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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo de lo más elevado del Universo y llego a este planeta para poder asistirlo y socorrerlo.
Este es el planeta principal de Dios dentro de la Creación.
Este es el Proyecto que una vez se originó por una causa mayor y desconocida.
Por eso estamos aquí, por eso entregamos nuestras Vidas y nuestros Corazones por la humanidad para la concreción de ese Proyecto de Amor y de redención; el que una vez fue vivido por todos durante la presencia de Cristo en la Tierra; durante Su Pasión, Muerte y Resurrección.
Hoy desciendo en lo más alto de las montañas de los Andes y comienzo a preparar en los planos internos la próxima Peregrinación por la Paz.
Al mismo tiempo, las Jerarquías universales se unen bajo un mismo propósito y una misma misión, ya que la necesidad planetaria es muy grande en estos tiempos.
A medida que transcurren los días, las semanas y los meses, muchos acontecimientos se desencadenan. La situación planetaria se agudiza y la realidad del mundo interno de los seres humanos también se agudiza.
Por eso, el Universo de Dios nos está llamando a todos a participar de esta importante asistencia a la humanidad, de este importante rescate planetario que comienza primero dentro de cada uno de ustedes, agradeciendo a Dios por la vida que Él les concedió; agradeciendo al Universo por la oportunidad de saldar sus deudas y experiencias pasadas, no solo de este planeta sino también del Universo.
Por eso, hijos Míos, este es el momento de la gran purificación, pero también es el momento de reconocerse como dignos hijos de Dios, para que muchos más se puedan reconocer como dignos hijos de Dios.
Hoy les traigo en Mi Corazón Inmaculado la experiencia de ese Proyecto genético, el que en tiempos remotos comenzó aquí en la Tierra con Adán y Eva.
Todos ya sabemos, hijos Míos, que el Proyecto se desvirtuó y él se desvió del camino del Padre, de la dirección que le estaban dando los arcángeles en aquel tiempo, porque la tentación llegó al hombre de superficie y a la mujer de superficie, a través de Adán y Eva.
Por más que ese Proyecto se haya desviado, Dios lo intentó de nuevo para con cada uno de Sus hijos. Él volvió a crear nuevas civilizaciones, nuevas experiencias y culturas que vinieron caminando a través de los tiempos hasta el presente.
Pero ahora, la humanidad de superficie se encuentra en un momento semejante al del pasado, y ese Proyecto deberá ser corregido primero dentro de ustedes, para después poder ser corregido en el resto de la humanidad.
Por eso todos somos llamados por el Universo y por las Jerarquías universales para poder llevar adelante la corrección de ese Proyecto genético que comienza con la purificación y con la redención de sus vidas y que terminará con la victoria espiritual de sus almas sobre todo mal.
Cristo, Mi Hijo, les enseñó cómo hacerlo. Él vino a este mundo y encarnó en este mundo para poder enseñarles cómo hacerlo.
No deberán ser crucificados, martirizados ni castigados. Deberán vivir su redención y su purificación con valentía, todos los días, sabiendo que existe una meta espiritual que deberá concretarse por cada uno de ustedes.
Por eso, hijos Míos, en Mi Corazón Inmaculado está guardada la esencia de ese Proyecto genético, que es el Proyecto que Dios pensó para esta parte de la Creación y para este planeta azul.
Si la humanidad aún sigue destruyendo a los Reinos de la Naturaleza y a todo lo que existe en la superficie, si aún los seres humanos se maltratan los unos con los otros por medio de las guerras, de los conflictos, por medio de todo lo que el ser humano idealiza día a día, estarán haciendo derrotar al Proyecto de Dios; estarán alejándose del camino de la Luz y de la Verdad.
Por eso, Yo Me ofrezco como Mediadora y como Emperatriz Universal para interceder por este Proyecto genético que aún no terminó y que todavía deberá concretarse con la colaboración y la adhesión de cada uno de ustedes, Mis hijos.
Es posible hacer surgir una Nueva Humanidad, pero será necesario que la humanidad se arrepienta verdaderamente y que pida perdón por sus pecados, por sus faltas, por sus omisiones e indiferencias, por todo lo que está fuera de la Ley.
Sabemos, hijos Míos, que la mayoría no está dispuesta a hacer eso. Por eso, la vida de la mayoría de las personas llega a situaciones extremas y difíciles. La vida de las personas atraviesa grandes sufrimientos y pruebas por no colocarse en el Corazón de Dios y pedir Misericordia.
Pero ustedes, hijos Míos, que ya han aprendido a hacerlo y a vivirlo día a día, sigan difundiendo al mundo el poder de ese arrepentimiento y penitencia para que las almas más perdidas también alcancen la reconciliación con Dios, porque el Padre Universal no es un juez, es un Padre de Misericordia, es una Consciencia Divina de Amor y de Sabiduría que aún espera escuchar el pedido de Sus hijos.
Por eso, son tiempos en los que todo se definirá. Y el tiempo está terminando, hijos Míos.
Es hora de saber decidir verdaderamente, teniendo cuidado y mucha prudencia, para que sus caminos estén en los caminos de Dios y para que nadie ni nada los quite del camino de Mi Hijo, el Cristo.
El Corazón de Mi Hijo se silencia ante la situación planetaria. Él, más que nadie, ve que hay mucha necesidad. Por eso, Yo le imploro todos los días que Me deje venir a la humanidad y descender a la Tierra, de una forma espiritual o más próxima a ustedes, para poder conducirlos y guiarlos hacia donde Dios lo necesita.
Dios no podrá quedar en la consciencia de ustedes como un solo Dios, porque Dios es algo más grande e infinito. Él es ese misterio que aún no se reveló a la humanidad, pero que se comunicó a través de los tiempos con muchos hijos Míos para poder construir y manifestar esa sagrada civilización, como las que existen en otros puntos del Universo y que la humanidad aún no quiere reconocer, ni siquiera la propia Iglesia.
El Proyecto de Dios no se puede asemejar solo al cristianismo. El Proyecto de Dios es impulsado por algo universal y cósmico. Está integrado por una inmensidad de Consciencias y de herramientas que la humanidad una vez conoció y que hoy no recuerda por tener velos en su consciencia.
Para poder sacar a la humanidad de la situación en la cual se encuentra, hijos Míos; es la ayuda de esas sagradas Consciencias del Universo, de los más elevados ángeles y de las herramientas del Padre, que la humanidad conseguirá salir de esa situación en la cual se encuentra.
Si eso no sucediera, si esa intervención no aconteciera, el Proyecto quedaría inconcluso. Y, ¿qué sería de esta humanidad y de esta superficie?, la cual Dios les entregó para que pudieran aprender a vivir el amor y el perdón.
De Mi Corazón emano estas instrucciones porque son parte del Conocimiento Divino, porque la humanidad no solo puede quedarse con lo concreto y lo material. La humanidad para poder salir de la perversión y del caos, que impone Mi enemigo, debe elevar su consciencia hacia lo espiritual y lo cósmico.
Pero pongan atención en algo, queridos hijos, existe un solo camino y una sola dirección para alcanzar el contacto con el Universo y no otros.
Hay muchas almas en la superficie que se confunden con la espiritualidad, creando movimientos y grupos paralelos al Plan del Padre, creyendo absolutamente que ese movimiento es real y verídico. Si no está la Jerarquía, hijos Míos, no está Dios y no está el contacto.
La humanidad necesita de la intervención de la Jerarquía y de la Ley de la Jerarquía porque ha demostrado que sin la Jerarquía está perdida, no solo por la desobediencia sino por la falta de amor a la instrucción.
Por eso es importante que tengan presente, en este momento, el amor a la instrucción, no solo de la Jerarquía espiritual sino de aquellos que se ofrecieron para guiarlos en esta encarnación y en la superficie.
Es hora de disolver las apariencias, los juicios y las críticas. Es hora de traspasar, por medio del amor, el portal que los llevará a comprender la vida cósmica y cómo esa vida proveniente de la Fuente de la instrucción del Universo se manifiesta a través de diferentes corrientes, que son caminos que llevan el conocimiento a las almas y a las consciencias.
El legado que ustedes recibieron a través de los tiempos y hasta el presente es único. Ese legado está pleno e impregnado de códigos de Amor, de Misericordia y de perdón, de pureza, de hermandad y de unión para la Nueva Humanidad.
Es así, queridos hijos, que deben recordar que son una civilización en transición y que aún está a tiempo de poder construir el puente para lo nuevo, para lo que deberá llegar y manifestarse en la nueva raza.
Por eso todo lo que hagan y lo que ofrezcan no solo internamente, sino también exteriormente, por medio del servicio, de la entrega y de la donación construirá las bases de esa Nueva Humanidad porque esa Nueva Humanidad no solo será espiritual, también será concreta al vivir los patrones de conducta y los atributos divinos que una vez el pueblo de Israel vivió, y los perdió a través de los tiempos por ese eterno conflicto entre Israel y Palestina que hasta los días de hoy se vive, aun habiendo llegado Mi Hijo.
Esa incomprensión aún está presente en las consciencias de esas naciones. Pero como lo dije una vez en Fátima, el último 13 de octubre de 1917, en el que la gran Consciencia de la Madre Universal se materializó para mostrarse al mundo y a esa región; hoy vengo a decirles nuevamente como les dije a los videntes de Fátima: que para que el tercer secreto no se cumpla, la humanidad debe demostrar un verdadero cambio y un verdadero arrepentimiento.
Por eso, como Madre, intercesora y abogada, guiaré a las almas hacia las Islas de Salvación; y llegarán las almas que necesitarán despertar y colocarse al servicio como ustedes se han colocado, para que la mayor cantidad de almas de esta humanidad pueda seguir siendo asistida y ayudada, hasta los límites de la consciencia, hasta donde sea necesario, hijos Míos; porque este es el tiempo de dar lo mejor para que algunas cosas no sucedan; situaciones horribles e inexplicables y que parte de ellas la humanidad lleva adelante con una certeza y una acción que está absolutamente lejos de Dios, del amor y de la pureza.
Es así, que los sagrados recintos que Dios concibió para el mundo, y que trabajan y actúan silenciosamente, se ofrecen para ayudar a la humanidad para encontrar el camino de la hermandad. Porque en la hermandad estará el sentido de reconstruir esta raza de superficie y de volverla a insertar en el Proyecto que una vez comenzó en el Génesis y que quedó inconcluso.
Ahora, hijos Míos, lleven Mis palabras a sus corazones, así como Yo llevo en Mi Corazón las aspiraciones de Dios; Corazón Inmaculado que se ofrece para que el Padre pueda hablar para el mundo y transmitir Su mensaje.
Les pido que no ocupen sus mentes en las adversidades, en las batallas espirituales o en las pruebas. Pero sí que aprendan de ellas porque lo más importante, hijos Míos, es que puedan crecer interiormente para poder aprender a crecer en la madurez, en la responsabilidad y en la solidez de su misión personal y espiritual.
Aún el Padre espera que muchos más se ofrezcan para sufrir por el mundo, así como los pastores de Fátima sufrieron y se ofrecieron silenciosamente en aquel tiempo por la humanidad. De lo contrario, hijos Míos, hoy nadie estaría aquí. Sé que no es fácil aceptar ese camino, experimentarlo y atravesarlo.
Dios no quiere hacerlos sufrir. Dios quiere que aprendan, así como aprendió Mi Hijo ofreciéndose completamente por amor a la humanidad, porque es el Amor que transforma el sufrimiento, las culpas y los errores. Es el Amor que los eleva y les trae consciencia y discernimiento para estos tiempos.
Desde lo más alto de las montañas de los Andes, hoy los estoy bendiciendo a todos en este día 13 de octubre, en el que Mi Corazón siente y recuerda su pasaje por Fátima; un lugar que siempre estará abierto para su cura interior y para el reencuentro con su pureza original.
Que las campanas internas del Santuario de Fátima hoy suenen plenamente, para celebrar el despertar de Mis hijos hacia el Conocimiento mayor del Propósito de Dios, manteniendo el espíritu de la fe, de la fortaleza y de la confianza a fin de que se realice la Voluntad Divina.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado en estos últimos tiempos. Y también les agradezco por el llamado al que responderán en el futuro, mientras Dios lo necesite.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como una Flor de Paz desciendo al mundo para traer la paz y la unidad entre los pueblos y las naciones.
El Corazón de Dios está herido al ver algunas naciones divididas, en donde Mi adversario trabaja trayendo preocupación y horror a los corazones. Pero no olviden que Yo soy la Reina de la Paz, la Madre de todo lo posible y lo imposible.
Soy la abogada de este mundo y traigo para todos la reconciliación que aún deberán vivir en estos tiempos.
Mi Corazón se agrada al ver sus corazones orantes, porque en ellos encuentra un refugio, un aliento de paz para seguir adelante realizando Mi Obra en el mundo en los corazones que más lo necesitan.
Hoy soy la Reina de la Paz ante sus corazones, pero también soy su Madre de Guadalupe. Y vengo a pedir, en este día, que este mismo Altar, hoy bendecido por Mi Gracia, permanezca presente para los próximos encuentros que aquí se darán con Mi Inmaculado Corazón.
Porque así, queridos hijos, a través del testimonio que Yo les he dado por medio de la Virgen de Guadalupe, todos los códigos que se guardan en Mi Faz se volverán a reactivar en este tiempo, para que sus corazones y los corazones del mundo reciban los códigos de Mi Luz celestial, aquellos que irán formando de a poco la nueva raza.
Hoy vengo con este pedido especial, porque en sus mundos internos, las manos que prepararon este Altar, los corazones que se donaron para embellecerlo, han comprendido Mi petición primordial, que es llegar a aquellos lugares, a aquellos pueblos en donde aún no estoy presente en espíritu ni en divinidad.
Será a través de sus brazos y de sus manos, queridos hijos, por medio de la oración del corazón, así como hoy la han practicado, que Yo podré llegar a los que más sufren y necesitan en este tiempo.
Aquí ustedes están en un paraíso celestial, porque la sagrada luz de las Jerarquías compenetra cada uno de estos espacios. Así, queridos hijos, nada les falta. Pero se han preguntado en algún momento de su oración: ¿a cuántos les falta la paz?, ¿a cuántos les falta la vida espiritual?, ¿a cuántos les falta la cura y principalmente, el alimento para el cuerpo?
El mundo aún está dividido, no quiere escuchar la Voz de los Mensajeros de Dios.
América debe consagrarse como ese nuevo Edén y será a través de sus obras de paz y de caridad que eso podrá suceder, la caridad de poder colaborar con lo que es importante para Dios y de contribuir con este Plan de Redención para planeta.
A través de Mi Corazón vengo a abrir sus bolsillos, porque sé que Me todo Me lo pueden dar en este tiempo final.
Mi gran milagro de amor es que Yo esté presente entre ustedes instruyéndolos, hasta que Mi Hijo y Mi Padre lo permitan.
Por eso, queridos hijos, vengo a abrir las vertientes del amor de sus corazones, porque en verdad es el corazón el que se dona a Dios y no la moneda.
Es desde sus corazones que partirá el impulso de vivir la caridad fraterna por el prójimo y especialmente por aquellas naciones del mundo que necesitan fortalecer su paz, vivir en Mi Gracia y en la Misericordia del Padre.
Hoy Mi Hijo Me envía extraordinariamente para darles este mensaje, para entregarles este pedido. Porque es importante, queridos hijos, que los Planes de Mi Paz se cumplan en el mundo.
Por eso también hoy he venido a pedirles, queridos hijos, que reactiven la Campaña por la Paz, que en sus corazones y en todo lugar se exprese esta campaña por Centroamérica y México.
Difundan Mi pedido para llegar a estas naciones y comprenderán lo que Yo haré después de un tiempo, porque allí Yo dejaré una Gracia, la misma Gracia que ustedes ya recibieron muchas veces.
Los invito a vivir, queridos hijos, en la fraternidad. También los invito, queridos hijos, a preservar estas tierras sagradas con el don de la manifestación que ellas tienen y que el propio Padre Eterno les ha dado por medio de la Providencia Divina.
Así Yo los invito a ser guardianes de este Centro Mariano y cada parte de esta Comunidad, para que no estén en las manos de otros, sino en las Manos de Dios.
Nuevamente les digo, queridos hijos, que hoy les vengo a pedir y a invitarlos a vivir en la donación, así como la Sagrada Familia lo vivió en el principio, dando todo lo que tenía, en cada paso de la Evangelización de Mi Hijo.Aún cuando estuvimos refugiados en Egipto, sin tener nada que llevar, el propio Dios no nos desamparó.
Quien entrega las cosas que tiene en sus manos, entrará primero al cielo, porque en el cielo no guardará la vida material. La vida material es parte de la evolución y del aprendizaje de las consciencias. La vida del espíritu es su sagrada meta hasta los últimos tiempos, hasta que la puedan alcanzar, queridos hijos.
Hoy abro Mi Corazón y lo expando frente a ustedes. Y esta invitación que hoy hago para todos, no es solo para los que están presentes aquí, sino también en el mundo.
Así ayudarán, a través del cumplimiento de los Planes de Dios, a que el desequilibrio material y planetario se corrija, que los más pobres reciban lo que necesitan y que el mundo se equilibre por la Presencia de Mi Inmaculado Corazón, del Casto Corazón de San José y del Sagrado Corazón de Jesús.
Los invitamos, queridos hijos, en este tiempo, a que crucen el umbral hacia el desapego, para que vivan la trascendencia de si y la unión perfecta con las Leyes de Dios.
Los invitamos, queridos hijos, a buscar el equilibrio interior para que la vida planetaria también se equilibre.
Hoy encuentro en sus corazones una disposición: de aspirar a cumplir con Mi llamado, de aspirar a cumplir con Mis pedidos en este nuevo ciclo para Centroamérica y México.
Hoy los veo, queridos hijos, más abiertos que en otros tiempos, para abrazar a otras naciones hermanas, para que se puedan constituir, definitivamente, como la nueva raza de la humanidad y a través de su donación y servicio, puedan atraer los nuevos principios que reformarán al planeta, que transfigurarán a la consciencia de la humanidad y sublimarán a los corazones que aún no han alcanzado la Luz y el Amor.
Mucho amor fue derramado sobre ustedes, queridos hijos, para que la manifestación de este centro sagrado pudiera estar presente, el amor está en todo.
Yo los invito a penetrar en el Misterio del Amor de Dios. En el Amor de Dios no hay nada para si, no hay propiedad ni control. Por eso, queridos hijos, los invito a buscar a través de la donación la libertad, la libertad de sus almas y de sus consciencias, de saber comprender, por encima de todo, que hay un propósito infinito que debe cumplirse en este tiempo final.
Recuerden que Mi última meta es llegar a Australia para rescatar a Mis hijos de los pueblos originarios, así como he rescatado espiritualmente a muchos hijos a través de las peregrinaciones.
Redoblen sus esfuerzos y podrán ver el Propósito de Dios manifestarse como cura en sus vidas y como redención para sus corazones.
En la Divina Providencia es en donde deben vivir, para que las puertas estén abiertas a todos los que deben llegar a encontrar el alimento del cuerpo y del espíritu.
Recuerden que a través de estos años los estoy preparando para vivir en las Islas de Salvación en este Plan de Rescate que comienza a postularse, que comienza a mostrarse, a todas las consciencias del mundo.
Por último, les pido que recen por Venezuela, para que su pueblo y su nación encuentren la paz y la ayuda de todas las naciones, que ella hoy necesita.
Escuchen con el corazón lo que les estoy diciendo. Su Madre Celeste también sufre por lo que ve en Venezuela.
Los invito a trascender la indiferencia y abrir aún más sus corazones para los que buscarán refugio de este exilio que hoy están viviendo, así como sucede en Medio Oriente.
Los invito a vivir en confraternidad, en la unión con el Padre y con todos sus espíritus, para que así se cumpla el tiempo de la Redención.
Esto es todo lo que hoy vine a decirles. Me retiro en paz, viendo sus corazones receptivos al recibir en sus espíritus Mi sagrado llamado celestial.
Los bendigo con Mi Gracia y los impulso a seguir adelante para que nunca olviden Mi Propósito Mayor, que es el triunfo de Mi Corazón en toda América.
¡Les agradezco!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, alabado sea Dios, sea Cristo, sea el Espíritu Santo.
Mientras las puertas del Cielo se abren y las luces superiores vienen a su encuentro, instituyo en este lugar y en cada corazón humano de esta Tierra que se abre para recibirme, una columna de Luz que proviene del universo y que desciende al planeta para establecer el Reino de Dios en los corazones que estaban distanciados de Dios.
En esta noche, en la que comienza un nuevo ciclo, hoy vengo con los bienaventurados, con aquellos que alcanzaron, viviendo una vez en este mundo, el espíritu de la santidad y de la renovación.
Hoy, estoy unida con cada hijo Mío que me ha abierto la puerta de su hogar para recibir a la Santísima Trinidad, hoy presente ante ustedes en la magnificencia del Espíritu del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Quienes derraman códigos nuevos para las vidas redimidas por el Amor de Cristo, Nuestro Señor.
Hoy, el motivo de estar aquí, no es solo para que recuerden a su Madre Celeste, que los ama profundamente y los contempla desde lo profundo de Su Corazón Castísimo e Inmaculado. Hoy, vengo a mostrarles Mi Corazón Glorificado, Mi Corazón divinizado por el Espíritu de Dios desde el momento de Mi Asunción a los Cielos. Este Corazón es el que Yo quiero que contemplen; no por Mí misma, sino porque este Corazón, hijos Míos, es el portal seguro y verdadero hacia el Reino de Dios. Es el Corazón que los llevará hacia el encuentro de Cristo en los momentos de gran tribulación que vivirá el planeta en su ciclo de purificación.
Pero hoy ya no quiero que piensen en cosas malas, en cosas que suceden todavía en este mundo cruel. Yo quiero que piensen en el Reino de Dios que, a través de cada Aparición, Yo les traigo con tanto Amor.
Necesito que beban de la fuente de ese Reino de Dios para curar sus heridas, para sanar sus culpas, para renovar sus espíritus caídos, porque siempre podrán volver a erguirse, ya que Yo les extiendo Mi mano amorosa y les ayudo a caminar firmes por este camino de transformación.
Sé que sus corazones aún no han perdonado. No se perdonaron a ustedes mismos ni a sus familiares y semejantes. Aún sigue en pie, queridos hijos, la campaña de sembrar el amor en la consciencia de la humanidad.
Mi amado esposo San José, San José Castísimo y Venerable, se ha dispuesto a ayudarlos a buscar ese camino del perdón.
Queridos hijos, despierten. La voz del santo esposo hace eco en estos tiempos de caos. Les trae Sus principios de castidad y de hermandad para que, de a poco, todos se animen a vivir los patrones de la Sagrada Familia, que son el Proyecto de la Nueva Humanidad.
Hoy quiero, queridos hijos, ante los ángeles que Me acompañan, por la caricia que ellos realizan en cada uno de ustedes, puedan entrar a este Reino de Dios, a través de Mi Corazón vivo y glorificado. Porque no estoy aquí solo con ustedes; estoy con cada hijo Mío que se pierde, en este mismo momento, por los maleficios del adversario.
Pero eso no importa, queridos hijos, si Dios ha permitido que Yo esté aquí entre ustedes, en este día, es porque existe un Propósito Mayor que se puede cumplir a través de sus corazones, a través de su donación y servicio al Plan de Dios.
Quiero que puedan sentir la grandeza del Reino de Dios en este momento, y cómo cada célula de sus seres, cada átomo de sus cuerpos, cada parte de sus espíritus inmateriales reciben el Espíritu de Dios que, a través de Mi Presencia, los bendice y los constituye como un nuevo ser, así como el modelo que prevé Cristo realizar en este tiempo, en cada una de Sus criaturas.
Por eso, queridos hijos, a través de Mi Corazón de Madre, Corazón bondadoso y luminoso, también se encuentra la puerta hacia la Misericordia de Dios. Coloquen, dentro de este Reino Celestial que ha descendido directamente desde el universo para ser derramado sobre Aurora, a cada uno de sus hermanos, coloquen a aquellas personas que aún no han perdonado, para que este nuevo año sea un nuevo año para todos, renovados por el Espíritu de Dios y por Su Gracia que, a pesar de los pecados del mundo, sigue descendiendo con el propósito de salvar a la humanidad.
Hoy, quiero que cada uno de Mis hijos, que Me escucha, salga de este Centro Mariano siendo una grandiosa chispa de Luz que se comprometerá a brillar en esta oscuridad para guiar a otros corazones en la oración y en la simplicidad del servicio. Porque son las obras de caridad y de oración, las obras de Misericordia que podrán reconfigurar la Tierra perdida en una Tierra prometida, así como fue la promesa para los pueblos del desierto.
De esta forma, queridos hijos, hoy Yo Me anuncio a ustedes como la Señora Celestial, la Señora que vivió la Asunción hacia los Reinos Mayores para prometer, delante de Dios, que salvaría a cada uno de Sus hijos, a través de los tiempos y de los siglos.
Queridos hijos, veneren a Mi Corazón.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Porque a través de esta veneración buscaré transformar sus esencias en una esencia semejante a la Mía.
Quiero que, en esta noche, Mi Pureza sea una realidad en el interior de todos los que Me escuchan, porque Yo no vengo a transformarlos solo por ustedes mismos. Yo vengo a construir, hijos Míos, las islas vivas de salvación que, dentro de cada uno de ustedes, extendidas en los cuatro puntos del mundo, auxiliarán a aquellos que más necesitan encontrar a Dios.
Hijos queridos, cuando estén ante Mi Presencia, sientan Mi Corazón y escuchen Mis Palabras, porque cada cosa que les digo debe ingresar dentro de sus células como un principio que los transforma y los convierte, que hace desaparecer definitivamente toda la oscuridad que aún existe en su interior.
Quiero hacer de ustedes focos de luz en el medio de la oscuridad de la Tierra, que sean faroles que indiquen el camino para aquellos que están perdidos.
Quiero que cada uno de los que Me escuchan sea portador de la verdad. Que, por medio de su ejemplo, atraigan más almas al camino del espíritu, el camino de la evolución, del desarrollo de esta nueva raza que renacerá en la humanidad a través de la transformación consciente de cada criatura.
Mis amados, a pesar de que Mis ojos contemplan al mundo entero en esta hora, vengo hasta este lugar para preparar en sus corazones una morada pura, para que el Redentor pueda retornar y para que, antes de que Sus Pies pisen en el mundo, Su Espíritu pueda recibir la vida dentro de cada uno de ustedes.
No piensen que no Me importan aquellos hijos Míos que en esta noche se pierden. Hoy, Yo estoy aquí también por ellos; porque la transformación de sus espíritus, de sus mentes y de sus corazones ayudará a rescatar a aquellos hijos Míos que jamás conocieron la Luz.
Cuando sea el tiempo, cuando las almas más lo necesiten, encontrarán esa Luz que nunca quisieron ver, y ella será como una fuente de agua, pura y cristalina en el desierto de este mundo. Esa agua brotará del corazón de cada uno de ustedes, así como brotó del Corazón de Mi Hijo. Porque, como Cristo dio de beber de Su Misericordia en el ápice de Su sacrificio en la Cruz, también ustedes, hijos Míos, al resistir a las tribulaciones de este planeta y al reconfirmarse, una y otra vez, en la consagración a Mi Inmaculado Corazón, darán de beber a cada criatura de esta Tierra la Divina Piedad y la Misericordia que un día recibieron de Cristo.
Por eso, les pido que contemplen Mi Corazón que hoy les revela la Gloria del Reino de Dios, para que esa Gloria no esté distante de sus vidas, sino que viva dentro de sus seres, que pulse en sus corazones.
Que cada uno de sus corazones, en esta noche, pulse con el mismo ritmo que el Mío, porque quiero hacerlos uno con Mi Corazón Inmaculado, así como este Corazón lo es con toda la Creación.
Que sean conscientes de la unidad con Dios, con Su Divino Espíritu y con la Madre del mundo, porque Yo ya estoy unida a todo lo que fue creado. Ahora, llegó la hora de que toda la Creación se una a Mí, para que Yo pueda retornar con ustedes, dentro de Mi Consciencia, bajo Mi Manto, a la Fuente Celestial de donde un día los retiré en esencia y en espíritu, para fecundar a esta Tierra y multiplicar la Creación Divina y Su Gracia, renovando todo lo que fue creado en este universo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, como hoy no tengo nuevos hijos para consagrar, he escogido a tres nuevos hijos, en este momento, que se consagrarán ante Mi Presencia, aún sin vestir Mi Manto de Luz Celeste.
Esto es para que vean, hijos Míos, cuán importante es la conversión del corazón y la redención; cuán importante es que las almas reencuentren el camino hacia Cristo y hacia Dios.
No los estoy juzgando, hijos Míos, los estoy renovando; porque, a través de estos tres hijos, los bendeciré a todos ustedes.
Hoy, vengo a renovar los votos de todos los Hijos de María, deseando que este nuevo año sea un año de paz interior para todos, y que ustedes y sus hermanos sean buscadores de la paz.
Vayamos ahora, hijos Míos, a esta esperada bendición maternal, ante la compañía de todos los ángeles del Cielo, los serafines y querubines que cantan en Gloria a Dios.
Llámenlos.
Canción: “Hijos de María”.
Queridos hijos, en este nuevo tiempo que llega, quiero que se conviertan como esta luz que, por más pequeña que sea, alumbre todo el mundo y a todos los corazones que necesitan revivir en la Misericordia de Dios, en el perdón, en la compasión y en el amor.
Por la Luz de todos los ángeles reunidos en este sacramento de oración y en comunión importantísima con Mi Hijo, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Gracias, queridos hijos, por hoy estar Conmigo.
Canten en cuanto Me elevo al Cielo. Que las campanas suenen, pues un nuevo tiempo ha llegado para todos.
Los amo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de María hacemos un minuto de silencio por la paz en el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hermanos, solo nos resta agradecer profundamente a María, porque esta bendición, que Ella nos hizo, llego a cada uno de sus hogares. Ella nos mostraba cómo visitaba a cada una de las familias al mismo tiempo.
Así es que vamos a irnos de aquí, del Centro Mariano de Aurora, con este impulso; comprometiéndonos a fortalecer nuestra fe y nuestra oración, para que ese Plan de Paz de nuestra Madre Divina se pueda cumplir en el mundo.
¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Mi Pureza virginal hoy se expande al mundo. Bienaventurados de aquellos que abren su corazón para recibir a Mi Presencia.
En este día tan importante para Dios, el Altísimo, Mi Corazón se ennoblece ante la presencia de Sus hijos y agradezco a aquellos que han sido perseverantes a Mi llamado. En ellos está la nueva Iglesia de Cristo, el advenimiento del nuevo tiempo, la Misericordia que todo transformará.
Hoy Me revelo a ustedes sin velo para que puedan contemplar Mi Virginidad. Así deseo que todas las mujeres del mundo, a través de Mi Corazón Inmaculado, alcancen la alianza y la unión con Cristo, para que así estén unidas al Esposo Celestial y en consecuencia al Padre Eterno.
Hoy Mi Corazón les ofrece el Amor del Universo.
Mis pequeños, agradezco por estas flores blancas que han concedido a Mi Corazón. Este es el símbolo perfecto de vuestro amor por Mi Corazón Inmaculado. Yo estoy también presente en las cosas más simples.
Por eso, en este último día del año, en el que muchas almas se distraen de Dios, y buscan las cosas del enemigo, Yo vengo como la Nueva Aurora para hacer amanecer en vuestras vidas el camino hacia Dios, el Señor, aquel que Él necesita que ustedes recorran mediante la oración y la conversión.
Por eso, en esta noche tan infinita, Mi Corazón se ennoblece y los consagra. Mi Corazón agradece a todos los seres de este mundo y a todos los grupos de oración que en las diferentes partes del mundo viven Mi Principio de Maternidad a través de las Sagradas Faces que Yo he manifestado para las naciones del mundo.
Por eso, deseo en esta noche Hijos Míos, que todos los varones de la Tierra hagan un lazo de amor con Mi Corazón y acepten el matrimonio que Yo les ofrezco, con Mi Espíritu Purísimo y Virginal, así como San José lo aceptó en el principio y Su gran obra de humildad se expandió en Amor por toda la Tierra.
Así formo a través de los consagrados, los nuevos esposos que se casarán con la Madre Celestial para que la esencia divina de la consagración se derrame sobre los corazones simples y sobre los buscadores de la Verdad y del Amor.
Así, Yo también ofrezco en esta noche, en nombre de Cristo, el casamiento a todas las mujeres de la Tierra, especialmente a las que se han consagrado hace poco tiempo al Sagrado Corazón de Jesús y asumieron nuevos votos de compromiso con Dios.
Mi Hijo está tan, tan agradecido por el ejemplo de estas tres nuevas esposas que han dado pasos en la fe y en la confianza, Dios ha escuchado sus súplicas y Él derramará Su gran promesa sobre ellas.
De esta forma, hijos Míos, durante un fin de año, en el que la humanidad se libera demasiado y busca la libertad propia, Yo les doy en esta noche sobre este escenario de Luz, sobre este templo de consagración a Mi Corazón, el verdadero testimonio de la unión espiritual con Cristo a través de estas siervas de Dios que escucharon el llamado de Dios en diferentes tiempos y momentos, y hoy el Universo las ha unido para que expresen la Sagrada Consagración con Dios, con el Altísimo.
En esta noche de Gracias, Yo les traigo la alianza con Jesús, la alianza con la Madre Divina, la alianza con San José, para que los seres de esta Tierra, en este tiempo tan definitivo se animen a dar los pasos de la gran transformación y no tengan miedo de transformarse, porque por más que Mi Corazón se esté recogiendo, Yo no dejaré de contemplar vuestras esencias.
Hijos amados, hijos del Padre Creador, criaturas de la superficie de la Tierra, Yo los animo a todos Mis hijos a que profundicen su consagración. Cada uno sabrá qué es lo que le puede dar al Señor. Yo no vengo a pedir cosas imposibles ni pasos gigantes, Yo les vengo a pedir vuestros corazones porque ha llegado la hora de que vuestros seres enteros reflejen el Corazón de Cristo sobre la Tierra, Mi Corazón Inmaculado y el Casto Corazón de San José.
Si ustedes dieran este simple paso, pero tan profundo y verdadero, les prometo queridos hijos, que en poco tiempo no reconocerán vuestras vidas, porque estarán dentro del Reino de Dios, libres de las maldades de este mundo y de toda la modernidad, que convencen a las mentes humanas a seguir el camino de la perdición, del ateísmo y de la falta de fe.
Como Madre de la Esperanza, como Virgen Purísima y Castísima, hoy les revelo Mi Energía blanca de Luz y derramo sobre vuestros espíritus, tan pequeños pero tan simples, el Misterio de la Pureza Original, el que está guardado en Fátima hace mucho tiempo.
Por eso, vuelvan vuestros corazones hacia los Centros Sagrados y no pierdan tiempo, queridos hijos, no se dejen convencer por las cosas superficiales. La verdadera pureza del corazón se encuentra en vuestros seres. Porque así, como Dios concibió Mi Pureza Virginal y manifestó la Maternidad, el Amor único y verdadero; en vuestros corazones, hijos Míos, se guarda la Verdad profunda, la que muchos de ustedes desconoce hasta ahora y la que se une, desde el principio, con el Origen.
Hoy agradezco a todos Mis hijos, en la humildad del Corazón, en esta fiesta anual de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Ofertaron estas flores y estas rosas para poder aproximarse a Mi Pureza Original, pues en esta noche sagrada, Yo bendigo cada una de estas flores, cada una de vuestras esencias para que en el Misterio infinito del amor, algún día, antes del retorno de Cristo, vuestros corazones sean puros y limpios, libres de toda mancha y pecado y estén dentro de la libertad de Dios, viviendo la Nueva Era redentora, el tiempo de los seres misericordiosos, de los que evangelizarán la Tierra Prometida y despertarán en el nuevo tiempo a la nueva humanidad redimida.
Cuando llegue ese tiempo, hijos Míos, después de que haya retornado Jesús, Yo también retornaré al planeta y todos conocerán Mi verdadera Faz y Mi gran Tarea Universal en este mundo y en otros. Por eso, a través de los tiempos, a través del silencio y de la oración de Mi Corazón, Yo los vengo preparando, vengo gestando en la humanidad una oportunidad infinita, una Gracia imprescindible que no podrá borrarse de la humanidad, a pesar de la acechanzas del enemigo. Yo siempre prevaleceré por encima de ustedes, pues iré hasta el final, hasta que al menos un corazón simple se vuelva a cristificar como lo hizo Mi Hijo.
Si eso en este mundo llegara a suceder, la raza entera se salvará. Muchos no padecerán las catástrofes y nadie adquirirá enfermedades graves. Los corazones ya no sufrirán más, porque para Dios, el Altísimo, un corazón redimido habrá alcanzado la redención y la liberación del mal para que, abriendo las puertas a Cristo, Mi Hijo amado retorne en Su Gloria y todos reconozcan la única religión, la que es profesada por la Sagrada Familia, la religión espiritual que no pertenece a este mundo, que mora en los mundos superiores, la cual ustedes conocerán en poco tiempo.
Para cumplir con esa gran promesa del Altísimo, Yo los formo en este siglo como soldados Míos, para que puedan dar un poco más y arriesguen un poco más, en total confianza y amor, porque Yo siempre estaré a vuestro lado para guiarlos en el silencio del corazón y siempre abrirles las puertas a la rehabilitación.
Desearía profundamente que este mensaje sea escuchado en los cuatro puntos del planeta. Deseo, queridos hijos, y les pido, hijos Míos, que este mensaje de fin de año sea traducido a otros idiomas, a través de esta Aparición, para que a través de la visión interna de cada ser, Mi energía pueda expandirse por el mundo, pues que en esta noche de Gracias, Mi Aurora deje una señal para todos.
Por esta razón, hijos Míos, por la petición de Mi Hijo Jesús, este mensaje debe expandirse en otras lenguas lo más pronto posible para que las almas despierten a la Pureza Original, reencuentren el camino hacia Dios, pidan perdón por sus fallas, se reconcilien con todo el Universo y puedan reencontrar el camino que han perdido.
Si esto llega a suceder, grandes conversiones sucederán. Muchas almas se aproximarán a Mi Corazón, especialmente aquellas que se apartaron de la Iglesia de Mi Hijo por otras acciones de los hombres. Pero Mi verdadero Corazón prevalece en los corazones simples y Él se funde ampliamente en todos los que se consagran a Mi Corazón.
Queridos hijos, en esta noche de revelaciones que vuestros espíritus den gracias a Dios por estar atentos, despiertos, disponibles a este llamado universal que Mi gran Espejo Sideral pronuncia para el mundo. En la compañía de los ángeles y de los arcángeles y de todas las estrellas de este Universo, las nueve galaxias de esta realidad están atentas a vuestro "sí", a vuestra confirmación para que el Plan se pueda restablecer sobre la Tierra y Yo tenga el permiso especial de estar con ustedes un tiempo más.
Deseo tenerlos en Mis brazos, hijos Míos. Muchas noches he pasado cerca de ustedes, escuchando a vuestras lágrimas y llantos, a vuestras peticiones y aspiraciones. Muchas veces estuve sentada en las mesas de vuestras familias escuchando en el silencio a los corazones que clamaban por redención. Muchas veces acompañé vuestras labores para que pudieran percibir Mi Presencia invisible y omnipresente. Muchas veces escuché a vuestras almas que Me decían cuánto Me amaban, que confirmaban a sus corazones en la unión predilecta con Mi Corazón Inmaculado. Muchas veces a lo largo de estos años, escuché vuestras peticiones, vuestros sufrimientos y dolores. Y a través de la Gracia de Dios, a través de los tiempos que hemos pasado juntos, Yo he curado vuestras heridas, cicatrizando con Mis manos vuestros dolores.
No se desanimen, hijos Míos, aún están a tiempo de dar el gran paso a la evolución. Solo deseo, hijos Míos, que puedan estar conscientes cada día más. Porque no es por casualidad que ahora Yo estoy aquí. ¿Han comprendido la Presencia de Mi Corazón y todo los que Yo realizo para poder llegar hasta aquí? Piensen en cuántas veces Yo he hecho ese mismo movimiento reflejando el Amor de Dios hacia todo el mundo para que los corazones se pudieran activar y reconocer su verdadera tarea.
A través de este momento, Yo los vuelvo a consagrar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Nuestra Señora está pidiendo que la hermana Piedad se aproxime para cantarle, por favor.
Mi puerta ya se está cerrando. Me estoy elevando al Cielo. No olviden colocar en Mi Corazón vuestras peticiones, así como han colocado las flores a Mis pies.
Escucharé la voz de Mis hijos, en este momento planetario, a través de la voz que esta hermana, en nombre de la humanidad entera, pronunciará a Dios Altísimo a través de Mi Corazón Inmaculado, la oportunidad de recibir una Gracia mayor y de esa forma, hijos Míos, reconfirmar que el Plan de Dios es posible en este mundo. Aquellos que se animen a pedirle a Dios una oportunidad, una cura espiritual, una solución profunda y verdadera, los invito a arrodillarse ante Dios para pedirle, con sinceridad, el perdón en nombre de todo este mundo y de todos los Reinos creados a imagen y semejanza de Dios. Si vuestro amor fuera más fuerte que el Mío, Dios los escuchará y Mi Hijo Me permitirá estar un tiempo más con ustedes, hasta que la Aurora sea lo suficientemente visible a los ojos de los impíos y de los que han fracasado por la tribulación.
Escucho vuestro canto.
Canto de Piedad: “Ave María”
Hermana Lucía de Jesús:
Y en este ciclo que llegará, sus corazones estarán fortalecidos por medio de Mis palabras, de Mi Pureza, ésta que hoy derramé sobre sus consciencias.
Reciban en sus esencias, hijos Míos, los Códigos de Mi Concepción en el Universo para que, a partir de este día, puedan ser dignos hijos de Dios y anunciar al mundo el Retorno de Cristo y la verdadera Faz de Su Sierva, que así como lo precedió, retornará en el fin, para confirmar que el Verbo Divino era verdadero y se manifestó una vez más en el mundo.
Que los Códigos que dejo en sus vidas superen todas las pruebas que este mundo les enviará. Únanse a Mi Corazón. Únanse a Mis palabras. Únanse a la Vida que deposito en sus vidas; la Vida Divina, la Vida Universal que en esta noche descenderá sobre el mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hijo Mío, José Trigueirinho, envío para tí Mi paz, Mi protección sagrada, Mi Amor materno y profundo.
Hijos Míos, así como ustedes han dicho que Yo soy el Misterio infinito de Amor, así lo es para el Universo y para los Tres Sagrados Corazones.
Vuestra voz alegró Mi Corazón. Hoy Me voy de este lugar un poco más feliz.
Gracias, hijos Míos, por cuánto Me dan.
Les agradezco en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “María, Misterio infinito de Amor”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más