestar en sí mismos el Propósito de Dios en el cual confían.

Yo siempre les dije que necesitan ser valientes, pero muchos toman esas palabras con un entusiasmo meramente emocional y creen que serán valientes cuando estuvieren delante del caos que se propaga por el mundo con violencia. Pero lo que vengo a mostrarles es que ese mismo caos habita dentro de las criaturas del mundo en sus debidas proporciones, y que debe ser purificado y elevado por la transformación de la consciencia.

Poco valdrá que Mi Casto Corazón descienda todos los días al mundo y deposite en los seres una parte de los códigos que alcancé como José de Nazaret, si sus corazones no hicieren nada o casi nada para desarrollar esos códigos dentro de sí.

No quiero desalentarlos ni desmerecer sus esfuerzos, pero deben reconocer que su distracción es muy grande y que aún se permiten, muchas veces, vivir los viejos patrones humanos, aun con todo el conocimiento que tienen de la actual situación planetaria.

Hoy Mi Corazón paterno les habla a los que aspiran a vivir la transformación y a los que no se sentirán heridos con lo que digo, pero sí impulsados a la madurez, porque vengo en este tiempo definitivo para entregar lo mejor que hay en Dios para aquellos que seguirán adelante.

No tendrán treinta años más para seguir con un cambio lento y precario, pues lo que construyen dentro de ustedes, hoy, es lo que resultará en los años que llegarán y es lo que dictará los pasos que darán como consciencias en el futuro del planeta.

Yo les aseguro que nada quedará como está y que, con los que acepten seguir adelante, el Plan de Dios se cumplirá.

Yo los amo y les advierto. Yo los guío y los protejo siempre, sobre todo de sí mismos.

Su amado padre e instructor,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Gloria eterna al Dios de las Alturas y paz a los corazones que perseveren en la búsqueda del Misericordioso Corazón de Cristo.

Queridos compañeros:

Les agradezco en nombre de Dios, Supremo Padre de toda la Creación, por estar respondiendo al pedido de oración de Su santa Sierva, la Virgen María. Sus oraciones son escuchadas en el Reino de los Cielos y muchas almas son retiradas de los abismos y de los infiernos de este mundo.

Les pido, con Mi Casto Corazón de Amor, que sigan orando por el mundo y no detengan el poder de salvación que se genera en sus corazones.

Les pido que den prioridad a esta urgente necesidad planetaria y se acuerden, en todos los instantes de sus vidas, de las almas que están muriendo olvidadas por el mundo, como algo normal. Mi Casto Corazón viene hoy para decirles que no permitan que las atrocidades mundiales se vuelvan comunes para el corazón humano.

No asocien a Medio Oriente con guerras ni conflictos permanentes, ni con la muerte, el suicidio ni las masacres, porque aquella tierra debe ser reconocida como el suelo sagrado en el que vivió la Familia de Cristo, y en donde Su Misericordioso Corazón de Amor aprendió a servir a Dios y al prójimo.

El adversario del Proyecto de Dios está intentando borrar de la memoria de la humanidad y, sobre todo de Medio Oriente, los códigos dejados por Cristo, por Su Familia y por Sus apóstoles y discípulos. Pero el enemigo desconoce, Mis queridos, que esos códigos de amor son inextinguibles y que siempre se encenderán ante a un corazón puro que los invoque por la redencióndel mundo.

La Sangre de Cristo no se derramó sobre aquel suelo por casualidad, y toda la sangre que hoy allí se derrama debe ser convertida por las oraciones de todos los pacificadores del mundo entero.

Jamás se olviden de las almas que se pierden día a día en el mundo entero y, sobre todo, en África y en Medio Oriente. Oren sin cesar y ofrezcan sus dificultades por aquellos que no tienen una oportunidad de recorrer un camino espiritual.

Vivan, todos los días, en el espíritu de la gratitud por todo lo que el Dios Creador les entrega, para que puedan cumplir Su Plan y ser un puente de salvación para los corazones perdidos.

Despierten y caminen rápidamente hacia la unión con Cristo. La salvación de este mundo comienza con las pequeñas transformaciones de sus vidas.

Sepan que sus almas y sus espíritus son sagrados delante de los Ojos de Dios, porque guardan en sí un potencial único para imitar a Su Hijo.

Yo los amo y los espero en oración y vigilia, en transformación, esfuerzo y sacrificio, todos los días.

San José, vigía y guardián del santo Plan de Dios

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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